Centro de Estudios Económicos, Políticos y Seguridad, S.A. de...

12
1 de Noviembre de 2017, No. 6 [email protected] Presidente y Director General: Carlos Ramírez Frente Ciudadano PAN-PRD-MC: nuevo bloque de poder y nueva hegemonía o fracaso electoral Frente Ciudadano PAN-PRD-MC: nuevo bloque de poder y nueva hegemonía o fracaso electoral RESUMEN EJECUTIVO: La expectativa que despertó el frente opositor y su conversión a frente ciudadano duró poco por la falta de una propuesta más sólida de sus promotores y por la personalización de la auto promovida candidatura presidencial de Ricardo Anaya: al Frente le sobró improvisación y le faltó agenda. Pero lo más importante fue que el Frente careció de la construcción de un bloque de poder con los poderes fácticos. Agenda Setting Centro de Estudios Económicos, Políticos y Seguridad, S.A. de C.V.

Transcript of Centro de Estudios Económicos, Políticos y Seguridad, S.A. de...

1 de Noviembre de 2017, No. 6 [email protected] y Director General: Carlos Ramírez

Frente Ciudadano PAN-PRD-MC: nuevo bloque de poder y

nueva hegemonía o fracaso electoral

Frente Ciudadano PAN-PRD-MC: nuevo bloque de poder y

nueva hegemonía o fracaso electoralRESUMEN EJECUTIVO:

La expectativa que despertó el frente opositor y su conversión a frente ciudadano duró poco por la falta de una propuesta

más sólida de sus promotores y por la personalización de la auto promovida candidatura presidencial de Ricardo Anaya: al Frente le sobró improvisación y le faltó agenda. Pero lo más importante fue que el Frente careció de la construcción de un bloque de poder con los poderes fácticos.

Agenda SettingCentro de Estudios Económicos, Políticos y Seguridad, S.A. de C.V.

2

1 de Noviembre de 2017

1.- El conejo de la chistera

El 20 de mayo, en la coyuntura de las elecciones de gober-nador en el Estado de México, los dirigentes panista Ricardo Anaya y perredista Alejandra Barrales anunciaron la construc-ción de un frente opositor para las elecciones presidenciales. Más tarde registraron en el Instituto Nacional Electoral al Frente Ciudadano por México con duración hasta 2024. En cinco meses, el Frente pasó de la expectativa a la decreciente atención.

El problema del Frente no fue la alianza entre dos partidos con posiciones diferentes —el cristianismo y el populismo—, sino su improvisación. Los Frentes se anuncian primero e in-mediatamente después se da a conocer un programa conjun-to. El Frente PAN-PRD-MC quedó sólo como un reparto de posiciones electorales: la candidatura presidencial para Anaya y la de la jefatura de gobierno de Ciudad de México para Ale-jandra Barrales. Cuatro meses después de anunciado, un mes después de registrado y ante la inminencia del registro inter-no de candidaturas, el Frente convocó a reuniones con or-ganizaciones ciudadanas y con ciudadanos en particular para

recoger propuestas que pudieran incorporarse al programa de gobierno.

La falta de presencia continua de los promotores y la aus-encia de un marco programático, de una hoja de ruta y de un calendario político han dejado al Frente al garete y en medio de una tormenta con vientos huracanados que ha desgarrado las velas del barco frentista. Asimismo, al Frente le ha falta-do liderazgo político real. Y también ha carecido de un ritmo político. A punto de cerrar los tiempos para las candidaturas, el Frente ha perdido espacio social porque los grupos y bases del PAN y del PRD —MC no los tiene— se han ido desenten-diendo del Frente. Y para completar el escenario negativo, la renuncia de Margarita Zavala de Calderón al PAN para iniciar el procedimiento de registro como candidata independiente ayudó a desinflar las expectativas del Frente, toda vez que ella aparecía como la figura que podría derrotar al PRI y a López Obrador.

El Frente se puso el apellido de ciudadano, pero los ciu-dadanos no han aparecido por ningún lado; la expectativa de un posible candidato presidencial ciudadano quedó descar-tada desde el principio. Y a pesar de la existencia de muchos grupos ciudadanos y cívicos con intenciones de participar

3

con partidos que declaren la urgencia del cambio institucio-nal, el Frente convocó a los ciudadanos —a pocos— sólo para que aportaran ponencias que serían revisadas y supues-tamente incorporadas al posible programa de gobierno del Frente.

Al Frente le ha faltado un discurso político fuerte, una pro-puesta dinámica y una capacidad de funcionalidad social y política. Su presencia en medios depende de la aparición de sus promotores. A punto de iniciarse el registro de candidatu-ras el Frente sigue sin formar una estructura de organización y diseño de la propuesta de gobierno. Y si la definición central del Frente fue la de pugnar por el cambio de régimen, varios meses después sigue sin haber un documento de diagnóstico de la crisis general de México, sin definirse una propuesta cen-tral de cambio político y un debate abierto y programático del tema de cambio de régimen.

A pesar de las expectativas, el Frente no se pudo meter en la agenda de debates de la política electoral. Ahí se localizaba su principal espacio de proyección. Y también el Frente com-etió el error de tampoco meterse en el ambiente político del debate sobre las candidaturas independientes, porque pudo haber abierto posibilidades de asignación de candidaturas a nuevos liderazgos sociales y populares.

2.- Agua y aceite en un vaso

La principal crítica al Frente radicó en la argumentación de que no se puede mezclar el agua y el aceite, aunque la falacia consistió en suponer características inmutables y excluyentes en ambas formaciones. Pero en términos políticos, ni el PAN ni el PRD son agua ni aceite; peor aún, existen posibilidades teóricas para probar que el PAN no es la derecha ni el PRD es la izquierda, porque los dos partidos —como los demás— des-dibujaron sus definiciones ideológicas y sus propuestas políti-cas pragmáticas los colocan en un Centro político aglomer-ado. Por lo demás, el agua y el aceite pueden convivir en un recipiente, aunque sin mezclarse.

El modelo de las alianzas directas entre partidos —los go-biernos de coalición son otra fórmula— se ha explicado en función del reparto de votos. Los sistemas bipartidistas son fáciles de funcionar porque dividen al electorado entre dos; pero en sistemas de partidos más numerosos, la fragmentación del voto se convierte en un problema de legitimidad. Lo peor radica en sistema de partidos numerosos, pero en función de partidos como propuestas de grupos y no de ideas.

En Italia en los setenta el Partido Comunista y el Partido Demócrata Cristiano —ahí agua y aceite— llegaron a acordar la formación de un compromiso histórico para devolverle

4

1 de Noviembre de 2017

gobernabilidad al país; el PCI había llegado a la sorpren-dente votación de 30%, pero sin posibilidad de ser may-oría; y la DC bajó su votación también a un tercio. Las elecciones mandaban el mensaje de que una gobernabi-lidad tendría que darse en función de una alianza PCI-PDC, con un programa de gobierno. Para los que dudan de la mezcla de agua y aceite, los comunistas y cristianos italianos mandaron un mensaje; el diálogo marxistas-cristianos.

El día en que se iba a firmar el compromiso históri-co, el líder democristiano Aldo Moro fue secuestrado por el grupo Brigadas Rojas —asumido como un grupo provocador, sin ideología— y apareció asesinado varios días después. El principal preocupado por la posibilidad de que comunistas-marxistas llegan a gobernar un país fuerte de Europa era la comunidad de seguridad nacio-nal de los EE.UU. El asesinato de Moro liquidó el sistema político italiano y prohijó en 1994 el arribo al poder del em-presario populista y reaccionario Silvio Berlusconi.

Las coaliciones reformadoras se basan en una propuesta de reforma de sistema y de reforma de régimen y a partir de ahí se construyen los programas de gobierno. Las alianzas entre formaciones partidistas bien diferenciadas —aunque sea por membretes o definiciones discursivas— son fáciles de admin-istrar en función de una propuesta de reformas.

El Frente PAN-PRD-MC se quedó en una alianza elector-al en función de candidaturas. El apellido ciudadano no pudo

potenciarse porque los dirigentes del Frente carecieron de una propuesta real de incorporación a ciudadanos. En España, la crisis del 11 de mayo de 2011 con la irrupción agresiva de los Indignados derivó en la reactivación del partido Ciudadanos y en la fundación del partido Podemos, el primero de la derecha juve-nil monárquica y el segundo por profesores radicales y socialistas de ciencia política. Estos dos partidos rompieron la uniformidad bipartidista Partido Popular-Partido Socialista Obrero Español, porque Ciudadanos y Podemos fueron formaciones más activas de la derecha y la izquierda ante el enmohecimiento de las tradicio-nales derecha e izquierda.

5

3.- Cómo fueron los Pactos de la Moncloa

Cuando se dio a conocer la creación del frente opositor, An-aya deslizó la afirmación de que se trataba una especie de acuer-do de la Moncloa. Se trató de una lectura chabacana y de oídas sobre —su nombre oficial— los Pactos de la Moncloa. En real-idad, el frente ni siquiera se acerca al modelo de transición a la democracia española 1976-1978. En noviembre de 1975 murió el dictador Francisco Franco y España se deslizó por el camino de la consolidación del franquismo ya sin Franco. El propio dictador había diseñado el camino: una clase dirigente posterior a la guerra civil, una tecnocracia opusdeísta, una política cultur-al excluyente aunque con mayor tolerancia social y un “príncipe a título de rey” —Juan Carlos— que antes de morir Franco había jurado respetar las leyes del movimiento franquista.

El dato mayor de la transición española radicó en que Juan Carlos no podía ejercer la corona porque por ley le corre-spondía a su padre, don Juan de Borbón, conde de Barcelona, quien se había negado a reconocer a Franco y por tanto no pudo asumir la cabeza de la monarquía. Para que Juan Carlos fuera rey, don Juan tenía que abdicar. El asunto rompió la unidad de la familia. A raíz de la muerte de Franco, don Juan aceptó abdicar a favor de su hijo, pero con la condición de que llevara a España a una democracia. Ahí nació la transición.

Juan Carlos designó al abogado Adolfo Suárez, entonces sec-retario general del Movimiento, la falange política del franquis-

mo, y lo hizo presidente del gobierno para diseñar y operar la transición de España a la democracia. Esta transición con-stó, en resumen, de cuatro pasos: la ley de reforma política para elecciones libres y democráticas, la aceptación de una monarquía constitucional parlamentaria, los Pactos de la Moncloa para modernizar la economía y equipararla con Eu-ropa y la nueva Constitución para afianzar el nuevo modelo.

Los Pactos de la Moncloa (http://vespito.net/historia/transi/economft.html) fueron acuerdos entre todas las fuer-zas productivas para frenar la inflación, repartir sacrificios y estimular la inversión privada. Es decir, fueron un acuerdo de modernización productiva. De manera correlativa, Suárez construyó un sistema democrático parlamentario basado en el bipartidismo Partido Popular-Partido Socialista Obrero Español, con otros partidos con menor porcentaje de votos, pero dentro de la institucionalidad, sobre todo el Partido Comunista de España que estuvo en el centro de la segunda república española y la guerra civil 1930-1939. La democra-cia se centró en la libertad de prensa, la libertad de voto y la libertad de participación política. Los Pactos de la Moncloa no fueron pivote de la democracia, sino que constituyeron los acuerdos para redinamizar el crecimiento y por esa vía darle viabilidad a la democracia.

La prioridad declarada por el frente opositor PAN-PRD-MC no fue la democracia sino la reforma del régimen, un tema recurrente que se ha fijado en el debate nacional, sobre

6

1 de Noviembre de 2017

todo a partir de las iniciativas de gobiernos de coalición que ya se metieron en la Constitución pero aún sin ley reglamentaria. El problema del PAN y del PRD es que ellos ya fueron gobi-erno —federal, el PAN, de 2000-2012, y capitalino, el PRD, de 1997-2018—, pero en ningún momento ni circunstancia plantearon la reforma de régimen. Reformar el régimen es un tema de élites políticas y académicas y merecía un gran debate nacional, pero el frente PAN-PRD-MC sólo lo hizo a manera de declaración.

Ahí es donde ha fallado el frente: no ha definido un diag-nóstico de la crisis nacional y por tanto aún no ha definido su propuesta de reorganización del sistema/régimen/Estado. Anaya deslizó la frase de Moncloa y hasta ahí quedó el asunto. 4.- Transición a la república

El frente PAN-PRD-MC se ha quedado estacionado en el asunto de las candidaturas. Apenas en la tercera semana de oc-tubre abrió una especie de conferencias con organismos cívicos y ciudadanos para obtener propuestas que se incorporarían a la propuesta formal del frente. Pero fueron convocatorias desorga-nizadas, sin una estructura programática y centradas más bien en personalidades u organismos reconocidos.

Si en la segunda semana de noviembre comienza el registro de precandidatos, entonces el frente debería presentar su pro-puesta de gobierno. Es posible que ya la tenga y que utilice las conferencias sólo como espacio de ocupación mediática. De ser así, entonces estaría engañando a los participantes y a la propia ciudadanía.

Lo malo para el frente es que parecer haber olvidado el hecho de que formalmente desde 1981 diferentes organi-zaciones y ciudadanos han delineado propuestas generales para abarcar los puntos en crisis: el sistema político, el régi-men, la democracia y el desarrollo. Se podrían contabilizar, a groso modo, alrededor de 30 con suficiente reflexión sobre la crisis y sus salidas. Inclusive, Vicente Fox creó al inicio de su gobierno una comisión para la reforma del Estado que quiso ser una propuesta de reorganización del proyecto nacional, del modelo de desarrollo, del Estado, del sistema político, del régimen de gobierno y del equilibrio de poderes.

Se recuerdan, por ejemplo, los diez puntos por la de-mocracia, los veinte puntos por la democracia, las conclu-siones del seminario del Castillo de Chapultepec, las varias propuestas de reforma de Cuauhtémoc Cárdenas, las aport-aciones reformistas de grupos de ciudadanos aglutinados en organizaciones de izquierda, las reformas políticas de Salinas, Zedillo y Calderón e, inclusive, el compromiso de la presidencia democrática de Pena Nieto como candidato presidencial.

La sola revisión de esas propuestas para consolidar una lista de reformas viables tomaría más tiempo del que tiene le-galmente el frente para el proceso presidencial. Sin embargo, los grupos del PAN y del PRD que forman el frente opos-itor están preparando mesas apresuradas. Por cierto, entre el grupo de Anaya en el PAN que participa en el frente está Santiago Creel Miranda, abogado empresarial de la Copar-mex, activista social por la democracia, consejero electoral

7

del primer IFE ciudadano y autónomo del gobierno, secretar-io de Gobernación del gabinete de Fox y candidato del PAN al gobierno del DF en el 2000. Creel fue uno de los pivotes del seminario del Castillo de Chapultepec, sin duda la reunión más importante, de mayor calado y más plural que prohijó 60 reformas para la democracia y el desarrollo. Pero hasta donde se tienen datos, Creel no forma parte de ningún grupo panista que esté atendiendo el tema del acopio de propuestas ciudadanas para la reforma del régimen.

En este sentido, el frente nació sin una estrategia y ha care-cido de método de trabajo. Por esa razón, el frente ciudadano por México ha quedado en una mera alianza electoral para la presidencia de la república, aunque ante el INE solicitaron una alianza de largo plazo, hasta el 2024. Además, el frente se ha desgastado en conflictos mediáticos del panista Ricardo Anaya y en su intención inocultable de promover el frente sólo para ser el candidato presidencial.

En frío, las muchas propuestas de transición a la democracia y de redefinición del proyecto nacional cumplen los requisitos de modificaciones estructurales, de reorganización del sistema político y de reestructuración del régimen. El tema de transi-ción a la democracia fue superado en el 2000 con la alternancia partidista a la presidencia de la república, pero dejó muchas dudas: la más importante señala que el país pasó de la Comis-

ión Federal Electoral de Gobernación al Instituto Nacion-al Electoral, pero luego de una fugaz democratización del organismo en el periodo 1996-2003, los partidos y grupos de poder tomaron por asalto al organismo autónomo; en el 2003 la jefa política del PRI, Elba Esther Gordillo, impuso como consejero presidente a Luis Carlos Ugalde Ramírez y desde ahí el Instituto perdió autonomía, eficacia y margen de maniobra y pasó a ser un instrumento de la partidocracia.

Paradójicamente, la política en México es más democrá-tica en tanto que el presidencialismo disminuyó sus con-troles, pero menos democráticas porque el modelo quedó en las redes de los intereses de los partidos políticos. De ahí la importancia de que cualquier reforma general del proyecto de nación de nueva cuenta incluya propuestas de reforma democrática, de reorganización de los poderes y de acota-miento del presidencialismo autoritario.

5.- Gobierno de dos años para la transición

Si en verdad el frente opositor ciudadano está comprometido con la reforma de régimen, entonces tendrá que moverse en un doble escenario:

1.- El de la agenda de reformas:

8

1 de Noviembre de 2017

1.1.- Un diagnóstico del fin de la funcionalidad del sistema/régimen/Estado. Un grupo de politólogos tendría a cargo esta tarea especial.

1.2.- La definición no sólo de reformas sino de un crono-grama, además del acuerdo de las bancadas que logren una may-oría calificada de tres cuartas partes del congreso.

1.3.- Un calendario urgente de reuniones de los dirigentes del frente y de sus estados mayores a lo largo de todo el país para mostrarle a la ciudadanía las razones de las reformas.

1.4.- Un acuerdo de los partidos del frente con organismos sociales, civiles y con ciudadanos que han insistido en la refor-ma del régimen.

1.5.- Una lista concreta de las reformas para la reforma del régimen.

2.- Un cronograma político radical:2.1.- La definición de un calendario político específico: que

el candidato del frente establezca un periodo de gobierno de tres años con el compromiso de promover la aprobación de las reformas.

2.2.- La configuración de un gobierno de salvación nacional que tenga el objetivo de funcionalizar las reformas.

2.3.- El establecimiento de la meta de que el gobierno refor-mador convocará a un congreso constituyente para la aproba-ción de una constitución para el nuevo régimen.

2.4.- Convocatoria a nuevas elecciones presidenciales para la elección de un nuevo gobierno correspondiente a la nueva estructura de gobierno.

2.5.- Instauración de una nueva república sin necesidad de

una revolución violenta.Si se miden las reformas del pasado desde la de los

diputados de partido de 1963, México tiene hoy en día una estructura democrática basada en la ausencia de un partido dominante; la perversión de la democracia es producto del viejo régimen priísta del presidencialismo autoritario, pero sustentado no tanto por un PRI fuerte —en realidad va a la baja— sino por la debilidad política e institucional de la oposición. Las reformas democráticas son menores, porque las sustanciales tienen que ver con tres reformas de fondo: del poder, de las facultades presidenciales y de los partidos para consolidar su fuerza social. El INE debe salir de la zona de los partidos y profesionalizarse sin intervenciones políti-cos, siguiendo un proceso parecido al de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La transición mexicana a la democracia fue en cámara lenta, electoral e institucional. Aún si las instituciones democráticas funcionaran a la perfección, la política mexica-na estaría todavía lejos de ser una democracia moderna. Lo que los politólogos mexicanos no han discutido es el pro-ceso de modernización política de Leonardo Molino: crisis del sistema, transición, instauración, consolidación y desar-rollo. La fase fundamental no radica en las nuevas formas democráticas, sino en la instauración de un nuevo régimen, que sería una nueva república. Después de terminar la tran-sición a la democracia, la fase siguiente sería la de transitar a la república de nuevas instituciones, nuevas leyes, nuevas reglas y nuevos equilibrios. El Frente PAN-PRD-MC se ha

9

agobiado y agotado en el diseño de una alianza electoral con candidatos conjuntos, pero no ha definido su programa de reformas ni la forma de reorganizar el modelo de república con una nueva Constitución.

Al fijar la reforma del régimen, el frente está obligado a ir a las definiciones de fondo. El viejo sistema/régimen/Es-tado que fundó el PRI después de la Revolución Mexicana tuvo muchas muertes; la última fue la alternancia partidista en la presidencia de la república, pero el PAN careció de una visión estratégica. Hoy el nuevo régimen debe llevar a la nueva república. Y ahí el frente tiene todo el espacio para construir una nueva hegemonía social y política —hegemonía como lid-erazgo de clases, sectores productivos y clases sociales, como la que construyó el PRI en 1929 y duró hasta el 2000— o una nueva articulación de alianzas entre grupos no priístas para definir los perfiles y funcionamientos del nuevo régimen.

Si el frente PAN-PRD-MC se agota en un candidato alian-cista sólo para ganar la presidencia, sus posibilidades serán menores. Una fuerza opositora y más aún una fuerza reforma-dora de régimen necesita construir un nuevo bloque de poder hegemónico que construya un liderazgo plural y convoque a todas las fuerzas productivas, sociales y políticas. El  bloque de poder priísta está disminuido por el fracaso del modelo

económico neoliberal y el bloque de poder de López Obrador prácticamente no existe como bloque articulado. Sin un nue-vo bloque de poder, sin una propuesta de nueva república y sin una nueva hegemonía, el frente opositor será un fracaso.

6.- Conclusiones

1.- Revisar las razones del fracaso de alianzas 2010 (gober-nadores de Puebla, Oaxaca y Sinaloa) y 2016-2017 (Veracruz, Quintana Roo, Nayarit y Durango): expriístas que no cam-bian sistema, oposición sin reforma estructural de régimen y sociedad con el subconsciente sistémico,

2.- Quitarle el dominio del discurso del frente a Anaya porque se agota en su propia candidatura y pierde de vista la oferta de una candidatura para la reforma del régimen, y

3.- Optar por una candidatura ciudadana funcional al proyecto de reforma de régimen y de transición a la república, porque las tareas del próximo presidente serán de reforma; se trata de encontrar al Adolfo Suárez de la transición mexicana a la república.

10

1 de Noviembre de 2017

A tomar en cuenta antes de las eleccionesVarios factores deberán ser tomados en cuenta por los electores antes de que termine el año. Estos tienen que ver con los procesos internos de los partidos, la recolección de firmas por parte de los aspirantes a candidatos independientes y la concreción del Frente Ciudadano por México. Veamos por qué.

Elecciones internasSi bien ya están definidos los métodos de elección de sus respec-tivos candidatos, será hasta diciembre en que se conozcan quienes participarán en dichos procesos internos, algo que cambiará las tendencias en el ámbito electoral, al considerar que las actuales en-cuestas se basan en especulaciones y combinaciones de los posibles abanderados.

Hasta el momento, en el PRI se ha mencionado una lista de as-pirantes que oscila entre 8 y 4 posibles, por lo que hasta que se lleve a cabo la Convención de Delegados se sabrá quien será el candidato y cuál será el enfoque de la campaña de 2018.

El PAN recurrirá a la votación de militantes, en una primaria en la que podrían participar 5 o 6 aspirantes. Al parecer, se volverá a recurrir a las precampañas que culminarían en febrero.

En paralelo, el PRD utilizará el método de un Consejo Nacio-nal Electivo en el que se elegirá al candidato del sol azteca de entre 2 o 3 participantes.

Así, en febrero del año entrante conoceremos al elenco defini-tivo que participará en la campaña electoral de 2018, pero con un detalle: si se concreta el Frente, tanto el candidato panista como el perredista tendrían que competir de nuevo para definir quien de

ellos representará a la alianza.

Frente en construcción El Frente Ciudadano por México ha generado una buena ex-pectativa entre la ciudadanía, pero como se expone en el pre-sente documento, no sólo tiene ante sí el reto de generar una propuesta que atraiga a los votantes, sino que también deberá aclarar cómo elegirá a su candidato.

Los dos partidos principales de la alianza, han elegido for-mas de hacerlo diferentes, por lo que podríamos llegar al inicio de las precampañas, en diciembre, con dos procesos internos en marcha, lo cual podría generar confusión en el electorado.

Además, no se ha dicho por parte de las dirigentes del Fren-te de qué manera se elegirá a su abanderado para los comicios del 2018. Si al momento de que esta propuesta se registre for-malmente ante el INE sus dos pilares se encuentran en plena precampaña, se podría acordar una fase, misma que podría ser por encuestas, para que se tenga al candidato, con el riesgo de que el que quede fuera se inconforme y renuncie a su partido.

Como sea que este tema se resuelva, el paso del tiempo no hará sino presionar a los integrantes del Frente, quienes hasta la fecha no han señalado cuál será el programa, como elegirán a su candidato y su propuesta para un gobierno de coalición.

Firma para los independientes Con el desafío de reunir más de 860 mil firmas hasta el 6 de febrero, los aspirantes a convertirse en candidatos independien-tes a la presidencia han comenzado a paso lento el proceso de

LOS PINOS 2018

11

recolección de las mismas, llegando a acumular poco más de 35 mil a finales de octubre entre todos. Para esto, contarán con 120 días.

De acuerdo al INE, se presentaron 87 solicitu-des para convertirse en candidatos independientes, de la cuales procedieron 48 y 39 se declararon no procedentes.

En este proceso se sabrá quien cuenta con los re-cursos y la estructura para alcanzar dicho objetivo y quienes participaron para ampliar su currículo.

Se calcula que entre 3 a 5 aspirantes se podrían convertir en candidatos y aparecer en la boleta electoral.

En este particular, el tiempo juega un papel im-portante por lo que la próxima temporada navideña sería una en la que los activistas de los equipos de los aspirantes independientes aprovechen las vacaciones para invadir centros comerciales o vacacionales para reunir firmas.

Si esto ayudará a que los ciudadanos se motiven a participar en el proceso electoral o será un factor que inicie una saturación en ellos, es muy pronto para saberlo, pero no hay que descartar la segunda posibilidad, pues entre todos los que quieren aparecer en la boleta en 2018 deberán reunir más de 47 millones de firmas, por lo que más de 860 mil firmas parece una cantidad que se antoja inalcanzable a menos que se cuente con los recursos suficientes para esta aventura.

A este respecto hay dos consideraciones qué hay que mencio-nar. La primera tiene que ver con los apoyos que tienen los precan-didatos independientes, pues es claro que algunos pueden recorrer el país y tener un equipo de respaldo, en tanto que otros a duras penas pueden recolectar mil firmas.

La fiscalización deberá ser un instrumento que ayude a trans-parentar de dónde provienen los recursos financieros para que un

aspirante independiente pueda contar con un ejército de acti-vistas y medios para difundir su imagen.

Asimismo, hay que revisar la manera en que se solicitan las firmas, pues no se trata de algo que surja espontáneamente, sino que tiene que ofrecer una propuesta que motive a los ciudada-nos a dar su firma en apoyo de alguno de los aspirantes.

Aquí también juega un papel importante el tiempo que lle-van en exposición pública algunos de los que buscan aprove-char esta vía para llegar a la campaña electoral, en contraste con quienes se inscribieron en octubre y a partir de esto empiezan a darse a conocer.

Se trata de una competencia desigual, en la que los proyec-tos que desde 2015 se han hecho públicos —como en los casos de Margarita Zavala o el Bronco—, tienen altas posibilidades de cumplir con todos los requisitos, al contrario de los que se han quedado en el camino.

Mtro. Carlos RamírezPresidente y Director General

Centro de Estudios Políticos y de Seguridad Nacional

[email protected]

Lic. José Luis RojasCoordinador General Editorial

[email protected]

Lic. Armando Reyes -ViguerasDirector de [email protected]

Dr. Rafael Abascal y Macías,Consejo de [email protected]

Lic. Alejandra Sánchez Aragón Diseño

Agenda Setting es una publicación especializada en análisis estratégico editada por el Centro Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad, S. A. Editor responsable: Carlos Javier Ramírez

Hernández. Todos los artículos son de responsabilidad de sus autores. Derechos reservados, prohibida su reproducción sin autorización. Oficinas provisionales: Durango 223, Col. Roma,

Delegación Cuauhtémoc, C. P. 06700, México D.F.

[email protected]

Dir

ecto

rio

12

1 de Noviembre de 2017