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12 Revista del Ministerio de Fomento

A v i a c i ó n

1919-2019: las escalas de un vuelo centenario

Cien añosde transporte aéreo

en España

uDouglas DC-8 de Iberia.

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13ABRIL 2019

El 1 de septiembre de 1919, a las diez y cuartode la mañana, según nos cuentan las crónicas lo-cales, en el aeródromo barcelonés de La Volatería,tomaron tierra tres biplanos Breguet XIV y unacuarta aeronave Salmson S2 que acompañaba ala expedición con material de repuesto. Esa ma-ñana de lunes pasó a formar parte de la historiaaeronáutica española con la primera operaciónaérea comercial efectuada en nuestro país. El ser-vicio, que continuó su periplo haciendo escala enAlicante, a las tres de la tarde de ese mismo día, yal día siguiente en El Rompedizo, donde hoy sealza el aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, inau-guraba oficialmente la ruta postal entre Toulousey Casablanca, con escalas en Barcelona, Alicantey Málaga.

Aquella aventura impulsó la que podría conside-rarse como la primera norma reguladora del trans-porte aéreo en España: la Real Orden de 29 deagosto de 1919, que autorizaba la realización deescalas en nuestro país.

Ese mismo año de 1919 vio nacer también el pri-mer órgano administrativo de la aviación civil enEspaña, ya en el seno de Fomento y antecesor dela Dirección General de Aviación Civil, con lacreación a través del Real Decreto de 14 de no-viembre, del Negociado de Aerostación y AviaciónCiviles.

El correo aéreo fue visto de forma inmediata comouna excelente herramienta y se creó, en octubrede ese mismo año, el servicio aéreo postal. Loscomienzos no fueron fáciles, de las tres rutas pro-puestas a concurso público, Sevilla-Larache, Má-laga-Sevilla y Barcelona-Palma, solo acabaríaprosperando la primera.

Talleres Hereter había iniciado las pruebas paraoperar la ruta entre la Ciudad Condal y Palmade Mallorca. Las crónicas nos hablan de la inau-guración del servicio aéreo postal entre las dosciudades el 18 de marzo de 1920, cuando, a bordode un hidrocanoa Savioa S-9, el piloto italiano

De las primeras operaciones aeropostales, cargadas del arrojo y el romanticismoque nos describía Saint-Exupéry en sus relatos, a un presente en el que noconcebimos nuestro día a día sin la presencia del avión comercial, invitamos allector a acompañarnos en un breve recorrido para comprobar cómo ha cambiadonuestro transporte aéreo en sus primeros cien años de existencia, con unprotagonista indiscutible: el avión.

uUn DC-7 SuperConstellation de Iberiasobrevolando el Madird de los 50.



Guido Janello y el propio Jorge Loring, por en-tonces director técnico de Talleres Hereter y nom-bre estrechamente ligado a la floreciente aviaciónespañola, realizaron el trayecto entre Barcelona yPalma en poco más de una hora, transportandoprensa y correspondencia oficial. A pesar de esteprometedor intento, el proyecto no siguió ade-lante.

Hubo que esperar dos años para que, en octubrede 1921, la Compañía Española de Tráfico Aéreo(CETA) iniciara las primeras operaciones entreSevilla y Larache. Loring también fue el respon-sable de esta iniciativa, en la que se emplearoncon éxito biplanos De Havilland DH-9, en su ori-gen aparatos de ataque al suelo de la Gran Guerraque, como la mayor parte de la flota civil de laépoca, fueron reconvertidos para su uso comercial.En julio de 1923, la Compañía Aeromarítima Ma-llorquina S.A. (CAMSA) operaba, esta vez deforma exitosa, la ansiada ruta Barcelona-Mallorca,y dos años después apareció una tercera compa-ñía, la Unión Aérea Española (UAE), que operabael enlace entre Sevilla y Madrid. Sus característicosmonoplanos Junkers F-13 y G-24, de ala baja ytotalmente metálicos, constituyeron un gran saltotecnológico en aquellos tiempos de madera y tela.

La década anterior al inicio de la Guerra Civilfue un periodo prolífico para el transporte aéreoen nuestro país: la compañía aérea Iberia se pusoen marcha el 14 de diciembre de 1927 con el em-blemático enlace Madrid-Barcelona, en un primertrayecto cargado de significado para la historiaaeronáutica española cuya partida, desde el aeró-dromo de Carabanchel Alto (actual aeródromo

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uUn Breguet fabricadopor ConstruccionesAeronáuticas S.A.

uTripulantesde cabina depasajeros de Iberia.

uPasajeros junto a un DC-4de Iberia.


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de Cuatro Vientos), fue presenciada por el ReyAlfonso XIII.

Iberia y UAE se fusionaron en CLASSA, que co-menzó a operar en 1929.

1927: Iberia inaugura la emblemática ruta Madrid-Barcelona

Ya con el aeropuerto de Madrid-Barajas en pro-yecto –iniciaría su actividad comercial en 1933– labase aérea de Getafeera también utilizadapara comunicar la ca-pital con, poco a poco,cada vez un mayornúmero de destinos.Las primeras décadasde nuestra aviación ci-vil tuvieron en el Ejér-cito del Aire un apoyofundamental para sudesarrollo. Aeropuertos como los de Albacete, Gra-nada, León, Logroño o los ya mencionados aeró-dromos de Cuatro Vientos y de Getafe, entre otros,fueron en su origen instalaciones militares que, alo largo de los años veinte y treinta, comenzaron aalbergar operaciones comerciales y a dibujar elmapa aeroportuario de uso civil en España.

Las Islas Canarias se acercaron al territorio con-tinental en mayo de 1930, cuando se realizaronlos primeros enlaces con Madrid, por entonces

con un trayecto que se prolongaba dos días yvarias escalas, cubierto por el trimotor Ford 4 AT,otra silueta icónica de la primera etapa de la avia-ción comercial que se recortó en nuestros cielos.

En 1931 CLASSA se convirtió en LAPE (LíneasAéreas Postales Españolas), que continuaban am-pliando las conexiones entre las grandes ciudades.En el año 1935 la compañía incorporó a su flotados aparatos Douglas DC-2, elegante y modernobimotor “padre” del extraordinario DC-3, unode los aviones más importantes para la historiaaeronáutica mundial, y al que tuvimos que esperar

nueve años más hastaque, en 1944, Iberiaadquirió las tres pri-meras unidades.

El estallido de la Gue-rra Civil interrumpiótrágicamente una ac-tividad que en 1930ya transportaba seismil pasajeros y antes

de la guerra superaba los veinte mil pasajerosanuales.

Los años 30 vieron morir el intento de estableceruna compañía de dirigibles nacional, Colón Com-pañía Transaérea Española. La historia fue cruelcon estos majestuosos gigantes –ligados a la inge-niería española a través de dos grandes nombres:Leonardo Torres Quevedo y Emilio Herrera Li-nares–, cuyo uso comercial no pudo sobrevivir ala catástrofe del Hindenburg en 1937.

Tras la Guerra Civil el país trataba de recuperarsu pulso, Iberia recobró su actividad como tal yen mayo de 1939 realizaba su primer vuelo inter-nacional: el trayecto Madrid-Lisboa, con el tri-motor Junkers Ju-52, de singular belleza y enormeimportancia en la historia aeronáutica española.

En 1940 se alcanzaron los ochenta mil pasajerosen nuestros aeropuertos, nueve de ellos tenían yaentonces una actividad comercial relevante, y elcrecimiento seguía siendo exponencial: solo diezaños después fueron ya 25 los aeropuertos, quemovieron, en total, 720 mil pasajeros, y dos añosmás tarde se superaba el millón de desplazamien-tos por primera vez.

Mientras tanto, se siguieron sucediendo hitos, aveces con alcance internacional: el 22 de septiem-

Cien años de transporte aéreo en España

El 1 de septiembre de 1919 pasó a formar parte de nuestrahistoria con la primera operación

aérea comercial efectuada en España

uPasajeros y tripulaciónjunto a un Fokker F.VII de CLASA.



bre de 1946 Iberia volvía a unir Europa y Lati-noamérica tras la Segunda Guerra Mundial, to-mando el relevo de aquellos fabulosos hidrocanoas«Clipper» norteamericanos que cruzaban el At-lántico en los años 30.

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial yacerca, el 1 de noviembre de 1944, se celebró laConferencia de Chicago, con la participación deEspaña, que dio origen a la Organización Inter-nacional de Aviación Civil, la OACI. Se firmó elConvenio Internacional de Aviación Civil y se de-

finieron las libertades aéreas, consensuándose lacooperación internacional para hacer que el trans-porte aéreo tuviese, a partir de entonces, unos es-tándares homogéneos en el plano internacional.

La Pinta, la Niña y la Santa María,tres aeronaves hacia Nueva York

Los 50 son años de crecimiento para nuestro trans-porte aéreo, Iberia modernizaba flota y expandíasus destinos. El DC-4, caballo de batalla de lacompañía en sus vuelos de largo alcance hastaentonces, era reemplazado por aeronaves más mo-dernas. Iberia adquirió tres unidades del tambiénnorteamericano Lockheed Super Constellation,un cuatrimotor presurizado de gráciles líneas yextraordinarias prestaciones. Bautizados con losnombres Pinta, Niña y Santa María, Iberia inauguróla ruta Madrid-Nueva York el día 3 de agosto de1954, la misma fecha, 462 años atrás, en que Cris-tóbal Colón zarpaba desde el puerto de Palos dela Frontera para descubrir el nuevo mundo.

Por entonces ya había entrado en el panoramaaéreo español la compañía Aviaco (Aviación y Co-mercio), que se creaba en 1948 para operar, prin-cipalmente, servicios de pasaje no regulares y decarga aérea, transportando en su primer año de

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uFokker F.VIIb/3m de LAPE.

uBarajas en 1931.


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operación 18 mil pasajeros. En sus primeros años,aeronaves como el carguero británico Bristol 170o el elegante cuatrimotor francés Languedoc lu-cieron la librea de la compañía en sus rutas, ma-yoritariamente domésticas. En 1959 la compañíapasó a ser filial de Iberia; por entonces su volumenhabía crecido hasta alcanzar 200.000 pasajeros y1.500 toneladas de carga al año.

Los años 60 fueron revolucionarios para nuestrotransporte aéreo, tanto en máquinas e infraestruc-tura, como en modelos de negocio y en el ámbitoregulador.

Aparecieron los primeros reactores, los DouglasDC-8, que se ganaron el apelativo de «rey de laslargas distancias», y los elegantes birreactores deconstrucción francesa Caravelle. Como anécdota,Aviaco, en operación conjunta con Sabena, fue laprimera compañía española en operar reactores,meses antes de que Iberia incorporase a su flotalos tres primeros DC-8, bautizados Velázquez, ElGreco y Goya.

El auge del chárter como modelo de negocio sedisparó en esta década, España se abría al turismode forma masiva y el modo aéreo era el gran ali-mentador de este sector. Se creó la compañía Span-tax, que explotaba la operación no regular em-

pleando, entre otros modelos, el Convair Coro-nado.

Las infraestructuras aeroportuarias se adecuarona las nuevas aeronaves y al crecimiento del tráfico,la década había empezado con tres millones depasajeros en 1960 y concluía, en 1969, con 17,5millones.

Finalmente, la regulación aeronáutica se robuste-ció con la promulgación de la Ley de NavegaciónAérea de 1960, que establecía un marco norma-tivo homogéneo e integrador en el ámbito de laaviación civil en España.

La década de los 70 consolidó el transporte aéreoen España como un sector estratégico, y, a pesarde la crisis energética del 73, el volumen de pasa-jeros que pasaron por los aeropuertos españolesaumentó de los 21,5 millones en 1970 a los casi50 millones en 1979.

1970 vio la llegada del Boeing 747 «Jumbo» que,como los grandes aviones de la historia, cambióel transporte aéreo en todo el mundo. Aterrizópor primera vez en España con librea de Iberia yel nombre de Cervantes el 22 de octubre de eseaño. Junto a él, los trirreactores Boeing 727 yDouglas DC-10 dominaron la media y larga dis-


uConstrucción de la nueva terminalnacional (hoy T-2) delaeropuerto de Barajasen 1954.



tancia. El Concorde, aquel prodigio de la inge-niería capaz de doblar la velocidad del sonido, es-tuvo presente en España por primera vez en elaeropuerto de Gran Canaria en un singular ex-perimento de observación astronómica en 1973,y en Barajas, en 1977.

Los años 80 arrancaron con dificultad: la todavíapresente crisis del 79 y el desplome del segmentono regular hicieron que el crecimiento de tráfico seresintiera en el primer lustro. La segunda mitad dela década, sin embargo, trajo mejores noticias parael transporte aéreo español y europeo: la incorpo-ración de España al Mercado Común Europeo ylos primeros paquetes de medidas liberalizadorasdel transporte aéreo en la Unión Europea permi-tieron cerrar el año con más de 70 millones de pa-sajeros en nuestros aeropuertos. Aparecieron nuevascompañías en escena, como Air Europa, Binter, o

Spanair, entre otras. La década nos dejaba tambiénla muy relevante presencia del consorcio europeoAirbus, con los primeros A-300 en entrar en serviciopara Iberia en 1981, dotando a las rutas de corto ymedio alcance de un modelo de fuselaje ancho ygran capacidad.

Vuelos al alcance de todos en una Europa sin fronteras

Los años noventa culminaron el proceso de libera-lización del sector en la Unión Europea, y con él, lairrupción del bajo coste en todo el mercado conti-nental. La aviación comercial se puso, de formaefectiva, al alcance de todos, y las cifras continuaroncreciendo imparables, se abrieron mercados hastaentonces accesibles a través de enlaces europeos,con las rutas a Japón vía India, primero, y siguiendola ruta transiberiana después. El año 1999 cerraba

la década y el siglo con más de 126 millones de pa-sajeros. La puesta en marcha de AENA (AeropuertosEspañoles y Navegación Aérea) en 1991, para lagestión de los aeropuertos y los servicios de navega-ción aérea, tomó el relevo al Organismo AutónomoAeropuertos Nacionales (OAAN) que, hasta enton-ces, había desempeñado las funciones operativas yde gestión de los aeropuertos españoles.

Madrid y Barcelona, dos aeropuertos entre los grandes de Europa

Alcanzada ya la «edad contemporánea» de nuestraaviación comercial, el principio del nuevo siglo nosva aproximando, poco a poco, a la fotografía actual.Nuestros aeropuertos de Madrid y Barcelona am-pliaban sus capacidades, y se inauguraban sus ac-

tuales configuraciones de cuatro y tres pistas, res-pectivamente. Ambos se consolidaban en el top 10de aeropuertos europeos por volumen de tráfico,posiciones de privilegio que ya no abandonarán enlos últimos años. El año 2007 cerró con la impre-sionante cifra, superada con creces en la actualidad,de 208 millones de pasajeros en los aeropuertos dela red. Sin embargo, la crisis económica interna-cional afectó al sector aéreo, que tardaría unos añosen recuperar ese volumen de actividad. Por otraparte, la industria se moderniza en capacidad y efi-ciencia, aparece el gigante Airbus A-380, y las flotase infraestructuras se optimizan para mejorar lasprestaciones y los servicios al pasajero.

El año 2008 es de gran importancia para la auto-ridad aeronáutica civil española: se crea la AgenciaEstatal de Seguridad Aérea que, junto a la Direc-ción General de Aviación Civil, conformará a par-tir de entonces un modelo de funcionamiento dual

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uPuente Aéreo Madrid-Barcelona


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en el que la primera se constituye en la herra-mienta de inspección, supervisión y control, y lasegunda desarrolla la estrategia y la política denuestro sector aéreo.

Llegamos a un presente, cien años después de aquelprimer servicio postal, con más de 263 millones depasajeros en nuestros aeropuertos –que hoy, muchomás allá de ser un lugar de paso, son modernoscentros de comunicación y servicio– y con aerona-ves que son verdaderas demostraciones de tecno-logía y técnica aeronáutica, como los extraordina-rios Boeing 787 Dreamliner y Airbus A-350.

Un futuro que ya está aquí

Encaramos un futuro en el que afrontaremos retosque ya se anticipan, como el necesario aumentode capacidad, en infraestructura y gestión de lanavegación aérea, para poder absorber el creci-miento sostenido del sector, los aspectos relacio-nados con la seguridad física y la ciberseguridad,cada vez más sensibles en el panorama sociopolí-tico actual, la necesidad y el compromiso de todoel sector por aumentar la sostenibilidad medioam-

biental del transporte aéreo, y la irrupción de tec-nologías, algunas ya muy cercanas, como el usocomercial de drones o el empleo de combustiblesalternativos y motorizaciones avanzadas, y otrasque se dibujan en el futuro, como los vuelos su-persónicos con trayectoria balística.

Las soluciones y medidas que se adoptarán pararesponder a estos desafíos, definirán los nuevosestándares en los próximos años en un sector, eldel transporte aéreo, que refleja como ningún otrolos logros realizados y las aspiraciones humanasde alcanzar nuevos destinos.

Desde el Ministerio de Fomento y, en particular,desde la Dirección General de Aviación Civil he-mos pretendido rendir tributo a estos primeroscien años en los que esta Administración ha estadopresente, con distintas estructuras y organizacio-nes, para impulsar nuestra aviación civil hacia lasmayores cotas posibles.

Los próximos cien años de historia de nuestrotransporte aéreo serán, sin duda, fascinantes.


David González Martínez / Fotos: DGAC

uLockheed SuperConstellation de Iberia,bautizado como «Santa María».

uMcDonnell DouglasMD de Centenial.


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