Despu s de inventar las inversiones en hipotecas subprime que · la disposici n de Irak a abrir un...

8
VENTANA STAN HONDA/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES 4 5 MUNDO De la selva tropical al ruedo político. DINERO & NEGOCIOS Zapatillas para correr ‘descalzo’. La función continúa Por JENNY ANDERSON T RAS EL HUNDIMIENTO finan- ciero, se culpó en buena medida a las inversiones exóticas ideadas por Wall Street. No eran sólo los activos hipotecarios subprime, sino toda una ga- ma de productos —derivados de crédito, vehículos de inversión estructurada, obli- gaciones de deuda con garantía multilate- ral— que resultaron mucho más arriesga- dos de lo previsto. La debacle dio mala fama a la prestidigi- tación financiera, pero no en Wall Street. Cuando Washington todavía debate la regla- mentación financiera, los banqueros están fraguando nuevos productos. Además de titulizar “acuerdos de vida” —la conversión de transacciones de seguros de vida en bo- nos de inversión—, algunos bancos están reestructurando activos que experimentan pérdidas en activos de mejor calificación, de- nominados re-remics (acrónimo de re-secu- ritization of real estate mortgage investment conduits o bursatilización de los vehículos de inversión de bienes raíces de la hipoteca). Morgan Stanley afirma que este año se han ganado al menos 30.000 millones de dólares en re-remics residenciales. “Nues- tros teléfonos no paran de sonar con pregun- tas al respecto”, señala Kathleen Tillwitz, subdirectora de DBRS, que se encar-ga de Después de inventar las inversiones en hipotecas subprime que a punto estuvieron de hundir la economía mundial, Wall Street maquina otro plan exótico pero potencialmente arriesgado. Pasa a la página 2 Desde los bares de soju de Seúl hasta los cócteles de cachaça de Brasil, las rutinas y los rituales del consumo de alcohol tienen unas raíces culturales profundas. Pero el hecho de que seamos cada vez más conscientes de los problemas que puede acarrear la botella —alcoholismo, violencia doméstica, conducción en estado de ebriedad— ha generado una inquietud persistente sobre el lugar que deberían ocupar la cerveza, el vino y demás bebidas alcohólicas en la sociedad moderna. La serie de televisión estado- unidense Mad men, por ejemplo, representa a una agencia de publi- cidad de principios de los años se- senta en la que no paran de beber: jerez por las mañanas, ginebra a la hora de la comida y whisky por las tardes. “En aquella época, a la hora de comer se solían tomar tres martinis”, comenta Carlo Marioni, un camarero de Nueva York de 65 años, a Robert Simonson, de The New York Times. “Luego volvían antes de cenar para tomarse rusty nails o white spiders”. Pero hoy en día los empresarios son más cautelosos a la hora de mezclar el trabajo con la bebida. Cy Wakeman, presidente de una empresa de recursos humanos en Iowa, dice que cuando bebe con sus compañeros de trabajo “el riesgo de que eso genere algo negativo es muy elevado”, señala Eilene Zi- mmerman en The New York Times. ¿Pasa lo mismo con los magos? Tara Parker-Pope cuenta en The New York Ti- mes que algunos padres estadounidenses se alarmaron por las escenas relacionadas con la bebida presentes en Harry Potter y el misterio del príncipe, la última entrega de las películas basadas en la serie fantástica de J. K. Rowling. Los héroes adolescentes Harry, Ron y Hermione beben un brebaje llamado “cerveza de mantequilla”. Christo- pher Welsh, un psiquiatra y especialista en adicciones de la Universidad de Maryland, decía a Parker-Pope: “Espero que los pa- dres puedan hablar con sus hijos y decirles que, aunque Harry Potter haga que eso parezca divertido, no está bien”. Parker-Pope se dio cuenta de que el pú- blico no estadounidense probablemente lo Lo que la botella puede contarnos Pasa a la página 3 8 ARTE & ESTILO Desenterrando ‘blues’ de los discos de 78 rpm Una selección semanal ofrecida por Copyright © 2009 The New York Times JUEVES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009

Transcript of Despu s de inventar las inversiones en hipotecas subprime que · la disposici n de Irak a abrir un...

Page 1: Despu s de inventar las inversiones en hipotecas subprime que · la disposici n de Irak a abrir un sector en el que antes hab a estado prohibida la inversi n extranjera. ... lo largo

VENTANA

STAN HONDA/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES

4 5MUNDO

De la selva tropicalal ruedo político.

DINERO & NEGOCIOS

Zapatillas para correr ‘descalzo’.

La función continúaPor JENNY ANDERSON

TRAS EL HUNDIMIENTO finan-ciero, se culpó en buena medida a las inversiones exóticas ideadas

por Wall Street. No eran sólo los activos hipotecarios subprime, sino toda una ga-ma de productos —derivados de crédito, vehículos de inversión estructurada, obli-gaciones de deuda con garantía multilate-ral— que resultaron mucho más arriesga-dos de lo previsto.

La debacle dio mala fama a la prestidigi-tación financiera, pero no en Wall Street. Cuando Washington todavía debate la regla-mentación financiera, los banqueros están fraguando nuevos productos. Además de

titulizar “acuerdos de vida” —la conversión de transacciones de seguros de vida en bo-nos de inversión—, algunos bancos están reestructurando activos que experimentan pérdidas en activos de mejor calificación, de-nominados re-remics (acrónimo de re-secu-ritization of real estate mortgage investment conduits o bursatilización de los vehículos de inversión de bienes raíces de la hipoteca).

Morgan Stanley afirma que este año se han ganado al menos 30.000 millones de dólares en re-remics residenciales. “Nues-tros teléfonos no paran de sonar con pregun-tas al respecto”, señala Kathleen Tillwitz, subdirectora de DBRS, que se encar-ga de

Después de inventar las inversiones en hipotecas subprime que a punto estuvieron de hundir la economía mundial, Wall Street maquina otro plan exótico pero potencialmente arriesgado.

Pasa a la página 2

Desde los bares de soju de Seúl hasta los cócteles de cachaça de Brasil, las rutinas y los rituales del consumo de alcohol tienen unas raíces culturales profundas. Pero el hecho de que seamos cada vez más conscientes de los problemas que puede acarrear la botella —alcoholismo, violencia doméstica, conducción en estado de ebriedad— ha generado una inquietud persistente sobre el lugar que deberían ocupar la cerveza, el vino y demás bebidas alcohólicas en la sociedad moderna.

La serie de televisión estado-unidense Mad men, por ejemplo, representa a una agencia de publi-cidad de principios de los años se-senta en la que no paran de beber: jerez por las mañanas, ginebra a la hora de la comida y whisky por las tardes. “En aquella época, a la hora de comer se solían tomar tres martinis”, comenta Carlo

Marioni, un camarero de Nueva York de 65 años, a Robert Simonson, de The New York Times. “Luego volvían antes de cenar para tomarse rusty nails o white spiders”.

Pero hoy en día los empresarios son más cautelosos a la hora de mezclar el trabajo con la bebida. Cy Wakeman, presidente de una empresa de recursos humanos en Iowa, dice que cuando bebe con sus compañeros de trabajo “el riesgo de que eso genere algo negativo es muy elevado”, señala Eilene Zi-mmerman en The New York Times.

¿Pasa lo mismo con los magos? Tara Parker-Pope cuenta en The New York Ti-mes que algunos padres estadounidenses se alarmaron por las escenas relacionadas con la bebida presentes en Harry Potter y el misterio del príncipe, la última entrega de

las películas basadas en la serie fantástica de J. K. Rowling. Los héroes adolescentes Harry, Ron y Hermione beben un brebaje llamado “cerveza de mantequilla”. Christo-pher Welsh, un psiquiatra y especialista en adicciones de la Universidad de Maryland, decía a Parker-Pope: “Espero que los pa-dres puedan hablar con sus hijos y decirles que, aunque Harry Potter haga que eso parezca divertido, no está bien”.

Parker-Pope se dio cuenta de que el pú-blico no estadounidense probablemente lo

Lo que la botella puede contarnos

Pasa a la página 3

8ARTE & ESTILO

Desenterrando ‘blues’de los discos de 78 rpm

Una selección semanal ofrecida porCopyright © 2009 The New York TimesJUEVES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009

Page 2: Despu s de inventar las inversiones en hipotecas subprime que · la disposici n de Irak a abrir un sector en el que antes hab a estado prohibida la inversi n extranjera. ... lo largo

Revuelta iraquí contra una petrolera china

En Wall Street, la función continúa

Por TIMOTHY WILLIAMS

PROVINCIA DE WASIT, Irak— Cuando, el año pasado, la mayor empresa petrolera de China firmó el primer contrato de desarrollo del sector petrolero que se formalizaba en Irak tras la invasión, se conside-ró que el acuerdo pondría a prueba la disposición de Irak a abrir un sector en el que antes había estado prohibida la inversión extranjera.

Un año después, la China Natio-nal Petroleum Corporation ha en-contrado petróleo en el yacimiento de Ahdab, situado en la provincia de Wasit, al sureste de Bagdad. Y aunque la relación entre la em-presa y el Gobierno iraquí ha sido fluida, la presencia de una empre-sa extranjera con vastos recursos extrayendo petróleo en este pobre rincón rural de Irak ha originado una oleada de descontento en la zona. “No obtenemos nada di-rectamente de la empresa china, y lo estamos pasando mal”, dice Mahmud Abdul Ridha, que está al frente del consejo provincial de Wasit. “Hay una crisis de paro. Necesitamos carreteras, colegios y plantas de tratamiento de agua. Necesitamos de todo”.

La consecuencia ha sido un mo-vimiento local de reivindicación de derechos (algo extraordinario en un país en que la disensión política históricamente implicaba peligro de muerte) que, en los últimos me-ses, ha empezado a exigir que al menos un dólar de cada barril de

petróleo del yacimiento de Ahdab se use para mejorar el acceso al agua potable, los servicios médi-cos, los colegios, las carreteras as-faltadas y otras necesidades de la provincia, una de las más pobres .

El descontento se ha extendido hasta más allá de Wasit. La frustra-ción se ha desbordado y se ha pasa-do al sabotaje y la intimidación de los trabajadores chinos, lo que ha convertido el proyecto de Ahdab en una advertencia para las empresas internacionales que pretendan su-birse al carro del aprovechamiento de las vastas reservas de petróleo sin explotar que existen en Irak.

Hasta ahora, el Gobierno iraquí ha rechazado las exigencias de la población local, pero la gente de la provincia de Wasit está empezan-do a tener una sensación clara de que algo nuevo es posible. “Nadie se habría atrevido a pedir algo así durante el régimen de Sadam; si alguien lo hubiese hecho, seguro que le habrían ejecutado”, afirma Ghasan Ali, un agricultor de 43 años que vive cerca del yacimiento . “Pero ahora somos un país demo-crático, así que tenemos derecho a exigir lo que nos corresponde como cualquier otra provincia de Irak”.

La base de las protestas es que, aparte de la contratación de algu-nos cientos de habitantes como obreros y guardias de seguridad con salarios de 400 euros al mes, el yacimiento de Ahdab (un pro-yecto de desarrollo de unos 2.000 millones de euros) no ha reportado ningún beneficio a la provincia.

China National Petroleum dice que necesita relativamente pocos trabajadores porque todavía se en-cuentra en la fase de exploración del proyecto, que se desarrollará a

lo largo de 23 años en el yacimien-to de Ahdab. Hasta dentro de dos años y medio no está previsto que empiece a producirse petróleo.

Algunos agricultores han res-pondido destruyendo los genera-dores de la empresa y cortando las líneas eléctricas. La compañía afirma que los aproximadamente 100 trabajadores chinos del ya-cimiento rara vez salen de su es-partano complejo por miedo a ser secuestrados, a pesar de que el Gobierno iraquí últimamente ha reforzado la seguridad en la zona.

La ira iraquí se ha ido encau-zando progresivamente hacia un movimiento organizado que ha ex-presado su preocupación sobre los derechos de los trabajadores, la con-taminación, las prácticas de contra-tación transparentes y la contabili-dad pública, entre otros asuntos.

Ghasan Atiyah, director general

de la Fundación Iraquí para el De-sarrollo y la Democracia, dice que el incipiente activismo de Wasit forma parte de un cambio más amplio en una sociedad que hasta hace poco había reprimido ese tipo de exigencias debido a los años de dictadura, sanciones económicas y guerra, y a una cultura que sigue teniendo una fuerte influencia tri-bal. “En Irak se está produciendo una transformación social que tar-dará años en materializarse”, afir-ma, “pero lo que estamos viendo es un nuevo orden social que sur-ge a medida que la población rural desafía a la urbana, que siempre la ha considerado inferior”.

El Gobierno iraquí y la empresa china han restado importancia a las tensiones diciendo que, aparte de algunas pequeñas interrupcio-nes, las cosas marchan según lo previsto. Aun así, los disturbios

llegan en un momento crítico para el sector petrolero de Irak, que se ha esforzado en volver a los niveles de producción anteriores a la gue-rra y este otoño prevé subastar 10 yacimientos de petróleo entre las empresas internacionales.

El yacimiento de Ahdab está rodeado de agricultores arren-datarios que viven en exiguas casas de barro sin electricidad ni agua corriente. Esperaban que la llegada de la empresa petrolera terminase con su pobreza. Por el contrario, China National Petro-leum sólo ha contratado a unos 450 trabajadores, muchos de los cuales vivían fuera de la provincia, según los habitantes y funcionarios loca-les. “El problema es que la gente esperaba miles de puestos de tra-bajo inmediatos y luego se ha dado cuenta de que la empresa depen-día más de las máquinas que de las personas”, relata Ali Husein, jefe del consejo del distrito local.

Los agricultores se quejaron es-te año de que los equipos eléctricos y sísmicos de la empresa petrole-ra causaban daños en sus casas y cosechas. Más o menos al mismo tiempo, las líneas eléctricas, mu-chas de las cuales atraviesan cam-pos de cultivo, fueron cortadas o robadas, al igual que los carísimos generadores y otros equipos.

Ghazi Hwaidi, de 39 años, cuyo trigal comparte espacio con los imponentes equipos de preven-ción sísmica, dice que pidió que le compensasen por los daños en su plantación y que también solicitó trabajo en la empresa. No ha reci-bido respuesta a ninguna de sus peticiones.“Ahora mi finca parece un yacimiento de petróleo”, dice, “y no he obtenido nada a cambio”.

otorgar calificaciones de riesgo a las inversiones y está revisando nueve propuestas de titulizaciones de seguros de vida de Credit Suisse y otros. “Esperamos una estampi-da tras la primera oferta”, declara un banquero de inversión.

Pero algunos están decepcio-nados por la rápida vuelta de Wall Street a los viejos métodos, a la caza de beneficios con productos nuevos y complicados. “Es agri-dulce”, comenta James D. Cox, ca-tedrático de derecho empresarial y de valores en la Duke University de Carolina del Norte. “La parte dulce es que hay inversores inte-resados en estos productos exóti-cos creados por reaseguradoras que ganan enormes comisiones y agencias de calificación que des-pués cobran por conceder califica-ciones. La agria es que supone una vuelta a los viejos tiempos”.

Los banqueros planean com-prar seguros de vida en metálico (400.000 dólares por una póliza de un millón, por ejemplo, dependien-do de la esperanza de vida de la persona asegurada, que a menudo es mayor o está enferma). Después planean “titulizar” estas pólizas, en jerga de Wall Street, reuniendo

cientos o miles de ellas en forma de bonos. Más tarde los revenderán como grandes fondos de pensiones a inversores, que recibirán el pago cuando los asegurados fallezcan.

Cuanto antes mueran los asegu-rados, mayor el beneficio, aunque si éstos viven más de lo esperado, los inversores podrían obtener un rendimiento bajo o incluso perder dinero. En cualquier caso, Wall Street se beneficiaría al embolsar

unas comisiones considerables por crear los bonos, revenderlos y pos-teriormente negociar con ellos.

Pero lo que es bueno para Wall Street podría ser malo para el sec-tor asegurador, y quizá también para los clientes. En el caso de los acuerdos de vida se debe a que a menudo los titulares de las pólizas dejan que su seguro de vida cadu-que antes de morir por diversas razones, como que los hijos crecen

y ya no necesitan la protección económica, o que las primas se en-carecen mucho. Cuando eso ocu-rre, la aseguradora no tiene que efectuar desembolso alguno.

Pero si una póliza se compra y se convierte en un activo, los inverso-res seguirán pagando primas que podrían haber sido abandonadas; a consecuencia de ello, se manten-drán en vigencia más pólizas, lo cual supondrá, con el tiempo, más desembolsos y menos dinero pa-ra las compañías aseguradoras. “Cuando establecieron sus primas, lo hicieron basándose en suposicio-nes erróneas”, explica Neil A. Do-herty, catedrático de Wharton que ha estudiado los acuerdos de vida. De hecho, Doherty afirma que en reacción a la titulización generali-zada es probable que las asegura-doras tengan que subir las primas .

Los detractores de los acuerdos de vida creen que “esto anula la idea de lo que supuestamente debe ser un seguro de vida”, en palabras de Steven Weisbart, subdirector y economista jefe del Insurance In-formation Institute . “No es un pro-ducto inversor, es una apuesta”.

Sin freno, Wall Street sigue ade-lante por una sencilla razón: dado que en EE UU hay seguros de vi-da vigentes por un valor total de 26 billones de dólares, el mercado podría ser enorme. No a todos los asegurados les interesaría vender,

por supuesto. Y a los inversores no les interesan las pólizas de perso-nas sanas porque tendrían que pa-gar las primas durante demasiado tiempo, reduciendo la rentabilidad de la inversión. Pero aunque sólo venda su póliza una pequeña frac-ción de los asegurados, algunos trabajadores del sector predicen que el mercado podría alcanzar los 500.000 millones de dólares.

De hecho, Credit Suisse está creando una cadena de montaje financiera para comprar gran can-tidad de seguros de vida, reunirlos y revenderlos, al igual que hicieron las empresas de Wall Street con los títulos subprime. Goldman Sachs ha desarrollado un índice negocia-ble de acuerdos de vida, que permi-te a los inversores apostar a que las personas vivirán más de lo espera-

do o morirán antes de lo planeado. Credit Suisse y Goldman declina hacer comentarios.

Si Wall Street tiene éxito en la titulización de las pólizas de segu-ros de vida, asumirá un negocio controvertido que lleva décadas funcionando a menor escala y lo aumentará drásticamente. El sec-tor está plagado de reclamaciones por estafa.

En abril, Stephan Leimberg, coautor de un libro sobre los acuer-dos de vida, afirmaba ante un Co-mité Especial del Senado sobre la Vejez: “Los depredadores del mer-cado de los acuerdos de vida tienen el motivo, los medios y, si los legis-ladores, los reguladores o su pro-pia comunidad no los controlan, la oportunidad de aprovecharse de los ancianos”.

THAIER AL-SUDANI/REUTERS

Abeer Mohammed and Moham-med Hussein colaboraron en el reportaje desde Bagdad, y Riyadh Mohammed y un empleado iraquí de ‘The New York Times’, desde la provincia de Wasit.

Aprovecharse de las pólizas de seguros de vida podría conducir a otra debacle.

Viene de la página 1

MICHAEL APPLETON PARA THE NEW YORK TIMES

Especialistas como Jan Buckler y Kathleen Tillwitz, de DBRS, revisan propuestas para titulizar los seguros de vida.

La columna ‘Inteligencia’ volverá a publicarse la semana próxima.

Los iraquíes afirman que apenas han visto beneficios tras un acuerdo de desarrollo petrolero con una empresa china. Un guardia chino en el yacimiento de Ahdab.

2 JUEVES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009

M U N D O

THE NEW YORK TIMES SE PUBLICA SEMANALMENTE EN LOS SIGUIENTES DIARIOS: SÜDDEUTSCHE ZEITUNG, ALEMANIA l CLARÍN, ARGENTINA l DER STANDARD, AUSTRIA l LA RAZÓN, BOLIVIA l FOLHA, BRASILLA SEGUNDA, CHILE l EL ESPECTADOR, COLOMBIA l DELO, ESLOVENIA l EL PAÍS, ESPAÑA l THE KOREA TIMES, ESTADOS UNIDOS l NOVOYE RUSSKOYE SLOVO, ESTADOS UNIDOS l MANILA BULLETIN, FILIPINAS l LE MONDE, FRANCIA24 SAATI, GEORGIA l ELEFTHEROTYPIA, GRECIA l PRENSA LIBRE, GUATEMALA l THE ASIAN AGE, INDIA l LA REPUBBLICA, ITALIA l ASAHI SHIMBUN, JAPÓN l EL NORTE, MURAL Y REFORMA, MÉXICOLA PRENSA, PANAMÁ l THE OBSERVER, REINO UNIDO l LISTIN DIARIO, REPÚBLICA DOMINICANA l RUMANIA LIBERA, RUMANIA l NOVAYA GAZETA, RUSIA l UNITED DAILY NEWS, TAIWÁN l EL OBSERVADOR, URUGUAY

Page 3: Despu s de inventar las inversiones en hipotecas subprime que · la disposici n de Irak a abrir un sector en el que antes hab a estado prohibida la inversi n extranjera. ... lo largo

Por CARTER DOUGHERTY

LODZ, Polonia— En el siglo XIX, el no-velista polaco Wladyslaw Reymont tituló su obra maestra sobre Lodz La tierra pro-metida, ya que la ciudad atraía a gente de toda Europa central para trabajar en sus fábricas textiles, que estaban en auge. En la actualidad, los sectores han cambiado, pero está volviendo a ocurrir algo parecido, lo cual ayuda a Polonia a escapar de la viru-lenta recesión global.

Con multinacionales como Procter & Gamble, Dell y ABB encabezando un to-rrente de inversiones extranjeras, ciudades como Lodz, en la región central de Polonia, experimentan auges relativos. Algunos po-lacos que se fueron de su país en busca de trabajo hace años están volviendo uno de-trás de otro.

Mientras el resto de los países de Euro-pa central y oriental afrontan un año muy duro, Polonia se ha convertido en la única economía de la región que tiene la fuerza necesaria para resistir una crisis salvaje. Y sencillamente puede que termine siendo la única economía de Europa que evite una contracción total en 2009.

Uno de los rincones más florecientes de Lodz es lo que antes era una inmensa fábri-ca textil y que ahora se ha convertido en un complejo de tiendas, restaurantes e incluso un campo de voleibol playa. La prosperi-dad del negocio en este centro, conocido como Manufaktura, ilustra cómo Polonia ha permanecido indemne a las virulentas experiencias de Letonia o Hungría, por no hablar de Londres o Nueva York. “Quizá sin la crisis el negocio iría mejor”, señala Slawo-mir Murawski, el director de Manufaktura. “Pero, ¿quién sabe?”.

En la actualidad, Polonia tiene la ventaja de estar preocupada por sí misma. Como vende mucho menos al resto del mundo que sus vecinos, Polonia está protegida contra las vicisitudes de la economía global, al tiempo que cosecha sus beneficios, reflejo de una oleada de inversiones extranjeras. Esto, a su vez, ha ayudado a mantener fuer-te su mercado laboral en una época en la que muchos europeos temen perder su empleo.

El 28 de agosto, el Gobierno anunciaba que la economía de Polonia había crecido a un ritmo anual del 1,1% en el segundo tri-mestre, impulsada por las exportaciones, la construcción y los servicios. El crecimien-to del producto interior bruto (PIB) estaba muy por encima del 0,5% esperado por los analistas, así como de la tasa anual de cre-cimiento en el primer trimestre, que fue del 0,8%.

“Somos el único país en toda la Unión Eu-ropea que tiene un crecimiento tan bueno y hemos venido aquí a jactarnos de ello”, co-mentó el primer ministro, Donald Tusk, en una rueda de prensa en Varsovia, según in-forma Bloomberg News. “Polonia es el líder indiscutible del crecimiento en la UE”.

No obstante, para la inmensa frustración de las empresas polacas, el paisaje de la re-gión a ojos de los extranjeros ha estado do-minado por países como Hungría, Letonia, Serbia y Ucrania, cuyas aplastantes deudas los condujeron a los brazos del Fondo Mone-tario Internacional.

Para Polonia, un prestatario relativa-mente pequeño, la crisis conllevó una rápi-da depreciación de su moneda, el zloty. Esto perjudicó a algunas empresas que se habían esforzado por protegerse de una subida de la moneda, que había sido el problema del año anterior. Pero los bancos polacos, deseosos de evitar llevar a sus clientes a la quiebra, refinanciaron las coberturas para que refle-jaran la nueva realidad.

El zloty se desplomó un 27% con respecto al euro en los seis meses que precedieron a marzo. Desde entonces ha subido más de un 13%. “Si se echa la vista atrás, en Polonia la crisis ha demostrado ser manejable”, co-menta Ryszard Petru, economista jefe del BRE Bank en Varsovia. “Pero en su momen-to era difícil saberlo”.

Polonia ha aterrizado con más suavidad que sus vecinos porque su economía depen-de mucho menos de las exportaciones que la de otros países de Europa central, donde pueden rondar el 90% del PIB. Polonia, un país de 38 millones de habitantes, vive mu-cho más de la demanda interna, y eso depen-de de un mercado laboral estable.

Petru predice que el paro aumentará de un 7,1% a un 9,9% para finales de 2009, pero esa cifra está prácticamente a la par con la media de la UE, y enmascara algunos focos de crecimiento fuerte: la tasa de paro es del 2% en Varsovia y ronda el 8% en Lodz, es de-cir, menos de la mitad que hace cinco años.

Una razón que explica la sorpresa vivida en Lodz es, sin duda alguna, la afluencia de inversiones extranjeras. Procter & Gamble tiene una fábrica en Lodz y va a abrir otra este otoño. Fujitsu, la empresa de informá-tica japonesa, inauguró un centro de servi-cios en la ciudad este año. Otras empresas presentes son Infosys Technologies, la em-

presa india de tecnología de la información; ABB, el fabricante suizo de equipamiento para infraestructuras; y TNT, una empresa de logística holandesa.

Dell, el fabricante de ordenadores, ha rea-lizado la inversión que realmente animó Lo-dz. En enero, Michael S. Dell, el fundador y consejero delegado de la empresa, inauguró oficialmente una central en la que se llevará la logística y se montarán ordenadores, so-bre todo para clientes de Europa central y oriental y Escandinavia. Durante los próxi-mos tres años creará 3.000 empleos.

En un cambio simbólico, Dell se llevó sus

actividades de Limerick, Irlanda, a Lodz. Entre las razones que motivaron el traslado, la empresa mencionó la cualificada pobla-ción activa de Lodz y la proximidad con los mercados en crecimiento.

El auge irlandés, que posiblemente esté sufriendo el mayor descalabro de Europa, atrajo a muchos polacos, que trabajaban allí con Dell y que ahora vuelven a casa. “Hasta tenemos a algunos empleados en Lodz que han venido de nuestra fábrica en Limerick, Irlanda, y que ahora están muy contentos de haber regresado para ayudarnos a construir ésta”, comentaba Michael Dell en enero.

WOJCIECH GRZEDZINSKI PARA THE INTERNATIONAL HERALD TRIBUNE

Una ciudad polaca florece a pesar de la recesión

La economía de Polonia ha quedado en mejor posición que la mayoría en Europa. A Manufaktura, un centro comercial en Lodz, le va muy bien el negocio.

Lo que la botella puede contarnos

vería de otra manera. En EE UU, la edad legal para beber es a partir de 21 años, una edad superior a la mayoría de los países europeos, asiáticos y latinoamericanos.

Pero en Australia, donde para beber hay que tener 18 años, les preocupa que la be-bida haya afectado gravemente a algunas comunidades aborígenes que se han visto diezmadas por la adicción y la violencia. El gobierno central y algunos gobiernos abo-rígenes intentan limitar el acceso al alcohol “Sabemos cómo era la vida antes del alco-hol”, comenta Doreen Green, una maestra aborigen de Halls Creek, a Norimitsu Onis-hi, de The New York Times. “Éramos una raza orgullosa, muy unida. El alcohol ha acabado con todo”.

A pesar del coste social, el alcohol tam-bién conlleva algunos beneficios sociales, algo reconocido al más alto nivel . En julio, el presidente Obama invitó a las partes im-plicadas en un controvertido arresto a to-mar una cerveza en la Casa Blanca. Un pro-fesor negro de Harvard y el agente de poli-cía blanco que le había acusado de desacato viajaron a Washington desde Cambridge, Massachussets. Los medios informaron vorazmente de las preferencias alcohólicas de cada uno de ellos (Obama tomó una cer-veza baja en calorías). En segundo plano se encuentra la idea de que beber juntos es una manera de establecer un vínculo, aun-que sea efímero, entre desconocidos.

Eso es algo que también asumen los hom-bres de Mad men, y quizá también los magos de Hogwarts. Y eso ayuda a explicar por qué, en muchos lugares, la botella continúa estan-do ahí cuando la gente socializa.

Como dicen en Etiopía: “¡Letenachin!”

Viene de la página 1

Sus comentarios son bienvenidos en [email protected].

JUEVES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009 3

MUNDO

Page 4: Despu s de inventar las inversiones en hipotecas subprime que · la disposici n de Irak a abrir un sector en el que antes hab a estado prohibida la inversi n extranjera. ... lo largo

4 JUEVES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009

M U N D O

Por ALEXEI BARRIONUEVO

BRASILIA — Para Marina Sil-va, la vida comenzó en el corazón del Amazonas. Desde que tenía 11 años, caminaba 14 kilómetros al día para ayudar a su padre a recoger caucho de los árboles. Convertida en un icono del movimiento ecolo-gista, ha dedicado su vida a prote-ger esa misma selva tropical.

Analfabeta y gravemente enfer-ma de hepatitis, Silva dejó su hogar cuando tenía 16 años en busca de atención médica y de educación. Aprendió a leer y escribir, se gra-duó en la universidad y se convir-tió en profesora y política. Trabajó codo con codo con su amigo Chico Mendes, el activista medioam-biental, hasta que éste fue tirotea-do en 1988 por unos rancheros que se oponían a su activismo. Cuando Luiz Inácio Lula da Silva fue ele-gido presidente en 2002, escogió a Silva como ministra de Medio Am-biente. Bajo su supervisión, Brasil diseñó un plan para luchar contra la deforestación.

El mes pasado, Silva conmocio-nó la política brasileña al anunciar que dejaba el Partido de los Traba-jadores de Da Silva para unirse al Partido Verde, que probablemente

la nombre candidata para las elec-ciones presidenciales del año que viene.

Según los analistas políticos, su historia podría resultar inspirado-ra para los brasileños que buscan un sucesor para el popular Da Sil-va, quien también es fruto de unos comienzos humildes. “Marina es una persona que se ha ganado sus alas, y no es sorprendente descu-brir que quienes tienen alas pue-den volar”, dice Jorge Viana, ex gobernador de Acre, su Estado natal. Silva ha “sacudido la com-petición, ha barajado de nuevo las cartas”, afirma David Fleischer, catedrático de ciencias políticas en la Universidad de Brasilia.

Su candidatura la convertiría en adversaria de Dilma Rousseff, mi-nistra de la Casa Civil de Da Silva y la persona elegida por éste para sucederle. Si gana cualquiera de las dos mujeres, será un hito his-tórico. Brasil nunca ha tenido una mujer como presidenta. Además, el país nunca ha tenido un presi-dente negro, y Silva lo es.

Silva dimitió como ministra de Medio Ambiente el año pasado tras expresar su malestar por el hecho de que el Gobierno pudiera ceder a la presión de los intereses comerciales para suavizar medi-das que ella había puesto en prác-

tica para contrarrestar la defores-tación del Amazonas.

En una entrevista realizada en Brasilia, Silva, de 51 años, decía que se sentía cada vez más frus-trada en su lucha para persuadir a los miembros del Partido de los Trabajadores de que siguiesen una estrategia económica más sosteni-ble. “Ante la oportunidad de tratar de construir un nuevo futuro para Brasil y el planeta, prefiero depo-sitar mis esperanzas en este mo-vimiento”, decía en relación con su cambio al Partido Verde.

Nacida en Seringal Bagaço, una comunidad de cosechadores de caucho, en el seno de una familia con 11 hijos, empezó a trabajar con su padre como recolectora cuan-do tenía 11 años. Para evitar que la engañasen los compradores de caucho, su padre le enseñó mate-máticas cuando era muy niña .

Tras enfermar de hepatitis, se marchó a l Rio Branco para recibir tratamiento. Se matriculó en un curso para adultos analfabetos, trabajó como asistenta y finalmen-te entró en la universidad, donde se graduó en historia a los 26 años. Mientras estaba en la facultad, se unió al Partido Comunista Revolu-cionario, un grupo clandestino que se oponía a la dictadura militar.

Silva se unió al movimiento de

Mendes, dedicado a advertir sobre los peligros de la deforestación y el desplazamiento de las comunida-des tradicionales, y esto la condujo a la política. Tras ser elegida con-cejala de Rio Branco, se convirtió en legisladora estatal y senadora federal. Su defensa del medio am-biente como ministra del Gabine-te de Da Silva ha sido elogiada en todo el mundo. Aunque la defores-tación continúa en Brasil, se ha ra-

lentizado significativamente entre 2004 y 2007.

Silva alaba a Lula, al que consi-dera un “héroe viviente”, junto con Nelson Mandela y Barack Obama, por los progresos de Brasil en la pro-tección del medio ambiente. Pero di-ce que el Gobierno debe preservar los avances. “He tenido la suerte de lograr algunas cosas, pero son una parte mínima de lo que Brasil y el mundo necesitan que hagamos” .

ANDRE VIEIRA PARA THE NEW YORK TIMES

Marina Silva, ex ministra de Medio Ambiente, es una posible candidata a la presidencia.

Una hija del Amazonas aspira a lo más alto

Mery Galanternick colaboró en el reportaje desde Río de Janeiro.

Por ERIC SCHMITT y SCOTT SHANE

WASHINGTON — ¿Necesita Estados Unidos un ejército de tierra cada vez mayor en Afga-nistán para evitar otro atentado terrorista de calado en territorio estadounidense?

El presidente Obama, que desplegará en Afganistán 68.000 soldados estadounidenses a fina-les de año, ha calificado la misión como “una guerra de necesidad” para evitar que los talibanes re-creen el santuario que Al Qaeda tenía allí en los años noventa.

Pero casi ocho años después de que la invasión estadounidense expulsara a los líderes de Al Qae-da de Afganistán, el apoyo políti-co a la acción militar que siguió a los atentados del 11 de septiembre

de 2001 ha desaparecido. Según un creciente número de detracto-res, una guerra que empezó como un rápido contraataque contra los responsables del asesinato de 3.000 estadounidenses corre el riesgo de convertirse en un cena-gal con una misión confusa.

En entrevistas, la mayoría de los expertos en antiterrorismo afirman que las tropas son nece-sarias para echar a los comba-tientes talibanes de un territorio que han recuperado poco a poco. Pero algunos detractores de la derecha y de la izquierda asegu-ran que si el verdadero objetivo es evitar atentados terroristas en EE UU, puede que haya otras al-

ternativas. Explican que se puede mantener a raya a Al Qaeda utilizando un servi-cio de espionaje exhaustivo, aviones teledirigidos Pre-dator, misiles de crucero, asaltos con comandos de Operaciones Especiales e incluso pagos a señores de la guerra que nieguen cobi-jo a Al Qaeda.

Andrew J. Bacevich, catedrático de relaciones internacionales de la Uni-versidad de Boston, afirma que estas alternativas tendrían como mínimo las mismas posibilidades de evitar atentados en EE UU que un plan de contrainsurgencia a gran escala, que, en su opinión, dura-ría entre 5 y 10 años, requeriría cientos de miles de millones de dólares, sacrificaría vidas esta-dounidenses y tendría “una pro-babilidad de éxito ínfima”.

Pero la mayoría de los especia-listas en antiterrorismo, tanto dentro como fuera del Gobierno, aseguran que no se puede hacer frente al terrorismo desde una distancia cómoda, como, por ejem-plo, mediante el uso exclusivo de ataques aéreos o fuerzas secun-darias. Puede que se tarde años en convertir Afganistán en un lugar que sea hostil a Al Qaeda, ob-servan, pero es posible que sea la única forma de mantener Estados Unidos sano y salvo a largo plazo.

Muchos están de acuerdo con la estrategia confidencial para un aumento de las tropas que el general Stanley A. McChrystal,

comandante en Afganistán, ha presentado a Obama y al Estado Mayor Conjunto hace unos días. Afirman que es necesario un gran ejército de tierra de la OTAN dirigido por Estados Unidos para despejar el territorio ocupado por los talibanes y defenderlo hasta que los instructores hayan forma-do a un número suficiente de sol-dados y agentes de policía afga-nos competentes para proteger esas zonas. Según su argumen-tación, el ejército aliado tendrá más tiempo y más margen para ayudar a los afganos a construir gobiernos locales, provinciales y nacionales más eficaces y crear algo parecido a una economía.

El secretario de Defensa, Robert M. Gates, y el almirante Mike Mullen, jefe del Estado Ma-yor Conjunto, creen que EE UU no puede luchar contra los terro-ristas desde lejos. “Lo cierto es que, aunque quieras centrarte en la lucha antiterrorista, no puedes

desarrollarla con éxito sin que se haga cumplir la ley en el ámbito local, sin seguridad interna y sin un servicio de espionaje”, explica-ba Gates a unos reporteros el 3 de septiembre.

Bruce Hoffman, experto en terrorismo de la Universidad de Georgetown, coincide con él y asegura que el argumento de que el terrorismo se puede evitar bá-sicamente por control remoto es “increíblemente seductor”, pero completamente erróneo. “In-tentamos contener el problema del terrorismo en Afganistán a distancia antes del 11-S”, dice. “Y miren lo bien que salió”.

Con los ataques aéreos se corre el riesgo de matar a civiles y con-vertir en enemigos precisamente a esas personas en las que los comandantes estadounidenses están intentando influir. Hoffman explica que el éxito de los ataques con los Predators en Pakistán dependió de información precisa

del paradero de los terroristas proporcionada por el servicio de espionaje paquistaní. En Afganis-tán, sin este tipo de fuentes, “es-taríamos volando a ciegas”, ase-gura. La retirada de Afganistán podría desestabilizar Pakistán y “garantizar” un futuro atentado en EE UU proveniente de la re-gión, según Hoffman.

Los defensores de un aumento de las fuerzas estadounidenses en Afganistán señalan que una retirada reafirmaría los miedos de Pakistán de que Washington no se compromete con la seguri-dad en la región. Pero algunos de los partidarios más acérrimos de Obama aseguran que tiene que explicar mejor por qué desplegar un gran ejército allí garantiza la seguridad en su país. “Tiene que reafirmar este mensaje más a menudo y yendo al grano”, explica el senador Bob Casey, un demócrata que acaba de volver de Afganistán y Pakistán.

ANÁLISIS

Estrategias opuestas para Afganistán

TYLER HICKS/THE NEW YORK TIMES

¿La multiplicación de las tropas puede evitar otro 11-S?

El presidente Obama tiene intención de desplegar 68.000

efectivos en Afganistán este año. Soldados en la

provincia de Kunar.

Page 5: Despu s de inventar las inversiones en hipotecas subprime que · la disposici n de Irak a abrir un sector en el que antes hab a estado prohibida la inversi n extranjera. ... lo largo

JUEVES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009 5

D I N E R O & N E G O C I O S

Por KEITH BRADSHER

HONG KONG — China está decidida a consolidar su dominio del mercado para algunos de los minerales más misteriosos pero también más valiosos del mundo.

El país produce en la actualidad el 93% de los denominados elemen-tos terrestres raros, y más del 99% de dos de estos ellos, vitales para una amplia variedad de tecnolo-gías para energías verdes y aplica-ciones militares como los misiles.

Deng Xiaoping señaló en una ocasión que Oriente Próximos tenía petróleo, pero China tenía tierras raras. Al igual que en su día hiciera con el petróleo la Orga-nización de Países Exportadores de Petróleo, ahora le toca a China presumir de fuerza.

El reforzar los límites de la pro-ducción y de la exportación de los minerales, parte de un plan del Ministerio de Industria y Tecno-logía de la Información, garanti-zará que China pueda satisfacer sus necesidades tecnológicas y económicas, al tiempo que obli-gará a más fabricantes a produ-cir sus artículos en China a fin de tener acceso a los minerales.

En cada uno de los tres últimos años, China ha rebajado la cantidad de tierras raras que pueden expor-tarse. El 3 de setiembre, funciona-

rios chinos intentaron convencer a los gobiernos occidentales y a las empresas multinacionales de que no prohibirían totalmente la expor-tación de dysprosium y terbium, dos minerales esenciales para las industrias de alta tecnología.

El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información ha redactado el borrador de un plan de seis años para la producción de tierras raras y lo ha presentado ante el Consejo del Estado, el equi-valente del gabinete ministerial, según afirman cuatro ejecutivos del sector minero que han debatido el plan con las autoridades chinas. Se han filtrado algunos detalles del plan y, aunque hay contradic-cdiones entre ellos, parece que su-gieren un control más estricto de las exportaciones y una reducción drástica de las minas perjudicia-les para el medio ambiente.

Algunos de los minerales esen-ciales para las tecnologías verdes se extraen en China empleando métodos que infligen un gran daño al entorno local. Parte de la razón de que China domine la producción mundial de tierras raras es que hasta ahora ha estado dispuesta a tolerar una minería altamente contaminante y de bajo coste.

Hasta la primavera pasada, parecía que el dominio de China

sobre la producción de elementos raros podría debilitarse en los próximos tres años: en Austra-lia van a abrirse dos minas más, con una producción combinada equivalente a una cuarta parte del total mundial. Pero las empresas que desarrollan esas minas —la Corporación Lynas y una rival de menor tamaño, Arafura Resour-ces— perdieron su financiación el invierno pasado a causa de la cri-sis financiera mundial. Los com-pradores declinaron la emisión de bonos prevista por Lynas y la ofer-ta pública inicial de Arafura.

Luego, en primavera, empresas mineras chinas propiedad exclusi-va del Estado chino, encontraron el efectivo necesario para termi-nar la construcción de las minas y las fábricas de procesamiento del mineral metalífero de ambas compañías. Las empresas chinas firmaron acuerdos para adquirir

el 51,7% de Lynas y el 25 % de Ara-fura. El trato con Arafura ya ha sido aprobado por los reguladores australianos y está pendiente de su aprobación definitiva hoy por parte de los accionistas.

En las últimas semanas, las ex-pectativas de unas restricciones chinas más severas han provo-cado un rápido aumento del pre-cio de las acciones de los escasos productores no chinos que cotizan en bolsa. Además de las dos minas australianas, Avalon Rare Metals de Toronto trata de abrir una mi-na en el noroeste de Australia, y Molycorp Minerals está haciendo gestiones para reabrir una mina en Mountain Pass, California.

Una sola mina en Baotou, en el interior de Mongolia, China, pro-duce la mitad de las tierras raras del mundo. Gran parte del resto —especialmente algunos de los elementos más raros necesarios

para productos que van desde las turbinas eólicas hasta los coches Prius— proceden de minas peque-ñas, con frecuencia sin licencia, si-tuadas en el sur de China.

China produce más del 99% del disprosio y del terbio y 95% del neodimio. Se trata de elementos vitales para muchas tecnologías de la energía verde, como los ima-nes de peso ligero utilizados para las turbinas de viento, y también tienen aplicaciones militares.

General Motors y las fuerzas aéreas estadounidenses desem-peñaron un importante papel en el desarrollo de los imanes de tierras raras. Jack Lifton, un químico que contribuyó a desarrollar algunos de los primeros imanes, explica que siguen utilizándose en los mo-tores eléctricos que controlan las veletas laterales de los misiles.

Pero la demanda está dispa-rándose gracias a las turbinas de viento y los vehículos híbridos. El motor eléctrico de un Prius requie-re entre 1 y 2 kilos de neodimio, ex-plica Dudley Kings north, un reco-nocido asesor de Perth, Australia .

Lifton afirma que los ejecutivos de Toyota le han expresado su seria preocupación por la disponibilidad de los minerales. China está fabri-cando cada vez más motores eléc-tricos de alto rendimiento .

Por AMY CORTESE

Todd Byers era una de las más de 20.000 personas que participa-ron en el maratón de San Francis-co en julio. Vestido con pantalón corto y una camiseta, podría ha-berse confundido con los demás corredores, excepto por una dife-rencia llamativa: iba descalzo.

La falta de zapatillas hacía que todas las miradas se clavaran en él. “La gente lo encuentra un poco raro”, dice Byers, de 46 años, enco-giéndose de hombros. Es un entre-nador de corredores y organizador de congresos de Long Beach, Cali-fornia, que desde 2004 ha participa-do en 75 maratones descalzo.

Pero a lo mejor no es tan raro. Algunos estudios indican que las zapatillas de correr modernas no mejoran en mucho el rendimiento de un corredor y tampoco evitan lesiones. Algunos corredores es-tán convencidos de que van mejor descalzos, o con zapatos que equi-valen a poco más que unos guan-tes finos para los pies.

Muchos expertos médicos difie-ren. La consecuencia es un debate que enfrenta a una estrafalaria banda de corredores descalzos y científicos en contra de la zapatilla de correr con los círculos médicos y deportivos.

El debate también ha inspirado calzados innovadores. Empresas como Vibram, Feelmax y Terra Plana han inventado creaciones de suela fina que pretenden combinar las ventajas de ir descalzo con una capa de protección. Esta tenden-cia al minimalismo podría tener repercusiones significativas no sólo para las zapatillas de correr sino también para el mercado más amplio del calzado deportivo, que mueve 17.000 millones de dólares.

Las empresas de calzado han prosperado vendiendo un torren-te constante de nuevos modelos mejorados. En octubre, sin ir más lejos, el fabricante japonés Asics presentará la última versión de sus Gel-Kinsei, unas zapatillas

de 180 dólares con un “sistema de guía de impacto” y una unidad de talón con amortiguadores. Los gigantes del sector defienden sus productos y sostienen que ayu-dan a los atletas a correr mejor y a proteger sus pies de la tensión y el estrés, por no hablar del cemento y los cristales rotos.

Pero a pesar de los avances tec-nológicos promovidos por el sector, los expertos afirman que la tasa de lesiones entre los corredores prác-ticamente no ha variado desde la década de 1970, cuando aparecie-ron las zapatillas de correr mo-dernas. “No hay muchas pruebas de que a la gente le vaya mejor con las zapatillas de correr”, afirma Daniel E. Lieberman, catedrático de biología evolutiva humana de la Universidad de Harvard, que ha in-

vestigado la función ejercida por el correr en la evolución humana.

Cada vez hay más gente que cree en correr descalzo o casi. Siguen representando un sector minús-culo de la población, pero métodos de entrenamiento populares como el ChiRunning, o el de Born tu Run [Nacido para correr], un éxito de ventas escrito por Christopher Mc-Dougall, han despertado interés.

Los defensores alegan que los pies descalzos son perfectamente capaces de correr largas distancias y que el encerrarlos en calzados modernos debilita los músculos y ligamentos del pie, y bloquea infor-mación sensorial sobre el terreno que resulta vital. “Se podría decir que el calzado se interpuso en el ca-mino de la evolución”, afirma Gala-had Clark, consejero delegado de

Terra Plana, con sede en Londres. “Son pequeños ataúdes para pies que impiden que el pie funcione co-mo se supone que debe funcionar”.

Si pasan algún tiempo en Con-cord, Massachusetts, a lo mejor les llama la atención un hombre de 51 años que corre por las calles con unos calcetines muy raros. Es Tony Post, presidente y consejero dele-gado de Vibram USA. ¿Y los calce-tines? En realidad son unas finas “zapatillas” de goma con fundas para los dedos, llamadas Vibram FiveFingers, o CincoDedos.

Cuando Vibram, una empresa italiana conocida por sus resis-tentes suelas de tocino, diseñó los FiveFingers, los ejecutivos de la compañía pensaron que atraerían a los aficionados a los barcos, a las canoas y al yoga. En cambio, las za-

patillas, que cuestan entre 75 y 85 dólares, causaron furor entre los corredores.

Las ventas del calzado minima-lista crecen a marchas forzadas. Clark, de Terra Plana, calcula que venderá 70.000 pares este año, el doble que el año pasado.

Pero algunos expertos advierten de que el enfoque minimalista pue-de ser peligroso. “Sólo un número muy reducido de gente es perfecta desde el punto de vista biomecáni-co”, de modo que la mayoría necesi-ta algún tipo de calzado de apoyo o corrector, explica Lewis G. Maha-ram, un especialista en ortopedia que es director médico del grupo New York Road Runners, que orga-niza el maratón neoyorquino. “Co-rrer descalzo llevaría a un 95% de la población a mi consulta”, dice.

China presumede minerales raros

FOTOGRAFÍAS POR JODI HILTON PARA THE NEW YORK TIMES

La empresa italiana Vibram fabrica unas zapatillas llamadas FiveFingers con suelas finas y fundas para los dedos. Su presidente para EE UU, Tony Post, derecha, sale a correr con ellas.

YURIKO NAKAO/REUTERS

Novatos con suelas finas retan a los gigantes del calzado

China produce el 95% del neodimio de todo el mundo, un mineral raro utilizado en los motores de los coches híbridos Prius de Toyota.

Page 6: Despu s de inventar las inversiones en hipotecas subprime que · la disposici n de Irak a abrir un sector en el que antes hab a estado prohibida la inversi n extranjera. ... lo largo

6 JUEVES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009

C I E N C I A & T E C N O L O G Í A

Propagación de la Peste NegraPulgas y marmotas transportaron el bacilo de la plaga por las rutas delas caravanas mongolas hasta el Mar Negro, y las ratas de los barcos portaron la enfermedad desde ahí hasta Europa Occidental. Las líneas intermitentes muestran el avance de la peste a través del continente durante el apogeode la pandemia.

THE NEW YORK TIMESFuente: 'Plagas y pueblos', por William H. McNeill

Roma

Venecia

Viena

ErfurtLondres

ParísZurich

Marsella

Barcelona

Constantinopla

Caffa

400 Kms.

OcéanoAtlántico

Mar Negro

MarMediterráneo

Messina

EUROPA

DIC. 1349

JUNIO 1349

JUNIO 1350

DIC. 1350

DIC. 1348

DIC. 1347

Alcanceaproximadode la plagaen DIC.1347

JUNIO 1348

Astrakán

Alejandría

Messina

Caffa

Constantinopla

EUROPA

ÄFRICA

Por DONALD G. McNEIL Jr.

¿Quién tuvo la culpa de la Peste Negra? En la Europa medieval se atacó tan a menudo y tan salvaje-mente a los judíos que sorprende que no se la llamara la Peste Judía. Cuando la pandemia alcanzó su punto álgido en Europa, entre 1348 y 1351, más de 200 comunidades judías fueron aniquiladas y sus habitantes acusados de propagar el contagio y de envenenar los pozos.

El brote de gripe A de 2009 no ha sido ni mucho menos tan virulen-to, y tampoco lo ha sido la reacción. Pero, como ha sucedido con todas las pandemias a lo largo de la his-toria, había que echar la culpa a al-guien. Y primero fue a México, con ataques a los mexicanos que resi-dían en otros países y llamamien-tos de políticos estadounidenses a cerrar la frontera.

En mayo, un jugador de fútbol mexicano dijo que un rival chileno le llamó “leproso” y escupió a su atormentador; los medios de co-municación chilenos le acusaron de empezar una “guerra de gérme-nes”. En junio, los argentinos ape-drearon autobuses chilenos, con la excusa de que estaban importando la enfermedad. Y cuando el número de casos aumentó drásticamente en Argentina, los países europeos

advirtieron a sus ciudadanos del peligro de visitar este país.

“Cuando la enfermedad golpea y los humanos sufren”, afirma Liise-anne Pirofski, jefa de enfer-medades infecciosas en el Albert Einstein College de Medicina en Nueva York y experta en historia de las epidemias, “la necesidad de entender por qué es muy intensa. Y por desgracia, el señalar a un chivo expiatorio es a veces inevi-table”.

En una exposición reciente lla-mada El tesoro de Erfurt, en el Museo de la Universidad de Yes-hiva, en Manhattan, se exhibía un recuerdo oportuno y deprimente de este hábito tan humano.

Un cofre con más de 600 piezas de joyería, entre ellas un magnífi-co anillo de compromiso del siglo XIV, fue descubierto durante las excavaciones de lo que en otro tiempo fuera un próspero barrio judío en Erfurt, Alemania. El cofre contenía también 3.141 monedas de plata, la mayoría con efigies de reyes; el último rey retratado en ellas murió en 1350. Según Gabriel M. Goldstein, director asociado de exposiciones del museo, esto indica claramente que el tesoro se enterró en 1349, el año en que la plaga alcan-zó a Erfurt. “¿Por qué enterrar una

cartera de inversión tan enorme y dejarla bajo tierra durante 700 años?”, pregunta. “Hubo un impor-tante alzamiento contra los judíos de Erfurt; según las actas, murie-ron entre 100 y 1.000). Por lo visto, quienquiera que lo escondiera mu-rió y nunca volvió a por ella”.

Martin J. Blaser, un historiador

que es presidente de la facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, propone una intere-sante hipótesis sobre por qué los judíos se convirtieron en el chivo expiatorio durante la Peste Negra: la mayoría se libró de ella, en com-paración con otros grupos, porque los cereales se sacaban de la casa

durante la Pascua, y eso alejaba a las ratas que propagaban la enfer-medad. La plaga alcanzó su cénit en primavera, coincidiendo con la Pascua judía.

No tiene nada de particular que los grupos étnicos tengan costum-bres religiosas o culturales que protejan frente a una enfermedad, pero si ésa es la intención origi-nal, con frecuencia se pierde en el tiempo. Lo cierto es que las enfer-medades son tan complejas que el encontrar un culpable es inútil, y puede que el desviar la culpa hacia los demás sea más eficaz.

Durante la Peste Negra, el papa Clemente VI emitió un edicto en el que afirmaba que los judíos no tenían la culpa. Y tampoco la acha-caba a los pecados de la humani-dad. Eso habría tranquilizado a los Flageladores, una secta que se azotaba a sí misma ; a menudo acaudillaban turbas que atacaban por igual a los judíos y a la corrup-ta jerarquía eclesiástica. La “teo-ría del germen” tardó 500 años en desarrollarse. No, el Papa eligió un blanco del que era especialmen-te difícil vengarse: la alineación poco favorable de Marte, Júpiter y Saturno.

Por CORNELIA DEAN

CASTLE ROCK, Washington — Cuando el volcán Monte San-ta Elena entró en erupción hace cerca de 30 años, aplastó unos 400 kilómetros cuadrados de bosque, escupió millones de toneladas mé-tricas de barro y escombros, llenó el cielo de ceniza y se llevó la vida de al menos 57 personas. De paso, creó un poco habitual laboratorio al aire libre en el que los científicos llevan trabajando desde entonces para responder a una pregunta cada vez más urgente: ¿cómo se recuperan los paisajes después de una alteración violenta?

Ésta es desde hace mucho “una de las preguntas más fundamen-tales en la ecología”, asegura Charles M. Crisafulli, ecologista de la Pacific Northwest Research Station, el organismo del Servicio Forestal de Estados Unidos encar-gado de administrar el volcán. Y si, como parece probable, un mundo que se calienta trae más tormen-tas, fuegos, sequías e inundacio-nes, la investigación que se lleva a cabo en el volcán tendrá más im-portancia. “El Monte Santa Elena nos permite evaluar cosas que no podríamos evaluar en ningún otro lugar”, explica Crisafulli.

Pero ahora el trabajo se desarro-lla en medio de un debate sobre la administración del volcán, desig-nado tras la erupción como Monu-mento Volcánico Nacional Monte Santa Elena. Hay quien opina que el monumento de 44.500 hectáreas debería ser un parque nacional.

Algunos dan a entender que el Servicio Forestal debería gestio-narlo de manera diferente. “Hay un segmento de la población que diría ‘Han pasado 30 años, y se

acabó”, explica Peter Frenzen, cuya función dentro del Servicio Forestal es la de “científico del monumento”.

Como decía un residente de la localidad en una carta dirigida al Comité Ciudadano Asesor del Monte Santa Elena, designado pa-ra hacer recomendaciones sobre

el destino del volcán, “olvídense de la zona de estudio y dejen que la gente se recree”.

Por lo menos a primera vista, ese sentimiento parece tener sentido. A lo largo de los años, tantos inves-tigadores han pasado una cantidad tal de tiempo en el volcán que algu-nos lo llaman el paisaje más estu-

diado de la Tierra. Pero aunque gracias a él se han aprendido mu-chas cosas, sigue habiendo todavía muchas que se desconocen, y el proceso se desarrolla con lentitud, según Crisafulli y Frenzen.

A pocos kilómetros de distancia, en terrenos administrados por We-yerhaeuser, un productor de ma-dera, gruesos troncos de árboles laboriosamente plantados a mano inmediatamente después de la erupción alcanzan una altura de 20 metros. Pero apenas hay árboles en la zona de estudio, salpicada de tro-zos de roca del tamaño de una casa, llamados “montecillos”, que salta-ron de la cima del volcán cuando és-te entró en erupción. Unas cuantas especies, como el aliso de Oregón, se han recuperado y las hormigas, las ranas, las alondras, los castores y otros animales se han mudado a la zona. A pesar de ello, insiste Frenzen, “la ecología de las plantas y del bosque no ha hecho más que empezar. No hemos visto más que el capítulo de introducción”.

Al principio, los investigadores

viajaban a la zona en helicóptero. Pero al cabo de poco tiempo detec-taron las primeras plantas y ani-males. (El hecho de que algunas criaturas que viven en madrigue-ras sobrevivieran a la explosión fue una de las primeras sorpresas del volcán.) Crisafulli acotó parce-las de terreno para ser investiga-das que hoy siguen estudiándose .

“Todos nos hemos beneficiado de su trabajo” y del trabajo de otros científicos, decía el representante Brian Baird, un demócrata cuyo dis-trito incluye el volcán y que ayudó a reunir el grupo de expertos.

Cuando el comité asesor solicitó su opinión a los ciudadanos, Patri-ce Dick, de Castle Rock, dijo que se sentía “indignada” por algunos estudios, como por ejemplo los que tratan la forma en que las plantas con raíces profundas fueron capa-ces de recuperarse tras la explo-sión, un hallazgo que denomina “intuitivamente evidente”. “No se necesitan 10.000 hectáreas para ver cómo se recupera la vegeta-ción”, remacha.

FOTOGRAFÍAS POR LEAH NASH PARA THE NEW YORK TIMES

La gripe A desata disputas en Latinoamérica.

Las epidemias generan chivos expiatorios

Investigary vivir en el volcán Monte Santa Elena

Algunos residentes de la localidad afirman que 30 años estudiando los efectos de la erupción del Monte Santa Elena son más que suficientes. Abajo, un residente de la zona, la rana de árbol del Pacífico

Page 7: Despu s de inventar las inversiones en hipotecas subprime que · la disposici n de Irak a abrir un sector en el que antes hab a estado prohibida la inversi n extranjera. ... lo largo

Por LANDON THOMAS Jr.

LONDRES — Un tal Tooth le lla-ma por teléfono, señor.

Durante años, el mero hecho de que Raymond Tooth, el más importante abogado matrimonia-lista de Londres, llamase por telé-fono, era suficiente para llenar de temor y aversión a cierta clase de acaudalados hombres británicos. Significaba que ninguna fortuna, por grande que fuese y protegida que estuviese, tenía probabilida-des de permanecer intacta.

Y ahora, bajo la presión de la crisis financiera, hay más esposas que nunca que acuden a Tooth a la hora de divorciarse para ase-gurarse de que consiguen todo el dinero que les sea posible, incluso mientras la fortaleza de la fortuna de sus maridos se desmorona.

“Nunca había tenido tanto traba-jo”, decía Tooth hace poco, sentado tras un escritorio del tamaño de un barco en el que apenas cabían las montañas de archivos de sus clientes. Tooth, de 69 años, es un abogado menudo de habla suave y aires caballerosos, que es conocido tanto entre sus clientes como entre sus adversarios como Tiburón.

Cuando se trata de defender el principio central de su clientela, mayoritariamente femenina (que cada cónyuge tiene el mismo dere-cho a la riqueza de cualquiera de los dos), nunca suelta su presa. “Está bastante claro que una sociedad entre un marido y una esposa es una sociedad de iguales”, afirma.

Puede que esté lo bastante claro para Tooth y los cónyuges a los que defiende, pero no siempre para sus ex compañeros. Tooth trabaja en un mundo en el que los hombres, ricos financieros o personajes de fama mundial, a menudo se han ganado sus fortunas.

Uno de los últimos hombres des-tacados que ha sufrido su morde-dura ha sido Brian Myerson, un financiero surafricano que en su día gozaba de buena reputación en Londres como inversor activista. Ahora tiene una reputación dife-rente. Tras descubrir que Myerson mantenía a una amante y otro hijo (que vivían en la casa de al lado), Ingrid Myerson, su esposa de 26 años, pidió el divorcio. El patrimo-nio de Myerson estaba valorado en 25.800 millones de libras, o unos 44.200 millones de dólares. Ingrid

Myerson, con Tooth como su re-presentante, optó por recibir 11 millones de libras (17.100 millones de dólares) en forma de dinero en metálico y algunas propiedades, mientras que Myerson reclamó 14 millones de libras (21.700 millones de dólares) en forma de acciones de Principle Capital Investment Trust, un fondo de inversiones que cotiza en bolsa y que él dirige.

Cuando las acciones de Principle Capital bajaron un 90% el pasado otoño, Myerson asombró a los cír-culos legales londinenses al solici-tar a un tribunal de apelación no sólo que le absolviese de las obli-gaciones financieras que seguía teniendo, sino también que obliga-

se a su ex esposa a devolverle los 11 millones de libras que ya había recibido. Como era de esperar, su petición fue rechazada.

Tooth se ríe por lo bajo del atre-vimiento de Myerson. Una cosa es pedirle al tribunal que le libere de los pagos futuros debido a la cri-sis financiera y otra cosa, indica alzando una ceja, es pedir que se anule todo el acuerdo, simplemen-te porque uno se equivocó con el mercado.

Los abogados matrimonialistas británicos afirman que la decisión sobre Myerson ha sentado un im-portante precedente legal y ha evi-tado una avalancha de peticiones similares . “Se volvió codicioso;

quería quedarse con todo el pas-tel”, comenta Tooth. “Y ahora se ha quedado con las manos vacías”.

Tooth, que ejerce como abogado desde los años sesenta, dijo una vez que “ningún hombre rico cuer-do debería casarse nunca”. Es un pequeño consejo que él, dos veces divorciado, ha desoído.

Pero es esa experiencia, mez-clada con las maneras tranquili-zadoras de un psiquiatra, la que le acerca tanto a sus clientas. Entre ellas están las esposas de Jude Law y Eric Clapton, y se especula que también la del oligarca ruso Roman Abramovich. Sus servi-cios no son baratos, con unos ho-norarios de 775 dólares, por hora.

Tooth empieza dando un senci-llo consejo a sus clientes: que no se precipiten. “Ésta es la decisión fi-nanciera más importante que una esposa puede tomar”, dice.

Rechaza de plano hablar de ju-bilación. Lleva una buena vida: posee 50 caballos de carreras, una finca en Warwickshire y una casa en Antigua. “La gente no se une como una piña en los malos tiem-pos”, dice con una sonrisa. “Es la naturaleza humana”.

Cambiar de pareja no es sólo un juego de hombres

Un nombre que asusta a los maridos británicos ricos

En Estados Unidos y en gran parte del mundo occidental, cuan-do una pareja se divorcia, la renta media de la mujer y de sus hijos dependientes suele reducirse

en un 20% o más. Los ingresos de su ahora liberado ex —que era el que se encargaba principalmente de ganar el pan, pero

que raras veces acaba pagando en pensiones para los niños lo que venía aportando a las finanzas de la familia— ascienden propor-cionalmente. Por consiguiente, el soltero renacido está en una situación perfecta para atraer a una nueva esposa más joven y empezar otra familia.

Por eso no es de extrañar que tantos observadores con ideas darwinianas de los hábitos de apareamiento humanos lleven mucho tiempo sosteniendo que la monogamia en serie no es más que una versión socialmente sancionada de la creación de harenes. En cambio, no se con-sidera que las mujeres sean por naturaleza monógamas en serie. Está claro que las chicas salen con varios chi-cos cuando son jóvenes, pero se supone que una vez que empiezan una familia, ansían la estabi-lidad.

Sin embargo, en un infor-me publicado en la edición de verano de Human Nature, Monique Borgerhoff Mulder, de la Universidad de California en Davis, presenta pruebas convincentes de que al menos en algunas culturas no occiden-tales en las que las condiciones son duras y las mujeres tienen que luchar por mantener con vida a sus hijos, la monogamia en serie no es ni mucho menos un juego de hombres.

Por el contrario, afirma Borger-hoff Mulder, entre el pueblo Pim-bwe de Tanzania, cuyas vidas y amoríos ha estado estudiando durante cerca de 15 años, la mono-gamia en serie se parece menos a la poligamia que a esa bestia

estratégica que algunos psicólo-gos evolucionistas rechazan por considerarla casi fantástica: la poliandria, es decir, una mujer que saca el máximo partido de múltiples parejas.

En su análisis, Borgerhoff Mulder descubre que aunque

los hombres Pimbwe son ligera-mente más propensos a casarse múltiples veces que sus homó-logas femeninas, las mujeres se defienden e incluso superan a los hombres en el extremo superior de la escala, con cinco cónyuges consecutivos y más. Y cuando

Borgerhoff Mulder analizó quién sacaba las mayores compensacio-nes reproductivas de la monoga-mia en serie, medidas en función de quién tenía más hijos que sobrevivieran los cinco primeros y peligrosos años de su vida, halló que las mujeres tenían una ven-taja pequeña pero significativa. Las mujeres que habían pasado por más de dos maridos tenían de media un número mayor de hijos supervivientes que las mujeres con uniones más sedantes.

Entre las mujeres, a aquellas con el mayor número de cónyuges se las considera parejas de alta calidad: son las que más traba-jan, las más fiables, y sienten escasa afición por la fuerte cer-veza de maíz por la que se conoce a los Pimbwe. En cambio, entre los hombres, cuanto más alta es la cuenta nupcial, más baja es su clasificación y más probabi-

lidades tienen de ser vagos y borrachos.

“Estamos tan unidos al modelo según el cual los hombres se benefician si se casan muchas veces y las mujeres no, que las mujeres son víctimas del juego”, dice Borgerhoff

Mulder. “Pero lo que mi información da a en-tender es que las mu-jeres Pimbwe escogen estratégicamente a los hombres, los abando-nan y vuelven a casarse con otros a medida que su situación económica mejora y empeora”.

El nuevo análisis, aunque preliminar, se deriva de uno de los conjuntos de datos más completos sobre el ma-trimonio y los patrones de reproducción en una cultura no occidental.

Los resultados subrayan la importancia de evitar generali-zaciones . A lo largo de la historia y en todas las culturas, afirma Borgerhoff Mulder, “se ha dado una variabilidad fantástica en las estrategias reproductivas de las mujeres”.

Los Pimbwe viven en aldeas pequeñas y ganan lo justo para subsistir con la agricultura, la pesca y la caza . Hay poca división formal del trabajo en función del sexo. “En lo que respecta a la agricultura, todos realizan más o menos las mismas tareas”, explica Borgerhoff Mulder. “Los hombres cocinan y hacen muchas cosas con los niños”.

A diferencia de lo que sucede en Occidente, donde los hombres controlan una parte mucho ma-yor de los recursos que las muje-res, o en sociedades pastorales tradicionales como las que se encuentran en Oriente Próximo y África, donde una mujer depende

por completo de la riqueza de su marido, las mujeres Pimbwe son independientes e igual de em-prendedoras que los hombres.

Sin embargo, esto no significa que las madres puedan arreglár-selas por su cuenta. Una vez más, y a diferencia de lo que sucede en las sociedades occidentales, la mortalidad infantil sigue cons-tituyendo una grave amenaza y se requieren los esfuerzos de más de un adulto para mantener vivo a un bebé. Un marido bueno y trabajador puede ser una gran ventaja, y también pueden serlo sus parientes.

La teórica evolucionista Sarah Blaffer Hrdy sugiere que una de las razones por la que a los des-cendientes de las mujeres Pim-bwe que se casan varias veces les va relativamente bien es que los niños acaban con un círculo am-pliado de personas que les cuidan. “Las mujeres reúnen más protec-ción, más inversión y más relacio-nes sociales para beneficiar a sus hijos”, dice.

NATALIEANGIERENSAYO

HAZEL THOMPSON PARA THE NEW YORK TIMES

Los peligros de dar por sentado lo que las mujeres quieren.

SERGE BLOCH

El negocio florece para Raymond Tooth, abogado de esposas adineradas.

JUEVES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009 7

R E L AC I O N E S P E R S O N A L E S

Page 8: Despu s de inventar las inversiones en hipotecas subprime que · la disposici n de Irak a abrir un sector en el que antes hab a estado prohibida la inversi n extranjera. ... lo largo

8 JUEVES 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009

A R T E & E S T I L O

Por AMANDA PETRUSICH

John Heneghan saca un gran disco de pizarra de su funda de papel marrón, lo coloca en un plato y empuja sua-vemente la aguja. Detrás de él, en un rincón de su aparta-mento en el East Village de Nueva York, hay 16 cajas de madera, todas ellas llenas de discos de 78 revoluciones por minuto cuidadosamente catalogados. De los altavoces sa-le, rebelde y sin refinar, la áspera y chisporroteante voz del cantante de blues Charlie Patton interpretando High water everywhere Part 1, su impactante relato del desbordamien-to del río Misisipí en 1927. El disco vale unos 8.000 dólares.

Heneghan, de 41 años, forma parte de una reducida pe-ro apasionada comunidad de coleccionistas que llevan dé-cadas a la caza de discos de 78 revoluciones. Los discos, de 25 centímetros de diámetro y extraordinariamente frági-les, hechos predominantemente de pizarra, aparecieron en los albores del siglo XX y contienen una interpretación de dos o tres minutos en cada cara. En estos tiempos que corren, en los que los amantes de la música esperan obte-ner canciones al instante en Internet, recorrer el mundo en busca de un disco raro —y pagar miles de dólares por él— podría parecer una estupidez.

Pero según algunos, el negocio de los discos raros es-tá en auge, a pesar de la recesión y de la devaluación de la música como producto físico. “Los precios han estado subiendo a un ritmo fenomenal, porque la gente está sa-cando su dinero de la bolsa y de diferentes inversiones inmobiliarias y busca un sitio en donde ponerlo”, explica John Tef-teller, un coleccionista que se gana la vida co-merciando con discos raros.

Lo que motiva en parte a estos coleccionistas de discos de 78 rpm es la emoción de la búsqueda. “No me enorgu-llezco del hecho de tener que perseguir estos discos co-mo un loco”, decía Heneghan. Aunque la mayoría de los coleccionistas se especializan en un género, ya sea jazz o música clásica, o country, los primeros blues rurales es-tadounidenses —lamentos acústicos grabados antes de 1935 e interpretados por artistas nacidos en el delta del Misisipí o cerca— son los que alcanzan los precios más elevados e inspiran las cazas más emocionantes.

“Hay gente que mataría a su propia madre por hacerse con la única copia de un disco de Son House”, afirma He-neghan. “Y no dudarían lo más mínimo en matarte a ti y a tu madre”.

Por NICOLAS RAPOLD

Desgracia, la adaptación para el cine que ha hecho Steve Jacobs de la popular novela escrita en 1999 por J.M. Coetzee, llega con todas las ventajas y todos los inconvenientes de su contro-vertida y premiada fuente.

Diez años después de su publicación, el intenso y compacto relato sobre la Suráfrica posterior al apartheid, se ha convertido en un clásico contemporá-neo secundario, una categoría que se confirmó todavía más cuando Coetzee ganó el Premio Nobel de Literatura en 2003. Pero la traumática historia —pro-tagonizada por la violación, la tensión racial y un chovinista civilizado que es nuestros ojos y nuestros oídos— sigue presentando una visión de la violencia y el perdón que puede provocar, y posi-blemente dividir, al público.

“La novela me dejó con la sensación de que yo tenía que ser el juez”, decía no hace mucho Jacobs, desde Sydney, Australia, en una entrevista telefónica. “He procurado que la película fuera co-mo el libro. Es un examen quirúrgico de la situación, no un argumento a favor o en contra de ella. Es como si uno fuera un testigo en vez de un participante”.

Desgracia, que se estrenó en el Fes-tival Internacional de Cine de Toronto el año pasado , relata fielmente los im-pactantes acontecimientos de la no-vela al tiempo que conserva su estilo controlado.

La historia se divide, brutalmente, entre el antes y el después. Un profe-sor blanco de Ciudad del Cabo, Da-vid Lurie, empujado a presentar su dimisión después de mantener una aventura con una alumna, busca re-fugio en su única hija, Lucy, que vive en una solitaria granja en las tierras del interior.

El paseo casual que dan un día con los perros de ella se convierte en una pesadilla: tres extraños negros que les preguntan si pueden usar su teléfo-no les atacan; primero la violan a ella y luego le prenden fuego a él antes de robarle el coche.

Lo que viene a continuación también es provocador: Lucy decide quedarse en la granja y no denunciar el ataque sexual.

Este estoico apego a la tierra de la que es propietaria y que comparte con un agricultor negro, Petrus, indigna a su padre, y la película, con sus ma-jestuosas imágenes de las escarpadas tierras del noreste de Ciudad del Cabo dedicadas al cultivo de limoneros, su-braya la atracción de la tierra de una forma que no es posible en el libro.

“Necesitábamos establecer lo mag-nífico que es el paisaje surafricano y

la relación tanto de los blancos como de los negros con la tierra”, explica Jacobs.

“Era muy importante dar al público alguna razón para entender por qué Lucy quiere quedarse”. La única de-claración pública de Coetzee sobre el largometraje alaba lo bien que “inte-gra la historia en el grandioso paisaje de Suráfrica”.

El dominante y en ocasiones des-agradable narrador planteaba otro reto.

En vez de emplear una voz en off, el personaje de David, interpretado por John Malkovich, asume esa función.

Las críticas de la película, que ya se ha estrenado a escala internacional, han sido cautelosas, y escritas en un tono a veces de admiración y otras ve-ces, amargo.

La compleja acogida tiene sentido al tratarse de la adaptación de una nove-la que se respeta lo suficiente como pa-ra incluirla en las listas de lectura de los colegios, pero que ha sido criticada por una compatriota de Coetzee, Na-dine Gordimer, también galardonada con el Nobel de Literatura, y otros, por considerarla simplista, racista y cosas peores.

PALADIN

La raza en Suráfrica, un terreno traicionero

A la caza de ‘blues’ en discos de 78 rpm

Jessica Haines y John Malkovich en Desgracia, basada en la novela de J. M. Coetzee, galardonado con el Premio Nobel en 2003.