Edicion especial La Razon, sabado 13 de noviembre

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www.larazondecali.com www.larazondecali.com Armero 25 años Armero 25 años Armero 25 años Año 01 No. 24 VIRTUAL Noviembre 13 de 2010 - ISSN 1900-6225 - 20.000 Suscriptores virtuales - Circulación de lunes a viernes Diario LA RAZON Premio “Alfonso Bonilla Aragón” 2009. Informe Recuerdos de la peor tragedia en la historia nacional Omayra... 60 horas de agonía, recor- dación eterna El fatidico 13 de noviembre de 1985 mas de 30 mil personas fueron sepultadas por miles de toneladas de lodo. El periódico La Razón reconstruye esta terrible tragedia. Guativonza un socorrista que aprendio de vida. El Volcán Machín... una nueva tragedia que estamos anunciando Luis. El último rescatado por los organismos especializados

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Historia de la peor tragedia que ha sufrido nuestro pais

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Armero 25 años Armero 25 añosArmero 25 años

Año 01 No. 24 VIRTUAL Noviembre 13 de 2010 - ISSN 1900-6225 - 20.000 Suscriptores virtuales - Circulación de lunes a viernes

Diario LA RAZON Premio “Alfonso Bonilla Aragón” 2009.

Informe

Recuerdos de la peor tragedia en la historia nacional

Omayra... 60 horas de agonía, recor-dación eterna

El fatidico 13 de noviembre de 1985 mas de 30 mil personas fueron sepultadas por miles de toneladas de lodo. El periódico La Razón reconstruye esta terrible tragedia.

Guativonza un socorrista que aprendio de vida.

Armero,25 años

El Volcán Machín...una nueva

tragediaque estamosanunciando

Luis. El último rescatado por los organismos especializados

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22 OpiniónEditorial

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la oPinión dE los colaBoradorEs no comPromEtE El PEnsamiEnto dEl

PEriódico

La Brújula

Armero, La ciudad - osarioEra un cálido pueblo habitado por gentes generosas y hos-pitalarias, cuyas vidas transcurrían serenas, sin sobresal-tos. Los trabajadores agrícolas consagraban sus esfuerzos al cultivo del algodón, la ganadería, la pequeña industria agropecuaria. Todos vivían tranquilos, esperanzados en que el volcán del Ruiz –que amenazaba y rugía temblo-roso- no mostrara su mala estirpe. Pero inopinadamente lanzó bocanadas hirvientes y el río Lagunilla se convirtió en una masa hirviente loma abajo. Muy rápido la avalan-cha dio cuenta de 25 mil personas: un cataclismo acerca del cual los colombianos y el mundo se fueron enterando poco a poco. En nuestro país, porque el colosal estallido ocurrió tarde en la noche y al día siguiente conocimos el tamaño de la desgracia que se abatía contra nosotros.

Fue un drama de proporciones gigantescas. Un concejal del Líbano y el representante a la Camara Guillermo Alfon-so Jaramillo alertaron sobre el peligro en sus respectivas corporaciones. Un hombre viajó en un colchón por un lar-go trecho del pueblo inundado hasta los techos y fue res-catado sano y salvo en una explanada. Muchas historias más llenaron las páginas de periódicos, revistas y libros. El Papa Juan Pablo II estuvo en Armero, se inclinó ante una cruz enorme y, conmovido, elevó plegarias y clamó por la salvación de esas almas. Fue algo que ocurrió por esos misteriosos e inescrutables designios de la Divina Provi-dencia. En nuestro país, entretanto, seguía la polémica porque días antes de la erupción se habían dado voces de alerta acerca del inminente peligro que se avecinaba.

La televisión preparó informes sobre la tragedia. Las cá-maras mostraban los testimonios mudos: pedazos de ca-sas que parecían cortadas con tijeras gigantescas, paredes cubiertas de verdín, techos que trataban de salir en medio de un mar de lava, seca y agrietada por el paso del tiem-po. Los sobrevivientes van, recorren lo que ellos creen que fueron las calles de su pueblo y desempolvan sus nostal-gias como pueden, esforzándose por soportar un dolor sin nombre. Nosotros también experimentamos la desoladora sensación de pesar por lo ocurrido. Fue el segundo desas-tre natural ocurrido en el planeta después de la erupción del monte Pelee (situado en la isla caribeña de Martinica), ocurrida el 8 de mayo de 1902, que dejó 30 mil muertos.

Borrado del mapa Armero, sólo nos queda aprender la lec-ción y ser previsivos. Hoy, a propósito del invierno que nos ahoga y mañana frente a la posibilidad de que otros cráteres se despierten. Reconocemos que en el caso del volcán Galeras el Gobierno ha sido cuidadoso. Sigamos así, para salvar vidas. Las medidas preventivas nos evitan dolores de cabeza, por ejemplo, con el volcán Machín, si-tuado en el vecino Tolima. Está en capacidad de arrojar material a 20 y 40 kilómetros de altura. Y puede causar incendios forestales, arrasamiento y destrucción de vege-tales, cultivos, puentes, casas, etc.¡Cuidado!

Omaira

* Una tragedia de proporciones la incluyó en la historia. Se llamaba Omaira Sánchez y murió tras larga y penosa agonía de tres días después de que el volcán nevado del Ruiz arrasara la población de Armero.

* El mundo entero se estremeció con las imágenes de una pequeña de trece años, cuya sombría mirada nos dejó de-solados. “Adquirió reconocimiento mundial al estar tres días al estar en el fango, el agua y los restos de su propia casa”, recuerda la enciclopedia Wikipedia.

* Omaira estaba atrapada entre el lodo, las casas destrozadas y los cadáveres de los suyos. Para liberarla era preciso amputarle las piernas. Finalmente, murió de gangrena gaseosa, ilusiona-da volver al colegio. Porque sabía que “es puerta de la luz un libro abierto.”

* Para nosotros también es una santa. Hoy la recordamos con amor.

La fuerza desatada

* Aprovechando los avances de la tecnología, los organismos de seguridad deben vigilar con mucho cuidado los volcanes que amenazan a nuestro país.

* No es fácil detectar el día en que estallan, pero sí hay méto-dos que permiten pronosticar la posibilidad de una erupción. El volcán Machín está considerado como uno de los más peli-grosos del mundo. Cuando ha mostrado su furia, la fuerza des-atada de los elementos ha sido superior a no sabemos cuántas bombas atómicas. De modo que es necesario tener cuidado para evacuar con prontitud a la población que vive en zonas de riesgo.

* Sabemos muy bien que al mar y a la naturaleza debemos respetarlos. Pero tenemos la facilidad para prevenir muertes con la ayuda eficaz de la ciencia. Mientras tanto, nos sólo nos queda confiar en que Nuestro Amo cuide de nosotros y deje quietos a esos gigantes insospechados.

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33Informe Especial

Por Stephania Gamboa (Especial para La Razón)

No resultaba fácil trasladar de sitio a Armero, la segunda ciudad en impor-tancia del departamento del Tomima y al conglomerado que con pujanza mostraba ser el de mayor proyección económica y de desarrollo para esa zona de Colombia.

Un año era poco tiempo para hacerlo, pero el gobierno tenía la obligación de iniciar el proceso alertando a pro-pios y extraños sobre el peligro que las alertas mostraron, sobre los indi-cios de lo que se venía encima.

Muchas vidas, quizás las de todos los armeritas, se hubieran salvado y las perdidas económicas no hubieran sido exhorbitantes.

En efecto. El gobierno del conservador Belisario Betancur Cuartas que según expertos advierten, estuvo enmarcado en sus cuatro años por la indiferen-cia hacia las víctimas de los eventos ocurridos durante su cuatrenio, reci-bió con un año de anterioridad alertas sobre lo que podría sobrevenir con el deshiele de las nieves perpetuas del llamado ’León dormido’, que se yer-gue sobre una decena de villorios, po-blados y ciudades como la desapare-cida Armero. Sin embargo, poco o nada se hizo y

El 13 de noviembre, hace 25 años

Tragedia de Armero… pudo evitarseTragedia de Armero… pudo evitarse

la historia así lo re-seña.

Del Palacio a Armero

Cuando se calen-taba el debate por los graves resulta-dos arrojados en la llamada retoma del Palacio de Jus-ticia y comenzaba el país a discutir los excesos de los militares que co-mandaron la ba-talla de tres días contra el M-19, en el centro de Bo-gotá y se mostra-ban las primeras opiniones sobre la inoperancia del

El 13 de noviembre de 1985, después de meses de dar señales de una cre-ciente actividad, el volcán Nevado del Ruiz, de los Andes colombianos, entró en erupción. El intenso calor hizo que la nieve acumulada en la cima se de-rritiera, y millones de metros cúbicos de agua, corriendo cuesta abajo, for-maron un gran alud de barro y ceni-za volcánica, un lahar, que borró del mapa a la población de Armero, y dejó un saldo aproximado de unos 25.000 muertos, 20.611 damnificados y heri-dos, muchos de ellos mutilados y gra-vemente afectados psicológicamente. Este hecho Fue, y sigue siendo, la peor y más mortífera erupción de la historia de Colombia, y de todo el Hemisferio Occidental.La mañana del 14, el piloto Fernando Rivera fue la primera persona que re-veló esa realidad: “Armero es un pla-yón. Armero quedó borrado del mapa”, relató entonces el aviador a emisoras de radio al narrar lo que veía desde su pequeño avión.El aparato sobrevoló una enorme mancha café, de lodo, y de la que emergían algunas personas, como zombis. Eran los sobrevivientes.Hoy Armero es una gran planicie del Tolima en lo que se llama El Playón de Armero que ha recuperado el color ver-de de la vegetación, y desde la distan-cia se ve una enorme cruz de cemento que recuerda que es un camposanto bajo el cual descansan muchas de las víctimas que jamás fueron halladas.Al pie de esa misma cruz, el papa Juan Pablo II oró y lloró un mediodía ardien-te de julio de 1986, durante su visita a Colombia ocho meses después de la erupción.Todo lo que se dijo después, fue que la tragedia pudo haberse evitado, porque desde octubre de 1984 se había adver-tido de una eventual erupción.Fue una tragedia anunciada, que sirvió para que la toma del Palacio de Justi-cia, ocurrida la semana anterior, pasa-ra a un segundo plano en las noticias.La niña Omaira Sánchez, se convir-tió en un símbolo de la tragedia. Esta adolescente de Armero, de 12 años de edad, quedó atrapada entre los escom-bros, agonizó durante sesenta horas en el fango y murió finalmente víctima de la gangrena gaseosa.

El desastre de Armero

Continúapagina 4

Horas después de la tragedia, la florecienteArmero quedó convertida en un planchón de lodo

con mas 30 mil personas enterradas con sus casas, comercios, iglesias y una historia depujanza local y de decidía gubernamental.

Durante 60 horas, socorristas y reporteros estuvieron al lado de Omaira, dialogaron con ella y recibieron sus mensajes. Quería salir de allí para ir al colegio a presentar los exámenes finales.

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Gobierno silencioso que no pudo detener el salvajis-mo contra las víctimas de la toma guerrillera al edificio de las Cortes, ocurrió lo impensable, pero anunciado; apareció la nueva tragedia que debió evitarse, que era obligación prevenirla y que fácilmente Colombia pudo sortearla sin mayores contratiempos.

El 13 de noviembre de 1985, a menos de una semana de la desdicha del Palacio de Justicia, Colombia amane-ció sin uno de sus hijos más queridos. La llamada ciu-dad blanca, el municipio de mayor pujanza al norte del departamento del Tolima, había sido borrado del mapa, tras una tragedia que, 25 años después, nadie ha podi-do rebatir a quienes insisten que esa hecatombe pudo evitarse. Por lo menos así lo demuestran documentos que permiten sostener que el gobierno de Betancur no le ‘paró’ bolas a las alertas e hizo caso ommiso a las advertencias que llegaron por diferetnes medios.

Las medidas que pudieron tomarse no iban a detener la erupción del cráter Arenas del volcán Nevado del Ruiz, tampoco el deshiele de los casquetes ni fácilmente po-dían desviar el lahar para evitar que se canalizara sobre la ruta marcada por el Río Lagunilla, entre otros.

El ‘León dormido’ como equivocadamente se le conoce

al Volcán Nevado del Ruiz, hizo erupción, generando rá-pidas corrientes de gas caliente y flujos piroclásticos. Se descongelaron las enormes capas de hielo creando un fuerte lahar y esas corrientes de lodo, agua y ceniza, se abalanzaron montaña abajo, produjeron una gran cre-cida en el Río Lagunilla y al filo de la media noche del 13 de noviembre de 1985 ese, históricamente tranquilo rio, borró del mapa a la población de Armero enterran-do aproximadamente 25.000 armeri-tas y dejando 20.611 damnificados y heridos, muchos de ellos mutilados y gravemente afectados psicológi-camente, e incalculables pérdidas económicas. Cifras del gobierno nacional confirman que fueron des-truidas 4.400 viviendas, 19 puentes y las pérdidas en el comercio fueron cercanas a los mil 400 millones de pesos (de esa época).

Ha sido, sin lugar a dudas, la trage-dia de mayor magnitud en la historia de Colombia. Esa manifestación del Volcán Nevado del Ruiz, es considera como la segunda erupción volcánica más devastadora del siglo XX.

Se pudo evitarColombia fue anunciada con un año de anticipación, sobre lo que sería la catástrofe de Armero.

La tragedia pudo evitarse y el gobierno de Belisario Betancur a la cabeza de los organismos de socorro na-cional debió enfrentar la realidad con más aplomo. Sin embargo, La situación que vivía Colombia en términos político-militares era dramática.

Ocho días antes de la tragedia de Armero, Colombia tuvo el más grande desastre político militar del siglo XX. El grupo guerrillero M19, atacó a sangre y fuego el Palacio de Justicia, en pleno corazón de la capital de la República, a solo 80 metros del Palacio Presidencial y de la sede del Congreso. Pretendía hacer rehenes a los magistrados y presionar al presidente. Buscaba hacerle un juicio de responsabilidades a Betancur por su fracaso en las políticas de paz.

Como consecuencia de éste asalto, el ejército respon-dió violentamente y para recuperar el edificio irrumpió con tanques y metralletas ocasionando el incendio al Palacio y la muerte de la mayor parte de los magistra-dos de la Corte Suprema de Justicia y de los civiles que allí se encontraban. Se quemó el archivo de justicia del país. Toda Colombia estaba concentrada en éste debate.

Armero no debió desaparecer y la tragedia no debió alcanzar tal magnitud, si el gobierno, a cambio de en-frascarse solamente en el tema del proceso de paz con las guerrillas, hubiera dedicado algunos minutos para trabajar en la prevención de un hecho anunciado.

Desde octubre de 1984, trece meses atrás, se advir-tió de una eventual erupción. En diciembre de 1984, once meses antes de la tragedia, se presentaron fuma-rolas, clara evidencia de lo que se gestaba.

Fue una tragedia anunciada.Como decía un fotógrafo amigo Peter Sandstede quien

Informe EspecialViene de la pagina 3

Solo la cuarta parte de Armero se salvó de la avalancha, el resto fue borrado del mapa, en una tragedia que

pudo evitarse con un año de anticipación

Continùa pagina 5

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tomo muchas fotografías del Volcán antes de la catástrofe: ‘el Ruiz fue noble pues con un año de anticipación empezó a mostrar los signos de su actividad’. Existía un mapa de riesgos potenciales del Ruiz indicando casi exactamente los secto-res que iban a ser efectivamente afectados. La maqueta de éste mapa fue terminada el 7 de octubre y publicada en el diario El Es-pectador el 9 de octubre de 1985. La ver-sión oficial fue entregada el 10 de Noviem-bre. Hubo una gran descordinación de parte de las autoridades, improvisación y confusión en cuanto a la toma de decisiones lo que demostró que no se estaba preparado para lo que iba a ocurrir. En la catástrofe del Ruiz como dice Robert D’Ercole, científico investigador asociado del Instituto Francés de Estudios Andinos u director del Programa Andino de Capacitación e Investigación sobre Vulnera-bilidad y Riesgos Urbanos -PACIVUR- hubo causas in-mediatas y causas profundas. La erupción volcánica solo desempeñó un papel secun-dario e indirecto en la catástrofe. Las explosiones, las caídas de tefras (material expulsado – magma- durante la erupción) el flujo piroclástico causaron pocos estra-gos. No hubo víctimas entre las poblaciones que vivían en las faldas del volcán, incluso muy cerca del cráter. Solo las viviendas sufrieron con la precipitación de pi-roclastos.La explosión del volcán no era la causa principal de la desaparición de Armero. El Río Lagunilla dos meses atrás, a raíz de otras explosiones mucho más leves del cráter Arenas, había sido bloqueado y en la parte alta de la montaña el rió se había convertido en un lago.En horas de la noche, con el deslave tras la erupción, los fragmentos de rocas cayeron en el río Lagunilla y crearon con las cenizas y el agua un megatsunami de fango que reventó el lago y la onda comenzó a descen-

der por la montaña a razón de 300 millas por hora. Por el estrecho cañón del rio Lagunilla fue ganando veloci-dad y energía. Solo 15 minutos demoró la gruesa columna de 60 me-tros de espesor, en llegar desde la parte alta del volcán hasta la ciudad de Armero que dormía plácidamente, porque sus autoridades habían dicho a la población que no había nada que temerA pesar de estos factores de riesgo hubo otros de índole humano bien complejos. Cuáles fueron las fuentes de información que tuvo la población y cómo se manejaron?

Tranquilos… nada va a pasarDesde que las cenizas empezaron a caer en Armero a las tres de la tarde, se hizo todo lo posible por tran-quilizar a la gente diciéndole que no era grave. Que se pusieran pañuelos en la nariz y se fueran a sus casas. No se les advirtió el riesgo que tenían y ni el gobernador del Tolima ni las autoridades regionales pusieron aten-ción suficiente a la gravedad del momento. La noche antes de la explosión, el alcalde Armero salió a las calles para decirle a las gentes que no había nada que temer.

Cuando se llamó al gobernador del Tolima, para alertarle lo que sobrevenía, éste no estaba en su puesto. Además cuando la defensa civil de Ibagué con-vocó a una reunión tomó tres horas y media al cabo de las cuales se dio la orden de evacuación orden que no fue escuchada por quienes tenían que evacuar. Hubo como dice D’Ercole otras causas profundas que esta-ban relacionadas con la poca preparación que tenía la población. El Nevado del Ruiz había dado signos que anunciaban su erupción un año antes. Varias misiones científicas habían observado el volcán y habían dejado sus mensa-jes alarmantes a las autoridades colombianas. La falta de coordinación era general, no solo entre los científi-cos sino también entre las autoridades locales. La intervención de los representantes a la Cámara por el departamento de Caldas, alertando sobre lo que ve-nía, fue considerada apocalíptica y dramática. Las autoridades poco se preocuparon de la preparación de la población, pese a los esfuerzos tardíos de algunos organismos como el Sena. La falta de preparación esta relacionada como dice D’Ercole, con la falta de concien-

Viene de la pagina 3

En la última semana el Volcán Nevado del Ruíz pre-sentó un nivel medio de actividad sísmica, registran-do un total de 1666 eventos sísmicos, de los cuales 1014 se encuentran asociados a fracturamiento de roca dentro del edificio volcánico (Tipo VT), con una magnitud máxima registrada de 2.73 en la escala de Richter, correspondiente a un sismo ocurrido el día 1 de Noviembre a las 11:36 (hora local). Estos eventos sísmicos se localizaron en el cráter Arenas, y al Noreste del mismo, a profundidades que oscilaron entre 0.5 y 4.5 km. Igualmente se registraron un total de 313 sismos asociados a movimiento de fluidos (Tipo LP), con una magnitud máxima registrada de 1.61 en la escala de Richter, y que corresponde a un evento ocu-rrido el día 7 de Noviembre a las 15:45 (hora local). Estos eventos sísmicos se localizaron al Noreste del cráter Arenas. Así mismo, se destaca la ocurrencia de 339 eventos sísmicos asociados tanto a movimiento de fluidos como a fracturamiento de roca dentro del volcán (Tipo HB); dentro de éstos se destaca un sismo ocurrido el día 6 a las 08:05 horas, con una magnitud local (ML) de 1.4, localizado a una profundidad de 8.05 km, localizado al noreste del cráter. En cuanto a los va-lores de dióxido de azufre se registró un pico máximo de 1857.39 Toneladas/día (SO2).

El volcán del Ruiz, 25 años después presenta nueva

amenaza

Así era el Volcán Nevado del Ruiz días antes de la tra-gedia, coronado por nieves perpetuas y la fumarola que anunciaba la inminencia del peligro.

cia de los peligros reales y de los riesgos relacionados con éstos peligros y con el contexto económico, políti-co y social del país. Los riesgos naturales nunca fueron prioridad entre las preocupaciones de las autoridades colombianas, seña-la D’Ercole. Centralizaron el proceso de toma de de-cisiones que se hizo lento en el trámite, debido a la burocracia, no permitió rapidez en la entrega de los in-formes que llegaron de diversas partes. Eso fue factor determinante que influyó en la catástrofe. Hubo sin duda una falta de liderazgo político.Nadie, hasta el momento en estos 25 años, ha deman-dado ante los estrados judiciales, al Gobierno, en todas sus instancias, como responsable de la tragedia de Ar-mero, frente a la negligencia manifiesta.

Desde que las cenizas empezaron a caer en Armero a las tres de la tarde, se hizo todo lo posible por tranquilizar a la gente diciéndole que no era grave.

Aqui yace enterrado el cuerpo de Omaira Sánchez quien se convirtió en la imagen de la tragedia de Armero

Monumento erigido luego de la tragedia para recordar las víctimas.

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66 Crónica

Jairo Enrique G u a t i v o n z a , siempre recor-dará el momen-to del atardecer del jueves 14 de noviembre de 1985,cuando observó que a través de la hen-dija abierta en una plancha de cemento apare-cía, pequeñita, una mano que se aferraba. Lue-go escuchó los gritos. Debajo del cemento , entre bultos de café y tejas, una niña pedía auxi-lio. Guativonza comenzó a des-trozar a plancha para atender el llamado y ni si-quiera al ano-checer pudo suspender los trabajos de picapedrero sobre la dura plataforma. Era imposible detenerse ante la presencia infantil que se adivinaba ahí, abajo, a unos pocos cen-tímetros. Solo al amanecer del viernes logró eliminar el obstáculo de cemento y llegar hasta la chiquilla de tan solo 13 años con la ilusión de rescatarla. Al romperse la plancha, el agua se precipitó y cubrió la victima hasta mas arriba de la cintura. El socorrista y sus colabora-dores intentaron sacarla, pero apenas lograron mover-la tan solo unos pocos centímetros. La niña tenía las piernas atrapadas por una columna, ladrillos, palos y cuerpos humanos. Empezaba así una dolorosa agonía para la chiquilla y para los voluntarios y los periodis-tas que, al verla, hicieron suya la tragedia de Omaira Sánchez , la pequeña colegiala hija de un mecánico conductor de una combinada y de María Aleyda Garzón, quien a esa hora se encontraba en Bogotá realizando algunas diligencias en el Sena.Durante el día viernes todo el esfuerzo se concentró en evitar que el agua pudiera ahogar a la niña y en un in-tento estéril por remover los materiales que le aprisio-naban las piernas. Al anochecer, las esperanzas estaban puestas en la llegada de una motobomba para extraer el agua y proceder a la remoción de los materiales que aprisionaban a la niña. El socorrista pasó allí la noche, pues la niña daba señales de desfallecimiento y comen-zó a delirar. La entereza de Omaira y su sencillez cordial

se había ganado los corazones de todos. Los que se retiraron del lugar para ir a descansar a algún hotel de Mariquita o de Honda o los que se subieron a Bogotá a conseguir la motobomba, debieron pasar una muy mala noche. Era imposible conciliar el sueño en una buena cama con la imagen de la niña que esa noche agonizaba entre el lodo de Armero. Por eso las visitas a la húmeda prisión de Omaira comenzaron muy tem-prano en la mañana del sábado. En un helicóptero que llegó desde Bogotá, el periodista Germán Santamaría llegó con la motobomba. Durante la noche la niña había conversado con el socorrista Guativonza, quien se su-mergió en el charco, junto a ella, para darle calor. Pero el delirio, las canciones extrañas, los desvaríos, habían comenzado al amanecer; de modo que cuando retor-naron los conmovidos testigos de su agonía, la encon-traron distinta, a punto de perder la batalla por la vida. Los socorristas le aplicaron suero, le limpiaron amoro-samente la frente y le peinaron los cabellos, mientras las motobombas ronroneaban sacando la amarillenta agua que se empozaba alrededor del cuerpo de la niña e impedía ver los escombros que la mantenian aprisio-nada. Sin embargo todos los esfuerzos resultaron inúti-les. Lo cierto era que allí, en presencia de todos, ante la impotencia de los médicos, enfermeros, socorristas, periodistas, soldados y voluntarios, la muerte estaba ganando la partida. Los médicos, que deliberaron des-pués de las nueve de la mañana, solo encontraron una

alternativa: amputarle las piernitas a la altura de la ro-dilla, que era tanto como condenarla a otra forma mas dolorosa de morir. Ninguno se atrevió a tomar una deci-sión en ese sentido y todos se mantuvieron en silencio e inactivos frente a esa vidita que se apagaba entre el lodo, el cual, a pesar del trabajo de las motobombas, seguía rodeando a la niña como un sudario. El último intento estéril fue el de Guativonza. Cuando se precipitó sobre ella para suministrarle respiración boca a boca, unos minutos después de las diez. La pequeña, des-gonzada inerte, se había convertido en un símbolo de coraje y de inocencia, pero, al mismo tiempo, en la ex-presión de una dolorosa frustración. Todas las victorias logradas en las dos jornadas anteriores de rescate pare-cían palidecer ante este fracaso. Durante mas de 40 ho-ras Guativonza había permanecido en vilo, dando todo de si, sin otra esperanza que rescatar a Omaira. Al final, mientras colocaba sobre su cadáver unas hojas de zinc y unas tablas, con ese mismo gesto definitivo con que los sepultureros cierran a cal y canto las bóvedas, advir-tió que, aunque lloraba su derrota, algo había apren-dido de esta niña en su lucha valerosa por sobrevivir .

Guativonza, el rescatista quedescubrió a Omaira

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77InformeInforme político

Pronto

Cali se vestirá de

Verde esperanza

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Hay quienes insisten en llevarla a la gloria de los altares. Quieren convertirla en santa y ya hay gestiones ante el Vaticano para que esa propuesta se haga realidad. Santa Omayra de Armero, así!, La santa de los desprotegidos, dicen algunos; otros la señalan como la patrona de los estudiantes.

Omayra Sánchez Garzón una niña de 13 años natural de Armero Tolima, cursaba primero de bachillerato en el Colegio Sagrada Familia y su mayor preocupación eran los exámenes de fin de año; por lo menos era su perma-nente manifestación a los reporteros que durante 60 ho-ras siguieron su agonía, cuando estuvo parada en cima de los cadáveres de sus seres queridos y atorada entre columnas, palos y piedras que arrastró la creciente que borró del mapa a Armero.

Había nacido el 28 de agosto de 1972 en el hogar con-formado por Álvaro Enrique Sánchez y Adelaida Garzón. Murió en lenta agonía. 60 horas después de la hecatom-be. La avalancha la arrastró junto a su padre, a su tía Yineth Sofia y a su primita de 45 días de nacida. Omayra murió sin conocer que toda su familia, excepto su ma-dre, habían muerto en la tragedia.

Miles de creyentes visitan sus tumba simbólica en la ex-planada de lo que fue Armero. Cuelgan letreros con pe-

ticiones y favores, rezan unos cuan-tos padre nuestros y se marchan sin acordarse de que al lado de Omayra hay miles de armeitas enterrados con sus casas, sus muebles y sus animales.

Santa Omayra de Armero “Esta tier-na y dulce niña quien…’, se lee en uno de los centenares de avisos que colgaron los creyentes es el sím-bolo de esa tragedia y del trágico cuatrenio del gobierno de Belisario Betancur. Durante la estadía de Betancur como primer mandatario ocurrió lo de Armero, la tragedia más grande que ha tenido Colombia en toda su historia, lo del Palacio de Justicia, la peor tragedia político-militar de la historia republicana de Colombia; la destrucción de Popayán en un terremoto que dejó al descubierto la hipocresía de los abolengos que abandonaron a las abuelitas para que a punta de venta de helados sostuvieran las tradicionales y gran-des casonas de la oligarquía patoja.

Además, fue durante el gobierno de Belisario, precisa-mente, cuando nació para Colombia la gran tragedia de la última década del siglo XX: aparecieron los primeros ejércitos de autodefensas en el Magdalena Medio, que sembraron de terror con más de 35 mil asesinatos.

Omayra se mostró fuerte hasta el último momento de su vida, cuando la gangrena gaseosa le quitó la vida. Según los socorristas y periodistas que la rodearon, du-rante los tres días, estuvo pensando solamente en vol-ver al colegio y en sus exámenes.

El fotógrafo Frank Fournier, hizo una foto de Omayra que dio la vuelta al mundo. La fotografía se publicó me-ses después de que la chica falleciera.

Omaira…60 horas de agonía, recordación eterna

Por: Stephania GamboaEspecial para La Razón

En 1985, la noche del 13 de Noviembre, Luis de 15 años y es-tudiante del Colegio Americano, estaba durmiendo en la casa de sus padres, en el barrio “El Yavi” de Ar-mero. Allí lo sorpren-dió la avalancha de lodo y piedras que eventualmente borra-

ría la población del mapa.Luis fue arrastrado por el lodo hasta las cercanías del ce-menterio del pueblo, de donde fue rescatado muchos días después. Su rescate fue el ultimo que se efectúo en lo que un día fue Armero.Con el suyo se declaro terminada la labor de búsqueda de sobrevivientes y los organismos de ayuda pudieron dedi-carse de lleno a la tremenda labor de deshacerse de miles de cuerpos que yacían a medio enterrar.Luis perdió a sus padres y a su hermano menor de 4 años. Jamas supo nada de ellos y supone que deben yacer en-terrados bajo el lodo solidificado. Recuerda claramente el momento de su rescate y que le hicieron saber que era el ultimo afortunado. Sin embargo por 8 años no recordaría la cara de su salvador, aun cuando estuvo abrazado a el, colgando de un helicóptero atado apenas por una soga, por varios minutos mientras lo ponían bajo el resguardo de la Cruz Roja que lo llevo a un hospital de campaña en Guayabal. Algunos años después pidió trabajo en un parqueadero frente al hospital de los seguros sociales en Ibague. Le dieron la oportunidad de trabajar siendo apenas un mu-chacho. También lo dejaron vivir en el local. Un tiempo des-pués le contó a sus benefactores que era sobreviviente de Armero. Aunque sabia que era un factor persuasivo, no le gustaba que la gente lo tratara diferente por su condición, pero sus nuevos protectores le inspiraron confianza y el decidió dejarles saber.Lo que no se imagino fue el impacto que esa historia ten-dría en quien la escucho con mayor atención. El dueño del parqueadero era bombero retirado y recordaba fielmente haber sido quien rescato al ultimo sobreviviente de la tra-gedia. Tantas caras habían pasado frente a sus ojos, en tan pocos días, que era apenas lógico que no recordara una en especial. Mucho menos cuando ya habían pasado tantos años, ya no estaba cubierto de lodo...Ël mismo decidió no contarle nada al muchacho hasta no estar seguro. Con mucho tacto, en el transcurso de un par de años, queriendo evitarle mas sufrimientos al que se ha-bía convertido casi en un hijo, fue sacandole detalles de la historia. Como bombero había sido afectado profunda-mente por la tragedia y al final abandono el cuerpo por ese motivo. Sabia que remover esos recuerdos no era para nada una empresa feliz.Al final reunió fuerzas y le contó a su “hijo” la historia. Se dio cuenta que llevaba 8 años rescatando a Luis. Eso sello para siempre sus destinos. Aunque no hablan de ello, sa-ben que están unidos por un lazo mas fuerte que el de la consanguinidad. Hoy Luis tiene una hija y maneja una grúa, esas dos cosas son su mayor orgullo. Contrario a quien lo rescato de entre 25 mil cuerpos, que era todo lo que quedaba a su alre-dedor, habla tranquilamente de su pasado y de la noche terrible en que perdió una familia para convertirse en el hijo mayor de otra.

Informe EspecialEl último rescatado

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99Informe

Debido a su condición geotectónica y a su posi-ción geográfica, Colom-bia es un país en riesgo de sufrir los efectos de fenómenos naturales como sismos, remoción en masa y erupciones volcánicas.

Ingeominas, que perte-nece al Sistema nacio-nal Para la Prevención y Atención de Desastres, suministra información sobre los fenómenos para adoptar medidas de precaución ante situacio-nes de riesgo.

En la evaluación de la amenaza potencial de los volcanes activos de Co-lombia, Ingeominas ha llevado a cabo un proce-so de cubrimiento priori-tario del territorio , inicia-do en 1985 con el volcán Nevado del Ruiz.

Actualmente se desarrollan investigacio-nes preventivas en varios volcanes , uno de los cuales es el Cerro Machín, localiza-do en Ibagué, a una altura de 2.750 me-tros sobre el nivel del mar.

Se localiza en la margen suroccidental del denominado Complejo Volcánico Ma-chín – Cerro Bravo. La altura del cono no es mayor de 150 metros sobre su base y su cráter es de 2,4 kilómetros de diámetro mayor.

Lo corta una carretera secundaria, a la cual se puede acceder por una vía que parte de la población de Cajamarca y llega al corregimiento de Toche. Los ríos Cauca y Magdalena son las principales cuencas.

El área del volcán corresponde a clima que va de templado a cálido. Es una re-gión montañosa que se caracteriza por relieves entre moderados y abruptos. Tie-ne bosques muy húmedos premontanos y montanos.

En el área de influencia directa de la acti-vidad del volcán se localizan centros urba-nos importantes, como Ibagué, Armenia, Girardot, Flandes, Calarcá, Cajamarca, Espinal,Guamo, Saldaña, etc.

Tiembla el Machín

Orígenes del volcán Machín

El origen del volcán Machín está íntima-mente relacionado con el vulcanismo aso-ciado a la subducción resultante del cho-que entre las placas oceánicas de Nazca y continental de Suramérica.El emplazamiento está relacionado con las manifestaciones de las fallas Cajamarca y Machín, esta última perteneciente al Siste-ma de Fallas Salento . Un periodo eruptivo ocurrió hace 5.100 años.Su composición química, la magnitud de sus erupciones y la gran extensión de sus depósitos permiten catalogarlo como un de los volcanes más peligrosos de Colom-bia. Podría afectar muchas regiones duran-te años.

Las erupciones del volcán Machín

El cerro Machín está situado en la Cor-dillera Central de Colombia, en la parte central del país. En el área de influencia de sus erupciones pasadas habitan cerca de un millón de personas y se desarrollan actividades estratégicas para la economía nacional.

El volcán presenta un cono volcáni-co conformado por un complejo de anillos piroclásticos, un cráter de 2,4 kilómetros de diámetro mayor tapo-nado por domos con actividad fuma-rólica.Su edificio volcánico está construido

Panoramica aérea del volcán Machín - Fotos Ingeominas

Volcán Machin a tan solo 17 kilómetros de Ibagué, al fondo el área urbana de Caja-marca; se puede apreciar pfectamente la delimitación del cráter taponado por domos.

¿Otra tragedia anunciada?directamente sobre rocas metamórficas y su altura varía entre 100 y 300 metros. Ha producido seis periodos eruptivos durante el Holoceno, el último hace 800 años.

Ha producido columnas de erupción ma-yores de 20 kilómetros de altura sobre el cráter, flujos y oleadas piroclásticas y grandes volúmenes de escombros que cubren un área mayor de mil kilómetros hacia el este.

El escenario futuro considerado para evaluar la amenaza volcánica tiene como referencia la historia eruptiva pasada del Machín, el estado y geomorfología actual del volcán y el escenario eruptivo del Pi-natubo en 1991. El escenario eruptivo potencial tiene en cuenta:1.- Un sistema volcánico con un magma rico en volátiles, taponado en superficie por domos, con zonas de debilidad alre-dedor del tapón, las cuales podrán ser aprovechadas para iniciar la limpieza del conducto, la producción de las erupcio-nes principales, la destrucción de los do-mos y el destaponamiento del cráter.

2.- La presencia de la cuenca confina-da del río Coello, que encausará la gran mayoría de los flujos y las oleadas piro-clásticas por valles estrechos y profun-dos, con corrientes caudalosas que favo-recerían la formación de lahares.

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Para la evaluación de la amenaza volcáni-ca del Cerro Machín se tuvo en cuenta el conocimiento actual sobre las seis erup-ciones ocurridas en los últimos diez mil años, dicen los expertos de Ingeominas.

Los análisis de los especialistas dan las siguientes conclusiones:

La zona de amenaza cubre 3.450 kiló-metros de los departamentos de Tolima, Quindío, Valle del Cauca y Cundinamar-ca. Existen áreas en las cuales están su-perpuestas varias amenazas, agregan.

La zona en peligro por caída de piroclas-tos (fragmentos sólidos) tiene un área aproximada de 1.962 kilómetros cuadra-dos y se localiza al occidente en Tolima, Quindío y Valle del Cauca.

La zona amenazada por corrientes pi-roclásticas de densidad tiene un área aproximada de 240 kilómetros cuadra-dos y se localiza especialmente hacia el centro occidente del departamento de Tolima.

La zona amenazada por lahares (flujos de barro) tiene un área aproximada de 3 mil kilómetros cuadrados y se localiza al oriente y occidente de Quindío, Valle, Cundinamarca y Tolima.

En las zonas de amenaza volcánica habi-tan aproximadamente un millón de per-sonas. Los principales centros poblados son Ibagué, Armenia, Girardot, Calarcá, Cajamarca, Espinal, Flandes y Guamo.

La principal vía Bogotá-Buenaventura está localizada en las zonas de amenaza

en el trayecto Girardot-Armenia. Por esta vía se hace el 50% del comercio inter-nacional de Colombia. Y une a Bogotá y Caracas con Quito.

…………….Los lahares constituyen una de las mayores ame-nazas del volcán Machín.

………………

Recomendaciones En sectores de peligro se encuentran áreas de importancia económica en agricul-tura (café, arroz, hortalizas), ganadería e industrias textil y turística.

El espacio aéreo cercano al volcán contiene rutas aéreas que parten principal-mente de Bogotá hacia el suroccidente de Colombia y parte de Suramérica. In-geominas hace las siguientes recomendaciones:

Los resultados de la evaluación deben ser tenidos en cuenta para la elaboración de planes de contingencia locales, regionales y nacionales: para hacer gestión oportuna del riesgo volcánico.

Es necesario establecer la relación del volcán con los sistemas de fallas como la de Ibagué. La relación espacial es cercana y la actividad de la falla podría reflejar-se en la del volcán.

Es necesario el reconocimiento de depósitos de lahares en la cuenca del río Cau-ca. Los grandes volúmenes encontrados en la cuenca del Magdalena hacen que sean casi despreciados los del Cauca.

Se recomienda diseñar, construir y garantizar la operación continua de las redes de vigilancia volcánica. Debe tenerse en cuenta que, para el escenario eruptivo potencial, en caso de crisis volcánica, una red cercana podría ser destruida o to-talmente aislada por las erupciones.

Esto significa que se requiere tener prevista una red lejana exclusiva para la vi-gilancia del volcán o aprovechar la configuración de redes locales, regionales y nacional.

Técnicos de Ingeominas en labores ddee-dio en la vía a El Toche cerca al volcán Machín.

La amenaza del Machín

En la gráfica se puede observar la actividad en uno de los domos del volcn Machín. En la gráfica podemos observarla carretera que circunda el cráter del volcán Machin y al fondo el volcán nevadodeTolima.

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El papa Juan Pablo II declaró Camposanto a Armero - 1986

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