El Cristianismo en América Latina

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  • 7/26/2019 El Cristianismo en Amrica Latina

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    El cristianismo en Amrica Latina.

    Discernir el presente para preparar el futuro

    Carlos PALACIO

    Resumen:

    Las dos grandes transformaciones que caracterizan el momento presente de la sociedad occidental -latransformacin cultural y la transformacin religiosa- repercuten profundamente en el cristianismo. El

    anlisis de las mismas permite tomar conciencia de los verdaderos desafos que tendr que enfrentar

    el cristianismo del futuro. El centro de la crisis actual es, pues, el fin de una figura histrica de

    cristianismo. Para construir una nueva figura es preciso regresar a lo que constituy la originalidad

    del hecho cristiano. El futuro del cristianismo en m!rica Latina, como parte integrante de esahistoria, slo podr ser pensado en su especificidad, tomando en consideracin esa pro"lemtica.

    Palabras clave:cultura occidental # religiosidad moderna # cristianismo histrico # identidadcristiana # perspectiva latinoamericana.

    Cmo abordar el problema del futuro del cristianismo cuando se es consciente de la complejidad delactual momento histrico? Es posible hablar de ese futuro sin ser visionario? O se trata, apenas, deun ejercicio de la imaginacin? De mi parte debo confesar que no so visionario ni hijo de visionario!

    " que mi imaginacin no es de las m#s fecundas para crear escenarios del futuro! $ pesar de todo,pensar en el futuro del cristianismo es un acto de responsabilidad teolgica, para todo cristiano% demodo especial para ese cristiano refle&ivo que es el telogo! 'ero cmo plantearlo?

    (er)a imposible abordar la cuestin del futuro del cristianismo en $m*rica +atina sin pasar por unan#lisis de la actual situacin del cristianismo como conjunto! $l fin al cabo, quer#moslo o no, sonmuchas las formas en que esa situacin nos condiciona! Como nos condicion la herencia delcristianismo colonial que aqu) en $m*rica +atina fue implantado! Digamos pues cu#les ser#n los pasosde esta refle&in: a un r#pido an#lisis de la situacin actual del cristianismo, en primer lugar, pararecoger las interpelaciones que nos vienen de la realidad, b seguidamente, una refle&in sobre eln-cleo de la crisis actual: el ocaso de una figura histrica del cristianismo la necesidad de una nueva

    reconfiguracin% para concluir, c algunas consideraciones r#pidas sobre el futuro del cristianismo en$m*rica +atina!

    I. El cristianismo y la situacin cultural y reliiosa !el mun!o actual

    .ace mucho tiempo que el pensamiento contempor#neo, tambi*n el no cristiano, se preocupa por lasituacin actual del cristianismo! 'oco importa saber si la crisis actual es m#s o menos grave que otras

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    por las que atraves el cristianismo a lo largo de la historia./i se trata de tomar posiciones ante lasdiversas interpretaciones de esa situacin012! 'ara nuestro intento es suficiente tratar de comprender,con la maor lucide3 posible, lo que est# en juego para la fe cristiana para el futuro delcristianismo042! De manera mu breve sint*tica podr)amos resumir la situacin actual a partir de dosgrandes transformaciones que caracteri3an el momento presente de la sociedad occidental querepercuten profundamente en el cristianismo: una transformacin culturalde dimensiones mundiales,

    una transformacin religiosade proporciones nunca antes vistas!

    ". La transformacin cultural en primer luar.

    /o se trata slo de las transformaciones internas por las que pas la cultura occidental a lo largo de lossiglos, sobre todo a partir del inicio de la modernidad052% ni lo que, de forma un tanto eufem)stica, sedio en llamar la 6mundiali3acin de la cultura7 89occidental! +o que se revela en la actual crisis de lacultura occidental es una transformacin radical en su $cosmovisin% 8o sea, en su autocomprensin dela vida la historia humanas que est# inseparablemente relacionada con una nueva forma de

    relacionarse con la transcendencia, como veremos mas adelante a propsito de la 6transformacin

    religiosa7! Dos profundas transformaciones, cuas repercusiones se hicieron sentir poco a poco entodos los #mbitos de la e&istencia, tanto personal como social! +a rapide3 vertiginosa con la que enpoco m#s de tres d*cadas se modificaron instituciones, h#bitos, costumbres, valores, etc!, en la sociedadoccidental, es el indicio m#s claro de esas transformaciones que ata;en no solamente a los fenotipos dela 6visin cultural del mundo7, sino que modifican sus genotipos nos colocan, por tanto, en unaverdadera transformacin de la cultura!

    $lgunas caracter)sticas de esa situacin cultural nos permiten vislumbrar el alcance de esastransformaciones, sin que sea posible todav)a, caracteri3ar de forma n)tida, el perfil de la nueva culturaen gestacin!

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    modernidad7 8con sus promesas de una sociedad de bienestar de rique3a sin l)mites, el desencantocon sus 6conquistas7 la consiguiente cr)tica de sus presupuestos! Esa es la significacin de lo que seacostumbra designar como 6posmodernidad7! +a ciencia la t*cnica >versiones dominantes de la 6ra3nmoderna7> son incapaces de ofrecer al individuo ra3ones para vivir, descifrarle el sentido de la vida launidad de su e&istencia! $hora bien, sin unidad sentido, el ser humano no puede vivir!

    Esas contradicciones e&plotaron de manera patente con la mundiali3acin de la econom)a! la prueba m#s cabal de la nueva divisin de la tierra en 6dos mundos7: elmundo de los ricos el de los pobres! En cierto sentido, la crisis de la cultura occidental se torn6mundial7, pero por otro lado, fue posible a trav*s de la ciencia de la tecnolog)a> la apro&imacinentre pueblos culturas mu diferentes!

    Esa apro&imacin de culturas es, sin duda, uno de los aspectos m#s decisivos de la situacin culturalcontempor#nea! +a movilidad que permiten ho los modernos medios de transporte la divulgacininmediata de todo de cualquier acontecimiento a trav*s de la transmisin instant#nea por los mediosde comunicacin, opera una especie de 6reduccin7 del espacio del tiempo infinitos, a dimensionesque pueden ser administradas por cualquier persona! El mundo, como previ @c+uhan, se ha vueltouna peque;a 6aldea mundial7, al alcance de la mano! /o es e&agerado afirmar que ho convivimos >entiempo real , sin duda, virtualmente> con personas acontecimientos que llegan a nosotros de pa)ses culturas que hasta hace poco resultaban tan distantes como misteriosos!

    Esta e&periencia, unida al fenmeno creciente de las migraciones en masa, nos da la medida de larique3a potencial de esa presencia e interaccin entre las culturas , al mismo tiempo, del choquecultural que tal situacin representa! El descubrimiento del 6otro7, la pura simple constatacin de su6diferencia7 >es por donde comien3a la diversidad que representan las culturas> antes de ser unencuentro que enriquece, es una confrontacin perturbadora, un factor que nos descentra de nuestropropio punto de vista de nuestra perspectiva cultural!

    Es lo que ha ocurrido con la cultura occidental uno de los factores que e&plican la crisis por la queatraviesa! El contacto con otras culturas la oblig a desabsoluti3ar su punto de vista, reconocersecomo una cultura entre otras culturas, a relativi3ar su pretensin de ser una cultura 6superior7, la cultura6tout court7, 6universal7 por e&celencia, a aceptar que es simplemente diferente, tan 6particular7como las dem#s! " por eso, capa3 de establecer un di#logo, de ser enriquecida de enriquecer! +o quese hi3o patente en lo que toca a la dimensin religiosa de la cultura! Cmo e&plicar si no, lafascinacin ejercida sobre el occidente cristiano por las religiones orientales a partir, sobre todo, de lasegunda mitad del siglo AA?

    #. La transformacin reliiosa

    Es el segundo aspecto del cambio cultural de occidente! (e hi3o manifiesta, en un primer momento, conla seculari3acin progresiva de la sociedad de la cultura a partir de los a;os B del siglo pasado! Doso tres d*cadas despu*s, contra todas las previsiones de los socilogos de la muerte de Dios, aparece, demanera inesperada, un fenmeno que los propios socilogos denominaron 6retorno de lo religioso7 o la6revancha de lo sagrado7! @as esas oscilaciones eran slo la punta del iceberg, la manifestacin visiblede una transformacin mucho m#s profunda: la tentativa de la cultura moderna de auto>comprenderse,

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    organi3arse en sociedad construir el sentido de la historia dentro de los estrictos l)mites de lainmanencia mundana, desterrando as) de su hori3onte cualquier referencia a la transcendencia!

    /o viene al caso discutir ahora si esa evolucin estaba inscrita en los presupuestos filosficos de lamodernidad o fue fruto de condicionamientos histricos contingentes! En cualquier hiptesis, la6situacin espiritual7 de la sociedad moderna, en s) misma, da que pensar! Esa b-squeda de lo sagrado,

    que asume de hecho las formas m#s contradictorias, es inseparable de la crisis de sentido en la que sesumergi la sociedad occidental! +o que podr)a significar, por un lado, que la intranscendencia de lavida, ese confinamiento del individuo en el hori3onte estrecho de la inmanencia, acaba sofocando a lapersona se torna insoportable! ", por otro lado, podr)a ser la prueba de que no es tan f#cil para el serhumano sofocar por completo la transcendencia que lo habita! (in que eso signifique que la cuestin deDios haa sido resuelta! $l contrario, es en el fondo de esa crisis donde deben ser buscadas las causasde esa formidable transformacin cultural de lo religioso que caracteri3a a la sociedad occidental!

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    @as no debemos enga;arnos! Getorno de lo religioso no equivale necesariamente al reencuentro conDios! Es ah) donde radica la novedad la ambigHedad de ese fenmeno! En rigor no se trata de un6retorno7 porque no ha una vuelta a las formas religiosas tradicionales! $l contrario, las religionestradicionales no responden a a esa b-squeda de 6transcendencia7 de 6espiritualidad7! +o sagrado esreconstruido, de manera mu subjetiva, en una simbiosis contradictoria de hori3ontes perspectivas enque es posible encontrar ciencia, filosof)a, gnosis, religiones orientales, esoterismo, ocultismo hasta

    las formas religiosas m#s arcaicas! Es toda esa diversidad la que se acostumbra agrupar bajo la cmodadenominacin de 6nuevos movimientos religiosos7! $h) aparece el segundo aspecto de latransformacin cultural de lo religioso: para dar cabida a tal heterogeneidad es preciso ampliar de talforma el concepto de lo 6religioso7 que *l pierde su sentido original! De ah) la ambigHedad delfenmeno la lucide3 indispensable para discernir ese sorprendente 6)mpetu religioso7!

    El tercer factor, finalmente, es que por el hecho de vivir en una *poca de pluralismo religioso se hi3ouna realidad el encuentro entre las religiones! 'luralismo 6de facto7! Geligiones que hace alg-n tiemponos resultaban e&tra;as hasta e&ticas, forman parte de nuestro cotidiano convivir! 'luralismo 6dederecho7, porque a los ojos del derecho, dentro del cual se constitue el Estado moderno, todas lasreligiones son iguales sujetas a los mismos derechos deberes! Es pronto todav)a para que podamosprever todas las consecuencias de esa nueva situacin! (i por un lado, es una realidad cargada depromesas, por otro, a prob que posee en s) misma un enorme potencial e&plosivo, por la ine&tricablerelacin que e&iste entre lo religioso, lo cultural lo *tnico! +o vivido actualmente >en todos loscontinentes> es la prueba cabal de cu#n dif)cil es, aun dentro de un mismo pa)s, la convivencia entre losdiversos grupos religiosos% m#s todav)a cuando un tercer pa)s recibe esa diversidad llegada dediferentes pa)ses!

    Ese es, sin duda, un tercer aspecto de nuestra 6situacin espiritual7 que contribue a la transformacincultural de lo religioso! 'orque en el encuentro entre las grandes religiones de la humanidad, laaparente univocidad del lenguaje 8divino, transcendencia, Dios, realidad -ltima, e&periencia m)stica,etc! esconde diferentes e&periencias de Dios, de la relacin del sujeto con Dios con el mundo, de lasalvacin, etc!, que no son intercambiables! 'uede el moderno sujeto occidental, marcado por latradicin cristiana de Dios, contentarse con una transcendencia que no sea personal? 'uede renunciara su condicin de 6persona7 ante Dios a su responsabilidad por la historia? Es suficiente 8para ese serhumano concreto que es el sujeto moderno occidental perderse en el

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    puede el sujeto moderno regresar al pasado voltear el salto cualitativo que represent para laconciencia humana la conquista que tuvo lugar cuando surgieron las grandes religiones mundiales en elprimer milenio antes de Cristo?

    Esto es lo que llev a algunos estudiosos a designar la situacin actual como 6segundo tiempo a&ial7utili3ando la e&presin que J! Kaspers acu;ara precisamente para caracteri3ar la ruptura introducida en

    la conciencia religiosa de la humanidad por el surgimiento de las grandes religiones, apro&imadamenteentre L 4 a!C! En una misma #rea geogr#fico>cultural 8China, =ndia, el actual =r#n% Mrecia e =sraelen el @editerr#neo, de forma simult#nea, tuvo lugar una radical transformacin de la visin delmundo que estaba ligada a la depuracin de la idea de lo divino cambi la manera humana derelacionarse con la transcendencia0N2! +os efectos de ese cambio marcaron el curso de la historia dela civili3acin hasta ho, en el #mbito sociocultural en el #mbito religioso! +as profundastransformaciones por las que pasa ho Occidente, tanto desde el punto de vista cultural como religioso,hacen tentadora esa apro&imacin! cultural religiosa> de lamodernidad, afectan profundamente el cristianismo lo obligan a repensarse en su totalidad! Comoprimera conclusin, es suficiente se;alar las dos principales repercusiones que esa transformacinsupone para el cristianismo: su despla3amiento social la cuestin de su identificacin con la culturaoccidental!

    En primer lugar, el desplazamiento social! 'or ra3ones histricas el cristianismo fue de hecho lareligin que rein de manera -nica casi e&clusiva en Occidente0L2! /o era f#cil, por eso, la separacinentre cristianismo cultura! (obre todo desde la cristiandad medieval, en la que ser ciudadano sercristiano eran sinnimos! +enta pero implacablemente, el proceso de la modernidad puso fin a esasituacin! $l constituirse en una autonom)a, a partir de dos presupuestos que ella misma se da, lasociedad moderna despla3 a la religin >en nuestro caso al cristianismo> para la periferia de lasociedad! 'oco a poco, todos los #mbitos que constituen el tejido de la vida social fueron arrancadosde la tutela de la =glesia! +a religin qued confinada al #mbito personal particular de los individuos,a no desempe;a m#s una funcin social!

    =ncluso ho d)a es dif)cil para el cristianismo >por lo menos para la =glesia Catlica> asimilar todas lasconsecuencias de ese despla3amiento! +o que, por un lado, es comprensible, pero, por otro, eslamentable! Comprensible, porque ello significa la p*rdida del lugar privilegiado que la =glesia ocupdurante tantos siglos en la sociedad occidental, con todas las ventajas que de ello se desprend)an:visibilidad, poder, influencia en la configuracin de la vida social, entre otras! 'ero lamentable, porqueesa resistencia genera animosidad antipat)a contra la =glesia en nada contribue a que ella se sit-een esa nueva realidad social encare con nuevos fundamentos, la evangeli3acin de la nueva situacincultural! @as la aceptacin de ese despla3amiento significar)a reconocer aceptar el fin de uncristianismo sociolgico de una visin prioritariamente institucional jer#rquica de la =glesia!

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    +a segunda consecuencia de esa transformacin es lo que podr)amos llamar ruptura entre cristianismoy cultura occidental! $specto relacionado con lo anterior no menos problem#tico, por esa especie desimbiosis histrica entre fe cristiana cultura occidental, a trav*s de la cual lleg hasta nosotros elcristianismo! +a crisis de la modernidad pone al desnudo esa identificacin la deshace terica pr#cticamente, lo cual se revela en la crisis de valores, en el individualismo e&acerbado en la clausuradel hori3onte de la transcendencia! +a cultura de la modernidad dej de ser cristiana, aunque todav)a

    quedan en ella vestigios indelebles de su convivencia secular con el cristianismo! 'ero no se inspira aen el cristianismo! En ese sentido, podr)a ser designada como 6pos>cristiana7!

    Esa situacin, paradjicamente, libera al cristianismo de la tentacin de identificarse con unacultura, laoccidental, crea las condiciones para que pueda ser, de hecho, universal! +a fe tiene que ser e&presadaen todas las culturas! El cristianismo slo puede e&istir encarn#ndose dentro de cada cultura, pero no seidentifica con ninguna porque no se agota en ellas! Es el desaf)o que suscita la inculturacin, tanansiada como delicada, con todo su alcance sus consecuencias, que apenas comen3amos a vislumbrar!@as no fue ese el riesgo que asumi el cristianismo primitivo al adentrarse en la cultura helen)stica,abandonando su suelo natal, que era el juda)smo?

    Es comprensible que esta ruptura nos asuste! Gepresenta, de hecho, el fin de la figura histrica delcristianismo que nosotros conocemos% la forma en la que *l se encarn le dio consistencia visibilidad durante tantos siglos! +a crisis de la cultura moderna no podr)a dejar invulnerable la fecristiana las 6traducciones7 culturales de la misma! " no slo el lenguaje utili3ado, sino tambi*n elhori3onte terico de comprensin, las formas institucionales las e&presiones religiosas! de la gravedad de la situacin actual! /os tendr)amosque preguntar si nuestras opciones pastorales tienen ante la vista un futuro que nos provoca, o unpasado que se quiere proteger a cualquier costo! El pragmatismo inmediatista de ciertas propuestas deevangeli3acin, hace sospechar que estamos todav)a habitados por el fantasma de la cristiandad, o el dela neo>cristiandad: primicia de lo cuantitativo sobre la calidad cristiana de la vida! Estaremospreparando de esa forma el terreno para una verdadera recomposicin de la e&periencia cristiana en sutotalidad, para que pueda llegar a nosotros un futuro nuevo para la fe?

    II. Para una reconfiuracin !el cristianismo

    +a descripcin de la situacin actual podr)a parecer e&cesivamente dram#tica sombr)a si noencontrase eco, cada d)a, en nuestra e&periencia e&istencial! /o slo como cristianos sino comohombres mujeres sometidos a las mismas perplejidades angustias de nuestros contempor#neos! +asituacin actual nos desconcierta! /adie escapa ho a la angustia de no saber, de tener que abrircaminos >personales, familiares, profesionales, etc!> en un mundo sin referencias claras definidas! /opodr)a ser de otra manera para la fe de cada cristiano para el cristianismo como totalidad!

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    @as no podemos olvidar que la fe cristiana a dio m#s de un paso en la b-squeda de nuevos caminos!'or otra parte, no es la primera ve3 en su historia que el cristianismo se encuentra en una situacincr)tica, de crisis, crucial , por tanto, de encrucijada! En tales situaciones nunca faltaron pronsticossobre 6el fin del cristianismo7! 'ero no parece que se haan reali3ado! +o cual no puede servir comoconsuelo f#cil, ni disminuir en nada la responsabilidad que nos corresponde en este momento histrico,pero nos alivia de un peso que resultar)a insoportable si el futuro dependiese slo de nosotros! El

    cristiano no es optimista por cerrar los ojos a la dure3a de la realidad, eso ser)a una ceguerairresponsable! El cristiano es optimista por e&ceso, no por defecto! (u e&periencia est# fundada en lae&periencia de una promesa que a dio pruebas de su fidelidad maor! Es la que nos permite ir hasta lasra)ces de la crisis actual encarar sin miedo las respuestas que va a e&igir012

    ". Car&cter in!ito !e este momento 'istrico

    El hori3onte de nuestra e&periencia es siempre mu corto no va m#s all# de lo que alcan3a nuestravista o de lo que es nuestra historia vivida! 'or eso podemos con toda facilidad caer en la trampa dereducir el cristianismo a lo que fue nuestra e&periencia, sin percibir que esa 6figura7 a trav*s de la quetuvimos acceso a la e&periencia cristiana, no agota las posibilidades de e&presar la fe, ni constitue la6esencia7 del cristianismo! Pasta un m)nimo de conocimiento histrico para descubrir que muchas de lae&presiones actuales del cristianismo est#n condicionadas por una 6corta7 tradicin, que en algunoscasos se remonta a uno o dos siglos como m#&imo, que, de cualquier forma, no puede ser confundidacon la 6gran tradicin7! +a fe cristiana es m#s! lit-rgicas, espirituales, religiosas, institucionales, etc!> capaces de e&presar demanera significativa su e&periencia, de ofrecerle un apoo, de alimentarla sustentarla!!! (in correr eseriesgo, el cristianismo no habr)a traspasado los l)mites del juda)smo, ni habr)a llegado hasta nosotros!Esa osad)a signific romper muchas de las amarras que lo ataban al pasado aceptar un 6nuevocomien3o7!

    .o, por primera ve3, despu*s de tantos siglos, el cristianismo es desafiado de nuevo a enfrentar unatransposicin de proporciones semejantes a las que conoci el cristianismo de los primeros siglos!Como en aquel momento, se trata de una transposicin que envuelve la totalidad de la e&perienciacristiana: su traduccin terica dentro de un hori3onte diferente de comprensin, las e&presiones detodo tipo >personales comunitarias> en las que es vivida se trasmite la fe, una nueva configuracin

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    institucional que le d*, no slo visibilidad social, sino tambi*n coherencia evang*lica! =ngente tarea querequiere renuncias dolorosas a muchos aspectos de una 6figura7 que parec)a definitiva, indebidamenteidentificada con la 6esencia7 de lo que es cristiano! " por eso, a los ojos de muchos, aparece como unaamena3a para la fe, olvidando que *sta nunca termina ni se agota en ninguna de sus e&presiones! (intales renuncias, sin embargo, no habr# lugar para un 6nuevo comien3o7! Es por lo que ho no puede sereludida la cuestin de la identidad cristiana!

    #. ()u es *cristiano+,

    /o se trata de teori3ar sobre esta cuestin, sino de preguntarse no slo en funcin de los otros, sinopara nosotros mismos como cristianos> dnde reside la 6novedad7 cristiana! +a pregunta no es ociosa, nila respuesta debe ser dada de antemano como conocida, menos todav)a como evidente! (onjustamente esas falsas 6evidencias7 las que nos impiden sentir el choque producido al inicio, por elanuncio cristiano, lo que ha en *l de verdaderamente inaudito desconcertante! Es en este sentidoque la cuestin de la identidad no puede ser puesta de lado! /o como algo que impedir)a el di#logo,porque nos separar)a distanciar)a de los otros, sino como aquello que nos permite ir al encuentro delos otros, desarmados, precisamente por no poseer otra 6diferencia7 que no sea la 6buena noticia7 que esla vida de Kesucristo, muerto resucitado! 'ues en Kes-s de /a3aret, todo est# dicho todo est# pordecir! 'or eso la identidad cristiana es din#mica debe estar constantemente recre#ndose entre suorigen fundante el presente histrico en que es vivida! .o, m#s que nunca, es preciso volver a esa6simplicidad7, por dentro de la complejidad a trav*s de la complejidad de que se fue revistiendo a 1olargo de la historia0112!

    Qn r#pido recorrido por las transformaciones sem#nticas del concepto 6cristianismo7 permitecomprender los cambios de sentido que sufri a lo largo de la historia las marcas que en *l dejaronesas transformaciones! El simple recurso a la etimolog)a nos revela que la palabra cristianismo8christianisms es derivada de cristiano 8christians! Cristiano, como es sabido, era el nombreacu;ado en el ambiente pagano helen)stico 8.ch 11, 4B para designar a los seguidores de )es(s, porellos denominado *risto.'ero fueron los paganos los que utili3aron el t*rmino para referirse almovimiento suscitado por Kes-s! @ovimiento, o, en la bella e&presin de los .echos de los $pstoles,Rseguidores del CaminoS 8,4, o sea, un modo de ser, un estilo de vida, un ethos, que encontraba sura3n de ser en una e&istencia concreta: la persona la vida de Kes-s de /a3aret como un todo lo queella implicaba!

    En sus or)genes, por tanto, el cristianismo no era visto, en primer lugar, como un culto, una doctrina ouna nueva religin% no se identificaba con una ra3a, ni pod)a ser delimitado a un espacio cultural osociolgico! +a $diferencia% cristianacomo alternativa a lo que eran los jud)os o los paganos, setransparentaba se afirmaba con la vida!

    El cristianismo, heredero de la 6antigHedad tard)a7, se vino a ser, por motivos de orden socio>histrico,la matri3 fecunda de lo que luego se llamar)a cultura occidental! En esa secuencia, la Edad @ediaconoci un profundo cambio del sentido primitivo de la palabra cristianismo, a 6cristiandad7, comoespacio geogr#fico como #mbito social dentro del cual viv)an los pueblos cristianos! Es el aspectosociolgico, cuantitativo mensurable del cristianismo en oposicin a su diferencia cualitativa! 'arareferirse a la interioridad de la vida cristiana >el contenido de la fe> los medievales utili3aban palabrascomo 6fe7 o 6religin7!

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    +a Geforma protestante recuper la palabra 6cristianismo7 en una actitud de oposicin cr)tica a6cristiandad7, concretada en la =glesia institucional en sus pr#cticas! $l rehabilitar el t*rmino6cristianismo7 para criticar a la =glesia, la Geforma quer)a afirmar cual era la 6verdadera fe7 dnde seencontraba: no en lo 6eclesial7 sino en lo 6cristiano7! Cristianismo pas a ser, entonces, la referenciaprimera fundamental de la vida cristiana! Esta connotacin cr)tica del t*rmino, que parte de ladistancia evidente entre lo que deber)a ser una vida evang*lica lo que de ella aparece en el rostro

    humano de la =glesia, tiene en su origen el deseo de cambio conversin que suscit siempre la vueltaal evangelio! 'orque esa aceptacin estaba siempre presente, al menos impl)citamente, en todos losmovimientos de renovacin, a sea en las sectas religiosas, a en las cr)ticas de los humanistas, despu*s de la Geforma hasta la =lustracin!

    +a ruptura de la unidad eclesial por la Geforma la multiplicacin de las 6confesiones7 entre lospropios reformadores contribuir# a que el t*rmino 6cristianismo7 sea utili3ado, al poco tiempo, parareunir en un denominador com-n las diversas 6confesiones cristianas7! Despu*s, en los siglos AT== AT===, de cara a los librepensadores por un lado, al creciente inter*s terico por otras religiones nocristianas, la palabra 6cristianismo7 acab siendo un simple sinnimo de 6religin cristiana7! $ceptacinesta, que, por lo dem#s, conserva hasta ho! En su abstraccin >destino de todos los vocablosconstruidos como 6ismos7> no deja trasparentar la realidad concreta que le dio origen: la vida de Kes-sde /a3aret, en su totalidad! $dem#s de eso, encubre realidades e&tremadamente heterog*neas en lasque se refleja la figura histrica del cristianismo occidental0142!

    ue necesario esperar al siglo AA para que el t*rmino 6cristianismo7 volviese a tener un lugar destacadodentro del propio catolicismo! /o porque hubiese sido desterrado, sino por las connotaciones cr)ticasque hab)a adquirido a partir de la Geforma! El t*rmino 6catlico7, en oposicin a 6cristiano7, acabsiendo el s)mbolo no slo de la resistencia a la Geforma > cada ve3 m#s en el mundo moderno> sino dela continuidad con la tradicin eclesial! +a transformacin del hori3onte de la teolog)a catlica elclima propiciado por el Taticano ==, e&plican que, a partir del Concilio, los telogos catlicos haandado preferencia al t*rmino 6cristianismo7 en ve3 de 6catolicismo7, incluso para referirse a la =glesiacatlica! Cambio significativo que puede parecer sutil, pero es un comien3o significativo de lo que elConcilio designaba como la 6vuelta a las fuentes7 e&presin de un nuevo clima ecum*nico einterreligioso!

    $. Las lecciones !e la 'istoria

    Este r#pido recorrido por la sem#ntica de las palabras, manifiesta con claridad, que la cuestin de laidentidad no puede ser tratada slo de manera terica! El cristianismo > con *l la identidad cristiana>slo e&iste en su condicin concreta, histrica, encarnada! De la misma forma que no e&iste uncristianismo puramente 6sociolgico7, tampoco e&iste un cristianismo qu)micamente puro, espiritual,ideal! Es a trav*s de la encarnacin de la e&periencia cristiana encarnada, por eso, limitada> comotenemos acceso a lo que es 6cristiano7! +a teolog)a podr# elaborar tericamente la 6identidad cristiana7,pero *sta, en su condicin histrica nunca podr# ser totalmente transparente!

    Esta observacin es importante si queremos discernir cu#les son las transformaciones que el actualmomento histrico e&ige del cristianismo! +o que est# en juego no es su identidad tericasino suidentidad histrica! El cristianismo tiene que aprender a discernir en s mismo lo que es o lo que no escristiano! En la 6identidad histrica acumulada7 del cristianismo no todo es transparencia del Evangelio!El recorrido sem#ntico que acabamos de recordar, manifiesta muchas adherencias nada 6cristianas7,

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    incrustadas a lo largo de la historia, no slo en palabras sino en la vida de la =glesia, que dejaron marcasprofundas que nos condicionan hasta ho! Pasta nombrar, como ejemplo, la presencia obsesiva en elimaginario cristiano del mito de la cristiandad como ideal del cristianismo! $dem#s de haber sidomucho m#s un sue;o que una realidad, esa concepcin del cristianismo dej secuelas indelebles 8comola primac)a de lo cuantitativo mensurable sobre lo cualitativo, la predileccin por lo institucionalcomo forma de visibilidad de lo 6cristiano7 que hasta ho el tiempo no ha logrado hacer olvidar! O

    tambi*n, la progresiva 6eclesiasti3acin7 del cristianismo durante toda la *poca moderna 8con elpredominio de lo jer#rquico, por consiguiente, de la autoridad del poder, en detrimento de lacomunin entre iguales la inevitable, todav)a indebida, identificacin de lo 6eclesial7 con lo6eclesi#stico7!

    @as ha dos aspectos en los que es innegable la reduccin histricade la identidad cristiana: su6transposicin doctrinal7 su 6transposicin religiosa7! /o se trata de negar el valor la importancia deesos dos aspectos para la e&istencia cristiana, ambos visibles desde los primeros siglos cristianos, e&plicables por las circunstancias histricas de la inculturacin del cristianismo en el ambientehelen)stico! +o que importa ahora, en t*rminos de discernimiento, es percibir hasta qu* punto superpetuacin introduc)a un desequilibrio profundo en la vivencia de la fe cristiana! Cosa que pareceevidente en ambos casos!

    +a 6transposicin doctrinal7, en primer lugar! .a una distancia mu grande entre la necesidadintr)nseca de la racionalidad, por parte de la fe, la transformacin de la misma en un sistema racional!El primer aspecto es evidente! (in un 6logos7 intr)nseco, la fe cristiana ser)a un grito desarticulado! +ainteligibilidad le es necesaria tanto para comprender la propia e&periencia como para comunicarla a losotros, para e&plicarla, para defenderla0152! Uui*n se atrever)a a minimi3ar la monumental obrateolgica del cristianismo desde su inicio hasta ho? @as la fe cristiana, m#s que una cuestin de larazn, es una cuestin de la e'periencia. 'or la simple ra3n de que tiene su punto de partida en unacontecimiento histrico: la e&istencia concreta de Kes-s de /a3aret! /o se trata, evidentemente de unaalternativa! 'ero el modo de articular e&periencia refle&in puede tener consecuencias decisivas!Cmo negar, desde el punto de vista histrico, un desequilibrio entre los dos aspectos que pendensiempre del lado de lo doctrinal? El cristianismo se torn un 6sistema de verdades7, una doctrina queera necesario saber aceptar, mas sin impacto en la vida01F2! /o por acaso, la iniciacin cristianaperdi su lado 6mistaggico7, de iniciacin a la e&periencia, para reducirse a la ense;an3a de la doctrinacristiana: la catequesis! Desequilibrio histrico, noterico, de la 6identidad cristiana7 cuo eco resuenahasta ho en la preocupacin por la 6verdad7 la obsesin por la 6ortodo&ia7. Como si la -nica plenaortodo&ia no e&igiese tambi*n una ortopra&is, una vida coherente con aquello que se confiesa!

    El segundo caso es el de la 6transposicin religiosa7! El problema persigue al cristianismo desde susor)genes! " estaba en la ra)3 de la fe cristiana, cua especificidad hac)a de ella algo inclasificable, tantopara el juda)smo cuanto a los ojos de los paganos! /o es por casualidad que los cristianos fuesenllamados 6ateos7 el cristianismo despreciado como 6inreligiosa prudentia7, porque pon)a en peligro lareligin tradicional!

    /o se trata de discutir aqu), si el cristianismo es o no una 6religin7, la cuestin es saber si desequilibrla e&periencia cristiana hasta el punto de poner sordina >omitir sin negar> aspectos fundamentales de suidentidad, a sea en el modo de encarar a Dios, a en la manera de relacionarse con el mundo con larealidad humana!

    'or eso, no viene al caso reeditar en este momento la distincin barthiana cmoda, pero inefica3 paraun discernimiento> entre fe religin! Decir que el cristianismo es 6fe7 no 6religin7 es una respuesta

  • 7/26/2019 El Cristianismo en Amrica Latina

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    formal que no e&plica por qu* fue identificado como una religin! +a respuesta a esa pregunta no puedeser dada a priori, porque ella surge en la historia, en los momentos en que la identidad cristiana deja deser clara evidente! Como es ho nuestro caso! /o es porque el cristianismo dej de ser la 6religin7-nica > m#s de una ve3 oficial> de Occidente, sino por la trampa que representa para la identidadcristiana la efervescencia religiosa espiritual de la sociedad contempor#nea! 'uede el cristianismoser equiparado a esas e&periencias 6religiosas7? las e&periencias

    6religiosas7> social culturalmente correctos ho, poco o nada tienen que ver con el Dios de Kesucristo,que, en definitiva, constitue la m*dula de la 6diferencia7 cristiana!

    Esos dos ejemplos son suficientes para mostrar concretamente la relacin que ha > que habr#siempre> entre lo 6esencial7 de la fe cristiana 8la 6identidad7 sus reali3aciones histricas! Esa es lara3n por la que el cristianismo siempre puede dar 6m#s7 de s)% por la que tiene futuro! 'ero un futuroque sorprende desconcierta porque en *l siempre habr# algo nuevo e in*dito dada su rique3ainagotable! Geconocer a tiempo esa distancia es la condicin para discernir lo que es o no evang*lico enlas reali3aciones histricas, tener el coraje de desabsoluti3arlas!

    III. Discernir las situaciones para reconstruir la e-periencia

    $ntes de concluir es preciso hacer algunas consideraciones respecto de lo que puede significar estarefle&in para nuestra situacin en Prasil en $m*rica +atina! Es inevitable, dada mi limitadae&periencia, que me refiera m#s al Prasil! $ primera vista este tipo de refle&in podr)a parecer mudistante de nuestra realidad! En la pr#ctica, con todo, por ra3ones histricas sociales, ser)a imposibleseparar nuestra especificidad sin tener presente que, nuestro cristianismo tiene desde el inicio unaimpronta occidental! Con la Colonia heredamos problemas que ven)an del cristianismo medieval ,queri*ndolo o no, cultural eclesi#sticamente siempre fuimos tratados como occidentales! 'or otraparte, en un mundo cultural religiosamente plural, es cada ve3 m#s importante afirmar nuestraidentidad!