Diario de Campo 09

116
  COORDINACIÓN NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA / INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA  DIARIO DE  CAMPO  NUEVA ÉPOCA / JULIO-SEPTIEMBRE 2012 9 Treinta años de refugio guatemalteco en México La mirada fotográfica Ricardo Ramírez Arriola El paisaje mexicanista Hugo Brehme

description

Diario de campo 9 segunda época

Transcript of Diario de Campo 09

  • COORDINAC IN NAC IONAL DE ANTROPOLOGA / INST ITUTO NAC IONAL DE ANTROPOLOGA E H I STOR IA

    DIARIO DE CA

    MPO

    NUEV

    A PO

    CA

    9

    DIARIO DE CAMPO NUEVA POCA / JUL IO-SEPT IEMBRE 20 12

    9

    Treinta aos derefugio guatemalteco en Mxico

    La mirada fotogrficaRicardo Ramrez Arriola

    El paisaje mexicanistaHugo Brehme

    Sucesin, herencia y conflicto en el linaje Istolinque,caciques de la nobleza indgena colonial de Coyoacn Segunda parte 4Gilda Cubillo Moreno

    La produccin cientfica del inah. La obra de la doctora Ylotl Gonzlez Torres 14Lina Odena Gemes H.

    Malintzin: el personaje 20Denisse Rebeca Gmez Ramrez

    Cerro de Coamiles, Nayarit: un sitio emblemticoAztatln del septentrin costero mesoamericano 24Mauricio Garduo Ambriz

    Auge, estabilidad, cambio y declive en las organizaciones femeninas tejedoras indgenas 33Diana Macho Morales

    Mujeres tejedoras de Zinacantn, Chiapas 37Mara Eugenia Snchez Santa Ana

    Cambio y continuidad en la vestimenta zinanteca 40Paola Prez Merino

    Treinta aos de refugio guatemalteco en Mxico

    La fiesta por la memoria y la cultura 43Vernica Ruiz Lagier

    Las comunidades de retornados, ms difcil todava 51Manuela Camus Bergareche

    Gente en movimiento, cruzando lmites y fronteras.Entre el estar y no poder estar plenamente 56Fernando Limn Aguirre

    La reconstruccin de la memoria y los significadosdel refugio guatemalteco en Maya Tecn,Champotn, Campeche 60Betsabe Adriana Martnez Manzanero

    Refugio guatemalteco; asentamiento definitivoy desarrollo comunitario en Campeche 64Marco Antonio J. L. Carvajal Correa

    Reencuentro por la memoria histrica de lasComunidades de Poblacin en Resistenciadel Ixcn, una necesidad de mostrarse desdela vida es lucha y se lucha siempre! 69Prxedes Muoz Snchez

    La mirada fotogrficaRicardo Ramrez Arriola 79Octavio Hernndez Espejo

    El paisaje mexicanistaHugo Brehme 88Benigno Casas

    Migracin guatemalteca:el punto de vista de Ricardo Falla Snchez 100Alma Olgun Vzquez

    Nicanor Rebolledo, Escolarizacin interrumpida. Un caso de migracin y bilingismo indgena en la ciudad de Mxico, Mxico, Universidad

    Pedaggica Nacional (Ms textos, 26), 2007 103Marta Romer

    Mara Esther Acevedo Valds, Benito Jurez Maza 1852-1912. Por ser hijo del benemrito. Una historia fragmentada, Mxico, inah, 2011 104

    Octavio Augusto Montes Vega, Hroes pioneros, padres y patrones. Construccin de la cultura poltica en los pueblos del Medio Balsas (Tierra Caliente de Michoacn y Guerrero), Mxico, El Colegio de Mi-choacn/inah-Conaculta, 2011 105Jos Atilano Flores

    LOS NAIPES DE LIZARDI 108Denise Hellion

    SIMPOSIO CULTURA Y ALIMENTACIN EN MXICO 110

    EXPOSICIN MIRADAS COMPARADAS EN LOS VIRREINATOSDE AMRICA. MXICO Y PER 110

    COSTUMBRE

    INCURSIONES

    QUEHACERES

    EXPEDIENTE

    CARA A CARA

    PORTAFOLIO

    EXCURSIONES

  • Consejo Nacional para la Cultura y las Artes

    Consuelo Sizar

    Presidenta

    Instituto Nacional de Antropologa e Historia

    Alfonso de Maria y Campos

    Director General

    Miguel ngel Echegaray

    Secretario Tcnico

    Eugenio Reza

    Secretario Administrativo

    Francisco Barriga

    Coordinador Nacional de Antropologa

    Benito Taibo

    Coordinador Nacional de Difusin

    Hctor Toledano

    Director de Publicaciones, CND

    Gloria Falcn

    Subdirectora de Vinculacin y Extensin Acadmica, CNA

    Benigno Casas

    Subdirector de Publicaciones Peridicas, CND

    Las vietas que ilustran este nmero fueron

    tomadas de The Pepin Press, Graphic Ornament, 2007.

    Diario de Campo

    Nueva poca, nm. 9, julio-septiembre 2012

    Director

    Francisco Barriga

    Consejo Editorial

    Carmen Morales, Dora Sierra,

    Sal Morales, Jos Antonio Pompa

    Coordinacin editorial

    Gloria Falcn

    Coordinadora de Expediente

    Vernica Ruiz Lagier

    Asistente de edicin

    Enrique Gonzlez

    Cuidado editorial y diseo

    Raccorta

    Administracin

    Sandra Zamudio

    Investigacin iconogrfica

    Mariana Zamora

    Apoyo secretarial

    Alejandra Turcio

    Envo zona metropolitana y estados

    Marco A. Campos, Fidencio Castro, Juan Cabrera,

    Concepcin Corona, Omar Gonzlez, Graciela Moncada

    y Gilberto Prez

    Imagen de portada

    Ricardo Ramrez Arriola, Familia kanjobal,

    comunidad El Colorado-Nueva Libertad,

    municipio La Trinitaria, Chiapas.

    Diario de Campo, nueva poca, nm. 9, julio-septiembre de 2012, es una publicacin trimestral editada por el Institu-

    to Nacional de Antropologa e Historia, Crdoba 45, Col. Roma, C.P. 06700, Deleg. Cuauhtmoc, Mxico, D.F. Editor

    responsable: Hctor Toledano. Reservas de derechos al uso exclusivo nm.: en trmite. ISSN: en trmite. Licitud de t-

    tulo: en trmite. Licitud de contenido: en trmite. Domicilio de la publicacin: Insurgentes Sur 421, sptimo piso, Col.

    Hipdromo, C.P. 06100, Deleg. Cuauhtmoc, Mxico, D.F. Imprenta: Offset Rebosn, S.A. de C.V., Av. Acueducto 115,

    Col. San Lorenzo Huipulco, C.P. 14370, Deleg. Tlalpan, Mxico, D.F. Distribuidor: Coordinacin Nacional de Difusin

    del inah, Insurgentes Sur 421, sptimo piso, Col. Hipdromo, C.P. 06100, Deleg. Cuauhtmoc, Mxico, D.F. Este nme-

    ro se termin de imprimir el 30 de septiembre de 2012, con un tiraje de 2 000 ejemplares.

    NORMAS EDITORIALES PARA COLABORAR EN DIARIO DE CAMPO, NUEVA POCAPublicacin trimestral de la Coordinacin Nacional de Antropologa-inah

    Toda colaboracin enviada para su publicacin deber ser indita,

    con una extensin no mayor de 9 cuartillas (una cuartilla es igual

    a 1800 caracteres, en tanto 9 cuartillas equivalen a 16 200 carac-

    teres), incluyendo bibliografa, y observar las siguientes normas:

    1. El texto se presentar en archivo Word, justificado a lo ancho

    y con interlineado de espacio y medio, sin formatos especia-

    les o plantillas.

    2. La fuente ser Arial de 11 puntos, con ttulo en altas y bajas,

    en negritas. El nombre del autor incluir una llamada al pie,

    con asterisco, en la que se indique su adscripcin o institu-

    cin acadmica de procedencia, junto con correo electrnico.

    3. Las citas textuales que excedan los cinco renglones se inclui-

    rn a bando (sangradas) y en tipo menor, sin comillas, con

    su respectiva referencia consignada al final y entre parnte-

    sis (Jakobson, 1990 [1949]: 296-297).

    4. Las notas a pie de pgina sern solamente aclaratorias y en

    caso de aparecer una sola se usar asterisco. Si su nmero

    es mayor se utilizar numeracin arbiga progresiva.

    5. Las referencias o bibliografa consultada se citar al final del

    escrito en orden alfabtico de acuerdo con los apellidos de

    sus autores. Se observar el siguiente formato:

    a) Para artculos:

    Apellidos, Nombre del autor, Ttulo del artculo, en Nom-

    bre de la publicacin, ciudad, Editorial o Institucin editora,

    vol., nmero, periodo que abarca, ao, pginas consultadas.

    b) Para libro:

    Apellidos, Nombre del autor, Ttulo de la obra, ciudad, Edi-

    torial (Nombre de la coleccin, nmero), ao, pginas

    consultadas.

    c) Para captulos de libro:

    Apellido, Nombre del autor, Ttulo del captulo, en Nom-

    bre de la obra, ciudad, Editorial, aos, pginas consultadas.

    d) Para las tesis:

    Apellido, Nombre del autor, Ttulo de la tesis, grado y

    especialidad obtenida, ciudad, Institucin acadmica, ao,

    pginas consultadas.

    e) Cuando se trate de un cdice, otros documentos u obras

    sin autor, el nombre de stos ocupar el lugar del autor y

    se resaltarn mediante cursivas. Ejemplo: Cdice de Dresde.

    6. Las reseas podrn ser sobre libros, documentales o discos, de

    reciente aparicin y vinculados a nuestra disciplina, con una

    extensin no mayor de 3 cuartillas.

    7. Las notas sobre coloquios, congresos y otras actividades aca-

    dmicas no excedern las 3 cuartillas.

    8. Las imgenes incluidas en los textos debern ir acompaadas

    con sus respectivos pies, los crditos correspondientes de au-

    tora, ao y procedencia. Los trmites de permiso de su uso

    recaern en los colaboradores que las utilicen.

    9. Adems de observar los permisos de uso, las fotografas y otras

    imgenes incluidas debern ser entregadas en blanco y ne-

    gro, en formato tif o jpg, en resolucin de 300 dpi, en tama-

    o media carta.

    10. Toda colaboracin deber entregarse impresa en papel bond

    carta, acompaada de su respectivo respaldo en CD, en for-

    mato Word.

    11. Los trabajos que no acaten estas normas editoriales no podrn

    publicarse en Diario de Campo.

    Las colaboraciones podrn enviarse o entregarse en la Subdireccin de Vinculacin y

    Extensin Acadmica de la Coordinacin Nacional de Antropologa-INAH, localizada

    en Av. San Jernimo nm. 880, col. San Jernimo Ldice, C.P. 10200, Mxico, D.F.,

    telfono: 4040-5400, ext. 4203; fax ext. 4204 y 4205.

    Correos electrnicos:

    [email protected]

    [email protected]

    Direccin en la web: http://www.antropologia.inah.gob.mx

  • ndice

    Presentacin 3

    Sucesin, herencia y conflicto en el linaje Istolinque,caciques de la nobleza indgena colonial de Coyoacn Segunda parte 4Gilda Cubillo Moreno

    La produccin cientfica del inah. La obra de la doctora Ylotl Gonzlez Torres 14Lina Odena Gemes H.

    Malintzin: el personaje 20Denisse Rebeca Gmez Ramrez

    Cerro de Coamiles, Nayarit: un sitio emblemticoAztatln del septentrin costero mesoamericano 24Mauricio Garduo Ambriz

    Auge, estabilidad, cambio y declive en las organizaciones femeninas tejedoras indgenas 33Diana Macho Morales

    Mujeres tejedoras de Zinacantn, Chiapas 37Mara Eugenia Snchez Santa Ana

    Cambio y continuidad en la vestimenta zinanteca 40Paola Prez Merino

    Treinta aos de refugio guatemalteco en Mxico

    La fiesta por la memoria y la cultura 43Vernica Ruiz Lagier

    Las comunidades de retornados, ms difcil todava 51Manuela Camus Bergareche

    Gente en movimiento, cruzando lmites y fronteras.Entre el estar y no poder estar plenamente 56Fernando Limn Aguirre

    La reconstruccin de la memoria y los significadosdel refugio guatemalteco en Maya Tecn,Champotn, Campeche 60Betsabe Adriana Martnez Manzanero

    Refugio guatemalteco; asentamiento definitivoy desarrollo comunitario en Campeche 64Marco Antonio J. L. Carvajal Correa

    Reencuentro por la memoria histrica de lasComunidades de Poblacin en Resistenciadel Ixcn, una necesidad de mostrarse desdela vida es lucha y se lucha siempre! 69Prxedes Muoz Snchez

    La mirada fotogrficaRicardo Ramrez Arriola 79Octavio Hernndez Espejo

    El paisaje mexicanistaHugo Brehme 88Benigno Casas

    Migracin guatemalteca:el punto de vista de Ricardo Falla Snchez 100Alma Olgun Vzquez

    Nicanor Rebolledo, Escolarizacin interrumpida. Un caso de migracin y bilingismo indgena en la ciudad de Mxico, Mxico, Universidad

    Pedaggica Nacional (Ms textos, 26), 2007 103Marta Romer

    Mara Esther Acevedo Valds, Benito Jurez Maza 1852-1912. Por ser hijo del benemrito. Una historia fragmentada, Mxico, inah, 2011 104

    Octavio Augusto Montes Vega, Hroes pioneros, padres y patrones. Construccin de la cultura poltica en los pueblos del Medio Balsas (Tierra Caliente de Michoacn y Guerrero), Mxico, El Colegio de Mi-choacn/inah-Conaculta, 2011 105Jos Atilano Flores

    LOS NAIPES DE LIZARDI 108Denise Hellion

    SIMPOSIO CULTURA Y ALIMENTACIN EN MXICO 110

    EXPOSICIN MIRADAS COMPARADAS EN LOS VIRREINATOSDE AMRICA. MXICO Y PER 110

    COSTUMBRE

    INCURSIONES

    QUEHACERES

    EXPEDIENTE

    CARA A CARA

    PORTAFOLIO

    EXCURSIONES

  • DIARIO DE CAMPO2

  • No es fcil establecer una fecha precisa para un fenmeno como la inmigracin masiva a nuestro pas de miles de personas de origen guatemalteco algunos estudios aseguran

    que fueron 200 mil. Sin embargo, podemos convenir que en diciembre de 2011 se cum-

    plieron 30 aos del refugio guatemalteco, producto de una poltica militar que oblig a

    pueblos enteros a cruzar la frontera. A lo largo de los aos, refugiados de esa nacin for-

    maron nuevas comunidades en los estados de Campeche, Quintana Roo y Chiapas, mien-

    tras que otros regresaron a su patria. Las experiencias son variadas, as como los retos y

    problemticas que han enfrentado.

    En noviembre de 2011 la deas organiz el encuentro Fiesta por la Memoria y la Cultura,

    que reuni a personas de diferentes comunidades, acadmicos y artistas, en un ejercicio

    de reflexin colectiva sobre estas dcadas de refugio en Mxico.

    El Expediente de este nmero, Treinta aos de refugio guatemalteco en Mxico,

    coordinado por Vernica Ruiz, presenta seis ensayos donde se analizan las experiencias

    en los diferentes estados, el proceso de reconstruccin de sus identidades, las formas de

    organizacin y las demandas para el reconocimiento de sus derechos, entre otros temas.

    Las fotografas que integran el Portafolio, La mirada fotogrfica, forman parte del ma-

    terial que Ricardo Ramrez Arriola, a solicitud de la deas, captur para preparar la exposi-

    cin 30 aos/30 fotos que se exhibi tanto en la comunidad de San Lorenzo, municipio La

    Trinitaria, en Chiapas, como en el vestbulo de la Coordinacin Nacional de Antropologa.

    Tambin contamos con un conjunto de fotografas de Hugo Brehme, titulado El paisaje

    mexicanista, que es acompaado de un texto de Benigno Casas.

    La entrevista que Alma Olgun nos entrega para Cara a Cara integra una voz de reco-

    nocida experiencia en el fenmeno del desplazamiento de comunidades guatemaltecas:

    Ricardo Falla, antroplogo y jesuita, una de las autoridades internacionalmente reconoci-

    das por la defensa de los derechos humanos y conocedor como pocos de la dinmica de

    los indgenas guatemaltecos.

    A propuesta de la Biblioteca Nacional de Antropologa e Historia contamos ahora

    con una nueva seccin, que hemos llamado Excursiones. En ella se presentan reseas de

    fondos documentales, fotogrficos, hemerogrficos, cinematogrficos o bibliogrficos,

    en un afn de promover el conocimiento de estas importantes fuentes de informacin.

    Para abrir boca iniciamos con el fondo Luis Gonzlez Obregn de la bnah, con la resea

    Los naipes de Lizardi.

    Consejo Editorial

    3

    Presentacin

  • DIARIO DE CAMPO4

    QUEHACERES

    Episodios de un litigio. La pugna entre Juan Hidalgo

    Corts Moctezuma y Guzmn y las hermanas

    Guzmn Istolinque. 1678-1687

    Entre los diversos expedientes sobre los asuntos de in-ters en torno a los Istolinque, an no localizo informa-

    cin suficiente despus de 1603 que me permita analizar

    lo ocurrido al linaje desde entonces; as, por ahora nos

    concentraremos en los sucesos ms significativos ocurri-

    dos entre los aos de 1678 y 1687, si bien entre los testi-

    monios y declaraciones presentados en aquellos aos se

    insert o aludi a informacin sobre las dcadas prece-

    dentes. En esa etapa los actores involucrados dieron cuen-

    ta de uno de los ms largos y lgidos litigios entre dos

    ramas del linaje Istolinque, en los que a una de ellas deba

    demostrrsele su impostura y provocaba que ambas par-

    tes exhibieran intentos desesperados por arrogarse el ca-

    cicazgo de Coyoacn.

    Por aquellos aos un vecino de la villa de Coyoacn,

    don Juan Hidalgo Corts Moctezuma y Guzmn Carvajal (al

    que slo llamaremos Juan Hidalgo), se declar ante las au-

    toridades legtimo heredero de las propiedades y del cargo

    del cacicazgo. Los argumentos que sostuvo y las declara-

    ciones presentadas por sus testigos para apoyar su defen-

    sa y en contra de las partes se relacionaban, como es de

    suponerse, con la comprobacin de las lneas genealgi-

    cas del linaje, segn se ver ms adelante.

    Frente a los argumentos y testimonios que apoyaban la

    demanda de Juan Hidalgo, otra rama del linaje, las herma-

    nas doa Mara, doa Petronila y doa Theresa de Guzmn

    Istolinque, hijas de don Alonso de Guzmn, se esforzaron

    por demostrar ampliamente su legitimidad. En particular, la

    rama Guzmn Istolinque se apoy en un testimonio que te-

    nan en su poder y pareca irrevocable: el testamento de su

    abuela, doa Gernima de Guzmn, cacica principal de Co-

    yoacn, quien lo dict en lengua mexicana en 1640 (con tra-

    duccin al castellano incluida en el expediente), con base en

    el cual logramos hacer una reconstruccin genealgica de

    seis generaciones de esa rama familiar (vase la genealoga

    1). Otro elemento que debi tomarse en cuenta es que ha-

    ban conservado la pureza de sangre indgena noble, mien-

    tras que Juan Hidalgo era un mestizo hijo de espaol (quien

    a s mismo se declaraba espaol).

    Entre 1678 y 1679, Juan Hidalgo promovi autos a su

    favor. A pesar de las pruebas presentadas por las herma-

    nas Guzmn (por medio de sus maridos como sus repre-

    sentantes legales), en una etapa inicial del litigio un primer

    veredicto de la Real Audiencia, emitido en 1679, favore-

    ci a Juan Hidalgo. De acuerdo con la declaracin de es-

    te ltimo, en un expediente qued asentado que era hijo

    de doa Leonor Corts de Guzmn Moctezuma y Carva-

    jal (archv, caja 4, exp. 3: f. 37),1 media hermana por el lado

    paterno de don Alonso de Guzmn y casada con el espa-

    ol Francisco Hidalgo; sin embargo, otra versin dada por

    uno de sus testigos sostena que su madre era Juana Car-

    vajal Moctezuma (agn, Tierras, vol. 2 687: f. 209), tal vez

    en alusin a la abuela de don Juan, a la cual l nombr co-

    * Direccin de Etnohistoria, inah.

    Sucesin, herencia y conflicto enel linaje Istolinque, caciques de lanobleza indgena colonial de CoyoacnSegunda parte

    Gilda Cubillo Moreno*

    1 Agradezco enormemente la generosidad del doctor Juan Jos Batalla, profesor investigador de la Universidad Complutense de Madrid, quien de manera desinteresada me facilit una fotocopia de este importante documento del Archivo de la Real Chancillera de Valladolid. Este ex-pediente ya estaba siendo analizado por el doctor Batalla en sus as-pectos formales.

  • QUEHACERES 5

    mo Juana Moctezuma Corts y Guzmn, la cual, a decir su-

    yo, posey el cacicazgo.2 Tras de la muerte de don Alonso,

    su sobrino, Juan Hidalgo, obtendra en 1681 la titularidad

    del cacicazgo (archv, caja 4, exp. 3: f. 37), de modo que

    se intentaba que la lnea de sucesin se desplazara de los

    descendientes directos a los colaterales (Cruz Pazos et al.,

    2007: 61), con lo cual pareciera que Hidalgo quera apoyar-

    se en una de aquellas normas suplementarias del modelo

    prehispnico de los tlatoque, la cual aceptaba la sucesin

    a los colaterales segn conviniera.

    Uno de los tantos testigos que Juan Hidalgo present,

    don Constantino Huitzimngari Uribe (indio noble de Mi-

    choacn con quien su familia estaba emparentado por la

    va matrimonial), sostuvo que no hay otro ms inmediato

    y heredero a dicho cacicazgo porque los dems que pue-

    dan representar derechos son mujeres, y as por lnea va-

    ronil, y por razn de ser descendiente legtimo y del tronco

    de los antepasados que lleva referidos (agn, Tierras, vol.

    1 735, exp. 2, cuaderno 2: f. 7v, apud Carrasco y Monjars,

    1978: 82-83). En esa misma declaracin se trasluce el va-

    lor que se daba al varn en la lnea sucesoria, es decir, a

    la patrilinealidad.

    En 1683, despus de varias apelaciones interpuestas,

    obstculos administrativos y la presentacin de diversas

    probanzas, se ratificado de manera oficial el derecho a la

    plena posesin para Juan Hidalgo. De inmediato su yer-

    no y apoderado, Agustn Nereida y Moscoso, en su nom-

    bre, acompaado de un teniente de corte de la ciudad

    de Mxico, del escribano real, de un intrprete indgena, de

    los testigos principales y circunstanciales, iran de casa

    en casa, de pueblo en pueblo, por los ranchos, parajes y

    2 Vase la genealoga 2, cuya reconstruccin se basa en las declaracio-nes de Juan Hidalgo, complementadas con las de 25 testigos presenta-dos a su favor.

    Genealoga de los Guzmn Istolinque reconstruida con base en el testamento que en 1640 dict la cacica Gernima de Guzmn Istolinque, el mismo que present como prueba Toms de Parrales en 1683 a nombre de su mujer, Mara de Guzmn Istolinque, y las hermanas de sta, Petronila y Theresa, en los autos contra Juan Hidalgo por los derechos al cacicazgo de Coyoacn.Fuente: agn, Tierras, vol. 2 687, fs. 34-40, 261-298.Claves y notas: tringulo = varn; crculo = mujer; / = el cruce de una figura con lnea diagonal indica a los que ya eran difuntos cuando doa Gernima dict su testamento; * los otros descendientes sealados con asterisco recibieron alguna propiedad de menor importancia como herencia de Gernima. (Las mujeres que heredaron el cacicazgo obtuvieron ese derecho a falta de un varn vivo. Gernima hered el cacicazgo a su nieta, lo que implic la sucesin del cargo y la mayor proporcin de propiedades, en vez de hacerlo a su hijo Alonso, pues ste recibi la herencia de su padre.)

    Genealoga 1

    Juan deSan Lzaro(cacique)

    Ana

    Juan deGuzmn Istolinque

    (cacique)Mara

    Felipe de Guzmn(primognito)

    Martnde Guzmn

    Gernima deGuzmn

    (hered cacicazgo)

    LuisCorts

    Cristbalde Guzmn

    Alonsode Guzmn

    MaraHurtado

    Ana deGuzmn

    Sebastin(albacea de Gernima)

    * Miguel Ziga(hurfano criadopor Gernima)

    Pedro de Guzmn(primognito)

    Mara de Guzmn(hered cacicazgo)

    * Angelita

    Toms de Parrales(representante

    legal de esposa y hermanas Guzmn)

    Petronilade Guzmn

    Antonio deVillagmez

    (2do representantelegal de su consortey hermanas de sta)

    * Theresade

    Guzmn

    JuanPatio

  • DIARIO DE CAMPO6

    haciendas de la jurisdiccin para establecer, en cada sitio,

    la posesin del cacicazgo de la villa de Coyoacn.

    A pesar de los bienes que el cacicazgo haba perdido

    en el pasado, la descripcin del recorrido en sus tomas

    de posesin aporta una idea de las propiedades y las di-

    mensiones, nada despreciables, que en realidad o en teo-

    ra todava le correspondan: el derecho de piso y renta en

    el mercado semanal de la plaza central del pueblo de Co-

    yoacn; propiedades en los pueblos y tierras del Ajusco,

    como en La Magdalena, en los de Tlalpan y La Joya, inclui-

    dos sus parajes, estancias, ranchos y casas diversas, as

    como en las haciendas de Coapa y Huipulco (agn, Tierras,

    exp. 2 687: fs. 11-13v).3 De igual manera tom posesin de

    las tierras de la hacienda de San Nicols, llamadas de Hui-

    pulco, de las de Chichicapa, Copilco y Totolapa (Fernn-

    dez de Recas, 1961: 56-58). Varias de esas propiedades,

    en medio de los pleitos, haban sido ocupadas de forma

    estratgica por espaoles y mestizos, lo cual implic dos

    litigios paralelos enfrentados por Juan Hidalgo contra par-

    ticulares en el transcurso de los mismos aos (agn, Tie-

    rras, exp. 2 687).4

    Con todo y las solemnes tomas de posesin de Juan Hi-

    dalgo, por su parte la otra rama del linaje, la de las her-

    manas Mara, Petronila y Theresa Guzmn Istolinque,

    representadas por Toms de Parrales y Antonio de Villa-

    gmes (maridos de las dos primeras), continuaron el arduo

    pleito legal, el cual se prolongara hasta 1687. En el testa-

    mento de la susodicha Gernima de Guzmn, presentado

    por la rama Guzmn Istolinque como testimonio probato-

    rio fundamental, y por causas que todava nos son desco-

    nocidas, la cacica de Coyoacn no haca referencia a los

    pueblos, casas ni todas las tierras que en su momento re-

    corri el representante de Juan Hidalgo.

    La cacica Gernima legaba otras casas y tierras en pa-

    rajes o barrios, con nombres no mencionados en los actos

    de posesin a favor de aqul, como su casa en el pueblo

    de Coyoacn y la de San ngel, las tierras de San Jerni-

    mo y Chimalistac. Con base en el escrito testamentario de

    doa Gernima hemos reconstruido otra de las genealo-

    gas, la misma que nos permiti componer no obstante

    de manera parcial seis generaciones con las anotaciones

    pertinentes para describir los bienes y la forma en que he-

    red a cada uno de sus descendientes. Cabe destacar que la

    sucesin del cacicazgo la destin a su nieto Pedro de Guz-

    mn, hijo primognito de su hijo, tambin primognito,

    Alonso de Guzmn. Sin embargo, debido a la muerte de Pe-

    dro y el nieto primognito, y asimismo fallecidos sus her-

    manos Cristbal y Martn, sera otra mujer, su nieta Mara

    de los ngeles Guzmn, hermana mayor de Pedro, la leg-

    tima heredera.

    En su momento la sucesin del cacicazgo recay en

    Gernima de Guzmn, hija mayor de Juan de Guzmn Is-

    tolinque II, al morir el hermano de sta, Felipe de Guzmn.

    Se trataba de aquel Felipe quien en 1640, de haber sobre-

    vivido, para cuando Gernima dict su testamento habra

    tenido 73 aos casado con Agustina de Chilapan, con la

    que tuvo un hijo tambin llamado Juan de Guzmn, el cual

    muri de forma prematura.

    Despus de la muerte de Felipe, la viuda se cas en

    segundas nupcias con Constantino Huitzimngari, el ca-

    cique de origen tarasco que fue gobernador de Ptzcua-

    ro y quien, de 1607 a 1613, fungi como gobernador de

    Coyoacn: el mismo al que Gernima nombr albacea y

    testamentario de sus bienes, de las propiedades y deudas

    heredadas por su hermano Felipe, y al que le dio poder

    para que vendiera y rematase lo necesario con el fin de pa-

    gar tales deudas, entre las que se contaban unas tierras

    en el barrio de San Miguel, sujeto al pueblo de San Agus-

    tn (Tlalpan), por el arroyo que bajaba del Ajusco, sus ca-

    sas principales con sus huertas y tierras, otras tierras en el

    pueblo de La Magdalena, unas ms en La Joya de San Pa-

    blo, entre otras, empeadas estas ltimas por Felipe, y que

    tal vez fueran parte de las mismas propiedades demanda-

    das por Juan Hidalgo.

    El descendiente de ese albacea, tambin bautizado con

    el nombre de Constantino Huichimngari (Huitzimnga-

    ri) Uribe, hijo de Dominga Velsquez Moctezuma, ladino

    principal de Coyoacn, fue uno de los que en 1679, a los

    66 aos de edad, se present a atestiguar a favor de Juan

    Hidalgo y se identific como si todava fuera un casonsi,5

    el cual sostuvo que el interesado era el nico heredero a

    quien perteneca el cacicazgo.

    Lo anterior se explica por el hecho de que aquel hom-

    bre de ascendencia noble fue criado en casa de la fami-

    lia de Juan Hidalgo y fue reconocido como su pariente por

    3 Vase la reconstruccin del mapa Jurisdiccin de Coyoacn de fines del siglo xvii al primer cuarto del siglo xix, donde se marcan las pose-siones que fueron del cacicazgo Istolinque.4 Litigios paralelos que enfrent Juan Hidalgo, en este caso por el de las tierras de Huipulco, y que aparecen intercalados a lo largo de todo el vo-lumen y sus expedientes. Vase tambin el mapa Jurisdiccin de Coyo-acn de fines del siglo xvii al primer cuarto del siglo xix, donde aparecen propiedades y sitios en litigio del linaje Istolinque. 5 Casonsies: trmino tarasco o purpecha equivalente a tlatoani.

  • QUEHACERES 7

    parte de la madre de Hidalgo, Juana Carvajal Moctezuma

    (Horn, 1997: 274; Testamento de doa Agustina de Chi-

    lapan, agn, Tierras, vol. 2 687: 209, apud Carrasco y Mon-

    jars, 1978: 60-66, 82). La relacin con los Huitzimngari

    expresa la aeja vinculacin, las alianzas por la va exo-

    gmica y las lealtades que persistan con otros linajes no-

    bles, ya decadentes, de diferente procedencia tanto tnica

    como territorial.

    De igual manera como le ocurri a la propia Gerni-

    ma de Guzmn, Mara de los ngeles, la mayor de sus

    nietas, habra de heredar el cargo por derecho y a falta

    de varn, despus del fallecimiento tanto de su herma-

    no mayor, llamado Pedro y a quien su abuela Gernima

    hered en primera instancia la mayora de sus propieda-

    des y la transmisin del cargo, como de sus otros dos her-

    manos varones, Martn y Cristbal, fallecidos tambin sin

    descendencia. En este caso, no obstante que la sucesin

    y la herencia hubieran recado finalmente en mujeres por

    dos generaciones, subyace la tendencia del modelo patri-

    lineal en el cacicazgo de Coyoacn.

    Asimismo puede ser que, a su vez, existiera una con-

    vergencia cultural con el principio patrilineal de la fami-

    lia real y de la nobleza feudal europea en Espaa, debido

    a la deseada identificacin de los caciques indios con el

    poder espaol.6 De este modo, tanto Gernima como Ma-

    ra de los ngeles recibieron la sucesin por la va pater-

    na (de manera agntica o patrilineal) a falta de herederos

    varones, lo que parece reafirmar la norma bsica de la pa-

    trilinealidad del modelo mesoamericano ms difundido, en

    convergencia con la del sistema de las altas lites penin-

    sulares y novohispanas.

    Es necesario subrayar que, en su testamento, Gernima

    no leg el cacicazgo a Alonso de Guzmn, su hijo primog-

    nito vivo, sino a su nieto Pedro. Ello puede explicarse co-

    mo el resultado factible de un acuerdo particular entre ella

    y su marido para legar. El indio Luis Corts, su cnyuge,

    Genealoga de los Istolinque segn la versin presentada por Juan Hidalgo Corts Moctezuma y Guzmn en defensa de sus pretendidos derechos al cacicazgo de Coyoacn, 1685.Fuente: agn, Tierras, vol. 2 687, Declaraciones de Juan Hidalgo Corts Moctezuma y Guzmn para probanzas y cuestionario formulado por l para interrogar a sus testigos. Ao de 1685, fs. 209-260.Claves: tringulo = varn; crculo = mujer; / = el cruce de una figura con lnea diagonal indica a los que ya eran difuntos cuando Juan Hidalgo y sus testigos rindieron sus declaraciones. En las generaciones en que Juan Hidalgo dice que las herederas del cacicazgo fueron mujeres, parece que se debi a que no existan hijos varones.

    6 Podra haber cierta convergencia o analoga con la tradicin gallega, donde la pubilla (hija mayor) era elegida a falta de herederos masculi-nos con preeminencia de la primogenitura patrilineal con sucesin in-divisible (Reher, 1996: 84).

    Genealoga 2

    Juan Istolinquey Guzmn(cacique)

    Pablo deSan Miguel

    MaraMoctezumaConcubina

    Juan deGuzmn

    (hijo ilegtimo)Luis

    CarabajalCatalina de Sena

    Moctezuma Cortsy Guzmn (cacica)

    Juana MoctezumaCorts y Guzmn

    (posey cacicazgo)

    LuisCorts

    Alonso de Guzmn Leonor Corts de Guzmn Moctezuma y Carabajal

    (cacica)

    Francisco Hidalgo(espaol)

    Juan Hidalgo(espaol)

  • DIARIO DE CAMPO8

    Jurisdiccin de Coyoacn de fines del siglo xvii al primer cuarto del siglo xix.

  • QUEHACERES 9

    no perteneca al linaje Istolinque, motivo por el cual, en

    vista del peso de aquel linaje, los hijos y nietos de Gerni-

    ma heredaran el apellido Guzmn Istolinque (mas no el

    Corts): una muestra de la significacin histrica que ellos

    le reconocan al linaje y de la decisin consciente de con-

    servar el nombre que rememoraba al ancestro comn a

    modo de facilitar el camino a los descendientes.

    Su hijo Alonso, a su vez padre de Pedro, Martn, Mara,

    Theresa y Petronila, haba fungido como gobernador del

    pueblo de Coyoacn unos aos atrs y su padre, el men-

    cionado Luis Corts, le entreg su herencia en vida; de

    manera que Gernima debi de considerar ms pertinen-

    te legar el ttulo del cacicazgo a su nieto y, una vez muer-

    to ste y sus otros hermanos, a Mara de los ngeles, la

    mayor de las nietas.

    La propia Gernima dej asentado en su testamento que

    Alonso, su primognito, haba heredado de su padre, an en

    vida de este ltimo, los bienes de que gozaba, otra mues-

    tra que corrobora la herencia patrilineal y que en manos de

    su esposo haba depositado los papeles legales que demos-

    traban la legitimidad de la herencia y sucesin del cacicaz-

    go, un rasgo que expresa respeto a la autoridad del varn

    cabeza de familia.

    Gernima no dej de lado a sus otros hijos y nietos, de

    ambos sexos, a quienes hered algunas propiedades se-

    cundarias. En estas formas se perciben los mecanismos

    ejercidos por esta franja generacional del linaje para su per-

    petuacin y la conservacin de su patrimonio; en otras pa-

    labras, bajo la persistencia del principio agntico se expresa

    tambin un sesgo bilateral y aparecen, al mismo tiempo,

    elementos convergentes de sucesin y herencia vinculada

    (el mayorazgo), donde la parte ms importante y de mayor

    proporcin del patrimonio era igualmente patrilineal e indi-

    visible a modo de privilegiar al primognito, al estilo de la

    familia troncal espaola de las altas lites y de ciertas regio-

    nes de la pennsula.

    En la articulacin de los principios de ese sistema de

    parentesco particular de Espaa con las pautas mesoame-

    ricanas se vislumbran los resultados del proceso de acul-

    turacin en un linaje de la nobleza indgena. Mediante su

    aplicacin buscaron el equilibrio para asegurar la lnea de

    sucesin, la perpetuacin del linaje, la conservacin del

    patrimonio y el bienestar de sus miembros.

    As pues, muertos Gernima y su nieto Pedro, y en-

    frentada para entonces su familia a Juan Hidalgo Corts

    Moctezuma y Guzmn, la nieta mayor de Gernima, Ma-

    ra de los ngeles Guzmn, referida en esos das por el

    puro nombre de Mara, se convertira en la legtima here-

    dera del cacicazgo.

    De vuelta a los acontecimientos del litigio en cuestin,

    en las probanzas convocadas se presentaron a declarar al-

    rededor de 25 testigos por cada una de las partes.

    En las preguntas por el lado de Juan Hidalgo, ex gober-

    nador de Coyoacn y que, por cierto, para entonces s-

    lo era un modesto sastre, las cuestiones formuladas a sus

    testigos se basaban en las declaraciones afirmativas pre-

    vias hechas por l mismo en la construccin personal de

    su propia genealoga (hasta la quinta generacin en lnea

    ascendente). l y algunos de sus testigos declarantes da-

    ban cuenta del primer cacique, Juan Istolinque y Guzmn,

    llamado el Viejo, ancestro comn del linaje todava reco-

    nocido, en especial por los testigos de mayor edad.

    Los das 10 y 12 de marzo de 1685 se llevaron a cabo

    las probanzas convocadas por la Real Audiencia median-

    te el receptor y sus procuradores, y ante el Procurador de

    Provincia, un religioso de la orden de Santo Domingo. Se

    presentaron de manera indistinta espaoles, indios y mes-

    tizos como testigos, la mayora residentes en la villa de

    Coyoacn, aunque tambin hubo aquellos que habitaban

    en la ciudad de Mxico, en San Mateo Churubusco (Huitzi-

    lopochco) o en algn otro sitio.

    Un ejemplo singular fue el testimonio del cacique prin-

    cipal de San Juan Teotihuacn, en el cual se expresa la

    conservacin de otros contactos con indios nobles de

    otras zonas. ste era pariente en quinto grado de Juan Hi-

    dalgo, y atestigu tambin a su favor. Se trataba de un

    mestizo de 40 aos llamado Antonio Huecamecateutli

    Moctezuma, que aunque se reconoca asimismo como ca-

    cique, desempeaba el modesto oficio de carpintero y ya

    no resida en Teotihuacn, sino que se encontraba ave-

    cindado en casas propias de la ciudad de Mxico. l de-

    clar que el espaol Francisco Hidalgo, padre del tambin

    mestizo Juan Hidalgo, lo busc en algn momento para

    hablarle sobre cmo y por qu su hijo era heredero del ca-

    cicazgo por la lnea de don Pablo y de doa Juana (agn,

    Tierras, exp. 2 687: fs. 209-310).

    El punto nodal contradictorio detectado en las afirma-

    ciones de Juan Hidalgo estaba en su declaracin sobre un

    ascendiente de la rama adversaria, cuatro generaciones

    por arriba: Juan de Guzmn, nada menos que Iztollinqui,

    el Joven, y que segn su parecer haba sido hijo ilegti-

    mo de su propio tercer abuelo (o tatarabuelo), Pablo de

    San Miguel Corts, que en su opinin fue el primer ca-

    cique que hered el cargo (Testamento de don Pablo de

  • DIARIO DE CAMPO10

    San Miguel, apud Carrasco y Monjars, 1978: 215-216)

    al morir el tlatoani de Coyoacn, Juan de Guzmn Istolin-

    que, el Viejo.

    Pero ese tal Pablo en ninguna lnea de su testamento

    mencion el cacicazgo ni tener un hijo ilegtimo de nom-

    bre Juan, aunque s tena una hija primognita de nombre

    Catalina y una menor llamada Juana. Aquel supuesto hi-

    jo natural, Juan de Guzmn, resultara ser medio herma-

    no de su bisabuela Catalina de Sena Moctezuma Corts y

    Guzmn, que segn su reconstruccin era la legtima he-

    redera del cacicazgo, de la que se desprenda la rama a la

    que Juan Hidalgo deca pertenecer, siendo que, por otro

    lado, en su testamento Catalina jams mencion heredar

    ningn cacicazgo (Testamento de doa Catalina de Se-

    na en nhuatl (de 1588) y traduccin contempornea al

    espaol, apud Carrasco y Monjars, 1978: 171-173). Co-

    mo se aprecia, se trataba de argumentos dbiles y dudo-

    sos presentados tanto por l como por los testigos que lo

    secundaron.

    Del lado de las hermanas Guzmn y de Antonio Pati-

    o, este ltimo hijo y heredero de Theresa, el 27 de abril

    de 1685 fue aceptada su peticin de publicar censuras para

    descubrir testigos sobre la posesin y propiedad del caci-

    cazgo, para recurrir con tales declaraciones a la Real Au-

    diencia. As, ante el notario pblico y por merced de la

    Audiencia Arzobispal se public la convocatoria dirigida a

    todos los habitantes de la ciudad, villas y dems partes del

    Arzobispado de Mxico, de cualquier calidad que fueran.

    Se present a declarar un nmero semejante de testigos

    que, con el mismo corte que la parte contraria, dieron sus

    respuestas en el interrogatorio, basado en las afirmacio-

    nes literales de su parte sobre los antecedentes genealgi-

    cos y las referencias de legitimidad, condicin y reputacin

    de las Guzmn. Hasta donde les permita la memoria, la

    mayor proporcin de las aseveraciones de los testigos co-

    incida con las asentadas en sus propias declaraciones.

    En medio de esos dimes y diretes, que duraron aos,

    muchas de las tierras del cacicazgo se perdieron a causa

    de las partes en pugna o de sus predecesores, ya fuera por

    venta o hipotecas para cubrir deudas o porque iban sien-

    do usurpadas por espaoles o mestizos.

    Finalmente, el 1 de agosto 1687 la Audiencia Real dic-

    t sentencia a favor de Mara de Guzmn Istolinque, hija

    mayor de Alonso de Guzmn y nieta de Gernima, como

    heredera y sucesora, y se le orden a Juan Hidalgo que

    restituyera las casas, huertas y tierras del cacicazgo, lo

    mismo que los arrendamientos y los usufructos derivados,

    a pesar de que para ese momento ste ya haba muerto

    (Cruz Pazos et al., 2007: 63). Sin embargo, en el transcur-

    so de esos ocho aos mucho se perdi y en los hechos po-

    co se gan.

    Estas dos partes en pugna no fueron las nicas que

    por aquellos aos contendieron por el cacicazgo. En 1688,

    cuando doa Mara estaba a punto de proceder a la toma

    de posesin, entre otros interesados que se apresuraron a

    reclamar tambin el patrimonio de dicho cacicazgo apare-

    cieron Carlos de Tapia, Juan Aguirre Vidaurreta y Pedro de

    Cullar, de los cuales este ltimo actuaba como dueo de la

    hacienda de La Joya (ibidem: 63; archv, caja 4, exp. 3: f. 36).

    Pero sos son otros captulos de su historia que se mantie-

    nen en suspenso.

    Los litigios de 1725-1738 y 1780-1786

    Ahora nos remitiremos a otras demandas de manera muy

    sucinta.

    Al comenzar el ao de 1725, un hombre llamado Gre-

    gorio de Tapia sostena ser el heredero del cacicazgo de

    Coyoacn, por lo que don Carlos Patio tuvo que actuar

    legalmente en su defensa. Don Carlos, nacido y criado en

    Santiago Tlatelolco, se declaraba como el nico herede-

    ro vivo de Mara, Petronila y Theresa de Guzmn. Muer-

    tas las dos primeras sin descendencia, y por ser nieto de

    la ltima y de don Juan Patio, adems de hijo de don An-

    tonio Patio y doa Isabel, sostena que, por tanto, a l de-

    ba corresponderle el derecho a la posesin del cacicazgo

    (archv, caja 4, exp. 3: f. 24). Para este fin pidi el testimo-

    nio de la ejecutoria de Mara de Guzmn. Solicit tambin

    testigos en la villa de Coyoacn y, como ya no haba all

    quien lo conociera, pidi que se presentaran testigos de

    la ciudad de Mxico. As, declararon algunos espaoles y

    un indio principal, quienes dijeron haber conocido a sus

    padres y abuelos, los cuales vivieron en Tlatelolco. Como

    vemos, se trata de otro caso en que miembros del linaje Is-

    tolinque haban emigrado, de manera que para la genera-

    cin de don Carlos ya no haba vecinos de la tierra de sus

    ancestros que supieran de l, a pesar de lo cual no desis-

    ti en su inters por el cacicazgo de Coyoacn: pasados 13

    aos, mediante un decreto emitido el 19 de julio de 1738,

    se orden hacer efectiva la posesin del cacicazgo a favor

    de Carlos Patio (ibidem: f. 38).

    Ms de cuatro dcadas despus, entre los aos de 1780

    y 1786, sus descendientes representaron a otra generacin

    del linaje que se vio obligada a defender por la va legal

  • QUEHACERES 11

    sus derechos sucesorios en contra de los herederos de un

    tal Gerardo Moro (ibidem: f. 39).

    Don Jos Patio Istolinque y Guzmn, indio cacique

    de Coyoacn avecindado en Ecatzinco, en representa-

    cin de sus hermanos Bartolo Luis, Romana del Sacra-

    mento y Antonia Patio Istolinque y Guzmn, solicit y

    present de nueva cuenta las tres cdulas de 1551 con

    las que se acreditaba la fundacin del cacicazgo por par-

    te de Juan de Guzmn Istolinque I (ibidem: f. 14),7 as co-

    mo otros testimonios.

    A pesar de que un nico miembro del linaje era desig-

    nado como tal, el resto de parientes del mismo, en este

    caso sus hermanos, se identificaban tambin como ca-

    ciques de Coyoacn, es ms, reclamaban para s y sus

    descendientes los privilegios, exenciones y prerroga-

    tivas derivados de sus lazos de sangre. Por lo tanto,

    vemos cmo la red de beneficiarios se ampliaba (Cruz

    Pazos et al., 2007: 64).

    Para probar su legtima pertenencia al linaje Istolinque,

    el 29 de mayo de 1786, en la ciudad de Mxico, don Jo-

    s Gernimo de Torres Hernndez Atezcatzin se present

    ante la justicia en representacin de doa Romana, co-

    Genealoga 3

    Genealoga reconstruida con base en las declaraciones que, en 1786, present Jos Leandro Patio Istolinque y Guzmn, con apoyo de sus cuatro tes-tigos y de la insercin de los testimonios que, en 1738, present Carlos Patio Istolinque y Guzmn con sus seis testigos, en sus respectivas defensas como legtimos sucesores del cacicazgo de Coyoacn.Fuente: archv, docs. parts., caja 4, exp. 3: Testimonios de Reales cdulas e mercedes de tierras y armas e informacin dada por don Jos Patio Isto-linque y Guzmn perteneciente as a este como a don Bartolo, doa Antonia y doa Romana del Sacramento Patio Istolinque y Guzmn, como en dichos testimonios se contiene, fs. 14a-25r.Los nombres subrayados pertenecen a quienes recibieron la sucesin y herencia del cacicazgo. Los tringulos con relleno en negro corresponden a los dos miembros del linaje mediante cuya informacin y las de sus testigos se reconstruy esta genealoga.

    7 Una de dichas cdulas otorgaba el cacicazgo en Valladolid, el 18 de ju-lio de 1551, motivo por el que tal vez destinaron el expediente citado al Archivo de la Real Chancillera de Valladolid.

    Gernima deGuzmn Istolinque

    Alonsode Guzmn

    Mara deGuzmnIstolinque

    Tomsde

    Parrales

    Petronilade

    GuzmnIstolinque

    Antoniode

    Villagmez

    Theresa deGuzmnIstolinque

    JuanPatio

    AntonioPatio

    Istolinque

    IsabelBuenda

    CarlosPatio

    Istolinque

    AndreaReynoso

    DomingoPatio

    Istolinque

    CatalinaSalazar

    Jos L.Patio

    Istolinque

    BartolomPatio

    IstolinqueJacinta

    Bobadilla

    AntoniaPatio

    Istolinque

    RomanaPatio

    Istolinque

    JosGernimode Torres

    MaraLoretoZrate

    Juande TorresHernndezAtzcatzin

    Sebastinde

    TorresHernndezAtzcatzin

    Jos Mariano de Torres PatioIstolinque y Guzmn Salazar

    Ma. Josefa Pascualade T. P. Istolinque y G. S.

    Ma. Josefa Joaquinade T. P. Istolinque y G. S.

  • DIARIO DE CAMPO12

    mo su marido y conjunta persona (ambos indios caci-

    que y principales en este reino, vecinos de esta ciudad),

    y declar, con el apoyo de sus tres testigos, entre los que

    destacaba Alexo de San Roque, entonces gobernador de

    Tlatelolco, que los dos eran cristianos viejos sin mezcla

    de sangre. Esto fue aprobado un mes despus por el pro-

    curador general, en un auto confirmatorio del corregidor

    de Mxico (archv, caja 4, exp. 3: f. 50).

    El proceso concluy con el reconocimiento de don Jos

    Patio como sucesor legtimo del vnculo. Como en el caso

    de su predecesor, don Carlos Patio, de esta forma se re-

    frend el principio patrilineal de sucesin y herencia que

    se impuso en su linaje.

    Consideraciones finales

    Hasta el final de la colonia, a pesar de que los descendien-

    tes del linaje haban perdido casi todos sus bienes y privi-

    legios, continuaron invirtiendo sus limitados recursos en

    las demandas por los derechos sucesorios del cacicazgo,

    hecho que pone de manifiesto que todava valoraban las

    ventajas sociales, econmicas y polticas que dicha posi-

    cin conllevaba.

    Las evidencias del linaje Istolinque nos conducen a la

    conclusin de que en su transcurso secular las formas de

    herencia y sucesin de la nobleza indgena en Coyoacn

    se basaron, de manera fundamental, en el principio agn-

    tico o patrilineal. Su condicin social noble, sus circuns-

    tancias, su papel histrico en la empresa colonizadora,

    su afn por conservar los bienes y privilegios del cacicaz-

    go, sus adecuaciones y su proceso dieron como resultado

    la fusin de principios similares: la tendencia patrilineal,

    inherente tanto al modelo mesoamericano ms genera-

    lizado como a la norma de herencia y sucesin ms carac-

    terstica de las altas lites espaolas; a su vez, se adopt

    la forma complementaria de la herencia indivisible, tron-

    cal o en vnculo denominada mayorazgo, procedente de la

    pennsula y propia de la realeza y la nobleza ibrica, cuyas

    pautas se reprodujeron entre las familias espaolas de la

    oligarqua novohispana.

    Si bien la tendencia patrilineal predomin, las mujeres

    jugaron un papel importante en la herencia, la sucesin, la

    conservacin del apellido distintivo y en la memoria del li-

    naje. No encontramos casos entre las generaciones de los

    Istolinque en que una mujer heredara el cacicazgo si te-

    na hermanos varones, como ocurri en importantes lina-

    jes indgenas nobles de otras regiones. Algunas de esas

    mujeres desempearon una funcin activa, al imponer y

    centralizar en su momento las decisiones en torno a la

    herencia y la dinmica familiar, como fue el caso de Ge-

    rnima de Guzmn Istolinque, quien incluso opt por al-

    ternativas impredecibles, como heredar el cacicazgo a un

    nieto en vez de a su hijo varn y su casa a una nieta en lu-

    gar de a su hijo o alguna de sus hijas.

    En trminos generales, podemos afirmar que aunque

    en algunas franjas generacionales el linaje de los caci-

    ques de Coyoacn no cont con hijos primognitos varo-

    nes para hacer cumplir la norma agntica predominante

    que reprodujo el linaje, en esos casos se hered y otorg

    la sucesin a la hija mayor y se transmiti el apellido, los

    bienes y el cargo a los hijos por la va de esa mujer, sin que

    ello significase romper con la tendencia patrilineal.

    En su articulacin, en la cual se complementaron prin-

    cipios de parentesco de origen mesoamericano y espaol,

    se perciben los mecanismos y tomas de decisin de los

    grupos familiares para la conservacin de su patrimonio y

    la perpetuacin de este linaje. Mediante tales adecuacio-

    nes y el uso de los recursos legales del Estado colonial, ca-

    da rama y generacin de los Istolinque busc asegurar la

    lnea de sucesin, la reproduccin de su linaje, la conser-

    vacin o recuperacin de las propiedades y el estatus so-

    cial de sus miembros. Algunos de los aspectos importantes

    que los hicieron ms vulnerables residieron en los conflic-

    tos recurrentes entre ramas familiares y probablemente en

    la desvinculacin de los indgenas del comn por su afn de

    espaolizarse. Sumados al plan colonial y a la accin sis-

    temtica del aparato dominante hispano para su debilita-

    miento, estos puntos culminaron en la desintegracin del

    grupo de la nobleza indgena en Coyoacn.

    Aunque es cierto que el saldo histrico a largo plazo

    fue la desintegracin, tambin es verdad que los miem-

    bros del linaje Istolinque, una generacin tras otra, de-

    mostraron su capacidad sostenida de resistir y lidiar por

    la va legal y administrativa, a pesar de las ambigedades

    y los embates en su contra ejercidos por parte del Estado

    espaol desde el momento en que los caciques de la no-

    bleza indgena dejaron de ser tiles a la empresa colonial.

    Un aspecto de especial inters consiste en que, a pe-

    sar de todo, ms all del desgaste y los efectos adversos

    acumulados en los episodios de cada litigio, hasta entrado

    el siglo xix los Istolinque conservaron la fuerza de la me-

    moria de su linaje, que si bien termin por diluirse, con-

    tribuy durante tres siglos a sostener la identidad de su

    grupo social.

  • EXPEDIENTE 13

    Bibliografa

    Archivo General de la Nacin (agn), Mxico, serie Tierras, vol.

    2 687, 672 fs. (a. y r.): Litigios de la familia Istolinque (infor-

    macin que abarca desde mediados del siglo xvi hasta 1811).

    Archivo Histrico de la Real Chancillera de Valladolid (arcv), Es-

    paa, documentos particulares, caja 4, expediente 3 (consta de

    62 fojas, sin numeracin, la cual ha sido marcada por nuestra

    parte): Testimonio de Reales Cdulas e Mercedes de Tierras

    y Armas e informacin dada por Don Jos Patio Ystolinque y

    Guzmn, perteneciente as a este como a Don Bartolo, Doa

    Antonia y Doa Romana del Sacramento Patio Ystolinque y

    Guzmn, como en dichos testimonios se contiene, (36 fojas

    a. y r) [aos: 1551; 1578; 1583; 1534; 1555; 1687; 1688; 1738;

    1749; 1780; 1786; 1787].

    Carrasco, Pedro, El barrio y la regulacin del matrimonio en un

    pueblo del Valle de Mxico en el siglo xvi, en Revista Mexicana

    de Estudios Antropolgicos, nm. 16, 1961, pp. 7-26.

    _____, Las tierras de dos indios nobles de Tepeaca en el siglo xvi,

    en Tlalocan, vol. iv, nm. 2, 1963, pp. 97-119._____, Family Structure of Sixteenth-Century Tepoztln, en R.

    Manners (ed.), Process and Pattern in Culture Chance, Chicago,

    Aldine, 1964, pp. 45-64.

    _____, Los linajes nobles del Mxico antiguo, en Estratificacin so-

    cial en la Mesoamrica prehispnica, Mxico, inah-sep, 1976a, pp.

    19-36.

    _____, The Joint Family in Ancient Mxico, en Hugo G. Nutini,

    P. Carrasco y James M. Taggart, Essays on Mexican Kinship,

    Pensilvania, University of Pittsburgh Press, 1976b, pp. 45-64.

    _____ y Jess Monjars (comps.), Coleccin de documentos sobre

    Coyoacn (Autos referentes al cacicazgo de Coyoacn que pro-

    ceden del agn), Mxico, sep-cisinah/Centro de Investigaciones

    Superiores (Cientfica, Historia Social), 1978.

    Cruz Pazos, Patricia, Francisco M. Gil Garca y Jos Luis de Rojas,

    Soy descendiente de don Juan Istolinque y Guzmn. El caci-

    cazgo de Coyoacn en el siglo xviii, en Relaciones, vol. xviii,

    nm. 109, invierno de 2007, pp. 51-73.

    Cubillo Moreno, Gilda, Rquiem por los Istolinque, cacique de

    la nobleza indgena del Coyoacn colonial, en Luis Barjau

    (coord.), La etnohistoria de Mxico, Mxico, inah (Cientfica,

    Etnohistoria), Mxico, 2003, pp. 81-111.

    _____, Familias y grupos sociales en Coyoacn y San ngel, 1779-

    1812. Estudio comparativo, tesis de doctorado en antropolo-

    ga, Mxico, enah-inah, 2010.

    Fernndez de Recas, Guillermo, Cacicazgos y nobiliario indgena de

    la Nueva Espaa, Mxico, Biblioteca Nacional, 1961.

    Fernndez del Castillo, Francisco, Apuntes para la historia de San

    ngel (San Jacinto Tenantitla) y sus alrededores. Tradiciones, his-

    toria, leyendas, &, &., Mxico, Imprenta del Museo Nacional de

    Arqueologa, Historia y Etnografa, 1913.

    Gibson, Charles, Los aztecas bajo el dominio espaol. 1519-1810,

    Mxico, Siglo XXI (Amrica nuestra), 1980.

    Horn, Rebecca, Postconquest Coyoacn. Nahua-Spanish Relations in Cen-

    tral Mexico, 1519-1650, California, Stanford University Press, 1997.

    Kellog, Susan, Law and the Transformation of Aztec Culture, 1500-

    1700, Norman, University of Oklahoma Press, 1995.

    Martnez, Hildeberto, Tepeaca en el siglo xvi. Tenencia de la tierra y

    organizacin de un seoro, Mxico, Centro de Investigaciones

    y Estudios Superiores en Antropologa Social (Ediciones de la

    Casa Chata, 21), 1984.

    _____, El calpulli. Otra acepcin de Teccalli? (sobretiro), The Jour-

    nal of Intercultural Studies, Kansai University of Foreign Studies

    Publication, nm. 27, 2000, pp. 194-208.

    Menegus, Margarita, Balance historiogrfico. Reflexiones sobre el

    cacicazgo en la Nueva Espaa, en Estudios de Historia Novo-

    hispana, nm. 27, julio-diciembre de 2002, pp. 213-230.

    Munich, Guido, El cacicazgo de San Juan Teotihuacn durante la

    colonia, 1521-1821, Mxico, inah, 1976.

    Reher, David S., La familia en Espaa. Pasado y presente, Madrid,

    Alianza Universidad, 1996.

    Robichaux, David, El modelo de reproduccin social de los grupos

    de parentesco. Un modelo para Mesoamrica basado en un

    estudio de herencia en Tlaxcala, tesis de doctorado, Nanterre,

    Laboratoire dEthnologie et Sociologie Comparative-Universit

    de Paris X, 2 vols., 1996.

    _____ (comp.), Introduccin. La naturaleza y el tratamiento de la

    familia y el parentesco en Mxico y Mesoamrica, en D. Robi-

    chaux (comp.), Familias y parentesco en Mxico y Mesoamrica:

    unas miradas antropolgicas, Mxico, Biblioteca Xavier Clavi-

    jero-Universidad Iberoamericana, 2005, pp. 29-97.

    _____ (comp.), Principios patrilineales en un sistema bilateral de pa-

    rentesco: Residencia, herencia y el sistema familiar mesoameri-

    cano, en D. Robichaux (comp.), Familias y parentesco en Mxico

    y Mesoamrica: unas miradas antropolgicas, Mxico, Biblioteca

    Xavier Clavijero-Universidad Iberoamericana, 2005, pp. 167-272.

    _____ (comp.), Dnde est el hogar? Retos metodolgicos para el

    estudio del grupo domstico en la Mesoamrica contempornea,

    en D. Robichaux (comp.), Familias y parentesco en Mxico y Meso-

    amrica: unas miradas antropolgicas, Mxico, Biblioteca Xavier

    Clavijero-Universidad Iberoamericana, 2005, pp. 295-329.

  • DIARIO DE CAMPO14

    La semblanza de Ylotl Gonzlez, que presento como un modesto homenaje a su trayectoria acadmica, forma parte

    del proyecto de investigacin que llevo a cabo y cuyo prop-

    sito principal es dar a conocer la produccin antropolgica

    en Mxico, en especial la del Instituto Nacional de Antropo-

    loga e Historia, con el fin de hacer una contribucin para la

    historia de la antropologa. El proyecto incluye, por supuesto,

    la semblanza de los investigadores, porque existe una estre-

    cha e inseparable vinculacin, proximidad e intimidad entre

    el investigador como persona, en sus circunstancias de vi-

    da, con la obra que produce. Tambin tiene otra finalidad:

    indagar acerca de los cambios que esta produccin cientfi-

    ca ha tenido en el transcurso del paso de la modernidad a la

    posmodernidad. Pienso en los cambios de orden cualitativo,

    aqullos producto del abandono de ciertos paradigmas, o los

    ocurridos por la puesta en marcha de otros dispositivos te-

    ricos y epistemolgicos, que son los que ahora me ocupan.

    Sabemos que muchos investigadores del inah, de la unam y

    de otras instituciones (por ejemplo Kirchhoff y Lpez Austin)

    han hecho escuela al formar discpulos y formas de guiar

    la investigacin. Tambin creemos conocer quines son sus

    discpulos. Es lo que estamos indagando. Por otro lado, se

    abren nuevos campos de investigacin (como la transdisci-

    plinariedad y el estudio de la complejidad, el de arqueoas-

    tronoma y otros con enfoque neoevolucionista, por citar

    algunos). Por eso queremos conocer la nueva produccin

    cientfica o la continuidad de las escuelas y paradigmas pre-

    existentes. En resumen, como una parte de la generacin de

    cientficos han producido su obra entre dos pocas histricas

    distintas, pienso en la necesidad de conocer si tales lapsos o

    periodos de la historia han modificado sus lneas de pensa-

    miento o si han incidido para trabajar con otras temticas.

    Los tiempos a que me refiero se denominan modernidad

    y posmodernidad. Hace ya ms de 60 aos que los cient-

    ficos, sobre todo en el campo de la antropologa filosfica,

    de la sociologa y de la economa, llaman la atencin sobre

    los fenmenos que transforman a las sociedades y modifican

    las formas de estar en el mundo tanto a nivel social como a

    escala personal. Esta nueva manera recibe varios nombres:

    globalizacin, mundializacin, aldea global, modernidad

    lquida, tiempos hipermodernos y un significativo etctera.

    Como quiera que se les desee denominar, las nuevas formas

    impactan a nuestro mundo sobre todo en el rengln de la

    desigualdad a escala planetaria, la cual alcanza a millones

    de seres humanos relegados a un estado de pobreza extrema,

    adems de que produce lo que algunos filsofos han llamado

    la descolocacin del sujeto. Lo anterior ya est asumido por

    nuevas generaciones de socilogos, historiadores y antrop-

    logos dedicadas a analizar los cambios en las sociedades in-

    dgenas y en las minoras que se mueven por el planeta.

    Como mencionamos antes, el presente que vivimos es

    denominado por Lyotard como posmodernidad;1 otros, como

    Lipovetsky, hablan de hipermodernidad (Lipovetsky y Serroy,

    2010); por su parte, Bauman (2007) define a la sociedad ac-

    tual como la edad del vaco o de tiempos lquidos. Pero todos

    coinciden en que se trata de una poca en la cual el Estado

    transfiere a la iniciativa privada la gestin cultural en tanto * Por requerimientos de formato de Diario de Campo, sta es una versin abreviada de una conferencia dictada en la Academia Mexicana de Ciencias Antropolgicas el 10 agosto de 2011.** Posgrado en Antropologa Social, enah.

    La produccin cientfica del inah. La obra de la doctora Ylotl Gonzlez Torres*Lina Odena Gemes H.**

    A la magnolia se le llama Ylotl en lengua nhuatl.

    1 Se considera que el trmino posmodernidad fue acuado por Jean-Franois Lyotard, que en La condicin posmoderna. Informe sobre el saber (1987) lo us para hacer su crtica a la sociedad actual.

  • QUEHACERES 15

    que el propio Estado gestiona los miedos, la incertidumbre

    y la desesperanza. Michael Hardt y Antonio Negri (2000) ha-

    blan de el Imperio materializado ante nuestros ojos en esta

    etapa de irreversible globalizacin de los intercambios eco-

    nmicos y culturales. No es ste el lugar para hablar de todas

    las posiciones acerca de la posmodernidad. Slo le robar a

    la semblanza de la doctora Gonzlez Torres unas cuantas

    lneas para explicar de manera breve qu se entiende en las

    ciencias sociales por modernidad y posmodernidad, ya que

    en este contexto ubicamos la produccin antropolgica.

    En la nomenclatura, definiciones y cronologas con-

    vencionales, la modernidad se inici en el siglo xv, con el

    abandono tanto de los cnones de la sociedad medieval

    como de la tradicin, y con el paulatino distanciamiento

    de las relaciones entre Iglesia y Estado. De igual manera se

    abandonaron las formas de produccin preindustriales y se

    inici la paulatina desaparicin de sociedades rurales. La

    modernidad comenz con la industrializacin y la aparicin

    de las fbricas. Debido a que fue cuando surgi el trabajo en

    serie, tambin se le conoce como fordismo. La modernidad

    siembra sus races ideolgicas en la razn,2 en los postu-

    lados de la Ilustracin3 y en los de la Revolucin francesa

    que originaron el concepto de Estado-nacin. Aqu el poder

    se concentra en un solo centro: la modernidad es la crea-

    dora de un discurso donde igualdad, progreso y bienestar

    crean lo que Lyotard denomin como un metarrelato de la

    historia que enfatiza en el porvenir ms que en el pasado.

    Las grandes palabras-ideas que movilizaron a los hombres

    de la modernidad occidental se dieron en aras de la ver-

    dad, la libertad, la justicia y la racionalidad. En suma, como

    concepto filosfico y sociolgico se le puede definir como

    el proyecto de imponer la razn como norma trascenden-

    tal a la sociedad. Para la filsofa Amalia Quevedo (2001) la

    modernidad tiene, entre otras, las siguientes caractersticas:

    poca que sigue a la Edad Media.

    Nace en Francia con Descartes.

    Uno de sus grandes hitos es la Ilustracin.

    Se extiende de Descartes a Habermas.

    Innovacin, novedad, dinamismo.

    Razn: fuente del progreso en el conocimiento y en la

    sociedad, lugar de la verdad y fundamento de los sis-

    temas de conocimiento (ciencia) y de accin (poltica).

    Racionalismo, verdad apodctica.4

    Pretensiones universales y totalizandoras.

    Macroteoras.

    Representacin.5

    Orden, significado.

    Poltica: partidos, parlamento, uniones comerciales.

    Arte: vanguardias, negacin, disidencia.

    Los defensores de la modernidad acusan a la posmo-

    dernidad de relativismo, irracionalismo y nihilismo.

    Considero que a las caractersticas citadas hay que agregar,

    como otra ms, el estructuralismo de Ferdinand de Saussu-

    re en lingstica, y en antropologa, en especial en etnologa

    y cultura, la obra de Claude Lvi-Strauss. De manera gene-

    ral se entiende que estructura es la interrelacin de partes

    en el interior de un sistema (Quevedo, 2001).6

    La posmodernidad no es una poca que se halle despus

    de la modernidad como etapa de la historia. El pos- de la

    posmodernidad, a juicio de Gianni Vattimo (1988),7 es es-

    pacial antes que temporal. Esto quiere decir que estamos

    sobre la modernidad. La posmodernidad no es un tiempo

    concreto de la historia ni del pensamiento, sino una condi-

    cin humana determinada, como insina Lyotard en La con-

    dicin posmoderna (1987: 7).Otro pensador de la condicin

    humana, anterior a Lyotard, fue Gnther Anders, filsofo y

    discpulo de Heidegger y Cassirer,8 que observ una suer-

    te de descolocacin del sujeto y de vaco existencial en la

    sociedad. El propio nombre de su libro La obsolescencia del

    hombre es indicativo de que el cambio de la humanidad va

    en contra del hombre mismo. En sus palabras, su obra es:

    4 Apodctico: concluyente; que demuestra la cosa de que se trata sin dejar lugar a duda o discusin.5 La teora no refleja especularmente la realidad; todo conocimiento est lingstica e histricamente mediado.6 Para el conocimiento y discusin de la estructura y los sistemas, va-se Buckley (1993).7 Para algunos, el filsofo Gianni Vattimo es el fundador de la posmo-dernidad filosfica y el maestro del pensamiento dbil frente al pensa-miento dogmtico, violento o fundamentalista. Su libro El pensamiento dbil (1998) es un encuentro sobre posmodernidad y nihilismo entre l (Turn), su discpulo Santiago Zabala (Roma) y Andrs Ortiz-Oss (Deus-to). Los tres pensadores pertenecen al movimiento hermenutico funda-do por Heidegger y Gadamer. El pensamiento dbil, a decir de Vattimo, busca debilitar al ser, o sea, dejar de atribuirle caractersticas fuertes (desde todo punto de vista) para reconocerlo, en cambio, ligado al tiem-po, a la vida y a la muerte. Slo as, afirma Vattimo, ser posible la emancipacin humana, la progresiva reduccin de la violencia y de los dogmatismos. 8 Anders fue un pacificista, colaborador de Bertolt Brecht y por tanto perseguido por los nazis, compaero de estudios de Hannah Arendt, con quien estuvo casado de 1929 a 1936 y que mantuvo una corres-pondencia epistolar con Claude Eatherly, el piloto aviador encargado de evaluar el objetivo de la bomba atmica lanzada en Hiroshima. De la

    2 Por nuestra parte entendemos, con Gadamer (2000: 57), que la razn consiste siempre en no afirmar ciegamente lo tenido por verdadero, sino en ocuparse en ello crticamente. 3 La mxima fundamental de la Ilustracin, atrvete a usar tu razn, ha inaugurado la moderna cultura cientfica (Gadamer, 2000: 67).

  • DIARIO DE CAMPO16

    [] una antropologa filosfica en la poca de la tecno-

    cracia, entendida sta como el hecho de que el mundo

    en que hoy vivimos y que se encuentra por encima de

    nosotros es un mundo tcnico, hasta el punto de que ya

    no nos est permitido decir que, en nuestra situacin

    histrica, se da entre otras cosas tambin la tcnica, si-

    no que ms bien tenemos que decir que, ahora, la his-

    toria se juega en la situacin del mundo denominada

    tcnica y, por tanto, la tcnica se ha convertido en la

    actualidad en el sujeto de la historia, con la que nosotros

    slo somos an co-histricos.9

    Hasta aqu un poco de teora sobre modernidad y posmo-

    dernidad para volver al jardn de la flor del corazn, Y-

    lotl, Yolotzin, quien me otorg su confianza y proporcion

    informacin de su vida personal y acadmica, esta ltima

    ampliamente reconocida en el medio intelectual.

    Cmo empezar una semblanza de Ylotl cuando, con

    menos de un ao de edad, estuvo en las Islas Maras y

    tiempo despus pasaba largas jornadas en el hospital psi-

    quitrico La Castaeda? Empecemos diciendo que es meso-

    americanista e hinduista, aunque aborda otros campos de la

    investigacin social, como el estudio de los movimientos de

    revival; por ejemplo, el creciente movimiento de la mexica-

    nidad y otras temticas de la cultura. En una ponencia pre-

    sentada en 1988 durante el Primer Coloquio Paul Kirchhoff

    y en un artculo reeditado hace poco tiempo, Etnologa o

    etnohistoria, ella se presenta, en lo profesional y para des-

    lindarse de la etnohistoria, de la siguiente manera:

    Quisiera empezar con una profesin de fe: soy etn-

    loga. Escog esta carrera despus de incursionar en la

    medicina porque fue la que llenaba mis inquietudes

    intelectuales Particularmente me atrajo siempre la

    otredad de culturas que no fueran las nuestras; por ello

    es que me fui a la India a estudiar por ms de dos aos

    [] mi beca fue para el Departamento de Antropologa

    de la Universidad de Delhi [] En Mxico fui adems

    alumna, creo que bastante cercana, de Paul Kirchhoff,

    con quien compart muchas inquietudes profesionales,

    entre ellas las referidas a las comparaciones y la histo-

    ria cultural [] El mtodo caracterstico de la etnologa

    es el comparativo y su finalidad es establecer leyes apli-

    cables en todas las sociedades (Gonzlez Torres, 2010:

    141,143,148).

    Se puede estar o no de acuerdo con su aseveracin acerca

    de que la etnologa tenga como finalidad establecer leyes

    generales, lo que no resta ningn mrito a la obra de esta

    importante investigadora. Como si tal cosa fuese posible.

    Como discpula de Paul Kirchhoff, sus estudios sobre el

    Mxico antiguo se iniciaron y consolidaron bajo la rigurosa

    metodologa comparativa y del conocimiento de las reas

    culturales postulada por este insigne maestro. Su prepara-

    cin como antroploga la debe, adems, a Barbro Dahlgren,

    a Arturo Monzn, a quien recuerda con mucha admiracin

    y del que considera que no se le ha hecho justicia ni reco-

    nocimiento en nuestro medio. Otros profesores fueron Igna-

    cio Bernal, Roberto J. Weitlaner, Wigberto Jimnez Moreno,

    Juan Comas, Pedro Bosch Gimpera, Pablo Martnez del Ro

    y Francisco de la Maza. Otra influencia la ejerci la doctora

    Isabel Kelly, con quien estableci, a lo largo del tiempo, una

    gran amistad. Con ella realiz uno de sus trabajos de cam-

    po sobre medicina en Santiago Tuxtla, Veracruz, en el que

    participaron Hctor Garca Manzanedo y su esposa Catalina

    Grate, as como la hoy destacada antroploga Mara Euge-

    nia Vargas. Estos estudiantes vivieron el rigor de la doctora

    Kelly, que con la Gua de Murdock en mano los prepar para

    realizar los registros y efectuar el diario de campo. Uno de

    sus profesores ms cercanos en la enah fue el gran artista

    Miguel Covarrubias, a quien haba conocido en la Escuela

    de Danza de Bellas Artes, donde Ylotl estudi una tempo-

    rada. La relacin con Covarrubias la acerc a su mujer, la

    pintora Rosa Rolanda. En la danza tambin haba conocido

    a Roco Sagan, el amor inesperado, violento y apasionado

    de Covarrubias. Ylotl y el grupo de amigos que rodeaban a

    este gran artista y musegrafo vivieron con cierta incomo-

    dad la nueva situacin del maestro.

    Estamos en la dcada de 1950. En la enah haba un gru-

    po de grandes e ntimos amigos que se conocan de la

    Escuela de Pintura La Esmeralda, como Jorge Angulo, de

    donde pasaron a estudiar antropologa. Por cierto que

    en esa poca Ylotl fue musa de varios artistas. Conserva

    un retrato que le hizo ker Larrauri y otro que le hizo el

    maestro Nishizawa cuando ella tom cursos con l en San

    Carlos, donde se code con artistas como los Coronel. El

    correspondencia con este piloto paria y vctima, internado en un hos-pital de veteranos, Anders public un documento llamado Burning Conscience (Ms all de los lmites de la conciencia): un documento sobre el miedo, la irracionalidad, la desesperacin. A raz de la publica-cin de El piloto de Hiroshima (2002) Anders fue calificado como comu-nista y persona non grata en Estados Unidos. Informacin en lnea sobre el autor [http://es.wikipedia.org/wiki/G%C3%BCnther_Anders].9 La obra fue publicada por la editorial valenciana Pre-Textos [http://www.pre-textos.com/prensa/?tag=gunther-anders].

  • QUEHACERES 17

    retrato que ms le gusta es precisamente el que le hizo

    Larrauri, quien se convertira en destacado pintor y mu-

    segrafo. Tambin conserva un retrato de la paleta del in-

    geniero Heberto Castillo, amigo de la familia. Otros amigos

    y compaeros en la enah fueron Paco Gonzlez Rull, Carlos

    Navarrete, Queta Ramos Chao, Rodolfo Stavengahen, Csar

    Tejeda, Leonel Durn y tantos ms.

    Ylotl saba de muchas maneras que una forma de co-

    nocimiento se obtiene por medio del viaje que a la vez es

    una travesa a otros territorios y al interior de uno mismo.

    En 1957 el profesor Guillermo Garcs, quien formaba par-

    te de una organizacin de estudios orientales con Antonio

    Monzn (hermano de Arturo), la ayud a obtener una beca

    de la Indian Council for Cultural Relations (iccr), empujada

    y apoyada por Kirchhoff se fue con 200 rupias mensuales

    ms el pago de comida e internado. All entabl contacto

    con un agregado cultural de apellido McGregor, amigo de

    su mam; se reencontr con Garcs y conoci al enton-

    ces sacerdote Felipe Pardinas, quien aval sus estudios de

    antropologa en Mxico, por lo que consideraba que ella

    estaba lista para hacer su doctorado en la Universidad de

    Delhi. Pardinas la invit desde entonces a colaborar con l

    una vez que regresara a Mxico. El sacerdote era amigo de

    Sonia Lombardo y de Luis Lesur, prometido de Ylotl en

    aquel entonces y con quien contraera nupcias a su regreso

    de la India. El padre Pardinas los cas. De este matrimo-

    nio nacieron Shanti y Luis. Ella est preparando la biografa

    y ordena el archivo de Natalia Baquedano, ta abuela de

    Ylotl, considerada como la primera fotgrafa mexicana.

    Shanti le ha dado dos nietos maravillosos. El inolvidable

    Luis fue conocedor profundo de estrellas y constelaciones,

    donde ahora se encuentra encendiendo luminarias, all por

    las esferas celestes, segn un orden y misterio que l cono-

    ca y nos est vedado.

    En el internado para nias ortodoxas en la India haba

    muchas restricciones y Ylotl tena que firmar el libro de las

    personas a las que poda o no visitar. Fue gracias a Pardinas

    que sali con el maestro Sing y su esposa, que profesaban

    la religin sikh. Juntos viajaron a Hinachl Pradesh y al Pun-

    jab, cerca de Pakistn. Este antroplogo, como muchos en

    esa poca, era especialista en el estudio de las tribus, y

    a Ylotl le interesaba ms el estudio de las reas cultura-

    les; ms tarde viaj con su amiga hind Gossi, con quien

    mantiene una gran amistad. Se fueron al Himalaya, viajaron

    por el Ganges hasta Shillong, en el oriente de la India. En

    esa ocasin encontr alojamiento en la que fue casa de

    campo del escritor Rabindranath Tagore, cuya duea era

    miembro del Parlamento. Despus la propia Universidad de

    Delhi la relacion con el antroplogo Nirmal Kumar Bose,

    que viva en Calcuta, haba sido secretario de Gandhi y era

    especialista en arquitectura y reas culturales. All empez

    la especializacin de Ylotl en el conocimiento de la diver-

    sidad cultural de la India, pas al que ha vuelto en varias

    ocasiones en plan profesional y de trabajo.

    Al leer parte de la obra de la investigadora, con motivo de

    la preparacin de esta semblanza, me llam la atencin su

    gran conocimiento y erudicin acerca de las sociedades neo-

    lticas de la India; de las migraciones ocurridas en un pasado

    remoto en el sureste asitico; de los idiomas austronesios;

    de los pueblos navegantes que influyeron en zonas como

    la isla de Pascua, en Sudamrica; de la influencia de la cul-

    tura jomn en Valdivia, Ecuador, y de sus preocupaciones

    para despejar la existencia o no de las relaciones transpac-

    ficas postuladas, entre otros, por Paul Rivet, aunque ella no

    slo lo cita a l, sino a buena cantidad de investigadores que

    han tratado estos temas. En una de nuestras conversaciones

    rese que cuando lleg a realizar sus estudios a la India, all

    predominaba el estudio de las tribus, y a ella le interesaba

    el estudio de las culturas tradicionales, de las reas cultura-

    les, de las culturas urbanas modernas y de la religin Qu es

    una tribu en ese contexto? As despej mi ignorancia:

    Las tribus no son hinds, ni musulmanes, ni cristia-

    nos, ni castas; son grupos aborgenes, los ms anti-

    guos de la India. Por ejemplo, los nagas del noreste

    de la India que tienen relacin con el suroeste de la

    India. Los nagas eran cazadores de cabezas convertidos

    al metodismo en su mayora. Tambin hay amgaminagas;

    hay grupos kasis de organizacin matrilineal. Los kasis

    son austronesios y los nagas de lengua sinotibetana (co-

    municacin personal, 29 de junio de 2011).

    Aunque se queja de su mala memoria, la respuesta anterior

    fue rpida y erudita, sin consultar notas. Ylotl es una gran

    conocedora de la India y es una pena que para estos temas

    no tenga muchos interlocutores, como s los hay para sus

    investigaciones sobre cultura y religin del Mxico antiguo,

    a las que ha estudiado buscando, como ya he mencionado,

    comparaciones con Asia, y con la India en particular, como

    se aprecia en su artculo La prostitucin en las sociedad

    antiguas (Gonzlez Torres, 2009:160-190), donde analiza

    la presencia de las auianime en la sociedad mexica y la di-

    versidad de hierdulas o prostitutas sagradas en Mesopota-

    mia, India y otras regiones del mundo.

  • DIARIO DE CAMPO18

    A su regreso, Felipe Pardinas estaba por crear la

    Escuela de Antropologa en la Universidad Iberoame-

    ricana y renov su invitacin a Ylotl para colaborar

    con l. As, de 1960 a 1963 ocup la Direccin del Centro

    de Estudios Asiticos, y despus fungi como secretaria

    ejecutiva de la Escuela de Antropologa de esa universidad.

    En la primera generacin de maestros participaron Ignacio

    Bernal, Wigberto Jimnez Moreno, Morris Swadesh, Luis

    Lesur y la propia Ylotl, que empez all su larga trayecto-

    ria como docente impartiendo la materia Mito y religin.

    Entre los primeros alumnos recuerda a Luz Mara Valds,

    Ana Elena Baz, Pablo Tacayama y Carmen Aguilera. As

    empez una carrera ascendente como investigadora y do-

    cente. Ya haba obtenido su ttulo de maestra con la tesis

    El culto a los astros entre los mexica, y tiempo despus

    hara su doctorado en la unam, el mismo que culmin con

    su tesis El sacrificio humano entre los mexica. Tambin

    en la unam ha impartido la asignatura Introduccin a las

    culturas de Asia en la Facultad de Filosofa y Letras desde

    1998 hasta la fecha, y en esa misma casa de estudios ocu-

    p, entre 1966 y 1967, la Secretara Ejecutiva del Centro de

    Estudios Orientales.

    Adems de sus actividades de investigacin y docencia,

    de 1977 a 1983 ocup la Jefatura del Departamento de Et-

    nologa y Antropologa Social del inah, y de 1983 a 1993 fue

    directora del Museo de El Carmen, a cargo del mismo institu-

    to. No podremos resear aqu su numerosa participacin en

    encuentros nacionales e internacionales. Slo mencionar

    algunos para demostrar la relevancia de mi estimada colega.

    As pues, fungi como secretaria de organizacin interna del

    XXXV Congreso Internacional de Americanistas. De 1972 a

    1973 fue coordinadora del Seminario de Estudios de las Reli-

    giones Prehispnicas en el Centro de Investigaciones Bsicas

    en Antropologa del inah (ceba, despus cisinah y posterior-

    mente ciesas). De 1972 a 1990 fungi como secretaria de la

    Sociedad Mexicana para el Estudio de las Religiones (smer), y

    de 1982 a la fecha ha sido coordinadora en Mxico de la Co-

    misin de Antropologa Urgente (Commision of Urgent An-

    thropology) de la Union of Anthropological and Ethnological

    Sciences (uiaes). Hasta la fecha tambin es coordinadora del

    seminario permanente de Antropologa, Psicoanlisis y Reli-

    gin. Es investigadora de tiempo completo en la Direccin de

    Etnologa y Antropologa Social del inah (deas) y miembro del

    Sistema Nacional de Investigadores (sni), nivel III.

    Durante nuestras entrevistas brotaron recuerdos y nos-

    talgias, nombres de amigos y memorias de trabajos reali-

    zados, como el que hicieron bajo la direccin de Teodoro

    Gonzlez de Len y Luis Lesur (que, por cierto, era muy

    buen mozo). En este proyecto participaron la propia Ylotl,

    mi compaera y gran amiga Aura Marina Arriola (in me-

    moriam), Elio Alcal, Margarita Nolasco y Too Cedillo (los

    dos ltimos tambin ya fallecidos), Csar Tejeda y Gastn

    Kerriu. Tambin evoc el primer trabajo en el inah despus

    de que dej la Ibero, la misma que ya haba abandonado

    el padre Pardinas para irse a estudiar a la enah, colgar los

    hbitos y contraer matrimonio.

    Ylotl ingres al Departamento de Investigaciones His-

    tricas del inah, entonces dirigido por el profesor Wigberto

    Jimnez Moreno y donde colaboraban, entre otros investi-

    gadores, nuestras estimadas colegas emritas Tita Braniff y

    Alicia Olivera Sedano, as como Mayn Cervantes, mi que-

    rida compaera que ahora preside la Academia Mexicana

    de Ciencias Antropolgicas (amca). Tiempo despus, cuan-

    do los doctores Beatriz Barba de Pia Chan y Julio Csar

    Oliv Negrete (tambin ya fallecido) tuvieron por encargo

    del inah la subdireccin y direccin, respectivamente, del

    Museo Nacional de las Culturas, Ylotl ingres all, pri-

    mero como encargada de las exposiciones temporales y

    despus como especialista y curadora de las culturas de

    Asia. Entonces trabajaban en el museo Mara Elena Mora-

    les, Perla Valle (qepd) y Barbro Dahlgren (qepd), Ricardo

    Ferr dAmare, Constanza Vega y Carmen Aguilera.

    El padre de Ylotl, el doctor Ral Gonzlez Enrquez, fue

    un destacado mdico psiquiatra, escritor de un gran nmero

    de artculos derivados de su profesin as como de algunas

    novelas. Don Ral fund la Asociacin Latinoamericana de

    Estudios Psiquitricos, fue profesor en varias instituciones,

    ocup cargos importantes en el sector salud y tuvo tambin

    bajo su responsabilidad algunos pabellones de enfermos

    mentales en La Castaeda. Adems de docente en varias

    instituciones, fue profesor en la enah, donde imparti la

    asignatura Psicodinamia de las culturas desde 1950. Su

    esposa y madre de Ylotl fue la mdica oftalmloga Cle-

    mentina Torres Baquedano, amiga muy cercana de las doc-

    toras Matilde Rodrguez Cabo y Esperanza Cano, mdicas

    prominentes de esa poca.

    Y quin lo iba a imaginar? Ylotl pas sus primeros ai-

    tos en las Islas Maras. Tambin, con su hermano Ral Xumin,

    pas largas jornadas en el manicomio general de La Castae-

    da. Resulta que el doctor Gonzlez formaba parte del Conse-

    jo Supremo de Defensa y Prevencin Social de la Secretara

    de Gobernacin y en 1933 fue enviado por la Direccin de

    Prevencin Social como mdico psiquiatra para estudios

    de criminologa a aquellas nsulas. En la Nota biogrfica

  • QUEHACERES 19

    publicada por Ylotl en el libro de su padre Notas para la in-

    terpretacin del pensamiento mgico, que prolog de manera

    amplia y erudita quien fue su discpulo en la enah, el antrop-

    logo Claudio Esteba (Gonzlez, 2010: 435-453), leemos:

    Era entonces director del penal el general Francisco

    Mgica, quien ejerca un rgimen desptico y autori-

    tario. Gonzlez Enrquez se atrevi a criticar el des-

    empeo del general y esto le trajo represalias [] Su

    estancia en el penal suscit su inters por los estudios

    criminolgicos, a los que dedic muchas conferencias,

    ponencias y publicaciones, entre otras la investigacin

    sobre la psicodinamia de los delincuentes. Prepar el

    proyecto para la creacin del anexo psiquitrico de la

    isla Mara Madre, Nayarit, y el libro El problema sexual

    del hombre en la penitenciara. Despus ingres a la

    Academia de Ciencias Penales.

    Cuenta Ylotl: Como mi nana era una reclusa, me llevaba

    a pasar lista por la maana. Dicen que aprend muchas gro-

    seras. Los doctores Clementina Torres Baquedano y Ral

    Gonzlez procrearon a Ylotl y a sus hermanos menores,

    Ral Xumanin y Yani Dina Alejandrina, nueve aos menor

    que Ylotl y arquitecta muy vinculada con el inah. Despus

    del trabajo profesional de ambos en la Islas Maras, los dos

    trabajaron en La Castaeda, en distintos pabellones, donde

    los nios Ral y Ylotl conocan a muchos pacientes, ya

    que pasaban all largas horas en espera del fin de la jorna-

    da. Entre las mltiples actividades del doctor Gonzlez hay

    que mencionar que l y la doctora Isabel Kelly tuvieron

    a su cargo en Mxico un programa patrocinado en Esta-

    dos Unidos, cuya finalidad era preparar en lo profesional a

    enfermeras psiquitricas. Una vez que termin uno de los

    cursos, el grupo decidi tomar unas vacaciones en Teco-

    lutla. La doctora Kelly qued en tierra y siete de ellos toma-

    ron una embarcacin, la cual naufrag: jams encontraron

    a un solo sobreviviente. El doctor dej sobresalientes

    discpulos como Aniceto Aramoni, Jos Luis Gonzlez

    Chagoyn y Santiago Ramrez. El doctor Gonzlez y otros

    colegas, como el doctor De la Fuente, contribuyeron para

    que Eric Fromm, que ya haba llegado a Mxico pero por

    razones de salud de su esposa viva en Ixtapan de la Sal, se

    trasladara a la ciudad de Mxico, donde se origin y renov

    la psiquiatra y se introdujo el psicoanlisis.

    Muchos recuerdos relatados por Ylotl se quedan en mis

    notas. Lo ms conveniente es invitarlos a leer su vasta obra

    mientras Shanti se decide a hacer una biografa completa.

    Slo me queda por ahora, adems de volverle a agradecer

    la confianza que me otorg, dar sus generales:

    Naci en la ciudad de Mxico el 7 de marzo de 1932 con

    el nombre de Ylotl Lucrecia Clementina, y ya es hora de

    nombrarla investigadora emrita del inah.

    Bibliografa

    Anders, Gnther, La obsolescencia del hombre, Valencia, Pre-Tex-

    tos, 2012.

    _____, El piloto de Hiroshima, Barcelona, Paids, 2002.

    Bez-Jorge, Flix, Olor de santidad, Xalapa, Universidad Veracru-

    zana, 2010.

    Bauman, Zygmunt, Tiempos lquidos, Barcelona, Tusquets, 2007.

    Buckley, Walter, La sociologa y la teora moderna de sistemas, Bue-

    nos Aires, Amorrortu, 1993.

    Comentario sobre el concepto de modernidad en Freitag, en

    Conspiratio, 2002, en lnea [http://www.conspiratio.com.mx/

    conspiratioo/?page_id=388].

    Dumont, Fernando, Del terror nazi al mejor de los mundos ci-

    bernticos, conferencia para el Departamento de Sociologa

    de la Universidad de Laval, trad. de Francisco Drake, Cons-

    piratio, 2009, en lnea [http://www.conspiratio.com.mx/

    conspiratioo/?cat=1].

    Gadamer, Hans-Georg, Elogio de la teora, Barcelona, Pennsula,

    2000.

    Gonzlez Enrquez, Ral, Notas para la interpretacin del pensamiento

    mgico, estudio introductorio de Claudio Esteva-Fabregat, Xala-

    pa, Gobierno del Estado de Veracruz, 2010 [1948].

    Gonzlez Torres, Ylotl, La prostitucin en las sociedades anti-

    guas, en Religiones comparadas en Mesoamrica y Asia, Xalapa,

    Gobierno del Estado de Veracruz, 2009, pp. 160-190 [1989].

    _____, El maz: mitos y ceremonias, en Diario de Campo, Mxico,

    Coordinacin Nacional de Antropologa-inah, suplemento, nm.

    52, enero-febrero de 2009, pp. 78-83.

    _____, La santera en Mxico, en Diario de Campo, Mxico, Coor-

    dinacin Nacional de Antropologa-inah, suplemento, nm. 44,

    septiembre-octubre de 20