Cultura LIJ Digital #21

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Reflexiones sobre la literatura infantil y su cultura Clerici - Chang - Chiqui González - Redondo cultura lij #21 Año 2 / Número 21- Septiembre 2015. ISBN: en trámite. Edición digital

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Revista de reflexión acerca de la literatura infantil y la cultura de la infancia. Mes de Septiembre de 2015

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Reflexiones sobre la literatura infantil y su cultura

Clerici - Chang - Chiqui González - Redondo

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Edición digital

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ACOMPAÑANDO A LOS NIÑOS ENTODAS SUS ETAPAS DE APRENDIZAJE.

C O L E C C I Ó N

Gorodischer / Suárez / Vaccarini / Brindisi

Brandán Aráoz / Repún / Melantoni / Schujer / Porcelli Piussi / Pisos / De Vedia / Saint-Exupéry / Cinetto / Califa

Una colección de LIJ para pensar la historia con los ojos de la literatura.

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Reflexiones sobre la literatura infantil y su culturaAño 2 – Número 21 – Septiembre 2015Registro DNDA: 503255.Conesa 4381, CABA. Tel: (011) 3534-1975culturalij@editoriallabohemia.comwww.culturalij.worpress.com www.editoriallabohemia.com

Directoras propietarias: Laura Demidovich y Valeria SorínEdición: Valeria SorínArte: Laura DemidovichDiseño gráfico: Valeria GoldszteinCorrección: Roxana Carbone

Ilustración de Tapa: mEy!

Fotografía: Laura DemidovichISSN: 1852-298XDistribución a kioscos CABA: Sin FinRincón 1407 (CABA) 4308-1813

Agradecimientos: A mEy! Clerici por la gentileza de tapa .A Natalia Porta López por las imágenes de Agenda.

La editorial no se hace responsable de las opiniones

vertidas por sus colaboradores y/o entrevistados.

Queda prohibida la reproducción total o parcial del

contenido de esta publicación sin consentimiento

previo de la editorial.

Proyecto ganador del Programa Buenos Aires Emprende

08 y distinguido con Premio Pregonero al Periodismo

Gráfico y Hormiguita Viajera, ambos en 2010.

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EditorialLo que dicen los objetosLaura Demidovich y Valeria Sorín

GeopolíticaLa lectura en Perú

Desde el aulaViaje al futuro

Novedades

AgendaUn pueblo que ama la literaturaLeonardo Huebe

Escenas lectorasRobar el tiempo Daniela Azulay

PolíticasAlfabetización múltiple

Valeria Sorín

Novedades

ContextoCrecer sin dibujar

Mey Clerici

De fondoCuando el estado publica

Espacio editorial

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Editorial

Lo que dicen los objetos

Extraño funcionamiento el de la memoria. Las tecnologías de la información han hecho que

todo el tiempo hablemos de memoria; la RAM, que nos permite sostener tareas paralelas o que requie-ren muchos recursos en simultáneo; la ROM que resguarda los documentos, las fotos, lo producido en el tiempo.

Las computadoras se han perfeccionado a la par de los estudios acerca de las redes neuronales. Las inves-tigaciones han abierto un mundo de conocimiento que ha servido por igual a médicos como a tecnólogos.

Les proponemos un experimento. Cierren los ojos y busquen los primeros recuerdos que tengan. Dejen

a un lado las historias que les contaron, las imáge-nes complejas, los días importantes. Porque al lado de todo eso que parece tan claramente constitutivo de nuestra historia e identidad se encuentran otros recuerdos que valen por lo inexplicable.

Un aroma, un ruido, una textura. En mi caso, el ruido de los cubos de plástico con letras al caer en el piso cuando daba vuelta la bolsa para empezar a jugar. Puedo poner play y reproducirlo una y otra vez en mi cabeza. El olor de la silla bajita, de made-ra con asiento de paja, en la que me sentaba para ver televisión. O la textura de la frazada peluda, azul y sintética de mi cama. Objetos sin valor e in-valorables.

¿Por qué la memoria ha resguardado con tanto es-mero y detalle estas sensaciones? ¿Qué dicen esos objetos? ¿En qué lengua hablan?

Lo que quedaEn la pantalla de la televisión se ve a un niño hablan-do en inglés. Es migrante y con su familia busca un destino que lo cobije en la vieja Europa. El niño dice que ellos quieren vivir en su tierra, pero la guerra los expulsa. La cámara luego abre el plano y se alcanzan a distinguir cientos de personas sentadas con algún que otro bolso. Son pocas las posesiones que arras-tran de una tierra a otra. ¿Será solo el pragmatismo el criterio para seleccionar lo llevable?

Escuché por décadas a mi abuela hablar de un ob-jeto de su niñez que había debido dejar en la aldea cuando con sus padres regresaron a Argentina ex-pulsados de Galicia, por efecto de la guerra civil es-pañola. Era el resultado de una tarea escolar, cuan-do las manualidades formaban parte esencial de lo que se debía enseñar a las niñas. Directoras de Cultura LIJ

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Después del plan CEIBAL, el Sarmiento y el Conectar Igualdad, nadie duda que las computadoras deben formar parte de la educación de nuestros chicos.

Facebook, Twitter, Instagram se hallan repletos de publicaciones nostálgicas que buscan la complicidad de los cogeneracionales: fotos de un casete y una bi-rome con el cartel “Si sabés para que se usa, poné Me gusta”; otra de un banco de escuela de madera con lugar para el tintero “¿Lo usaste?” pregunta el posteo.

Gestionar la cultura de la infancia tiene impli-cancias en la conformación de esa patria eterna y salvadora que es la niñez para el adulto. Y tiene im-plicancias en la conformación del lenguaje de los ob-jetos, algo que la Chiqui González explica con mucha altura.

Pasaje velozEl consumo es hoy el centro de nuestra sociedad. Se habla de la necesidad de estimular el consumo inter-no para sanear la economía, del acceso al consumo de unos u otros bienes como un derecho por el cual bregar, o de máquinas con un tiempo de vida útil que promueve la actualización permanente.

¿Nos dará tiempo la moda para escuchar el len-guaje de cada prenda?

Hora es también de rescate de colecciones como la del Chiribitil o la de los Polidoro (originalmente Eudeba y Centro Editor de América Latina), con sus tipogra-fías pesadas y su multicolor desparpajo propio de los sesenta. ¿Qué tienen para decir los viejos ejemplares a las generaciones nuevas? ¿Se incorporarán sin más a la velocidad del circuito de novedades?

Shhh, escuchen, murmura la pizarra, murmura el martillo, murmura la soga.

Shhh, murmuran ahora las teclas de la computadora.

Laura Demidovich y Valeria Sorín

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Descubrí este libro hace muchos años y desde entonces es parte de las mesas de libros que propongo. La edición que leí y subrayé es la vieja de Anagrama, aunque actualmente se consigue otra publicada por Editorial Norma.

En esta escena lectora, una docente lee y es-cribe. Primero transcribe unos fragmentos del libro, luego lo cierra y copia fielmente todos los datos de la tapa. Esas lecturas que te invi-tan a anotar y a seguir pensando.

Me pide que me acerque. Está alucinada por un hallazgo: robar tiempo para leer. “Eso –me dice– eso es lo que siempre sentí”.

“El tiempo para leer siempre es tiem-po robado. (Al igual que el tiempo para escribir, por otra parte, o el tiempo para amar). ¿Robado a qué? Digamos que al deber de vivir. Ésta es, sin duda, la razón de que el metro –símbolo arraigado de

dicho deber– resulte ser la mayor biblio-teca del mundo. El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo de vivir. Si tuviéramos que con-siderar el amor desde el punto de vista de nuestra distribución del tiempo, ¿qué arriesgaríamos? ¿Quién tiene tiempo de estar enamorado? ¿Se ha visto alguna vez, sin embargo, que un enamorado no encontrara tiempo para amar? Yo jamás he tenido tiempo para leer, pero nada, jamás, ha podido impedirme que acaba-ra una novela que amaba. La lectura no depende de la organización del tiempo social, es, como el amor, una manera de ser. El problema no está en saber si tengo tiempo de leer o no (tiempo que nadie, además, me dará), sino en que si me re-galo o no la dicha de ser lector.”

Y esta mesa de libros, además de darle tiempo robado a sabiendas para leer, anotar y comentar, le regaló tiempo para la conver-sación. //

Robar el tiempopor Daniela Azulay

Especialista en Lectura. Coordinadora de la biblioteca de la Asociación Civil La Vereda.

/ ESCENAS LECtoRAS

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escenas lectoras / 5

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6 / dESdE EL AULA

Video oficial de la colección homenajehttps://www.youtube.com/watch?v=STOnpZa7jv8

No había archivos digitales; porque ocurrió en una época en la que el trabajo de diseño –a cargo del compaginador– tenía mucho de recortar, pegar, ar-mar en el espacio de la página a mano. Recién cuan-do se debía ir a imprenta el original se procesaba para realizar las películas (una por color), similares a las de los rollos fotográficos antiguos.

De los originales Cuentos del Polidoro han permane-cido los ejemplares impresos, sobre todo en manos de los que los amaron y atesoraron y compartieron con varias generaciones de niños. Porque los origi-nales son de la década del 60’, el Centro Editor de América Latina (CEAL) los publicó entre los años 1967 y 1968.

Y si hoy vuelven a todas las escuelas del país es gracias a sus lectores amorosos y fanatizados.

Viaje al futuroEl equipo del Plan de Lectura trabajó dos años en el proyecto que trajo al futuro

la colección de libros infantiles con la que el Centro Editor de América Latina

hizo punta en los años 60 en la Argentina.

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desde el aula / 7

El regresoYa hacía tiempo que Gerardo Cirianni insistía con republicar esta colección iniciática dentro del Ministerio de Educación. A finales de 2012 “Isol se acercó al Plan de Lectura para proponer esta ree-dición”, nos cuenta Adriana Redondo, directora del Plan de Lectura. Es que Isol siempre remarca lo fun-dante que fue para ella y su hermano la lectura de es-tos cuentos. Publicados en revistas originalmente, la artística de esos libros era en sí una revolución. Y no es para menos, Marina Díaz, hija del director de arte Oscar Díaz, sostiene “Los Polidoro fueron una ruptura por el eje. La gran innovación de los Polidoro es que convo-caron a artistas plásticos para ilustrarlos”. Ilustradores y escritores estaban liberados de toda misión.

5, 35, 2015Retipeados, escaneados, consiguiendo los libros en las bibliotecas insignes como La Nube, pero también entre los estantes particulares de Adriana y su equi-po, se consiguió reunir en cinco tomos 35 relatos se-leccionados, donde se pueden encontrar a todos los autores que participaron en los Polidoro.

Boris Spivacov fundó el CEAL cuando la dictadura de Onganía interviene Eudeba y él queda fuera de la editorial universitaria. Precursor y responsable de las ediciones económicas que se vendían en los kioscos de diarios como Capítulo, Cuentos del Chiribitil (recientemente rescatados por Eudeba), Los hombres de la historia (biografías en fascículos), y los Polidoro.

Desde su inicio en 1966, el CEAL fue una de las ex-periencias editoriales más importantes de Argentina y una de las editoriales que más censura sufrió du-rante la última dictadura militar. La imagen que cir-cula por redes de la pirámide de libros incendiada pertenece a la profanación que la dictadura realizó en los depósitos de la editorial.

Aunque parezca utópico, Boris Spivacov trabajaba para que sus libros no fueran más caros que un kilo de pan. Libros para todos, decía. Y todos, era todos.

Recuerdos encerradosLa memoria familiar sale a flote y da cuenta de una vivencia común. “Mi mamá no había terminado la pri-maria y para ella todo lo que era el estudio era lo prime-ro. Por eso en casa se compraban todas las colecciones de Centro Editor”, recuerda Redondo. “En particular, en el ámbito de la literatura infantil y juvenil fueron fundantes por dejar de lado la intención moralizante o didáctica –agrega-. Por eso decidimos lanzar esta colección homena-je, de la cual todas las escuelas públicas y privadas recibi-rán un juego antes de fin de año”.

La nueva edición incluye además el listado de to-dos los cuentos que se publicaron originalmente, más pequeñas biografías de escritores e ilustradores que participaron.

Autores que no se rescatan, desaparecenEsta edición homenaje mantiene las ilustraciones originales, lo que transporta algo de la década en que nacieron. Los artistas cedieron los derechos para que esta reedición se pudiera concretar, lo que llevó dos arduos años de gestión, ya que había que conseguir la voluntad de autores o herederos, según el caso.

El rol del Estado en la memoria literariaEn estos años otras instituciones también han de-cidido reeditar y rescatar un aporte cultural que se encuentra ausente de la circulación. Es el caso de la Biblioteca Nacional, por ejemplo, que ha republicado gran parte de las colecciones de revistas culturales ya desaparecidas, como pueden ser Contorno o Lulú. En el caso de la Biblioteca Nacional, los libros circu-lan en librerías y pueden ser adquiridos por investi

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gadores y especialistas, pero también por curiosos e instituciones culturales privadas.

Las colecciones ahora producidas por el Ministerio de Educación tienen su lugar reservado en las biblio-tecas de las escuelas primarias. Y en la página web del ministerio ya han llegado pedidos de personas, docentes y padres deseosos de poder tener una co-pia personal.

Pero esta colección tiene un carácter colectivo, que no se sostiene en la propiedad individual. “La idea es que las familias puedan acceder a los Polidoro a

través de las bibliotecas de las escuelas. Nosotros inten-tamos ofrecer lo mejor para los chicos y los adolescentes. Adicionalmente hay una tirada que se repartirán a las bi-bliotecas populares y otras instituciones. De forma que la comunidad toda tenga posibilidad de acceder”.

Plan de Lectura y desde Educ.ar.

Polidoros en el aulaExisten, hay que reconocer, dos formas en las que hacemos valer nuestras bibliotecas escolares. Hay quienes se enorgullecen por el acervo que tienen, lo guardan y cuidan como un tesoro. Otros encuen-tran la alegría en saberlo circulando, cuántos menos ejemplares en los estantes y más yendo y viniendo de las casas, mejor.

Es cierto que en ese trajín los libros pueden ajar-se, mojarse, estropearse. Pero vale la pena correr al-guno de estos riesgos si activamos a los chicos y a sus familias como lectores. “Hace falta aclarar –acota Adriana Redondo– que estos ejemplares no son inven-tariables, justamente para que no haya dificultad para el personal de las escuelas ante una eventualidad”.

Está claro que no se trata solo de la producción de materiales sino la formación de mediadores. Por eso la responsable del Plan de Lectura comenta que están trabajando en secuencias que permitan a los mediadores apropiarse del material y les encuentren a cada libro su sentido y puedan maravillar a los de-más, ya sean nuevos o viejos. “Si los bibliotecarios y los

/ dESdE EL AULA

Ilustración de Alba Ponce para El príncipe que perdió la risa.

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docentes no son lectores, podemos ponerles los mejores materiales que no cambia nada. Con el caso particular de los Polidoro estamos trabajando con Gerardo dando talleres, porque los Polidoro dan mucho para el diálogo.”

Y remarca Redondo que primero se cambiaron las condiciones materiales, ahora todas las escue-las tienen bellísimos libros. El desafío para cada uno de los bibliotecarios pasa ahora por incorpo-rar libros nuevos y viejos al trabajo cotidiano. Lo nuevo no descarta lo viejo. “Insistimos es lo impor-tante de aprovechar las jornadas de lectura en las es-cuelas, que se invite a los padres para que junto con los chicos compartan la experiencia de mirar y descubrir qué le gusta a cada uno de de la poesía, de la prosa, de las ilustraciones. Y que eso haga valiosa la escuela.”

En esta época signada por la novedad, ¡qué bue-no que los maestros más jóvenes y los chicos ten-gan contacto con la historia! //

Godoy /Godoy IIAUTORA: liza Porcei Piu�iILUSTRADORA: lucía Mansia Prieto

Bianca, Nino y Rómulo viven en la misma cuadra, pero no se hablan. Hasta que un perro amado Godoy entra en sus vidas, y ya nada será igual para eos y para el barrio. ¡Ya salió la segunda parte. No te pierdas sus aventuras!A partir de 10 años. 15,5 x 21 cm. Rústica.

Moloso / Las aventuras de Botazul y otros cuentos de piratasAUTORA: Belén de LarrañagaILUSTRADOR: Sofía Ramacciotti/Nancy Brajer

Un viano desopilante, y los piratas más malosos y ratas viles que te puedas imaginar ya están aquí. ¡No vas a parar de reírte!A partir de 8 años. 15,5 x21 cm. Rústica.

¡una amistad especial y unos villanos que te matan… de risa!

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Un pueblo que ama

la literaturapor Leonardo Huebe

El moderno centro de convenciones Gala fue desborda-do (en su capacidad de dos mil personas) por un público atento y entusiasta, que participó con risas, aplausos y numerosas pre-guntas en cada clase magistral, conferencia o taller de escritores, ilustradores y editores, quienes expusieron las estrategias a seguir para generar nuevos lectores de literatura.

Los cincuenta invitados de doce países y de distintas ciudades de la Argentina, además de participar en sus mesas, visitaron cole-gios donde fueron recibidos por los alumnos y los docentes, quie-nes, para sorpresa de los autores, no solo fueron escuchados con atención, sino que, además, habían leído algunas de sus obras. Los escritores eran abordados en las calles de la ciudad por vecinos para sacarse fotos y pedirles autógrafos.

En Resistencia, durante los días en los que se prolonga el Foro —así como durante su ardua y larga preparación— el contagio por los libros y la lectura se extiende como una epidemia por to-dos los rincones de la ciudad. En las escuelas, en las dependencias públicas, en la cárcel de mujeres, en los bares, en la universidad, en las calles, se interesan por autores y escritores y, sobre todo, por el milagro de leer.

El primer quijote, aquel paradigma de los enfermos por la lec-tura fue, sin dudas, Mempo Giardinelli, quien convenció a un centenar de sanchos para ir en busca de lograr la sin igual hazaña de fomentar la lectura del libro en un mundo cada vez más habi-tado por consumidores de medios audiovisuales.

Por eso Mempo, en el discurso de apertura del día 12 de agosto, resaltó el valor de comenzar dos décadas atrás en un “país devasta-do en materia de lecturas, sin políticas de promoción lectora, con un

Tertulia del jueves

Con David Machado, de Portugal.

10 / AgENdA

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agenda / 11

Estado perdido y ausente, y con un sistema educativo perverso que fulminaba todo lo bueno de más de un siglo de aquella educación sarmientina que, aún con sus errores, construyó esta nación”, con-cluyendo que “hoy el cambio que hemos contribuido a producir es impresionante. No hay antecedentes de recuperación igual en el mundo entero”.

En ese mismo discurso, Giardinelli explica la razón de fomen-tar la lectura: “La educación de una nación para la democracia y la justicia social, para la igualdad de oportunidades y el creci-miento económico y social en equilibrio y armonía, sencillamente no es posible si no se lee bien y mucho y bueno; es decir, si no se leen textos de calidad y con tiempo para pensar”.

Diario del encuentroEl escritor colombiano William Ospina, en la primera conferen-cia magistral del Foro (En busca del nombre perdido), hizo un recorrido por textos, lecturas, personajes y señaló, entre otras cuestiones, que los lectores, al momento de elegir un libro, es-tán “sometidos a los que leen más y tienen mejores argumentos”.

Varios de estos lectores con mayor lectura y argumentos só-lidos participaron de distintas mesas y conferencias, entre ellos el mexicano Juan Domingo Argüelles, el venezolano Fanuel Hanán Díaz, la cubana Karla Suarez, la escritora y editora chi-lena Paz Corral, el brasileño Eric Nepomuceno y varios autores argentinos, como Miguel Molfino, Hebe Uhart y Liliana Bodoc.

El diálogo entre la palabra y la imagen también ocupó un espacio central en el Foro, no solo en la poesía transemiótica de los textos infantiles del escritor portugués David Machado, que emocionó

Istvansch

Graciela Bialet

Mario Lillo

Sandra Comino

Mempomultiplicado

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por la mirada poética de su personaje niño, sino también por la explicación de su técnica de re-corte con tijera que el dibujante y escritor Istvan Schriter realizó con una increíble puesta actoral que deslumbró al público.

Dibujantes, editores y escritores de literatura infantil también volcaron su experiencia de años en charlas y lecturas de textos en distintos plenarios.

Las palabras de cierre, mientras subieron al escenario todos los participantes para la foto de familia, estuvieron a cargo del gobernador de la provincia de Chaco, Jorge Capitanich, quien des-tacó, con entusiasmo y con una mirada optimista por el éxito obtenido por el Foro, la función de la literatura y la lectura como forjadoras de conciencia social.

El escritor mexicano Juan Domingo Argüelles resumió, durante el Foro, las palabras que compartieron con aplausos escritores y público: “Leer es ponerse en el lugar de los demás, es sentirse vulnerable, es abandonar todas las certezas y llenarse de todas las dudas en relación con lo que somos o con lo que creemos que somos. Es a esto a lo que yo denomino la ética y la poética de la lectura, pues si leer no sirve para sacarnos de nuestra zona de comodidad y confort, sino tan solo para distraernos, para entretenernos, para divertirnos, para hacernos más diestros técnicamente –y conste que todo ello me parece de lo más válido y legítimo–, la ganancia es poca si el placer mismo no nos lleva a algún conocimiento”.

Y así, como en las grandes fiestas religiosas o paganas, los participantes fueron abando-nando la ciudad. Pero en las calles no quedaron guirnaldas y restos de comidas, papeles y botellas vacías; quedaron libros y lectores.

Resistencia (como si el topónimo encerrase una cifra de la voluntad), a partir de aquella chispa inicial que provocó Mempo Giardinelli, y que año tras año, ya convertida en un incendio, sigue avivando con un grupo de más de un centenar de voluntarios guiados por la vicepresidenta de la Fundación, Natalia Porta López, muestra que la esperanza (como las convicciones) no se abandona en ninguna entrada, ni en ninguna puerta de salida. Y aun-que nadie se entere de estos sucesos milagrosos, por esa maldita obsesión de los medios de mostrar solo los hechos negativos o difundir lo que solo deja un rédito económico a sus empresas periodísticas, Resistencia bien podría ser declarada, como dijimos al inicio, la capital de la lectura, quizá no solo de la Argentina, sino del mundo. //

En Casa de las Culturas

/ AgENdA

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noVedades / 13

Para cuidarte mejorAutora: Ximena garcíaEditorial: uranitoISBN: 978-987-703-093-832 págs.

Caperucita y los hermanos Grimm revisitados en una versión encantadora y tierna tanto desde el texto como en la imagen. Aquí, esta vez, Caperucita se enfrentará al mas insólito y amoroso de los obstáculos: ¡su propia mamá!

Manzanas de fuegoAutor: Fabián sevillaIlustr.: martín morónEditorial: albatrosColección: elfos de PokISBN: 978-950-24-1525-3192 págs.

Otra aventura en el Continente de la gente Pequeña con todos los elementos del fantasy para quedar atrapados en su lectura. Pok, Potámides, Rarrash, Heolo y Glebado salen a recorrer distintas regiones para encontrar la cura para el rey Lilios y desbaratar el funesto proyecto de Liberador y sus secuaces.

La niña que contabaAutora: romana romanyshynIlustr.: andriy lesivEditorial: limoneroISBN: 978-987-45736-3-632 págs.

Dora y las matemáticas. Rodeada de números, cuenta todo lo que ve a su alrededor. Granos de arroz, lunares e incluso manatíes. Hasta que intenta contar las estrellas…Bellas ilustraciones, cuidada edición, recibió la mención “Ópera prima” en la Feria del libro infantil de Bologna 2014.

Leer desde el contextoAutores: argañaraz, azulay, cantelmo, díaz ortíz, etc.Colección: abralaPalabraEditorial: la BohemiaISBN: 978-987-1019-66-3144 págs.

¿Acaso la lectura es independiente del contexto en el que ocurre? ¿Funciona de la misma forma la apropiación de la palabra durante la guerra o cuando no se tiene hogar?Este libro compila artículos publicados en Cultura LIJ entre 2009 y 2012 para reflexionar acerca del aporte del contexto a la lectura y de la lectura a la comunidad.

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14 14 / gEoPoLítICA

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geoPolÍtica / 15

Gilda Chang es Encargada de la Biblioteca Infantil Augusta Palma del Municipio de Miraflores por medio de la Biblioteca Municipal Ricardo Palma. Y activo miembro de IBBY Perú. Se formó como docente de primera infancia, y estudia e in-vestiga permanentemente para estar al tanto de la producción nacional e internacional en literatura infantil y lectura.

Embebida de una visión regional, decidimos entre-vistarla para ahondar en el estado de la lectura y la LIJ en Perú.

–Nos gustaría conocer la situación de las bibliotecas en Perú. –A nivel nacional, solo se han creado 26 bibliotecas infantiles públicas, en 9 de los 25 departamentos que conforman el país; llegando a un 1.4% de bibliotecas municipales infantiles en el Perú.

Para que puedas contextualizar, a lo largo del país hay 1.853 distritos, 43 integran el área de Lima Metropolitana. Y solo en 13 distritos de la capital se agrupan algo más de la mitad de las bibliotecas in-fantiles públicas (16 de las 26).

En nuestro caso, no dependemos de alguna enti-dad social, sin embargo, contamos con el apoyo de centros formativos y de promoción lectora.

La Biblioteca Ricardo Palma cuenta con un presu-puesto que es asignado por el Municipio, contamos con personal capacitado para la atención al público y el trabajo del acervo. Razón por la que nos encon-tramos en constante capacitación.

Gracias a nuestras conexiones y comunicaciones con centros bibliotecarios y relacionados al tema de promoción del libro y la lectura, nos mantenemos informados de las charlas, conferencias, encuentros, talleres, etc., que nos permitan estar actualizados para así mejorar nuestros servicios y beneficiar la calidad de estos.

Retomando el tema del Plan Municipal del Libro y la Lectura, puedo decir que es una oportunidad para la creación de espacios de acceso al libro y la infor-mación en la comunidad, escuelas, universidades, hospitales y otros.

Buscamos propiciar espacios para la lectura, bus-camos motivar la necesidad de este hábito.

Perú leePara pensar seriamente una política de lectura, siempre es necesario conocer la foto actual de la lectura en el territorio y la historia previa que ha conformado esa foto.–Respecto de la lectura, ¿hasta dónde ha penetrado en la sociedad su hábito?–Digo con optimismo que actualmente en el Perú se está considerando el fomento de la lectura como la base del desarrollo exitoso del país, poco a poco se va haciendo eco en la importancia de este hábito vital.

Los peruanos se muestran cada vez más curiosos ante la lectura, y como muestra puedo tomar datos

Entrevistamos a la especialista Gilda Chang para que nos ponga al día del estado

de la lectura en Perú.

La lectura en Perú

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16 16 / gEoPoLítICA

de la Feria Internacional del Libro de Lima, organiza-da por la Cámara Peruana del Libro, que en su vigési-ma edición tuvo una asistencia de 502.800 personas durante sus 16 días de desarrollo. Se incrementó un 12% la participación y se estableció un nuevo récord.

Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer, nos queda seguir impulsando el fomento de la lec-tura en las familias, escuelas y comunidad; seguir insistiendo en que es importante fomentar este hábito desde la primera infancia para garantizar un verdadero cambio en la educación peruana.–¿Se llevan a cabo mediciones? –En cuanto a datos estadísticos, el sistema encargado de elaborar dichos registros es la Biblioteca Nacional del Perú. Sin embargo, el organismo de la ONU para Latinoamérica y el Caribe que sigue la evolución del libro y la lectura, el CERLALC, ha presentado un in-forme preocupante en 2012.

Queda mucho por hacer para poder cambiar las estadísticas obtenidas allí: Perú figura con un 65% de no lectores, un 28% de población que siente placer, gusto o necesidad de leer; y no es posible encontrar datos de cuántos libros se leen en el país.

Lo bueno es que ya se ha empezado a trabajar en este tema.

Políticas que afectan al libroComo venimos tratando en Cultura LIJ, en cada uno de nuestros países la situación del libro y la lectu-ra enfrenta desafíos diferentes. En parte, debido a cuestiones económicas que repercuten en el trato frecuente de la población y los libros; en parte, debi-do a características propias de nuestras sociedades y su complejidad particular.

–¿Existe escucha a nivel de los funcionarios de gobierno sobre la importancia de promover la lectura? –En octubre se cumple el plazo de vigencia de los be-neficios tributarios, o sea la exoneración del IGV en la venta de libros –el IVA peruano–, que se consiguió a través de la Ley de Democratización del Libro y del Fomento de la Lectura. Por lo tanto, desde ese mo-mento se encarecerá el acceso a este preciado objeto.

Hay agrupaciones y personas representantes de diferentes entidades gubernamentales que apoyan su renovación, esperamos que el Congreso pueda tomar parte y considerar la extensión de estos bene-ficios. Al menos la ministra de Cultura ha mostrado su interés y apertura ante esta ley.

Sin embargo, es grato comentarte nuevamente que el Ministerio de Cultura junto al Ministerio de Economía y Finanzas han realizado una convocato-ria municipal en Lima y Provincias, para la elabora-ción del Plan Municipal del Libro y la Lectura para el período 2016-2021, con el objetivo de democratizar su acceso, fomentando que los peruanos y peruanas desarrollen plenamente el derecho a la educación y a la información, teniendo al libro y a la lectura como herramientas de aprendizaje. El Municipio de Miraflores, por medio de la Biblioteca Municipal Ricardo Palma, considera esta convocatoria como una oportunidad de fortalecimiento de sus 60 años de trabajo continuo en la promoción y acceso del li-bro y la lectura, plasmando nuestra experiencia y tra-zando nuevas metas que beneficien la comunidad.

Desde mi perspectiva como docente del Nivel de Inicial y encargada de la Biblioteca Infantil Augusta Palma, perteneciente al mencionado Municipio, opi-no que los docentes deben unirse con fuerza a esta

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www.albatros.com.ar

promoción, solicitando los conocimientos y herra-mientas para ser óptimos mediadores de lectura, insisto, desde la primera infancia; y por qué no, yendo más allá, llevando esta inquietud al trabajo de madres gestantes, ya que existe mucha infor-mación y experiencias en neurociencias en la eta-pa prenatal. En Colombia realizan talleres de lec-tura con madres gestantes, sería muy interesante poder desarrollarlos también en el Perú.–Dadas las diferentes etnias que habitan en Perú, ¿es posible trabajar con una política de lectura homogénea? –En el Perú se toma en cuenta la interculturali-dad para el trabajo de formación educativa, el Documento Curricular Nacional es adaptado a cada contexto, desde las zonas urbanas margina-les y marginales de Lima hasta las provincias del país. Por lo tanto, considero poco probable el tra-bajo con una política de lectura homogénea. Cada persona tiene una forma particular de asimilar lo que lee, desde la lectura de imágenes hasta la escrita; sobre todo si hablamos de las diferentes etnias que existen en el Perú, pues cada una tiene su propia cosmovisión, su manera de interpretar el mundo, la vida y su razón de ser.

Ya que se considera la interculturalidad y que poco a poco vamos fortaleciendo nuestra iden-tidad como peruanos y reconociéndonos como pluriculturales, se viene haciendo un trabajo de recuperación de la oralidad etnográfica del país. Existen entidades especializadas que trabajan en este campo y también aquellas personas a quie-nes les interesa conocer y amar lo suyo para luego compartirlo. //

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La Chiqui González, como se la conoce ha-bitualmente, tiene la capacidad de hablar y generar imágenes en quien la escucha. Capacidad de hacerse entender, porque sabe apelar a lo que el otro conoce.

Luego de escuchar una conferencia que dictó en la Universidad de Buenos Aires acerca de innovación y creatividad, le pedimos que se explayara acerca de un concepto necesario: la alfabetización múltiple.

–En su conferencia en la UBA, usted hablaba de múlti-ples alfabetizaciones. –El arte se quedó con muchas operaciones de los len-guajes básicos creativos por la condena y aislamiento que tuvo por muchos años en la modernidad. Cuando hablo del lenguaje de los objetos, no solo hablo de los lenguajes plásticos, aunque están incluidos. Pero tam-bién hablan la cuchara de mi mamá en mi casa colgada en la cocina, o habla una silla vacía cuando estoy espe-rando al que no llega, o el banco hecho en serie de los inmigrantes italianos. Porque colaboran a dar cohesión en nuestra vida colectiva.

Alfabetización múltiplepor Valeria Sorín

Editora, Periodista y Gestora Cultural.

Luego de dictar conferencia en la Universidad de Buenos Aires, habló acerca de alfabetizaciones

múltiples en la primera infancia la Ministra de Innovación y Cultura de la provincia de Santa Fe,

María de los Ángeles Chiqui González.

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–¿Podría especificar qué entiende por lenguaje?–Los lenguajes son mundos simbólicos. Las palabras son fonemas que no se corresponden con su contenido, ya lo dijo Benveniste. No hay una relación entre contenido y forma de la palabra de uno a uno. Fuera de contexto, fue-ra de la historia, fuera de la comunidad, nada dice nada.

El lenguaje es una creación simbólica constante de una comunidad plural atravesada por lo político, por lo social, que tiene divisiones por edad, por generación, por sector social, que no es homogénea, que tiene rit-mo, porque tiene tonadas, que tiene ritmo y sonidos distintos. Pero el lenguaje es pura invención del ser hu-mano, de un conjunto entramado de redes simbólicas enorme. ¿Qué representa la flacura o la gordura, qué representa el color, el arriba, el abajo?–¿Cómo se forman esos lenguajes?–Esos lenguajes son la manera en que por acción y el juego –porque tengo mamá, porque no tengo mamá, porque la vecina me dio un plato de sopa, porque me llevaron a una plaza, porque me llevaron a una escuela, porque vi una hojita que se movía, porque escuché “la paraguas” o “el paraguas”– esa primera infancia siembra los lenguajes. Y los lenguajes son como un juguete. Son el campo del descubrimiento del niño.

En esa primera infancia aprende la manera de apren-der el multilenguaje. Mezcla sonido con palabras, y aprende dos lenguajes. Mezcla el cuerpo en el juego con objetos son otros dos lenguajes, y canta y baila, cuerpo y sonido.

Esos primeros lenguajes están asociados una fór-mula afectiva, una formula perceptiva, una fórmula corporal (estoy adentro, estoy afuera), una fórmula lúdica, una fórmula rítmica. El niño mezcla sincrética-mente, como el collage de Chagal, como la manera de Miró (una mancha y una raya), y no sintéticamente.

El alcance de lo múltiple–¿Cómo juega lo digital en todo eso? –Intuyo que los formatos digitales electrónicos podrían

ponernos en una revolución social del conocimiento. El teléfono va con la persona, y cambia la idea del tiempo. El celular hace que uno se narre mientras vive y sienta que solo mientras se narre se vive. Lo mismo pasa con las fotos, se saca foto de todo. Te sacan fotos en una conferencia, en la calle. Es como si quisieran registrar por un instante lo que están viviendo, no preparando un material de documentación del pasado.

Lo digital va a terminar generando aspectos relacio-nados con el lenguaje, si no son un lenguaje ya. Porque modifican el tiempo si transforman la forma en que el cuerpo habla. Porque cambia la concepción de es-pacio. Hay chicos que navegan por el Cirque du Soleil y no han llegado a conocer el centro. Hay un espacio virtual más amplio que el real. Pero el espacio real es la dimensión más serena, silenciosa y amorosa que tiene el hombre.

Los elementos digitales se convierten en lenguaje, porque no es lo mismo leer en la tablet que en los li-bros de papel. Tiene una forma distinta de interpretar lo que se lee. Si interpretás distinto, estás cerca de un lenguaje. Porque el lenguaje no tiene que ver con el que lo construye, sino con las interpretaciones y usos de ese mismo lenguaje. –¿Y esta alfabetización múltiple es lo que plasmó en el tríptico de la infancia?–Esos lugares vienen porque un grupo integrado por un soldador, una modista, un doctor en Educación, otra –yo – actriz y abogada, quisimos pasar todo al volumen. El niño pequeño ama el volumen más que el plano. El chico que tuvo que gatear, arrastrarse, y ve todo para arriba, ve todo volumétrico.

Y se llenó de maderitas y hierros. Con algo de plata podés más, pero no con mucha. Porque con mucha llenás todo de pantallas. Y repetís lo que el mercado quiere que repitas.

Lo que tiene el tríptico es conciencia de grupo. Que no es afiliada a partidos, pero sí protegida por los so-cialistas, que ven en este modelo una forma de apro-

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piación del espacio público. Esto tiene que ver con una frase de Tonucci: “Con los niños para todo”. Algunos lo entienden como con los niños y para los niños. Y yo quiero trabajar para los adultos. Si se mejora para los niños la ciudad, se mejora para todos.

Gestión múltiple–Desde el espacio de gestión política, ¿en qué sentido le parece necesario trabajar?–Hay que trabajar por una ley de primera infancia.

Al crear una cultura escolar y a la vez una cultura de infancia llena de prejuicios y estereotipos terriblemen-te coptada por el consumo, han dejado el entretejido social de cada niño, que es su derecho constitucional.Aunque sea pobre, ese entretejido es suyo, no es un careciente absoluto. Atención cuando se habla de ac-ceso a los bienes culturales; la palabra acceso yo no la comparto. Significa que no lo tenés y hay que subir para acceder, mientras que hay bienes culturales des-de la panza de su madre. –Estaba pensando en la revalorización de la cultura de los pueblos originarios y el tiempo en el que el guaraní, constitutivo para una significativa parte de la población argentina, se lo consideraba un no bien cultural.–O una pieza que hay que rescatar como si fuera una pieza arqueológica y no una visión del mundo.

Ese lenguaje es sagrado, es necesario para entender

la fertilidad, los dioses, el sexo, lo que es una mujer, el amor, las relaciones entre las personas. Ese lenguaje constituye una cosmovisión.

Hay que rescatarlo por el culto a la diferencia. Claro que dentro de la diferencia entra todo: aquellos que quieren la diferencia en serio y el que tolera la diferencia, pero le da un lugar para irla corroyendo.

El multilenguaje es posible en la medida en que no se enseñe como se enseñan cosas. Que se enseñe muy imbuido de la ideal social, que se le dé una solución a la violencia para poder transitar las ciudades y el espacio.

Y el multilenguaje es un lugar no homogéneo don-de se crece. Necesita que se presenten muchos grupos como iguales, tienen que mezclarse, cosa que ni los gua-raníes ni nosotros lo hacemos bien; los guaraníes por todo lo que pasaron con los blancos. Pero no es fácil, y la política también está mezclada y las pobres concien-cias sociales también están mezcladas.

El lenguaje de las cosas–Al principio habló acerca del lenguaje de los objetos. ¿Hasta dónde alcanza el lenguaje?–El tiempo, el espacio y el cuerpo, con todos sus desa-rrollos de movimiento, de tono muscular, de energía, más los objetos y sus capacidades de ser diseñados, ser combinados, de ser inventados, de cambiar de función, ser dioses o ser palitos, y los elementos que pueden ser

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una inundación que te deja sin nada, ser el mar más enorme que te hace sentir pequeño y que consideran que el mar es dios, y la acción. La acción comienza por el juego. Niño que no juega es lo mismo que cuando la sociedad te dice “No hagas nada” y que te dan una especialidad, te encajan la piel de la nariz para arriba, porque la especialidad es un refugio no solo del saber, sino de lo que no sabés, de la angustia frente a lo que no sabés, y de la seguridad de que allí reinás.–¿Cómo se accede al multilenguaje?–Hay dos caminos para acceder al multilenguaje: uno es la sustitución. Otro, la combinación.

La sustitución es lo propio del hombre, por eso es la imaginación y no el lenguaje lo que es constitutivo del hombre y lo que lo diferencia de los animales. Porque podemos ver en ausencia. Porque aprendemos tanto que podemos creer que ahí hay un cocodrilo, y el chico ve un cocodrilo. No es loco el chico, juega por un rato y sale. Y los grandes lo pueden hacer en la actuación. No existiría el teatro, ni hubiera existido jamás, sin esta capacidad.

Entonces, en vez de agarrármela con mi papá porque lo tengo que querer, yo agarro un muñeco y se lo doy. El niño sabe que tiene que sustituir. Los adolescentes andan pateando tachos a la noche porque no los de-jaron entrar en la confitería, porque no tuvieron una mujer u otro hombre en sus brazos, andan rompiendo

por dolor y por mala educación también, pero es un desplazamiento. Es mejor que agarrar a dos personas y matarlas. Porque cuando no hay desplazamiento, hay acto; el acto es literal.

El juego es la manera en la que el niño entiende el mundo y le da sentido a esos lenguajes. Así que cuida-do con que no jueguen.–Sin duda. ¿Y respecto del medio?–Los cielos son expresivos, no solo son en tanto fenó-menos científicos. Hay cielos rojos de fuego, hay cielos violetas de la melancolía. Y encima son físicos, vos le podés poner expresión. ¿Dónde metés el desasosiego sin un cielo grisado y plomizo? ¿Dónde metés el mie-do si no hay una rama moviéndose que te parezca un monstruo? ¿Dónde metés toda esta cantidad de sen-timientos de inseguridad si no tenés cómo represen-tarlo? Y representarlo es meterlo en un lenguaje que lo exprese. –¿Cómo te representás a la muerte para poder seguir viva cada día? Y por eso podés hablar con un sacerdote o con un psicólogo y decirle qué sentís por la muerte. –Por eso el multilenguaje es la gran forma de darle for-ma a la especie. El multilenguaje es la forma de hacerte humano y de darte cosas para que vos crees y llegues a otro, para ser más humano. Y para ser más afectivo y vivir una aventura de la vida. Sino, estás dejando al chico más cerca de la especie, como animal sufre. O lo dejás

Fotos: Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe.

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cerca del estereotipo adulto, donde se crea un mejor consumista.

Espacio para lo múltiple–Complejo de resolver desde el espacio de Educación. ¿Usted cree que esta propuesta de alfabetización múltiple implica una política transversal? ¿Podría llevarse a cabo desde un Ministerio de Cultura?–Desde un espacio transversal y nacional. No sería una buena política local, porque se convertiría en una expe-riencia piloto aislada. La alfabetización múltiple autén-tica quiere decir olvidarse de que los lenguajes son solo los artísticos. Porque los lenguajes son lo más democrá-tico del hombre.

No va a poder ser realizado por un solo programa gubernamental porque implica la primera infancia. Si no hay una comprensión profunda y no didáctica ni

educativa, ni siquiera de psicología evolutiva, sino pu-ramente social y plural de lo que es el período que va desde el embarazo hasta los cuatro años, no se puede hablar de multiplicidad de lenguajes.

El multilenguaje necesita espacios no escolares, nece-sita mucha comunidad. No pueden enseñarse los len-guajes por separado. La escuela no está preparada para trabajar con un entramado de lenguajes. Entramado que se parece más a la caótica sociedad aun con sus problemas; cuando la escuela intenta salvar al niño de los problemas de la caótica sociedad. //

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noVedades / 23

El día títicoAutora: graciela repúnIlust: eleonora arroyoEditorial: del eclipseISBN: 978-987-1580-43-940 págs.

Hoy es el día Títico. Hoy salen los senguemeren buscando la Padanganga, y Lululú iniciando su viaje, de irse y de quedarse, y Graciela escribiendo (¡bellas!) jitanjáforas y Eleonora dibujando (deliciosamente) con recortes de papel, y todos los lectores encontrando (jugando) la felicidad en las páginas de un libro.

AchimpaAutora integral: catarina sobralEditorial: limoneroISBN: 978-987-45736-1-240 págs.

En una biblioteca descubren una antigua palabra olvidada muchos años atrás. Nadie sabe que significa ni cómo se usa pero desde ese día todos comenzarán a usarla a su antojo y las cosas se pondrán achimpadamente confusas… Deliciosa historia para indagar y reflexionar jugando con la palabra.

Yo no soy un conejoAutores: Pepe márquez y natalia colomboColección: los PrimerísimosEditorial: Fondo de cultura económicaISBN: 978-607-1619-70-936 págs.

Si tiene dos largas orejas, come zanahorias y salta de acá para allá, ¿es un conejo? El protagonista de esta historia deliciosa sostiene que él, a pesar de compartir todas esas características con los orejudos, es un zombie alienígena mutante. Por suerte al lado suyo vive otra zombie alienígena mutante, aunque es probable que sea una bella conejita. Al fin y al cabo, no debe ser nada malo ser un conejo.

de familia en familiaAutores: José nesis y Paula szuster

Ilustr.: aimar, Zweig, Basile, Powerpaola, Berantene, degliuomini, etc.

Editorial: iamiquéISBN: 978-987-1217-75-5

40 págs.

Porque el modelo de familia única e ideal se volvió ficción hace rato, esta “carpeta viajera” es una magnífica oportunidad para abordar con los chicos (y los grandes) las complejas estructuras familiares contemporáneas.Con una mirada inclusiva y lúdica, 15 familias, distintas y semejantes al mismo tiempo, presentan su historia a través de 15 ilustradores, enlazadas todas, por la fuerte presencia del amor.

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conteXto / 25

Hacía ya varios días que estábamos de gira visitando aldeas de tribus del sur de Etiopía. En algu-nas de ellas nos quedamos a dormir en carpa para despertar al día siguiente junto con las familias del lugar, tomar el café típico que preparan y sirven en media calabaza, desayunar la pasta de legumbres sú-per energética que cocinan y estar ahí viviendo por un momento lo que ellos viven cada día.

Ese día llegamos casi al mediodía a la aldea de la tribu Dassanech. El sol pegaba con toda la fuerza y no-sotros estábamos medio zombies. A veces se juntan muchos días de no parar y nos cansamos. Somos feli-ces y agradecidos de estar haciendo esto, pero a veces

simplemente nos agotamos un cacho y desearíamos un ratito estar en Buenos Aires tomando un mate con amigos, estar en casa y ese tipo de cosas de siempre con las cosas de uno. Después se nos pasa, obvio.

Ese día estábamos con la energía re baja y, al llegar a la aldea y salir de la camioneta, un montón de chicos vinieron corriendo a buscarnos. Íbamos a pasar todo el día ahí con ellos, nos íbamos a quedar a dormir y al día siguiente íbamos a seguir ahí. Nos sentíamos muy culposos de no estar con todas las pilas para jugar y dibujar con los chicos Dassanech como hacemos con cada grupo de chicos que conocemos. Pusimos por un momentito piloto automático para arrancar. Les preguntamos a los locales si había algún lugar con un poco de sombra para poder conocernos con los chicos y hacer un taller de dibujo, y ellos nos señalaron este

Crecer sin dibujarpor Mey Clerici

Los ilustradores Ivan Kerner y Mey Clerici recorren desde hace dos años el mundo

realizando talleres de arte para chicos. Pero en Etiopía…

Fotos: Sofía Nicolini Llosa

Ilustradora. Impulsora de Pequeños grandes mundos junto con Iván Kerner.

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lugar. Era como una casita hecha de palos que queda-ba ahí nomás.

En el camino nos contaron que esta era la escuelita de la aldea donde los nenes de la tribu aprenden. Una hermosura de lugar: piso de tierra, paredes de palos, techo de chapa, dos pizarrones negros al frente y un maestro voluntario que viaja desde el pueblo más cercano hasta la aldea todos los días para dar clases. Entonces caminamos hasta la escuelita de palo. Nos avisaron que había que esperar un poco porque el aula estaba ocupada. Nos asomamos y resultó que adentro estaba lleno de adultos. Todos sentados en los pupitres mirando al frente, cada uno con un cua-derno y un lápiz en mano. El maestro señalaba con un palo palabras en amarige (el idioma oficial de Etiopía) y ellos repetían.

Nos contaban bajito al oído, mientras presenciába-mos la clase desde un costado, que ellos solo hablan la lengua tradicional de la tribu, pero que desde hacía solo tres días estaban aprendiendo a hablar y a es-cribir en amarige para poder ir al pueblo y vender sus productos, comercializar y poder comunicarse mejor con todos. Y para eso empezaron de cero total. Ese día estaban aprendiendo los números del uno al veinte a fuerza de repetición.

Entonces, en un momento le dije al maestro que, si querían, podíamos presentarnos y enseñarles palabras en inglés o ayudarlos en lo que fuera. Pero a él (que a esta altura lo queremos un montón) se le ocurrió una idea mucho mejor: nos pidió que pasáramos al piza-rrón y que dibujáramos los animales y las cosas que los rodean en el campo, así ellos podían ayudarse con dibujos para aprender más fácil las palabras nuevas.

Entonces, felices, Ivanke y yo pasamos al frente y dibujamos una vaca, un pájaro, un árbol, el sol, la luna, las estrellas, las nubes, un hombre, una mu-jer, una gallina y algunas cosas más. Y después les

escribimos sus nombres en inglés y ellos luego los repitieron en amarige y en su lengua nativa. No nom-braban las cosas que dibujamos, las gritaban. Ponían una fuerza, una energía. Estaban tan entusiasmados por aprender.

Levantaban la mano y se ofrecían para pasar al frente a nombrar cada dibujo señalándolo con el palo largo del maestro. Y así. Para ese entonces nosotros ya teníamos de vuelta toda la energía del mundo, todas las pilas y todo el entusiasmo que nos contagió esta gente en unos pocos minutos.

Así que le preguntamos al maestro si podíamos ha-cer un taller de dibujo con los adultos y así fue. Nos pasamos las siguientes dos horas dibujando con ellos. Y como nunca antes habían dibujado en la vida, todo era nuevo y misterioso. Esta gente creció aprendiendo a interpretar los sonidos de los pájaros, a cazar, a criar animales en el campo, a mirar al cielo y saber qué clima se viene, a construir sus propias chozas desde la nada y hacer cosas que nosotros, con nuestra urba-nidad encima, no podríamos ni resolver. Pero dibujar dibujar, nunca.

Con las hojas y los crayones adelante, eran como nenes muy chiquitos, pero en cuerpos de adultos y viejos. Aun así, nunca sintieron vergüenza ni se sin-tieron intimidados. Todo lo contrario: se dejaron lle-var desde el primer momento por esta nueva y, por momentos, difícil experiencia de hacer que salga por la punta del lápiz un dibujo nuevo y único hecho por ellos mismos.

Desde afuera se asomaban los chicos, pispeaban entre los huecos de los palos de las paredes del aula y se morían por entrar y dibujar también. Ya les iba a llegar el momento. Más tarde dibujamos un montón con ellos. Pero ahora les tocaba a los grandes, que ha-bían esperado décadas. A los grandes, que crecieron sin dibujar. //

Dibujos de los niños de la tribu Arbore en Omo Valley, Etiopía.

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¿Por qué una biblioteca publica? ¿Por qué su dirección ha sentido la necesidad de impulsar publicaciones tanto periódicas como libros y facsími-les? Dicen que a un editor se lo conoce por su catálo-go, y si interrogamos el catálogo de publicaciones de la Biblioteca Nacional la respuesta a estas preguntas se materializa. La Biblioteca publica porque de algunas co-sas solo puede ocuparse quien le incumbe la memoria cultural de los pueblos.

Primeros pasosLa Biblioteca Nacional sostiene desde hace bastante más de una década dos publicaciones periódicas: La Biblioteca, un semestral impreso con debates cultura-les profundos alineados alrededor de un eje por cada número. Y www.abanico.edu, una revista literaria digital con seguidores en todo el mundo.

Ya en estos últimos años, la Biblioteca Nacional sor-prendió recuperando la producción de las revistas culturales y literarias que fueron insignes en su época, como Contorno –dirigida por los hermanos Viñas– o Literal –mítica revista de los años setenta, dirigida por Germán García, Osvaldo Lamborghini y Luis Gusmán–.

También ha sido significativo el trabajo en recupero de la historia de la historieta en nuestro país, ya desde el cuidado en el acervo, como en la publicación de cua-tro libros nacidos de la investigación de Judith Gociol Historietas Argentinas.

Y los chicos también¿Entonces, qué debería publicar la Biblioteca Nacional para el público infantil? ¿Acaso la institución recibe a los pequeños, tiene un espacio específico? ¿Cómo se insertan los habitantes pequeños en esta línea de tra-bajo cultural?

Nuevamente será el catálogo el que hable. Quelonios es la colección de publicaciones pensada para chicos de la Biblioteca Nacional. Los libros publicados hasta ahora tienen dos formatos: uno más grande, que incluye cuen-tos de autores argentinos, otro más pequeño donde se incorporan al mapa de la cultura de la infancia al menos un autor por cada país de Latinoamérica. Esta última propuesta tiene un lado muy interesante, ya que han elegido para hablar de Brasil a Clarice Lispector y para hablar de México a Elena Poniatovska, dos autoras que no son conocidas por sus libros infantiles claramente, pero que introducen de lleno al centro de la cultura de esos países. Por supuesto, como corresponde a la po-lítica lingüística liderada por el Museo de la Lengua, dependiente de la Biblioteca Nacional, los cuentos de autores argentinos hablan en argentino, los cuentos de los autores de cada país latinoamericano hablan en su versión local. No se allana ni –en términos mafaldianos– se pavimenta la lengua, sino que permanece con su gru-mosidad distintiva. Al fin y al cabo, en esos grumos se asienta la identidad de un pueblo.

Los libros circulan tímidamente por librerías, y se los puede solicitar en la distribuidora www.la-periferica.com.ar

Cuando el estado publica

La Biblioteca Nacional ha entendido

que su intervención en garantizar

la disponibilidad de obras y autores

no podía quedar solo en la función

de reservorio.

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