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Editor: Juan Carlos Rangel

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Revista 20 - enero/abril - 2017

La Escuela Libre de la Razón y del Socialismo. Educación campesina bajo la bandera de la

libertad

The Free School of Reason and Socialism. Peasant education under the banner of freedom

Ulises Cedillo Bedolla *

Resumen

El presente artículo es resultado de una investigación concluida que analiza y describe a la

llamada Escuela Libre de la Razón y del Socialismo, fundada por el griego socialista Plotino C.

Rhodakanaty en la región de Chalco en el estado de México y los posteriores alzamientos

campesinos liderados por Julio Chávez López y una faceta de este personaje hasta ahora

desconocida.

Parto del paradigma anarquista para deslindar a la escuela anarquista de lo que parte de la

historiografía mexicana ha denominado el “primer socialismo”, precursor del socialismo

marxista. Y para reflexionar sobre una propuesta educativa alternativa a las establecidas por

Juárez y Maximiliano de Habsburgo actores que confluyeron en el tiempo y en el espacio con

Rhodakanaty.

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ISSN: 2007-2686 UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL 2

[email protected] REVISTA UNIVERSITARIA, NÚM. 20 SECCIÓN: HECHO EN CASA

Introducción

En los últimos años, el anarquismo ha sido relegado de la historia, dejando a un lado sus

propuestas que incluyen: la política, filosófica, económica y educativa; y cuando se habla de

ésta última, la referencia más próxima nos lleva a la experiencia realizada en España a finales

del siglo XIX y principios del XX con la Escuela Moderna o Racionalista de Francisco Ferrer i

Guardia.

Durante la segunda mitad del México decimonónico, se suscitaron cambios importantes

debido a la situación política en que se encontraba. La lucha entre liberales y conservadores

y la implantación de un proyecto de nación afectó sobremanera las relaciones sociales entre

individuos y colectivos, entre instituciones (la Iglesia y la milicia con el gobierno

específicamente) y de manera especial, los grupos campesinos e indígenas que se vieron

afectados por las Leyes de Reforma. El contexto fue propicio para la llegada de alternativas a

[email protected], Revista Universitaria Publicación académica de difusión vía red de cómputo

(periodicidad cuatrimestral). ISSN: 2007-2686

Para citar: Saavedra, F. (20 de febrero, 2017). “La Escuela Libre de la

Razón y del Socialismo. Educación campesina bajo la

bandera de la libertad”. [Versión electrónica].

[email protected], Revista Universitaria, Upenianos, núm.

20, recuperado el 20 de febrero de 2017. URL:



las establecidas por los gobiernos liberales como fue el caso de La Escuela Libre de la Razón y

del Socialismo, de corte anarquista debido a las influencias venidas de los pensadores

franceses (específicamente Charles Fourier y Pierre-Joseph Proudhon), instaurada por

Plotino Constantino Rhodakanaty llamado “padre del primer socialismo en México” y quien

ha sido estudiado en los últimos años por el Doctor Carlos Illades Aguiar.

Desafortunadamente, los trabajos realizados por otros investigadores que se han enfocado

al estudio de este primer socialismo no han podido brindar la información suficiente para el

estudio de esta experiencia educativa realizada en el estado de México, pues se han

centrado en los movimientos campesinos y obreros influenciados por el pensamiento

socialista que preconizaba Rhodakanaty o en las actividades de éste último durante los años

1870 y 1880 cuando fue más activo política e intelectualmente. Por lo que me he dado a la

tarea de investigar y reflexionar dicha experiencia a través del análisis de fuentes primarias y

secundarias con la finalidad de mostrar e informar que durante esta segunda mitad del siglo

XIX en nuestro país confluyeron en un mismo tiempo y espacio alternativas educativas que

aportaron a la construcción de la historia social y de la educación.

El arribo. Plotino Rhodakanaty y el socialismo mexicano

Plotino Constantino Rhodakanaty (1828-¿?), [1] es un personaje conocido en algunos

sectores obreros, libertarios y hasta agrarios, debido a su gran influencia político-ideológica,

pero al mismo tiempo es escurridizo y desconocido.

Uno de los primeros historiadores en hacer referencia a este personaje fue José Cayetano

Valadés quien menciona: “Cuando el partido liberal regresó triunfante a la capital de la

República, después de la derrota del general conservador Miguel Miramón, en Calpulalpan,

llegó a puerto de Veracruz y por primera vez a México, un socialista: Plotino C.

Rhodakanaty”. [2]

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Nacido en Grecia y procedente de una familia de nobles, realizaría sus estudios

universitarios en la universidad de Viena, sin embargo, su pasión por la filosofía sería más

grande por lo que se trasladaría a la ciudad de Berlín, pero antes de aquel arribo llegaría a

Budapest, Austria en donde participaría en las revueltas campesinas y artesanas bajo el

mando de Lajos Kossuth. Tras este intento fallido, el joven Rhodakanaty retomó el viaje a la

ciudad berlinesa en donde estudiaría la filosofía de Hegel, Schelling, Krause y Spinoza.

Aunado a estos estudios, realizaría la lectura de Fourier y Proudhon, sus maestros teóricos

en cuanto a la organización social, llegando a conocer en el año de 1850 al propio Proudhon,

considerado padre del anarquismo contemporáneo: “La emoción que me embarga sólo es

comparable con la sentida en 1850, cuando satisfecho con la lectura de las obras de

Proudhon, llegué París a conocer al maestro. Era yo entonces un mocetón, robusto y

satisfecho y con inclinaciones burguesas, pero sin embargo, el espíritu revolucionario me

atraía y estaba por perder mis estudios”. [3]

De estos dos últimos autores retomaría los falansterios como organización regional y de

Proudhon el federalismo, el pacto asociativo libre y la abolición de los gobiernos:

Los gobiernos, esos tiranos disfrazados de los pueblos, que so pretesto [sic] del órden [sic] y

estabilidad de la sociedad, se han abrogado la facultad de dirigir á [sic] las masas por medio

de la ley, no son sino unos cuerpos oligárquicos y ambiciosos de su propio bienestar, que se

denominan á sí mismos democráticos para tener algunos visos de legalidad y poder explotar

á mansalva á los infelices pueblos sobre los cuales hacen gravitar su execrable poder y

autoridad. [4]

Y de ambos pensadores retomaría la organización comunal campesina. Durante una estancia

en la ciudad de París, el joven griego se enteraría de un decreto hecho por Comonfort en el

que se invitaba a los extranjeros a formar colonias agrícolas y otorgándoles la naturalización

en caso de comprobar la propiedad de los territorios. [5] Debido a la guerra civil en que se






encontraba el país pospone su viaje y sería en febrero de 1861 cuando arribaría al puerto de

Veracruz.

Durante el viaje a la Ciudad de México, el Rhodakanaty se dio cuenta de que los campesinos

mexicanos contaban ya con una organización similar a la que hacían alusión los dos

pensadores franceses, “aunque en su opinión seguían siendo oprimidos por el cerco de los

hacendados y la indiferencia de un gobierno hostil”. [6]Intentó obtener una cátedra en el

Colegio de San Ildefonso, pero sería rechazado por lo que impartiría clases en una

preparatoria. El mismo año de su llegada, redactaría La Cartilla Socialista o sea el Catecismo

Elemental de la Escuela de Carlos Fourier. El Falansterio, texto que fungiría de manera

pedagógica al análisis y reflexión de las masas y con el que pretendía insertarse en los

círculos obreros, campesinos e intelectuales de la ciudad.

Formaría un grupo socialista en el que participarían, más tarde, destacados agitadores y

organizadores de grupos obreros y campesinos. Santiago Villanueva quién según José C.

Valadés, que con la idea de no entorpecer sus labores comunes, usaba el nombre de Juan

Villarreal, pero aun así, fue uno de los primeros personajes en organizar movimientos

obreros en la Ciudad de México, dándole un rumbo y un objetivo a la lucha proletaria;

Hermenegildo Villavicencio, que desafortunadamente moriría antes de concluir la década de

1860 y el más activo militante y seguidor de las ideas de Bakunin, Francisco Zalacosta. Este

grupo formaría una organización llamada La Social que en su primera faceta sería totalmente

clandestina, la cual se disolvería al poco tiempo y en el año de 1871 volvería a ser fundada.

Entre algunos objetivos que esta organización tenía, además de la liberación organización

por parte de las clases desposeídas, la emancipación de los sexos (del hombre sobre la

mujer) y la liberación animal. En el primer caso Rhodakanaty deposita su fe en la fuerza

liberadora que la mujer tiene inherente a sí misma. “Sí, queridas niñas, hermanas de los

ángeles, vosotras estáis llamadas por el estudio a ser las que revindiquéis [sic] a vuestro sexo

ultrajado por la injusta sociedad en que vivimos” y llamándolas a “saborear los goces de la




emancipación ejerciendo las profesiones, practicando las artes, desempeñando con

cuidadosa y con esmerado afán los cargos públicos […]”. [7]

El método rhodakanatyano está basado, como su propia escuela debía llamarse, en el

racionalismo, el cual está constituido en la comparación de ideas o silogismos que de forma

dialéctica constituyen un juicio que es “la comparación de dos ideas, de la cual resulta la

afirmación o negación de su verdad o falsedad”, [8] el juicio está determinado por la

experiencia de la persona, por ende es importante que para que exista un desarrollo

adecuado en las personas haya un vínculo con su contexto pues los sentidos cumplen un

papel importante como experiencia.

A pesar del trabajo que se realizaba en la capital, Rhodakanaty no podía dejar de vislumbrar

su objetivo de crear organizaciones campesinas bajo las ideas socialistas-anarquistas y en el

año de 1865 parte rumbo al estado de México junto a su fiel alumno, Francisco Zalacosta.

Historias paralelas. Julio López y el camino hacia la Escuela de la Razón

Julio López, estandarte de los movimientos campesinos durante el siglo XIX y referente del

socialismo-anarquista, es un personaje paradójico, ya que existen trabajos sobre su

movimiento insurreccional después de la instauración de la Escuela Libre de la Razón y del

Socialismo de Plotino Rhodakanaty, esto es, entre los años de 1865-1868, pero poco o casi

nada se sabe de los antecedentes a estos años. El mismo Rhodakanaty lo veía como un

campesino que recién comenzaba a leer y escribir y que poseía gran capacidad oratoria.

[9]Sin embargo, dicho revolucionario tuvo antecedentes dentro del ejército liberal

combatiendo bajo la bandera juarista siendo parte de una guerrilla entre los años 1863 y

1865 y esto lo constata El Monitor Republicano referente al alzamiento de López: “Ha tenido

lugar en este Distrito, un movimiento revolucionario, acaudillado por Julio López, individuo

que ha prestado algunos servicios en el ejército republicano en la época de la reforma y en la

guerra estranjera [sic]”. [10]







El personaje de López es referencia en cuanto a movimientos insurreccionales se refiere,

dándole el status de “leyenda”, esto debido a la escasa información que existe referente a

éste, tal es el caso de dónde nació; qué estudios tenía; o qué oficio tenía antes de volverse

líder guerrillero. En el año de 1863 sería detenido y juzgado al siguiente año por la Corte

Marcial por haber “tomado parte en un combate que tuvo lugar entre la guardia rural de

Tlalmanalco y una guerrilla […]”. [11] Más tarde se entablaría un juicio en el que de le

acusaba de robar a familias francesas y hacendados de Chalco, tales como el asalto a Diego

Parres, dueño de la Hacienda de Buenavista; Antonio Campillo, comerciante o Eduardo

Sozaya quien fungía como administrador de la Hacienda de Zoquiapan, así como robos en

haciendas de Tlalmanalco. [12]

Se crearía todo un juego político con la finalidad de que Julio López fuese fusilado por

pertenecer a la guerrilla de Rafael Cuéllar quien provocó grandes bajas a la milicia francesa

durante el periodo de la intervención.

Con la finalidad de no alertar a la población de Chalco, el gobierno francés mantenía el

estatus de banda de asaltantes, pero las fuentes encontradas en archivo siempre se

refirieron a la guerrilla comandada por Cuéllar. Finalmente López fue condenado a la pena

de muerte y posteriormente el 11 de abril del mismo año, indultado pero debía ser

deportado a la Isla de Martinica. [13] El indulto vino de órdenes directas del Mariscal

Bazaine quien consideró exagerada e injusta la decisión de la Corte Marcial. Una vez

arribado a la Martinica, López “quedó en libertad para procurarse los medios de subsistir

con su trabajo, y en efecto dedicándose á su oficio de carpintero, ganaba su vida

honradamente lejos de su patria, es verdad, pero ganado del bien precioso de la libertad

[sic]”. [14] Pero tras un año en la isla, López fue devuelto a suelo mexicano junto a otros

prisioneros, llegando al puerto de Veracruz povrísimo [sic] y parado; pero mientras los otros

prisioneros fueron puestos en libertad inmediatamente, á él se le ha detenido y se le detiene

aún en la Carcel [sic] llamada de la Galera en Veracruz, sin que sepa de donde a provenido

este cámbio [sic] que aumenta sus padecimientos, y que lo expone á perecer del vómito ó de







cualquiera otra enfermedad en clima mortífero de la Costa, siendo él nativo de la mesa

central. [15]

Posiblemente tras salir de la prisión, Julio López regresaría al estado de México en donde

trabajaría como peón de hacienda y hasta la llegada de Rhodakanaty y Zalacosta a Chalco.

Marco Antonio Anaya propone dos facetas en Julio López, la de bandido [16] y la de liberal

combatiente contra el ejército francés. Más bien, considero que fueron tres facetas con un

mismo fin, la de bandido social, desde su inicio en estas acciones y hacia 1861; de liberal, de

1861 a 1868; y la de anarquista en el mismo 1868 dirigiendo las insurrecciones agrarias en

contra del gobierno.

Dichos antecedentes no hacen reflexionar sobre la concienciación proveniente de los

lugareños, sobre su eterna lucha por recuperar sus tierras comunales y esa lucha inherente a

los pueblos originarios y en donde los agitadores libertarios encontrarán sus fundamentos

teóricos y mejor aún, la fuerza de la revolución.

Los campesinos son una clase revolucionaria en potencia. Sin embargo a pesar de todo, los

campesinos pueden ser excitados a la acción, y más pronto o más tarde así lo hará la

Revolución Social. Esto es cierto por tres razones: 1. Debido a su civilización retrógrada o

relativamente bárbara, han retenido en su integridad el temperamento simple y robusto y la

energía afín a la naturaleza popular. 2. Viven del trabajo de sus manos y están moralmente

condicionados por ello, lo cual engendra en su interior un odio instintivo hacia todos los

parásitos privilegiados el Estado y todos los explotadores del trabajo. 3. Por último, por ser

trabajadores, tienen intereses comunes con los trabajadores urbanos, de quienes sólo están

separados por sus prejuicios. [17]

La Escuela Libre de la Razón y del Socialismo

El estado de México fue el contexto idóneo para llevar a cabo este experimento socialista

sobre todo en tres maneras específicas: 1) fue una región de gran relevancia debido al






comercio, principalmente con la capital, ya que era abastecedor de productos como

cereales, maíz, cebada o frijol; 2) fue un estado que sufrió cambios geográficos debido a las

tácticas de guerra usadas por los liberales como fue la adhesión de Chalco, Texcoco,

Otumba, Zumpango de la Laguna y Tlalnepantla a la Ciudad de México. Y 3) las Leyes de

Reforma que no solo afectaron a los intereses de la milicia y la Iglesia, los gremios y los

indígenas también se vieron repercutidos pues las crisis bélicas obligaron al gobierno de

Juárez a vender las tierras expropiadas a la Iglesia y que fueron obtenidas por grandes

terratenientes que acrecentaron su poder hasta el año de 1910.

La hacienda tradicional cobró fuerza y el peón, el campesino y el indígena se vieron en la

necesidad de migrar o continuar en una situación similar a la de los esclavos. Los que

partieron comenzaron a formar parte de la naciente clase obrera mexicana y los que se

quedaron intentaron, de diversas formas, entablar una lucha en contra de los agravios que

sufrían por parte de las clases hacendadas. Las luchas eran desde las vías legales, tales como

llamamientos al Prefecto Político del Ayuntamiento de México pues se suscitaban

corrupciones en las regiones que ponían en peligro las pocas tierras comunales, [18] hasta

levantamientos espontáneos en la lucha por la restitución de las tierras.

A este contexto arribarían Zalacosta y Rhodakanaty entre los últimos días de 1865 y los

primeros de 1866. Dejando de lado las inconsistencias históricas [19] y que por motivos de

espacio no podemos comentar aquí, el periódico El Socialista comenta:

Las doctrinas filosófico-populares que así inculcaba á las masas del pueblo en esta capital le

pareció que tenían extrecho [sic] espacio y buscándolo más ámplio [sic] se estableció

enseguida en un pueblo del Distrito de Chalco donde fundó en 1868 aquel famoso “Club

Socialista” que difundiendo sus doctrinas humanitarias y de redencion [sic] para la raza

indíjena [sic], causó una “revolución agraria” acaudillada por el infortunado Julio López,

víctima de la perfidia de los hacendados. [20]






Lo significativo en el párrafo citado es el nombre de “Club Socialista” y que sin duda hay

quienes lo contemplan más como un círculo de estudios que como una escuela, cosa que a

continuación analizaremos.

En una misiva enviada a Zalacosta, Rhodakanaty apunta: “En el día, tengo infinidad de niños

semi-desnudos, temblando de frío y de hambre, aprenden no solamente las primeras letras

del castellano, sino también las primeras nociones de la libertad. Por la tarde, después de

terminar sus pesadas faenas, concurren algunos peones. ¡Cómo se aplican estos buenos

hermanos!” [21] El hecho de que en este momento se estudiasen las primeras letras del

castellano, implicaba ya en sí un trabajo educativo, tanto para los pequeños como para los

trabajadores de las haciendas. Este tipo de experiencias tendrían mucha importancia, ya que

para mediados del siglo XIX, los gobiernos no contaban ni con la economía, ni con la

infraestructura para poder dar cabida a la intensa campaña de educación.

Debido a tales problemáticas en las regiones para poder brindar educación, el gobierno

permitió la apertura de establecimientos educativos alternativos y que estaban en constante

vigilancia, aunque en algunos momentos fue, hasta cierto punto, laxo en las formas y

métodos de enseñanza.

Pese a no contar con el currículum de la escuela, al no hallarse en archivos, hemos podido

encontrar varias coincidencias en textos como es el de 150 años de la educación en el Estado

de México, en el que se puede leer: “Una vez aceptados, los preceptores abrían las escuelas

de niños de ocho a doce de la mañana y de dos a cinco de la tarde. Los que laboraban con

adultos debían abrir sus establecimientos todas las noches de siete a nueve y de dos a cinco

los domingos y días festivos”. [22] Y si volvemos a la carta de Rhodakanaty a Zalacosta,

recordamos que el griego mencionaba que durante las mañanas los pequeños eran

educados, mientras que por las tardes, algunos peones eran los que llegaban a la escuela.

Rhodakanaty, siendo hombre pasivo y contrario a las ideas revolucionarias, procuró siempre

seguir las normativas establecidas por los gobiernos, no sabemos con certeza si por temor a





ser expulsado o por tratar de no resaltar entre los círculos en que solía moverse. De ello da

cuenta una carta enviada en el año de 1880 al Ayuntamiento de México en el que solicita

apoyo para sostener el plantel de la escuela elemental que había creado. “He deseado

sinceramente contribuir de alguna manera á [sic] la ilustración y moralidad de las masas del

pueblo, he establecido una Escuela Popular en esta su casa callejón de la Santa Veracruz No.

1”. [23] En el mismo documento, Rhodakanaty adjunta el recorte de un periódico en el que

es posible ver el programa educativo llevado a cabo en dicha escuela. Materias como lógica,

ideología, moral, sociología, física, química, historia natural, retórica, historia universal y

aunado a éstas la enseñanza de las lenguas tales como el español, francés, inglés, alemán,

italiano o, lenguas clásicas como griego y latín. [24] Con ello, podemos darnos cuenta que

Rhodakanaty cumplía siempre con un plan, así como las coincidencias entre los textos nos

abre un panorama más amplio a saber que la escuela, por las condiciones geográficas y

económicas de la región, pudo no cumplir cabalmente con las condiciones

infraestructurales, pero contaba con un currículum educativo al cual se le sumaba la

enseñanza de las doctrinas socialistas, enfocadas en el pensamiento de Fourier y Proudhon.

Las propuestas organizativas propugnadas por el socialismo de Rhodakanaty fueron bien

recibidas en la región ganándose el cariño de las personas, de esta manera el griego insertó

la impronta de una organización no violenta, sino basada en la necesidad de una ley agraria

que distribuyese las tierras, aboliera la hacienda y enfocándose en el fracaso del proyecto

liberal, aun así, Rhodakanaty sabía que las condiciones tan adversas podían desatar en

cualquier momento la violencia. Sumado a esta delgada línea que se separaba de un

estallido revolucionario, el amigo y alumno de Rhodakanaty, Francisco Zalacosta fue

participe dentro de la escuela, algunas veces quedando al frente de ésta cuando du maestro

debía ausentare al cumplir con compromisos en la capital.

Pronto, los campesinos se encontraron frente a dos visiones, la transformación pacífica hacia

una organización basada en los preceptos de Fourier y Proudhon o las ideas socialista

radicales [25] de Zalacosta, quien con su ferviente juventud, proclamaba la revolución como






una plausible solución a la liberación de los explotados. Anaya (1997), propone que es entre

los meses de marzo y mayo de 1868 que Julio López comienza a asistir a la escuela, se le

consideraba un alumno avanzado y con facilidad para la oratoria, pero al parecer

Rhodakanaty no tenía idea sobre los antecedentes de López como “guerrillero liberal”.

En este año, Rhodakanaty deja la escuela creyendo que su labor de organización e

ideologización había concluido, dejando al frente al propio López y a Zalacosta y es

indudable la influencia del segundo sobre el primero, pues hasta el mes de abril, fecha en

que se redacta el Manifiesto a todos los oprimidos y pobres de México y del universo, el

movimiento campesino dirigido por Julio López tenía guerra en contra de los hacendados y

no frente al gobierno. Por lo que se hace un llamamiento al gobierno a que “dicte las

providencias oportunas, para que lo mas [sic] pronto posible sean devueltos á los pueblos

sus terrenos que tienen usurpados los hacendados” [26] y de no ser así: “los pueblos todos

estamos á levantarnos prontos á levantarnos en masa [sic], apropiarnos de nuestros

terrenos á la viva fuerza y hacerles la guerra á muerte á los verdaderos opresores, á los

tiranos hacendados y no se atribuya a guerra de castas como luego le dan ese color estos

viles […]”. [27]

Rebeliones en Chalco bajo la bandera del socialismo y la libertad

Tras la nula participación de los gobierno por resarcir los daños y devolver las tierras a las

comunidades López se lanza a la lucha para restituir lo que pertenece a los pueblos. Con

aproximadamente 300 seguidores y tomando fuerza en las regiones de Chalco. San Vicente

Chicoloapan y Tepetlaoxtoc, los alzados comienzan el asalto a diversas haciendas y

ganándose la simpatía, en algunos casos, de los medios de comunicación. Pero el gobernó

respondería de manera rápida y sofocaría las rebeliones. Debido a la intervención de los

pobladores, López sería indultado junto a otras 92 personas.

Es hasta el mes de abril de 1868 que se hace público el Manifiesto y con el que López retoma

las armas, esta vez, declarando la guerra directa al gobierno. Su movimiento fue el ataque a





las haciendas, la expropiación de armas, caballos y alimentos y la lectura del Manifiesto con

la finalidad de ganar seguidores. Comenta la Revista Universal: “Este individuo capitanea una

partida de gente armada en el distrito de Chalco, y días pasados saqueó la hacienda de

Buenavista, propiedad del Sr. D. Mariano Riva Palacio. Dícese, según el Monitor, que López

reparte los terrenos de aquella jurisdicción á los indígenas que le auxilian”. [28]

El general Cuéllar –antiguo compañero de López frente a la intervención francesa– fue

enviado a Chalco para detener las insurrecciones. Aplicando la política de tierra quemada,

fue cercando poco a poco el movimiento campesino.

Los enfrentamientos y posteriores derrotas frente a Cuéllar minaron a los socialistas, fue

tomada su base en la hacienda de Azalco y detenidos y muertos muchos de los alzados.

Valadés comenta que tras el conocimiento de los hechos, Zalacosta y Rhodakanaty

intentaron apoyar a su amigo y pupilo en la lucha, pero el primero fue detenido en Tlaxcala y

Zalacosta lograría huir disfrazado de campesino.

En los primeros días de julio de ese mismo año, Julio López sería aprehendido en la

comunidad de Yautepec, Morelos y entre los días 7 y 9 del mismo mes trasladado a Chalco

donde sería fusilado. Pero los levantamientos continuaron de manera aislada y poco a poco

reprimidos por el general Cuéllar. El Constitucional concluye: “Julio López habrá muerto

condenado como trastornador del órden [sic], como caudillo de una revolución mal iniciada

y peor desarrollada, pero sobre su memoria no pesará la nota infamante de traidor…”. [29]

Años más tarde, el propio Plotino Rhodakanaty intentaría volver a Chalco y reiniciar la

experiencia frustrada que devino de la Escuela Libre de la Razón y del Socialismo sin

resultados positivos, por lo que se encaminaría a la lucha por la liberación obrera de la

capital junto a los integrantes de La Social, sin dejar de lado la importancia de la educación

popular.

Conclusiones





Si bien el periodo de La Escuela Libre de la Razón y del socialismo fue de un breve lapso de

tiempo, la experiencia que brindó a los pobladores de la región de Chalco fue bastante

enriquecedora, puesto que las luchas inherentes a las comunidades por la restitución de

tierras que venía desde hacía muchos años ya, permitió y cobijó las ideas socialistas

libertarias de Rhodakanaty y sus seguidores. Pese a esto, no podemos aventurarnos en

afirmar que la escuela fue precursora y promotora de los levantamientos campesinos

liderados por López, pero si podemos afirmar que brindó un factor fundamental en estas

luchas, la ideologización y dirección de un movimiento que propugnaba por una

reestructuración social que brindara a todas y todos una nueva forma de vida.

Además de proporcionar un debate reflexivo de las ideas socialistas de Fourier y Proudhon,

la escuela se encaminó a la enseñanza de las primeras letras y aunque en ciertos momento

pudiese tomarse como un ejercicio de colonialismo frente a los indígenas y campesinos, esta

enseñanza propició el conocimiento de los derechos que tenían los pobladores y que por la

falta de alfabetización eran víctimas de la más cruel explotación por parte de los

hacendados.

Esta sería una de las experiencias más prolíficas del movimiento socialista y más aún, de los

movimientos campesinos y obreros durante la segunda mitad del siglo XIX.

Bibliografía

Archivos.

AGN (Archivo General de la Nación).

AHDF (Archivo Histórico del Distrito Federal).

HNM (Hemeroteca Nacional de México).

Hemerografía.



El Constitucional, Ciudad de México.

El Monitor Republicano, Ciudad de México.

El Socialista, Ciudad de México.

La Internacional, Ciudad de México.

La Protesta, Buenos Aires.

La Revista Universal, Ciudad de México.

Bibliografía citada.

s/a, 1974, 150 años de la educación en el estado de México. México, Gobierno del estado de

México.

Anaya, Marco Antonio, 1997, Rebelión y revolución en Chalco-Amecameca, estado de

México, 1821-1921. México, Universidad Autónoma de Chapingo/INEHRM.

Bakunin, Mijaíl, 1990, Escritos de filosofía política. Madrid, Alianza Editorial.

Hart, John, 1974, Los anarquistas mexicanos, 1860-1900. México, SEP.

Illades Aguiar, Carlos, 2002, Rhodakanaty y la formación del pensamiento socialista en

México. México, Anthropos/UAM.

Rhodakanaty, Plotino, 1998, Obras. Edición, prólogo y notas de Carlos Illades, México,

UNAM.

Rhodakanaty, Plotino y de Mata y Rivera, Juan, 2001, Pensamiento socialista del siglo XIX.

Edición de Carlos Illades,

1



1 Notas

[1] Hasta el momento, no hay ninguna referencia sobre su muerte. Se tiene la creencia que tras algunos fracasos y otros aciertos como la participación

en la organización obrera, Rhodakanaty fue legando su trabajo a los más jóvenes y prominentes actores del movimiento anarquista como fue su alumno

Francisco Zalacosta, hasta que el primero desapareció de la escena. Se piensa que regresó a Europa en el año de 1886, año de sus últimas

participaciones públicas y escritas.

[2] Valadés, José Cayetano, 1984, El socialismo libertario mexicano (siglo XIX). México, UAS, p. 17.

[3] Carta de Rhodakanaty a Francisco Zalacosta reproducida en J. Valadés, op. cit., pp. 27-28.

[4] Plotino Rhodakanaty, “El estado es el padrastro del pueblo”, La Internacional, 18 de agosto de 1878.

[5] Illades Aaguiar, Carlos, 2002, Rhodakanaty y la formación del pensamiento socialista en México. México, Anthropos/UAM.

[6] Hart, John, 1974, Los anarquistas mexicanos, 1860-1900. México, SEP, p. 30.

[7] Rhodakanaty, Plotino, 1998, Obras. México, UNAM, pp. 31-32.

[8] Rhodakanaty, Plotino y de Mata y Rivera, Juan, 2001, Pensamiento socialista del siglo XIX. México, UNAM, p. 150.

[9] J. Valadés, op. cit.

[10] El Monitor Republicano, 7 de marzo de 1868.

[11] Jacinta López al ministro de Justicia relativo a la libertad de su hijo Julio López, México, 31 de agosto de 1865, en AGN, Justicia y Negocios

Eclesiásticos, Justicia Imperio, vol. 214, exp., 7.

[12] Ignacio Falcón al ministro de Justicia, México, 4 de diciembre de 1863, en AGN, Justicia y Negocios Eclesiásticos, Justicia Imperio, vol. 214, exp., 6.

[13] Jugement renclu par la cour martiale de Mexico, México, 11 de abril de 1864, en AGN, Justicia y Negocios Eclesiásticos, Justicia Imperio, vol. 214,

exp., 7.

[14] Jacinta López, loc. cit.

[15] Ibid.

[16] Julio López es considerado como el bandido social, esto es, que no se refiere al asaltante común que busca un beneficio individual, sino más bien

considerado al tipo de Robin Hood, o como Francisco Calderón lo denomina el “John Brown” de los indios. Citado en Anaya, Marco Antonio,

1997, Rebelión y revolución en Chalco-Amecameca, estado de México, 1821-1921. México, Universidad Autónoma de Chapingo/INEHRM.

[17] Bakunin, Mijaíl, 1990, Escritos de filosofía política. Madrid, Alianza Editorial, p. 182.

[18] Antonio Juan Zenovio al Prefecto político del Ayuntamiento de México, 21 de enero de 1864, en AGN, México Independiente/Gobernación: legajos,

caja 1441, legajo 1190.

[19] Referente a esto, invito al lector a leer la tesis de licenciatura de la cual emana esta investigación titulada Plotino Rhodakanaty y La Escuela Libre de

la Razón y del Socialismo en Chalco (1861-1871). Una experiencia de educación anarquista, 2016, UPN.

[20] “Plotino C. Rhodakanati”, El Socialista, 28 de octubre de 1877.

[21] J. Valadés, op. cit., p. 28.

[22] s/a, 1974, 150 años de la educación en el estado de México. México, Gobierno del estado de México.

[23] Carta de Plotino Rhodakanaty al Ayuntamiento de México, México, 22 de octubre de 1880, en AHCM, Instrucción Pública en General, vol. 2490, exp.

1480.

[24] Ibid.

http://educa.upnvirtual.edu.mx/index.php/upenian-s/12-upenian-s/164-la-escuela-libre-de-la-razon-y-del-socialismo-educacion-campesina-bajo-la-bandera-de-la-libertad#_ednref1


























[25] Se ha dicho que Francisco Zalacosta perteneció al ala bakuninista de La Social y quien influyó en el pensamiento de Julio López en las

insurrecciones de 1868, sin embargo no hay fuentes que comprueben que en esta década se conociesen ya los textos del revolucionario ruso. “Desde los

primeros meses de 1873, entre los libertarios, fue muy activo Carlos Sanz, llegado a Méjico [sic] desde Barcelona; se dice que en una reunión el 20 de

marzo, en conmemoración de la Comuna, leyó una carta de ‘Farga Pellicer y de Bakunin’; ningún otro testimonio lo liga con Bakunin […]”.Max Nettlau,

“Contribución a la bibliografía anarquista de la América Latina hasta 1914”, La Protesta, 13 de junio de 1927.

[26] “Chalco”, El Monitor Republicano, 10 de marzo de 1868.

[27] Ibid.

[28] “Julio López”, La Revista Universal, 4 de junio de 1868.

[29] “Un remitido de Chalco”, El Constitucional, 9 de septiembre de 1868.

* Estudiante de la Licenciatura en Pedagogía por la Universidad Pedagógica Nacional Unidad Ajusco, en la opción de campo “Historia de la educación y

educación histórica”. Área Académica 5, campo de Docencia. Para comunicarse con el autor escriba a: cegaperamirez8mail.com






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