CÓMO SUPERAR EL ASMA

porBeth Snodgrass

Presenta la respuesta definitiva al asma, la pesadilla de las enfermedades.

* Cómo reconocer y eliminar las verdaderas causas del asma

* Cómo permanecer libre de asma

* Cómo puede el asmático librarse de todos los medicamentos en cuestión de días

DEDICADO

A todos los que sufren de asma y a todos los seres queridos, con mi ferviente deseo de que dejen de luchar contra la Naturaleza y permitan que ésta les ayude. La Naturaleza es la verdad.

CÓMO SUPERAR EL ASMA

PORBeth Snodgrass

Incluye artículos del

Dr. Herbert M. SheltonDr. Ralph C. CinqueDr. Robert R. Gross

Dra. V. Virginia Vetrano

ÍNDICE

CÓMO SUPERAR EL ASMA

El gran despertadorpor el Dr. Herbert M. Shelton

El Dr. Cinque habla sobre el asmapor el Dr. Ralph C. Cinque

Prólogo

Introducción

El asma bronquialpor el Dr. Herbert M. Shelton

El asma: alérgico y no alérgicopor el Dr. Herbert M. Shelton

La fiebre del heno y el asmapor el Dr. Robert R. Gross

El asma bronquialpor la Dra. V. Virginia Vetrano

Cómo superar el asmapor el Dr. Herbert M. Shelton

El asma, la enfermedad "incurable"por el Dr. Herbert M. Shelton

Dónde encontrar la ayuda necesaria

Nota para los afectados emocionalmente

La dieta: qué hacer para superar el problema

Menú de una semana sugerido para los asmáticos

Recetas y reglas

El verdadero Higienismopor el Dr. Herbert M. Shelton

El gran despertador

La comprensión se ha definido como "la capacidad de hacer más inteligible la experiencia por medio del análisis a la luz de conceptos generales que sean válidos y apropiados".

El hombre que analiza y comprende puede aceptar o rechazar cualquier concepto basándose en la inteligencia. Con cuidado, considera y sopesa todos los hechos y principios envueltos en una proposición y llega a una decisión.

Ni los juicios rápidos ni las aceptaciones o rechazos de tipo emocional tienen su origen en un proceso de este tipo. Cuando aceptamos o rechazamos una idea nueva o una práctica innovadora sólo porque concuerdan o dejan de hacerlo con nuestras ideas preconcebidas, nos dejamos llevar por los prejuicios y las emociones, pero no por la inteligencia.

El análisis es la única vía para seleccionar de manera inteligente distintos tipos de acción. Si carecemos de suficientes datos para hacer un análisis completo, no debemos aceptar ni rechazar nada, sino guardarnos lo que pensamos hasta que obtengamos más datos.

Los medios de comunicación, entendiendo como tal la prensa sensacionalista y seudoeducadora, utilizan una técnica hipnótica para dominar las mentes populares.

Por medio de la repetición constante de los eslóganes, repitiendo frecuentemente palabras y gestos, mostrando siempre la misma imagen ante las mentes de las futuras víctimas, buscan un estado de semi-sonambulismo, en el cual las víctimas hacen exactamente lo que se les dice.

Se dice que la gente está "condicionada" por estos procesos. Los especialistas utilizan cualquier tipo de persuasión, obvia u oculta, para maniatar las mentes de las personas.

Este mismo procedimiento, utilizado por Hitler durante la II Guerra Mundial, sirvió para fraguar la "gran mentira" hitleriana. Tanto en los anuncios como en mucha de la propaganda utilizada por los diferentes grupos sociales, se puede ver el mismo uso efectivo de la "gran mentira". No se puede ofrecer un mejor ejemplo de todo esto que la constante sarta de falsa propaganda de medicamentos que fluye por la prensa.

Entre la gente que ha sido condicionada para que "piense"

en los eslóganes y para que siga a la multitud en todas las cosas, es muy difícil encontrar la verdad. Cuando se presenta ante las mentes de borrego una nueva verdad revolucionaria que parece atentar directamente contra el status quo establecido, parece como si se citara algún eslogan popular que se moviera dentro de la línea del miedo.

En nuestra cultura condicionada por los medios, ninguno es como es: somos copias exactas de lo que nuestros jefes quieren que seamos.

A menudo, discutiendo acaloradamente a favor o en contra de cualquier concepto, sufrimos una incapacidad ocular para mirar debajo de la superficie y distinguir lo que yace debajo. Esto nos hace pasar por alto algo muy significativo, aquello que aceptamos y rechazamos forma parte de un proceso cultural persuasivo muy complejo.

Es desalentador oír las discusiones de aceptaciones contemporáneas hechas por mentes autómatas que constituyen el producto de nuestros medios de comunicación. Pero la situación no es tan desesperada como parece. La verdad puede despertar a los sonámbulos y limpiar, al mismo tiempo, las telarañas de sus mentes.

La sociedad humana jamás ha aceptado a un hombre armado con la verdad. Se les desprecia como seres inútiles y los jefes de la cultura y sus secuaces autómatas lo desacreditan dependiendo del tema analizado. Pero siempre logra deshipnotizar a muchas de las víctimas del proceso cultural de los medios de comunicación.

Hoy en día contamos con muchos sonámbulos que se han despertado de la pesadilla como resultado de su puesta en contacto con la verdad del Higienismo. Debemos llevar esta verdad a cada uno de los durmientes, para que ellos también se despierten.

Dr. Herbert M. Shelton

El asma

En una conferencia ofrecida el 27 de junio de 1979, se le pidió al Dr. Ralph C. Cinque que emitiera un informe sobre su experiencia y los resultados obtenidos de la aplicación del Higienismo y del ayuno en los estados de asma. Esta fue su respuesta:

El asma es uno de esos estados en los que nos gusta trabajar, ya que las recompensas que reportan son grandes tanto para el paciente como para el médico. Supone un verdadero placer trabajar con los asmáticos.

El asma es una situación angustiosa no sólo para los que lo sufren sino también para los seres queridos que le rodean. A menudo, el asmático se aterroriza debido a la dificultad que tiene para respirar, sintiendo incluso que su vida está en peligro, lo que naturalmente alarma a todo el que se preocupa por él. Sin embargo, esta obstrucción respiratoria sólo es peligrosa en casos muy puntuales. Normalmente, el "ataque" no es tan grave como la víctima pudiera pensar. Los científicos han realizado diversos estudios con el objetivo de analizar la cantidad de oxígeno que fluye por la sangre en pleno "ataque" de asma. Estos estudios han demostrado que las personas que sufren de asma no corren un peligro tan alto de asfixia como pudiera creerse en un principio. No obstante, la experiencia es angustiosa, por no decir otra cosa peor. Los bronquios sufren un espasmo, el paciente no puede conseguir el aire que quiere o que necesita, se asusta y ello sólo empeora la situación.

El tratamiento médico, en mi opinión, es verdaderamente devastador. Cuando pienso en lo inefectivo que es y en lo dañino que resulta a largo plazo, siento un gran escalofrío. Creo a pie juntillas que los tratamientos médicos son un grave error para todo aquel que lo inicie. Los medicamentos tienen un origen de lo más deplorable, ya que sólo suprimen los síntomas. Los diferentes broncodilatadores y medicamentos que estimulan ciertos nervios e inhiben otros, intentando que se relajen los bronquios, sólo están, por decirlo de manera suave, agravando la situación del sujeto ya demasiado intoxicado. Además, el uso de tranquilizantes y otros sedantes es demasiado ridículo.

Lo interesante es que nunca he visto a una persona asmática experimentar ningún agotamiento grave después de varios días de ayuno. No tengo tanta experiencia como algunos especialistas, pero jamás he visto que un paciente dejara de respirar cómodamente, es más, puedo afirmar que estos casos anormales suelen desaparecer transcurridos varios días de ayuno.

Un día nos visitó una persona de Arizona harta de ambulancias y hospitales. Traía consigo toda clase de medicamentos ─inhaladores, sprays y fármacos de todo tipo─. El pobre hombre tenía 70 años y sufría de asma y otras condiciones ocasionadas por el consumo de fármacos. Pero, incluso en un caso tan extremo como éste, los resultados después de unos días de ayuno fueron sorprendentes y muy gratificantes. Respiraba sin la lucha a la que había estado sometido antes de llegar al Centro de Salud. Por supuesto, aún se le podía detectar algún que otro sonido irregular en los pulmones, aunque, después del ayuno, desaparecieron para siempre.

Años después, acudió a nuestro centro una chica bastante bonita de 23 años. Era asmática de nacimiento y había pasado la mayor parte de su vida en hospitales. La función respiratoria de esta paciente estaba tan deteriorada cuando llegó que su cuerpo había compensado los daños provocados por el asma durante años. El esternón y la caja torácica se habían retraído, provocando una pequeña joroba en la parte posterior de la espalda. La protusión era muy notable; dicho de otro modo peor, era una deformidad. El organismo había provocado esta anormalidad para aumentar la capacidad real de la caja respiratoria y desarrollar, de esta forma, un mejor funcionamiento. Los médicos le habían administrado numerosos medicamentos, una práctica que había debilitado su situación general, aunque todavía era muy joven para soportar las adversidades. Después de someterse a un programa de ayuno de 23 días, los pulmones pasaron de un estado de mayor congestión a un grado menor. Para esta joven, la mejoría que sintió a lo largo del programa de ayuno fue una experiencia maravillosa, pero la ausencia de agotamiento experimentada desde el primer día fue lo que más le sorprendió. Comenzó a pasear por el patio, tomar el sol, subir las escaleras, asistir a conferencias, charlar sin cansarse, cosas con las que sólo había soñado antes del ayuno. Lo último que supimos de ella fue que seguía de cerca la dieta higiénica, tenía un trabajo interesante, hacía vida social, funcionaba de manera normal y era muy feliz.

Cualquier persona que sufra alguna dificultad asmática o que padezca algún desorden funcional puede recuperar su estado de salud rápidamente si sigue un programa higiénico de ayuno. Me siento profundamente feliz cuando le doy esperanzas de recuperación a una persona que sufre de asma. El hecho de que se pueda alcanzar tal mejora en un espacio de tiempo tan breve es, desde luego, una experiencia maravillosa.

El Dr. Ralph Cinque es licenciado por la Universidad de

California, Los Ángeles, y por la Facultad de Quiropráctica de Western States, Oregón. Es uno de los profesionales más jóvenes y prometedores de la Sociedad Higiénica. El Dr. Cinque es el director del Centro de Salud Utopia en Yorktown, Texas y en la actualidad participa en el Consejo de la Sociedad Higiénica Natural Americana.

Prólogo

Hemos publicado este libro con el firme propósito de introducir a los asmáticos en el mundo del Higienismo, un modo de vida basado en las leyes de la naturaleza para fomentar un bienestar total. En él se informará al lector de las causas, efectos y conceptos erróneos relacionados con la enfermedad. Se ofrecerán consejos sanos y prácticos para recuperarse del asma, y lo que es más importante, para mantener esta recuperación a través de unos medios completamente naturales.

Ofrece un sistema que funciona sin el empleo de medicamentos, pruebas de alergia, o el traslado a un clima nuevo y diferente. Fomentará el único sistema de sanación existente.

Si al principio las ideas que se presentan le parecen demasiado sencillas o simples, si no le parece que en realidad pueda sacar ningún beneficio de estos principios básicos, no se sienta solo. El mero hecho de cómo es hoy día la vida, una serie confusa y desmoralizante de atropellos físicos y emocionales, hace que muchos de nosotros nos encontremos en un continuo laberinto de indecisión. Somos incapaces de ver el bosque a través de los árboles. Como ya sabemos, la simplicidad está pasada de moda, sin embargo, cuando una persona tropieza por primera vez con la simplicidad del Higienismo, encuentra difícil aceptarlo sin una evaluación juiciosa. Debido a que es algo tan obvio como la física elemental de la gravedad o los colores del espectro, resulta fácil aceptar el sistema de manera gradual. Algunos incluso se convierten en apasionados seguidores del sistema, incorporándolo inmediatamente a sus vidas.

Los Higienistas creemos sinceramente que, comprendiendo el asma y aceptando las leyes que gobiernan toda la vida orgánica, aquellos que ahora sufren como consecuencia de sus implacables desgracias, pueden hallar no sólo un alivio permanente, sino también un gran estado de salud y felicidad.

Introducción

El ser humano conoce la virulencia del asma desde el siglo V a.C., sin que ello haya facilitado ulteriores descubrimientos sobre su existencia. Se sabe que el gran erudito de la medicina, Hipócrates, había alertado de los peligros que ocasionaba en los pacientes de asma el trauma emocional, dando a conocer los efectos letales que producían los agravios. Ya entonces se culpaba al polen como uno de los responsables dentro de una larga lista de culpables. Esto provocó que se recomendaran curas inútiles e inservibles que no servían para mucho. Con el paso de los años, la ciencia avanzó a pasos de tortuga en este terreno, ofreciendo al paciente pocas soluciones que terminaran con sus sufrimientos, jadeos, respiración dificultosa, en definitiva con el miedo al próximo "ataque". Rodeados por el velo fanático de las ropas no alérgicas, del aire deshumedecido, escondiéndose de los animales, del sol, de la noche, del día, de los descongestionantes, de las neblinas químicas, ¿acaso puede el asmático librarse de esta rutina ridícula?

¿Por qué, a pesar del paso de los siglos, no han podido los médicos encontrar una "cura" o una respuesta? ¿Por qué tiene la víctima que estar encerrada, pinchada, sedada, incapacitada y, a veces, muerta por los modernos métodos de supresión de los síntomas?

Cuando examinamos de cerca lo anterior, uno puede pasar por alto la irracionalidad que hay tras la implacable búsqueda de algo que no existe. No, la cura del asma no existe, y nunca existirá. Hay que eliminar el asma, como cualquier otro desorden, extirpando sus causas, unas causas que yacen bajo el modo de vida del enfermo. "Su causa" ─dijo un miembro ilustre de la Asociación Médica Americana─ "puede estar relacionada con ciertos alérgenos, factores físicos o emocionales que estimulen grandes cantidades de histamina. Esta sustancia genera cantidades superfluas de mucosidad que se concentran en la membrana mucosa del área afectada, o del lugar invadido, normalmente los bronquios, originando en el paciente una disnea provocada por la contracción de los conductos por los que pasa el aire. Se sabe poco del motivo por el que se produce el excedente de flujo de histamina, pero si quitamos al paciente todos sus alérgenos particulares, probablemente llevará una vida prácticamente normal. No obstante, ya que nadie puede estar seguro del nuevo alérgeno que pueda aparecer, el paciente debe asegurarse de tener siempre a mano algún medicamento recetado".

Así de difícil se le presenta la situación al asmático hoy en día. Apenas conoce a ciencia cierta cuál es la realidad, es

decir que la enfermedad es un estado anormal y antinatural, mientras que la salud es un estado de normalidad. Tampoco sabe que la humanidad vive prácticamente en un estado de anormalidad. Si el enfermo fuera capaz de volver a su estado de vida original, si su ser orgánico volviera a su estado primitivo, dejaría de sufrir asma. Si aprendiera y practicara el sistema del Higienismo, ya lo habría conseguido.

Hemos recopilado los siguientes artículos con el fin de profundizar en el tema del asma a través del sistema del Higienismo. Cada uno contiene un mensaje especial escrito con un sabor especial característico de su autor. Los creadores de estos artículos son los más eruditos en la materia. Todos son profesionales del Higienismo y líderes del movimiento moderno.

El asma bronquialpor el Dr. Herbert M. Shelton

El asma bronquial crónico ha sido descrito como una enfermedad de climas cálidos, que tiene lugar principalmente durante los meses de mayo y junio en el norte, y en abril y mayo en las latitudes septentrionales. Las primeras heladas mitigan sus peores síntomas, así como los de la fiebre del heno.

El asma bronquial se define como "una enfermedad marcada por una disnea intermitente (respiración dificultosa), con respiración jadeante, tos y una sensación de constricción, provocada por la contracción espasmódica de los bronquios (espasmo bronquial) y una hinchazón de la membrana bronquial mucosa. Las crisis duran desde unos pocos minutos hasta varios días".

Al leer libros médicos que versan sobre el asma y que recorren todas las causas atribuidas a él, uno se sorprende de la falta de ideas con respecto a lo que realmente lo ocasiona. Como norma, los libros describen el asma bronquial como una "disnea espiratoria que aparece en forma de crisis ocasionada por alguna irritación refleja de las membranas mucosas nasales, faríngeas y bronquiales". Si el lector se imagina que estas palabras tan grandilocuentes indican que el autor del libro sabe de lo que está hablando, en realidad, con toda esta jerga pretende encubrir una ignorancia y una estupidez.

La idea médica del asma supone una situación absurda, en primer lugar, por la falta total de conocimiento de su etiología y patología. Si la literatura sobre la materia es una "confusión caótica y sin esperanza", tal y como la describiera un médico, también lleva razón al decir que el tratamiento contra la enfermedad es "todavía menos esperanzador". La profesión considera que la enfermedad es incurable, aunque reconoce que algunos "superan la situación".

La mayoría de los autores considera que el asma bronquial surge como una "hipersensibilidad a las proteínas". Sin embargo, ninguno de ellos, buscan el origen de esta hipersensibilidad, denominada alergia.

Los asmáticos se dividen en dos grupos:

(1) Los que son sensibles a las sustancias ingeridas ─ostras, carne, huevos, etc.─.

(2) Los que son sensibles a los irritantes que flotan por el aire ─polen, emanaciones de los caballos, gatos o

perros, plumas, polvo, etc.─.

Los que son sensibles a los alérgenos que van por el aire raramente absorben una cantidad suficiente para que aparezcan los síntomas generales, mientras que, en el caso de las alergias a las comidas, es normal que aparezcan los síntomas de una "reacción" general. En algunos casos, la sensibilidad general a la comida provoca una irritación crónica de todos los órganos del cuerpo, pero será el órgano o parte del cuerpo que sea el eslabón más débil de la cadena el primero que desarrolle la enfermedad. Si la tendencia es asmática, entonces la irritación crónica producida por los alérgenos desarrollará síntomas asmáticos, siempre que las toxinas que produzcan sean suficientes para provocar una "reacción".

Todo el mundo reconoce el poder que tiene el polen de las plantas para provocar una crisis. Asimismo, aceptan el hecho de que el polvo de la casa, la calle, o las emanaciones de caballo, gato, perro u otro animal provocan un espasmo de asma.

Sin embargo, se ha cometido un grave error al catalogar estos agentes como la causa primaria del problema. De igual forma, se ha intentado, como remedio, mantenerse alejado de estos agentes o establecer una "inmunidad artificial".

Se sabe que ciertos alimentos, como los huevos, la carne de conejo, las ostras o las langostas, provocan crisis asmáticas en aquellos sujetos con propensión al problema. En muchos de estos casos, el enfermo tiene una erupción cutánea aguda (urticaria), presentando grandes manchas eritematosas en forma de ruedas muy prominentes en la cara y cuello y en otras partes del cuerpo.

Gracias a su aparición en el cuerpo, los científicos han podido demostrar que el asma surge como consecuencia de una intoxicación proteínica, anafilaxis, siendo los síntomas los mismos que aparecen en el caso de la inyección de suero, aunque rara vez se presenta de manera tan grave o extendida. A veces, es la propia inyección de suero la responsable de los ataques de asma.

La hipersensibilidad a las proteínas (alergia) no es más que otro nombre que se le da a la intoxicación proteínica, o lo que es lo mismo, a un exceso de proteínas, en los que padecen diátesis neurótica.

La causa inmediata de un espasmo bronquial es la irritación de las terminaciones nerviosas del nervio vago, que llega a los bronquios. En algunos casos, el agua puede irritar de tal manera el nervio vago del estómago que una irritación de

dicho nervio en los pulmones puede provocar una crisis asmática. Los medicamentos, los gases y la indigestión también provocan crisis asmáticas, ya que irritan las terminaciones nerviosas en los bronquios.

Respirar aire frío, polvo, polen, gases, olores fétidos u otras sustancias similares produce una irritación directa de las terminaciones nerviosas en los pulmones y provoca crisis asmáticas.

La fiebre del heno y el asma son, en realidad, situaciones idénticas, que simplemente están localizadas en diferentes lugares de la membrana mucosa. Durante la estación invernal, período en el que el aire está completamente libre del polen de las plantas, el asma tiende a desaparecer.

Una atmósfera húmeda normalmente agrava la situación y las peores crisis suelen ocurrir en un día húmedo de noviembre o al día siguiente de un deshielo al principio de la primavera. El aire frío puede provocar también una crisis asmática tan profunda en los enfermos que éstos no puedan experimentar ningún alivio con la llegada del invierno.

Ahora bien, si el agua, los alimentos, los medicamentos, las indigestiones, el aire frío, el polvo, el polen, los olores fétidos o los gases fueran las causas directas y primarias del asma, nadie podría escapar a esta situación. La causa real y básica que produce el asma se halla en la sensibilización de los nervios y las membranas bronquiales. Los especialistas desconocen esta causa fundamental, y la ignorancia de éstos convierte el tratamiento del asma en una farsa y una tragedia.

El asma se basa en una toxemia y en un catarro gastrointestinal. Si los asmáticos no se deprimieran y si sus cuerpos no se llenaran de toxinas hasta el límite de saturación, no serían hipersensibles a las proteínas y a otras sustancias.

El asma siempre conlleva un estado de catarro. Pero no todos los que sufren esta condición desarrollan el asma, sólo aquellos con tendencias neuróticas padecerán esta anormalidad funcional. Las personas no neuróticas pueden desarrollar un catarro muy grave, pero nunca tendrán asma.

No debería haber ninguna dificultad en entender la situación. El asmático sufre su condición mucho antes de que un espasmo bronquial le coloque la etiqueta y si alguna vez comprendemos que en cada caso de asma hay un precedente de

desobediencia de las leyes de la vida, estaremos encaminados para llegar a un cuidado racional y a una recuperación completa y definitiva.

Los impulsos y emociones descontroladas, las preocupaciones del trabajo y del hogar, la falta de equilibrio y de autocontrol, el agotamiento sexual, el exceso alimenticio, la mala alimentación, la falta de sueño, la ausencia de ventilación mientras dormimos, la sobrestimulación, etc., provocan un estado de debilitación que detiene la secreción y excreción de sustancias, conduciendo a la toxemia. Si añadimos a la debilitación una mala alimentación ─demasiada comida, combinaciones erróneas de alimentos, etc.─, favoreceremos la descomposición gastrointestinal y, con ello, la infección orgánica.

El asma se produce, en primer lugar, por una excesiva indulgencia en la mesa. Los efectos debilitantes de una sobrealimentación puede producir asma en los niños. La mala costumbre de administrar fármacos a los niños durante la infancia es la responsable directa de muchos problemas funcionales, similares al asma.

La crisis asmática es una tormenta toxémica que tiene lugar cuando la ingestión de elementos tóxicos supera el nivel de tolerancia orgánica. Los casos de asma agudo se convierten rápidamente en condiciones crónicas, dando lugar a trastornos tan severos como los enfisemas, la bronquiectasis o la tuberculosis.

Como consecuencia de la contracción de los conductos alveolares y bronquiales de los pulmones, el aire no puede llegar a la región pulmonar, lo que impide la oxigenación y purificación de la sangre. Los trastornos respiratorios impiden al paciente descansar y dormir el tiempo necesario, e incluso dificultan la inclinación de la persona convaleciente. El tratamiento paliativo que se utiliza normalmente debilita aún más al organismo, originando una toxemia. Las causas originales no son correctas. Bajo tales condiciones, ¿cómo se puede esperar una recuperación?

Los asmáticos que acuden a nuestro Centro de Salud prueban con antelación todas las curas que se anuncian y, a veces, incluso padecen operaciones de "infecciones focales", presumiblemente procedentes de la nariz, los senos, los dientes, la garganta, la vesícula biliar, el apéndice, los

ovarios u otros órganos sospechosos. La mayoría acuden a nosotros sin amígdalas, e incluso podemos encontrarnos algunos casos de personas que carecen de los senos frontales.

En los casos de asma, las operaciones de amígdalas, de una glándula o de los senos son ridículas, pero son un recurso frecuente. Normalmente estas operaciones se llevan a cabo después de que el enfermo haya ingerido bastante adrenalina, estramonio y morfina. Cuando los médicos comprueban que estos medicamentos u operaciones no logran solucionar el problema, envían al paciente a Texas, Nuevo México, Arizona, Utah, California, Kansas o Colorado. En estos estados, se supone que el clima los curará.

Los asmáticos a los que aparentemente les ayuda un cambio de clima descubren que no están curados, cuando al regresar a casa descubren que todavía tienen asma. Si analizamos en profundidad nuestra propia experiencia, descubriremos que la edad, el sexo, la ocupación o el clima son factores que tienen poco, o nada, que ver con el asma. No en vano, debemos recordar que el asma es una condición que afecta a personas de ambos sexos, de todas las edades, de todas las ocupaciones y en todos los climas. El cambio de clima no devuelve la salud, a menos que vaya acompañado de otros factores.

Existen muchos libros donde se recomiendan ciento y una forma de tratar el asma, aunque ninguno de estos tratamientos tienen validez alguna en la vida real.

Ningún medicamento que tenga el suficiente poder para "actuar" sobre los nervios de los bronquios y que provoque una relajación del espasmo bronquial permitirá una mejora de forma temporal. Esta mejora es sólo paliativa, ya que la toxemia, la intoxicación por los alimentos y la irritación todavía permanecen en el interior del organismo, y tan pronto como el efecto del medicamento desaparezca, volverá el asma. Cualquier medicamento o fármaco, sea cual sea su naturaleza, sensibiliza aún más al paciente frente a la intoxicación alimenticia y reduce la resistencia general del cuerpo.

Los médicos que tratan el asma simplemente por los síntomas (una práctica muy extendida en la medicina actual) utilizan ciertos medicamentos que "actúan" sobre las terminaciones del nervio vago o sobre las fibras musculares de los bronquios. El medicamento más popular en la actualidad es la adrenalina, un extracto que procede de las glándulas suprarrenales de los animales. Este medicamento provoca una mejora prácticamente instantánea, por lo que su utilización entre las personas que sufren de asma es total.

Sin embargo, debemos señalar que la adrenalina no cura el asma, sino todo lo contrario, su ingestión aumenta las crisis de asma, una condición muy difícil de curar. El empleo continuado de adrenalina disminuye considerablemente la vitalidad del paciente y, con el tiempo, destruye todo el sistema muscular, incluyendo el corazón y las arterias.

El estramonio, la morfina y la cafeína (el café) provocan una leve mejoría en los casos de asma, pero transcurrido un tiempo, el paciente deja de sentir el alivio deseado, excepto si se suministra en dosis letales. Debemos recordar que la morfina ha creado muchos casos de adicción entre los asmáticos.

El empleo de vacunas para producir una "inmunidad" ante la aparición de alergias es una práctica bastante popular hoy en día. La llamada inmunidad a la proteína (conseguida en pocos casos) desaparece, y es normal que se repitan las situaciones de asma en fechas posteriores. Muchos de los asmáticos llegados a nuestro Centro de Salud indican en su historial clínico haber sufrido durante años estas prácticas insalubres. Sin embargo, en ningún caso se había conseguido extirpar la verdadera causa de la enfermedad.

El asma se basa en una toxemia y en un catarro, pero, bajo ningún concepto, el perro, el gato, el caballo, las almohadas de plumas o el polen tienen nada que ver con lo que lo provoca. Que sepamos, los únicos perros que tienen algo que ver con las causas del asma son los "perritos calientes".

Cuando se elimina la situación fundamental de toxicidad, desaparecen todas las formas de sensibilización. No en vano, debemos recordar que al desaparecer la toxemia, desaparece también cualquier peligro de sensibilización. Es probable que los pacientes de asma retengan parcialmente su sensibilidad ante la presencia de ciertos alimentos, productos químicos, al calor o al frío, al tener un carácter congénito. Sin embargo, respetando las reglas de convivencia y salud utilizadas en el Centro de Salud, podrán evitar cualquier recaída asmática.

Los pacientes de asma poseen un órgano periférico muy sensible, el área etmoide de la nariz, una región que suele operarse o cauterizarse. Esta sensibilidad anormal suele considerarse como un efecto de la sobrecarga crónica de la toxemia y no como una causa del asma. Por ello, el paralizar la nariz no cura el asma.

Como ya indicamos con anterioridad, la causa principal del espasmo bronquial llamado asma no es más que una irritación, directa o reflejada, de las terminaciones del nervio vago que llega a los bronquios. El efecto irritante que produce las

toxinas sobre el nervio vago origina una hipertonicidad en dicha zona, causando el espasmo en los bronquios. El enfermo asmático se encuentra en un estado crónico de equilibrio delicado entre la absorción y la eliminación. Todo lo que ayude a virar la balanza hacia el lado de la eliminación, servirá para mejorar la situación; sin embargo, la ingestión de elementos tóxicos provocará el proceso contrario, su agotamiento. Esta es la razón por la que es tan necesario evitar todas esas prácticas que debilitan e intoxican el organismo. A veces basta enfriar los pies para que se produzca una crisis asmática y, por el contrario, una crisis se mejora simplemente calentando los pies.

Pocos asmáticos saben que deberían limitar la alimentación, el trabajo o las diversiones y como consecuencia de esto, están constantemente empeorando el problema. Si quieren mejorar y estabilizarse en ese estado de bienestar, tienen que aprender a autocontrolarse.

Todos los enfermos de asma bronquial pueden recuperar la salud y librarse del asma de manera permanente. Pero, ¿cómo? Eliminando la toxemia, recuperando la energía de los nervios y corrigiendo su modo de vida. Todo esto es tan sencillo y tan obvio que sólo los tontos continuarán sufriendo.

EL ASMAAlérgico y no alérgico

por el Dr. Herbert M. Shelton

Hablando en términos generales, los patólogos y los clasificadores médicos, que saben mucho de clasificaciones, pero poco de las causas, han dividido el asma bronquial en asma alérgico y no alérgico. Aunque están muy seguros del origen alérgico del asma, todavía no han determinado su procedencia. En realidad, la alergia no es una situación normal y tiene que haber otra causa que no sea el antiguo cabeza de turco de la medicina: la herencia. Declarar que una "enfermedad" tiene un origen "hereditario" y dejar las cosas así supone un fracaso en el intento de hallar su origen. No en vano, ninguna enfermedad puede ser hereditaria antes de que exista. Los padres deben tomar uvas verdes antes de que les salgan los dientes a sus hijos. Es cierto que si pudiéramos rastrear en el tiempo las llamadas familias alérgicas (desafortunadamente, los archivos de las familias no se remontan mucho), descubriríamos que todas las tendencias alérgicas descienden de ramas no alérgicas.

Las "autoridades" sanitarias afirman que "se desconoce la causa del asma no alérgico, a pesar de realizarse numerosos estudios con este fin". Aunque en un principio, se supuso que el asma tenía su origen en la propia alergia, los análisis efectuados demostraron que este problema no era una condición muy común. Asimismo, se demostró ─o al menos así se nos hizo llegar─ que la alergia tenía su origen en edades muy tempranas, aunque las pruebas han demostrado, posteriormente, la existencia de numerosos casos de asma que no tienen antecedentes y que se desarrollan posteriormente en la vida. Los individuos alérgicos suelen tener familiares cercanos que padecen también este problema, sin embargo, se constataron muchos casos cuya historia familiar no presentaba ningún caso de asma. Por esta razón, se vieron obligado a clasificarlo como asma alérgico, ya que, en estos casos, ni la herencia ni la alergia actuaban como factores determinantes en la etiología del asma.

Los médicos afirman sobre el asma no alérgico que "ningún control medioambiental o alimenticio aporta beneficio alguno al paciente". Sobre el respecto, basta señalar que una profesión que sabe menos sobre dietética que lo que un hotentote sabe sobre astronomía, desconoce cualquier método dietético que ayude a estos pacientes. Asimismo, debemos señalar que los cambios medioambientales ─mudarse a otra zona, airear las habitaciones con aire acondicionado, utilizar filtros para la nariz, deshacerse de las almohadas de plumas o desprenderse de las mascotas domésticas─ no afectan en modo alguno a la recuperación del paciente, ya que éste no sufre ninguna

alérgico externa. El enfermo tiene que seguir sufriendo su "asma intratable" que nos aseguran es muy "común".

Estos pacientes no sólo sufren de asma, sino que también padecen las consecuencias del tratamiento empleado. Las "autoridades" sanitarias afirman que "el tratamiento principal (en casos de asma no alérgico) pretende eliminar el moco espeso, que es la principal lesión". Es un tratamiento que viene a ser como sonarse la nariz durante un resfriado, pero lejos de eliminar las sustancias tóxicas, se aumenta la carga nociva presente en el organismo. Al desconocerse la causa, resulta imposible eliminar el problema, convirtiendo esta práctica en algo perjudicial para el sistema..

"Ingerir diariamente unos 2 ó 3 gramos de yoduro potásico durante los primeros días de resfriado, disminuye la viscosidad de la sustancia mocusal". Sin lugar a dudas, nos encontramos ante el antiguo tratamiento "expectorante". Al expulsar el yoduro potásico, la membrana mucosa también se libra de una gran cantidad de agua, disminuyendo la viscosidad de la mucosidad. Sin embargo, debemos señalar que el yoduro potásico es un veneno virulento que daña seriamente el sistema orgánico. Si se toma de manera regular durante un largo período, tal y como ocurre en los casos de "asma intratable", los resultados son peores que los del propio asma.

En todos los casos de asma, ya sean alérgicos o no alérgicos, se produce un espasmo de los pequeños bronquiolos, una condición que estrecha su abertura, disminuyendo la cantidad de aire que entra y sale de los pulmones. De esta forma, podemos afirmar que es este espasmo, y no la mucosidad, el causante del bloqueo de las vías respiratorias. Los especialistas nos aseguran que "la eliminación del espasmo bronquial mediante la ingestión de epinefrina, efedrina y aminofilina por vía intravenosa o vía rectal permite la expulsión de la masa mucosal menos espesa." Casi todos los casos se caracterizan por la presencia de un edema en el tejido mucoso de los bronquiolos. A este respecto, las autoridades afirman que "el edema mucosal es el factor menos importante para la utilización de cualquier antihistamínico".

A la vista del fracaso uniforme que han experimentado las medidas sanitarias en el tratamiento del asma, resulta divertido encontrar afirmaciones tan ridículas como la siguiente: "Cuando nos encontramos con una infección bronquial secundaria, común en muchos de estos pacientes, debemos adoptar el tratamiento sintomático más apropiado, ya que de lo contrario la pus obstruirá aún más los bronquiolos. Cuando los conductos del aire estén libre de toda obstrucción, cesará el asma. En cualquier caso, debemos recordar que los factores

fundamentales continúan trabajando, aunque la ingestión diaria de yoduro potásico y los compuestos de efedrina facilita la respiración del paciente ─hasta que provoque su muerte─. Algunos pacientes no necesitan más medicamentos después de la primera dosis, ya que la recurrencia es un tanto anormal. Gracias a una terapia sintomática, muchos de estos pacientes pueden librarse del asma para siempre. Este tratamiento no sólo mejora la salud de la persona, sino que evita peores complicaciones".

Esto resultaría cómico si no fuera tan trágico. Al principio, el autor admite que el tratamiento es sólo sintomático, que no elimina la causa, que deja operativos los "factores fundamentales" y que no provoca nada más que una leve mejoría; sin embargo, más adelante afirma que previene serias complicaciones. Nadie más que un idiota de nacimiento y un médico pueden entender que dicho tratamiento es el principal responsable de las complicaciones. Cuando se falla la causa y el tratamiento trata con la muerte, las complicaciones son siempre inevitables.

La hipersensibilidad bronquial es la frase barata que se aplica cuando la situación de la membrana del tejido bronquial es sensible al polvo, polen, mohos y otras sustancias que pueden inhalarse. Esta condición recibe el nombre de alergia, y los individuos que la padecen tienen asma alérgico. Después de realizarse varios experimentos, se ha descubierto que cuando uno de estos individuos sensibles inhala una gran dosis de moho, polen o polvo se inicia, de manera inmediata y a veces violenta, una crisis asmática. Por el contrario, las pequeñas dosis ocasionan sólo crisis menos violentas. Sin embargo, los experimentos y las experiencias de este tipo nunca han transmitido a los "científicos" que en los casos de "alergia" alimenticia también existe la palabra exceso. Durante mucho tiempo, los médicos se han contentado con dejar las cosas tal como están, sin profundizar en la causa del asma alérgico. ¿Por qué es la mucosa bronquial hipersensible? ¿Puede encontrarse y eliminarse la causa de esta hipersensibilidad? Si se elimina la causa de la hipersensibilidad, ¿podrá acabarse pronto la hipersensibilidad? Es decir, ¿sigue un estado de salud a la eliminación de la causa que produce la enfermedad del tejido mucoso de los bronquios?

A veces intentan apartar a sus pacientes de las fuentes de la irritación externa. De esta forma, les recomiendan acudan a zonas costeras o montañosas para evitar cualquier contacto con el polen; les piden que reduzcan el tiempo de compañía con sus animales domésticos; les solicitan que duerman lejos de sus parejas, que pongan aire acondicionado en las habitaciones, que lleven filtros para el polen, que apliquen un sedante en la parte interior de la nariz y que se deshagan de las almohadas

de plumas, de los colchones de plumas o de las alfombras de pelo. Sin embargo, esta práctica suele ser bastante cara e inútil. Debemos señalar que no todo el mundo puede permitirse estas sugerencias, ¿quién, sino el rico, puede permitirse el lujo de abandonar su trabajo cada año y marcharse para una estancia en las montañas o para hacer un viaje? ¿Cuántas personas pueden costear una instalación de aire acondicionado en sus casas? ¿Cuántos asmáticos pueden permitirse pasar los días y las noches en habitaciones con aire acondicionado, sin salir nunca al trabajo y sin atender sus negocios?

No obstante, los eruditos de la medicina han descubiertos otras posibilidades. La virulencia del arsénico es un dato constatado y sabido por todo el mundo, sin embargo, la ingestión gradual y dirigida de esta sustancia permite su utilización diaria sin ocasionar un daño aparente inmediato. Algo que sucede también con otros elementos tóxicos como la nicotina. Los científicos afirman que el organismo genera una capacidad de "tolerancia" para evitar los riesgos de estos venenos. Ahora bien, ¿por qué el cuerpo humano encuentra ninguna forma de establecer una tolerancia para los alérgenos, posibles factores que provocan el asma? La respuesta es muy simple, si el nicotinismo crónico es la "cura" para el nicotinismo grave, ¿por qué no puede la alergia crónica "curarse" con la alergia grave?

Diversos experimentos han demostrado que el paciente "hipersensible" que inhala una dosis inusual de polen, moho, polvo o gas, sufre "un fuerte ataque asmático", así como una "hipersensibilidad". Este "estado de hipersensibilidad puede permanecer estable durante bastante tiempo", si no ingerimos ningún otro alérgeno al paciente, "sin embargo, la presencia de otra sustancia externa puede provocar, supuestamente, reacciones mucho más severas". Ahora bien, si el individuo sensible inhala dosis mucho más pequeñas de polen, moho, polvo de casa, abono animal, etc., "la hipersensibilidad del paciente puede transformarse de manera gradual en una hiposensibilidad", es decir, en una sensibilidad disminuida. Por ello, los especialistas intentan establecer una tolerancia hacia el polen, polvo o caspa, mediante la administración de dosis pequeñas.

Mientras se culmina este proceso de tolerancia, debemos saber que "la supresión de ataques asmáticos provocados por alérgenos mediante la ingestión de isoprelanina" no interfiere "en el proceso de hiposensibilización", aunque, desgraciadamente, tampoco previene esta condición. También

debemos saber que suprimir los síntomas mientras se esté llevando a cabo el proceso de tolerancia a la intoxicación proteínica es una práctica "segura".

Los representantes médicos anteriormente mencionados hablan sobre el origen y la "curación" del asma en el Anuario de Medicina de 1952, sin lugar a dudas, la élite del pensamiento y práctica médica de la actualidad. No obstante, quisiera finalizar este estudio incluyendo otras opiniones médicas. Los especialistas en alergia afirman que el polvo y el césped tienen reacciones positivas en las pruebas hechas a personas que no son alérgicas. Probablemente, si avanzaran por este camino, descubrían que esto sucede con todas las sustancias que emplean en sus pruebas.

Hace tiempo acudió a nuestro centro una mujer procedente de Johannesburgo, Suráfrica, aquejada de asma. En su escala hacia los Estados Unidos, visitó a un especialistas médico le realizó las pruebas de alergia al polvo de la casa ─como si el polvo de las casas de Londres fuera idéntico al de Johannesburgo─. Sin embargo, los médicos de Londres fueron lo suficientemente honestos como para decirle a la mujer que no podían hacer nada por ella. Esto es mucho mejor que la práctica empleada por numerosos médicos, coger el dinero, a pesar de no hacer absolutamente nada.

Los médicos no pueden hacer nada con las personas que sufren de asma alérgico, como afirmara hace tiempo un ilustre especialista. El periódico de ámbito local San Antonio Express publicó el 17 de agosto de 1952 un artículo escrito por el doctor Walter C. Alvarez, miembro de la Clínica Mayo, que llevaba por título "Cómo convivir con su alergia". Cuando la profesión se encarga de enseñar a la gente cómo convivir con sus alergias, significa que no se conocen las causas de las alergias y que éstas no tienen remedio. El mismo título del artículo lleva impreso el anuncio de derrota. Álvarez es miembro emérito de la sección de medicina en la Clínica Mayo y profesor de medicina en la Fundación Mayo. Está considerado como uno de los "peces gordos" de la medicina en Estados Unidos.

El Dr. Alvarez afirma que diagnosticar las alergias es muy difícil "porque la alergia imita otras enfermedades". En su artículo nos ofrece ejemplos en los que los individuos "alérgicos" desarrollan "ataques" de dolor abdominal después de una taza de café, o dolores después de haber comido un par de huevos similares al cólico por litiasis biliar; un dolor similar a una úlcera de estómago después de comer huevos, cantalupo o leche; convulsiones que parecen epilepsia después de comer fresas; síntomas similares al de la artritis,

peritonitis, apendicitis; dolores parecidos al de una vejiga urinaria enferma, o una enfermedad coronaria después de comer algún tipo de alimento al que el paciente sea "sensible". En dicho artículo, nos cuenta el caso de una mujer que sufría "unos ataques horribles" después de consumir leche o queso. Asimismo, afirma de la existencia de otra dificultad en el diagnóstico cuando parece que los síntomas alérgicos se deben simplemente a una tendencia nerviosa. Añade: "A veces, parece que la tendencia sensibiliza a la persona de manera que puede reaccionar más violentamente ante una alergia". Para ilustrar este tipo de alergia, afirmaba conocer a varias personas "sensibles a los alimentos" que sufrían ataques de asma, dolores de úlcera, fiebre del heno, urticarias, sólo cuando aparecían de visita sus temibles suegras. En otras ocasiones, cuando la persona estaba tranquila, los alimentos dañinos causaban poco daño o casi ninguno. También menciona la influencia "sensibilizante" de los estados de ansiedad y fatiga.

A la vista de mis propias experiencias con pacientes que sufren de las llamadas alergias a los alimentos, diría que el principal problema en todos los casos descritos por el doctor Alvarez era una indigestión provocada por una debilitación y una errónea combinación alimenticia, cuando estaban emocionalmente deprimidos. He tratado a muchas personas que decían ser alérgicas a los cantalupos sólo cuando lo combinaban con otro alimento. La profesión a la que Alvarez pertenece se niega a reconocer cualquier limitación enzimática y, por lo tanto, se niega a creer que pueda haber cualquier combinación de alimentos que favorezca la indigestión.

La profesión médica sostiene muchas posturas conflictivas sobre la "alergia". Alvarez nos dice que algunos médicos no saben lo suficiente de las alergias, mientras que otros se creen capaces de detectarla en casi todos sus pacientes. Asimismo, afirma que algunos médicos creen que la alergia se encuentra en la mente de los pacientes, mientras que algunos alergólogos son tan extremistas en sus posturas que no todos los especialistas aceptan sus conclusiones. Cree que el médico inteligente "sigue un término medio y mantiene los pies en el suelo". Esta confusión y este desacuerdo son característicos de la opinión médica en cualquier tema. No existe ninguna materia sobre la que estén completamente de acuerdo.

Para aumentar aún más si cabe la confusión sobre el tema, el Doctor Álvarez asevera que los alergólogos tienen distintos

métodos de diagnóstico con resultados muy conflictivos. Algunos especialistas afirman que el maíz es el culpable directo de las alergias alimenticias, mientras tanto, otros dicen que el maíz es completamente inofensivo. Al mismo tiempo, nos explica que mientras unos utilizan sus propias "pruebas epidérmicas", otros confían poco en estas cosas. El propio Alvarez afirma que, "hasta que las cosas se asienten, el paciente alérgico debería confiar más en el médico que realiza una historia de búsqueda y que confía en su experiencia que aquellos que realizan trabajos de detectives".

Esto indica que Alvarez no confía en las "pruebas". Pero si estas pruebas no son de confianza, y muchos "alergólogos" admiten que a veces llevan a error. Es más, si no podemos confiar en la parte "científica" del trabajo de los médicos, ¿cómo podemos confiar en los juicios a los que han llegado de manera empírica? Si todos los médicos van a confiar en su propia "experiencia", y, como bien se sabe, a menos que se interprete correctamente, la experiencia apunta en todas las direcciones a la misma vez, ¿dónde puede acudir el pobre paciente? Me temo que lo deja justo donde está ahora, convertido en víctima de la ignorancia y de una publicidad insensible. Los detectives médicos siguen demasiadas pistas falsas y llegan rápidamente a callejones sin salida, tanto en los diagnósticos como en los tratamientos.

Desde mi punto de vista, las pruebas de alergia no son, en absoluto fiables. La "reacción" defensiva del organismo ─irritación e inflamación─ es una práctica tan normal y necesaria como el acto de dormir. Si introducimos en la piel humana excrementos de vaca, pelo de caballo, clara de huevo u otra sustancia, y el cuerpo no se resiente de ello y produce el típico fenómeno de resistencia y rechazo, existe alguna anomalía en el sistema defensivo del organismo. Algunos tipos de "hipersensibilidad" no son más que una resistencia rápida y vigorosa del cuerpo humano.

Sin embargo, la confusión aumenta a medida que Álvarez continúa. En su artículo afirma que "todavía queda alguna cuestión, como por ejemplo si algunos problemas parecidos a los de la alergia tienen un origen alérgico". Ofrece, a modo de ejemplo, casos de urticarias cuyos orígenes parecen hallarse en ciertas "tormentas psíquicas", y "ataques de asma cuyo responsable no es otro que un simple enfado o una exposición continuada a una corriente de aire o al aire frío de una habitación con aire acondicionado". Añade que es difícil explicar por qué el calor, el frío, la luz brillante o algunos medicamentos sencillos, como la aspirina, provocan "reacciones de tipo alérgicas". "Algunos alergólogos ─afirma─ creen que la migraña es simplemente una enfermedad alérgica, mientras que

otros aseguran que no lo es y que una reacción alérgica no es más que una de las cosas que pueden "accionar el gatillo" y desencadenar un dolor de cabeza".

Creo que toda esta teoría de la "alergia" no es más que una cortina de humo donde poder esconder la ignorancia científica sobre el verdadero motivo de su inicio. Las "tormentas psíquicas", el calor, el frío, el aire acondicionado, el enfado o las corrientes de aire pueden provocar estos síntomas sólo en los débiles y en los toxémicos. Sólo se trata de factores debilitantes que suponen una detención añadida a la eliminación y que, por lo tanto, incrementan la carga toxémica. Cuando se comprenden las causas de la debilitación y la toxemia, el resto de factores que en conjunto constituyen la causa de las "enfermedades" más simples se sitúan en sus lugares correspondientes. Una luz brillante puede ser muy debilitante, sobre todo para los individuos que ya son débiles.

Álvarez asegura que millones de personas sufren de alergia y que miles van a la consulta del médico con enfermedades curiosas cuya naturaleza alérgica aún no se ha descubierto. El hecho es que la alergia intenta suplantar al microbio y al "virus" como la causa universal de las enfermedades. En los tiempos venideros, se clasificarán como alergias muchas enfermedades que hoy no se reconocen como tales. El fanatismo "alérgico" no ha perdido todavía su fuerza. Año tras año, recibo en mi consulta miles y miles de enfermos de "alergia" con todo tipo de historias acerca de pruebas y con listas de todo tipo de sustancias a las que son "alérgicos". Sin embargo, cuando corrigen sus hábitos de vida y se libran de la toxemia, no vuelven a sufrir dichas "alergias".

La causa principal de su aparición es el consumo continuado de proteínas, féculas y azúcar. Como afirma el propio Álvarez, la aparición de "alergias" se ha trasladado últimamente a los propios recién nacidos, niños y jóvenes. En su artículo afirma: "Normalmente, no suele aparecer en personas de mediana edad que jamás hayan padecido fiebre del heno y que siempre hayan podido digerir cualquier cosa". Sin embargo, hay casos de fiebre del heno y de asma, así como de otras "alergias", que se desarrollan después de la madurez e incluso hacia la mitad de la vida. Pueden llamar a estos casos de asma "asma no alérgico", pero no pueden hacer lo mismo con los casos de fiebre del heno. He visto cómo se ha desarrollado un eccema en hombres de más de sesenta años que no tenían antecedentes de nada catalogado como "reacciones alérgicas".

Si analizamos a una persona "alérgica" al cantalupo después de librarle de la toxemia, descubriremos que, después de todo, puede comer todos los cantalupos que desee con total seguridad. Por supuesto, resulta difícil creer que la toxemia no es más que una etapa de la toxemia. Algo parecido sucede si tomamos a un enfermo de fiebre del heno o a un asmático y lo libramos de su toxemia y descubrimos que, después de todo, su supuesta "alergia" ya no existe. Sin lugar a dudas, resulta evidente que la alergia no es más que una etapa de un estado de enfermedad que se puede remediar eliminando la toxemia, devolviendo la energía normal a los nervios, corrigiendo los hábitos de vida y evitando ciertos alimentos. Si la mujer que sufre de migraña, limpia su organismo y vuelve a su estado de bienestar, difícilmente podrá emplear los alimentos como chivos expiatorios de sus dolores de cabeza.

No podemos emplear un tipo de cuidado basado en el supuesto de que la fiebre del heno y el asma surgen como consecuencia de la alergia. Sin embargo, sí podemos hacerlo con un tipo de cuidado basado en la teoría de que estas dos enfermedades se deben, como todas las enfermedades, a la toxemia. Si el eccema y la urticaria tienen remedio ─basta seguir un estilo de vida saludable─, ¿cuáles son la teoría y la práctica correctas?

Abstenerse de los "alimentos culpables" no es un remedio, ya que el paciente sufrirá de nuevo estos problemas en el instante en el que comience a ingerir otra vez dichos alimentos. Asimismo, puede ser "alérgico" a otras muchas sustancias de las que no es consciente.

La única forma de acabar con el problema es eliminando la toxemia, devolviendo la energía normal a los nervios y corrigiendo el modo de vida. Sólo de esta forma conseguiremos comer cualquier alimento sin peligro de que volver a padecer los mismos síntomas.

La fiebre del heno y el asmapor el Dr. Robert R. Gross

El término "alergia" indica que la persona alérgica reacciona al entrar en contacto ─ya sea a través de la boca, de la nariz o de la piel─ con determinadas sustancias de manera distinta a como lo harían las personas normales. Se dice que los tejidos de su cuerpo tienen una mayor sensibilidad que los de los no alérgicos. Cuando se expone a los alérgenos responsables, su "reacción cambiada" demuestra en sí misma los síntomas característicos ─ojos enrojecidos, nariz congestionada, sarpullidos, dolores de cabeza o problemas abdominales─. Casi todo el mundo considera un plato delicioso e inofensivo, una fuente de fresas o de tomates. Sin embargo, algunas personas sufren sarpullidos agudos, hinchazones en los ojos o ataques asmáticos al consumir estos productos. Se considera que estas personas son sanas y llenos de energía, pero en el lenguaje de hoy son "alérgicos a las fresas y a los tomates". El término "alergia" se usa en general para describir la causa de todos los síntomas cuya existencia desconcierta a los médicos. Se ha dicho que muchos individuos son "alérgicos" a sus propios cuerpos y que enferman debido a ello.

La profesión médica cree que la causa fundamental de la alergia es una sustancia química muy poderosa: la histamina. Este es el detonante que supuestamente pone en marcha el ataque alérgico. Se dice que la histamina, irritada por el polen o los alimentos, enciende la mecha de una explosión de estornudos, jadeos, tos o picores. La profesión no ha encontrado todavía una explicación al porqué algunas personas son hipersensibles ante ciertos irritantes. Se cree que dicha reacción se debe a algún defecto de los tejidos de la persona alérgica que provoca la producción de demasiada histamina cuando entran en contacto con las sustancias alérgenas.

Los medicamentos empeoran las "alergias"

A pesar del uso de antihistamínicos, adrenalina, sprays nasales, gotas, efedrina, adenocorticotropa, cortisona, inoculadores y pruebas de alergia, existe un aumento progresivo de alergias, cuyos síntomas se agravan de manera gradual.

Estos medicamentos complican los síntomas, provocando una cronicidad, y precipitan la aparición de los llamados "efectos secundarios": palpitaciones cardíacas, náuseas, nerviosismo, erupciones cutáneas, mareos, insomnio, estupor, escalofríos y dolores de cabeza. Sus efectos tóxicos son más devastadores que la propia "enfermedad".

No existe ninguna diferencia clave entre la fiebre del heno y el asma. El primer caso, la fiebre del heno, afecta directamente a la sección nasal del tracto respiratorio; el segundo afecta a los bronquios. En muchos casos, afecta a ambos. El nombre de fiebre del heno es inapropiado ya que el causante no es el heno y el enfermo no presenta fiebre. El polen de las plantas que fluye por el aire (principalmente el de la ambrosía y el de las hierbas); la presencia de moho, polvo y pelo animal en la atmósfera; la inhalación de raíz de oris ─la base principal de casi todos los cosméticos─, son factores que intervienen en la aparición de síntomas, como la aparición de picores en los ojos, nariz y cielo de la boca; la obstrucción nasal; la crisis de estornudos; los ojos inflamados; y la nariz congestionada─.

El asma es una condición morbosa que dificulta el proceso respiratorio durante las crisis de espiración. Este problema va acompañado de jadeos, tos, respiración lenta, sudoración, cianosis (la piel se pone azul) y enfriamiento de las extremidades. Las membranas musculares de los bronquios se ponen espásticas (estiradas y contraídas) y oclusionan la abertura de los conductos por los que fluye el aire, dificultando la respiración. Estas crisis agudas tienen lugar en procesos temporales descontinuados, aunque normalmente suele iniciarse durante la noche. El "ataque" puede durar sólo unos minutos o continuar durante horas o días. Entre "ataque" y "ataque" el paciente parece encontrarse bastante bien.

El asma es una manifestación de una toxemia crónica

A lo largo de todo el cuerpo ─en la piel, en las membranas mucosas de la nariz, boca y ojos; en las articulaciones, músculos, tendones y ligamentos, y en la mayor parte de los órganos y glándulas─ existen receptores microscópicos de las terminaciones nerviosas. Estos receptores infinitesimales transmiten, de manera variable, sensaciones de dolor, de presión, de calor y de frío a los nervios más profundos de la médula espinal del cuerpo. Algunas de estas sensaciones son transmitidas al cerebro por medio de una percepción consciente. Cuando vivimos de manera incorrecta, permitiéndonos malos hábitos alimenticios, pensando erróneamente, no durmiendo lo bastante, y faltos de aire fresco y ejercicio, nuestros cuerpos se resienten y pierden vitalidad. Este estado de debilitación provoca una disminución en el proceso eliminativo, aumentando la carga tóxica existente en los tejidos, los vasos sanguíneos, los órganos y los receptores de las terminaciones nerviosas. Consecuentemente, el sistema genera un estado de susceptibilidad e hipersensibilidad que magnifica los síntomas de la fiebre del heno y el asma. El causante original de estos

desórdenes, al igual que sucede con el resto de enfermedades, es el modo de vida que llevamos, una práctica que origina una disminución de la energía vital con la consecuente formación de la toxemia.

La llamada herencia genética también tiene algo que ver en estos procesos. Al parecer, las familias suelen violar las leyes de la naturaleza generación tras generación. Si cambiaran los hábitos de vida antihigiénicos, desaparecería la hipersensibilidad o la "alergia".

La vida sana nos libra de las enfermedades

Cuando vivimos de forma correcta, nuestros cuerpos mantienen un equilibrio normal de alcalinidad y estamos libres de todas las enfermedades. Comer mal, beber mal y vivir mal provoca una salud deficiente.

La salud es una de las características de las personas que viven de acuerdo con los principios de la naturaleza y que comen "buenos alimentos". Estos últimos son alimentos que están muy cerca de su estado natural y no, como en el caso de los alimentos que la mayor parte de la gente civilizada come hoy en día, los productos finales de una serie completa de procesos perjudiciales de refinado y conservación. Todas estas intromisiones destruyen los alimentos y los separan de su estado y composición naturales.

El ayuno es una solución rápida

Abstenerse de tomar alimentos (ayuno) durante varios días ha dado resultados beneficiosos en el problema de las "alergias". Durante el proceso de ayuno, sólo se permite la ingestión de agua destilada. Con el paso de los días, iremos incluyendo en la dieta algunos zumos de frutas y verduras, para completar el programa con la ingestión de verduras y frutas frescas. El aire fresco es un factor necesario para recobrar la salud así como una actitud mental positiva. Al tener esta actitud mental sana, uno puede fácilmente evitar las cosas. Pero si se adopta la actitud de que va a acontecer alguna calamidad, uno mentalmente coopera a que esto ocurra así. Hemos visto a gente aparentemente enferma debido al miedo, a la

preocupación y a la depresión, y sin embargo cuando la mente se desvía hacia aspectos constructivos, se vuelven felices y llenos de esperanza en pocos minutos. La situación no ha cambiado; han sido los pensamientos de la persona enferma los que han cambiado el itinerario.

Si usted es víctima de sus propias transgresiones hasta el punto de haber desarrollado la fiebre del heno o el asma, podrá librarse de estas manifestaciones molestas y debilitantes al cambiar sus hábitos de vida erróneos y al adoptar los principios de la naturaleza. Sólo de esta forma ganará en eficacia, en efectividad y en verdadera felicidad.

El asma bronquialpor la Dra. Virginia Vetrano

"Juan no es el mismo hoy, está otra vez bajo los efectos de los antibióticos", se disculpaba una madre ante el oficinista que intentaba arrancar una sonrisa de un niño triste que jugaba. La cara de Juan estaba encendida y respiraba por la boca. De vez en cuando, tosía, lloraba y se agitaba, poniéndose muy irritado y malhumorado cuando su madre no lo cogía en brazos. El pobre niño sufría innecesariamente.

Otra vez bajo los efectos de los antibióticos. Esto indica que el niño había sufrido con anterioridad bronquitis u otra enfermedad del sistema respiratorio superior y que había consumido fármacos para suprimir los síntomas. Sin embargo, el médico no eliminó la causa original y la supresión de los síntomas, además de añadir más toxinas, le impedía eliminar la toxemia preexistente. En consecuencia, cada vez que se le suspendieran los antibióticos, volvería a desarrollar el mismo problema. Ni siquiera un adulto podría sonreír bajo tales circunstancias.

Esta situación es análoga a la del asmático que sufre crisis de disnea (respiración dificultosa). También toma medicamentos para suprimir los síntomas y tampoco elimina nunca la causa. El paciente va de una crisis a otra, empeorando cada día, hasta que el "alegre" enterrador tenga que hacer su trabajo.

Los asmáticos llegan al Centro de Salud en un estado lamentable. Debido a los medicamentos y a la falta de sueño llegan tan débiles que es muy difícil ayudarlos. Muchos adelgazan tanto por la falta de sueño que sólo pueden hacer los ayunos durante cortos períodos de tiempo. Naturalmente, éstos necesitan una estancia más larga en el Centro de Salud antes de que las mejoras puedan ser patentes. Algunos ni quieren que dure. Otros están tan asustados que no pueden esperar a que cesen los síntomas de modo natural. No pueden respirar. Están asustados y piden una mejora inmediata. Así que cuando vuelven al hospital, vuelan.

Casi nunca acude a nuestro centro un asmático como primera medida. Lo normal es que hayan estado sometidos a tratamiento médico durante años antes de intentar el Higienismo. Hace tiempo acudió a nuestra consulta una pobre mujer que sufría enormemente durante las crisis, sobre todo cuando hacía esfuerzos para respirar. Sufría un caso agudo de asma y tenía que apoyarse hacia adelante y hacer uso de sus músculos accesorios para poder respirar. En suma, debía elevar la caja torácica para inspirar incluso un mínimo de aire.

Ella sentía que no podía más y el miedo le hizo perder la razón. Por mucho esfuerzo que hiciera para respirar, sólo le llegaba una cantidad mínima de aire a la sangre y a los tejidos. Se asustaba cada vez más cuando veía cómo las manos se le ponían azules y el mismo miedo era lo que provocaba que una crisis descendente se convirtiera en una nueva durante otro período insoportable. Se quejaba y se lamentaba a cada respiro y afirmaba que aquel era el último. Su ropa estaba húmeda por el sudor, a causa de la laboriosa respiración. La crisis, que duró dos horas, la dejó agotada.

¿Por qué tienen lugar esos repentinos períodos de respiración dificultosa? Muchos pueden vivir en el mismo entorno, comer los mismos alimentos, respirar el mismo aire y sin embargo no desarrollar el problema. Pueden desarrollar una bronquitis crónica, pero no un asma bronquial. Esto se debe a que el asmático está neuróticamente predispuesto a ello. Tiene una diátesis nerviosa, no así el que sólo desarrolla una bronquitis crónica. En una persona con tendencia neurótica, los nervios son más sensibles. Por lo tanto, cualquier minuto de irritación puede desencadenar un reflejo que provoque la crisis asmática. La causa se debe principalmente a los nervios sensibles y no a la irritación.

El asma bronquial es una situación en la que un número de factores combinados o independientes provocan la obstrucción del aire en los sacos alveolares de los pulmones. Supuestamente es una reacción alérgica precipitada por un alérgeno específico. Dicho alérgeno hace que los nervios altamente sensibles transmitan impulsos que, de manera refleja, hacen que los bronquiolos se contraigan, reduciendo así la abertura por la que debe pasar el aire. Existe un edema concomitante de la mucosa de los bronquiolos (membrana del tejido), que cierra todavía más la salida, y las glándulas mucosas segregan un moco viscoso que en algunos casos puede llegar a bloquear por completo la salida o los bronquilos, provocando la muerte del paciente.

El mismo fenómeno tiene lugar en los individuos que sufren de la fiebre del heno, pero en un área diferente, es decir, en la mucosa nasal. Aunque también entorpece la respiración, no de manera tan grave como sucede en el tejido pulmonar.

Los especialistas clasifican el asma bronquial en dos tipos: extrínseco e intrínseco. Desde el punto de vista sintomático y clínico, son similares. El primero se llama extrínseco porque las personas que lo sufren son alérgicos o hipersensibles a antígenos externos ─las partículas orgánicas inhaladas (polen, esporas de moho, caspa de los animales,

plumas, insecticidas, pegamento y pelusas); alimentos como los huevos, el pescado y los frutos secos; las especias y el chocolate─. El tratamiento médico depende del conocimiento que se tenga del alérgeno, lo que supone una pérdida de tiempo y un peligro. El Higienismo no se preocupa de estas tonterías. Nosotros eliminamos las causas y los pacientes se sienten bien.

Los asmáticos que padecen de asma del tipo intrínseco son aquellos de los que no se puede demostrar que tengan alguna alergia. Este tipo, según las fuentes médicas, normalmente se desarrolla a partir de "infecciones" crónicas o recurrentes de los bronquios o de otras áreas. Por lo general, los médicos suelen culpar a un grupo de bacterias, aunque a veces, los especialistas culpan a un sólo tipo.

Normalmente, cuando una persona sufre de asma "infeccioso", suele ser alérgico a una bacteria específica. Sin embargo, uno puede tener crisis graves sin padecer ninguna infección grave, ya que probablemente esta infección se halle en una etapa inactiva. En otras palabras, el paciente es alérgico a la bacteria, aunque en realidad no lo sea. Si la bacteria provocara las crisis, el paciente debería estar en un estado continuo de respiración dificultosa. Si no son la causa, entonces ninguna crisis debería tener lugar cuando la bacteria esté ausente o cuando la llamada "infección" se halle en un período inactivo.

Los médicos no conocen la causa básica del asma, ya que de otra manera escribirían cosas inteligentes sobre ella. Primero, se hacen dos grupos y a continuación ya no vale la clasificación: "Es importante recordar que a muchos pacientes asmáticos, si no a todos, les afectan tanto los alérgenos extrínsecos como los factores infecciosos". Afirmar que los asmáticos sufren de igual forma con la presencia de factores infecciosos o factores alérgenos, indica que han reconocido la situación inflamatoria de los bronquiolos. En otras palabras, han observado que estos pacientes suelen tener muchos resfriados, bronquitis, problemas en los senos, y otras de las llamadas "infecciones" respiratorias y que esto puede provocar crisis de asma, por lo que atribuyen las crisis a la "infección". Nada más lejos de la verdad. El estado de catarro no es la causa del asma. La toxemia es básica en ambas situaciones.

La toxemia provoca que el nervio vago se irrite más de lo normal, de esta forma, el polvo, la caspa de los animales, el polen o las bacterias causan la irritación de un nervio. El

impulso llega al cerebro y causa de manera refleja el espasmo de los bronquiolos, aumentando la secreción de moco y la hinchazón de la membrana mucosa. Estos fenómenos se conocen con el nombre de "ataque" de asma y son la causa directa de los síntomas agonizantes que el paciente manifiesta.

Los médicos observan los hechos pero no pueden explicarlos. No entienden las enfermedades porque ignoran la teoría de la debilitación por toxemia. William B. Sherman observa (Manual de Medicina, Cecil-Loeb) que "una vez que el modelo de reacción asmática se ha desarrollado por medio de un proceso alérgico, las crisis de asma se pueden precipitar debido a muchos factores que no tenían nada que ver con las causas originales. Entre estos factores secundarios se encuentran el estrés emocional, los cambios de temperatura y de humedad, los humos o gases irritantes, los olores fuertes y el esfuerzo físico. Estos factores pueden ser las causas obvias de los ataques individuales".

Supuestamente, los alérgenos (a los que el paciente es alérgico) o los estímulos irritantes no específicos son la causa, aunque el estrés emocional, los cambios de temperatura y humedad, los estados de excitación y el esfuerzo físico también pueden provocar las crisis. Este hecho se observa pero no se comprende. Los higienistas afirman que éstas son sólo fuentes de debilitación extra-añadidas, que paralizan la eliminación y aumentan de modo significativo la toxemia. De esta forma, se irritan más los nervios que llegan a los bronquiolos y se ocasiona otra crisis. La causa principal del asma es la toxemia, en una persona con un sistema nervioso más sensible de lo normal. Todo aquello que gaste más energía nerviosa de la normal paraliza la secreción y la excreción, condiciones que aumentan la toxemia existente, dejando los nervios más sensibles y precipitando una crisis de respiración dificultosa.

Los autores médicos dicen que "los métodos actuales de tratamiento no permiten prever una cura real". Lo que quieren decir es que sus pacientes no se ponen bien del todo, excepto contadas excepciones, por supuesto. Bajo los cuidados médicos, las crisis son cada vez más frecuentes y más prolongadas. Los períodos de remisión son cada vez más cortos y no tan completos como al principio. A medida que pasa el tiempo, además de los alérgenos específicos, aparecen otros factores que provocan las crisis con mayor frecuencia. Bajo los cuidados médicos, uno que antes sólo tenía problemas con el asma estacional, empeora de manera progresiva hasta tener crisis a lo largo de todo el año. Dicen que el asma infeccioso es "particularmente apto para que se haga crónico".

Bajo los cuidados higiénicos, el paciente mejora de manera

progresiva. Los asmáticos graves que no habían podido dormir durante semanas o meses duermen ahora durante noche y día tan sanos como un bebé saludable. Están tan débiles, debido a la falta de descanso y de sueño, que a veces duermen durante todo el día y toda la noche durante semanas antes de que comiencen a dormir sólo de noche. Desde el punto de vista del Higienismo, esto supone muy poco peligro, mientras que los tratados bajo supuestos médicos a menudo mueren, si no de las crisis, sí de los medicamentos. W. B. Sherman afirma en el Manual de Medicina (Cecil-Loeb) que "el peligro por un ataque normal es mínimo, aunque a veces sobreviene la muerte en casos de ataques agudos debidos a la alergia a medicamentos que se han absorbidos rápidamente, como una aspirina, o en casos de ataques resultantes de una inyección de una sobredosis de antígeno en una prueba o durante un tratamiento. Sin embargo, la mortalidad es elevada en casos de asmáticos graves con cianosis persistente que no responden a la corticotropina o a otras corticosteronas. Algunas muertes son atribuibles a una depresión de la respiración y a la tos debida al uso indebido de sedantes; esencialmente, todos son resultado de la obstrucción de los bronquios debido a un esputo persistente, más que a un espasmo bronquial".

Cuando se han suprimido los síntomas, los pacientes parecen ahogarse en sus propias secreciones. La causa primaria de esto es la inhibición del reflejo de la tos, debida a una fuerte sedación. Desde el punto de vista del Higienismo, nunca inhibimos ningún síntoma. Toser es un medio necesario de expulsar el material irritante de los bronquios. Es un proceso vital y necesario en el que no se debería interferir. Bajo tratamiento médico, los síntomas se mejoran de manera temporal, pero el paciente no se recupera. Bajo tratamiento higiénico, mejoran a su propio ritmo, mientras que los síntomas desaparecen lentamente a medida que avanza el ayuno. Bajo cuidados médicos, el paciente empeora de manera progresiva y aparecen más enfermedades graves, tales como el enfisema, la bronquiectasia y la tuberculosis, o finalmente la muerte. Bajo cuidados higiénicos, el paciente continúa mejorando y, dependiendo del deterioro del tejido pulmonar, puede volver a una absoluta normalidad o mejorar tanto que pueda vivir cómodamente durante el resto de su vida.

¿Qué es lo que hacen los higienistas por sus pacientes que no hagan los médicos? ¡Nosotros eliminamos las causas! Ponemos al asmático a dieta y dejamos que él elimine su toxemia. El descanso fisiológico que recibe durante el ayuno permite al paciente recuperar la energía de sus nervios. Luego se le corrige su modo de vida, para que se pueda mantener sano. Si, además, después se adhiere al modo de vida higiénico, nunca volverá a sufrir las agonías del asma.

Cómo superar el asmapor el Dr. Herbert M. Shelton

Según el doctor Joseph G. Molner, en la Universidad de Pennsylvania se está utilizando un aparato llamado climatrón en para determinar "que es lo que provoca o incita los ataques de asma". Él explica que esta máquina, que es una cámara para controlar el clima, cuesta 125.000 dólares y que es lo bastante grande como para poder vivir en ella. De hecho, dos adolescentes pasaron en ella dos semanas. Con este artilugio, los científicos pueden "proporcionar alcanzar cualquier tipo de clima que deseen". Pueden proporcionar un clima seco, húmedo, frío, cálido, presión barométrica alta o baja, e incluso pueden regular la ionización de la atmósfera. Seguramente, si el clima provoca asma, esta máquina podrá permitirles descubrir qué tipo de clima es el que lo provoca. Si el clima no es la causa, se habrá desperdiciado todo el tiempo y el dinero invertido en este experimento.

Molner asegura a sus lectores que "por supuesto que sabemos mucho sobre el asma". Pero él no demuestra ningún conocimiento profundo sobre la enfermedad. Dice que "la alergia es su causa principal, que produce una hinchazón de los tejidos y de los conductos por los que pasa el aire al respirar". Ahora, cualquiera que sepa algo sobre el tema, sabe que la alergia es un síntoma. En realidad, los individuos sanos no son alérgicos. Es una soberana estupidez escoger un síntoma y decir que es el culpable, siempre y cuando tenga que ver con el concepto médico de etiología. Ellos siempre empiezan con una patología establecida como la causa e ignoran las causas reales.

Molner dice que la profesión posee "pruebas convincentes" de que "las molestias emocionales desencadenan, a menudo, ataques, pero no sabemos cuál es la conexión física que existe". Supongo que dependen del climatrón para revelar esta "conexión física" entre ellas. Si fracasa, no podrá demostrar nada que tenga un valor práctico. La profesión sigue ignorando que estados emocionales, tales como la rabia, el enfado, el miedo, la preocupación, la ansiedad, la pena o los celos debilitan enormemente al organismo, además de detener la excreción. Una inhibición de la eliminación supone un aumento de la toxemia y esto precipita el llamado "ataque". Resulta divertido escuchar a un grupo de hombres, que siempre están presumiendo de su ciencia, divagar sobre las enfermedades empleando el lenguaje de un chamán. Cuando la enfermedad es un "ataque", el chamán se disfraza con vestidos modernos.

Molner dice que "podemos aliviar muchos casos de asma". Se abstiene de ofrecer esperanza alguna para una total

recuperación. Se mencionan dos medios para aliviar a los asmáticos: 1. Si pueden descubrir a qué es alérgico el paciente, pueden enseñarle a evitar las fuentes de la alergia; 2. "Algunos medicamentos mitigan los ataques de estornudos". ¡Si los medicamentos hicieran algo más que inhibir al "atacante"! Si pudieran matarlo, no se esperarían más ataques.

El doctor Eugene A. Hildreth, que está a cargo del programa de pérdida de tiempo y dinero con el climatrón, dice que "algunos casos de asma son sencillos de entender y de tratar. Por ejemplo, un paciente puede ser sensible sólo al polen de la ambrosía, y podemos administrarle medicamentos antes de que llegue la estación para así prevenir o reducir el ataque". ¡Aquí nos encontramos con otro hombre de ciencia hablando de un ataque de enfermedad! Supongo que, en estos casos sencillos, la ambrosía ataca a la pobre víctima y la hace muy desgraciada. Desde luego, afortunados son los individuos sensibles a los que se les puede administrar los medicamentos en cada estación.

Nos dice que "para otros, no hay un factor tan claro. Los ataques se pueden desencadenar al hacer cualquier cosa, desde reírse al ver una escena cómica en la tele hasta salir de una habitación caldeada al frío del exterior". Añade que "a algunos les molesta una atmósfera cargada". Como no saben si esto se debe a la presión barométrica o a que la niebla se espese mucho más, suponen que "tendrán que probar a muchos tipos diferentes de pacientes... antes de que suceda nada". Él es optimista y dice que: "cualquier información mínima se añadirá a nuestra habilidad para controlar el asma".

Se recalca el hecho de que cada caso es distinto de los demás. Pero esto ocurre con todas las llamadas enfermedades. Se distinguen debido a los diferentes tipos de vida de los diferentes pacientes; se diferencian debido a las diferencias en las condiciones generales de los distintos pacientes. De hecho, éstas son distintas en los mismos pacientes en diferentes ocasiones. Todo esto de recalcar las diferencias superficiales y de ignorar las similitudes básicas es simplemente un "colirio" para ocultar la ignorancia.

No tienen prisa por recopilar "cualquier información", ya que esto supondría el fin de todo este timo beneficioso de la investigación. El hecho es que al paciente de asma se le puede devolver por completo a su estado de salud sin prestar ninguna atención al control del clima o a las fuentes que hay que evitar para que no se produzca una reacción alérgica. Se sabe que esto es así desde hace más de medio siglo, y miles de

enfermos de asma se han curado durante este tiempo. Estos hechos se han estado publicando repetidamente y han sido repetidamente rechazados por los hombres de ciencia. Mientras que los hombres sigan creyendo que la enfermedad es un ataque, continuarán rechazando el hecho de que el hombre es el culpable de sus propias enfermedades; de que él es el arquitecto de sus propias desgracias.

¿Qué tiene que ver el polen de la ambrosía con el asma? ¡Nada! A lo más, es una fuente de irritación de las membranas enfermas. Pero no molesta las membranas sanas. Los hombres de ciencia han hecho que el polen de la ambrosía sea el causante del daño en las membranas, y de ahí que nunca vuelvan de la irritación temporal a la causa fundamental de la enfermedad que debe siempre existir antes de que el polen de la ambrosía o cualquier otro polen o emanación de los animales pueda dar como resultado una irritación. Estas cosas son elementos normales del entorno del hombre y el hombre sano está bien adaptado a un entorno normal.

Hasta que los hombres quieran estudiar la causa del deterioro de la salud y determinar, en cada caso, lo que ha disminuido el nivel de salud en cada paciente asmático, continuarán sin saber qué decir, desperdiciando tiempo y dinero. ¿Quién estará satisfecho de saber que su asma está controlado cuando se ponga bien? ¿Por qué volver cada estación a por más medicamentos, cuando uno se puede poner bien de una vez por todas y para siempre? ¿Por qué preocuparse por el polen, cuando uno se puede dar baños en él sin que le cause el menor daño? El polen y los hombres han vivido juntos en el mismo entorno durante siglos. En todo este tiempo, deberían haber aprendido los secretos de la coexistencia.

La niebla y la presión barométrica no son las causas del asma en mayor medida que el polen y las emanaciones de los animales. En una ciudad de varios millones de habitantes, unos pocos días de espesa niebla ponen de manifiesto un pequeño número de individuos con asma. La causa real del asma es más básica que todos estos cambios efímeros en el entorno del hombre. Esto se demuestra por el hecho de que ni los cambios atmosféricos ni la presencia de alérgenos de animales y plantas producen asma, una vez que el asmático ha recobrado su estado de salud.

En primer lugar, el asma es una inflamación de las membranas de la nariz y del tracto respiratorio. Anteriormente, esto se llamaba catarro. Sin embargo, la inflamación, que establece un estado de sensibilidad de las membranas que recubren estas estructuras, es el efecto de las causas que no están flotando en el aire alrededor del paciente. La causa principal del asma es la toxemia, un estado de auto-

intoxicación resultante de la retención y la acumulación de los productos normales de desecho de las actividades de la vida. ¿Cómo lo sabemos? Primero, nadie que no haya sido toxémico ha tenido jamás asma, y segundo, en cuanto se elimina la toxemia, el asma desaparece y el individuo se librará de éste hasta que no desarrolle de nuevo un estado toxémico.

La toxemia es una consecuencia de una excreción inhibida. La debilitación ─estado de baja energía nerviosa─ reduce la eliminación. Cuando la energía nerviosa no es la suficiente para mantener una función normal, el funcionamiento falla. Se retienen los desechos, provocando una toxemia endógena. Conforme se va acumulando, se establece un canal suplementario de eliminación para liberar el cuerpo de los desechos. La membrana mucosa es el sitio favorito que escoge dicho canal para establecerse. Esto conduce a una irritación local y a una inflamación ─a la excreción de demasiado moco─. En esos casos en los que la suficiente sensibilidad de la membrana a las partículas externas del polvo supone una irritación añadida, el resultado son la fiebre del heno y el asma.

Comer en demasía, una alimentación errónea, una combinación de féculas y proteínas, un exceso de trabajo, una estimulación, un exceso de actividad sexual o las emociones son algunos de los factores que disminuyen la energía nerviosa y paralizan la excreción. La serenidad, la moderación y la abstención de estimulantes harán que el individuo mantenga una energía nerviosa normal, lo que acarreará una eliminación eficiente y, así, no se desarrollará ningún tipo de asma.

El asmático necesita un descanso ─mental, sensorial, físico y fisiológico─. Esto hará que su propio cuerpo se libre de las toxinas acumuladas y que recupere sus energías. Los síntomas asmáticos desaparecerán rápidamente y no reaparecerán mientras el paciente continúe viviendo de manera sana. Esto no es control; esto no es cura. El paciente hace todo esto él solo y mejora como consecuencia del orden en que lleva a cabo los procesos y funciones dentro de sí mismo.

Al parecer, comer en exceso féculas y azúcares o la ingestión masiva de leche y grasa provocan el inicio de crisis toxémicas en estos pacientes. Las combinaciones de alimentos que favorecen la fermentación producirán suficiente irritación gástrica como para "desencadenar" una crisis de asma. La falta de sueño disminuirá la energía nerviosa lo bastante como para paralizar la eliminación. El asma es bastante agudo y no deja dormir al enfermo, algo que interfiere en su recuperación. Este paciente asegurará un grado suficiente de mejora entre las doce y treinta y seis horas de ayuno que le permitirá dormir y así recuperarse con mayor rapidez.

Cuando se recuperé, estará bien para siempre. Nos han enseñado a creer en la inmunidad. Nos ponen una vacuna con algún agente inmunizante y nos libramos de la enfermedad para el resto de nuestros días. Si no nos sentimos muy seguros, podemos "revacunarnos" cada cierto período de tiempo. A causa de esto, hemos llegado a un punto en el que queremos estar bien a pesar de todas las razones por las que deberíamos estar enfermos. Esperamos que el borracho que ha dejado de beber se mantenga sobrio aunque vuelva a beber. Si ejercitamos un poco nuestra inteligencia, nos daremos cuenta de que si el borracho vuelve a beber será un borracho otra vez en poco tiempo. La inmunidad es una ficción.

El asmático que se ha recuperado por medio del ayuno y un modo de vida higienista se verá libre del asma siempre y cuando continúe viviendo según los principios del Higienismo. Si vuelve a su anterior forma de vida, productora de enfermedades, se debilitará de nuevo; volverá a ser toxémico; volverá a tener las membranas inflamadas y sensibles y desarrollará otra vez el asma. Sólo puede mantener su estado de salud si sigue unos hábitos de vida de primera clase.

EL ASMALa enfermedad "incurable"

por el Dr. Herbert M. Shelton

En Denver existe un hogar para niños asmáticos. El complejo está compuesto por un grupo de edificios que ocupan diecisiete acres de tierra (todo por valor de 1.250.000 dólares). Este lugar es conocido en los círculos médicos como "el hogar del último recurso", ya que niegan a cualquier niño "que esté respondiendo a un tratamiento ordinario para el asma". Esto simplemente significa que la mayoría de los niños que son aceptados en el "hogar" habían estado "respondiendo" una y otra vez hasta que llegaron a un límite en el que ya no "respondían".

¿El asma se debe a una alergia?

El doctor Harold S. Tuft, antiguo alergólogo de Filadelfia, y director médico del "hogar", admite con estas palabras la inutilidad del tratamiento médico del asma: "Nosotros no decimos que no podamos 'curar' el asma. El asma es causado por una alergia, y nadie se puede curar del todo de una alergia. Pero lo que sí decimos es que podemos controlar el asma. Podemos eliminar la sobrecarga emocional que impide que estos niños se recuperen".

Si la "sobrecarga emocional" impide que estos niños se recuperen y ellos pueden eliminar la "sobrecarga", ¿qué es lo que impide que se recuperen los niños? Yo diría que no se recuperan porque no se eliminan ninguna de las otras causas originales del asma. La ridícula suposición de que el asma está causado por una alergia (la alergia es un término vago empleado por los que desconocen las causas) nos conduce a ignorar las causas reales del asma. Él asegura que el cuidadoso seguimiento clínico de los jóvenes que han abandonado el hogar ha demostrado que continúan controlados entre el 80 y el 85%. ¿Qué significa esta afirmación? ¿Qué porcentaje de los jóvenes abandonan el "hogar"? ¿Qué significados le damos al término "controlados"? ¿Durante cuánto tiempo se ha estado llevando a cabo este seguimiento clínico? ¿Durante cuánto tiempo han estado "controlados"? ¿Cuánto tiempo están controlados antes de que vuelvan a aparecer los síntomas del asma?

Los enfermos de asma se convirtieron en adictos a los medicamentos

La plantilla del centro no administra medicamentos, excepto en casos de "emergencia", o cuando se le han estado administrando a un niño durante mucho tiempo. En estos últimos casos, las dosis se disminuyen en cantidad y en frecuencia hasta que cesa la "necesidad" del medicamento, como hacen con los drogadictos que están recibiendo una "cura" de desintoxicación. Todo esto se añade al hecho de que la plantilla del "hogar" administra medicamentos con toda libertad a casi todos los niños que acuden a la institución. Es una práctica regular convertir en drogadictos a los pacientes de asma y las urgencias son muy comunes en estos casos. Sea como sea, la afirmación de que "no administran ningún medicamento" (con la excepción hecha) es una admisión clara de que los medicamentos no valen para nada en los casos de asma. El hecho de que "disminuyan" las dosis de los que han estado recibiendo medicamentos durante un largo tiempo, hasta que llegue el momento en que no reciban ningún tipo de medicación, es una confesión de que los medicamentos no sirven para nada; también es una confesión de que los niños son unos adictos a las medicinas.

Los medicamentos, y no el asma, son mortales

Hay aproximadamente diez millones de enfermos de asma en los Estados Unidos, y al menos la mitad de estos enfermos son niños. Se asegura que alrededor del diez por ciento de estos niños padecen un "asma intratable, que puede resultar fatal". Tuft dice: "Antes o después, estos niños no van a seguir viviendo. Sus vidas no pueden durar mucho". ¿Por qué van a morir estos niños? ¿Por qué se define su situación como "intratable"? Las respuestas pueden ser éstas: 1. Porque jamás se ha intentado eliminar el origen del asma y 2. Porque se les administran drogas tan fuertes y peligrosas como adrenalina, adenocorticotropa, cortisona, epinefrina, aminofilina, morfina y otros medicamentos. El niño que tose, estornuda, hace

esfuerzos para respirar, se pone azul y aparentemente se muere por la falta de oxígeno no ha llegado a esta situación sin ningún motivo. Es un tratamiento homicida administrar medicamentos que dicen ser "efectivos" en el noventa por ciento de los casos de asma así como ignorar el origen del asma.

Cualquier médico que administre estos medicamentos a sus pacientes asmáticos está bien informado de que la "mejora" que producen es sólo temporal y de que su uso continuado provoca serios daños en el paciente. A causa de esto, hay médicos que alargan el tiempo entre las dosis tanto como pueden, insistiendo en que el paciente aguante un poco el agotamiento antes de volver a tomar el tratamiento.

Cada vez son más los médicos que afirman que el asma tiene un origen psíquico; se dice que el niño tiene un conflicto con uno o con los dos padres, que siente que lo rechazan, que está falto de afecto, por lo que se convierte en un niño super dependiente y sufre explosiones periódicas de rabia y rebelión. Dentro del engaño "psicológico", se dice que el niño usa el asma como un arma contra sus padres. Actualmente se les pide a los psiquiatras que traten a estos niños. La psiquiatría no es más que un fraude médico que desaparecerá a final del siglo. Hoy en día, se está trabajando a ambos lados del problema ─tratando al niño y a los padres─.

El asma, un catarro provocado por hábitos que generan toxemia

En primer lugar, el asma es un estado catarral agudo que tiene lugar entre individuos neuróticos. Normalmente es un catarro gastrointestinal, si no precede siempre a un catarro de las estructuras respiratorias. El estado de mayor sensibilidad de la mucosas respiratorias se debe a una inflamación crónica. En estos casos, la llamada alergia desaparece "como por arte de magia" cuando se remedia el estado catarral. El catarro tiene su origen en una toxemia y en lo que la antecede, la debilitación. Los asmáticos comen mucho, sobre todo pan, patatas, cremas, salsas, pasteles, tartas, cereales, azúcar, leche y otros alimentos con alto contenido en grasas y en hidratos de carbono. Además combinan estos alimentos de manera indiscriminada y sin pensarlo. Esta forma de comer es lo que provoca la sensibilidad. Asimismo, es la causa del catarro.

La debilitación surge por comer en exceso, y en combinaciones erróneas, por la falta de sueño, emociones fuertes, exceso de trabajo, excesos sexuales, fatiga, y otros miles de factores que entran en la vida de las personas faltas de control y de disciplina. Las madres sobrealimentan a sus hijos desde el principio. Si el bebé no gana peso tan rápidamente como ellos creen que debería hacerlo, lo atiborran cada vez más, intentando que engorde. Hoy en día, es normal darle a los niños refrescos (todos envenenados). Cuando aparecen problemas debidos a estos tratos tan perniciosos, se les dan medicamentos ─laxantes, antiácidos, "medicinas" para la tos, etc─. Vacunan a los bebés una y otra vez. La penicilina y el suero son conocidos por su capacidad para provocar síntomas asmáticos, incluso en bebés que parecen sanos.

Si esa alimentación y esos cuidados de los niños destrozan la salud y acortan la vida de los niños, la alimentación y el cuidado de los adultos es normalmente diez veces peor. Además, los adultos fuman, tienen demasiadas relaciones sexuales, preocupaciones domésticas y del trabajo, y una larga legión de problemas, que se añaden a los de sus hijos. Los factores antecedentes de enfermedades son más numerosos en las vidas de los adultos que en las de los más jóvenes. Lo sorprendente no es que haya muchas enfermedades entre nosotros, sino que cualquiera de nosotros continúe con vida.

La eliminación de la causa elimina el asma

El intento de curar el asma ante tantos hechos que lo causan, sin hacer el menor intento por eliminar el origen, es una práctica que debería avergonzar hasta a un retrasado mental. Ha sido una práctica tan regular, "científica" y médica durante tres mil años que es la práctica aceptada hoy en día y el hecho de que los pacientes no acepten otro tipo de atención. Llevar los casos de asma al psiquiatra, que intenta resolver nuestras vidas emocionales y que ignora todos los demás elementos de la causa, es fracasar en solucionar el asma. Puede ser cierto que esto pueda "controlar" de manera temporal el asma en algunos casos, pero no habrá una recuperación de verdad con este programa y el "control" no tiene una duración permanente.

El cuidado de los asmáticos

Hay que corregir completamente todo el modo de vida para

una recuperación real y duradera del asma. Los hábitos alimenticios del paciente son tan importantes como los emocionales. Hay que poner en consonancia todos los hábitos de vida con las leyes de la naturaleza. Hay que eliminar cualquier elemento debilitante de la vida del paciente, ya sea de su entorno o de su modo de vida. Con ello se conseguirá recuperar totalmente la energía nerviosa. Se demostrará que el descanso es de vital importancia en todos los casos, para permitir una recuperación del funcionamiento normal. El descanso fisiológico (ayuno) acelerará la eliminación de toxinas y liberará al cuerpo del exceso nutritivo. Siempre que sea posible, se continuará con el ayuno hasta que desaparezcan del todo los síntomas del catarro. Si con un único ayuno durante el tiempo suficiente no se consiguen los resultados que se esperaban, se harán dos o más ayunos de menor duración. En la gran mayoría de los casos, excepto en los que están muy débiles y demacrados, bastará con un único ayuno.

El ayuno no cura el asma, pero acelera la eliminación de toxinas. El descanso no cura el asma, pero permite la recuperación del funcionamiento. Lo que en verdad cura el asma, después de que se haya eliminado la toxemia y de que se haya recuperado la energía, es una corrección total y permanente de la vida del paciente. Si el descanso y el ayuno han supuesto una mejora de los síntomas pero se ha vuelto a los antiguos hábitos, los síntomas asmáticos se reproducirán en breve tiempo, ya que producen rápidamente debilitación y toxemia. No se ha recuperado el estado de salud aunque se haya eliminado el origen, ya que la causa primaria y remota de la enfermedad reside en el modo de vida del paciente. Conviene tener períodos de descanso en la cama y períodos de abstinencia, ya que son útiles para ayudarnos a superar los malos momentos ─pero recuerde que no son curas─.

A dónde ir, qué puede ayudarnos

Debería quedar claro a partir de la lectura de los anteriores artículos que el asma es una situación provocada por la toxemia. Es necesario eliminar las sustancias tóxicas acumuladas para superar dicha situación. Esto se puede lograr por medio del ayuno, de una dieta natural de verduras y frutas y de la aplicación de otros factores y elementos saludables. Sin embargo, debido a que los resultados se consiguen en menos tiempo con el ayuno, éste es el proceso más eficaz que se puede emplear para recuperarse del asma.

Desde el inicio de los tiempos, el ayuno ha sido una práctica empleada por los grandes hombres de la Biblia, por los líderes espirituales orientales y por entusiastas de la salud, como una parte necesaria y constructiva de la vida emocional, espiritual y física. Solamente en los tiempos modernos ha quedado relegado a un segundo plano. Casi todos los médicos tradicionales lo han criticado hasta hace poco. Hoy en día, los más avanzados en la materia están descubriendo sus propiedades beneficiosas. Uno de los factores que ha impulsado la aceptación del ayuno ha sido su aplicación para la reducción de peso en personas obesas, debido a que los resultados se obtienen rápidamente y sin dolor. Algunos psiquiatras emplean el ayuno para el tratamiento de la esquizofrenia con los mejores resultados. Incluso están prescribiéndoles tanto a éstos como a los pacientes hiperactivos dietas naturales. Finalmente, los médicos están redescubriendo los efectos beneficiosos de esta práctica normal, revelando una práctica prácticamente universal en la Naturaleza.

Los asmáticos no deberían tener miedo al ayuno. El proceso de abstenerse de alimentos es un paso positivo para librarse uno mismo del asma, y a él se debería llegar con un estado mental relajado y positivo. Si se observara más de cerca a la Naturaleza, uno vería que el ayuno es tan rutinario en las vidas de los animales como lo es el alimentarse. ¿El perro o el gato comen cuando están enfermos, o cuando están adormilados o cansados? Entonces, ¿por qué lo tenemos que hacer nosotros? El cuerpo no necesita alimentos cuando la enfermedad y el asma son signos seguros de un mal agudo. Los malos hábitos de vida y los alimentos envenenados fatigan, intoxican y debilitan el cuerpo. Sólo un descanso total, físico, mental y fisiológico (el ayuno), puede permitir al cuerpo volver a su estado de salud.

A veces, el ayuno resulta difícil, pero siempre es una experiencia interesante y gratificante. El proceso conlleva dosis de paciencia y tiempo, un entorno correcto y la dirección de un doctor higienista competente. Por lo tanto, es muy recomendable acudir al sitio adecuado para someterse a un ayuno

largo. Hay muchas instituciones a lo largo de todo el país que enseñan los principios de la salud. Son los lugares a los que hay que ir si uno pretende en serio librarse del asma y aprender a vivir de modo que nunca se vuelva a padecer. A continuación aparece una lista completa de las instituciones y de los médicos privados en los Estados Unidos y en el resto del mundo.

Nota para los afectados emocionalmente

Resulta evidente, a partir de la lectura de los anteriores artículos, que el camino hacia la salud depende de muchos factores. Las emociones necesitan muchos componentes para funcionar de modo correcto de la misma manera que los necesita el organismo. Para recuperarse del asma, es muy importante tener una actitud positiva ante la vida, así como seguir una dieta correcta, hacer ejercicio, descansar y tomar el aire fresco y el sol. El próximo paso para librarse del asma es el camino que nos lleva a conseguir y a mantener esta actitud.

Siempre se ha considerado el asma como una enfermedad que afecta a los sentimientos del enfermo. La rabia, la depresión, la ansiedad, la venganza, la autocompasión también provocan "ataques", pero rara vez los tiene en cuenta la persona enferma. Un niño se puede sentir rechazado, enfadado con su madre, y puede verse tan lleno de un deseo incontrolado de expresar su venganza, que la única manera que encuentra puede ser respirar de manera dificultosa y jadeante. En un sentido, el cuerpo literalmente asume un mecanismo de defensa (el ataque asmático) antes que liberar de otra manera las emociones reprimidas. A veces, se desencadena un ataque agudo sólo para llamar la atención, provocar pena o resolver una situación. Sin embargo, debido a la gravedad de la situación y al miedo que despierta en los allegados a la víctima, se olvida todo excepto la necesidad inmediata de aliviar el dolor y de devolver al asmático a una situación de normalidad.

Sería prudente prestar mucha atención a las situaciones, sentimientos y sucesos que parecen ser los que desencadenan los ataques. Es un completo error el no ser honesto y realista con lo que sucede antes de que se produzcan los síntomas, ya que sin una autocomprensión y sin una capacidad para controlar las emociones es muy difícil mantener la tranquilidad mental necesaria. Hay que erradicar las influencias negativas de todos los aspectos de la vida del enfermo, tanto de la mente como del cuerpo, si lo que se quiere es sobreponerse del asma.

Hay muchas maneras de conseguir ayuda en lo que a la autocomprensión se refiere. Muchos lo descubren hablando con una persona que pueda ver la situación de manera objetiva, quizá con un psicólogo, o un sacerdote o incluso con un amigo. Las posibilidades son muchas. Es sólo cuestión de elegir a la que se crea que es la más apropiada.

Cuando se introduce una situación de tranquilidad mental y emocional en el entorno del asmático, cuando entra en un contacto más realista con sus sentimientos innatos, se recupera en seguida la salud. El proceso de curación será rápido si se

encuentra la paz y la felicidad en lugar de ser interiormente negativo.

La dieta: lo que puedes hacer por ti mismo

La dieta higiénica consiste en una dieta de alimentos crudos o prácticamente sin nada cocinado. Recomendamos esto simplemente por el hecho de que la estructura biológica del organismo humano requiere nutrientes aprovechables que no estén adulterados. Los seres humanos no se desarrollaron para ingerir grandes cantidades de cualquier cosa sin tener en cuenta ni la manera en que se combinen ni su origen. La dieta higiénica es de lo más simple. Facilita una digestión sin problemas, de manera que se elimina la posibilidad de que el cuerpo se cargue con desechos fermentados y putrefactos procedentes de los alimentos no digeridos.

Como puede verse en los anteriores artículos, la toxemia es la causa del asma. Uno puede alcanzar un estado de salud por medio de la eliminación de la toxemia. El régimen esbozado a continuación no cargará el cuerpo, de manera que el cuerpo puede eliminar los desechos y las toxinas acumuladas a lo largo de un régimen tradicional. Se pueden obtener los mejores resultados siguiendo la dieta higiénica y combinando todos los alimentos de manera correcta. Si en primer lugar se lleva a cabo un ayuno, se terminará antes la purificación del cuerpo. No obstante, si es imposible ayunar en este momento, la dieta de alimentos naturales ayudarán al cuerpo a volver a un estado de pureza o de salud.

CLASIFICACIÓN DE LOS ALIMENTOS:

Un alimento en cada comida es lo ideal

La clasificación de los alimentos y la correcta combinación de éstos es un descubrimiento llevado a la práctica por primera vez por los fundadores del Higienismo en la primera mitad del siglo pasado. Sabiendo que determinados tipos de alimentos requieren un tipo particular de secreciones digestivas y que no todos los alimentos tienen la misma base química, los doctores del Higienismo descubrieron que si se dividen las comidas en categorías, es decir, en azúcares, féculas y proteínas, la digestión sería un proceso completamente eficiente. Por lo tanto, el Higienismo recomienda que se observen unas pocas reglas. Si la idea le resulta extraña, no se preocupe; a muchos nos pasó lo mismo al principio. La dieta higiénica se basa en un plan científico que se adecua con nuestras adaptaciones fisiológicas ─no está hecha de manera fortuita e indisciplinada, como ocurre normalmente─.

Regla número uno: NUNCA COMBINE FÉCULAS CON PROTEÍNAS EN LA MISMA COMIDA.

Regla número dos:NUNCA COMBINE FRUTAS CON PROTEÍNAS, GRASAS O FÉCULAS; NUNCA COMBINE FRUTAS DULCES CON FRUTAS ÁCIDAS.

Regla número tres:NUNCA COMBINE TOMATES CON FÉCULAS, AGUACATES CON FRUTOS SECOS, O MELÓN CON CUALQUIER OTRA COSA QUE NO SEA MELÓN.

Si sigue los menús sencillos y usa las recetas para que éstos sean variados, no tendrá ningún problema con las combinaciones alimenticias. Se han incluido las reglas para una mayor claridad y para que le ayuden a la hora de seleccionar lo que vaya a comer.

Si no es posible emprender inmediatamente un ayuno, le recomendamos que siga la dieta higiénica hasta que llegue el momento adecuado. El uso de la dieta prescrita iniciará el proceso de eliminación y hará que, cuando se lleve a cabo el ayuno, éste sea más cómodo y más fácil.

Menú de una semana sugerido para los asmáticosSe usarán las frutas que la estación permita.

Le recomendamos que se prepare para suprimir el desayuno.Su salud probablemente mejorará debido a ello.

LUNES: Desayuno Naranjas frescas, la cantidad que se deseeAlmuerzo Plátanos maduros, dátiles, lechuga y apio

(éstas son las únicas verduras que pueden combinarse con la fruta)

Cena Una gran ensalada vegetal (lechuga, tomate, coles, apio, aguacate y cualquier otra verdura que no contenga féculas)

MARTES: Desayuno 1/4 de piña, 1 pomelo, 1 tazón de fresasAlmuerzo Una ensalada básica (véase la receta) y

entre 60 y 120 gramos de nueces de Brasil

Cena Sandía

MIÉRCOLES Desayuno Nectarinas frescasAlmuerzo Dos o tres tipos de uvas, apio y lechugaCena Zanahoria y confite de maíz

JUEVES: Desayuno CantalupoAlmuerzo Delicia tropicalCena Suprema de sésamo

VIERNES: Desayuno SandíaAlmuerzo Picadillo celestialCena Cerezas frescas, higos, plátanos o dátiles

SÁBADO: Desayuno Papaya fresca, fresasAlmuerzo CantalupoCena Zumo de apio y tomate, si es posible, y

ensalada de girasol dulce

DOMINGO: Desayuno Melón dulceAlmuerzo Manzanas, peras, ciruelasCena Aguacates rellenos, revuelto de col y

brécol, gazpacho frío

RECETAS

Aunque la dieta ideal se compone sólo de frutas y verduras (ni cortadas, ni trituradas, ni hechas puré, ni en zumo, ni mezcladas), se permite confeccionar algunas recetas con el fin de hacer las comidas más variadas y más interesantes, sobre todo para aquellos que están pasando de los alimentos cocinados a una dieta de alimentos crudos. Tenga en cuenta que al cortar y trocear los alimentos, éstos se oxidan algo, y que hay que tomar estas combinaciones inmediatamente después de su preparación.

Debido a que la mayor parte de las frutas y de las verduras sólo se dan en determinadas estaciones, es necesario con una semana de antelación hacer planes y tener en cuenta los alimentos que se pueden conseguir.

Ensalada básica: Se puede usar con cualquier comida de frutos secos o aguacates. Asimismo, se puede usar con alimentos que contienen féculas, tales como las patatas, las zanahorias, etc., siempre que se omitan los tomates.

Cualquier combinación de lechuga romana o de otro tipo (No se deben emplear más de 4 ó 6 elementos diferentes para preparar una ensalada), apio, pepinos (pelados), tomates, pimientos dulces, brotes de alfalfa y cualquier verdura cruda que no contenga féculas, tales como la col, la col rizada, el brécol, etc.

Confite de zanahoria y maíz:

4 espigas de maíz dulce, de la mazorca4 zanahorias dulces grandes, cortadas en tiras1 tazón de remolacha cortada en tiras2 tazones de col o col rizada troceada2 tazones de nabo y de brécol troceados6 hojas de lechuga romana

Póngalo todo en un cuenco grande. Mézclelo bien y que aproveche. Para 2-4 personas.

Delicia tropical:

Ponga en un plato mangos enteros, papaya y kiwis a su gusto.

Zumo de apio y tomate:

En una licuadora, haga la misma cantidad de zumo de apio y de tomate.

Suprema de sésamo:

4 tomates maduros grandes2 tronchos de apio1 pepino grande pelado

Mézclelo todo bien.Mezcle con lechuga romana, apio, pepino, tomate coliflor y un tazón de brotes.Sazone con 240 ó 360 gramos de semillas de sésamo en granos. Para 2-3 personas.

Ensalada de girasol dulce:

Trocear: tomates, apio, pepino, perejil, pimientos rojos y girasol durante 30 segundos o hasta que estén ligeramente troceados. Déjelo reposar durante 15 ó 30 minutos. Apártelo todo en un cuenco grande y añada las verduras que desee. Es más digerible con más tomates, lechuga, etc. Alíñela con 30 ó 60 gramos de nuez negra, brotes de alfalfa y con un poco de perejil picado. Para dos personas.

Aguacates rellenos:

Pele y parta por la mitad unos aguacates maduros, uno por cada dos personas. Trocee dos tomates maduros. Mezcle medio tomate con un aguacate triturado, un tazón de brotes de alfalfa y medio tazón de pimento rojo o verde cortado en taquitos. Con esta mezcla, rellene los aguacates.

Revuelto de calabaza y brécol:

Pique una col en trozos grandes (preferiblemente, col Nappa, Savoy o China) y brécol. Mézclelo en un cuenco grande con:

1/2 troncho de lechuga romana troceadabrotes de alfalfa

3 tomates grandes troceados finos3 nabos o colinabos hechos rodajas

Gazpacho frío:

Mezcle hasta que se obtenga una mezcla suave:Tomates, pepino pelado, pimiento verde... utilizando 3 partes

de tomate por una parte de pepino y una parte de pimiento.Trocee apio, pepino, tomates y pimiento verde como guarnición.Sirva todos los ingredientes cuando estén muy fríos.Para que el almuerzo o la cena sean digeribles, añada entre 60 y 120 gramos de frutos secos en granos o semillas por persona, o bien rodajas de aguacate.

Ensalada de guacamol:

Machaque aguacate con la mitad de la cantidad de aguacate en tomate. Sírvalo con hojas de lechuga.

Batidos de plátano:

Enfríe unos plátanos maduros durante la noche. Pélelos y páselos por la batidora. Viértalos en vasos grandes con varios cubitos de hielo. Remuévalo todo durante unos minutos y cómaselo con una cuchara.

Sorbete:

1. Congele aproximadamente seis plátanos que estén muy maduros y que sean grandes, 1 tazón de dátiles de buena calidad (deshuesados y no los apriete cuando vaya a medir la cantidad). Hay que congelarlos en un cuenco grande con tapadera o en una cubitera (de plástico). Hay que tomarlo como si fuera una comida, o después de una combinación de frutas no ácidas.

2. Mezcle melocotones, papaya, o higos frescos con dátiles, pasas o higos secos, aproximadamente 1 parte de fruto seco por 5 partes de fruta fresca, y congele como antes. Habrá que descongelar un poco esta mezcla antes de comerla, debido a que hay más agua contenida en las frutas subácidas que en los plátanos.

Ensalada Waldorf:

Mezcle manzanas troceadas, pasas, apio, peras, albaricoques secos y melocotones machacados en un cuenco. Sírvalo sobre unas hojas de lechuga como una comida completa.

Sopa de zanahorias:

Es una sopa cruda que lleva verduras con féculas, por lo que no se usarán ni tomates, ni frutos secos ni semillas.

En una licuadora, licue 15 zanahorias grandes y dulces después de haberlas limpiado bien, con 10 tronchos de apio. Añada a todo esto una taza de cada uno de los siguientes ingredientes: zanahoria cortada en tiras, remolacha, apio troceado, maíz fresco, nabo troceado, calabaza en tiras. Sírvala cuando esté muy fría en cuencos soperos.

Sopa de aguacates:

Mezcle 3 partes de aguacate por 1 parte de apio y zumo de tomate. Enfríelo. Alíñelo con verduras troceadas. Sírvalo con ensalada. Recuerde que debe usar verduras que no contengan féculas si utiliza zumo de tomate.

Estas recetas han sido creadas para que no sólo tenga una gran variedad de comidas en su nueva dieta entre las que elegir, sino también para que no le resulte difícil pasar de su antigua dieta de alimentos cocinados a esta otra. No obstante, debido a que cuando los alimentos se cortan, se utilizan para zumos o se procesan de cualquier otra manera aumenta la oxidación del contenido de vitaminas, el Higienismo recomienda servir las comidas con la menor preparación posible y en el menor tiempo posible tras su preparación. En otras palabras, la mejor manera de recibir todos los nutrientes que necesita nuestro organismo es dejar los alimentos en su estado natural, tal y como crecen. Al seguir esta dieta, no se necesita ningún tipo de suplementos vitamínicos o minerales. Simplemente disfrute del tesoro de la Naturaleza y descanse sabiendo que ella es la encargada de cuidar de usted.

Hay algunas palabras de aviso que marcarán toda la diferencia en la mejora de su situación y en la erradicación

del asma. La lista de sugerencias demostrará lo que su cuerpo necesita para purificarse ya que son prácticas que incrementan aún más el proceso de eliminación.

1.No use sal, condimentos, azúcar, miel, especias, ajos, cebollas, verduras calientes o picantes, ruibarbo, arándanos, o aceites en la preparación de las comidas. Nunca eche sal a las comidas. Tanto la pimienta como otros condimentos son irritantes y foráneos para el cuerpo. Cuando aparezca la irritación, se deteriora la desintoxicación, o incluso se detiene del todo.

2.NO BEBA NI AGUA NI NINGÚN OTRO LÍQUIDO CON LAS COMIDAS (excepto los zumos que se prepare usted mismo). El agua y otras bebidas diluyen los jugos gástricos y estropea la digestión. Espere varias horas después de las comidas antes de beber. Con esta dieta tendrá muy poca sed o casi ninguna. Todo contiene grandes cantidades de agua en su forma más pura. Cuando beba, tome sólo agua destilada.

3.NO TOME CAFÉ, TÉ, REFRESCOS, LICOR, VINO O CERVEZA. Estas sustancias son debilitantes, tóxicas y no son buenas para nuestro cuerpo. Eliminarán los beneficios de la dieta y acabarán con los esfuerzos de curación de nuestro cuerpo.

4.ABANDONE LOS POSTRES. No añada azúcares ni a las verduras, ni a las proteínas ni a los alimentos feculentos. Si se toman dulces después de una comida con la que no combine de manera correcta, tendrá una indigestión. Si lo que se quiere es alcanzar el mejor estado de salud, habrá que evitarlos por completo.

5.NO BEBA LECHE. La leche es para las crías de los animales y no para los adultos. No se digiere bien y hace que el cuerpo segregue moco. Los asmáticos sufren de un exceso de moco. Por esta razón no habría que tomar ningún producto lácteo.

6.NO COMA CARNE, HUEVOS NI NINGÚN OTRO ALIMENTO DE ORIGEN ANIMAL. El cuerpo humano no está preparado para digerir o utilizar ninguna forma de materia animal. El consumo de estas sustancias contaminará el cuerpo y provocará enfermedades. Además, los productos de origen animal provocan la formación de un exceso de moco.

7.NO COMA ENTRE COMIDAS. La práctica de picar entre horas interferirá con la digestión, aumentará de manera excesiva las dificultades digestivas y causará debilitación.

8.DESCANSE MUCHÍSIMO. El cuerpo necesita horas de descanso y de sueño para repararse y purificarse a sí mismo. Esto es tan importante como una buena alimentación.

9.HAGA ALGÚN EJERCICIO, TOME EL SOL Y EL AIRE FRESCO CADA DÍA. Son requisitos previos necesarios para una buena salud.

10.RELÁJESE, DIVIÉRTASE, NO SE PREOCUPE NI SE ENFADE. El asma, más que ninguna otra situación, empeora a causa del miedo, la ansiedad o los trastornos emocionales. La salud es un proceso con tres cara, la física, la mental y la EMOCIONAL. Si la vida le resulta muy pesada, concéntrese en los momentos felices. Intente mantener una tranquilidad mental. Si se sobrecarga la mente con emociones negativas, se desperdicia la energía nerviosa y el cuerpo tendrá menos de la que necesita para descargar sus funciones. Además, esto permite la acumulación de toxinas.

Esto puede parecer un montón de cosas que hay que aprender (y un montón que aceptar), pero nuestro objetivo es mostrarle el camino hacia el bienestar. Sin la adhesión a las necesidades de la salud, no habrá nada. Todo en la vida tiene su etiqueta con el precio. Así que, cuando la tentación le haga señas, ¡¡¡recuerde su último ataque!!!

El verdadero Higienismopor el Dr. Herbert M. Shelton

El verdadero higienista que reconoce que la Naturaleza es el amo de la vida y del modo de vivir y que el poder restaurativo existe en el organismo viviente, no necesita salirse de las leyes naturales con el fin de encontrar los materiales higiénicos de forma completa y perfecta.

En estas influencias y materiales higiénicos, así como en la presencia y operaciones que son esenciales para la vida y la salud. Encontrará gran cantidad de materiales para corregir las desviaciones de las normas de estructura y funcionamiento que constituyen lo que es la enfermedad.

Gracias al aire, a la luz, al agua, a los alimentos, a la temperatura, al ejercicio, al descanso, y al sueño, usted puede proporcionarle al cuerpo todos los materiales aprovechables y las influencias que necesita para continuar con su propio trabajo de excreción de toxinas, de reparación de estructuras y de restablecimiento de funciones.

Si hay alguna necesidad de que se modifiquen algunas funciones del cuerpo, ahí están las influencias y materiales con los que la fuerza restaurativa puede llevar a cabo su cometido.

Bajo cualquier circunstancia y condiciones de vida, el cuerpo siempre tiene unas necesidades propias. Estos son los únicos materiales de los que el cuerpo puede hacer uso.

Hay un peligro en su adaptación a las necesidades del cuerpo; no es necesario que haya ninguna muerte accidental. Nadie es alérgico a ellos; todos deben tenerlos para vivir.

Usados de acuerdo con las leyes de constitución y relación que rigen las funciones y actividades del cuerpo, éstos constituyen los grandes medios, no sólo para conservar la salud, sino también para recobrar la salud.

Qué diferentes resultan estas necesidades normales de vida de los venenos y medidas destructivas que emplean los médicos en su esfuerzo por "curar" las enfermedades.

A menos que confiemos más en la vida y en las necesidades normales, y menos en los medicamentos, no podemos esperar escapar del lío de enfermedades e invalidez por el que nos movemos como ciegos. Si vamos a continuar confiando en el poder de los venenos y rechazando el poder de la vida, no hay esperanza para nosotros.

Es importante que el mensaje vital del Higienismo llegue a todo el mundo. La salud, incluso la misma existencia de las generaciones que están por venir, depende de una vuelta a la confianza primitiva en los factores normales de vida así como de un abandono de las vías destructivas empleadas por el chamán.

Por esta razón, es obligación de cada uno de nosotros el intentar, de todas las maneras, llevar el glorioso mensaje del Higienismo a los que nos rodean.

El Higienismo no es una religión, sino un modo normal de vida. Es un medio definitivo que permite a la gente "vivir una vida más duradera".

Beth Snodgrass

Beth Snodgrass nació en Tejas (Houston, 1950), y realizó sus estudios superiores en la Universidad Southwestern en Georgetown, Tejas; en la Universidad de Tejas, Austin; en la Escuela de Estudios Internacionales de París; y en la Escuela Tyler de Arte, Roma/Filadelfia.

Educada en bellas artes, Beth es licenciada en pintura y arte. Su sensibilidad innata la llevó a buscar mejores formas para conseguir vivir mejor. Esto la condujo hasta la vida natural y a su cultivación científica, tal y como la representa la filosofía del Higienismo.