Cuatro Poesias de Pier Paolo Pasolini, Traducidas Por Guillem Catala

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CUATRO POESIAS DE PIER PAOLO PASOLINI traducidas por Guillem Català Se publicaron en la revista "VACIO", Nº 6, Barcelona, diciembre 1997, y en “El verdugo”, Logroño, nº 2, verano 1998. Estas 4 poesías de Pier Paolo Pasolini formaron parte, junto a otras obras, de recitales de poesía que Guillem Català realizó de 1995 a 2003. También formaron parte de la presentación de diferentes películas y ciclos del autor en cineclubs. EPIGRAMA V, "A mí" "En este mundo culpable, que sólo compra y desprecia, el más culpable soy yo, yermo por la amargura" ("La religione del mio tempo")

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  • CUATRO POESIAS DE PIER PAOLO PASOLINI traducidas por Guillem Catal

    Se publicaron en la revista "VACIO", N 6, Barcelona, diciembre 1997, y en El verdugo, Logroo, n 2, verano 1998. Estas 4 poesas de Pier Paolo Pasolini formaron parte, junto a otras obras, de recitales de poesa que Guillem Catal realiz de 1995 a 2003. Tambin formaron parte de la presentacin de diferentes pelculas y ciclos del autor en cineclubs.

    EPIGRAMA V, "A m" "En este mundo culpable, que slo compra y desprecia, el ms culpable soy yo, yermo por la amargura" ("La religione del mio tempo")

  • EPIGRAMA XII, "A un Papa" Unos das antes que t murieses, la muerte haba puesto sus ojos en un coetneo tuyo: con veinte aos, t eras estudiante, l albail, t noble, rico, l un jovenzuelo plebeyo: pero los mismos das han dorado sobre vosotros la vieja Roma que se volva tan nueva. He visto sus despojos, pobre Zucchetto. Caminaba de noche borracho por los Mercados, y un tranva que vena de San Pablo, lo atropell y arrastr un rato por las vas entre los pltanos: por unas horas qued all, bajo las ruedas: un puado de personas se congreg alrededor a mirarlo, en silencio: era tarde, pasaba poca gente. Uno de los hombres que existen porque existes t, un viejo polica con el empeo de un chulo, al que se acercaba demasiado gritaba: "Vyanse a la mierda!" Despus lleg la ambulancia de un hospital a cargarlo: la gente parti, quedaron algunos trozos aqu y all, y la patrona de un bar nocturno, un poco ms lejos, que lo conoca, dijo a un recin llegado que Zucchetto haba acabado debajo de un tranva, haba muerto. Pocos das despus, moras t: Zucchetto era uno ms de tu gran rebao romano y humano, un pobre borrachn, sin familia y sin lecho, que deambulaba de noche, viviendo no se sabe cmo. T no sabas nada: como nada sabas de otros miles y miles de Cristos como l. Tal vez soy feroz al preguntarme por qu razn la gente como Zucchetto fuese indigna de tu amor. Hay lugares infames, donde madres e hijos viven en un polvo antiguo, en un fango de otras pocas. Precisamente, no lejos de donde t has vivido, a la sombra de la bella cpula de San Pedro, est uno de estos lugares, el Gelsomino... Un monte recortado a medias por una cantera, y debajo, entre un solar de basuras y una hilera de nuevos edificios entre un puado de mseras construcciones, ms que casas pocilgas. Bastaba slo un gesto tuyo, una palabra tuya, para que aquellos hijos tuyos tuvieran una casa: t no has hecho un gesto, no has dicho una palabra. No se te peda que perdonases a Marx! Una ola inmensa que va y viene desde hace milenios te separaba de l, de su religin:

  • pero en tu religin no se habla de piedad? Miles de hombres bajo tu pontificado, ante tus ojos, han vivido en establos y pocilgas. Lo sabas, pecar no significa hacer el mal: no hacer el bien, esto significa pecar. Cunto bien t podas haber hecho! Y no lo has hecho: no ha habido un pecador ms grande que t. ("La religione del mio tempo")

  • NUEVOS EPIGRAMAS XI, "A G.L.Rondi" "Eres tan hipcrita, que un da morirs de hipocresa, estars en el infierno, y te creers en el paraso" ("La religione del mio tempo")

  • UN AFECTO Y LA VIDA Tengo un afecto ms grande que cualquier amor sobre el que exponer inservibles deducciones - Todas las experiencias del amor son, en efecto, restituidas al misterio por el afecto en el que se repiten idnticas. Estoy vinculado con l porque me impide los otros. Pero soy libre porque soy un poco ms libre de mi mismo. La vida pierde inters porque se ha reducido a un teatro en el que las fases de este afecto se desarrollan: y as he perdido la embriaguez de tener caminos desconocidos que tomar cada tarde (al viejo viento que anuncia cambios de horas y estaciones). Pero qu embriaguez en el poder decir: "Ya no viajo ms." Todo es montono porque en todo no hay nada ms que un cierto resplandor en los ojos, un cierto modo de correr un poco divertido, un cierto modo de decir "Paolo", y un cierto modo de acongojarse a causa de la resignacin. Pero todo es puesto en duda por el terror de que algo cambie. En cada amor se produce una fusin entre la persona que se ama y algn otro: pero ello es natural. En el afecto sin embargo ello parece muy innatural: la fusin sucede a tal profundidad que no es posible dar explicaciones, hallar motivos para felicitarse, cualquiera que sta sea, de la propia suerte. La ternura que tal afecto impone en lo profundo, no lleva ni a fecundar ni a ser fecundados, aunque sea por juego; sin embargo se sucumbe a ello con la misma sensacin de precipitarse en el vaco que se siente lanzando el semen, cuando uno muere y se vuelve padre. En fin (cunto ms aun se podra an decir!), aunque parezca absurdo, por un tal afecto, tambin se podra dar la vida. Al contrario, creo que este afecto no es ms que un pretexto para saber que hay una posibilidad - la nica - de deshacerse sin dolor de nosotros mismos. (Trasumanar e organizzar)