Un cuento en África

Había una vez unos cooperantes que se interesaron por la situación que había en el cuerno de África. El cuerno de África es una región situada en África. Está en donde desagua el mar Rojo. Es una de las regiones más pobres del mundo, donde el hambre es una amenaza constante. El cuerno de África está formado por varios países y recibe este nombre debido a la forma triangular que tiene. Es una región donde hay llanuras y son áridas debido a las sequias.

Por eso el hambre es típico en esta región y los afectados huyen de esta zona para acudir a otros países. Las personas que viven en esta región se dedican a la agricultura y sobre todo al pastoreo. Un día llegó un grupo de cooperantes y se quedaron desolados al ver

cómo la gente moría de hambre y de sed. Decidieron ayudarles. En primer lugar buscaron agua que fuese potable y construyeron pozos, que mediante tuberías y un grifo, les ayudase para poder coger agua potable para beber y dar agua a los animales.

Les llevaron animales como vacas, cabras, etc.… Y les enseñaron cómo cuidarlos y saberlos manejar para poderles sacar leche y poder comer carne de vez en cuando. Les llevaron semillas y les enseñaron a plantar y cuidarlas para poder comer verduras y hortalizas. Les ayudaron a construir escuelas donde poder cuidar a los niños y que estos aprendieran a leer y escribir. También les ayudaron a construir casas que fabricaban haciendo ladrillos de barro y en el tejado ponían ramas. Pidieron que fueran a ayudarles médicos y construyeron una clínica. Cuando llegaron los médicos vacunaron a toda la población e intentaron curar a los enfermos.

Los cooperantes se sentían como si estuvieran en su casa, ya que al trabajar todos juntos les cogieron cariño y eran como una gran familia. Un día llegó un cura con un grupo de monjas que también querían ayudar a esa pobre gente. Las monjas se encargaron de enseñar a leer y escribir a los niños y el cura los bautizó.

Se les ocurrió construir una pequeña iglesia para que todos fueran a rezar. Pero cuando estaban poniendo el

tejado a la iglesia, se derrumbó y aplastó a varios hombres. Los médicos intentaron salvarles pero con las pocas medicinas que tenían no pudieron hacer nada. Los demás triste por la muerte de estos hombres decidieron terminar de construir la iglesia. Cuando terminaron la pintaron y quedó muy bonita y en ella junto al altar pusieron una placa con los nombres de los hombres que habían fallecido. Después de dos años ayudando a las personas de esta región, llegó el día en el que los primeros cooperantes que habían ido tenían que regresar a sus países. Los niños les despidieron con alegres canciones y manualidades que ellos mismos habían realizado. Al verlos irse todos se pusieron muy tristes, pero los cooperantes les dijeron que pronto llegarían otros y que ellos volverían algún día.