El Espacio Barrial

170
EL ESPACIO BARRIAL Criterios de diseño para un espacio público habitado JULIO LADIZESKY

description

La sociedad como comunidad imaginada está sustituyendo a la comunidad de verdad. Quizás hoy estamos construyendo la ciudad, pero no estamos construyendo los espacios de la socialidad.

Transcript of El Espacio Barrial

  • EL ESPACIOBARRIALCriterios de diseopara un espacio pblico habitado

    JULIO LADIZESKY EL ESPACIO BARRIAL

    El espacio colectivo sufre una transforma-cin profunda y desfavorable impuesta por la avasallante irrupcin del automvil y las malformaciones emergentes de la cultura del mercado, que derivan al habitante urbano hacia formas de vida carentes de solidaridad y bajo nivel de ciudadana. Frente a esta situacin de crisis, la propuesta de un espacio barrial habitable brinda soporte a una poltica municipal dirigida al desarrollo humano y a la integra-cin comunitaria de la poblacin. Este libro, centrado en la escala del barrio, reconsidera los criterios conceptuales y los mtodos instrumentales que se utilizan habitualmente para la configuracin del espacio pblico barrial.

    El autor, Julio Ladizesky, ha desarrollado una larga actividad como profesor titular en las Facultades de Arquitectura de las Universidades de Buenos Aires y La Plata. Dos veces expulsado de su cargo por las ltimas dictaduras militares (1966 y 1976), retom la docencia en el ao 1984. Ha sido premiado en concursos de arquitectura y electo como miembro de los Colegios de jurados y asesores de la Sociedad Central de Arquitectos de Buenos Aires. La mayor parte de su produccin terica est referida a los temas del hbitat social y la vivienda popular.

    Editado por:

    Coeditado por:

    EL E

    SPA

    CIO

    BA

    RR

    IAL

    JULI

    O L

    AD

    IZE

    SK

    Y

  • JULIO LADIZESKY

    Criterios de diseo para un espacio pblico habitado

    EL ESPACIOBARRIAL

  • Ladizesky, Julio El Espacio barrial: criterios de diseo para un espacio pblico habitado. - 1a ed. - Buenos Aires: Bisman Ediciones; Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo, 2011. 166 p. ; 20x14 cm.

    ISBN 978-987-26769-2-6

    1. Urbanismo. 2. Espacio Urbano. I. Ttulo CDD 711

    Editado por:BISMAN EDICIONESwww.bismanediciones.com.ar / [email protected](54 11) 4372 7380 y 6794 / Lavalle 1312 P. 2 A, C1048AAHCiudad de Buenos Aires - Argentina.

    Editor General: Hernn BismanEditor Adjunto: Pablo EngelmanDiseo Grfico: Diego Pinilla Amaya

    Coeditado por:CPAU - CONSEJO PROFESIONAL DE ARQUITECTURA Y URBANISMOwww.cpau.org / [email protected](54 11) 5239 9401 y 4312 4759 / 25 de Mayo 482, C1002ABJCiudad de Buenos Aires - Argentina.

    Comisin Directiva CPAU: Presidente Jorge Horacio Lestard, arq. / Vicepresidente 1 Carlos Federico del Franco, arq. / Vicepresidente 2 Mario Nstor Boscoboinik, arq. / Secretario Cristina Beatriz Fernndez, arq. / Prosecretario Margarita Mirta Charrire, arq. / Tesorero Carlos Alberto Marchetto, arq. / Protesorero Marta Garca Falc, arq. / Consejeros Titulares Emilio Gmez Luengo, Graciela B. Runge, Edgardo Minond, Ricardo Blinder, Eduardo Bekinschtein, Graciela L. Novoa, Juan Martn Urgell, Sergio Antonini, Tristn Diguez, arqs. / Consejeros Suplentes Hernn Maldonado Aguiar, Daniel H. Silberfaden, Esteban R. Urruty, Guillermo C. Tella, arqs.

    ISBN 978-987-26769-2-6Hecho el depsito que establece la ley 11.723 / Impreso en la Argentina / Printed in Argentina

    de la publicacin, Bisman Ediciones y CPAU, 2011. de la obra, Julio Ladizesky.

    Todos los derechos reservados bajo convenios internacionales y la Convencin Panamericana de Derecho de Autor. No se permite la reproduccin parcial o total de este libro ni su incorpo-racin a un sistema informtico, ni su transmisin en cualquier forma o por cualquier medio, sea este mecnico, electrnico, por fotocopia, grabacin u otros mtodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.

  • Al habitante

    de las ciudadesque, como ver,

    puede ser protagonista

    A los arquitectos y urbanistas

    que crean espacios para la vida colectiva

    A los estudiosos y trabajadores

    de las ciencias socialesque iluminan el camino

    A los artistas de la calle

    que incorporan vida y espritua los sitios urbanos

    A los gobiernos municipales

    que convocan a la participacinde sus comunidades

    A los estudiantes

    prximos arquitectos y urbanistas,que maduran su mirada

    hacia un espacio pblico para ser habitado.

  • NDICE

    1 La crisis de la

    vida urbana en la era de la globalizacin

    pg / 26

    2El barrio,

    territorio de la integracin

    social

    pg / 66

    Reconocimientos pg /9 Este Libro 10 Testimonios 15 Introduccin 20

    I LA GLOBALIZACIN COMO CONTEXTO DE LA VIDA URBANA 27 La globalizacin econmica Las sociedades nacionales ante la globalizacin La globalizacin de los valores neoliberales La globalizacin del trabajo La globalizacin de la cultura El futuro de la globalizacin II LOS FACTORES GLOBALES DE DISGREGACIN SOCIAL 41 La anomia del cambio continuo La inseguridad laboral La induccin del consumo La huella ecolgica del consumo La cultura televisiva La socialidad virtual El pragmatismo y las creencias regresivas

    III LOS FACTORES URBANOS DE ALIENACIN SOCIAL 53 La ciudad alienante Burocracia,masificacinyanonimato El distanciamiento de los dems La enajenacin del tiempo libre Violencia, vandalismo y miedo El maltratado psiquismo del habitante urbano

    IV EL ESPACIO PBLICO SEGN LOS ESTRATOS SOCIALES 67 Las dos visiones urbanas Estratificacinsocialyespaciopblico

    V LA ESCALA BARRIAL 73 Barrio y ciudad El concepto de barrio El concepto de vecindario El sentimiento barrial La estructura del barrio La lmites barriales

  • 3 La

    produccin del espacio

    barrial

    pg / 86

    4pg / 142

    VI REHABILITACIN DE LA VIDA DE VEREDA pg / 87 Autos vs. peatones Nuevos lugares para las veredas Las tres franjas de la vereda Los puntos sociales de la vereda La atenuacin del trnsito barrial

    VII PRESERVACIN AMBIENTAL DE LA CALLE 101 Proteccin de la identidad El ambiente barrial y la arquitectura destacada Preservacindelperfildelacallebarrial Aprobacin municipal de las fachadas Otros rasgos a preservar

    VIII INTENSIFICACIN DE LA PLAZA BARRIAL 109 El concepto de plaza El funcionamiento de la plaza barrial El equipamiento mobiliario Zonificacindelasactividades El entorno de la plaza La plaza como centro comunitario (PCC) La plaza de cruce Las plazas cercadas

    IX INTENSIFICACIN DEL CENTRO BARRIAL 126 El concepto de centro barrial Estrategiasparaintensificarelcentrobarrial Criterios proyectualesAnexo de la tercera parte: programacin de los lugares barriales

    X LAS POLTICAS BARRIALES 143 Desarrollo humano, desarrollo urbano y voluntad poltica La descentralizacin urbana La prctica participativa en las comunidades barriales El diseo participativo Promocin de las actividades barriales La seguridad en el espacio pblico barrial

    Referencias bibliogrficas 160 Referencias de publicaciones peridicas 164

  • 9

    Muchas de las propuestas de los captulos VI, VII y VIII provienen de proyectos elaborados con mis amigos y colegas del Grupo Promotor del Espacio Pblico (GEP), arquitectos Carlos de Franco, Guillermo Garca Fahler y Mario Rub.

    Agradezco a mis hijos Pablo, Malena y Grisel por el esforzado tra-bajo de leer mis borradores y por los sealamientos que, desde sus visiones profesionales, enriquecieron el carcter multidisciplinario de este libro. Tambin agradezco a Dina Roisman por su asesoramiento en las imgenes, y a mis colaboradores Juan Torres, Agustn Badarac-co y Lola Patio por su inteligente operatividad.

    Me siento especialmente en deuda con tantos pensadores citados y no citados, arquitectos, urbanistas, artistas, socilogos, economis-tas, politlogos, demgrafos, historiadores, antroplogos, psiclo-gos, trabajadores sociales y literatos, de cuyos conocimientos me he alimentado a travs de la lectura, la escucha o el dilogo. Incorpora-dos sus conceptos a mi propio pensamiento, hoy me resulta imposible individualizar el aporte de cada uno. No obstante quiero citar a Wla-dimiro Acosta y Marcos Winograd, dos referentes fundamentales del pensamiento social aplicado a la arquitectura y a la ciudad.

    Finalmente quiero expresar mi profundo y afectuoso reconocimiento hacia los equipos docentes y las generaciones de alumnos que acom-paaron mi trabajo en las Facultades de Arquitectura y Urbanismo de las Universidades Nacionales de Buenos Aires y La Plata, que han de-batido, experimentado y enriquecido los contenidos de este libro.

    Julio Ladizesky, octubre de 2010.

    RECONOCIMIENTOS

  • 10

    En el ao 1995 elaboramos un informe para la Facultad de Arquitectura de la UBA, titulado: Arquitectura del espacio social. (*)

    Quince aos despus, la cuestin del uso del espacio pblico se ha esta-blecido como un aspecto importante de los debates relacionados con la calidad de vida de la poblacin urbana, tomada como individuos y como comunidades activas.El presente ensayo actualiza y desarrolla aquella visin, hoy reafirmada por los emergentes de un mundo cada vez ms globalizado e impelido hacia la disgregacin social. En el seno de una cultura marcada por el individualismo extremo y por la prdida del vnculo cara a cara a manos de la comunicacin virtual, los la-zos que se establecen en el espacio pblico juegan un papel cada vez ms importante para el desarrollo participativo de la vida urbana.

    Este libro trata sobre el valor de habitabilidad de los espacios co-lectivos.(**)

    Se trata de un ensayo centrado en la escala barrial, dirigido a ana-lizarlosenfoquesproyectualesypolticosquellevanalaconfigura-cin de un hbitat promotor de la socialidad.

    La habitabilidad del espacio barrial debiera ser un objetivo priori-tario para cualquier poltica municipal dirigida al desarrollo humano de la poblacin. Igual que la familia, las comunidades urbanas preci-san un hbitat para vivir y desarrollarse. La viabilidad de este objeti-voseverificaenlaexitosaescalahumanadelasciudadesmenores,ciudades-barrio homologables en buena medida a los barrios de las ciudades mayores.

    Hemos intentado examinar los vnculos entre la concepcin de los lugares pblicos y el asentamiento de las actividades colectivas, as como la capacidad de convocatoria que adquieren estos lugares cuando son programados, diseados y equipados como espacios para habitar.

    * Parcialmente publicado en el n 162 de la revista de la Sociedad Central de Arquitectos.

    ** Para otras visiones que escapan al campo de los arquitectos, nos hemos apoyado en la opinin dereconocidasfigurasdelapoltica,lahistoria,lapsiquiatra,laeconoma,lasociologaylaan-tropologa que, aportan sus puntos de vista relacionados con la cuestin del espacio pblico.

    ESTE LIBRO

  • 11

    La historia reciente

    La crisis actual de la socialidad urbana es un emergente de los grandes cambios producidos en la segunda mitad del siglo XX, cuyas contradicciones comienzan a estallar en el siglo XXI en la forma de diversas crisis econmicas, sociales, culturales y tambin urbanas.

    El espacio pblico es uno de los escenarios principales de estas crisis, particularmente las de los vnculos comunitarios y la genera-lizacin de la anomia social. Con estas dinmicas ha comenzado a gestarse la riesgosa historia del siglo XXI.

    Eric Hobsbawm propone tres pocas para interpretar el siglo XX:La primera, entre 1914 y 1945, asolada por terribles convulsiones,

    culmin con una alianza inslita y temporal entre el capitalismo liberal y el comunismo en contra del fascismo, que permiti salvar la democra-cia. Esta alianza fue el momento decisivo de la historia del siglo XX.

    La segunda fue un perodo de crecimiento econmico y transfor-macin social, la llamada edad de oro, que se prolong hasta media-dos de la dcada del 70. Pareca que se haba encontrado una manera de redistribuir al menos una parte de la riqueza. Despus de tantas catstrofes como la primera guerra, la gran depresin y la segunda guerra, nadie quera regresar a un clima de confrontacin social. La lucha contra el nazismo haba sugerido una imagen de solidaridad po-sible entre los seres humanos.

    Desde un punto de vista poltico, la contencin del comunismo era unaprioridadtanabsolutaquejustificabalaintervencinestatalenlaeconoma.SiparalaURSS,eldogmaeralaplanificacincentraliza-da, para occidente lo fue la economa mixta. En la poca del presiden-te Roosevelt, Averell Harriman, director del Departamento de Estado, afirmabaquelagentedeestepasyanoletienemiedoapalabrascomoplanificacin.Haaceptadoqueelgobierno,aligualquelosin-dividuos, tiene que desempear su papel en la economa35. Este obli-gado compromiso con el bienestar social dio pie a la existencia de un mercado masivo, mientras los defensores de la libertad del mercado clamaban en el desierto.(*)

    * Segn Hobsbawm, para EEUU, la presencia de un enemigo exterior que provocaba la histeria pblicafacilitlaobtencindelasenormessumasnecesariasparafinanciarlaspolticasar-mamentistas.Laindustriablicavolviacrecer.ElpresidenteEisenhowercalificlaeconomade EEUU como un complejo militar industrial, una masa de hombres y recursos dedicados a la preparacin de la guerra. Hoy resulta evidente que mientras la carrera armamentista favoreci los negocios y el empleo en EEUU, impidi el desarrollo de las bases materiales para la cons-truccin del socialismo en la URSS. [35]

  • 12

    La tercera parte del siglo XX fue una nueva era de descomposi-cin, incertidumbre y crisis. En la cumbre de Islandia, en 1986, termi-n polticamente la Guerra Fra, cuando Reagan y Gorbachov acep-taron acabar la carrera de armamentos atmicos. Los EEUU, dice Hobsbawm, haban pasado de ser el mayor acreedor mundial a ser el mayor deudor, con una deuda de 3 billones de dlares invertidos en gastos militares. En su caso esta deuda fue absorbida por los pases que integraban el sistema capitalista mundial35. Ello no ocurri con los pases aliados de la URSS, que dependan de su ayuda. Para la URSS ya era tarde. El mundo socialista colaps.

    Conelderrumbedelcomunismoeuropeollegelfindelabipola-ridad. Desaparecidos los frenos a la libertad de mercado, se reinici aceleradamente la expansin del capitalismo, sustentada en la hiper-trofiadelconsumoyenlosvaloresdeunindividualismoexacerbado.Margaret Tatcher expresaba con suprema sntesis este ideario: la sociedad no existe, slo los individuos.

    Hoy, comenzado el siglo XXI se acrecienta la desigualdad y se im-pone mundialmente un fuerte proceso concentrador de la riqueza, a expensas del 80% de la poblacin mundial, con 2000 millones de personas expuestas a la precariedad y fuertes dudas acerca de la sustentabilidad social y biolgica del planeta.

    Desde el punto de vista urbanstico, el cambio de mayor alcance del siglo XX, el que nos separa para siempre del pasado, fue la migra-cin masiva del campesinado. El mundo se urbaniz y las ciudades se expandieron como el agua. Las concentraciones ms gigantescas se formaron en los pases del tercer mundo, donde el xodo rural se dirigi a las capitales. Mxico DF sextuplic su poblacin entre 1950 y 2000, mientras New York, Londres y Pars apenas crecan.

    En el primer mundo, la expansin urbana incluy una cierta des-centralizacin, al desarrollarse ncleos suburbanos con servicios propios. No sucedi lo mismo en el tercer mundo, donde los inmigran-tes rurales se apiaron en enormes periferias desestructuradas, mu-chas veces asentados precariamente sobre tierras ilegales, carentes de servicios y mal servidas por redes maltrechas y autobuses tan an-tiguos como desvencijados. Estas conurbaciones resultaron verdade-ros amasijos humanos.

    Ladisrupcinavasallantedeltrficoautomotorsehizomuyvisi-ble a partir de los aos 50, cuando aparecieron las primeras redes de autopistas en los pases desarrollados. Las ciudades, atestadas de

  • 13

    automviles, se convirtieron en un hervidero estruendoso y polucio-nado, expulsando la vida social del espacio callejero.

    El automvil fue encumbrado como un cono. La apetencia de la gente por el automvil se conjug con el enorme inters comercial que despertaba la industria automotriz, que produca el artculo ms perfecto que pueda concebirse: alto precio, venta masiva, difusin mundial, renovacin peridica y demanda siempre creciente.

    Convertida en un soporte fundamental de la economa capitalis-ta, la produccin de automviles cambi la forma de las ciudades, los estilos de vida y los valores de la gente, consiguiendo que renovar el automvil una y otra vez se convierta en un deseo perpetuo para cuya satisfaccin las personas trabajan toda su vida.

    El desarrollo de las ciencias sociales introdujo nuevos enfoques en laplanificacindeposguerra,quefueronexperimentadosdurantelareconstruccin europea. El urbanismo y la arquitectura incorporaron conceptos nuevos como el usuario masivo, el racionalismo y la indus-trializacin, y apuntaron a un replanteo completo de las ciudades.

    En Francia, Inglaterra, la URSS, los Pases Bajos y los nrdicos, se comenzaronareedificarlasciudadesdestruidas.Setratabadeconce-bir un nuevo hbitat para un futuro promisorio. La ciudad del porvenir deba pensarse a partir del automvil, con una poblacin motorizada, habitandograndesedificiosprogramadoscomounidadesvecinalesdealta concentracin. Mientras tanto se recuperaban los cascos hist-ricos y las ciudades se descentralizaban mediante la creacin de n-cleos satlites concebidos a nuevo. En el marco de un fuerte impulso renovador, los viejos tejidos urbanos se consideraron perimidos. Pero la insuficienciadeldiscursourbansticosehizoevidente.Laconcepcinracionalista que concibe a la ciudad como un espacio indiferente para la satisfaccin de necesidades estandarizadas condujo a soluciones queentraronenconflictoconelmundosimblicodelosciudadanos.

    Las doctrinas urbanas del Movimiento Moderno pudieron haber asestado un golpe de muerte a la calle como espacio de asociacin pero,endefinitiva,noprosperaron.Apartirdelosaos70,susfunda-mentos fueron cuestionados en razn de su escasa comprensin de los fenmenos econmicos y psicosociales que intervienen en la vida de las ciudades.(*)

    * Dice Amos Rapoport: Frecuentemente la persistencia de relaciones sociales tradicionales es de-truida por el diseador. Ello no debera ocurrir. El diseo debera servir de plataforma para que esas persistencias entren en contacto con los cambios en los estilos de vida y los sistemas de valores.

  • 14

    La continuidad de la forma urbana fue revalorizada y las nuevas inter-venciones empezaron a preservar y valorizar los tejidos preexistentes.

    Estos procesos, irradiados desde los pases que sufrieron la guerra, fueron incorporados por las universidades argentinas. Las Facultades de Arquitectura y Urbanismo asumieron la construccin del hbitat como su problema ms trascendente, desarrollando pro-puestas locales para la vivienda social y sus formas de agrupamiento. Sus bsquedas incorporaron el aporte multidisciplinario y ampliaron el campo de intervencin urbanstica a escalas suprarregionales, en un rico proceso que fue interrumpido por la dictadura militar en 1976.

    Reconquistada la democracia aos despus, la cuestin reingre-s a los mbitos acadmicos, volviendo a decaer durante el gobierno neoliberal de los aos 90 cuando el rol organizador del Estado fue de-jado de lado.

    En la primera dcada del siglo XXI, ante los trascendentes cambios democrticos ocurridos en Amrica Latina y el resultado alentador de numerosas experiencias llevadas a cabo en otras ciudades del mun-do, el tema ha sido retomado con nuevo vigor.

    Este libro se organiza en cuatro partes o secciones:

    En la primera (cap. I, II y III) se enfocan tres rasgos del contexto socio-poltico en el que se inscribe la vida urbana: la globalizacin, sus disol-ventes efectos sociales y la alienacin provocada por la gran ciudad.

    La segunda (cap. IV y V) enfoca la concepcin de la ciudad y su es-paciopblicocomounemergentedelaestratificacinsocioeconmi-ca de la poblacin, concluyendo con un esbozo de las relaciones entre la escala barrial y el desarrollo de las comunidades locales.

    La tercera (cap. VI, VII, VIII y IX) aborda, desde un enfoque instru-mental, cuatro lneas de trabajo para la produccin de un espacio ba-rrial habitable: la promocin de la calle como un mbito esencial para elflorecimientodelosvnculosprimarios,lapreservacindelaidenti-dadbarrial,laprofundizacindelroldelasplazasylaintensificacinde los centros barriales. Incluye un anexo para la programacin de los lugares barriales.

    En la cuarta (cap. X) se esbozan algunos enfoques fundamentales para una poltica municipal dirigida a la institucionalizacin democr-tica de las sociedades barriales.

  • 15

    1. Cuando ser peatn resulta sospechosoMaria Esther Gillio. Fragmentos de su artculo La ignorancia asegu-ra el paraso Pgina 12 17/06/04

    La amiga en cuya casa vivo por unos das, habita en Kansas City, a diez kilmetros del centro. Es un barrio modesto cuyas casas de ma-dera se levantan en grandes terrenos arbolados.

    Vamos caminando al supermercado, le dije. Es imposible, queda a ms de dos kilmetros. Y si te olvidaste de comprar sal? Agarrs el auto y vas. Y si no tens auto? Nadie no tiene auto. Nosotros tenemos dos. Nunca usan el mnibus? No hay mnibus, vamos en auto. Pero habr lugares a los que pueden ir caminando. A la casa de alguna amiga que viva muy cerca. Y si no vive tan cerca? Habra que caminar por la carretera, pero eso est prohibido. Si

    te ven, te pueden llevan presa Por qu te llevaran presa? Las carreteras no tienen sendas para peatones. Un individuo

    caminando despierta sospechas, tiene que explicar a la polica qu anda haciendo.

    2. Cuando se piensa el espacio pblico. Washington Uranga, Pgina 12, 30-5-2010 (extracto)

    En referencia al intenso festejo del bicentenario, vale la pena aden-trarse en una perspectiva que cruza el hecho festivo con la participa-cin y el ejercicio de la ciudadana.

    TESTIMONIOS PARA UNA APROXIMACIN SENSIBLE

  • 16

    Todos hemos asistido a la privatizacin del espacio pblico, los cercos de las plazas, los paseos de compras. La creciente urbaniza-cin, la globalizacin y la relegacin del Estado han creado las condi-ciones para que esto ocurra, un proceso de conversin de la ciudad en espacio del anonimato. Cierta parte de la poblacin entiende cual-quier ocupacin del espacio pblico como una intromisin que avanza sobre la nica funcin que le reconoce: la movilidad.

    La ciudad, en tanto espacio pblico, no est siendo registrada como un escenario de las relaciones sociales. La idea del ser colec-tivo ha sido gradualmente reemplazada por el concepto del sujeto individual.

    Qu tiene que ver esto con la ciudadana? Si el concepto de ciuda-dana no se confunde con algunas prcticas que lo conforman, como votar, la ocupacin del espacio pblico se ve como una de sus expre-siones genuinas, una manifestacin de pertenencia a una comunidad ms amplia: la sociedad.

    3. Cuando la gente se apropi de la calleDe Gerardo Albarrn de Alba desde Mxico DF/Pgina 12/13-08-06:

    Los seguidores de Andrs Lpez Obrador hoy cumplen dos sema-nas ocupando 9 kilmetros de avenidas estratgicas en la ciudad de Mxico.

    Viven ah, en la ciudad que construyeron de la noche a la maana, dentro de otra urbe, como medida extrema de resistencia civil contra un fraude electoral, ante una autoridad judicial que ha rechazado la consigna de volver a contar voto por voto el resultado de la jornada electoral del 2 de julio.

    Aqu en estas calles-vivienda, se reproduce la vida toda: se nace y se muere y en el medio se ocupa el tiempo en cantar, en bailar y en pensar.

    No es un eufemismo, el domingo 7 una mujer pari un nio en el Zcalo capitalino, mientras Lpez Obrador diriga un discurso ante unas 200 mil personas. La vida se abri paso en plena calle.

    Horas despus, un indigente muri sobre el Paseo de la Refor-ma,a lospiesde laTorreMayor,unedificio inteligente,elmsaltode Latinoamrica. Se haba refugiado en uno de los 48 campamentos instalados por la Coalicin. Se hizo un ovillo bajo un rbol y ya no se despert.

    En estas calles-cocina miles de personas hacen tres comidas ca-lientes al da, gracias a las provisiones que ellos mismos traen y que

  • 17

    muchos ms aportan. Los que se quejan por estos renegados, como los llama el Presidente Fox, ni se imaginan que las despensas tam-bin han sido llenadas por habitantes de las zonas ms pudientes de la ciudad. Aqu, no slo a nadie se le niega comida sino que se le ofrece a cualquiera que se acerque, y hasta los policas que vigilan la zona aprovechan para almorzar.

    No es broma asentarse sobre Paseo de la Reforma o sobre las callesdelcentro.Latensinafloratodoslosdasenlaavenida,queno fue cortada a la circulacin vehicular. El viernes, un automovilis-ta intent arrollar el campamento. En esta zona de la ciudad, la ms densamentepoblada,seubicanoficinasdeimportantesejecutivos,la Bolsa Mexicana de Valores y algunos de los mejores hoteles de la ciudad. Empleados, ejecutivos y patrones ahora deben caminar incluso algunos kilmetros para llegar a sus trabajos, y estn re-sentidos.

    El viernes pasado un terremoto de 5.9 grados Richter oblig al desalojodecientosdeedificioscuyosocupantesseinternaronentrelos campamentos en busca de seguridad. No slo fueron bienvenidos quealfinyalcaboelmiedonodistinguemilitancias,sinoquegoza-ron de algn bocado para el susto.

    Los pocos turistas extranjeros toman fotos y se sorprenden de que nadie est ocioso. La actividad en cada campamento es constante y de todo tipo. Abundan los talleres de derechos humanos, de ajedrez, de cermica y de cualquier cantidad de otras manualidades. A diario hay decenas de conciertos de todo gnero musical, conferencias, lec-turas de poesa, proyecciones de pelcula, obras de teatro, danza y exposiciones de fotografa, pintura y escultura.

    Los ancianos practican Tai Chi, los nios juegan, los jvenes, entre caricias y besos, levantan frgiles estructuras y preparan los escena-rios, los adultos organizan actos polticos y todos participan en el vo-lanteo de decenas de folletos y pasquines que explican por qu estn ah. Otros han instalado puestos donde venden desde artesanas has-ta libros, discos, tazas y remeras con consignas. Se ofrecen servicios gratuitos de barbera y salones de belleza, clases de salsa y cumbia, asesores jurdicos

    Son las calles-posada, las calles-taller, las calles-escenario, las calles-kindergarden, las calles-trabajo, las calles-protesta.

    Nadie sabe qu sigue a esto. Cuando faltan menos de 24 horas para conocer el resultado de un recuento parcial, ordenado por el tri-bunal electoral.

  • 18

    4. Cuando se habita el espacio pblico Agustina Ruiz Barrea - Pgina 12 5/10/2008

    En octubre del 2008 se celebr en Buenos Aires el 7 encuentro de teatro comunitario, con la asistencia de 1500 vecinos actores por-teos y procedentes de todo el pas y de Montevideo. Se extraen tres textos de reportajes periodsticos:

    Sin duda el encuentro nos ayuda a acercarnos a nuestro objetivo mayor: que la gente vuelva a ocupar la calle, que el espacio pblico deje de ser un lugar de trnsito

    trabajamos en la plaza salvo cuando llueve. Ensayamos, proba-mos escenas, fragmentos de obras. Todo est a la vista, no hay miste-rios, los vecinos ven la cocina teatral en vivo.

    es una manera de intervencin directa, de plantearnos en qu tipo de comunidad queremos vivir y qu podemos hacer al respecto

    5. Cuando algunos se incomodanArq Carlos Libedinsky / La Nacin / 26-09-07(extracto) He pensado repetidas veces que uno de los espacios acfalos de la

    trama urbana debera ser utilizado para instalar un Foro de las Mani-festaciones. Este manifestdromo sera un gran espacio pavimenta-do e iluminado que constara de un escenario, debidamente equipado con sistemas de sonido, molinetes de acceso para contar el nmero de concurrentes, baos a escala de la multitudinaria concurrencia... y vastas playas de estacionamiento.

    La primer funcin sera contener todas las manifestaciones polti-cas, de protesta, piquetes, escraches, festejos, etc., para que fueran desarrolladas sin perturbar a ciudadanos que no tienen nada que ver ni estn a favor o en contra de esas protestas y a quienes se causa habi-tualmente enormes molestias. En la era de la comunicacin y la infor-mtica son claramente anacrnicas las actuales formas de protesta.

    6. Cuando la vida urbana genera malestarTranscribimos tres testimonios del diario Clarn.

    Dice Cecilia Arizaga: Conocidos en Estados Unidos y Europa como lifestyle medicines, los psicotrpicos han abandonado la ca-tegora de medicamento para ser pensados y consumidos como un estilo de vida, que proporciona alivio rpido a las condiciones de mo-lestia y malestar que acarrea la vida actual.

  • 19

    Segn la Organizacin Mundial de la Salud, en los ltimos aos se ha instalado la sociedad depresiva, el mal del siglo, producto del stress, el hasto y la falta de ideales de la sociedad urbana. Se espera que los trastornos depresivos, que en la actualidad son la cuarta cau-sa de muerte y discapacidad a escala mundial, ocupen el segundo en el ao 2020.

    Laura es hiperquintica, madre de dos hijos, esposa cumplidora y trabajadora full time de una empresa, siempre tengo a mano Ibu-profeno, cuanto ms alta la dosis mejor. Sirve para cualquier dolor, te saca el malestar, el dolor de cabeza, de espalda, de todo. Y tomo Rivo-tril o Alplax para bajar la ansiedad, los miedos, tambin toma Sertal Compuesto o Buscapina, Amoxidal 500 cada 8 horas si me resfro y un Oxa si estoy muy tensa. Cuando estoy muy cansada y debo seguir, nada como una Aspirina.

  • 20

    La sociedad como comunidad imaginada est sustituyendo a la co-munidad de verdad. Quizs hoy estamos construyendo la ciudad, pero no estamos construyendo los espacios de la socialidad.

    Hacer ciudad supone proteger las comunidades de proximidad. La consolidacin de la escala barrial y la produccin de sus sitios son fundamentales para el desarrollo de las redes sociales urbanas. La configuracindeunespaciopblicopropicioparalavidacolectivaesuna condicin para producir ciudadana y superar el estado de aglo-meracin anmica en que vive la poblacin.(*)

    El gregarismo es un rasgo de la condicin humana. Los seres hu-manos se fecundan y potencian en sociedad. Por condicionamiento gentico o por adaptacin para la supervivencia, desde sus orgenes la poblacin aparece agrupada en comunidades tribales, establecien-do sus relaciones sociales, ceremoniales y productivas en el espacio comunitario.(**)

    Existeenloshumanosuninstintodeafiliacinsimilaralobser-vado en diversas especies animales. La opinin mayoritaria de los antroplogos coincide en que, en el origen, las personas se agruparon para sobrevivir y reforzarse en el logro de necesidades compartidas. Desde all y para siempre, el grupo se convierte en marco de referencia

    * La comunidad es la forma primigenia de agrupamiento humano. Se denomina as a determinados grupos caracterizados por una fuerte cohesin. Se aplica

    tambin a agrupamientos sociales localizados en diferentes magnitudes territoriales como el barrio o la ciudad. En estos casos, la nocin de comunidad enfatiza los vnculos sociales, hist-ricos y afectivos.

    Segn el Diccionario de Ciencias Sociales y Polticas (Torcuato Di Tella y otros).

    ** Dice Nels Anderson: los comienzos de la vida en comunidad se pierden en el misterio. Se sabe que la humanidad primitiva estaba dividida en gran nmero de pequeas comunida-

    des. Este mosaico soport todo el perodo de evolucin del gnero humano y cre las circuns-tancias que habran de traer cambios en su cerebro.

    Inclusive el lenguaje debi su desarrollo a las necesidades de comunicacin que planteaba la vida en comn.

    INTRODUCCIN

  • 21

    yconfiguraun imaginariosocialquedefine,en trminosculturales,el comportamiento de sus miembros.Esta forma de vivir en sociedad lleva ms de 100.000 aos y no cambiar.(*)

    Histricamente las ciudades dispusieron de numerosos lugares aptos para la convivencia. Las plazas, los atrios, las calles an no amenazadas por los atosigamientos del trnsito constituan parte de la oferta espacial que la ciudad haca para el encuentro de sus ha-bitantes. Lamentablemente, en la actualidad el espacio colectivo ha entrado en crisis. Las ciudades han sufrido una transformacin pro-fundaydesfavorable,impuestaporlairrupcindeltrficoautomotory por las malformaciones emergentes de un crecimiento anrquico, producto de poderosas presiones mercantiles que han perjudicado sustancialmente la calidad de vida y las posibilidades convivenciales de la poblacin.

    La construccin de la ciudad es un aspecto central de la econo-ma. A travs de su capacidad de absorber ganancias excedentes, ha desempeado siempre un importante papel en las dinmicas de acu-mulacin del capital. Cada onda de expansin econmica desata una desaforada etapa urbanizadora que, careciendo de regulacin esta-tal, acarrea todo tipo de problemas ecolgicos y sociales. Es as que las ciudades fueron hperextendidas mediante inmensas operaciones especulativas basadas en el loteo indiscriminado de los sucesivos cinturones rurales.

    Los costos econmicos, sociales y psicolgicos son enormes y hoy los estamos pagando. La poblacin debe invertir muchas horas de su vida en salvar grandes distancias, combinando trabajosamente diferentes medios de transporte que tramo a tramo la acercan a des-tino. El tiempo de sus recorridos es cada vez ms largo. Las ciudades mayores dependen de un transporte enrevesado y difcil que cuando

    * Toynbee seala que el hombre es un ser anhelante de races, un ser conviviente que no tolera el estado de desarraigo que caracteriza a la gran ciudad y que amenaza con volverlo loco o incitarlo a tomar caminos criminales.

    Segn Eric Fromm el ansia de relacin es el deseo ms poderoso en el hombre, la pasin fundamental, la fuerza que aglutina a la especie humana, al clan, a la familia, a la sociedad. El fracasoenconseguiresauninpuedesignificarlalocuraolaautodestruccin.

    Para Jos Eduardo Abadi, una de las condiciones del bienestar es el vnculo comunitario, la empata con el semejante, latir en conjunto. No podemos ser si no somos en relacin con los otros. En la medida en que no logramos enlazar nuestra subjetividad con la de los dems, que-damos aislados.

  • 22

    fracasa, como ocurri con el plan Transantiago (Santiago de Chile, ao 2006), determinan su colapso casi total.(*)

    Alexander Mitscherlich seala que la temprana limitacin del trficoprivadoysucanalizacinhaciamediosdetransportepblicodeampliaeficienciahubieseevitadolosproblemasdeltrficourbanoantesqueel conflictosedesarrollara.Porel contrario, segastaronmillonesenimponerlaficcindequeeltransporteurbanoseresolvamediante los vehculos particulares54.

    Slo han transcurrido siete dcadas desde que el trnsito moto-rizado inici la invasin masiva del espacio pblico. Hoy el auto ha impuesto su modelo de vida (**). El espacio peatonal ha quedado redu-cido a las veredas, angostas fajas de refugio donde los ciudadanos, transformadosenflujos,caminanosedetienenalcompsdelsem-foro. En palabras de Rob Krier, el abismo creado entre las inversio-nes realizadas para los automviles y las destinadas a atender otras necesidades humanas nos augura que, cuando esta sociedad trate de volver a vivir social y razonablemente tendremos que pagar un altsi-mo precio para la restauracin del espacio urbano41.

    La habitabilidad del espacio pblico ha sido la primera vctima co-lateral de estos procesos, desprotegida por los administradores urba-nosque,casisiemprefaltosdedecisinparaenfrentarlosinfluyentesintereses afectadospor la planificacin, se reducena asegurar losserviciosbsicos,desbloqueareltrnsitoyacelerarsusflujos.Esasque se construyen autopistas que seccionan los barrios y se asfaltan adoquinados histricos, muchas veces destruyendo reas socialmen-te consolidadas, en busca de ms carriles y mayor velocidad. El inters

    * El problema de la aglomeracin del trnsito no es nuevo. Segn Allan Nevins, hasta principios del siglo XX las ciudades an dependan de los caballos para el transporte. El neoyorquino tena a su disposicin cerca de 1400 carruajes particulares, 500 vehculos con lneas regulares, 500 carros de tranvas a caballo. Los lentos vehculos de traccin a sangre se aglomeraban hasta el sofoco en las calles principales y cubran el pavimento de excrementos y suciedad.

    ** El primer automvil Ford T se produjo el 1 de octubre de 1908. Hasta el ao 1915 sus faroles se encendan con acetileno y hasta 1919 se arrancaba con manivela.

    En 1908, con el comienzo de la irrupcin automovilstica, el director de polica de Berln, Von Stubenrauch, public el siguiente bando: El centro de la calle est reservado en primer lugar paraeltrficodevehculos.Porelloelpeatnevitarcualquierpermanenciasuperfluaenlylo cruzar por el camino ms corto, es decir, perpendicularmente y no en diagonal.

    Esta disposicin anunci el comienzo de una poca cuyo lema sera mantente pegado a la pared.

    Segn el socilogoGaryGereffi, el proceso demasificacin en el uso de los automvilesqued establecido en la dcada del 60, cuando la industria automotriz se erigi en el modelo industrial de la produccin en masa.

    La constitucin de las cadenas productivas post fordistas dio el marco para el principio de la globalizacin.

  • 23

    por el espacio peatonal se limita a las reas histricas y centrales, relacionadas con los ingresos que provee la industria turstica.

    La decadencia del espacio pblico ha debilitado las redes sociales, aunque permanece invariable su potencial como condensador de la vida colectiva. Si bien las actividades comunitarias no se organizan en la calle sino en las instituciones barriales, los vnculos primarios se enlazan previamente en la proximidad que ofrecen la vereda y la plaza del barrio, un paso previo al desarrollo de las organizaciones locales.

    Los cambios emergentes de la sociedad tecnolgica han originado un nuevo espacio pblico virtual, que cancela los vnculos de proxi-midad y fomenta el repliegue individual. Las redes sociales virtuales son hperabundantes, pero descomprometidas y efmeras. Convocan a sus usuarios a travs de temas de inters, pero carecen del valor identitario y organizativo de las comunidades barriales.

    La comunidad urbana necesita soporte espacial. No podemos aceptar la prdida del territorio del encuentro y la comunicacin es-pontnea, los espacios de proximidad. Como dice Roberto Frangella la expresin mayor de la vida ciudadano es el encuentro en los espa-cios de participacin comunitaria, poder encontrarse con los otros, intercambiar, compartir y comunicarse, sentirse parte unos de otros. Compartir la vida da plenitud y sentido a cada da. Es imprescindible que la ciudad ofrezca espacios de encuentro de los que el habitante pueda apropiarse. Cuantos ms espacios pblicos tengamos ms hu-manos y sociables seremos.

    Todas las vertientes de las ciencias sociales sealan que la depri-vacin del espacio colectivo afecta la salud psicofsica de la poblacin y resulta perjudicial para la produccin de ciudadana. Desde la psi-quiatra, Jos Luis Pinillos advierte que los efectos de la desintegra-cin social sobre los trastornos mentales no son especulaciones. La relacin causa efecto est por desgracia demasiado bien documenta-da en este orden de cosas60.Lainclusinsocialadquiereunsignifica-do teraputico para un ciudadano inmerso en un clima generalizado de indiferencia social. Desde lo sociolgico R. E. Park seala que la ciudad favorece los desarrollos individuales, pero determina un ma-yor riesgo de marginacin y patologas mentales que se traducirn en desorganizacin moral y familiar. De ah la importancia de las comu-nidades locales, factores aglutinantes que equilibran las tendencias a la segregacin y al anonimato presentes en el medio urbano2.

    Existe una divergencia fundamental acerca del sentido del espa-cio pblico: el idioma cotidiano suele igualar las expresiones espacio

  • 24

    pblico y espacio social sin percibir que con la primera se alude a la va pblica, es decir, al derecho de circulacin, mientras que la segunda privilegia el uso comunitario, el derecho de instalar en l la vida social y las actividades pblicas de la poblacin.

    Si se trata slo de un espacio de trnsito, la vida de los habitantes transcurrir disociada en tiempos estancos, siempre dentro de los edificios.Si,comolofuehistricamente,sepiensaelespaciopblicocomo hbitat de la vida colectiva, ambas vidas, la pblica y la privada, se integran en un tiempo continuo, en un espacio antropolgico, fsico y temporal que asume su sentido cuando es habitado.

    Esta integracin no se produce en la ciudad tomada como un todo. Es en la escala barrial donde el habitante puede hacer pie para arrai-gar en una sociedad urbana que por lo compleja y sobredimensiona-da le resulta ilegible y difcil de comprender. La existencia de barrios es lo que contrarresta el pernicioso efecto del anonimato y la masi-ficacin,caractersticosde lasciudadesgrandes.ComodicePierreGeorge, la unidad bsica de la vida urbana es el barrio. Siempre que elhabitantedeseasituarseen laciudadserefiereasuentorno.Sipasa a otro barrio tiene la sensacin de trasponer un lmite. Es por esoquelosbarriosposeennombresquelesconfierenpersonalidaddentro de la ciudad.

    Si la existencia de organizaciones barriales es la primera condicin para promover la vida comunitaria, la segunda es contar con luga-res pblicos aptos para contenerla. Hay una fuerte relacin entre la manera cmo se organiza el espacio colectivo y el desarrollo de los vnculossociales.Laconfiguracindelossitiospblicoscondicionalasconductasydefinelasubjetivacindetalesvnculos.Lavidaseasienta en el espacio, por lo que depende de l.(*)

    Desde luego, no puede esperarse que una buena organizacin del espacio colectivo asegure el xito de la vida comunitaria, la actitud participativa depende de factores individuales y sociales, como el sentido de pertenencia y el nivel alcanzado por la organizacin barrial, pero no cabe duda que el xito de las convocatorias, la voluntad de concurrir y el deseo de permanecer, dependern en buena medida de la disponibilidad de lugares ambientalmente contenedores y funcio-nalmente equipados.

    * Relata Edward Hall que durante un debate parlamentario sobre obras de restauracin en la Cmara de los Comunes, Churchill expres su temor a cualquier desviacin del modelo del local histrico que pone frente a frente a los diputados separados nicamente por un estrecho pasi-llo,yaquepodrallegaramodificarlospatronestradicionalesdelgobiernoingls102.

  • 25

    La relacin entre la sociedad y la arquitectura, dice Richard Ro-gers, es el espacio pblico, el lugar de encuentro e intercambio entre las personas. Lo que hoy se necesita es una institucionalizacin que proteja el espacio pblico. Siempre me preocupo por crear lugares paralagente,nosloedificiosparalasciudades.

    Cuales y cmo deben ser estos espacios promotores de la vida colectiva? (*) Las respuestas se encuentran en la esfera del microur-banismo, un rea fronteriza entre la arquitectura y el urbanismo, que enfoca el diseo de los lugares menores de la ciudad, la pequea es-cala en la que se instalan los habitantes cuando su vida se desarrolla en el espacio pblico. As como los arquitectos pueden organizar un edificio para promover el encuentro entre sus habitantes, tambinpueden inducir socialidad a travs de una organizacin intencionada de los mbitos colectivos.(**)

    Como seala Alexander Mitscherlich, el reto que se presenta a arquitectos y urbanistas es el de crear un territorio que lleve impl-citos los presupuestos para convertirse en una patria para sus ha-bitantes54. Es en este campo donde, con el apoyo de las disciplinas convergentes, son irremplazables para aportar al desarrollo de un modelo humanizado de hbitat urbano.

    * Lefebre seala la conveniencia metodolgica de abordar el fenmeno urbano a partir de las propiedadesformalesdelespacio.Esquelaformaurbanainfluyesobrelaspercepcionesdelosciudadanos, condiciona sus comportamientos y desplazamientos y determina la jerarquizacin de los lugares de la ciudad.

    ** De un reportaje al arquitecto cataln Joseph Acebillo. En Barcelona el espacio pblico cuenta mucho. El clima es muy bueno y a todos nos gusta la

    calle... Cmo hicieron para transformar tanto a Barcelona? Ganamos espacio pblico. Entre el ao 80 y el 87 diseamos y construimos ciento cuarenta

    lugares nuevos, pequeitos a veces. Placitas, mnimos espacios para que todo el mundo tuviera cerca de su casa un respiro pblico, pavimentado, con rboles, con una fuente para beber, con un banco.

    Tiraron construcciones abajo? Muy pocas veces. Construimos sobre huecos que existan, espacios residuales. Hemos tra-

    bajado mucho sobre la instersticialidad, espacios aparentemente sin valor para convertirlos en espaciospblicossignificativos.

  • La crisis de la vida urbanaen la era de la globalizacin

    Captulo I La globalizacin como contexto de la vida urbana

    Captulo II Los factores globales de disgregacin social

    Captulo III Los factores urbanos de alienacin social

    1

  • 27

    1. La globalizacin econmica

    La globalizacin es un proceso que crece y se ha acelerado mucho en los ltimos diez aos. Segn Eric Hobsbawm, el reconocido historia-dor ingls, en el ao 2050 estaremos ms globalizados y en el 2100 mucho ms. La tendencia expansiva es intrnseca al capitalismo. Ya existieron etapas en el pasado, pero la difusin instantnea de infor-macinyelmasivodesarrollotecnolgicoycientficolehanimpartidouna aceleracin indita.

    La abolicin de las distancias y el tiempo es el resultado de los re-volucionarios perfeccionamientos en el transporte y las comunicacio-nes, que han llevado a los actuales niveles de globalizacin (*). La inno-vacinmsinfluyenteeslaquepermitidescentralizarlaproduccinindustrial en escala global, ms all de la localizacin de las casas matrices.Hoyeshabitualdiversificarlaproduccindecomponentes,por ejemplo motores, y hacerlos converger donde se quiera, proce-diendoallalarmadofinal.(**) Esta evolucin no hubiera sido posible sin la mejora espectacular de los sistemas informticos, que permiten controlar todos los aspectos de un proceso productivo disperso en pases diferentes.

    En lo econmico, la globalizacin supone el dominio de un pe-queo grupo de naciones sobre el conjunto de los mercados mun-diales. Hasta ahora, los EEUU han liderado ese grupo, basados en

    * Segn Hobsbawm el primer gran cambio se produjo con la aparicin de los aviones de carga. El mejor ejemplo es el de los productos frutcolas: desde cualquier latitud es posible importar frutas tropicales, australes o boreales con independencia de la temporada. El transporte areo permite traer esos productos frescos a los hogares. [36]

    ** Ya en los aos 70, la Volkswagen tena instaladas fbricas en Argentina, Brasil, Canad, Ecua-dor, Egipto, Mxico, Nigeria, Per, Sudfrica y Yugoslavia.

    En Manaos, Brasil, en la selva amaznica, se fabrican textiles, juguetes y electrnicos para compaas estadounidenses, holandesas y japonesas.

    I LA GLOBALIZACIN COMO

    CONTEXTO DE LA VIDA URBANA

  • 28

    la preeminencia del dlar como moneda universal y en que son y se-guirn siendo por mucho tiempo la potencia sin competencia desde el punto de vista militar.(*)

    Sin embargo, prestigiosos analistas coinciden en que esto no po-dr sostenerse en el largo plazo. EEUU es actualmente una poten-cia endeudada que estuvo viviendo muchos aos por encima de sus posibilidades y que representa un porcentual cada vez menor de la economa mundial. En el perodo 2003/2008 creci un 15%, mientras China lo hizo un 64%, India un 52%, Rusia un 41% y Brasil un 25%.China, en particular, se ha convertido en una gran potencia, inclusive en materia militar. Hoy es el mayor exportador del mundo y se calcula que en el ao 2011 se convertir en el primer productor mundial de automotores. Tambin la India es una potencia regional con enormes recursos humanos, que dispone de una verdadera originalidad en el terreno de la tecnologa y la investigacin. La Federacin Rusa se re-constituye rpidamente y en Sudamrica el MERCOSUR, liderado por Brasil, es un proyecto que se consolida, pese a las presiones ejercidas por EEUU, que desde hace ms de un siglo, detenta la hegemona con-tinental.(**)

    En el hemisferio norte estall en el ao 2008 una inmensa bur-buja especulativa. La onda expansiva cubri el mundo. En palabras del economista Daniel Muchnik: frente a la incredulidad de muchos, primero se pinch la burbuja inmobiliaria y se derrumb la burbuja accionaria.Luegoladelosbonos,despuslasmonedasyalfinallasmaterias primas. La banca de inversin se fue desmoronando como un castillo de arena. Las cinco mayores entidades Merril Lynch, Leh-

    * Segn el politlogo Juan Gabriel Tokatlin: Estados Unidos tiene 860 instalaciones militares en el mundo (15 grandes, 19 medias y 826 pequeas); algo que ninguna gran potencia aspirante o conjunto de potencias tiene. Se agreg en 2007 el US African Command, al tiempo que en 2008 se reactiv para el rea de Amrica Latina la IV Flota desactivada en 1950 103.

    ** En el ao 2004 Jeffrey Sachs pronosticaba que pese a su riqueza y su podero militar EEUU ir perdiendo su capacidad de proyectar presencia poltica. Su presupuesto est en crisis gracias a los gastos militares. Estamos tomando prstamos masivos en el exterior, slo los bancos asiticos nos han comprado bonos de deuda por ms de un billn de dlares. [104] EEUU no podr posponer eternamente su inevitable declinacin. El resto del mundo lo est alcanzando.

    Traselestallidode lacrisisdel2008,PaulKrugmanconfirmabaelpronsticodeGeoffreySachs: durante la mayor parte de la ltima dcada EEUU fue un pas de tomadores de crditos. Ahora estamos en problemas. Si quieren ver lo que hara falta, miren el programa de obras pblicas conocido como Segunda Guerra Mundial. [105]

  • 29

    man Brothers, Morgan Stanley, Bear Stears y Goldman Sachs fueron absorbidas o ingresaron en quiebra106. (*)

    A partir del derrumbe, el postulado de dominio unilateral est siendo discutido por una nueva lgica multilateral.

    Miguel Bein seala que Amrica Latina qued del lado bueno del rompecabezas mundial por los efectos de la integracin de China e India al mercado global. ramos un pas que desde 1930 no poda vender lo que era capaz de producir y hoy nos cuesta organizarnos para producir lo que estamos en condiciones de vender. La regin es complementaria con la mitad de la poblacin mundial que crece al 8%, aunque ya no le venda tanto a la mitad que crece el 2,5%, el grupo de los pases ricos.

    Laglobalizacinha intensificado laconcentracinde la riqueza.Las empresas mundiales absorben a las nacionales y en todo el mundo la brecha de ingresos promedio entre ricos y pobres se agranda rpi-damente a expensas de la exclusin de centenares o miles de millones de seres humanos. Las consecuencias son tan graves que el Vaticano ha declarado pecados sociales a las desigualdades econmicas que alimentan una insostenible injusticia social. LOsservatore Romano reconoce esta realidad como un corolario del inevitable proceso de globalizacin.

    Los pases que tratan de dar proteccin a sus poblaciones intentan no ser superados integrndose en bloques regionales. Parece claro que slo a travs de estas uniones tendrn la posibilidad de oponer-se con xito a la explotacin extranjera de sus recursos nacionales, yaqueanivelglobalnosepercibeningunatendenciarealaunificarlas Naciones en una autoridad poltica mundial.(**) Prcticamente no

    * Declarada la crisis, George Soros observaba: termin una poca de organizacin global basada en el dominio del dlar.

    El consenso de Washington impuso una disciplina a todos los miembros de la economa glo-bal excepto a EEUU que tena el dlar como divisa aceptada por los dems. Por esta va acab utilizando todos los ahorros del mundo para apoyar el consumo interno.[107]

    Traslacrisis,segnAnaBaron,enEEUUlapobrezasubiel14,3%en2009,esosignificaqueunodecada7desushabitantesespobre.Lasestadsticasoficialessondevastadoras.Eldes-empleo sigue aumentando y la situacin social deteriorndose. Mientras tanto cientos de miles de viviendas estn vacas y las tasas de ejecuciones hipotecarias estn en aumento: 2 millones perdieron sus casas en 2008, 2,8 millones en 2009 y se espera an ms para 2010.

    ** En trminos tericos, dice Hobsbawm, ya hay quien ha tratado de imaginar un planeta donde las unidades no estn constituidas por pases sino por grandes grupos empresariales: las 200 empresas internacionales ms importantes, circundadas por entidades econmicas menores, pero multinacionales, tipo Benetton, y un tercer crculo de pequeas empresas con acceso al mercado global a travs de internet. Este mundo sera altamente inestable. Cualquiera de los gigantes actuales de la economa global, GM, Ford, IBM, Microsoft, puede sufrir cambios impor-tantes en sus estructuras o desaparecer en plazos breves.

  • 30

    existen instituciones polticas globales con poder real. La ms impor-tante, la ONU, que obtiene su poder de los Estados existentes, slo es respetada cuando sus decisiones no se oponen a las polticas nacio-nales. Los pases centrales ni necesitan desobedecer, ya que, como miembros privilegiados del Consejo de Seguridad, cuentan con poder de veto(*). Un conocido ejemplo es el de EEUU que, con casi el 99% de los pases del mundo en contra, mantiene el bloqueo a Cuba desde hace medio siglo.

    2. Las sociedades nacionales ante la globalizacin

    Coexistenenelmundodossistemasconflictivamenteinterconec-tados:unoglobalizadoque tiendeaunificar laeconomamundial yotropluralista, formadopor losEstadosquedefiendensusautono-mas. El primero presiona sobre los pases que conforman el segundo para determinar sus polticas econmicas.(**)

    Hobsbawm afirma que la idea de que contra la globalizacinno se puede actuar es errnea. De hecho, dentro de ciertos lmites, los gobiernos lo hacen con regularidad, ya que sus autoridades po-lticas estn comprometidas por la democracia electoral y deben atender a los intereses de la poblacin si pretenden seguir gober-nando. Su problema consiste en cmo manejarse cuando ciertas empresas globales, tan poderosas como los mismos pases, los obligan a negociar, utilizando su poder para actuar en contra de la gobernabilidadporvaeconmica,financieraymeditica,cultivan-do descontentos y creando situaciones de crisis. Es sabido que la responsabilidad por la inseguridad social recae siempre sobre los gobiernos.

    Elmsprofundoysignificativode losproblemasde losEstadosdemocrticos estriba en la distribucin de la riqueza. No hay duda de que el Estado es el nico protagonista capaz de redistribuir, compen-sando los estragos sociales que produce una economa abandonada a

    * Noam Chomsky seala que en las Naciones Unidas, EEUU es el pas que por lejos ms vetos produjo en una amplia variedad de cuestiones. En los primeros tiempos de la ONU podamos contar con el acuerdo de otros pases. Como ahora no podemos, determinamos por nosotros mismos.

    ** Dice Osvaldo Bayer: el continente africano est siendo devorado por las naciones centrales. Compran los mejores campos con arroyos o fuentes de agua en los que cultivan alimentos b-sicos que exportan a sus respectivos pases.

    Ya se han superado los 20 millones de hectreas, condenando al destierro y a la lucha contra el hambre a los habitantes africanos que cultivaban all sus alimentos.[109]

  • 31

    sus propias leyes. No en balde el ultraliberal presidente Reagan insis-ta en que el gobierno no es la solucin sino el problema.

    Lo que el Estado de Bienestar puede proporcionar es muy superior a lo que las personas podran obtener por s solas en una sociedad neoliberal.SetratadeunEstadoregulador,planificadoryrecaudadorque capta buena parte de los ingresos nacionales y los redistribuye por la va de los salarios, los seguros de desempleo, el crdito barato, los subsidios y un amplio abanico de servicios sociales. (*) En la actua-lidad no se vislumbra otra alternativa realista para la distribucin de la riqueza. Las propuestas de neto corte socialista, donde las eco-nomas nacionales quedan en manos del Estado, no estn pudiendo superarelcolapsodelmodelosovitico,ladescalificacinmeditica,ni las sanciones econmico polticas que les dispara el sistema que intentan sustituir. (**)

    3. La globalizacin de los valores neoliberales

    Cmo se explica la relativa aceptacin social de un ideario que, como el de la globalizacin, acta en contra de los intereses de las mayoras ciudadanas?

    Desde hace ms de cuarenta aos las empresas y los economistas del mercado han orientado su labor hacia la formacin de opinin p-blica intentando, a partir de la forma como constituyen los relatos, in-corporar sus ideas al sentido comn. Se trata de un discurso que ter-mina siendo apropiado por buena parte de la poblacin, desenfocada de las claves de la realidad por una reiteracin meditica que apunta contra todos los vnculos que no se basen, como deca Adam Smith, en la natural inclinacin del ser humano a comerciar y perseguir el placer personal. Como apunta Pierre Bourdieu: se pretende que la visin neoliberal es algo evidente y sin alternativa posible porque exis-te un trabajo conciente de inculcacin simblica para imponer como obvios los presupuestos del pensamiento conservador.

    * CarlHonorsealaqueafinesde ladcadadel90,Franciadioelaudazpasode limitarelhorario de trabajo a 35 horas semanales. Hoy, los empresarios franceses se quejan de que la RevolucindelociohahechoqueFranciadejedesercompetitivayqueelflujodeinversioneshaya disminuido por el alto costo de la mano de obra francesa.

    Estaexperienciaponedemanifiestoladificultaddetomarunaposturanacionalcontralasnormas que rigen el mundo globalizado[37].

    ** Phillippe Starck, desde su visin de diseador, observa agudamente que el socialismo cay por culpa de la mala calidad del primer prototipo. Si yo tirase la toalla cada vez que me sale mal el primer prototipo, no hara nunca nada[110].

  • 32

    Polticamente el secreto est en dominar el aparato de comunica-cin, el mayor instrumento de poder de nuestro tiempo, con su capaci-dad de colonizar la percepcin y la subjetividad de las personas. Su xito ms acabado se produce cuando las ideas impuestas se transforman en lugares comunes, porque entonces parece que han existido siempre. Quien pretenda cambiarlas estar subvirtiendo el orden natural.

    La produccin del nuevo imaginario social se irradia desde diver-sos mbitos:

    En primer lugar, el escenario de la percepcin sensible pasa a ser dominante, alejando toda posibilidad de anlisis.(*) Su manipulacin constituye el factor ms relevante para la insercin meditica de los polticos. Las elecciones no las ganan las ideas sino poderosos grupos econmicosquepromuevenalcampodelapolticaafigurasdealtapenetracin popular. La baja de la militancia hace que las campaas quedenenmanosdequienesdisponendelosrecursosparafinanciarsu publicidad.(**)

    Segn el politlogo Alain Uhamel, asistimos a una transformacin desde la democracia representativa a la de opinin, que hace que las propuestas de un partido resulten de los sondeos previos. Es la vic-toria de la imagen sobre el proyecto poltico, de la subjetividad sobre la racionalidad.

    La instalacin del miedo es otro xito propagandstico. Bourdieu12 seala que la imagen de un mundo lleno de delitos y odios raciales, seintroducepocoapococomounafilosofapesimistaqueestimulaelretraimiento poltico y la resignacin (***).

    Es evidente que un ciudadano con miedo se hace mucho ms ma-nipulable, menos crtico y est dispuesto a transferir ms libertad que

    * SegnJosPabloFeinmann,elfilmTheTrumanShow,dirigidaporPeterWeir,metaforizaelenorme poder de conviccin de la manipulacin meditica. A Truman le crean su entorno y su vidaenunenormeset televisivo.Weirdemuestraquesepuedecrearuna realidadficticiaapartir de los medios de comunicacin [111].

    ** Enelao2010,eltribunalsupremodelosEEUUhapermitidoalasgrandesempresasfinanciarsin lmites las campaas polticas. Segn el presidente Obama: el tribunal aplic un duro golpe a losesfuerzosporcontrolar la influenciade lasempresasenelquehacerpolticodelpas.Hastalasempresasextranjeraspodrnparticipardeello.Estosignificaquecualquierfuncio-nario pblico que tiene la valenta de oponerse a los intereses particulares y defender al pueblo puede ser atacado en el momento de las elecciones [112].

    *** Ha quedado atrs la vieja prdica de Frankling Delano Roosevelt: Lo nico que tenemos que temeresaltemormismo,untemordesconocido,irrazonable,injustificado,queparalizaloses-fuerzos. Desde el 11/09/2001 una voz invade cada cinco minutos los aeropuertos de los EEUU.

    Como si se tratara del pronstico de la temperatura, la voz informa el grado o nivel de ame-naza de atentados terroristas.

    De lo que se trata, en realidad, es del pronstico del miedo.

  • 33

    un ciudadano normal. Ello no puede menos que afectar las condicio-nes de la vida urbana, propendiendo al aislamiento de la poblacin y aladesconfianzahaciaelcolectivosocial.Lailusindeunmundodedelincuencia y violencia aumenta las ansiedades y las fobias y hace desear que la poltica quede en manos de los especialistas.

    El discurso neoliberal ha realizado un inmenso trabajo para el debilitamiento de las estructuras colectivas establecidas. Su estra-tegiamediticaapuntaaidentificarlalibertadconelindividualismo,generando un equvoco que convierte el debate pblico en una discu-sin falsa. Guiadas por la engaosa propuesta de una libertad indivi-dual ilimitada, las personas se despolitizan y apartan de la vida p-blica, diluyndose como sujetos capaces de asociarse para intervenir en las decisiones polticas. El discurso elude expresiones en contra delaparticipacin,perolaidentificaconlosinofensivosmensajesdeveinte segundos que los oyentes envan a las emisoras y que stas seleccionan antes de lanzarlos al aire.(*)

    Como dice el lingista norteamericano Noam Chomsky, se est plasmando una especie de neodarwinismo social expresado en el concepto de meritocracia. Deben dirigir los mejores y ms exitosos 18. Se ha inducido el tener dinero como un nuevo valor para medir el xito ya que, se dice, todos pueden obtenerlo si se han preparado y trabajan duro. Desde esta tica todo induce a la poblacin a ocuparse de lo propio y delegar los pblico en los lideres del mercado.(**)

    La irreversibilidad de esta situacin dice Chomsky est fundada en el crdito y en la especulacin de bolsa. En el crdito porque mien-tras impulsa la cultura del consumo estimula el endeudamiento de la poblacin. En la especulacin porque la inversin del ahorro y los fon-dos jubilatorios en acciones y bonos de Bolsa, destruye toda base soli-daria. Si tengo mi jubilacin invertida en determinada compaa, quie-ro que esas acciones suban, aun sabiendo que para que esto ocurra deben empeorar las condiciones de sus trabajadores. De este modo, seunificanlosinteresesdelagenteconlosdelascorporaciones.18

    La adiccin a esta forma de obtener dinero se ha convertido en un fenmeno incontenible. El porcentaje de estadounidenses actualmente

    * Segn la antroploga Rosala Winocurt, un ciudadano meditico piensa desde lo inmediato. No milita polticamente sino que escucha la radio, mira la TV y llama a los medios, generalmente para quejarse. Esa forma de participacin hace que la cosa pblica tenga lugar desde la cocina.

    ** Bourdieu seala que el mercado propone basar la legitimidad en la autoridad de la ciencia eco-nmica. Estas elites dicen quiero que Francia sea un pas serio y feliz. Las personas formadas sabemos dnde reside la felicidad del pueblo que, a veces ofuscado por algunos deseos incum-plidos, no se da cuenta de lo feliz que es [13].

  • 34

    vinculado con la especulacin burstil llega casi al 60%. No hay duda quelaideadelahorromasivoinvertidoenaccionesfinancierasesunaobra maestra del neoliberalismo.

    4. La globalizacin del trabajo

    Entre los medios de produccin de la era tecnolgica, los seres hu-manos son cada vez menos necesarios. Constituyen el nico factor cuyos costos no se pueden reducir ms all de los umbrales de super-vivencia, razn por la cual la presin para eliminarlos es enorme.

    Msbeneficios ymenospuestosde trabajo han sido siempreunatendencia de la economa capitalista. Sustituir gente por mquinas es su lgica productiva. La novedad que introdujo la globalizacin reside en que el universo de la produccin ha sido desterritorializado y que, a partir de la conversin de las grandes empresas en empresas-red de escala mundial, se han puesto en crisis la estabilidad del trabajo y el salario. El miedo al despido est presente en todo momento y en todas las mentes.

    La deslocalizacin del trabajo hacia los pases con salarios ms bajos, ha planteado un nivel internacional de competencia entre los trabajadores. En palabras de Bourdieu, el trabajo se ha convertido en un privilegio. La precariedad laboral ha instituido un estado generali-zado de inseguridad y temor que no tiene precedentes. A este modelo selellamaflexibilidad ,esdecir,facilidaddedespidoeimposicindehorarios irregulares. La competencia de los trabajadores de pases con conquistas sociales y organizacin sindical contra los de pases sumergidos, rompe las resistencias y consigue obediencia. Hoy, como hace un siglo, se les vuelve a ofrecer un modelo desregulado donde se trabaja 12 hs. diarias 13 (*).

    5. La globalizacin de la cultura

    Se trata, ante todo, de un efecto emergente de las nuevas tecnolo-gasdecomunicacin.TodoreflejalahegemonaculturaldelosEEUU.Segn Hobsbawm, actualmente los EEUU lideran la cultura global y

    * El teletrabajo cumple un rol cada vez ms importante en el descompromiso de las empresas con sus trabajadores.

    En todo el mundo las grandes empresas persiguen el objetivo de promover el teletrabajo como la nueva forma de organizacin laboral.

    UnanlisisdeRobertHalfInternationalindicaqueelteletrabajoyloshorariosflexiblessonel tercer incentivo que las empresas ofrecen a su personal para informalizar sus vnculos labo-rales, slo superado por los Bonos y los das extras de vacaciones.

  • 35

    tienen grandes posibilidades de continuar hacindolo, sustentados en la mundializacin del idioma ingls y en la conduccin del universo informtico, fuertemente concentrado en ese pas.

    La homogeneizacin cultural es muy fuerte. Hoy en da los medios satelizados proyectan en simultneo los mismos programas televi-sivosycompartenlaredunificadadeInternet.Elftboleselmejorejemplo: si bien las reglas del deporte, por su naturaleza, estn muy homologadas, el pblico de un encuentro de ftbol se comporta de idntico modo en cualquier lugar del mundo. En la intimidad de nues-tras viviendas la recepcin de nuestras pantallas nos da una visin de lo que ocurre en el otro extremo del planeta. Como dice Marc Aug hoy Texas, Washington, Mosc o el desierto de Arabia nos resultan conocidos aun que no hayamos viajado. Esta super abundancia de conocimiento espacial funciona como un engao. Constituye un sus-tituto de los universos culturales verdaderos, recortados de sus iden-tidades y del sentido que asumen para sus habitantes.

    Los jvenes fueron un factor clave en la mundializacin de la cul-tura popular, ahora basada en el entretenimiento y el consumo de masas. Los jeans y el rock se han convertido en marcas de la juventud en todo el mundo, el pop art se introdujo en las trampas visuales de la comercializacin, los sonidos que acompaan la vida urbana son los de la msica comercial, el ingls de las letras de rock ni se tradu-ce. En el consumo cultural predomina lo que ha sido diseado para la reproduccin.

    GarcaCanclinisealaquelaglobalizacinredefineloqueseen-tiende por arte tanto en occidente como en oriente. Vivimos un tiempo de interdependencia global en el que estamos confrontados con mu-chas etnias y formas culturales simultneamente. El arte interacta con el mercado, con la moda, con los medios y con pblicos diversos de pases diferentes, culturas heterogneas lo reinterpretan y dialo-gan entre s. De tal manera el arte pierde autonoma y plantea una condicin nueva, caracterstica de la globalizacin.

    El pblico de masas se encuentra slo por accidente con los g-neros de la llamada alta cultura, como cuando un tema de Vivaldi aparece en algn anuncio de televisin. En la msica clsica, dice Hobsbawm, la decadencia de los viejos gneros parece oculta por el aumento de sus intrpretes, pero la produccin operstica y sinfnica se ha reducido.36 Lo contrario ocurre con la msica popular, donde nos encontramos ante un fuerte desarrollo del sincretismo. Es el caso delasmsicasurbanas,unamezcladerepertoriosconfiguradospor

  • 36

    la fusin de elementos locales con otros de la cultura negra america-na, blanca, latinoamericana y, ms recientemente, africana e hind, que es impulsada con gran fuerza innovadora.

    Tambin el hbito de la lectura decay cuando la letra impresa dej de ser la principal puerta de acceso al mundo. La literatura y el teatro fueron suplantados en buena medida por las pantallas del cine, las de la televisin, la computadora personal y las del telfono celular.(*)

    Hoy vivimos en un universo abigarrado y diverso. Las impresiones nos llegan de todos los frentes, imgenes, titulares, anuncios, el so-nido de los auriculares. Luz, voz, letra y sonido, todo se superpone y todo es asimilado simultnea y perifricamente. La vida cotidiana est impregnada por una multiplicidad de impresiones sensoriales. Nunca ha sido tan difcil abstraerse, eludir las experiencias que na-cen de la estimulacin continua de nuestros sentidos. Los artistas, espectadores y lectores no buscan narrativas claras que lleven a des-enlaces unvocos, los enunciados se abren hacia la ambigedad. El gustocontemporneoprefierelosfinalesinciertos.

    Como parte de un mundo hipercomunicado tambin las imgenes del espacio construido tienden a uniformarse. En los cinco continen-tes se habla de una sola arquitectura, sustentada en la mundializa-cin de la alta tecnologa y en la bsqueda de individuacin y especta-cularidad. Los comienzos del siglo XXI estn marcados por la cultura del mercado, produciendo esa arquitectura antojadiza, espectacular y altisonante, concebida para ser mirada y robar cmara. Muchas creaciones de grandes arquitectos del presente como Frank Gehry, Daniel Libeskind, Norman Foster, Zaha Hadid, Herzog & De Meuron, RemKoolhaasoSantiagoCalatravaejemplificanalaperfeccinestatendencia.

    La arquitectura es una de las manifestaciones de uniformidad cultural ms globalizadas. Hobsbawm seala que los pasajeros que arriban a un aeropuerto no pueden percibir en qu pas se encuentran. Su concepcin espacial, los repertorios de diseo y los mecanismos organizativos estn uniformados, por todas partes se ven los mismos lugares, los letreros en idioma ingls, las mismas tiendas y parecidas

    * Gilles Lipovetsky seala que la lectura ha perdido gran parte de su prestigio. No aparece como el entretenimiento favorito en ninguna categora de la juventud, incluso las ms cultivadas.

    Un autor norteamericano se pregunta acaso Google nos hace tontos? Antes yo lea libros, ahora quiero encontrarlo todo en cinco minutos. Es as, buscamos informaciones inmediatas, pero el libro exige tiempo. La gente quiere tener acceso a todo rpidamente, hasta hay libros en cuya tapa se promete explicar Platn en dos pginas: eso es el espectculo. [113]

  • 37

    multitudes tnicas. En todos lados el aire acondicionado anula la di-ferencia climtica 36.

    El antroplogo Marc Aug, creador de la expresin no lugar apun-ta que proliferan los no lugares, en un mundo donde se nace en la clnica, se muere en el hospital, las ocupaciones son provisionales y proliferan los super-mercados. Su frecuentacin no tiene precedente histrico, espacios para una individualidad solitaria y carente de me-diacin humana. Basta con un cartel o una pantalla. Los no lugares son invadidos por textos y automatismos entre los cuales se circula silenciosamente, se consultan las pantallas que indican los precios, se paga con tarjeta de crdito a una mujer silenciosa y se opera en cajeros automticos que se despiden con un digital: gracias por su visita. Es en esos momentos cuando nos invade el deseo de retornar a nuestro barrio, nuestro mbito de identidad.

    6. El futuro de la globalizacin

    Sabemos que una fase histrica determinada no es permanente, que la sociedad humana es una estructura evolutiva y que el presente no es un puerto de arribo. Qu se divisa hacia el futuro?

    En el corto plazo, hablamos de aos, numerosos pronsticos coin-ciden en que el pasaje al multilateralismo ser mas rpido e intenso de lo que se esperaba. Los EEUU intentarn defender su predominio. El advenimiento de un presidente que procura consensos, como Barack Obama, no altera las tendencias hegemnicas de su pas. As lo dio a entender el mismo Obama en su primer mensaje, despus del triunfo eleccionario: A todos aquellos que me miran ms all de nuestras ori-llas, les digo que un nuevo amanecer del liderazgo estadounidense ha llegado.

    Quizs, como dice la economista inglesa Naomi Klein, la crisis del neoliberalismo detonada en septiembre de 2008 debera impulsar una manera distinta para el progreso de nuestras sociedades, pero nada ocurrir si no se ejerce una enorme presin pblica en el perodo pos-terior.Dehecho,adosaosdelestallido,laespeculacinfinancierano slo sigue siendo dominante sino que, insertos en lugares clave de los gobiernos, los banqueros que la produjeron son quienes estn di-seando las regulaciones que sobrevendrn.

    A largo plazo, pensando en dcadas, Hobsbawm admite que no consigue ver claro el futuro de las relaciones polticas y culturales en-tre los seres humanos. Gran parte de las estructuras que tenamos han sido destruidas por el extraordinario dinamismo de la economa

  • 38

    y los cambios que estamos viviendo. Nada funciona como antes y los hombres y las mujeres no estn pudiendo imaginar sus proyectos de vida. El futuro es incierto(*).Lasfuerzashistricasquehanconfigu-rado el siglo XX siguen actuando sobre el colosal proceso econmico, tcnicoycientficoquesacudeelmundo,determinandoqueelsigloXXI se inicie con una situacin de ruptura socia y sntomas claros de que hemos alcanzado un punto de crisis histrica.36

    Entrevariastendenciasquedefinirnlosfuturoscamposdecon-flicto,losproblemasdecisivossonlapobreza,losdemogrficosylosecolgicos(**). La poblacin planetaria se estabilizar en 10.000 millo-nes para mediados de siglo XXI, contando con reducir la natalidad del tercer mundo. Si este lmite resulta superado, el futuro se presentar catastrfico.

    El crecimiento productivo necesario para sostener los nuevos vo-lmenes de poblacin tendr efectos polucionantes irreversibles para el entorno bioambiental, incluyendo a la especie humana. Cambiarn las pautas de vida en la biosfera y podra llegarse a una situacin de inhabitabilidad.Hayamplioconsensocientficoenqueel tiempodeque disponemos se cuenta en dcadas.(***)

    El futuro estar lleno de cambios, muchos de ellos violentos, cuya naturaleza todava resulta oscura. Los movimientos migratorios y la lucha por los recursos naturales aumentarn las fricciones entre los pasescentralesylospobres.Sernunfactorprincipalenlosconflictos

    * Cuando se integren la revolucin biotecnolgica con la nanotecnolgica, tendremos todas las piezas para un cambio cualitativamente transformador con resultados imposibles de pre-decir [75].

    ** DiceAtilioBoron:entrelasmetasdelmileniofijadasporlaONUparael2015figurareducirlapoblacinmundialqueviveconmenosde1,25dlaresporda.Nisiquierataninsignificantelogro puede ser garantizado.

    SerainteresantequelostecncratasyelFMIexplicarancmopodracalificarseaunaper-sona que ha superado el umbral de 1,25 dlares por da. Si gana, por ejemplo, 1,50 es un no pobre por eso? El problema, en vez de afectar a mil millones de habitantes crecera extrordina-riamente si se situara la lnea de pobreza en 2 dlares diarios.

    Mientras tanto los pases ms desarrollados nucleados en el G7 dedicaron a la cooperacin internacional apenas el 0,22% de su PBI.

    *** En diciembre de 2009 se realiz la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim-tico, alrededor de la idea de salvar al planeta del colapso.

    Losinformescientficosadvirtieron(porensimavez)quelasemisionesdedixidodecar-bonoelevarnseisgradoslatemperaturamediamundialparafinesdelsigloXXI,porencimadel promedio de hace doscientos aos, cuando comenzamos a quemar combustibles fsiles en gran escala.

    La Conferencia acord limitar este ascenso a dos grados para el ao 2050. Sin embargo, el planeta desde entonces ya se calent 0.75 C. Si detuviramos el recalentamiento ahora, el efecto ya acumulado agregara otros 0.6 C, por lo que ya estamos en casi 1.5 C. [115].

  • 39

    que se avecinan, con riesgos acrecentados por el incremento de la capacidad de represalia de la poblacin excluida. No pueden descar-tarse los riesgos de guerra a la que siempre recurri el gran capital parasuperarsuscrisis.Difcilmentepuedapensarseenunconflictomundial, pero debe preverse la repetida aparicin de guerras locales y regionales que respondan al mismo objetivo.(*)

    Laalarmasedisparaanteunapeligrosaconfluenciadeanticipa-ciones:

    10.000 millones de habitantes en el planeta. Incremento de las temperaturas mundiales. Deterioro progresivo del bioma. Crisis de agua potable. Poblaciones costeras sumergidas. Desplazamientos masivos de masas hambreadas. Presin migratoria sobre los pases desarrollados. Nuevas tecnologas de destruccin barata, fciles de obtener. Proliferacin de enormes negocios montados sobre la persisten-ciadeestosconflictos(trficodepersonas,armasydrogas).

    Esta sumatoria interpela sobre la sustentabilidad de la civilizacin. No habr solucin a la violencia mientras todos los habitantes del pla-neta no estn asegurados contra el hambre y la enfermedad y no ten-gan un presente que deben cuidar. Como seala Ahmed Zewail, premio Nobel de Qumica, deber haber grandes transformaciones para que haya supervivencia. Hoy estamos todos demasiado cerca como para permitirnos incompatibilidades en el campo de los valores vitales75

    * Tres tendencias en marcha sustentan este pronstico:

    a. En el ao 2009, el Programa Alimentario Mundial (PAM) de las Naciones Unidas anunci que la cifra de hambrientos haba superado por primera vez los 1000 millones de personas y advirti quecontinuaraaumentando.Estasituacin,agravadaporelfuturocrecimientodemogrfico,constituye una receta para el desastre, prlogo de grandes violencias [75].

    b. La privatizacin de los medios de destruccin ha transformado el carcter de la violencia. Ya

    resulta posible que pequeos grupos disidentes puedan ocasionar graves daos humanos y ma-teriales en cualquier lugar del mundo. El costo originado para tales actividades es modesto [36].

    c. Se ha iniciado un nuevo tipo de guerra dispersa, relacionada con las luchas tnicas y religiosas, conelpetrleo,elaguaylaalimentacin,alimentadaporlaproliferacindeltrficodearmas.

    Segn la experta rusa Ekaterina Stepanova, en el mundo islmico se aspira a instalar glo-balmente un nuevo orden social con un mensaje que es poderoso porque se ajusta al malestar de los tiempos que corren: la religin islmica organiza todos los aspectos de la vida, desde las relaciones familiares hasta la vida poltica, segn una visin holstica. Por eso tantos jvenes educados, ingenieros, bilogos, mdicos son atrados por el movimiento [114].

  • 40

    Estamos entrando en un perodo de desenlace en la puja por la apropiacin de la riqueza? Hobsbawm advierte que no llegaremos al futuro prolongando los procesos de acumulacin econmica que mueven el presente. Si hemos de tener un futuro, el capitalismo neo-liberal no debera tenerlo.

    Sumando el incremento demogrfico a los imparables procesosglobales que continan impulsando la urbanizacin de las poblacio-nes rurales, estamos ante el gigantesco imperativo de duplicar la superficieurbanamundialenelbreveplazodecuatrodcadas.Silacomunidad internacional no logra afrontar esta tendencia en forma sustentable, las predicciones de hoy maana sern dramas.

    Los paquistanes, indios y bangladeses han cambiado la compo-sicindemogrficade lasciudades inglesas, losafricanosyrabeslo han hecho con las francesas. En la actualidad estos mosaicos t-nicos estn separados por una profunda brecha racista. Jordi Borja se pregunta si el fenmeno primitivo de Kigali , la capital rwandesa, compartimentadaportribusqueseodian,seconvierteenunaprefi-guracin de pesadilla para nuestro futuro urbano, ya presente en Ar-gel o El Cairo, con ejrcitos protegiendo los barrios civilizados frente a la barbarie popular.

    El mundo esta en camino de ser totalmente urbanizado pero noso-tros no estamos ni siquiera cerca de la urbanidad, considerada como cultura. En Latinoamrica las autoridades pblicas no disponen de los medios para hacer frente a estos problemas y, salvo excepciones, no tienen la voluntad poltica para imponer los cambios y regulacio-nes necesarios.

    Es aqu donde vale subrayar la importancia de las comunidades ur-banasparainfluirsobreestosprocesos.Eldesarrollodelosconflictosque se avecinan depender en alto grado de la capacidad de accin y coordinacin que desplieguen las organizaciones ciudadanas, entre ellas, esas que brotan en el frtil sustrato de la escala de barrio.

  • 41

    La globalizacin nos ubica en un mundo alienado y alienante que amenaza las bases sociales de la civilizacin.

    Es indiscutible que la economa de mercado no tiene rival para des-encadenar las energas econmicas de las sociedades. La bsqueda de plenitud personal a travs de la posesin de bienes materiales pro-vee la energa del sistema, pero degrada el sentido de la vida, tiraniza y enfrenta a las personas y destruye el medio ambiente. Los diversos mecanismos que componen el sistema se combinan para disgregar a su habitantes, derivndolos hacia formas asociales, despojadas de so-lidaridad e indiferentes ante el destino de los dems.

    1. La anomia del cambio continuo (*)

    Apenas tenemos tiempo de envejecer un poco que ya nuestro pa-sado se vuelve historia. La prolongacin de la expectativa de vida y la coexistencia de cuatro y ya no tres generaciones, amplan la memoria colectiva y multiplican la sensacin que cada individuo tiene de que su historia personal atraviesa la historia. La rpida fluencia de loscambios desborda la capacidad de adaptacin de las personas y las sumerge en tensin y alarma continua. La globalizacin y los ritmos de la innovacin tecnolgica han puesto en crisis costumbres y valo-res que poco tiempo atrs eran considerados certezas, rompiendo el sentido de continuidad con el pasado.

    Transcribimos a Jos Luis Pinillos: hemos dejado atrs el tiempo slido de una vida estable y predecible. Evaporadas las normas y los valores anteriores se ha desatado un profundo fenmeno de falta de referencias que explica la proliferacin de comportamientos desvia-dos. La adaptacin al cambio exige un perodo en el que se suceden

    * La anomia emerge de la ruptura de los sistemas de valores vigentes en una sociedad, la prdida del marco que les permite orientarse. El estado de anomia surge de la discrepancia aguda entre las normas, las metas y las capacidades de los miembros del conjunto social.

    Los cambios rpidos crean confusin. Si los viejos valores no son sustituidos rpidamente, el estado de anomia se profundiza.

    Es uno de los factores que explica el aumento de suicidios que se producen en las socieda-des urbanas, independientemente de su prosperidad econmica.

    Extractado del Diccionario de Ciencias Sociales y Polticas; Torcuato Di Tella y otros.

    II LOS FACTORES GLOBALES DE

    DISGREGACIN SOCIAL

  • 42

    etapas de resistencia, aceptacin y recuperacin. En una vida de cam-bios rpidos y continuos, el hombre no puede completar sus perodos de adaptacin entrando en confusin e incertidumbre. No sabe a qu atenerse y no comprende los procesos externos que determinan su vida, por lo que se refugia en la provisoriedad, la bsqueda de place-res rpidos y en proyectos de muy corto alcance.

    La rapidez de los cambios ubica al habitante en un permanente aqu y ahora. Todo se hace efmero suscitando un modo de vivir que se ha bautizado como presente extenso, la dilatacin del momento presente y la negacin de las referencias al ayer y al maana. Se distorsionan las prioridades y las perspectivas. Las pequeas contrariedades suelen convertirse en tragedias, en una regresin a niveles emotivos infantiles de personas que tienen pasiones y msculos adultos. Los psiquiatras germanos las denominan Blitzpsychosen (psicosis relmpago).

    El delito en las grandes ciudades est ntimamente relacionado con la anomia, el desmoronamiento patolgico de los principios y nor-mas de los que surge nuestro comportamiento. La anomia produce personas insatisfechas que luchan sin descanso por avanzar hacia metas indefinidas.Enelcaminocompiten losunoscontra losotrospara terminar agotados, resentidos y desmoralizados.(*)

    Ya el viejo Aristteles adverta que lo que cambia incesantemente est condenado a no poder ser entendido.

    2. La inseguridad laboral (**)

    Las perspectivas de nuestra calidad de vida son tan inestables como nuestros puestos de trabajo y como las empresas que los ofre-cen. Se ha instituido un mundo en el que la poblacin vive alienada por la posibilidad de perder su empleo, y donde la adhesin al trabajo surge del temor al despido.

    Con el miedo al desempleo se extiende la presin hacia trabajar ms horasparademostrareficacia y competencia, inclusiveenestadode

    * Dice Alexander Mitscherlich: las sociedades humanas, como todos los organismos, tratan de mantener su equilibrio vital aferrndose al status quo.

    Nuestraconductanosemodificaderepente.Seprecisaninnumerablesrepeticionesdeunhecho nuevo para que calen en la conciencia social. Primero necesitamos ignorarlo y rechazarlo muchas veces. [54].

    ** Laflexibilizacinlaboralsuponeunaltogradodeinestabilidad.Segnelexpertoenseleccinde personal, Manoel Rebello, en EEUU, una persona de dieciocho aos que ingresa al mercado de trabajo llegar a los 45 aos habiendo cambiado 25 veces de empleo. Su xito en cada uno de ellos depende 25% del conocimiento, 25% de la motivacin y el 50% de saber manejarse en situaciones de alto estrs, de la velocidad de sus acciones y de su capacidad de anticiparse [116].

  • 43

    agotamiento o enfermedad. Millones de personas dejan de tomar las vacaciones a las que tienen derecho y otras continan el trabajo vaca-cionando. Como dice Honor, la tecnologa ha permitido que el trabajo sefiltreencadamomentodelavida.Esimposibleescondersedelcorreoelectrnico y del telfono celular. Hasta en un avin o en una playa, todo el mundo puede estar recibiendo datos e indicaciones laborales. 37(*)

    Los efectos sociales de este tipo de inseguridad son particular-mente corrosivos. Bourdieu, citando estudios britnicos que demos-traban que la poltica thatcheriana suscit una enorme sensacin de angustia entre los trabajadores y la pequea burguesa, seala que la tensin nerviosa por temor a quedar expuestos entre personas in-diferentes, sin la defensa del dinero, es similar al miedo del nufrago. La precariedad laboral siempre produce la desestructuracin de la existencia, la degradacin de las relaciones humanas y una mentali-dad que se expresa en una lucha de todos contra todos.13

    No se puede bromear con la violencia que ejercen los despidos y la precariedad laboral. Pronto aparece la contrapartida, en forma de suicidios, delincuencia, droga, alcoholismo y pequeas o grandes vio-lencias cotidianas.(**)

    3. La induccin del consumo

    El viejo axioma liberal busca una necesidad y encontrars un ne-gocio se ha transformado en otro: para encontrar un negocio, inven-ta una necesidad e indcela a travs de los medios.(***)

    * Hobsbawm seala que trabajar en casa puede convertirse con facilidad en trabajar sin lmite. Aseguraquelossereshumanosnoquierentrabajarsolos,prefierenhacerloencompaa.

    Aunque la actual propaganda seala las ventajas del trabajo en domicilio se dirige en buena medida a liberar a las empresas de la carga de los despidos[36].

    ** Escribe la corresponsal Mara Laura Avignolo: una ola de suicidios en la empresa France Te-lecom conmueve a Francia. Los despidos, las transferencias intempestivas y las deslocaliza-ciones, han trado como consecuencia que veintitrs empleados se quitaran la vida y otro lo intentara en los ltimos dieciocho meses.

    Los trabajadores relacionan los suicidios con un programa de modernizacin de la compa-a: nos han establecido objetivos imposibles de alcanzar. Cambian a la gente de puestos, ar-gumentandoquesiseguimosenunaposicin,perdemoseficacia[11].

    *** En Japn la empresa Bandai ha vendido ms de un milln de unidades de muecas dedicadas a mujeres mayores de 50 aos. Se trata de una mueca de 50cm con mejillas suaves y rosadas y grandes ojos negros que, cuando la abrazan o le hablan, responde. Es considerada un nuevo miembro de la familia al que se le puede ensear a hablar y