CRISTO MUTILADO: CRÍTICA A LA CRISTOLOGÍA DE SAN PABLO

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La importancia capital de la crítica a la cristología de San Pablo, radica en que nos aporta los elementos de juicio necesarios para darnos cuenta de la felonia moral que cometió San Pablo en sus epístolas al mutilar la naturaleza humana de Cristo; privando a la humanidad de la posibilidad del hombre de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta practicando el altruismo, el misticismo y el activismo social intensos; y de la urgente necesidad de corregir la doctrina judaizante de la Iglesia formulando un nuevo cristianismo que no omita la trascendencia humana de Cristo, a fin de afrontar con éxito los retos y amenazas de la modernidad

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LA TRA S CEN DENC IA HUM A NA Y LA SOCIEDAD PERFECTAC RI ST O MU TI LAD O CRTICA A LA CRISTOLOGIA DE SAN PABLO.

DE OPTIMO REPUBLIQUE STATU DE INSULA UTOPA

RODOLFO PLATA LPEZ

CRISTO MUTILADO. CRTICA A LA CRISTOLOGA DE SN. PABLO ndice Introduccin 1: Objeto de la crtica a las utopas ensayadas 2: Procedimiento a seguir al criticar la doctrina judaizante de la Iglesia: 3: Breve crtica al profetismo judo del Antiguo Testamento 4: crtica a la cristologa de Sn Pablo, a fin de hacer objetiva la desviacin del judeo cristianismo hacia la ecumene abrahmica 5: La crisis de la post modernidad 6: Imperativos que justifican y exigen urgentemente un nuevo enfoque del cristianismo, a efecto de actualizarlo, renovarlo y enfrentar con xito la crisis de la modernidad 7: El complot contra la Iglesia 8: La labor judaizante de la Iglesia posconciliar

CRTICA A LA CRISTOLOGA DE PABLO

CRISTO MUTILADO CRTICA A LA CRISTOLOGA DE SAN PABLOLa importancia capital de la crtica a la cristologa de San Pablo, radica en que nos aporta los elementos de juicio necesarios para darnos cuenta de la felona moral que cometi San Pablo en sus epstolas al mutilar la naturaleza humana de Cristo __privando a la humanidad de la posibilidad del hombre de alcanzar la trascendencia y la sociedad perfecta siguiendo la vida, ejemplo y enseanzas de Cristo__ convirtiendo en religin el movimiento cristiano inicialmente laico, con el fin de que los judos

cristianos siguieran siendo Israel y los cristianos no judos siguieran a Israel sin darse cuenta, a fin de hacer de Israel la principal de las naciones.INTRODUCCIN La gran relevancia que actualmente tiene esta crtica, radica en la urgente necesidad formular un cristianismo laico para remediar el divorcio entre la filosofa y la religin judeo cristiana que desde hace veinte siglos ha propiciado el raquitismo y falta de vitalidad del alma occidental, a causa de la separacin entre la fe y la razn promovida por la cristologa judaizante de San Pablo y la enjundia del pueblo judo en su esfuerzo por conservar su fe, sus tradiciones y hacer realidad las directrices supremacitas de sus ancestros. La cristologa de San Pablo, es el punto de partida y eje rector y de la religin judeo cristiana y la doctrina de la Iglesia; lo cual evidencia la importancia toral de escudriar las fuentes y motivaciones que llevaron a san Pablo a formularla para convertir el movimiento cristiano inicialmente laico, en religin, si queremos vislumbrar la posibilidad y necesidad de cambiar su orientacin el cristianismo, a fin de actualizarlo para poder enfrentar con xito el islam, el judasmo, el ateismo, las corrientes de la nueva Era y el nihilismo que amenazan con sofocar el mensaje universal de Cristo. Y en este momento crtico, en el que el judasmo esta apunto de derrumbar las defensas de la Iglesia convirtindola en una escuela bblica Noeajida y Europa esta a punto de ser islamizada, nos encontramos ante la disyuntiva de tener que escoger entre la universalizacin del mensaje de Cristo formulando un cristianismo laico VS permitir la judaizacin total del cristianismo haciendo de Cristo un profeta ms de Israel (un testigo ms de Jehov). Esta problemtica, es el objeto de la siguiente crtica a la cristologa de Pablo. 1: Objeto de la crtica a las utopas ensayadas La crtica a las utopas ensayadas tiene por objeto sealar las desviaciones, que han impedido alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta que los tericos y los msticos plantearon, a fin de establecer los cursos de accin a seguir para corregir las desviaciones y disolver los obstculos generando voluntades revolucionarias inquebrantables ansiosas del cambio. El pensamiento crtico es un proceso de pensamiento metdico enmarcado cientficamente, estructurado con hechos, criterios, principios y procedimientos universalmente aceptados. Que aplicados al anlisis de problemticas y controversias, generan conclusiones ciertas que permiten dictaminar correctamente un asunto y prescribir acciones correctivas. Convirtiendo la crtica en un manifiesto que convoca a la lucha generacional y un plan de accin revolucionaria, para corregir sin dilacin los errores o desviaciones encontrados. 1

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La relacin entre la fe y la razn, la ciencia y la religin, los valores y la educacin, se enmarca en el fenmeno espiritual de la transformacin humana, porque se trata de lograr transformaciones buenas y convenientes para si mismos y la sociedad, mediante la enseanza y el aprendizaje. En el devenir histrico de la humanidad, el fenmeno espiritual de trasformacin humana, ha sido abordado por educadores, mdicos, psiclogos, psiquiatras y terapeutas, msticos y tericos, formulando los diferentes aspectos de la doctrina y la teora de la trascendencia humana: conceptualizada por la sabidura vdica, instruida por Buda e ilustrada por Cristo, y sus jornadas y metas descritas metafricamente por los poetas msticos del Islam; la cual concuerda con los planteamientos de la filosofa clsica y moderna, y las conclusiones comparables de la ciencia: (psicologa, psicoterapia, logoterpia, desarrollo humano, etc.). Tpicos de la transformacin y el desarrollo humano que demarcan y deslindan el camino ecumnico por el que transita a humanidad en afn de sanar las enfermedades del alma y la mente, y nos permiten salir del subdesarrollo espiritual recorriendo cada una de las jornadas y metas que recorren los msticos en su transito por el camino del desarrollo espiritual. El deslinde objetivo del camino ecumnico necesariamente nos lleva a criticar la doctrina judaizante de la Iglesia. El anlisis objetivo de la triada preteolgica nos proporciona los elementos suficientes de juicio para criticar el profetismo judo: Toda religin verdadera tiene su origen en la trada pre teolgica integrada por: 1) la descripcin neutra de las experiencias extticas del encuentro cercano con Dios o fenmenos espirituales que se caracterizan por ser genricos, unitarios y trascendentes; 2) Las teoras y las doctrinas o enseanzas sapienciales a que dieron lugar las explicaciones del encuentro cercano con Dios que se caracterizan por ser instructivas, ilustrativas y edificantes, o de las transformaciones trascendentales que se suscitaron en los iluminados que emergieron de la experiencia exttica con la imagen refleja de Dios en su persona; 3) las terapias o enseanzas sapienciales a que dieron lugar la aplicacin practica de la teora y la doctrina que originaron las explicaciones racionales; las cuales tienen la virtud de sanar el cuerpo, la mente y el espritu, induciendo transformaciones buenas y convenientes para si mismos y la sociedad en los creyentes que las siguen. La triada preteolgica y las cualidades caractersticas de lo Real o espiritual, reflejas en sus integrantes de la triada preteolgica, nos ayudan a discernir lo que es o no es espiritual. Vg. Los redactores bblicos sacralizaron el pacto del Sinai, acto Constitucional de Israel, como nacin entre las naciones, aduciendo voluntad divina. Sustituyendo: 1 La descripcin neutra de las experiencias extticas del encuentro cercano con Dios o lo Divino por la narracin de los hechos ancestrales de los patriarcas, reyes y jueces de Israel considerados sagrados; lo cual es evidente por la ausencia de las cualidades caractersticas inherentes a los fenmenos espirituales: (genricos, unitarios y trascendentes). Engao que qued al descubierto gracias a la ignorancia de los redactores bblicos que los llev confundir, fenmenos naturales que no pudieron explicar, con fenmenos sobre naturales, que acontecieron en encuentro cercano con Dios o lo divino que experimentaron los patriarcas, los profetas, los reyes y jueces de Israel 2 las prescripciones teraputicas para sanar el alma, el cuerpo y la mente de los creyentes por las prescripciones sagradas de la vida civil y religiosa del pueblo de Israel, a fin de gobernar al pueblo e incitarlo a la guerra sagrada contra los pueblos gentiles y sus instituciones, por voluntad divina, y sin escrpulo alguno hacer de Israel la primera de las naciones. Origen a una falsa religin judeo cristiana que 2

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transforma a los creyentes judos en depredadores y a sus seguidores cristianos en tontos tiles al servicio de Israel. Estos elementos objetivos de juicio __no solo rebasan las especulaciones de telogos y filsofos, permitiendo darnos cuenta de la incongruencia de los dogmas producto de la imaginera que estructuran la teologa de lo absurdo judeo-cristiana. Origen de las incongruencias alojadas en nuestra estructura mental que norman nuestro comportamiento compulsivo y nos mantienen con el alma truncada o subdesarrolla, impidindonos alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta. 2: PROCEDIMIENTO A SEGUIR AL CRTICAR IGLESIA: LA DOCTRINA JUDAIZANTE DE LA

Enmarcando la disertacin ecumnica, en el fenmeno de la trasformacin humana abordado por los msticos y tericos que han formulado la doctrina y la teora de la trascendencia humana: conceptualizada por la sabidura vdica, instruida por Buda e ilustrada por Cristo, y sus jornadas descritas metafricamente por los poetas msticos del Islam; la cual concuerda con los planteamientos de la filosofa clsica y moderna, y las conclusiones comparables de la ciencia: (psicologa: logoterpia), congruencia que da certidumbre a nuestros juicios de valor. Enmarcando la crtica en: el deslinde del camino ecumnico demarcado por los universalismos que sustancian la doctrina y la teoria de la trascendencia humana y la sociedad perfecta. Utilizando los principios universales del saber filosfico y espiritual como tabla raza, a fin de hacer objetiva la desviacin del cristianismo hacia la ecumene Abrahamica (demarcada por los convencionalismos de lo que solo es sagrado para de Israel: su territorio, su pueblo, sus ancestros, Jerusaln, el templo, y el libro de Israel), propiciada por Sn Pablo al trasformar en religin, el movimiento cristiano inicialmente laico, para que los hijos de Israel seguidores de Cristo siguieran siendo Israel, y los gentiles cristianos ayudaran a Israel a llegar a ser la principal de las naciones. Y para perpetuar el error, Sn Pablo separ la fe de la razn: (1 Corintios I, 17 al 27). Convirtiendo en paradoja el cuestionamiento sobre la relacin entre la fe y la razn, planteado por los helnicos en el Arepago cuando Sn Pablo fue a evangelizarlos, lo cual ha mantenido perpleja a la humanidad en espera de una respuesta satisfactoria Enmarcando la disertacin jurdica en la revisin del diferendo pontificio {opuesto a la sentencia dictada por Cristo [Mateo XXIII, 1 al 35] en su crtica a la utopa juda sealando como reos de castigo eterno a los seguidores de la doctrina (el ethos) y la conducta (el pathos) de Israel -VS- la honorable opinin de Su Excelencia Juan Pablo II sealando a Israel como hermano mayor en la fe} a la luz de los hechos bblicos e histricos; para demostrar que sigue vigente el ad quem recurrido y el diferendo es una apostasa mayor tendente a judaizar el cristianismo Dejando al descubierto las implicaciones educativas, judiciales, morales y religiosas del latrocinio de tracto contino en que incurren las iglesias y organizaciones religiosas al encubrir tendenciosamente el error fundamental; as como el inters jurdico y competencia del Estado para conocer y juzgar este relevante asunto, en razn del severo dao moral causado a la sociedad. Convocando el emplazamiento a juicio de las Iglesias y organizaciones religiosas tendenciosas, a efecto de corregir el error fundamental. En primera instancia ante el tribunal de la razn, en segunda instancia ante el tribunal de la ley. Y en tercera instancia en el estrado revolucionario de la justa indignacin pblica expulsando de las Iglesias a los 3

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sacerdotes y pastores fidestas renuentes a corregir el error fundamental; tal como lo hizo Cristo cuando expuls del templo a los mercaderes de la fe. 3: BREVE CRTICA AL PROFETISMO JUDO DEL ANTIGUO TESTAMENTO. La relacin entre la fe y la razn expuesta parablicamente por Cristo al ciego de nacimiento (Juan IX, 39), nos ensea la necesidad de hacer un juicio justo de nuestras creencias utilizando el raciocinio para indagar si es verdad o es mentira que los textos bblicos son palabra de Dios, a fin de disolver las falsas certezas de la fe que nos hacen ciegos a la verdad. Lo cual nos exige criticar el profetismo judo o revelacin, enmarcado la crtica en el fenmeno espiritual de la trasformacin humana y, las ciencias y tcnicas que nos ayudan a desarrollarnos espiritualmente. Abordados por la doctrina y la teora de la trascendencia humana, conceptualizadas por los filsofos griegos y la sabidura vdica, instruida por Buda e ilustrada por Cristo, la cual concuerda con los planteamientos de la filosofa clsica y moderna, y las respuestas que la ciencia ha dado a los planteamientos trascendentales: (psicologa, psicoterapia, logoterpia, desarrollo humano, ). Utilizando los principios universales del saber filosfico y espiritual como tabla rasa, a fin de deslindar y hacer objetivo lo que es o no es del mundo del espritu. Mtodo o criterio que nos ayuda a discernir objetivamente __La evidencia de la verdad o la falsedad del profetismo judo, se encuentran discerniendo objetivamente los elementos de la triada pre teolgica (la fenomenologa, su explicacin y su aplicacin). Vg. la interpretacin onrica de los sueos de Dios del patriarca Abraham inducidos por el deseo intenso y obsesivo de riqueza y descendencia incontable, que es opuesto al despego de las cosas materiales que orienta a los msticos; es por ello, que la respuestas del dios de Abraham son alucinaciones contestatarias de los deseos del patriarca, y no tienen nada que ver con el mundo del espritu. El antagonismo entre las directrices de la reflexin existencial del devenir de Israel entre las naciones que orienta el pensamiento de los profetas bblicos y talmdicos VS- la reflexin de la vida despus de la vida o existencia eterna que orienta el pensamiento existencial de los msticos (las moradas celestiales; la salvacin o la condena eterna, a causa de nuestra obras). El encuentro cercano descrito por Moiss en la zarza ardiente describe el fuego fatuo; el pie del rayo que pasa por el altar erigido por Moiss en el Monte Horeb, describe un fenmeno meteorolgico; el redactor bblico del pacto del Sina, toma como presencia de Dios el fenmeno metereolgico de relmpagos y truenos que anuncia que se avecina una tormenta, para santificar el mito fundacional de Israel, como nacin entre las naciones, por voluntad divina. Santificando sus ancestros, su pueblo, su territorio, Jerusaln, el templo y la Torah; descripciones que no corresponden al encuentro cercano expresado por Cristo al experimentar la comn unin: El Padre y Yo, somos una misma cosa. Descripcin que coincide con la descrita por los msticos iluminados. Las leyes de la guerra dictadas por Moiss en el Deuteronomio, causales del despojo, exterminio y sometimiento de las doce tribus cananeas y del actual genocidio del pueblo palestino, son opuestas a la doctrina de la no violencia enseada por Cristo. El perfil racista, rapaz, criminal y genocida serial de Israel en su devenir entre la naciones que han promovido las directrices ancestrales de sus patriarcas y profetas (las leyes de guerra dictadas por Moiss, la ley del talin, el canto de Lamec,,) < es opuesto al perfil de humanidad perfecta que Cristo trat de inculcar a sus seguidores cuyos rasgos fueron elevados a bien aventuranzas en el Sermn del Monte> __Discernimiento que nos aporta las suficientes pruebas objetivas de juicio que nos dan la 4

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certeza que el profetismo judo o revelacin bblica, es un semillero del mal OPUESTO A LAS ENSEANZAS DE CRISTO Y POR LO TANTO, NO ES PALABRA DE DIOS 4: CRTICA A LA CRISTOLOGA DE SAN PABLO, A FIN DE HACER OBJETIVA LA DESVIACIN DEL JUDEO CRISTIANISMO HACIA LA ECUMENE ABRAHMICA La importancia capital de la crtica a la doctrina judaizante de la Iglesia, radica en que nos aporta los elementos de juicio necesarios para deslindar objetivamente el camino ecumnico. Y darnos cuenta de la felona moral que cometi San Pablo en sus epstolas al desviar el movimiento cristiano inicialmente laico, hacia la ecumene Abrahmica. Cambiando la __objetividad de los hechos y enseanzas de Cristo hombre narrados en los Evangelios, como ejemplo para motivarnos a practicar el altruismo, el misticismo y el activismo social intensos, requeridos para alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta __ por la subjetividad de la explicacin teolgica para seguir a Cristo resucitado, practicando la el culto, el rezo, el rito y la lectura bblica. Convirtiendo en religin, el movimiento cristiano inicialmente laico, con el fin de que los judos cristianos siguieran cumpliendo la ley de Israel o Torah, y los cristianos no judos siguieran a Israel sin darse cuenta. Privando a la humanidad de la posibilidad del hombre de desarrollarse espiritualmente siguiendo las jornadas y metas del camino ecumnico que siguen los msticos a fin de alcanzar el perfil de humanidad perfecta o trascendencia humana cuyos rasgos elev Cristo a bienaventuranza eterna. Entre los sicarios ms exaltados del sanedrn enviados por los prncipes de la Sinagoga para perseguir y exterminar, por el delito de blasfemia, a los judos seguidores de Cristo dispersos en las provincias grecorromanas, destacaba Pablo por su radicalidad; quien al darse cuenta de gran cantidad de gentiles que se unan a ese movimiento, ide reencausarlo para que los judos cristianos siguieran siendo Israel, conservando su religin, tradiciones ancestrales y leyes; y los gentiles cristianos ayudaran a Israel alcanzar la supremaca sobre todas las dems naciones. Atribuyendo los motivos de su conversin a la experiencia de Cristo resucitado camino a Damasco, para poder unirse y encausar a la secta cristiana como dirigente; con tanta o ms autoridad que la de los apstoles; arguyendo que ellos fueron escogidos por Jess hombre, en cuanto que l fue escogido por Cristo resucitado; por ello Pablo reconoce ser un mentiroso y arguye: Pero si por mi mentira la verdad de Dios abund para su gloria, por qu an soy juzgado como pecador? (Romanos 3,7) Pablo no conoci al Jess terreno, justificando asi que excluyera el mensaje universal de Cristo a los hombres, en su cristologa. A l se le apareci el Resucitado, cosa que Pablo repite varias veces (Gal 1, 11-16; 1 Cor 9, 1; 15, 8; 2 Cor 4, 6) y de la que Lucas, en los Hechos, presenta tres relatos detallados (9, 1-19; 22, 3-21; 26, 9-18). Esto ya da idea de la importancia de la experiencia de Cristo resucitado que Pablo trasmiti a su colaborador ms cercano (Lucas quien fue enviado por los sabios alejandrinos a dar fe de la trascendencia humana de Cristo). En las epstolas de Pablo pronto se advierte su afn de resaltar la divinidad de Cristo. Por lo consiguiente, el punto de partida para estudiar la cristologa de Pablo, es el hecho trascendental de Cristo resucitado; soslayando la importancia genrica de la trascendencia humana patente en Cristo; es decir que cristologa de Pablo es ms que nada una teologa de Cristo. Porque omite los hechos Jess, narrados en los Evangelios, y lo que esa informacin representa: El conocimiento objetivo del Jess 5

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humano, para privilegiar el Cristo el conociendo subjetivo de la divinidad de Cristo. Es por ello, que Pablo no mostr ningn inters por los hechos de Cristo narrados en los evangelios, como fuente de su cristologa, sino que utiliz como fuente y directriz, el cumplimiento de las profecas narradas en el Pentateuco. El propio Pablo arguye que: fue el Dios de Cristo resucitado quien lo escogi como apstol; y por ello, para formular su cristologa: omiti los discursos y hechos de Cristo hom,re, ni consult a los apstoles escogidos por Jess hombre, ni a ninguno de sus seguidores; tampoco viaj a Jerusaln para indagar en el lugar de los hechos, los testimonios de la vida, ejemplo y enseanzas que se suscitarn en la vida pblica de Cristo; en lugar de esto se fue a Arabia, de donde volvi de nuevo a Damasco (Gal 1, 16-17). Pablo llega a confesar que el conocimiento de Cristo segn la carne no le interesa (2 Cor 5, 16), una afirmacin dura que, por ms que se intente suavizar, en definitiva viene a decir que la existencia terrena de Jess no entraba en el mbito de sus cristologa. Esta confesin en primer lugar, nos hace caer en la cuenta que la conversin de Pablo, en el camino a Damasco, no fue una conversin el sentido propio y de esa palabra, sino una misin encomendada a l, por el Dios de Israel, revelada en el camino a Damasco, en su experiencia de Cristo resucitado. Es por ello, que Pablo no se aplica a si mismo el adjetivo de converso sino el de iluminado por el Dios de Israel a fin de llevar el mensaje de Cristo a los pueblos gentiles. Y por lo consiguiente sigui creyendo en el Dios en el que siempre haba credo y viviendo la religin juda en la que haba sido educado. Por ello, cuando Pablo habla de Dios, no se refiere al Dios hecho hombre en la persona de Cristo, sino que se refiere al Dios de Abrahn y a las promesas hechas a sus descendientes (Gal 3, 16-21; Rom 4, 2-20). Y es precisamente a partir de esa experiencia, que elabora su cristologa, arguyendo: cuando Aqul que me separ desde el seno de mi madre y me llam por su gracia, tuvo a bien revelar en m a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles... (Gal 1, 15-16). Esto hace evidente que el punto de partida de la teologa de Pablo, no es Jess hombre, sino el Cristo exaltado por el Dios de Israel. Lo cual significa que la cristologa de Pablo arranca de una conviccin determinante: no conocemos a Dios desde Jess, sino que conocemos a Jess, desde Dios. Por tanto, no es Jess el que nos explica a Dios, sino que son las Sagradas Escrituras dictadas por Dios las que nos explican quin es Jess. Para Pablo, pues, lo que el judo cristiano ha de dar por conocido es el Dios de Israel, en tanto que el desconocido es Jess humano. Dicho de otra manera, la cristologa de Pablo no modifica sustancialmente el tradicional conocimiento de Dios que poda tener cualquier israelita o incluso cualquier creyente seguidor de la Torah. Porque el problema religioso fundamental, para Pablo, no est en explicar a Jess para conocer a Dios, sino en reconocer y comprender los designios de Dios, a travs de Jess. El inconveniente estriba en que Pablo no percibe que en Jesucristo, Dios mismo se ha definido de una forma enteramente nueva; y que la humanidad de Cristo es inseparable de su condicin divina. La ceguera de Pablo a la unidad indisoluble de la naturaleza humana y la naturaleza divina patente en Cristo, o trascendencia humana de Cristo; es el error fatal de la cristologa de Pablo que priva a la humanidad del mayor legado de Cristo. Es decir; que la cristologa de Pablo es la de un Cristo mutilado de su humanidad. Mutilando la universalidad del mensaje de Cristo, al dejar de lado la trascendencia humana patente en Cristo, para encausarlo hacia la ecumene Abrahmica.

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Ya que, para Pablo el cristianismo es un apndice del judasmo- que explica a Cristo como cumplimiento de las profecas ancestrales en un intento de impedir que los seguidores de Jess dejaran de ser Israel, incumplieran la ley, la religin y las tradiciones ancestrales. De esta manera Pablo convirti el mensaje universal de Jess sobre la trascendencia humana, en un mensaje sobre la salvacin por medio de la fe, para que los judos cristianos siguieran cumpliendo la ley, la religin y las tradiciones judas (Mateo XXII,1). Y desde el momento en que, como ya he dicho, Pablo no conoci al Jess terreno, de condicin humana, puesto que slo conoci al Cristo resucitado de condicin divina; desde ese momento Pablo qued imposibilitado para entender la divinidad del hombre en Jess de Nazaret y, la importancia capital de la trascendencia humana patente en Cristo; y en ltima instancia, para entender a Dios, el Dios que se nos revel en Jess. Que slo puede ser conocido desde la encarnacin de Dios en Jess, divinizndolo. Ahora bien, si Pablo estuvo siego a la unin indisoluble de Dios con el hombre, en la humanidad de Jess de Nazaret; el conocimiento divino de Cristo que aporta Pablo a en su cristologa, desecha la piedra clave de la estructura de la doctrina de Cristo, sustituyndola por la doctrina de la salvacin por medio de la fe. De ah que la cristologa de Pablo, no solo dificulta el entendimiento de Cristo hombre, esbozado en la cristologa de los sinpticos sino sobre todo dificulta la difusin de la paideia griega de Cristo propuesta por el apstol Felipe a los sabios alejandrinos para enriquecer con la vida, ejemplo y enseanzas, de Cristo la paideia griega a fin de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta. Lo ms nefasto ha sido, como se ha expuesto; es que las ideas de Pablo expuestas en sus Epstolas, fueron determinantes en la formulacin de la doctrina de la Iglesia surgida de los concilios de Nicea y Calcedonia. Sealando el hecho histrico de que las Epstolas de Pablo se escribieron entre los aos 50 al 57 D. C; mientras que los evangelios sinpticos no aparecieron hasta la dcada de los 70. Esto quiere decir, que en la Iglesia primitiva se difundieron las reflexiones de Pablo, expuestas en su cristologa, unos 20 aos antes que los evangelios sinpticos de los hechos de Cristo hombre, fueran escritos. O sea, en la iglesia primitiva se conoci mucho antes la condicin divina del Cristo resucitado, que la condicin humana del Jess histrico. Por eso no es exagerado afirmar, que Pablo mutil al cristianismo de su significado trascendental y universalidad, a fin de adecuarlo a las Sagradas Escrituras con planteamientos subjetivos, que al apartar la fe de la razn, convirti el judeo cristianismo en religin basura. Lo que importa ahora es comprender las consecuencias que se siguieron, precisamente para la cristologa, de este desplazamiento de la objetividad de hechos de Cristo narrados en los evangelios Cristo histrico, hacia la subjetividad de Cristo glorioso, encadenado a la teologa juda. Cuando este centro prescindi de la encarnacin de Dios en Jess y se fij fundamentalmente en la glorificacin de Jess en Dios, el cristianismo gan en exclusivismo y particularidad, lo que perdi en humanidad, trascendencia y universalidad genrica. Por eso se comprende que la cristologa de Pablo como directriz del ethos, el pathos y futuro judeocristiano, tenga su raz en el cielo y no en la tierra (1 Cor 15, 40-49; 2 Cor 5, 1-2; Ef 1, 10; Fil 3, 19-20). Dejando las cosas de este mundo, a disposicin de intereses mundanos. Intereses justificados, adems, con el pretexto de que nuestro centro no est en lo terreno, sino en lo celestial; argumento que esgrimen los mercaderes de la fe para manipular y explotar a los creyentes aduciendo voluntad divina. Manipulacin que se puede constatar

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repasando algunas de las grandes cuestiones teolgicas que son piezas fundamentales de la cristologa de Pablo. Se ha expuesto, con toda razn, que Pablo fue el hombre clave que le dio un giro nuevo y definitivo al cristianismo. En cuanto que consigui hacer de un movimiento laico judo, una religin de los gentiles inseparable de la religin juda. El movimiento cristiano, inicialmente laico, convertido en un movimiento religioso judeo cristiano, se difundi entre los gentiles en todas las provincias del Imperio Romano. Porque fue por medio del mensaje de Cristo cmo se lleg a una autntica in culturacin de la religin juda en el mundo de cultura helenista. Ms an, mediante Pablo, lo que era una secta disidente juda lleg a ser una religin universal, por medio de la cual Oriente y Occidente se entrelazaron estrechamente, asfixiando la doctrina de la trascendencia humana ilustrada y enseada por Cristo, y formulada por la filosofa griega. Sin duda alguna fue una felona de Pablo cercenar la universalidad el mensaje de Cristo particularizndolo para expandir la influencia del pueblo judo en el mundo greco romano. Nunca podremos dimensionar el dao moral que ocasion a la cultura de greco romana, la nefasta influencia juda que tuvo este proceso de divulgacin universal del movimiento religioso judeo cristiano, al asfixiar el cristianismo laico, adoptado por los sabios alejandrinos despus de que el apstol Felipe les comunicara el mensaje universal de Cristo, para enriquecer la educacin de la paideia griega. Esta felona moral, tuvo un precio muy alto. Ante todo, porque, como bien se ha dicho, si se quera preservar la universalidad del mensaje de Cristo, tena que evitarse cimentar su doctrina en la promesa del Dios particular de los ancestros de Israel, y asentarse en la experiencia genrica del fenmeno espiritual de la transformacin humana abordado por msticos y tericos que han formulado la doctrina y la teora de la trascendencia humana y la sociedad perfecta. En este proceso, el emperador Constantino y San Pablo tuvieron una influencia decisiva para institucionalizar y socializar el judeo cristianismo en el Imperio greco romano. Pero lo consiguieron a base de obnibular el radicalismo judo que se advierte y se expresa con fuerza en no pocos textos del Antiguo Testamento Esto no quiere decir, que Pablo mutil el Antiguo Testamento, cercenando las directrices criminales y genocidas seriales dictadas por el Dios a los ancestros de Israel, ni la guerra santa contra los gentiles y sus instituciones, con la sana intencin de hacerlo ms aceptable a los pueblos de las provincias greco romanas ?; sino que utilizo los retrica para que pasaran desapercibidos). Uno de los puntos ms speros que era evadir la responsabilidad de Israel en el crimen de Cristo, y Pablo lo solvent formulando la doctrina de la redencin humana arguyendo que Cristo muri en la Cruz para redimir a la humanidad de sus pecados. Igual de speros eran los textos de odio contra los gentiles escritos en el Pentateuco (Mata al que ofrezca sacrificios a otro dios que no sea Yahv. xodo 22:19 y Deuteronomio 13, 6). La limadura de estas asperezas fue tarea de muchos exegetas entre los que destaca Filn de Alejandra, que logr obnubilar los textos de odi contra los gentiles proponiendo el Alegorismo. Dejando de lado el sentido literal de los textos bblicos a fin de buscar su significado oculto a manera de los orculos griegos. No se trata de que Pablo mutilara el Evangelio de Jess. Abrog la doctrina de Cristo sobre la salvacin eterna por obras de un Dios remunerativo, y la sustituy por la salvacin por fe, y la de la predestinacin, a fin de resguardar las directrices racistas, rapaces, criminales y genocidas seriales dictadas por los ancestros de Israel. Directrices que dej vigentes 8

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arguyendo que los judos seguidores de Cristo son el nuevo Israel, y los gentiles, hijos adoptivos del patriarca Abraham. Como ya se sealado el problema est en que Pablo no conoci al Jess terreno; y por consiguiente es objetivo que las apariciones de Cristo a sus seguidores, fue el punto de partida - y eje toral de la cristologa que Pablo formul para reencausar el cristianismo laico hacia la religin juda; convirtindolo en la religin judeo cristiana. Ahora bien, desde el momento en que Pablo no conoci al Jess de este mundo, sino al Seor del otro mundo, desde ese momento, Pablo no se sinti vinculado a los hechos de la vida, ejemplo de Cristo narrados en los Evangelios, sino vinculado a su experiencia trascendente de Cristo resucitado Pablo. Y precisamente porque nos trasciende a todos, por eso mismo resulta ms manejable y adaptable a las ms diversas doctrinas y especulaciones subjetivas, y apartarse de los hechos de Cristo, la objetividad y la razn. De esta manera El Seor trascendente de Pablo poda ser visto sin especial dificultad como el Seor universal. El problema est en que esta universalidad se alcanz a costa de ocultar la trascendencia humana que se palpa en el Jess de los evangelios. En la cristologa de Pablo, la fe se relaciona directamente con lo religioso y con la especulacin teolgica. Cimentando la fe en la justificacin que Dios concede al pecador. Lo cual explica por qu el pecado, como poder de perdicin, aparece en el centro del pensamiento de Pablo. De ah que la fe, segn el apstol Pablo, est ntimamente relacionada con el misterio de la salvacin definitiva realizada por Dios mediante Jesucristo. Salvacin de la que el ser humano participa por la justificacin que el hombre alcanza por su fe. Esto explica por qu la fe se nos presenta, en los escritos de Pablo, casi siempre en conexin con la justificacin que Dios concede al hombre pecador (Rom 1, 17; 3, 22. 25. 26. 30; 4, 16; 5, 1, etc; Gal 2, 16. 20; 3, 7. 9-12, etc; Ef 2, 8; 3, 12, etc). Esto explica igualmente, que el discurso de la fe, no se entienda a partir de situaciones concretas de la vida ejemplo y enseanzas de Cristo, sino teniendo como modelo a Abrahn que crey en Dios y en el cumplimiento de Sus promesas de satisfacer los deseos del patriarca de procrear una numerossima descendencia que avasallara a todos los pueblos del mundo, y su reino, poder y riqueza no tendr fin, a cambio de su fidelidad al Dios de Israel. Por eso, en la mentalidad de Pablo, el padre o modelo de todos los creyentes es precisamente Abrahn (Rom 4, 16-17). Y si es que relacionamos esta fe con Jess, Pablo la entiende como fe en Cristo o en el Hijo de Dios, que me am y se entreg por m (Gal 2, 16; cf. Fil 1, 29). Lo que supone que vivir la fe, significa mantener la condicin de hombre justificado hasta el final, hasta el alcanzar el logro de la esperanza definitiva (Gal 5, 5). En la escuela bblica, al leer los hechos narrados en el Antiguo y el Nuevo Testamento, enseguida se advierte la tensin y el contraste existente entre __las directrices racistas, criminales y genocidas seriales que los redactores del Antiguo Testamento imprimieron en los relatos de los patriarcas, profetas, reyes y jueces de Israel__ y las directrices de amor, fraternidad y solidaridad universal que los evangelistas imprimieron al redactar los hechos de Cristo. Tensin amortiguada por Pablo en su cristologa. En efecto, mientras que, para Pablo, la fe es una experiencia que expresa la vinculacin del pueblo judo con el Dios de Israel, y para Jess (tal como lo presentan los sinpticos), la fe es una experiencia que expresa la vinculacin inmanente y trascendente del hombre con Dios. Se trata, pues, de dos formas de entender la fe que se ven, no slo como experiencias distintas, sino sobre todo 9

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contrapuestas, unidas por Pablo en su cristologa, en la que lo humano pasa a un segundo trmino, si no es que se desentiende de ello, porque el centro de su pensamiento est puesto en la religin de Israel vinculando a Cristo con en el cumplimiento de las profecas de los ancestros de Israel. Por el contrario, para Jess, la fe expresa la conviccin del hombre de su trascendencia, lo cual vincula al hombre con lo trascendente. Inicialmente, el impulso primordial del hombre es la satisfaccin de sus necesidades bsicas (casa, vestido, sustento, seguridad, matrimonio y descendencia). Satisfechas las necesidades bsicas, este impuso primordial lleva al hombre a esforzarse para satisfacer sus necesidades sociales (identidad, pertenencia, reconocimiento y poder). Y en la madures del hombre, el impulso primordial lleva al hombre a esforzarse por satisfacer sus necesidades superiores o espirituales. Y desde el principio hasta el final del desarrollo fsico, mental y espiritual del hombre; el hombre busca el modo de trascender sus limitaciones fsicas, mentales y espirituales. La necesidad de trascender, es el impulso primordial genrico que da origen a la reflexin y la especulacin, cuyo fruto son las doctrinas de la religin y las teoras de la ciencia, debido a su doble naturaleza material y espiritual (problemtica abordada por la mitologa griega en la historia del centauro Quirn; que siendo mdico, al auscultar una herida que recibi en una batalla, descubri que no poda sanar su herida, debido a que debajo de su piel exista otra naturaleza espiritual tambin herida, y consecuentemente la terapia debera avocarse a sanar lo fsico y lo espiritual ); lo cual hace objetiva la articulacin entre la sanacin del cuerpo, la mente y el alma. Y es por ello, los sinpticos describen a Cristo en sus evangelios como mdico de almas y cuerpos. La gran mayora de los hechos de Cristo en los Evangelios narran las curaciones milagrosas de enfermos: la salud de un paraltico (Mc 2, 1-12 par), la curacin de la hija de Jairo y de la mujer que padeca hemorragias (Mc 5, 21-43 par), el caso del ciego Bartimeo (Mc 10, 46-52 par), el del siervo del centurin romano (Mt 8, 6-13 par), la hija de la mujer cananea (Mc 7, 24-30 par), la devolucin de la vista a dos ciegos (Mt 9, 27-31), la curacin de los diez leprosos (Lc 17, 11-19). En todos estos casos, es la fe de los enfermos la que acta como fuerza curativa. Las expresiones en este sentido son inequvocas: tu fe te ha salvado (Mc 2, 5; Mt 9, 2; Lc 5, 12); viendo la fe que tenan (Mc 2, 5 par); no temas, solamente cree (Mc 5, 36 par). Es ms, la relacin entre la fe y la salud de los enfermos es tan fuerte, que donde Jess no encuentra fe, no pude curar a los pacientes (Mc 6, 5-6). La cristologa de Pablo explica trata de la interpretacin de la salvacin, del pecado y de la religin. Por lo que se refiere a la salvacin, Pablo la entiende como realidad sobrenatural y trascendente: El evangelio es poder de Dios para la salvacin de todo el que cree (Rom 1, 16). Pablo habla aqu de la salvacin definitiva y ltima, la salvacin escatolgica, que consiste en la justificacin concedida por Dios (Rom 10, 10; cf. 13, 11). Y aunque es verdad que Pablo habla, en algn caso, de la salvacin como un bien que se refiere al tiempo presente (2 Cor 1, 10), lo normal es que la entiende como una experiencia de solucin definitiva en el ms all (Fil 1, 19). En lo que se refiere al pecado, la tesis central que plantea Pablo, en la carta a los romanos, es que Jess el Mesas muri por los pecadores, es decir, muri por nosotros cuando ramos pecadores. Y as es como Dios nos salvar por l del castigo (Rom 5, 6-11). Pablo, por tanto, entiende la salvacin como salvacin del

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pecado. Y, mediante tal salvacin, liberacin tambin de la clera divina y del consiguiente castigo (Rom 5, 9-10). La idea que tiene Pablo, sobre la relacin del ser humano con Dios, se centra en el problema de cmo aplacar a Dios ofendido y, en consecuencia, cmo encontrar una salvacin que est fuera de este mundo. En el fondo, es la misma mentalidad que se manifiesta en el himno de accin de gracias del sacerdote Zacaras, el padre del Bautista, cuando bendice a Dios porque concede a su pueblo el cocimiento de la salvacin por medio del perdn de los pecados (Lc 1, 77). La salvacin, para la mentalidad religiosa de los israelitas de aquel tiempo, era salvacin del pecado. Es la mentalidad de la que, sin duda, estaba imbuido Pablo. La teologa de los sinpticos, en cuanto se refiere a la salvacin, es distinta. Porque es salvacin para toda carne (Lc 3, 6; cf. Is 40, 6), es decir, para todo lo humano, lo frgil, lo dbil de este mundo. De ah que Jess pudiera decir a una mujer pecadora: tu fe te ha salvado (Lc 7, 50). Como a Zaqueo le asegur que la salvacin haba entrado en su casa, precisamente en casa de un hombre odiado por el pueblo (Lc 19, 9), y que era motivo de escndalo por el slo hecho de que Jess fuera a hospedarse en su casa (Lc 19, 6). Por ltimo, si hablamos de la relacin entre fe y religin, es claro que Pablo entiende la fe como la respuesta del creyente al kerigma, la predicacin cristiana. As, en Rom 13, 11; 1 Cor 3, 5; 2 Tes 1, 10. Pero, sobre todo, en el conocido texto de 1 Cor 15, 1-18, donde Pablo insiste en que la fe no es sino la aceptacin del mensaje anunciado, en el que la resurreccin ocupa el puesto central. En los evangelios, sin embargo, la fe no tiene nada que ver con un cuerpo de doctrina previamente aceptado. Por eso Jess elogia la fe de personas que ni siquiera eran israelitas, ni por tanto podan tener las mismas creencias religiosas que un judo practicante. Es el caso del centurin romano (Mt 8, 5-13 par), de la mujer cananea (Mt 15, 21-28) o del leproso samaritano, que, siendo un disidente de la religin oficial, es elogiado precisamente por su fe (Lc 17, 19). Ahora bien, si Pablo entendi y vivi la fe de forma muy distinta a como la entendi y la vivi Jess, eso quiere decir obviamente que la cristologa de Pablo difiere, en cuestiones muy fundamentales, de la cristologa que presenta el Evangelio. Est claro, que el problema de la fe se plantea (y se resuelve) desde puntos de vista muy distintos, en el caso de Pablo, por una parte, y en la mentalidad de los sinpticos, por otra. Pablo ve la fe como una conviccin religiosa, en tanto que Jess (segn los sinpticos) entiende la fe como una conviccin humana en las potencialidades del alma para trascender las enfermedades, el dolor y el sufrimiento, las limitaciones de los sentidos y de la mente, y la muerte. Trascendencia humana, que no depende del culto, ni el rito, ni el dogma; solo de la prctica intensa de la virtud y el amor misericordioso o altruismo a fin de alcanzar la trascendencia humana o salvacin eterna. Cuando Jess habla de la fe, se refiere a la confianza y la conviccin que deben tener todos los que sufren los rigores del destino que encontraran el remedio sus enfermedades y sufrimiento, sanado su alma. Es por ello, que cuando Jess habla de la sanacin, encontramos frecuentemente la frmula: tu fe te ha salvado (Mc 5, 34; Mt 9, 22; Lc 8, 48; cf. Mc 10, 52; Mt 8, 10. 13; 9, 30; 15, 28; Lc 7, 9; 17, 19; 18, 42). La paz sea contigo, es la palabra de que Jess dirige a los enfermos y excluidos a quienes ha sanado. Para Jess, segn lo presentan los evangelios sinpticos, la salvacin que produce la fe es,

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ante todo, liberacin del sufrimiento que lleva consigo la enfermedad o cualquier limitacin de la dignidad humana. Estamos, pues, ante dos concepciones distintas de la fe. Dos formas de experimentar el problema de Dios, y la relacin con l, que constituyen el paradigma de la fe. Porque, al hablar de la fe, tanto Pablo como los sinpticos presentan dos formas distintas de manejar la los elementos de la triada pre-teolgica. En relacin al tratamiento del primer elemento de la triada pre teolgica, Pablo en sus epstolas, omite la descripcin neutra de los hechos de Cristo hombre, narrada por los sinpticos en los Evangelios, prescindiendo de la objetividad de lo que es la trascendencia humana de Cristo, describiendo su accin y potencialidades aqu y ahora, para centrarse en la dignidad y accin divina de Cristo resucitado, para explicarlo teolgicamente; es decir en relacin a la vida eterna. En relacin al tratamiento de segundo elemento pre teolgico, los sinpticos omiten toda explicacin, dejando que los hechos de Cristo aqu y ahora expliquen por si solos la trascendencia humana de Cristo y su significado para la humanidad. El apstol Juan da una explicacin mstica de Cristo, evidenciando la importancia de la vida espiritual aqu y ahora. En relacin al tercer elemento pre teolgico o aplicacin prctica, los sinpticos resaltan la importancia de la salvacin por obras predicada y ejemplificada por Cristo hombre, centrada en la prctica intensa del altruismo, el misticismo y el activismo social, a fin de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta. En oposicin a la salvacin eterna por obra predicada por Cristo, los sinpticos y los msticos, Pablo prescribe la salvacin por fe, en afn de alentar a su pueblo a luchar para hacer realidad las promesas que el Dios de Israel hizo a sus ancestros y semillas, predestinados a la salvacin por designio divino; y el apstol Juan prescribe el misticismo o imitacin de Cristo hombre para sanar el cuerpo, la mente y el alma. El apstol Felipe utiliza los hechos de Cristo, narrados en los evangelios, para ilustrar a los sabios alejandrinos promotores de la educacin en la paideia griega, lo que es la trascendencia humana y que es lo que hace el hombre cuando la ha alcanzado, a fin de motivar a los jvenes a practicar la virtud. Hay una relacin estrecha entre la doctrina (ethos) y la conducta (pathos) de sus seguidores que explica los diferentes modelos de ser y actuar. La iglesia siguiendo a San Pablo, adopt el ethos y el pathos de los fariseos y los sacerdotes de Israel, que presuman de justos y despreciaban a los dems (Lc XVIII, 9 al14). Para los sinpticos el relato de los hechos de Cristo, tiene como objeto mover a los creyentes a llevar una vida, digna y abnegada al servicio de sus semejantes, imitando a Cristo. Los msticos renunciando a la riqueza material, el poder y sus placeres, se apartan del mundo, practican las disciplinas asestas para armonizase de alma, mente y cuerpo, a fin de alcanzar la paz interna o nirvana, antesala de la iluminacin que Cristo elev a bien aventuranza eterna, porque el que muere para este mundo vive para Dios. Lo cual, nos introduce al centro del fenmeno espiritual de la transformacin humana acotado por la emergencia inesperada de la espiritualidad anunciando el inicio de nuestro recorrido por la noche oscura de nuestra existencia que conduce a la extincin inexorable de nuestro ego actual o muerte mstica, a fin de dar lugar a una nueva de ser o renacimiento espiritual, prescrito por Cristo a Nicodemo, cambiando drsticamente nuestro egosta ethos y pathos viejo por un nuevo ethos y pathos, ms espiritual ntegramente con nuestro entorno biolgico y social. Recorrido que antes de su culminacin nos desequilibra psicolgicamente y nos hace sufrir terriblemente al no comprender lo que nos sucede. Muchos psiclogos y psiquiatras, toman la emergencia 12

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inesperada del fenmeno espiritual de la transformacin humana, como una patologa neurtica cuya causa puede encontrarse mediante el psicoanlisis, y tratarse prescribiendo sedantes psicotrpicos para mitigar la histeria y el sufrimiento, impidiendo la culminacin de este fenmeno espiritual. Los sacerdotes interpretan el delirium tremens y el sufrimiento que provocan los estados alterados de la mente en este doloroso transe, como una prueba divina o una posesin satnica; y en vano tratan de ayudar a mitigar el sufrimiento de sus seguidores durante el recorrido involuntario por la noche oscura con rituales, rezos y sitas bblicas. Lo nico que puede ayudar a mitigar y resignarnos a aceptar el dolor y sufrimiento que se da durante este recorrido involuntario, es que alguien nos explique la causa y desenlace de este fenmeno espiritual, para saber que no estamos locos como llegamos a creer. Lo cual resalta la importancia de la doctrina budista de la auto transformacin para evitar el sufrimiento durante las crisis existenciales, que tiene como mxima: TRANSFORMATE TI MISMO, TRANSFORMANDO TU MENTE. En ciertas circunstancias las crisis individuales, dan lugar a las crisis colectivas. I,5: LA CRISIS DE LA POST MODERNIDAD. Nos encontramos, definitivamente, ante una crisis extrema individual y colectiva, que ha provocado la crisis del Estado, la Iglesia, la sociedad y sus instituciones. Y en sta crisis actual, la pregunta clave que nos hacernos es cmo afrontar los problemas derivados de nuestra poca post modernista? Cmo afrontar la crisis de valores? Cmo afrontar el nihilismo resultante? Porque la post modernidad implica la posibilidad de destruccin de todos los valores e instituciones tradicionales; ya no hay costumbres, credos, devocin, dogmas, fundamentos, instituciones, ideologas, liturgias o ritos, seguros que queden al margen de esta posibilidad. La post modernidad supone ser post cualquier cosa conocida. Es una reconstruccin, un proceso de deshacer; supone un cambio de identidad, no solo personal, familiar, social, nacional, continental, mundial, religiosa; asi se habla abiertamente de Eurabia ante la posibilidad de islamizarnos, es decir de que en un futuro Europa dejara blanca y cristiana; lo mismo sucede en Norteamrica; lo cual supone la destruccin del nacionalismo, del patriotismo, an ms, supone el cambio de la identidad occidental, fruto de un mundo globalizado. La desvalorizacin supone un vaciamiento de sentido, un nihilismo significativo, aquello que ya vaticinaba Nietzsche. El postmoderno sabe que no hay maana, no hay futuro, o mejor an, que el maana es el hoy, que el futuro es el presente. La post modernidad ya ha acabado con el consuelo metafsico, con el consuelo religioso y finalmente con el consuelo cientfico, las ciencias ya no son garanta de nada, como dice Prigogine: (El fin de las certidumbres: ya no es admisible la idea de una realidad dada). Lo importante de esta cuestin, ES QUE NOSOTROS HACEMOS LA REALIDAD. Tenemos que manejar el cambio, orientndonos hacia un futuro ideal, ya esbozado para evitar que el destino nos alcance sin un proyecto seguro. La post modernidad es, en definitiva, nihilista. El nihilista est condenado a dar vueltas, su mal consiste en su continua insatisfaccin, un no poder amar a nadie ni a nada, una agitacin sin objeto, un ser sin sentido, o mejor an, un sinsentido siendo, un ser que consiste en ser siempre proyecto inacabado, bsqueda incesante de aquello que no se puede encontrar. Nietzsche auscult el alma cristiana, y descubri que el malestar de nuestro tiempo no estaba el individuo sino en la civilizacin occidental enferma y decadente. Y diagnostic la patologa actual de nuestra sociedad: la indeferencia hacia la religin, y exclam Dios ha 13

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muerto! La teologa y moral judeo cristiana son cuestionadas en tanto implican juicios valorativos/morales. Y seal que la solucin para sanar el alma cristina, no es desarrollar una terapia tendente a adaptar el individuo una sociedad decadente, sino renovar las creencias y valores morales judeo cristianos causales de la decadencia de la sociedad. E inici la lucha redentora del cristianismo contra el tradicionalismo judeo cristianismo, a fin de actualizar la doctrina milenaria de la Iglesia, que por su anacronismo y ex temporalidad, es la causa de la severa crisis de la Iglesia y de la perdida de la fe. El reto es superar el nihilismo de la sociedad actual formulando un cristianismo que se pueda vivir y practicar, no en y desde lo religioso y lo sagrado, sino en y desde cristianismo laico, la pluralidad y el sincretismo, resaltando la importancia genrica de la trascendencia Cristo, y sus enseanzas como ilustracin de la praxis para alcanzarla. Y para poder lograrlo tenemos que actualizar la teologa, la cristologa y la liturgia, enmarcadas en la doctrina y la teora de la Trascendencia humana, conceptualizada por la sabidura vdica, instruida por Buda e ilustrada por Cristo; la cual concuerda con los planteamientos de la filosofa clsica y moderna, y las respuestas que la ciencia ha dado a los planteamientos trascendentales: (psicologa, psicoterapia, logoterapia, desarrollo humano, etc.). Sincretismo religioso expresado por Raimon Panikkar, para explicar su sincretismo y pluralidad: Me march cristiano, me descubr hind y regres budista, sin haber dejado de ser cristiano; a fin de hacer objetivos tanto que sustentan el carcter universal del mensaje de Cristo al mundo, como . La desviacin del cristianismo hacia la ecumne Abrahamica se debe a que el mensaje y la vida de Cristo, desde su origen ha sido histricamente preservado y controlado por la Iglesia juda (la Iglesia primitiva, cuando todos en la asamblea eran judos) que, con el paso de los aos y por virtud de un lento proceso, termin por constituirse en la Religin de Occidente, preservada y difundida por la Iglesia cristiana de occidente y oriente donde la asamblea y los ritos se realizan entre cristianos no judos). Por lo que nos relatan los evangelios, podemos afirmar con seguridad que Cristo no pens fundar una Iglesia. Ni pens fundar una nueva Religin, sino iniciar un movimiento laico a partir de lo que l vio y vivi en el judasmo del siglo primero. Prueba de ello, es explicita en su diatriba contra el puritanismo hipcrita de los sacerdotes y escribas de la sinagoga __ya que a pesar de que condena la opresin de los prncipes de la Sinagoga que se enriquecan imponiendo al pueblo por fuerza de ley pesadsimas cargas fiscales con pretexto del culto. Y condena el judasmo, diciendo; Hay de 14

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vosotros escribas y fariseos, hipcritas!, que andis girando por mar y tierra tratando de convertir a los gentiles; y despus de convertidos, con vuestro ejemplo y doctrina los hacis reos del infierno, dos veces ms que ustedes__ Pide al pueblo judo obediencia a los mandatos de los pontfices; diciendo Los sacerdotes, escribas y fariseos, estn sentados en la ctedra de Moiss; luego entonces, practicad y haced todo lo que os dijeren; pero no moldeis vuestra conducta con la suya, porque ellos dicen lo que debe hacerse y no lo hacen; lo cual nos permite aclarar, que una cosa es la nacionalidad juda de Cristo, y otra cosa la religin juda; y si Cristo a pesar de ser judo repudio la religin juda, los no judos seguidores de Cristo no tenemos porque seguir la Torah Juda; es decir que los no judos seguimos a Cristo no por ser judo, sino a pesar de ser judo. Lo cual fue ratificado por Cristo, diciendo: Tengo tambin otras ovejas que no son de este rebao, las cuales debo Yo recoger, y oirn mi voz; y de todas se har un solo rebao y un solo pastor. (Jn X, 16). Los judos y los cristianos grecorromanos podemos caminar juntos siempre y cuando respetemos nuestras identidades y nuestras religiones, lo cual garantiza que haya paz en el trnsito comn; y por ello, los grecorromanos debemos permitir que los judos sigan siendo judos y, los judos deben abstenerse de inculcarnos sus tradiciones y creencias, para someternos a su imperio, pero nunca ha sido as. A pesar de que el cristianismo naci como un movimiento laico de ideales universales, y que han transcurrido dos milenios de lucha entre los que pretenden judaizar el cristianismo y los que pretenden helenizarlo, la batalla continua; por lo que es pertinente sealar, que No, nos interesa convertir a los judos ortodoxos al cristianismo, ni persuadir a lo judos cristianos (si es que los hay) que dejen de seguir al judasmo; lo que nos interesa __es entronizar el helenismo cristiano o cristianismo laico en los pueblos no judos, abrogando de nuestra fe el profetismo judo. Aportando los elementos de juicio necesarios para hacer objetiva la bondad de nuestro intento. Y por ello, debemos remitirnos a los orgenes del cristianismo, a fin de indagar las fallas que cometimos al ensayarlo. Sealando que San Pablo era un fantico fariseo que exaltado persegua y exterminaba a los judos seguidores de Cristo por blasfemos; hasta que los rabinos se dieron cuenta que un gran numero de los gentiles se unan al cristianismo, y decidieran que en lugar de exterminar a los judos cristianos, podan beneficiarse haciendo que los llevaran de la mano a la conquista de los pueblos gentiles; por ello instruyeron a San Pablo para que infiltrara a los cristianos aduciendo haber sido llamado por Cristo resucitado y los sujetara a la sinagoga, a fin de saquearlos y someterlos sin que se dieran cuenta; y por ello unieron los Evangelios con el Libro de Israel como si fueran una misma cosa, siendo contrarios. Es obvio que las tensiones entre el judasmo y el cristianismo, desapareceran, si la Sinagoga dejara de intervenir en los asuntos y la doctrina de la Iglesia, permitiendo que los cristianos no judos, nos separemos del Libro de Israel. Desde luego los esbirros de la Sinagoga nunca van a permitirlo, pues utilizan el Libro de Israel como mordaza para saquear y someter a los pueblos cristianos. Lo grave, es que en este momento los esbirros de la sinagoga parecen estar apunto de ganar la batalla final __abrogando los esfuerzos de los padres de la Iglesia por estructurar la doctrina milenaria conforme a la razn, fruto de los Concilios que se realizaron a fin de dirimir las controversias de la fe que se suscitaron en el transcurso de los siglos__ restableciendo la ortodoxia juda de la Iglesia primitiva o Era comn, cuando todos en la Asamblea era judos, a fin de convertir las Iglesia en sinagogas, los pastores y sacerdotes en rabinos, y los creyentes cristianos en ciervos de los judos. [Moral de esclavos que promueven las Iglesias de la Reforma Luterana].

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El problema radica en que no estamos adiestrados a diferenciar con certidumbre: , , y , debido a los dogmas de la fe que nos impiden desarrollar nuestro espritu critic. Y por ello, la crtica a la utopa cristiana no solo se centra en las cuestiones tericas de la filosofa, la teologa, y la metafsica, sino que las aborda objetivamente la sociologa de la religin y la historia, debido a las implicaciones sociales de nuestras creencias. Es decir, no solo aborda las disertaciones teolgicas, la educacin en los valores, el misticismo y la terapia espiritual, enmarcados en la doctrina y la teora de la trascendencia humana; sino que aborda la historia del cristianismo y la cuestin juda desde la Era comn hasta nuestro tiempo. Debido a que las ideas prevalecientes condicionan a los individuos a partir del momento histrico en que nacen, haciendo que el mundo sea un condicionante natural, concreto y objetivo que cambia con el devenir, sin ser una condicin inquebrantable. Lo cual resalta la importancia genrica de luchar por el cambio de ideas entre generaciones, a fin de rectificar lo que este mal, y corregir el rumbo o trayectoria catastrfica que sigue la humanidad. La disertacin y resolucin de la controversia entre la fe -VS- la razn, deja al descubierto __tanto las semillas del bien (las virtudes que integran el perfil de humanidad perfecta o bien aventuranzas prescritas por Cristo a sus seguidores para disolver el egosmo y alcanzar el perfil de humanidad perfecta necesario para alcanzar la sociedad perfecta donde no haya ni oprimidos ni opresores), como las semillas del mal contenidas en el Libro de Israel, que enaltece anti valores como si fueran valores dictados por Dios, para sin escrpulo alguno hacer de Israel la principal de las naciones; engendrando en el corazn de sus seguidores: la codicia, el crimen, el despojo, egosmo, la hipocresa, la mentira, la soberbia y la venganza__ Convirtiendo el judeo cristianismo en religin chatarra al suprimir la parte espiritual y sustituirla por ritos, ceremonias, cantos, smbolos y gestos espectaculares. Cambiando el eje de la reflexin existencial de la existencia antes y despus de esta vida, por la existencia y pre-eminencia de Israel entre las naciones. Despus de dos milenios de haberse iniciado en el Areopago el dialogo la fe -VS- los de la razn donde los esbirros de la sinagoga han acaparado el uso de la palabra y silenciando los argumentos de la razn, imponiendo el pensamiento nico mediante el autoritarismo, los mandatos de silencio y obediencia; amenazas de excomunin, expulsin de iglesias o institutos donde imparten sus ctedras los religiosos que difieren del dogma o que se atreven a criticar el autoritarismo pontificio, acusndolos de hereja, brujera o pactos con el diablo, etc. Reanudaremos el debate donde toda la humanidad participa __bien sea como interlocutores o como espectadores__ por que es un asunto no resuelto que interesa a los individuos, pueblos y naciones cristianas. Comenzando por sealar los elementos relevantes de juicio que nos permiten comparar los planteamientos, los procedimientos, los fines y los medios sujetos a un procedimiento de anlisis de comprobada eficacia que oriente y ordene las ideas, los hechos histricos y los protagonismos acontecidos en cada una de las esferas del pensamiento relacionados con la paradoja planteada. Haciendo objetivas las identidades y antagonismos, las congruencias e incongruencias, los paralelismos y las desviaciones en diferentes planos y escenarios; a fin de volver al sendero del desarrollo espiritual sealado por Cristo, despus de dos mil aos de haberlo dejado, al desviarnos por el camino de los convencionalismos sagrados de Israel que fragmentan la concepcin del mundo y la hermandad entre los hombres por cuestiones de ideologa, raza y religin.

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Ha llegado la hora de confrontar argumentos de la fe y de la razn en el Tribunal instalado en el Arepago, a fin de concluir el dialogo paradigmtico. Y por consiguiente la crtica a la utopa judeo cristiana y al profetismo judo, comienza por el deslinde del camino ecumnico por el que camina la humanidad hacia el desarrollo espiritual. Utilizando como marco cientfico, el fenmeno espiritual de la transformacin humana y los principios universales del conocimiento filosfico y espiritual, para deslindar el camino ecumnico. Haciendo objetivas las identidades tras la diversidad de creencias para abrir fronteras entre los hombres de buena voluntad, y las desviaciones que separan a la humanidad por cuestiones de raza, costumbres, religin o ideologa y la dividen en oprimidos y opresores, aduciendo voluntad divina. Lo cual nos permite visualizar a la hora de realizar un anlisis aquo de la utopa cristiana, los errores y los obstculos que nos han desviado del camino para alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta. Sealando lo bueno y lo malo que hay en las creencias, las doctrinas y las ideologas que estructuran el judeo cristianismo que profesamos. Confrontndolas con la realidad o praxis que nos permite pasar de las ideas a los hechos y de los hechos a las ideas para rectificarlos. Ajustndolos conforme a la razn, tendente a alcanzar el ideal que nos propusimos. Una vez deslindado el camino ecumnico, podemos diferenciarlo de los convencionalismos sagrados de Israel que demarcan objetivamente la desviacin del cristianismo hacia la ecumene Abraham-ica. Formulada por los redactores bblicos a fin de enajenar, manipular, saquear, someter o exterminar a sus seguidores gentiles (goyins: bestias humanas) mientras los conducen hacia el precipicio de la perdicin eterna Todo lo cual nos obliga a sealar las implicaciones educativas, jurdicas, morales, religiosas y sociales, que nos llevan a promover la lucha por el cambio de ideas entre generaciones . A efecto de reivindicar la dignidad humana liberando al cristianismo de las mordazas de la fe que desde hace dos milenios ataron los esbirros de la sinagoga para mantener a los pueblos cristianos en un estado de indefensin semejante al de las cosas que existen para ser manipuladas, para as poder saquearlos y someterlos sin que se den cuenta. Por ello nos sentimos obligados a pasar del anlisis aquo de la utopa cristiana, a asumir el papel de fiscal de la verdad aportando los elementos de juicio necesarios que ayuden a dirimir la litis propuesta. El punto de vista aquo garantiza que el anlisis de fondo de la crtica sea neutro; es decir que no existe nada personal que nos predisponga a favor o en contra de alguna de las partes que intervienen en el litigio (el helenismo cristiano y el judeo cristianismo.), a fin de encontrar la verdad en marcando la litis cientficamente y utilizando los principios universales del saber filosfico y espiritual, para deslindar la verdad; lo cual dar como fruto un tratado ecumnico interreligioso que rebasa a la ecumene inter-eclesistica y a la ecumene Abraham-ica, actuales. Por ello es importante, conjuntar el budismo, el cristianismo, el helenismo, el hinduismo y el sufismo, en una concepcin genrica o ecumnica que unifique la ciencia y la religin. Es decir, se trata de que tanto la ciencia como la religin sumen esfuerzos haciendo una crtica teolgica desde un punto de vista de la razn metdica, basado en la aplicacin practica del fenmeno espiritual de la transformacin humana con objeto de sacar a la humanidad del estancamiento espiritual donde ha cado, induciendo y promoviendo el cambio de las ideas prevalecientes mediante nuevos puntos de vista. El problema radica no solo en proporcionar a los creyentes las herramientas necesarias para discernir con juicio 17

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justo la Teologa y ensearles como usarlas; si no tambin esclarecer los mecanismos de la transformacin humana, ensendoles las tcnicas y disciplinas, tanto cientficas como msticas requeridas para alcanzar el mximo desarrollo espiritual, a fin de alentarlos a practicar las virtudes opuestas a sus rasgos negativos. Ya que la trascendencia humana no depende nicamente del conocimiento sino de la comprensin de los mecanismos psquicos de la transformacin prescrita por Cristo a Timoteo a fin de renacer con una nueva personalidad integralmente relacionada, basados en la praxis de la introspeccin profunda, el diagnostico de las carencias de nuestro perfil interior, y la prescripcin teraputica de los rasgos negativos de nuestra personalidad que hay que cambiar, mediante el ejercicio de las virtudes opuestas a nuestros defectos. Para ir de las ideas a los hechos y de los hechos a las ideas, pues no puede haber transformacin sin un seguimiento de la terapia prescrita para constatar su efectividad La lucha redentora del cristianismo grecorromano contra el judeo cristianismo planteada por Nietzsche, nos lleva a abordar la lucha por la titularidad de la ctedra de Cristo impartida y formulada por San Pedro y San Pablo, para instruir la doctrina de Cristo a los cristianos judos obligados a seguir y respetar la ley de Israel y las tradiciones judas; y por ello, en la cultura occidental moderna, ha caducado la estructura juda de la doctrina milenaria de la Iglesia, provocando la severa crisis actual, a causa de que en occidente la asamblea de los fieles no se realiza entre judos sino entre greco romanos; y consecuentemente la ctedra y discurso de la Iglesia requiere de una estructura adecuada a la civilizacin, costumbre, cultura, leyes y gobierno de la sociedad occidental moderna. Y al caducar la vieja estructura de la ctedra formulada por San Pedro y San Pablo, la actual titularidad de la ctedra de Cristo y el gobierno de la Iglesia, no puede estar en manos de un pontfice seguidor de Pedro y San Pablo que impida una nueva reformulacin del cristianismo sin judasmo, a fin de universalizar el mensaje de Cristo, modernizando la estructura de la doctrina milenaria de la Iglesia conforme a la razn, enmarcada en el fenmeno espiritual de la transformacin humana. Aqu hay un conflicto muy grande de intereses a causa del poder y el dinero que con lleva la titularidad de la ctedra de Cristo y el gobierno de la Iglesia. Conflicto cuyo inters jurdico, rebasa la estructura jerrquica y gobierno de la Iglesia, y se sita en la sociedad occidental heredera de la cultura greco romana, verdadera propietaria de los bienes de la Iglesia; y por ello, en primera instancia debe resolverse colegiada y democrticamente, en un Concilio entre la fe y la razn que abrogue el judeo cristianismo y entronice el helenismo cristiano. En segunda instancia, ante los tribunales judiciales, a fin de reivindicar los bienes de la Iglesia a sus legtimos dueos, expulsando de las Iglesias al clero judeo cristiano, dando posesin de los recintos sagrados a las organizaciones altruistas cristianas. En tercera instancia en el estrado revolucionario de la indignacin pblica que resuelva lo que no pudieran resolver los Tribunales de la razn y de la Ley, a causa del severo dao moral a la sociedad provocado por los emisarios del pasado que impiden la actualizacin del cristianismo. Durante el siglo XX hemos encontrado algunas respuestas filosficas a la crisis de la modernidad, que podramos enmarcar en dos grandes corrientes: el existencialismo y el neopositivismo. El existencialismo se percata del nihilismo existente, de la cada de todos los valores, y el vaco resultante del mismo, el mundo tal y como lo entendamos se ha derrumbado. La respuesta que se mantiene desde las tesis existencialista supone una 18

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conversin, una conversin hacia la desesperacin, un aceptacin de la angustia existencial, de la nausea. En definitiva, propone la aceptacin sin tapujos del sin sentido de la existencia. La aceptacin de que lo nico que tiene valor es la propia existencia sin direccin alguna. El fundamento de toda tesis existencialista es la base de una conciencia desgraciada, escindida, destruida, tras la crisis de los valores surge el sentimiento trgico, el carcter trgico de la vida, dado que el nico valor es la existencia, y la existencia no tiene ningn sentido, la vida es vaca. El existencialismo cristiano recoge la tensin existente entre el hombre hedonista y el hombre religioso, entre individuo y Dios, mostrando el abismo insalvable, sintiendo, de nuevo, el sentido trgico de la existencia humana. Esta visin pesimista es atemperada en algunas propuestas, como la de Sastre: (El existencialismo es un humanismo), pero nunca deja atrs ese halo de pesimismo, ese afrontar la existencia sin en esos puntos de referencia que servan como faro en nuestro viaje vital. Por su parte el neopositivismo acepta las limitaciones de la razn, aceptan sus lmites, y propone un uso restringido de la misma. La nueva ciencia, la nueva razn, est vaca de preguntas fundamentales, no da respuestas existenciales a las cuestiones que el hombre se plantea, posee un talante marcadamente anti metafsico. Esta nueva ciencia es una ciencia hurfana de fundamentacin ltima, pero si antes esto supona un escndalo inaceptable, basta recordar los esfuerzos kantianos o newtonianos por fundar una ciencia segura y universal, ahora sta nos parece un posicin coherente, nos estamos habituando a la crisis de fundamentos. As nos hallamos ante la trada actual, nuestra poca es una poca no solo postmoderna, sino tambin post existencialista, post metafsica y post tradicional. Heidegger sostena que la razn es el adversario ms obstinado del pensar, y afirmaba que la nica salvacin de la skepsis, es ir ms all de la metafsica y de la ontologa, hacia una especie de mstica, potica, o mitologa esttica, que recorre los nuevos caminos del pensar. Pero si ya la metafsica, basada en fundamentos puramente abstractos, era difcilmente asumible qu podemos decir de esta nueva meta-metafsica? Cmo asumir este nuevo camino que Heidegger propone? As se nos abran dos caminos por recorrer, o bien el camino propuesto por Heidegger, hacia un pensar potico, o bien lanzarnos hacia el vaco del escepticismo. Nuestra sociedad, opt por la segunda, casi obligada ante la dificultad del planteamiento heideggeriano, y el nihilismo profundiz an ms sus races. Junto a esas dos posiciones mencionadas, existencialismo y neopositivismo, podramos incluir lo que Aranguren: (Implicaciones de la Filosofa en la vida contempornea), denomina pensamiento intelectualista que se compondra de una serie de posiciones filosfica que suponen una reafirmacin del papel de la razn, y vislumbran una posible salida al callejn en el que nos encontramos. As el auge de la filosofa husserliana, que representa la confianza en una razn que se auto limita objetivos metafsicos, ms all de las consideraciones estrictamente personales, como la fenomenologa de autores como Merleau-Ponty o Ricouer, suponen resultados a este respecto realmente apreciables. Incluso las actividades del grupo de Oxford, o la filosofa de Zubiri, suponen intentos interesantes por salir de la va muerta en la que nos hallamos. Todos ellos tienen en comn la recuperacin de la razn, pero desde un uso moderado de la misma, dentro de sus lmites. Desde estas posiciones se replantea, asimismo, el problema metafsico desde unas nuevas coordenadas, supuestamente nuestra poca no dispone de un sistema metafsico, por lo tanto, en el mejor de los casos, tendr que ir construyndolo. Ahora bien, cmo emprender el camino hacia un sistema metafsico, siendo la nuestra una poca marcadamente anti metafsica? No 19

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podremos iniciarlo desde posiciones religiosas, ni tampoco sobre el pensar potico que propona Heidegger. Las abstracciones se han vislumbrado como intiles en este camino, ser preciso sustentarse sobre problemas concretos, sobre la ciencia positiva (MerleauPonty, Zubiri), sobre anlisis fenomenolgicos (el mismo Merleau Ponty), o sobre el desarrollo humano de Roger y el grupo de Oxford, solo as ser posible poder ir reconstruyendo, poco a poco, una nueva y modesta metafsica. La fabricacin de enormes sistemas metafsicos es sentida como algo vaco y vacuo. En esta lnea seala Ryle que el desprestigio de los grandes sistemas filosficos coincide con el apaciguamiento del fuego teolgico (RYLE, G: El concepto de lo mental). La gente ya no se ocupa de teologa, y por esa misma razn tampoco se interesa en cuestiones metafsica. Por ello la filosofa actual no gua a nadie, no predica, es ajena a la teologa, e incluso a la poltica, se ha hecho excesivamente microscpica. Es un hecho que esta forma de intelectualismo, tan modesta, puede suscitar el desprecio de los racionalistas, pero qu es ms racional y ms razonable, reconocer nuestra incapacidad para explicarlo todo y aceptar nuestros modestos avances en el proceso de racionalizacin, o intentar sobrepasar los lmites de la razn hasta el infinito? Tras la destruccin originada por la crisis, nuestra labor inmediata debe ser la de reconstruir. Para ello ser preciso tener un proyecto conforme a un plan. Y dicha construccin deber hacerse con tiento, al ritmo que la obra pida I,6: IMPERATIVOS QUE JUTIFICAN Y EXIGEN URGENTEMENTE UN NUEVO ENFOQUE DEL CRISTIANISMO, A EFECTO DE ACTUALIZARLO, RENOVARLO Y ENFRENTAR CON EXITO LA CRISIS DE LA MODERNIDAD Respecto a la actual crisis de la fe, la Iglesia y el cristianismo, puede decirse que el consenso es total. Hay diferencias en cuanto a su interpretacin y a su significado, pero no, en cuanto a su realidad. Son muchos los indicios que lo atestiguan: 1: La desercin de grandes multitudes, a causa del nihilismo generalizado de nuestra sociedad. 2: La lucha intestina entre conservadores -VS- modernistas. 3: El conflicto entre la Iglesia -VS- el Estado. 4: El conflicto entre el clero -VS- la sociedad secular y laica. 5: La lucha intestina entre las Iglesias __Entre los imperativos impostergables podemos citar 1: La necesidad de evitar la muerte anunciada de la Iglesia y el cristianismo. 2: La necesidad de anular la creciente judaizacin del Cristianismo. 3: La necesidad de impedir la creciente islamizacin de Europa. 4: La necesidad de actualizar el cristianismo enmarcando las enseanzas de Cristo en el fenmeno espiritual de la transformacin humana a fin de resolver la controversia entre la fe -VS- la razn. 5 La necesidad de enfatizar el carcter universal del mensaje de Cristo, cristianizando las corrientes de la Nueva Era. Entre los imperativos morales se encuentra la necesidad de 1: El derecho a ser educados en la verdad y los valores supremos de la trascendencia humana y la sociedad perfecta que nos desarrollan espiritualmente y nos permiten alcanzar la supra humanidad, y no en los convencionalismos sagrados de Israel que truncan nuestro desarrollo espiritual e impiden alcanzar la sociedad perfecta, aduciendo falazmente que son valores dictados por Dios. Todo lo cual hace patente la necesidad un nuevo enfoque o reformulacin del cristianismo, porque la religin tal como la hemos conocido, ha entrado en crisis al no resistir los embates de la modernidad, a causa del progreso cientfico que pone entredicho las explicaciones fantsticas de la religin, perdiendo su credibilidad. Son varias causas las que hacen crisis. Sealaremos algunas remitindonos

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nicamente a la religin cristiana en Occidente en donde se hace evidente que la doctrina milenaria esta fuera de poca y de cultura. En la prehistoria la religin haba dado respuesta a los fenmenos que se dan en cosmos, la naturaleza, el hombre, la vida en el ms all y de todo lo que apareca como trascendente: origen y sentido de las cosas y del universo, sentido de la historia y del ser humano, fuente del comportamiento moral, explicacin de la vida y de la muerte, postulacin de una vida eterna, atribuyndolos a la accin y voluntad divina; as es como se han configurado las religiones testas. Recurriendo a una supuesta revelacin religiosa y al autoritarismo pontificio para imponer como dogmas y ley obligatoria sus explicaciones teolgicas inaceptables para el hombre y mujer modernos. Es por ello, que la religin de creencias se haba configurado como antropologa espiritual, epistemologa, cosmologa, moral y visin de la historia. Pero estas diferentes configuraciones de la religin de creencias, son precisamente las que han entrado en crisis; por ello las iglesias estn vacas. Porque para el hombre y mujer modernos, las explicaciones bblicas de las mismas resultan increbles. Y no es, porque al ser humano actual no tenga en gran estima la religin en su especificidad, sino porque la explicacin de los fenmenos que se dan en el cosmos, la naturaleza y el hombre, que postula la religin de creencias como palabra de Dios, son fenmenos naturales cuyas explicaciones y aplicaciones para el bienestar de la humanidad, son competencia de la ciencia, y por ello, tienen que ser cientficas, no de fe. La manera tradicional de ser y de funcionar de la religin de creencias fue convincente durante siglos e incluso milenios, pero ya no lo es ms. La moral judeo cristiana que pareca llamada a permanecer religiosa para siempre, al ser compatible con la revelacin y el dogma, ha dejado de serlo para convertirse en competencia filosfica, argumental, procedimental y, por lo tanto, cientfica; ya que en la modernidad, ninguna moral puede reivindicar ser a priori la correcta, menos an apoyndose en la autoridad de una revelacin. Hoy la moral que necesitamos, tiene que ser coherente con la realidad; es decir debe ser construida a partir de la misma realidad de un mundo globalizado, tan plural y diversa en s y en sus interpretaciones, que sea aceptada genricamente, al ser atea, incluyente, laica, secular y sincretista, en sus visiones, retos y opciones (Vg. Los derechos humanos); y todo ello en un proceso de prueba y error, como cualquier otro conocimiento de naturaleza interpretada y aplicada. La ciencia actual, al derrumbar las concepcioness bblicas de la cosmologa, antropologa, concepcin de la historia y de la moral, propios de la cultura primitiva hebrea, sobre los cuales la religin en sus contenidos y funciones se montaba y articulaba, e incluso con muchos de los cuales se identificaba; explicaciones e interpretaciones de la doctrina elevados a dogmas, tambin se cayeron con ellos. Este es el fenmeno al que estamos asistiendo actualmente. Es una crisis en la naturaleza de los contenidos bblicos, en sus interpretaciones, en su estructura y en su realidad, al no ser aceptables para el hombre moderno; o sea en el fondo, es una crisis de la religin de creencias concebida como revelacin y, por lo tanto, aceptada acrticamente; en pocas palabras, es una crisis de la religin como creencias. Por creencia normalmente se entiende la aceptacin acrtica de enunciados bblicos sin comprobar si son ciertos, debido a que supuestamente son mandatos divinos que fueron escritos, inspirados y revelados por Dios. Esta es la religin que ha entrado en crisis al ser desacreditadas las palabras atribuidas a Dios; y es lo llevo a Nietzsche a exclamar Dios ha muerto!! lo cual implica directamente un acontecimiento actual, implica la negacin de las ideas, las normas, los principios y los fines. En definitiva, la 21

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negacin de todos los valores. El derrumbamiento del reino de valores, del mundo metafsico, del mundo del hombre moderno. No solo es el progreso de la ciencia lo que ha contribuido a la crisis actual. La transformacin de la cultura ha dejado sin el soporte adecuado de credibilidad a la religin. En la cultura actual en todo lo que son valores, la experiencia es la fuente de acreditacin y validacin, pero el judeo cristianismo no es presentado como tal. Aqu hay una explicacin de la crisis en trminos de una transformacin cultural, as como de su superacin. No hay experiencia de lo religioso sin experiencia del mundo espiritual, hay que redescubrirlo para poder conectar convincentemente la religin con la experiencia espiritual. Atrs queda el mito como forma de pensar, con su empirismo y sus tabes, y lo que se abre por delante es un pensar consciente, reflexivo y crtico, en categoras de totalidad y de universalidad y, por consiguiente genrico. El producto de este pensar y de la nueva conciencia, conforma de un abanico de enfoques y opciones que pueden ser de naturaleza religiosa, csmica, metafsica, filosfica, cientfica o teraputica, enmarcados en el fenmeno de la transformacin humana, donde stos se estructuran en la doctrina y teora de la trascendencias humana y la sociedad perfecta. Esto le permite a los nuevos enfoques, liberarse del espacio y apoderarse del tiempo, adquiriendo de esta manera una vocacin y una capacidad universales, vinculadas a una conciencia nueva de ser y de situarse en el cosmos, en el mundo y en la historia. Identificados como corrientes de la Nueva Era por su carcter humanista, laico, sincretista y teraputico, y porque se estructuran y configuran como elementos de la triada preteolgica: fenomenologa o descripcin neutra de la experiencia, explicacin o razonamiento de la experiencia, y aplicacin teraputica de la experiencia. Por su parte, las religiones destas, siguieron permaneciendo vinculadas a sus referentes mticos, mgicos y empricos arraigados en sus viejas tradiciones, cultura e ideologa particular, que tienden a olvidarse al paso del tiempo para dar paso a una cultura y civilizacin universal en un mundo globalizado e intercomunicado por la web. Es decir, tambin podemos explicar la crisis de la religin como un choque de culturas, entre la cultura primitiva hebrea y la cultura occidental moderna. Cuyo efecto transformador signific una autntica revolucin cultural que marc un antes y un despus, un autntico parte aguas en las religiones del mundo, al que Jaspers se refiere con la expresin tiempo-eje similar al parte aguas, antes y despus de Cristo. En pocas palabras, para la religin organizada esta comenzando una nueva transformacin vinculada a un nuevo tiempo-eje a causa del choque de civilizaciones y culturas que se da en la modernidad. As, nos damos cuenta que la religin que est en crisis es la religin anquilosada en las tradiciones ancestrales judas y el fundamentalismo radical; y por ello no es susceptible de transformacin. Aqu es conveniente sealar, que: El cristianismo puro es susceptible de trasformacin debido a que el mensaje de Cristo es universal y eterno; es decir que puede enmarcarse en diferentes contextos, en diferentes culturas, en diferentes modelos, paradigmas, y religiones; de todas maneras permanece inmutable, porque es genrico y universal; por ello, pudo injertarse al judasmo, crecer junto a la cizaa juda, mantenerse en el oscurantismo judo privado de la luz de la razn, sin asfixiarse, cegarse o morir. Y puede soportar la luz de la razn, y enmarcase en el helenismo, el hinduismo, el budismo, el sufismo. Soportar el cambio de paradigmas, y crecer y desarrollarse en el ateismo, el empirismo, el escepticismo, el desarrollo humano, el racionalismo, el humanismo, el misticismo, la nueva Era, la

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modernidad, la post modernidad y el sincretismo; el reto para los cristianos es avocarnos a ello separndolo del judasmo. Con respecto a la existencia de la crisis se puede decir que el consenso es total entre los estudiosos de lo religioso. Hay diferencias en cuanto a su interpretacin y a su significado, pero no en cuanto a su realidad. Muchos fenmenos as lo reflejan. Sealaremos algunos remitindonos nicamente a la religin cristiana en Occidente: En una de sus catequesis semanales trasmitidas a travs de los medios, el Papa, Juan Pablo II, declar que el infierno no poda ser interpretado como lugar sino como el estado mental en el que deviene el ser humano que se condena. La noticia tuvo sin duda un impacto liberador por su efecto de catarsis: por fin!, la mxima autoridad de la Iglesia Catlica reconoca pblicamente algo que muchos de sus fieles hace aos haban cuestionado. Aunque tarde, la noticia tena un efecto liberador, porque la Iglesia, tuvo que aceptar la conclusin a la que por su cuenta ya haba llegado la ciencia moderna; lo cual es evidencia que las Sagradas escrituras y la doctrina de la Iglesia, no son infalibles, sino que pueden ser sometidas al juicio de la razn, a fin de indagar que tan slidos son los cimientos de la fe. En otras palabras, lo que hizo crisis no fue el contenido dogmtico, sino el fidesmo bblico y la ortodoxia juda; es decir la autoridad escatolgica de las Sagradas Escrituras. De ah la celebracin de la noticia. Ms arriba hablbamos de paneles enteros de contenidos que se derrumban como naipes.. Se podr medir el efecto en cadena de una declaracin de este tipo?, a otras interpretaciones tenidas en su tiempo por verdades de fe y as transmitidas les puede esperar, si no les ha ocurrido ya, la misma suerte. Ya entonces se extrajo una conclusin inmediata: si el infierno no es lugar, el cielo tampoco. Pero sobre todo, se podr calcular el efecto de prdida de credibilidad en la misma funcin de la autoridad religiosa? Porque aqu es donde se manifiesta principalmente la crisis. El que conocimientos queden superados, mueran y desaparezcan, es cosa de todos los das. Las noticias en este sentido cada da, por lo esperadas, lo son menos. Lo que aqu la modernidad cobra, es la cada de un conocimiento impuesto y mantenido autoritariamente. Si la autoridad que dogmticamente se legitima entra en crisis, y del mismo modo toda institucin igualmente legitimada, por ejemplo las mismas iglesias, extraar que suceda lo que est ocurriendo: la crisis en la pertenencia a las mismas, la seleccin personal de las propias creencias reteniendo unos elementos y rechazando otros, la indiferencia creciente frente a sus mensajes, y una actitud progresiva de increencia? Los mencionados son otros tantos comportamientos normales, predecibles, y todos ellos apuntando al mismo sndrome: un malestar creciente con las verdades religiosas propuestas dogmtica, autoritariamente. Hace crisis lo que no es especfico en la religin. Hacen crisis los contenidos de tipo dogmtico y hacen crisis todos los contenidos religiosos que sean y se expresen como mgicos y mticos. Porque todos ellos, en la medida en que apelan a la autoridad de las Sagradas Escrituras para que se les otorgue credibilidad, en el fondo estn renunciando a su especificidad, a la experiencia como fuente de validacin, para ubicar su competencia en el dominio de la ciencia y sin guiarse por los criterios y exigencias de sta sino recurriendo siempre a la autoridad. Esto es lo que sucede tambin con los contenidos morales cuando en su pretensin de verdad apelan a referentes nicos y excluyentes, por ejemplo a verdades y normas que seran objetivas y vlidas para siempre. Todo ello ante el temor de caer en un relativismo moral. La crisis en la religin no es obra, pues, del positivismo cientfico o, mejor 23

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dicho cientificista. Es obra de su prdida de especificidad y de su anacronismo. Lo que cuestiona el desarrollo del pensamiento cientfico, es el error cometido por la religin: su pretensin frecuente de ser cientfica, objetiva y emprica, en el mismo nivel de la ciencia. As, el infierno como lugar no cay porque ahora la ciencia lo pueda explicar. Ella no lo puede explicar. Cay precisamente en la medida en que se le pretendi explicar como un lugar, como una realidad fsica y bajo un modelo fsico, siendo un estado mental y espiritual, alterado o perturbado. Esto es lo que cay. En este sentido la funcin que cumple la ciencia con respecto a la religin, es impulsar sta a que descubra su campo, su dominio y su especificidad, y recordarle que su lenguaje es siempre simblico, nunca material, por as decirlo. La ciencia ms bien est ayudando indirectamente a la religin a redescubrirse a s misma mostrndole terica y prcticamente cules no son sus competencias. Hace crisis todo lo que es y funciona como no real, como dogmtico, y por lo tanto, como autoritario y excluyente. As sucede cuando lo que son expresiones propias y legtimas de una tradicin religiosa, y por lo tanto se proclaman como monopolio de verdades nicas, desconociendo as que todas las grandes tradiciones religiosas tienen, expresadas de diferente manera, las mismas grandes enseanzas, el mismo camino, donde se transita en actitud de sincero aprendizaje, unos de otros, y para ello en continuo dilogo y a partir de un reconocimiento de la igualdad de principio que asiste a todas las grandes tradiciones, los derechos humanos y la igualdad de genero. Valores que constituyen progresiva evidencia para el hombre y mujer modernos, de la extemporalidad de la doctrina y el discurso de la Iglesia. Hace crisis lo mgico en la religin. Hace crisis la oracin y el culto entendidos y practicados como un ruego a Dios para que resuelva nuestros problemas, y no como un trabajo sobre nosotros mismos para llegar a ser lo que pedimos. De nuevo, esa oracin es mgica; se desacredita a s misma tan pronto aflora a nuestra mente y a nuestros labios. Pretende convertir en mecnica y en intencional algo que pertenece a otra ontologa: una ontologa que a decir verdad no tiene ontologa porque, sencillamente, es. Quien descubre que la espiritualidad no tiene nada de mgico ni de mecnica, no puede reconocerse en esa idea y prctica de la oracin, porque con razn la siente como un bloqueo, un impedimento para implicarse verdaderamente en el c