Compañeros de la Comisión de Tarifas.

La FEU ya ha estado en escenarios como este, en montajes absurdos

porque quienes los hacen piensan que nos pueden engañar, en

arreglos previos entre los que exigen algo que nos afecta y los que lo

cumplen, entre quienes deben defendernos e imponer su autoridad y

los que si son escuchados, los que si son atendidos, a los que siempre

se les cumple en lo que demandan, a los que no hay uno como

respuesta y el apoyo es incondicional. La FEU ya sabe que el gobierno

del estado le tiene miedo al pulpo camionero, porque tiene más

voluntad y autoridad que todos ellos juntos. Porque son cómplices.

No es la primera vez que discutimos con los transportistas y con el

gobierno, en incontables ocasiones tratamos de frenar injusticias

flagrantes en contra de la sociedad de Jalisco.

Estamos aquí sin querer estarlo y sabemos perfectamente que

ustedes tampoco nos quieren aquí. Pero nos hicimos presentes en

este escenario porque queremos que caiga el telón y queden al

descubierto. La verdad es que desearíamos que esta comisión

sesionara de otra forma, con otras condiciones; sin tener que llegar

con los ánimos exacerbados, en medio de discusiones estridentes y

declaraciones encontradas.

No quisieran que estuviéramos aquí, pero lo estamos. Sabemos que

les molestan nuestras palabras, que les indignan nuestras posturas,

que desdeñan nuestras acciones. Es comprensible, no seguimos los

mismos objetivos.

Unos quieren ganar más dinero y los otros seguir con la cabeza

metida en la arena.

Para nosotros el interés siempre ha sido trabajar con todos los

sectores de la sociedad en el análisis y mejoramiento del sistema de

transporte, que nos atañe a todos: empresarios, usuarios,

automovilistas, peatones y contribuyentes en general.

Es una tristeza que un servicio público deba ser un tema tan sensible

para la sociedad, tan difícil de tratar, con tanta lucha de intereses. Que

su prestación sea motivo de muertes, de paros, de pagos y de que a

fin de cuentas nosotros somos los que pagamos. Es una tristeza y uno

sentía impotencia al ver cómo actúan, que exijan sin argumentos, que

chantajeen sin tomar responsabilidad de sus actos, que cedan, que

decidan sin considerarnos y que lo hagan a escondidas,

cobardemente, y sin dar la cara.

No queremos seguir en ese escenario, no queremos formar parte de

este montaje. Nuestro llamado no es a llevar la discusión a otro

terreno, sino traerlo, aquí y ahora. Nuestro llamado es a encontrar lo

que es mejor para todos, que para eso es la política, y la política sólo

se hace con argumentos.

Pero si hemos llegado nuevamente a este escenario, con estas

condiciones, con sus condiciones, es únicamente por su culpa.

Al parecer a ustedes no les interesa construir a través del diálogo, el

análisis y el trabajo una propuesta que nos beneficie a todos y que

salvaguarde la principal condición del transporte público: el servicio,

digno y decoroso, a la altura de todos nosotros.

Ustedes nos han acusado antes ya de porros, de afectar la vida

pública, de no entender de argumentos y aquí estamos para

escucharlos y nos escuchen. Ustedes ya paralizaron la ciudad, dejaron

a personas sin la posibilidad de llegar a tiempo a sus actividades

laborales y presionan con chantajes para que se haga lo que Ustedes

dicen.

No señores, nosotros queremos construir, Ustedes se han empeñado

en destruir y crear caos para imponer su voluntad; sepan algo: no se

los vamos a permitir.

Aquí las opiniones ciudadanas son la minoría pero no por eso se

encuentran debilitadas. Las decisiones que se tomen aquí nos van a

afectar a todos, así que llevemos esto a otro nivel, hagamos esta

sesión pública. Mostrémonos a todos, discutamos enfrente de la

sociedad, sin miedo ni empacho, justifiquemos nuestras demandas:

digan a la sociedad porqué aun con todos los argumentos que tienen

en contra, se merecen un aumento, digan a la sociedad porque no

retirarán las concesiones aunque se halla violado la ley, nosotros, los

que estamos en contra les diremos nuestras razones. Discutamos y

discutamos bien.

Venimos aquí a dialogar, pero también a decirles que no vamos a

permitir el aumento a la tarifa. Esa no es la discusión que debería de

marcar la agenda; no lo es porque antes de pensar en subir

nuevamente un solo centavo queremos que cumplan con los acuerdos

que se comprometieron para que desde hace más de 10 años

aumentaran sus tarifas y recibieran subsidios.

También venimos a exigir que antes de que el gobierno negocie con

los transportistas tiene que hacer su trabajo más importante, el que

nosotros les encomendamos: cumplir y hacer cumplir la ley. Así que

primero lo primero, negociar con quien cree estar por encima de las

leyes es la complicidad y la complacencia más dañina; primero a

revisar a fondo el transporte y a quien no cumpla que se le retiren las

concesiones.

Si ya detuvieron el servicio y afectaron a la comunidad, de acuerdo a

la propia ley lo único que merecen es que se vayan y den la

oportunidad a quienes busquen dar un servicio público digno, a

alguien que sea responsable y cumpla con lo que se compromete. A

alguien que nos brinde un servicio y no a quienes piensan que les

hacemos un favor al usar sus unidades. No los merecemos. Si no les

conviene, si no quieren entender que esto no es un negocio, váyanse.

Señores, lo que hicieron el lunes fue claramente afectar a la

ciudadanía, lo que han hecho en los últimos años es aprovecharse de

la ciudadanía con el cobijo que les da el gobierno. No más. Sin

concesiones para ustedes.

Es una mentira que tenemos que esperar 4 meses como dice el

Secretario de Vialidad, la ley estipula que por reincidencia en paro de

labores, por afectar a la ciudadanía o por interés popular deben ser

sancionados.

No venimos aquí a validar así nada más sus demandas. Seguramente

se podrán poner de acuerdo en lo oscurito, cabildear estas reuniones,

repetir lo que ya les dijeron que dijeran, empujar para salvaguardar

sus intereses, pactar por debajo del agua y juzgarnos de locos.

Si así van actuar no se preocupen, los vamos a presionar y a tener a

raya con todos nuestros recursos. Si así van a actuar vamos a

desconocer los resolutivos de ésta sesión y vamos a llevar hasta el

nivel que sea necesario nuestra negativa. No vamos a permitir que de

nuevo impongan su voluntad por encima del bienestar de las

mayorías.

Ustedes pueden seguir plácidamente con el espectáculo que montaron

y que antes ya les ha funcionado con la complicidad de los que

detentan el poder; Ustedes sigan justificando con cifras por qué deben

atracar a los ciudadanos amparados por la ley; Ustedes sigan

creyendo que para pedir aumentos sólo importan las cifras de sus

estudios y no las condiciones laborales de sus empleados, los

accidentes, la calidad del servicio, los heridos, los mil muertos de los

últimos quince años.

Ustedes sigan negándose a dialogar, sigan defendiendo sus

mezquinos intereses a costa de lo que sea, nosotros seguiremos en la

lucha a la que ustedes y su cerrazón nos han metido.

Ustedes cambien la ruta, trabajen para mejorar el servicio y nos

tendrán de aliados. Ustedes busquen el diálogo y aquí estaremos para

construir.

Pero para que el diálogo exista se necesita que abandonen sus

prácticas de chantaje, de señalar culpables, de esconder respuestas,

de problematizar.

El día en que verdaderamente sepamos preguntar, habrá diálogo. Por

ahora las preguntas nos alejan vertiginosamente de las respuestas.