Diario de Campo 09
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COORDINAC IN NAC IONAL DE ANTROPOLOGA / INST ITUTO NAC IONAL DE ANTROPOLOGA E H I STOR IA
DIARIO DE CA
MPO
NUEV
A PO
CA
9
DIARIO DE CAMPO NUEVA POCA / JUL IO-SEPT IEMBRE 20 12
9
Treinta aos derefugio guatemalteco en Mxico
La mirada fotogrficaRicardo Ramrez Arriola
El paisaje mexicanistaHugo Brehme
Sucesin, herencia y conflicto en el linaje Istolinque,caciques de la nobleza indgena colonial de Coyoacn Segunda parte 4Gilda Cubillo Moreno
La produccin cientfica del inah. La obra de la doctora Ylotl Gonzlez Torres 14Lina Odena Gemes H.
Malintzin: el personaje 20Denisse Rebeca Gmez Ramrez
Cerro de Coamiles, Nayarit: un sitio emblemticoAztatln del septentrin costero mesoamericano 24Mauricio Garduo Ambriz
Auge, estabilidad, cambio y declive en las organizaciones femeninas tejedoras indgenas 33Diana Macho Morales
Mujeres tejedoras de Zinacantn, Chiapas 37Mara Eugenia Snchez Santa Ana
Cambio y continuidad en la vestimenta zinanteca 40Paola Prez Merino
Treinta aos de refugio guatemalteco en Mxico
La fiesta por la memoria y la cultura 43Vernica Ruiz Lagier
Las comunidades de retornados, ms difcil todava 51Manuela Camus Bergareche
Gente en movimiento, cruzando lmites y fronteras.Entre el estar y no poder estar plenamente 56Fernando Limn Aguirre
La reconstruccin de la memoria y los significadosdel refugio guatemalteco en Maya Tecn,Champotn, Campeche 60Betsabe Adriana Martnez Manzanero
Refugio guatemalteco; asentamiento definitivoy desarrollo comunitario en Campeche 64Marco Antonio J. L. Carvajal Correa
Reencuentro por la memoria histrica de lasComunidades de Poblacin en Resistenciadel Ixcn, una necesidad de mostrarse desdela vida es lucha y se lucha siempre! 69Prxedes Muoz Snchez
La mirada fotogrficaRicardo Ramrez Arriola 79Octavio Hernndez Espejo
El paisaje mexicanistaHugo Brehme 88Benigno Casas
Migracin guatemalteca:el punto de vista de Ricardo Falla Snchez 100Alma Olgun Vzquez
Nicanor Rebolledo, Escolarizacin interrumpida. Un caso de migracin y bilingismo indgena en la ciudad de Mxico, Mxico, Universidad
Pedaggica Nacional (Ms textos, 26), 2007 103Marta Romer
Mara Esther Acevedo Valds, Benito Jurez Maza 1852-1912. Por ser hijo del benemrito. Una historia fragmentada, Mxico, inah, 2011 104
Octavio Augusto Montes Vega, Hroes pioneros, padres y patrones. Construccin de la cultura poltica en los pueblos del Medio Balsas (Tierra Caliente de Michoacn y Guerrero), Mxico, El Colegio de Mi-choacn/inah-Conaculta, 2011 105Jos Atilano Flores
LOS NAIPES DE LIZARDI 108Denise Hellion
SIMPOSIO CULTURA Y ALIMENTACIN EN MXICO 110
EXPOSICIN MIRADAS COMPARADAS EN LOS VIRREINATOSDE AMRICA. MXICO Y PER 110
COSTUMBRE
INCURSIONES
QUEHACERES
EXPEDIENTE
CARA A CARA
PORTAFOLIO
EXCURSIONES
-
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
Consuelo Sizar
Presidenta
Instituto Nacional de Antropologa e Historia
Alfonso de Maria y Campos
Director General
Miguel ngel Echegaray
Secretario Tcnico
Eugenio Reza
Secretario Administrativo
Francisco Barriga
Coordinador Nacional de Antropologa
Benito Taibo
Coordinador Nacional de Difusin
Hctor Toledano
Director de Publicaciones, CND
Gloria Falcn
Subdirectora de Vinculacin y Extensin Acadmica, CNA
Benigno Casas
Subdirector de Publicaciones Peridicas, CND
Las vietas que ilustran este nmero fueron
tomadas de The Pepin Press, Graphic Ornament, 2007.
Diario de Campo
Nueva poca, nm. 9, julio-septiembre 2012
Director
Francisco Barriga
Consejo Editorial
Carmen Morales, Dora Sierra,
Sal Morales, Jos Antonio Pompa
Coordinacin editorial
Gloria Falcn
Coordinadora de Expediente
Vernica Ruiz Lagier
Asistente de edicin
Enrique Gonzlez
Cuidado editorial y diseo
Raccorta
Administracin
Sandra Zamudio
Investigacin iconogrfica
Mariana Zamora
Apoyo secretarial
Alejandra Turcio
Envo zona metropolitana y estados
Marco A. Campos, Fidencio Castro, Juan Cabrera,
Concepcin Corona, Omar Gonzlez, Graciela Moncada
y Gilberto Prez
Imagen de portada
Ricardo Ramrez Arriola, Familia kanjobal,
comunidad El Colorado-Nueva Libertad,
municipio La Trinitaria, Chiapas.
Diario de Campo, nueva poca, nm. 9, julio-septiembre de 2012, es una publicacin trimestral editada por el Institu-
to Nacional de Antropologa e Historia, Crdoba 45, Col. Roma, C.P. 06700, Deleg. Cuauhtmoc, Mxico, D.F. Editor
responsable: Hctor Toledano. Reservas de derechos al uso exclusivo nm.: en trmite. ISSN: en trmite. Licitud de t-
tulo: en trmite. Licitud de contenido: en trmite. Domicilio de la publicacin: Insurgentes Sur 421, sptimo piso, Col.
Hipdromo, C.P. 06100, Deleg. Cuauhtmoc, Mxico, D.F. Imprenta: Offset Rebosn, S.A. de C.V., Av. Acueducto 115,
Col. San Lorenzo Huipulco, C.P. 14370, Deleg. Tlalpan, Mxico, D.F. Distribuidor: Coordinacin Nacional de Difusin
del inah, Insurgentes Sur 421, sptimo piso, Col. Hipdromo, C.P. 06100, Deleg. Cuauhtmoc, Mxico, D.F. Este nme-
ro se termin de imprimir el 30 de septiembre de 2012, con un tiraje de 2 000 ejemplares.
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con una extensin no mayor de 9 cuartillas (una cuartilla es igual
a 1800 caracteres, en tanto 9 cuartillas equivalen a 16 200 carac-
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bre de la publicacin, ciudad, Editorial o Institucin editora,
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bre de la obra, ciudad, Editorial, aos, pginas consultadas.
d) Para las tesis:
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especialidad obtenida, ciudad, Institucin acadmica, ao,
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e) Cuando se trate de un cdice, otros documentos u obras
sin autor, el nombre de stos ocupar el lugar del autor y
se resaltarn mediante cursivas. Ejemplo: Cdice de Dresde.
6. Las reseas podrn ser sobre libros, documentales o discos, de
reciente aparicin y vinculados a nuestra disciplina, con una
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dmicas no excedern las 3 cuartillas.
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con sus respectivos pies, los crditos correspondientes de au-
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publicarse en Diario de Campo.
Las colaboraciones podrn enviarse o entregarse en la Subdireccin de Vinculacin y
Extensin Acadmica de la Coordinacin Nacional de Antropologa-INAH, localizada
en Av. San Jernimo nm. 880, col. San Jernimo Ldice, C.P. 10200, Mxico, D.F.,
telfono: 4040-5400, ext. 4203; fax ext. 4204 y 4205.
Correos electrnicos:
Direccin en la web: http://www.antropologia.inah.gob.mx
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ndice
Presentacin 3
Sucesin, herencia y conflicto en el linaje Istolinque,caciques de la nobleza indgena colonial de Coyoacn Segunda parte 4Gilda Cubillo Moreno
La produccin cientfica del inah. La obra de la doctora Ylotl Gonzlez Torres 14Lina Odena Gemes H.
Malintzin: el personaje 20Denisse Rebeca Gmez Ramrez
Cerro de Coamiles, Nayarit: un sitio emblemticoAztatln del septentrin costero mesoamericano 24Mauricio Garduo Ambriz
Auge, estabilidad, cambio y declive en las organizaciones femeninas tejedoras indgenas 33Diana Macho Morales
Mujeres tejedoras de Zinacantn, Chiapas 37Mara Eugenia Snchez Santa Ana
Cambio y continuidad en la vestimenta zinanteca 40Paola Prez Merino
Treinta aos de refugio guatemalteco en Mxico
La fiesta por la memoria y la cultura 43Vernica Ruiz Lagier
Las comunidades de retornados, ms difcil todava 51Manuela Camus Bergareche
Gente en movimiento, cruzando lmites y fronteras.Entre el estar y no poder estar plenamente 56Fernando Limn Aguirre
La reconstruccin de la memoria y los significadosdel refugio guatemalteco en Maya Tecn,Champotn, Campeche 60Betsabe Adriana Martnez Manzanero
Refugio guatemalteco; asentamiento definitivoy desarrollo comunitario en Campeche 64Marco Antonio J. L. Carvajal Correa
Reencuentro por la memoria histrica de lasComunidades de Poblacin en Resistenciadel Ixcn, una necesidad de mostrarse desdela vida es lucha y se lucha siempre! 69Prxedes Muoz Snchez
La mirada fotogrficaRicardo Ramrez Arriola 79Octavio Hernndez Espejo
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Nicanor Rebolledo, Escolarizacin interrumpida. Un caso de migracin y bilingismo indgena en la ciudad de Mxico, Mxico, Universidad
Pedaggica Nacional (Ms textos, 26), 2007 103Marta Romer
Mara Esther Acevedo Valds, Benito Jurez Maza 1852-1912. Por ser hijo del benemrito. Una historia fragmentada, Mxico, inah, 2011 104
Octavio Augusto Montes Vega, Hroes pioneros, padres y patrones. Construccin de la cultura poltica en los pueblos del Medio Balsas (Tierra Caliente de Michoacn y Guerrero), Mxico, El Colegio de Mi-choacn/inah-Conaculta, 2011 105Jos Atilano Flores
LOS NAIPES DE LIZARDI 108Denise Hellion
SIMPOSIO CULTURA Y ALIMENTACIN EN MXICO 110
EXPOSICIN MIRADAS COMPARADAS EN LOS VIRREINATOSDE AMRICA. MXICO Y PER 110
COSTUMBRE
INCURSIONES
QUEHACERES
EXPEDIENTE
CARA A CARA
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EXCURSIONES
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DIARIO DE CAMPO2
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No es fcil establecer una fecha precisa para un fenmeno como la inmigracin masiva a nuestro pas de miles de personas de origen guatemalteco algunos estudios aseguran
que fueron 200 mil. Sin embargo, podemos convenir que en diciembre de 2011 se cum-
plieron 30 aos del refugio guatemalteco, producto de una poltica militar que oblig a
pueblos enteros a cruzar la frontera. A lo largo de los aos, refugiados de esa nacin for-
maron nuevas comunidades en los estados de Campeche, Quintana Roo y Chiapas, mien-
tras que otros regresaron a su patria. Las experiencias son variadas, as como los retos y
problemticas que han enfrentado.
En noviembre de 2011 la deas organiz el encuentro Fiesta por la Memoria y la Cultura,
que reuni a personas de diferentes comunidades, acadmicos y artistas, en un ejercicio
de reflexin colectiva sobre estas dcadas de refugio en Mxico.
El Expediente de este nmero, Treinta aos de refugio guatemalteco en Mxico,
coordinado por Vernica Ruiz, presenta seis ensayos donde se analizan las experiencias
en los diferentes estados, el proceso de reconstruccin de sus identidades, las formas de
organizacin y las demandas para el reconocimiento de sus derechos, entre otros temas.
Las fotografas que integran el Portafolio, La mirada fotogrfica, forman parte del ma-
terial que Ricardo Ramrez Arriola, a solicitud de la deas, captur para preparar la exposi-
cin 30 aos/30 fotos que se exhibi tanto en la comunidad de San Lorenzo, municipio La
Trinitaria, en Chiapas, como en el vestbulo de la Coordinacin Nacional de Antropologa.
Tambin contamos con un conjunto de fotografas de Hugo Brehme, titulado El paisaje
mexicanista, que es acompaado de un texto de Benigno Casas.
La entrevista que Alma Olgun nos entrega para Cara a Cara integra una voz de reco-
nocida experiencia en el fenmeno del desplazamiento de comunidades guatemaltecas:
Ricardo Falla, antroplogo y jesuita, una de las autoridades internacionalmente reconoci-
das por la defensa de los derechos humanos y conocedor como pocos de la dinmica de
los indgenas guatemaltecos.
A propuesta de la Biblioteca Nacional de Antropologa e Historia contamos ahora
con una nueva seccin, que hemos llamado Excursiones. En ella se presentan reseas de
fondos documentales, fotogrficos, hemerogrficos, cinematogrficos o bibliogrficos,
en un afn de promover el conocimiento de estas importantes fuentes de informacin.
Para abrir boca iniciamos con el fondo Luis Gonzlez Obregn de la bnah, con la resea
Los naipes de Lizardi.
Consejo Editorial
3
Presentacin
-
DIARIO DE CAMPO4
QUEHACERES
Episodios de un litigio. La pugna entre Juan Hidalgo
Corts Moctezuma y Guzmn y las hermanas
Guzmn Istolinque. 1678-1687
Entre los diversos expedientes sobre los asuntos de in-ters en torno a los Istolinque, an no localizo informa-
cin suficiente despus de 1603 que me permita analizar
lo ocurrido al linaje desde entonces; as, por ahora nos
concentraremos en los sucesos ms significativos ocurri-
dos entre los aos de 1678 y 1687, si bien entre los testi-
monios y declaraciones presentados en aquellos aos se
insert o aludi a informacin sobre las dcadas prece-
dentes. En esa etapa los actores involucrados dieron cuen-
ta de uno de los ms largos y lgidos litigios entre dos
ramas del linaje Istolinque, en los que a una de ellas deba
demostrrsele su impostura y provocaba que ambas par-
tes exhibieran intentos desesperados por arrogarse el ca-
cicazgo de Coyoacn.
Por aquellos aos un vecino de la villa de Coyoacn,
don Juan Hidalgo Corts Moctezuma y Guzmn Carvajal (al
que slo llamaremos Juan Hidalgo), se declar ante las au-
toridades legtimo heredero de las propiedades y del cargo
del cacicazgo. Los argumentos que sostuvo y las declara-
ciones presentadas por sus testigos para apoyar su defen-
sa y en contra de las partes se relacionaban, como es de
suponerse, con la comprobacin de las lneas genealgi-
cas del linaje, segn se ver ms adelante.
Frente a los argumentos y testimonios que apoyaban la
demanda de Juan Hidalgo, otra rama del linaje, las herma-
nas doa Mara, doa Petronila y doa Theresa de Guzmn
Istolinque, hijas de don Alonso de Guzmn, se esforzaron
por demostrar ampliamente su legitimidad. En particular, la
rama Guzmn Istolinque se apoy en un testimonio que te-
nan en su poder y pareca irrevocable: el testamento de su
abuela, doa Gernima de Guzmn, cacica principal de Co-
yoacn, quien lo dict en lengua mexicana en 1640 (con tra-
duccin al castellano incluida en el expediente), con base en
el cual logramos hacer una reconstruccin genealgica de
seis generaciones de esa rama familiar (vase la genealoga
1). Otro elemento que debi tomarse en cuenta es que ha-
ban conservado la pureza de sangre indgena noble, mien-
tras que Juan Hidalgo era un mestizo hijo de espaol (quien
a s mismo se declaraba espaol).
Entre 1678 y 1679, Juan Hidalgo promovi autos a su
favor. A pesar de las pruebas presentadas por las herma-
nas Guzmn (por medio de sus maridos como sus repre-
sentantes legales), en una etapa inicial del litigio un primer
veredicto de la Real Audiencia, emitido en 1679, favore-
ci a Juan Hidalgo. De acuerdo con la declaracin de es-
te ltimo, en un expediente qued asentado que era hijo
de doa Leonor Corts de Guzmn Moctezuma y Carva-
jal (archv, caja 4, exp. 3: f. 37),1 media hermana por el lado
paterno de don Alonso de Guzmn y casada con el espa-
ol Francisco Hidalgo; sin embargo, otra versin dada por
uno de sus testigos sostena que su madre era Juana Car-
vajal Moctezuma (agn, Tierras, vol. 2 687: f. 209), tal vez
en alusin a la abuela de don Juan, a la cual l nombr co-
* Direccin de Etnohistoria, inah.
Sucesin, herencia y conflicto enel linaje Istolinque, caciques de lanobleza indgena colonial de CoyoacnSegunda parte
Gilda Cubillo Moreno*
1 Agradezco enormemente la generosidad del doctor Juan Jos Batalla, profesor investigador de la Universidad Complutense de Madrid, quien de manera desinteresada me facilit una fotocopia de este importante documento del Archivo de la Real Chancillera de Valladolid. Este ex-pediente ya estaba siendo analizado por el doctor Batalla en sus as-pectos formales.
-
QUEHACERES 5
mo Juana Moctezuma Corts y Guzmn, la cual, a decir su-
yo, posey el cacicazgo.2 Tras de la muerte de don Alonso,
su sobrino, Juan Hidalgo, obtendra en 1681 la titularidad
del cacicazgo (archv, caja 4, exp. 3: f. 37), de modo que
se intentaba que la lnea de sucesin se desplazara de los
descendientes directos a los colaterales (Cruz Pazos et al.,
2007: 61), con lo cual pareciera que Hidalgo quera apoyar-
se en una de aquellas normas suplementarias del modelo
prehispnico de los tlatoque, la cual aceptaba la sucesin
a los colaterales segn conviniera.
Uno de los tantos testigos que Juan Hidalgo present,
don Constantino Huitzimngari Uribe (indio noble de Mi-
choacn con quien su familia estaba emparentado por la
va matrimonial), sostuvo que no hay otro ms inmediato
y heredero a dicho cacicazgo porque los dems que pue-
dan representar derechos son mujeres, y as por lnea va-
ronil, y por razn de ser descendiente legtimo y del tronco
de los antepasados que lleva referidos (agn, Tierras, vol.
1 735, exp. 2, cuaderno 2: f. 7v, apud Carrasco y Monjars,
1978: 82-83). En esa misma declaracin se trasluce el va-
lor que se daba al varn en la lnea sucesoria, es decir, a
la patrilinealidad.
En 1683, despus de varias apelaciones interpuestas,
obstculos administrativos y la presentacin de diversas
probanzas, se ratificado de manera oficial el derecho a la
plena posesin para Juan Hidalgo. De inmediato su yer-
no y apoderado, Agustn Nereida y Moscoso, en su nom-
bre, acompaado de un teniente de corte de la ciudad
de Mxico, del escribano real, de un intrprete indgena, de
los testigos principales y circunstanciales, iran de casa
en casa, de pueblo en pueblo, por los ranchos, parajes y
2 Vase la genealoga 2, cuya reconstruccin se basa en las declaracio-nes de Juan Hidalgo, complementadas con las de 25 testigos presenta-dos a su favor.
Genealoga de los Guzmn Istolinque reconstruida con base en el testamento que en 1640 dict la cacica Gernima de Guzmn Istolinque, el mismo que present como prueba Toms de Parrales en 1683 a nombre de su mujer, Mara de Guzmn Istolinque, y las hermanas de sta, Petronila y Theresa, en los autos contra Juan Hidalgo por los derechos al cacicazgo de Coyoacn.Fuente: agn, Tierras, vol. 2 687, fs. 34-40, 261-298.Claves y notas: tringulo = varn; crculo = mujer; / = el cruce de una figura con lnea diagonal indica a los que ya eran difuntos cuando doa Gernima dict su testamento; * los otros descendientes sealados con asterisco recibieron alguna propiedad de menor importancia como herencia de Gernima. (Las mujeres que heredaron el cacicazgo obtuvieron ese derecho a falta de un varn vivo. Gernima hered el cacicazgo a su nieta, lo que implic la sucesin del cargo y la mayor proporcin de propiedades, en vez de hacerlo a su hijo Alonso, pues ste recibi la herencia de su padre.)
Genealoga 1
Juan deSan Lzaro(cacique)
Ana
Juan deGuzmn Istolinque
(cacique)Mara
Felipe de Guzmn(primognito)
Martnde Guzmn
Gernima deGuzmn
(hered cacicazgo)
LuisCorts
Cristbalde Guzmn
Alonsode Guzmn
MaraHurtado
Ana deGuzmn
Sebastin(albacea de Gernima)
* Miguel Ziga(hurfano criadopor Gernima)
Pedro de Guzmn(primognito)
Mara de Guzmn(hered cacicazgo)
* Angelita
Toms de Parrales(representante
legal de esposa y hermanas Guzmn)
Petronilade Guzmn
Antonio deVillagmez
(2do representantelegal de su consortey hermanas de sta)
* Theresade
Guzmn
JuanPatio
-
DIARIO DE CAMPO6
haciendas de la jurisdiccin para establecer, en cada sitio,
la posesin del cacicazgo de la villa de Coyoacn.
A pesar de los bienes que el cacicazgo haba perdido
en el pasado, la descripcin del recorrido en sus tomas
de posesin aporta una idea de las propiedades y las di-
mensiones, nada despreciables, que en realidad o en teo-
ra todava le correspondan: el derecho de piso y renta en
el mercado semanal de la plaza central del pueblo de Co-
yoacn; propiedades en los pueblos y tierras del Ajusco,
como en La Magdalena, en los de Tlalpan y La Joya, inclui-
dos sus parajes, estancias, ranchos y casas diversas, as
como en las haciendas de Coapa y Huipulco (agn, Tierras,
exp. 2 687: fs. 11-13v).3 De igual manera tom posesin de
las tierras de la hacienda de San Nicols, llamadas de Hui-
pulco, de las de Chichicapa, Copilco y Totolapa (Fernn-
dez de Recas, 1961: 56-58). Varias de esas propiedades,
en medio de los pleitos, haban sido ocupadas de forma
estratgica por espaoles y mestizos, lo cual implic dos
litigios paralelos enfrentados por Juan Hidalgo contra par-
ticulares en el transcurso de los mismos aos (agn, Tie-
rras, exp. 2 687).4
Con todo y las solemnes tomas de posesin de Juan Hi-
dalgo, por su parte la otra rama del linaje, la de las her-
manas Mara, Petronila y Theresa Guzmn Istolinque,
representadas por Toms de Parrales y Antonio de Villa-
gmes (maridos de las dos primeras), continuaron el arduo
pleito legal, el cual se prolongara hasta 1687. En el testa-
mento de la susodicha Gernima de Guzmn, presentado
por la rama Guzmn Istolinque como testimonio probato-
rio fundamental, y por causas que todava nos son desco-
nocidas, la cacica de Coyoacn no haca referencia a los
pueblos, casas ni todas las tierras que en su momento re-
corri el representante de Juan Hidalgo.
La cacica Gernima legaba otras casas y tierras en pa-
rajes o barrios, con nombres no mencionados en los actos
de posesin a favor de aqul, como su casa en el pueblo
de Coyoacn y la de San ngel, las tierras de San Jerni-
mo y Chimalistac. Con base en el escrito testamentario de
doa Gernima hemos reconstruido otra de las genealo-
gas, la misma que nos permiti componer no obstante
de manera parcial seis generaciones con las anotaciones
pertinentes para describir los bienes y la forma en que he-
red a cada uno de sus descendientes. Cabe destacar que la
sucesin del cacicazgo la destin a su nieto Pedro de Guz-
mn, hijo primognito de su hijo, tambin primognito,
Alonso de Guzmn. Sin embargo, debido a la muerte de Pe-
dro y el nieto primognito, y asimismo fallecidos sus her-
manos Cristbal y Martn, sera otra mujer, su nieta Mara
de los ngeles Guzmn, hermana mayor de Pedro, la leg-
tima heredera.
En su momento la sucesin del cacicazgo recay en
Gernima de Guzmn, hija mayor de Juan de Guzmn Is-
tolinque II, al morir el hermano de sta, Felipe de Guzmn.
Se trataba de aquel Felipe quien en 1640, de haber sobre-
vivido, para cuando Gernima dict su testamento habra
tenido 73 aos casado con Agustina de Chilapan, con la
que tuvo un hijo tambin llamado Juan de Guzmn, el cual
muri de forma prematura.
Despus de la muerte de Felipe, la viuda se cas en
segundas nupcias con Constantino Huitzimngari, el ca-
cique de origen tarasco que fue gobernador de Ptzcua-
ro y quien, de 1607 a 1613, fungi como gobernador de
Coyoacn: el mismo al que Gernima nombr albacea y
testamentario de sus bienes, de las propiedades y deudas
heredadas por su hermano Felipe, y al que le dio poder
para que vendiera y rematase lo necesario con el fin de pa-
gar tales deudas, entre las que se contaban unas tierras
en el barrio de San Miguel, sujeto al pueblo de San Agus-
tn (Tlalpan), por el arroyo que bajaba del Ajusco, sus ca-
sas principales con sus huertas y tierras, otras tierras en el
pueblo de La Magdalena, unas ms en La Joya de San Pa-
blo, entre otras, empeadas estas ltimas por Felipe, y que
tal vez fueran parte de las mismas propiedades demanda-
das por Juan Hidalgo.
El descendiente de ese albacea, tambin bautizado con
el nombre de Constantino Huichimngari (Huitzimnga-
ri) Uribe, hijo de Dominga Velsquez Moctezuma, ladino
principal de Coyoacn, fue uno de los que en 1679, a los
66 aos de edad, se present a atestiguar a favor de Juan
Hidalgo y se identific como si todava fuera un casonsi,5
el cual sostuvo que el interesado era el nico heredero a
quien perteneca el cacicazgo.
Lo anterior se explica por el hecho de que aquel hom-
bre de ascendencia noble fue criado en casa de la fami-
lia de Juan Hidalgo y fue reconocido como su pariente por
3 Vase la reconstruccin del mapa Jurisdiccin de Coyoacn de fines del siglo xvii al primer cuarto del siglo xix, donde se marcan las pose-siones que fueron del cacicazgo Istolinque.4 Litigios paralelos que enfrent Juan Hidalgo, en este caso por el de las tierras de Huipulco, y que aparecen intercalados a lo largo de todo el vo-lumen y sus expedientes. Vase tambin el mapa Jurisdiccin de Coyo-acn de fines del siglo xvii al primer cuarto del siglo xix, donde aparecen propiedades y sitios en litigio del linaje Istolinque. 5 Casonsies: trmino tarasco o purpecha equivalente a tlatoani.
-
QUEHACERES 7
parte de la madre de Hidalgo, Juana Carvajal Moctezuma
(Horn, 1997: 274; Testamento de doa Agustina de Chi-
lapan, agn, Tierras, vol. 2 687: 209, apud Carrasco y Mon-
jars, 1978: 60-66, 82). La relacin con los Huitzimngari
expresa la aeja vinculacin, las alianzas por la va exo-
gmica y las lealtades que persistan con otros linajes no-
bles, ya decadentes, de diferente procedencia tanto tnica
como territorial.
De igual manera como le ocurri a la propia Gerni-
ma de Guzmn, Mara de los ngeles, la mayor de sus
nietas, habra de heredar el cargo por derecho y a falta
de varn, despus del fallecimiento tanto de su herma-
no mayor, llamado Pedro y a quien su abuela Gernima
hered en primera instancia la mayora de sus propieda-
des y la transmisin del cargo, como de sus otros dos her-
manos varones, Martn y Cristbal, fallecidos tambin sin
descendencia. En este caso, no obstante que la sucesin
y la herencia hubieran recado finalmente en mujeres por
dos generaciones, subyace la tendencia del modelo patri-
lineal en el cacicazgo de Coyoacn.
Asimismo puede ser que, a su vez, existiera una con-
vergencia cultural con el principio patrilineal de la fami-
lia real y de la nobleza feudal europea en Espaa, debido
a la deseada identificacin de los caciques indios con el
poder espaol.6 De este modo, tanto Gernima como Ma-
ra de los ngeles recibieron la sucesin por la va pater-
na (de manera agntica o patrilineal) a falta de herederos
varones, lo que parece reafirmar la norma bsica de la pa-
trilinealidad del modelo mesoamericano ms difundido, en
convergencia con la del sistema de las altas lites penin-
sulares y novohispanas.
Es necesario subrayar que, en su testamento, Gernima
no leg el cacicazgo a Alonso de Guzmn, su hijo primog-
nito vivo, sino a su nieto Pedro. Ello puede explicarse co-
mo el resultado factible de un acuerdo particular entre ella
y su marido para legar. El indio Luis Corts, su cnyuge,
Genealoga de los Istolinque segn la versin presentada por Juan Hidalgo Corts Moctezuma y Guzmn en defensa de sus pretendidos derechos al cacicazgo de Coyoacn, 1685.Fuente: agn, Tierras, vol. 2 687, Declaraciones de Juan Hidalgo Corts Moctezuma y Guzmn para probanzas y cuestionario formulado por l para interrogar a sus testigos. Ao de 1685, fs. 209-260.Claves: tringulo = varn; crculo = mujer; / = el cruce de una figura con lnea diagonal indica a los que ya eran difuntos cuando Juan Hidalgo y sus testigos rindieron sus declaraciones. En las generaciones en que Juan Hidalgo dice que las herederas del cacicazgo fueron mujeres, parece que se debi a que no existan hijos varones.
6 Podra haber cierta convergencia o analoga con la tradicin gallega, donde la pubilla (hija mayor) era elegida a falta de herederos masculi-nos con preeminencia de la primogenitura patrilineal con sucesin in-divisible (Reher, 1996: 84).
Genealoga 2
Juan Istolinquey Guzmn(cacique)
Pablo deSan Miguel
MaraMoctezumaConcubina
Juan deGuzmn
(hijo ilegtimo)Luis
CarabajalCatalina de Sena
Moctezuma Cortsy Guzmn (cacica)
Juana MoctezumaCorts y Guzmn
(posey cacicazgo)
LuisCorts
Alonso de Guzmn Leonor Corts de Guzmn Moctezuma y Carabajal
(cacica)
Francisco Hidalgo(espaol)
Juan Hidalgo(espaol)
-
DIARIO DE CAMPO8
Jurisdiccin de Coyoacn de fines del siglo xvii al primer cuarto del siglo xix.
-
QUEHACERES 9
no perteneca al linaje Istolinque, motivo por el cual, en
vista del peso de aquel linaje, los hijos y nietos de Gerni-
ma heredaran el apellido Guzmn Istolinque (mas no el
Corts): una muestra de la significacin histrica que ellos
le reconocan al linaje y de la decisin consciente de con-
servar el nombre que rememoraba al ancestro comn a
modo de facilitar el camino a los descendientes.
Su hijo Alonso, a su vez padre de Pedro, Martn, Mara,
Theresa y Petronila, haba fungido como gobernador del
pueblo de Coyoacn unos aos atrs y su padre, el men-
cionado Luis Corts, le entreg su herencia en vida; de
manera que Gernima debi de considerar ms pertinen-
te legar el ttulo del cacicazgo a su nieto y, una vez muer-
to ste y sus otros hermanos, a Mara de los ngeles, la
mayor de las nietas.
La propia Gernima dej asentado en su testamento que
Alonso, su primognito, haba heredado de su padre, an en
vida de este ltimo, los bienes de que gozaba, otra mues-
tra que corrobora la herencia patrilineal y que en manos de
su esposo haba depositado los papeles legales que demos-
traban la legitimidad de la herencia y sucesin del cacicaz-
go, un rasgo que expresa respeto a la autoridad del varn
cabeza de familia.
Gernima no dej de lado a sus otros hijos y nietos, de
ambos sexos, a quienes hered algunas propiedades se-
cundarias. En estas formas se perciben los mecanismos
ejercidos por esta franja generacional del linaje para su per-
petuacin y la conservacin de su patrimonio; en otras pa-
labras, bajo la persistencia del principio agntico se expresa
tambin un sesgo bilateral y aparecen, al mismo tiempo,
elementos convergentes de sucesin y herencia vinculada
(el mayorazgo), donde la parte ms importante y de mayor
proporcin del patrimonio era igualmente patrilineal e indi-
visible a modo de privilegiar al primognito, al estilo de la
familia troncal espaola de las altas lites y de ciertas regio-
nes de la pennsula.
En la articulacin de los principios de ese sistema de
parentesco particular de Espaa con las pautas mesoame-
ricanas se vislumbran los resultados del proceso de acul-
turacin en un linaje de la nobleza indgena. Mediante su
aplicacin buscaron el equilibrio para asegurar la lnea de
sucesin, la perpetuacin del linaje, la conservacin del
patrimonio y el bienestar de sus miembros.
As pues, muertos Gernima y su nieto Pedro, y en-
frentada para entonces su familia a Juan Hidalgo Corts
Moctezuma y Guzmn, la nieta mayor de Gernima, Ma-
ra de los ngeles Guzmn, referida en esos das por el
puro nombre de Mara, se convertira en la legtima here-
dera del cacicazgo.
De vuelta a los acontecimientos del litigio en cuestin,
en las probanzas convocadas se presentaron a declarar al-
rededor de 25 testigos por cada una de las partes.
En las preguntas por el lado de Juan Hidalgo, ex gober-
nador de Coyoacn y que, por cierto, para entonces s-
lo era un modesto sastre, las cuestiones formuladas a sus
testigos se basaban en las declaraciones afirmativas pre-
vias hechas por l mismo en la construccin personal de
su propia genealoga (hasta la quinta generacin en lnea
ascendente). l y algunos de sus testigos declarantes da-
ban cuenta del primer cacique, Juan Istolinque y Guzmn,
llamado el Viejo, ancestro comn del linaje todava reco-
nocido, en especial por los testigos de mayor edad.
Los das 10 y 12 de marzo de 1685 se llevaron a cabo
las probanzas convocadas por la Real Audiencia median-
te el receptor y sus procuradores, y ante el Procurador de
Provincia, un religioso de la orden de Santo Domingo. Se
presentaron de manera indistinta espaoles, indios y mes-
tizos como testigos, la mayora residentes en la villa de
Coyoacn, aunque tambin hubo aquellos que habitaban
en la ciudad de Mxico, en San Mateo Churubusco (Huitzi-
lopochco) o en algn otro sitio.
Un ejemplo singular fue el testimonio del cacique prin-
cipal de San Juan Teotihuacn, en el cual se expresa la
conservacin de otros contactos con indios nobles de
otras zonas. ste era pariente en quinto grado de Juan Hi-
dalgo, y atestigu tambin a su favor. Se trataba de un
mestizo de 40 aos llamado Antonio Huecamecateutli
Moctezuma, que aunque se reconoca asimismo como ca-
cique, desempeaba el modesto oficio de carpintero y ya
no resida en Teotihuacn, sino que se encontraba ave-
cindado en casas propias de la ciudad de Mxico. l de-
clar que el espaol Francisco Hidalgo, padre del tambin
mestizo Juan Hidalgo, lo busc en algn momento para
hablarle sobre cmo y por qu su hijo era heredero del ca-
cicazgo por la lnea de don Pablo y de doa Juana (agn,
Tierras, exp. 2 687: fs. 209-310).
El punto nodal contradictorio detectado en las afirma-
ciones de Juan Hidalgo estaba en su declaracin sobre un
ascendiente de la rama adversaria, cuatro generaciones
por arriba: Juan de Guzmn, nada menos que Iztollinqui,
el Joven, y que segn su parecer haba sido hijo ilegti-
mo de su propio tercer abuelo (o tatarabuelo), Pablo de
San Miguel Corts, que en su opinin fue el primer ca-
cique que hered el cargo (Testamento de don Pablo de
-
DIARIO DE CAMPO10
San Miguel, apud Carrasco y Monjars, 1978: 215-216)
al morir el tlatoani de Coyoacn, Juan de Guzmn Istolin-
que, el Viejo.
Pero ese tal Pablo en ninguna lnea de su testamento
mencion el cacicazgo ni tener un hijo ilegtimo de nom-
bre Juan, aunque s tena una hija primognita de nombre
Catalina y una menor llamada Juana. Aquel supuesto hi-
jo natural, Juan de Guzmn, resultara ser medio herma-
no de su bisabuela Catalina de Sena Moctezuma Corts y
Guzmn, que segn su reconstruccin era la legtima he-
redera del cacicazgo, de la que se desprenda la rama a la
que Juan Hidalgo deca pertenecer, siendo que, por otro
lado, en su testamento Catalina jams mencion heredar
ningn cacicazgo (Testamento de doa Catalina de Se-
na en nhuatl (de 1588) y traduccin contempornea al
espaol, apud Carrasco y Monjars, 1978: 171-173). Co-
mo se aprecia, se trataba de argumentos dbiles y dudo-
sos presentados tanto por l como por los testigos que lo
secundaron.
Del lado de las hermanas Guzmn y de Antonio Pati-
o, este ltimo hijo y heredero de Theresa, el 27 de abril
de 1685 fue aceptada su peticin de publicar censuras para
descubrir testigos sobre la posesin y propiedad del caci-
cazgo, para recurrir con tales declaraciones a la Real Au-
diencia. As, ante el notario pblico y por merced de la
Audiencia Arzobispal se public la convocatoria dirigida a
todos los habitantes de la ciudad, villas y dems partes del
Arzobispado de Mxico, de cualquier calidad que fueran.
Se present a declarar un nmero semejante de testigos
que, con el mismo corte que la parte contraria, dieron sus
respuestas en el interrogatorio, basado en las afirmacio-
nes literales de su parte sobre los antecedentes genealgi-
cos y las referencias de legitimidad, condicin y reputacin
de las Guzmn. Hasta donde les permita la memoria, la
mayor proporcin de las aseveraciones de los testigos co-
incida con las asentadas en sus propias declaraciones.
En medio de esos dimes y diretes, que duraron aos,
muchas de las tierras del cacicazgo se perdieron a causa
de las partes en pugna o de sus predecesores, ya fuera por
venta o hipotecas para cubrir deudas o porque iban sien-
do usurpadas por espaoles o mestizos.
Finalmente, el 1 de agosto 1687 la Audiencia Real dic-
t sentencia a favor de Mara de Guzmn Istolinque, hija
mayor de Alonso de Guzmn y nieta de Gernima, como
heredera y sucesora, y se le orden a Juan Hidalgo que
restituyera las casas, huertas y tierras del cacicazgo, lo
mismo que los arrendamientos y los usufructos derivados,
a pesar de que para ese momento ste ya haba muerto
(Cruz Pazos et al., 2007: 63). Sin embargo, en el transcur-
so de esos ocho aos mucho se perdi y en los hechos po-
co se gan.
Estas dos partes en pugna no fueron las nicas que
por aquellos aos contendieron por el cacicazgo. En 1688,
cuando doa Mara estaba a punto de proceder a la toma
de posesin, entre otros interesados que se apresuraron a
reclamar tambin el patrimonio de dicho cacicazgo apare-
cieron Carlos de Tapia, Juan Aguirre Vidaurreta y Pedro de
Cullar, de los cuales este ltimo actuaba como dueo de la
hacienda de La Joya (ibidem: 63; archv, caja 4, exp. 3: f. 36).
Pero sos son otros captulos de su historia que se mantie-
nen en suspenso.
Los litigios de 1725-1738 y 1780-1786
Ahora nos remitiremos a otras demandas de manera muy
sucinta.
Al comenzar el ao de 1725, un hombre llamado Gre-
gorio de Tapia sostena ser el heredero del cacicazgo de
Coyoacn, por lo que don Carlos Patio tuvo que actuar
legalmente en su defensa. Don Carlos, nacido y criado en
Santiago Tlatelolco, se declaraba como el nico herede-
ro vivo de Mara, Petronila y Theresa de Guzmn. Muer-
tas las dos primeras sin descendencia, y por ser nieto de
la ltima y de don Juan Patio, adems de hijo de don An-
tonio Patio y doa Isabel, sostena que, por tanto, a l de-
ba corresponderle el derecho a la posesin del cacicazgo
(archv, caja 4, exp. 3: f. 24). Para este fin pidi el testimo-
nio de la ejecutoria de Mara de Guzmn. Solicit tambin
testigos en la villa de Coyoacn y, como ya no haba all
quien lo conociera, pidi que se presentaran testigos de
la ciudad de Mxico. As, declararon algunos espaoles y
un indio principal, quienes dijeron haber conocido a sus
padres y abuelos, los cuales vivieron en Tlatelolco. Como
vemos, se trata de otro caso en que miembros del linaje Is-
tolinque haban emigrado, de manera que para la genera-
cin de don Carlos ya no haba vecinos de la tierra de sus
ancestros que supieran de l, a pesar de lo cual no desis-
ti en su inters por el cacicazgo de Coyoacn: pasados 13
aos, mediante un decreto emitido el 19 de julio de 1738,
se orden hacer efectiva la posesin del cacicazgo a favor
de Carlos Patio (ibidem: f. 38).
Ms de cuatro dcadas despus, entre los aos de 1780
y 1786, sus descendientes representaron a otra generacin
del linaje que se vio obligada a defender por la va legal
-
QUEHACERES 11
sus derechos sucesorios en contra de los herederos de un
tal Gerardo Moro (ibidem: f. 39).
Don Jos Patio Istolinque y Guzmn, indio cacique
de Coyoacn avecindado en Ecatzinco, en representa-
cin de sus hermanos Bartolo Luis, Romana del Sacra-
mento y Antonia Patio Istolinque y Guzmn, solicit y
present de nueva cuenta las tres cdulas de 1551 con
las que se acreditaba la fundacin del cacicazgo por par-
te de Juan de Guzmn Istolinque I (ibidem: f. 14),7 as co-
mo otros testimonios.
A pesar de que un nico miembro del linaje era desig-
nado como tal, el resto de parientes del mismo, en este
caso sus hermanos, se identificaban tambin como ca-
ciques de Coyoacn, es ms, reclamaban para s y sus
descendientes los privilegios, exenciones y prerroga-
tivas derivados de sus lazos de sangre. Por lo tanto,
vemos cmo la red de beneficiarios se ampliaba (Cruz
Pazos et al., 2007: 64).
Para probar su legtima pertenencia al linaje Istolinque,
el 29 de mayo de 1786, en la ciudad de Mxico, don Jo-
s Gernimo de Torres Hernndez Atezcatzin se present
ante la justicia en representacin de doa Romana, co-
Genealoga 3
Genealoga reconstruida con base en las declaraciones que, en 1786, present Jos Leandro Patio Istolinque y Guzmn, con apoyo de sus cuatro tes-tigos y de la insercin de los testimonios que, en 1738, present Carlos Patio Istolinque y Guzmn con sus seis testigos, en sus respectivas defensas como legtimos sucesores del cacicazgo de Coyoacn.Fuente: archv, docs. parts., caja 4, exp. 3: Testimonios de Reales cdulas e mercedes de tierras y armas e informacin dada por don Jos Patio Isto-linque y Guzmn perteneciente as a este como a don Bartolo, doa Antonia y doa Romana del Sacramento Patio Istolinque y Guzmn, como en dichos testimonios se contiene, fs. 14a-25r.Los nombres subrayados pertenecen a quienes recibieron la sucesin y herencia del cacicazgo. Los tringulos con relleno en negro corresponden a los dos miembros del linaje mediante cuya informacin y las de sus testigos se reconstruy esta genealoga.
7 Una de dichas cdulas otorgaba el cacicazgo en Valladolid, el 18 de ju-lio de 1551, motivo por el que tal vez destinaron el expediente citado al Archivo de la Real Chancillera de Valladolid.
Gernima deGuzmn Istolinque
Alonsode Guzmn
Mara deGuzmnIstolinque
Tomsde
Parrales
Petronilade
GuzmnIstolinque
Antoniode
Villagmez
Theresa deGuzmnIstolinque
JuanPatio
AntonioPatio
Istolinque
IsabelBuenda
CarlosPatio
Istolinque
AndreaReynoso
DomingoPatio
Istolinque
CatalinaSalazar
Jos L.Patio
Istolinque
BartolomPatio
IstolinqueJacinta
Bobadilla
AntoniaPatio
Istolinque
RomanaPatio
Istolinque
JosGernimode Torres
MaraLoretoZrate
Juande TorresHernndezAtzcatzin
Sebastinde
TorresHernndezAtzcatzin
Jos Mariano de Torres PatioIstolinque y Guzmn Salazar
Ma. Josefa Pascualade T. P. Istolinque y G. S.
Ma. Josefa Joaquinade T. P. Istolinque y G. S.
-
DIARIO DE CAMPO12
mo su marido y conjunta persona (ambos indios caci-
que y principales en este reino, vecinos de esta ciudad),
y declar, con el apoyo de sus tres testigos, entre los que
destacaba Alexo de San Roque, entonces gobernador de
Tlatelolco, que los dos eran cristianos viejos sin mezcla
de sangre. Esto fue aprobado un mes despus por el pro-
curador general, en un auto confirmatorio del corregidor
de Mxico (archv, caja 4, exp. 3: f. 50).
El proceso concluy con el reconocimiento de don Jos
Patio como sucesor legtimo del vnculo. Como en el caso
de su predecesor, don Carlos Patio, de esta forma se re-
frend el principio patrilineal de sucesin y herencia que
se impuso en su linaje.
Consideraciones finales
Hasta el final de la colonia, a pesar de que los descendien-
tes del linaje haban perdido casi todos sus bienes y privi-
legios, continuaron invirtiendo sus limitados recursos en
las demandas por los derechos sucesorios del cacicazgo,
hecho que pone de manifiesto que todava valoraban las
ventajas sociales, econmicas y polticas que dicha posi-
cin conllevaba.
Las evidencias del linaje Istolinque nos conducen a la
conclusin de que en su transcurso secular las formas de
herencia y sucesin de la nobleza indgena en Coyoacn
se basaron, de manera fundamental, en el principio agn-
tico o patrilineal. Su condicin social noble, sus circuns-
tancias, su papel histrico en la empresa colonizadora,
su afn por conservar los bienes y privilegios del cacicaz-
go, sus adecuaciones y su proceso dieron como resultado
la fusin de principios similares: la tendencia patrilineal,
inherente tanto al modelo mesoamericano ms genera-
lizado como a la norma de herencia y sucesin ms carac-
terstica de las altas lites espaolas; a su vez, se adopt
la forma complementaria de la herencia indivisible, tron-
cal o en vnculo denominada mayorazgo, procedente de la
pennsula y propia de la realeza y la nobleza ibrica, cuyas
pautas se reprodujeron entre las familias espaolas de la
oligarqua novohispana.
Si bien la tendencia patrilineal predomin, las mujeres
jugaron un papel importante en la herencia, la sucesin, la
conservacin del apellido distintivo y en la memoria del li-
naje. No encontramos casos entre las generaciones de los
Istolinque en que una mujer heredara el cacicazgo si te-
na hermanos varones, como ocurri en importantes lina-
jes indgenas nobles de otras regiones. Algunas de esas
mujeres desempearon una funcin activa, al imponer y
centralizar en su momento las decisiones en torno a la
herencia y la dinmica familiar, como fue el caso de Ge-
rnima de Guzmn Istolinque, quien incluso opt por al-
ternativas impredecibles, como heredar el cacicazgo a un
nieto en vez de a su hijo varn y su casa a una nieta en lu-
gar de a su hijo o alguna de sus hijas.
En trminos generales, podemos afirmar que aunque
en algunas franjas generacionales el linaje de los caci-
ques de Coyoacn no cont con hijos primognitos varo-
nes para hacer cumplir la norma agntica predominante
que reprodujo el linaje, en esos casos se hered y otorg
la sucesin a la hija mayor y se transmiti el apellido, los
bienes y el cargo a los hijos por la va de esa mujer, sin que
ello significase romper con la tendencia patrilineal.
En su articulacin, en la cual se complementaron prin-
cipios de parentesco de origen mesoamericano y espaol,
se perciben los mecanismos y tomas de decisin de los
grupos familiares para la conservacin de su patrimonio y
la perpetuacin de este linaje. Mediante tales adecuacio-
nes y el uso de los recursos legales del Estado colonial, ca-
da rama y generacin de los Istolinque busc asegurar la
lnea de sucesin, la reproduccin de su linaje, la conser-
vacin o recuperacin de las propiedades y el estatus so-
cial de sus miembros. Algunos de los aspectos importantes
que los hicieron ms vulnerables residieron en los conflic-
tos recurrentes entre ramas familiares y probablemente en
la desvinculacin de los indgenas del comn por su afn de
espaolizarse. Sumados al plan colonial y a la accin sis-
temtica del aparato dominante hispano para su debilita-
miento, estos puntos culminaron en la desintegracin del
grupo de la nobleza indgena en Coyoacn.
Aunque es cierto que el saldo histrico a largo plazo
fue la desintegracin, tambin es verdad que los miem-
bros del linaje Istolinque, una generacin tras otra, de-
mostraron su capacidad sostenida de resistir y lidiar por
la va legal y administrativa, a pesar de las ambigedades
y los embates en su contra ejercidos por parte del Estado
espaol desde el momento en que los caciques de la no-
bleza indgena dejaron de ser tiles a la empresa colonial.
Un aspecto de especial inters consiste en que, a pe-
sar de todo, ms all del desgaste y los efectos adversos
acumulados en los episodios de cada litigio, hasta entrado
el siglo xix los Istolinque conservaron la fuerza de la me-
moria de su linaje, que si bien termin por diluirse, con-
tribuy durante tres siglos a sostener la identidad de su
grupo social.
-
EXPEDIENTE 13
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62 fojas, sin numeracin, la cual ha sido marcada por nuestra
parte): Testimonio de Reales Cdulas e Mercedes de Tierras
y Armas e informacin dada por Don Jos Patio Ystolinque y
Guzmn, perteneciente as a este como a Don Bartolo, Doa
Antonia y Doa Romana del Sacramento Patio Ystolinque y
Guzmn, como en dichos testimonios se contiene, (36 fojas
a. y r) [aos: 1551; 1578; 1583; 1534; 1555; 1687; 1688; 1738;
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-
DIARIO DE CAMPO14
La semblanza de Ylotl Gonzlez, que presento como un modesto homenaje a su trayectoria acadmica, forma parte
del proyecto de investigacin que llevo a cabo y cuyo prop-
sito principal es dar a conocer la produccin antropolgica
en Mxico, en especial la del Instituto Nacional de Antropo-
loga e Historia, con el fin de hacer una contribucin para la
historia de la antropologa. El proyecto incluye, por supuesto,
la semblanza de los investigadores, porque existe una estre-
cha e inseparable vinculacin, proximidad e intimidad entre
el investigador como persona, en sus circunstancias de vi-
da, con la obra que produce. Tambin tiene otra finalidad:
indagar acerca de los cambios que esta produccin cientfi-
ca ha tenido en el transcurso del paso de la modernidad a la
posmodernidad. Pienso en los cambios de orden cualitativo,
aqullos producto del abandono de ciertos paradigmas, o los
ocurridos por la puesta en marcha de otros dispositivos te-
ricos y epistemolgicos, que son los que ahora me ocupan.
Sabemos que muchos investigadores del inah, de la unam y
de otras instituciones (por ejemplo Kirchhoff y Lpez Austin)
han hecho escuela al formar discpulos y formas de guiar
la investigacin. Tambin creemos conocer quines son sus
discpulos. Es lo que estamos indagando. Por otro lado, se
abren nuevos campos de investigacin (como la transdisci-
plinariedad y el estudio de la complejidad, el de arqueoas-
tronoma y otros con enfoque neoevolucionista, por citar
algunos). Por eso queremos conocer la nueva produccin
cientfica o la continuidad de las escuelas y paradigmas pre-
existentes. En resumen, como una parte de la generacin de
cientficos han producido su obra entre dos pocas histricas
distintas, pienso en la necesidad de conocer si tales lapsos o
periodos de la historia han modificado sus lneas de pensa-
miento o si han incidido para trabajar con otras temticas.
Los tiempos a que me refiero se denominan modernidad
y posmodernidad. Hace ya ms de 60 aos que los cient-
ficos, sobre todo en el campo de la antropologa filosfica,
de la sociologa y de la economa, llaman la atencin sobre
los fenmenos que transforman a las sociedades y modifican
las formas de estar en el mundo tanto a nivel social como a
escala personal. Esta nueva manera recibe varios nombres:
globalizacin, mundializacin, aldea global, modernidad
lquida, tiempos hipermodernos y un significativo etctera.
Como quiera que se les desee denominar, las nuevas formas
impactan a nuestro mundo sobre todo en el rengln de la
desigualdad a escala planetaria, la cual alcanza a millones
de seres humanos relegados a un estado de pobreza extrema,
adems de que produce lo que algunos filsofos han llamado
la descolocacin del sujeto. Lo anterior ya est asumido por
nuevas generaciones de socilogos, historiadores y antrop-
logos dedicadas a analizar los cambios en las sociedades in-
dgenas y en las minoras que se mueven por el planeta.
Como mencionamos antes, el presente que vivimos es
denominado por Lyotard como posmodernidad;1 otros, como
Lipovetsky, hablan de hipermodernidad (Lipovetsky y Serroy,
2010); por su parte, Bauman (2007) define a la sociedad ac-
tual como la edad del vaco o de tiempos lquidos. Pero todos
coinciden en que se trata de una poca en la cual el Estado
transfiere a la iniciativa privada la gestin cultural en tanto * Por requerimientos de formato de Diario de Campo, sta es una versin abreviada de una conferencia dictada en la Academia Mexicana de Ciencias Antropolgicas el 10 agosto de 2011.** Posgrado en Antropologa Social, enah.
La produccin cientfica del inah. La obra de la doctora Ylotl Gonzlez Torres*Lina Odena Gemes H.**
A la magnolia se le llama Ylotl en lengua nhuatl.
1 Se considera que el trmino posmodernidad fue acuado por Jean-Franois Lyotard, que en La condicin posmoderna. Informe sobre el saber (1987) lo us para hacer su crtica a la sociedad actual.
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QUEHACERES 15
que el propio Estado gestiona los miedos, la incertidumbre
y la desesperanza. Michael Hardt y Antonio Negri (2000) ha-
blan de el Imperio materializado ante nuestros ojos en esta
etapa de irreversible globalizacin de los intercambios eco-
nmicos y culturales. No es ste el lugar para hablar de todas
las posiciones acerca de la posmodernidad. Slo le robar a
la semblanza de la doctora Gonzlez Torres unas cuantas
lneas para explicar de manera breve qu se entiende en las
ciencias sociales por modernidad y posmodernidad, ya que
en este contexto ubicamos la produccin antropolgica.
En la nomenclatura, definiciones y cronologas con-
vencionales, la modernidad se inici en el siglo xv, con el
abandono tanto de los cnones de la sociedad medieval
como de la tradicin, y con el paulatino distanciamiento
de las relaciones entre Iglesia y Estado. De igual manera se
abandonaron las formas de produccin preindustriales y se
inici la paulatina desaparicin de sociedades rurales. La
modernidad comenz con la industrializacin y la aparicin
de las fbricas. Debido a que fue cuando surgi el trabajo en
serie, tambin se le conoce como fordismo. La modernidad
siembra sus races ideolgicas en la razn,2 en los postu-
lados de la Ilustracin3 y en los de la Revolucin francesa
que originaron el concepto de Estado-nacin. Aqu el poder
se concentra en un solo centro: la modernidad es la crea-
dora de un discurso donde igualdad, progreso y bienestar
crean lo que Lyotard denomin como un metarrelato de la
historia que enfatiza en el porvenir ms que en el pasado.
Las grandes palabras-ideas que movilizaron a los hombres
de la modernidad occidental se dieron en aras de la ver-
dad, la libertad, la justicia y la racionalidad. En suma, como
concepto filosfico y sociolgico se le puede definir como
el proyecto de imponer la razn como norma trascenden-
tal a la sociedad. Para la filsofa Amalia Quevedo (2001) la
modernidad tiene, entre otras, las siguientes caractersticas:
poca que sigue a la Edad Media.
Nace en Francia con Descartes.
Uno de sus grandes hitos es la Ilustracin.
Se extiende de Descartes a Habermas.
Innovacin, novedad, dinamismo.
Razn: fuente del progreso en el conocimiento y en la
sociedad, lugar de la verdad y fundamento de los sis-
temas de conocimiento (ciencia) y de accin (poltica).
Racionalismo, verdad apodctica.4
Pretensiones universales y totalizandoras.
Macroteoras.
Representacin.5
Orden, significado.
Poltica: partidos, parlamento, uniones comerciales.
Arte: vanguardias, negacin, disidencia.
Los defensores de la modernidad acusan a la posmo-
dernidad de relativismo, irracionalismo y nihilismo.
Considero que a las caractersticas citadas hay que agregar,
como otra ms, el estructuralismo de Ferdinand de Saussu-
re en lingstica, y en antropologa, en especial en etnologa
y cultura, la obra de Claude Lvi-Strauss. De manera gene-
ral se entiende que estructura es la interrelacin de partes
en el interior de un sistema (Quevedo, 2001).6
La posmodernidad no es una poca que se halle despus
de la modernidad como etapa de la historia. El pos- de la
posmodernidad, a juicio de Gianni Vattimo (1988),7 es es-
pacial antes que temporal. Esto quiere decir que estamos
sobre la modernidad. La posmodernidad no es un tiempo
concreto de la historia ni del pensamiento, sino una condi-
cin humana determinada, como insina Lyotard en La con-
dicin posmoderna (1987: 7).Otro pensador de la condicin
humana, anterior a Lyotard, fue Gnther Anders, filsofo y
discpulo de Heidegger y Cassirer,8 que observ una suer-
te de descolocacin del sujeto y de vaco existencial en la
sociedad. El propio nombre de su libro La obsolescencia del
hombre es indicativo de que el cambio de la humanidad va
en contra del hombre mismo. En sus palabras, su obra es:
4 Apodctico: concluyente; que demuestra la cosa de que se trata sin dejar lugar a duda o discusin.5 La teora no refleja especularmente la realidad; todo conocimiento est lingstica e histricamente mediado.6 Para el conocimiento y discusin de la estructura y los sistemas, va-se Buckley (1993).7 Para algunos, el filsofo Gianni Vattimo es el fundador de la posmo-dernidad filosfica y el maestro del pensamiento dbil frente al pensa-miento dogmtico, violento o fundamentalista. Su libro El pensamiento dbil (1998) es un encuentro sobre posmodernidad y nihilismo entre l (Turn), su discpulo Santiago Zabala (Roma) y Andrs Ortiz-Oss (Deus-to). Los tres pensadores pertenecen al movimiento hermenutico funda-do por Heidegger y Gadamer. El pensamiento dbil, a decir de Vattimo, busca debilitar al ser, o sea, dejar de atribuirle caractersticas fuertes (desde todo punto de vista) para reconocerlo, en cambio, ligado al tiem-po, a la vida y a la muerte. Slo as, afirma Vattimo, ser posible la emancipacin humana, la progresiva reduccin de la violencia y de los dogmatismos. 8 Anders fue un pacificista, colaborador de Bertolt Brecht y por tanto perseguido por los nazis, compaero de estudios de Hannah Arendt, con quien estuvo casado de 1929 a 1936 y que mantuvo una corres-pondencia epistolar con Claude Eatherly, el piloto aviador encargado de evaluar el objetivo de la bomba atmica lanzada en Hiroshima. De la
2 Por nuestra parte entendemos, con Gadamer (2000: 57), que la razn consiste siempre en no afirmar ciegamente lo tenido por verdadero, sino en ocuparse en ello crticamente. 3 La mxima fundamental de la Ilustracin, atrvete a usar tu razn, ha inaugurado la moderna cultura cientfica (Gadamer, 2000: 67).
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DIARIO DE CAMPO16
[] una antropologa filosfica en la poca de la tecno-
cracia, entendida sta como el hecho de que el mundo
en que hoy vivimos y que se encuentra por encima de
nosotros es un mundo tcnico, hasta el punto de que ya
no nos est permitido decir que, en nuestra situacin
histrica, se da entre otras cosas tambin la tcnica, si-
no que ms bien tenemos que decir que, ahora, la his-
toria se juega en la situacin del mundo denominada
tcnica y, por tanto, la tcnica se ha convertido en la
actualidad en el sujeto de la historia, con la que nosotros
slo somos an co-histricos.9
Hasta aqu un poco de teora sobre modernidad y posmo-
dernidad para volver al jardn de la flor del corazn, Y-
lotl, Yolotzin, quien me otorg su confianza y proporcion
informacin de su vida personal y acadmica, esta ltima
ampliamente reconocida en el medio intelectual.
Cmo empezar una semblanza de Ylotl cuando, con
menos de un ao de edad, estuvo en las Islas Maras y
tiempo despus pasaba largas jornadas en el hospital psi-
quitrico La Castaeda? Empecemos diciendo que es meso-
americanista e hinduista, aunque aborda otros campos de la
investigacin social, como el estudio de los movimientos de
revival; por ejemplo, el creciente movimiento de la mexica-
nidad y otras temticas de la cultura. En una ponencia pre-
sentada en 1988 durante el Primer Coloquio Paul Kirchhoff
y en un artculo reeditado hace poco tiempo, Etnologa o
etnohistoria, ella se presenta, en lo profesional y para des-
lindarse de la etnohistoria, de la siguiente manera:
Quisiera empezar con una profesin de fe: soy etn-
loga. Escog esta carrera despus de incursionar en la
medicina porque fue la que llenaba mis inquietudes
intelectuales Particularmente me atrajo siempre la
otredad de culturas que no fueran las nuestras; por ello
es que me fui a la India a estudiar por ms de dos aos
[] mi beca fue para el Departamento de Antropologa
de la Universidad de Delhi [] En Mxico fui adems
alumna, creo que bastante cercana, de Paul Kirchhoff,
con quien compart muchas inquietudes profesionales,
entre ellas las referidas a las comparaciones y la histo-
ria cultural [] El mtodo caracterstico de la etnologa
es el comparativo y su finalidad es establecer leyes apli-
cables en todas las sociedades (Gonzlez Torres, 2010:
141,143,148).
Se puede estar o no de acuerdo con su aseveracin acerca
de que la etnologa tenga como finalidad establecer leyes
generales, lo que no resta ningn mrito a la obra de esta
importante investigadora. Como si tal cosa fuese posible.
Como discpula de Paul Kirchhoff, sus estudios sobre el
Mxico antiguo se iniciaron y consolidaron bajo la rigurosa
metodologa comparativa y del conocimiento de las reas
culturales postulada por este insigne maestro. Su prepara-
cin como antroploga la debe, adems, a Barbro Dahlgren,
a Arturo Monzn, a quien recuerda con mucha admiracin
y del que considera que no se le ha hecho justicia ni reco-
nocimiento en nuestro medio. Otros profesores fueron Igna-
cio Bernal, Roberto J. Weitlaner, Wigberto Jimnez Moreno,
Juan Comas, Pedro Bosch Gimpera, Pablo Martnez del Ro
y Francisco de la Maza. Otra influencia la ejerci la doctora
Isabel Kelly, con quien estableci, a lo largo del tiempo, una
gran amistad. Con ella realiz uno de sus trabajos de cam-
po sobre medicina en Santiago Tuxtla, Veracruz, en el que
participaron Hctor Garca Manzanedo y su esposa Catalina
Grate, as como la hoy destacada antroploga Mara Euge-
nia Vargas. Estos estudiantes vivieron el rigor de la doctora
Kelly, que con la Gua de Murdock en mano los prepar para
realizar los registros y efectuar el diario de campo. Uno de
sus profesores ms cercanos en la enah fue el gran artista
Miguel Covarrubias, a quien haba conocido en la Escuela
de Danza de Bellas Artes, donde Ylotl estudi una tempo-
rada. La relacin con Covarrubias la acerc a su mujer, la
pintora Rosa Rolanda. En la danza tambin haba conocido
a Roco Sagan, el amor inesperado, violento y apasionado
de Covarrubias. Ylotl y el grupo de amigos que rodeaban a
este gran artista y musegrafo vivieron con cierta incomo-
dad la nueva situacin del maestro.
Estamos en la dcada de 1950. En la enah haba un gru-
po de grandes e ntimos amigos que se conocan de la
Escuela de Pintura La Esmeralda, como Jorge Angulo, de
donde pasaron a estudiar antropologa. Por cierto que
en esa poca Ylotl fue musa de varios artistas. Conserva
un retrato que le hizo ker Larrauri y otro que le hizo el
maestro Nishizawa cuando ella tom cursos con l en San
Carlos, donde se code con artistas como los Coronel. El
correspondencia con este piloto paria y vctima, internado en un hos-pital de veteranos, Anders public un documento llamado Burning Conscience (Ms all de los lmites de la conciencia): un documento sobre el miedo, la irracionalidad, la desesperacin. A raz de la publica-cin de El piloto de Hiroshima (2002) Anders fue calificado como comu-nista y persona non grata en Estados Unidos. Informacin en lnea sobre el autor [http://es.wikipedia.org/wiki/G%C3%BCnther_Anders].9 La obra fue publicada por la editorial valenciana Pre-Textos [http://www.pre-textos.com/prensa/?tag=gunther-anders].
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QUEHACERES 17
retrato que ms le gusta es precisamente el que le hizo
Larrauri, quien se convertira en destacado pintor y mu-
segrafo. Tambin conserva un retrato de la paleta del in-
geniero Heberto Castillo, amigo de la familia. Otros amigos
y compaeros en la enah fueron Paco Gonzlez Rull, Carlos
Navarrete, Queta Ramos Chao, Rodolfo Stavengahen, Csar
Tejeda, Leonel Durn y tantos ms.
Ylotl saba de muchas maneras que una forma de co-
nocimiento se obtiene por medio del viaje que a la vez es
una travesa a otros territorios y al interior de uno mismo.
En 1957 el profesor Guillermo Garcs, quien formaba par-
te de una organizacin de estudios orientales con Antonio
Monzn (hermano de Arturo), la ayud a obtener una beca
de la Indian Council for Cultural Relations (iccr), empujada
y apoyada por Kirchhoff se fue con 200 rupias mensuales
ms el pago de comida e internado. All entabl contacto
con un agregado cultural de apellido McGregor, amigo de
su mam; se reencontr con Garcs y conoci al enton-
ces sacerdote Felipe Pardinas, quien aval sus estudios de
antropologa en Mxico, por lo que consideraba que ella
estaba lista para hacer su doctorado en la Universidad de
Delhi. Pardinas la invit desde entonces a colaborar con l
una vez que regresara a Mxico. El sacerdote era amigo de
Sonia Lombardo y de Luis Lesur, prometido de Ylotl en
aquel entonces y con quien contraera nupcias a su regreso
de la India. El padre Pardinas los cas. De este matrimo-
nio nacieron Shanti y Luis. Ella est preparando la biografa
y ordena el archivo de Natalia Baquedano, ta abuela de
Ylotl, considerada como la primera fotgrafa mexicana.
Shanti le ha dado dos nietos maravillosos. El inolvidable
Luis fue conocedor profundo de estrellas y constelaciones,
donde ahora se encuentra encendiendo luminarias, all por
las esferas celestes, segn un orden y misterio que l cono-
ca y nos est vedado.
En el internado para nias ortodoxas en la India haba
muchas restricciones y Ylotl tena que firmar el libro de las
personas a las que poda o no visitar. Fue gracias a Pardinas
que sali con el maestro Sing y su esposa, que profesaban
la religin sikh. Juntos viajaron a Hinachl Pradesh y al Pun-
jab, cerca de Pakistn. Este antroplogo, como muchos en
esa poca, era especialista en el estudio de las tribus, y
a Ylotl le interesaba ms el estudio de las reas cultura-
les; ms tarde viaj con su amiga hind Gossi, con quien
mantiene una gran amistad. Se fueron al Himalaya, viajaron
por el Ganges hasta Shillong, en el oriente de la India. En
esa ocasin encontr alojamiento en la que fue casa de
campo del escritor Rabindranath Tagore, cuya duea era
miembro del Parlamento. Despus la propia Universidad de
Delhi la relacion con el antroplogo Nirmal Kumar Bose,
que viva en Calcuta, haba sido secretario de Gandhi y era
especialista en arquitectura y reas culturales. All empez
la especializacin de Ylotl en el conocimiento de la diver-
sidad cultural de la India, pas al que ha vuelto en varias
ocasiones en plan profesional y de trabajo.
Al leer parte de la obra de la investigadora, con motivo de
la preparacin de esta semblanza, me llam la atencin su
gran conocimiento y erudicin acerca de las sociedades neo-
lticas de la India; de las migraciones ocurridas en un pasado
remoto en el sureste asitico; de los idiomas austronesios;
de los pueblos navegantes que influyeron en zonas como
la isla de Pascua, en Sudamrica; de la influencia de la cul-
tura jomn en Valdivia, Ecuador, y de sus preocupaciones
para despejar la existencia o no de las relaciones transpac-
ficas postuladas, entre otros, por Paul Rivet, aunque ella no
slo lo cita a l, sino a buena cantidad de investigadores que
han tratado estos temas. En una de nuestras conversaciones
rese que cuando lleg a realizar sus estudios a la India, all
predominaba el estudio de las tribus, y a ella le interesaba
el estudio de las culturas tradicionales, de las reas cultura-
les, de las culturas urbanas modernas y de la religin Qu es
una tribu en ese contexto? As despej mi ignorancia:
Las tribus no son hinds, ni musulmanes, ni cristia-
nos, ni castas; son grupos aborgenes, los ms anti-
guos de la India. Por ejemplo, los nagas del noreste
de la India que tienen relacin con el suroeste de la
India. Los nagas eran cazadores de cabezas convertidos
al metodismo en su mayora. Tambin hay amgaminagas;
hay grupos kasis de organizacin matrilineal. Los kasis
son austronesios y los nagas de lengua sinotibetana (co-
municacin personal, 29 de junio de 2011).
Aunque se queja de su mala memoria, la respuesta anterior
fue rpida y erudita, sin consultar notas. Ylotl es una gran
conocedora de la India y es una pena que para estos temas
no tenga muchos interlocutores, como s los hay para sus
investigaciones sobre cultura y religin del Mxico antiguo,
a las que ha estudiado buscando, como ya he mencionado,
comparaciones con Asia, y con la India en particular, como
se aprecia en su artculo La prostitucin en las sociedad
antiguas (Gonzlez Torres, 2009:160-190), donde analiza
la presencia de las auianime en la sociedad mexica y la di-
versidad de hierdulas o prostitutas sagradas en Mesopota-
mia, India y otras regiones del mundo.
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DIARIO DE CAMPO18
A su regreso, Felipe Pardinas estaba por crear la
Escuela de Antropologa en la Universidad Iberoame-
ricana y renov su invitacin a Ylotl para colaborar
con l. As, de 1960 a 1963 ocup la Direccin del Centro
de Estudios Asiticos, y despus fungi como secretaria
ejecutiva de la Escuela de Antropologa de esa universidad.
En la primera generacin de maestros participaron Ignacio
Bernal, Wigberto Jimnez Moreno, Morris Swadesh, Luis
Lesur y la propia Ylotl, que empez all su larga trayecto-
ria como docente impartiendo la materia Mito y religin.
Entre los primeros alumnos recuerda a Luz Mara Valds,
Ana Elena Baz, Pablo Tacayama y Carmen Aguilera. As
empez una carrera ascendente como investigadora y do-
cente. Ya haba obtenido su ttulo de maestra con la tesis
El culto a los astros entre los mexica, y tiempo despus
hara su doctorado en la unam, el mismo que culmin con
su tesis El sacrificio humano entre los mexica. Tambin
en la unam ha impartido la asignatura Introduccin a las
culturas de Asia en la Facultad de Filosofa y Letras desde
1998 hasta la fecha, y en esa misma casa de estudios ocu-
p, entre 1966 y 1967, la Secretara Ejecutiva del Centro de
Estudios Orientales.
Adems de sus actividades de investigacin y docencia,
de 1977 a 1983 ocup la Jefatura del Departamento de Et-
nologa y Antropologa Social del inah, y de 1983 a 1993 fue
directora del Museo de El Carmen, a cargo del mismo institu-
to. No podremos resear aqu su numerosa participacin en
encuentros nacionales e internacionales. Slo mencionar
algunos para demostrar la relevancia de mi estimada colega.
As pues, fungi como secretaria de organizacin interna del
XXXV Congreso Internacional de Americanistas. De 1972 a
1973 fue coordinadora del Seminario de Estudios de las Reli-
giones Prehispnicas en el Centro de Investigaciones Bsicas
en Antropologa del inah (ceba, despus cisinah y posterior-
mente ciesas). De 1972 a 1990 fungi como secretaria de la
Sociedad Mexicana para el Estudio de las Religiones (smer), y
de 1982 a la fecha ha sido coordinadora en Mxico de la Co-
misin de Antropologa Urgente (Commision of Urgent An-
thropology) de la Union of Anthropological and Ethnological
Sciences (uiaes). Hasta la fecha tambin es coordinadora del
seminario permanente de Antropologa, Psicoanlisis y Reli-
gin. Es investigadora de tiempo completo en la Direccin de
Etnologa y Antropologa Social del inah (deas) y miembro del
Sistema Nacional de Investigadores (sni), nivel III.
Durante nuestras entrevistas brotaron recuerdos y nos-
talgias, nombres de amigos y memorias de trabajos reali-
zados, como el que hicieron bajo la direccin de Teodoro
Gonzlez de Len y Luis Lesur (que, por cierto, era muy
buen mozo). En este proyecto participaron la propia Ylotl,
mi compaera y gran amiga Aura Marina Arriola (in me-
moriam), Elio Alcal, Margarita Nolasco y Too Cedillo (los
dos ltimos tambin ya fallecidos), Csar Tejeda y Gastn
Kerriu. Tambin evoc el primer trabajo en el inah despus
de que dej la Ibero, la misma que ya haba abandonado
el padre Pardinas para irse a estudiar a la enah, colgar los
hbitos y contraer matrimonio.
Ylotl ingres al Departamento de Investigaciones His-
tricas del inah, entonces dirigido por el profesor Wigberto
Jimnez Moreno y donde colaboraban, entre otros investi-
gadores, nuestras estimadas colegas emritas Tita Braniff y
Alicia Olivera Sedano, as como Mayn Cervantes, mi que-
rida compaera que ahora preside la Academia Mexicana
de Ciencias Antropolgicas (amca). Tiempo despus, cuan-
do los doctores Beatriz Barba de Pia Chan y Julio Csar
Oliv Negrete (tambin ya fallecido) tuvieron por encargo
del inah la subdireccin y direccin, respectivamente, del
Museo Nacional de las Culturas, Ylotl ingres all, pri-
mero como encargada de las exposiciones temporales y
despus como especialista y curadora de las culturas de
Asia. Entonces trabajaban en el museo Mara Elena Mora-
les, Perla Valle (qepd) y Barbro Dahlgren (qepd), Ricardo
Ferr dAmare, Constanza Vega y Carmen Aguilera.
El padre de Ylotl, el doctor Ral Gonzlez Enrquez, fue
un destacado mdico psiquiatra, escritor de un gran nmero
de artculos derivados de su profesin as como de algunas
novelas. Don Ral fund la Asociacin Latinoamericana de
Estudios Psiquitricos, fue profesor en varias instituciones,
ocup cargos importantes en el sector salud y tuvo tambin
bajo su responsabilidad algunos pabellones de enfermos
mentales en La Castaeda. Adems de docente en varias
instituciones, fue profesor en la enah, donde imparti la
asignatura Psicodinamia de las culturas desde 1950. Su
esposa y madre de Ylotl fue la mdica oftalmloga Cle-
mentina Torres Baquedano, amiga muy cercana de las doc-
toras Matilde Rodrguez Cabo y Esperanza Cano, mdicas
prominentes de esa poca.
Y quin lo iba a imaginar? Ylotl pas sus primeros ai-
tos en las Islas Maras. Tambin, con su hermano Ral Xumin,
pas largas jornadas en el manicomio general de La Castae-
da. Resulta que el doctor Gonzlez formaba parte del Conse-
jo Supremo de Defensa y Prevencin Social de la Secretara
de Gobernacin y en 1933 fue enviado por la Direccin de
Prevencin Social como mdico psiquiatra para estudios
de criminologa a aquellas nsulas. En la Nota biogrfica
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QUEHACERES 19
publicada por Ylotl en el libro de su padre Notas para la in-
terpretacin del pensamiento mgico, que prolog de manera
amplia y erudita quien fue su discpulo en la enah, el antrop-
logo Claudio Esteba (Gonzlez, 2010: 435-453), leemos:
Era entonces director del penal el general Francisco
Mgica, quien ejerca un rgimen desptico y autori-
tario. Gonzlez Enrquez se atrevi a criticar el des-
empeo del general y esto le trajo represalias [] Su
estancia en el penal suscit su inters por los estudios
criminolgicos, a los que dedic muchas conferencias,
ponencias y publicaciones, entre otras la investigacin
sobre la psicodinamia de los delincuentes. Prepar el
proyecto para la creacin del anexo psiquitrico de la
isla Mara Madre, Nayarit, y el libro El problema sexual
del hombre en la penitenciara. Despus ingres a la
Academia de Ciencias Penales.
Cuenta Ylotl: Como mi nana era una reclusa, me llevaba
a pasar lista por la maana. Dicen que aprend muchas gro-
seras. Los doctores Clementina Torres Baquedano y Ral
Gonzlez procrearon a Ylotl y a sus hermanos menores,
Ral Xumanin y Yani Dina Alejandrina, nueve aos menor
que Ylotl y arquitecta muy vinculada con el inah. Despus
del trabajo profesional de ambos en la Islas Maras, los dos
trabajaron en La Castaeda, en distintos pabellones, donde
los nios Ral y Ylotl conocan a muchos pacientes, ya
que pasaban all largas horas en espera del fin de la jorna-
da. Entre las mltiples actividades del doctor Gonzlez hay
que mencionar que l y la doctora Isabel Kelly tuvieron
a su cargo en Mxico un programa patrocinado en Esta-
dos Unidos, cuya finalidad era preparar en lo profesional a
enfermeras psiquitricas. Una vez que termin uno de los
cursos, el grupo decidi tomar unas vacaciones en Teco-
lutla. La doctora Kelly qued en tierra y siete de ellos toma-
ron una embarcacin, la cual naufrag: jams encontraron
a un solo sobreviviente. El doctor dej sobresalientes
discpulos como Aniceto Aramoni, Jos Luis Gonzlez
Chagoyn y Santiago Ramrez. El doctor Gonzlez y otros
colegas, como el doctor De la Fuente, contribuyeron para
que Eric Fromm, que ya haba llegado a Mxico pero por
razones de salud de su esposa viva en Ixtapan de la Sal, se
trasladara a la ciudad de Mxico, donde se origin y renov
la psiquiatra y se introdujo el psicoanlisis.
Muchos recuerdos relatados por Ylotl se quedan en mis
notas. Lo ms conveniente es invitarlos a leer su vasta obra
mientras Shanti se decide a hacer una biografa completa.
Slo me queda por ahora, adems de volverle a agradecer
la confianza que me otorg, dar sus generales:
Naci en la ciudad de Mxico el 7 de marzo de 1932 con
el nombre de Ylotl Lucrecia Clementina, y ya es hora de
nombrarla investigadora emrita del inah.
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