DESCONTENTO CIUDADANO ANTE LA REFORMA TRIBUTARIA

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SOBRE EL DESCONTENTO CIUDADANO EN LAS POLEMICAS REFORMAS TRIBUTARIAS Todos los sectores económicos y los gremios se encuentran molestos con las nuevas reformas tributarias que es en realidad es un llamado a los pagos de tributación que debe hacer las personas y las organizaciones. Esta siempre cambia de una forma con la finalidad de proyectar y exigir un presupuesto que está lleno de promesas que tracen la igualdad de los ciudadanos a todo nivel, es importante resaltar que siempre los afectados son las personas de escasos recursos La opinión de un catedrático nos expresa lo siguiente La Reforma, de acuerdo con Jairo Parada, profesor del departamento de economía de la Universidad del Norte, constituye “un proyecto puntual, realizado únicamente para tapar el hueco fiscal y no resuelve los problemas estructurales de la economía colombiana”. Para empezar, es una preocupación recurrente como ciudadana de este país, dadas las diversas vicisitudes afrontadas por 1

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Descontento es un documento que busca reflexionar sobre el papel del ciudadano ante las reformas tributarias

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SOBRE EL DESCONTENTO CIUDADANO EN LAS POLEMICAS REFORMAS TRIBUTARIAS

Todos los sectores econmicos y los gremios se encuentran molestos con las nuevas reformas tributarias que es en realidad es un llamado a los pagos de tributacin que debe hacer las personas y las organizaciones.

Esta siempre cambia de una forma con la finalidad de proyectar y exigir un presupuesto que est lleno de promesas que tracen la igualdad de los ciudadanos a todo nivel, es importante resaltar que siempre los afectados son las personas de escasos recursos

La opinin de un catedrtico nos expresa lo siguienteLa Reforma, de acuerdo con Jairo Parada, profesor del departamento de economa de la Universidad del Norte, constituye un proyecto puntual, realizado nicamente para tapar el hueco fiscal y no resuelve los problemas estructurales de la economa colombiana.

Para empezar, es una preocupacin recurrente como ciudadana de este pas, dadas las diversas vicisitudes afrontadas por sus instituciones democrticas y por nosotros sus ciudadanos, desde hace ya varias dcadas. Lastimosamente, siento que en las ltimas semanas, notamos con preocupacin que las promesas que se hacen en las elecciones son las que se siguen observando con el paso del tiempo.

En las ltimos meses, como ocurre cada 4 aos, nos hemos visto inmersos en todo el ambiente electoral, ya que desde los medios de comunicacin, directa o indirectamente se expone al ciudadano a la informacin relacionada con el tema, se puede ver desde propaganda institucional (para que el ciudadano acuda a inscribirse a votar, para que vote, denuncie actos de corrupcin electoral, entre otros) propaganda de las campaas polticas (reconocimiento de los candidatos por parte de los ciudadanos, divulgacin del programa de gobierno) e informacin sobre puntos de opinin de los diferentes candidatos, escndalos por las denuncias reciprocas de las campaas, divulgacin de encuestas y el debate electoral.

Con todo este cmulo de informacin a travs de diferentes medios de comunicacin y a travs de las redes sociales, como nuevo actor de divulgacin, es muy poco probable que alguien quede sin enterarse de alguno de los aspectos que rodean las elecciones en Colombia; cuestin diferente, ser determinar, si el ciudadano, de verdad ha sido informado y puede formarse su propio punto de vista o por el contrario solo recibi un rompecabezas incompleto con mucha informacin, con la cual no es posible entender la noticia, ni formarse su propio punto de vista sobre el tema.

Frente a este tema, es muy difcil que los medios de comunicacin mejoren la calidad de la informacin presentada al pblico, porque el consumidor, no necesariamente tiene un sentido crtico para determinar la calidad de la informacin que se le presenta, muchas veces porque no le interesa profundizar en un tema que le genera apata o porque no cuenta con los conocimientos y herramientas que le permitan diferenciar cundo la informacin es deficiente o sesgada.

El impacto de los medios de comunicacin en la opinin pblica, ha sido analizado a travs de diferentes escuelas y pensadores como Walter Lippman, quien a travs de su obra Public Opinion, publicada en 1921, planteaba la duda acerca de la capacidad innata del pblico para analizar y valorar la informacin que le presentan los medios de comunicacin. Respecto de la obra de Lippman, Liliana Alicia Demirdjian[endnoteRef:1] de la Universidad de Buenos Aires considera: [1: Una Mirada a los Clsicos. La Escuela de Columbia, los efectos de los medios y su impacto en los actuales estudios de opinin. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-252X2011000200008]

() Sin lugar a dudas Walter Lippman, quien siempre se vio a s mismo como un periodista crtico ms que como un terico, tuvo un importante papel conceptual en el desarrollo de los estudios de opinin estadounidenses. En su clebre obra de 1921,Public Opinion,planteaba la duda acerca de la capacidad innata de los pblicos en el proceso de dimensionar crticamente la informacin que las industrias periodsticas difundan entre ellos. Para l los pblicos eran entidades cognitivas incapaces, la mayor parte de las veces, de generar juicios racionales a partir de la informacin circundante (que incluye la periodstica), en tanto se limita a recrear la realidad a partir de los estereotipos, que justamente no es aquello que est all afuera sino "las imgenes en nuestra cabeza" (Lippman, 2008, p. 11). Apocalptico fundacional, Lippman crea que la democracia era un ideal condenado al fracaso, en tanto como proceso social quedaba supeditado a un defectuoso mecanismo cognitivo: las personas actan a consecuencia de teoras ingenuas y juicios preexistentes, y no a partir de una serie de procesos de seleccin racional.

No siempre es claro cmo debemos proceder para exigir nuestros derechos, no conocemos con certeza que es lo que debemos solicitar.

De otra parte, los medios de comunicacin, no siempre presentan la noticia en forma deficiente o segada, con el nimo de servir a intereses particulares de un grupo econmico o poltico, muchas veces no cuentan con unos colaboradores que hayan sido formados o tengan los conocimientos para presentar la noticia en forma adecuada a un pblico que tampoco tiene una gran formacin en los temas democrticos, sin que unos y otros, caigan en el apasionamiento de las convicciones partidistas o como lo expresa Lippman, la mayora de los individuos actan con base en juicios preexistentes.

En este punto, es preciso retomar la opinin de Liliana Alicia Demirdjian, al revisar las teoras que explican los efectos a largo plazo de los estudios de opinin:

() En sus orgenes McCombs y Shaw partieron de la formulacin de Bernard Cohen (1963) segn la cual la prensa, ms que sealarle a la gente qu pensar, le indica sobre qu pensar.4Para Katz (1992) el paradigma institucional y el paradigma crtico coinciden en una perspectiva construccionista al caracterizar a los medios como aquellos actores responsables de la arquitectura social y poltica de la realidad. De hecho recuerda, precisamente, que: "La ms conocida de las tradiciones institucionales es la que sostiene que los medios le dicen al mundo poltico en qu hay que pensar" (p. 88).

Sobre la apata que causa el Sistema Democrtico, en especial la eleccin de sus representantes, este escrito busca realizar un diagnstico sobre las posibles causas del fenmeno y a partir de este diagnstico, reflexionar sobre las posibles soluciones.

Frente a la deficiencia en la informacin, que presentan los medios de comunicacin, es importante sealar que la formacin en temas democrticos debe seguir haciendo parte de los contenidos acadmicos que reciben nuestros nios y jvenes, haciendo nfasis en formar su criterio para ejercer sus derechos polticos. Lo que en definitiva, debe reflejarse en un pleno conocimiento del sistema democrtico, en la toma de decisiones informadas a travs de un voto programtico y con plena conciencia de su eleccin.

Con base en lo anterior, considero que el papel que est llamada a desempear la academia en este tema, es trascendental, puesto que no solo consiste en educar al ciudadano como lo hace en otros temas, dndole informacin, evaluando diferentes puntos de vista, formando su criterio, sino que su papel decisivo consistir en motivarlo a formar parte de la democracia. Lo que diramos es un paso fundamental que permitir transformar nuestra sociedad.

Es necesario, refundar el sistema democrtico a partir de una nueva estructura que le permita al ciudadano volver a tener fe en sus instituciones, en sus representantes, lo que implica que el ciudadano, conozca el programa de gobierno de su candidato, que a su vez ese candidato, entienda claramente cules son las necesidades de su comunidad y pueda a travs de los instrumentos legales dar respuesta oportuna a esas necesidades.

El premio nobel de economa Joseph Stiglitz, en su libro El Precio de la Desigualdad al referirse a la democracia en nuestros das, indica: () los manifestantes han empezado a cuestionar si existe una democracia real. La democracia real es algo ms que el derecho a votar cada dos o cuatro aos. Las opciones tienen que ser significativas. Los polticos tienen que escuchar la voz de los ciudadanos.

De acuerdo a lo expuesto, no podemos delegar en los medios de comunicacin, la formacin del ciudadano en los aspectos democrticos, ya que la construccin de este conocimiento y an ms de esa meta ltima, de participacin en la democracia, corresponde en forma progresiva a la academia y a la familia. En especial a la academia, porque desde all puede abordarse el tema, con independencia, objetividad, sin caer en discusiones partidistas, oportunistas o mediticas.

La academia, debe formar un ciudadano para que acte participativamente en la democracia, que sepa distinguir entre un candidato con un programa de gobierno serio, de uno que no lo es, que atienda a las necesidades de su comunidad, que sepa cmo financiar esas soluciones, que a su vez, sepa distinguir entre una u otra alternativa y tomar una decisin a conciencia, con pleno conocimiento de su decisin. Lo que a su vez significa, un verdadero compromiso con sus derechos y deberes ciudadanos. Slo en esa medida se justifica, que Colombia destinen $600.000 millones de pesos para las elecciones del ao 2014, de lo contrario solamente estaremos malgastando el dinero, para crear la ilusin de que tenemos una democracia, que no es real.

Principalmente porque el ciudadano, que no tiene una conexin clientelista con los representantes elegidos popularmente, rara vez percibe u obtiene un mejoramiento tangible, concreto de su entorno. As mismo, es muy difcil que perciba algn mejoramiento de su situacin a partir de polticas macroeconmicas, bien porque no existe ningn beneficio para l o porque el beneficio es casi imperceptible.

En el mundo actual, la generacin de sociedades que son cada vez ms desiguales, hace mucho ms difcil que los gobiernos locales y regionales, puedan atender adecuadamente las necesidades de toda comunidad o gran parte de ella. La misma estructura de desigualdad de la sociedad, har que algunos sectores consuman la mayor parte de los recursos, al requerir de condiciones bsicas de salubridad, educacin, alimentacin, entre otras, ya que por sus propios medios, no lo podrn conseguir. A su vez, esto generar una menor inversin, en otro sector de la poblacin que si bien no requiere ayuda para cubrir sus necesidades bsicas, s necesitar inversin en infraestructura, seguridad, entre otras.

Lo anterior, lleva como consecuencia, la polarizacin de la sociedad y de sus individuos. Es por esto que se considera que las sociedades desiguales son ms costosas, menos eficientes para todos, no slo en trminos econmicos, sino adems desde el punto de vista de la responsabilidad social.

Sobre la desigualdad de la sociedad moderna, en su libro el Precio de la Desigualdad[endnoteRef:2], Joseph Stiglitz, considera: () La escasez de riqueza reduce las oportunidades de las familias para ser productivos en distintos sentidos. Reduce su capacidad de invertir en sus hijos, de adquirir vivienda en propiedad, con ello, de participar en las recompensas financieras derivadas de la mejora de sus barrios. [2: El Precio de la Desigualdad, Joseph Stiglitz. Editorial Taurus, pag 161.]

En Colombia, en diferentes regiones, a pesar de contar con el dinero, de tener definidas las prioridades para su inversin, el dinero se pierde y no llega a la comunidad, porque se realizan entre otras maniobras, contrataciones amaadas, para el lucro de unos cuantos, se pierde al contratar con personas no aptas para desarrollar la actividad, con personas corruptas que no utilizaran los materiales adecuados para garantizar la calidad de la obra o su estabilidad, lo que impide contar con la obra en un tiempo oportuno, o en el peor de los casos, se pierde la totalidad del dinero, sin que exista un mecanismo efectivo para su recuperar en forma oportuna.

En uno u otro escenario, la percepcin del individuo sobre la forma como se gestionan por los gobiernos locales o regionales sus necesidades, hace que ese individuo o esa comunidad dejen de creer en el sistema democrtico y sea cada ms costoso motivarlo para que se acerque a votar o participe ms activamente.

Si un individuo, llega a la conclusin de que sus necesidades no son importantes o no son atendidas en forma oportuna, tender a optar por uno de las siguientes decisiones: se mostrar cada vez ms escptico frente a los mecanismos de participacin, buscar asociarse con intereses clientelistas que le ayuden a solucionar sus dificultades o seguir participando de la democracia pero sin esperar un mayor resultado de su participacin.

Es pertinente, sealar que en una democracia, en la que sus ciudadanos no tengan una adecuada formacin democrtica o en la que exista desencanto por la democracia en general y sus mecanismos de participacin, el individuo podr considerar bastante oportuno optar por la abstencin electoral o satisfacer necesidades clientelistas, distorsionando con estos mecanismos la decisin electoral.

De acuerdo con la Registradura Nacional, el censo electoral en Colombia para el ao 2014, indica que 32.184.672 ciudadanos se encuentran habilitados para votar, sin embargo en la primera vuelta de la eleccin presidencial solamente votaron 13215.829 millones.

Para el ciudadano que est a la espera de la solucin de sus necesidades primarias o secundarias, al no encontrar eco en su representantes elegidos, esa desilusin, estar acompaada de una serie de consecuencias, que le afectaran en su vida cotidiana en mayor o menor medida, segn sea el nivel socioeconmico en el que se encuentre; sin embargo a largo plazo, en sociedades en las que las instituciones democrticas no gestionan adecuadamente los recursos y las necesidades de la comunidad, puede concluirse que estas decisiones terminaran afectando a toda la poblacin sin distinguir su estrato socioeconmico.

Para algunos ciudadanos, la afectacin ser tan grave que se ver reflejada en la falta de oportunidades para encontrar empleo, o acceder a crditos en condiciones favorables, contar con una infraestructura adecuada para desplazarse de su casa a su trabajo en un tiempo razonable y en condiciones adecuadas de seguridad.

El descontento se refleja en diferentes de varias formas: en la abstencin electoral, en el continuo descredito de algunas instituciones pblicas, se asocia indiscriminadamente a toda la clase poltica con temas de corrupcin y a la incapacidad para dar solucin a las necesidades de las comunidades.

El descontento es cada vez mayor porque el ciudadano en general, no ve reflejado en su da a da un mejoramiento de sus problemas cotidianos. Por el contrario, se desanima con frecuencia, al escuchar permanentemente, a travs de los diferentes medios de comunicacin, un sinnmero de sucesos que involucran negativamente a los miembros de las corporaciones de eleccin popular y a otros funcionarios pblicos.

Solo para tenerlo como referente, en Bogot los dos ltimos alcaldes han sido investigados y sancionados por la Procuradura. Es claro, que estas circunstancias han generado un atraso en la ejecucin de los programas de gobierno, demoras en las licitaciones de obras que la ciudad requiere, deterioro en la calidad de vida de los ciudadanos por los trancones, obras sin concluir, delincuencia, deficiente cobertura del sistema de salud, entre otros. Desconcierto y rechazo por los hechos de corrupcin, revelados en la administracin de Samuel Moreno, bajo la denominacin de Carrusel de la Contratacin.

De acuerdo con cifras divulgadas por el diario el Espectador, en noviembre de 2013, en el contrato de la Fase III de Transmilenio de la Calle 26, se perdieron alrededor de 100 millones de dlares.

Esta administracin irregular de los recursos pblicos en la ciudad de Bogot y en otras ciudades de nuestro pas, no slo hubo participacin de servidores pblicos, sino que adems, existi participacin de particulares, que se prestaron para servir de intermediarios entre los contratitas de las entidades pblicas y los funcionarios pblicos, para recibir sobornos y facilitar la adjudicacin de contratos en forma irregular.

Este panorama desolador sobre el manejo de los recursos y principalmente sobre la gestin de nuestros servidores pblicos elegidos popularmente, nos lleva a pensar con frecuencia: qu pasa en Colombia por qu los escndalos por corrupcin son tan frecuentes? Hace falta una legislacin ms severa en materia penal? Es necesario hacer ms rgido el sistema de contratacin pblica?

Ciertamente todo lo anterior, ms una formacin para nuestros nios, jvenes y ciudadanos con nfasis en valores ciudadanos y democrticos. Esta formacin nos permitir llevar en forma coherente el ideal colectivo de una sociedad honesta, trabajadora que busque el bienestar para todos. Que en nuestras generaciones futuras, la honestidad haga parte un quehacer cotidiano, que se genere a partir de modelos familiares que trasciendan a toda la sociedad.

Si bien es cierto, en el corto plazo, es difcil que las medidas y acciones que adopten los gobiernos locales o regionales, incidan en forma inmediata y directa en la poblacin, el ciudadano del comn, creo yo, s est a la espera de que las medidas que se adopten, empiecen por transformar su entorno, su realidad, su barrio. Pensemos, tan solo por un momento, en una ciudad como Bogot, quin no vive, en un barrio, su barrio, en el que aorara tener sus calles limpias y pavimentadas, sin tener que padecer cada da esquivando huecos, uno dira pequeas incomodidades, que ya hacen parte de nuestra realidad, desde hace ms de una dcada. La verdad, no deberamos tener que soportar esto. El gobierno local debera darnos una fecha cierta para tener arregladas nuestras calles y otros muchos aspectos que la ciudad necesita.

En este punto, cabe una pregunta: en esta realidad en la vivimos, ms de ocho millones de personas por ms de una dcada (mal contada) quien es responsable? El alcalde local, el alcalde mayor, los concejales? Todos los anteriores? Todos los que habitamos esta ciudad?

Los primeros, por no hacer nada concreto para resolver el tema. (Solo para tratar el tema de la falta de movilidad en la ciudad, desde hace mucho, nuestros dirigentes saben que la malla vial de Bogot tiene un atraso de ms de 50 aos)[endnoteRef:3]. Tambin, todos los dems, por saber que los primeros no hacen nada y seguimos como si nada, cmo si no nos afectara da a da y como si no fuera esta nuestra ciudad, a la que todos, directa o indirectamente ayudamos a que recaudar en impuestos el ao pasado, alrededor de 6.1 billones de pesos a diciembre de 2013.[endnoteRef:4] [3: Portal Web, Caracol Noticias, 30 de mayo de 2013.] [4: El Espectador, 18 de diciembre de 2013.]

Tal vez en las democracias modernas, es cada vez menos importante, el voto del ciudadano, uno a uno. En dcadas anteriores se forjaba una campaa electoral voto a voto, llegando al elector con propuestas concretas sobre sus necesidades reales. En este punto, hay que tener cuidado, porque all, este voto a voto ha sido mal entendido en muchas de nuestras regiones. El caudillismo se apoder de nuestras regiones y an hoy sigue vigente como prctica para lograr votos.

Con este anlisis, vale decir que en nuestro pas, cada vez menos personas se sienten motivadas para entender el debate electoral, lo que a su vez, reduce en gran medida su participacin a travs de las urnas. Como ya se explic, esta una consecuencia lgica de la poca respuesta que tienen las necesidades de los ciudadanos en nuestro pas. As mismo, la gestin de los representantes elegidos popularmente no siempre es la mejor, si bien indicadores e informes elaborados por organizaciones no gubernamentales como Transparencia por Colombia respecto de la gestin de los alcaldes del pas o los recursos que se han utilizado en las campaas electorales, sirven de norte a los ciudadanos para ayudarlos a pensar cuales son los aspectos relevantes para juzgar la gestin de nuestros dirigentes y quienes financian las campaas polticas en Colombia.

En la pgina web de Transparencia por Colombia, se menciona que el software a travs del cual se le hace seguimiento al tema de los aportes a las campaas electorales, fue donado por la ONG y el Instituto Nacional Demcrata NDI al Consejo Nacional Electoral, en el ao 2007 y posteriormente adaptado por la entidad pblica a travs de la Resolucin 285 de 2010.

Otra ONG, es MOE, que se dedica a recibir denuncias ciudadanas sobre el proceso electoral, realiza acompaamiento en el proceso de eleccin, a travs de la vigilancia que ejercen sus miembros en las mesas de votacin y genera informes a los ciudadanos en su pgina web. En los informes, se pueden encontrar datos de inters, cuentas de correo para la denuncia de posibles fraudes electorales, se realizan observaciones sobre las anomalas que se presentan el da de las votaciones, entre otros.

Vale destacar, otro factor de difusin de opiniones, como son las redes sociales, en ellas los candidatos, sus seguidores, los opositores, las ONG que vigilan el proceso electoral y los medios de comunicacin, pueden seguir una tendencia, un comentario o una frase publicada, en este punto, es pertinente sealar que el ciudadano al tener acceso a esta informacin, puede caer con mayor facilidad en la percepcin errnea de la informacin que se presenta, lo cual no dista mucha de las consideraciones que se realizaron sobre la influencia de los medios en la opinin pblica y su impacto a largo plazo en los ciudadanos.

Al respecto, valen las consideraciones de Liliana Alicia Demirdjian[endnoteRef:5] docente de la Universidad de Buenos Aires, sobre la influencia de los medios de comunicacin en la formacin de la opinin pblica: [5: Opc cit, http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-252X2011000200008]

() partiendo de que los medios tienen efectos relativamente poderosos con capacidad para modelar la percepcin, influir sobre las preferencias de la opinin y ser capaces de segmentar los pblicos de manera acumulativa y a largo plazo. Estos modelos, pensados en el transcurso de las ltimas cuatro dcadas, dan el marco de referencia para el estudio de la compleja relacin entre formacin de la opinin pblica y medios de comunicacin, as como de otros fenmenos que se inscriban en la relacin medios/comunicacin/poltica, como el de la creciente mediatizacin, pues debe quedar claro, la persuasin y la manipulacin continan siendo dimensiones centrales de los efectos de los medios, y lo ms probablemente es que este hecho no sufra una transformacin radical en un futuro cercano.

CONCLUSIONES

Es decir que, a pesar del avance de la tecnologa, que ha permitido una comunicacin ms gil, eficiente y masiva, no necesariamente los objetivos finales que se persiguen al usar estos medios de comunicacin, carecen de un sesgo o manipulacin. En consecuencia, cada ciudadano est ms expuesto a recibir informacin, en un mayor volumen y a travs de diferentes fuentes, lo que a su vez requiere por parte del ciudadano, de un mayor entrenamiento, mayor conocimiento del tema y mayor tiempo, para discernir la informacin que se le presenta.

Entonces, revisando lo expuesto, el ciudadano deber estar ms capacitado para discernir la informacin, pero antes de que todo esto ocurra, el ciudadano debe estar motivado a conocer esta informacin y seguir con todo el procedimiento de diseccin de la informacin. Si esto no ocurre, es decir si el ciudadano simplemente siente apata por la informacin, no tendr ninguna importancia, si hay sesgo en la informacin, si la informacin es relevante o no.

Con la participacin de estos actores no gubernamentales, podemos evidenciar, que mientras existen ciudadanos respecto de los cuales la informacin electoral, pasa por su da a da, sin generar ninguna inquietud, existen organizaciones y ciudadanos que no estn dispuestos a ceder su posicin de vigilancia y de garanta en el proceso electoral, lo que a su vez, permitir para aquellos que decidan ejercer su derecho a votar contar con un acompaamiento en el proceso y generar oportunidades de cambio para que el proceso de participacin democrtica, vuelva a considerarse como en generaciones anteriores, un deber ciudadano, y si quiere hasta un factor de motivacin y cohesin para nuestra poblacin.

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