CUARESMA, tiempo sagrado - PASSIOCHRISTI

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Comunidad Pasionista • Santuario de Santa Gema Marzo 2010 - Nº 955 - Año XCIII - 28002 Madrid Comunidad Pasionista • Santuario de Santa Gema Marzo 2010 - Nº 955 - Año XCIII - 28002 Madrid FOTO: Mª TERESA ARIAS CUARESMA, tiempo sagrado para re-pensar la vida, bajo la luz clara de la fe y del amor.

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Comunidad Pasionista • Santuario de Santa GemaMarzo 2010 - Nº 955 - Año XCIII - 28002 Madrid

Comunidad Pasionista • Santuario de Santa GemaMarzo 2010 - Nº 955 - Año XCIII - 28002 Madrid

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CUARESMA, tiempo sagradopara re-pensar la vida,bajo la luz clarade la fe y del amor.

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Preimpresión: Francisco Antón

Marzo 2010 - AÑO XCIII - N.º 955

Punto de VistaMiguel González, C.P.

La Gloria del CrucificadoJosé Luis Quintero Sánchez, C.P.

2010, Año Santo CompostelanoAniceto Rey

Palabra y VidaAntonio San Juan

Familia y VidaJulia Merodio

Contra el aborto, una voz clara y diferenteM.G.

Carta, antes de regresar a HaitíP. Rick Frechette, C.P.

Año SacerdotalSor Cati de la Trinidad, C.P.

Para meditar, ahora en CuaresmaPablo García

Conocer a Jesucristo, su Palabra y su MensajeJuan Pedro Alcaraz M.

Los símbolos religiosos

Pero, ¿por qué les estorba el Crucifijo?

La Palabra del Papa

Año SacerdotalMons. José Luis Larrabe

María, Esposa de José y Madre de CristoP. Eutiquio López, C.P.

Rincón FamiliarSantuario de Santa Gema

“No nos dejes caer en la depresión”Juan Carlos Prieto T.

Otra Juventud

Alberto Busto

Por los caminos del mundoJosé Fernández del Cacho

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Revista Pasionario/75

proclaman: “Nuestro Dios, y el Diosvuestro, es un Dios cruel, un Dios in-justo, un Dios que se complace en versufrir a sus hijos; un Dios, Padre, sí,pero vengativo, como tantos otros pa-dres que se dan también aquí en la tie-rra”.

Estos y otros improperios, estas que-jas, a mí me duelen mucho, Señor, por-que sé que no puede ser así, porque tú,no eres eso que tantos dicen. Y más queempeñarme yo en darles respuesta,como que escucho lo que tu a ellos y amí nos dices: “Mi dolor, en mi Cruz, eray sigue siendo el dolor de cuantos en elmundo han sufrido y aún sufren, el do-lor y la sangre de todos los mártires, yde todas las víctimas de tantas injusti-cias, de tantas violaciones de derechosa lo largo de siglos y siglos. También eldolor de Haití. Tantos dolores, todo eldolor, concentrado en mí”.

Pero además, Tú, Señor, sembrasteinnumerables alegrías, innumerablesrosas rojas, en el campo yermo de unHaití desolado. Las alegrías de una so-lidaridad internacional irrepetible y es-

peranzadora, las alegrías deniños y adultos sepultados envida, saliendo con vida, comoresucitados, de entre los es-combros. ¡Tantas alegrías, enlas horas largas y amargasdel terremoto sembrador demuerte!

Por todo ello, Señor, te sigodando las gracias, y uno mivoz pequeña a cuantas voceste siguen pidiendo para Hai-tí un mañana mejor, un ma-ñana bajo la luz clara delamor y la esperanza.

¡Muchas gracias, Señor!

✒ Miguel González, C.P.

“Señor, Señor,

Aquí estoy. Ante tu Cruz. Ante elmisterio de tanta sangre, de tanto dolorconcentrado en ti.

Y ante las cruces de ellos, de los dos-cientos mil muertos, y de los millonesde sobrevivientes, en Haití.

Pero la mirada, y el sentimiento, seme van, como sin quererlo, hacia el do-lor y la sangre de Haití, más extenso ymás visible, este dolor, que el dolortuyo, Señor. Porque tú, eras uno solo,eras tú, pero en Haití los muertos no secuentan, y la destrucción, la sangre y elhambre, son como una plaga infinita,imposible de mensurar.

A raíz del drama irrepetible de Hai-tí, hay muchos que dicen que tú noexistes, porque, de existir, y de ser Pa-dre, como en el “Padre nuestro reza-mos”, ¡cómo ibas a consentir, muchomenos a provocar, tanta muerte, tantaslágrimas, tanta destrucción!

Hay otros que no se atreven a tantocomo a negar tu existencia, porque esevidente que sí existes. Pero insisten y

PUNTO DE VISTA

Oración sobre Haití

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En la historia de las religiones, la ideade sustitución aparece preferentementebajo la forma mágica de la acción susti-tutiva, que representa la idea dominantede los ritos mágicos en general: Lo que serealiza en el objeto suplente se aplica, envirtud de esta acción, para bien o paramal, a la cosa misma de la que se trata.

En la Biblia la idea de sustitución haperdido toda huella de concepción mági-ca. En Gn 18,20 ss, Abraham en pugnacon Yahvé por la suerte de Sodoma sepone por último a sí mismo y su propiaamistad con Dios sobre el platillo de labalanza, con el fin de librar a la ciudaddel mal que la amenaza. El justo se sien-te solidario con los pecadores y buscacompensar con su propio peso lo que aellos les falta, es decir, representarlosante Dios. Mas marcadamente aparece elsentido de acción sustitutiva en el rito delmacho cabrío (Lv 16,22; cf. Ez 4,4ss), so-

“EN LA CRUZ HA TOMADO NUESTRO LUGAR”

LA GLORIA DEL CRUCIFICADO

SUSTITUCION Y REPRESENTACIONDEL SEÑOR CRUCIFICADO

La gloria del Crucificado toma el espec-tro de la amorosa y liberadora sustitucióny representación que realiza por nosotros ypara nosotros. Es el admirable intercambioque realiza el amor. El “por nosotros” conque se califica la entrega de Jesús se en-tiende, entre otras, desde dos categoríasque en su verdad profunda están llenas decontenido. Son los conceptos de “sustitu-ción” y “representación”. La reflexión sobreambas nos introduce en el modo como he-mos sido salvados, reconciliados y regene-rados en el Crucificado. Nos ayudan estascategorías a penetrar en el misterio mismode Cristo y en el modo de ser y de actuarde Dios. De entrada hemos de afirmar quesomos sustituidos en un primer momentoasumiendo Cristo en sí mismo el pecadodel mundo, sufriendo sus consecuencias yrespondiendo positivamente al amor y a lamisericordia de Dios. Nos sustituye vica-riamente, nos representa activa y pasiva-mente y con esta acción abre el espaciopara nuestra libertad e incorporación per-sonal. No nos suplanta, se pone en nuestrolugar sin anularlo y sin anularnos, nos re-presenta ante Dios abriendo el espacio anuestra presentación libre. Esta acción deCristo profundamente humana la realizaante Dios en razón de la común humani-dad asumida ‘por nosotros’ y lo hace antenosotros en tanto es el Hijo que actúa ennombre del Padre y de su designio amoro-so. Solo esto es posible en razón de su con-dición de Hijo de Dios en la carne.

LA EXPERIENCIA BIBLICA DE LASUSTITUCION

La revelación bíblica nos ayuda a com-prender esta actitud que en Jesús llegó asu culmen, pero que ya tiene sus antece-dentes en Abraham, Moisés y la figuradel Siervo de Yhavé.

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bre el cual se imponían los pecados delpueblo. Sin embargo, este conjunto nodeja de ser un rito simbólico que recuer-da al pueblo, por una parte la necesidadde la propia conversión y por otra, la gra-tuita benevolencia de Yahvé, solo de lacual cabe esperar indulgencia y salva-ción. Este rasgo personalista, básico de lapiedad de Israel, que claramente dominatambién en el culto, es tal vez lo que hizodesarrollarse hacia una pureza y madu-rez cada vez mayores la idea, subyacenteen Gn 18,20s, de una sustitución libre ypersonal (no mágica-objetiva). La idea dela sustitución alcanza su verdadera cimaen la figura de Moisés en el Deuterono-mio y en los cantos del Siervo de Yahvédel Deuteroisaias. Éste muere con lamuerte del proscrito y del culpable, y re-cibe a cambio como recompensa a “losmuchos”, es decir, a la humanidad entera

(Is 53, 8-12). La misma línea reapareceen el Traspasado de Zac 12,10 ss, cuyodestino de muerte marca el punto de par-tida para la salvación del pueblo. El len-guaje que se usa señala que el sufrimien-to y el amor real de un hombre son consi-derados como la diaconía de la sustitu-ción, de la cual proviene la verdadera sal-vación del conjunto. Se señala ademásque la aplicación de la salvación “a losmuchos” no ocurre de una manera mági-ca y necesaria, sino que exige la conver-sión y el asentimiento interno por partede los salvados, los cuales se presentancomo “nosotros” en la dramática composi-ción de Isaías 53 y se apartan del menos-precio de que han hecho objeto antes alSiervo de Yahvé abriéndose así a la sal-vación que viene de Él.

Esta idea del servicio doloroso sustitu-tivo no decae después de la época posexí-lica sino que penetra incluso en la exis-tencia concreta del justo; así sucede en elLibro de Daniel y en el de los Macabeos.En el primer caso, aparece la pasión delcreyente en el mundo como sacrificio ex-piatorio, como culto sagrado que el puebloopone en el destierro al servicio de losídolos. En el segundo caso, esa pasión sepresenta como el testimonio de sangreque el justo da en la esperanza de que,por su sufrimiento, se aplacará la ira deDios y no tomará en cuenta la maldadhumana. Es de nuevo el trasfondo delSiervo que insinúa la idea de que la elec-ción de Israel es, al mismo tiempo, unavocación a la diaconía del sufrimiento,una elección al servicio de los demás.

EL SERVICIO AMOROSODE LA SUSTITUCIÓN REALIZADAPOR JESÚS, EL SIERVO

La teología del Nuevo Testamento esante todo una teología de la sustitución.Los evangelistas subordinan toda la vidade Jesús a la misma temática, cuando re-piten las palabras del Espíritu en su bau-tismo, las cuales constituyen la introduc-ción de los cantos del Siervo de Yahvé,

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“Tu eres mi Hijo ama-do, en ti tengo miscomplacencias” (Is42,1). Esto se aplica,en primer lugar, alhecho del bautismode Jesús, pero reflejael sentido de la vidaentera del Señor: losdemás acuden al bau-tismo para hacer pe-nitencia por sus peca-dos; Jesús, el inmunede pecado, no puedeatribuir tal sentido asu bautismo. Si acudea bautizarse, no lohace por sí mismo,sino por los demás. Seincorpora a la suertede los demás, reali-zando así simbólicamente lo que ha deser en adelante el contenido de toda suvida: La comunidad de destino con los pe-cadores, el ponerse en su lugar. Con elbautismo ha entrado Jesús en la misióndel Siervo de Yahvé, toda su vida se haconvertido en su “ser-para-los-demás” quesólo podrá llegar a término con el bautis-mo de muerte (Mc 10,38; Lc 12,50), en elque se consuma la unidad de destino conel hombre condenado a muerte. Lo que alprincipio se anuncia como palabra del Es-píritu acerca de la obra de Jesús, al finallo repite su propia palabra en la ÚltimaCena, cuando pone toda su vida terrenabajo el lema del servicio “por los muchos”,en entrega “por todos”.

El apóstol Pablo establecerá el paralelis-mo de la sustitución en el binomio huma-nidad-Jesucristo. Se da el cambio entreCristo y el hombre, en virtud del cual sehace “pecado” por nosotros (2ª Cort 5,21) ytoma sobre sí la maldición del transgresorde la ley que somos en realidad todos no-sotros hasta el extremo de pender en elmadero en lugar nuestro (Gál 3,13). Pabloha prestado con la doctrina del doble Adánel fondo especulativo a la teología de lasustitución y al mismo tiempo ha hecho po-

sible su aplicación a laexistencia históricadel hombre que viveen Cristo. Todos somospor nacimiento “pri-mer Adán” y por ellovivimos en el egoísmo,por ello estamos con-denados a la muerte.Pero, por otra parte,todos hemos sido lla-mados a ser en Cristo“segundo Adán”, a pa-sar del ser egoísta, au-tosuficiente, al ser-para-los-demás, a to-mar parte en su servi-cio de sustitución.Gracias a este servicioél ha creado para no-sotros la vida, ocupan-

do nuestro puesto –el puesto de la muerte–y dejándonos libre el suyo –el puesto de lavida–. La obra de Juan abre también el ho-rizonte de existencia nueva que brota de lasustitución realiza por Jesús: “En esto he-mos conocido el amor: en que él entregó suvida por nosotros; también nosotros debe-mos entregar la vida por los hermanos” (1ªJn 3,16, cf. Jn 13,1-16).

La sustitución del Hijo, Dios la hacenuestra justicia: “El hecho de que la‘propiciación’ tenga lugar ‘en la sangre’de Jesús significa que no son los sacrifi-cio del hombre los que le libran del pesode las culpas, sino el gesto del amor deDios que se abre hasta el extremo, hastaaceptar en si mismo la ’maldición’ quecorresponde al hombre, a fin de transmi-tirle en cambio la ‘bendición’ que corres-ponde a Dios (cf. Gál 3,13-14)… En rea-lidad aquí se manifiesta la justicia divi-na, profundamente distinta de la huma-na. Dios ha pagado por nosotros en suHijo el precio del rescate, un precio ver-daderamente exorbitante” (Be-nedicto XVI, Mensaje para laCuaresma 2010).

✒ José Luis Quintero Sánchez, C.P.

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Así “cantaba” de rodillas, rezando ycasi en silencio:

–Como tú, señor Santiago, y contigo alMaestro digo que con Él quiero caminar,escuchar su Palabra, profundizarla y...después ser testigo-misionero donde meencuentre.

–Como tú, señor Santiago y contigo,abrazo la cruz del Maestro, y fundida enella la mía, quiero ser dolor siempre fe-cundo, unido a su Pasión.

–Como tú, señor Santiago, mi miseriacomo lo fue la tuya, no me aparta del ca-mino. Solo busco ser estrella que alumbreen cada momento de mi vida y para lavida de mis hermanos, aunque gima en-vuelto en triste desconsuelo.

Sé por Él dónde está la pesca, por esoecharé las redes.

–Como tú, señorSantiago, y con Él su-friré por su amor eneste mundo, pues quie-ro ser “dolor siemprefecundo”.

–Como tú, señorSantiago, buscaré, ycomo Él y tú hasta elmartirio quiero alcan-zar el culmen de su Pa-sión para la REDEN-CIÓN.

–Como tú, señorSantiago, solo anhelocrear el bien, “sacándo-lo incluso del mal”.

–Como tú, señorSantiago, busco y nadamás, y con Él, brotarhilos de agua limpia yfresca que crezcan ysean “ríos de aguaviva”.

–Como tú, señor Santiago, mi determi-nación: Al expresar mi fe en el Maestro,buscaré alumbrar. Lo demás, no.

–Como tú, señor Santiago, al sentirmeperdonado por la misericordia de Dios,entregaré luego el Evangelio, porque

PEREGRINOS, CAMINO DE LA LUZ

2010, AÑO SANTO COMPOSTELANO

quiero “pasar haciendo el bien” (Hchos,10,38).

–Como tú, señor Santiago, en Él busca-ré la fuerza y el corage necesarios paradecir NO o SÍ.

Quiero contribuir a dar razón de la es-peranza “confiando en la bondad del hom-bre y en el amor del Padre”.

–Como tú, señor Santiago, “en la pro-fundidad del silencio y de la oración”, su-maré fuerzas para difundir su amor comoMaría, la Madre que al pie de la Cruz, deÉl y la suya, estuvo, está y estará al piede la cruz de todos.

–Como tú, señor Santiago, con Él asu-miré los varios tramos de la vida, y encada uno de ellos levantaré el alma en ac-titud de fe, esperanza y amor.

–Como tú, señorSantiago, que con ÉLnadie sea hoy SÍ y ma-ñana NO.

En todo instante yocasión, aunque el ríovertiginoso de la vidaquiera arrollar por lavorágine de las “ocupa-ciones y de las prisas”,venceré.

–Como tú, señorSantiago...

De rodillas sigo aquíalgo más de tiempo, enesta tu “casa” de Gali-cia a donde muchos ymuchas, y duranteaños, vinieron y ven-drán para contigo ha-blar y escuchar en si-lencio al Maestro Je-sús, y volver, llenosunos más de Dios,

otros... indiferentes, pero en todo casoadmiradores de lo que vieron y observa-ron. E incluso hipotecadas sus vidaspara un cambio de actitudes y de estilosde vida.

✒ Aniceto Rey

Descanso en el camino.

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da. Es decir, que la vida es el tiempooportuno para dar los frutos que Dios es-pera de nosotros: cultivar aquello quecada uno puede ser, que tiene que dar yestá llamado a hacer. Cuaresma paraamar y servir a los demás, como Jesús.

Domingo IV – 14/3/010El corazón que derrochaba amor(Lc 15, 1-3 y 11-32)

¿A que ésta es para ti una de las pági-nas más conocidas del Evangelio? Pero,por eso mismo, podemos perdernos la pro-fundidad del mensaje que guarda paranosotros. El centro de la parábola no estáen el hijo que se fue para volver a casa.Ni en lo que hacen y dicen los dos hijos,sino en lo que dice y hace su Padre. Y, siquieres, en lo que quiere decirnos hoy a tiy a mí Jesús. Más que el hijo, el pródigode verdad es el Padre. El, el protagonistaprincipal, al reconocer como hijo al queno podía aspirar más que a ser un escla-vo suyo. Echándolo en falta, lo mantienevivo y presente en su corazón. Las figurasencontradas de los dos hijos no hacen

más que manifestarnoslo grande que es el cora-zón del Padre que sevuelca de esa forma so-bre ellos. El que se mar-chó vuelve confesandoque pecó “contra el cielo ycontra ti”. Pero, en elabrazo del encuentro,puede comprobar que esePadre no puede echarfuera a ninguno de sushijos. El menor dilapidasu fortuna, pero no elamor del Padre, que lorecibe con la fiesta másinaudita. Así es el Padrecuyo Hijo “acoge y comecon los pecadores”. Comopara volver a ese corazónsuyo, esta Cuaresma.

Domingo III – 7/3/010Otra nueva oportunidad (Lc 13, 1-9)

Lo sabemos ya muy bien. La Cuaresmaes el camino para el encuentro con elCristo de la Cruz, que ha resucitado. Y lagracia de este camino hacia la luz pas-cual es que Jesús nos precede y acompa-ña. ¿Qué hacer entonces para llegar a lafuente de su Pascua? El evangelio vuelvea recordarnos hoy algo tan esencial comoes la conversión La muerte violenta deaquellos creyentes al pie del altar, o deaquellos otros aplastados por la torre deSiloé, le da a Jesús hincapié para llamara todos a la conversión. En lugar de pre-guntarse, agobiado, por lo que ya no pue-de cambiar, el cristiano tiene que empe-ñarse sobre todo en cambiar su propiavida. Viviendo como Dios quiere, podrá li-brarse del mal y de la muerte que ame-nazan por doquier. Lo más importante esque el sufrimiento y el mal pueden con-vertirse en llamada de atención de partede Dios, y cuando llegue la muerte quenos encuentre con la conversión realiza-

¿Qué hacemos esta Cuaresma?

PALABRA Y VIDA

Cuaresma: Camino hacia la luz pascual.

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Domingo V – 21/3/010¿Quién puede tirarla primera piedra?(Jn 8, 1-11)

Aquí tienes otra páginaconmovedora del Evange-lio: el encuentro de Jesúscon una prostituta quellevaban a matar. Conqué clarividencia y conqué libertad actúa el Se-ñor. Y con qué misericor-dia salva de la muerte ala mujer pecadora. Quie-ren echarle una trampa, yJesús mete en ella a losacusadores porque, conlas manos manchadas,nadie puede tirar la pri-mera piedra. El juicio sólocorresponde a Dios, queha enviado su Hijo almundo para salvarnos atodos. Cuando nos identi-ficamos con los acusadores y pretende-mos pasar por buenos condenando a losdemás, ésta es nuestra propia historia.En nuestro camino cuaresmal, este evan-gelio es otra encarecida llamada a la con-versión: a reconocer nuestros propioserrores y ser más comprensivos con losdemás. Sabiendo que sólo la misericordiapuede transformar el corazón del hombre.Qué suerte, para esta mujer, haber caídoal final en las manos de Jesús. Al vivir ce-rrados al amor de Dios, sus acusadoresno pueden abrirse al perdón. Se abre Je-sús, que ha venido a dar su vida para sal-varnos a todos. Cuaresma, para revestir-nos de misericordia y trabajar por unaconvivencia más reconciliada.

Domingo de Ramos – 28/3/010Puerta que da a la PascuaPasión según S. Lucas, 23, 1-49

Semana Santa. Meta de la de la Cua-resma, de la ascensión de toda la Iglesiahacia la Pascua. Jesús asciende a la pleni-tud del cielo, pero no sin cargar antes conel pecado de la tierra, sin descender al in-

fierno de la muerte. Es la gran semana delos cristianos: para mirar con el amor másgrande la Cruz de Cristo, para celebrar eltriunfo de su Pascua y participar en lavida nueva de la Resurrección. Domingode Ramos. Pórtico de la Pascua. Entramosen ella con los ramos en las manos, acla-mando a Jesús Rey del Universo: vencedordel pecado del mundo, y de la muerte,suya y nuestra. Pero, ¡qué paradoja y quécontraste! Al “hombre levantado sobretodo nombre”, la liturgia nos le presentaenseguida recorriendo el víacrucis, suyo ynuestro. Fiel a la voluntad del Padre has-ta morir de amor por todos. Su adhesión alPadre pasa por la prueba del abandonomás grande –¿Por qué me has abandona-do?– y por su entrega filial en las manosdel Padre. En la Cruz, de forma eminente,es el Hijo totalmente entregado. En lahora de la prueba, nosotros podemosecharnos atrás. El no se echa atrás nunca.Semana para aprender fideli-dad, y confianza para llevarnuestra cruz con Él.

✒ Antonio San Juan

Domingo de Ramos para aclamar a Jesús como Rey.

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Todos los que leéis este artí-culo sois conscientes de que es-tamos situados en el corazónde la cuaresma. Es posible queaunque lo sepáis ni siquiera se-áis conscientes de ello, pues lavida que nos acompaña no sue-le remitirnos con asiduidad aestas cuestiones y, es por eso,por lo que me parecía impor-tante volverlo a recordar.

Pero ¿qué podría elegir, eneste abanico de posibilidadesque nos brinda un tiempo tanfecundo? Después de pensarlohe decidido detenerme en un hecho, en elque no solemos reparar con demasiadafrecuencia: En el hijo, de la parábola, que“no era pródigo”

Y quiero situarme en esta figura, por-que quizá nosotros estemos más cerca deella de lo que creemos: Es la figura de lapersona que vive “con fría honradez”: suvocación, su circunstancia y su vida.

Por eso, después de haber reflexionadoen los meses pasados, sobre las veces quenos hemos ido y las que hemos vuelto,hoy os invito a reflexionar sobre esas ve-ces que nos hemos quedado, pero vivien-do como si no estuviéramos.

LOS BRAZOS ABIERTOSDEL PADRE

Sé bien, que cuantos estáis leyendo elartículo, conocéis perfectamente la pará-bola del Hijo Pródigo, que nos brinda elevangelio; y ¿a quién no le emociona veral Padre de la parábola esperando al hijocon los brazos abiertos?

Pero desgraciadamente, esta forma devivir, no se da con frecuencia en nuestrasfamilias modernas; y no es porque no ladeseemos, es porque el ambiente nos vaenvolviendo y sin querer nos metemos enese sistema consumista que degrada sinpiedad.

FAMILIA: EL CONTACTO CON LA VIDA

FAMILIA Y VIDA

Así vemos nuestros hogares compuestospor personas con una conducta virtuosa,pero tan estrecha, que nos separa de losdemás; cada uno vamos a lo nuestro que,por otro lado, nos parece lo único impor-tante. Por lo que, la vida dentro de casa, secompone: de cubrir necesidades, escaquear-nos de compromisos, hacer lo justo y des-cansar lo más posible, sin importarnos lomás mínimo lo que tengan que esforzarselos demás para cubrir nuestras carencias.

Y qué decir de los hijos que conviertenla casa “en hotel, con derecho a cajero au-tomático” todos anclados en el bienestar,pero olvidando a los que lo están pasandomal, a los que necesitan su cercanía, a losque esperan de ellos una palabra de con-suelo…. Han sometido la vida a una cues-tión de reglas y prohibiciones, pero que-dándose sentados cómodamente, sin sercapaces de llegar a los que, por falta deentendimiento, intentan evadirse.

Yo creo que sería bueno preguntarnos,de vez en cuando: ¿Quién está más lejosde la familia, el que la abandona, o el quesigue en ella sin amor? Es una cuestiónque deberíamos tener en cuenta los quenos decimos cristianos.

¡Claro que, siempre nos parece queesto no es para nosotros! Cuántas vecesno entendemos que en casa haya sitiopara todos, permitiéndonos criticar, hasta

La alegría del encuentro.

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Revista Pasionario/83

el que alguna vez haya habido un puestoprivilegiado para los que nos parece quelo merecen menos.

No somos conscientes de que nos he-mos planteado la vida al revés, mientrashay personas que van en busca de liber-tad, nosotros dejamos la liberación quenos brinda la vida familiar, para llegar ala esclavitud que nos exige la maneramoderna de vivir.

ANTE NUESTRASRESPONSABILIDADES

Estamos en el momento justo. La cua-resma es un tiempo de cambio, de rena-cer, un tiempo de vivir en serio la vida.Por eso vamos a procurar vencer las re-sistencias que nos impiden dejarnos que-rer por los demás, cambiando no sólo deaspecto sino también de corazón.

Vamos a llegar al Padre de la parábolapara aprender de Él que no necesitamosañadir cosas a nuestra vida sino, simple-mente, ofrecernos una nueva oportunidadde Comenzar de nuevo.

Pero claro, lo de comenzar de nuevo,nos da demasiado miedo; preferimos se-

guir agarrados a lo caduco, aunque nosparezca que eso no lleva a ninguna parte,preferimos aferrarnos a las reivindicacio-nes que libarnos de ellas.

Y precisamente, eso es lo que hizo elotro hijo, de la parábola “el bueno”, el quenunca se había ido de casa; negarse a en-trar en la novedad del Padre, sin com-prender que, vivir en familia es distintode estar dentro casa. Pero ya veis, él tanbueno, no solamente no quiere encontrar-se con el hermano pródigo y derrochador,sino, sobre todo, con el Padre “pródigo enmisericordia” que derrama bondad, abra-zos, acogida, fiesta… porque eso pone aldescubierto su manera egoísta de vivir.

Y es que, en la casa del Padre, el cora-zón es el mayor reglamento y la miseri-cordia, mucho más importante que la jus-ticia; actitudes que lo incomodan, porqueél es incapaz de caer en la cuenta de quetambién necesita ser perdonado.

No me diréis que no es precisamenteesto lo que sucede en los hogares de hoy.A la gente le asusta la misericordia, creeque nadie puede dar sin pedir nada acambio; creen que hay que ser duros paraque los demás no nos tomen por tontos.Así hemos ido dejando de lado la bondad,los abrazos, la acogida, la fiesta… Todasesas cualidades que caracterizaban lacasa del Padre.

Por eso, en este tiempo de gracia que esla cuaresma, vamos a tomar conciencia deque, nosotros, también necesitamos ser per-donados. Necesitamos que nos perdonen de:

• Nuestras obras muertas.• Nuestra honorabilidad mezquina.• Nuestra pretensión de ser los íntegros.• Nuestro alarde de hacerlo todo bien… • Nuestra frialdad para acoger a los

que hacen todo por nosotros…• Nuestra falta de agradecimiento a

los desvelos de la familia.• Y de nuestra negación a sentirnos

perdonados por los de-más.

✒ Julia [email protected]

Así nos acoge el Padre-Dios.

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Gustavo Bueno, de Oviedo, catedráti-co de filosofía de gran prestigio, se hadeclarado siempre agnóstico, si no yaateo, defensor de un “materialismo filo-sófico”, lo que no es óbice para que setrate de un gran pensador, que avalacon razones, aunque no todas resultenadmisibles, sus aserciones.

El Doctor Bueno, ha publicado ungrueso libro, “Temas de hoy”, con enfo-ques que subraya y enfatiza. Por ejem-plo, la corrupción política, en múltiplesmanifestaciones. Además, las remune-raciones escandalosas de los altos eje-cutivos, la ley de plazos del aborto, y losEstatutos de Autonomía.

Sobre la “Memoria Histórica”, Buenoafirma que busca mantener vivo el re-cuerdo de la guerra civil y del régimende Franco de manera interesada, y re-cuerda también crímenes promovidospor la revolución de octubre de 1934 (larevolución de Asturias).

Respecto a la Ley de Plazos del abor-to, Bueno afirma, “con asombrosa de-senvoltura”, lo que otros callan bajo lapresión de lo políticamente correcto”(Faustino Sinova dixit). “El llamado de-recho de aborto” es una aberración, yconsiderarlo signo de izquierdas, una

estupidez, pues se trata de un retrocesoreaccionario”.

Bueno, no se vale de argumentos re-ligiosos, lo afirma explícitamente, sinode razones científicas, humanitarias ylógicas. Critica la ignorancia de la mi-nistra Aído y su “sandez” sobre la iden-tidad del feto, al afirmar que no se tra-ta de un ser humano, lo que entiendecomo un artificio para evitar que elaborto se considere como un homicidio.Insiste en esa idea, asegurando que“destruir al individuo humano, ya seaen su fase de germen, de embrión, defeto o de infante, equivale a destruirese individuo, y por tanto, a cometer unhomicidio. Y concluye Bueno que, asílas cosas, tan justificada está la legali-zación del aborto en la semana 14 comoen la semana 35, o incluso la legaliza-ción del infanticidio...”.

Harían bien nuestros legisladores enatender también a la voz de este hom-bre, de este filósofo de la vida y de la his-toria, acerca de un tema que tanto nosafecta, y que seguirá afectando grave-mente al futuro de la Patria y de la Hu-manidad entera.

✒ M.G.

CONTRA EL ABORTO,UNA VOZ CLARA Y DIFERENTE

CONTRA EL ABORTO,UNA VOZ CLARA Y DIFERENTE

Los hijos, los nietos, la mayor alegría.

Page 13: CUARESMA, tiempo sagrado - PASSIOCHRISTI

Revista Pasionario/85

Conaboy. No se puede volar a Haití hastamañana, por lo que volaré hasta Santo Do-mingo. Kieran y Vern Conaway se reuniráncon nosotros allí, y Robin de Chicago. Luegoconduciremos hasta Haití juntos para vercómo podemos ayudar.

Sé que hay grandes daños en nuestrohospital nuevo, que los muros perimetralesde los tres programas nuestros de Tabarrehan caído. Sé que hay daños en las paredesdel hospital.

También sabemos que hay daños gravesen el viejo hospital de Pétionville.

Vamor a orar para que todos estén bien.He oído que todos en el orfanato de Kens-

coff están bien.No voy a llegar hasta el jueves por la ma-

ñana, ya que la frontera entre Haití y Re-pública Dominicana se cerrará mañanacuando lleguemos. Vamos a encontrar lamejor manera de mantenerles informados yle haré saber cómo puede ayudar. Vamos apermanecer unidos en la amistad y la ora-ción.

Dios nos bendiga a todos. Especialmenteal sufrido pueblo de Haití, y a mi queridamadre, Gerri Frechette.

✒ P. Rick Frechette, C.P.

Carta, antes de regresar a Haití

ElPadreRickFrechette,esunPasionistaNorteamericano, sacerdote ymédico,quehavividolargotiempoejerciendosuapos-tolado en Haití. Antes de regresar a Pto.Príncipe,luegodeunavisitafamiliar,refe-ríaasísusinquietudesyesperanzas,araízdelterremoto,asuFamiliaPasionista.

Queridos amigos y amigas:He estado en casa con mi madre mori-

bunda, como hijo y como médico y como sa-cerdote. La Misa diaria, la gestión de susmedicamentos para el dolor, ayudando entodo lo que pueda. Estaba decidido a que-darme con ella hasta el final, sobre todoporque toda mi vida adulta he estado lejosde casa en las misiones extranjeras.

Cuando celebro la misa, todos los días, lepregunto a mi mamá si ella tiene intencio-nes especiales, y me responde: “por usted,para que Dios le mantenga fuerte y por sumisión en Haití”.

Ahora tenemos esta enorme tristeza enHaití. Le dije que la tengo que dejar por untiempo. Ella me dijo: “Tienes que ir. Los pro-blemas allí son mucho más grandes que losmíos”.

Esta noche voy a conducir hasta el aero-puerto Kennedy en Nueva York con Conan

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Revista Pasionario/86

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su vida, con el deseo de estar con los su-yos como el buen pastor con sus ovejas.

Del 21 al 22 de julio, ya entrada la no-che, se presentaron los milicianos en elConvento de Daimiel (Ciudad Real). Or-denaron que lo desalojaran. El P. Nicéfo-ro, avisado por el portero, hizo que todosse levantaran y bajasen a la capilla. Lesdio la Absolución y, antes de comulgar, losexhortó con unas palabras que se han he-cho célebres:

“Hijos míos, éste es nuestro Getsemaní.Nuestra naturaleza en su par-te débil desfallece y se acobar-da. Pero Jesucristo está con no-sotros. Yo os voy a dar al que esla fortaleza de los débiles. A Je-sús le confortó un ángel. A no-sotros, es el mismo Jesucristoel que nos conforta y sostiene.Dentro de pocos momentos es-taremos con Cristo. Moradoresdel Calvario, ¡ánimo!. ¡A morirpor Cristo! A mí me toca ani-maros y yo mismo me estimulocon vuestro ejemplo”.

El P. Nicéforo murió con elprimer grupo de religiosos el23 de julio de 1936 en Man-zanares (Madrid).

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Cuando S. Juan Mª Vianneyfue destinado a Ars, despuésde casi un día entero de viaje,al llegar a una colina vieron a

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En Cuaresma es posible caminar, con-vertirse al Señor, si la Cruz del Señorproyecta su Luz sobre nosotros y nosotrosnos dejamos alcanzar por ella. Sólo Jesúspuede hacer de nuestro corazón humano–a veces de piedra– un corazón nuevo,pascual, capaz de darse sin medida.

Por eso, no está de más recordar, en laCuaresma de este Año Sacerdotal, al BeatoP. Nicéforo y a sus veinticincocompañeros –la mayoría jóve-nes seminaristas– mártires enla guerra civil española.

No podemos detenernos enel grupo uno por uno, pero elamor a Cristo Crucificado yla entrega unánime de aque-lla joven Comunidad se aga-villa en su provincial: el P.Nicéforo. De él sabemos quenació en un pueblo de Palen-cia, el 17 de febrero de 1893.Entró muy joven en el Cole-gio de Peñafiel de los PP. Pa-sionistas y el 17 de junio de1916 fue ordenado sacerdote.Pasó años como misionero enMéjico y Cuba. Después, enEspaña, fundó conventos enBarcelona y Valencia. Fueelegido Provincial, y cuandose desencadenó la guerra ci-vil en España se encontrabade visita en las comunidadesde América. Regresó a Espa-ña, a pesar del peligro para

AÑO SACERDOTAL

“TúmehasenseñadoelcaminodeArs.Yoteenseñaréelcaminodelcielo” (Sto.CuradeArs).

Cura de Ars.

Page 15: CUARESMA, tiempo sagrado - PASSIOCHRISTI

Revista Pasionario/87

un muchacho. El santo cura le preguntódónde quedaba la aldea de Ars. El joven,amablemente, se ofreció a conducirle, yacompañó a S. Juan Mª hasta la casa-recto-ral. Cuando se despidió de él, el santo curale dijo: “Tú me has enseñado el camino deArs. Yo te enseñaré el camino del cielo”.

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El camino del Cielo pasa por la trave-sía de la cruz. Pero el Señor Crucificadoilumina y sostiene nuestro sufrimiento,nos asocia al suyo y la cruz es, entonces,no sólo un misterio de dolor sino un Mis-terio de amor.

A uno de los mártires de Daimiel, heri-do en un brazo, se lo pretendían amputar.Un día, le preguntaron si sufría mucho yrespondió: “Sí, pero soy pasionista”. Otro,sacerdote, –el P. Pedro– que pasó dos me-ses refugiado en una pensión antes de sumartirio, decía a la dueña de la misma:

“Si algunos nos saca para fusilarnos, ospedimos que a nadie guardéis odio o ren-cor por el mal que nos hacen. El Señor lopermite así para nuestra santificación”.

También del cura de Ars sabemos quedecía “He sido muy calumniado, se ha de-saprobado mucho mi conducta. ¡Oh!, hetenido cruces. Casi más de las que podíallevar. Y me puse a pedir el amor de lascruces. Entonces fui dichoso”.

De ahí que, el Papa Benedicto XVI, ensu carta con motivo del Año sacerdotal,señale la importancia de la cruz en lavida de S. Juan Mª Vianney. “Siempre quecelebraba tenía la costumbre de ofrecertambién su propia vida como sacrificio.¡Cómo aprovecha a un sacerdote ofrecersea Dios todas las mañanas!” Esta identifi-cación personal con el sacrificio de la cruzlo llevaba –con una sola moción interior–del altar al confesonario” (16-VI-2009).

✒ Sor Cati de la Trinidad, C.P.Oviedo

Pasionistas Mártires de Daimiel (C. Real).

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Virgen María, Reina del Clero,acompaña a todos los sacerdotesdel mundo.

Haz que sean guías firmas e ilu-minados para todos los fieles enco-mendados a su cuidado pastoral.

Suscita en cada sacerdote idea-les de donación total a Cristo y a laIglesia como los que inspiraron elpensamiento y la tarea del santoCura de Ars y de los Beatos márti-res de Daimiel.

Te pedimos, especialmente, Seño-ra y Madre nuestra, por los sacer-dotes y seminaristas de nuestraIglesia diocesana.

Por Jesucristo, nuestro Señor.Amén.

Page 16: CUARESMA, tiempo sagrado - PASSIOCHRISTI

Era pastor y, como tantas otras,también aquella noche estaba enel campo con sus ovejas. Salió del

redil y, a la luz de la luna y las estrellassegún su costumbre, al aire libre, se pusoa pensar envuelto en la oscuridad de lanoche.

“Muchas veces –decía– los fielessienten nostalgia y pena por no habervisto ni conocido personalmente a Je-sús. Y peregrinan a Tierra Santa paravisitar los lugares en los que él vivió,predicó su evangelio y realizó tantosmilagros”.

¡Cuánto daría él por encontrarse conalguien que hubiera sido testigo de algu-na de estas cosas! Pero han pasado yatantos años, tantos siglos... ¡Imposible!

Acostumbrado, como suelen hacer lospastores, a observar e interpretar los fe-nómenos del campo y en general de laNaturaleza, a aquel buen pastor se leocurrió levantar los ojos al cielo y, al con-

templar la luna y las estrellas, pensó:¡Pero si es la misma luna, si son las mis-mas estrellas! Ellas lo presenciaron tododesde el cielo, son testigos fieles de cuan-to Jesús hizo o le sucedió durante la no-che a lo largo de toda su vida, aun de re-sucitado.

Ellas vieron y oyeron a los ángeles y alos pastores en la por antonomasia “No-che Buena”, en la que nació Jesús. Y aMaría, y a José y... Aquella noche, laluna y las estrellas se vistieron de galay brillaron con un nuevo y más claro res-plandor.

Años más tarde, muchos años más tar-de, vieron a Jesús, ya mayor, separarse desus discípulos y de la gente y retirarse ala montaña para orar. Toda la noche, solo,en comunicación con su Padre Dios, de ro-dillas, postrado, de pie con los brazos al-zados hacia el cielo... ¡Cuánto me gusta-ría –les decía el pastor a la luna y las es-trellas– que me contáseis cómo hacía suoración Jesús!

PARA MEDITAR, AHORA EN CUARESMA

Revista Pasionario/88

Lo que vieron la luna y las estrellasLo que vieron la luna y las estrellas

Pastores de Belén.

Page 17: CUARESMA, tiempo sagrado - PASSIOCHRISTI

Revista Pasionario/89

El devoto pastor recordó también aque-lla noche tan especial en la que Jesús co-menzó su Pasión: la salida del Cenáculo,el caminar silencioso por las calles oscu-ras de Jerusalén, bajar la ladera, cruzarel torrente Cedrón, entrar en el huertocon sus discípulos (eran ya sólo once), lesdeja a la entrada, se interna más llevan-do consigo a tres, está triste, muy triste...Se separa también de estos tres, se postraen tierra, entra en agonía, suda sangre...Aunque era luna llena y el cielo estabatotalmente despejado, por la sombra quehacían los olivos, ni la luna ni las estre-llas pudieron apreciar todos los detalles,pero sí los goterones de sangre que llega-ban hasta el suelo. Presintiendo lo que le

estaba sucediendo a Jesús, también ellasse pusieron tristes, muy tristes, porqueoyeron: “Padre, si es posible, aparta de míeste cáliz...”.

Luna y estrellas,en lo alto del cielo,viendo así a Jesús,

¿no sentísteis miedo?

Luego vendría la traición y el prendi-miento. Pero no pudieron ver ya más, por-que a continuación todo sucedió dentro delos edificios: la casa de Anás, la de Caifás,el palacio del gobernador romano...

El pastorcito se sumergió entonces encuanto entendió que aquella no-che habrían visto la luna y lasestrellas. Y se entristeció tam-bién con Jesús... y con ellas. Y leentraron ganas de haber estadoallí para acompañar a Jesús,orar con él, hacerle compañía yservirle de consuelo ante tantatristeza y soledad.

El pastorcito preguntó luegoen qué había terminado todo esocon Jesús. No lo olvidará jamás.Le contaron que dos noches mástarde, la del sábado al domingo,vieron cómo unos ángeles delcielo corrieron la piedra de la en-trada al sepulcro y cómo Jesússalió de él otra vez vivo, gloriosoy triunfante. ¡Aquella sí que fueNoche Buena para Jesús, parasus seguidores, para la humani-dad y para toda la creación!

¿Qué se dijeron, qué sintieronal presenciar estos y otros acon-tecimientos de la vida de Jesúsla luna y las estrellas, esta mis-ma luna y estas mismas estre-llas que yo contemplo cada no-che en el cielo?

✒ Pablo García, pasionista

Jesús

en Getsemaní.

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Revista Pasionario/90

La fe cristiana es en esperanza, es de-cir que no tenemos fe si no esperamos,pero ¿qué esperamos? ¿en qué basamosnuestra esperanza? ¿ponemos nuestra es-peranza en cosas mundanas o va másallá?

Por supuesto que es legítimo y lógicoesperar que una enfermedad se cure, con-seguir un trabajo, y hasta que te toque lalotería. Pero esas esperanzas son compar-tidas tanto por el creyente como por el nocreyente. La esperanza que nos aportaJesús rompe los límites de este mundo;las anteriores pueden mejorar la vida,pero no la llevan a su plenitud, a su ple-na realización, eso se nos escapa de nues-tra imaginación. No sabemos cómo seráesa vida lograda y en plenitud, pues tieneun componente de novedad y de misterioque solo puede venir de las manos deDios. Es un regalo, una gracia, un don.Por eso no podemos conseguirlo ni pornuestros esfuerzos ni por méritos propios.

Esperanzasde corto alcance

Vivimos en una épo-ca donde la esperanzatiene poca cabida en elcorazón de las perso-nas. Sobre todo si setrata de esperanzas delargo alcance y amplioshorizontes, la única es-peranza que suele que-dar es la de estrechosmárgenes y tiempo li-mitado. Quizá sea porla desilusión que hanprovocado tantas uto-pías fracasadas a lolargo del siglo veinte.Haciendo un breve re-corrido por algunas de

CONOCER A JESUCRISTO. SU PALABRA Y SU MENSAJE

ellas, vemos que además de no cumplircon lo prometido han generado lo contra-rio en muchos casos. Una vez desestima-da la escatología cristiana por su “espiri-tualismo estéril” (porque su esperanza ladejaba exclusivamente para un más alláque nada tenía que ver con el aquí y aho-ra) surgieron utopías que se proponíancomo sustituto de la religión, así surgió elllamado “cientifismo” representado por el“círculo de Viena” y que se basaba en laciencia y tecnología como única esperan-za para la humanidad, ellas nos llevaríanal mejor mundo posible. La realidad eradefinida como un proceso que evolucionagracias a la técnica, pronto la persona de-jaba de importar, lo objetivo era lo que sedemostraba, así que lo subjetivo dejabade importar, lo que no se podía medir enlaboratorio no existía. Ante esta situaciónempezaron a surgir voces que advertíandel peligro de tal filosofía porque con ellose daría muerte no sólo a Dios sino tam-bién al hombre. Pasados los años la pro-

pia realidad se encargóde celebrar el funeraldel cientificismo. Su lu-gar lo ocuparon lasutopías de tipo neo-marxista que procla-maban que con su lu-cha conseguirían con-ducir la historia haciauna especie de socie-dad donde no habríadesigualdad, ni injusti-cias. ¿qué pasaba conlas víctimas?, paraellos no había reden-ción, ni sentido. Tam-poco contó con la reali-dad del pecado, pues elhombre siempre puedefallar, cometer violen-cia, ser egoísta. Ade-más ¿quién garantiza-

FEY ESPERANZA(CREER Y ESPERAR)

Page 19: CUARESMA, tiempo sagrado - PASSIOCHRISTI

Revista Pasionario/91

ba que una vez se llegara a dicha meta semantendría? El caso es que no se llegó ylas sociedades que intentaron llevar a lapráctica dicho camino acabaron trayendomás muerte, opresión y pobreza que laque prometían solucionar.

Cristo, fundamentode nuestra esperanza

Después de este repaso no es extrañoque nos encontremos en una sociedad don-de la gente huye de proyectos, de ideologí-as, de promesas. Este panorama ¿afecta ala esperanza cristiana? ¿nos estamos con-virtiendo en cristianos sin esperanza?Como ya he señalado anteriormente eso esuna contradicción porque la fe es en espe-ranza o no es. La fe espera que se cumplalo ya realizado en Jesús, pero que aún que-da por consumarse en nosotros y en elmundo. Por eso rezamos el “maranatha”:Ven Señor Jesús. La diferencia que pode-mos ofrecer al mundo con respecto a lasotras utopías es que nosotros tenemos lacerteza de la victoria del bien sobre el maly de la Vida sobre la muerte. Y ¿en qué ba-samos esa certeza? En Jesucristo, porquesabemos que en Él ya se ha cumplido loprometido por Dios. Por eso nuestra fe esen esperanza. Si esa es nuestra fe, hayuna serie de implicaciones para nuestravida diaria, porque incoherente sería espe-rar la plenitud de la vida y no dar vida, es-perar la Misericordia y no tenerla con losdemás, esperar la Justicia y ser injustos.Lo esperado obliga a que el que esperavaya en dicha dirección. Por eso más quehablar de la esperanza cristiana en otravida hay que hablar de esta vida, porquees la misma, pero llevada a su consuma-ción. Aquí, en nuestra vida actual, no es-tamos logrados, estamos incompletos, algoque se refleja hasta en el dinamismo denuestro deseo que es incolmable, siempredeseamos más, nunca satisfechos, porquecomo decía Agustín: “Nos hiciste, Señor,para Ti e inquieto estará nuestro corazónhasta que descanse en Ti”.

,Cristianos sin esperanza?

Sólo asegurándonos un destino así,Dios se muestra nuestro Padre, y el Espí-ritu Santo fuerza de vida sobre toda fuer-za. Y haciendo presente y creíble estapromesa, Jesús se muestra gran testigodel más hermoso testimonio, y nuestrohermano.

La esperanza aportada por Jesús es di-rigida a todos los hombres y mujeres ensu ser pleno, corporal y espiritual. No essimplemente esperanza para cosas suel-tas o individuales, porque se apoyará enque Dios ha inaugurado una nueva situa-ción en el mundo, un tiempo nuevo enque todos podemos empezar a ser llama-dos “hijos de Dios”, hermanos en un nue-vo ser. Es esperanza que confronta conlos límites del mundo superándolos.

✒ Juan Pedro Alcaraz M.

Cristo, nuestra esperanza.

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Revista Pasionario/92

La emisora de radioOnda Cero ha tenido ac-ceso al borrador del An-teproyecto de Ley de Li-bertad Religiosa quecontiene, entre otras co-sas, la retirada de loscrucifijos de los lugarespúblicos, pero contem-pla que las mujeres mu-sulmanas vayan a tra-bajar con velo. El Go-bierno quiere remitir alParlamento este ante-proyecto como muy tar-de en abril.

El Crucifijo no se po-drá poner en las aulasde escuelas públicas.Pero tampoco en cuarte-les, dependencias muni-cipales –incluidos salones de pleno–, juz-gados, hospitales y otros edificios públi-cos. Los funcionarios con cargo suficiente-mente alto como para tener despacho, sípodrán colocar en él –si lo desean– uncrucifijo. Pero no lo habrá en estanciasque sean compartidas o comunes. Las es-cuelas concertadas que lo deseen podránmantenerlo. En este caso, aunque tienentambién financiación pública, se da prio-ridad al ideario del colegio.

Los belenes y otros símbolos religiososarraigados en la sociedad, serán del ám-bito privado. En el caso de lugares públi-cos, la decisión dependerá de cada Admi-nistración, y, en caso de conflicto, decidiráen pleno. En cuanto a las procesiones, loscargos públicos podrán acudir a títulopersonal. O bien, dejando claro que vancorrespondiendo a una invitación de unaparroquia, de una hermandad o similar.

Esto abre la puerta aque les sea recomenda-ble aceptar, también, lainvitación a actos deotras confesiones.

En el caso de los aero-puertos, si se mantuvie-ran las capillas, se pro-moverá también en ellosuna sala para otras con-fesiones, aunque éstassean minoritarias, quepueda servir como ora-torio.

Por otro lado, el textorecoge el derecho quetiene toda mujer tra-bajadora musulmana–funcionaria o no– a lle-var el velo en su puestode trabajo. Podrán lle-

var el velo si lo desean y el anteproyectode Ley lo justificia en la idea de potenciaruna mayor «pluralidad» de credos. Laidea del Gobierno es asimismo potenciarlo que se califica como «símbolos civiles ycomunes de carácter cívico», en la mayorparte de lugares públicos, como la Consti-tución, la bandera, la imagen del Jefe delEstado, a fin de que la sociedad pueda di-ferenciar claramente entre lo civil y lo re-ligioso.

La ley quiere blindarse ante cualquierconflicto que pudiera surgir con el Tri-bunal Constitucional o ante la posibili-dad de que el Congreso de los Diputadoscreyera que este anteproyecto no seajusta a la ley. Por ello, se incluirá en elarticulado el derecho a la «objeción deconciencia», pero recogido exclusivamen-te en los términos que recoge la Consti-tución.

Los símbolos religiososLos símbolos religiosos, el Crucifijo, las imágenes sagradas, posiblemente de-saparecerían de las Escuelas y otros lugares públicos en España en un futuropróximo. Transcribimos de la revista “Ecclesia” la información al respecto.

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Revista Pasionario/93

La Conferencia Episcopal Checa emitióel pasado 5 de enero una declaración apropósito de la reciente sentencia del Tri-bunal Europeo de Derechos Humanos so-bre la retirada del crucifijo en una escue-la de Italia. El documento, difundido alinicio de su Asamblea Plenaria celebradaen Praga, sostiene que «la cruz, comoatributo cristiano fundamental, es al mis-mo tiempo un símbolo de la común he-rencia europea». El fallo del tribunal, di-cen los obispos, supone «una postura in-sensible hacia los sentimientos religiososde las naciones europeas, sus tradicionesy la cooperación internacional en el sec-tor de la asistencia sanitaria y de la ayu-da humanitaria y social en la Cruz Roja».

Como se recordará, la sentencia delTribunal Europeo de Derechos Humanoscausó estupor, perplejidad y tristeza enItalia, cuyo gobierno recurrió el fallo, que

data del 3 de noviembre. El ParlamentoEuropeo debería haber tratado el asuntodel recurso el pasado 17 de diciembre,pero aplazó el tema para más adelante.

Los obispos italianos dijeron tras cono-cer el dictamen que éste «ignora o descui-da el múltiple significado del crucifijo,que no sólo es un símbolo religioso, sinotambién un signo cultural».

Ahora son los obispos checos los quedenuncian que, al llamar a quitar la cruzde la vida pública y social, el TribunalEuropeo de Derechos Humanos está con-tradiciendo el objetivo fundamental delConsejo de Europa y de la ConvenciónEuropea, que no es otro que el de «alcan-zar una mayor unidad entre sus miem-bros para salvaguardar y realizar los ide-ales y principios que representan su he-rencia común y favorecer su progreso eco-nómico y social».

Pero, ¿por qué les estorbael Crucifijo?

Pareciera estorbar el Crucifijo a muchos. Cabría aquí el reproche del profeta,referido a Cristo: “Pueblo mío, ¿qué te he hecho?” En otros confines y en otrasinstancias, no tanto. Siempre hay, y aquí también, quien defiende con razones só-lidas su presencia. He aquí algunos datos más:

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JESUCRISTO, JUSTICIA DE DIOSMensajedeBenedictoXVIparalaCuaresma2010,centradoenlafrasepaulina«lajusticiadeDiossehamanifestadoporlafeenJesucristo» (Rom3,21-22)

LA PALABRA DEL PAPA

Queridos hermanos y hermanas:Cada año, con ocasión de la Cuaresma,

la Iglesia nos invita a una sincera revi-sión de nuestra vida a la luz de las ense-ñanzas evangélicas. Este año quiero pro-poneros algunas reflexiones sobre el vas-to tema de la justicia, partiendo de laafirmación paulina: “La justicia de Diosse ha manifestado por la fe en Jesucristo»(Rom 3, 21-22).

Justicia:«darecuiquesuum»

Me detengo, en primer lugar, en el sig-nificado de la palabra «justicia», que en ellenguaje común implica «dar a cada unolo suyo» –«dare cuique suum»–, según lafamosa expresión de Ulpiano, un juristaromano del siglo III.

Sin embargo, esta clásica definiciónno aclara en realidad en qué consiste «losuyo» que hay que asegurar a cada uno.Aquello de lo que el hombre tiene másnecesidad no se puede garantizar porley. Para gozar de una existencia en ple-nitud, necesita algo más íntimo que sele puede conceder solo gratuitamente:podríamos decir que el hombre vive delamor que solo Dios, que lo ha creado a

su imagen y semejanza, puede comuni-carle. Los bienes materiales, ciertamen-te, son útiles y necesarios (es más, Jesúsmismo se preocupó de curar a los enfer-mos, de dar de comer a la multitud quelo seguía y sin duda condena la indife-rencia que también hoy provoca lamuerte de centenares de millones de se-res humanos por falta de alimentos, deagua y de medicinas), pero la justicia«distributiva» no proporciona al ser hu-mano todo «lo suyo» que le corresponde.Este, además del pan y más que el pan,necesita a Dios. Observa San Agustín: si«la justicia es la virtud que distribuye acada uno lo suyo... no es justicia huma-na la que aparta al hombre del verdade-ro Dios» (De Civitate Dei, XIX, 21).

¿Dedóndevienelainjusticia?

El evangelista Marcos refiere las si-guientes palabras de Jesús que se sitúanen el debate de aquel tiempo sobre lo quees puro y lo que es impuro: «Nada hayfuera del hombre que, entrando en él,pueda contaminarle; sino lo que sale delhombre, eso es lo que contamina al hom-bre... Porque de dentro, del corazón, de

Los niños pobres, víctimas también

de nuestras injusticias.

Revista Pasionario/94

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Revista Pasionario/95

los hombres salen in-tenciones malas» (Mc7,15;20-21).

Más allá de la cues-tión inmediata relativaa los alimentos, pode-mos ver en la reacciónde los fariseos una ten-tación permanente con-tra el hombre: la deidentificar el origen delmal en una causa exte-rior.

Muchas de las ideolo-gías modernas tienen, sinos fijamos bien, estepresupuesto: dado quela injusticia viene «defuera», para que reine lajusticia es suficiente coneliminar las causas ex-teriores que impiden supuesta en práctica. Estamanera de pensar –ad-vierte Jesús– es ingenuay miope. La injusticia,fruto del mal, no tieneraíces exclusivamenteexternas, tiene su origenen el corazón humano,donde se encuentra elgermen de una misterio-sa convivencia con elmal. Lo reconoce amar-gamente el salmista:«Mira, en la culpa nací, pecador me conci-bió mi madre» (Sal 51,7). Sí, el hombre esfrágil a causa de un impulso profundo,que lo mortifica en la capacidad de entraren comunión con el prójimo. Abierto pornaturaleza al flujo del compartir, sientedentro de sí una extraña fuerza de grave-dad que lo lleva a replegarse en sí mismo,a imponerse por encima de los demás ycontra ellos: es el egoísmo, consecuenciade la culpa original. Adán y Eva, seduci-dos por la mentira de Satanás, aferrandoel misterioso fruto en contra del manda-miento divino, sustituyeron la lógica deconfiar en el Amor por la de la sospecha yla competición; la lógica del recibir, del es-perar confiados los dones del Otro, por lalógica ansiosa de aferrar y del actuar porsu cuenta (cf. Gn 3,1-6), experimentando,como resultado, un sentimiento de inquie-

tud y de incertidumbre.¿Cómo puede el hombreliberarse de este impulsoegoísta y abrirse alamor?

Cristo,justiciadeDios

Se entiende, entonces,cómo la fe no es un he-cho natural, cómodo, ob-vio: hace falta la huma-nidad para aceptar te-ner necesidad del Otroque me libere de lo«mío», para darme gra-tuitamente lo «suyo».Esto sucede especial-mente en los sacramen-tos de la Penitencia y dela Eucaristía. Gracias ala acción de Cristo, noso-tros podemos entrar enla justicia «más grande»,que es la del amor (cf.Rom 13,8-10), la justiciade quien en cualquiercaso se siente siempremás deudor que acree-dor, porque ha recibidomás de lo que podía es-perar.

Precisamente por lafuerza de esta experiencia, el cristianose ve impulsado a contribuir a la for-mación de sociedades justas, donde to-dos reciban lo necesario para vivir se-gún su propia dignidad de hombres ydonde la justicia sea vivificada por elamor.

Queridos hermanos y hermanas: laCuaresma culmina en el Triduo Pascual,en el que este año volveremos a celebrarla justicia divina, que es plenitud de ca-ridad, de don y de salvación. Que estetiempo penitencial sea para todos loscristianos un tiempo de auténtica con-versión y de intenso conocimiento delmisterio de Cristo, que vino para cumplirtoda justicia. Con estos sentimientos, osimparto a todos de corazón la bendiciónapostólica.

Vaticano, 30 de octubre de 2009

La Paz,

obra

de la

justicia.

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Revista Pasionario/96

¿NO SE TE HA PASADO POR LA CABEZA SER SACERDOTE

SI DIOS TE LLAMA...? (Carta abierta a un joven)

AÑO SACERDOTAL

CRISTO Y LA JUVENTUD:UN CUESTIONARIO VOCACIONAL

1. No hay cristianismo sin Cristo:mi ser cristiano se mide por la calidadde mis relaciones con Cristo: ¿cómoson éstas? ¿Quién es Cristo para mí?¿Qué dicen de Él los jóvenes de tu en-torno? Si conoces la persona de Cristo,su doctrina y, sobre todo, su testimo-nio de vida en coherencia hasta el fi-nal, hasta dar su vida por nosotros.

2. ¿Has hecho alguna vez explíci-tamente la resolución fundamentalde seguir a Cristo generosamente?Un joven decía a otro: “no dudes endar el paso: Él no te va a pedir ni mu-cho ni poco, sino todo”.

3. ¿A qué edad tomaste alguna re-solución por la fe, en qué aconteci-miento concreto, a través de qué per-sona o comunidad, a solas o estandocon amigos?

4. Por el bautismo somos hijos deDios Padre, miembros de Jesucristo,animados por el Espíritu Santo, quees Espíritu de amor (Carta a los Ro-manos 5,5). ¿Dónde tienes puesta tuilusión? ¿Cuál es el centro y la clavede tu vida?

5. Por la confirmación –si la hasrecibido– estamos más y más incor-porados a la Iglesia, como conseje-ros y colaboradores. ¿Tomas parteen los duros trabajos del Evangelio,

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Revista Pasionario/97

a favor de los pobres y los que te ne-cesitan, que son muchos? Si no hasrecibido la confirmación ¿quieresejercer un acto de valentía y dar tunombre en la parroquia para el gru-po de jóvenes que se están prepa-rando a ello? ¿Cuál podría ser tucompromiso eclesial en la cateque-sis, en la pastoral de juventud, en elámbito social?

6. El seguimiento de Cristo puedetener altibajos, atravesar por nubesnegras, incluso ser acosado por el pe-cado: ¿has descubierto el significadopositivo del sacramento de la confe-sión, [reconciliación]? Si no, ¿qué cali-dad interior tiene tu vida, qué erespor dentro?

7. ¿Perteneces a algún grupo dejóvenes o comunidad cristiana paracompartir la fe y ayudarse mutua-mente a vivir y convivir la fe?

8. Si te encuentras con Cristo enla Eucaristía, donde el Señor nosdice: “Esto es mi cuerpo, entregadopor vosotros: haced esto en memoriade mí”. ¿Escuchas a Cristo en su Pa-labra? ¿Te preparas y participas conilusión? Unos y otros, sacerdotes y jó-venes (todos) hemos de poner lo mejorde nosotros mismos para que nues-tras misas sean celebraciones gozosasy festivas, también comprometidas.

9. ¿Qué rupturas y qué renunciascomporta el seguimiento total y deci-dido a Cristo? ¿Y la misión que quie-re Él concederte? Si sigues a Cristo ono, si le sigues con totalidad y pronti-tud, incluso con gozo.

10. ¿Cuál es tu proyecto de vida?¿Y tu vocación? ¿Lees y meditas elEvangelio a este respecto?

✒ José Luis Larrabe(especial para “Revista Pasionario”)

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José descubre desconcertado el embarazode María y no pudiendo culparla de nada,“Toma la resolución de repudiarla en ese se-creto”, Mt. 1, 19, y fue entonces, cuando el An-gel del Señor le dijo: “José, hijo de David, notemas recibir en tu casa a María, tu esposa,pues lo concebido en ella, es obra del EspírituSanto. Dará a luz un Niño y le pondrás pornombre Jesús; porque salvará a su pueblo desus pecados”, Mt. 1, 20.

José dio fe a las palabras del Angel, e “Hizocuanto el Angel le había mandado, y recibió ensu casa a María, su esposa, la cual, antes deque la hubiera conocido, dio a luz a un Hijo aquien puso por nombre Jesús, Mt. 1, 24 – 25.

Jesús quiso nacer de una Madre Virgen,como estaba profetizado, Is. 7, 14, y quiso tam-bién encontrarse, al nacer, con un Padre capazde amarle y de cuidarle como a un hijo.

Jesús, María y José, entran de lleno en elúnico e idéntico decreto divino que establecela Redención de los hombres, Gen. 3, 15.

MARÍA ESPOSA DE JOSÉ

San Lucas nos presenta María, en el mo-mento de la Anunciación, como una mujer vir-

MARÍA, ESPOSA DE JOSÉ Y MADRE DE CRISTO

MARÍA Y JOSÉ, FIELES AL PLAN DESALVACIÓN DE DIOS

Me imagino a María, entrando feliz en lacasa de José, su esposo, en Nazaret, cuando yael Angel del Señor le había revelado el miste-rio de la Concepción del Verbo de Dios en suseno virginal.

María estaba casada con José, conforme alrito y costumbres del pueblo judío en aquelentonces; pero todavía no habían convividojuntos, cuando recibió el anuncio del ángelSan Gabriel de que el Verbo de Dios se iba aencarnar en su seno por obra del EspírituSanto.

María, deseosa de cumplir siempre y entodo la voluntad de Dios, le respondió al án-gel: “He aquí la esclava del Señor. Hágase enmí según tu palabra”, Lc. 1, 35, y en aquel mo-mento concibió en su seno y comenzó a ser laMadre del Salvador de los hombres.

María piensa en José, su esposo, y deja enmanos de Dios la revelación de un misterioque es de Dios y puede hacer cuanto estimenecesario a favor de ella y del Niño.

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gen y desposada con José: “En el sexto mes,fue enviado el ángel Gabriel, de parte de Dios,a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, auna virgen, desposada con un varón llamadoJosé, de la casa de David. El nombre de la Vir-gen era María”. Lc. 1, 26-27.

De igual manera, San Mateo, al presentar-nos la genealogía de Jesús, nos prueba cómoen José, se cumplen legalmente las profecíasde que el Mesías habría de ser descendientede David: “Y Jacob engendró a José, el esposode María, de la cual nació Jesús, llamado Cris-to”, Mt. 1, 16. Y nos describe el hecho de la si-guiente manera: “La concepción de Jesucristofue así: Estando desposada María, su madre,con José, antes de que conviviesen juntos, sehalló haber concebido María, por obra del Es-píritu Santo.

José, su esposo, siendo justo, no quiso de-nunciarla y resolvió repudiarla en secreto.

Mientras reflexionaba sobre esto, el Angeldel Señor le dijo: José, hijo de David, no temasrecibir en tu casa a María, tu esposa, pues loconcebido en ella es obra del Espíritu Santo.Dará a luz un hijo a quien pondrás por nom-bre Jesús, porque salvará a su pueblo de suspecados”, Mt. 1, 18-21.

“Al despertar de su sueño, hizo como el An-gel del Señor le había mandado, recibiendo ensu casa a su esposa la cual, sin que antes lahubiera conocido, dio a luz un Hijo y le pusopor nombre Jesús”, Mt. 1, 24.

Vemos, por tanto, a María y a José, unidosen matrimonio virginal y predestinados, porDios, para ejercer los oficios de padres, con suHijo Jesús, como expresamente se lo habíamandado el Angel del Señor.

María es su Madre de verdad, y por eso lallamamos “Madre de Dios”, y José es padre delNiño Dios; porque es el digno esposo de Ma-ría, su madre, y por haber sido predestinadopara su misión de padre.

JOSÉ Y MARÍA CON JESÚSEN NAZARET

Jesús es conocido como Jesús de Nazaret ycomo Hijo de José de Nazaret es presentadoJesús, por el apóstol Felipe a Natanael:

“Hemos hallado a Aquel de quien escribie-ron Moisés y los Profetas, a Jesús, hijo de Joséde Nazaret”, Jn. 1, 45.

En su casa de Nazaret recibió José la feliznoticia de que María, su esposa, había con-cebido al Mesías de Dios, por obra del Espí-ritu Santo, y en su casa la recibe, exultante

de gozo, deseoso de ofrecerles tanto a Ellacomo al Niño todo su amor y sus mejorescuidados.

De Nazaret parten para empadronarse enBelén y a Nazaret vuelven después de la pu-rificación de María: “Cumplidas todas las co-sas, según la Ley, se volvieron a Galilea, a laciudad de Nazaret”, Lc. 2, 39.

De Nazaret salieron, por tanto, para Egipto,cuando Herodes buscó al Niño para matarle,Mt.3, 13, y a Nazaret volvieron después, cuan-do el ángel le avisó a José que ya habíanmuerto cuantos buscaban al Niño para matar-lo: “Y advertido en sueños, se retiró a la regiónde Galilea yendo a habitar una ciudad llama-da Nazaret, para que se cumpliese lo dichopor los profetas, que sería llamado Nazareno”,Mt. 2, 23.

Cuando el Niño hubo cumplido los 12 años,subió con sus padres a Jerusalén, para cele-brar la fiesta; y el Niño se quedó en el templo,sin que lo advirtieran sus padres.

Después de tres días de angustiada y pre-ocupante búsqueda, sus padres, María yJosé, lo encontraron hablando con los docto-res, y el Niño, después de haberles dicho quedebía ocuparse de las cosas del Padre, se fuecon ellos al pueblo: “El Niño bajó con ellos yvino a Nazaret y les estuvo sujeto, y su Ma-dre guardaba todas esas cosas en el cora-zón”. Lc. 2, 51.

Así vivió Jesús en Nazaret hasta la edad de30 años, bajo la autoridad de sus padres, ha-ciendo que su casa, se convirtiese en casa deDios, de amor y de paz para todos. Jesús obe-deciendo a sus padres, sabe que está obede-ciendo a Dios, y María y Joséidentificados con la causa de Re-dentor, nos están diciendo que conJesús lo tenemos todo.

✒ P. Eutiquio López, C.P.

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Revista Pasionario/100Revista Pasionario/100

■ Desde Valencia. Mi hija quedóen estado de su primer retoño. Al pocode esta feliz noticia, que llenó de ale-gría a toda la familia, le fue detectadoun tumor maligno. A la alegría, siguie-ron entonces los llantos. Yo me aferré,una vez más, a Santa Gema, mi amigade siempre. Lo cierto que, al tercer aná-lisis, no había nada de tumor. Para mí,fue un auténtico milagro. Nunca faltoen su santuario todos los 14, desde haceya muchos años.

Juliana Mendoza, Valencia ■

■ Santa Gema, te doy gracias porel favor concedido, que tu bien conoces.Sigo acudiendo a tu Santuario. Hoy, tepido que ayudes a mis hijos, a todos los-míos.

Una devota, León ■

■ Mi agradecimiento no tiene lí-mites, Gema. Tú me has taído la tran-quilidad y la ayuda que tanto necesita-ba. Doy gracias a Dios pro la suerte quetuve, hace más de 20 años, de que al-guien me hablara de ti. Ojalá tuviera-más cerca tu santuario, pues en él, contu cercanía, ¡me siento tan feliz!

Lourdes R., Benavente ■

■ Gracias, Gema, pues siempre tehe sentido cercana, lo mismo que mimarido y mis hijos.

Una devota tuya, Madrid ■

■ Santa Gema, acoge las súplicas yagradecimientos de cuantos te invocany te agradecen ■

¿Tieneustedalgodeinterésquecomunicar-nos acerca de Santa Gema? Por ejemplo,cultosensupueblooparroquia,fotos,etc.Háganoslo llegar y lo publicaremos en su“RevistaPasionario”.

Gracias

SANTUARIO DE SANTA GEMARINCÓN FAMILIAR

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Revista Pasionario/101

Como en tantas ocasiones, eldescubrimiento de los antide-presivos fue fortuito. En 1950tratando a pacientes con tuber-culosis se les administró ipro-niazida, que mejoraba su esta-do anímico y les ayudaba a su-perar la tristeza. Diez años des-pués aparecieron los primerosfármacos de este tipo. Actual-mente, a nivel mundial, las de-presiones afectan a más de 120millones de personas en occi-dente y a cerca del 10% de losespañoles. En España se consu-men anualmente 23 millonesde estos medicamentos. Muchosde ellos se toman inútilmente, ya que estándiseñados para depresiones muy graves, nopara estados transitorios de apatía, desáni-mo o desencanto. Los síntomas más comu-nes asociados a la depresión son la tristeza,pérdida de interés y la apatía.

En una primera fase de la administraciónlas consecuencias de su uso derivan en es-tados de sedación y pérdida de vitalidad. Elapetito, el sueño y la energía se elevan an-tes que el estado anímico. Los efectos se-cundarios en algunos pacientes son varia-dos: aumento de la frecuencia cardíaca y delos niveles de colesterol, disfunción sexual,supresión de la fase REM del sueño, au-mento de sueños vividos, incluso de pesadi-llas. Algunos de ellos pueden provocar ner-viosismo, náuseas y dolor de cabeza. Medici-nas alternativas como la hierba de SanJuan o la acupuntura van teniendo cada vezmás seguidores. También se han usado lossuplementos dietéticos como antidepresivosnaturales o el 5-HTP, que crea serotonina.Todos ellos necesitan de estudios más deta-llados para obtener conclusiones con funda-mento.

Una persona puede decidir hartarse afármacos y dar vueltas y vueltas a sus des-gracias o poner los medios para reaccionar ysobreponerse sin llenarse el estómago y lamente con productos innecesarios. A aque-llos que realmente los necesiten se los rece-tará su médico, pero nada de automedicarsey creer que una mala racha es un pozo sinfondo.Algunos consejos de sentido común y prácti-cos pueden ayudar a superar etapas calami-

tosas: Abre las puertas y dejapasar las circunstancias posi-tivas, te ayudará a “ventilarla casa de pelusas, malos olo-res y fantasmas inexisten-tes”. Quedarse rumiando lasdesgracias personales nohace sino enredar la madejaen la que nos encontramos,un buen corte a tiempo quitamuchos nudos. Es necesariorespirar hondo, sentir que elaire que corre por tus pulmo-nes te da vida, sé agradecidopor ello. Relájate, deja que tumente descanse. No gastesenergías de forma innecesa-

ria dando vueltas a las cosas. Saca del ar-mario las ilusiones del pasado, es el mo-mento de comprar ropa nueva y engalanar-se. Ver la botella medio llena es una formapositiva de afrontar la realidad. ¿De qué nossirve verla medio vacía? No seas excesiva-mente crítico ni exigente contigo mismo, sillamas a la autoestima vendrá acompañadadel ánimo. Reconócete y acéptate como eres,eso te llevará a seguir construyendo tu casa.En ese proceso debes aceptar la tristeza, lapena y el sufrimiento como parte del cami-no que hay que recorrer. Emociónate y sién-tete vivo, no caminando hacia la muerte. Si-gue firme con tus principios, aquellos que tehacen ser tú. Dales una capa de barniz por-que deben relucir de nuevo. Sácales brillo.Eso te ayudará a reafirmarte. Sé un poco“torero”. Aquello que llevas tiempo evitandosigue ahí. Cuanto más tardes en coger el ca-pote y darle un par de pases, más estará entu ruedo y no en los corrales, que es dondedeben estar. Cómprate una diana. Cuandoseas capaz de apuntar hacia ella y lanzarlos dardos buscando un objetivo concreto,subirá tu puntuación. Mira hacia dóndequieres ir y lánzate. Debes cuidar tu entor-no y a aquellos que te rodean. Déjate que-rer, es una de las mejores medicinas. Si cre-es que hay alguien al que no le gusta vertederrumbado, pídele ayuda para ti y .... paralos demás; que no nos deje, ninos dejemos caer en la depre-sión y nos libre del mal. Amén.

✒ Juan Carlos Prieto [email protected]

“No nos dejes caer en la depresión”

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Los chicos de mi Colegio (San Gabriel,en Alcalá de Henares) lo habían oído

contar y cantar muchas veces: “La pazque estás buscando la regala Dios”. Fueprecisamente uno de los antiguos profe-sores de aquí (padre Joaquín Santos)quien inventó la canción:

Tus manos son palomas de la paz.Puedes tener la suerte de encontraren tus manos palomas de la paz.

Y aquel jueves, 28 del mes de diciem-bre último, los escolares se lanzaron a laplaza del Colegio después de haber dibu-jado en placas de corcho mensajes en sonde paz. Cantaban, rezaban por la paz delmundo y escuchaban la parábola de losdos elefantes:

“Hace ya mucho tiempo, todos los ele-fantes del mundo eran o negros o blan-cos. Amaban a los demás animales, perose odiaban entre sí, por lo que ambosgrupos se mantenían apartados: los ne-gros vivían a un lado de la jungla y losblancos en el lado opuesto. Un día, loselefantes negros decidieron matar a to-dos los elefantes blancos, y los elefantesblancos decidieron matar a todos los ele-fantes negros. Los elefantes de ambosgrupos que querían la paz se internaronen lo más profundo de la selva. Y nuncamás se les volvió a ver. Comenzó la ba-

talla. Y duró mucho, mucho tiempo. Has-ta que no quedó ni un solo elefante vivo.Durante años no se volvió a ver a nin-gún elefante sobre la Tierra. Hasta queun día, los nietos de los elefantes pacífi-cos salieron de la jungla. Eran grises.Desde entonces los elefantes han vividoen paz”.

Los niños mayores entendieron el men-saje. Los más pequeños aplaudían porquehabían visto en el rostro de los mayoresdibujarse una sonrisa.

De repente alguien miró al cielo. Allímismo en la plaza, sobre nuestras cabe-zas, sobrevolaban majestuosas las cigüe-ñas. El cielo era de un azul intenso y laOración por la Paz se había vuelto másapremiante y más festiva. Invitados porlos pájaros, alzamos los ojos sin dejar derezar. Porque arriba, más allá de las aves,nos escuchaba Él, nuestro Padre que estáen los cielos.

Ahora se acercaban al micrófono dosalumnos mayores.

Alternando, nos brindaban propuestasde esperanza. “Si crees que la sonrisa esmás fuerte que las armas. Si crees en elpoder de una mano tendida. Si crees quelo que aúna a los hombres es más fuerteque lo que les separa…

Danos la paz

OTRA JUVENTUD

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Y nosotros respondíamos en voz alta ycon mucha fe: Entonces tú puedes conse-guir un mundo de paz.

Éramos más de mil. De repente nota-mos que se apoderaba de todos nosotrosun hondo estremecimiento cuando pormegafonía nos llegó la felicitación.

Os felicito a vosotros, los no violentos,los que tenéis la paz en el corazón, losque amáis a la familia, a los amigos, alos cercanos. Pero más felices aún si soiscapaces de amar a vuestros propios ene-migos.

Ellos, los más pequeños, se colgaron lapalabra mágica al cuello. Seguían los ma-yores haciendo promesas: La Paz vendrási estimas que debes dar el primer pasopara acercarte al otro. Si puedes alegrar-te de la alegría de tu vecino. Si la miradade un niño puede todavía desarmar tu co-razón. Si la injusticia que padecen losotros te duele tanto como la que tú sufres.Si crees que el perdón va más allá que lavenganza.

Los pequeños brindaban a su mane-ra por la Paz. Sin dar voces, sin moverlas manos. Aquellas caras de ángeles sereflejaban en el cartel colgado al cue-llo. Se leía lo mismo en ambas escritu-ras: PAZ.

Estoy seguro. Aquella mañana fríade diciembre tampoco se perdió el es-pectáculo el fraile que en su día inven-tó la canción. Todos los años, desde en-tonces, en la Plaza de Cervantes, aquíen Alcalá de Henares, repetimos la es-trofa:

No dejes que el rencordestruya tu ilusión,

que el odio se despiertecuando nace el sol;

tú puedes conseguir,viviendo en libertad,

un camino a la nueva humanidad.

Lo hemos celebrado en el Colegio esteaño como en los anteriores. Nos habíanpasado el slogan: “Pon letra a la Paz”. Es-tamos muy tranquilos. Pusimos letra,música y el candor de unos án-geles disfrazados de niños.

✒ Alberto [email protected]

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El Colegio San Gabriel de Quito es he-redero del primer colegio jesuita fun-

dado en Quito en 1587. Después de su ex-pulsión en 1767, los jesuitas volvieron aEcuador en 1850. En 1862, el PresidenteGabriel García Moreno dispuso la nuevafundación en los mismos locales del anti-guo colegio, y en recuerdo del Presidentese llamará Colegio San Gabriel.

HISTORIA

El prestigio del Colegio de los jesuitasera bien acreditado con buenas instala-ciones, biblioteca, gabinetes de física yquímica y zonas deportivas. Llegó a tener400 alumnos, además de internado paraalumnos de fuera de la capital ecuatoria-na. Con el asesinato del Presidente Gar-cía Moreno la política giró hacia un libe-ralismo revolucionario. El Colegio SanGabriel perdió la categoría de colegio ofi-cial con muchos ataques a los cristianos ya la educación religiosa en unos tiemposduros, a los niños los dejaban sin educa-ción religiosa con muchos atropellos ofi-ciales contra la Iglesia, sin embargo, aun-que sin titulación posible, el colegio conti-nuó su marcha educativa. Así se llega alaño 1906.

EL CUADRO

Unos años atrás los jesuitas lo compra-ron a un vendedor, venía de una impren-ta francesa. Es una oleografía con la ima-gen de Nuestra Señora de los Dolores conel corazón visible traspasado por sietepuñales, en la mano izquierda conservalos tres clavos de la cruz, y con la derechaestrechando sobre su pecho, la corona deespinas. La imagen tiene una expresiónde serenidad y bondad, unas lágrimascaen sobre sus mejillas. Mide 52 centíme-tros de largo y 40 de ancho.

EL PRODIGIO

En 1906 los alumnos internos son 36entre 10 y 17 años, de varios cursos y dis-tintas provincias ecuatorianas, a su cargoel Padre Andrés Roech, jesuita francés y

el Hermano Luis Alberdi, español. El 20de abril hacen una excursión al volcán Pi-chincha; al regresar, tras un rato de estu-dio, bajan a cenar. El comedor tiene 13metros de largo y 7 de ancho, con buenaluz eléctrica y unas láminas colgadas enla pared. Una de ellas es la Dolorosa. Enla mesa más cercana a ella tres chicos vencómo la imagen mueve los párpados, abrey cierra los ojos. En un momento todos, 38personas, alumnos y maestros, ven el pro-digio que dura quince minutos. Mucho dioque hablar el prodigio, se nombró una co-misión que estudió a los niños, al Padre yal Hermano, y, finalmente desde Roma seafirmó la veracidad de los hechos, el pro-digio real de la Virgen Dolorosa.

TESTIMONIOS

“Lo vi con toda claridad y seguridad,fui de los primeros, y después de haberloconstatado, advertí a los demás. No es

EL PRODIGIO DE LA DOLOROSA DE QUITO

La imagen de la Madre Dolorosa.

POR LOS CAMINOS DEL MUNDO

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Revista Pasionario/105

equivocación ni pura ilusión porque si asífuera no lo habríamos visto todos a untiempo y estábamos a muy poca distan-cia”. Este fue el relato de Pedro Donoso,alumno. El Padre Roeh declaró: “Me acer-qué cerciorándome de que las lámparaseléctricas no se movían o si algún efecto sereflejara en la imagen. Rodeado de alum-

nos, fijé mi mirada en sus ojos y vi clara-mente cómo la imagen de la Virgen cerra-ba y abría sus ojos, lo hacía lentamente,sentí un escalofrío que recorría todo micuerpo, viendo sin poder dudar que laimagen cerraba y abría efectivamente losojos”. El Hermano Alberdi declaró: “Está-bamos en el comedor cuando uno de losniños de la primera mesa vino a avisarque la Virgen del cuadro estaba moviendolos ojos, y nos acercamos al cuadro concierta frialdad, por lo menos yo, y no sédar cuenta de lo que pasó, era increíble:¡La Virgen Dolorosa abría y cerraba losojos!”.

Ciertamente estaba ocurriendo algoextraordinario, prodigioso. Pero, ¿cómoexplicar aquello inexplicable, que vieron36 colegiales, un Padre, un Hermano yvarios sirvientes de la cocina?

¿POR QUÉ Y PARA QUÉ?

El sentimiento unánime de todo el pue-blo creyente ecuatoriano, desde sus obis-pos, pastores, religiosos y laicos, todoscreyeron que la Madre Dolorosa quisomostrar su preocupación y dolor por losabusos cometidos en plena campaña anti-cristiana que se abatía sobre la religiosi-dad de Ecuador, sobre todo, defender laeducación cristiana y a los niños.

EFECTOS DEL PRODIGIO

La fe de todo un pueblo se iluminócon entusiasmo, hubo grandes manifes-taciones populares abrazando la imagende la Virgen, el liberalismo anticlericalamainó, las leyes y los gobiernos recu-peraron el respeto a la Iglesia. Desde1906 hasta nuestros días la fe en la Ma-dre Dolorosa llena los corazones senci-llos de Ecuador. En 1956 se celebraronlas Bodas de Oro del prodigio y por de-creto pontificio del Papa Pío XII se con-cedió la coronación canónica de la Ma-dre Dolorosa; más tarde, el Papa JuanPablo II la declaró Patrona de la Educa-ción de la Juventud.

✒ José Fernández del Cacho

Moderno Santuario de la Madre Dolorosa

del Colegio San Gabriel en Quito (Ecuador)

inaugurado en 1978; y altar mayor donde

se encuentra la imagen de la Virgen.

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Revista Pasionario/106

Beca a Santa Gema Galgani(En memoria del Padre Leandro G. Monge, Pasionista)

Agradecen y piden Favores a Santa Gema

Descansan para siempre en el Señor

Ángela Padorno (Madrid) 20 €Eutiquia Cimas (Madrid) 25 €Rosario Navas Arroyo (Madrid) 05 €Dolores Cabrera Correa (Madrid) 05 €Flia. Sánchez (Madrid) 10 €Una devota (Madrid) 20 €Varias devotas (Vicálvaro, Madrid) 20 €Isabel Cena (La Torre de Esteban Hambrán, Toledo) 03 €Pilar Aguado Caro (La Torre de Esteban Hambrán, Toledo) 08 €Josefina García Nieto (Madrid) 05 €Gema Boronat de Catalá (Javea, Alicante) 35 €

Esta Beca se destina a la formación de jóvenes aspirantesal sacerdocio y a la vida pasionista,

en España y América. Colaboradores y amigos de nuestras Misiones,¡muchas gracias!

Eva Campanero Martínez (Madrid), Lucía Fernández Cam-panero (Madrid), Justa Torres (Madrid), Carmen Delgado(Madrid), Inés María Sánchez (La Cumbre, Cáceres), JosefinaGarcía Nieto (Madrid), Angelina Sánchez (La Cumbre, Cáce-res), Ana María López Molina (Lucena, Córdoba), Lola Mira-lles (Villar del Arzobispo, Valencia), Mª Lourdes Garde Varo-na (Burgos), Juanita Borrero (Valencia), Laurentina Sancho(Zaragoza).

Cuantos agradecen y piden favores a Santa Gema, si desean salir en esta página,deben dirigirse a REVISTA PASIONARIO, C/ Leizarán, 24. 28002. Madrid.

Fermín Palomo Arroyo (Ávila), Patro Fernández Montes(Herencia, C. Real), Constantino de la Torre Viloria (SantaMarina de Torre, León), Francisco José Fuentes (Huelva), Ra-fael Romero Illana (Huelva), Fidela Mangas (Mieres, Astu-rias), Angelines de las Heras (El Espinar, Segovia), Isabel MollFrasquet (Alquería de la Condesa), Otilia Moreno (La Cumbre,Cáceres), José Luis León Lozano (Madrid), Magdalena Almi-rón Meléndez (Córdoba).

Por su eterno descanso celebramos la Santa Misaen el Santuario el último sábado de mes a las seis de la tarde.

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APRENDER DE LOS NIÑOS

Hace algún tiempo un hombre rega-ñó a su hija de 5 años por desperdiciarun rollo de papel dorado para envolverregalos.

Estaban muy mal de dinero y se mo-lestó mucho cuando la niña pegó todoel papel dorado en una cajita.

Sin embargo, a la mañana siguiente,la niña le trajo a su padre la cajita en-vuelta con el papel dorado diciendo:“Esto es para ti, papá”.

El padre se sintió avergonzado porhaberse molestado tanto la noche an-terior, pero su enfado volvió cuandocomprobó que la caja estaba vacía, yle dijo a la niña en tono molesto: “¿Nosabes que cuando uno da un regalodebe haber algo dentro del paquete?”.

La niña le miró con lágrimas en losojos y le dijo: “¡Pero papi, no está va-cía. Le puse besitos hasta que se lle-nó!”.

El padre entonces, conmovido, abra-zó a la niña y le pidió que le perdona-ra.

Después de algún tiempo, un acci-dente se llevó la vida de la niña y el pa-dre conservó la cajita dorada junto a sucama durante el resto de su vida.Cuando se sentía solo y desanimadoabría con ternura su cajita.

Para pensar:

➡ Todos nosotros, los humanos, he-mos recibido una cajita dorada llenade amor incondicional de Dios. Y lle-na también del cariño de nuestrosfamiliares, amigos, etc. ¿La sabe-mos apreciar? ¿Valoramos sólo lascosas materiales?

➡ Hay regalos en la vida que sólocon el tiempo se saben apre-ciar y agradecer...

Con humor,desde el amor

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La fuerza del amor“Vi que los caballeros cristianos iban a ultramar y a Tierra

Santa, imaginándose que la recuperarían por la fuerza, hasta queal fin todos se agotaban, sin lograr conseguir su propósito. Por eso,pensé que esta conquista no debería realizarse más que como tú lohiciste, Señor, con tus Apóstoles, es decir, mediante el amor, lasoraciones y la efusión de lágrimas. Así pues, que los santoscaballeros religiosos se pongan en camino, que vayan a predicar alos infieles la verdad de la Pasión, y que hagan por tu amor loque Tú hiciste por amor a ellos...”

(Raimundo Lulio)

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Gentes de toda raza y cultura, unidas por el Amor y la Cruz.