Colombia Internacional No. 8

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CONTENIDO

El Nuevo Rumbo de las Relaciones Colombo-Venezolanas en 1989: Una Aproximación

Liliana Obregón y

Cario Nasi 3

Economía Política y Estrategia Antidrogas: ¿Un Esfuerzo Fallido?

Mauricio Reina 12

Política Internacional de Colombia en el Contexto de la Cuenca del Pacífico

Pío' García Parra 17

Declaración sobre el trabajo cumplido por las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos

Colombo-Venezolanos 24

Discurso del Presidente Virgilio Barco a la 44 Asamblea de las Naciones Unidas 32

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Sección: Política Exterior de Colombia

El Nuevo Rumbo de las Relaciones Colombo-Venezolanas en 1989: Una Aproximación*Liliana Obregón y Cario Nasi**

* Este artículo es un avance dela investigación que sobre las relaciones colombo-venezolanas vienen adelantando los autores con la Fundación Friedrich Ebert de Colombia -FESCOL- y con el apoyo del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes -CEI-

** Investigadores asistentes del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes.

INTRODUCCIÓN

En los primeros meses de 1989, las relaciones colombo-venezolanas comenzaron a tomar un nuevo rumbo. Se dio origen a un proceso de cooperación que se venía gestando desde el año anterior, a raíz de ciertos contacos de Pedro Gómez Barrero, -en ese entonces embajador de Colombia en Venezuela— con Carlos Andrés Pérez, el entonces candidato presidencial por Acción Democrática. Como fruto de los acercamientos hubo un trabajo previo de análisis de lo que podría ser un nuevo intento de proyecto de integración bilateral. Esto permitió que en 1989 se entrara directamente a desarrollar las propuestas previamente estudiadas.

La iniciativa conjunta, formalizada en un acuerdo presidencial, se fundamentó en la integración de tres comisiones. En virtud de lo dispuesto en el Tratado de No Agresión, Conciliación, Arbitraje y Arreglo Judicial, suscrito entre Colombia y Venezuela en 1939, se reintegró la Comisión Permanente de Conciliación. A esto se agregó el nombramiento de cuatro Altos Comisionados y de veinticuatro miembros

de las llamadas Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos (o Comisiones de Vecindad), organismos no previstos en el convenio mencionado. Antes de abordar directamente lo que atañe a dichas entidades, conviene mirar brevemente las circunstancias que facilitaron su surgimiento.

ANTECEDENTES

En contraste con lo ocurrido durante el gobierno del presidente Belisario Betancur, el tema del diferendo volvió a ocupar un lugar privilegiado en la agenda internacional colombiana, en el transcurso de la administración Barco Vargas. Hubo acciones dirigidas específicamente a hallar una solución a la prolongada disputa por las áreas marinas y submarinas localizadas en el golfo de Venezuela. A finales de 1986, la administración Barco sometió a consideración del gobierno del presidente de Venezuela Jaime Lusinchi, "una propuesta que contemplaba varias instancias y pasos consecutivos: un período de negociaciones directas, acudir a un mecanismo de conciliación y, por último, utilizar una vía jurídica internacional para dirimir la disputa"'. De manera inexplicable, el gobierno venezolano no emitió ninguna respuesta al respecto hasta el momento del así llamado "incidente de las corbetas" en agosto de 19872

1. Rodrigo Pardo y JuanTokatlian, Política exterior colombiana. Bogotá, coedición Tercer Mundo Editores y Ediciones Uniandes, 1988, pág. 208.

2. Ver Monika Rug. "Eldiferendo colombo-venezolano durante el gobierno del presidente Virgilio Barco: el incidente de agosto de 1987 y la posición conservadora" en Las relaciones entre Colombia y Venezuela: dos aproximaciones, Documentos Ocasionales No. 11, Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes. Bogotá, septiembre-octubre 1989, pág. 29.

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En mayo de 1987 se realizó un nuevo intento, cuando el gobierno colombiano propuso reintegrar el organismo de conciliación previsto en el tratado de 1939. Sin embargo, la administración Lusinchi manifestó que dicho tratado no era aplicable para la resolución del diferendo, dado que a la luz del artículo segundo de la convención, no eran competencia del organismo de conciliación, los asuntos referentes a los intereses vitales y la integridad territorial de los Estados3. Cabe anotar que tampoco en este caso, hubo una respuesta del gobierno venezolano que siguiera los conductos oficiales. La posición de la administración Lusinchi, se conoció a raíz de una rueda de prensa convocada por el mandatario del vecino país con motivo del incidente de agosto4.

En los meses sucesivos, se llegó incluso a elevados niveles de tensión en la relación bilateral,

3. Ver Alfredo Vázquez Carrizosa,Colombia y Venezuela. Una historia atormentada. Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1987, págs. 457-459. Sobre la interpretación venezolana de los mecanismos previstos por el tratado de 1939; ver, Jorge Olavarría, El golfo de Venezuela es de Venezuela. Caracas, Gráficas Armitano, 1987, págs. 150-164. El rechazo a la integración de la Comisión fue informado al gobierno colombiano formalmente mediante nota diplomática del 6 de agosto de 1987, después de varios meses de exaltadas críticas por la opinión pública venezolana y de sorpresa en Colombia por tan demorada respuesta. El artículo 2 del discutido tratado dice: "Las dos Altas Partes Contratantes se comprometen a someter a sus procedimientos... las controversias de cualquier naturaleza o que por cualquier causa surjan entre ellas, y que no haya sido posible resolver amigablemente por los medios diplomáticos ordinarios, exceptuando solamente los que atañen a los intereses vitales, a la independencia o a la integridad territorial de los Estados Contratantes. Las diferencias para cuya solución se haya previsto un procedimiento especial por convenios en vigor entre las Partes, serán resueltas de conformidad con lo dispuesto en dichos convenios".

4. Rodrigo Pardo y Juan Tokatlian. Op. Cit., págs. 210-211.

debido a una sangrienta incursión del ELN en el vecino país, y al ya citado enfrentamiento naval entre la corbeta ARC Caldas y el buque ARV Libertad, en aguas del golfo de Venezuela5.

Al deterioro de los vínculos entre los dos países, se agregó el inicio de las campañas electorales en Venezuela a comienzos de 1988,1o que determinó la suspensión de todo un intento de arreglo del diferendo. Cualquier pronunciamiento o determina-ción que adoptara Lusinchi, po-día ser utilizada por los partidos de oposición como medio para capitalizar votos, con nefastas consecuencias colaterales. La administración Barco mantuvo un prudente silencio mientras se adelantaban las campañas políticas en el vecino país, lo que no significó un abandono de la cuestión limítrofe. Sencillamente se esperaba la llegada del momento oportuno.

La reelección de Carlos Andrés Pérez a la presidencia venezolana, significó un vuelco positivo en las relaciones bilaterales en varios aspectos. Desde antes que se posesionara el mandatario venezolano hubo declaraciones conducentes a un mayor entendimiento. Barco se refería a Pérez en términos de un "interlocutor inmejorable" indicando, de esa manera, que se esperaba que las relaciones en adelante pudieran tener una nueva dimensión. Pérez, por su parte, manifestaba intenciones de lograr, con su similar colombiano, proyectos de in-tegración fronteriza6.

5. Ver Monika Rug. Op. Cit., págs. 29-41.

6. Ver, "Carlos Andrés Pérez, nombracomisión para la frontera con Colombia". El Espectador, enero 30, 1989, pág. 10A. "Con Carlos Andrés Pérez, las relaciones colombo- venezolanas serán mejor". La Prensa, enero 30, 1989, pág. 9.

Todo esto configuraba un ambiente favorable para el acercamiento. Asimismo, se pueden señalar otros factores que tuvieron incidencia en los intentos de cooperación. Al margen de la lenta recuperación de los flujos económicos que se estaban produciendo a partir de 1986, que puede influir en el proceso, es posible plantear algunas variables de índole política. En el momento, para los dos mandatarios resultaba importante reivindicar logros en sus respectivos programas de gobierno. El presidente Barco se hallaba en las postrimerías de un cuatrienio caracterizado por múltiples dificultades. Con "el sol a las espaldas" y un panorama interno poco alentador, con índices de violencia más que alarmantes y muchos programas bandera del gobierno bloqueados o sin mayores proyecciones, al mandatario colombiano le resultaba por lo menos muy útil, mostrar algo positivo en el ámbito externo. ,

En forma concomitante, Carlos Andrés Pérez reconocía que se iba a jugar desde el comienzo buena parte de su capital político electoral, con las férreas medidas económicas que habría de tomar a finales del mes de febrero. Se ejecutarían normas abiertamenteimpopulares (que a la postre pro-dujeron el tristemente célebre "Caracazo"7), con lo que resultaba necesario un contrapeso positivo.

No se trata de establecer un determinismo directo, en el sentido de explicar el impulso dado

7. Sobre los efectos de las medidas eco-nómicas tomadas por Pérez el 17 de febrero del presente año; ver, Cristina Barrera. "El "paquetazo" venezolano y la frontera colom-biana", en Colombia Internacional No. 5, Centro de Estudios Internacionales, Universi-dad de los Andes, enero-marzo 1989, págs. 11-20.

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a la cooperación de los dos países, en función de los respectivos acontecimientos internos. Sin lugar a dudas, la solución de los problemas bilaterales y la obtención de mayores niveles de concertación, era un propósito claro de los dos mandatarios. En todo caso, la conciencia de situaciones difíciles condujo a potenciar objetivos internacionales, que se perfilaban exitosos, dada la relativa convergencia de visiones.

Por último, cabe anotar que la necesidad de una integración latinoamericana ha cobrado nuevamente fuerza a raíz de algunos acontecimientos ocurridos en el contexto internacional. Los países que conforman la Comunidad Económica Europea (CEE) así como los Estados Unidos con Canadá y México, están impulsando proyectos de cooperación en los que se tiende cada vez más a la consolidación de bloques o macro-unidades autosuficientes en el plano económico. La concreción de un sistema de preferencias para los productos de los países integrantes de cada bloque hace prever, en un mediano plazo, una mayor restricción para los mercados latinoamericanos tradicionales.

Estos eventos han resaltado la importancia de buscar mayores niveles de intercambio y acercamiento intra latinoamericano. En el seno del Grupo Andino, Venezuela y Colombia bien podrían liderar un proceso que intente amortiguar los efectos de una cri-sis de las exportaciones.

LAS COMISIONES

El clima de distensión que se gestó con la reelección de Carlos Andrés Pérez permitió que los acontecimiento se desarrollaran con una inusual rapidez. El presidente Barco, invitado a asistir

a la posesión de Pérez, antes de viajar al vecino país convocó a los ex-presidentes Misael Pastrana y Julio César Turbay Ayala (jefes máximos del Partido Social Conservador y del Partido Liberal respectivamente), con el propósito de enterarlos de su visita a Caracas y de los temas por tratar con el nuevo mandatario. Este acercamiento significó, de acuerdo con la interpretación social conservadora, un retorno a la consulta bipartidista8 en materia de las relaciones exteriores9.

El 3 de febrero de 1989, fecha en la que se produjo la trasmisión del mando, Barco y Pérez suscribieron el Acuerdo de Caracas, que determinaría el desarrollo de las relaciones bilaterales en los meses siguientes. Dicho acuerdo, preparado de manera conjunta por Gonzalo Barrios -dirigente del Partido Acción Democrática y Pedro Gómez -entonces embajador de Colombia en Venezuela—, preveía cuatro puntos. El texto de la declaración es el siguiente:

Los presidentes de Venezuela, Carlos Andrés Pérez y de Colombia, Virgilio Barco, reunidos en Caracas con ocasión de la transmisión del mando presidencial, animados por las ideas bolivarianas que inspiraran las relaciones entre los dos países y decididos a promover acciones francas, fecundas y dinámicas en los ámbitos bilateral y multilateral

ACUERDAN:

Primero. Establecer perma-nente y activa coordinación de

8. Aunque con posterioridad, ante lascríticas de la izquierda, la UP fue incorporada al proceso.

9. Ver, "Barco informa a la oposiciónsobre paz y política internacional". La Pren sa, febrero 1, 1989, pág. 9. "Viraje hacia el consenso". La Prensa, febrero 4, 1989. págs. 1 y 9.

los gobiernos tendiente a lograr acciones más efectivas en los foros regionales referentes a la integración latinoamericana dentro de los principios de independencia y democracia que orientan la política internacional de ambos Estados.

Segundo. Adelantar las consultas recíprocasconducentes a la reintegración de la Comisión de Conciliación prevista en el Tratado sobre no Agresión, Conciliación, Arbitraje y Arreglo Judicial suscrito hace 50 años.

Tercero. Designar dos altos comisionados por cada país, quienes en breve plazo harán un inventario de las principales cuestiones por examinar entre ambos países y propondrán a los dos gobiernos una metodología adecuada a su tratamiento y solución.

Cuarto. Se excluye de la consideración de los altos comisionados la preparación y estudio de los convenios y tratados de índole política, jurídica, económica y de seguridad relativos al desarrollo económico y social de las áreas fronterizas, para lo cual los dos gobiernos procederán de inmediato a designar sendas comisiones, las cuales con los asesores y técnicos que estimen convenientes, presentarán a consideración de ambos gobiernos el informe conten-tivo de sus recomendaciones en el plazo de seis meses10.

La firma del Acuerdo de Caracas, produjo reacciones más o menos simétricas a los doslados de la frontera. Hubo apoyo en los respectivos partidos de gobierno y críticas de los dos principales

10. Ver, "Se acordó lo acordado". LaPrensa, febrero 4, 1989, pág. 9. "Venezuela y Colombia vuelven a la mesa". El Especta-dor, febrero 4, 1989, págs. 1A-6A. "Vene-zuela acepta Comisión de Conciliación". El Tiempo, febrero 4, 1989, págs. IA-3A.

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partidos de oposición: el PSC en Colombia y el COPEI en Venezuela. El jefe de la colectividad social conservadora, Misael Pastrana, calificó el acuerdo como "un retroceso", en la medida en que estableció consultas previas a la integración de la Comisión de Conciliación Permanente, que ya había sido designada por Colombia dos años atrás". Se trató de una crítica exagerada y apresurada, por cuanto como se vio en apartados anteriores, en 1987 apenas se había formulado una propuesta de acudir al tratado de 1939, que fue rechazada por Venezuela. Los acercamientos previos entre el presidente Barco y el líder del Partido Social Conservador, no habían sido suficientes para generar unanimidad con respecto al tema.

Por otra parte, a pesar de que el presidente Barco en su viaje a Caracas había buscado un acercamiento con la dirigencia del COPEI con el propósito de distensionar las relaciones (hay que recordar que dicho partido fundamentó su campaña política en no hacer ningún tipo de concesiones a Colombia12), también hubo una reacción negativa de ese partido. El secretario general del COPEI, Eduardo Fernández, criticó el acuerdo tildándolo de "fuente de futuros roces y conflictos" a la luz de los mecanismos previstos en el Tratado de 193913.

11. Ver, "Es un retroceso:Pastrana". La Prensa, febrero 4, 1989, pág. 9.

12. Plinio Apuleyo Mendoza,"Firmado acuerdo de cooperación". El Tiempo, febrero 4, 1989, págs. 1A-3A.

13. "El COPEI critica acuerdoentre Colombia y Venezuela". El Tiempo, febrero 6, 1989, pág. 8A. Fernández enfatizó el hecho de que si a la Comisión Permanente de Conciliación le correspondía la solución al diferendo limítrofe, el asunto quedaba prácticamente en manos de terceros. El artículo V

Al margen de los esperados ataques de la oposición cabe anotar que el Acuerdo de Caracas se prestó a diversas interpretaciones en cuanto a su alcance y aplicabilidad, generando confusión y opiniones contradictorias. Por ejemplo no era claro si el Tratado de 1939 podía aplicarse a la solución del diferendo limítrofe.

También hubo malentendidos en lo que respecta a las funciones de las Comisiones de Vecindad, a pesar de que se puso énfasis en diferenciarlas de la de Altos Comisionados. Con el Acuerdo de Caracas apenas se había formulado una propuesta teórica, que todavía era necesario perfeccionar en la práctica.

Durante los meses de febrero y marzo de 1989, en Colombia y Venezuela se adelantaron gestiones y contactos con el propósito de establecer quiénes iban a ser los comisionados14. Barco sostuvo reuniones con varios dirigentes políticos de los partidos tradicionales y llegó a un compromiso con el jefe de la colectividad social-conservadora, Misael Pastrana, en términos de que habría intercambio de información y criterios sobre lo atinente a las relaciones colombo-venezolanas. En este contexto, hubo protestas de parte de la Unión Patriótica (UP) por su exclusión, y la falta de representación

del Tratado de 1939 dice que "Las Altas Partes Contratantes constituirán una Comisión Per-manente de Conciliación. Cada una de las Partes designará dos de esos miembros, de los cuales solo uno puede ser nacional del Estado que los nombra. El quinto será el pre-sidente y su designación se hará de común acuerdo entre las Partes Contratantes. El quinto miembro no debe pertenecer a ninguna de las nacionalidades ya representadas en la Comisión".

14. "Hombres de frontera paracomisión colombo-venezolana". El Tiempo, febrero 16, 1989, pág. 7A. "Colombia alista sus co-misiones". El Tiempo, febrero 23, 1989, págs. 1A-6C.

de la izquierda en las relaciones internacionales del país15. Esto motivó al gobierno a incorporar posteriormente a representantes de dicho sector en la Comisión Nacional de Asuntos Fronterizos. En Venezuela también se le concedió representación a los distintos grupos políticos. En las comisiones se incluyeron voceros de Acción Democrática, del COPEI, del MAS, como también algunos independientes.

El 28 de marzo, los presidentes Pérez y Barco sostuvieron una segunda reunión formal en el puente internacional "Francisco de Paula Santander", en la que suscribieron la llamada Declaración de Ureña. Fue entonces cuando se nombraron á los miembros de las distintas comisiones, y se avanzó un paso más en la delimitación de algunas de sus funciones16.

En lo que se refiere a estas funciones hubo avances relativos. Se conformó definitivamente la Comisión Permanente de Conciliación, prevista en el Tratado de 1939. Su convocatoria e intervención está contemplada sólo para ciertas controversias, en la medida en que las partes no lleguen a un acuerdo por vías amigables, o a través de los canales diplomáticos ordinarios17. En

15. El senador Alberto RojasPuyo de la UP hizo precisiones en este sentido. Ver, "Manejo bipartidista de la política exterior". El Tiempo, febrero 26, 1989, pág. 6A.

16. Ver, texto de la Declaraciónde Ureña, marzo 28 de 1989. Ver también "El diferendo en la agenda". La Prensa, marzo 29, 1989, págs. 1-10. Carlos Obregón. "La tónica: ánimo de entendimiento". El Tiempo, marzo 29, 1989, pág. 8A. Carlos Obregón."El diferendo: nuevo rumbo". El Tiempo, marzo 29, 1989, págs. 1A-8A. "Adolfo Suárez presidirá la Comisión de Conciliación". La Prensa, marzo 29, 1989, pág. 11. "Quiénes son los Altos Comisionados". El Tiempo, marzo 29, 1989, pág. 9A.

17. Ver el texto del Tratado de1939 en Alberto Zalamea, Catálogo de Errores - la

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todo caso, dado que en lo que va corrido del año no se han producido desacuerdos graves, o incumplimientos significativos en los tratados, la Comisión no ha tenido que actuar.

Sobre las funciones de los Altos Comisionados, tampoco hubo mayor novedad. Fuera de hacer un inventario de cuestiones por examinar entre los dos países, y proponer fórmulas de tratamiento y solución, se aclaró que tendrían la misión de recomendar un modus operandi para la solución del diferendo18.

En lo que sí hubo avances significativos, fue en la definición de las labores de las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos, más conocidas como las Comisiones de Vecindad. Su trabajo se limitó al estudio de convenios sobre el tránsito de personas, bienes y vehículos, integración económica fronteriza, planificación conjunta del desarrollo urbano, uso y preservación de los recursos naturales. Fuera de eso, se elaboró un listado de proyectos, a los que las Comisiones deberían dar preferencia: generación de energía eléctrica y navegación en el Orinoco; exploración de la formación precámbrica denominada escudo de Guyana; interconexión eléctrica de regiones fronterizas; crecimiento e interconexión de las áreas urbanas de Cúcuta y Villa del Rosario -en Colombia, y San Antonio

crisis colombo-venezolana. Editorial La Oveja Negra, Bogotá, 1987, págs. 83 y ss. En este sentido al ser entrevistado, Pedro Gómez confirmo que la Comisión Permanente de Conciliación sólo intervendrá en caso de ser convocada para trabajos específicos.

18. Ver, texto de la Declaraciónde Ureña. Ver también "Diferendo a Altos Comisionados". La Prensa, abril 6, 1989, págs. 1-6. "Venezuela insiste en diálogo directo". El Espectador, abril 6, 1989, pág. 7A. "Tejera: solución directa al diferendo". El Tiempo, abril 6, 1989, pág. 9A.

y Urena -en Venezuela-; un proyecto agroindustrial azucarero entre el Norte de Santander y el Estado de Táchira. Las Comisiones se encargarían de hacer los estudios de factibilidad correspondientes, para luego preparar convenios y tratados que serían sometidos a la consideración de los dos gobiernos19.

El 31 de marzo se posesionaron y recibieron instrucciones los Altos Comisionados por Colombia y los miembros de la Comisión Colombiana de Vecindad, ante el Canciller Julio Londoño Paredes20.

El 3 de abril, algunos miembros de la Comisión Venezolana de Vecindad acompañaron al Canciller Enrique Tejera, en su visita oficial a Bogotá. Esto permitió un primer encuentro informal entre las Comisiones de Vecindad de los países, en el que se discutió un posible plan de trabajo para los meses siguientes21.

En relación con el tema del diferendo, el Canciller Tejera fue enfático en establecer que no era el único tema en la agenda, existiendo muchos otros de importancia. En todo caso, confirmó que estaba incluido entre las asignaciones de los Altos Comisionados, y dijo que se resolvería por negociaciones directas entre las partes22.

19. Ver, texto de la Declaraciónde Ureña

20. Ver, "El lunes, primerareunión de Comisión de Vecindad". El Tiempo, abril 1. 1989, pág. 8A.

21. Ver, "Colombia y Venezuela: frente común en foros internacionales". El Tiempo. abril 5, 1989, pág. 10A. "Alianza colombo-venezolana ante foros mundiales". El Espectador, abril 5, 1989, pág. 8A. Orlando Henríquez. "Descartan diplomacia contra-reloj". El Espectador, abril 4, 1989. pág. 10A.

22. Ver, "Diferendo a Altos Comisionados". La Prensa, abril 6, 1989, págs. 1-9."Coquibacoa no es lo impórtame". La Prensa, abril 5 de 1989, págs. 1-9.

El 13 de abril, se produjo en Caracas, el primer encuentro oficial de los Altos Comisionados de los dos países, en el que se acordó la realización de reuniones quincenales conjuntas,alternando la sede en Colombia y Venezuela. También se elaboró un borrador del inventario de temas por examinar, que sería divulgado un tiempo después23.

Hacia finales de abril, la Comisión Colombiana de Vecindad inició labores, al emprender un recorrido por la frontera colombo-venezolana con el propósito de elaborar un diagnóstico de los problemas de la región.

Entre el 26 y el 28 de abril, se realizó en Bogotá el segundo encuentro de los Altos Comisionados. Losrepresentantes colombianos anunciaron la existencia de propuestas de solución a temas específicos, pero se abstuvieron de divulgarlas. Lo que sí trascendió fue un inventario de diez temas, elaborado de manera conjunta y presentado oficialmente el 29 de abril, que incluía: a) migraciones; b) cuencas hidrográficasinternacionales; c) delimitación de áreas marinas y submarinas; d) ríos internacionales; e)terminación de los trabajos de demarcación y densificación de los hitos; f) transporte internacional; g) metodología y tratamiento para la utilización de los recursos nacionales transfronterizos; h) tráfico de estupefacientes; i) sistema de control para evitar la sustracción de medios de transporte, y procedimiento para su recuperación; j) cooperación y asistencia mutua en casos de

23. Ver, "Sigue línea directacolombo-venezolana". El Espectador, abril 13, 1989, págs. 1A-7A. "Comisionados harán sesión quincenal". El Tiempo, abril 15, 1989, pág. 7A. Ver, "Comisión de Vecindad recorrerá la frontera". El Espectador, abril 22, 1989, pág. 13A.

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emergencia y para la preserva-ción de ecosistemas24.

El 22 de mayo se reunieron por tercera vez en Caracas los Altos Comisionados de ambos países para perfeccionar la propuesta de modus operandi y continuar discutiendo los tópicos del itinerario propuesto. Sin embargo, no se difundieron las conclusiones específicas de este encuentro25.

El 28 y el 29 de junio se llevó a cabo en Caracas la primera cumbre bilateral de Altos Comisionados y Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos, con el propósito de unificar agendas26. El Canciller Londoño estuvo presente en esta reunión y anunció la oferta de asistencia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de 300.000 dólares para cada país, para financiar el trabajo de las comisiones27.

Inmediatamente después de la anterior reunión, se encontraron

24. Ver, "Hoy habrá inventariode Altos Comisionados". La Prensa, abril 27, 1989, pág. 9. "Se prepara inventario de asuntos pendientes". El Tiempo, abril 27, 1989, pág. 7A. "Hoy informe sobre Altos Comisionados". El Espectador, abril 27, 1989, pág. 12A. "Proponen seguridad jurídica para evitar incidentes fronterizos". El Tiempo, abril 29, 1989, pág. 9.

25. Ver, "Hoy tercera reuniónde Altos Comisionados de frontera" mayo 22 de 1989, pág. 11 A.

26. Ver, "Integración a todoslos niveles". El Tiempo, julio 3, 1989, pág. 8A. "Hoy, primer contacto de vecindad". El Espectador, junio 29, 1989, págs. 1A-10A.

27. Londoño consideró que "unaactitud muy diferente que raya en lo positivo se está notando en Venezuela frente a nuestro país... nunca como antes las relaciones entre Colombia y Venezuela han llegado a tan alto nivel de entendimiento, franqueza y cooperación... está por demás que existe la mejor disposición entre los presidentes Pérez y Barco para encontrar una solución rápida y conveniente al asunto del golfo, pero ambos países estamos ahora claros que esa delimitación en el golfo

en Cartagena los Altos Comisionados para su cuarta sesión de trabajo. Con base en el paquete de los diez temas acordados anteriormente, los comisionados unificaron criterios sobre las propuestas de solución.

La segunda cumbre bilateral de las Comisiones de Vecindad se realizó en Bogotá el 28 de julio. Los temas definidos en la agenda fueron:

1. El problema agroindustrialde la región nortesantandereana y del Estado del Táchira.

2. La interconexión delsistema hidroeléctrico del Orinoco y algunos asuntos energéticos y mineros de la zona fronteriza.

3. El manejo ecológico de lazona fronteriza.

4 La habilitación de la ruta terrestre entre Cúcuta, Puerto Santander, Boca de Grita y Maracaibo.

5. Problemática del agua enla alta Guajira.

o. Creación de un centro deatención y albergue para el tráfico vehicular entre las poblaciones fronterizas que estará ubicado en Villa del Rosario, Cúcuta.

Adicionalmente, se informó sobre la materialización de cuatro propuestas debatidas previamente: la creación del Centro Nacional de Frontera, organismo

de Venezuela no puede ser el eje central de nuestras relaciones". Ver, "Existe una positiva actitud de Venezuela hacia Colombia afirma el Canciller Londoño". El Espectador, julio 2, 1989, pág. 10A. "Londoño: el diferendo fue un asunto marginal". El Tiempo, julio 2, 1989, pág. última B. La suma del dinero aportado por la PNUD fue confirmada por Guillermo Fernández de Soto en la entrevista realizada por los autores el 12 de octubre del presente año.

encargado de dar una integración de los servicios de frontera; la expedición de visas múltiples por parte de Venezuela para ciudadanos colombianos, otorgadas por los cónsules evitando así el trámite ante el ministerio de Relaciones Exteriores; la interconexión telefónica entre Norte de Santander y el Estado del Táchira; y la derogación del Decreto 1795 de 1987 relativo a la eliminación de restricciones al tránsito de bienes en la zona fronteriza28.

La quinta reunión de Altos Comisionados se efectuó el 29 de julio. De nuevo, los comisionados se reservaron las conclusiones.

El 13 de agosto se reunieron en Cúcuta las Comisiones de Vecindad con el objetivo de dedicarle una sesión especial al estudio de los elementos necesarios para la creación de las "áreas metropolitanasbinacionales" o "ciudades bisagra".

El progreso en la concertación de propuestas y en la discusión de soluciones indicaban la necesidad de realizar una cumbre conjunta entre Altos Comisionados y Comisiones de Vecindad. El 26 de agosto en Maracaibo se realizó esta reunión que tuvo tres objetivos principales: diferenciar los temas coincidentes en las dos agendas, intercambiar información y opiniones sobre lo estudiado y hacer un balance de las gestiones realizadas hasta entonces. Como temas principales se discutió sobre la "Zona de Integración Progresiva" y la creación de las ya mencionadas "ciudades bisagra"29.

28. Ver, "Hay pleno acuerdo enlas comisiones de integración". La Prensa, julio 29, 1989, pág. 9. "Venezuela otorga visa múltiple por un año". El Espectador, julio 29, 1989, págs. 1A-6A.

29. Ver, "Cumbre de lascomisiones colombo-venezolanas". El Espectador, agosto

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La segunda cumbre de Altos Comisionados y Comisiones de Vecindad se realizó en Bogotá el 1 y 2 de septiembre. En esta reunión se discutió la evolución del proceso y estimó los resultados que serían presentados el 5 de octubre.

Las primeras conclusiones del proceso de concertación, se elaboraron en dos informes presentados a los mandatarios de Colombia y Venezuela el 5 de octubre, en el tercer encuentro presidencial, que se realizó nuevamente en el puente internacional "Francisco de Paula Santander". El primer informe fue entregado a Barco y Pérez por las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos. En él, se señalan los logros obtenidos, las recomendaciones hechas que fueron acogidas e incorporadas como directrices presidenciales para los organismos ejecutores del gobierno, los acuerdos presidenciales sobre el desarrollo específico de proyectos determinados y tres actas de entendimiento sobre: el estudio conjunto del aprovechamiento integral y conservación de los recursos hídricos del río Carraipía; la reconstrucción y operatividad del equipo de trabajo binacional para el río Arauca; y un acuerdo administrativo entre el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) de Colombia y el Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE) de Venezuela30.

A los Altos Comisionados correspondió la presentación del segundo informe. Por el carácter confidencial que se le ha dado al trabajo de esta comisión no se

14. 1989, pág. 1A-10A. "Colombiay Venezuela crearán corredor económico fronterizo". El Tiempo, agosto 26, 1989, pág. 7B.

30. Ver. Informe de lasComisiones de Vecindad en la sección "Documentos".

informó públicamente su contenido31. Sin embargo, la prensa logró obtener el documento, y lo reveló en parte. Según la información del diario El Espectador, los Altos Comisionados "definirían a finales del próximo mes de noviembre los primeros modus operandi para la solución de algunos de los diez asuntos pendientes entre Colombia y Venezuela". Se avanzó principalmente en los proyectos referentes a las cuencas hidrográficas y migraciones y al parecer se propondría la conformación de una comisión especial que se encargaría de tratar el tema a través de las negociaciones directas. Finalmente se consideró que podrán culminar sus labores en breve plazo32.

CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS

A escasos ocho meses del nombramiento de los Altos Comisionados y los integrantes de las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos, resulta importante hacer un balance tentativo de este esfuerzo bilateral. Se puede afirmar lo siguiente:

En primer lugar, con la posesión de Carlos Andrés Pérez y la conformación de las distintas comisiones, ha variado de manera sensible el ambiente de las relaciones bilaterales. Los términos de confrontación han cedido terreno a la cooperación e integración, buscándose un máximo aprovechamiento de las ventajas y capacidades mutuas.

31. Pedro Gómez en entrevista aeste respecto aclara: "...por la índole de las materias nosotros acordamos no dar a conocer a la opinión pública de los dos países sino el resultado final porque el conocimiento parcial podría entorpecer nuevamente la relación y hacernos mucho más compleja la labor, octubre 13, 1989.

32. Ver, "Paso firme asoluciones con Venezuela". El Espectador, octubre 25, 1989, págs. 1A-5A.

Dentro de esta tónica se explican los esfuerzos por "desgolfizar" las relaciones. El espinoso tema del diferendo, se ha desplazado en forma deliberada a un lugar secundario, ya que ha tenido efectos nocivos sobre otras cuestiones. Más aún: al parecer la estrategia consiste en lograr un aumento significativo de los niveles de cooperación, coordinación e integración binacional, que tenga como corolario la resolución del diferendo. En la medida en que se deje de sobredimensionar la disputa en el golfo, y se perciban las ventajas de una integración efectiva, será menos problemático remover el tradicional obstáculo de las relaciones colombo-venezolanas.

Sin embargo, una excesiva "desgolfización" de las relaciones, también tiene sus riesgos.

Sería aconsejable no relegar demasiado la cuestión del diferendo, de manera que se constituya en una parte complementaria importante de la agenda bilateral. Así, se reduciría su condicionamiento y dependencia, del éxito de las políticas integracionistas.

En segundo lugar, ha sido positiva la inclusión de los distintos sectores políticos de los dos países en las Comisiones de Vecindad. Con ello se ha facilitado una mayor concertación en las iniciativas, que puede prevenir que sean atacadas o utilizadaselectoralmente en el futuro. Obviamente, es posible que surjan desacuerdos al interior de las comisiones. Sin embargo, ningún sector político querrá cargar con la responsabilidad del fracaso de las iniciativas, de un organismo del cual formó parte.

Los gobiernos de los países, incluso podrían buscar involucrar en mayor medida a los diferentes

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partidos en el proceso, de manera que resulte disfuncional y costoso en lo técnico y lo político, desmontar las actuales iniciativas. Esto se podría lograr con un mayor intercambio de criterios, que conduzca a una suerte de acuerdos y compromisos, bien sea formales o informales.

En tercer lugar, en lo que respecta al trabajo concreto en las distintas comisiones, se han dado algunos pasos significativos. A pesar del sigilo existente, se sabe que las frecuentes reuniones sostenidas por los Altos Comisionados han tenido por objeto el diseño de los lineamientos generales de las políticas de cooperación.

En este marco, dichos funcionarios han realizado una intensa labor de consulta con varios sectores políticos, entidades económicas y organismos técnicos, a fin de sondear las posibilidades de adelantar distintas políticas integracionistas, y recibir sugerencias para el tratamiento de cuestiones conflictivas como la de la disputa en el golfo de Venezuela.

Los Altos Comisionados son entonces una instancia intermedia, en el sentido de que su trabajo ha sido desarrollar ciertas directrices presidenciales generales, pero sin caer en el particularismo propio de las tareas de las Comisiones de Vecindad.

Los Altos Comisionados deberían publicitar más los esfuerzos realizados en favor de una mayor concertación bilateral. Por la investidura que tienen -y sin necesidad de revelar asuntos confidenciales-, deberían constituirse en la principal instancia de divulgación sobre la permanencia de una voluntad política integracionista.

Por el contrario, el trabajo realizado por las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos o Comisiones de Vecindad, no ha tenido mayores reservas ante la opinión pública. Las Comisiones de Vecindad de ambos países, inicialmente efectuaron un recorrido a lo largo de la frontera, para detectar los problemas y necesidades regionales. Posteriormente, elaboraron un diagnóstico, con base en el cual presentaron un paquete de propuestas que podría significar un impulso importante y creativo al desarrollo de la zona fronteriza, y en aras de una mayor integración bilateral.

El paquete de propuestas consta básicamente de una serie de recomendaciones, que se han sometido a consideración de los respectivos gobiernos, ministerios y otras entidades oficiales, que finalmente son los encargados de llevar las iniciativas a la práctica.

Dado el grado de conocimiento adquirido por los integrantes de las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos sobre la problemática de la región, sumado al hecho de que han presentado propuestas de solución, valdría la pena que se le diera continuidad a sus labores. Las comisiones se deberían convertir en órganos supervisores de la ejecución de iniciativas; adicionalmente, podrían constituirse en un canal de comunicación permanente entre los representantes de los distintos sectores sociales de la zona, y las altas instancias del gobierno. Así se daría un seguimiento de los proyectos, en concomitancia con los requerimientos y necesidades reales de los pobladores de la frontera.

En cuarto lugar, se puede destacar como un hecho positivo, la coordinación en el trabajo de las

Comisiones de Vecindad de los dos países, y con los respectivos Altos Comisionados. Se alcanzó una unidad de criterios que permitió elaborar una agenda bilateral común.

No obstante se pueden formular una serie de inquietudes acerca del futuro de las iniciativas de corte integracionista en las relaciones bilaterales. Las propuestas y sugerencias sobre medidas y proyectos elaborados por los Altos Comisionados y las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos, en su mayoría, hasta ahora están siendo estudiadas por los órganos ejecutores de los dos Estados. Muchos proyectos deben pasar por un análisis previo de factibilidad, que tomará en cuenta los recursos disponibles, y dependiendo de los resultados, se llevarán o no a la práctica.

A pesar de que varias iniciativas no presentan mayores dificultades en cuanto a su aplicación, todavía existe incertidumbre acerca de lo que subsistirá del paquete de propuestas. Por el momento, se ha manifestado mas que todo una serie de intenciones, y unas formulaciones teóricas y genéricas, faltando el largo trecho de las realizaciones concretas.

El panorama se complica en relación con propuestas de gran envergadura, que requieren cuantiosos recursos. Todavía no hay claridad sobre la financiación de proyectos, a pesar de que se han iniciado gestiones ante organismos internacionales. De esto, depende en gran medida el que se alcancen resultados positivos.

Paralelamente se observa una paradoja: con la reciente dinámica integracionista, se ha puesto énfasis en la realización

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de proyectos e inversiones conjuntas. Sin embargo, las economías de los dos países están pasando por un período crítico. Con el rompimiento del Pacto Cafetero, se ha reducido el ingreso de divisas a Colombia. Además, el Estado recientemente se ha embarcado en una "guerra" contra el narcotráfico, que al parecer conlleva una creciente desviación de atención y recursos, de los sectores productivos y de inversión social, hacia el fortalecimiento del aparato represivo del gobierno.

Por su parte, en el mes de febrero de este año, el gobierno venezolano adoptó una serie de medidas de ajuste, destinadas a sanear en el mediano y largo plazo su economía nacional. Se eliminaron varios subsidios estatales, se devaluó el bolívar, se incrementaron drásticamente los precios de la gasolina, se encarecieron los servicios públicos, entre otros. Esta "terapia de "choque", por más que tenga posibles resultados benéficos en el futuro, por ahora ha acentuado la crisis económica venezolana. Con lo anterior, crecen las dudas sobre si se pueden hacer las adiciones presupuéstales necesarias para

llevar a cabo las propuestas de las comisiones, e inclusive, de que los gobiernos le otorguen cierta prioridad a las iniciativas integracionistas.

Adicionalmente, para que las proyecciones de integración y concertación bilateral tengan éxito, es básico un entendimiento de las entidades de planeación de las dos naciones. Hasta ahora, no se ha avanzado de manera sustancial en esta dirección, lo que puede significar poca coordinación en la elaboración, financiamiento y ejecución de proyectos binacionales.

En forma paralela, se debería involucrar a más sectores no gubernamentales de ambos países ya que su aporte sería significativo para una política realista de integración. El enfoque de las comisiones se centra casi exclusivamente en el sector oficial. Valdría la pena incentivar la participación del sector académico, que a través de estudios y seminarios puede hacer aportes a la dinámica de este proceso. Así mismo, la empresa privada puede brindar sugerencias y directrices para aumentar la productividad de las regiones fronterizas

así como el comercio y la integración bilateral. Más importante aún es la vinculación directa y participativa de la población de la región, y especialmente del sector laboral.

Finalmente, la continuidad de los proyectos se puede ver afectada por la terminación de la administración Barco. A mediados de 1990 se dará un cambio de gobierno, lo que podría eventualmente significar un viraje en el manejo de la política exterior. A pesar de que los convenios e iniciativas se dan entre gobiernos y no entre personas, el marcado presidencialismo que existe en Colombia al igual que en Venezuela, puede dar origen a un cambio relevante en las prioridades de la agenda internacional en el siguiente cuatrienio. Lo fundamental, para lo que resta de la administración Barco, es generar una política de Estado frente al tema de Venezuela, que evite los vaivenes de los reemplazos cuatrienales de gobierno. Se requiere una política estratégica y de visión de largo plazo, para consolidar lo logrado y darle una continuidad más allá de la coyuntura. Allí se ubica el gran desafío de la presente administración liberal.

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Sección: Relaciones Económicas Internacionales

Economía Política y Estrategia Antidrogas: ¿Un Esfuerzo Fallido?

Mauricio Reina*

* Investigador del Centro deEstudios Internacionales y de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes. En la actualidad se encuentra realizando un magíster en Relaciones Internacionales en la Johns Hopkins University. School of Advanced International Studies. Este trabajo fue hecho en colaboración con Marta Osorio, investigadora del CEI y de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes.

Durante la década de los ochenta, el eje de la política antidroga ha sido, de carácter represivo y ha estado fundamentalmente orientado al control de la oferta. Sin embargo, la producción de cocaína ha seguido aumentando, las ganancias generadas en el proceso han ido creciendo y los niveles de violencia y criminalidad se han ido expandiendo dramáticamente en los países consumidores y productores. Adicionalmente, a lo largo de los últimos años se han ido abriendo nuevos mercados para el producto, particularmente en Europa, mientras que el consumo en los Estados Unidos ha aumentado sostenidamente.

Este ensayo busca mostrar brevemente el éxito o fracaso relativo de las políticas antidrogas adelantadas hasta el momento, tomando como base el análisis de los resultados obtenidos. Para tal efecto se señalarán a grandes rasgos los principales lineamientos de las estrategias adoptadas por Estados Unidos, Bolivia, Perú y Colombia contra la producción, tráfico y consumo de cocaína durante la presente década. Igualmente se señalarán algunas cifras que sirvan de indicador para analizar el desempeño de las estrategias seguidas.

ESTADOS UNIDOS: UNA POLÍTICA HOMOGÉNEA

La percepción y el manejo que el gobierno de los Estados Unidos ha tenido frente al tráfico de cocaína durante esta década, ha marcado las pautas sobre las cuales se han desarrollado las estrategias de los distintos países involucrados. La política del presidente Reagan, desde sus inicios, fue la de declarar la guerra al narcotráfico. El presupuesto federal orientado a los programas de control de narcóticos pasó de 1.200 millones de dólares en 1981 a 3.900 en 1987.'.

Al observar la distribución del presupuesto entre las medidas de control de oferta, por un lado, y control de demanda, por el otro, se evidencia un gran desequilibrio. Esto refleja la posición norteamericana de que sean los países productores los que asuman la mayor responsabilidad en la guerra. En efecto, durante el período comprendido entre 1981 y 1987, el presupuesto destinado al tratamiento y prevención del abuso de drogas en Estados Unidos varió entre 18 y 32% del presupuesto total, mientras que los gastos en medidas de interdicción y represión doméstica e internacional oscilaron entre 68 y 82% durante el mismo período2.

En diversas ocasiones se ha afirmado que esta asignación presupuestal no pretendía descuidar el problema del consumo en los Estados Unidos. El argumento esgrimido para justificar esto, parte de la base de que la mayor represión sobre la oferta generaría un alza tal en el precio de la cocaína, que se produciría una reducción en el consumo.

1. General Accounting Office:Drug Control in Colombia and Bolivia, 1988.

2. Ibíd.

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Lo cierto es que la mayor represión no se tradujo en un aumento de precios. Por el contrario, durante la presente década se ha presentado un descenso sostenido en los precios de la cocaína al por mayor en los Estados Unidos, al igual que un incremento en el grado de pureza de la cocaína (cuadro 1). Estos dos hechos reflejan las condiciones de un mercado en el cual se ha venido presentando un creciente exceso de oferta sobre la demanda.

CUADRO 1PRECIOS AL POR MAYOR EN ESTADOS UNIDOS Y GRADOS PUREZA AL POR MENOR<3)

Precios Año (miles US/k) Pureza

1980 55-65 NA1981 55-65 25-35 1982 55-65 30-35 1983 45-55 35 1984 40-50 35 1985 30-50 50-60 1986 22-45 55-65 1987 12-40 50 1988 11-34 70

Bien sea por el bajo presupuesto destinado al control de la demanda, o por el fracaso en la búsqueda de mayores precios de la droga, el consumo de la cocaína ha crecido a lo largo de toda la década4.

La tendencia a orientar los esfuerzos represivos por el lado de la oferta se revirtió parcialmente en 1987. En octubre de 1986 el presidente Reagan firmó una nueva ley que planteaba una estrategia contra las drogas combinando varios frentes: mayor control al consumo, intensificación

3. Ibíd. y NNICC REPORT.1988.

4. Ibíd.

en campañas educativas, expansión de los programas de tratamiento y rehabilitación, campañas de prevención en hogares y comunidades, además de las tradicionales medidas de control a la producción e interdicción.

A pesar de ese pequeño viraje, se puede afirmar que la estrategia de los Estados Unidos fue bastante homogénea en todo el período dándose únicamente matices de intensidad, pero sin alterar los lineamientos básicos de su política represiva5.

Aunque el diagnóstico del gobierno norteamericano haya establecido que el mayor peso de las políticas de control debe recaer sobre la oferta, esto no se ha traducido en una ayuda económica suficiente para que los países productores emprendan la "lucha en condiciones justas".

Un análisis detallado de las cifras relacionadas con el presu-puesto destinado al control de narcóticos, revela que el mayor porcentaje ha estado orientado hacia la interdicción, dejando un escaso remanente para la cooperación directa con los países productores. Para 1986 y 1987, los fondos destinados para este último aspecto apenas alcanzaron a ser el 6 y 5% respectivamente, del total del presupuesto federal antinarcóticos6.

A pesar de que la cooperación económica ha sido fuertemente reducida con los países productores, estos se han visto sometidos a presiones políticas para que asuman la parte más difícil de la

5.Véase Bagley. Bruce "U.S. Foreign Policy and the War on Drugs: Analysis of a Policy Failure". en Journal of Interameri-can Studies and World Affaire, Summer-Fall. 1988.

6. Estimativos realizados porMauricio Reina, según datos de la GAO. 1987-1988.

lucha contra las drogas. Estas presiones se han manifestado en cuestiones como la legislación de 1986 en la que se exige anualmente al presidente de los Estados Unidos certificar dentro de los 25 países más importantes en la producción y tráfico de drogas, aquellos que han colaborado estrechamente con el gobierno norteamericano en las iniciativas represivas. El país que no fuere certificado sufriría como sanción la retención del 50% de la ayuda económica y militar proveniente de USA y el voto negativo norteamericano en las discusiones que se dieran en organismos multilaterales tales como FMI, BM, BID con relación al otorgamiento de créditos7.

En resumen, el diagnóstico norteamericano ha permanecido bajo una misma línea durante toda la década. Este ha sido el de aplicar una política represiva principalmente sobre la oferta ya que al reducir la producción se aumentarían los precios y con ello se desestimularía su consu-mo. Sin embargo la evidencia ha demostrado que dichos objetivos no se han alcanzado.

EL CASO BOLIVIANO

La gran inestabilidad política boliviana se tradujo en la imposibilidad de desarrollar un plan efectivo contra la producción de cocaína en la primera mitad de la década. Las inmensas pugnas existentes en el interior de los centros de poder, así como los múltiples intereses económicos en juego, significaron por mucho tiempo una falta de compromiso total de los distintos gobiernos bolivianos con la causa antidrogas.

7. Sobre el tema de lacertificación, véase Bagley B. Op. Cit., y Hogan H., Drug Control: Highlights of P.L. 99-570, Anti-drug abuse act of 1986. Washington. 1986.

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Solamente hasta el mes de agosto de 1983 se firman cuatro acuerdos de cooperación entre Bolivia y los Estados Unidos, que buscaban fortalecer la lucha antinarcóticos. Estos acuerdos no tuvieron prácticamente ningún resultado durante casi dos años, período en que la destrucción de cultivos y la confiscación de hojas y pasta de coca en Bolivia resultaban irrisorios frente a los esfuerzos desarrollados en ese entonces por Perú y Colombia.

La administración de Siles Suazo dejó un lánguido balance en lo referente al alcance de las metas propuestas dentro de los acuerdos bilaterales de 1983. Sin embargo, es importante reconocer que hacia el final de su mandato, mayo de 1985, se adoptó un conjunto de leyes que representaba la base legal para la efectiva implementación de los acuerdos. En agosto de 1985, parecieron abrirse las puertas para una acción más definitiva en contra de la producción ilícita de coca. Es así como a mediados de 1986 tiene lugar la operación BLAST FURNACE, en la que participó directamente el ejército norteamericano, y que habría de significar la parálisis temporal de la industria de la coca en ese país. Sin embargo, esta mayor decisión política tuvo un precio muy alto para el gobierno que se manifestó en el repudio a nivel nacional e internacional por la intromisión de fuerzas militares foráneas para manejar asuntos internos.

Para mediados de 1987 se había presentado ya una notable recuperación de la capacidad productiva y de procesamiento.

EL CASO PERUANO

Perú ha adelantado múltiples esfuerzos para controlar los

cultivos ilegales de coca dentro de su territorio. Desde el inicio del período analizado se observó la voluntad del gobierno peruano en la lucha antidroga. A principios de 1980 se comenzó a desarrollar la operación IMPACTO II en el valle del Alto Huallaga (principal zona productora), con la colaboración de los Estados Unidos, la cual dio como resultado la destrucción de doce millones de plantas y el desmantelamiento de 57 laboratorios productores de pasta de coca.

En septiembre de 1981 los dos países formalizaron unos acuerdos y algunos programas de cooperación en los campos de erradicación, interdicción y sustitución de cultivos para el valle del Alto Huallaga. El desarrollo de estos acuerdos no dio resultados tan notables como los de la operación IMPACTO II.

Los programas se adelantaron muy lentamente en 1982 y 1983, en gran parte debido a la delicada situación que se había generado por el creciente control del grupo guerrillero Sendero Luminoso.

En 1984, Perú logró una de las erradicaciones más grandes que se hayan alcanzado en país alguno hasta el presente: 3.100 hectáreas de plantas de coca. Sin embargo, la intensificación de la violencia en el valle Huallaga paralizó casi por completo las acciones para final del año. A pesar de que en 1985, con el ascenso de Alan García al poder, se retomaron las actividades de orden represivo, la situación de orden público fue reduciendo el margen de acción.

En síntesis se puede afirmar que el Perú ha estado comprometido en la lucha contra la producción ilegal de coca en su territorio, pero los resultados concretos de ese compromiso han sido relativamente

pobres debido a las restricciones impuestas por la situación de orden público.

EL CASO COLOMBIANO

La lucha que ha adelantado Colombia contra el narcotráfico ha tenido un amplio reconocimiento a nivel internacional. Sin embargo, los exiguos resultados alcanzados no se comparan con el inmenso costo que esta lucha ha significado para el país en términos de vidas humanas y deterioro de las instituciones.

La intensidad con que se ha venido desarrollando la guerra contra el tráfico de drogas ilegales ha estado condicionada por la percepción de cada gobierno sobre el problema del narcotráfico dentro de su política exterior; por la articulación del tráfico de drogas con la situación interna de orden público; y por la dinámica global del tema de las drogas dentro de las relaciones bilaterales Colombia-Estados Unidos.

A comienzos de la década de los ochenta, la lucha contra el tráfico de drogas se caracterizaba por una estrecha colaboración con los Estados Unidos. El gobierno del presidente Turbay Ayala estableció como punto fundamental de su política exte-rior el plegarse a la posición de Estados Unidos, según la cual el problema de las drogas debía ser atacado básicamente por el lado de la oferta. La cooperación norteamericana se tradujo en ayuda económica y asesoría técnica para el ejército, la policía y las aduanas. La acción más espectacular que se desarrolló dentro de esta estrategia que fue la incursión militar en la Guajira para erradicar los cultivos de marihuana, fue considerada en sus momentos por diversos sectores de la opinión pública interna

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como un verdadero atentado contra los intereses nacionales.

Para el final del período del gobierno de Turbay, la posición colombiana empezaba a virar hacia la exigencia de una distribución más equitativa de los costos en la lucha antinarcóticos entre Colombia y los Estados Unidos, solicitando al gobierno norteamericano un mayor esfuerzo para controlar la demanda.

De esta fase de cooperación con los Estados Unidos quedó la firma del tratado de extradición, el cual habría de incidir en la estrategia antidrogas que Colombia adelantaría en los años posteriores. Esta herramienta ha sido tal vez la más efectiva para amedrentar y coartar las acciones de los narcotraficantes pero también la que peores costos le ha significado al país por sus efectos retaliativos.

En 1982 termina el período Turbay y comienza el de Belisario Betancur. Betancur al principio de su gobierno motivado por un marcado nacionalismo optó por asumir casi que unilateralmente la lucha contra las drogas. Sin embargo, ante el asesinato del entonces ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla (abril de 1984), cambió notablemente la actitud del gobierno. Este asesinato se dio como respuesta del llamado Cartel de Medellín a una ofensiva que se había adelantado un mes antes contra un inmenso laboratorio de su propiedad, en la cual se incautaron más de 10 toneladas de cocaína.

El presidente Betancur volvió a recurrir al mecanismo de extradición. Esta fue la primera vez que el cartel formuló una propuesta al gobierno según la cual no sólo finalizarían sus operaciones ilegales, sino que también repatriarían sus capitales y colaborarían

con el pago de la deuda externa. Los "capos", en contrapartida exigían su reintegro formal a la vida civil en el país y el desmonte del tratado de extradición.

Como respuesta a la propuesta el gobierno intensificó la lucha. Se extraditaron 10 colombianos hacia los Estados Unidos y se multiplicaron las confiscaciones de droga y el desmantelamiento de los grandes complejos de laboratorios para su procesamiento. Los narcotraficantes por su parte, intensificaron el uso del terror como mecanismo de poder y optaron por reducir la escala de los laboratorios procesadores, como medida de protección contra las iniciativas oficiales8.

El punto culminante de la confrontación entre los dos actores se dio en el mes de noviembre de 1985 cuando el grupo guerrillero M-19, presuntamente apoyado económicamente por el narcotráfico, se tomó el Palacio de Justicia en donde murieron varios magistrados. Al igual que al final del período de Betancur, los hechos acaecidos en los primeros meses del gobierno de Virgilio Barco (1986) parecían revelar una temerosa disposición a las acciones concretas contra el flagelo de las drogas. La inexplicable liberación, en agosto de 1986, de Jorge Luís Ochoa, así como la declaración de inconstitucionalidad del tratado de extradición, revelan el bajo perfil que mantuvo inicialmente la administración Barco ante el narcotráfico.

Pero los acontecimientos habrían de tomar otro rumbo. En efecto en diciembre Barco procedió a firmar el tratado de extradición

8. Véase Bagley, B. "Colombiaand the war on drug". en Foreign Affairs, Summer 1988.

restableciendo así su operatividad: A partir de este momento se intensificó la lucha contra el narcotráfico de la cual quedaron como testimonio el asesinato del director del diario El Espectador, Guillermo Cano Isaza, y el atentado contra el ex ministro de Justicia Enrique Parejo González. Así mismo en febrero fue capturado y extraditado Carlos Ledher Rivas. En junio las múltiples amenazas de los narcotraficantes contra los funcionarios de la rama judicial surtieron efecto: la Corte Suprema de Justicia volvió a declarar la inconstitucionalidad del tratado quedando así las extradiciones suspendidas indefinidamente.

En síntesis-, la estrategia colombiana contra el tráfico de cocaína a lo largo del período de 1980 a 1987, estuvo caracterizada por la sucesión alternativa de momentos de gran confrontación entre los narcotraficantes y el gobierno, y fases de una mayor distensión entre las partes. La mayor exacerbación del conflicto se ubica en 1984 y en 1986, años en los que la confrontación entre las dos partes revela un alto grado de compromiso por parte del gobierno y una vulnerabilidad apreciable de la posición de los narcotraficantes frente al tratado de extradición. Durante 1988 habría de seguir la violenta confrontación.

UNA ESTRATEGIA FALLIDA

El hecho de que la producción global de coca de los tres países haya aumentado en el período analizado, es el principal elemento revelador del fracaso de la estrategia de represión sobre la oferta9. En efecto, la producción

9. Sobre este y otros episodiosde la lucha colombiana contra la droga, ver el Informe de la Presidencia de la República La lucha contra el narcotráfico en Colombia, julio 1988.

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global de hoja de coca aumentó en un 75% entre 1980 y 1987 (cuadro 2).

Si se observa con mayor detenimiento la distribución relativa de la producción de los tres países, a lo largo del período, se puede evaluar someramente hasta qué punto han sido efectivas las acciones represivas adelantadas por cada uno de ellos.

El volumen de hoja aumentó a lo largo del período para los tres países sin encontrarse una correlación aparente entre los ciclos de menor producción y las etapas de mayor represión10.

A pesar de los múltiples esfuerzos desarrollados a comienzos de la década y posteriormente, en 1984, la producción de hoja aumentó sostenidamente a lo largo del período. En el caso de Colombia los momentos de mayor represión -inicios de la década, 1984-1985, y primer semestre de 1987- tampoco parecen haber incidido mayormente en la tendencia general de la producción.

10. En este tipo de análisis esconveniente seguir la evolución de la variable en subperíodos y no en años aislados. Esto obedece a que la información de algunos años parece tener problemas metodológicos que distorsionarían cualquier análisis de tendencia.

De igual manera la ofensiva boliviana de 1985, que rompió con un amplio período de tolerancia, no parece haber tenido efectos duraderos sobre la producción de hoja, la cual siguió creciendo en 1986 y 1987.

Cabría esperar que las políticas represivas, ejercidas en distintos momentos, en cada país, determinaran una reubicación de los cultivos del país más represivo hacia el más permisivo. Sin embargo, la evidencia parece mostrar que ese tipo de movimientos tampoco se dio durante el período. De hecho, Bolivia el país más permisivo fue perdiendo participación en la producción a lo largo del período frente a Colombia y Perú países mucho más comprometidos en la lucha contra las drogas en la presente década.

CONCLUSIONES

El diagnóstico de Estados Unidos, acogido en mayor o menor grado por los países productores, según el cual la represión de la producción es el camino para controlar el problema, no ha producido los efectos deseados. Mientras las acciones represivas se multiplican, la producción de coca sigue aumentando, así como la oferta global de cocaína.

De otra parte, la idea de que el consumo se podría controlar a través de un alza de precios tampoco se ha hecho realidad. Lo cierto es que los precios han mostrado una tendencia claramente decreciente a lo largo de la década, mientras el consumo sigue aumentando persistentemente.

Para los países productores las acciones represivas tienen múltiples efectos nocivos en la población civil y en el medio ambiente y sus efectos concretos no han pasado de ser estrictamente temporales. La evidencia empírica demuestra que las tendencias generales de la producción de coca en Bolivia, Colombia y Perú no se han visto sensiblemente afectadas por las acciones ofensivas que, en cada momento, estos países han desarrollado contra el narcotráfico.

La gravedad del problema para países productores y consumidores exige el planteamiento de nuevas estrategias que partan de aproximaciones analíticas novedosas. En el caso colombiano es muy grande el trecho que hay que recorrer para lograr una claridad suficiente sobre la situación, que permita elaborar una posición sólida y coherente que defienda nuestros intereses a nivel internacional.

CUADRO No. 2 PRODUCCIÓN DE HOJA DE COCA PARA BOLIVIA,

COLOMBIA Y PERÚ (MILES DE TONELADAS)

FUENTE: GAO. 1988 Y EL NN1CC REPORT VARIOS ANOS

ANO BOLIVIA

COLOMBIA

PERU TOTAL

1980 52.5 4 50 106.5 1981 55 2.5-3.0 50 107.5-108 1982 55-60 50 110- 115 1983 25-40 11.2 100 136.5-151 1984 49.2 11.0 100 100.2 1985 ' 42-53.2 12.4 95.2 149.6-160.8 1986 44-52.9 12-13.6 95-120 151-186.5 1987 46-67 18.23 98-121 162-211

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Sección: Política Mundial

Política Internacional de Colombia en el Contexto de la Cuenca del Pacífico*

Pío' García Parra**

* Trabajo presentado en el IVEncuentro Internacional sobre la Cuenca del Pacífico. Pereira. septiembre 4-6 de 1^89.

** Investigador del Centro Regional de Estudios del Tercer Mundo -CRESET-

La insistencia colombiana por alcanzar una presencia singular en el sistema internacional no es hoy en día una simple oportunidad, es una necesidad. Durante tres décadas, por lo menos, el país se ha empeñado en adecuar su estructura física e institucional interna, con el fin de convertir sus relaciones externas en vínculos provechosos. Subyacente a esa intención permanece, en términos generales, está el deseo de explorar y utilizar la fluidez creciente de las relaciones políticas y económicas, como medios idóneos para alcanzar la prosperidad social. Los resultados logrados hasta ahora son modestos, y en un momento de cambio acelerado en el sistema mundial, cuando la red de intercambios integra bienes con alto valor agregado gracias al uso intensivo del soporte tecnocientífico, de no proponerse medidas para utilizar las ventajas comparativas vigentes, muy pronto el país podría hundirse en un rezago lamentable.

Una proyección externa activa en lo político y en lo económico, por parte de los estados menores, se torna factible, gracias al derrumbe progresivo de la estructura bipolar del mundo, auspiciada

por la limitación creciente del control hegemónico, a cambio de una reorganización multipolar de participantes que parten del diseño y aplicación de estrategias claras, construidas a partir del conocimiento de la dimensión internacional. La óptima inserción, cuyos mejores exponentes son algunos países de industrialización reciente, se logra a través de la concurrencia operativa de las orientaciones y fundamentos gubernamentales, en asocio con las instituciones semioficiales y la intervención decidida del sector .privado.

Como medios para mejorar la acción hacia el exterior, en principio, Colombia cuenta con recursos humanos y físicos, una posición geográfica intermedia - entre los grandes centros económicos, así como soportes técnicos creados para promover la participación internacional. Por otra parte, carece en una forma creciente de los ingredientes de capital y tecnología, factores primordiales para sortear con éxito la elevada competencia en los intercambioscontemporáneos. Para el acopio de los soportes ausentes, lo mismo que para la utilización eficiente de los recursos disponibles, es comprensible la necesidad que el país tiene de conjugar los esfuerzos múltiples, oficiales y particulares, como requisitos facilitadores de una posición distintiva en el concierto mundial.

La radiografía cabal de la actuación internacional de Colombia mostraría los logros y las frustraciones. Carecemos de una evaluación completa al respecto. Ahora bien, con el fin de agregarle elementos a ese mosaico final que algún día ha de presentarse, un buen parámetro lo constituye el área socioeconómico del océano Pacífico, más conocida como la cuenca del Pacífico, una

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región sobresaliente a nivel mundial, en la que, para bien o para desdicha, Colombia está inscrita. Pertenecen también a los mismos actores diversos, desde los grandes poderes políticos e industriales hasta estados diminutos y atrasados, junto a los cuales están, de igual manera, otros países menores, muchos de ellos semejantes a Colombia durante largo tiempo, y de gran importancia por las estrategias ensayadas en los respectivos procesos recientes de modernización y de internacionalización de sus economías.

La tarea de profundizar nuestros nexos con el Pacífico pasa por el conocimiento de los cambios al interior de los países del área con las estructuras económicas de mayor dinamismo, de sus políticas de inserción externa, de las perspectivas particulares, en fin, de las tendencias regionales en la producción, en el desarrollo científico o en los proyectos con orientación prospectiva. Dentro de ese marco, se ha de evaluar el desempeño nacional, cuyo diagnóstico ha de llevar al diseño de estrategias externas claras, con el fin de intervenir en una forma más efectiva.

LA CUENCA DEL PACIFICO EN LA REESTRUCTURACIÓN MUNDIAL

En los últimos años estamos presenciando una auténtica mutación en el sistema mundial. Ocurren en él importantes transformaciones a todos los niveles: culturales, sociales, políticos o económicos. El cambio en la estructura global del poder es paralelo a la transformación de los patrones culturales y a las modificaciones en los esquemas previos de pensamiento.

En la teoría económica, al

respecto, se imponen los mecanismos de la competencia, las regulaciones mínimas o la habilidad individual, bajo la presunción de las bondades derivadas de la competencia libre de los factores, tanto en los estados de conformación capitalista, como en los países socialistas mismos. No se trata de una tendencia euro americana o de los países industriales. Encierta manera, con las reformas económicas de 1978, China se adelantó a esta ola actual, aunque sin poder realizar del todo el espíritu renovacionista, dada la problemática política correlativa, no resuelta, y cuyos efectos escapan al presente análisis.' Por vías alternativas se imponen los cambios en la Unión Soviética y en casi toda Europa Oriental. La transformación conceptual afecta, por demás, la copiosa teoría generada en el Tercer Mundo.

En cierta forma, los cambios doctrinarios son paralelos a la fragmentación del poder general. La nueva racionalidad en la gestión económica, sobre la base conceptual renovada, por parte de las potencias tradicionales, expresa la incapacidad sentida de sostener la supremacía en los dominios simultáneos del control militar, de la producción y de la innovación.

La consecuencia valiosa de ese proceso es que enriquece la dinámica mundial, en la medida que nuevos actores entran en juego abierto. Como los grandes poderes se encuentran impedidos de ejercer un control omnipresente sobre el sistema global, prosperan las estrategias de inserción, con el fortalecimiento de un sistema plural o multipolar nuevo. El ascenso de poderes

1. F. Yachir. La NouvelleProblematique du Developpment. París, Unesco, 1989, pág. 120.

medianos versátiles fuerza a las potencias mayores a negociar con cierta equidad, y por medio de ese medio acceden a las determinaciones del control planetario, responsabilizándose de éste un número superior de agentes.

Bienes de alta calidad, canales excelentes para la comercialización, el patrimonio de conocimiento técnico estratégico y la acumulación de capital financiero, son las armas principales que les permiten a ciertos países contrarrestar los ímpetus hegemónicosprevalecientes hasta ahora.

Quizás el mayor aporte a la nueva configuración del sistema planetario está dado por impulso generado en el área del Pacífico2. En ella, en virtud de ingentes esfuerzos de ruptura con estructuras lastrantes, ciertos países asiáticos han logrado salir del atraso y colocarse en posiciones de avanzada en la producción, el comercio o el desarrollo técnico, el recurso que más incide en la reestructuración del poder mundial. Al decir de un especialista, "para una comprensión amplia del proceso de desarrollo de la ciencia y la tecnología, probablemente no existe una región más interesante que el Pacífico asiático"3.

Los países de Asia oriental, entre 1965 y 1985, incrementaron el producto bruto en un promedio anual de 7.5%; después de 1980, mientras gran parte del mundo vivía en recesión, el ingreso

2. Respecto a la actualdistribución del poder en esa área, ver "La situación geopolítica de la cuenca del Pacífico", en Magazín Diplomático y Negocios Internacionales, No. 12. págs. 20-22.

3. J. Bandyopadhyay: Scienceand Technology in the Asian-Pacific Región. París, UNESCO, 1989, pág. 4.

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Per cápita de esa región aumentó en 3.2% anual, el de los países industriales tradicionales 1.5%, el de Colombia 0.5% y el de América Latina -2%4. Durante muchos años, China, Corea o Taiwán han alcanzado tasas de crecimiento económico del 10%.

En el caso particular de Corea, el agigantamiento rápido de su producción le ha permitido elevar su producto bruto interno de 2 mil millones de dólares, en 1962, a cerca de 120 mil millones, en 1987 y a 140 mil millones en 1988.5 la variación de dicho indicador en 1987 fue de 15.87o y de 15.2% en 1988". Con el avance rápido del proceso de modernización de Tailandia o Malasia, gran parte de la región se industrializa y se aproxima al alto grado de desarrollo alcanzado por Japón.

Como se sabe, en gran medida el proceso de industrialización ha estado facilitado por un comercio exterior favorable. Sobre la base de una producción de buena calidad, diversificada y bien ubicada en el mercado internacional, esos países han captado un espacio enorme. Por parte de los 4 NIC`s ,7 su participación en el comercio mundial ha pasado de menos del 1 % en 1960 a más del 6% en 1988. Por contraste, la participación de América Latina, por ejemplo, ha disminuido del 5% al 4%, en el mismo lapso. Desde una perspectiva individual, entre 1965 y 1986, las exportaciones

4. Cfr. California EconomicDevelopment Corporation: California and the Pacific Rim: a Policy Agenda, Sacramento, 1986. págs. 1-6. Moshe Syrquin. "Crecimiento económico y cambio estructural en Colombia: una comparación internacional", en Coyuntura Económica, vol. XVII, No.4. Pág.". 210.

5. Cfr. Korean OverseasInformation Service: Facts about Korea, 1988, Pág 3.

6. Korea News Review,3/6/89, pág. 12.

de Sur corea se expandieron a un ritmo anual de 22%, las de Hong Kong 10%, las de Malasia 6% y las de Colombia, para no hablar de las de América Latina, 2%8.

En una relación paralela, los superávit comerciales les han permitido reforzar los recursos financieros. La banca oriental, japonesa en particular ha alcanzado la supremacía mundial. Sólo tres de los 10 bancos más grandes del mundo por el valor de sus activos no son japoneses. El Citicorp, el primer banco estadounidense está en la séptima posición, y se necesitarían 9 Citicorps para igualar al banco Su-mitomo9. La de Tokio es la primera bolsa de valores del mundo, la de Osaka ha sobrepasado a Londres y las de Seúl y Taipei se colocan entre las 13 más importantes.

Como si eso fuera poco, la ofensiva oriental se extiende al nivel productivo, en virtud de la flexibilidad de la industria de responder al mercado, derivada de la inmensidad de los recursos manejados por las empresas y la decidida inversión en el desarrollo tecnológico: 55 de las 100 empresas más grandes del globo son japonesas. En esos negocios, grupos coreanos y taiwaneses intervienen con éxito. En el dominio tecnocientífico, cuyos costos de innovación en Japón y los NIC`s sobrepasan con facilidad los 150 mil millones de dólares cada año, las empresas y los gobiernos se distribuyen las fases y los resultados de la investigación. En términos simplificados, las primeras asumen la aplicación

7. Los cuatro países asiáticos de reciente industrialización son: Corea. Taiwán, Hong Kong y Singapur.

8. Banco Mundial. Informe sobre el Desarrollo Mundial, 1988, pág. 270.

9. Richard A. Gephardt. "Thegolden age", en speaking of Japan. vol. 98, pág. 6.

y el desarrollo de los descubrimientos, y el gobierno se encarga de la investigación básica10.

Mucho se ha dicho sobre la estrategia de modernización exitosa de esos países. Todavía bastantes elementos surgirán para continuar la discusión, en virtud de los rápidos cambios en el sudeste asiático, en China, Tailandia o Malasia. Omitiendo los juicios sobre esa modalidad de desarrollo, sobre las lecciones que da o sobre sus limitaciones, es importante anotar que gracias al vigor de la estructura política y económica interna, esas naciones se han lanzado a la contienda internacional con la decisión suficiente como para imprimirle un impacto. Su despliegue se siente tanto en los mercados de los países industriales tradicionales como en las áreas en desarrollo, lo mismo que en los países socialistas.

Con relación a estos últimos, en particular, los países de Europa Oriental son hoy en día mercados promisorios para Corea y Taiwán, que lideran la incursión en esas economías.

Como consecuencia de todo ese surgimiento oriental, la estructura internacional se modifica. Entre las muchas transiciones

10. Para una síntesis de estapolítica, véase mi artículo: "La nueva vanguardia tecnológica", en Uno y Cero, No. 31, págs. 6-9. Con relación al caso latinoamericano, cfr. Isaac Minian, ed Transnacionalización y Periferia Semiindustrializada, México CIDE, 1983. Banco Interamericano de Desarrollo. Progreso y Desarrollo en América Latina. 1988. Eugenio Lanera. "Cambio Técnico y Reestructuración Productiva", Revista de la CEPAL, No. 36, págs. 33-46; Jaime Acosta P. "América Latina: ¿Modelo de Industrialización y de Innovación Tecnológica? Reflexiones(Referencias a Colombia)".Bogotá, CEI, Documentos Ocasionales, marzo-abril de 1989; "América Latina ante la referencia mágica del año 2000", en Uno y Cero, No. 33, Págs. 42-46.

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forzosas, ocurren el traslado del dinamismo económico norteamericano de la costa oriental a la occidental, la emergencia de California como la séptima economía del mundo, la implantación de una política activa hacia el Pacífico por parte de China y la Unión Soviética, la distensión en la península de Indochina y la aceleración en el proceso de integración europea.

En el caso de Colombia, o en general de América Latina en gran parte volcada hacia el Pacífico, la participación en el sistema mundial ha sido discreta, cuando no caótica. El violento ritmo de la historia contemporánea nos ha desplazado hacia lugares de inferioridad, sin saber a ciencia cierta cómo recobrar el tiempo perdido. Por ahora se habla de una década (perdida); ¿qué diremos dentro de 15 ó 20 años?

La consideración cuidadosa de la cuenca del Pacífico, y de manera particular, de la experiencia de Asia Oriental, por este motivo, es valiosa, al menos en los siguientes aspectos: 1) Renueva las expectativas de alcanzar grados notables de desarrollo material, por encima de los intereses excluyentes de las naciones industrializadas de antemano. 2) En un mundo que se diversifica, aparecen nuevos socios para el intercambio de bienes y servicios. En Asia Oriental, el comercio conjunto de Japón, los NICs y la ASEAN sobrepasa los 600 mil millones de dólares, es decir, 30% más que el comercio norteamericano, el primer socio de Colombia y de América Latina. 3) Presentan alternativas no sólo comerciales sino financieras, de inversiones y de traslado de conocimiento técnico, con posibles ventajas en la aplicación, al haberlo desarrollado como respuesta a las necesidades de esas economías menores. 4) Al

mismo tiempo, son un reto enorme, porque su producción, sobre todo de manufacturas, se ha tomado los espacios que en los grandes mercados poseían otras áreas en vías de industrialización, entre ellas, Latinoamérica. Estas regiones quedan relegadas a la provisión de materias primas, dentro de una riesgosa situación creada por la competencia en esos mismos bienes -en buena parte, todavía generados por los países del sudeste asiático—, por la tendencia declinante en su cotización y por la amenaza que les imprimen los nuevos materiales o los logros biogenéticos.

Un desafío tal exige, por lo pronto, respuestas rápidas y certeras.

LA INTERNACIONALIZACION DE COLOMBIA

Las evaluaciones de la política exterior colombiana coinciden en caracterizarla como una actuación más bien parca. Por razones del arreglo político interno, de su posición geográfica y del juego del poder internacional, la dirigencia nacional optó durante mucho tiempo por una sumisión sin desgaste a la tutela norteamericana. De manera lenta y sin plena decisión ha procurado, en una época más reciente, definir una proyección independiente. Por desgracia, los ingredientes para esa opción no han estado siempre a la mano, y no son fáciles de consolidar; de manera que, a pesar de la voluntad autonomista, común con varios países latinoamericanos, en la práctica, la política exterior colombiana es objeto todavía de distintas críticas. Se la encuentra aún centralizada en exceso en la cumbre andina, sin aprovechar los espacios limítrofes o litorales, por lo que se afirma que es un país

sin vocación marítima; se la halla fragmentada entre distintas dependencias que trabajan con poca coordinación: la gestión oficial por una parte y la estrategia semioficial por otra; aparece formalista, con una cancillería dedicada a tareas jurídicas, sin injerencia en actividades socioeconómicas profundas, y aferrada a la ortodoxia, cuando muchos países sacan usufructo a posiciones pragmáticas".

El diagnóstico prevaleciente sobre el desempeño exterior de Colombia indaga por lo general los vínculos con las áreas afines o de trato tradicional: con elcontinente americano y con Europa. Sin embargo, respecto al Pacífico el dictamen adquiere dimensiones distintas, con probabilidad de síntomas más bien dramáticos. La falta de cubrimiento ahí está en relación opuesta al surgimiento de la cuenca en el sistema internacional. La presencia colombiana es escasa, intermitente y de lenta compaginación con el ritmo veloz de los cambios que en la región ocurren.

La presencia moderada del país no tiene que ver con limitaciones insalvables en la región. Por el contrario, alrededor del gran océano es frecuente la actuación pluridimensional de los países que se han lanzado a la ofensiva comercial. La concurrencia

11. Estos juicios se encuentranelaborados, entre otras, en las siguientes publicaciones: Dora Rothlisberger: Las Relaciones Internacionales de Colombia con los Países Asiáticos de la Cuenca del Pacífico. Bogotá, Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de ¡os Andes, 1989; Gerhard Drekonja y Fernando Cepeda. "Colombia", en Gerhard Drekonja y Juan G. Tokatlian, eds.: Teoría y Práctica de la Política Exterior Latinoamericana. Bogotá, CEREC-CEI-Uniandes, 1983. Germán Cavelier: La Política Internacional de Colombia. Bogotá, 1949-1959; y Luciano Tomassini, ed. Las Relaciones Internacionales de la América Latina. México, FCE, 1981.

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simultánea de los Estados Unidos, China, Unión Soviética, Japón y los NICs permite la dispersión del poder avasallador de una sola potencia o la agria disputa entre dos de ellas. Por ese motivo han prosperado las actuaciones pluralistas de los NICs y se han adelantado acuerdos antagónicos a los intereses de las grandes potencias, de modo que se sostiene la idea de erigir la zona como la mayor área desnuclearizada del planeta.

La actividad colombiana en el Pacífico amerita un estudio detenido, y del expediente completo no nos vamos a ocupar aquí. Al respecto, empero, vale la pena indicar: Primero, que el país posee en el Pacífico Oriental una zona natural de influencia. Allí se encuentran los países americanos ribereños. Es la franja continua más prolongada entre los dos polos. La posición central del país en ella aún no ha sido explotada con suficiencia; el intercambio con la costa occidental norteamericana es tardío, aunque promisorio. Dentro de vinculación mayor con Centro y Suramérica, el Pacífico colombiano podría convertirse en un eslabón clave de una cadena vigorosa de relaciones económicas y políticas.

Segundo, con igual urgencia se presenta el incremento en las relaciones con el Pacífico Occidental. Allá se encuentra un buen número de países con los cuales se pueden llevar a cabo más intercambios complementarios. Están Australia, Nueva Zelanda y las economías industriales de Asia Oriental.

La distancia o la diferencia cultural no pueden convertirse en obstáculo para la apertura o el fortalecimiento de los nexos actuales. Aun dentro del grupo latinoamericano, Colombia presenta

una demora inexplicable, pues otros países como México, Chile o Costa Rica alimentan conmayor ímpetu sus vínculos transpacíficos. Naciones no ribereñas como República Dominicana o Brasil tienen en proporción más intercambio con los asiáticos que nuestro país.

Desde el otro lado del océano, países similares a Colombia hasta hace unos pocos años, con un grado de desarrollo económico parecido, ricos en recursos naturales, con un tamaño cercano al nuestro, como Tailandia o Malasia, por medio de intensa actividad internacional están penetrando con una oferta múltiple los mercados extranjeros, en un circuito regular, que a su vez traslada cuantiosas inversiones desde los centros hacia esas naciones menores. Sólo en Tailandia, la inversión extranjera en 1988 alcanzó 2 mil millones de dólares, una magnitud igual a la captada por China. Para citar otro caso, en un sabio regateo con las transnacionales, en 1987, Malasia llegó a un acuerdo para incluir la producción nacional de partes en el ensamblaje de automotores, y hoy en día produce y exporta sus propios coches.

Llenando ciertas condiciones, Colombia podría involucrarse en esa compleja red de intercambios.

OPTIMIZACION DE LAS RELACIONES TRANSPACÍFICAS

Dada la modesta participación colombiana en el proceso expansivo del Pacífico, conviene introducir ciertas pautas, encaminadas a conformar una estrategia integral. En concreto, se trata de activar cinco frentes determinantes:

Primero: como punto de partida

es indispensable el conocimiento riguroso de la región, como prerrequisito para establecer una jerarquía de las relaciones que interesan. No se trata de volcarse al área porque sí, sino como resultado de un programa de penetración gradual, deliberada y con objetivos definidos. Para un estado con disponibilidad escasa de recursos, lo más práctico en una primera fase quizás sea abrir o profundizar los nexos con los países estratégicos, bien sea en lo económico o en lo político. Aun dentro de esta doble opción, hoy por hoy, se impone la necesidad de darle prelación a los intercambios materiales, de modo que, desde un punto de vista pragmático, son más valiosas las relaciones con Singapur que con Norcorea, o con Tailandia más que con Kiribati o Nueva Guinea, por ejemplo.

Por supuesto, la comprensión de la región y, lo más importante, su seguimiento desde la perspectiva de los intereses nacionales exigen el acopio de información suficiente, el trabajo de ana-listas calificados capaces de escudriñarla y formular orientaciones, en un encadenamiento expedito, a los equipos encargados de la toma de decisiones. Para realizar una tarea así, se necesita llevar el tema a las universidades y centros de investigación, ponerlo en manos de los estudiosos, patrocinar su trabajo e inquirir sus resultados. Para contrastar nuestras limitaciones, vale la pena mencionar que en los Estados Unidos, por ejemplo, existen 65 centros de investigación con estudios permanentes sobre la cuenca del Pacífico12.

Segundo: una labor de cubrimiento y promoción. Se necesita

12. California EconomicDevelopment

Corporation, Op. Cit.. pág. VI,4-ss

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elevar de manera cualitativa y cuantitativa la presencia del país en el Pacífico Occidental. Tratándose de la región más vigorosa en una cuenca que genera la mitad del producto bruto mundial, con una elevada productividad, de expansión rápida y cambios inusitados, es paradójico que posea nuestra menor atención diplomática, mientras el 90% de nuestras representaciones se concentran en el radio euro americano de acción.

Además, se requiere una ofensiva para mostrar el país. Por desconocidos estamos perdiendo incontables recursos. Una intensa promoción podría atraer capitales en forma de préstamos, inversiones o a través del turismo. En cambio, la continua publicidad mexicana trae cada vez más hacia ese país turistas orientales.

Tercero: el aprovechamiento de todos los mecanismos de vinculación. Existen innumerables canales de internacionalización de las sociedades. Por lo general, los obvios son los oficiales. Sin embargo, a nivel privado o a través de instituciones no gubernamentales prosperan las relaciones entre los pueblos. Al respecto, una modalidad muy usada entre Canadá, los Estados Unidos, Corea, Taiwán, Japón o Hong Kong es el intercambio de estudiantes en las familias. Existen organizaciones que facilitan la relación. Otra modalidad, de mucho auge entre Corea, Japón y los Estados Unidos, son las asociaciones regionales de amistad, Texas Sur corea, o Hokkaido-Estados Unidos, etc. A otro nivel están los programas de ciudades hermanas como San Franciso Yokohama.

A un nivel nacional no se pue-den desatender las posibilidades de intercambio dadas por los

organismos de promoción cultural o económica. Si se pretenden aprovechar los primeros, existe el respaldo de las embajadas o de centros de difusión a través de ellas; en el caso de los segundos, los países asiáticos del Pacífico cuentan con oficinas de ultramar para facilitar las exportaciones, las importaciones y los proyectos de inversión.

Todavía más, poseen programas de cooperación y ayuda para el desarrollo. Taiwán o Su corea empiezan a desplazarequipos técnicos, que bien pueden utilizar países que desean transformar sus estructuras productivas obsoletas. Los equipos japoneses han actuado desde mucho antes. Por otra parte, con 9.7 mil millones de dólares para los programas de ayuda al desarrollo. Japón se convierte en el mayor donante entre todos los países industriales. Esos recursos, gracias a las peticiones de los países beneficiados, tienden a convertirse en apoyos no reembolsables. Claro que, dada la facilidad de las gestiones y los intereses del Estado, se dirigen sobre todo a países cercanos y dentro del área japonesa de influencia.

Cuarto: la adecuación estructural y de oferta. Un despliegue real implica la posesión de medios humanos y físicos considerables. En el campo institucional, las negociaciones han de estar en manos de personal calificado, en número conveniente y con disponibilidad de ciertos recursos básicos. Al mismo tiempo, el aparataje legal interno ha de adaptarse de tal manera que se disminuyan y agilicen los trámites para el arribo de misiones extranjeras. En gran medida, la fluidez comercial colombiana está entorpecida por obstrucciones formales, removibles sin mayor perjuicio.

Sin duda, un intercambio internacional mejorado conlleva la adecuación óptima de la infraestructura. Son bien conocidos los esfuerzos del gobierno nacional por construir una red vial y unas instalaciones propicias para un comercio moderno, dentro del creciente interés oficial por los asuntos del Pacífico13.

Es obvio que tales realizaciones resuelven sólo una parte de la problemática. La otra tiene que ver con la calidad, variedad y oportunidad de la oferta. En un escenario de aguda competencia, se impone, por encima de los acuerdos o de las fluctuaciones temporales de la oferta, la destreza de los productores por ofrecer bienes de excelente calidad y para necesidades precisas. El mercado internacional para los bienes que puede brindar Colombia se torna más exigente, como resultado de la amplia disposición de bienes similares por parte de otros países. Es un requisito que tienen que asumir los particulares, y eso hace parte de la división de funciones entre los sectores oficiales y no oficiales.

Quinto: la revisión constante del proceso. Al igual que otros países del hemisferio, Colombia cuenta con un instrumento inicial, susceptible de aprovechar con intensidad: el Consejo Colombiano de Cooperación en el

13. Ver. Varios: La Cuenca delPacífico y el Siglo XXI. Manizales, BCH, FES y Corporación Autónoma Universitaria de Manizales, 1987. "El Pacífico: una nueva dimensión para Colombia", en Reforma para el Cambio, Informe del presidente de la República, Virgilio Barco, en la Clausura de las Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional. Bogotá, 1988, págs. 69-80. "De cara al Pacífico", en LaTadeo No. 19, marzo 1989, págs. 4-15. "El Pacífico, progreso y futurode Colombia: Barco". El Tiempo, julio 25-, 1989. pág. última C. "Colombia y la cuenca del año 2000". El Espectador, agosto 24, 1989.

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Pacífico14. Claro que, como en los demás frentes de acción señalados, es imprescindible el trabajo constante de organismos similares académicos y privados.

Reitero esta idea de la división de las funciones porque se trata de una medida primordial en el diseño actual de estrategias de modernización einternacionalización. El avance de los asiáticos se explica por la interacción real entre las orientaciones del gobierno y las responsabilidades asumidas por las empresas, así como la concordancia entre la producción y la investigación. La división explícita de las tareas diferencia los papeles, evita las duplicaciones y refuerza el real desempeño de las partes en su respectiva labor.

El Pacífico, al final del siglo XX, se nos presenta como una región de realizaciones prodigiosas y grandiosas predicciones: posee recursos marinos inmensos; ofrece industrializaciones espectaculares; concentrará gran parte del comercio, de la alta tecnología y de la población del futuro. Seis de las 10 futuras metrópolis del orbe, México, Tokio, Shangai, Jakarta, Beijing y Yokohama estarán dentro de la cuenca, tejiendo una red de va-riadas relaciones. Según las anticipaciones

estadounidenses, para el primer cuarto del siglo XXI, cuatro de las cinco economías más poderosas estarán en el Pacífico: Estados Unidos, China, Japón y la Unión Soviética. Es comprensible, entonces, el deseo de muchos países de volcarse sobre el Gran Océano.

Dentro de ese panorama, Colombia se halla en un lugar irrelevante. Es preciso pedirle mucho a la imaginación para ingeniarse solucionescontundentes a los obstáculos que impiden la internacionalización del país en el contexto del Pacífico. La experiencia de otros pueden dar algunas pautas; pero no todo su arsenal es trasladable o susceptible de ser emulado. A las lecciones foráneas hay que añadir el aporte de la iniciativa propia, o de la malicia nativa. Los problemas son múltiples y las dificultades inmensas; pero, como sostenía John Dewey, "la función intelectual de los problemas es llevar la gente a pensar", y por ese medio a hallar soluciones. La moraleja aquí es que por medio de una búsqueda sabia, un país puede sacarle máximo provecho a sus limitaciones, en el sentido del dicho de Heidegger, según el cual el inteligente aprende de las deficiencias.

14. Arturo Gálvez V: "El ConsejoColombiano de Cooperación del Pacífico: instrumento vital para la proyección política y económica en la Cuenca del Pacífico", en Magazín Diplomático y Negocios Internacionales. No. 12, págs. 17-19.

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Sección: Documentos

Declaración sobre el trabajo cumplido por las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos Colombo-Venezolanos.Reunión de los presidentes de Colombia, Virgilio Barco y de Venezuela, Carlos Andrés Pérez en el puente internacional "General Francisco de Paula Santander", 5 de octubre de 1989

Los presidentes de Colombia, Virgilio Barco, y de Venezuela, Carlos Andrés Pérez se reunieron hoy 5 de octubre de 1989 en el puente internacional "Francisco de Paula Santander", sobre el río Táchira con el propósito de examinar los informes de trabajo adelantado por las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos designadas en la Declaración de Ureña del 28 de marzo de 1989, con motivo del cumplimiento del término señalado en el Acuerdo de Caracas del 2 febrero del mismo año.

Las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos han desarrollado una intensa actividad en su propio país, a través de visitas a lo largo de la extensa frontera común que les han permitido definir una agenda binacional en la cual se identifican los principales temas de interés e importancia para las distintas regiones fronterizas colombo-venezolanas, los cuales han sido analizados durante las cuatro reuniones binacionales hasta ahora realizadas con el apoyo de los organismos gubernamentales competentes de los Estados.

I. LOGROS OBTENIDOS

Los presidentes destacan los siguientes logros obtenidos hasta el momento, que se encuentran en plena ejecución:

Establecimiento de relaciones con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, "PNUD", en función de apoyo técnico y operativo para las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos.

Establecimiento de facilidades recíprocas para la concesión de visas.

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Interconexión telefónica entre el departamento de Norte de Santander en Colombia y el Estado Táchira en Venezuela.

Instalación y puesta en funcionamiento en el Distrito Pedro María Morantes en el Estado Táchira de una estación de servicio para el suministro de gasolina venezolana a usuarios colombianos.

Derogación del Decreto 1795/87 relativo a la eliminación de restricciones al tránsito de bienes en las zonas fronterizas.

Avance significativo de los Acuerdos celebrados por los gobiernos en materia de interconexión eléctrica en las zonas de frontera.

Reactivación del diálogo entre los equipos técnicos de los distintos entes gubernamentales de los dos países.

II. DIRECTRICES PRESIDENCIALES

Los presidentes acogen e incorporan a la presente Declaración, las recomendaciones que las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos han formulado, y en ese sentido acuerdan impartir a los organismos ejecutores de los gobiernos las siguientes instrucciones:

1. Celebrar a la brevedad una reunión bilateral de losseñores ministros de Minas y Energía de Colombia y Energía y Minas de Venezuela, para evaluar e implementar los Acuerdos vigentes en este campo.

2. Celebrar una reunión de las Comisiones Nacionalesde Asuntos Fronterizos, a fin de intercambiar información disponible de las potencialidades de una exploración tripartita de los recursos naturales del Escudo de Guayana. Los presidentes manifiestan su complacencia por la aceptación del gobierno del Brasil de participar en este proyecto.

3. Realizar a la brevedad la reunión de los señoresministros de Obras Públicas y Transporte de Colombia y Transportes y Comunicaciones de Venezuela, con el propósito de definir la ejecución de las recomendaciones que la Comisión Binacional ha presentado sobre los asuntos de su competencia.

4. Impulsar el proyecto de operación de los CentrosNacionales de Fronteras -CENAF-, como núcleos de facilitación técnica y administrativa del tránsito fronterizo.

5. Continuar los estudios relativos al Proyecto Ferroviario para la posible integración de las regiones fronterizas

del Táchira y Estados Andinos en Venezuela y el Norte de Santander y el nororiente colombiano, con Maracaibo.

6. Realizar las evaluaciones técnicas requeridas parala posible habilitación de la ruta Cúcuta - Puerto Santander - Boca de Grita - Maracaibo.

7. Elaborar los estudios pertinentes para el posibleestablecimiento de un régimen de Tránsito Aduanero Internacional para la importación y exportación de mercan cías del nororiente colombiano a través del Puerto de Maracaibo.

8. Definir el proyecto para la construcción de unpuente internacional en la región de Ragonvalia-Herrán en Colombia y Las Delicias-El Tabor en Venezuela.

9. Elaborar estudios de factibilidad y de impacto ecológico relativos a la construcción del tramo de carretera que cubra la ruta San Faustino - La China - La Fría.

10. En relación con el programa agroindustrialazucarero del departamento Norte de Santander y el Estado Táchira, se deberá proceder a negociar y suscribir un Acuerdo de Suministro de caña de azúcar desde el sector colombiano hacia la central de Ureña; facilitar la culminación del proceso de liquidación de la Empresa AZURCA E.M.A., y adelantar lo necesario para fortalecer a la empresa AGROZULIA S.A. a los efectos de establecer un Central Melador.

11. Encomendar al INDERENA de la República deColombia e IMPARQUES de la República de Venezuela, el inicio de los estudios necesarios para la creación de un parque binacional en la serranía del Perijá, que garantice su adecuada conservación.

12. Formalizar la designación del "Equipo Técnicode Trabajo Binacional Permanente", creado en virtud del "comunicado conjunto colombo-venezolano", suscrito el 23 de julio de 1976, para la ejecución, hasta su conclusión, de las obras necesarias para la restauración del cauce y restitución de los caudales del río Arauca internacional de conformidad con los tratados y convenios vigentes entre los dos países.

13. Establecer acuerdos para el intercambio deinformación y transferencia de tecnología en lo que se refiere a los trabajos sobre impacto ambiental en la explotación y transporte de carbón y en lo relativo a seguridad y salvamento minero.

14. Disponer a la brevedad la reunión de los ministrosde Educación para promover el intercambio de la información disponible en las áreas etnolingüística, arqueológica

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y sociocultural, con vista a la realización de inves-tigaciones y publicaciones binacionales.

15. Instruir a los respectivos ministros de Educaciónpara que den inmediato y estricto cumplimiento a los tratados vigentes suscritos por los dos países, en materia de convalidación de estudios, títulos y diplomas de educación superior; así como para la constitución de un Comité Educativo Binacional el cual deberá desarrollar acciones de educación de adultos en la zona fronteriza.

16. Instruir al Ministerio de Salud Pública de la República de Colombia y de Sanidad y Asistencia Social de la República de Venezuela, para la reactivación del Convenio "'Hipólito Unanue", suscrito por ambos países.

17. Instruir a las autoridades para el establecimientode nuevas rutas aéreas entre los dos países, en particular, las de Maracaibo-Santa Marta, Barranquilla-Maracaibo y Caracas-Santo Domingo (Táchira) -Bogotá, e incrementar las frecuencias aéreas en la ruta Bogotá-Caracas- Bogotá, de acuerdo con las conversaciones sostenidas entre las autoridades aeronáuticas y las empresas aéreas comerciales de los dos países y utilizar el aeropuerto "Camilo Daza" de Cúcuta, como aeropuerto alterno al aeropuerto de San Antonio del Táchira.

18. Instruir a ADPOSTAL de la República deColombia e IPOSTEL de la República de Venezuela, para la suscripción de un nuevo Acuerdo Postal que garantice la cobertura, calidad y seguridad del servicio en toda la zona fronteriza, según los términos de referencia acordados por la Comisión Binacional.

19. Suscribir un acuerdo que garantice el uso racionaldel espectro radio-eléctrico y la explotación eficaz de este servicio en la zona de frontera, atendiendo los términos de referencia definidos por la Comisión Binacional.

20. Designar una comisión técnica encargada deadelantar los estudios necesarios para mejorar la recepción de canales de televisión de ambos países en la zona defrontera.

21. Celebrar, en un plazo de treinta (30) días unareunión de los respectivos directores generales de aduanas, a objeto de revisar y actualizar lo estipulado en el acta de la reunión celebrada en San Antonio del Táchira, el 18 de noviembre de 1988.

22. Las Comisiones Nacionales de AsuntosFronterizos han iniciado el estudio conceptual de las Zonas de Integración Fronteriza Progresiva (ZIFP), y de la planificación conjunta de áreas metropolitanas binacionales

y consideran que las Comisiones deben continuar profundizándolo.

23. Instruir a los organismos correspondientes, paraproceder a la ampliación de la carretera que une las poblaciones de Ureña y San Pedro del Río en el Estado Táchira (Venezuela).

24. Realizar un estudio conjunto de aprovechamientointegral y conservación de los recursos hídricos del río Carraipía-Paraguachón.

25. Suscribir un Acta de Entendimiento, mediante lacual se designa una Comisión Técnica Binacional que se encargará del proyecto de generación de energía eléctrica y navegación del río Orinoco en el área de los raudales de Atures y Maipures.

26. Formalizar y poner en práctica el Plan Bilateralde Contingencia contra la contaminación del medio marino y costero, ríos, lagos y otros cuerpos de agua por derrames de hidrocarburos. Este plan, que será firmado por las empresas nacionales, Petróleos de Venezuela S.A. y la Empresa Colombiana de Petróleos ECOPETROL es el resultado de las negociaciones celebradas entre las partes y se realiza como consecuencia del Convenio para la Protección y Desarrollo del Medio Marino en la región del Gran Caribe, suscrito en Cartagena de Indias el 24 de marzo de 1983 y del Protocolo de dicho Convenio relativo a la Cooperación para combatir los derrames de hidrocarburos en la región del Gran Caribe, suscrito igualmente en Cartagena de Indias en esa misma fecha.

27. Suscribir un nuevo Acuerdo Administrativo entreel Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) de Colombia y el Instituto Nacional de Capacitación Educativa (INCE) de Venezuela.

Desde el punto de vista regional, también las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos han formulado recomendaciones que por su específica y localizada incidencia en el desarrollo económico y social de las respectivas áreas fronterizas, son acogidas por los dos presidentes, instruyendo igualmente a los organismos ejecutores de los dos gobiernos para su pronta realización.

En este sentido los presidentes acuerdan:

Para el área fronteriza correspondiente a los departamentos de la Guajira y Cesar en Colombia y el Estado Zulia en Venezuela:

1. Disponer la elaboración y ejecución de unPrograma Binacional de Desarrollo Integral y Asistencia Social Básica a la Comunidad Wayuu, el cual comprenda

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estudios demográficos, planes de educación bilingüe y capacitación conjunta, campañas sanitarias, integración de servicios hospitalarios y control epidemiológico, abastecimiento de productos básicos, red de provisión y distribución de aguas y administración regional de los recursos naturales, dirigido a las comunidades asentadas de ambos lados de la frontera. Dicho Programa Binacional de Asistencia deberá estar enmarcado dentro de los términos de referencia ya acordados por las Comisiones Nacionales de Asuntos Fronterizos y bajo la coordinación de las Corporaciones de Desarrollo con acción en el área a saber, CORPOGU AJIRA por Colombia y COR-POZULIA por Venezuela.

2. Definir un proyecto para la construcción de lacarretera San Juan del Cesar - Conejo - La Yolanda Playa Bonita, vía de interconexión entre las regiones agrícolas y ganaderas del Cesar y sur de la Guajira con el lago de Maracaibo, así como el estudio de otras posibles rutas de interconexión vial en este sector fronterizo.

3. Ordenar la elaboración de un programa regionalbinacional de apoyo y crédito regional y de intercambio técnico para la industria láctea, de carnes, el cultivo de algodón, sorgo y arroz, así como el diseño de un plan de mercadeo regional de semillas, abonos, insumos y maquinaria agrícola, siguiendo los mecanismos de ejecución que señalen las correspondientes corporaciones regionales CORPOGUAJIRA y CORPOCESAR en Colombia y CORPOZULIA en Venezuela.

Para el área fronteriza correspondiente al departamento Norte de Santander en Colombia y el Estado Táchira en Venezuela:

1. Definir la creación de los mecanismos departicipación asociativa binacional para el área de la industria del calzado en Cúcuta. con miras a la ampliación de sus mercados y cooperación técnica sectorial entre los dos países.

2. Promover a nivel oficial la realización e incrementode actividades feriales, deportivas, culturales y de participación comunitaria en la frontera Norte de Santander- Táchira, haciendo del eje San Cristóbal - San Antonio- Cúcuta - Pamplona, escenario frecuente de manifestaciones y eventos demostrativos de la voluntad integracionista de los gobiernos regionales y nacionales respectivamente.

3. Encomendar a las corporaciones regionalescorrespondientes y con acción en el área, a saber CORPONOR por Colombia y CORPOSUROESTE por Venezuela, la realización de un estudio para la creación e implementación de un Fondo Binacional de Desarrollo Fronterizo

dotado de recursos propios y destinado a promover y desarrollar proyectos de interés para la región.

4. Ordenar la elaboración de un programa regionalbinacional de fomento, crédito regional e intercambio de tecnología entre el sector agropecuario del Norte de Santander y el Estado Táchira, con énfasis en el mercado regional de semillas, insumos, abonos y maquinaria agrícola con especial prioridad en lo referente al cultivo de la caña de azúcar.

Para el área fronteriza correspondiente a la Intendencia Nacional del Arauca, la Comisaría Especial del Vichada y la Comisaría Especial del Guainía en Colombia y el Estado Apure y el Territorio Federal Amazonas en Venezuela:

1. Disponer con el apoyo y asistencia técnica delDepartamento Administrativo de Intendencias y Comisarías (DAINCO) por Colombia y CORPOLLANOS por Venezuela, la creación de Centros Agropecuarios Binacionales de Investigación y Desarrollo, aprovecha miento potencial de cultivos de especies nativas y adaptables tales como cacao, marañón, algodón y frutas tropicales, entre otros, así como para el adecuado manejo y conservación del ecosistema binacional de sabanas naturales.

2. Constituir equipos técnicos binacionales de estudiopara el desarrollo, manejo conjunto y virtual comercialización de la fibra piasaba o chiqui-chiqui, de la actividad pesquera tradicional de esta región y de cultivos de subsistencia que beneficien especialmente a las comunidades indígenas que habitan la región.

3. Ordenar las evaluaciones necesarias a fin deintegrar y coordinar la asistencia educativa y sanitaria por parte de los dos países en zonas aisladas o de difícil acceso, evitando duplicidad de esfuerzos y racionalizando la prestación de tales servicios con extensión y cubrimiento indistinto a las comunidades ubicadas a ambos lados de la frontera, especialmente las de origen indígena.

4. Incrementar la cooperación oficial entre losorganismos competentes de ambos países con radio de operación en esta región fronteriza, fundamentalmente para el mejoramiento de la seguridad personal y de los bienes de las comunidades fronterizas.

III. ACTAS DE ENTENDIMIENTO

Los presidentes han acordado suscribir en el marco de la presente reunión las siguientes Actas de Entendimiento:

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1. Acta de Entendimiento entre el Gobierno de laRepública de Colombia y el Gobierno de la República de Venezuela para el Estudio Conjunto del Aprovecha miento Integral y Conservación de los recursos hídricos del río Carraipía-Paraguachón.

2. Acta de entendimiento entre el Gobierno de laRepública de Colombia y el Gobierno de la República de Venezuela para la Reconstitución y Operatividad del Equipo de Trabajo Binacional ETBRA para el río Arauca.

3. Acuerdo Administrativo entre el Servicio Nacionalde Aprendizaje (SENA) de la República de Colombia y el Instituto Nacional de Capacitación Educativa (INCE) de la República de Venezuela.

Los presidentes expresan su complacencia por el trabajo desarrollado por las Comisiones y las exhortan a continuar esta trascendental labor, en función del desarrollo económico y social de las áreas fronterizas.

Los presidentes de Colombia y de Venezuela, inspirados en los trabajos realizados, reiteran su profunda convicción en los nobles propósitos de la integración, en la seguridad de que ella abrirá un futuro promisorio para sus dos pueblos.

VIRGILIO BARCO Presidente de la República de Colombia

CARLOS ANDRÉS PÉREZ Presidente de la República de Venezuela

ACTA DE ENTENDIMIENTO ENTRE EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA

Y EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA PARA EL ESTUDIO CONJUNTO

DEL APROVECHAMIENTO INTEGRAL Y CONSERVACIÓN DE LOS RECURSOS

HÍDRICOS DEL RIO CARRAIPIA- PARAGUACHON

El Gobierno de Colombia y el Gobierno de Venezuela, teniendo en cuenta:

a) El alcance y contenido de la "Declaración deUreña" suscrita por los presidentes Virgilio Barco Vargas y Carlos Andrés Pérez, el día 28 de marzo de 1989, en el puente internacional "General Francisco de Paula Santander".

b) Los acuerdos alcanzados por la ComisiónNacional de Integración Fronteriza Colombo-Venezolana de

la República de Colombia y la Comisión Presidencial para Asuntos Fronterizos Colombo-Venezolanos de la República de Venezuela.

c) La conveniencia de mejorar la utilización racionalde sus recursos hídricos, dentro de la prioridad otorgada al consumo humano de agua potable, y

d) Las características de la cuenca hidrográficabinacional del sistema conformado por el río Carraipía-Paraguachón en el territorio de la Guajira colombo-venezolana.

Han llegado al siguiente entendimiento:

ARTICULO I

Los Gobiernos de Colombia y Venezuela acuerdan:

A. Estudiar conjuntamente el manejo integrado de la cuenca hidrográfica binacional Carraipía-Paraguachón.

B. Adelantar un proyecto piloto de aprovechamiento de los recursos hídricos del río Carraipía-Paraguachón.

C. Establecer los mecanismos financieros necesarios para realizar los estudios e inversiones mencionados.

ARTICULO II

Los Gobiernos de Colombia y Venezuela acuerdan construir un Comité Técnico Binacional que:

i) Planifique y supervise la ejecución de los estudios,investigación e inversión, señalados en el artículo anterior.

ii) Desarrolle opciones para la participaciónfinanciera de los gobiernos, sus agencias y/o los organismos internacionales de crédito.

iii) Recomiende fórmulas para el adecuado manejoinstitucional de los aspectos técnicos, financieros y operativos requeridos para la ejecución y aplicación de las conclusiones de los estudios, incluido el Proyecto Piloto mencionado.

iiii) El Comité procurará el intercambio de lainformación requerida sobre las características hidrográficas, climáticas, socioeconómicas y los demás aspectos pertinentes que permitan alcanzar los objetivos planteados.

VIRGILIO BARCO Presidente de la República de Colombia

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CARLOS ANDRÉS PÉREZ Presidente de la República de Venezuela

ENRIQUE SANDOVAL GARCÍA Director General Instituto Colombiano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras (HIMAT)

ENRIQUE COLMENARES FINOL Ministro del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables

ACTA DE ENTENDIMIENTO ENTRE EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA Y EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA PARA RECONSTITUCIÓN Y OPERATIVIDAD DEL EQUIPO DE TRABAJO BINACIONAL (ETBRA) PARA EL RIO ARAUCA

Los Gobiernos de la República de Colombia y de la República de Venezuela teniendo en cuenta las recomendaciones formuladas por las respectivas comisiones de Asuntos Fronterizos han acordado lo siguiente:

Formalizar la designación del Equipo Técnico de Trabajo Binacional permanente creado en virtud del "Comunicado conjunto colombo-venezolano" suscrito el 23 de julio de 1976, para la ejecución, hasta su conclusión, de las obras necesarias para la restauración del cauce y restitución de los caudales del río Arauca internacional de conformidad con los tratados y convenios vigentes entre los dos países.

VIRGILIO BARCO Presidente de la República de Colombia

CARLOS ANDRÉS PÉREZ Presidente de la República de Venezuela

JULIO LONDOÑO PAREDES Ministro de Relaciones Exteriores

REINALDO FIGUEREDO PLANCHARD Ministro de Relaciones Exteriores

ACTA DE ENTENDIMIENTO ENTRE EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA

Y EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA PARA LA CONSTITUCIÓN DE LA

COMISIÓN TÉCNICA BINACIONAL ENCARGADA DE ELABORAR EL ESTUDIO DE

PREFACTIBILIDAD DEL PROYECTO "HIDROELÉCTRICA DEL ORINOCO"

El Gobierno de la República de Colombia y el Gobierno de la República de Venezuela, teniendo en cuenta:

a) Que en la Declaración de Ureña, suscrita por lospresidentes de la República de Colombia y Venezuela, señores Virgilio Barco y Carlos Andrés Pérez, el 28 de marzo de 1989, se establece que las Comisiones Nacionales darán preferencia, entre otros proyectos, al de generación de energía eléctrica y navegación del río Orinoco en el área de los raudales de Atures y Maipures.

b) Que la segunda reunión de las ComisionesNacionales de Asuntos Fronterizos, celebradas en Bogotá los días 28 y 29 de julio de 1989, las Comisiones estuvieron de acuerdo en recomendar a los respectivos gobiernos, la suscripción de un Acta de Entendimiento, mediante la cual se cree una Comisión Técnica Binacional encargada de elaborar un estudio de prefactibilidad del proyecto.

c) Que en la IV Reunión Binacional celebrada enCúcuta, durante los días 29 y 30 de septiembre de 1989, las Comisiones decidieron profundizar sobre el tema, a efectos de precisar el contenido que debería tener el Acta de Entendimiento, cuya suscripción ha sido recomendada a los respectivos gobiernos.

Han llegado al siguiente entendimiento:

1. Constituyese la Comisión Técnica Binacional parala elaboración del estudio de prefactibilidad del proyecto "Hidroeléctrica del Orinoco", integrada por representantes del Ministerio de Minas y Energía, el Instituto de Interconexión Eléctrica (ISA), Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente (INDE-RENA), por parte de la República de Colombia; de representantes del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARNR), y de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y de Electricidad del Caroní Compañía (EDELCA), por parte de la República de Venezuela. ISA será el coordinador por Colombia y EDELCA será el coordinador por parte de Venezuela.

2. La Comisión Técnica Binacional adelantará lassiguientes actividades:

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a) Realizar un inventario sobre la informaciónexistente en cada país para la cual la Comisión Técnica Binacional intercambiará la información técnica que se haya reunido hasta el momento y la que siga obteniendo en los temas hidrológicos, geológicos, cartográficos, ambientales y que sirvan para precisar el conocimiento de los desarrollos de generación eléctrica de mutuo interés.

b) La Comisión precisará la información básica requerida para la realización de una evaluación inicial sobre la viabilidad técnica, jurídico-constitucional y sobre el impacto ambiental tanto en lo físico-nacional como en lo socioeconómico de las distintas opciones del proyecto. Al respecto, las Comisiones presentarán un listado no limitativo sobre la información básica requerida.

c) En función de los objetivos genéricos quepersiguen los dos países en la zona de estudio, la Comisión Técnica Binacional identificará las distintas opciones de proyecto que se pudieran desarrollar.

d) La Comisión Técnica Binacional elaborará un plande trabajo en el cual se indiquen metas, actividades, lapsos de realización y costos aproximados, para el levantamiento de la información requerida inicialmente y no disponible. Este plan de trabajo será sometido a la consideración de los respectivos gobiernos.

e) Una vez aprobado por los respectivos gobiernosel plan de trabajo elaborado por la Comisión Técnica Binacional, según lo establecido en el punto d), los gobiernos de Colombia y Venezuela, conjunta o separadamente, iniciarán las negociaciones con las posibles fuentes de financiamiento, nacionales o intencionales, para hacer posible la iniciación de los estudios de prefactibilidad en el plazo o término prudencial.

f) Una vez concluidos los estudios de prefactibilidadla Comisión Técnica Binacional presentará sus recomen daciones a los dos gobiernos.

VIRGILIO BARCO Presidente de la República de Colombia

CARLOS ANDRÉS PÉREZ Presidente de la República de Venezuela

ACUERDO ADMINISTRATIVO ENTRE EL SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE

(SENA), DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA, Y EL INSTITUTO NACIONAL DE COOPERACIÓN EDUCATIVA (INCE), DE LA REPÚBLICA DE

VENEZUELA

El Gobierno de la República de Colombia, por intermedio del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), y el gobierno de la República de Venezuela, por intermedio del Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE) convienen en celebrar el presente Acuerdo Administrativo, el cual se regirá por las siguientes cláusulas:

CLAUSULA I Fundamento del Acuerdo

El presente Acuerdo se fundamenta en:

1. Convenio firmado en la ciudad de San Antoniodel Táchira, Venezuela, el día 27 de septiembre de 1975, entre el INCE y el SENA.

2. Acuerdo Administrativo entre el InstitutoNacional de Cooperación Educativa INCE, de Venezuela y el Servicio Nacional de Aprendizaje SENA, de Colombia, firmado el día 24 de marzo de 1982.

3. Temario establecido por la Comisión Binacionalde Integración Fronteriza Colombo-Venezolana, en la ciudad de Bogotá, los días 28 y 29 de julio de 1989 y ratificado en la reunión celebrada en la ciudad de Maracaibo, los días 25 y 26 de agosto de 1989.

CLAUSULA II Objetivos del Acuerdo

Los siguientes son los objetivos de este Acuerdo:

1. Desarrollar y ampliar vínculos de integración ycooperación técnica entre ambos países, con el fin de contribuir a los propósitos que viene impulsando la Comisión Binacional de Integración Fronteriza, en el ámbito de la formación profesional.

2. Ampliar el alcance de los aspectos quefundamentan este Acuerdo, y que quedaron establecidos en la Cláusula 1

3. Ejecutar acciones de cooperación técnicarecíproca, que permitan la actualización tecnológica de personal directivo, profesional, técnico, trabajador especializado y alumnos-participantes: así como el intercambio de documentación técnica y experiencias, que permitan el

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perfeccionamiento de sus acciones y programas en el campo de la formación profesional.

4. Desarrollar programas de asistencia técnica yasesoría al sector empresarial de ambos países.

5. Fomentar vínculos integracionistas existentes,mejorar las relaciones de vecindad y promover el desarrollo integral de ambos países.

Nota: No se transcribe la totalidad del Acuerdo.

DECLARACIÓN CONJUNTA COLOMBO- VENEZOLANA PARA ENFRENTAR EL

TRAFICO ILÍCITO DE DROGAS

Los presidentes de Colombia, Virgilio Barco y de Venezuela Carlos Andrés Pérez, con ocasión de su encuentro en el puente Francisco de Paula Santander que une a las ciudades de Cúcuta y Ureña, examinaron con particular y grave preocupación los últimos acontecimiento acaecidos en América Latina como consecuencia de la agresiva y perniciosa actividad desplegada por los traficantes de drogas y del incremento del terrorismo que lleva asociado, cuyas repercusiones sobre la solidez de las instituciones políticas, el futuro de la democracia y el sistema económico social de la región, son innegables.

Inspirados en los ideales del fortalecimiento y defensa de los sistemas democráticos y en el logro del bienestar social común de sus pueblos mediante el desarrollo equilibrado y autónomo, deciden:

1. Reactivar la Comisión Mixta Colombo-Venezolanapara prevención, control y represión del tráfico ilícito de sustancias estupefacientes y sicotrópicas.

2. Elaborar un Plan de Acción Bilateral, de acuerdocon los Convenios Hipólito Unanue, Andrés Bello y Lara Bonilla, el cual deberá contener un inventario realizado y un programa de acción cuyo desarrollo será revisado y evaluado periódicamente.

3. Concretar acciones policivas que comprendan,entre otros aspectos, el intercambio de información y pro cesamiento de datos en el área preventiva y, acciones coordinadas en el área operativa.

Puente internacional Francisco de Paula Santander, 5 de octubre de 1989.

VIRGILIO BARCO Presidente de la República de Colombia

CARLOS ANDRÉS PÉREZ Presidente de la República de Venezuela

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Discurso del Presidente Virgilio Barco a la 44 Asamblea de las Naciones Unidas

Señor Presidente: En nombre del pueblo y del Gobierno de Colombia,

quiero hacerle llegar mis congratulaciones por su elección y los mejores deseos para su gestión en la presidencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Estoy seguro del éxito de su labor en la orientación de las deliberaciones de este cuerpo que reúne a la comunidad de naciones. Igualmente, quiero unirme a quienes han exaltado la espléndida labor llevada a cabo por su antecesor, su excelencia el doctor Dante Caputo. Quiero así mismo rendir un homenaje a los esfuerzos del secretario general doctor Javier Pérez de Cuellar, para lograr la paz mundial.

Esta es la última vez que me dirigiré a la Asamblea de Naciones Unidas en mi condición de presidente de Colombia. No obstante, hoy me encuentro ante ustedes no sólo como presidente de Colombia, sino como ciudadano del mundo.

Un desafío a la comunidad mundial

De la sangrienta tragedia de la Segunda Guerra Mundial nació ésta organización, con la esperanza de que las naciones, actuando conjuntamente, pudieran evitar que volviera a ocurrir una confrontación demencial como la que se dio hace ya cincuenta años. A pesar de los permanentes esfuerzos de las Naciones Unidas, a lo largo y ancho del planeta, la humanidad continúa por ese mismo camino de guerra y conflicto. Paradójicamente, lo que ha evitado una nueva conflagración mundial, ha sido el temor a las devastadoras e inimaginables consecuencias de la guerra nuclear.

Aun así, a pesar de esta frágil "paz armada", el mundo se mantiene en guerra. Los conflictos generados por el dogmatismo ideológico, la pobreza, la injusticia, las

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ambiciones desmedidas, y ahora por el narcotráfico de manera creciente, nos han impedido alcanzar la verdadera paz.

El respeto a la soberanía nacional subyace toda nuestra forma de pensar y de hecho es uno de los principios fundamentales que sustentan a las Naciones Unidas. Pero existen fenómenos que, además de afectar a los países individualmente se constituyen en un poderoso enemigo que trasciende las fronteras. Este es el caso del tráfico de drogas y del terrorismo que genera. Nosotros, la comunidad mundial aquí reunida, estamos siendo atacados por una organización criminal internacional, que no respeta el principio de la soberanía, no tiene patria ni fronteras, y para la cual las leyes no existen.

Para enfrentar ese desafío debemos recurrir a los valores supremos que inspiraron la carta fundamental de las Naciones Unidas. Si la comunidad de naciones no es capaz de actuar unida ante este flagelo, entonces veremos avanzar sin freno el uso ilegal de las drogas y la violencia que se deriva. Estoy seguro de que Colombia derrotará a los narcotraficantes. Pero si este esfuerzo no está acompañado por un compromiso global, no se podrá lograr la victoria definitiva.

Las recientes manifestaciones de solidaridad y de apoyo hacia Colombia han constituido un gran estímulo para nosotros en estos tiempos difíciles.

Estamos viviendo una época distinta, pero no menos crítica a la que animó el surgimiento de las Naciones Unidas. Una nueva guerra mundial ha sido declarada por un agresor que no acata las normas tradicionales de las contiendas ni a las responsabilidades derivadas de la soberanía nacional. El agresor es una perniciosa organización criminal internacional con un gran poder y cuantiosos recursos -una empresa delictiva que se nutre de las utilidades ilegales provenientes del tráfico de drogas- como lo dijera recientemente el secretario general de las Naciones Unidas:

"El uso y el tráfico ilegal de drogas es hoy en día reconocido como una plaga social que afecta tanto a los países industrializados como a los países menos desarrollados. A pesar de que el esfuerzo por combatir ese flagelo se ha intensificado en los años recientes, los estimativos sugieren que el valor monetario del tráfico de drogas es mayor que el del comercio internacional del petróleo y sólo es superado por el comercio de armas. Es ciertamente preocupante observar que la humanidad está tan profundamente involucrada en el tráfico de la degradación y de la muerte".

Los miembros de esos carteles criminales nacieron en diversos países y muchos de sus líderes son considerados

colombianos. Si bien es cierto que algunos de ellos pueden haber nacido en mi país, déjenme aclarar, ellos son colombianos solo de nombre. Ellos no son más que fugitivos internacionales. No tienen hogar. Colombia no es su patria.

La lucha en Colombia

Mi presencia en las Naciones Unidas también busca presentar ante ustedes la cruda realidad de esta guerra contra el narcotráfico. Colombia está al frente de esta batalla. Para nosotros esta no es una guerra de palabras. Muchos colombianos han muerto por su firme compromiso en contra del narcotráfico. Hace aproximadamente un mes, Luís Carlos Galán, uno de los líderes políticos más prestigiosos de nuestro país, cayó asesinado. Su muerte ha consolidado aún más la voluntad de la nación y ha concentrado la atención del mundo en el problema, pero ya hace muchos años muchos colombianos como él han caído víctimas del narcotráfico. Dentro de esa larga lista se encuentran doce magistrados de la Corte Suprema, un procurador general de la Nación y un ministro de Justicia. Prominentes miembros del Congreso, jueces, alcaldes, periodistas, miles de soldados, policías y ciudadanos colombianos han sido sacrificados por la causa de la democracia.

Después de anunciar el mes pasado las medidas excepcionales contra el narcotráfico, que fueron decretadas por el Gobierno con base en los poderes del Estado de Sitio, los narcotraficantes han continuado e incrementado sus prácticas terroristas. Han golpeado a familias inocentes, asesinan indiscriminadamente a transeúntes y personas humildes, y han puesto bombas en las instituciones como el periódico El Espectador, por su posición valerosa y vertical contra el delito organizado. Los narcotraficantes, con el propósito de proteger sus actividades ilegales, pretenden destruir la voluntad del pueblo y debilitar nuestras más preciadas instituciones. Escúchenme bien: ellos van a fracasar y Colombia, una de las democracias más antiguas y estables de América Latina, saldrá fortalecida de esta nueva prueba.

En las últimas semanas hemos obtenido importantes victorias. Todas las energías del Estado se han orientado a romper la columna vertebral de los carteles de la droga. No sólo confiscando y destruyendo muchas toneladas de cocaína. De hecho, las autoridades colombianas incautan cerca del 80% de la cocaína decomisada en el mundo. Pero la ofensiva va mucho más allá. Los responsables materiales del asesinato de Luís Carlos Galán ya han sido capturados. Miles de sospechosos han sido detenidos y sus propiedades, cuentas bancarias, plantas de procesamiento, equipos de comunicación, aeronaves, yates, residencias y fincas, por valor de muchos millones de dólares, han sido decomisados.

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Aun así, todas estas victorias no serán suficientes para ganar esta guerra. Por esta razón me encuentro hoy aquí. Sólo a través de una acción internacional concertada podemos aspirar a derrotar el flagelo del narcotráfico. Los carteles de la droga nos han declarado una guerra total.

Esa declaración de guerra es contra todas las naciones. Contra aquellas que ven destruido el futuro de sus jóvenes por la droga y también contra las que, como Colombia, ven amenazadas su democracia y sus instituciones por la violencia y el terrorismo. No existen fronteras para la muerte que genera este sucio negocio, no existe ningún país que se pueda considerar a salvo del terrorismo del narcotráfico. Ha llegado el momento de que los narcotraficantes tampoco encuentren un solo lugar en el mundo que les sirva de refugio o en el que se puedan sentir seguros. Para la comunidad de naciones ha llegado la hora de decidirse.

Para muchos de ustedes puede ser difícil aceptar que estamos ante una guerra global, y más bien la entienden como un flagelo que afecta exclusivamente a este hemisferio. Muchos creen que la cocaína es un mal solamente de las Américas, que la droga se produce en Suramérica y se consume en Norteamérica. Eso realmente no es así por cuanto al mismo tiempo que estamos aquí reunidos, los tentáculos del narcotráfico están penetrando en Europa y en el Lejano Oriente. La agresiva búsqueda de nuevos mercados no respeta los océanos, como tampoco respetó las fronteras. Donde haya consumidores habrá proveedores. De hecho la cocaína es solo una de las manifestaciones más perniciosas de la crisis de abuso de las drogas que es mucho más amplia. No hay que llamarse a engaños, este flagelo nos afecta a todos.

Un plan de acción global

Actuando solidariamente, como una comunidad de naciones, éste debe ser nuestro plan de acción:

Primero, es indispensable atacar eficazmente la demanda por drogas ilegales. El consumo de drogas es el combustible que alimenta el narcoterrorismo y que hoy es una de las más graves amenazas para las democracias de América Latina. Aquellos que consumen cocaína están contribuyendo a que mi gente sea asesinada por la organización criminal internacional del narcotráfico. Sin duda alguna, a unas pocas cuadras de este recinto, en cualquiera de los prestigiosos barrios residenciales de esta ciudad, un consumidor habitual de cocaína puede considerar exagerada esta afirmación. No obstante, con su vicio se ha convertido en un colaborador de los asesinos que han dado muerte a los muchos jueces y policías colombianos que han sacrificado sus vidas en defensa de la democracia y de la ley.

Cualquier arma o táctica utilizada en esta lucha es insuficiente si no se acompaña de esfuerzos decididos para reducir la demanda. Las utilidades ilícitas son demasiado grandes. Estoy seguro de que en Colombia vamos a derrotar a los narcotraficantes. Pero alguien, en cualquier otro país, en algún lugar, se encargará de ese negocio mientras sea tan rentable. Así ocurrió con la marihuana. Cuando se volvió demasiado costoso para los traficantes operar en Colombia, por la efectividad de la fuerza pública, los comerciantes del vicio traslada-ron sus cultivos a California, Hawai y muchas otras regiones. La única ley que los narcotraficantes no violan, es la ley de la oferta y la demanda.

Ninguna sociedad por rica que sea puede darse el lujo de permitir que sus hijos e hijas se envenenen con cocaína, heroína, marihuana o cualquiera de esas drogas mortíferas. En este contexto, quiero afirmar que el plan del presidente Bush para luchar contra la demanda es un primer paso en la dirección correcta.

Debemos insistir en el mensaje de que las drogas ilegales no son aceptables, ni son inocuas, ya sea que se consuman en las brillantes fiestas de los ricos, o en los tugurios. Los que utilizan la droga tienen que entender que en esta guerra ellos están del lado del enemigo, aliados con los que producen y distribuyen los narcóticos. Quiero aprovechar para manifestar que consideramos de gran importancia la iniciativa y el liderazgo de la primera ministra de Gran Bretaña en su empeño porque se empiece a discutir internacionalmente el problema de la reducción de la demanda de narcóticos, mediante la convocatoria de una conferencia internacional. Por su trascendencia he decidido aceptar la honrosa invitación de la señora Thatcher para hablar sobre el tema ante la sesión inaugural de esa conferencia, en abril del próximo año.

En segundo lugar, nuestros esfuerzos para reducir la oferta de cocaína, también dependen de la efectividad de la cooperación internacional para detener el comercio ilegal de productos químico que son esenciales para procesar la droga. Generalmente se presta mucha atención a aspectos relacionados con la producción y el procesamiento de la droga. Ciertamente, por ejemplo, se ha puesto excesivo énfasis en el cultivo de la hoja de coca en países como Perú y Bolivia. Desafortunadamente, en contraste, poco es lo que se discute o se hace para controlar el flujo de productos químicos utilizados en el procesamiento de cocaína, los cuales provienen en su mayoría de países de Norteamérica y de Europa. Ninguna de esas sustancias es manufacturada en Colombia. Todas entran de contrabando al país. El fortalecimiento de los controles a la producción y venta de estos químicos, al igual que incrementar la severidad de las sanciones por su comercio ilícito, debe ser una de

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nuestras prelaciones. Se necesita más que hoja de coca para producir la cocaína. Sin acceso a los precursores químicos indispensables no existirán las drogas. Es necesario ejercer una presión sobre las industrias químicas tan intensa y tan firme como la que se ejerce sobre los campesinos pobres, cultivadores de la hoja de coca.

En tercer lugar, las armas que utilizan los carteles de la droga para intimidar, herir y asesinar a mi pueblo no son manufacturadas en Colombia. Estas son adquiridas en el mercado internacional donde es posible comprar muy fácilmente y de manera legal inclusive armas muy sofisticadas. En esto no debemos equivocarnos. Quienes venden armas a los narcoterroristas son aún más responsables que los propios adictos, por la violencia generada por las drogas. El año anterior Colombia presentó ante las Naciones Unidas una resolución haciendo un llamado para que se impusieran restricciones a la venta de armas, pero desafortunadamente no fue posible alcanzar un consenso entre los países sobre ese asunto. No podemos seguir esperando pasivamente mientras ese comercio de la muerte progresa. La adopción de medidas especiales para reducir y controlar la venta de armas a los narcotraficantes y a los terroristas es indispensable. Hago un llamado a todas las naciones del mundo para que acabemos, de una vez por todas, con esta locura.

Mi Gobierno también ve con extrema preocupación las actividades de mercenarios extranjeros que han entrenado y ayudado a narcoterroristas en Colombia. La comunidad internacional debe fortalecer su condena a la asociación mortal de mercenarios con terroristas y narcotraficantes. Mi administración no sólo ha condenado la presencia de mercenarios extranjeros en nuestro territorio. Además, ha criminalizado sus actividades y ordenado su captura. Los acontecimientos sucedidos en Colombia, son un argumento contundente y urgente en favor de que esta Asamblea apruebe la resolución prohibiendo dichas actividades criminales.

Cuarto, la cooperación internacional es esencial para lograr el control del lavado de dinero. Los carteles de la droga dependen del sistema financiero internacional para la transferencia de sus ganancias. Además, una significativa porción de esas criminales utilidades es invertida en las naciones industrializadas, en depósitos o títulos, valores, en finca raíz y en negocios ilícitos.En cierta forma nuestro sentido de la justicia se distorsiona, cuando se le atribuye el carácter de criminales a los pobres campesinos que cultivan la hoja de coca, mientras se es tolerante con un banquero internacional que se presta para transferir ilegalmente millones de dólares provenientes de la droga para quienes los van a utilizar con el propósito de financiar actos terroristas contra gente inocente. Si coopera el sistema financiero internacional, podremos en corto tiempo lograr grandes avances en la lucha contra los narcotraficantes.

Quinto, es indispensable que cada país aquí presente haga los mayores esfuerzos para lograr la pronta ratificación de la Convención de Viena. Dicha convención, negociada paciente y cuidadosamente durante muchos meses, provee instrumentos para adelantar acciones específicas en diversos frentes, tales como la penalización del consumo, la captura de barcos con droga en alta mar y la confiscación de bienes y propiedades. Quiero anunciar que a mi regreso al país presentaré la Convención de Viena al Congreso de Colombia para su consideración.

Para que este acuerdo entre los países sea eficaz debe ser ratificado y aplicado por el conjunto de la comunidad de naciones.

Adicionalmente, quiero recomendar a esta Asamblea dos iniciativas multilaterales: la primera, consiste en convocar una sesión especial de la Asamblea General dirigida a discutir todos los aspectos del problema de las drogas -consumo y producción- y a considerar acciones urgentes como las que hoy estoy proponiendo. La segunda, que quizás es la más rápida para lograr avances concretos, consiste en establecer, a nivel ministerial, un grupo internacional de trabajo sobre el problema de las drogas, encargado de coordinar la acción internacional y de evaluar periódicamente los progresos obtenidos.

Sexto, la fortaleza de la economía colombiana es un apoyo fundamental para la estabilidad política y la vigencia de las instituciones democráticas. Por ello, es vital la cooperación económica y financiera internacional. A pesar del inmenso poder desestabilizador del narcotráfico, Colombia ha logrado mantenerse firme en su voluntad de lucha contra esa organización criminal internacional.

Quiero señalar muy enfáticamente que nuestra economía no depende de los ingresos provenientes del tráfico ilícito de narcóticos. La presencia de ese dinero en Colombia se concentra en actividades especulativas de finca raíz y algo en el lavado de dólares. Su contribución al crecimiento económico es marginal. Colombia no es ni será una narco economía.

Hace tres años, en mi discurso ante esta Asamblea, destaqué la urgente necesidad de luchar contra la pobreza absoluta. Desde esa época mi gobierno se comprometió en un ambicioso plan de cambio social orientado a transformar las condiciones de vida de los sectores y de las regiones tradicionalmente excluidas de los beneficios del desarrollo. Los resultados ya están a la vista.

A pesar de la gran cantidad de recursos que exige la lucha contra el narcotráfico, no claudicaremos en nuestro empeño de promover el cambio social y el progreso

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económico. Para lograrlo, Colombia requiere de la cooperación económica y financiera internacional. Pero, aún más importante, es la adopción de medidas comerciales que le permitan a nuestra economía un mayor acceso a los mercados de los países industrializados y obtener precios justos para nuestras exportaciones.

El Acuerdo Internacional del Café

El mejor ejemplo es el café, que es la principal fuente de ingresos para los campesinos de Colombia. El colapso reciente del Acuerdo Internacional del Café significa para Colombia una pérdida de 400 millones de dólares de ingresos en el presente año. Para el conjunto de los sesenta y un países en desarrollo productores de café, la pérdida por año superará los 5.000 millones de dólares.

Por ello necesitamos el apoyo de los Estados Unidos y de los otros países para renovar el Acuerdo. No podemos hablar en términos ideales de la sustitución de cultivos de coca por otros productos legales mientras que, al mismo tiempo, se perjudica la principal exportación del país y la fuente de ingreso de millones de campesinos colombianos. Fue alentador observar que el presidente George Bush hubiera manifestado su voluntad de cooperar para que se encuentren soluciones a los problemas que llevaron a la ruptura del Pacto. Esperamos que todos los demás países involucrados también entiendan la gravedad de la situación y la necesidad de revivir uno de los más exitosos ejemplos de cooperación económica internacional.

El debilitamiento de los mercados de productos básicos agrava aún más la crisis de la deuda. El endeudamiento externo es una pesada carga para América Latina, que está obstaculizando el crecimiento económico. Aún más importante, está agravando las condiciones de pobreza en que viven millones de latinoamericanos. Debemos trabajar unidos para encontrar soluciones realistas y eficaces a este problema.

La deuda ecológica de los países industrializados

Existe otra lucha -relacionada con todo lo anterior que exige el interés y la atención de la comunidad mundial. Ella debe ser una de nuestras mayores prelaciones en la década de los años noventa. Se trata de la destrucción de los recursos naturales y del deterioro global del medio ambiente.

Como lo dije recientemente en Manaos, en la reunión de mandatarios de los países miembros del Tratado de Cooperación Amazónica, las naciones industrializadas tienen una deuda ecológica con la humanidad. En menos de dos siglos, los bosques nativos de Europa y de Norteamérica

fueron arrasados y la producción industrial trajo contaminación, lluvia acida y destrucción de la capa de ozono. Esta es una deuda ecológica contraída con las futuras generaciones de todos los países, las que tendrán que convivir con las consecuencias del manejo irreflexivo que el mundo desarrollado le ha dado a sus recursos naturales.

La forma como las naciones industrializadas pueden pagar esta deuda es contribuyendo directamente para que el Tercer Mundo encuentre alternativas que le permitan preservar el medio ambiente, y especialmente la selva tropical. Ese problema debe ser tratado al más alto nivel de los gobiernos y de las Naciones Unidas. En Colombia hemos logrado avanzar en ese frente. Durante mi administración se han declarado como reservas naturales e indígenas más de 27 y medio millones de hectáreas en la región amazónica. Esto equivale a un área que es varias veces superior al tamaño de muchos de los países de Europa. Comprometámonos a pagar a la humanidad la deuda ecológica que está vigente.

Un nuevo vínculo entre el Pacífico y el Atlántico

Si el problema del narcotráfico no tuviera una prelación en este momento, hoy les hubiera hablado de otra guerra, la lucha de los países en desarrollo para eliminar la pobreza y la injusticia social. Estos son objetivos fundamentales que no se deben abandonar. En otras circunstancias también me hubiera referido en detalle a muchos de los importantes proyectos de desarrollo que estamos impulsando, dentro de los cuales el de mayor beneficio para Colombia y para la comunidad internacional es la propuesta de construir un puente terrestre interoceánico que una el Pacífico y el Atlántico a través de territorio colombiano. Las líneas de ferrocarril, las carreteras y los poliductos que contempla este proyecto, ofrecerán nuevas y económicas, alternativas para el transporte interoceánico de carga.

Un reto histórico

Señor presidente, este es ciertamente un momento histórico. Las futuras generaciones juzgarán nuestras acciones. En esta guerra contra las drogas ha habido muchos héroes, de muchas nacionalidades, dispuestos a entregar sus vidas por la democracia y la ley. Muchos de ellos son conocidos pero son aún más los héroes anónimos. Luís Carlos murió porque se atrevió a denunciar. Guillermo Cano, el editor de El Espectador, fue asesinado porque no pudo ser silenciado. Los miles de soldados y ciudadanos colombianos caídos, murieron por su compromiso en esta lucha.

Estos valientes hombres y mujeres no murieron en vano. La comunidad de naciones, inspirada en su contribución

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y en su espíritu de sacrificio, podrá derrotar definitivamente la maldición de las drogas.

En la historia de la humanidad se han frustrado muchas civilizaciones. Ahora enfrentamos una nueva amenaza global. Debemos actuar antes que sea demasiado tarde. Si enfrentamos la maldición del narcotráfico con fortaleza y determinación, podremos obtener la victoria. Con el compromiso y la cooperación internacionales, podremos erradicar esta plaga del siglo XX. Es mi más ferviente deseo que los niños del siglo XXI se enteren sobre las drogas y sobre el terrorismo, sólo a través de los libros de historia: que para ellos esto sea únicamente el recuerdo de una gran calamidad que quedó atrás.

No debemos hacernos ilusiones sobre lo que nos espera. La victoria final nos tomará tiempo. Bien podría Winston Churchill estar describiendo el camino que debemos recorrer cuando, en 1940, ante la Cámara de los Comunes dijo: "La muerte y el dolor serán los compañeros de nuestra jornada. Las penurias nuestro vestido. La constancia y el valor nuestro único escudo. Debemos estar unidos. Debemos ser audaces...".

Declaremos hoy que nuestros esfuerzos en la última década de este siglo los dedicaremos a enterrar para siempre el flagelo internacional del narcotráfico. Juntos podemos, debemos y vamos a triunfar.

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