Edmundo Granda - Salud y Vida_vol3

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    Edmundo Granda UgaldeLa salud y la vida

     Varios autores

     V O L U M E N 3

    Quito, noviembre 2011

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    La salud y la vidaEdmundo Granda Ugalde

    Varios autores

    V OL U M E N 3

    Quito, EcuadorPrimera edición: noviembre 20111.000 ejemplares

    Ministerio de Salud Pública del Ecuador

    David Chiriboga, Ministro

    Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud - OPS/OMSCelia Riera, Representante Ecuador

    Consejo Nacional de Salud del Ecuador - CONASAIrina Almeida, Directora

    Universidad de CuencaFabián Carrasco, Rector

    Universidad Nacional de LojaGustavo Villacís, Rector

    Asociación Latinoamericana de Medicina Social - ALAMESNila Heredia, Mario Rovere, Coordinación General

    EditorasZaida Betancourt y Martha Rodríguez

    COMITÉ EDITORIALZaida Betancourt, Mauricio orres, Hugo Noboa, Oscar Betancourt, Roberto Sempértegui, ALAMESMartha Rodríguez, OPS/OMSCésar Hermida, Universidad de Cuenca

    Diseño e ilustración de portada: Liliana Gutiérrez, Lápiz y papelImpresión: Imprenta Noción

    Impreso en Ecuador

    Las opiniones expresadas, recomendaciones formuladas, denominaciones empleadas y datospresentados en esta publicación no reflejan necesariamente los criterios o las políticas de lasinstituciones auspiciantes.

    La información de esta obra puede ser utilizada siempre y cuando se cite la fuente.

    ÍndicePresentación .......................................................................................................................................... 9

    ArtículosPolíticas públicas saludablesEdmundo Granda ...................................................................................................................................13

    Nicaragua: revolución y salud(Aporte de la defensa de un pueblo agredido por el imperialismo)Edmundo Granda ................................................................................................................................... 23

    ¿Quo Vadis Salud Pública?Edmundo Granda ...................................................................................................................................41

    Otra salud es posible

    Roberto Passos Nogueira .......................................................................................................................  65Necesidad de una nueva epistemología para una nueva práctica de salud pública

     Mauricio orres-ovar ............................................................................................................................ 77

    La construcción de salud en el Ecuador desde los movimientos sociales,aproximaciones iniciales

     Zaida Victoria Betancourt Aragón .........................................................................................................93

    La salud – bien público concebido en lo “glocal”David Acurio Páez ............................................................................................................................... 129

    Investigación en salud pública: una propuesta alter(n)ativaKetty Vivanco Criollo, Rosa Rojas Flores ............................................................................................. 139

    Encrucijadas y complicidades epistemológicas para pensar la salud Mario Rovere ...................................................................................................................................... 153

    Edmundo Granda, educador Margarita Velasco Abad ...................................................................................................................... 169

    La influencia (política, estratégica y técnica ) del pensamiento deEdmundo en la cooperación técnica de la OPSJorge Luis Prosperi ............................................................................................................................... 177

    La salud como derecho humano y la salud integral de las mujeres:¿mandatos aún invisibles?Yolanda Arango Panezo ....................................................................................................................... 187

     Abriendo caminos en salud pública, educación e interculturalidad.Una experiencia en Colombia

     María Clara Quintero, Olga Patricia orrado, María del Carmen Urrea ............................................. 199

    Los verbos esenciales de la salud públicaSaúl Franco A. ..................................................................................................................................... 211

    Encuentro de dos peregrinos. Edmundo y Miguel (1958-2008) Miguel Márquez .................................................................................................................................. 235

    María Isabel Rodríguez habla sobre Edmundo GrandaFernando Borgia ................................................................................................................................. 247

    Semblanza, Edmundo de la vida .......................................................................................................257

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    La salud y la vida   9

    Con este tercer volumen de “Edmundo Granda Ugalde. La salud y la vida. Varios autores” cumplimoscon el propósito original del Comité Editorial, de compilar y publicar su producción intelectual, yfomentar la lectura, análisis y recreación de su obra.

    Este volumen, además de compilar algunos artículos de Edmundo, recoge un conjunto de voces de

     América Latina que han hecho un esfuerzo interpretativo de diversos tópicos del pensamiento dequien fuera, un maestro de la medicina social en la región.

    De la producción de Edmundo Granda se expone el artículo “Políticas públicas saludables”, que brindaluces para avanzar en el desarrollo de acciones públicas emancipadoras, pues busca trascender elmercado de salud y el proteccionismo social, rutas por las cuales no es posible superar las inequidadessociales y sanitarias en los países latinoamericanos.

    Se incluye el artículo “Nicaragua, revolución y salud” sobre la experiencia de construcción de unapolítica de salud en el contexto revolucionario de la Nicaragua sandinista, que fue, sin lugar a dudas,un laboratorio donde confluyó en ese momento el pensamiento progresista de salud latinoamericano,para aportar solidariamente a l a construcción de este sueño libertario.

    En los volúmenes anteriores no se había incorporado el artículo “¿Quo Vadis Salud Pública?”, porconsiderar que sus ideas principales están en otros documentos de Edmundo. Sin embargo, se incluyeen este volumen por ser un documento de alta referencia y que tiene la virtud de desencadenardiálogos en diversos escenarios presenciales y virtuales.

    Luego de la presentación pública del segundo volumen de esta compilación de la obra de EdmundoGranda, que tuvo lugar en Bogotá en noviembre de 2009, en el marco del XI Congreso Latinoamericanode Medicina Social y Salud Colectiva, el comité editorial hizo un llamado a más de un centenar de

    compañeras y compañeros latinoamericanos para que realizaran un ejercicio dialógico e interpretativocon el pensamiento de Edmundo, para configurar el tercer volumen de la serie. Afortunadamente serecibió material suficiente y de calidad, que permite entregar este tercer volumen:

    • Otra salud es posible, Roberto Passos Nogueira• Necesidad de una nueva epistemología para una nueva práctica de salud pública, Mauricio

    orres-ovar• La construcción de salud en el Ecuador desde los movimientos sociales, aproximaciones inicia-

    les, Zaida Betancourt Aragón• La salud - bien público concebido en lo “glocal”, David Acurio Páez• Investigación en salud pública: una propuesta alter(n)ativa, Ketty Vivanco Criollo y Rosa Rojas

    Flores.

    Presentación

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    Presentación La salud y la vida   11

    • Encrucijadas y complicidades epistemológicas para pensar la salud, Mario Rovere.• Edmundo Granda, educador, Margarita Velasco Abad.• La influencia (política, estratégica y técnica) del pensamiento de Edmundo en la cooperación

    técnica de la OPS, Jorge Luis Prosperi.• La salud como derecho humano y la salud integral de las mujeres: ¿mandatos aún invisibles?,

     Yolanda Arango Panezo.•  Abriendo caminos en salud pública, educación e interculturalidad. Una experiencia en Colombia,

    María Clara Quintero, Olga Patricia orrado y María del Carmen Urrea.• Los verbos esenciales de la salud pública, Saúl Franco Agudelo.• Encuentro de dos peregrinos: Edmundo y Miguel (1958-2008), Miguel Márquez.• María Isabel Rodríguez habla sobre Edmundo Granda, Fernando Borgia.

    Los artículos presentados, desde diversos enfoques y temáticas, dialogan, debaten, reflexionan,enfatizando la necesidad de seguir construyendo un quehacer sanitario que impulse “un movimientode salud de la mano de diversos sujetos de salud y vida”, así como “volver” a l as fuentes de la medicinasocial, a reconocer que debemos actuar sobre el complejo entramado de la determinación social de lasalud, comprometiéndonos con la construcción de políticas públicas saludables.

    Cabe destacar que la rupturas de Edmundo con el pensamiento determinista abrió puertas alentendimiento de la complejidad de la realidad en su temporalidad, diversidad y construcciónpermanente, lo cual es profundizado en este libro desde Argentina, Brasil, Colombia, Cuba. ElSalvador, Panamá, Uruguay y por supuesto Ecuador.

    Queda una amplia satisfacción por la ̈ minga latinoamérica¨ que posibilitó que la palabra de Edmundono deje de ser oída. Solamente la recreación de su pensamiento, el debate, la coincidencia y el disensopueden permitir profundizar el diálogo con un compañero que perteneció a este tiempo y que vivióen la larga noche neoliberal, con la luz de los movimientos sociales que complejizan las demandas yexplican los movimientos sur sur.

    Agradecemos a los articulistas, al comité editorial y a los compañeros y compañeras salubristas dela patria grande -que no se nombran en este libro- y que estuvieron prestos para facilitar contactos,comentar artículos, realizar entrevistas. Siendo que la producción de Edmundo fue eminentementepara el hacer colectivo, no podíamos sino construir este libro con múltiples voces, muchas de ellas

    invisibles.

    Estamos conscientes que su legado exige en un futuro próximo, mayor profundización paracomprender desde la acción práctica sus mayores contribuciones, entre las cuales se destaca: a)su mandato de descentrar la enfermedad del quehacer de la salud pública, b) la complejización delpensamiento sanitarista, para emprender acciones más integrales desde el mundo de la vida, estoes con todos-as los seres vivos, c) la promoción de acciones articuladas e incluyentes que propicienprocesos emancipatorios que desmercantilicen la enfermedad, la salud y la vida, y d) la actitud deservicio y afecto en todos los actos cotidianos vitales.

    Esperamos que este esfuerzo editorial, recogido en los tres volúmenes de La Salud y la Vida, sea uncontribución para no olvidar el legado de pensamiento y obra de un intelectual y militante de la saludcolectiva-medicina social latinoamericana, que contribuya a que este pensamiento siga madurandoy aportando en la construcción del quehacer sanitario desde la vida, con la participación de sujetossociales, profundizando la democracia desde la salud y l os procesos de emancipación social y sanitariaque requiere nuestra patria grande latinoamericana.

    Quito, noviembre 2011

    Ministerio de Salud Pública

    Consejo Nacional de Salud

    Universidad de Cuenca

    Universidad de Loja

     Asociación Latinoamericana de Medicina Social

    Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud.Representación Ecuador

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    La salud y la vida   13

    Artículo 1 Políticas públicas saludablesEdmundo Granda1

    El Dr. César Viera ha propuesto el siguienteordenamiento para el abordaje de las políti-cas públicas saludables – PPS: sugiere analizarlos conceptos, revisar los roles o papeles quedeben cumplir las políticas públicas, estudiarlos impactos y revisar los instrumentos. Poresta razón, la Representación de OPS/OMS enel Ecuador propone los siguientes elementos dereflexión: 

    Conceptos Es de inmensa importancia la reflexión filosófi-co - teórica sobre la salud, la vida y el bienestar,temas que no han sido propios de los interesa-dos en el campo de la “salud”, porque la preocu-pación ha estado centrada en la enfermedad. Esimportante recordar que, desde la organizacióndel pensamiento clínico2 con Bichat y Morgagni,la salud y la vida dejaron de tener la importan-cia que tenía para la medicina de ese entoncesy se dio paso al estudio de la enfermedad y lamuerte. Bichat hace esta selección ante la granposibilidad que ofrece el cadáver para explicar

    los efectos de la enfermedad sobre los órganos,tejidos y células.

    La ganancia en capacidad explicativa de las cau-sas de la enfermedad y de la muerte empobre-cen, en cambio, las potencialidades para inter-pretar la vida y la salud.

    Por las razones antes indicadas, es posible suge-rir que para estudiar las políticas saludables esnecesario iniciar con una reflexión sobre la viday la salud, antes de dar paso a la reflexión sobrelas políticas3. los que trabajamos en salud tene-mos una convicción fuerte de que alcanzaremosesa ansiada salud por descuento de la enferme-dad, y para sustentar esta propuesta nos basa-mos en los grandes avances de la medicina clíni-ca y de la salud pública, que siempre estuvieronsustentadas en el paradigma de la enfermedad.

    Es obvio que la salud es ausencia de enfermedad,pero es posible alcanzar salud por el propio de-sarrollo de las fuerzas que la propician y no solopor descuento de enfermedad. Si no criticamosesa convicción, nos parece que es bastante difí-

    1 Este documento fue trabajado en conjunto con el Ing eniero Diego Victoria, Representante deOPS/OMS en el Ecuador y la Licenciada Gloria Briceño, asesora en Promoción de la Salud, para laReunión de Gerentes OPS/OMS, octubre 2001.

    2 La clínica surge como ciencia positiva a finales del siglo XVIII. Anteriormente existían diversos tiposde medicinas no positivas que no integraban el método científico que ya se encontraba en vigenciaen la física. La clínica logra por primera vez hacer una coherente propuesta sobre la enfermedad ysus causas con grandes posibilidades demostrativas, es decir, que sus hallazgos podían ser confirma-dos en otros sitios y en otros tiempos.

    3 Esto es importante, porque para lograr una proyección ética, es indispensable imbricar el qué (vida-salud) con el cómo (política). Este procedimiento nos ayuda a superar aquel encuadre utilitaristaque da un peso desmedido a los medios en detrimento de los fines u objetivos. Para nuestro modode ver, los fines son los que deberían dar la direccionalidad fundamental, razón por la que requeri-mos entregar luz y claridad al concepto salud, que tiene serias nebulosidades entre nosotros.

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    Políticas públicas saludables La salud y la vida   15

    carácter tan interventor y solamente basadoen evidencias científicas.

    • Al reconocer la realidad cultural en la cons-trucción humana de la vida, es mandatoriopara el pensamiento sobre políticas saluda-bles partir desde la interpretación de dicharealidad cultural con el grupo humano al quese intenta llegar. En otras palabras, la políti-ca saludable entraña un proceso de construc-ción de saber mutuo, con la participación dela ciencia y la cultura, donde la cultura esta-blecerá las características del bien común,mientras que la ciencia aportará con sus

    “verdades” demostrables y universales: “losseres humanos proponen los fines y la ciencia esnada mas que un medio” , nos dice Prigogine.

    • Al ser las políticas saludables un intento deconstrucción de un bien común y verdadero,las políticas saludables siempre son políti-cas públicas, en la medida en que lo públicoconstituye una propuesta de bien común. Enotras palabras, parece que no puede haberpolíticas saludables no públicas.

    • Si se toman en consideración las reexionesanteriores, es entonces posible ensayar unadefinición sobre políticas públicas saluda-bles como todo pensamiento y acción queimpulsa el desarrollo de la vida en cuantobien común y verdadero (si la verdad se con-cibe como ciencia, es obvio considerar queesta definición trae conflicto y tensión implí-citos no eliminables, propios de los dilemasde los que nos habla Fernando Lolas).

    Rol de las políticas públicas saludables(PPS) en la reducción de la inequidad

    Para abordar el rol de las políticas públicas sa-ludables, se debe comprender la forma en quelas PPS actúan a nivel local y sobre los “deter-minantes”. Pero también es posible, en el nivelde abstracción en el que nos hallamos, intentarcomprender cómo las políticas públicas actúana nivel de la acción social y a nivel de las estruc-turas, sobre todo en este momento, en el quese han producido grandes avances en el campode las ciencias sociales. En efecto, las ciencias

    una deuda un tanto conflictiva y de difícil solu-ción. Al respecto, los trabajos de Ulrich Beck y

     Antony Giddens son muy interesantes, porqueproponen que deberíamos pasar a una nuevamodernidad reflexiva.

    Las políticas saludables tendrían, entonces, quepartir desde la interpretación de las caracterís-ticas siempre cambiantes de los seres vivos. Loprimero que debería hacer una política saluda-ble es comprender cómo se da la autopoiesis deesos procesos vitales.

     Ahora bien, cuando las políticas saludables ha-cen referencia a la vida humana, apareceríanalgunas características muy importantes y espe-ciales:

    • La doble realidad biológica y cultural de lavida humana obliga a que las políticas sa-ludables tengan algunas características “in-variantes” o reversibles y de más fácil pre-dicción, propias del desarrollo filogenéticoy ontogenético de la especie humana; perotambién tendrá características totalmente“variantes” o reversibles y de difícil predic-ción, propias de la realidad cultural del grupohumano y del comportamiento individual.

    • En base al punto anterior, toda política sa-ludable es biopolítica y tiene como fin pro-mover y proteger el desarrollo biológico dela especie, pero en el caso específico humanotambién es social, en la medida en que tienenecesariamente que interpretar la realidad

    cultural que posibilita al grupo construir susformas de vida y de salud. La vida humanatiene esa conflictiva y compleja realidad devivir y crear dos mundos: un mundo biológi-co y un mundo cultural, que en muchas oca-siones entran en conflicto.

    • Las políticas saludables tradicionales entre-garon gran peso e importancia a la realidadbiológica invariante y consideraron que eraposible establecer una política de salud hu-mana al margen de las características socia-les variantes del ser humano. Por esto laspolíticas de salud tradicionales tienen un

    de la salud y vida. Nos referimos a las lógicas re-cursivas4 que han sido levantadas por la biologíateórica que estudia los procesos autopoiéticos,o por la teoría física del caos, o por las cienciassociales que estudian los procesos complejos. Alrespecto, creemos que para el estudio de la vida ysalud, los aportes que hace la Escuela de Santia-go (Maturana, Varela y colaboradores), Von Gla-sarfeld, Fridjof Capra, constituyen importanteselementos que posibilitan comprender la saludno únicamente como descuento de enfermedad.

    Las reflexiones anteriores posibilitan encon-

    trar que la salud tiene realidad propia y que estáprofundamente imbricada con la vida. En otraspalabras, la salud es una forma de andar por lavida, como nos diría Canguilhem, o una capaci-dad de romper las reglas existentes y crear nue-vas, como sugiere el mismo autor, o la posibi-lidad de constantemente autoinventarse, comosugeriría la Escuela de Santiago con su conceptode autopoiesis.5 

    Las características anteriores obligan a la genteque está preocupada por la salud a no interve-nir antes de interpretar, porque la salud siempreentrañaría características diversas, muy propiasdel momento de autopoiesis en que se encuen-tra el individuo o grupo que está construyendosu salud. En otras palabras, parece que es fun-damental en este nuevo milenio tratar de com-prender la realidad antes de intervenir sobreella, porque las intervenciones basadas en unasupuesta ciencia que conoce todo, está dejando

    cil avanzar en la constitución de nuevas teorías,métodos, técnicas y acciones para la promociónde la salud.

    Lo anterior no hace únicamente relación a la sa-lud, sino que también tiene que ver con la cons-titución del resto de ciencias humanas, las mis-mas que durante los últimos treinta años hanvivido un proceso de crítica.

    Por esta razón nos permitimos sugerir que seinicie el abordaje de las políticas por la reflexión“Salud: calidad de vida y bienestar”.

    Una vez que asumimos la necesidad de reflexio-nar sobre la vida y la salud, nos parece que esfundamental entender que este binomio ocupaun espacio y tiempo distintos a los que ocupan laenfermedad y la muerte. Estas últimas aparecencomo cuestiones dadas o producidas, mientrasque la vida y salud se encuentran en el dándose.En otras palabras, es muy difícil para nosotros,los “enfermólogos”, comprender la salud, por-que nosotros somos personas que entendemoslos hechos como sustantivos o cuestiones con-geladas o cristalizadas, pero tenemos muchoproblema en entender los verbos, los movimien-tos, o los procesos.

    La reflexión anterior nos conduce, entonces, a lanecesidad de encontrar lógicas diferentes a lasdominantes. Estos últimos cincuenta años handado cuenta del nacimiento de nuevas lógicasque tratan de entender la temporalidad propia

    4 La lógica dominante ha sido una lógica instrumental que busca comprender cómo los efectos sonproducidos por una causa (lógica causal), o cómo un medio conduce a un fin (finalista), o cómo unhecho existe en función a una norma (funcionalista). Otras lógicas aparecieron en el siglo XIX, comopor ejemplo la lógica dialéctica, pero en estos últimos tiempos se han forjado nuevas propuestaslógicas que intentan explicar la forma en que ocurren los procesos autonómicos, como por ejemplola vida en su constante autogeneración. Estas lógicas son conocidas como lógicas recursivas: porejemplo, el vivir produce vida y la vida producida posibilita vivir.

    5 Autopoiesis quiere decir “auto-inven tarse”. Los seres vivos se caracterizar ían por esa capacidad deproducir vida, al mismo tiempo producir los “instrumentos” (órganos, tejidos, células) que generanla vida, y constantemente cambiar en ese autoproducirse.

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    Políticas públicas saludables La salud y la vida   17

    diferente a la que jugaron las tradicionalespolíticas de salud. En la definición de las po-líticas de salud han jugado tradicionalmente,como determinantes fundamentales, tresfuerzas: a) el poder del conocimiento b) elpoder administrativo (mundo de las cosasy del dinero) y c) el poder político (volun-tades). Las PPS intentan forjar fuerzas untanto diferentes que puedan también jugarun papel distinto a nivel del Estado y de lasociedad civil.

      Las PPS intentan crear un poder técnico dis-

    tinto. En la medida en que proponen abogarpor una conceptualización diferente de lasalud, pretenden crear propuestas metodo-lógicas y técnicas consecuentes, que puedancriticar y al mismo tiempo complementar losconocimientos, métodos y técnicas tradicio-nales utilizados por las ciencias de la “salud”dominantes.

    Las PPS deben crear un poder administra-tivo diferente, mediante la forja de teoríasadministrativas que comprendan y realcenlo diverso y posibiliten la introducción delpoder de los propios actores en el diagnós-tico y elaboración de las respuestas adminis-trativas.

    Las PPS deben configurar un poder políticodiverso, donde el mundo de la vida se im-brique con el mundo del sistema y donde elmundo sistémico no colonice al mundo de la

    vida, de la manera como ha venido haciendo.

    La creación o dinamización de unos poderestécnico, administrativo y político distintosposibilitaría, a su vez, dinamizar y cambiarla manera en que se movilizan los recursos,movilización que debería responder en partea la propia lógica de los recursos, pero querecibe la dirección de los poderes humani-zados y fortalecidos, con lo cual estaríamoshablando de una movilización con miras alcuidado (ver Heidegger: El ser y el tiempo).El fortalecimiento de los mencionados pode-

    salud se halla fundamentada en las formasde organización social de la vida (autopoie-sis colectiva) y que la técnica puede apoyardicha dinámica vital, pero la técnica en sí noes saludable. Las PPS, al así obrar, concibenque la acción en salud es una acción sapiente,donde obra el saber y querer colectivo con-

     juntamente con el apoyo de la ciencia, nor-mas y recursos. En otras palabras, las PPSestablecerían que es fundamental que la po-blación proponga los fines, mientras que laintervención de los recursos, ciencia y nor-mas sean nada más que medios.

      Las PPS, entonces, son en sí saludables, alinterpretar la vida, apoyar su desarrollo ybuscar que la propia vida marque el caminode la acción individual y colectiva. Las PPSno se centran solo en los medios exteriorespara lograr salud, sino que concentran su in-terés sobre las potencialidades internas delas colectividades; no dan mucho énfasis ala intervención sobre la población, sino a lacomprensión y cuidado de su autodesarrollo.De esta manera, las PPS analizan e impulsanlas relaciones del ser humano con sus ámbi-tos de consumo y producción. En el ámbitode consumo, estudian y buscan el cambiode las relaciones de: a) consumo simple: ali-mentación, vivienda, vestido, recreación; b)consumo ampliado: consumo del arte y laciencia; c) formas de trabajo; d) relación conla naturaleza física, biológica y social.

    Las PPS no solo juegan un rol a nivel de laacción social, sino que también intervienensobre la estructura o sistema. Al centrar supreocupación en fortalecer la naturaleza sa-ludable de la acción, buscan además tradu-cir las necesidades del mundo de la vida enrespuestas adecuadas, movilizar recursos yre-regular el Estado. Analicemos estos ele-mentos.

      La labor de traducción de las necesidadeshumanas en normas y recursos estructuralesque deben cumplir las PPS, es de naturaleza

    • Organiza las prácticas cotidianas.• Forja relaciones de poder con sus congéneres

    y con el mundo que le rodea.

    Las políticas públicas saludables requieren, en-tonces, interpretar la acción social en su inte-gralidad. Solo así se podrá:

    • Realizar una buena “lectura” de las necesida-des sociales.

    • Fortalecer las propias acciones sociales queapoyan los literales anteriores.

    • Traducir los requerimientos de mediación o

    cuidado sobre la salud.• Movilizar adecuadamente los conocimien-

    tos, normas y recursos (estructura) existen-tes y crear otros capaces de responder a lasnecesidades diagnosticadas.

    • Re-regular el aparato del Estado con miras aforjar un Estado democrático y promotor desalud.

    Los puntos anteriores obligan a tomar en consi-deración algunos aspectos fundamentales:

    • La “lectura” mencionada solo puede produ-cirse si la aproximación a los actores se dadesde métodos interpretativos no tradicio-nales. La hermenéutica, la fenomenología,la filosofía del l enguaje y otras metodologíasapoyan en este empeño.

    • El fortalecimiento del accionar social ensalud podrá darse siempre cuando puedancompatibilizarse las PPS con la cultura, etni-

    cidad, personalidad, prácticas y poderes so-ciales. En esa medida, las políticas públicassaludables rescatan las realidades y valoresdel mundo de la vida de las colectividadescomo bases fundamentales para la propiaacción comunitaria en salud y como puentefundamental para la organización de las res-puestas estatales en salud.

    • Las políticas públicas saludables recono-cen que la posibilidad de la acción en saludocurre siempre y cuando se pueda crear unsaber mutuo sobre salud entre la colectivi-dad y los actores. Las PPS reconocen que la

    sociales han comenzado a dar una importanciamuy grande a la acción social en cuanto activi-dad humana, categoría que no tuvo mucho p esoen el pensamiento social anterior, el cual entre-gó mucho peso a la estructura o al sistema.

    Las ciencias sociales y políticas convencionalesconsideraron que el mundo social (la acción so-cial) sería redimido por las normas estatales ylos recursos fundamentados en la razón científi-ca (estructura) y que todo pensamiento o acciónque no respondiera a la norma y a la razón seríabarrido por la historia. Esta predicción resultó

    un tanto equivocada. El experimento del socia-lismo real así lo confirmó.

    Similar pensamiento dominó a la salud públicadel siglo XX, según el cual la salud la alcanza-ríamos a través del cumplimiento de las nor-mas fundamentadas en la ciencia positiva quemueve recursos tecnológicos. Aquella propues-ta, a pesar de los grandes logros, parece quetambién es un tanto unilateral, ya que, como seha dicho anteriormente, esto nos condujo a unpensamiento fundamentado en la enfermedady a una intervención basada en una ciencia quesupuestamente sabe todo y que no requiere deinterpretación previa del cambiante mundo hu-mano. Si sustentamos que las políticas humanassaludables son pensamientos y acciones que im-pulsan el desarrollo de la vida en cuanto bien co-mún y verdadero, tanto los pensamientos cuan-to las prácticas jugarían un papel fundamentalen la acción social y en la estructura.

    El rescate por parte de las políticas públicas sa-ludables del bien común en tanto creación de laacción individual y social, requiere interpretarel mundo de la vida como espacio donde el serhumano:

    • Construye aquello que sustenta como verda-dero.

    • Engendra los planteamientos éticos que leposibilitan construir su socialidad.

    • Constituye sus veracidades, fundamentos dela personalidad.

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    pugna el reconocimiento de la autonomía y lasubjetividad, que alimenta pensamientos cen-trados en lo autopoiético. La descentralizacióny el concomitante reclamo de una atención a lasalud más relacionada con lo local. El recono-cimiento de la importancia del “cliente” comopropulsor de su propia salud. En otras palabras,vivimos un momento en que las PPS podríanser impulsadas, y a su vez lo que ocurre podríaser dirigido para fortalecer las PPS, con miras aproducir grandes cambios en el sector “enferme-dad”.

    Las PPS también podrían impactar importan-temente sobre los otros sectores al brindar ele-mentos de relación de su quehacer con el avancehumano. odos los sectores, ya sean sociales oeconómicos, supuestamente desarrollan su ac-ción para beneficio de su población. La confor-mación de un sólido conjunto de políticas públi-cas saludables podría crear un punto de referen-cia de importancia para el quehacer de todos lossectores.

    Las PPS tienen una posibilidad muy grande detransformarse en puntos de referencia de losotros sectores, toda vez que la vida y la salud tie-nen una amplia fuerza de convocatoria. Al fin yal cabo, la cotidianidad está relacionada con lavida y la salud, mientras que la enfermedad yla muerte constituyen accidentes o momentos.Por otro lado, la vida y la salud no han sido tanmedicalizadas o “disciplinadas” como es la en-fermedad, cuyo tratamiento constituye respon-

    sabilidad de elites científico-técnicas. La salud,en cambio, pertenece al mundo de la vida, es vi-vida por legos y tratada por múltiples profesio-nes: la abordan los antropólogos, los sociólogos,los curas, las amas de casa, las abuelas.

    Instrumentos de las políticas públicassaludables

     Al definir las políticas públicas como “todo pen-samiento y acción que impulsa el desarrollo de lavida en cuanto bien común y verdadero”, es ob-

    El sector “enfermedad” tiene sus actores, queluchan por su existencia y ampliación, siendouno de los actores más importantes, el complejomédico - industrial - medicamentoso. Es posiblepensar que el fortalecimiento de las PPS a nivelde los Ministerios de Salud se encuentra en elempuje que podrían dar las nuevas identidadeso nuevos movimientos sociales que proponendefender la salud como parte de la conformaciónde sus propósitos. El movimiento ecologista ha

     jugado un papel importante en la conformaciónde “políticas públicas saludables para la natura-leza”; las mujeres han luchado por la conforma-

    ción de PPS relacionadas con la salud del géneroy la no violencia intrafamiliar; los movimientosétnicos han cumplido un importante papel enla recuperación de medicinas ancestrales máscentradas en la salud que en la enfermedad, losmunicipios y poderes locales han conducido pro-puestas que intentan dar cuenta de la salud delos habitantes de sus territorios.

    Si los actores fundamentales de la PPS se en-cuentran por fuera del sector “enfermedad” yafincados en la sociedad civil, es fundamentalreflexionar sobre los necesarios cambios a niveldel poder administrativo existente los ser vicios,de los que habíamos hablado antes, con el finde acoger la influencia de estas fuerzas socia-les para apoyar la ampliación del horizonte devisión y acción de este sector. Pero las fuerzasdel cambio no se encuentran solamente en lospoderes políticos externos al sector “enferme-dad” sino que también existen en tanto poderes

    de nuevo conocimiento sobre la salud que debenser importados por parte del sector “enferme-dad”. La reflexión sobre la salud y la creación depropuestas metodológicas e instrumentos téc-nicos para dar cuenta de la salud y las PPS sonde urgente necesidad.

     A más de las fuerzas políticas, técnicas y admi-nistrativas abordadas, es importante reconocerque vivimos una época de grandes cambios entodos los rubros de la vida social, los mismosque podrían apoyar el fortalecimiento de PPS.Nos referimos a esa corriente libertaria que pro-

    sectores sociales y económicos del Estado. Porejemplo, el sector de bienestar social, es partedel sector virtual salud; la educación, que encierta medida hace parte del sector virtual sa-lud; igual que el sector trabajo, y, por qué no, elsector económico.

    La reflexión que hemos llevado a cabo sobre lasPPS es una reflexión que intenta partir desde lasalud en tanto expresión de vida individual y so-cial. En esa medida, las PPS irrespetan sectoresya constituidos y reclaman un espacio para elejercicio del cuidado a la salud. Las PPS tienen

    que jugar un papel importante en el sector “en-fermedad”, obligándole a ver otros contenidosque habían sido dejados de lado en su constitu-ción, originar cambios importantes en los cono-cimientos, normas, recursos del sector (estruc-tura) y también podría obrar sobre el cambiode las formas del mismo. Deberá, por otro lado,obrar sobre el “sector virtual salud” que, comohemos dicho, se halla “regado” en los otros sec-tores, obligándolo a adquirir una “realidad másreal”.

    En lo que hace relación a los servicios de salud,éstos podrían ser ampliamente reorientadosa través de la visualización de la vida y no solode la enfermedad. En esa medida, las PPS valo-rarían la tecnología frente a la vida: la culturainstitucional frente a la vida; los derechos delpaciente; la ética y la vida; los entornos y la vida,en una aproximación más allá de los determi-nantes técnicos.

    Para lograr una paulatina transformación desdeun sector “enfermedad” hacia un sector salud,es importante establecer un peso mayor de laspolíticas públicas saludables dentro del concier-to de políticas de “salud” existentes en nuestrosMinisterios de Salud. Para que aquello ocurra,deberán crearse los mecanismos adecuados paraque puedan surgir actores o sujetos por la saludque actualmente son muy débiles o inexistentes,es decir que es necesario pasar a conformar “Pú-blicos por la Salud”.

    res posibilitará revisar y crear leyes y reglasconstructoras de salud y vida a nivel del apa-rato estatal, donde es fundamental estable-cer una ampliación del campo de visión y ac-ción, a través de acciones interdisciplinarias,interinstitucionales e intersectoriales.

    Las PPS buscarían, por otro lado, respuestasdel Estado forjadoras de la equidad, con elfin de que éste pueda producir efectos dis-tintos ante necesidades diversas y logre dis-minuir las diferencias injustas y evitables. Sino se parte de una conceptualización de que

    la salud es una forma de caminar por la vida,no es posible disponer de respuestas diferen-ciales ante formas de vida distintas que con-ducen a niveles de salud también variables.Las PPS, al haber partido desde la compren-sión de la vida y la salud, se aproximan enmejor forma a la producción de respuestasconstructoras de equidad.

    Impacto de las políticas públicassaludables en el sector salud

    En el acápite anterior hemos establecido el rolque podrían jugar las PPS sobre la acción socialy sobre la estructura. En esta parte parece quees importante considerar el papel que podríancumplir las PPS a nivel del sector salud, en losotros sectores y en los municipios. El plantea-miento invita a salir del nivel de abstracción enel que nos hemos movido para tratar de analizar

    el Estado en su conformación por sectores.

    Si reflexionamos por un momento, nuestrosector de la “salud” se halla delimitado por lasresponsabilidades y funciones que cumplimoscon relación a la enfermedad. Basta recordarque más del 90% del presupuesto está dedicadoa la enfermedad: atención médica en hospita-les y ambulatorios. Muy pequeña cantidad derecursos se dedican a la promoción de la salud.En otras palabras, el sector “salud” es el sectorde la “enfermedad”. El verdadero sector salud esvirtual y se encuentra “regado” en los diferentes

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    Políticas públicas saludables

    La comunicación social cumple, por otro lado,un papel importante en la ampliación y forta-lecimiento del proceso de aprendizaje de nue-vas formas de convivencia, empoderamientode la población y participación en la definicióny construcción de las PPS, pero un aspecto fun-damental constituye aquel proceso de cambio delas normas estructurales y procedimentales queviabilicen el desarrollo de las PPS; l os avances enla acción social deben necesariamente acompa-ñarse de transformaciones normativas y de re-cursos (estructura).

    Las PPS son políticas dinámicas, políticas “convida”, que requieren la constante alimentaciónde la población para su supervivencia y desarro-llo. En esa medida, este tipo de política necesi-ta constante control social y el rendimiento decuentas por parte del sistema responsable deimplementarlas.

    Las PPS tienen su impacto, pero este es un tantodiferente de otras políticas, ya que intentan me-dir los efectos positivos que expresan la salud,tales como convivencia ciudadana, construcciónde ambientes y comportamientos solidarios yseguros, etc.

    Las PPS requieren acumular evidencias que po-sibiliten su aplicación en distintos ámbitos ytiempos, pero las evidencias son obviamente va-lórico - científicas, es decir, hablan de los valoresverdaderos o verdades buenas.

    Muchos otros aspectos son de importancia perono han sido abordados para este documento, ental sentido se espera el debate propuesto por elDr. César Viera.

    vio que requerimos de una serie de instrumen-tos que posibiliten su construcción y ejercicio.Por otro lado, al haberse ubicado la fuerza prin-cipal de la salud en las potencialidades de vidaautónoma y solidaria, es lógico considerar que lafuerza más grande para la definición y desarro-llo de las PPS se encuentra radicada en la propiapoblación y en su capacidad participativa.

    La población debe participar en la definición delas políticas por las razones que habíamos ex-plicado anteriormente: la característica siemprediversa del proceso bio-humano y el carácter ac-

    tivo y consciente de la construcción social de susalud. En esa medida, la posibilidad de interpre-tar la vida y salud, solamente puede concretarsea través de aquella investigación que posibilitala construcción de un saber mutuo, realizadaconjuntamente entre la población y sus institu-ciones.

    Es entonces fundamental establecer que la par-ticipación social debe darse desde el propio pro-ceso de investigación y definición de las políti-cas; no se diga en el proceso de implementación,seguimiento y evaluación.

    Al ser la participación un eje fundamental parala definición de las políticas para su implemen-tación y control, las PPS deben buscar el empo-deramiento de la población en este campo, paralo cual uno de los instrumentos fundamentaleses la educación, en su calidad de proceso queapoya el cambio de las formas de convivencia de

    la población. Si la salud es una forma de andaren la vida, puede mejorarse en la medida en quese cambien las formas de convivencia, y aque-llo no se puede dar sino solamente a través delaprendizaje de las mismas.

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    Artículo 2 Nicaragua: revolución y salud1

    (Aporte a la defensa de un pueblo agredido por el imperialismo)

    Edmundo Granda

    Presentación

    Más allá del pragmatismo de los tecnócratas yde la deformada óptica mercantil de la medicinalucrativa, la lucha de los pueblos por la salud y la

    vida cobra las más diversas formas.

    La revolución social opera como un vasto y pro-fundo instrumento de salud, proceso que ha rati-ficado la afirmación histórica de la política comomedicina a gran escala. Por las mismas razonesque la revolución produce la emancipación eco-nómica y la desenajenación político-ideológica,desencadena también hondas modificaciones enlas potencialidades del bienestar, vida y salud.Revolución, salud y sobrevida son procesos es-trechamente enlazados, del mismo modo que laexplotación económica, la dominación política yla coerción ideológica, se alimentan mutuamen-te con la enfermedad y la muerte.

    Este documento fue realizado como un home-naje a la inmensa tarea de rescate de la vidaque lleva adelante Nicaragua y que cumple enestos días su octavo aniversario, y como unaexpresión de rechazo al e jercicio destructivo de

    la fuerza imperialista que pretende obstruir lasconquistas que, como la de la salud, Nicaraguaofrece a los países hermanos como testimoniode lucha y esperanza de libertad para los pueblossometidos de América y el mundo.

    El poder popular y la amplificación delhorizonte de la ciencia

    El arte y la ciencia se alimentan de la realidadsocial. A través de la pintura, Genero Lugo2 res-

    cata, de entre los escombros de la agresión, eléxtasis del amor existente en esta Nicaragua“tan violentamente dulce”3, mientras que el Co-mandante Morales Avilés expresa poéticamentela contradictoria unidad del dolor-amor en queviven él, su pueblo y Doris María-camarada en l abúsqueda de la liberación4. La guitarra de MejíaGodoy se torna fusil y dispara consignas musi-cales5. La pintura, la literatura-poesía y la mú-sica se renuevan, crecen, cambian, tratan de darcuenta, mediante la estética, de una Nicaraguaque se transforma, que busca forjar al hombrenuevo, al hombre revolucionario para revolucio-nar la vida. Viejos y nuevos artistas descubren, através de notas musicales, colores, formas escul-tóricas y letras, esa nueva realidad de Nicaraguay, construyen a su vez, la realidad sandinista delcontemporáneo arte de este país.

    La ciencia también se sitúa en esta encrucijada.Los objetos científicos se conforman y delimi-

    tan en el fragor de la lucha. El Frente Sandinistaproduce nuevas realidades que deben ser regis-tradas en el quehacer teórico-práctico. La revo-lución posibilita la ampliación del horizonte devisibilidad de la ciencia porque, como lo diría el

    1 rabajo realizado por Edmundo Granda y un colectivo nicaragüense, en el marco del proyectonicaragüense de salud perinatal, CEAS, julio, 1987

    2 Lugo, G. ransmutación (pintura), Managua, 1986.3 Cortázar, J. Nicaragua tan violentamente dulce. Edit. Nueva Nicaragua. Managua, 1985.4 Morales Avilés, R. Prosa política y poemas. Edit. Nueva Nicaragua. Managua, 1985.5 Mejía Godoy, E. Guitarra armada. (Música), San José, 1978

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    de la contradicción capital-trabajo, lo cual eraimposible, toda vez que las opciones históricasson opciones de poder político, y en ese enton-ces, el pueblo, el proletariado, no lo detentabaen ninguna sociedad.

    La ciencia en salud afirmó entonces, su fidelidada los requerimientos del capital. Más tarde, seencontrará atareada en buscar el máximo ren-dimiento del obrero en su trabajo intensivo de

     jornada corta, resultante del incremento de lacomposición orgánica del capital11. Después laencontraremos apuntalando la conquista co-

    lonialista de África, Asia y América Latina porparte del capital12. En todas las etapas, la cien-cia médica ha laborado conjuntamente con lasfuerzas dominantes para, a través del quehaceren salud, apuntalar el requerimiento legitima-dor de los Estados capitalistas: que la ideologíade la salud actúe como excelente neutralizadorde tensiones sociales, y mediante la distribuciónde acciones de salud, se construya la imagen deEstados “benefactores” que supuestamente sepreocupan por repartir la “salud”.

    Las crisis del capital permitieron elaborar plan-teamientos alternativos. Virchow y Neumanpropusieron en 1848 una visión más democrá-tica sobre la salud, mientras que Stern, Sigerist,Rosen y Molina, encontraron alternativas popu-lares en la gran crisis de 1930. La actual deba-cle del capital y el avance revolucionario de lospueblos también han impulsado la construcciónde nuevas teorías explicativas. América Latina

    constituye un crisol en donde se funden nuevasformas de práctica científica. Cuba y Nicaraguapasan a constituir la confirmación de ensueñospopulares madurados en la larga noche de la do-

    celaria del hombre, quien es considerado comouna fuerza de trabajo, como máquina corporal,como productor de riquezas. El objeto hom-bre nunca es observado en su integralidad. Setoma parte del mismo, es su valor de uso el quese privilegia, porque el valor de uso de la fuer-za de trabajo significa acumulación de capital,constituye posibilidad de ganancia, factibilidadde plusvalía. El valor de cambio de la fuerza detrabajo solamente es tomado en consideraciónsi es que impacta en la aplicación de la misma.

    Las ciencias de la salud al servicio del capital se

    constituyeron y desarrollaron al unísono con losrequerimientos de acumulación. En sus inicios,el capital se enraizó en las fábricas y fructificócon la sangre de los obreros, madres y niñosque entregaron sus vidas en ese dantesco afánproductivista9. El consumo desmedido de esafuerza de trabajo generador de riqueza obliga-ba a los empresarios a reflexionar sobre el valorde cambio. El capital se percató de que no podíaexpoliar en esa forma tan irracional su propiafuente productora de riqueza. Por otro lado, losobreros, a través de sus luchas reivindicativas,alcanzaron reformas tendientes a conservar suvida. La contradicción capital-trabajo, en estaprimera etapa, incidió determinantemente so-bre el pensamiento en salud10. El capital impusoa la salud pública l a implementación de medidasconvenientes para la conservación de la saludproductiva de los trabajadores, así como el cui-dado y preparación de la fuerza potencial de tra-bajo de sus hijos. El trabajador, en cambio, ha

    demandado al Estado, desde entonces, el cuida-do de su salud integral. La alternativa de obser-var integralmente la salud del obrero había exi-gido a la ciencia médica el plantear la abolición

    La historia del desarrollo de la ciencia en general,y del quehacer científico en salud en particular,no constituye otra cosa que la historia de la lu-cha por la definición de objetos de investigacióny de métodos científicos dirigidos a dar cuentade los procesos que se priorizan en un espacioy tiempo históricos determinados. La dialécticaentre las fuerzas sociales y la propia consolida-ción de la teoría definen las prioridades científi-cas. Frente al desarrollo de las fuerzas produc-tivas, el poder dominante establece los reque-rimientos científicos, delimita los problemas aser dilucidados. La teoría, en cambio, determina

    las posibilidades de acogerlos, de interpretarlos.Un problema no adquiere el estatuto científicosi no encuentra la madurez teórica suficientepara poder dar cuenta de sus regularidades, desus relaciones y determinaciones8 pero, por otrolado, la teoría en salud no puede avanzar, nopuede desarrollarse si, desde la sociedad, desdela realidad material, no se concretan presiones ypropuestas.

    Las clases dominantes tienen mayores opcionesde hacer propuestas, de plantear problemas deinvestigación, de realizar pedidos a la ciencia. L aformulación de los problemas u objetos de in-vestigación es, entonces, en gran medida, unaproblemática política. Aún más, los pedidos tie-nen un cometido, un valor de uso, deben servirpara un fin determinado. En esa medida, y aquíradica el problema más grave, los objetos sondelimitados en función a su interés específico,al servicio que prestaran más tarde. Especiales

    características constitutivas de los objetos sonprivilegiadas mientras que otras son dejadas delado.

    La historia de la investigación en salud por partedel capital es la historia de la investigación par-

    comandante Borge, “el infinito proceso de desarro-llo de la ciencia coincide con el punto de vista de losrevolucionarios que es el proceso de desarrollo infi-nito de los hombres”6.

    Se plantea para los hombres de ciencia de Ni-caragua desarrollar su creatividad para reflejarsubjetivamente la intrincada realidad objetiva.Constituye para los trabajadores científicos unreto de similar naturaleza al que se propone paralos artistas. En efecto, Álvaro Gutiérrez7  en eluso de los colores logra, con su pincel, plasmaren el lienzo aquella mirada serena y llena de es-

    peranza en el futuro de su gente. Parece comoque el mensaje que transmite consiste en la pro-yección, en la continuación en el tiempo históri-co, de las posibilidades revolucionarias. ¿Utilizalas mismas técnicas o son éstas diferentes? Loque importa es que la pintura denota distintoscontenidos y propone nuevas acciones. La revo-lución crea el futuro, reconstituye la dialécticadel tiempo, abre horizontes desconocidos, res-tablece la humanidad, es dialéctica, es búsquedade horizontes más amplios para la realizacióndel ser humano, y aquí radica el cometido del in-vestigador en la revolución; es decir, encontrarla identidad entre ciencia y revolución, descu-brir cómo la revolución es desarrollo de la cien-cia, y la ciencia vivificación de la revolución.

    En el plano especifico de las ciencias de l a salud,los investigadores se ven en el compromiso deencontrar el sendero para lograr la comprensiónde los nuevos aportes brindados por el proceso

    revolucionario para la consecución de la saludcolectiva y, al mismo tiempo, emprender en labúsqueda de medios para impulsar el logro de lasalud como una parte integrante de la construc-ción revolucionaria.

    6 Borge, . Discurso ante la III Jornada Científica Nacional de Salud y Primer Coloquio de CienciasMédicas Nicaragüense – Norteamericano. Bol. Nic, de Hig. Y Epid., 1(1): 91-98. Enero, marzo de1984

    7 Gutiérrez , A. Ventana 1 (pintura), Managua, 1980.8 Kedrov, B. (1971). Acerca de las leyes del desarrollo de la ciencia. La Habana, Ciencias Sociales.

    9 Marx, K. (1976). El capital, libro 1, Cap. XIII. México, Siglo XXI, 3ra ed.10 Breilh, J. (1977) La Medicina Comunitaria, ¿Una nueva policía médica? Revista Mexicana de Ciencias

    Políticas y Sociales (84) 79-82, México.11 Breilh, J. (1986) Epidemiología: Economía, Medicina y Política. Editorial Fontamara, México, 3ra ed.12 García, J. C. (1981). Te Laziness disease. History and Philosophy of the Life Sciences, 3(1): 21-59. Este

    trabajo constituye una excelente demostración de la articulación de las ciencias médicas y la produc-ción algodonera en América.

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    ta capacidad creativa y factibilizando su realiza-ción individual en función a la realización social.

    Poder popular y salud

    Las “categorías no solamente tienen un significadoobjetivo sino una historia objetiva y subjetiva. Unahistoria objetiva que presupone un estado definidode evolución del movimiento de la materia y unahistoria subjetiva, producto de su descubrimiento yaprehensión por parte del hombre, por su concien-cia” .17 

    Lo anterior presupone que las categorías seconstruyen, es decir, ganan forma, adquierencontenido, a través del esfuerzo que hace la con-ciencia humana para aprehender la cambianterealidad. Las categorías tienen entonces vida,tienen historia, cambian, se modifican. En algu-nos momentos se delimitan con singular clari-dad, y en otros se oscurecen y se embarcan ennebulosas ideológicas. La realidad está siemprepresente ante la conciencia social, pero ésta dis-pone, de acuerdo a las distintas coyunturas, dediversas cuotas de poder para descubrirlas, paraencontrar sus relaciones y determinaciones.

    La larga noche de la dominación somocistaatentó contra la vida, encadenó al hombre y alpensamiento, conculcó la libertad que no con-stituye otra cosa que la “conciencia de la necesi-dad de las leyes que rigen los procesos naturales ysociales”,18  y concomitantemente creó brumas

    alrededor de la categoría salud.

    El triunfo revolucionario, la conquista del poderpopular a través de las armas-amor-razón porparte del sandinismo, abre una nueva etapa parael quehacer en salud en Nicaragua y dibuja conmayor nitidez la categoría salud.

    Este hecho histórico no solamente produce lanegación de la alienación del hombre común,sino que, consecuentemente, se produce la po-sibilidad de la desalienación de la ciencia. Enefecto, el poder popular libera al objeto cientí-fico. El pensamiento científico en salud nicara-güense puede, en este momento, conceptualizaral hombre como una posibilidad cada vez máscercana de realización integral. A pesar de queen el momento actual persisten diferencias so-ciales en la población y todavía se encuentranexpresiones económicas en que priman las leyesdel valor, sin embargo, la revolución pavimen-

    ta el camino hacia la abolición de la mercancíahumana.

    La revolución como que permite la desaliena-ción más rápida del objeto científico que del ob-

     jeto real. Dicho en otras palabras, el investigadorpuede, en el momento actual, conceptualizar suobjeto como un ser autárquico y participar en laplanificación de una sociedad nicaragüense más

     justa, así como apuntalar aquel proceso necesa-rio de transformación humana.

     Al producirse la liberación del objeto científico,sus métodos de abordaje cambian y al reconsti-tuirse la dialéctica del tiempo el futuro gana ma-yor importancia. En este sentido, los investiga-dores en la revolución se ven en el compromisode crear nuevos caminos teóricos e instrumen-tos para interpretar los procesos que se desarro-llan multilateralmente y en libertad. Los viejospostulados de la epidemiología agnosticista ya

    no pueden dar cuenta del nuevo hombre sandi-nista: deben ser criticados y reformulados. Asímismo, la convencional administración en saludno posee los elementos teórico-metodológicospara abarcar los requerimientos organizativosen salud. La revolución desaliena al objeto, almétodo y al investigador, movilizando su infini-

    comandada por las transnacionales y afrontadapor los Estados burgueses dependientes.

    En la Nicaragua somocista la investigación ensalud colectiva se esterilizó, se cortaron los in-tentos de reformulación. La ciencia debió cami-nar en este campo, unida al afán de lucro o a losrequerimientos de control y legitimación estata-les, y sobrevino la noche para el pensamiento ensalud. La aparición del poder popular que abriónuevos derroteros, que iluminó los senderosconstruidos por el nuevo pensamiento en sa-lud forjado en la clandestinidad15, organizó una

    práctica en salud conduciendo una reflexión máscientífica en este campo. L a revolución sandinis-ta creó esta posibilidad. Estableció por primeravez en Nicaragua la factibilidad de pensar en lasalud del hombre integral, de no verla interme-diada por su valor de uso acumulador, de no su-peditar dolorosamente el pensar al servicio delpoder dominante, de no trastocar lo que se sien-te, de poder ejercitar lo que se cree, de apoyar laconstrucción consciente del futuro, de buscar enel pasado lo que es bueno para el hombre, de ha-cer lo que el Comandante Borge diría: “impulsarel desarrollo, restaurar la sabiduría popular, reco-nocer la posibilidad de que la ciencia y la técnica se

     pongan al servicio físico y espiritual multilateral delos hombres” .16

    La revolución sandinista, al tomar el poder el 19de julio de 1979, destruye el Estado burgués ycrea una alternativa concreta, el Estado popu-lar. La creación del Estado popular significa la

    negación política del contradictorio fin acumu-lador–legitimador del poder estatal burgués y elconsiguiente direccionamiento de su afán haciael logro de la libertad e infinito desarrollo hu-mano.

    minación imperialista. El avance de la organiza-ción popular en los distintos países sacude la es-tructura social y despierta la creatividad científi-ca. Diferentes grupos democráticos de investiga-ción descubren en las madejas agnosticistas dela ciencia burguesa hilos de objetividad, los queson rescatados para construir la nueva trama deuna interpretación renovada sobre la salud.

    De todas maneras, en etapas de consolidaciónde la dominación burguesa o en sus momentosde crisis, la ciencia experimenta algunos desa-rrollos, y aquello es posible porque al mismo

    tiempo se desenvuelven las fuerzas productivas,porque el gran desarrollo tecnológico permite ala ciencia descubrir con mayor facilidad las leyesde los procesos y construir un arsenal teórico,que inmediatamente facilita dar nuevos pasosen el manejo de la técnica. Pero el desarrollo dela ciencia choca con las relaciones sociales de suuso y con la pobreza de los métodos para abordarla salud colectiva. Los inmensos adelantos de laquímica, biología, psicología, física, cibernéti-ca y ciencias sociales, no pueden ser utilizados.Mac-Mahon y Pugh13 declaran que la ciencia epi-demiológica es limitada, y Leavel y Clark14 mani-fiestan que la epidemiología no puede llegar másallá de las apariencias. L a administración en sa-lud se niega a salir del quehacer funcionalista yno permite que la dialéctica amplíe su horizontede visibilidad. La educación en salud repite losmismos contenidos ideológicos, reproducien-do con singular perseverancia la formación deun personal de salud no deliberante, dispuesto

    a cumplir, en lo particular, las viejas consignasdel capital. El saber popular es dejado de lado ysolamente se lo toma en cuenta cuando, en lapráctica, el pueblo puede ser utilizado para dis-minuir los costos de la cara atención de salud

    13 MacMahon, B. y Pugh, . (1970) Principios y Métodos de la Epidemiología . México, La Prensa Médica14 Leavell, H. y Clark, E. Preventive Medicine for the doctor in his community .15 Borge, . “…las revoluciones científicas hay que construirlas en la clandestinidad”, en Discurso

    ante... Ibid.16 Borge, . Ibid.

    17 Lukacs, G. (1985) Historia y conciencia de clase. Orbis, España, 1985.18 Borge, . Ibid.

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    de neonatos de bajo peso, paridos por madresdesnutridas y en constante huida. Nacieron enespacios miserables, rodeados por la ira de unpasado truncado y por la infinita soledad creadapor una sociedad cada vez más competitiva.

    El 1º de julio aparece una nueva partera: la Re-volución determina devolver la tierra a los cam-pesinos, tres millones y medio de manzanas sondistribuidas a los agricultores, se restauran suslaboratorios naturales, se les devuelve su piel,se reconstruye su vida comunitaria en un nivelcualitativo más alto a través de las Cooperativas

    y las Áreas Propiedad del Pueblo, y, con esto serestaura su futuro y se instala la posibilidad deque el fin, el objetivo de su trabajo individualsea parte del objetivo general, porque la conse-cución de los objetivos generales son idénticosa los personales y, en esta forma, se rescata latranquilidad y se los extrae de la soledad de lavida competitiva. No solamente le devuelve alcampesino la tierra sino que le facilita el acce-so a la tecnología y al crédito 20 para aumentarsu productividad, con miras a satisfacer las ne-cesidades de los nicaragüenses y no de los quetransformaron el país en una hacienda de otros,en una de las haciendas del imperialismo.

    El Estado sandinista, por vía de la Reforma Agra-ria, devuelve la salud al campesino y devuelve la“salud” a la naturaleza, la beneficia con el riego,le adjudica la función para l a que ecológicamen-te está preparada. Se propone bajar los granosbásicos al Pacífico y transformar a esta zona en

    productora de bienes agrícolas para la exporta-ción y la obtención de productos de consumonacional, de todo ello a través de la organizaciónde formas intensivas de producción, con el obje-to de, como lo dice el Comandante Wheelock21 “tener dos veces la tierra”. Se define que la Re-gión Húmeda Central Norte reciba al café y sesiembren hortalizas y frutales, mientras que en

    sión latifundaria, se “fue” para la montaña, parael Atlántico, zonas que no son ecológicamenteadecuadas y, cuando se rompió con las posibili-dades ecológicas, las tierras se “enfermaron”, seerosionaron y se negaron a producir. El somo-cismo, por otro lado, no solo había usado inade-cuadamente el suelo: también la tecnología; nohabía desarrollado el riego, ni se había preocu-pado de depositar los insumos indispensablespara elevar la productividad de la tierra, lo queprodujo nuevamente el deterioro de la naturale-za por la vía del inadecuado uso de la tecnología,o por falta de su uso.

    El somocismo, al separar al campesino de la tie-rra, de su laboratorio natural, le quitó su piel,le produjo una infinita inseguridad, le obligó adesplazarse, a romper con su entorno conoci-do, a enfrentar nuevos y desconocidos medios;o le encaminó a vender su fuerza de trabajo, aorganizar irracionalmente su proceso laboral y,sobre todo, le robó el futuro, le impidió dar unfin concreto a su actividad y aquella que desa-rrollaba su familia, o le obligó a emigrar a lasciudades para engrosar las columnas de la mi-seria subproletaria. El somocismo produjo oacentuó la enfermedad campesina, incrementólos riesgos perinatales existentes o creó nuevos.Desarticuló la vida comunitaria en donde el par-to es un hecho natural, y en donde la sabiduríapopular acumuló, a lo largo de milenios de ob-servación empírica, conocimientos sobre estehecho vital, comunidad que graduó a cientosde comadronas especializadas en traer al mun-

    do la nueva vida con singular prolijidad, amory saber. La expansión latifundaria y las huestesrepresivas quebraron la unión y desbarataronla universidad vital, estancaron el desarrollodel conocimiento, destruyeron la solidaridady posibilitaron el incremento de la muerte y laenfermedad. Un signo inequívoco de la degrada-ción humana producida lo constituye la cadena

    Las transformaciones que se implementan des-de un inicio se identifican con este propósito. El

     poder popular  define sus principios e implementacambios en las áreas de la producción, distribu-ción, intercambio y consumo. En el ámbito de laproducción, y más específicamente, en el espacioagrario, el sandinismo elabora las políticas ten-dientes a la reconquista de la salud del trabaja-dor agrícola y de la naturaleza que lo rodea. Seencuentra, de inicio, con una relación hombre-naturaleza completamente trastornada por elsomocismo. La forma concentradora de produc-ción anterior había quebrado la relación racional

    del hombre con la tierra; se lo había excluido desu propiedad, y eso significaba que se había cor-tado la posibilidad de que la conciencia humanatransformara libremente la naturaleza, rom-piendo, al mismo tiempo, la característica gre-garia, genérica del hombre, su vida comunitaria.

    El somocismo había generado en Nicaragua laenfermedad de la naturaleza y del agricultor. Lanaturaleza había sido sujetada a las irracionalesleyes de producción capitalista dependiente, sehabía irrespetado el uso científico e histórico delsuelo. “Las mejores tierras de Nicaragua, las queson estrictamente para la agricultura – como decíanlos españoles, las tierras de pan llevar, óptimas para

     producir maíz, frijol y sorgo, se encuentran, desdeantes del triunfo de la revolución, ocupadas pri-mordialmente por cultivos de agroexportación. Loscampesinos indígenas, quienes habían ocupadotradicionalmente las mejores tierras de Nicaragua,fueron desplazados por los terratenientes. Estos,

    alentados por la oportunidad de mejores condicio-nes de precios, se dedicaron, según la época, a pro-ducir café, caña de azúcar o algodón, para obtenerriquezas inmediatas” .19

     El maíz tuvo que salir de l a zona del Pacífico, sefue con los campesinos que huían de la expan-

    En el acápite anterior se explicó que el poder po-pular desaliena al objeto, al método y al inves-tigador. De lo que se trata en esta parte, es deanalizar cómo ocurre en el plano particular dela salud, este proceso, es decir, cómo se producela ampliación del horizonte de visibilidad y deacción, cómo se potencian las fuerzas naturalesy sociales para que surja aquel camino de infini-to desarrollo del hombre o de su posibilidad desalud.

    La revolución sandinista constituye la determi-nación del pueblo nicaragüense de organizar la

    sociedad bajo los postulados de la racionalidadhumana. Sandino delinea el camino, Fonsecalo actualiza y, a través de la lucha del pueblo, seinicia la conquista de esa ansiada racionalidad.Pero el acceso a formas más altas de humanidadse ejecuta a través del asalto al poder, porque so-lamente con éste es posible delinear y organizarun nuevo modo de vida que permita al hombreproducir su ser, su subjetividad, al mismo tiem-po que produce su objetividad, su entorno. Elsandinismo decide quebrar el anterior modode vida comandado por Somoza, en el que seencontraba una brutal contradicción entre elhombre y la economía, en el que la producciónde la objetividad, esto es, la consecución de losobjetivos económicos del gobierno, significabanel sacrificio de todas las posibilidades humanasmayoritarias y aun el deterioro de las riquezasnaturales del país. El sandinismo decide, el 19de julio del 79, tomar el poder para organizaruna sociedad en donde el desarrollo de la eco-

    nomía signifique al mismo tiempo el desarrollodel hombre. Esto es, establece como fin últimola consecución de la salud del pueblo, porque lasalud del pueblo significa el desarrollo social.Con el sandinismo la categoría salud se redefine,salud es revolución y revolución es inmediata-mente salud.

    19 Wheelock, J. Entre la crisis y la agresión. Editorial Nueva Nicaragua, Managua, 1985.

    20 La revolución forjó el Programa de Asistencia écnica Dirigida y el Programa de Crédito dirigidocomo parte del Sistema Financiero Nacional.

    21 Wheelock, J. Ibid.

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    momento, es de ratificar el criterio de la interre-lación existente entre el modo de trabajar y elmodo de enfermar y morir.

     Ahora bien, como se dijo antes, el proceso salud-enfermedad no solamente es condicionado porla forma de trabajar y por las relaciones que elhombre establece con la naturaleza, sino quetambién está determinado por las formas y con-tenido de su consumo. En el momento produc-tivo el hombre es objetivo en su mundo circun-dante y entrega productivamente su fuerza detrabajo para dar la característica social a la na-

    turaleza transformándola. En cambio, en el mo-mento de consumo, la naturaleza es subjetiva,se interioriza en su humanidad y permite la re-producción de la energía perdida en el momentoproductivo. En el ámbito del consumo ocurrensimilares problemas a los que se analizaron parael momento productivo; aún más, en este cam-po, el análisis se complejiza, porque el consumode los bienes para la reproducción de la fuerzade trabajo se halla intermediado por la distribu-ción y el intercambio de los mismos. La distri-bución es una problemática de poder general, yel intercambio se liga tanto con el poder generalcomo con la particular posibilidad individual deextraer, desde el mercado, los bienes para el con-sumo a través de la cuota que recibe el individuocomo pago de su trabajo.

    Se puede percibir, de inicio, que existen modali-dades de organización social en las que la distri-bución, las leyes de intercambio y las formas de

    consumo son más patogénicas que otras. La or-ganización somocista era, sin lugar a dudas, unaforma organizativa patogénica, creaba enferme-dad por la sencilla razón de que las leyes de ladistribución se asentaban sobre la necesidad deacumular más riqueza alrededor de la burguesíay del imperialismo. El somocismo utilizaba to-dos los aparatos de poder estatales para viabi-lizar la mayor ganancia para él y su camarilla ypara cumplir con los mandatos del gobierno delos Estados Unidos. El somocismo abandonabael pueblo a su suerte: expulsados de sus tierras,los campesinos debían subsistir a través del cul-

    te el espacio de la producción de los bienes ma-teriales; creada por la revolución, es generadorade vida, y solamente a través del conocimientode sus leyes, de sus regularidades, se asegura sudesarrollo. El Estado sandinista se al imenta conel pensamiento crítico para su avance, el somo-cismo lo encadenaba para evitar su destrucción,y a través de este encadenamiento secuestrabael quehacer en salud alrededor de los servicios,que se ofrecían como una panacea manejada porel dictador y sus secuaces. Para ellos, la salud so-lamente podía obtenerse a través de las incoor-dinadas acciones de veintitrés instituciones que

    imprimían un carácter caritativo a su quehacery reconstruían diariamente la ideología necesa-ria para la dominación. La represión era pintadacon un barniz de beneficencia y se pretendía enesta forma disfrazar sus auténticas característi-cas.

    Hasta aquí, el análisis de la Reforma Agraria hapermitido hacer un abordaje de la relación pro-ducción-salud. Se debe considerar que se ha par-tido de generalizaciones del proceso. No todaslas expresiones particulares de la producciónagrícola determinarían iguales repercusionesen la salud de los trabajadores del campo. Diver-sas formas de organización productiva generandistintos perfiles de reproducción de la fuerzade trabajo, y a su vez éstas establecen el apa-recimiento de diferentes condiciones de salud-enfermedad. Pero la conformación de un modode producción en donde el fin último constituyala realización humana, tiñe con diferente inten-

    sidad las distintas particularidades productivas,ya sea por vía de las transformaciones que se lle-van a cabo en el momento del trabajo o del con-sumo de los grupos sociales, y ocasiona distintasdosis de posibilidades de salud.

    Un análisis más pormenorizado de las otras for-mas de producción (sector ganadero, industrial,minero, pesca, energía, transporte, servicios,sector informal, etc.) llevaría a buscar las parti-cularidades de calidad de vida de cada grupo hu-mano y las especiales repercusiones en su perfilde salud-enfermedad. De lo que se trata, en este

    dolor, pero que generan esa ira necesaria paramantener la patria libre y para parir nuevos hi-

     jos que cumplirán la función de cuidarla.

    La nueva organización del trabajo y de la produc-ción en el área rural es generadora de salud. Larevolución libera una fuerza que antes producíacada vez más enfermedad. El trabajo alienadoen el tiempo del somocismo engendraba enfer-medad y muerte. La producción y trabajo en esaera se alimentaba con la vida de obreros, madresy niños, mientras que l a organización producti-va en el sandinismo impulsa la reproducción de

    más vida.

    Esta realidad impacta sobre la conceptualiza-ción de la salud; en efecto, la salud no puedecontinuar interpretándosela como un bien quese alcanza únicamente a través del consumo deacciones brindadas por los servicios, sino que elpueblo la forja, la produce en el propio procesoracional de trabajo. La categoría salud conquistaun nuevo espacio, se hace más integral, deja sulecho unilateral y gana una connotación multi-lateral. El problema ya no radica solamente encómo organizar acciones para la salud, sino encómo apuntalar un modo de producción de sa-lud. El pensamiento ya no se redime solamenteen los servicios; el poder sandinista lo lleva hacialos espacios que antes se hallaban vedados porla ideología dominante, la misma que había im-pedido que la conciencia científica nicaragüen-se la acoja. La inquisición somocista impedía alpensamiento en salud, reflejar subjetivamente

    la realidad objetiva de su modo generador deenfermedad y muerte, porque ésta constituía laesencia de su ser, porque el descubrimiento deesa verdad significaba la negación de su existen-cia. El poder popular, en cambio, crea la fuerzaobjetiva para que la reflexión científica conquis-

    la Zona Atlántica se desarrollen las leguminosasy se cultive el caucho, el cacao, los plátanos, etc.La Revolución resuelve, entonces, rescatar la re-lación racional-natural del hombre con la tierrae imprimir a través de la ciencia aún mayor ra-cionalidad para incrementar la producción. Peroesto es posible hacerlo porque Nicaragua recon-quista la propiedad de su ser, lo que significa, almismo tiempo, la reconquista de la salud, de sutierra, y de sus hombres.

    La revolución se introduce en la casa del campe-sino, le prodiga más cantidad de alimento22 pro-

    ducto de su trabajo, y amplía el mercado para elacceso a una amplia gama de productos, lo cualasegura un mejor consumo de nutrientes que re-percuten en el desarrollo materno-infantil másarmónico y en el nacimiento de vástagos conmayor peso, atendidos por parteras preocupa-das por rescatar el saber de sus antepasados y desintetizarlo con aquel que pone a su disposiciónel Estado Popular a través del MINSA. Se empie-za nuevamente a reconquistar la solidaridad, yla vida comienza a tomar forma en un ambienteen donde el presente es construcción inmedia-ta de futuro, y al mismo tiempo rescate de lospedazos de humanidad que fueron brutalmentearrebatados por el somocismo. El nacimiento deun nuevo producto biológico constituye la espe-ranza de una nueva fuerza para llevar a cabo lastransformaciones necesarias y para defenderlas,porque defendiéndolas, al mismo tiempo se ase-gura el desarrollo de nuevos y mayores logros.

    En este ambiente de salud que va conquistandoel sandinismo, solo existen las nubes de la agre-sión del imperialismo que oscurecen el panora-ma, que cortan la vida23 y que impiden mantenerel flujo de las transformaciones, que destruyenhospitales e incendian escuelas; que producen

    22 A través de la Empresa Nacional de Abastecimiento (ENABA S), además de establecer los preciosa los productores, subsidia la venta de granos básicos para garantizar el consumo de los estratosde más bajos ingresos. Por otro lado, el Programa Alimentario Nicaragüense (PAN) garantiza elautoabastecimiento nacional de alimentos.

    23 Entre 1982 y 1985, la agresión imperial ista cobró la vida de dos mil niños.

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    ma de relacionarse con el mercado: a través deldinero del que disponían, y debían soportar to-dos los caprichos de las leyes del capitalismo.

    El Estado sandinista, en cambio, extrae el arroz,el azúcar, el aceite, la sal y el jabón y los entregadirectamente a los demandantes en base a cuo-tas, es decir, hace que estos productos circulen yentiendan otro lenguaje, aquel de la necesidad.Estas mercancías adquieren su precio en base alas posibilidades de pago por parte del pueblo.Si su valor excede al precio, el gobierno lo sub-venciona y no permite que estos bienes entren

    al baile de la oferta y demanda, y los protege dela especulación. Estos productos se humanizan,son cuidadosamente manipulados para que setransformen en vida humana, en peso del neo-nato, en leche materna y en salud general. Estosproductos pasan inmediatamente a ser salud.

    El Estado sandinista, por otro lado, controla losprecios de los cincuenta y dos productos indis-pensables para la reproducción social del pue-blo. Con esta medida, establece el precio en baseal valor del producto, en base al trabajo socialdepositado en él, y protege esta medida a travésdel control social de la especulación y median-te una participación en el mercado con produc-tos similares que han sido recolectados por losorganismos de acopia de ENABAS. Cuida, enesta forma, la “salud” del proceso productivo,así como la salud de la población. En efecto, laproducción puede mantenerse siempre y cuandoretornen las inversiones hechas con una tasa de

    ganancia adecuada y eso se logra en el momentoen que las mercancías sean vendidas. Pero porotro lado, los compradores, el pueblo, no pue-den pagar un precio más alto para reproducir sufuerza de trabajo más alto que lo que permitesu bolsa.

    El somocismo se preocupó solamente por ob-tener las más altas tasas de ganancia para los

    desmesurado en la defensa25 e imposibilita man-tener el proceso redistributivo. El imperialismogenera, por esta vía, enfermedad y muerte.

    Es conveniente que se insista sobre l a naturale-za “saludable” del modelo distributivo. La revo-lución humaniza por múltiples vías el procesode distribución. Extiende el mercado, lo disemi-na por todo el país y controla en esta forma ladeterminación abusiva de la demanda. El merca-do, en el somocismo, se concentraba alrededorde aquellos que tenían posibilidad de compra.Las mercancías solamente eran accesibles para

    las capas más pudientes. Al ampliar el espaciode circulación de los bienes producidos, el san-dinismo corrige parcialmente esta distorsióndistributiva. En este momento, los artículos deprimera necesidad pueden ser adquiridos por lapoblación nicaragüense, en donde quiera que seencuentre. Es lógico suponer que una más am-plia gama de bienes se concentran alrededor deManagua y en los espacios que históricamenteadquirieron más importancia económica, pero lasubsistencia básica está asegurada por la revolu-ción en todo lugar a pesar de la guerra. ambiénla Revolución interviene en el mercado, impideque las leyes del valor y de la oferta y demandadeterminen fríamente los precios. El mercado esbrutalmente inhumano, no conoce otro lengua-

     je que aquel del valor y no se mueve sino al rit-mo de l a relación oferta-demanda-especulación.Una mercancía adquiere su precio en base a lacantidad de trabajo social medio acumulado y enfunción a su propia existencia cuantitativa en el

    mercado. Si los especuladores la esconden, ad-quiere un precio superior a su valor. Si es produ-cida con una tecnología sofisticada en los paísescentrales y si, además, es indispensable para lareproducción de los compradores, su precio seeleva muy por encima de su valor.

    Los campesinos, obreros y capas medias, en eltiempo de Somoza, únicamente tenían una for-

    vida social sin el comando popular. La revolu-ción comprende que la vida social debe ser re-constituida a través de un intenso esfuerzo; quela reconstrucción de la característica genérica delhombre, su esencia comunitaria, solo se logra através de un trabajo diario y constante, el que ledevuelve su humanidad y al mismo tiempo per-mite crearla, así como asegurar el ejercicio delauténtico poder transformador de la sociedad,poder necesario para establecer el redirecciona-miento de la distribución y el necesario controlde las leyes del mercado, en un momento en quetodavía no es posible a bolirlas porque las condi-

    ciones objetivas así lo reclaman.

    La revolución comprende que la irracionalidaddel mercado debe todavía mantenerse porquelas condiciones objetivas lo determinan, porquela situación de desarrollo de las fuerzas pro-ductivas es una carga del pasado y no puede serabolida por la simple voluntad de hacerlo, sinoque debe cambiar paulatinamente, conformemadura el propio proceso de transformación dela materia. Pero también decide que el mercadono impacte negativamente en la salud del pue-blo, y crea Centros de Abastecimiento al raba-

     jador – CA para asegurar el abastecimiento dearroz, azúcar, aceite, sal y jabón, los que circulanpor la vía territorial en base a cuotas. Para llevara cabo este objetivo, es indispensable crear losmecanismos de acopio de los bienes producidos,y ENABAS24 es la medida más adecuada y cons-tituye el mecanismo para la distribución de losmismos. Los productos deben llegar a los consu-

    midores, y la revolución se ve en la necesidad deabrir nuevas carreteras, incrementar el parqueautomotor, asegurar los recursos energéticos.odo el país se cohesiona en una intrincada redde donde se persigue sin descanso la salud, lafelicidad, el desarrollo humano; en donde todoscolaboran y solamente el imperialismo se opone:impide el normal funcionamiento de ENABAS,bombardea las cooperativas, ocasiona un gasto

    tivo minifundista; mientras que los obreros de-bían, con su magro salario, extraer del mercadolos bienes para su subsistencia; los artesanos,pequeños comerciantes y agricultores debíanenfrentar formas de intercambio inequivalentes,compitiendo de manera desigual en el mercado,en donde la aparición de mercancías produci-das en forma industrializada dependiente lesobligaba a establecer precios inferiores al valordepositado en sus productos. Por otro lado, lascapas medias debían aceptar el reto de adquirirlos productos vitales con sueldos cada vez másdeficientes. Solamente podía adquirir los bienes

    necesarios, y con gran holgura, el empresariadopro-imperialista, Somoza y su aparato represi-vo. El subproletariado debía realizar el milagrode sobrevivir en condiciones infrahumanas. Laorganización distributiva somocista era, por esarazón, brutalmente patogénica; el poder habíasido organizado para engendrar la miseria y laenfermedad del pueblo.

    El Estado sandinista organiza una forma dis-tributiva diferente; su fin último radica en laconsecución de la unión del pueblo, y la orga-niza con el propio pueblo, porque es el que hatomado el poder. El objetivo de la revolución esasegurar que el pueblo acceda a la riqueza gene-rada para permitir su reproducción y, por otrolado, acumular parte del excedente para generarla riqueza del mañana o, dicho de otra forma,asegurar la salud presente y preparar la posibili-dad de la salud futura.

    Para realizar su cometido, fortalece el poder po-pular y lo hace en todos los ámbitos: conformala Unión de Cooperativas Agrícolas Sandinistas,impulsa las Cooperativas de Crédito y Servicio,da forma a los Consejos de Producción, las Co-misiones de Abastecimiento, Consejos Popula-res de Salud, los Comités de Defensa del Sandi-nismo, los Centros Populares de Cultura, etc.; esdecir, no deja ninguna de las expresiones de la

    24 ENABAS : Empresa Nacional de Abastecimie nto.25 En 1986 Nicaragua invirtió más del 50% de las divisas generadas por las exportaciones en la defen-

    sa de sus fronteras.

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    La naturaleza saludable del programa de vivien-da – agua potable y alcantarillado del sandinis-mo radica en el enfrentamiento democrático aesta problemática, en el carácter popular de lamisma, es decir, en la distribución de condicio-nes habitacionales para los grupos más necesita-dos, en la r uptura de la concentración de recur-sos y comodidades para pocos, en la factibilidadde que más nicaragüenses controlen la violenciade la naturaleza a través de la vivienda para con-gregarse a nutrir y educar a sus hijos y disfru-tar de la riqueza de la revolución a pesar de lapobreza de elementos materiales forzada por la

    agresión imperialista.

    El Estado revolucionario no solamente acumulala riqueza para redistribuirla al pueblo en formade educación, cultura, habitación, agua, alcanta-rillado, tecnología productiva, crédito, sino quetambién decide apoyar directamente la procrea-ción de los hijos. Considera que estos son los hi-

     jos de la revolución, de la sociedad nicaragüense,que la responsabilidad de convertirlos en hom-bres nuevos también es responsabilidad del Es-tado, razón por la cual crea Centros de Desarro-llo Integral - CDI, a través de los cuales enseña alos vástagos el camino de la vida y hace posiblepara la madre integrarse al quehacer productivoy, a través de su trabajo y participación, apoyar laconstrucción de la nueva sociedad, dinamizandosu ser biológico-social de mujer y madre. El po-der popular amplía la proyección materna, per-mitiendo que su ser productivo-biológico ganeestatuto social más definido en la construcción

    multilateral de la patria nueva, es decir, imprimeun carácter transformador a su realidad de mu- jer, que antes se hallaba confiscada en un espaciomás reducido de madre servidora. La revoluciónbrinda salud al niño y a la madre y, a la vez, éstostransforman a la primera en un proceso tierno alconcederle la capacidad de dejar a cargo la fun-ción de cuidado maternal de los que nacen.

    Por último, vale la pena hacer una reflexión so-bre el espacio de recreación que crea el sandinis-mo. El Estado revolucionario hasta el momen-to ha construido pocos espacios recreacionales

    La educación no solamente se dinamiza y gananuevos contenidos, sino que se extiende, se de-mocratiza, busca al niño, al joven, al adulto endonde quiera que se encuentre ubicado y rom-pa con el encuadre elitista de la educación so-mocista. Para esto capta cuarenta y nueve milprofesores que toman a cargo la tarea de inte-grar, a través del saber, a los nicaragüenses consu Nicaragua y se plantean el cometido de q