Dialnet-La Historia De La Ciencia En Argentina En El Ultimo Cuarto De Siglo

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NOTAS LA HISTORIA DE LA CIENCIA EN ARGENTINA EN EL Ŭ LTIMO CUARTO DE SIGLO NICOLÁS BABINI Asociación Biblioteca José Babini MIGUEL DE AS ŬA CONICET-Universidad Nacional de San Martín La constitución de la historia de la ciencia en Argentina En sus manifestaciones tempranas, que coinciden con el período que media entre ambas guerras mundiales', la historia de la ciencia fue cultivada en dos niveles. En pri- mer lugar, científicos destacados comenzaron a ver en los materiales de historia de la ciencia un modo de difundir sus disciplinas (lo que hoy se llama «divulgación científi- ca» y en ese entonces se conocía entre nosotros como «popularización» de la ciencia). El enfoque utilizado es el que a ŭ n hoy en día campea en los trabajos de tema histórico de los científicos en actividad: un tratamiento encomiástico de los grandes científicos de la antig ŭ edad y una lectura «presentista», no propiamente histórica, de la marcha del conocimiento científico. El esfuerzo más consistente en este sentido es el representado por la colección de monografías, con muy diferentes niveles de calidad, titulada La evo- lución de las ciencias en la Rep ŭ blica Argentina. 1872-1922, que publicó la Sociedad Científica Argentina, una entidad que jugó un papel importante en la promoción de la ciencia en nuestro país durante las ŭ ltimas décadas del siglo XIX2. Por otra parte, durante la década de 1930 hubo algunas cátedras universitarias dedicadas a la enseñanza de la historia de la ciencia y la propia historia de la ciencia comenzó a experimentar cierto auge debido, principalmente, a la presencia de estu- diosos europeos'. En 1933 se constituyó el Grupo Argentino de Historia de la Ciencia, que fue fundado por el matemático espariol Julio Rey Pastor (1888-1962) y el químico industrial italiano Umberto Giulio Paoli (1876-1953). Quizá la principal acción de este grupo fue iniciar las gestiones para facilitar la instalación en Argentina del historiador de la ciencia italiano Aldo Mieli (1879-1950), entonces creador y organizador de la Académie Internationale d'Histoire des Sciences, con sede en París 4 . La llegada de Mieli y su importante biblioteca marca un hito importante en el desarrollo de la historia de la ciencia en el Río de la Plata. En 1939 se lo designó 1.S.S.N. 0210-8615

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  • NOTAS

    LA HISTORIA DE LA CIENCIA EN ARGENTINAEN EL LTIMO CUARTO DE SIGLO

    NICOLS BABINIAsociacin Biblioteca Jos Babini

    MIGUEL DE ASACONICET-Universidad Nacional de San Martn

    La constitucin de la historia de la ciencia en Argentina

    En sus manifestaciones tempranas, que coinciden con el perodo que media entreambas guerras mundiales', la historia de la ciencia fue cultivada en dos niveles. En pri-mer lugar, cientficos destacados comenzaron a ver en los materiales de historia de laciencia un modo de difundir sus disciplinas (lo que hoy se llama divulgacin cientfi-ca y en ese entonces se conoca entre nosotros como popularizacin de la ciencia).El enfoque utilizado es el que an hoy en da campea en los trabajos de tema histricode los cientficos en actividad: un tratamiento encomistico de los grandes cientficos dela antigedad y una lectura presentista, no propiamente histrica, de la marcha delconocimiento cientfico. El esfuerzo ms consistente en este sentido es el representadopor la coleccin de monografas, con muy diferentes niveles de calidad, titulada La evo-lucin de las ciencias en la Rep blica Argentina. 1872-1922, que public la SociedadCientfica Argentina, una entidad que jug un papel importante en la promocin de laciencia en nuestro pas durante las ltimas dcadas del siglo XIX2.

    Por otra parte, durante la dcada de 1930 hubo algunas ctedras universitariasdedicadas a la enseanza de la historia de la ciencia y la propia historia de la cienciacomenz a experimentar cierto auge debido, principalmente, a la presencia de estu-diosos europeos'. En 1933 se constituy el Grupo Argentino de Historia de laCiencia, que fue fundado por el matemtico espariol Julio Rey Pastor (1888-1962) yel qumico industrial italiano Umberto Giulio Paoli (1876-1953). Quiz la principalaccin de este grupo fue iniciar las gestiones para facilitar la instalacin en Argentinadel historiador de la ciencia italiano Aldo Mieli (1879-1950), entonces creador yorganizador de la Acadmie Internationale d'Histoire des Sciences, con sede enPars 4 . La llegada de Mieli y su importante biblioteca marca un hito importante en eldesarrollo de la historia de la ciencia en el Ro de la Plata. En 1939 se lo design

    1.S.S.N. 0210-8615

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    Director del Instituto de Historia y Filosofa de la Ciencia, que haba sido creado elario anterior en la Universidad Nacional del Litoral, con sede en la ciudad de SantaFe. All Mieli alcanz a publicar varios n meros de Archeion hasta que, en 1943, laUniversidad perdi su autonoma y el interventor designado por el gobierno militarsuprimi el Institutos.

    La presencia de Mieli en el pas posibilit que algunos argentinos se interesaran msseriamente por la historia de la ciencia, y que el matemtico Jos Babini (1897-1984) seformara como historiador profesional de la ciencia, constituyndose de este modo eltransplante disciplinar. Entre 1943 y 1955, cuando se inici la reorganizacin de laUniversidad de Buenos Aires, la universidades dejaron de acoger la historia de la cien-cia. Quienes haban sido, hasta entonces, sus propulsores se ocuparon de escribir sobreella y de traducir y editar obras, clsicas y actuales, de historia de la ciencia. As, laprspera industria editorial argentina de la decada de 1940 gener una pequeria explo-sin bibliogrfica, colocando en los estantes de las bibliotecas una interesante oferta deestudios y varias colecciones de fuentes en traducciones cuidadas, que a n hoy se uti-lizan con provecho. Varias editoriales importantes lideraron este fenmeno, al que sedebe la publicacin de los doce yolmenes de una historia universal de la ciencia: elPanorama comenzado por Mieli y concluido por Babini y el historiador h ngaroDesiderio Papp (1895-1994)6.

    La reorganizacin universitaria de 1955 hizo que gran parte de esa corriente depublicaciones se volcara a la propia editorial universitaria y que volvieran las ctedrasconsagradas a la historia de la ciencia'. La importancia que iba cobrando la disciplina sepuso en evidencia con la creacin del Instituto de Historia de la Ciencia de laUniversidad de Buenos Aires, como dependencia centralizada, dependiente delRectorado. Este Instituto, que comenz a funcionar en 1966, no pudo sobrevivir a unanueva intervencin decretada ese mismo ario, que lo suprimi.

    En la dcada siguiente (1966-1977), que precedi al perodo objeto de este artculo,y pese a las condiciones adversas creadas por la poltica gubernamental, pueden serialar-se algunos hitos interesantes. En primer lugar, la acogida que brind a la historia de laciencia una nueva editorial, Centro Editor de Amrica Latina, que public varias obrastraducidas e inici, pero no pudo concluir, una nueva historia universal de la ciencia, quequed inconclusa.

    Son tambin de este perodo los dos primeros Congresos Argentinos de Historia de laCiencia. Las Actas del primero se publicaron', pero los trabajos presentados en el segundopermanecieron inditos, lo que revela la crisis que estaba atravesando la especialidad9.

    El ultimo cuarto de siglo

    La situacin a comienzos del perodo en estudio se refleja en lo ocurrido con laspublicaciones de Jos Babini. Las dos historias generales que public, la Historia de la

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    Medicina de 1980 y la segunda edicin, de 1984, de la Historia de la Matemtica (quehabia publicado con Rey Pastor en 1952), aparecieron en Esparia. Dos articulos quededic a Aldo Mieli se publicaron en Italia. La publicacin de la nica obra que edita-ba en la Argentina, una Historia universal de la ciencia y la tcnica que estara com-puesta de 66 fascculos encuadernables, qued inconclusa, apenas iniciada, en 1977.

    En contraste con esas penurias, aparecieron las primeras manifestaciones del modocmo se desenvolveria en adelante la historia de la ciencia. En 1981 se cre la Fundacinpara el Estudio del Pensamiento Argentino e Iberoamericano (FEPAI), que realizJornadas bienales sobre el pensamiento cientfico argentino y latinoamericano a partir de1982 10. La historia de la ciencia figur tambin, aunque escasamente representada, envarias de las reuniones centradas en temas epistemolgicos que se celebraron en ladcada de 1990.

    En 1994 tuvo lugar el III Congreso Argentino de Historia de la Ciencia y de laTcnica, organizado por la Sociedad Cientifica Argentina con el apoyo de la AsociacinBiblioteca Jos Babini, que haba sido fundada en 1988 para recibir y abrir al p blicoestudioso la biblioteca que haba pertenecido al historiador fallecido en 198412.

    En 1999 se realizaron en la Universidad de San Andrs (Provincia de Buenos Aires)las Jornadas Internacionales sobre la historia de la ciencia en la Argentina entre lossiglos XIX y XX, cuyas presentaciones fueron publicadas". Ms recientemente (desdeel ao 2001) la Seccin de Historia de la Ciencia del Centro de Estudios Filosficos dela Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires comenz a organizar encuentrosanuales sobre historia de la ciencia en la Argentina.

    Actualmente la historia de la ciencia se dicta en varias universidades, en generalcomo asignatura de postgrado. La tradicin ms consistente debe ubicarse, quizs, en lavieja ctedra de Historia de la Medicina de la Universidad de Buenos Aires (actualDepartamento de Sociologia Mdica), que durante muchos aos dict cursos de histo-ria de la ciencia. En la misma Universidad existen ctedras de la materia en la Facultadde Ciencias Exactas y Naturales, en la de Filosofa y Letras (hay dos) y en el Centro deEstudios Avanzados. La mayora de las recientemente creadas universidades nacionalesdel conurbano bonaerense (San Martn, Quilmes, Tres de Febrero, Lan s) tienen cte-dras de historia de la ciencia que, en general, estn asociadas a programas de postgradosobre politica cientfica, filosofa de la ciencia y sociologa de la ciencia. Tambin seenseria en algunas universidades privadas, como la Universidad Torcuato Di Tella y enalgunas universidades nacionales del interior del pas.

    Contrariamente a lo ocurrido en las tres dcadas precedentes, a partir de 1977 laactividad editorial relacionada con historia de la ciencia puede considerarse casi inexis-tente. Las contribuciones de autores argentinos fueron escasas y las traducciones deobras clsicas y actuales volvieron a provenir de Esparia, como antes de la GuerraCivil espariola.

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    En cuanto a publicaciones seriadas, aparte de las actas de las reuniones mencionadasanteriormente, hay varias revistas que incluyen, espordicamente, artculos relacionadoscon historia de la ciencia que, en general, no han llegado siquiera a convertirse en sec-ciones fijas de esas publicaciones. Es el caso de revistas universitarias, como Redes,Estudios Sociales y Educacin en Ciencias, o de divulgacin, como Ciencia Hoy yCiencia e Investigacin". El tema suele aparecer tambin en historias generales de laArgentina, que comienzan a abundar, en forma de captulos aislados, como ya habaocurrido en la que public, entre 1936 y 1950, la Academia Nacional de la Historia.Serialemos que, a principios del perodo, comenz a aparecer, en la revista de culturageneral Criterio, una serie de artculos que marcan el inicio de los estudios sobre histo-ria social de la ciencia en nuestro pas, enfoque que en la actualidad goza del favor de losinvestigadores. Con Saber y Tiempo, que public desde 1996 la Asociacin BibliotecaJos Babini y lo hace la Universidad Nacional de General San Martn desde 2002, apa-reci la primera publicacin argentina dedicada exclusivamente a historia de la ciencia yde la tcnica.

    Conclusiones

    Adems de las dificultades propias de la disciplina, el cultivo de la historia de la cien-cia enfrenta, en la Argentina, los efectos de algunos factores negativos, propios del pas.La historia de la ciencia exige, por su propia naturaleza, conocimientos de la ciencia quese estudia y de las pocas que se tratan. Esta caracterstica peculiar marca una condicinque a muchos les resulta difcil de cumplir. Si a ello se agregan las exigencias del recur-so imprescindible a las fuentes y del rigor propio de una disciplina que se pretende cien-tfica, se comprende que en muchos casos se prefiera el camino ms fcil de las investi-gaciones que, adems de estar de moda y ser polticamente correctas, se agotan en lalectura comentada de textos contemporneos y accesibles. Quienes recin se inician enla historia de la ciencia deben ser capaces, adems, de resistir la tentacin de las ofertasque asedian actualmente a los estudios histricos desde los flancos filosficos ysociolgicos, que suelen ser prdigas en publicaciones, ctedras y subsidios.

    Quienes logran sortear esos obstculos enfrentan adems, en la Argentina, ciertafalta de preocupacin por la investigacin cientfica, en general, que se ve as privada, enmuchos casos, del aliento y aun de los medios necesarios para su materializacin. Estedesinters se manifiesta no slo en el sector gubernamental sino tambin en lasempresas privadas que ms podran beneficiarse con esa labor de investigacin.

    Si no son dignas de apoyo las ciencias cuyas aplicaciones constituyen ya el funda-mento de actividades esenciales, menos cabe esperar que la historia de la ciencia, de nulaaplicacin prctica, sea materia de partidas presupuestarias o de subsidios privados. Essintomtico que, en su larga existencia de casi medio siglo, una entidad rectora como elConsejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas apenas haya dado muestras

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    de inters en una sola oportunidad cuando, hace ms de diez arios, adems de subsidiaruna investigacin (que se refera al primer Presidente del Consejo), otorg premios a tra-bajos relacionados con historia de la ciencia e historia de la tcnica, iniciativa que no serepiti. A pesar de las ctedras que existen, la investigacin en historia de la ciencia no haencontrado todava refugio seguro en ninguna de las universidades, que en la Argentinaseran su mbito natural.

    La existencia precaria del Grupo Argentino de Historia de la Ciencia podra sealar-se como otra evidencia de la situacin que atraves la especialidad, aunque es posible queuna vinculacin con otras organizaciones internacionales, adems de la Acadmie dePars, le hubiera resultado ms beneficiosa y efectiva, dado que es actualmente el circuitode habla inglesa el que mayor vigor exhibe en cuanto a calidad y cantidad de produccin.

    Merece sealarse, sin embargo, que a pesar del mbito poco favorable, de la falta deestmulos y de las crecientes dificultades econmicas, est apareciendo un n mero dejvenes investigadores que permite alentar cierto optimismo.

    En sintesis, la historia de la ciencia del ltimo cuarto de siglo argentino, despusde atravesar un largo perodo de ostracismo acadmico, comienza a manifestar signosde una posible recuperacin, que por el momento son aislados y espordicos, peropodran perdurar y crecer si se les ofreciera la estabilidad y la continuidad quefaltaron hasta ahora.

    Tradicionalmente, en sus mejores momentos, las universidades fueron sede prefe-rente de la investigacin cientfica en la Argentina. Esa tradicin apenas se conserva enlas viejas universidades, muy golpeadas por las vicisitudes polticas que sufri, y sufre,la Argentina. Sin descartar que puedan experimentar una renovacin interna, parecems probable que sean las universidades ms recientes las que ofrezcan el mbitoapropiado para un renacer de la historia de la ciencia.

    Precisamente en el ario 2002, que cierra el perodo que tratamos, se cre el primercentro de investigacin universitario dedicado a la historia de la ciencia, desde el inten-to fallido de 1966. Podra ser un augurio promisorio del prximo cuarto de siglo de lahistoria de la ciencia en la Argentina.

    NOTAS

    1. El tema de la historia de la ciencia en la Argentina de entreguerras ha sido tratado en[MENDOZA & ASA, 2002].

    2. Las monografas de la Sociedad Cientfica Argentina, que aparecieron entre 1923 y1925, trataban temas de matemtica, fsica, qumica, astronoma, meteorologa,mineraloga y geologa, e higiene p blica y obras sanitarias. Entre 1966 y 1992 sepublic una nueva coleccin, con el ttulo de Evolucin de las ciencias en la

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    Repblica Argentina. 1922-1972, que adems de matemtica, ciencias fsicas yciencias biolgicas, incluy monografas sobre antropologa y ciberntica.

    3.Desde 1927 hubo una ctedra de Epistemologa e Historia de la Ciencia en la Facultadde Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires, a cargo del filsofo AlfredoFranceschi (n. 1891), a quien sucedi Julio Rey Pastor en 1934. Hacia esa mismapoca se cre, en la Facultad de Qumica Industrial y Agrcola de la UniversidadNacional del Litoral, la ctedra de Historia y Metodologa de las Ciencias; la partemetodolgica estaba a cargo del qumico Horacio Damianovich (1883-1959) y dis-tintos profesores, como Jos Babini en el caso de matemtica, dictaban la historia dela disciplina respectiva. Desde 1928 el historiador Alberfo Palcos (1894-1965) dictTeora e Historia de la Ciencia en la Universidad Nacional de La Plata.

    4. El Grupo Argentino de Historia de la Ciencia se constituy como filial de laAcadmie Internationale d'Histoire des Sciences, que haba sido fundada en 1928.

    5.Archeion tena veinte arios de existencia, primero en Roma y luego en Pars, cuandoMieli debi abandonar Europa. En Santa Fe aparecieron, entre 1940 y 1943, cuatrovolmenes. La revista reapareci en Pars, en 1947, con el auspicio de Unesco y conel ttulo de Archives Internationales d'Histoire des Sciences. Durante las cuatro dca-das siguientes a la desaparicin del Archeion argentino, no hubo en Amrica Latinaotra publicacin especializada en historia de la ciencia, hasta la aparicin, en 1984,de Quipu, como rgano de la Sociedad Latinoamericana de Historia de las Cienciasy la Tecnologa.

    6. La Biblioteca de Teora e Historia de la Ciencia de la Editorial Losada public, espo-rdicamente, obras de autores clsicos, como Galileo, D'Alembert y Herder, y devarios contemporneos, entre ellas una Historia de la Ciencia de Sherwood Taylor,en 1945. En la coleccin Filosofa e Historia de la Ciencia de Espasa-Calpe Arg., quedirigi Rey Pastor, adems de las de numerosos autores contemporneos, aparecie-ron obras de Berkeley, Cournot, Descartes, Grassman, Humboldt, Laplace, LeDantec y Mach. El Panorama general de historia de la ciencia, de Mieli, se publicentre 1952 y 1961. La Editorial Emec, en una coleccin dirigida por Juan M.Muoz, Eduardo Braun Menndez y el futuro premio Nobel Luis Federico Leloir,sac a la luz una magnfica serie de fuentes que inclua obras de Harvey, Bernard,Pasteur, Spallanzani, Jenner, Mendel, Faraday y Newton. Merecen citarse, asmismo, los tres tomos de la Historia de la cultura cientfica que public, con el sellode Ediar, el matemtico espariol Francisco Vera (1888-1967).

    7. Entre los libros editados por la Editorial Universitaria de Buenos Aires (Eudeba),figuran Seis alas, de George Sarton, y su Historia de la ciencia, en cuatro tomos, ade-ms de la serie Los fundamentales con obras de Coprnico, Galileo, Arqumedes,Volta, Faraday, Dalton, Avogadro, Ampere y la polmica Leibniz-Newton sobre elclculo infinitesimal. En 1963 public La ciencia en la Argentina, de Jos Babini, quesigue siendo el principal panorama histrico aparecido hasta la actualidad (fue ree-ditado por Ediciones Solar en 1986, como Historia de la ciencia en la Argentina).

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    . 8. El primer Congreso Argentino de Historia de la Ciencia se celebr en Crdoba en1969, en conmemoracin del centenario de la creacin de la Academia Nacional deCiencias de esa ciudad. Los temas relacionados con personalidades y con medicinarepresentaron, en conjunto y por partes casi iguales, ms de dos tercios del total delos 108 trabajos presentados. Los trabajos, discursos y resoluciones del Congresoaparecieron como Tomos XLVIII (1970) y XLIX (1972) del Boletin de la AcademiaNacional de Ciencias (Crdoba).

    9. El segundo Congreso Argentino de Historia de la Ciencia tuvo lugar en Buenos Airesen 1972, como parte de los actos conmemorativos del centenario de la fundacin dela Sociedad Cientfica Argentina. Estuvo consagrado, principalmente, a historia deinstituciones (que ocuparon 48 trabajos de los 81 presentados). Adems de los ori-ginales de las contribuciones, se conserva en la Sociedad Cientfica Argentina unaversin mecanografiada del Tomo I de una publicacin que no apareci.

    10. Las Actas de las Jornadas bienales de FEPAI incluyeron un n mero decreciente detrabajos entre 1984 (28 trabajos) y 1994 (11 trabajos). Cabe destacar que entre esaspublicaciones figuran varios trabajos de historia de la tcnica (sobre metalurgia, tele-comunicaciones, tecnologa rural y telescopios), disciplina que haba merecido pocaatencin en las reuniones anteriores y no fue tema de Congresos hasta el realizadoen 1994.

    11. Entre esas reuniones figuran las Jornadas de Epistemologa e Historia de la Cienciaque organiza el rea Lgico-Epistemolgica de la Escuela de Filosofa, centro deinvestigaciones de la Facultad de Filosofa y Humanidades de la UniversidadNacional de Crdoba. Del mismo carcter fue el II Encuentro del Cono Sur queorganiz, conjuntamente con la Universidade Federal de Rio Grande do Sul, Brasil,la Universidad Nacional de Quilmes. Con enfoque diferente, esta mismaUniversidad realiz un congreso sobre estudios sociales de la ciencia.

    12. En el III Congreso Argentino de Historia de la Ciencia y de la Tcnica, que se cele-br en 1994, se presentaron 54 trabajos (de los cuales slo 10 no se referan a laArgentina): 16 trataron temas generales, 11 se refirieron a personalidades, 11 ainstituciones, 8 a historia de la tcnica y 7 a medicina.

    13. Las Jornadas Internacionales sobre la historia de la ciencia en la Argentina entrelos siglos XIX y XX, fueron organizadas por el Departamento de Humanidadesde la Universidad de San Andrs (Provincia de Buenos Aires). Los trabajos pre-sentados en esas Jornadas fueron reunidos en: M. Montserrat (comp.), La cienciaen la Argentina entre siglos. Textos, contextos e instituciones. Buenos Aires,Manantial, 2000.

    14. Redes. Revista de Estudios Sociales de la Ciencia es publicacin, desde 1994, delInstituto de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnologa de la UniversidadNacional de Quilmes (Provincia de Buenos Aires). Estudios Sociales es una revistasemestral que publica en la ciudad de Santa Fe, desde 1991, la Universidad Nacionaldel Litoral. Educacin en Ciencias es una publicacin de la Escuela de Humanidades

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    de la Universidad Nacional de General San Martn, que aparece desde 1997. CienciaHoy es una revista de divulgacin cientfica y tecnolgica, de frecuencia bimestral,que publica en Buenos Aires la Asociacin homnima, desde 1991. Ciencia eInvestigacin, rgano de la Asociacin Argentina para el Progreso de las Ciencias,comenz a publicarse en 1945.

    BIBLIOGRAFAASA, M. de (1997) Morir en Buenos Aires. Los ltimos arios de Aldo Mieli. Saber

    y Tiempo, 3, 275-292.ASA, M. de (2000) Isis y la historia de la ciencia en la Argentina. En: M. Montserrat

    (comp.) La ciencia en la Argentina de entresiglos. Textos, contextos e institucio-nes. Buenos Aires, Manantial, 241-258.

    BABINI, J. (1986) Historia de la ciencia. En: Historia de la ciencia en la Argentina.Buenos Aires, Ediciones Solar, 254-260.

    BABINI, J. (2001) Bio-bibliografia. 1897-1984. Buenos Aires, Editorial Dunken.BABINI, N. (1997) Congresos Argentinos de Historia de la Ciencia. Saber y Tiempo,

    3, 355-377.MENDOZA, H. de & ASA, M. de (2002) La historia de la ciencia en la Argentina de

    entreguerras. Saber y Tiempo, 14, 137-159.