Cuadro de Mando Integral, IESE

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EXECUTIVE SUMMARY The "Balanced Scorecard" is a highly useful tool in both short and long-term company management. This is firstly because, in combining both financial and non-financial indicators, it allows one to anticipate tendencies and create a proactive strategic policy. In the second place it offers a structured method for selecting guiding indicators. Professor Antonio Dávila considers that this is the precise factor which differentiates and characterizes the "Balanced Scorecard". 34 IESE REVISTA DE ANTIGUOS ALUMNOS, septiembre de 1999 A FONDO Nuevas herramientas de control: RESUMEN DEL ART Í C U L O El Cuadro de Mando Integral es una herramienta muy útil para la dirección de empresas en el corto y en el largo plazo. En primer lugar, porque al combinar indi - cadores financieros y no financieros permite adelantar tendencias y realizar una política estratégica proactiva. En segundo lugar, porque ofrece un método estructura- do para seleccionar los indicadores guía que implica a la dirección de la empresa. El profesor Antonio Dávila considera que éste es precisamente el valor diferencial y característico del CMI. El Cuadro de Mando Integral Antonio Dávila

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E X E C U T I V E S U M M A R Y

The "Balanced Scorecard" is a highly useful tool in both

short and long-term company management. This is firstly

because, in combining both financial and non-financial

indicators, it allows one to anticipate tendencies and create a

proactive strategic policy. In the second place it offers a

structured method for selecting guiding indicators. Professor

Antonio Dávila considers that this is the precise factor which

differentiates and characterizes the "Balanced Scorecard".

34 IESE • REVISTA DE ANTIGUOS ALUMNOS, septiembre de 1999

A FONDO

Nuevas herramientas de control:

R E S U M E N D E L A R T Í C U L O

El Cuadro de Mando Integral es una herramienta muyútil para la dirección de empresas en el corto y en el

largo plazo. En primer lugar, porque al combinar indi-cadores financieros y no financieros permite adelantartendencias y realizar una política estratégica proactiva.

En segundo lugar, porque ofrece un método estructura-do para seleccionar los indicadores guía que implica ala dirección de la empresa. El profesor Antonio Dávila

considera que éste es precisamente el valor diferencial y característico del CMI.

El Cuadro de MandoI n t e g r a l Antonio Dávila

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E S D E S U I N T R O D U C C I Ó N A P R I N C I P I O S D E E S TA

década, el Cuadro de Mando Integral (CMI)ha levantado una gran expectación en lacomunidad empresarial. Como ocurre en

muchas ocasiones, las opiniones son muy variadas.

Algunas personas consideran que el CMI es unaidea vieja con un nombre nuevo (como ocurre, encierta manera, con el concepto de Economic ValueA d d e d). Por el contrario, otras insisten en que setrata de una nueva herramienta que está llamada aconvertirse en una pieza clave en el engranaje degestión de la empresa.

Una de las razones que explica esta diversidadde opiniones es que el concepto se está utilizandopara nombrar herramientas que no son un cuadrode mando, sino algo más tradicional, como untablero de control o un Tableau de Bord. Pero de loque no hay duda –y de ahí la expectación que hagenerado el concepto– es que el CMI responde anecesidades de la empresa actual.

En este artículo presentamos los orígenes, el con-cepto y las características diferenciales del CMI,para despejar interpretaciones ambiguas y permitirque cada directivo evalúe si la herramienta es ade-cuada para mejorar la gestión de su empresa.

Los orígenes del Cuadro de Mando Integral

En ocasiones se defiende que la característicafundamental del CMI es la combinación de indica-dores financieros y no financieros. Sin duda, ésta es

una característica importante, pero no la más rele-vante. Ya a principios de este siglo y durante larevolución del scientific management, ingeniero sen empresas innovadoras habían desarro l l a d ot a b l e ros de control que combinaban indicadore sfinancieros y no financieros.

Una definición tan limitada, sin duda, se merece-ría una opinión desfavorable. Si éste fuera el caso,el CMI sólo sería un nombre nuevo para algo queya existe. Algo que ha existido desde los orígenesde la dirección y administración de empresas. Unaidea con cien años de antigüedad.

Durante los años sesenta –sobre todo en Fran-cia– se puso de moda utilizar una herramienta lla-mada Tableau de Bord. El tablero de mandoincorporaba en un documento diversos ratios parael control financiero de la empresa. Con el paso deltiempo, esta herramienta ha evolucionado y combi-na no sólo ratios financieros, sino tambiénindicadores no financieros que permiten con-trolar los diferentes procesos del negocio. Laidea de utilizar un conjunto de indicadore spara obtener información de gestión es unantecedente que recoge el CMI.

En Estados Unidos, y también en la décadade los sesenta, General Electric d e s a r ro l l óun tablero de control para hacer el segui-miento de los procesos de la empresa. A par-tir de ocho áreas clave de resultados, queincluían temas como rentabilidad, cuota demercado, formación o responsabilidad públi-ca, General Electric definía indicadores parahacer el seguimiento y controlar la consecu-ción de objetivos tanto a corto como a largo plazo.El CMI también recoge la idea de utilizar indicado-res que realicen el seguimiento de la estrategia deuna empresa.

En conclusión, podríamos señalar que el CMIactual recoge ideas que ya existían alrededor delconcepto de tablero de control. Pero creo que elCMI supera este concepto.

Por otra parte, cabe precisar que el concepto haevolucionado mucho desde su primera formulaciónen 1992, cuando se definía como: «Un conjunto dei n d i c a d o res que pro p o rcionan a la alta dire c c i ó nuna visión comprensiva del negocio», para ser «unaherramienta de gestión que traduce la estrategia dela empresa en un conjunto coherente de indicado-res». Así, existe una relación íntima entre la estrate-

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El Tableau deB o r d es unantecedente delC u a d ro deMando Integral.Esta herramientacombina ratiosf i n a n c i e ros yno financiero sque permitenc o n t ro l a rd i f e re n t e sp rocesos den e g o c i o

l Cuadro de Mando Integral

es una herramienta útil

para dirigir empresas de form a

p roactiva en el corto y en el

l a rgo plazo. Su eficacia radica

en una buena comprensión de

sus fundamentos, una

aplicación completa que

implique a la dirección de la

c o m p a ñ í a

E

Antonio Dávila es Profesor Adjunto del IESE en elDepartamento de Contro l .

D

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gia de la empresa y el CMI, puesto que este «con-junto coherente de indicadores» está anclado en losobjetivos estratégicos de la empresa.

A estas alturas parece evidente que la idea de«utilizar indicadores tanto financieros como nofinancieros» tiene al menos cien años, y la idea de«combinarlos para hacer el seguimiento de los pro-cesos estratégicos» tiene casi la misma edad que elconcepto de estrategia, es decir: 40 años.

Entonces, ¿qué tiene de nuevo el CMI? La re s-puesta es sencilla: la diferencia radica en la form aen la que se seleccionan los indicadores. Y, como

v e remos más adelante, esta diferencia tieneefectos importantes en el uso de la herra-mienta.

Para destacar la diferencia, resulta útil com-parar el proceso de selección de indicadoresen el CMI con respecto de sus antecesore s .Las formulaciones más recientes del Tableaude Bord aconsejan combinar indicadore sfinancieros y no financieros, pero no aportanningún criterio sobre cómo elegirlos. ElTableau de Bord deja que cada dire c t i v oescoja los que considere más convenientessegún su propia intuición y experiencia. Sibien se trata de un método sencillo, tiene el

inconveniente de que depende del acierto deldirectivo, que además no cuenta con ningún mapade trabajo para guiar su intuición.

El tablero de control de General Electric ofreceuna guía más explícita. Las ocho áreas clave apor-tan una metodología que ayuda al directivo a elegirindicadores y permitenel diseño de un table-ro que tenga encuenta tanto el cortocomo el largo plazo.

El CMI ofrece un méto-do más estructurado deselección de indicadores yesto le concede más versatili-dad dentro de la gestión de laempresa. En este método se encuen-tra en verdad la gran aportación del

CMI. Tanto es así, que en ésteresulta tan importante conocer«qué modelo de negocio refle-jan los indicadores» comoentenderlos en sí mismos. Losi n d i c a d o res financieros soninstrumentos limitados porquesólo explican lo que ha pasadoy, por tanto, sólo permiten unagestión reactiva en lugar deuna proactiva. Para poder ges-

tionar por delante de la información financiera, losd i rectivos necesitan algo más que indicadore sf i n a n c i e ros. Necesitan indicadores no financiero sque, además, adelanten lo que más tarde re f l e j a nlos indicadores financieros.

Por ejemplo, en Citibank en California re a l i z a nun seguimiento de la rentabilidad de cada oficinay, además, cuentan con una serie de indicadore sde implantación de la estrategia, satisfacción declientes, control y formación y actitud del personal(veáse Figura 1). ¿Por qué? La razón es que la dire c-ción cree que existe una relación de causa-efecto yla rentabilidad aumenta si antes se han gestionadobien las demás variables. Así, un aumento en lasatisfacción de clientes se reflejará al cabo del tiem-po en una mejora de rentabilidad, porque la satis-facción de clientes va “por delante” de larentabilidad.

A diferencia del Tableau de Bord –donde laselección se basaba en la intuición– o del tablero demando de General Electric –donde sólo existíanocho áreas clave–, en un CMI, la selección de indi-c a d o res es anterior al desarrollo de un modelo denegocio con relaciones causa-efecto. Sólo despuésse pueden seleccionar los indicadores que confor-marán la herramienta de gestión.

El CMI requiere, en primer lugar, que los directi-vos analicen el mercado y la estrategia para cons-truir un modelo de negocio que refleje lasi n t e r relaciones entre los diferentes componentesdel negocio. Una vez que lo han construido, losd i rectivos utilizan este modelo como mapa paraseleccionar los indicadores del CMI.

El modelo de negocio en el CMI

Sin duda, la aportaciónque ha convertido alCMI en una de las

herramientas más sig-nificadas de los últimos

años es que se cimentaen un modelo de negocio.

El éxito de su implantaciónradica en que el equipo de

La gran difere n c i aque existe entre elTableau de Bord y

el CMI es que elp r i m e ro deja que

cada dire c t i v oescoja los

i n d i c a d o res quec o n s i d e re másc o n v e n i e n t e s

según su intuicióny experiencia

Satisfaccióndel cliente

Indicadoresfinancieros

Control

Implantaciónde la estrategia

Compromisopersonal

Personas

Figura 1

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d i rección dedique tiempo al desarrollo de su pro p i omodelo de negocio.

La creación de valor que se mide con indicadore sf i n a n c i e ros es el resultado del diseño y ejecución deuna estrategia.

Por esta razón hemos comentado que dirigir coni n f o rmación financiera sólo resulta en una gestiónreactiva, como conducir con el espejo re t ro v i s o r. Losresultados financieros son resultados y no causas.Para dirigir de forma proactiva hay que actuar sobrelas causas y no sobre las consecuencias. Por estarazón, las relaciones causa-efecto son el motor delmodelo de negocio.

En la Figura 2 se presenta un modelo de nego-cio genérico en el que los resultados financie-ros son la consecuencia de la actuación de lae m p resa en el mercado y, de forma más con-c reta, del servicio al cliente. Si la empresa con-sigue alcanzar los objetivos de servicio alcliente, la creación de valor seguirá como con-secuencia. En cambio, si los indicadores deservicio al cliente empiezan a deteriorarse,t a rde o temprano se reflejará en unos re s u l t a-dos financieros peores. Es decir: los indicado-res del cliente pro p o rcionan una inform a c i ó nmás actual que la financiera y permiten re a c-

cionar antes a cambios del entorno. Por esta razónse llaman indicadores “avanzados”.

Si continuamos repasando la lógica de este mode-lo de negocio, observamos cómo el servicio alcliente depende de una correcta ejecución de losp rocesos internos, tanto operativos como estratégi-cos o de innovación. Si estos procesos empiezan adeteriorarse, tarde o temprano sufrirá el posiciona-miento de mercado de la empresa (servicio alcliente) y, a continuación, la creación de valor.

Abrimos aquí un pequeño paréntesis para señalarque el modelo de negocio recoge tanto pro c e s o soperativos que generan valor a corto plazo –porejemplo, procesos de producción de bienes y ser-vicios– como procesos más a largo plazo quehemos llamado estratégicos o de innovación: porejemplo, desarrollo de nuevos productos. Sin

incorporar estos últimos en el modelo de negocio, lae m p resa corre el riesgo de “ordeñar” el corto plazo yno desarrollar nuevas fuentes de ventaja competitivapara el futuro.

Para que los procesos internos funcionen bien senecesitan recursos físicos y personas capacitadas.Gracias a que la empresa invierte tanto en la selec-ción, desarrollo y formación de sus personas comoen la adquisición de bienes, los procesos intern o so t o rgan una ventaja competitiva a la empresa sobrela competencia. A su vez, estos procesos perm i t e nservir con ventaja a los clientes, lo que se traduce enc reación de valor.

La discusión anterior aclara la lógica causa-efectoque guía un modelo de negocio desde los re c u r s o smateriales y las personas de la empresa hasta lac reación de valor. Sin un buen trabajo a este nivel, elCMI está más cerca de un Tableau de Bord o tablerode control y pierde su fuerza de gestión. En cambio,un modelo de negocio bien planteado permite quelos directivos tengan en cuenta tanto el corto comoel largo plazo. A continuación, y con los cimientosde un buen modelo, los indicadores del CMI facilitanlos puntos de re f e rencia que se necesitan para cali-brar el pro g reso en el desarrollo de la estrategia. Sinel anclaje que facilitan los indicadores, puede ocurrirque estrategias bien formuladas fracasen por falta dei n f o rmación actualizada acerca del proceso dei m p l a n t a c i ó n .

Las perspectivas de un CMI

A veces se piensa que un CMI se caracteriza porlas cuatro perspectivas: financiera, de clientes, inter-na y de aprendizaje y crecimiento (veáse Figura 3).Y si no están estas cuatro perspectivas, entonces noes un CMI. Estas perspectivas son las más comunes,p o rque son aplicables en un gran número de empre-sas para organizar el modelo de negocio y estructu-rar los indicadores y la información. Pero noconstituyen una condición necesaria para tener un CMI.

Los re s u l t a d o sf i n a n c i e ros sonresultados y no

causas. Paradirigir de forma

p roactiva hayque actuar sobre

las causas y nos o b re las

c o n s e c u e n c i a s

Servicioal cliente

Resultadosfinancieros

Figura 2

Recursos

Procesosoperativos

Procesosestratégicos

Figura 3

P E R S P E C T I VA FINANCIERAObjetivos Indicadores Estándares

P E R S P E C T I VA INTERNAObjetivos Indicadores Estándares

P E R S P E C T I VA DEL CLIENTEObjetivos Indicadores Estándares

APRENDIZAJE Y CRECIMIENTOObjetivos Indicadores Estándares

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La perspectiva financiera incorpora la visiónde los accionistas y mide la creación de valor dela empresa. Responde a la pregunta: ¿Qué indi-c a d o res tienen que ir bien para que los esfuer-zos de la empresa realmente se transformen envalor? Esta perspectiva valora uno de los objeti-vos más relevantes de organizaciones con ánimode lucro, que es, precisamente, crear valor parala sociedad.

La perspectiva del cliente refleja el posiciona-miento de la empresa en el mercado o, más con-c retamente, en los segmentos de merc a d odonde quiere competir. Por ejemplo, si unae m p resa sigue una estrategia de costes es muyposible que la clave de su éxito dependa de unacuota de mercado alta y unos precios más bajosque la competencia. Dos indicadores que re f l e-jan este posicionamiento son la cuota de merc a-do y un índice que compare los precios de lae m p resa con los de la competencia. La perspectivai n t e rna recoge indicadores de procesos intern o sque son críticos para el posicionamiento en elm e rcado y para llevar la estrategia a buen puerto.

En el caso de la empresa que compite en coste,posiblemente los indicadores de pro d u c t i v i d a d ,calidad e innovación de procesos sean importan-tes. El éxito en estas dimensiones no sólo afecta ala perspectiva del cliente, sino también a la finan-ciera, por el impacto que tienen sobre las rúbricasde gasto.

La última perspectiva en este modelo de CMI esla de aprendizaje y crecimiento. Para cualquierestrategia, los recursos materiales y las personasson la clave del éxito. Pero sin un modelo denegocio apropiado, muchas veces es difícil apre-ciar la importancia de invertir, y en épocas de cri-sis lo primero que se recorta es precisamente lafuente primaria de creación de valor: se re c o r t a ninversiones en la mejora y el desarrollo de losre c u r s o s .

Pese a que estas cuatro son las perspectivas másgenéricas, no son “obligatorias”. Por ejemplo, unae m p resa de fabricación de ropa deportiva tiene,además de la perspectiva de clientes, una perspec-tiva de consumidores. Para esta empresa son tanimportantes sus distribuidores como sus clientesfinales.

En otros casos puede ser interesante una pers-pectiva de entorno competitivo que permita elseguimiento de la dinámica de los competidore s .Para una empresa sin ánimo de lucro, la cre a c i ó nde valor entendida desde un punto de vista econó-m i c o - f i n a n c i e ro no es un objetivo primordial, sinomás bien un recurso para poder alcanzar la misión.En estas organizaciones, los indicadores financie-

ros figurarán en la perspectiva de recursos y noserá tan común encontrar una perspectiva f i n a n c i e r a .

Para tener un buen CMI, el modelo denegocio es crítico. Cada empresa tiene sup ropio modelo, que depende de su sector yde su estrategia. La organización de los dife-rentes estadios del negocio en perspectivasf a v o rece la comunicación, y las cuatro pers-pectivas tradicionales ofrecen una estructuraintuitiva. Pero la prioridad está en que elmensaje y la información lleguen a las per-sonas de la empresa y no en el número o eln o m b re de las perspectivas.

Cómo se usa un Cuadro de Mando Integral

El CMI beneficia a la empresa tanto durante elp roceso de diseño como en el día a día. Empece-mos por el diseño.

El paso de la formulación a la implantación dela estrategia no es nada fácil; según la sabiduríap o p u l a r, “del dicho al hecho hay un trecho”. Laprimera piedra con la que se puede tropezar esque los directivos estén de acuerdo con la estrate-gia, pero que cada uno la interprete de forma dife-rente. Por ejemplo, puede ser que haya consensoen el equipo de dirección acerca de la importanciadel crecimiento. Pero para algunas personas cre c i-miento quiere decir expansión geográfica, mien-tras que para otras quiere decir expansión de lalínea de productos.

El ejercicio de desarrollar un modelo de nego-cio obliga a la dirección no sólo a consensuar laestrategia, sino también a tener una visión conjun-ta de cómo llegar a ejecutar esa estrategia. Losd i f e rentes puntos de vista que antes quedaban

Para conseguirun buen CMI, elmodelo denegocio escrítico. Cadae m p resa tiene sup ropio modelo,que depende desu sector y de sue s t r a t e g i a

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implícitos y en la oscuridad del pensamiento indi-vidual, ahora se ven expuestos a la luz del inter-cambio verbal y a la rigurosidad de la palabraescrita.

Las relaciones de causa-efecto perm i t e ni n t e rc a mbiar opiniones, enriquecer la visión delnegocio de cada directivo y llegar a un consenso decómo alcanzar los objetivos. Con este consenso,todas las personas de la empresa suman sus esfuer-

zos en la misma dirección, en lugar de disper-sarlos persiguiendo objetivos apare n t e m e n t econsistentes pero en realidad descoord i n a d o s .

Una vez está diseñado el modelo de negocioy se han seleccionado los indicadores, el CMIpuede usarse de dos formas distintas. Comoocurre con cualquier herramienta de gestión,es importante ser consciente de cómo se va autilizar, porque si no, podemos estar “desean-do que pase A pero recompensando queocurra B”.

Si el equipo de dirección está seguro de lavisión de la empresa, la estrategia, el modelode negocio y el papel de cada persona en la

o rganización, entonces el CMI puede utilizarsecomo un sistema de control tradicional, es decir,como un sistema de control por excepción. Enton-ces, el CMI tendrá unos objetivos para cada indica-dor y existirá un seguimiento de las medidas realesfrente a los objetivos preestablecidos. Cuando hayauna disparidad importante entre la realidad y el“pre-supuesto”, se investigará el porqué de la dife-rencia. El control es por excepción, yel CMI libera atención de los directi-vos de procesos que son bien conoci-dos y que sólo re q u i e ren tiempo encasos excepcionales. El CMI, además,sirve como un vehículo para comuni-car el modelo de negocio subyacen-te, es decir, la estrategia de laempresa. También es factible ligar losincentivos de las personas a los indi-c a d o res, para reforzar el mensaje y motivar un comportamiento adecuado.

En empresas en crecimiento o ene n t o rnos inciertos y cambiantes,donde la estrategia está en evolución,donde el conocimiento está disperso

y la dirección quiere estimular nuevas formas dehacer el negocio y aprovechar la creatividad de laspersonas sin perder las riendas de la organización,el CMI no debe usarse como un sistema de controltradicional. En estas empresas, el CMI es una herra-mienta de aprendizaje organizativo. Los re s u l t a d o sque recogen los indicadores sirven para evaluar sihay que cambiar el modelo de negocio o incluso laestrategia. La comparación entre lo que se esperabay lo que ocurre de verdad es una fuente de infor-mación útil para ajustar la forma de competir de laempresa. En este caso, el CMI no sirve para liberaratención directiva de procesos de bajo valor añadi-do; al contrario, sirve para enfocar la atención ena p render sobre la evolución del entorno y de laempresa.

La implantación del C u a d ro de Mando Integral

Existe una relación muy íntima entre la estrategiay el CMI. Por esta razón, el proceso de diseño eimplantación debe empezar con la colaboración dela alta dirección. El proyecto tiene que estar enmanos de un responsable que lleve a cabo las t a reas de coordinación e integración del esfuerzodel equipo de alta dirección. El camino con máséxito empieza con un CMI para la empresa, quedespués se va adaptando a cada división, departa-mento y puesto de trabajo.

La Figura 4 resume los pasos que seguir en eldiseño e implantación de un CMI. El proceso es unaconsecuencia de las ideas que hemos pre s e n t a d oen los apartados anteriores. Empieza con una defi-nición de cómo competir. Si la dirección no sabe,no puede o no quiere explicitar cómo piensa gene-rar valor, el CMI tiene poco sentido. En estas cir-cunstancias quizá sea mejor que la dirección sebase en un estilo más personalista o informal, perocon la conciencia clara de que estos tipos de direc-ción sólo son factibles en empresas pequeñas y con

un líder carismático con tiempo paraparticipar en todos los temas de laempresa.

Una vez consensuada la estrategiade la empresa, el siguiente paso esel diseño de un modelo de negociobasado en relaciones causa-efecto.¿Cómo están relacionados los recur-sos de la empresa con los procesosi n t e rnos? ¿Cómo están re l a c i o n a d o slos procesos con el posicionamientode mercado y el servicio a los clien-tes? Y, finalmente, ¿cómo están rela-cionados los recursos, los procesos ylos servicios con el objetivo de crea-ción de valor? Partiendo de un buenmodelo de negocio, que tiene que

• El número de indicadores no debería superar los siete por pers-

pectiva, y si son menos, mejor.

• Los indicadores, en la medida de lo posible, deben ser cuantifica-

bles y objetivos.

Criterios para seleccionar indicadore s :

Si la dirección estáegura de la visión

de la e m p re s a ,la estrategia,

el modelode negocio y

el papel de cadapersona en lao r g a n i z a c i ó n ,el CMI puede

utilizarse como unsistema de contro l

t r a d i c i o n a l

Integrar en elsistema de gestión

Figura 4

Seleccionarindicadores

Establecer modelode negocio

Cómo competir

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estar consensuado por la dirección y que sintentizael sector y la estrategia particular de la empresa, sediseña el CMI.

Para seleccionar los indicadores hay que tener encuenta varios criterios. El primero es que el númerode indicadores no supere los siete por perspectiva, ysi son menos, mejor. La razón es que demasiadosi n d i c a d o res difuminan el mensaje que comunica el

CMI y, como resultado, los esfuerzos se disper-san intentando perseguir demasiados objetivosal mismo tiempo. Puede ser re c o m e n d a b l edurante el diseño empezar con una lista másextensa de indicadores. Pero es necesario unp roceso de síntesis para disponer de toda lafuerza de esta herramienta.

En los paquetes informáticos de CMI, es comúnque debajo de las perspectivas propias del CMIexista una base de datos con muchos más indi-c a d o res, a la que se puede acceder para tenermás detalle cuando así se re q u i e re. El pro c e s ode selección de indicadores parte de los objeti-vos que se especifican en el modelo de nego-

cio. No hay que elegir entre aquellos indicadore sdisponibles, sino que hay que hacer el esfuerzo dediseñar indicadores que reflejen el modelo de nego-cio. Es importante dedicar tiempo y atención a estep roceso para que el CMI no esté sesgado hacia indi-c a d o res de resultados y de corto plazo que minan laidea original de equilibrar corto y largo plazo.

O t ro criterio relevante a la hora de seleccionar losi n d i c a d o res es que, en la medida de lo posible, seancuantificables y objetivos. Esto no quiere decir queun indicador subjetivo sea malo. Quiere decir, senci-llamente, que entre uno objetivo y otro subjetivo, elp r i m e ro es preferible. Los indicadores objetivos sonmenos susceptibles de sesgos debidos a considera-ciones políticas de la organización y son más fácilesde interpretar (aunque igual de complejos de expli-car). En cualquier caso, siempre es aconsejable queexista un texto acompañando cada perspectiva quecomente los resultados obtenidos.

• «General Electric Company (A) », Caso C-220,IESE, Universidad de Navarra, 1964.

• Kaplan, Robert S. y Norton, David P., «Balan-ced Score c a rd: Measures that DrivePerformance», Harvard Business Review, Boston,enero-febrero de 1992.

• Kaplan, Robert S. y Norton, David P., «Usingthe Balanced Score c a rd as a Strategic Manage-ment System», Harvard Business Review, Boston,enero-febrero de 1996.

• «CitiBank: Evaluación del desempeño», CasoC-700, IESE, Universidad de Navarra.

• Ballarín, E., y Dávila, A., «El Cuadro deMando Integral». Documento de trabajo (DT-2639), IESE, Universidad de Navarra.

• La fuerza de explicitar un modelo de nego-cio y traducirlo en indicadores facilita el con-senso en toda la empresa, no sólo de ladirección, sino también de cómo alcanzarlo.

• Clarifica cómo las acciones del día a día afec-tan no sólo al corto plazo, sino también allargo plazo.

• Una vez el CMI está en marcha, se puedeutilizar para comunicar los planes de laempresa, aunar los esfuerzos en una soladirección y evitar la dispersión. En este caso,el CMI actúa como un sistema de control porexcepción.

• También se puede utilizar como una herra-mienta para aprender acerca del negocio. Enefecto, la comparación entre los planes y losresultados actuales ayuda al equipo dedirección a revaluar y ajustar tanto la estra-tegia como los planes de acción.

BENEFICIOS Y RIESGOS DEL CMI

• Un modelo poco elaborado y sin la colabora-ción de la dirección es papel mojado, y elesfuerzo será en vano.

• Si los indicadores no se escogen con cuidado,el CMI pierde una buena parte de sus virtudes,porque no comunica el mensaje que se quieretransmitir.

• Cuando la estrategia de la empresa está toda-vía en evolución, es contraproducente que elCMI se utilice como un sistema de control clá-sico y por excepción, en lugar de usarlo comouna herramienta de aprendizaje.

• Existe el riesgo de que lo mejor sea enemigode lo bueno, de que el CMI sea perfecto, perodesfasado e inútil.

Durante el desarrollo del artículo hemos ido desgranando las características del CMI. A modo deconclusión, resumimos los puntos más importantes, así como los riesgos que puede haber.

B E N E F I C I O S R I E S G O S

Al elegir losi n d i c a d o res esnecesario ser

p r u d e n t e .D e m a s i a d o si n d i c a d o re s

difuminan elmensaje y

dispersan losesfuerzos end e m a s i a d a sd i recciones