Dialogos V4 N2

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Dialogos V4 N2

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  • Revista dilogos Vol. 4No. 2Julio2014ISSN: 1852-8481

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    Revista Cientfica de Psicologa, Ciencias Sociales, Humanidades y ciencias de la Salud

    Revista dilogos Vol. 4No. 2 Julio 2014 ISSN: 1852-8481

    Autoridades

    Universidad Nacional de San Luis

    Dr. Flix Nieto Rector

    Mg. Jorge Olgun

    Vicerector

    Esp. Jos Luis Martnez Secretara General

    Dr. Carlos Jos Menendez

    Secretara de Infraestructura y Servicios

    Prof. Liliana Mollo Secretara de Relaciones

    Interinstitucionales

    Dra. Mercedes Edith Campderrs Secretara de Ciencia y Tecnologa

    Mg. Vicente Mario Fusco Secretara de Extensin Universitaria

    MCs. Edilma Olinda Gagliardi

    Secretara Acadmica

    CPN Vctor A. Moriigo Secretara de Hacienda y Administracin

    CPN Jorge Ariel Sosa

    Secretara de Asuntos Estudiantiles y Bienestar Universitario

    Dra. Marcela Printista Secretara de Posgrado

    diLogos - Universidad Nacional de San Luis - Facultad de Ciencias Humanas Vol. 4Nro.2Julio2014

    URL: www.dialogos.unsl.edu.ar e-mail: [email protected]

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    Directores Editores Asesores Editoriales

    Mauro E. Maas Universidad Nacional de San Luis

    Tel. 0266 154619796

    Marcelo Alejandro Muoz

    Universidad Nacional de San Luis Tel. 0266 154570853

    Hugo Klappenbach

    Universidad Nacional de San Luis

    Ramn Sanz Ferramola Universidad Nacional de San Luis

    Enrique Saforcada

    Universidad de Buenos Aires

    Isaac Prileltensky Universidad de Miami

    Comit de Redaccin

    Maringeles Sosa Universidad Nacional de San Luis

    Yanina Albino

    Universidad Nacional de San Luis

    Mara Emilia Torres Universidad de Mendoza

    Comit Cientfico

    Hugo Klappenbach Universidad Nacional de San Luis

    Andrea Ferrero

    Universidad Nacional de San Luis

    Ramn Sanz Ferramola Universidad Nacional de San Luis

    Roberto Doa

    Universidad Nacional de San Luis

    Nelly Mainero Universidad Nacional de San Luis

    Rodolfo Paris

    Universidad Nacional de San Luis

    ngel Rodrguez Kauth Universidad Nacional de San Luis

    Walter Solar

    Universidad Nacional de San Luis

    Graciela Lima Universidad Nacional de San Luis

    Julio F. Villegas

    Universidad Central de Chile

    Enrique Saforcada Universidad de Buenos Aires

    Etiony Aldarondo

    University of Miami

    Isaac Prilleltensky University of Miami

    Maritza Montero

    Universidad Central de Venezuela

    Miguel ngel lvarez Gonzlez Universidad de La Habana

    Heliodoro Carpintero

    Universidad Complutense de Madrid

    Rubn Ardila Universidad Nacional de Colombia

    Wanda Rodrguez Arocho

    Universidad de Puerto Rico

    Juan Segu Universidad Ren Descarte -Paris V-

    Jos Toro-Alfonso

    Universidad de Puerto Rico

    Imagen de Tapa Valentina Lobo - http://www.bailarlaluz.blogspot.com.ar/ - Caracol Fotografa

    Diseo de pagina web Web Mster

    Maringeles Sosa - Mauro E. Maas

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    Revista diLogos Universidad Nacional de San Luis - Facultad de Ciencias Humanas

    Vol. 4No. 2Julio2014ISSN: 1852-8481 EDITORIAL 5 FACTORES Y PROCESOS PSICO-SOCIOCULTURALES Y AFECTIVO-EMOCIONALES QUE PUEDEN INCIDIR EN EL DESARROLLO DE COMPORTAMIENTOS Y HBITOS DE CONSUMO DE ALCOHOL EN PBERES ESCOLARIZADOS RESIDENTES EN EL PARTIDO DE SAN ISIDRO (PROVINCIA DE BUENOS AIRES). Lic. Dbora N. Duffy, Dr. Enrique Saforcada 7 EXTENSIN VS. COMUNICACIN EN LA ATENCIN DE LA SALUD COMUNITARIA. REFLEXIONES Y APORTES. Dra. Jurez Mara Paula 13 POLTICAS SOCIALES ORIENTADAS A LA CALIDAD DE VIDA DE LOS NIOS EN LA PROVINCIA DE LA PAMPA Carolina Farias-Carracedo 35 EVALUACIN DE LA ACTIVIDAD ANTIMICROBIANA Y DE LOS EFECTOS SOBRE EL BALANCE OXIDATIVO DEL ANTIMICROBIANO CIPROFLOXACINA Y DE LA TINTURA DE ECHINACEA ANGUSTIFOLIA Roma, Dardo; Vazquez, Guillermo; Martinez, Virginia; Pussetto, Luca; Peralta, Laura; Basualdo, Mara Claudia; Maas Torres, Fernando 53 MODELOS DE ATENCIN Y CONDICIONES DE ACCESIBILIDAD A LOS SERVICIOS DE SALUD MENTAL. ESTUDIO DE CASO EN UN SERVICIO DE MONTEVIDEO, URUGUAY Agstin Cano, Victoria Evia, Ismael Apud 65 LA MUSICOTERAPIA Y LAS EMOCIONES EN EL ADULTO MAYOR Estefana Jaqueline Denis; Leandro Casari 75 MTODOS DE INVESTIGACIN PARA EL ESTUDIO DE LOS VNCULOS EN JARDINES MATERNALES Lic. Celeste Daher, Dra. Alejandra Taborda 83 AUTOPERCEPCIN DE LOS ESTUDIANTES DE LA CARRERA DE PSICOLOGA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN LUIS SOBRE SU FORMACIN EN COMPETENCIAS CLNICAS. Lucas Distel 91 ANSIEDAD ANTE EXMENES ORALES EN ESTUDIANTES DE LA LICENCIATURA EN PSICOLOGA

    Vernica Rojo, Mg. Sonia Tifner y Dra. Susana Albanesi 109 ARQUEOLOGA Y FUENTES HISTRICAS. DILOGOS INTERDISCIPLINARIOS Traba, Aniela, Zuccarelli, Vernica 121 LA EVALUACIN DE LA ATENCIN EN NIOS ESCOLARIZADOS: EL EFECTO DE LA EDAD, EL GNERO Y EL CONTEXTO SOCIOCULTURAL Carrada, Mariana 139 LA NUEVA LEY DE SALUD MENTAL, FIN DE LA LOCURA? Matias Forlani 157 LA CUESTIN DE LOS IOS IDEALES EN PSICOANLISIS: LA IDENTIFICACIN CONTEMPORNEA Katzer, Nicols Emiliano; Gareca, Nahuel Facundo 163 ARTICULACIN ENTRE EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL Y LA INVESTIGACIN ENTREVISTA A DR. CAROLINA GRECO Mara Emilia Torres 169

    COMENTARIO DE LIBRO: LITERATURA DE LA PELOTA: UNA OBRA PARA LEER Y RECORDAR SIEMPRE Marcelo A. Muoz 173 NORMAS DE PUBLICACIN 181

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    Editorial

    Como hemos dicho en reiteradas oportunidades, cada nmero de la Revista DiLogos, representa

    un enorme desafo y conlleva un enorme esfuerzo del equipo de trabajo.

    Con este son ocho nmeros publicados, de a poco vamos dando consistencia al proyecto iniciado

    algunos aos.

    En esta oportunidad queremos compartir algunos datos con nuestros lectores en base a nuestras

    estadsticas:

    Este ltimo ao hemos recibido ms de diez mil visitas desde cincuenta y siete pases diferentes,

    muchos de ellos centroamericanos.

    Nuestro sitio en las redes sociales (Facebook, Google+) crece a diario y ya contamos con ms de

    2000 seguidores y las consultas por mensajes privados y correos electrnicos superan nuestra

    capacidad de respuesta.

    De muchas maneras esto nos enorgullece, ya que vemos reflejado, en estos datos, el crecimiento

    de la cantidad de lectores e interesados en DiLogos.

    Este nmero ve la luz con trece artculos. Algunos artculos vinculados al campo de la salud, otros

    vinculados al campo de la psicologa evolutiva y al campo del psicoanlisis. Por otro lado contamos

    con un aporte en el campo de la salud proveniente de Universidad de Rio Cuarto.

    Agradecemos la participacin de Emilia Torres, que hizo un valiossimo aporte entrevistando a la

    Dra. Carolina Greco en la ciudad de Mendoza. Actualmente la Dra. Greco trabaja como

    investigadora asistente de CONICET en el Centro Cientfico Tecnolgico (CCT) Mendoza, es

    docente de la Facultad de Psicologa de la Universidad del Aconcagua, docente en la Residencia

    Interdisciplinaria en Salud Mental y profesora invitada de la Maestra en Psicoterapia Sistmica de

    la Universidad del Aconcagua.

    Por otro lado, el comentario de libro que incluye este nmero, realizado por Marcelo Muos

    (editor de la revista) versa sobre el titulo Literatura de la pelota, una fastuosa compilacin de

    textos sobre ftbol que hizo el gran poeta Roberto Jorge Santoro, muerto-desaparecido en los

    inicios de la ltima dictadura militar.

    Para el Arte de Tapa contamos con el aporte artstico de la fotgrafa y cineasta Valentina Lobo, y

    la composicin, como es habitual, a cargo de nuestra compaera Maringeles Sosa (comit de

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    redaccin), quien en cada nmero de la revista colabora con el diseo de tapa y la esttica de los

    distintos nmeros.

    Por ltimo y no menos importante, es necesario que lectores puedan destacar, el trabajo de uno

    de los editores Mauro Maas, en poner todo su esfuerzo para compaginar y organizar la versin

    final del nmero digitalizado. Tarea que no es para nada fcil.

    Esperamos que este volumen les sea de agrado de los lectores, de la misma manera que nos es de

    mucho agrado a nosotros ponerlo a disposicin.

  • Factores Y Procesos Psico-Socioculturales Y Afectivo-Emocionales Que Pueden Incidir En El Desarrollo De Comportamientos Y Hbitos De Consumo De Alcohol En Pberes Escolarizados Residentes En El Partido De San Isidro (Provincia De Buenos Aires).

    Revista dilogos Vol. 4No. 2Julio2014ISSN: 1852-8481

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    Revista diLogos Universidad Nacional de San Luis - Facultad de Ciencias Humanas

    Vol. 4Nro. 2Julio2014 pp. 7-12

    FACTORES Y PROCESOS PSICO-SOCIOCULTURALES Y AFECTIVO-EMOCIONALES QUE PUEDEN INCIDIR EN EL DESARROLLO DE COMPORTAMIENTOS Y HBITOS DE CONSUMO DE ALCOHOL EN PBERES ESCOLARIZADOS RESIDENTES EN EL PARTIDO DE SAN ISIDRO (PROVINCIA DE BUENOS AIRES).

    Enviado: 07/08/2013 Aceptado: 10/03/2014 Autor: Lic. Dbora N. Duffy, Dr. Enrique Saforcada Institucin: Universidad Nacional de Buenos Aires - Email: [email protected]

    Resumen. La presente investigacin se propuso explorar y describir en pberes de 8 a 14 aos, de escuelas pblicas del partido de San Isidro (Provincia de Buenos Aires), sobre los factores y procesos psico-socioculturales y afectivo-emocionales que pueden incidir en el desarrollo de comportamientos y hbitos de consumo de alcohol. Se explor y describi el modo en que estos factores inciden en la gnesis de vulnerabilidad y de invulnerabilidad con respecto al inicio en el consumo de alcohol y las modalidades de su ingesta (abstinente, moderada y excesiva simple). Asimismo, se detect la organizacin de las actitudes sociales que posicionan al pber con respecto al alcohol, indagando la estructura de opiniones y creencias con respecto a sta sustancia. La investigacin const de dos fases. En la primera se administraron dos cuestionarios: el Test de Autoestima de Grajales y Valderrama, y un cuestionario que evalu el comportamiento con respecto al alcohol. En la segunda etapa se formaron grupos focales teniendo en cuenta las siguientes variables: edad, sexo, valor obtenido en el Test de Autoestima y comportamiento con respecto al consumo de alcohol. Los resultados muestran una correlacin significativa entre la historia familiar de consumo de alcohol y el consumo de los pberes, as como entre el consumo de los pares y el consumo de los estudiantes. Otros resultados adicionales indican el impacto de la publicidad de alcohol en los pre-pberes y pberes, adems de la informacin sesgada que poseen sobre los riesgos del consumo de alcohol. Palabras Claves: Pre-pubertad/Pubertad, Factores psicosocioculturales, Procesos afectivos-emocionales, Comportamiento con respecto al alcohol

    Abstract. Present research set out to explore and describe pubers aged 8 to 14, of public schools in the partido of San Isidro, province of Buenos Aires, on the factors and processes psicosocioculturales and afectivo-emocionales that they can influence development of behaviors and habits of alcohol consumption. He explored and described the way in which these factors have an impact on the genesis of vulnerability and invulnerability to the home in the consumption of alcohol and the modalities of their intake (abstinente, moderate and excessive simple). The Organization of social attitudes that position the pre-adolescent with regard to alcohol, was also detected investigating the structure of opinions and beliefs with regard to this substance. The research consisted of two phases. In the first two questionnaires were administered: the Test of self-esteem Grajales and Valderrama, and a questionnaire that evaluated the behavior with regard to alcohol. In the second stage formed focus groups taking into account the following variables: age, sex, value obtained in the Test of self-esteem and behavior with respect to alcohol consumption. The results show a significant correlation between family history of alcohol consumption and the consumption of the pberes, as well as of the pairs and the consumption of students. Other additional results indicate the impact of advertising of alcohol in the pre-pberes and pberes, as well as the biased information they possess on the risks of drinking alcohol. Keywords: Pre-pubertad/puberty - factors psicosocioculturales - afectivos-emocionales processes - behavior with regard to alcohol

    INTRODUCCION En Argentina, los estudios que analizan consumo de sustancias psicoactivas en pre-pberes y pberes iniciales son escasos o inexistentes. De hecho, los estudios nacionales se realizaron con poblaciones a partir de los 12 aos en adelante (SEDRONAR 2001, 2007; SEDRONAR & INDEC, 2005). A pesar de los esfuerzos y

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    recursos invertidos los programas desarrollados en base a la informacin generada por estas investigaciones slo han tenido un xito limitado, en principio esto se debe a que son estudios de corte transversal, estticos y descriptivos. Asimismo, es razonable postular que esta falta de eficacia tambin se explique a partir del hecho de que las motivaciones, actitudes y expectativas que llevan al consumo de alcohol y sus diferentes tipos de ingesta es factible que se generen y estructuren antes de la adolescencia, es decir en la pre-pubertad y pubertad inicial, esto es, entre los 8 y 14 aos. Es decir, tanto la exposicin temprana a travs del ncleo familiar, los eventos comunitarios y sociales y los medios de comunicacin tienen influencia sobre las percepciones y estructuracin de valores de los nios y nias respecto de estas sustancias adictivas antes de iniciarse en su consumo. Si bien se reconoce la importancia de la Ley Nacional 24788, implementada en el ao 2009, de Lucha Contra el Alcoholismo, son necesarias estrategias intersectoriales e interjurisdiccionales, complejas y diversas si el objetivo es promover la salud y mejorar la calidad de vida en los pberes y futuros adultos. Se considera urgente que los gobiernos (en sus tres jurisdicciones) encuentren estrategias efectivas para evitar el consumo y abuso de alcohol en los pberes para que a futuro sean adultos con buena calidad de vida, logren tener hijos saludables y sean agentes multiplicadores de estilos de vida sin alcohol o con patrones de ingesta moderada. El trabajo que se propuso aqu plantea una alternativa de profundizacin y pretende vislumbrar los procesos que pueden incidir en el desarrollo de comportamientos y hbitos de consumo de alcohol en pberes escolarizados. El propsito ser entender dichos procesos y los factores que en ellos intervienen con miras a la construccin de estrategias de accin tendientes a evitar el inicio de hbitos que vulneran la salud. Objetivo General Explorar en pberes de ambos sexos, de 8 a 14 aos escolarizados, con alta autoestima (24 a 44 puntos Test VA) y baja autoestima (0 a 20 puntos Test VA) sobre los factores y procesos psicosocioculturales y afectivo-emocionales que inciden en la gnesis de vulnerabilidad y de invulnerabilidad con respecto al inicio en el consumo de alcohol y las modalidades de su ingesta (abstinente, moderada o excesiva simple). Objetivos Especficos 1. Detectar la organizacin de las actitudes sociales (en el sentido de Eysenck, 1964) que posicionan al pber con respecto al alcohol, al consumo y al abuso, indagando la estructura de opiniones y creencias especficas. 3. Indagar sus opiniones y juicios valorativos con respecto a los otros significativos -en el sentido de Berger y Luckmann, 1988- (entre ellos grupos de referencia y pertenencia y redes socioafectivas) que consumen alcohol y aquellos que no lo hacen. 4. Detectar los conocimientos sobre el consumo, el abuso y la incidencia en la salud funcional, junto con los efectos nocivos en las condiciones de salud. 5. Indagar las posibles vinculaciones entre las variables autoestima y el comportamiento con respecto al alcohol. MATERIALES Y METODOS Diseo La presente es una investigacin exploratoria-descriptiva que se desarroll desde una perspectiva cualitativa utilizando fundamentalmente grupos focalizados y breves cuestionarios de autoadministracin (solo para determinar el comportamiento hacia el alcohol y la autoestima). Poblacin y Muestra La poblacin corresponde a pberes de ambos sexos, de 8 a 14 aos, escolarizados en dos escuelas pblicas del Partido de San Isidro, Provincia de Buenos Aires.

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    Instrumentos o Tcnicas de Recoleccin de Datos La tcnica central a emplear en esta investigacin fue la de grupo focal con seis participantes cada uno. Por otra parte, con fines de control de las variables autoestima y comportamiento con respecto al alcohol, se utiliz para la primera de ellas el mencionado Test de Autoestima (Test VA) de Grajales y Valderrama; para la segunda de estas variables se construy un breve cuestionario elaborado con el fin de determinar el mencionado comportamiento en trminos de las correspondientes definiciones operativas de Marconi. RESULTADOS Al analizar las principales caractersticas del consumo de alcohol en los pr-pberes y pberes, valoramos que la mayora se inician en la ingestin en la etapa de la pubertad a partir de los 11 aos, lo cual posee repercusiones negativas en su salud futura, as como en el desarrollo socio-psicolgico de los contextos familiares y sociales en que tienen su existencia concreta, pues el hbito del alcohol se consolida en su estilo de vida. Asimismo en los grupos focales se corrobor la influencia que ejercen las personas allegadas a los estudiantes en la decisin de tomar o no alcohol, se indag si en la casa y/o el grupo de amigos se acostumbra tomar bebidas alcohlicas y se demostr que existe una relacin entre el riesgo de consumo y el consumo de alcohol, es decir que, tanto los grupos de pertenencia como los de referencia ejercen una influencia importante induciendo al consumo de alcohol. Esto significa que el riesgo de consumo aumenta considerablemente si el pre-pber o pber est expuesto a ambientes donde se consume alcohol, sea por parte de familiares y allegados o por su grupo de referencia. En la etapa de la vida que estamos analizando la frecuencia de consumo aumenta con el paso de las fases de la adolescencia, y esto est relacionado con las caractersticas de cada una de ellas. Se comprob que la mayora de los pre-pberes y pberes (8 a 11 aos) no se embriagan. Sin embargo, comienzan a preexistir los episodios de embriaguez a partir de los 13 aos y entre los que lo hacen hay diferencias importantes entre ambos sexos, presentndose una mayor tendencia entre los varones. Igualmente, es preocupante para el trabajo de prevencin del consumo episdico excesivo de alcohol el hecho de que la cerveza sea el tipo de bebida con mayor frecuencia de consumo, puesto que no solo es la ms econmica, sino que adems, es la que requiere de un mayor consumo para que el individuo experimente los efectos negativos del beber en exceso, y esto la convierte en un poderoso reforzador del hbito y puerta de entrada hacia otros consumos. El nivel de informacin sobre los efectos del consumo excesivo de alcohol es en general insuficiente, cargado de mitos y prejuicios e informacin errnea. En la tcnica de grupo focal con relacin al riesgo de ser alcohlico, la mayora identific como riesgo de alcoholismo la ingesta frecuente, en cantidades excesivas y la ingestin sin medida. Habiendo en la mayora de los casos, e incluso en los grupos de nios de 8 a 11 aos, conciencia sobre el riesgo de consumir en exceso. A su vez, al hablar de cundo consideran que una persona posee problemas por el consumo de alcohol, la mayora, en ambos grupos de edad consideraron que se trata de personas con problemas mentales, que provocan conflictos familiares, por lo general violentas, que presentan dificultades laborales, o que descuidan su aspecto personal y su alimentacin. Tambin se expresaron gran cantidad de asociaciones entre el consumo de alcohol en exceso, los episodios de violencia (los cuales eran relatados habiendo un fuerte discurso proveniente de los medios de comunicacin) y el concepto de locura reforzando el estigma sobre las personas con padecimiento mental como peligrosas e incontrolables. Los motivos de consumo encontrados estn en relacin con las caractersticas de cada una de las etapas. La primera etapa comprende las edades entre 8 a 11 aos, donde por primera vez se consume alcohol generalmente acompaado por un adulto que promueve esta primera ingesta o por el grupo de pares. La segunda etapa, 12 a 14 aos, se caracteriza por su emocionalidad intensa, donde se busca elevar la

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    autoestima para enfrentar el nuevo rol, y predomina el afn de experiencias nuevas. En dicha etapa, aumentan las exigencias y las necesidades de independencia y emancipacin que en muchas ocasiones se acompaan de inseguridad, por esto es mayor aqu la proporcin de los que consumen por sentir seguridad y confianza. La proporcin de individuos que beben en grandes cantidades y buscan la aceptacin de los dems es mayor en la adolescencia temprana -entre los 11 a 15 aos-, debido a que aqu el grupo adquiere su mayor relevancia. En la tcnica de grupo focal con relacin a las causas de ingestin de bebidas alcohlicas, la mayora expres que ingieren, en esta segunda etapa entre los 12 a los 14 aos- para buscar independencia, seguridad, tambin para ser aceptados por su grupo de pares y para sentirse adultos. Con respecto al inicio del consumo de alcohol, los medios de comunicacin y la publicidad, debemos partir de la base que los anuncios forman lo que pensamos y cmo nos sentimos. Las grandes compaas de bebidas alcohlicas han invertido a lo largo de los aos grandes cantidades de dinero en publicidad. Es la manera ms directa de llegar a los ciudadanos e incitarlos al consumo. En los anuncios se ofrece una imagen positiva del consumo de alcohol asocindolo con una mejora del rendimiento fsico y con el xito social y sexual. Los spots publicitarios se relacionan frecuentemente con el ambiente nocturno, el ocio juvenil, la diversin, la amistad, etc. y se busca la empata y la identificacin de los protagonistas del anuncio con el espectador. En los grupos focales hemos indagado el papel que cumplen las publicidades en la formacin de gustos y apetencias. Es interesante destacar que cuanto menor sea la edad, en esta investigacin los nios de 8 a 11 aos, predomina la representacin negativa sobre el consumo de alcohol. Es a medida en que se aumenta en edad y que la sociabilidad y el grupo de pares es tan vital para la vida del adolescente temprano donde parece no tener tan en cuenta los efectos negativos sobre el consumo y se resaltan los positivos. Es decir, que en los dos casos poseen informacin sobre los efectos del consumo de alcohol pero a medida que la edad avanza parece que los mismos cobran otro sentido y no son tomados en cuenta, o por lo menos se flexibilizan con la idea del autocontrol, por ejemplo: Esto le pasa a otro que no puede controlarse y no a m. (Grupo de 13 aos, cuando se les mostraba las fotos de personas consumiendo en exceso). DISCUSIN En los resultados anteriormente descriptos, en cierto modo similares a los reportados por diversos autores, existe una correlacin positiva entre el consumo de alcohol en la familia y el consumo de los estudiantes, as como entre el consumo de los amigos y el consumo de los estudiantes. Es importante tener en cuenta la baja edad de inicio en el consumo de alcohol en los estudiantes de nuestra muestra que fue de 11 aos, en esta edad la influencia de los pares y de lo aprendido en su familia sobre el consumo de alcohol pueden ser decisivos para hacer de ello una prctica ms consistente, adems que la edad de inicio es una variable fuertemente asociada al consumo de drogas (Martnez y Robles, 2001).

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  • Factores Y Procesos Psico-Socioculturales Y Afectivo-Emocionales Que Pueden Incidir En El Desarrollo De Comportamientos Y Hbitos De Consumo De Alcohol En Pberes Escolarizados Residentes En El Partido De San Isidro (Provincia De Buenos Aires).

    Revista dilogos Vol. 4No. 2Julio2014ISSN: 1852-8481

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    Scholte, R., Poelen, E., Willemsen, G., Boomsma, D., & Engels, R. (2007). Relative risks of adolescent and young adult alcohol use. Addictive Behaviors, 33, 1-14

  • Extensin Vs. Comunicacin En La Atencin De La Salud Comunitaria. Reflexiones Y Aportes.

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    Revista diLogos Universidad Nacional de San Luis - Facultad de Ciencias Humanas

    Vol. 4Nro. 2Julio2014 pp. 13-34

    EXTENSIN VS. COMUNICACIN EN LA ATENCIN DE LA SALUD COMUNITARIA. REFLEXIONES Y APORTES.

    Enviado: 22/06/2013 Aceptado: 03/01/2014 Autor: Dra. Jurez Mara Paula Institucin: Universidad Nacional de Ro Cuarto. CONICET Email: [email protected] Resumen. Este artculo analiza los intercambios comunicacionales que se establecen entre mdicos pediatras del primer nivel de atencin de la salud, con madres de sectores populares, orientados por los planteos de la salud comunitaria y la pedagoga de Paulo Freire. Para ello, se consideran los aportes de una investigacin cualitativa basada en el estudio de casos que permiti la observacin de la actividad en los consultorios de cuatro mdicos de la ciudad de Ro Cuarto (Crdoba). En este escenario las dinmicas advertidas asumen prcticas extensivas en oposicin a las comunicativas. La extensin refiere a un proceso de imposicin en el que el mdico se considera a s mismo como poseedor de un conocimiento acadmico y profesional en funcin del cual da indicaciones al consultante, generando asimetra en la relacin. Como contrapartida, la comunicacin refiere a un mdico que promueve intencionalmente un intercambio intersubjetivo con el consultante, partiendo de la horizontalidad que considera a ambos como sujetos cognoscentes que construyen nuevo conocimiento -crtico y objetivado- sobre salud, que partiendo de marcos conceptuales diferentes convergen de manera dialgica a la construccin de conocimiento compartido. En este marco el mdico asume o puede asumir un rol de educador popular y de pedagogo en salud comunitaria al reflexionar sobre los procesos comunicativos y formativos que se dan en la consulta, as como su rol en la promocin de la autogestin de la salud por parte de las comunidades. Atendiendo a ello, este artculo se organiza en cinco secciones: inicialmente se realiza una contextualizacin de la perspectiva asumida, seguidamente se presentan las prcticas extensivas y luego las comunicativas, posteriormente se desarrolla la perspectiva del mdico como educador, para finalizar con reflexiones y prospectivas sobre la temtica tratada. Palabras clave: Extensin, Comunicacin, Salud comunitaria, Relacin mdico-consultante, Pedagoga de Paulo Freire. Abstract This article analyzes the communication exchanges established between pediatricians first-level health care, with mothers of popular sectors, guided by the proposals of community health and the pedagogy of Paulo Freire. To do this, we consider the contributions of qualitative research based on case studies that allowed the observation of the activity of four pediatricians in the city of Rio Cuarto (Cordoba). In this scenario the dynamics warned assume extensive practices as opposed to communication. The extension relates to a process of taxation in which the physician considers himself as having a knowledge built in academy and professional practice in terms of which then allows the consultant, creating asymmetry in the relationship. In return, the communication refers to a physician who intentionally promotes an intersubjective exchange with the consultant, starting from the horizontal which considers both as knowing subjects that build new knowledge-critical health-objectified, starting from different conceptual frameworks converge dialogically to the construction of shared knowledge. In this framework, the physician assumes or may assume a role of educator and popular community health educator to reflect on the communicative processes and training given in the consultation and its role in promoting self-management of health by communities. On this basis, this article is organized into five sections: initially , a contextualization of the assumed perspective, is made, then, extensive an communicative practices are presented, then subsequently, the physician's perspective as an educator, is developed, to end with reflections and prospects on the subject matter. Key words: Extension, Communication, Community Health, physician-consultant, Pedagogy of Paulo Freire.

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    PRESENTACIN Desde hace algunos aos el encuentro entre los mdicos/mdicas y las poblaciones ha asumido caractersticas que los distancian, lejanos a la posibilidad de convergencia desde un encuentro humano intersubjetivo, dialgico y prosocial. Diversos aspectos han favorecido esta situacin en un escenario de salud caracterizado por: una concepcin clnica-restrictiva con que se forma a los futuros mdicos a quienes se entrena de manera antiemptica (Tajer, 2012); un sistema pblico de salud que presenta condiciones de precariedad laboral para sus trabajadores; un recorte de los tiempos de atencin vinculado a la retribucin per cpita1 que reciben los mdicos por la atencin de consultorio. Ello, sumado a las caractersticas que presenta el mbito de atencin privada como: el avance de los grandes corporativismos biomdicos, el protagonismo exclusivo de las nuevas tecnologas en detrimento del dilogo, el predominio del individualismo, el xito, el lucro y la competencia como valores que rigen a algunos profesionales. Mientras que, en el otro extremo de este escenario, se encuentran las poblaciones, a las que les sigue costando acceder, no slo geogrfica sino simblica y culturalmente, a los servicios de atencin de la salud. Vinculado a esta realidad, diversos autores han reconocido la complejidad de la problemtica manifiesta en la relacin entre mdicos y consultantes2, adquiriendo la misma denominaciones como: barrera psicosociocultural (Saforcada, 2001, 2002); rotura comunicacional o metfora devaluada (Heggenhoug, 1991 citado en Kalinsky y Arre 1996); dualidad vincular de tinte verticalista (Emmanuelle, 1998); choque de creencias (Kalinsky y Arre 1996, p. 261); lgica del parntesis o branching logic (Erzinger, 1991 citado en Kalinsky y Arre 1996, p. 260); relacin inclusiva de desigualdad social (Mendoza Gonzlez, 1999); vinculacin inquietante (Ferrara, 1985); encuentro insatisfecho (Thompson 1990, p.33), spiralling down o espiral abajo (Fuller y Quesada, 1973, citados en Thompson 1990, p.33), conflicto de lucha de voces (Mishler, citado en Gwyn, 2002), entre otras. Se hace apremiante analizar y reflexionar sobre lo que sucede en esta relacin, reconociendo los obstculos que se instauran en ella provocando rasgos favorecedores de prcticas deshumanizadas en la atencin de la salud, con el consiguiente efecto negativo que stas podran tener en la generacin de actitudes negativas de la poblacin hacia los mdicos y mdicas, sus saberes y sus prescripciones, como as tambin la prdida de oportunidades para propender al desarrollo salubrista de la poblacin. En este sentido, el anlisis de la situacin, permitir elaborar propuestas alternativas orientadas a humanizar o profundizar la humanizacin de las prcticas mdicas antes que la barrera psicosociocultural genere efectos neutralizadores del potencial positivo que poseen los servicios de salud pblica, al tiempo que licue los esfuerzos que hace el pas en su inversin econmica hacia el sector salud.

    1 Se trata de una modalidad tradicionalmente empleada en el subsistema privado de atencin de la salud (prepagas y seguridad social) que ha comenzado a advertirse tambin en la atencin pblica. En este sentido, la investigacin a la que se hace mencin en este trabajo, se bas en el desempeo de cuatro mdicos pblicos que reciban una retribucin del municipio acorde a la cantidad de personas atendidas, y no a un sueldo estipulado. 2 Empleo la designacin consultante en reemplazo al tradicionalmente utilizado paciente dado que este ltimo refiere a un sujeto pasivo que se hace tratar en situacin de enfermedad. Sin embargo, en la actualidad tambin la persona sana demanda los servicios del mdico, quedando la palabra paciente obsoleta. La erradicacin del trmino se hace imperante junto con el planteo de designaciones alternativas, en este sentido, la pedagoga freireana abre la posibilidad a su problematizacin y a la emergencia a una construccin lingstica superadora. La idea de un educando que, en el marco de su cognoscibilidad hacia el mundo, da lugar a la curiosidad y se desempea pacientemente-impaciente (Freire, 1997), se recrea a la denominacin de un consultante pacientemente impaciente. El constructo paciente se toma en el sentido de un sujeto que tolera un sufrimiento y que en la anttesis inmediata de impaciencia lo reconoce, desde un rol activo y crtico. Se trata de un sujeto que significa su vivenciar en salud o enfermedad como una realidad integrante del fenmeno vital asumiendo una actitud de alerta para poder transformarla. Se caracteriza por una curiosidad insatisfecha, indcil que le permitir la construccin de un conocimiento de esa situacin que promover su injerencia en su situacin y un compromiso que lo trasciende del plano individual al colectivo y que lo involucra en actividades de participacin, gestin y defensa de los derechos en salud.

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    Atendiendo a ello, este artculo analiza la relacin mdico-consultante tomando como fundamentos a los planteos de la psicologa de la salud, de la psicologa sanitaria, la salud comunitaria y la pedagoga freireana. La psicologa sanitaria (Saforcada, 2001, 2002; de Lells, lvarez Gonzlez, Rossetto y Saforcada, 2006; Saforcada, de Lells y Mozobancyk, 2010) as como la psicologa de la salud (Morales Calatayud, 1999) plantean, entre sus intereses terico-prcticos, el estudio de los componentes subjetivos y comportamentales del proceso de salud-enfermedad y de la atencin de la salud interesados por los procesos psicolgicos y las circunstancias interpersonales manifiestas en la prestacin de estos servicios. Por su parte, la salud comunitaria es un paradigma que sita como componente principal a la comunidad (comunidades rurales, urbanas y perifricas de los sectores ms pobres, desposedos y marginados, as como de los pueblos originarios de nuestra indoafroiberoamerica3) ocupando el equipo de salud un lugar de colaborador o participante. Su trabajo se orienta a la gestin de la salud positiva basado en una epidemiologa positiva. La incorporacin de este paradigma al quehacer de la salud, implicar: que la proteccin y promocin de la salud de las comunidades asuman un lugar destacado en el quehacer profesional, que las universidades formarn profesionales y tcnicos fundamentalmente en higiologa (teora de la salud), que los gobiernos comenzarn a preocuparse por reducir muy significativamente la carga actual de la enfermedad pblica o artificial. En este escenario, el concepto de proceso de salud ser contextualizado en forma integrativa con el buen vivir de las tradiciones indgenas de Abya Yala, en oposicin del al vivir mejor del capitalismo. Este nuevo paradigma plantea un desafo a los profesionales de la salud, vinculado a asumir una actitud de apertura hacia la construccin compartida de conocimientos en salud, aprendiendo por medio de un trabajo participativo con las comunidades. En este sentido la psicologa y la medicina, sometidas durante mucho tiempo a la hegemona del modelo clnico-asistencial, comienzan a aproximarse a las comunidades promoviendo una flexibilizacin de sus estructuras cognitivas para reconocer las cualidades intrnsecas del proceso de la vida expresado desde los saberes populares (Saforcada, et al. 2010). En este marco, cabe a los psiclogos y mdicos la responsabilidad de fortalecer a las poblaciones y trabajar mancomunadamente con otros profesionales de las ciencias sociales, particularmente con quienes provienen del campo de la educacin, la pedagoga y la psicopedagoga. En la misma lnea, es nuestra obligacin empear esfuerzos para ayudar a nuestros colegas mdicos a que logren procesos exitosos de inmersin en las comunidades cambiando su paradigma, de modo tal que tambin ellos puedan participar en los procesos de co-construccin de la salud comunitaria (Saforcada et al. 2010, p.56). Atendiendo a lo planteado, desde hace algunos aos se han orientado trabajos (Jurez, 2009, 2010, 2012; Escotorin, Jurez, Cirera y Roche 2011) a la bsqueda de herramientas que contribuyan a humanizar y optimizar la relacin de los mdicos con las comunidades consultantes. Puntualmente he recurrido a la Comunicacin de Calidad Prosocial (Roche, 2010) y a la Pedagoga de Paulo Freire (1921-1997), perspectiva a la que aqu me referir. La aproximacin a la pedagoga freireana para la comprensin de la relacin mdico-consultante y para pensar en alternativas para su humanizacin, plantea un aporte en un doble sentido. Por un lado, al ser una perspectiva crtica que denuncia toda forma de dominacin, de opresin, de asimetra en las relaciones humanas, lo que nos ofrece las herramientas para comprender la dinmica de la problemtica mdico-

    3 Tomo este concepto acuado por el escritor mexicano Carlos Fuentes (1970, citado en Saforcada et al., 2010, p. 19) para reemplazar el de Latinoamrica o Amrica latina que, desde una perspectiva colonialista o eurocentrsta deja afuera a los pueblos originarios de la regin y a las grandes masas poblacionales ya naturales de la regin pero de origen africano.

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    consultante. Por el otro, al plantear una dimensin utpica, reconoce en los sujetos histricos su posibilidad de transformacin de la realidad desde un conocimiento crtico y objetivado de la misma a partir de proyectos colectivos y liberadores en el mbito de lo popular y lo pblico. Recuperar esta visin esperanzada nos permitir significar la posibilidad de transformacin para la humanizacin de una relacin mdico-consultante. En lo que sigue, el artculo se estructura en cuatro apartados, inicialmente se analizar a la extensin como mecanismo que promueve la asimetra en la relacin entre los mdicos y las comunidades consultantes, seguidamente se desarrollar la comunicacin como encuentro intersubjetivo en el que sus protagonistas se orientan a la construccin de conocimientos compartidos en salud. Posteriormente se analizar el rol del mdico como pedagogo en las consultas y educador popular en el mbito comunitario. Finalmente se realizarn reflexiones en torno a la humanizacin de la relacin como un indito viable freireano y se plantearn prospectivas de la temtica tratada. El artculo se organiza bajo una modalidad que permitir comprender la problemtica combinando dialcticamente la teora con la prctica, tomando datos emergentes de un estudio cualitativo anterior en el que se investigaron cuatro casos de mdicos y mdicas de la ciudad de Ro Cuarto (Crdoba) (Jurez, 2012). Para ello se considerarn fragmentos de intercambios dialgicos o extensivos, que permitirn comprender con mayor precisin los conceptos desarrollados. 1. Extensin del mdico al consultante en la atencin primaria y comunitaria de la salud

    Cmo puedo dialogar, si alieno mi ignorancia, si la veo siempre en el otro, nunca en mi?, Cmo puedo dialogar, si me admito como un hombre diferente, virtuoso, frente a los otros, meros objetos en quienes no reconozco otros yo?, Cmo puedo dialogar, si me siento participante de un ghetto de hombres puros, dueos de la verdad y del saber, para quien todos los que estn fuera son esa gente o nativos inferiores?, Cmo puedo dialogar, si parto de que la pronunciacin del mundo es tarea de hombres selectos y que la presencia de las masas en la historia es sntoma de su deterioro, el cual debo evitar?, Cmo puedo dialogar, si me cierro a la contribucin de los otros, la cual jams reconozco y hasta me siento ofendido con ella?, Cmo puedo dialogar, si temo la superacin y si, solo en pensar en ella, sufro y desfallezco? [Se aade las itlicas] (Freire, 1973, p. 107-108).

    La extensin implica una visin ingenua de la realidad, un sentido de superioridad, de dominacin, de imposicin con que los tcnicos y profesionales se enfrentan a las personas y comunidades concebidas como cosa, objeto de planes de desarrollo, que los niegan como ser de transformacin del mundo. Su pretensin es hacer un depsito de aquello que el hombre superior piensa que las personas deben aceptar para ser como l (Freire, 1973). La extensin se inicia cuando no hay acuerdo entre los interlocutores en torno a los signos lingsticos empleados, porque uno de ellos utiliza un sistema simblico ininteligible para el otro, imperando un lenguaje tcnico incomprensible por su interlocutor que genera la imposibilidad en la comunicacin y la asimetra. La accin extensionista expresa la necesidad que tienen quienes llegan a otras comunidades y poblaciones, consideradas inferiores, de normalizarlas y hacerlas semejantes a su mundo. Su objetivo es intentar que los sujetos cambien sus conocimientos sobre la realidad por los conocimientos del extensionista. Freire (1973) considera que la extensin no proporciona condiciones para el conocimiento ya que extiende un conocimiento elaborado a los que no lo tienen, eliminando su capacidad crtica para construirlo. Desde lo gnoseolgico la extensin muestra, sin revelar o descubrir a los individuos una nueva perspectiva.

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    El autor desarrolla una teora de la accin antidialgica que se opone a la teora de la accin que tiene como matriz a la dialoguicidad (Freire, 1973). En ella la invasin cultural y la manipulacin son caractersticas centrales. La invasin alude a un sujeto que irrumpe un espacio histrico-cultural distinto al propio ignorando las potencialidades de las personas que condiciona, imponiendo su visin del mundo, sus valores, reduciendo las personas a objetos de su accin, frenando su creatividad e inhibiendo su expansin. La invasin cultural es enajenante, alienante, autoritaria, asimtrica. Por su parte, la manipulacin sugiere cierto dominio sobre alguien, permite al sujeto manipulador explorar lo emocional de los sujetos manipulados inculcando en ellos la ilusin de que actan en la actuacin de sus manipuladores (Freire, 1973, 1992). Atendiendo a lo planteado, la pedagoga freireana ofrece elementos conceptuales que permiten comprender los intercambios habituales entre algunos mdicos/mdicas con sus consultantes y comunidades. Me refiero a encuentros en los que predomina la extensin del profesional hacia la persona del consultante en el marco de la consulta clnica. La extensin en este contexto refiere a toda situacin en la que el profesional efecta explicaciones (sea indagacin, diagnstico o tratamiento, indicaciones, prescripciones) mediante verbalizaciones depositadas de manera breve, efmera, rpida, o compleja, en un acto de imposicin que perjudica la cabal comprensin del consultante, del que no se esperan respuestas de retroalimentacin, as como aquellas instancias en que el profesional entrega prescripciones en papel sin acompaar de una explicacin, o manifiesta indicaciones efectuando gesticulaciones sin acompaarlas de la palabra. La posibilidad de haber presenciado este tipo de intercambios, me permite, en lo que sigue, compartir algunas narrativas para su anlisis.

    C1: (se acerca a la madre con las prescripciones en mano para entregrselas) tom, sta es para que retires en el Centro de salud el salutamol y el budesonide y cmo lo tens que medicar (le entrega la prescripcin pero no le explica cmo es el tratamiento con la medicacin, cmo la tiene que administrar), y cuando vayas al Centro de salud sta es para que autorices la radiografa de cadera (le entrega otra prescripcin), sta al hospital quers que te anote? (refirindose a indicarle en la orden la institucin para la cual se solicita) para radiografa de pulmn (le entrega otra prescripcin), sta la podes hacer ac es para la nutricionista (le entrega otra prescripcin), y sta laboratorio (le entrega la ultima prescripcin llenndola de papeles) (333:351.P2:105. 1 Observ. Caso1).

    Lo sealado de esta narrativa permite advertir que, el profesional le entrega a la madre ocho indicaciones, le va diciendo mecnicamente que es cada una de las mismas pero no el sentido que tienen, le dice esta es cmo lo tens que medicar pero no se detiene a explicarle el tratamiento en s, ni a cerciorarse si la madre lo ha comprendido. Literalmente es una extensin depositaria de papeles en la figura de la madre sin indagar acerca de lo que sta ha comprendido que debe hacer por lo que en ellos est indicado.

    C1: (silencio prolongado en que el mdico anota las prescripciones) ta madre! (le entrega las prescripciones a la mam de la nia) Ma1: bueno (Mira los papeles que le ha entregado el mdico) Esto? C1: al Centro de salud haces autorizar y. cuando tengas el resultado me lo traes. Vos tens el Plan Nacer? Ma1: s C1: ah (Silencio) Ma1: est listo? C1: s (142:164. P4:12. 3 Observ. Caso1).

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    En este caso el mdico le entrega prescripciones y no le dice para que son hasta que la madre al recibirlas le pregunta esto?, sin embargo no le ofrece una respuesta del tipo este es un pedido de autorizacin para unos anlisis de sangre por la anemia de X, sino le dice al Centro de salud haces autorizar y. cuando tengas el resultado me lo traes. No puede saberse a qu se refiere, qu debe autorizarse y luego hacerse y traer los resultados, no se sabe de qu est hablando y l mismo tampoco se ha cerciorado si esta madre sabe leer o no, al no decirle oralmente no le da la informacin necesaria para actuar por su salud. De esta manera, en caso de no saber leer la madre estar perdida sin saber que hacer porque tampoco el mdico se lo ha explicado oralmente. Es sabido que, como correlato de las tradiciones de formacin docente en las carreras de medicina desde modelos biomdicos vinculados a entrenamientos mdicos antiempticos (Tajer, 2012), impera en la prctica mdica una tendencia casi innata a la extensin en el marco de la consulta. Es decir, el mdico considera como objeto de su conocimiento al consultante y al no pensarlo desde el comienzo como sujeto desde la horizontalidad, impone silencios a su criterio, efecta gestos que determinan comportamientos en sus consultantes, y/o realiza emitidos que no esperan ningn tipo de respuesta, ni desde el mdico, ni desde el consultante. En algunas de las observaciones de encuentros mdico-consultantes realizadas advert, cmo el mdico extenda informaciones sin esperar ningn tipo de retroalimentacin por parte de sus consultantes, no las buscaba, no indagaba en eso, continuaba su actividad. Sumado a ello, advert que muchos consultantes no se preocuparon por ofrecer una respuesta a los enunciados unidireccionales del mdico. En esas instancias, esperaba que se sucedieran intercambios necesarios a los fines de compartir un marco significativo comn entre ellos, sin embargo me quedaba aguardando respuestas que ninguno de los interlocutores buscaban escuchar. En este sentido, la extensin del mdico al consultante se manifiesta en distintas modalidades, como: violencia de significado, cosificacin de consultantes e interrogatorios extensionistas. Atendiendo al estudio que he realizado (Jurez, 2012) considero que la extensin responde a un estilo personal e interactivo, una forma relacional desde la cual se desempean algunos mdicos y mdicas entre los cuales hemos hallado casos. En lo que sigue desarrollar las distintas modalidades de extensin. 1.1 Imposicin de significado La imposicin de significados refiere a toda situacin que manifieste un choque entre el lenguaje acadmico de los mdicos/mdicas y el lenguaje popular de los consultantes, como as tambin situaciones en que el profesional impone por medio del lenguaje acadmico, como acto de extensin informativa y/o el empleo exacerbado de lxico cientfico incomprensible al consultante, que percibe un menoscabo a su lenguaje cotidiano, manifestndose en estas situaciones una violencia de significado propiciada por la figura del profesional. Cuando en un encuentro mdico/mdica-consultante no hay acuerdo en torno a los signos, como expresiones del objeto significado, no hay comprensin entre los sujetos, se imposibilita la comunicacin y se genera asimetra. En este contexto se emplea un sistema simblico ininteligible para los sujetos, impera un lenguaje tcnico en relacin a un hecho con un universo de signos lingsticos propios que puede no ser comprendido por los interlocutores. Es all donde se inicia la imposicin de significados como forma de extensin. Desde la actitud extensionista se da la imposicin como violencia de significado propiciada por quien ms poder detenta en la relacin, que violenta a un ser considerado inferior, lo amenaza desde su comportamiento y lo convierte en objeto. Algunas narrativas que dan cuenta de la extensin en su modalidad imposicin de significado manifiestan:

    Ma3: ahhh tambin mreles la piel, est seca

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    C1: se hidratan bien? Ma3: (silencio) C1: se hidratan bien? Ma3: (lo mira con cara de no comprender la pregunta) C1: si toman agua? Ma3: s, pero a veces han tenido as como una lija, hay as, ahora ya se le paso un poco (413:432. P3:28. 2 Observ. Caso 1). (Consulta con dos madres bolivianas) C4: () al no tener el certificado de nacimiento eso es una traba que te pone el registro civil entonces vamos a tener que hacer con la asistente social una serie de pasos para que tenga su documento () y aparte vamos a ver si hacemos unos anlisis en el hospital tambin Cuada (C): ese de hipotiroidismo tiene que hacerle a ella? C4: y (suspira) ese tendra que hacerlo tambin, yo te lo tengo que pedir a ese sreening neonatal, eso lo tendras que hacer en maternidad, en maternidad o en el hospital (122:133. P29:25. 1 Observ. Caso 4).

    Es frecuente observar en las consultas el empleo de trminos que a los profesionales les resultan simples, habituales, y al emplearlos en supuesto dilogo con los consultantes se advierte que stos no son comunes al universo de significado de ellos, y lo que se pretende comunicativo se convierte en una imposicin de significados. La ltima narrativa me lleva a preguntar sabr esta madre boliviana a qu se refiere la mdica con sreening neonatal? Me arriesgara a decir que desconoce el significado, quizs necesario para dar ttulo a una batera de estudios orientada a indagar en el estado general de un beb recin nacido, pero ineludible tambin es que sea explicado a la madre por parte de la mdica.

    () M2: ah bueno que (se sonroja avergonzada) pasa que ese da quedo media dopada me dio miedo porque le agarre convulsiones, falta que le agarre algo pens yo C1: con cuales? M2: con esas gotitas como me dijeron que tiene mucho corticoide C1: (afirmando) es corticoide! M2: claro por eso pero no le hace nada? C1: (no contesta) M2: yo le di 10, la baje a 10 las gotitas C1: no!, le tens que dar la dosis M2: catorce. C1: catorce M2: (se sonroja avergonzada nuevamente) C1: porque esa es la dosis justa para eso se la dieron (274:276. P6:65. 5 Observ. Caso 1).

    Es sabido que el mdico posee un conocimiento de salud del que la madre no dispone y al que necesita acceder para el cuidado y atencin de su hijo, en este sentido el estilo comunicativo del mdico es fundamental para poder llegar a la madre. Como contrapartida, un estilo basado en la imposicin de significado como forma de extensin antidialgica, no promueve una construccin autntica de dilogo y aprehensin de lo explicado. Decirle a una madre que tiene creencias populares en relacin a un remedio "le tens que dar la dosis porque es la dosis justa" no le aporta nada, en cambio si se le ofrece una explicacin que contenga elementos que hagan comprensible el objeto de conocimiento, como que de acuerdo al peso, a la talla y a algunas variables la dosis puede ser de una forma, de otra, etc. se le ofrecen ms recursos para que el objeto se le haga cognoscible y pueda acceder al universo de significado desde el cual el mdico se comunica.

    Ma2: no, le quera preguntar a usted por el tema del bajo peso, doctor C1: pero no est bajo peso!

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    Ma2: ahora ya subi porque el mes pasado C1: (la interrumpe) no pero no est bajo peso!... esta en un peso bajo, pero no es bajo peso Ma2: ah C1: me explico? Ma2: no, s, s pero como venia todos los meses (739:759. P5:113. 4 Observ. Caso 1).

    En la misma lnea, esta narrativa permite inferir que probablemente esta madre no haya disipado su duda con la respuesta que el profesional brind, quizs para l fue clara, desde su formacin y conocimiento de taxonomas en tablas de peso y talla para el crecimiento infantil, pero se trata de clasificaciones que las madres desconocen, por tanto una disquisicin que al profesional puede resultarle tan clara como la diferencia entre peso bajo y bajo peso, se traduce en un juego confuso de significados que no logra aclarar la incertidumbre de la madre. Si bien el profesional parece intentar cerciorarse de que la madre ha comprendido al preguntar me explico?, ella responde inmediatamente no, s, s, sin haber mediado tiempo necesario para la comprensin de lo dicho, satisfaciendo al mdico desde una respuesta mecnica. 1.2 Cosificacin de los consultantes Esta modalidad refiere a toda situacin que d cuenta que el mdico/mdica slo se relaciona con el nio y la madre consultante en tanto objetos (no sujetos) de su estudio, no le ofrece explicaciones del cuadro, no se esfuerza por emplear un tono de voz que propicie la escucha, no considera sus interrogantes, dudas o indagaciones, hace caso omiso de su palabra, la desestima, la desacredita, la menosprecia, no mira a la cara a sus consultantes, no los escucha. El anlisis de algunas narrativas permite analizar el mecanismo de la cosificacin a consultantes:

    El mdico habla bajo pero adems denotando poco entusiasmo para hacerlo, obligando a que la madre de su paciente haga un esfuerzo notable para escucharlo. El mdico se sienta a rellenar planillas y escribir recetas y ordenes. Silencio. Le entrega a la madre las 6 prescripciones o recetas de cosas a hacer, 6 papeles distintos que le entrega uno detrs de otro dicindole brevemente qu hacer con cada uno, ella denota esfuerzo para recordar qu es cada uno, pero imagino que al llegar a su casa puede haber tenido dificultad para hacerlo de la manera correcta.(32:41. P2:104. 1 Observ. Caso1).

    La actitud de hiperconcentracin en que muchos profesionales suelen mostrarse podra estar disfrazando una real introversin vinculada a la antidialoguicidad desde la cual algunos mdicos/mdicas se desempean. El permanecer ensimismado, absorto en un mundo propio mientras se comparte con el consultante un espacio que se supone de intercambio activo necesario, es una forma de cosificar a los consultantes, de reducirlos a la concepcin de objetos. El hablar en un tono de voz imperceptible, el desenvolverse indiferente a la presencia del otro en el espacio comn, el permanecer inmutable y el depositar prescripciones sin mediar palabra o hacerlo desde la verborragia abrumadora no comunica, sino que manifiesta una extensin cosificadora.

    Ma8: le supuran! Lo tuve que llevar al hospital porque lloraba del dolor de odos. () C1: (silencio prolongado, continua revisando al nio) de qu odo? Ma8: de los dos odos C1: cmo lo baas? (inmediatamente) en dnde lo baas? Ma8: en la baadera (lo mira desorientada) C1: le pusiste algo en el odo? Ma8: (silencio) C1: le pusiste algo en el odo?! (eleva el tono de voz y le vuelve a preguntar) Ma8: no (1891: 1937.P3:94. 2 Observ. Caso 1).

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    En esta narrativa se manifiesta cosificacin a la madre consultante en la medida que no se la considera como fuente de indagacin con la cual intercambiar significados comunes del caso sino que se le extienden enunciados interrogativos que cuesta entender a qu direccin van y que la misma madre responde desorientada, interrogatorio del mdico desde el empleo de un modismo verbal y un tono de voz que parecen inculparla. Tambin hay cosificacin en la medida que el profesional interroga a una madre que no contesta porque no comprende su enunciado y ste no se esfuerza en volver a repreguntar para lograr ser entendido por ella, como lo manifiesta esta narrativa:

    C1: a ver acostalo, a ver cmo est la garganta. Esa tos es con. con secreciones? O hizo secreciones? tenele la cabeza- Ma8: (silencio parece no entender lo que le dice) C1: (no vuelve a preguntar y contina el control) (1877:1881. P3:114. 2 Observ. Caso1).

    1.3 Interrogatorio extensionista Esta modalidad refiere a toda situacin que d cuenta de una indagacin realizada por el mdico/mdica al consultante efectuada desde preguntas pautadas sobre el cuadro por el que se consulta, caracterizada por carecer de profundidad y prescindir de la escucha como elemento clave en la construccin del significado de lo que acontece. Se trata de una indagacin normatizada, casi esquemtica que se realiza como un paso formal y rutinario de la prctica mdica de atencin. No se indaga en profundidad y se prescinde de la escucha como elemento para la construccin del significado de lo que acontece, ya que se considera de antemano que por esa va no podr acceder al conocimiento de la situacin. La idea subyacente al interrogatorio extensionista es que el cuerpo, como objeto de conocimiento, es el que revelar las claves o elementos para descifrar el cuadro por el que se consulta; pudiendo prescindir el mdico de las narrativas de los sujetos, el interrogatorio se realiza como un paso ms desde un habla impositiva.

    C1: Qu come? (indagacin mdica) Ma5: pur fideos (respuesta de la madre) C1: pur de qu? (indagacin mdica) Ma5: carne (respuesta de la madre) C1: (interrumpe y eleva el tono de voz) pur de qu madre? (ausencia de una escucha profunda previa, ausencia de tolerancia a los tiempos del consultante. Negacin a sus contenidos expresados) Ma5: de zapallo, zanahoria toma agua eh come yogurt (respuesta de la madre) C1: y leche? (indagacin mdica) Ma5: leche tambin (1469:1491. P5:66. 4 Observ. Caso 1).

    La actitud asumida por el profesional de esta narrativa est caracterizada por la intolerancia, la impaciencia, la autosuficiencia, el hacer notar al consultante la brevedad de tiempo disponible condicionando una limitacin a su palabra, denotando el mdico un talante desganado a la escucha, considerndola una prdida de tiempo. Interroga repitiendo varias veces las mismas preguntas dando cuenta de no escuchar con calidad, no aguardar los tiempos necesarios para las respuestas del consultante, gua el interrogatorio de acuerdo a sus intenciones y suposiciones, sin tener en cuenta un devenir orientado por la escucha a las narrativas de ste. 1.4. Asimetra y el ejercicio de poder Las modalidades de extensin que he analizado propician una relacin asimtrica que manifiesta ejercicio de poder. En este sentido, cunto ms asimtricas son las caractersticas culturales de los interlocutores ms se diferencia la relacin, la que se hace difcil y hasta incomprensible, evidencindose una falta de

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    reciprocidad entre ellos y probablemente una falta de reconocimiento del consultante como interlocutor vlido. Cuando esta diferencia entre los interlocutores implica una relacin de poder o autoridad o una cierta prevalencia culturalmente aceptada, la relacin que debiera ser complementaria se transforma en una relacin jerrquica (Haley, citado en Izquierdo 1996, p.42). Entonces se distingue la llamada posicin primaria o superior de un interlocutor (one-up) de la posicin secundaria o inferior (one-down) que ocupa el miembro complementario que apela a la autoridad o acepta la prevalencia del interlocutor. Atendiendo a lo planteado, considero que la cuestin del ejercicio del poder por parte del mdico en la comunicacin con sus consultantes no es slo un aspecto sobre el que hay que trabajar a fin de exigir la obligacin de respetar a las personas y todo lo que ello implica, sino que ese ejercicio de poder menoscabante del otro tiene efectos muy negativos en la salud de los consultantes y/o en la evolucin de sus enfermedades. Entiendo que afecta dos cuestiones bsicas:

    El trato autoritario genera rechazo y esto redundara en aspectos que probablemente no operan en el plano consciente de los consultantes y que terminan determinando comportamientos de no adhesin a los tratamientos, concurrencia o consulta a otros referentes en salud no profesionales, etc.;

    Efectos agravantes que padece el consultante por efecto de procesos psiconeuroinmunoendocrinos (PNIE) que deprimen el sistema inmunolgico y obstaculizan otros procesos relacionados a la curacin.

    Atendiendo a lo planteado, en el encuentro el mdico se presenta ejerciendo una autoridad que difcilmente est dispuesto a ceder, por su propia condicin y extraccin social. Por su parte, el consultante, en su circunstancia de enfermo, doliente, tiene asignada en la relacin una situacin de dependencia que ratifica el estado asimtrico del encuentro (Ferrara, 1985). Gwyn (2002) considera la inequitativa naturaleza en las relaciones de poder entre mdicos y pacientes. La inequidad del poder es presentada como un hecho social establecido, de acuerdo a Treichler et al. un a priori en los participantes en la tpica consulta (Citado en Gwyn, 2002, p. 63). El mdico ejerce poder, expresa la hegemona de su grupo, modela su influencia y marca la fuerza que le ha concedido la sociedad. Establece y reafirma cotidianamente su jerarqua y de esa manera acenta la represin, volcada hacia los sntomas, a las causas aparentes, llevando al enfermo a una situacin de dependencia en la que es interpretado y estudiado como un objeto, que ratifica la asimetra (Ferrara, 1985). Mishler (citado en Gwyn, 2002) identific este conflicto de la naturaleza asimtrica de la consulta mdica empleando la analoga de una lucha de voces, por un lado, la voz de la medicina, por el otro, la voz del mundo de la vida. El autor plantea que, desde el momento que la consulta se inicia es dominada por la voz de la medicina (imperante en el modelo biomdico), cualquier contribucin realizada desde el mundo de la vida es considerada por el mdico como una interrupcin. No obstante cualquier interrupcin de la medicina, cuando un paciente est hablando desde su perspectiva de todos los das, no es considerada una interrupcin desde el orden normativo del modelo discurso dominante (Gwyn, 2002). Considero que lo analizado en este apartado da cuenta de una de las formas en que algunos mdicos y mdicas suelen desempearse en la actualidad en los encuentros con sus comunidades y consultantes.

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    Caracterizados por la antidialoguicidad, asumen la extensin como modo de transmitir informacin, de imponer significados, manifestando una falta de indagacin compartida, una ausencia de escucha, una verborragia cientificista, considerando a sus consultantes como objetos de conocimiento sobre los que recae su accin. Lamentablemente, se trata de una postura arraigada quizs en muchos profesionales que han recibido la hegemona de una formacin clnica restrictiva a lo biomdico. sta ha imperado por tradicin en sus prcticas de consultorio, desde las cuales no han podido o no han sabido transitar, quizs por no contar con las herramientas para su problematizacin o su superacin. 2. Comunicacin mdicoconsultante en la atencin primaria y comunitaria de la salud El dilogo es una exigencia existencial. Y siendo el encuentro que solidariza la reflexin y la accin de sus sujetos encauzados hacia el mundo que debe ser transformado y humanizado, no puede reducirse a un mero acto de depositar ideas de un sujeto a otro, ni convertirse tampoco en un simple cambio de ideas consumadas por sus permutantes. Tampoco es discusin guerrera, polmica, entre dos sujetos que no aspiran a comprometerse con la pronunciacin del mundo ni con la bsqueda de la verdad, sino que estn interesados solamente en la imposicin de su verdaddado que el dilogo es la conquista del mundo para la liberacin de los hombres es as como no hay dilogo si no hay profundo amor al mundo y a los hombres [Se aaden las itlicas] (Freire, 1973, p. 105-106). La intersubjetividad es la caracterstica primordial del mundo cultural e histrico, en l la comunicacin es una accin que surge del encuentro y del reencuentro de las personas en el mismo universo comn. Para Freire (1973) la comunicacin implica sujetos co-intencionados al objeto de su pensar que comunican su contenido en torno al significado significante. El autor considera que el elemento constitutivo de la comunicacin es el dilogo; en l los sujetos interlocutores se expresan a travs de un mismo sistema de signos lingsticos, generando simultaneidad de procesos entre comprensin, inteligibilidad y comunicacin. El dilogo es relacional e implica el encuentro de los sujetos en la pronunciacin el mundo. Freire (1973) considera cinco elementos que lo caracterizan:

    El amor. Es el fundamento, el impulsor del dilogo. Si no hay amor al mundo, a los hombres, a la vida, no es posible el dialogo.

    La humildad. Es condicin del dilogo. El dilogo como encuentro de los hombres se rompe si sus polos o uno de ellos pierden humildad. La auto-suficiencia y la arrogancia, son incompatibles con el dilogo, los hombres que carecen de humildad, no pueden aproximarse al pueblo ni pronunciar el mundo.

    La fe. El hombre dialgico tiene fe en los hombres antes de encontrarse frente a frente con ellos. No hay dilogo si no existe una intensa fe en los hombres, en su poder de hacer, de crear, en su vocacin de ser ms.

    La esperanza. Est en la raz de la inconclusin de los hombres, a partir de la cual se mueven en permanente bsqueda para ser ms. Si los sujetos del dilogo nada esperan de su quehacer, no puede haber dilogo porque no hay esperanza, y el dilogo no puede realizarse en la desesperanza.

    La confianza. Es el testimonio que un sujeto da al otro de sus intensiones reales y concretas. El dilogo slo tiene estmulo y significado en virtud de la creencia del hombre y en sus posibilidades. El dilogo implica una relacin horizontal que va a permitir que la confianza se instaure en l.

    Recreando esta concepcin freireana al encuentro entre los mdicos y los consultantes, entiendo la comunicacin como todo intercambio o explicacin del mdico/mdica a la madre realizado desde una intencionalidad dialgica que toma como contenido central al cuadro/situacin por la que se consulta (sea indagacin, diagnstico o tratamiento, indicaciones, prescripciones) y se caracteriza por ser comprensible, claro, organizado, en lenguaje sencillo y que se acompaa por caractersticas del mdico/mdica que hacen

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    a la dialoguicidad, as como de sus comportamientos orientados a cerciorarse que la madre ha comprendido. Atendiendo a lo desarrollado desde la pedagoga freireana, y considerando los estudios sobre el modelo de Comunicacin de Calidad Prosocial (CCP) en la relacin mdico-consultante (Jurez, 2009, 2010; Roche, 2010; Escotorin, Jurez, Cirera y Roche, 2011) entiendo que algunos de los factores que el modelo propone convergen en elementos axiolgicos de una comunicacin freireana. Factores como la empata y la confirmacin del consultante por parte del mdico/mdica, entre otros, promueven un dilogo horizontal basado en la simetra. La empata refiere a aquellos comentarios o comportamientos del profesional que expresan estar percibiendo segn las coordenadas conceptuales (empata cognitiva) del consultante; para ello da cuenta de una atencin emptica, una escucha activa, manifestando preocupacin, inters, respeto y estima por la persona del consultante (Jurez, 2009). La confirmacin implica que el mdico reconoce a la persona del consultante como poseedora de dignidad, fuente de comunicacin, merecedor de atencin e inters y lo manifiesta en el reconocimiento de la persona como consultante propio, valora y respeta su cultura y lo expresa en acciones de inters por su salud y bienestar familiar y comunitario. Es un profesional que refuerza al consultante reconocindolo explcitamente y respetando sus ideas, su derecho a disentir, cuestionar o percibir diferente la misma situacin problemtica en salud (Jurez, 2009). En lo que sigue, analizar algunas narrativas que ofrecen elementos para comprender la comunicacin dialgica.

    C2: () Estas gotitas se dan por boca le tens que dar 7 gotas cada 8 horas por tres das, esto va a desinflamar la gargantita y va a hacer que la tos mejore y le tenemos que hacer vapor o nebulizaciones con agua tibia y que duerma semisentado que significa que le ponemos dos almohadones Pa1: (inclina al bebe en la posicin semisentando) C2: as bueno, eh el lunes le vamos a hacer el controlcito, qu sntomas te tienen que preocupar? Si aparece un vmito atrs del otro, si est muy agitado o si tiene fiebre hay que verlo urgente usted sabe leer no? Padre 1: s C2: s? Brbaro le das esto a la mam, cualquier cosa que haga falta vos te vens aunque no tengas turno igual Pa1: ta (1245:1268. P11:84. 1 Observ. Caso 2).

    En esta narrativa el mdico emplea mecanismos dialgicos para demandar atencin a su consultante sobre una explicacin que vendr qu sntomas te tienen que preocupar?, como un mensaje que confirma la presencia del otro, que controla y regula la comunicacin. Se preocupa por un significado compartido al explicarle al padre qu significa que duerma semisentado, as como tambin busca cerciorarse de que sus indicaciones han sido comprendidas al preguntar usted sabe leer no?

    Ma8: no ser por un dientito que l est cortando.? C3: no. Ma8: no creo que haga tantas veces por eso C3: no tantas veces as. Puede ser algo infeccioso, una bacteria, como tocan todo, se agarran un bicho y empiezan a tener diarrea, diarrea y bue cumple el ciclo y se va y otras veces en esta poca hay muchas diarreas virales tambin inflaman todo el intestino, cumple el ciclo y se va, de saber si es una y otra, es difcil Ma8: claro C3: se va viendo con la evolucin, lo importante es que l esta re bien hidratado, fijate que los ojitos estn bien brillosos, que la boca tiene bastante saliva

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    Ma8: s, no le dejo faltar el agua C3: bueno y que haga pis, no hizo pis ayer? Ma8: ahora tiene el paal mojado C3: y para darte cuenta para diferenciar de un poquito de diarrea fijate que el paal va a estar ms cargadito, significa que est bien hidratado Ma8: ah bueno (1779:1819. P20:119. 1 Observ. Caso 3).

    Lo destacado de esta narrativa se caracteriza por la claridad y organizacin en la explicacin que da la mdica, la que ofrece ejemplos concretos para que la madre este atenta y pueda reparar en el estado del nio, buscando la comprensin del cuadro por parte de la madre (fijate que los ojitos estn bien brillosos, que la boca tiene bastante saliva). Otro elemento que define la actitud dialgica del profesional es la comunicacin escrita en el encuentro, las indicaciones, prescripciones de tratamientos, remedios a buscar en entidades o comprar etc. En este sentido, el proceder de los profesionales es diverso, mientras algunos contemplan este aspecto para la inteligibilidad del caso y el xito en el tratamiento, otros prescinden de la misma. Es decir, hay profesionales que optan por ir escribiendo la indicacin al tiempo que la van relatando oralmente, ofrecindola ya como explicacin del tratamiento. Si bien es una estrategia que pretende optimizar el tiempo, considero que va en perjuicio de la relacin ya que impide mirar a la cara a los consultantes durante el transcurso de la escritura/explicacin. Como contrapartida otros profesionales luego del control toman asiento y se disponen a redactar la indicacin en silencio, slo despus de haberla escrito la explican a los padres mirndolos cara a cara durante el proceso explicativo, pudiendo cerciorarse o no acerca de su comprensin. En lo que sigue desarrollar otras manifestaciones de la comunicacin dialgica como marco significativo comn y horizontalidad y poder bien intencionado. 2.1 Marco significativo comn Constituyendo un momento esencial de la comunicacin dialgica, el marco significativo comn refiere a toda situacin en la que el mdico o mdica ofrezca indicios de indagar con el consultante en bsqueda de una comprensin compartida de lo que acontece, dando cuenta de admiracin y descentracin por parte del profesional hacia el consultante, en el sentido freireano de enfrentarse al no yo para poder entenderlo y conocerlo. Freire (1973) considera que, para que el acto comunicativo sea eficiente, es indispensable que los sujetos comunicantes estn de acuerdo, que la expresin verbal de uno de ellos sea percibida dentro de un cuadro significativo comn por el otro sujeto. En este sentido, la comunicacin eficiente exige que los interlocutores incidan su admiracin sobre el mismo objeto, que lo expresen a travs de signos lingsticos pertenecientes a un universo comn a ambos, para que as comprendan de manera semejante el objeto de la comunicacin. Elementos destacados de las siguientes narrativas dan cuenta de la bsqueda de significado comn:

    M1: () y tiene mucho dolor de panza, mucho, mucho C1: Cmo te das cuenta? M1: porque tiene la pancita muy, muy hinchada C1: y vos notas que esta con dolor de panza? M1: s, s porque le hago masajes yo en la panza y se larga a llorar (27:35. P7:5. 6 Observ. Caso 1). Ma4: C2 (Llama al mdico por el nombre propio) por ah me hace est bien ac del cuello? y por ah lo mueve de ac para all, de ac para all, mueve mucho el cuello C2: no sostiene bien la cabecita eso me quers decir vos?

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    Ma4: no, no, la cabecita s, pero por ah el est dormido y se mueve mucho del cuello pareciera que tuviese algo que le molestara pero yo le veo y no tiene nada raro C2: no por ah puede ser que lo haga dormido y cuando lo hace as se queja? Ma4: s C2: son movimientos que hacen de dormidos constantemente para generar presin en la pancita para eliminar los gases (935:955. P12:65. 2 Observ. Caso2). C2: () Hace diarrea? Ma2: no sequita ascomo que le cuesta C2: ah le cuesta hacer caquita Ma2: pero por ah hace diarrea y por qu le cuesta? C2: aja y vos notas que hace bolitas duras como los perros? Ma2: si puede ser, s. C2: y vos a que le llamas que le cuesta? No hace todos los das? Ma2: no, hace todos los das pero as muy sequita C2: se larga a llorar cuando hace caca? Ma2: s, se larga a llorar cuando hace. C2: bueno, vamos a verla (176:198. P15:50. 5 Observ. Caso 2).

    Lo sealado de estas narrativas permite advertir cmo los profesionales examinan los enunciados de las madres para considerar si comparten un mismo significado del objeto sobre el que centran su atencin. Para ello emplean preguntas que buscan indagar acerca del significado ms profundo que tiene la madre y una vez ofrecida la respuesta de ella se genera o no la posibilidad de hallarse, ambos, encuadrados significativamente respecto de lo que acontece. Otras veces son los padres quienes propician la bsqueda de este significado comn:

    C2: bueno, muy bien bueno seorita esta es la famosa escarlatina Ma4: hay!!! Qu significa eso doctor? C2: eso significa la misma bacteria que da angina que tiene en la garganta tomada larga una toxina que da esos granitos as, no es sarampin, no es rubola, nada de eso, nos quedemos tranquilos, lo que s va a necesitar un antibitico para matar la bacteria, necesitamos que se quede dos das en cama en la casa, en la casa, para que no contagie (1363:1374. P11:96. 1 Observ. Caso 2).

    Es frecuente que sean los padres quienes propician la bsqueda de un significado compartido cuando el profesional ha ofrecido una explicacin o el nombre de un diagnstico que no resulta suficiente al consultante, impidindole acceder al universo de significado necesario para la aprehensin de ese objeto de conocimiento. Propiciar un marco significativo compartido desde el profesional refiere a un ejercicio de admiracin y descentracin hacia el consultante. Otras veces compartir un marco significativo plantea la necesidad del profesional de compartir la incertidumbre acerca del caso por el que se consulta, que lo realice habla de una actitud dialgica y horizontal del mdico/mdica que en ejercicio de un poder bien intencionado comunica la situacin a los consultantes. Ejemplo de ello es la siguiente narrativa:

    C3: bueno, abr grande la boca (le revisa la boca) bueno puede ser que este incubando algo!... y todava no se ha manifestado, puede ser que pueda estar por comenzar una diarrea o algo as, el tema es que an no se ha manifestado, est con estos clicos, con este dolor, a lo mejor estaba muy seco de vientre y ahora es como que se hace un tapn y despus larga como una diarrea viste? () Ma2: no ser apendicitis? C3: no, no Ma2: me quede con miedo por mi sobrino que internaron

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    C3: en realidad habitualmente empiezan con dolores es algo agudo que no se para con nada y ya estara internado u operado, o sea, no, no, descartado, pero bueno estos dolores cuando son tan inespecficos hay que esperar la evolucin Ma2: claro (256:314. P20:26. 1 Observ. Caso 3).

    2.2 Horizontalidad y poder bien intencionado Refiere a toda situacin que d cuenta de una relacin de simetra y proximidad propiciada desde la figura del mdico/mdica dialgico. El profesional al ser quien detenta mayor poder lo emplea en beneficio del consultante, desde una actitud de confianza, disponibilidad y disposicin de servicio. Freire (1990, 1993) entiende que el poder es una fuerza que se percibe simultneamente como negativa y positiva. El poder no se agota en las esferas pblicas y privadas en que operan los gobiernos, las clases dirigentes, es ms extendido y propagado ya que se encuentra a la base de todas las formas de comportamiento en que las personas resistan, luchen o pugnen por su imagen de un mundo mejor. En convergencia con estos planteos, Roche (2008) se refiere al poder desde una perspectiva prosocial. Considera que los agentes que poseen poder son los que, desde el modelo prosocial, han de dar el primer paso para actuar y frente a situaciones de simetra en la distribucin del mismo, todas las partes implicadas pueden iniciar estos comportamientos. Plantea la necesidad de una moderacin del poder, lo que implica un uso humanamente valorable del mismo y utilizarlo para diluirlo progresivamente en el conjunto social (sea este familia, institucin, sociedad, etc.) propiciando relaciones de horizontalidad y circularidad como atributos fundamentales de la prosocialidad en las relaciones de poder (Roche, 2008). Atendiendo lo planteado, en consonancia con las actuaciones de algunos de los y las pediatras observados se advirti que ellos, desde su accionar de responsabilidad profesional y social, ejercen un poder bien intencionado, distribuido, positivo, como forma de comprometerse desde sus acciones por el bienestar de los nios consultantes, sus familias, vecinos y comunidades. Los elementos destacados de las narrativas lo manifiestan:

    C2: () (volviendo al tema del desempleo de los padres) ya se van a acomodar las cosas. Hay que tirar ms lneas este es el momento en que el campo necesita gente vos habl con la asistente social por si les hace falta ayuda alimentaria anda de parte ma a la vecinal y busca a Sandra, la que era la presidente de la vecinal y dale esta notita (escribe una notita en la que infiero solicita se le otorgue bolsn alimentario a esta familia dada la situacin de desempleo que atraviesan, y avalada por el mismo, con su firma y sello) (295:303. P14:68. 4 Observ. Caso 2). C2: () con respecto a la leche ya pasado los dos meses podes probar con la fortificada de ac () Pa1: quera intentar pero le quiere dar como diarrea ahora C2: le quiere agarrar como un poquito de diarrea? O le agarra diarrea? Cul es la que le das? Pa1: la de ac C2: la fortificada? Ma1: s C2: ah ah ah bueno lo que vamos hacer yo voy a ver si te consigo algunas muestras de leche maternizada (revisa en armario) esta leche maternizada viene en sobrecito y lo que pods hacer tambin es mezclar leche la maternizada le pones la fortificada como para estirar un poco ms el tarro de maternizada, porque lamentablemente la maternizada no la dan en el centro de salud. Entonces la semana que viene, el lunes, golpeame que vens a buscar la leche, yo te la traigo y te la voy a ir guardando. Entonces ya sabes cmo preparar la fortificada. Bueno vamos a verla! (187:222. P11:11- 1 Observ. Caso 2).

    Un pretendido ejercicio de poder bien intencionado se infiere de algunas prcticas peditricas en comunidad, orientadas a buscar ayuda a las familias en sus diversas situaciones psicosociolaborales,

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    comprometindose con el establecimiento de redes para obtener algn tipo de apoyo social propiciando contactos con referentes institucionales vinculados a vecinales, centros comunitarios, entre otros, que podran contribuir con ellos. 2.3 Interrogatorio dialgico El interrogatorio dialgico parte de la pretensin de acceder a la informacin buscada desde el estab