CARAMANCHOS - Nº 10 (2009)

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Revista cultural del Grupo de Promoción del Folklore Extremeño CARAMANCHO de Don Benito (Badajoz)

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SUMARIO

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01.- PRESENTACIÓN. Cita Anual. Autor: Caramancho. Desde el Ayuntamiento. Autor: Manuel Núñez. Desde la Federación. Autor: Goyi Delgado.

02.- DEDICATORIA. A D. Eduardo Gómez-Valadés Parejo, por dedicación y cariño.

03.- LA VIDA DE CARAMANCHO.

MEMORIA DE ACTIVIDADES. Autor: Caramancho. ARTÍCULOS DE PRENSA. Autor: Pedro García. PARTITURAS Y CANCIONES. Autor: Raquel Valadés. QUE HABLEN LOS NIÑOS. Autores: Niños del Grupo Infantil. MUCHO POR DECIR. Autor: María José Sosa Parejo. SEMBLANZA A LA MADRE. Autor: Tomás Chiscano Andújar. NUESTRAS VIVENCIAS EN EL GRUPO. Autor: Jacobi Vivas Castaño. 04.- ACERCA DE DON BENITO

CURIOSIDADES DE LA HISTORIA DE DON BENITO. Equipo de Investigación. 05.- INVESTIGACIÓN DE FOLKLORE.

INDUMENTARIA TRADICIONAL. Autor: Libro Ruth Matilda Anderson. BOMBAS, REQUIEBROS Y JOTAS. Autores: Fco. Javier Nieto y Lorenzo Medel.

06.- OFICIOS ANTIGUOS y JUEGOS TRADICIONALES.

LAS BARCAS DEL GUADIANA (I). Autor: Agustín Aparicio. JUEGOS TRADICIONALES (IV). El repeón. Autor: José Isidoro Ruiz. JUEGOS DEL ESTE DE EXTREMADURA. Autor: Jesús M. Fernández. 07.- GASTRONOMÍA TRADICIONAL.

LIBRO DE COCINA. Autor: Eduardo Gómez. LA MERENDILLA. Autor: Guillermo Paniagua. AQUELLAS VIEJAS TIENDAS. Autor: Inés Gibaja. 08.- RETAZOS DE EXTREMADURA

RECUPERACIÓN ERMITA PEÑALSORDO. Autor: Alejandro García Galán. RECUPERANDO LA CULTURA POPULAR. Autor: José Antonio Gutiérrez Ortíz. FIESTAS INTERÉS TURÍSTICO. EL CARNAVAL(I) Autor: Raquel Valadés. LA BATALLA DE MEDELLÍN. Autor: Diego Soto.

09.- ARTICULOS VARIOS

EL BELÉN DE LA ERMITA. Autor: Emilio Díaz Herrera. UN ARTÍCULO ASÍ DE CHIQUININO. Autor: Tomás Chiscano Andújar. EL ARTE DE LA PALABRA. Autor: Jesús Lemus. EL REGUSTO DE VOLVER. Autor: Lorenzo Medel. DESDE GRANJA... POEMAS. Autor: Santiago Castelo. LÁGRIMAS QUE DAN VIDA. Autor: Francisco Sánchez de Quirós. CRUCE DE DESTINOS. Autor: Nicolás Pérez García. MI MÁS SINCERO AGRADECIMIENTO. Autor: José A. Gutiérrez Ortiz. A DOS ACEITUNAS. Autor: Rosario Pinto García-Mora. EL ENSET (Falsa Banana). Autor: Hno. Fernando Acedo. VIDA DEL HNO. FERNANDO ACEDO. 2ª Parte. Autor: Alberto Acedo. / P. Juan González. GRACIAS A TODOS. Carta de agradecimiento desde Etiopía. Autor: Víctor Acedo / Alberto Acedo

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PRESENTACIÓN

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nLa cita anual

Pasa un nuevo año y su paso nos trae una nueva edición de la Revista “Ca-ramanchos”.

Disfrutar de esta revista es fácil, solo les invitamos a abrirla y recorrer

todas sus páginas y participar con nosotros de actuacio-nes, viajes y actividades realizadas en este año 2009.

El año no ha sido malo para el grupo, ya que hemos tenido muchas y buenas actuaciones todos lo que for-mamos esta gran familia. Infantiles, juveniles y titulares siempre acompañados de nuestra rondalla hemos con-tribuido a mantener el nombre de “caramancho” y de Don Benito donde siempre debe estar.

Les animamos a leer los diferentes artículos (gas-

tronómicos, de investigación, de tradiciones, juegos, música, etc) que año tras año nos hacen llegar nuestros articulistas a los que siempre mostraremos nuestro más sincero agradecimiento igual que a todas las empresas que desinteresadamente aportan su dinero para que la revista “Caramanchos” no falte a su cita anual.

En estos tiempos que corren, que no están siendo nada fáciles, es muy importante agradecer el interés de-mostrado por todos ellos.

Solamente les pedimos que la lean y que sepan dis-frutarla.

Grupo de Promoción del Folklore Extremeño “Caramancho”.

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PRESENTACIÓN

desde la concejalía de Cultura

desde la Federación Extremeña

De todas las acepciones del vocablo FOLKLORE, la que más me satisface es aquella que ahonda en el sentido antropológico de la palabra y que nos indica que es la reconstrucción de saberes tradicionales del pueblo, en este caso de nuestro pueblo “Don Benito”.

Viene a cuento comenzar así, pues es notoria la relación entre Cara-mancho y Don Benito. Desde su creación en Octubre de 1977 hasta hoy, diciembre de 2009 han transcurrido más de 32 años de relación entre el amor y la simbiosis.

De todos es conocido el amor de Caramancho por Don Benito y en particular por nuestra Patrona la Virgen de las Cruces y también el amor que los dombenitenses tienen por Caramancho.

Al poco de actuar como Concejal de Cultura, en uno de los primeros actos que organicé y en los que intervino Caramancho, en una plaza de España abarrotada de público, Joaquín Rodríguez me hizo una pregunta retórica:

“ Manolo ¿Qué será lo que tiene Caramancho que atrae tanto a la gen-te?”

Era una pregunta retórica, puesto que él conocía perfectamente la res-puesta. Sin embargo a mí me hizo reflexionar y me acordé de principios de los años 80 en que el grupo intervino, creo recordar que en dos ocasiones, en el programa de televisión “Gente Joven” y, como en las mañanas de dos domingos, todo un pueblo estaba pendiente de la actuación de Caraman-cho. Pero también he indicado que es una simbiosis, Don Benito le debe al grupo el haber llevado su nombre por países de toda Europa: Francia, Ale-

mania, Bélgica, Holanda, Portugal, Dinamarca, Italia, Turquía, Grecia, etc. Así como por todos los rincones de España. Y Don Benito ha correspondi-do apoyando al grupo siempre durante estos treinta y cuatro años.

Pero pese a todo lo expuesto, lo que más me atrae de Caramancho es la relación de amistad que existe entre sus miembros, como se ayudan, como se apoyan, como superan juntos las dificultades individuales y como jun-tos han superado los avatares que en algunas ocasiones han sufrido como grupo.

Hoy el grupo Caramancho pasa por un momento dulce, en una madu-rez que lo convierte en un referente del Folklore que traspasa las barreras regionales. La incorporación de jóvenes a la escuela y los grupos infantil y juvenil, garantizan el futuro, y el constante aliento de los dombenitenses hace preveer un devenir sin zozobras.

Desde aquí un deseo: Que durante muchos años sigamos disfrutando del grupo de promoción del folklore extremeño Caramancho.

Me siento honrada y complacida por haber sido invitada a participar en esta revista tan conso-lidada, llevada con esmero y tesón por las/os compañeras/os del grupo Caramancho.

En primer lugar, porque creo que soy testigo de ello, pues con esta revista intentan quedar recogido por escrito todo lo que merece la pena, de su grupo, de su localidad y en general de nuestra Comunidad Extremeña. Y en segundo lugar, porque de esta manera, puedo manifestarles y hacerles llegar el agradecimiento y el reconocimiento espe-cial y personal, por su labor manifestada tanto con esta revista, como por su trabajo de investigación y difusión de todo lo relacionado con el folklore.

Los componentes del grupo Caramancho, con sus buenos quehaceres, hacen sentir viva la historia de su pueblo y de sus gentes, y eso siempre es de agradecer; hace ya algún tiempo recogí la expresión de que “el pueblo que no sabe reconocer ni mantener su pasado, es un pueblo muerto”; Don Benito y sus Gentes es un pueblo con suerte, pues se puede sentir identifica-do y vivo, gracias a esta labor de recuperación y de entrega, que realiza esta Asociación, con y para su cultura popular; son personas que se merecen todos los honores, pues su único objetivo, es el de salvaguardar y enriquecer el patrimonio cultural de su ciudad y de nuestra Comunidad, y eso en de-

finitiva es seguir haciendo historia viva, es marcar día a día, con mejores o peores momentos, pero marcando los valores de testimonio en activo. Na-die sabe mejor que ellos, todo lo que esto supone, quitarse de sus familias, de sus tiempos para reunirse y seguir en constante preparación y entrega, para intentar que la cadena que iniciaron hace ya más de 30 años algunas y algunos, continúe con eslabones firmes y resistentes ante esta sociedad que a veces, no parece preocuparle estos temas, el que se sientan reconocidas, todas la señas que nos identifican. Todas estas personas, continúan con su laboriosidad y espíritu de sacrificio, en la búsqueda de todo lo que signifi-que salvaguardar todo lo relacionado con Don Benito.

Gracias a todas y a todos los que pregonáis y alentáis con vuestros bue-nos haceres, que ésta, nuestra música y nuestros bailes, se sigan escuchando por encima de los cambios que la sociedad nos marca.

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Goyi DelgadoPresidenta Federación Extremeña de Folklore

Manuel Núñez Concejal de Cultura Ayto. de Don Benito

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Es nuestra revista “Ca-ramanchos” nº 10. Un año más ve la luz, en las fechas próximas a la Navidad, y que como siempre gracias al inte-

rés, dedicación y entusiasmo de todos los que con su aportación hacen posible su publicación. Gracias desde aquí para todos.

Pero hoy, queremos traer a sus pági-nas, dedicándole la misma, con mucho cariño y agradecimiento a una persona que de manera discreta, de forma anó-nima, pero eficaz, laboriosa y desinte-resada, siempre estuvo dispuesto a po-nerse a disposición de nuestro Grupo de Promoción del Folklore Extremeño. Como también en múltiples eventos populares, donde tantas veces no se re-conoce el esfuerzo ni el trabajo y nunca se retribuye.

Muchos años han pasado desde ese festival folklórico que un pequeño gru-po de amigos nos empeñamos en orga-nizar en 1977, junto a la Ermita de nues-tra Virgen de las Cruces, en el día de su festividad. Don Benito en esos momen-tos no disponía de un Grupo de folklo-re representativo y recurrimos a los de los pueblos de Castuera, La Coronada y Orellana, que con la ayuda de 25.000 ptas., del Ayuntamiento, pudimos llevar a efecto, con los que cubrimos, de ma-nera muy controlada, los gastos de au-tobuses, otros desplazamientos, comida en el Centro de San Sebastián, placas, equipos de sonido, etc. El estrado para bailar nos tocó a nosotros montarlo con tableros y soportes de las bodas que nos facilitaron en las Cruces.

Sin haberse iniciado la andadura de “Caramancho” (que surgió en este Festival) tú ya estabas apoyando con tu presencia, tus opiniones y tu trabajo para que el espectáculo folklórico fue-ra una realidad. Hoy afortunadamente, muchos de estos quehaceres los lleva a cabo el Ayuntamiento, como montajes, megafonía e iluminación.

También desde nuestros inicios, en ti depositamos nuestra confianza como tesorero de los escasos fondos que manejábamos, para hacernos de vestuario, mantones, faldas, instrumen-tos musicales, etc... De forma peculiar, a tu estilo, de la manera mas sencilla, en cada momento sabíamos del saldo que

disponíamos. En ti y en tu honradez de-positamos nuestra confianza.

Después de muchos años, nuevas corrientes, nuevos cargos en el Grupo, tus múltiples ocupaciones laborales, dieron ocasión a que otros te sustituye-ran, aunque tú sin perder un ápice de tu contacto con nosotros, siempre dis-puesto a colaborar en la medida de tu tiempo libre.

Fuiste el depositario de las cuatro grabaciones musicales que hemos rea-lizado en nuestra trayectoria desde sus inicios. Su distribución, control, venta y recaudación, lo has llevado con total rectitud, transparencia y hon-radez.

Reseñar tu entrega y colabo-ración en montajes, investigación, revista “Caramanchos”, Asociación Cultural, programas, viajes y largo etc...

Nuestro Grupo ha fomentado en su ya dilatada existencia, no solamente la investi-gación de nuestro fol klore, su promoción, difusión y manteni-miento. También ha hecho posible la realidad de que todos los que hemos pertenecido o pertenece-mos a él en cualquiera de sus face-tas (Direc-ción, rondalla, bailes, investi-gación, etc.), haya dejado una huella, de amistad y afecto con los recuerdos inolvida-bles de compañerismo y hermandad, entre los componentes actuales y los que nos abando-naron por cualquier causa.

Eduardo, desde aquí, y tú lo sabes, nuestro mas entraña-ble agradecimiento. Aquí estaremos siem-pre para corresponderte si en algo nos necesitas,

en la medida de nuestras posibilidades, conscientes de la gran deuda que hemos contraído contigo.

Un Abrazo,

DEDICATORIA4

dedi

cato

riaA D. Eduardo Gómez-Valadés Parejo por dedicación y cariño

Grupo de Promoción del Folklore Extremeño

“Caramancho”

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La vida deCARAMANCHO

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LA VIDA DE CARAMANCHO MEMORIA DE ACTIVIDADES6

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’09 Memoria de actividades ‘09

El Grupo “Caramancho” quiere hacerle partí-cipe de las actividades que ha venido desarro-llando a lo largo de todo este año, por ello, y a modo de resumen, pasamos a detallarle el programa de actividades desarrollado por el mismo:

El pasado 5 de diciembre de 2008 tuvo lugar la Presenta-ción de nuestra revista “Caramanchos”, siendo ya la número 9. Un año más nuestro ejemplar vio la luz y fue presentado en la Casa de la Cultura de Don Benito, donde viene siendo tradicional. Dicho número quisimos dedicárselo a D. José Antonio Gutiérrez y al Hermano Fernando Acedo, ambos grandes colaboradores en dicha publicación.

El día 20 de diciembre tuvo lugar la tradicional Cena de Grupo, con la que los componentes del mismo despiden el año de forma informal. Este año decidimos que la cena se celebrara en el Hotel “Vegas Altas” de nuestra localidad. Tras la cena, tuvimos baile hasta que el cuerpo aguantó.

El 28, con motivos de las Navidades y de que todos los años por estas fechas nos gusta visitar diversos centros de Don Benito, el Grupo visitó el Hospital de San Antonio y la Residencia Alonso de Mendoza. Hay que decir que esta actividad nos llena de mucha satisfacción ya que por un rato, nuestros mayores se olvidan de problemas y dolores para dis-frutar de una muestra de folklore.

Ya en 2009, concretamente el 31 de enero, arranca un año nuevo para el Grupo “Caramancho”, empezando con una ac-tuación un poco tempranera, en Navalmoral de la Mata, con motivo de la Coronación de la Reina del Carnaval 2009. A dicha actuación acudieron los Grupos Titular y Juvenil.

Anteriormente a dicha actuación, el Grupo Infantil de “Caramancho” actuó, el 24 de enero, en las Fiestas del Barrio de San Sebastián de Don Benito, donde el grupo fue invita-do junto al Grupo Juvenil. Ambos cuerpos de baile fueron acompañados por la Rondalla del Grupo Titular. En dicho acto fuimos obsequiados con unas golosinas y una degusta-ción de los tradicionales “pestiños”.

En torno al 7 de marzo se celebraba en Don Benito, concretamente en las instalaciones de FEVAL, la Asamblea Regional de Donantes de Sangre y el Grupo Infantil de “Ca-

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ramancho” estuvo allí para presentar una muestra de folklore a todos los allí presentes.

El día 14 de ese mismo mes, llega el momento de que la Federación Extremeña de Folklore realice su asamblea, celebrada este año en la loca-lidad de Coria, en la provincia de Cáceres. Allí estuvo una representación de la Junta Directiva del Grupo “Caramancho”. Para los que no entiendan mucho de folklore, hay que decir que estas asambleas son muy impor-tantes en la vida de los grupos, ya que sirven para informar de todas las actividades (festivales, jornadas de coordinación, etc.) que se van a desa-rrollar durante ese año.

Como dato importante de dicha Asamblea, cabe destacar la incorpo-ración de un compañero de nuestro grupo, concretamente Pedro García, a la Junta Directiva de la misma. Nuestro compañero fue elegido por vo-tación como Vocal de la Junta Directiva para los próximos dos años.

Siguiendo con Asambleas, el día 21 de marzo fue el turno de la nues-tra. Ese día celebramos la Asamblea Ordinaria y Extraordinaria. En ella, la Junta Directiva explicó todas las actividades en las que el grupo había participado y, por supuesto, el Estado de Cuentas (Gastos e Ingresos). En la Asamblea Extraordinaria se eligieron los nuevos cambios, variando muy poco con respecto a la anterior. Francisco Javier Nieto fue elegido Secretario del Grupo, mientras que Pedro García, que había ocupado ese puesto durante varios años, pasó a ser Vocal de la Junta Directiva de la Asociación.

El fin de semana del 28 y 29 de marzo, terminamos con las Asambleas y llega el momento de ponerse a trabajar con vistas a las actuaciones del verano. Por este motivo, la Federación Extremeña de Folklore organiza en el hotel “Cáceres Golf” las Jornadas de Unificación de Folklore, que cada año tienen lugar varias veces y cuya finalidad es aprender bailes nue-vos y corregir algunos de los que ya se saben.

Este año las Jornadas se celebraron en Cáceres y el Grupo “Ca-ramancho” coordinó la Jota de las Hilanderas o Jota de la Virgen de las Cruces. También coordinaron los Grupos de Cáceres y Zafra. Este año además contó con una novedad, que fue el apoyo del Folklore a la candi-datura de Cáceres Ciudad Europea de la Cultura 2016. Para ello, todos los

participantes se desplazaron hasta la Plaza Mayor de Cáceres para hacer una pequeña muestra de nuestro folklore.

El día 1 de mayo, como ya es habitual en nuestra asociación, se cele-bró el Día de la Madre, homenaje que anualmente nuestro grupo quiere hacer a esas personas que están siempre a nuestro lado y que nunca nos fallan. En dicho festival participaron todas las categorías del Grupo. Este año, la semblanza a la madre corrió a cargo de D. Tomás Chiscano.

El día 9 de ese mismo mes, tuvo lugar las Jornadas de Coordinación de Folklore para monitores de Grupos Infantiles y Juveniles de nuestra Región. Estas Jornadas estuvieron organizadas por la Federación Extre-meña de Folklore y dado que se celebraron en nuestra localidad, con-cretamente en las Escuelas de Artes Escénicas, el Grupo “Caramancho” colaboró en la celebración de las mismas. Las Jornadas tuvieron lugar en sesiones de mañana y tarde y durante ellas, se dieron cita alrededor de 90 personas que se llevaron muy buena impresión tanto de la organización como de las instalaciones donde el Grupo tiene su sede.

Las Jornadas se clausuraron con una visita al Museo Etnográfico de Don Benito y con la actuación del Grupo Infantil de “Caramancho”.

El día 17, y siguiendo con las actuaciones que el Grupo Infantil ha tenido a lo largo de este año, llegamos a las Fiestas del Barrio de San Isi-dro, donde el Grupo Infantil quiso dar su aportación a las actividades allí organizadas.

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Sin tiempo para descansar, el 23 vuelven a las instalaciones de FE-VAL, pero esta vez para participar como muestra de folklore en el stand del Ayuntamiento de Don Benito durante la celebración de TURINTE-RIOR.

El día 31 fueron invitados a participar en el Festival de Folklore “Ciu-dad de Cáceres”, que anualmente viene celebrándose en las Ferias de San Fernando de la ciudad. En esta ocasión acompañaron al Grupo Infantil varias parejas del grupo Juvenil ataviadas con el traje de Castuera, Monte-hermoso y Picaos, y por supuesto no podía faltar, la Rondalla del Grupo Titular. Los grupos participantes en el festival fueron: el Grupo Infantil de Sierra de Fuentes, el Grupo Infantil “Renacer” de Badajoz y el Grupo Infantil “Redoble” de Cáceres.

El 6 de junio, se celebró en Torrecillas de la Tiesa el Festival “Angela Capdevielle” que anualmente organiza la Federación Extremeña de Fo-lklore. Fue un festival al que fue invitado nuestro grupo Infantil y que re-presentó muy dignamente el folklore y los valores que nuestro grupo lleva tantos años predicando. Como anécdota decir que una vez que nuestro grupo bajó del escenario, el resto de actuaciones tuvieron que posponerse hasta la tarde ya que una gran tormenta deslució el acto.

Ese mismo día el grupo tuvo que regresar a nuestra localidad ya que el Grupo Titular tenía que cantar una Misa Extremeña en la Iglesia de Santa María con motivo de un enlace matrimonial.

El día 13 de junio el Grupo celebró la Clausura de las Escuelas de Folklore en el Ave María, para ello contó con la colaboración de la Con-cejalía de Educación. Con esta clausura se pretende, además de despedir la temporada, que todos los niños y niñas muestren las evoluciones que han tenido durante el curso.

El día 20 de junio, el Grupo Titular volvió a cantar una Misa Extre-meña y de nuevo volvió a ser en la Iglesia de Santa María y por motivos de un enlace nupcial.

El día 21 de ese mismo mes, nos desplazamos hasta la localidad de Zafra donde se celebró el Festival Infantil “Ciudad de Zafra” y de nuevo nuestros niños del Grupo Infantil acompañados de algunas parejas del Grupo Juvenil y de nuestra Rondalla, dieron una muestra del folklore más tradicional de Don Benito.

Dejamos un poco apartadas las actuaciones del Grupo Infantil y llega el turno del Grupo Titular, y del Grupo Juvenil que nos ha venido acom-pañando a lo largo de todo el verano. El día 26 de junio nos desplazamos a la localidad de Villar de Rena para participar en el Programa de Unidades Móviles de la Junta de Extremadura.

La actuación duró una hora y la gente que la presenció se llevó una buena impresión de nuestro grupo, tanto en música, bailes como vestua-rio. Regresamos de esta actuación con el tiempo justo de darnos una du-cha y emprender un largo viaje hacia Torrent, en la Comunidad Valencia-na, situado a escasos kilómetros de la Capital del Turia, Valencia. Los días 27 y 28, el Grupo participó en el Festival Bianual de la Ciudad de Torrent, junto al Grupo de Aires de Ronda de Carpio del Tajo, de la provincia de Toledo, y el Grupo Grupo L’ui dos de Llar Antonia, de Torrent.

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El domingo 28 tuvimos la oportunidad de visitar L´Oceanografic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, donde pasamos el día regresando a Don Benito a las 2 de la madrugada del día 29 de junio.

Muy cansados del viaje, y prácticamente sin tiempo para recupe-rarnos, pues la mayoría trabajábamos al día siguiente, el día 30 de junio tuvimos una nueva actuación en las Unidades Móviles de la Junta de Ex-tremadura, esta vez en Gargáligas.

El día 17 de julio nos desplazamos a Malpartida de Plasencia, loca-lidad que celebraba la Semana Cultural. Allí tuvimos la oportunidad de hacer una muestra de nuestro mejor folklore y que además nos llevaba, a través de los bailes y la música, a todos los rincones de Extremadura durante una hora de actuación, acompañados una vez más por el Grupo Juvenil. La actuación tuvo lugar en el Anfiteatro de dicha localidad re-gresando a Don Benito a las 3 de la madrugada, sin apenas tiempo de ir

a casa a ducharnos y descansar, para afrontar otra actuación, esta vez en Carpio del Tajo (Toledo).

A las 6 de la mañana del 18 de julio estábamos todos con nuestras maletas, de nuevo en la sede del Grupo, para salir de viaje. Esta vez to-caba cerca, en la provincia de Toledo, concretamente en Carpio del Tajo, una pequeña localidad muy próxima a la Capital. Allí participamos en el XV Festival “Santiago Apóstol” junto a los Grupos de Aires de Ronda, un Grupo de Castellón y el Grupo “Balalita” de Almodóvar del Cámpo (Ciudad Real). El día 19 visitamos la ciudad de Toledo y tuvimos la opor-tunidad de pasear entre las estrechas calles de la ciudad bajo el sol de la Mancha. Cuando finalizamos la visita regresamos a Don Benito, donde llegamos alrededor de las 10 de la noche.

El día 28 de ese mismo mes, tuvo lugar en Don Benito, y con moti-vo de las Fiestas del Barrio de Santiago, el Festival de Santiago, en el que participaron, además de los Grupos Infantil y Juvenil de “Caramancho”, el Grupo Juvenil “El Castellar” de Zafra y el Grupo Juvenil de Sierra de Fuentes.

El 7 de agosto llega a Don Benito un año más, el Festival Internacional de los Pueblos del Mundo, donde la Plaza de España de nuestra ciudad se llenó de colorido y danzas representativas de cada país participante. Este año acompañaron al Grupo “Caramancho” el grupo Ucraniano “Yunist Podillya”, y el grupo Argentino “Acuarelas Americanas”. El éxito del Fes-tival fue arrollador y prueba de ello fue la gran cantidad de público que asistió al evento y se quedó hasta el final.

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Al día siguiente, el día 8, y como también se ha consolidado como una tradición, tanto en nuestro grupo como en la ciudad, celebramos la XI Edición del Festival Nacional “Ciudad de Don Benito”. Este año con-tamos con la participación de grupos con un folklore muy diferente entre ellos. Por una parte, venidos desde Torrent, en Valencia, el Grupo L’ui dos de Llar Antonia, y por otra, desde la provincia de Toledo, de Carpio del Tajo, el Grupo Aires de Ronda.

Dichos grupos llegaron a nuestra ciudad ese mismo sábado por la mañana y una vez que los alojamos en las instalaciones del Centro Educa-tivo Municipal, nos dirigimos hacia el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Don Benito, donde el Excmo. Concejal de Cultura, D. Manuel Núñez, recibió a los grupos y les dio la bienvenida. Una vez terminados los actos oficiales, la organización quiso que los grupos conocieran las costumbres de Don Benito, y que mejor muestra de ello, que nuestro Museo Etno-gráfico. Finalizada la visita, los grupos tuvieron tiempo libre hasta la hora en la que el Tren Turístico de Don Benito nos recogió para ir a comer al restaurante. Después del Festival, volvimos al restaurante a cenar y pos-terior a la cena, se produjo otro de los eventos que cada año tiene mayor relevancia en nuestro festival, la convivencia con los grupos en un esta-blecimiento de Don Benito.

El domingo por la mañana despedimos a los grupos que empren-dieron el viaje de regreso a casa llevándose una grata imagen de nuestro grupo, del festival y, como no, de la acogida que tuvieron en nuestra lo-calidad.

Ese mismo domingo, apenas despedidos los grupos, tuvimos que cumplir con otro compromiso. Esta vez nos tocaba ir a Herreruela, una localidad situada en la provincia de Cáceres y muy cerca de la frontera portuguesa. En dicha localidad volvimos a actuar durante una hora, don-de, junto al grupo Juvenil, hicimos lo que mejor se nos da, cantar y bailar el folklore de nuestra tierra. Tras la actuación regresamos a Don Benito en

torno a las 4 de la madrugada.

El día 22, el Grupo Titular y Juvenil, participó en el Festival de Folklo-re en La Coronada, con motivo de las Ferias y Fiestas de San Bartolo.

El día 27, volvimos a tener actuación, pero esta vez en la localidad de Vivares, muy próxima a la nuestra, en las Unidades Móviles de la Junta de Extremadura.

El día 29 de agosto, volvimos a la localidad de Villar de Rena, pero esta vez como invitados, ya que el Grupo “La Espiga” organizaba su IV Festival Folklórico.

Ya en el mes de septiembre, comenzamos el mes actuando, junto al Grupo “Agla” de Montijo y la cantante de Coplas, Pilar Bollero, en el Fes-tival “Bonifacio Gil” organizado por la Federación Extremeña de Folklore con motivo de las Ferias y Fiestas de la Capital de nuestra Comunidad Autónoma, Mérida.

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El 19 del mismo mes a las 18:30h., el Grupo tuvo una Misa Extre-meña en la Iglesia de San Juan de Don Benito, con motivo de un enlace matrimonial.

El día 3 de Octubre, el Grupo volvió a la Iglesia de San Juan, para volver a cantar otra vez la Misa Extremeña en otro enlace matrimonial, esta vez a las 18:00h.

El día 11 de Octubre es un día grande para nuestra Asociación, ya que año tras año celebramos, que allá por el año 1978 se empezaran a dar los primeros pasos como Grupo de Promoción del Folklore Extre-meño. Como venimos haciendo desde hace unos años, en la Novena de por la Noche, “Caramancho” tiene el honor de cantarle a Nuestra Señora la Virgen de las Cruces la tradicional Misa Extremeña. Dicha Novena fue oficiada por el Señor Obispo de Trujillo (Perú), D. Javier Travieso.

Tras la Novena, y como se viene celebrando todos los años, salvo los que el tiempo nos lo ha impedido y que este año, afortunadamente, nos ha acompañado, se produce el tradicional Canto de la Salve. En dicho acto, la Virgen es sacada a hombros a la puerta de la Iglesia y todo el pue-blo de Don Benito le canta el Salve Regina. Caramancho es de las pocas asociaciones afortunadas, ya que puede permitirse el lujo de bailarle a la Virgen la Jota de las Hilanderas, Su Jota. Este día es muy especial para to-dos los que formamos esta asociación ya que además de celebrar un año más desde que el grupo empezó, podemos bailarle a Nuestra Patrona.

Otro de los actos que se esta convirtiendo en vital para todos los que formamos “Caramancho”, da igual la categoría en la que se esté, es la Convivencia Anual que celebramos en la Finca Doña Blanca el día 17 de Octubre. Durante este día, todas las categorías que componen “Caraman-cho” se reúnen para celebrar un día de fiesta, con juegos, comida, bebida y música, mucha música. Este es el día en el que olvidamos los esfuerzos y las horas de ensayo y aprovechamos para darnos un respiro, que de vez en cuando, falta nos hace.

Sin tiempo casi para reponernos, el día 7 de Noviembre, el Grupo Infantil se desplazó a la localidad de Sierra de Fuentes, donde actuó jun-to al Grupo Infantil “Redoble” de Cáceres y el Grupo Anfitrión. Como siempre, nuestros pequeños dejaron el pabellón bien alto.

Y para ir cerrando el calendario de actividades de este año, el 21 y 22 de noviembre se celebraron en Cáceres, concretamente en el Hotel Cá-ceres Golf, las Jornadas de Unificación de Folklore. En esta edición se coordinaron: los Pinitos por el Grupo “Jateros”, “En mi pueblo” de Torre-joncillo, “la Jota de Castuera” coordinada por Barbuquejo de Cabeza del Buey en colaboración con “Los Arrieros” de Castuera; “Jota del Carretín” coordinada por los Grupos “El Pandero” y “El Harriero” y finalmente, dadas las fechas que se aproximan, se coordinó el “Villancico Verato” del Grupo “Salmorena Losareña”.

Finalmente, los días 27 y 28 de Noviembre, miembros de nuestra asociación participaron de forma activa en el III Seminario de Folklore realizado por la Federación Extremeña de Folklore en Olivenza, en el cual se trataron diferentes temas de investigación y actualidad folklórica en nuestra región, presenciando un inolvidable concierto-taller del recono-cido folklorista Eliseo Parra.

Grupo de Promoción del Folklore Extremeño

“Caramancho”

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LA VIDA DE CARAMANCHO ARTICULOS DE PRENSA12

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DiarioHoy. 04/12/08

DiarioHoy. 27/12/08

DiarioHoy. 01/05/09

DiarioHoy. 06/08/09

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LA VIDA DE CARAMANCHO. ARTICULOS DE PRENSA 13

Extremadura Al Día. 08/05/09

PeriodicoExtremadura. 06/08/09

EcoDiario. 27/08/09

DiarioHoy. 23/09/09

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LA VIDA DE CARAMANCHO ARTICULOS DE PRENSA14

La Opinión de Torrent. 29/06/09

La Opinión de Torrent. 25/05/09

Ciutat de Torrent. 02/07/09

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LA VIDA DE CARAMANCHO ARTICULOS DE PRENSA 15

NouTorrenti.com 28/09/09

Globedia. 08/05/09 Coros y Danzas La Jara.com 05/04/09

NoticiasTerra. 05/06/09

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LA VIDA DE CARAMANCHO PARTITURAS Y CANCIONES16

Gracias a la buena calidad de su luz, la utilización del candil estaba muy ex-tendida en la época de nuestros padres, abuelos y tatarabuelos. El candil de aceite estaba muy generalizado en todas las ca-sas, se colgaba en las repisas de las chime-neas, en las candileras… Se vendían en los mercados de los pueblos y las ferias, tanta importancia tenía que se incluía en el ajuar de las novias y también gracias a las poesías, canciones y dichos de la épo-ca vemos su utilidad.

El candil lo usaban las mujeres en casa, y los hombres para ir por la calle. Tam-bién bailaban a la luz de un candil, de ahí el nombre de la jota “el candil”. Melodía popular nacida en Olivenza que le debe su nombre al candil que iluminaba las es-tancias donde se reunían para bailar. La Jota del Candil es uno de los bailes más conocidos de Extremadura, tanto que todos los grupos folclóricos de Extre-madura lo tienen en su repertorio y, su música ha traspasado fronteras.

Que se apague (bis)Que se apague (bis) que se encienda (bis) que tus ojos me iluminen que me pierden (bis)

Si se apaga con el vuelo de la falda mi candil ya no podré ver tu gracia porque estás lejos de mí.

Cuidad, de que no se apague, no,la mecha de este candil, sí, sí.Que no le falte el aceite, no,para que pueda lucir, sí, sí.

Que su luz incierta ilumine,la danza que cantamos y bailamos.Si se apaga nos asustamosy no acabamos nuestra danza con candil.

*Aunque en muchas ocasiones se interpreta sólo con las 2 últimas estrofas o de forma instrumental.

El Candil (Olivenza)P

artit

uras

y C

anci

ones

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LA VIDA DE CARAMANCHO PARTITURAS Y CANCIONES

Jota Piornalega (Piornal)

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Dejando nuestra provincia y subiendo a lo más alto de Cáceres encontramos la localidad de Piornal, municipio de gran riqueza folklórica si nos referimos a sus fiestas, a sus costumbres y a lo que nos atenta ahora, sus melodías, una de las más populares y representativas de ésta localidad es una canción de ronda que debe su nombre a su origen, es la Jota Piornalega

Instrumental

Viva que la manda DiosViva la alegría, vivaViva que la manda DiosQue en el medio de la plazaEl romero floreció (bis)Viva la alegria, viva.

Instrumental

Con el álamo “florío”Que bonito está el pilarCon el álamo “florío”Al otro “lao” la cruzY en el medio Jesucristo (bis)Que bonito está el pilar

Instrumental

Del pilar a la “pilita”Mira cómo corre el aguaDel pilar a la “pilita”Mira cómo “colorea”Esa tu cara bonita (bis)Mira cómo corre el agua.

Instrumental

Y viva los piornalegosViva mi pueblo PiornalY viva los piornalegos San Roque, San Sebastián,Viva tus ojos morenos (bis)Viva mi pueblo Piornal.

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LA VIDA DE CARAMANCHO PARTITURAS Y CANCIONES

Si quieres que troquemos (Don Benito)

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Es una de las canciones más populares de Don Benito, si bien, no muy escuchada dentro del repertorio de nuestro grupo, sí lo es en reuniones de amigos, familiares… de alguna generación anterior a

la mía, pues, ésta es una de esas canciones cuya melodía es a base de percusión con los útiles que se tengan a mano y con ellas mis-mas, y, su letra, es a base de “chascarrillos” del pueblo.

Si Quieres que troquemos, de coletillo,Tú te pones el blanco, yo el amarillo

(Estribillo)Y ale le le le, y ale le lillotú te pones el blanco, yo el amarillo

Si quieres que te toque la lotería, cásate con el lotero, si quiera una día

Estribillo

Una sartén sin rabo, me dio mi suegra,cada vez que reñimos, la sartén suena

Estribillo

La callecita alante, la ronda un chulo,que no mide dos cuartas del suelo al culo

Estribillo

Por la calle adelante, va quien yo quiero,no se le ve la cara, con el sombrero

Estribillo

Dime como te llamas, me llamo Rita, tiene nombre de oveja, la pobrecita

Y aquí de noche, y aquí de díay hasta que llegue, la luz del díaY ale le le le, y ale le lillotú te pones el blanco, yo el amarillo

Raquel Valadés Gil

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LA VIDA DE CARAMANCHO QUE HABLEN LOS NIÑOS 19

Que

hab

len

los

niño

s

Presente pequeño, gigante futuro

Queremos en este artículo reflejar lo que piensan y lo que sienten las ge-neraciones que vienen empujando al grupo, que son al fin y al cabo, el alma de esta fiesta. Veamos este año con qué nos sorprenden:

Soy Antonio Jesús, empecé a bailar en la escuela de “Ca-ramancho” con Mª Ángeles donde hice nuevos amigos y aprendí mis primeros bailes.

Ahora nos han pasado al grupo infantil con Conchi, donde ademas de bailar salgo a los pueblos a actuar.

Antonio Jesús Rodríguez Parejo (8 años de edad) Hola soy Sandra. Comencé a bailar en la escuela de danza, aprendí muchos bailes y ahora estoy en el grupo infantil Caramancho. Lo que más me gusta son las actuaciones aunque me pongo muy nerviosa. Espero seguir disfrutando con el baile durante mu-cho tiempo.

Un beso y gracias a todos.

Sandra Muñoz García (9 años de edad)

A mí me gusta bailar. Cuando entré en el grupo infantil, conocí a mucha gente. Antes estuve con Mª Ángeles en las escuelas de bailes. Al principio me daba un poco de vergüenza pero ahora tengo muchos amigos y conocemos muchos pueblos. Con los Caramanchos me lo paso muy bien.

Agustín Acedo Peco (8 años de edad) Hola, me llamo María Cantero García, llevo casi cuatro años aprendiendo a bailar. Empecé con Mª Án-geles y ahora estoy en el grupo infantil de Caramancho con mi profesora Conchi y con muchos compañeros nuevos. Estoy aprendiendo muchos bailes y me gusta mucho estar aquí.

María Cantero García (8 años de edad) Este año en Caramanchos, ha sido muy especial. He conocido a mis profesoras Conchi y Genari, ellas me han enseñado nuevos bailes. Tengo nuevas compañeras y me lo he pasado muy bien. Espero seguir así, aprendiendo y disfrutando. Gracias por haberme entrado en el grupo, me habéis hecho muy feliz.

Irene Fernández Ayuso (10 años de edad)Niños del Grupo Infantil

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LA VIDA DE CARAMANCHO MUCHO POR DECIR20

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ecir Una Caramancha

¡Hola! Queridos amigos:

Me llamo María José, y me dirijo a vosotros porque me han pedido, que como antigua componente del grupo “Cara-mancho”, os cuente un poco cuales han sido las experiencias de mi paso por este grupo.

Todo empezó hace aproximadamente treinta y dos años. Estábamos en la fiesta de la Velá, en las Cruces, y actuaron varios grupo folklóricos, entre ellos el grupo de la Coronada, y entonces le comente a mis amigas, que era una lástima que con lo grande que era la ciudad de Don Benito, no tuviéra-mos un grupo de folklore propio. A raíz de ese comentario me dijo un conocido que al día siguiente se iban a reunir un grupo de amigos en la calle del Pilar, en concreto en el “Cen-tro de San Sebastián”.

Al día siguiente, con “más vergüenza que siete”, me pre-sente en el centro con una amiga, y pese a que no conocía a nadie de los que estaban allí, me recibieron con los brazos abiertos. Aunque por aquel entonces yo era la más pequeña de edad de todos, nos hicimos buenos amigos.

Poco a poco empezamos a ir a los pueblos de los alrede-dores, a que nos enseñaran distintos pasos de jotas conoci-das, y con la ayuda de las personas mayores de esos pueblos, y con los conocimientos que tenían Joaquín y Pedro, fuimos confeccionando un repertorio de jotas, que comenzamos a bailar por los distintos pueblos. Si bien, nuestra primera ac-tuación fue en Don Benito, el 28 de Diciembre en el hogar del pensionista situado en frente del parque grande.

Mi abuela me decía que solo necesitaba la cabra y el tam-bor para ir de aquí para allá, porque la verdad es que tuvimos en ese tiempo muchas actuaciones y la gente estaba muy contenta con nuestro trabajo, y más aún nosotros, porque veíamos nuestro esfuerzo recompensado con el cariño de la gente.

Progresivamente, fuimos actuando en distintos pueblos de la geografía española, cada vez más alejados de nuestro Don Benito natal, recorriendo con nuestras actuaciones casi toda España, e incluso viajábamos al extranjero. Pero una de las experiencias más significativas fue nuestra participación en el programa de televisión “Gente Joven”. Fue una expe-riencia impactante, estar en un plató de televisión, y saber que nos iban a ver en toda España, pasamos muchos nervios, pero nos salió bastante bien.

Dentro de nuestros viajes al extranjero, destaca nuestra primera gran gira, en la que fuimos a Francia, Alemania, Bél-gica y Holanda. Nos lo pasamos fenomenal, lo vivimos con un gran compañerismo, y era muy conmovedor ver como la gente española que había emigrado a esos países se te acerca-ban y te abrazaban sin conocerte de nada, por el solo hecho de ser españoles y estar allí representando un poquito del fo-lklore de su patria.

Otra experiencia que recuerdo como muy significativa, fue nuestro viaje a Mallorca, era la primera vez que mon-tábamos en avión y no os lo podéis imaginar el miedo que algunos de nosotros pasamos y entre ellos especialmente mi compañero Juan Luis, (componente del grupo ya fallecido), que no quería montar ni atrás ni adelante, pero después, una vez concluido el viaje dijo que en realidad no era para tanto. Juan Luis, era un gran compañero y un gran bailarín. Yo me acuerdo mucho de él, ya que como a él, a mí me ha tocado luchar frente a la misma enfermedad que se lo llevó, pero afortunadamente hasta ahora yo le voy ganando la batalla, luchando cada día, con el apoyo y el aliento inestimable que me han dado a lo largo de estos últimos años muchos de mis antiguos compañeros del grupo “Caramancho”.

Bueno, las experiencias positivas han sido tantas, que si me pongo a contar no pararía y eso seria muy aburrido para vosotros. Asi que, resumiendo deciros que ser “Caraman-cho” ha sido una de las mejores cosas que me ha ocurrido en mi vida, y por eso pese a que el tiempo ha pasado, sigo sintiéndome uno más de ellos, aunque ahora esté ya en el bando de los veteranos maduritos.

María José Sosa ParejoAntigua componente “Caramancho”

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Tomás Chiscano Andújar

LA VIDA DE CARAMANCHO SEMBLANZA A LA MADRE

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adre

Semblanza a la Madre

Poemas con los que actué, en la celebración del Día de la Madre, en Don Benito, día 1 de mayo de 2009, en la fiesta organizada por Caramancho.

21

En un alarde de ensueño,un día quise encontraresa palabra bendita,con la que poder rimartodas esas cosas buenas,que nos suelen regalarlas buenas horas del díacuando el día bueno está. Me sentía como un dioscuya misión es crear. Cogí lápiz y papel,y comencé a escribir:cariño, bondad, amor … No tenían entre síningún sonido ocurrenteen que `poder coincidir.¿Podré encontrar la personaen quien puedan concurriresas buenas cualidadesque acabo de transcribir? No encontraba la respuestaque me pudiera llevara esa persona divinaque remediara mi mal.Pero no me vine abajo.

Yo, que soy muy cabezón,seguí buscando y buscando;tenía la sensaciónde que más tarde o temprano,vendría la solución. Y volví con la escritura:júbilo, satisfacción,simpatía, resistencia,trabajo, resignación,estima, amistad, aprecio,ánimo, esfuerzo, valor,y un poquito de humildad

acompañando al vigor … Pero el problema seguíasin encontrar solución.

¿Serán bastantes palabras?Seguramente que no.Tendré que empezar de nuevo.Sólo pido comprensión. Después de mucho pensary armándome de paciencia,volví a coger la pluma:alegría, fortaleza,sufrimiento, tolerancia,actividad, competencia,ternura, afecto, consuelo,sencillez y convivencia,aliento, dedicación ….,y se acabó mi sapiencia. ¿Qué tengo que hacer ahora?Hay que dejar de soñar.¿Cómo encontrar la personaque pueda significartodas esas cosas buenasque acabamos de nombrar? Cogí todas las palabrasy las metí en un morral,dándolas vueltas y vueltashasta que no pude más. Después de un rato muy largo,abrí de nuevo el morral.¡Allí no había palabras!Sólo había en su lugaruna cartulina blancacon un nombre por detrás. Ese nombre es el de ¡MADRE! Y ya pude descansar.

A mi madre, que todo lo dio

¡ Qué poco te dio la vida!¡ Qué maldita fue la suerteque prohibiéndote la huídate llevó junto a la muerte ! Sólo hiciste trabajar;el trabajo fue tu oficio.No pudiste descansar,pues descansar era un vicio. Y cuando todo cambiabay empezabas a vivir,la enfermedad que acechabate empujaba hasta morir. No pudiste disfrutar.La vida, como una puya,te cortó tu despertar.¡Qué mala suerte la tuya! ¡Gracias, madre, por tu amor!¡Gracias, madre, por tu vida,por tu entrega, por tu honor!¡Gracias, madre, por mi vida! Muchas noches, cuando sueño,porque el sueño es mi velar,veo tu rostro risueño.¡Nunca te podré olvidar!

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No es fácil entrar en un colectivo donde ya todos se conocen y empezar a establecer nuevas amistades se vuelve de vez en

cuando una tarea bastante dura.

En esta sección, buscamos que algún componente reciente del grupo ofrezca sus impresiones y sus primeros pasos en el mundo del Folklore.

Hola amigos, me llamo Jacobi y soy componente del Grupo Caramancho.

Os voy a contar un poquito como entré y como me siento formando par-te del grupo.

Bueno, a mí siempre me ha gus-tado cantar, sobre todo las jotas, pero especialmente las jotas de “mí Extrema-dura”, las cuales cuentan bellas historias con alegría y hermosura.

Yo quería entrar en el grupo y no sa-bía como hacerlo, pensé que me iban a

decir que el grupo estaba completo.

Pero mi amiga María, que es del gru-po cantora, me llevó con ella un día, pues

yo no quería ir sola.

Cuando llegué al salón, muchos esta-ban allí, les dije: “Si es posible quiero can-tar y quedarme en el grupo, si me queréis escuchar”.

Genari que me escuchó, cariñosa res-pondió: “Ensaya hoy con nosotros y vere-mos que tal vas de voz”.

Desde entonces estoy con ellas, en el coro canto yo y le agradezco a mi amiga el día que me llevó.

Yo les quiero dar las gracias desde el más pequeño al más mayor, pues los Caramanchos me abrieron sus puertas de corazón.

Quiero seguir en el grupo, can-tando que es lo mejor, porque las jotas se llevan muy dentro del corazón.

Y a la Virgen de las Cruces le pido

su bendición para el grupo Caraman-cho que ellos son lo mejor.

LA VIDA DE CARAMANCHO NUESTRAS VIVENCIAS EN EL GRUPO22

Quiero seguiren el grupocantando

desde muy dentro

Jacobi Vivas Castaño

Puertas y corazonesN

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ras

viven

cias

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Anecdotario deDon Benito

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ANECDOTARIO DE DON BENITO. CURIOSIDADES DON BENITO (I)24

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Curiosidades de la historiade Don Benito

Hace más de veinte años, un grupo de “carnavaleros” creamos 1a comi-sión “Amigos del Carnaval” de Don Benito para motivar el mismo, de la cual yo era secretario.

Entre las numerosas actividades que hacíamos para financiar el carnaval, se creó una revista donde no sólo se editaban temas carnavaleros, sino que se escribían artículos y curiosidades merecedores de ser recordados de nuevo para el deleite de nuestros lectores. Uno de los artículos rescatados de la época, es el que a continuación empezamos a relatar en “Curiosidades de la Historia de Don Benito” (en posteriores ediciones de la revista Ca-ramanchos se irá completando) “currado”, entre otros, por mi compañero de fatigas de antaño Javi Mena.

Un cariñoso recuerdo y un abrazo para todos aque-llos que formaron esa comisión.

Juan José Sánchez Tejeda.

ANECDOTARIO En 1.923 una revista ilustrada regional, nacida en

Don Benito y editada en la calle Arrabal, 39 “Tierra Ex-tremeña”, única que vivía y se interesaba por dar a co-nocer la comarca, decía de Don Benito: “Es una ciudad olvidada, que no tiene a quien darle las gracias; lo que es, se lo debe así misma, a su suelo rico por excelencia y a Dios, que se propuso hacerla grande”

También, hubo un semanario- local “La Región” y posteriormente en 1.947, nace de un grupo de escrito-res y artistas noveles, un noticiario localista y cultural, llamado simplemente “Don Benito”, consiguiendo a tra-vés de investigaciones y estudios algo de las raíces de nuestro pueblo fantasma, por la poca o nula documen-tación que se tiene del mismo.

Comenzó siendo solamente caserío, al margen del

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ANECDOTARIO DE DON BENITO. CURIOSIDADES DON BENITO (I) 25

Guadiana, de escasa importancia histórica como material el pueblo de Don Llorente. Fue destruido totalmente por inundaciones del río, cebándose la tragedia sobre su ve-cindario. Un rico hacendado, Don Benito, hermano de Don Llorente, de corazón no-ble y sentimientos cristianos, acudió a re-mediar el dolor de aquellas pobres gentes, cediéndoles terrenos a una distancia que garantizaba la eliminación de semejantes catástrofes.

A los habitantes de Don Llorente, se unieron numerosos vecinos de la villa de Medellín, que emigraron de ella a causa de la abusiva tutela y enérgicas presiones del Conde de Medellín, cuyo título desde 1.891 posee el Duque de Medinaceli. Permaneció bajo dominio de dichos condes casi tres si-glos, en los que inició su marcha ascenden-te, debido a la riqueza de su suelo, al tesón de sus habitantes y a la excelente posición geográfica, en medio de una zona privile-giada.

Cuando Felipe V empuño las armas, en la Guerra de Sucesión, Don Benito se sumó a la causa del monarca al empeño bélico con una compañía de 300 soldados. Ello le valió el favor soberano, quien, para agradecer el servicio, le eximió de la tutela de los condes e hizo a Don Benito Villa.

“De río, Rey y Señor, cuando más lejos mejor”. Caserío, aldea, pueblo y villa.

Don Benito la ciudad triste y desconfiada, gracias al arraigo e in-fluencia de sus moradores (ilustres hijos nacidos en Medellín, algunos de los cuales acompañaron a Hernán Cortés en la conquista de Méjico) haciendo mucho por el desarrollo de su población y extensión, llegó a convertirse en el término municipal mas grande de España.

La casa más antigua es la señala-

da con el nº 1 de la calle Cabeza de Herrera, antes se llamaba “de las Gansas” en el barrio de San Sebastián, calles sin acerados y des-empedradas donde husmeaban los perros y

gruñían los cerdos. Con casas de adobes y tejados verdi-rojos, caminos polvorientos en estío y encharcados en invierno.

Actualmente con sus 55.847 hectáreas, es en extensión de los segundos términos municipal es más importantes, con desa-rrolla industria agroalimentaria y metalúr-gica. Convirtiéndose en un centro impor-tante agrícola, ganadero y mercantil.

“Caserío, aldea, pueblo, villa, ciudad y capital de las Vegas Altas del Guadiana”.

Se destacaban como edificios notables, las casas consistoriales, casa cuartel de la guardia civil, y entre los edificios particu-lares las casas del Marqués de Valdegamas, la del Conde de los Campos de Orellana, la del Marqués de Torres-Cabrera y el artístico y pequeño, palacio de Don Manuel Romero Enciso, aunque el prototipo de casa, es la llamada “solariega” de antepasados nobles con escudos heráldicos en las fachadas.

A nivel popular con respecto al exterior de la región, Don Benito siempre ha carecido de historia y anécdo-tas, parece todo limitarse a su gran extensión, buena lana y al polémi-co y famoso crimen. Sólo mencio-nar de él que el Rey Alfonso XIII, llamó al hermano de Inés María en cuya audiencia su Majestad le pre-guntó, ¿Dónde te encontrabas que no guardaste la honra de tu madre y de tu hermana? y el le contestó; “Sirviendo a su Majestad”. Desde entonces el Rey aprobó una ley que decía que todos los hijos de viudas se libraran del servicio militar.

También hubo otras anécdotas dignas de ser mencionadas...

La casa másantigua estaba en la calle Cabeza deHerrera por San

Sebastián

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ANECDOTARIO DE DON BENITO. CURIOSIDADES DON BENITO (I)26

“Bienvenido Mister Marshall”

En 1.944 Franco visita Don Benito (vino dos veces). Todo el pueblo se concentró en la Avda. de la Constitución (al norte del pueblo). Los niños de los colegios, maestras y maestros, viejos y menos viejos, pastores y médicos....con un sinfín de actos previs-tos para tal acontecimiento. Música, todas las canciones ensayadas, banderines en las manos, arcos de forrajes y flores y todos esperan-do. El típico rumor de comentarios.., ¡ lo que tarda!, ¡parece que tarda....!

Como no iba a tardar si entró por la calle Pilar (o sea por el Oeste, como los vaqueros), y entró en un pueblo desierto, a una plaza desierta. iNi un alma!. Se acercó un “avisaó” (afónico de las voces que daba), para dar la novedad al pueblo de que “Paco” ya

estaba en el Ayuntamiento. ¿Os ima-gináis? a 1as maestras, a las de Sec-ción Femenina y compañeras márti-res, todas apretaditas con las fajas de los domingos, tantas horas sin mear aguardando el momento, corriendo “ajogaítas”, entre el escapulario, el bol-so y el banderín, tropezando y cayén-dose, niños y abuelos, todo un pueblo corriendo que se las “pelaban” hacia la Plaza de España.

Me imagino la cara que pondría “El Generalísimo”, todo puestecito en el balcón del Ayuntamiento, viendo la plaza sin gente y de golpe y porrazo iLos Sanfermines!, apelotonamientos y empujones de las masas para llegar a ver a su “Kaudiyo”, mirando todos al balcón con la lengua por fuera, des-pués de “La carrera del Siglo”.

“El niño de Rusia”

Entre los miles de niños que se llevaron a Rusia en la guerra, un niño de Don Benito, Jorge Mayoral, regre-só en un barco llamado “Seminari”, al puerto de Barcelona.

Todo el pueblo pegadito a la ra-

dio del vecino y la del Bar es-cuchando la noticia que fue sonada por las veces que lo anunciaron.

Cuando llegó a Don Benito, la estación de Ferrocarril era una manifestación masiva, autoridades eclesiásticas, civiles.... todo el pueblo. Un verdadero acontecimiento, vítores y más vítores, le tra-jeron a hombros hasta la plaza. En el trayecto todos los balcones llenos de gente, con gritos de emoción, como el hijo que pierdes de niño y vuelve hombre. Lo único que faltó fue meterle bajo palio, pero creo que Don Donato el cura, no lo consintió.

Equipo de Investigación

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Investigación de Folklore

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Cáceres y Badajoz, las provincias más grandes de España, están entre las menos habitadas. La primera tiene unas 396 ciudades, pueblos y villas, y la segunda, a pesar de su exten-sión, tan solo 306, menos de la deci-

moquinta parte de las que tiene La Coruña en la costa gallega. Cada silueta municipal está perfilada por una iglesia o iglesias. Muchas de las colinas próximas fue-ron fortificadas para sembrar el paisaje con castillos y para sugerir al viajero, ignorante de los acon-tecimientos locales, sobre qué dificultades triunfó el victorioso. Fundados muchos de ellos por los moros, plantan cara al cielo como si se nutrieran de la misma fuerza que levantó las rocas en las que se asientan. En sus torres se posa-ron nobles como águi-las. Una innumerable distancia debió sepa-rar de estas aguileras a un señor del peón que removía la tierra fértil para alimentarlo. Vis-to a contraluz, un cas-tillo parece oscuro y siniestro. Cuando una ventana deja que pase el azul del cielo, la mole altiva (fig.2) pierde su poder y se transforma en un dramático anacronismo. Con una debida restauración se podría poner en uso como ese delicioso refugio en el castillo de Alburquerque. Un rasgo importante construido en cada uno de ellos es el pozo o la cisterna, de la cual los moros han dejado no solo el nombre, aljibe, sino ejem-plos que todavía hoy sobreviven.

Emparentada con estas fortalezas está el fortifica-do y almenado Monasterio de Guadalupe (fig. 11) que

empezó una larga carrera en Extremadura en el siglo catorce bajo los Jerónimos. Mientras la vida requería de más servicio, los señores empezaron a vivir cerca de la tierra. En el castillo-palacio de Jarandilla (fig.12), cons-truido justo sobre el pueblo, tiene un jardín plantado con árboles y setos que minimizan su mole y suaviza sus líneas militares. Aunque el edificio refleja su periodo con detalles de gótico tardío, la plaza de armas es menos un terreno para desfilar que un patio, con una arcada de dos pisos a un lado apropiada para una casa urbana.

Aquí el Conde de Orope-sa recibió a Carlos V de camino a su retiro, hasta que la residencia impe-rial estuviese acabada en el Monasterio Jerónimo de Yuste. El invitado real ocupó las habitaciones es-paciosas y acogedoras del piso bajo. Al saliente con cinco ventanas de arcos ojivales que daba al jardín y a una ancha extensión de campo todavía se lo conoce como el mirador del Emperador.

Casi adyacente a cada población hay un santua-rio (ermita), situado lo su-ficientemente lejos como para hacer que ir andan-do sea un auténtico sacri-

ficio, pero no tanto como para agotar una buena consti-tución. Siguiendo un camino serpenteante y solitario se llega a un santuario apartado en el paisaje, acentuado su volumen albo con las sombras de un pórtico en arcada. La patrona titular es a menudo la Virgen María en una de sus advocaciones, así llamada por la circunstancia de su aparición tradicional en la comarca. Una estatua de este misterio local es muy querida por los aldeanos que la consideran como suya propia y la visten y llevan con reverente devoción. Ellos admitirán de buena gana que otras serán más bonitas y quizás mejor adornadas; pero

Muchas de las colinas próximas

fueron fortificadas para sembrar el

paisaje con castillos

INVESTIGACIÓN DEL FOLKLORE. INDUMENTARIAS TRADICIONALES28

Spanish Costume: ExtremaduraIn

dum

enta

ria

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INVESTIGACIÓN DEL FOLKLORE. INDUMENTARIAS TRADICIONALES 29

ellos quieren mucho más a la suya.

Entre varios asentamientos se ve de vez en cuando una granja (cortijo) que ocupa enormes hectáreas de campo y pastos (de-hesa). Al pasar andando, a caballo o inclu-so en automóvil, el viajero se los encuentra apartados en la lejanía de ciertos distritos. Este es país para pasar corriendo la noche, apretando el paso lo suficiente como para ver una a una las amarillas luces del ho-gar luciendo en la penumbra marrón. Una granja cerca de Mérida ilustraba el tipo más simple: desamparada por las vallas y abierta a la extensión de un terreno sin árboles. Sus muros encalados y sus arcos bajo un tejado alarga-do estaban alineados en una pequeña cuesta. Los arcos sugerían una construcción de ladrillo por la cual los ex-tremeños son tan conocidos gracias a su habilidad. Solo una pequeña sección de dos pisos parecía haber sido di-señada como morada, y el resto a cada lado servía sin duda como almacenes, co-bertizos y establos. Más allá del extremo derecho podía-mos distinguir un chozo de piedra de algún pastor. A la izquierda en la distancia se podían vislum-brar débilmente las irregulares siluetas de las encinas. Por otro lado, un cortijo podía ser tan completo como un pueblo. Uno cercano a Cáceres (fig.265), cercado por un muro de escombros, contenía una casa de campo para el propietario, una casa aparte para el arrendatario, cocina y dormitorios para los peones, una cochera y establos para los ca-ballos, bueyes, mulas y burros, una cabaña para esquilar todo lo necesario para una buena agricultura y una vida cómoda. Un cortijo que cría toros de lidia podría tener menos edificios pero seguramente contara con su propia plaza de toros.

A menudo, al conducir a través de tra-

mos apartados, uno se encuentra con un pastor (fig.13) en solitaria guardia. Sin otra vertical que le dispute su altura, aparece so-bre su obligación, esos bultos de lana como la crema que de vez en cuando varían al ne-gro. Yendo siempre en la misma dirección y avanzando como una ola lenta, las ovejas ar-quean sus ojos sin brillo e irreflexivos sobre las diminutas hierbas o los rastrojos secos que acribillan con sus dientes pequeños. El pastor debe mantener su paso y una cuida-dosa guardia; no hay vallas que protejan los cultivos y él es el responsable de mantener

a esas mandíbulas apartadas de las semillas tiernas. Por cada estrago que ocasionen, le castigan con multas.

Durante milenios las ovejas trashuman-tes se han desplazado por dentro y fuera de los valles del Tajo y el Guadiana. Los invier-nos verdes de los extremos las atraían y los pardos veranos las echaban. Los pastores oriundos que seguían a sus rebaños sobre las montañas de Lusitania tentaron a Aní-bal de apartarse de “las fatigas y peligros vanos” de su vida con promesas de guerra y botín en Italia. El rápido Viriato que casi derrotó a los romanos fue un pastor. Los visigodos se aseguraron esta costumbre de migración con su Fuero Juzgo que requería

espacio reservado para los caminos de las ovejas y permitir a estas una parada de dos días en terreno abierto, si el propietario no ponía ninguna objeción. Incluso después de que los moros recorrieran la penínsu-la, la migración persistió. Las rutas fijadas fueron establecidas gradualmente y para el final del siglo XII estos caminos de ganado se conocieron como cañadas. Este término se aplicó específicamente a los pasos reser-vados para las ovejas trashumantes a través de áreas cultivadas; en 1273 el ancho fue es-tablecido en unos 76,2 metros. Más tarde,

el término fue usado también para señalizar rutas en terreno abierto donde las limitaciones eran más indefinidas.

Dos principales cañadas concernían a Extremadura: La Leonesa, u Occidental, que partía de la cordillera cantá-brica hacia el sur “a través de Zamora, Salamanca y Béjar, donde se le unía un ramal de la segunda o del sistema se-goviano que bajaba desde el noreste por Logroño, Burgos, Palencia, Segovia y Ávila. Des-de Béjar la Leonesa se exten-día hacia el sur hasta los ricos prados extremeños debajo de Plasencia, Cáceres, Mérida y

Badajoz con ramales bajando por las riberas del Tajo y del Guadiana.... hasta Portugal.” La principal ramificación de la segunda o del sistema segoviano “comenzaba en Lo-groño (en el sistema Ibérico), cruzaba los pastos importantes de verano cerca de So-ria y se extendía por las laderas del sur del Guadarrama (sic) ... Era la principal arteria de viaje para los miles de animales que pa-saban el invierno cada año en las llanuras cerca de Talavera (de la Reina), Guadalupe y Almudén, y en el valle del Guadalquivir.” En 1928 la cañada todavía existía en Ex-tremadura marcada con indicaciones. Sin embargo, los pastores no dudaron en ir por carreteras si les venía mejor.

Los ganados trashumantes del presente

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INVESTIGACIÓN DEL FOLKLORE. INDUMENTARIAS TRADICIONALES30

siglo han ido sobre todo en tren, las ovejas se transportan con una tarifa especial en vagones de dos o tres pisos hacia el norte desde principios de mayo hasta finales de junio y hacia el sur desde principios de octubre hasta finales de noviembre.

Los ganaderos, organizados ya desde edades tempranas en mixtas o mestas locales para vender animales extraviados, se convirtieron en una sola asociación: el Honrado Concejo de la Mesta. Los norteños, convencidos de que tan largo camino fortalecía sus ovejas y mejoraba la lana, apoyaron la asociación porque servía a sus intereses asegurándoles pastos baratos y extensos en Extremadura y más sitios, además de proporcio-narles protección para los ganados trashumantes. Soria fue uno de los cuarteles generales de estos ganaderos y su principal bastión, lo que explica el lema de su escudo de armas: SORIA PURA, CABEZA DE EXTREMADURA.

A los extremeños, que solían mantener sus ovejas en casa y no veían ninguna ventaja en las invasiones de los foráneos, no se les admitió en la Mesta y fueron en general hostiles a ella. Hubo muchos abusos confirmando así su hostilidad. Las grandes propiedades en Extremadura cedidas a las órdenes militares por su servicio durante la Reconquista y adquiridas más tarde por la Corona fueron tomadas en gran medida por acuerdos de alquiler por agentes de la Mesta. Temerosos de que la competencia entre ellos diera lugar a arriendos, los gana-deros del norte interpretaron los acuerdos como posesión im-puesta sobre las fincas que frecuentaban, cediendo un alquiler ininterrumpido por un periodo indefinido según lo estableci-do en el acuerdo primero, o incluso por nada si ellos se podían establecer por unos meses sin que el propietario descubriera su presencia. Durante trescientos años los pueblos de Extremadu-ra y Andalucía, unidos a tiempo por la nobleza local mantuvie-ron una lucha en defensa de su agricultura y cría sedentaria de ovejas, ocupaciones que ellos habían encontrado que podían convivir juntas provechosamente. El Concejo contraatacó para preservar los pastos baratos y los pasos para su ganado trashu-mante. A finales del siglo dieciocho el diputado de Badajoz en las Cortes, con la ayuda del gran ministro reformista Campo-manes, aseguró un aireo de los asuntos de la Mesta tan com-pleto que el derecho de posesión y la oficina del ejecutivo de viajes (entregador) fueron abolidas. Con el Honrado Concejo disuelto en 1836, el ruego de Extremadura se cumplió al final, que “Dios y el Rey la libren de la lógica de la Mesta”

Ruth Matilda AnderssonTradución págs 13- 18 :

Fco. Miguel García Barroso

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NUESTRO FOLKLORE. CANCIONES TRADICIONALES 31

BOMBAS O REQUIEBROS

Si yo fuera bueyy tu verdolaga aún, te tragaba

Por bonita yo te quieropor tu gracia y señoríoy porque tienes unas hechurasque me quitan el sentio

La madre que te pariótuvo que ser pasteleraporque un bombón como túno lo fabrica cualquiera

Un pie tengo en el umbralotro en el tejaomira si por tu cariñovivo yo “espatarracao”

Quisiera ser el águila que vuela entre los barbechospara poder volarentre el canal de tu pecho

Como yo fui el primer hombreque te besó en los morritoscuando me paso la lenguaaún me sabe dulcecito

JOTA GRANJEÑA

Por esta calle me voypor la otra me vendré, para ver a mi morenay decirle mi querer.

Por estas calles corríascomo corría cualquiera, cuando salía mi madrerezumbando la correa.

Que me estuviste queriendo será mejor que lo digas, estas son cosas que pasan y con el tiempo se olvidan.

Que tú tengas muchas cosas,si son amores mejor pero que sea con otrasque lo que es conmigo no.

EL

EL

ELLA

ELLA

LorenzoMedel Romero

Fco. JavierNieto Muñoz

Bombas, requiebros y Jotas

Nue

stro

folk

lore

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Oficios ANTIGUOS Juegos

TRADICIONALES

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OFICIOS ANTIGUOS. BARCAS DEL GUADIANA (I) 33

Las barcas del Guadiana (I)

Ofic

ios

antig

uosPaseando por la mar-

gen izquierda del rio Guadiana, aproxima-damente a un Km. del puente a la altura de la factoría de Carce-

sa, rio abajo, al atardecer, miro a la

otra orilla y descubro un paraje dig-no de recrear nuestros sentidos, mi imaginación vuela, y entre la mansa explanada de agua, vegetación de rivera con sus arces, fresnos, sauces alisos, tamujales, atarfes, y de porte más pequeño las herbáceas y aromá-

ticas, entre ellas los juncos, poleos y menta. Hecho de menos al pescador fluvial, tantas veces visto arrastrando con sus remos la barca, ellos decían barco y así lo denominaré en lo su-cesivo.

Parte desde la orilla, después de haber reflotado el barco hasta aho-ra sumergido en el agua, para que las tablas que componen el casco, empalmadas a tope, sin más aco-plamiento estén hinchadas y se mantenga estanco. Hecha sus redes y al poco tiempo lo recoge lleno de peces, que son vendidos práctica-mente vivos por su mujer o familiar cercano, constituyendo su forma de subsistencia.

Esta actividad, me lleva a inten-tar mantener en el recuerdo este tipo de barco y su forma de fabricación, que se realizaba en varios pueblos de Extremadura y como no, también en Don Benito.

Este barco, sus características, le permitía al carpintero hacer su tra-bajo en su taller, muchas veces ubi-cado en su misma casa. Su traslado se limitaba, a llevar el barco a lomos de mula, y botarle simplemente des-cargando en la orilla y metiéndole en el agua.

Este artículo no hubiera sido posible escribirlo con tanta preci-sión técnica, sin la ayuda de mi buen amigo D. José María Reyes Sán-chez, Ingeniero Naval, y sobre todo, amante de las cosas y costumbres de

Page 35: CARAMANCHOS - Nº 10 (2009)

su pueblo. Gracias José María.

Consideraciones técnicas.

(A). Sus formas son híbridas entre las formas “V” y las formas “U”, predominando las “V”,

La quilla ocupa aproximadamente un tercio de la eslora donde el forro es plano, tiene forma romboidal y desde la que parte, la roda y el codaste que son idénticos, debi-do a la forma totalmente simétrica, sus me-didas podrían ser varias, un barco normal podría tener cuatro o cinco metros de eslora por dos de manga y cincuenta o sesenta cen-tímetros de puntal máximo.

Está pensado para faenar dos personas y llevar las artes de pesca (redes). Es simétrico tanto, respecto al plano de crujía, como al plano de la cuaderna maestra.

Esto hace que sea un barco con una gran maniobrabilidad, característica muy impor-tante en el oficio, ya que el pescador, puede entrar en zona de espadañas o junquerales y ciar simplemente cambiando de posición, con la misma facilidad que dar avante.

Tiene un puntal muy pequeño y conse-cuentemente muy pequeño calado, caracte-rística también muy importante para poder navegar en zonas poco profundas.

Con la carga equilibrada y las dos perso-nas sentadas, la estabilidad es aceptable.

Cuando alguna de las personas se pone en pie, el centro de gravedad del conjun-to sube considerablemente y se hace muy inestable. Esta deficiencia puede hacer que vuelque con facilidad, evento no grave ya que prácticamente todos los pescadores de rio son muy buenos nadadores. Nota: La inmensa mayoría de los marineros que em-barcaban para las indias después de descu-brimiento de América no sabían nadar.

Consta de 10 cuadernas y dos baos (cua-dernas reforzadas). Tanto las cuadernas como los baos suelen ser de madera dura,

que podría ser encina y el forro posiblemen-te de pino montado a tope. De esa manera para evitar vías de agua debían estar sumer-gidos.

(B). Consideraciones históricas y del oficio.

Los pescadores de Don Benito tenían un gran prestigio desde el Duero hasta el Gua-dalquivir, pues en todos esos ríos pescaban. Solían irse al río correspondiente con burros y/o mulas y el Barco aunque algunas veces lo facturaban en la RENFE, lo normal era que lo llevaran con una mula con la quilla ha-cia arriba. En la campaña de pesca, aunque vendieran parte del pescado en los pueblos cercanos a los caladeros, lo mandaban regu-larmente en canastas de mimbre, llenas de peces, y convenientemente protegidos por juncos y maleza del rio a sus mujeres para que vendieran el pescado en nuestro pue-blo. Las canastas las facturaban en tren, “el carreta”.

Cuando iban al Guadalquivir, la ruta se-guida era por el camino de Sevilla, atrave-sando Sierra Morena y pasando por el Ron-quillo.

Núñez de Balboa y sus hombres (entre ellos extremeños y posiblemente algún dom-benitense), descubrieron el Pacífico atrave-sando el ismo de Panamá, cuentan algunos relatos históricos que llevaban sus barcos a lomos de mulas.

De ser cierto lo anterior y yo creo que sí, esos barcos eran sin duda los barcos de pes-cadores del Guadiana. Que no solo les serbia para pescar, sino para atravesar ríos, lagos o zonas pantanosas, así como hacer alguna incursión en el propio Pacífico, una vez des-cubierto. Con los barcos podían pasar las zo-nas de agua los hombres y los enseres, pues como todos sabemos tanto las mulas como los caballos son buenos nadadores.

OFICIOS ANTIGUOS. BARCAS DEL GUADIANA (I)34

Agustín Aparicio Cerrato

Está pensadopara faenar

dos personas yllevar las

redes

Es un barco con una gran

maniobrabilidad con facilidad para el cambio de posición

La mayoríade los marineros

que fueron a América, nosabían nadar

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JUEGOS TRADICIONALES. LOS JUEGOS TRADICIONALES (IV) 35

Los Juegos Tradicionales (IV). “El repión”

Juga

ndo

com

o an

tes

Continuando con este apartado, en esta ocasión analizaremos una serie de juegos en los que se utilizaba un instrumento para rea-

lizarlos, el “repeón” o peonza que noso-tros denominábamos “repión”.

Este era un instrumento con-feccionado en madera de forma cónica y cuyo vértice lo constituía una pieza metálica, “la púa”, sobre la cual giraba. Para hacerlo girar se utilizaba un cordel que se iba enrollando a la superficie de la peonza comenzando, evidente-mente, por la punta de la misma y llegando hasta la parte superior de la misma.

El cordel o guita, nor-malmente, era confeccio-nado en casa, con la ayu-da de nuestras madres, con el sobrante de lana de algún jersey.

El “repión” se podía jugar de varias formas. Se jugaba de forma indi-vidual, haciendo “bailar” cada cual el suyo y, más comúnmente, se jugaba en equipos. Para jugar en equipos había que señalar en el suelo una o varias fi-guras, bien circulares, bien rectangulares que denomi-nábamos “ringleres”.

El “ringler” era un cír-culo en el que en el centro se colocaban los “repiones” del equipo que le tocaba “hincar” y los miembros del otro equipo trataban de sacarlos del mismo. Existían varios tipos de “ringle-res”, el “ringler” chico, el “ringler” grande y los dos “ringleres”.

EL “RINGLER CHICO” Una vez que el individuo que

le tocaba “hincar” tuviera su “re-pión” en el centro del círculo, el otro chico, trataba de sacar su “repión” del mismo. La forma de hacerlo consistía en acertar con tu “repión” al suyo y desplazarlo lo más cerca posible de las líneas que delimitaban el círculo, de tal forma que cuando tu “repión” se que-dara bailando, lo pudieras coger con la mano, para posteriormente lanzarlo

con fuerza otra vez contra el suyo y sa-carlo del círculo. Esta operación podía realizarse tantas veces como se quisiera, siempre y cuando tu “repión” estuviera bailando. Si tu “repión” dejaba de bailar y habías conseguido sacar al contrario del círculo (“ringler”), seguías tirando tú, pero por el contrario si no habías conseguido sacarlo, eras tú el que po-nías tu “repión” en el centro del “ringler” y se invertía el juego.

Nor-malmente

esta modalidad de juego se practi-

caba en forma indivi-dual, uno contra otro. Las modalidades de equipo

se denominaban: EL “RINGLER GRANDE” O “LOS DOS RIN-

GLERES”.

EL “RINGLER” GRANDE Esta modalidad del juego se prac-

ticaba en equipo (dos o más jugadores por cada uno) y las reglas eran las mis-mas que las anteriores, sólo que aquí para sacar los “repiones” del “ringler” habían de “tirar” su “repión” todos los

componentes del equipo debían sacar todos los “repiones” del “ringler”, que como su propio nombre indica era grande. Evidentemente, si no se conse-guía, se invertía el orden.

LOS DOS RINGLERES Es una derivación del juego an-

terior y consistía en sacar, primero y transportar, después, con tú “repión”,

el del contrincante de un “ringler” a otro, que se trazaban en el suelo

y a una distancia prudencial el uno del otro.

Para hacerlo se contaba con un número de veces mínimo,

que se establecía de antema-no y si no se conseguía,

igual que anteriormen-te, se cambiaban los turnos.

En los juegos de “los repiones”, como en casi to-dos o todos que practicábamos, había siempre un constante. El “re-pión” con el que se jugaba nunca se

ponía en el centro del “ringler”, pues se

corría el riesgo de que el contrincante, si tenía

buen tino, pudiera acertar de lleno en el mismo y partir-

le por la mitad (cosa no poco fre-cuente); así que siempre se disponía

de otro, de la temporada anterior, que era con el que se “hincaba”.

Otra particularidad de este juego, también era la utilización de las “bo-yas”, “repiones” muy voluminosos que siempre ejercían más fuerza en la ex-pulsión de los demás “repiones” de los “ringleres”.

Estos juegos normalmente se prac-ticaban en otoño/invierno y evidente-mente se jugaban en la calle (entonces aún de tierra) y como siempre acabo diciendo, favorecían la socialización de los niños, la relación con tus iguales, el hecho de compartir, todos esos valores que hoy en día faltan en muchos de nuestros niños y que tanto echamos en falta en nuestra sociedad.

José Isidoro Ruiz

Page 37: CARAMANCHOS - Nº 10 (2009)

Hablar del juego es remontarnos al pasado, por eso tomaremos como referencia que la palabra juego proviene del latín “iocus”, que significa broma, diversión. Y hablar de tradición, es hablar de todo aquello que esta integrado en nuestras costum-

bres, costumbres que no se deben perder; debido a ello, todos nosotros debemos implicarnos para que estas tradiciones no se pierdan, y que mejor manera de hacerlo que difundiendo nuestras costumbres a través de los modos que tenían nues-tros familiares y antepasados de divertirse para superar los problemas y penas que vivían en su día a día. Esas formas de divertirse, eran sus juegos; que podían verse en cualquier ca-lle de los diferentes pueblos de nuestra región. Pueblos como el de Orellana la Vieja dónde hablando con sus mujeres nos cuentan a qué jugaban en su infancia, y que al leerlos, muchos se identificarán con ellos.

Ellas nos hablan de juegos populares que hoy todavía per-duran como la “comba”, “el julajop” (o como ellas dicen el aro), los platos chinos, recordando que hoy rara vez los ven a no ser esporádicamente en la televisión, también los zancos o, algo que me ha resultado muy curioso, como son los diábolos, que en muchos casos en las escuelas se ve como novedoso y ellas los tenían dentro de sus juegos de infancia. También, mencio-naremos otros, en los que si no nos involucramos en su con-servación y difusión se irán perdiendo, como son estos en los que me detengo, porque aunque algunos son conocidos tie-nen las particularidades de esta localidad, dichos juegos son:

“La mula”(o también llamado burro): Juego en el que un jugador tiene que estar flexionado por

el tronco y con los codos apoyados en las rodillas y los otros desde una distancia que determinen tienen que saltar al juga-dor que hace de mula y si se caen se cambia la mula, cantando diversas retahílas, dos de ellas son:

-A la una anda la mula. /A las dos el reloj. / A las tres peri-quito en el cuartel. / A las cuatro un buen salto. / A las cinco un brinco. / A las seis se atasca la burra y bebe. / A las siete se vuelve a atascar y vuelve a beber. / A las ocho llamas al conde. / A las nueve le responde, y. / A las diez la montaña, en la montaña un árbol, en el árbol tres huevos: verde, colorao y negro, el negro por el campo y el colorao por el tejao.

Otra retahíla que cantaban al jugar era:-A las una el rabo la mula. /A las dos el reloj. /A las tres patri-

cortes. / A las cuatro pego un salto. / A las cinco pego un brinco. / A las seis cachiporrete, y /A las siete pongo y quito mi cachi-porrete.

Siguiendo con la misma temática del burro o la mula nos cuentan otro juego de similares características que llamaban:

“Burriquita mansa”:Juego en el que para comenzar un jugador se colocaba en

posición de burro a lo largo, con el tronco flexionado y los co-dos en las rodillas y el siguiente tenía que saltar y montarse en su tronco, si se caía, se colocaba a continuación y el siguiente debía saltar y aterrizar en el tronco del segundo y así hasta que el último lo consiguiera o todos se convirtieran en burro.

Otro juego que me contaban es un juego que al oírle me

vino a la memoria un juego que yo veía cuando niño en Don Benito que le llamaban “la pi-cota”, dicho juego en Orellana la Vieja se conocía como:

“Catarroma”:Este juego se

realizaba sobreto-do después de las lluvias. Que era cuando las tierras estaban blandas y embarradas y se podía manipular. El desarrollo de este juego era con un hierro largo acabado en punta debían clavarlo en un círculo que dibujaban en el barro y desde una distancia acordada por los jugado-res, el jugador que más se aproximara al centro o al círculo en su defecto era el ganador. Otra variante de este juego que me contaban y es la que yo veía en mi infancia en las calles no construidas de Don Benito, es la de dibujar un piso en el ba-rro, e ir clavando por orden el hierro hasta completar el piso, ganando el jugador que realizara antes el recorrido.

Por último ahondando en los juegos que se realizaban en esta localidad, me hablaban de un juego que era muy bruto, como decían ellas, y que sólo jugaban los niños, dicho juego es el “Mocho”, juego que en otros lugares de Extremadura se denomina “La Billarda”.

“El Mocho”:El juego se desarrollaba colocando dos maderas pequeñas

acabadas en punta por sus dos extremos una inclinada encima de la otra, y con un palo largo, se golpeaba el pico sobresalien-te de la segunda madera para que saltara y en el aire había que golpearla, ganando el jugador que mandara la madera más lejos del punto de partida.

Podemos finalizar este artículo, viendo la importancia de los juegos en cada una de las sociedades con en esta frase del sociólogo francés Roger Caillois.

“EL DESTINO DE LAS CULTURA SE LEE EN SUS JUE-GOS”

JUEGOS TRADICIONALES. JUEGOS EN EL ESTE DE EXTREMADURA36

Jesús María Fernández Portillo

Juegos Tradicionales en el Este de Extremadura

al e

ste

de la

regi

ón

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Gastronomía TRADICIONAL

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. LIBRO DE COCINA38

Libr

o de

coc

ina Libro de Cocina

(Don Benito, 1877)

POLVORONES

Un cuartillo de flan de harina colmado, una libra de man-teca derretida, una

libra de azúcar, dos huevos, una ración de ajonjolí, media onza de canela y una cuartilla de clavo. Todo se amasa muy bien como las tortas de azúcar, se hacen bollitos algo más gruesos que un dedo y se van poniendo juntitas alrededor de la tartera. Se bajan un poquito de modo que no pierdan la figura.

Se advierte que se unte la tartera con manteca para que no se peguen y se manda al horno y cuando fría se tiene un poca de azúcar blanca molida y se hecha con un cedazo por encima cer-nida.

POLLOSASADOS

Después de limpios se les quitan los alones, el pescuezo y lo que tiene den-

tro, allí se les pone unos peda-zos pequeños de tocino con sal, pimienta, perejil majado y si es tiempo de tomates también se les pone; se toma un pliego de papel de estraza untado de manteca de tocino y rociado de pimienta se atan bien, se ponen asar entre dos fuegos.

Si se quiere se le echa li-món.

Recetas recopiladas por: Eduardo Gómez-Valadés

Textos extraídos del “Libro de cocina” de Dª Josefa Mejías Diaz de la Cortina, Don Benito, 1877

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Navalmoral de la Mata

Gargáligas

Festival Día de la Madre

Carpio del Tajo, Toledo

Don Benito, Festival de los Pueblos del Mundo

Don Benito, Festival de los Pueblos del MundoDon Benito, Festival de los Pueblos del Mundo

LA VIDA DE CARAMANCHO EL 2009 EN IMAGENES

Píxeles en la retina

39

El 2

009

en im

ágen

es

En esta sección queremos repasar las principales actuaciones en las que hemos estado presentes y así compartir con el lector las dife-rentes situaciones y vivencias re-cogidas en estas imágenes:

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Page 43: CARAMANCHOS - Nº 10 (2009)

LA VIDA DE CARAMANCHO EL 2009 EN IMAGENES42

Don Benito, Festival de los Pueblos del Mundo Don Benito, Festival Nacional Ciudad de Don Benito

Don Benito, Festival Nacional Ciudad de Don Benito

Vivares

Don Benito, La Velá

Vivares

Mérida, Festival Bonifacio Gil

Mérida, Festival Bonifacio Gil

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. LA MERENDILLA 43

La Merendilla

Merendilla es una hermo-sa palabra, tanto des-de el punto gramatical

como alimenticio. Siempre me ha agradado. Ella hace referen-cia, en diminutivo, al refrige-rio de la tarde, como lo llama Viudas Camarasa. Era, en mi época de niño, una comida un tanto frugal que se realizaba a media tarde para “matar” la jambrina. Aquellas agrada-bles merendillas, sin anuncios ni promociones en la prensa, han ido formando parte de lo que tanto se denomina aho-ra, a bombo y platillos, dieta mediterránea. Y nosotros sin saberlo.

Si en España, por lo gene-ral, a la merienda la llaman merienda, en La Serena, en Don Benito y en otros lugares de Extremadura la proclama-mos merendilla. Es que a los extremeños todo lo terminado en “illo” o “illa” nos parece que es un atributo de grandiosidad y de gene-rosidad. En los años 50, aquellos ali-

mentos que comíamos para meren-dillar, los considerábamos los más ricos manjares que se podían comer (no conocíamos otros), al menos de esta manera lo recuerdo yo. Eran verdaderos alimentos, transforma-dos con sencilla imaginación para

que el paladar de los niños no los rechazara, aunque esto último era raro, ya que la necesidad hambruna

obligaba a comer de todo, o casi de todo. Se puede decir que esas co-midas formaban parte de nuestras chucherías. En el transcurso de los años, y con una economía que pare-cía apuntar algo más, llegaron otros productos para la merendilla, en-

vasados y comerciales, que no perdieron su encanto mediterráneo.

Antaño, tomar la me-rendilla o merendillar era casi siempre un privilegio de aquellos niños que, re-cién salidos de la escue-la, en el horario de tarde, después de trotar y correr, necesitaban una comida de refuerzo para regenerar los gastos de las energías con-sumidas durante la mañana y la tarde, con sus respecti-vos recreos, en las horas escolares. También era una necesidad para otros que, por circunstancias econó-micas en sus respectivas casas, se veían obligados a trabajar con más o menos

dureza, como o si fueran adultos. Aunque haya comenzado men-

cionando solamente a los niños, no

A tu puerta hemos llegadolos chicos de esta pandilla,a pedir el aguinaldopara hacer la meriendilla.Échanos el aguinaldosi quieres dormir en paz,así nosotros nos vamosa pedir a otro portal. (Anónimo)

El c

omer

y e

l ras

car

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. LA MERENDILLA

quiero decir que los mayores, sobre todo las mujeres, no me-rendillaran. Pero la merendilla de las madres o de las abuelas no era diaria, ni tampoco se parecía a la de los niños. Ellas lo hacían sólo en determinadas épocas del año, casi siempre coincidiendo con alguna fes-tividad local o un cumpleaños o una onomástica, donde era típico degustar algunos dulces caseros, propios y originales del lugar, elaborados para esas fe-chas tan significativas. Duran-te esos días y los siguientes, si sobraban algunos de esos dul-ces (que casi siempre sobraban para una larga temporada, ya que se hacía lo suficiente para llenar una buena orza), la me-rendilla entre las mujeres se po-día hacer sin necesidad de otros gastos mayores. Aquellos dulces elaborados en las cocinillas de cada hogar, con la ayuda ines-timable de alguna buena amiga o vecina (después se correspon-día, como en la matanzas), ba-ñados en un tazón con café con leche, las ayudaban a aliviar el hambre al atardecer y, cómo no, a estimular el ánimo tan decaí-do por el trabajo y a sobrellevar la triste soledad diaria a la que estaban sometidas la mayor parte del día, compartiéndola sus amistades.

Así, dependiendo del lugar en donde vivieran, y de la fe-

cha festiva, unas orondas ma-dalenas les eran válidas para la merendilla; o unas perrunillas, en donde el azúcar y el huevo eran alegrados con un poquito de aguardiente, al mezclarlo en la masa; o unas empanadillas rellenas de cabello de ángel o de calabaza, tan típicas en Don Be-nito en la festividad de San Se-bastián, así como los pestiños; o unos piñonates de Monterrubio de la Serena, que se regaban con miel; o unas regañás, con regusto a matalahúva, como las de Castuera, que se comporta-ban como esponjas cuando se entraban en un tazón con café con leche; o unos borrachuelos, como los de Cabeza del Buey, dorados en aceite refrito y ani-mados con vino, etc. Todos ellos eran un gran estímulo, en las largas tardes de invierno u otoño, para aquellas mujeres de nuestra tierra, cuando dispo-nían de estos dulces. A pesar de todo, ellas no olvidaban a sus ni-ños, que también, y con mucha complacencia, los obsequiaban con esos dulces tan “materna-les”. ¡Menuda fiesta y festín para los chachinos y chachinas! Aún recuerdo cuando mi madre, en el día de la Candelaria, en-traba en una pequeña cesta de mimbre, junto a una servilleta a cuadro, de color azulado, una o dos regañás con su huevo duro correspondiente.

En estos dulces tan dispares, la harina, los huevos –claras y yemas–, el aceite o la manteca de cerdo, las almendras, las ras-paduras de cáscaras de limón o de naranja, la esencia de limón, el azúcar y, en los más atrevi-dos, el chorreoncillo de aguar-diente o de vino blanco, entran a formar parte indistintamente,

según los pueblos, de la textura que quisieran conseguir para dichos dulcecillos. Ellos eran sometidos, una vez moldeados, a unas fritadas en aceite muy caliente o al calor de los hornos

de leña en las panaderías de los pueblos, para hacerlos más ex-quisitos y más comestibles.

Algunos me preguntarán: ¿los hombres no merendilla-ban? Pues no. Yo al menos no los he conocido haciendo tal comida. Sin embargo, lo que sí apreciaba, por entonces, era

que los hombres llegaban re-trasadamente a sus respectivas casas, después del trabajo de la

44

Aún recuerdo cómo mi madre, el día de la Candelaria

entraba en una cesta dos regañás con sus

huevos duros

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. LA MERENDILLA

tarde, y ya con la gota de vino en el cuerpo (así decían en Castuera y en otros lugares, cuando pedían un chato de vino en la taber-na: – ¡échame una gota de vino!). Aquellos chatos de vino eran acompañados de altra-muces o garbanzos tostados o avellanas, du-rante todo el año, o un cacho de melocotón bañado en el vino o un trozo tomate con sal, en el verano. Así engañaban al sufrido rebañaero. Todo ello también serenaba el impulso jambrino de la larga jornada, hasta que llegara el momento de la sencilla cena. Ese rato en la taberna era la expansión de la que disponía el trabajador, tras una jornada intensa y dura de trabajo.

Pero los niños, los hijos de aquellas ma-dres extremeñas, sí que merendillábamos casi todos los días. Ellas sí se desvivían para que fuera posible. Aquellas merendillas no eran monótonas, pues a pesar de que no ha-bía ni se disponía de grandes cosas, de lo poco que guardaban nuestras madres en las despensas bien sabían aprovecharlos, y ¡con qué placer, Dios mío, con qué placer!, para ofrecérnoslo.

Era imprescindible para nuestra meren-dilla, y como elemento principal, tener en nuestras manos un buen zalaco de pan, el cual siempre era acompañado de otros ali-

mentos para otorgarle distintos contrastes de sabores y privarle un poco del sabor abu-rrido del chusco. ¿Y quiénes acompañaban al pan? Pues productos alimenticos muy sencillos:

Unas veces, tras coger una buena cante-llá o regañón del pan y de quitarle mucho

miajón, hasta dejarlo asemejado a la figura de una barquichuela de juguete, éste era ro-ciado con aceite, al que espolvoreaban azú-car. De esta guisa, el pan al comerlo ofre-cía el sabor amargocillo de las aceitunas, convertidas en zumo verde, pringoso y bri-llante, junto al dulzor sedativo del azúcar. Y a esta pitanza se la llamaba, simplemente, pan con aceite.

En otras ocasiones, una almorzá de aceitu-nas verdes machás nos servía para paliar el jabrear que teníamos. Aquellas aceitunas, co-gidas del árbol a finales de octubre, machadas con un mazo y lava-das preferentemente en la corriente de un regato de agua fina, hasta que perdieran algo de su típico fuerte amargor, eran guisadas y dejadas en reposo unos días, junto a unos ajos machados, sal, vinagre y, en algunas casas, con un poquito de orégano (nosotros no usamos guindas colorás, pues nos parecen que las reblande-

cen mucho, y, como me dice Paqui, no dan sabor) para poder degus-tarlas con gracia. Las aceitunas, al comerlas con un muerdo de pan, se me asemejaban a unos sorbos de un gazpacho agüaillo, que nos refrescaban el gaznate castigado y herido por nuestros griteríos pue-riles. Son las aceitunas machás con pan.

Había una determinada época del año que para la merendilla nos daban alimentos basados en otros frutos de la tierra. Con algunos

de ellos nos preparábamos la bodita, que se basaba en la unión –boda– de un higo seco con una bellota. Esta última, descas-carillada y pelada, con su color brillante y aceitoso, era introducida, atravesando la piel del higo, hasta lo más jondo de él, y, así, mezclados tan distintos sabores en tan feliz

casorio, al dar una mascada al enlace, nues-tras bocas se llenaban del dulzor áspero y aceitoso de la bellota junto al sabor dulzón, seco y resbaladizo del higo.

Ya vienen los Reyespor el olivar; ya le traen al Niño bellotas asás. (Anónimo)

En el mes de Noviembre, pasada la fies-ta de Todos Santos, con el otoño bien en-trado en su temporada, con las prendas de abrigo ya disponibles para vestirlas y con un tiempo desapacible para salir a la calle, nuestro consuelos para celebrar la meren-dillas eran las castañas asadas al calor del brasero de picón, de la cuales algunas (las más juguetonas y no rajadas correctamen-te con la navajilla) nos castigaban nuestras piernas, arropadas con la saya de la camilla, al saltar por culpa del calor. ¡Qué quitape-sares contra el frío y contra el hambre!, y es que todo resultaba dulce y amable, como el sabor que ellas nos ofrecían. Tampoco se olvidaban, sobre todo en los días lluviosos de otoño o de frío invierno, las bellotas asás, con un par de rajas en su barriga para que tampoco brincasen al calor de las brasas del brasero. De ningún modo, no estaban malas. Igualmente, una buena almorzá de castañas pilongas (que entretenían mucho,

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. LA MERENDILLA

mientras las reblandecíamos en nuestras bocas antes de ser masticadas y deglutidas) era muy bien recibida para llenar un poquito el bandúl, hasta la hora de la cena. Humedecidas con la saliva, nos parecían que engordaban y que nos satisfa-cían y alimentaban más.

En determinadas solem-nidades, nuestro atormentado rebañaero de niño era tranqui-lizado con un cacho de carne de membrillo y, cómo no, con una buena cantellá de pan, como eterno y fiel acompañante de cualquier alimento, que, en este caso, suavizaba el desabrido dulzor del membrillo.

Otras frutas que forma-ban parte de la cultura de la merendilla, eran sobre todo los plátanos, seguidos, cuando era el tiempo apropiado, de los bruños, las camuesas, las peras de San Antonio, los melocoto-nes y los higos, siempre que los pajarillos los dejaran sobre las higueras. No estaba tampoco mal, llegado el mes de septiem-bre, un buen esquilón de dulces y jugosas uvas. No molestaban, en algunas merendillas, cuan-

do la economía era penosa, las algarrobas, que tanto empacha-ban nuestros estómagos con su sabor empalagoso y dulzón, pero siempre gustosas y de muchas calorías.

No nos faltaba, determinados días del mes, un trozo de morcilla patatera, de la que ya escribí en otra ocasión, comida a pan y puño. Así mismo, tampoco nos faltaban dos o tres rodajas de mortadela, que, aun-que tiene origen italia-no, era muy bien ela-borada, en Castuera, por los Chichas. Una buena carne picada de cerdos de La Serena, hermanada con tocino y con la sal justa, ser-vían para preparar la mortadela, la cual era un verdadero goce ali-menticio y lubrificante para el galguillo. Con-seguir sacar la morta-dela de aquellos botes de latas, a esfuerzos de

golpes secos, era un trabajo de profesionales.

De igual forma, en deter-minados días festivos o durante los días de la feria del pueblo, mi madre nos premiaba a mis hermanas y a mí (igual que las madres de otros niños) con una jícara dura de chocolate. Unas veces, con el chocolate de “La Colonial”, (de los hermanos franceses Meric) tan duro y te-rroso que en la boca le hacíamos dar vueltas y más vueltas hasta reblandecerlo para, de esta ma-nera, poder engullirlo. En nues-tra zona, era éste un chocolate muy apreciado por los niños de mi tiempo, pues nos permitían poder coleccionar los cromos de algunos jugadores de fútbol

de la época, tales como Alonso, del Real Madrid, o Faura, del Español, o Quincoces, del Va-lencia, etc., y rellenar el ansiado álbum que nos regalaban en el comercio (en Castuera, en el comercio del Casa del Señorito Basto). Con respecto a esta co-lección, me recordó, hablando de ello, un amigo de Campana-rio, las penurias que se pasaban para conseguir el cromo del ex-tremo izquierdo del Club Bar-celona Manchón, que siempre quedaba el último por salir y, de esta guisa, conseguir rellenar el álbum, con el que se conseguía el preciado regalo que ofrecía aquella casa comercial: un ba-lón de badana. Otras veces el chocolate que comíamos era el

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. LA MERENDILLA

de Matías López o Mis Nietos o La Mariposa… Todos ellos nos servían para alimentarnos y, a la vez, como chucherías, y para jugar con nuestros cromos y… ¡para tener un balón de re-glamento de badana!, quien lo consiguiera, pues a nadie cono-cí que lo lograra.

No hay duda, que la me-rendilla ha formado y quiere formar parte de la cultura gas-tronómica de España, habien-do estado muy arraigada entre los niños y la juventud, y tam-bién, como las llamamos cari-ñosamente, de las agradables y buenas “Marías”, que supieron concienciarse de esta necesidad para sus hijos.

Desde finales de los años 50 y comienzos de los años 60, se podía ver (¡se podía ver!) anun-cios de yogurt, ofreciendo feli-cidad, al igual, que muchos ca-pitalinos se fiaban de un queso blando y delicioso, en porcio-nes, en forma de cuña, fabricado con leche de vaca de un caserío, con el que había que comer mu-cho pan, y que, con el tiempo, también formó parte de la cul-tura de la merendilla nacional, en todos nuestros pueblos. No olvidar la leche condensada, en tubo o en lata, para satisfacer una necesidad más.

Recuerdo que, durante mis años de mediopensionista e in-terno en el Colegio Corazón de María, de Don Benito, no me faltaron nunca un buen platito de avellanas con pan, de las que guardaba algunas para cuando me fuese a acostar, o un trozo de chorizo, de no sé dónde, con tripa como si fuera de plástico, o un par de rodajas de mortade-la o unos higos secos o un trozo de carne de membrillo o una jí-

cara de chocolate o un quesito en porciones (oh, este afortuna-do y gozoso día), etc. Pero, eso sí, todo con pan.

Con el paso de los años, la merendilla ha evolucionado, como todo, y de forma verti-ginosa. ¿Para mejor? No creo, aunque siempre nos achaquen a los mayores que sólo sabemos decir que “lo de antes era me-jor”. Tampoco hay dudas, que en los tiempos actuales dema-siadas cosas han mejorado en muchos aspectos. La verdad es que hemos pasado, en rela-ción con la merendilla, de una autentica dieta mediterránea a una autentica dieta comercial y de consumo de dudosa calidad.

Con la llegada de aquel negrito del África Tropical que, según los anuncios de la época, tan esperanzador nos lo dibujaron para hacernos fuertes y altos a casi todos los niños españoles, pasando más tarde por los ca-caos en crema, hemos llegado a una dieta totalmente modifi-cada, especie de comida basura y rápida.

En los últimos años, la me-rendilla se hace no ya con pro-ductos caseros o de casas co-merciales serias (al menos, en apariencia) en sus recomenda-ciones alimenticias para niños. Muchos chachinos y chachinas merendillan con productos comprados en quioscos de ba-

rrios o de plazoletas y en otros lugares de chucherías, donde nuestros niños se “inflan” por comer dulces malsanos, llenos de cremas de origen descono-cido, de grasas de animales y de colesterol, que se desparra-man por todos los lugares del alimento, como la baba de una babosa al pasar sobre la hierba.

De aquella dieta mediterrá-nea, con niños normales, se ha pasado a una dieta rica en co-lesterol, que el día de mañana, si pronto los hábitos alimenticios de merendillar no cambian, ten-dremos unos niños fofos, gor-dos y con las arterias impreg-nadas del colesterol “del malo”, muy propicio para provocar con el paso del tiempo graves enfermedades vasculares. Hoy día, merendillar parece más un pretexto para que los niños co-man chucherías (bollería, ham-burguesas, etc.; todo grasoso); antes era una necesidad gastro-nómica para cubrir necesidades jambrinas y para que la cena fuese más ligera. Nuestros pa-dres nos consolaban diciendo que había que cenar poco, para dormir bien, y nos recordaba los maleficios de dormir con el estomago lleno:

Por no cenar, a nadie vi morirPor mucho comer, cien milY el que no se conformaba era porque no quería o… porque no había más remedio.

Parece ser que se quiere vol-ver de nuevo a aquellos hábitos alimenticios con la saludable dieta mediterránea.

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GuillermoPaniagua Parejo

(De mi libro: Paquitas, ¿qué como hoy?)

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. AQUELLAS VIEJAS TIENDAS

Aquellas viejas tiendas

A lo largo de estos años, pongamos los últimos treinta, la sociedad ha dado un vuelco vertiginoso en todos los as-pectos. Si paseamos por el centro de la ciudad nos damos cuenta de que en los barrios “de toda la vida” se han ido

cerrando establecimientos y ya solo permanecen abier-tos en nuestro recuerdo.

En aquellas viejas tiendas llamadas po-pularmente cacharre-rías, comprábamos las socorridas aceiteras para colocar en ellas el aceite usado. Se solían comprar dos: una para el aceite usado en el pescado y otra para el usado en la carne. Era la manera de economi-zar en la cocina, pues se reutilizaba el aceite varias veces.

Otros muchos artilugios resultan casi imposible de encontrar, salvo en alguna tienda especializada en ar-tículos de cocina. Actualmente se lleva lo moderno y la modernidad introdujo el diseño y eso implica un elevado coste.

Aceiteras, ollas, cazuelas de barro, las churreras de metal (ahora “sustituidas” por unas de plástico que no hacen la mis-ma función), las es-tupendas sartenes de hierro esmaltado, tan valiosas para hacer las tortillas de patata (ahora reemplazadas por las recubiertas de teflón), artículos todos desaparecidos gracias a la moderni-dad impuesta por el microondas y las pla-cas de inducción y vitrocerámica.

Si nos gustan los programas gastronómicos, pode-mos apreciar muy claramente un aspecto en el que tal vez no todo el mundo repara.

Vemos el programa del famoso cocinero o cocine-

ra con una cocina maravillosa y una fantástica placa de inducción o vitrocerámica (otra vez los famosos artilu-gios), donde nos hacen partícipes de unos platos “fáci-les” patrocinados por las marcas de cocinas que todos conocemos ¡Qué bonito sale en televisión!, ¡Vamos a comprar una igual a la que usa…!, Porque si él la utiliza será la mejor.

Pero todo esto tiene una segunda parte. No me gus-ta hacer publicidad, pero hay un programa diario que sale en una cadena nacio-nal todas las tardes donde el reportero nos presen-ta cada día a un cocinero profesional “no famoso” de restaurante y hotel, bregado entre sartenes y ollas, acos-tumbrado a dar almuerzos, cenas a veces a más de cien personas. Fijaros: Ninguna de estas cocinas donde estos profesionales pasan tantas horas de su vida son de otra cosa que las tradicionales de

gas, así como la mayoría de los hornos; y ellos son los auténticos profesionales.

Lo demás son estudios de televisión preparados para “vender” imagen; su verdade-ra cocina no es así, ni siquiera semejante.

Esto mismo ocurre con las antiguas tiendas de ultra-marinos, ahora prácticamente desaparecidas, sustituidas por grandes cadenas de alimenta-ción de sobra conocidas.

En las primeras podíamos apreciar las legumbres traídas directamente del productor a la tienda. Ahora debemos fiarnos de legumbres enva-sadas con un cierto proceso para que duren más tiempo y no se estropeen, plastificadas sin oxigenación posible, lo

que hacen que pierdan sabor y que al comerlas notemos que ya no son iguales a las que comíamos hace años.

Adiós a todas estas cosas que ya solo conseguimos en tiendas denominadas delicatesen o de gourmet. A unos precios prohibitivos para el consumidor medio.

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En las primerastiendas podíamos

apreciar las legumbres traídas por el agricultor

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GASTRONOMÍA TRADICIONAL. AQUELLAS VIEJAS TIENDAS

Los urbanitas, además de la polución, tenemos el problema de la alimentación. Bien es cierto que también en los pueblos ya no se come tan sano puesto que en el campo son donde se utilizan los pesticidas y otras sustancias tóxicas, pero aún así se alimentan con una calidad que a los de la ciudad nos da envidia.

¿Cómo comparar unos chorizos de buena matanza con los “in-dustriales” que comemos en las ciudades? No hay color, aunque es bien cierto que cada vez se crían menos cerdos en plan casero, pero aún tienen las gallinas y pollos criados a la manera tradicional y no criados en “fábricas” como los que comemos aquí… (Y así podía-mos seguir contando mucho tiempo).

Ocurre que además de trabajar ocho horas diarias hemos de perder dos horas más en transporte al día, más las horas que precisamos para dormir, ocio, etc.… Resul-ta que no disponemos de tiempo suficiente para cocinar y vamos a los híper, compramos platos “prefabricados” que lo único que precisan son tres minutos de microon-das, pues mejor para todos… Con una plaquita de vitro-cerámica y el microondas vamos listos. ¿Para qué más? Así nos va, que sólo con pensar en un buen producto natural nos entra una envidia tremenda.

Todo esto ya es pasado: Los alimentos naturales, los antiguos productos y las antiguas tiendas familiares y de trato amigo. Los centros impersonales de ahora son las que se han impuesto para hacer la compra en familia los fines de semana y comer aquello que la industria te im-pone en magníficos escaparates.

En fin, todo esto ya no tiene marcha atrás y así será en el futuro, tenemos que acostumbrarnos a ello pues no nos queda más remedio. Pero a los que ya tenemos unos poquitos años estas fotos no tan lejanas en el tiempo y estos recuerdos harán que nos reencontremos con una época que ya no va a volver. Es necesario que nos adap-temos a los tiempos, es fácil, un euro para el carrito, lle-narlo de envases y que lo lleven a casa. Así es la compra actual, dentro de poco diremos adiós a los mercados de abastos y con ellos desaparecerán más puestos de trabajo, como actualmente ocurre con las gasolineras, si nosotros mismos nos servimos la gasolina, ¿para qué necesitamos mano de obra?.

Les deseo a todos unas felices navidades y un próspe-ro 2010 sin crisis.

Para que me conozcan: Me llamo Inés Gibaja Hom-bre, soy madre de familia numerosa y por eso aprendí a manejar el euro rápidamente ya que con esta moneda mi dinero menguó y no me daba de sí como con las pesetas, y la compra en casa es grande.

Cuando tengo tiempo (cosa bastante rara), me dedico a escribir libros de cocina, principalmente de tapas, que es mi especialidad y a participar en programas radiofónicos. También dispongo de una página web con más de 2000 bares registrados de toda España don-de se puede tapear relativamente bien. Esta página cuenta con más de 250 tapas fáciles de realizar en casa y que en muchos casos nos pueden sacar de un apuro. Si desean verla se llama www.atapear.com

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InésGibaja Hombre

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Retazos de EXTREMADURA

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Recuperación de la ermitade Sta. Ana en Peñalsordo

En mi memoria más prístina guardo el recuerdo -como sucede con todas las personas-, de las fiestas locales de mi pueblo. Tres eran, si bien se celebraban otras varias, las más importantes entre los lugareños. En primer lugar la festi-

vidad de la Patrona, Nuestra Señora Madre de Dios del Carmen, querida por todos los peñalsordenses, que por coincidir su advocación el 16 de julio con la recogida de las mieses del campo, desde tiempo inmemorial tal efeméride se trasladó hasta finales de agosto, y aún sigue. En segundo lugar citamos el Corpus Christi y su Octava, que sería declarada esta última años más tarde fiesta de interés turístico, tanto regional como nacional, y siendo bien reconocida en toda Extremadura. (Tan sólo la Octava del Corpus de Peñalsordo y la romería de la Virgen de Piedra Escrita en Campanario fueron declaradas de interés turístico en la comarca de La Serena; más tarde lo sería tam-bién La Carrerita en Villanueva). El tercer lugar lo ocupaba la festividad de Santa Ana. Todos los años cada 26 de julio los peñalsordenses celebrábamos la fiesta de la madre de María con una misa temprana en la ermita del Santo Cristo, donde se hallaban las imágenes de Santa Ana y San Joaquín con la Virgen niña. Se conocía esta advocación con el nombre de La Abuelita. Por aquellos tiempos, años cincuenta del pasado siglo, no relacionaba yo el porqué del nom-bre de Santa Ana o Abuelita con la ermita del Santo Cristo, cuando el templito debiera llamarse en lógica de Santa Ana, ya que allí no se guardaba ni veneraba imagen alguna del Cristo crucificado. Muchos años más tarde sí asociaría yo el porqué de todas estas apa-rentes incongruencias.

A su vez se oía continuamente en boca de la gente del pueblo el nombre de Santana, referido al topóni-mo de un collado existente a un Km. aproximado del pueblo, del que parte una bifurcación camino de va-rias propiedades rústicas pertenecientes a vecinos de Peñalsordo, hoy con sendas carreteras, y por el que yo había transitado con harta frecuencia a través de los años. En un momento determinado empecé pre-guntándome a mí mismo y atar cabos sueltos sobre P

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RETAZOS DE EXTREMADURA. RECUPERACIÓN ERMITA 51

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RETAZOS DE EXTREMADURA. RECUPERACIÓN ERMITA52

dicho nombre. Primero me interrogué por qué Santana, y que en aquel tiempo me re-cordaba por lo demás al general de las tro-pas mexicanas a través de una canción de mis años jóvenes, en la batalla de El Álamo. Obviamente yo sabía que no había relación alguna entre ambos Santana. Sí pensé que el topónimo de mi pueblo resultaría de la con-tracción del nombre de Santa y Ana, como era evidente. Si éste era su origen, me pre-guntaba, había muchas posibilidades de que durante algún tiempo por aquellos alrede-dores debió existir alguna ermita dedicada a la madre de María, como por otra parte yo sabía de la existencia de que en muchos pue-blos de la geografía tanto extremeña como española tenían o habían tenido templos en las afueras de esos pueblos con la advocación

del nombre de esta santa. Y comencé por la búsqueda de algún vestigio en el entorno del collado. En el mismo collado se encontraban tradicionalmente unas pequeñas eras y unas cercas con paredes de piedras informes, al-gunos de cuyos lienzos de las mismas esta-ban unidos con barro. Mirando y remirando descubrí que efectivamente, en una mínima porción de aquellas elementales paredes ha-bía unas rocas y ladrillos especiales; se trata-ba de piedras y ladrillos fuertemente ensam-blados entre sí con argamasa. Pronto sería consciente de que estaba delante del arran-que de un machón perteneciente sin duda a un pequeño templo. Había descubierto por fin lo que durante un tiempo pretendía en-contrar, el testigo fehaciente de una ermita dedicada a Santa Ana.

De su ubicación digamos que es esplén-dida. Desde esta posición podemos contem-plar un amplio y bello espacio de terreno al-rededor, comenzando por la sierra más alta de la zona, la del Torozo por un lado; y una parte del embalse de La Serena por el otro, amén del entorno con otras muchas sierras y sus picos. Dada su distancia del pueblo y sus maravillosas vistas, bien podría, pensaba yo, recuperar el monumento desaparecido con su restauración para el pueblo y sus vecinos. Con tal motivo pensé divulgar el hallazgo; y así, en una revista de Feria y Fiestas del pue-blo escribí un artículo dando a conocer el hecho y la posibilidad de restaurar la ermita, que al fin y al cabo era parte de la historia co-mún de nuestros antepasados. Para entonces quiso la casualidad de que investigando en

el archivo de la catedral de Tole-do, de cuyo obispado hemos de-pendido hasta el día de hoy, me encontré con un documento en el que el racionero de la catedral, un tal Miguel de Quintana, ha-bía sido enviado desde la ciudad imperial en visita ordinaria a la zona, visita que volvería a repe-tir tres años después. Y cuando habla en dicha visita, y tras se-ñalar que la parroquia estaba en buenas condiciones de atención y limpieza, explica que existen seis cofradías, entre ellas la Co-fradía de la Virgen del Carmen que se encargaba de sufragar los gastos ocasionados por la ermita de Santa Ana, que se había cons-truido, dice, por entonces. Esta-mos en 1658. Por tanto, sabemos que la ermita es de mediados del siglo XVII. Tampoco sabíamos al principio cuándo había des-aparecido. Otra casualidad hizo posible que averiguase asimismo la fecha de destrucción. Un día, como por entonces era habitual, investigando en el Hospital de Tavera en Toledo, correspon-diente al archivo de la Casa de Osuna, me encontré con un documento que abrió mis ojos

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RETAZOS DE EXTREMADURA. RECUPERACIÓN ERMITA 53

de par en par de tanta emoción como ex-perimenté. El administrador de la condesa-duquesa de Benavente, María Josefa Alfonso Pimentel, viuda del duque de Osuna, y due-ña a la sazón en 1814 del Señorío de Capilla, Señorío que tenía su administración central en Peñalsordo, escribe a su señora y le dice que han comprado la madera de la techum-bre de la ermita de Santa Ana para arreglar la Casa-Palacio, pagando una cantidad de dinero por dicha compra. Estamos al final de la guerra contra Napoleón y las tropas del mandatario francés habían acampado en el pueblo ocupando la ermita de San-ta Ana como avituallamiento o polvorín. Como consecuencia, se habría deteriorado el edificio y ante esta situación los cofra-des de la Virgen del Carmen optarían por vender la madera del tejado del templo. Es bien sabido que una vez que la techumbre de un edificio desaparece, el edificio en sí pronto comienza a perder sus paredes; sin duda, las piedras serían reutilizas por los propios vecinos del pueblo para construir sus casas. De este modo desaparecería la ermita completa, salvo este pequeño vesti-gio señalado, dada su estructura de forta-leza física debido a la argamasa con piedra y ladrillo que conformaba la base del ma-chón de la ermita.

Solicitaba yo en mi artículo que se hi-ciese un paseo desde el pueblo hasta donde había estado la ermita primitiva con árbo-les a los lados y bancos y mesas dentro del recinto, en torno a la ermita que debería ser restaurada, como solaz esparcimien-to de los vecinos del pueblo. Así mismo que cada 26 de julio se oficiase misa en el nuevo templo, ya que desde tiempos atrás había dejado de tener vigencia el culto a la santa en la ermita del Santo Cristo. Aquel deseo que yo manifestaba en mi escrito de la revista local, poco después fue he-cho realidad. Las autoridades del pueblo tomaron buena nota y comenzaron los preparativos para llevar a cabo las obras. Se encontraron los cimientos de la antigua ermita y se optó por su nueva construcción en un lugar un poco más arriba de donde estaba su yacimiento. Se plantaron árboles diversos tanto por el paseo como en el re-

cinto lúdico-recreativo, y se construyó una pista de baile y una barra amplia de servicio de bar para solaz esparcimiento. Hoy todo aquel deseo se ha convertido en realidad.

La nueva ermita dedicada a Santa Ana es una primorosa y delicada construcción; su autor es un joven peñalsordense, Francisco

Tapia Blanco, arquitecto técnico, hijo del alarife Francisco Tapia Cárdenas, que nos ha dejado una “joyita” con su edificación. El interior del templito de tres pequeñas naves

preside una imagen de Santa Ana con la Vir-gen niña, siendo a su vez coronado por una graciosa espadaña que soporta un también pequeño carillón, fabricado en el pueblo extremeño de Montehermoso. Tapia es au-tor asimismo del resto del recinto, en el que destaca igualmente la entrada del mismo, de ordenada y singular construcción. Con

lo explicado hasta aquí, encaja todo lo relacionado con la ermita y con su santa titular.

Tras la ocupación del espacio por los soldados franceses, la imagen que a buen seguro allí había fue trasladada a la ermi-ta del Santo Cristo, dentro ya del recinto poblacional, y que en el siglo XVIII tam-bién se hallaba asimismo en las afueras. Aquella imagen, que desaparecería duran-te la contienda del 36-39, no fue llevada directamente a la parroquia del pueblo, como hubiese sido lo más lógico, sino que se quedó en la ermita del Santo Cristo. De ahí su culto y devoción popular durante tantos años e incluso siglos por los devo-tos de Peñalsordo. Así, con el tiempo, la devoción hacia el Cristo de la Humildad, titular de su ermita, debió abandonarse poco a poco, tomando cuerpo la recién llegada imagen a su recinto con el nombre de Santa Ana y cuya festividad ha llegado casi a nuestros actuales días.

Nos felicitamos porque de este modo hayamos recuperado parte del patrimonio cultural de nuestro pueblo, con la recupe-ración de un nombre y un edificio que ya estaban perdidos en el libro de la historia local. Ello nos mueve a compartir con cuantos quieran aportar su granito de are-na para sacar a la luz el acervo cultural de nuestros bien amados pueblos extreme-ños con parte de su patrimonio cultural e histórico, y así, recuperar de ese modo asimismo nuestro total o parcial pasado en común. Ojalá así sea.

Es sabidoque, un edificio,

al perder la techumbre, sus

paredes comienzana derruirse

Nos felicitamosporque hemos

recuperado partedel patrimonio

de nuestro pueblo

AlejandroGarcía Galán

Cronista OficialVilla de Peñalsordo

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RETAZOS DE EXTREMADURA. PASTOR-POETA

Recuperando la Cultura Popular

Hace ya muchos años que un viejo amigo me habló de su tierra, de sus gentes, de sus costumbres y, entre otras cosas, de sus tipos populares

que, en definitiva, son los que ponen la sal y la pi-mienta a la forma de ser las gentes del terruño.

Y entre los tipos populares me habló de un “pastor-poeta” que, por cierto, en todo lugar los hay en más o menor medida. Ejemplo de ello,- aunque salvando la distancia- Miguel Hernández, Megía y otros.

Me contó mi amigo que a este personaje le fluían desde muy dentro con gran facilidad los versos. Versos que tal vez sin él pretenderlo, con-seguía reflejar verdaderas estampas costumbristas

del lugar: de cómo vivía la gente o de cómo se las ingeniaba las familias pudientes para hacer el veraneo, bien fuera en playas o balnearios en las fondas o paradores de aquella época. Fondas rudi-mentarias en las que tenían que llevar colchones, sábanas y otros enseres, generalmente transporta-dos en carro que no dejaba de ser un odisea.

Cuando el “pastor-poeta” conseguía un poe-ma, de inmediato lo apuntaba en los amplios za-hores que como pastor llevaba puestos, utilizan-do un trozo de ladrillo, teja o un tiza, que a veces llevaba consigo… Y yo, de su amplia producción poética, me atrevo a publicar un gracioso poema para que no quede en el olvido y se diluya en el tiempo. Poema titulado:…

En memoria y agradecimiento a D. Antonio González

Un carro llegó al balnearioNadie en el Globo Terráqueo habrá visto ni verá / Episodio tan mayúsculo como el de nuestro lugar. Poner atención lectores de cuanto voy a narrar. / Y todos conoceréis que cuanto digo es verdad.Es Medina de las Torres el referido lugar, / En agosto sus vecinos salen a veranear.Unos para Panticosa, otros a San Sebastián, / Los más se van al Raposo por venir bien a su mal,Otros van a Salvatierra no sólo para bañar, / Sino para ver allí sus cachorros fabricar.Ver a D. Manuel Moruno con su familia sin par / Que por sus graves dolencias van a este “puerto de mar”,Pues sus aguas nutren mucho a las personas “delgas” / Y Moruno y su Señora en el esqueleto están.Por eso ese día dieciséis dispusieron de marchar. / A su mozo Parreón piensan mandarlo llamarPara trasladar en carro las cosas que hay que llevar. / Pero se entera Berrillo y dice sin más ni más:“No hagas tal cosa, Manuel, por que yo soy muy capaz / De hacer esa comisión y nada te costará.Manda conmigo a Jacobo, que es un muchacho formal / Y todo a pedir de boca, no tengas duda, saldrᔓBueno, pues Jacobo y tú lo iréis a trasportar”. / Llega el día de la partida y hay que empezar a cargar.A eso de la media noche principian a trastear; / Unos arriman colchones, otros sábanas “bordás”Otros llenan de melones hasta la boca un costal. / Su suegro Antonio Bermúdez sus disposiciones daPara que coloquen bien los achiperres que van, / Pero Moruno y Fernando no lo quieren escuchar,Y éste un poco enojado viento los manda tomar. / Pero Moruno y Fernando ambos quieren ordenar.Moruno dice a Fernando: “En casa de D. Matías / Cuando había que empaquetar, si Moruno no lo hacíaPerdía la tranquilidad, / ¿Cómo quieres que delegue en ti la seguridad,Si en ropas y provisiones de comer y chascar / Y de maletas cargadas remontan un capital?Es por fin Manuel Moruno el que comienza a mandar: / “En el fondo de la bolsa se colocan los colchones,En el interior calzado, al lado los almohadones / Y en la trasera pondrás el costal de los melones.Sitúa en sitio seguro el baúl de mi sobrina / Que está repleto de ropa, pero de canela fina,Coloca sobre la cuna al muchacho de Ramón / Y así pasará la noche durmiendo como un lirón.Cuando estaba dependiendo la casa de D. Matías / Con gran satisfacción, cuántas veces me decía:¡Manuel!, no hay quien compita contigo para la paquetería”. / A las once de la noche empiezan a empaquetar Y a las mismas doce en punto tocaron Marcha Real, / Pero con tan mala suerte dejándose un gallo atrásQue si no es por el Moreno a Salvatierra no va. / Por el camino de Zafra marchan Manolo y FernandoY Moruno y su familia hacen el viaje en auto. / Ellos llegaron primero a los Baños del Moral,Mas sin saber en la estela que habían dejado atrás. / En la Cruz de los Gitanos o poquito mas allá…¿Qué fue lo que pasó? ¡Bendito San Nicolás! / Se miran el uno al otro con pasmosa admiraciónPorque vieron el vacío que habías dejado el colchón. / Ya el crepúsculo del día exhalaba sus resplandoresY ven que tampoco estaba el costal de los melones / Examinan impertérritos todo el fondo de la bolsaY ven que tampoco estaban la maleta y las alforjas, / Ni los pollos, ni las pollas, ni las gallinas “jabás”.¿Qué hacemos?, dice Jacobo, volvemos la vista atrás. / Pero Fernando le dice: “Psss, no o vamos a encontrar,De modo que seguiremos que ellos allá se aviarán”. / “¿Y cómo nos presentamos de modo tan infernal?;Eso me parece a mí proceder como un truhán”. / “Al llegar al balneario y empezar a descargarDirán con razón mis tíos; ¿Y mi colchón donde está? / Y mis sábanas de Holanda, ¡Y mi colcha “adamascá”!Y mi costal de melones criados en las Cañás / ¡¡ Qúe habéis hecho del baúl que me entregó mi cuñá !!Que está repleto de ropa de superior calidad? / A todas estas preguntas ¿Qué vamos a contestar?Que se nos han escapado porque las ató muy mal. / Entre las doce y la una llegaron al balnearioDonde toda la familia los estaban esperando / Con una gran impaciencia para descargar el carro.“Espera un poco, Manuel;” Dice tranquilo Fernando, / Y recogerás el futuro de cuanto has mal atado.Sabrás que por el camino se nos ha ido regando / Todo el ajuar que venía en las entrañas del carro.El muchacho del Moreno es todo lo que ha quedado, / Y ese no se ha caído porque venía atravesado”.

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José A. Gutiérrez Ortiz

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RETAZOS DE EXTREMADURA. FIESTAS INTERÉS TURÍSTICO 55

El Carnaval (I)

La fiesta, como parte del folklore social, constituye una cos-tumbre, una manera de hacer lo transmi-tido, mientras que la

tradición, es la forma de pensar y sentir lo que se transmite. El estu-dio de éstas es por tanto, otra forma de conocer nuestras raíces, nuestra tierra…lo nuestro. Siguiendo con la presentación de nuestra Extre-madura “fiestera”, en este número, y manteniendo a Febrero en nuestro calendario toca hablar de una de las fiestas más celebradas en nues-tra comunidad que, por regla ge-neral transcurre durante éste mes, pero, con una fecha tan loca como en sí es su contenido. Si, es el car-naval, celebrado en casi la totalidad de nuestros municipios en mayor o menor medida, y entre muy distin-tas tradiciones

El carnaval, es una fiesta popu-lar, cuyos orígenes se remontan, se-gún numerosos estudios de Etnolo-gía y Folklore, a las fiestas romana “Saturnales”.

Aunque el carnaval es diferen-te según donde se celebre, (Río de Janeiro, Venecia, Cádiz, Villanueva de la Vera, Navalmoral de la Mata, Badajoz…) ya que está unido a la tradición e idiosincrasia del lugar,

comparte la misma idea: la supre-sión de las reglas de la vida cotidia-na, para dar rienda suelta a la ima-ginación.

La definición del Diccionario Histórico de la Lengua Española, considera el Carnaval como “el pe-riodo de los tres días que preceden al Miércoles de Ceniza”

Así, el carnaval se desarrolla en los días que preceden a la Cua-

resma y como antesala a estas fiestas sacras y religiosas que comienzan des-pués del miérco-les de ceniza.

Sin duda al-

guna, y, aunque esta festividad se celebra con intensidad en un gran número de las localidades extremeñas, no podemos evitar pensar, con sólo pronunciar “Car-naval”, en Badajoz o Navalmoral de la Mata

EL CARNAVAL DE BADAJOZ

El Carnaval de Badajoz, forma parte de un calendario festivo que transciende la geografía local y las fechas de celebración, es decir, que forma parte de la vida de la ciu-dad, del carácter, de la identidad, a lo largo de todo el año. Esa es su grandeza, la capacidad de generar entusiasmo por una fiesta que, a pesar de ser en febrero, es también importante en verano, otoño o pri-mavera.

Badajoz en Carnaval, se hace más grande, gana en prestigio, en interés, en atractivo y, su carnaval, pasa por ser una fiesta con todos los ingredientes para ser considerado, sin duda alguna, uno de los eventos festivos y tradicionales imprescin-dible de nuestra Extremadura.

HISTORIA. La historia del Carnaval de Badajoz no es extensa en el tiempo pero sí rica en matices. Aparecen referencias a la fiesta en Badajoz en el siglo XVIII. A pesar de las críticas y reglamentaciones de los poderes civil, militar y reli-gioso de cada época, los carnavales pacenses, tuvieron períodos de in-usitado esplendor y fama, en espe-cial en la 2ª mitad del s. XIX y hasta el primer tercio del XX, Después, la guerra civil y el régimen franquis-ta con sus prohibiciones, termina-ron con el viejo carnaval para que

ya a comienzos de los 80, y con el advenimiento de la democracia, un grupo de desinhibidos ciudadanos, liberándose de falsos perjuicios y miedos convocan al pueblo de Ba-dajoz a salir a la calle disfrazado el 28 de febrero de 1981, actividad que por el fallido intento de golpe de Estado del Teniente Coronel Te-jero (23-F) tuvo que retrasarse al-guna semana.

Ésta es la 1ª iniciativa precur-sora de una fiesta que poco a poco fue creciendo tanto en presupuesto, como participación y popularidad, hasta el punto de ser catalogado como el “tercero de España” detrás de los de Cádiz y Tenerife, o de po-der hacer realidad el viejo sueño de los carnavaleros pacenses de contar con un Museo del Carnaval, gracias al respaldo del Ayuntamiento, Di-putación provincial y la Junta de Extremadura.

El auge del carnaval, le llegó a dar el rango de 2ª fiesta local al Martes de Carnaval (la 1ª es San Juan) en retraimiento de la romería de San Isidro.

PROGRAMA. En los progra-mas sobresalen algunos festejos que se han hecho tradicionales, el Viernes, tiene lugar desde el bal-cón del Ayuntamiento, el pregón anunciador de las fiestas, a cargo de algún personaje destacado (Jual Luis Galiardo, Carlos Cano, Miguel Bosé, Tip y Coll, Antonio Ferrera, Tam Tam Go!...). A continuación, y desde el Teatro López de Ayala, el esperado concurso de murgas, con-curso que, dada su extraordinaria progresión en el número de parti-cipantes celebra una fase clasifica- In

teré

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rístic

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RETAZOS DE EXTREMADURA. FIESTAS INTERÉS TURÍSTICO

toria previa de lunes a jueves.La tarde del Sábado, está dedicada a los concursos infantiles, o

“sucesores del Carnaval” como se les anuncia en los programas de mano, hasta que llega la noche y con ella las miles de decenas de personas que salen a la calle para mostrar su ingenio en forma de disfraz durante largas horas hasta recibir el tan esperado Domingo en el que los miembros de las comparsas, con tan sólo algunas horas (los más afortunados) guardan el traje del año pasado que lucieron toda la noche del sábado, para estrenar el nuevo, cargado más que de plumas y lentejuelas, de ilusión, música y alegría para convertir a su “Reina del Carnaval”, el Desfile de Comparsas en algo de lo que todos los pacenses se sientan orgullosos de ver y mostrar a los numerosos visitantes que se desplazan para disfrutar de un espectáculo visual que sólo sin moverse del sitio dura más de 2 horas. El desfile, cada vez es más variado en el origen de sus decenas de comparsas participantes (Gévora, Talavera la Real, Montijo, Valdelacalzada, Elvás, Campomaior…)

Así, llegamos al Lunes, cuyas horas de sol, son dedicadas al descanso, para poder llegar a la noche, con la energía suficiente como para que, entre ritmo de samba en “San Juan”, de tambores

y bailes con las comparsas que te sorprenden en cualquier rincón de la ciudad o entonando cual-quiera de las canciones que junto a las murgas interpretan en los numerosos bares de la ciudad… podamos “aguantar” a la llegada del tan esperado Martes para ir a San Roque a disfrutar de un nue-vo desfile de comparsas.

Eso si, algo peor ataviadas que en el anterior pues la larga noche pasa factura en sus trajes y tocados, que va precediendo a la “pobre sardina” acompañada por los obispos y sus desconso-ladas viudas, tras cuyo entierro, una descomunal sardinada, regada generosamente con vinillo del bueno, pone punto y final al Carnaval del año para dar inicio a la cuenta atrás del próximo.

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Raquel Valadés Gil

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En este año que cele-bramos el Bicente-nario de la Batalla de Medellín, desde estas páginas de la Revista “Caraman-

cho” queremos rendir un tributo de admiración y homenaje al coraje y a la valentía de los hombres y mu-jeres que murieron víctimas de esta sangrienta contienda, ejemplares extremeños/as que defendieron la independencia de nuestro país el 28 de marzo de 1809, en el trián-gulo comprendido entre Medellín, Don Benito y Mengabril, en los parajes de Retamosa, Vegas del Or-tiga, Veguilla de don Llorente, Re-dondilla, Dehesa Boyal y Cañadilla del término de Don Benito. Batalla considerada como una de las más sangrientas de la Guerra de la In-dependencia, por el elevado núme-ro de víctimas que se produjeron. Batalla que muchos jóvenes no han tenido la oportunidad de conocer en los libros de historia.

Por ello, hemos considerado de interés, transcribir el siguien-te artículo escrito por el Marqués de Torres Cabrera en el nº 2 de la Revista Extremadura, Tomo I, Cá-ceres –marzo -1899, con el Título UNA PÁGINA DE LA HISTORIA DE LA INDEPENDENCIA conta-da por el que ayudó a escribirla con su sangre.

Diego Soto Valadés. Cuando recorro los campos de

Extremadura y especialmente las orillas del Guadiana, siempre re-

cuerdo con tristeza, una historia que me contaron en mi niñez; y como pudiera servir para escla-recer algún hecho de la gloriosa independencia de mi patria, voy a transcribirla tal y como me la relató un anciano que en mi adolescencia fue mi ayo inseparable.

Éste fue Medellín, me dijo un día desde la puerta del Castillo, que en el alto de un cerro domi-na el pueblo, adonde yo iba con frecuencia a visitar la tumba que en una brecha de su muralla Norte, tiene uno de mis ascendientes. Esa di-latada llanura que se extien-de al saliente del pueblo, fue encharcada con la sangre de nuestros escuadrones el 28 de Marzo de 1809. La noche que precedió a ese día, fue de una angustia para mí tan indeci-ble, como la que debe sentir el que va a perder la vida.

El Síndico del Concejo

D. Francisco Ramos, que vivía en la casa inmediata en la que nació Hernán Cortés, me ordenó fuese a decir a D. Joaquín de Capua, Al-calde a la sazón, que el peligro de una próxima batalla era inminente y que convenía deliberar a fin de ver qué medios se adoptaban para no exponer al pueblo a los horrores del saqueo, caso que el ejército del

Queremos rendir homenaje a estos

valientes que lucharon por la independencia

RETAZOS DE EXTREMADURA. LA BATALLA DE MEDELLÍN 57

La Batalla de Medellín

Bat

alla

de

Med

ellín

A mis abuelos “Matías y Cándida” a los que tuve la suerte de conocer y tengo siempre en el corazón

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RETAZOS DE EXTREMADURA. LA BATALLA DE MEDELLÍN

General Cuesta, que venía de Villanueva de la Serena fuese derrotado.

Lo recuerdo como si fuese en este momento; al pasar por delante de la casa donde nació el gran Cortés, con sus cua-tro puertas como calle de tiendas y sobre la que servía de entrada, que era ovalada, en su parte superior, había una Virgen del Socorro a la que servían de escabel un sol y una luna, separados por el letrero Pura María, me postré de hinojos, y pedí a la Imagen, de todo corazón, que como guió a Hernando a la victoria, nos protegiera en la próxima lucha: mas todo en vano, estéril mi oración, inútil la bravura desplegada en la batalla.

En aquella eminencia, proseguía el an-

ciano, señalando un pequeño cerro que en la margen izquierda del Guadiana está paralelo a la Sierra de Yelves, se encontra-ba el viejo General Cuesta, caballero en su corcel blanco, al frente de toda nuestra ca-ballería, y en la izquierda de las fuerzas que se extendían una legua en fatal media luna, descansando en el río, y era mandada por el General D. Juan Henestrosa. El General Trías que mandaba el centro, hacía frente al espacio que media entre el puente y el General Cuesta; y el General Eguía, con la tercera división, ocupaba el ala derecha de nuestra línea, reforzada con los bravos mandados por Alburquerque.

A las once de la mañana, los fran-ceses, mandados por el Mariscal Víctor, sa-

lieron de Medellín, y presentan batalla, des-cribiendo un arco cuyo extremo izquierdo se acercaba al Guadiana y lo componía la caballería de Lassalle, y el derecho apo-yado en el río Ortiga, lo mandaba Latour Maubour, que con las tropas de reserva su-maban 18.000 infantes y 3.000 caballos: y empieza la artillería francesa con nutrido fuego que diezmaba nuestras filas, mientras D. Juan Henestrosa y el Duque del Parque, que mandaban nuestra derecha, deshacen completamente a Lassalle y Villate.

El General Trías y los suyos, luchaban cuerpo a cuerpo con variable fortuna con-tra los galos de Ruffin, y aquel puñado de soldados auxiliados por gente bisoña y en su mayor parte sin armas, tienen a raya a

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las tropas del Capitán del Siglo. Un esfuerzo más, que ya los franceses empiezan a retroceder por un puente de barcas que tienen por cima de la Sierra de Yelves.

El Duque del Parque, con las fuer-zas del ala izquierda, carga sobre una batería francesa, que con sus certeros disparos inutilizaba nuestros movi-mientos, y el abanderado Montene-gro pierde el brazo que sustentaba la bandera, arrancado por una bala de cañón y cae envuelto en la enseña de Castilla y pasan sobre él los soldados, pero se levanta, empuña la bandera con la diestra mano y se une a los suyos, y ya la batería enemiga no les ofende con sus fuegos dada la proxi-midad de los combatientes, y los franceses ceden y la victoria es nues-tra; pero aparecen por la parte de Medellín los dragones capitaneados por Latour que estaban tras el convento de San Francisco y cargan a los nuestros por la espalda; éstos, sorprendidos, huyen en ver-gonzosa fuga, arrollando en su vertiginosa carrera cuanto encuentran y deshaciendo nuestra débil línea de batalla. ¡Loor a los que aún siguen combatiendo!

El General Cuesta cae arrollado por los suyos pagando así su falta de pericia al no tener tropas de reserva: los franceses se ensañan con los nuestros; Cuesta, herido en un pie, no puede volver a montar y se dispone a morir matando antes que caer prisionero; el soldado Fuentes, que le ve en aquel estado, le ayuda y le pone en salvo a punto que un dragón le hiende la frente de una cuchillada, cicatriz honrosa que mos-traba en su ancianidad.

Pero aún viene allí el Duque de Al-burquerque con su ligera caballería a toda rienda a proteger nuestra indefensa infan-tería.

La pesada caballería de Latour suspen-de la matanza y se apercibe nuevamente a la lucha, pero los nuestros sin aceptar un combate decisivo y en pequeñas escaramu-

zas, entretienen al enemigo dando tiempo a que el resto de nuestro ejército se salve.

Cuando D. Juan Campos coronel del escuadrón que aún no tenia uniforme, compuesto de la nobleza de la provincia, contó sus soldados, vio con horror que no

eran más que siete los que sobrevivían a tan gran hecatombe, tan grande que a pesar de hacinar a carros los cadáveres en hondos y redondos pozos abiertos al efecto, aún sorprenden estos campos por su fertilidad; tanta sangre regó aquella tierra en que hubo

de nuestra parte 8.000 cadáveres. Dueños los franceses de

la villa de Medellín, el Alcalde Capua y el síndico Ramos, únicos indivi-duos del concejo allí presentes, con-ferenciaron con el Mariscal Víctor y le acompañaron a la casa solariega de la Marquesa de Torres Cabrera, don-de fijó su residencia, mientras Lassa-lle la fijaba en la casa del Conde de las Atalayas.

El Mariscal puso una guardia de tres soldados en cada convento, y mandó construir con la madera de las iglesias una calle desde el llano al Castillo, y con las rejas y balcones de la población, entre ellas cinco del Ayuntamiento, herraduras para la caballería.

En un cubo del Castillo estable-cieron centinelas que daban la señal de alarma tañendo una campana. A

las pocas mujeres que quedaron en la po-blación, las impusieron como contribución de guerra la conducción del agua en cán-taros para el abastecimiento del ejército y para calmar la sed de los prisioneros, que encerrados en el Castillo llegaron a co-merse el forraje sembrado en su plaza de armas; tanta era el hambre que les acosaba y tan escaso el alimento.

Como recuerdo de aquella triste jor-nada, me dio mi viejo acompañante y aún conservo, un medallón ovalado, de una pulgada de radio, que encierra bajo cón-cavo cristal el retrato de busto, miniado en marfil, de un joven oficial francés, de agraciado rostro, ojos pardos y fresca boca sombreada apenas por naciente bozo, y en el reverso del medallón formado por una chapa de oro, las letras enlazadas R. C. G.-París-10-1790.

Por aquél medallón hubiera dado alguna francesa todas las conquistas del imperio: yo le cedería aunque con pena a quien lo reclamase como recuerdo de fami-lia.

El GeneralCuesta caearrollado

pagando su faltade pericia

Los centinelas daban la señal de alarma tañendo

una campana desde el castillo

RETAZOS DE EXTREMADURA. LA BATALLA DE MEDELLÍN 59

Diego Soto Valadés

Cronista Oficial de Don Benito

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Sob

reno

mbr

esApodos de Campanario

En Campanario, la mayoría de la gente tiene apodo (tenemos recogidos más de 800). Es corriente que cuando se habla de alguna persona conocida por los interlo-cutores se diga el nombre y a continuación el apodo; así es más fácil reconocerla.

Son pocos a los que no les gusta que le digan su apo-do, y muchos están orgullosos de llevarlo. Si alguien de fuera dice a uno de Campanario: “Si voy a tu pueblo ¿por quién pregunto para poder verte?”. Éste le contesta: “Tu pregunta por… ” (le dice su nombre y el apodo).

Si los nombres no son corrientes aquí, se convierten

en apodos en los hijos: “Los Cirilos”, “Los Rufinos” “Ma-ría la Sebastiana”…Igualmente pasa con los apellidos. En algunos casos el apodo está formado por varios nombres de los ascendientes, como “Diego el de Paco el de Qui-co”.

Cuando alguien ha trabajado durante muchos años en una finca, se le llama por el nombre de ésta. Después este apodo pasa a los hijos: “Los Berciales”, “Badija”,

“Chavillos”, “Censo”... Si ha tenido algún cargo especial (guarda, mayoral…) se le dice el cargo y a continuación el nombre de la finca: “el guarda del Caserón”, “El Cor-tijero”…

También es normal que si alguien tiene un oficio poco común, éste pase como apodo a sus descendien-tes aunque éstos ya no trabajen en ese oficio: “Manolo el Relojero”, “Diego el Molinero”, “María la Panaera”, “Inés la Sacristana”…

Si llega un forastero a vivir al pueblo, al poco tiempo se le bautiza con su apodo correspondiente, generalmen-te apropiado a alguna característica especial que éste po-

sea o, a veces, con el nombre del pueblo de donde procede.

Hay apodos que pasan a familiares durante varias gene-raciones (En el Libro 3º de de-funciones de 1698 del Archivo Parroquial hay una relación de nombres con el apodo corres-pondiente y muchos de ellos si-guen existiendo en la actualidad: Rivero, Gato, Colorada, Moline-ro, Chaparro, Tobala, Borrasca, Paloma, Capitana, Prior, Orella-na, Perdigona, Manchego, Ron-co, Colorina, “Jorrillo”, Serrana, Huerta Barroso, Calderona, Ju-rona, Morena...); otros desapa-recen si el que lo lleva, muere sin descendencia. Por otro lado, entre los jóvenes aparecen cons-

tantemente otros nuevos, algunos muy sofisticados: así, “J. R” (a la persona que se lo dicen se llama José Ramón), “Multiusos” (es herrero y fontanero), Mario Conde (tie-ne el físico parecido al famoso banquero), Guti (por el jugador de fútbol)…

Los hay muy variados. He aquí algunos de ellos cla-sificados por:

RETAZOS DE EXTREMADURA. APODOS DE CAMPANARIO60

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PROFESIONES Pastelero, Latero, Molinero, “Me-

dior”, Carbonero, Pastorcillo, “Labraor”, Cacharrero, Herrero, Relojero, Sillero, “Pa-naero”, “Jarriero”, Gallinero, Conejero...

ANIMALES Son los que más abundan: Bicho,

Besugo, Cabras, Mosca, León, Gato, Borre-go, Novillo, Potro, Perrita, Grillo, Peces, Rana, Pardilla, Carpita, Perdigón, Ratón, Palomo, Colorín, Canario, “Coguta”, Loro, Milano, Pato, “Gurriato”, Pajarito, Tordo, Po-llo, Cuco, Yegua, Caracol...

VEGETALES

Olivares, Chaparro, Beren-jena, Tomate, Pepino, Higos, Lechuga, Canela, Cebolla, Be-llota, Pero, Forraje, “Jaba”...

OTROS ALIMENTOS

Bollo, Bizcocho, Cho-colate, Bombón, Miel, Pasteles, Callos, “Moraga”, “Jornazo”, “Pringá”...

CUALIDADES O DEFECTOS

Bueno, “Mutilao”, Manqui-to, “Salao”, Ricuelo, Gordito, Maja, Rabioso, Ronco, Chato, Buena Moza, Salvaje, Bravío, Gracioso, Chiquitín, Rebonito, Malospelos…

PROCEDEN DE NOMBRES DE PERSONAS

Felipitos (de Felipe), Rufinos (de Ru-fina), Martinito (de Martín), Cosmita (de Cosme), Carpio (de Policarpio), Fernando el de Abuela…

PERSONAJES FAMOSOS

Marchena, Paquera, Berruezo, Peralta, Urtain, Cordobés, Stalin, Montoya, Alga-rrobo, Cabrero, Piyayo...

MILITARES

Cabo, Sargentillo, Alférez, Capitana, Teniente, Generala, “Soldao”, Furriel, Re-cluta, Civil...

PUEBLOS, CIUDADES, PROVINCIAS... Abenoja, Peloche, Montánchez, Alcán-

tara, Magacela, Guareña, Moraleja, Mon-terrubio, Baracaldo, Maguilla, Navarra, Caracas, Corea, Morón, Zaragoza, Berlín, Medio Mundo, Castuerilla...

RELACIONADOS CON LAS ARMAS Y LA GUERRA

Escopeta, Trabuco, Rifle, Cañones, Me-tralleta, Guerra, Bandera, Coracero...

PARENTESCO

Abuelo, Abuela, Hermana, Tocayo, Ma-mita, Pariente, Primo…

OBJETOS

Perola, Remache, Taburete, Sierra, Barril, Tambor, Postigo, Cartera, Porrón, Cortina, Canta-rito, Bola, Mochila, Petaca ...

PARTES DEL CUERPO HUMANO

Boca, Ojitos, Cabeza, Seis “deos”, Pelo, Nariz, Barriga...

RELACIONADOS CONLA RELIGIÓN

Curilla, Monje, Beato, Francis-cana, Monacilla (de monaguillo) , Diego Dios,

CONSTRUCCIÓN

Pilares, Adobe, Pingote, Puen-te, Tabique, Casa Grande, Areni-llas, “Paeres”

DINERO

Céntimo, Cuartitos, Perra gorda, Cal-derilla, Millón...

apodos sobre dinero: céntimo, cuartillos, perra gorda, calderilla,

millón...

RETAZOS DE EXTREMADURA. APODOS DE CAMPANARIO 61

JuanSánchez Huertas

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Artículos VARIOS

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ARTÍCULOS VARIOS. BELÉN DE LA ERMITA 63

El belén de la ermitaCuento de Navidad

Corría un vientecillo juguetón juntando las hojas secas de los árboles, en el paseo de la ermi-ta del Santísimo

Cristo del Humilladero, haciendo remolinos, llevaba las hojas de un lado a otro incansable. Transcurría el Otoño y era mediados del mes de Noviembre, un grupo de varias personas bajaron de un coche con utensilios en las manos, y prestos se dirigieron a la entrada de la ermita. Igual que años anteriores estas en-tusiastas personas, se preocupan de la ardua tarea de montar el belén de Navidad. Es un trabajo laborioso dada su grandeza, volver a poner to-das las piezas en su sitio, montar lu-ces, la cascada del río, el pozo con la noria con el subir y bajar de cangilo-nes, montón de casitas diseminadas, los pastorcillos, el asno, el buey, las ovejitas, los reyes magos, la estrella de oriente, etc...

Abstraídos con el montaje del belén, no se percataban de la entrada y salida de devotos. Una tarde finali-zando el trabajo, les movió la curio-sidad ver a un hombre de aspecto ex-traño sentado en un banco, cerca de donde ellos montaban el belén. Muy entusiasmado miraba el belén y en su cara brillaba una apacible sonri-sa, que desprendía amor y bienestar. Vestía humildemente, barbas negras pobladas, el pelo de la cabeza liso, colgando la melena sobre sus espal-das. No le dieron mayor importan-cia, la sorpresa fue a la tarde siguien-te. Allí estaba el hombre extraño, en el mismo sitio, en el mismo banco. Picados de curiosidad comenzaron

a preguntar a los curiosos que en-traban para dar los últimos toques al belén, y a los fieles que asiduos visi-tan la ermita.

Lo curioso es, que nadie veía a este hombre y tomaban a risa los co-mentarios sobre el extraño. Todas las respuestas coincidían. ¡Solo os ve-mos a vosotros que estáis montando el belén y a los que entran a rezar!

Al día siguiente, finalizado el be-lén que había quedado precioso, allí estaba el hombre extraño. En su cara una sonrisa de bondad, sus ojos cla-vados fijos en el belén, desprendían una luz fulgurante, que hacía se vie-ra con nítida claridad el establo del niño recién nacido, que sonreía apa-ciblemente igual que aquel hombre que con amor lo miraba.

Fuera de la ermita la tarde se había puesto oscura, caía agua, y un fuerte viento hacia mover la ve-leta del campanario, sin rumbo fijo. Dentro de la ermita el belén estaba terminado, los montadores compla-

cientes se felicitaban por lo bien que había quedado. ¡Mejor que años an-teriores!, comentaron ufanos.

En ello estaban cuando vieron al hombre extraño, que silencioso se levantó del banco y comenzó a ca-minar hacia la puerta de salida.

¡Que se va! Exclamaron todos corriendo hacía él.

¡Por favor, quédate que está llo-viendo!, dijo otro.

¿Cómo te llamas? le pregunta-ron.

Miró a todos dulcemente y con-testó-

¡Yo me llamo Jesús!Diciendo esto desapareció su fi-

gura.Las huellas de sus pies quedaron

impresas en el mármol del suelo de la ermita.

No había sido un sueño. Solo ve la verdad el que ama a Dios.

Sen

timie

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sinc

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EmilioDíaz Herrera

Page 65: CARAMANCHOS - Nº 10 (2009)

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heUn artículo así de chiquinino

Hay días, queridos amigos, que las noticias que salen a la calle, jun-to con la situación particular que cada uno tenemos, repercuten en nuestras vidas. Y es que, aunque no queramos, somos sensibles,

sobre todo cuando los acontecimientos diarios nos machacan. Voy a contaros el sueño que tuve la otra noche, fruto de unas noticias y experiencias vividas durante la jornada mañanera:

“El despertador, ese enemigo insufrible que tene-mos cerca de nuestra cabeza, empezó a repicar con más ansias que otras veces; parecía como si quisiera vengarse del poco aprecio que le tengo. Con el sopor y la desgana habitual, eché este cuerpo que tengo, porque es mío, abajo del pedestal de los sueños. Des-pués de los quehaceres de costumbre, salí a la calle. Todo parecía nor-mal. De pronto, como si fuese un trueno de esos impensados, las noticias se iban acumulando ante la mirada atónita de las gentes de la calle.

Por un lado, un em-baucador de turno que-ría vendernos que todo estaba en su sitio, que no había motivos para alar-marse, que las circuns-tancias que estábamos atravesando eran fruto de una remorata pasa-jera, consecuencia de una tormenta puntual y previsible. Cuando ya empezábamos a creer al embaucador de turno, se nos presenta la realidad patente y machacona: el sueldo no llega a fin de mes, los caprichos están vedados, el puesto de trabajo se tambalea como si estuviese en un columpio de parque antiguo y el horizonte, como si se hubiese convertido en mal augurio, vertía su ne-grura espesa, llenando toda la calle de sombras y de dudas.

Por otro lado, los mercaderes que están siempre en el mercado, seguían llevándose nuestros produc-tos, pagando una miseria en comparación con lo que ellos se llevan a sus bolsillos. Y nuestro pueblo, con toda su riqueza natural, era menospreciado y arrinco-nado, en “aras de la solidaridad”, cosa que, al parecer, solamente nos corresponde a nosotros, porque los

“otros”, que son tan buenos y tan sensibles, pues tie-nen una “casta” distinta, bastante tienen con admitir a nuestra gente cuando van a trabajar a sus reinos.

Seguí mi camino y me encontré con la comitiva que intentaba borrar todo lo que nos puede caracteri-zar como pueblo extremeño que somos y, por tanto, pueblo de España.

Allí estaban los que se llevaban el momio, los que van por el mundo de sus mundos como si los demás no existiéramos, los que se creen que son santos, por-que siempre van encima de las andas procesionales, y los que intentan arrasar con todas las tradiciones y valores que no les pertenecen. Por querer acabar, intentaban destruir nuestro idioma, a nuestra lengua, a nuestro habla, como si eso fuera posible, prohibien-

do su uso en comercios, calles, cines y, lo que es peor, en escuelas públi-cas pagadas con el dinero de todos los “distintos”.

Noté un calor tre-mendo que me apretaba el pecho, amenazando mi corazón dolido.

¿Acabar con nuestras tradiciones, con nues-tras costumbres, con nuestras características de pueblo? ¡Eso jamás! Y me desperté de golpe.

Miré fijamente a mí alrededor. Todo parecía en su sitio. En mi mesilla de noche había un papel que decía: tienes que es-

cribir un artículo para la revista de “Caramanchos”. Me recosté en la cama, con la vista puesta en el techo de la habitación, viendo cómo pasaban momentos de mi niñez: acontecimientos festivos, actos populares enseñando sus raíces más profundas y, sobre todo, un orgullo de ser pueblo puro y noble. Y di gracias a Dios porque, todavía, hay gentes en nuestros pueblos que defienden nuestras tradiciones, nuestras costumbres y nuestro folklore, sin pisotear los de los demás. Y me sentí orgulloso de que en nuestros pueblos hubiera gentes como “Los Caramanchos”. Cerré los ojos y me sumergí en un profundo sueño. Pero esta vez sin pe-sadillas.

ARTÍCULOS VARIOS. ASÍ DE CHIQUININO64

Tomás Chiscano Andújar

“El despertador,ese enemigo

insufrible que tenemos cerca de

la cabeza...”

Page 66: CARAMANCHOS - Nº 10 (2009)

Todos los días son buenos para apren-der. El vivir de los tiempos es como decir que es escuela, que cada día es motivo de una nueva lección y, siem-pre descubres algo nuevo. Es gratifi-cante saber escuchar, y poner toda

atención, lo que en días tras días, algo se te ha queda-do. Eso es ya una lección.

Las tertulias donde hay derroche de ideas, es signi-ficante ejemplo, que, asistiendo a ellas con frecuencia, te servirán para concebir las tuyas propias que las en-contrabas. Si éstas no las hay, tienes que proponerte a que se realicen. Comprenderás que en ellas se esta-blecen discusiones de variados conceptos, algunos sin importancia, pero otros salen a la luz de forma ines-perada, de los que tú vas a aprender. Existen grandes centros educativos basados en simples charlas, donde los profesores emiten sus ideas, y los demás también hablan y, de todo ello, cada día, sale, al menos, una idea o una preciosa lección. El saber hablar no nace de forma espontánea, precisa de una combustión ace-lerada dada por constantes temas o discursos que, los tiempos de su manejo, sean de bastante abundancia.

Entiendo como arte la expresividad clara, concisa y con una bella entonación, -si no musical-, si, que sue-ne agradable, de ahí, los bellos cantos poéticos que, sin duda, es la mejor escuela que se escucha. De todo esto fluyen sentimientos y placeres que alumbran grandes poemas que escuchamos a grandes poetas.

La poesía es como un rayo de luz que penetra en tu alma y en tu corazón, ellos, no lo dudes, son los prin-cipales artífices de este bello arte. El alma, que es todo corazón, pone su fina sensibilidad al servicio de aquel momento tan grato, desde luego, cuando vas a conce-bir una obra poética, que, te ilustra y te acompaña, y sientes que tu propia sensibilidad es juego soñador de hermosas esperanzas. ¡Quién no sintió congoja y al-guna lágrima escribiendo un poema…! El corazón te reta, hasta te obliga a vivir sensaciones tan bellas, que, si en principio lo sientes, después es fiesta del alma. Un poema, un soneto, una poesía soñada, es para el que es poeta, la alegría que esperaba; y, cuando tú ya la acabas, que la cantas con amor, con ilusión en el alma, qué alegría, qué sosiego y que bonita esperanza.

Por eso, yo te diría, repitiendo con agrado, que vayas a las tertulias, pero si no existen, búscate bue-nos amigos, hacer reuniones con charlas, que de tanto que se hable, algo te llevas a casa. Hablar mucho, que hablando se aprende a discurrir sensaciones y a de-cirlas o a callarlas, pero con gran propiedad, porque te acuerdas de ejemplos que aprendiste en la tertulia

un día o tres mañanas. Habla, que hablando se apren-de a decir bellas palabras, y a darle la entonación sin discursos ni bravatas. Tus amigos lo verán, y vas a ser más querido, o mucho más preferido por oírte bien hablar.

Las tertulias, buen amigo, además de ser escuelas, son de gratas distracciones, de hacer buenas amista-des, y de aprender que la vida, vivirla es adorable.

ARTÍCULOS VARIOS. EL ARTE DE LA PALABRA 65

El arte de la palabra

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José Lemus Fuentes

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ra El regusto de volver

La historia nuestra, la personal está unida a la tierra que nos vio nacer, para muchos de nosotros que en verdad la amamos tiene la claridad y el reflejo de todos los recuerdos aunados a la memoria de los que allí naci-

mos, porque en ellos se alían los más bellos momentos en la armonía infinita de quien no podemos olvidar no sólo nuestro pueblo y paisajes, sino a las personas que han velado por el prestigio de ese viento impetuoso que siempre nos revive a ese sabor agridulce de todo lo nuestro.

Todos nos asomamos por el postigo de luz al alma de nuestra tierra con sus encinas al lírico paisaje que las rodea y que por mucho tiempo que pase nunca conoce-rán el declive en nuestros corazones.

Siempre tenemos pre-sente el recuerdo infantil al curso guadianero y fascinante que debemos a la historia que siempre conservamos encendida en nuestra sangre y que nunca caerá en el descui-do del olvido.

Renacen todos sus en-cantos al cielo azul estrellado, a todo aquello que hace a uno encaramarse de una manera inenarrable al alma de la añoranza siguiendo el ritmo profundo de las más bellas manifestaciones.

Al dejar la distancia se respira eso que da un co-lorido propio y exclusivo a la ritualidad popular que nuestros antepasados nos legaron, y a las que siempre

nos mantendremos fieles a la influencia de nuestras cos-tumbres.

Creo que buena parte de los hoy lejanos volvemos a los caminos andados hace tanto y tanto tiempo en días pasados para recobrar aquella existencia dotada de gran esplendor guardado por la mayoría de extremeños que son tradicionales al orden de su nacencia.

Agosto y verano, es nuestro mes mayor del año, en gran parte llegamos para ser solidarios con lo nuestro y los nuestros, sumidos en esa alegría de dar y compar-

tir conversaciones en esas noches azuladas, punteadas por relucientes estrellas, hi-leras de corazones, son aho-ra testimonios vivos de amor hacia lo que durante un lar-go año hemos esperado.

Así es esta tierra nuestra, remanso de paz en ese am-biente de hermandad que re-bosa fuera de lo común. En nuestros pueblos comienzan las FERIAS, exaltación que realza más y más esa blan-cura de cales besando las paredes en la apoteosis de tradiciones, en las conme-moraciones a la obertura de estas jornadas que siempre tendremos presente en nues-tra melancólica partida.

Renace a la memoria el ritual singularísimo de dejar las obligaciones cotidianas, invitación al movimiento de la comunidad para levantar la copa al brindis por ese nuevo encuentro anual que resume y revive al senti-miento un trozo del tiempo pasado.

ARTÍCULOS VARIOS. REGUSTO DE VOLVER66

Lorenzo Medel Romero

Todos nos asomamos por el postigo de

la luz al alma de nuestra tierra

Page 68: CARAMANCHOS - Nº 10 (2009)

ARTÍCULOS VARIOS. DE SUS POEMAS 67

Desde Granja....al folklore

Al grupo Caramancho, por su entrega ge-nerosa a Extremadura y por su divulga-ción de las hondas raíces de nuestro vivo folklore popular. Con mi admiración y

cariño,

Poe

mas

VILLANCICO QUE LLAMAN DE LOS COLANDEROS*

Cantando están las campanasla noche de Nochebuena-ay, qué pena-que aquel pastor no puedevenir a tomar su cena.Sobre las encinas levesuna estrella se ha posado-¿qué luz de sol me ha quemado?-dice el gañán en la nieve… -¿Son éstos los Colanderos?Le pregunta un dulce Niño.-Estos son-. Y en el armiñode la helada soledumbreel Niño enciende la lumbre…-¿Quieres tú cenar Conmigo?- * * *

Y dicen que en un suspirose llenaron las adelfasde luceros encendidos…

* * *

Ya no hay penas…¡Que aquella fue la más grandede todas las Nochebuenas!¡Aquella de los luceros!...Un pastor y el Niño Dioscenando en los Colanderos…

__________________

* Los Colanderos es un encinar de Granja de Torrehermosa. Alejado del pueblo, era, en mi infancia, campo de jira, montanera y pastoreo.

SONETO DEL MAR DE EXTREMADURA

Para Antonio José González-Conejero

En olas de trigal va el marinerosoñando una canción de carabela…Vibra Lisboa y Huelva se desvelade tanto rubio mar. En el velero

hay jarcias de encinar con un ligerocorazón desplegado por la velay porque no le falte centinelacien torres dan escolta al mar entero…

Oh, mar de Extremadura, mar alado,mar en eterno barbechal de duda,oh, mar en soledades desolado

con vocación universal de puerto…Al otro lado, América, desnuda,siempre en la orilla de tu labio abierto.

José MiguelSantiago Castelo

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Las lágrimas no son más que ese líquido transparente que segrega la glándula la-crimal y que cumplen funciones impor-tantes para el cuidado de nuestros ojos. Pero, por su génesis, desempeñan igual-mente otros papeles, tan importantes o

más, como medio de expresión de nuestro estado de ánimo que las palabras no alcanzan a explicar, e inclu-so como vía de escape por la que descargar tensiones emotivas que nos acongojan.

Las lágrimas se asocian al llanto, cuando en reali-dad no sólo la pena nos hace derramarlas. También las provoca la emoción de un momento, la evocación de un recuerdo entrañable o la inmensa alegría de sentirnos plenos de felicidad interior sin saber como trasmitirla a los demás.

Puede decirse que una lágrima es arrancada cruel-mente por un estado depresivo o hecho traumático muy doloroso, lo mismo que por la inocente ternu-ra de un niño. Las derrama el joven enamorado que comienza su andadura por la vida, lo mismo que el anciano al que la memoria consuela como aura cálida que acariciando sus mejillas, enciende recuerdos con los que se siente vivo y agradecido a la vida.

Cuando yo era un muchacho, época en la que todo se veía en blanco y negro, las lágrimas se considera-ban como signo de debilidad y por tanto rechazables, especialmente en los niños a los que se arengaba con aquello de “Los hombres no lloran”. En realidad era una artimaña para atajar un llanto infantil apelando a ese deseo interno de cualquier zagal de la época por “hacerse mayor”.

Pero yo sabía que no era más que eso, una arti-maña o martingala, pues no faltó ocasión en la que viera lágrimas, más o menos furtivas, en rostros mas-culinos marcados por los rigores del campo abierto ya fuera tras una yunta o apacentando animales, bien en la ardiente rastrojera o en la invernal montanera.

Hombres que sabían del gélido viento del Norte en los helados amaneceres del invierno, como de los calores agosteños con música de cigarras a modo de banda sonora de sus quehaceres. Tal vez para entender aque-llos consejos, que parecían perentorios, sería necesa-rio conocer la sociedad en la que vivíamos entonces, toda ella en blanco y negro, en la que todo el mundo

llevaba muchas penas en su interior y como dice un proverbio irlandés “si amargas son las lágrimas derra-madas, más lo son las que no se derraman”.

Con el paso del tiempo, a medida que nuestro en-torno se iba despojando de aquel triste bicolor, que hoy incluso se nos antoja un tanto cutre, pero que existió, hemos podido entender y manifestar el verda-dero y completo significado de esta forma de expre-sión emotiva, que junto a la sonrisa son las dos formas más auténticas que tenemos los humanos para expre-sar nuestros estados de ánimo y trasmitir emociones o sentimientos.

Lágrimas que dan vida

El llanto es, a veces, el modo de

expresar aquello que no puede decirse

con palabras.

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ARTÍCULOS VARIOS. DESDE EL SILENCIO68

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Así ocurrió, hace muchos años, allá en el misterioso y lejano Oriente. Cuenta la leyenda que existió un país, que sabiamente regido por su Emperador gozaba de una existencia placentera. Era una sociedad armónica en el que la paz y la justicia eran santo y seña para todos sus miembros y relaciones entre ellos a todos los niveles. Pero la tranquila felicidad que disfrutaban, iba a verse truncada por un hecho lamentable que afectaría a todos los habi-tantes del venturoso país y, de forma muy especial, al Emperador

con sus más allegados colaboradores. La Emperatriz fue victima de una extraña enfermedad que le hacia aburrirse de los alimen-tos que tomaba hasta llegar a imposibilitarla para su ingesta.

Esta rara anomalía fue estudiada por sabios, doctores y curan-deros de todo el Imperio sin que se consiguiera remedio alguno para su curación. Ante este estado de cosas, el Emperador envió emisarios a todas partes, hasta los más remotos confines del mun-do conocido, sin que ello aportara nada nuevo con lo que solucio-nar el mal que aquejaba a tan augusta persona.

Mientras tanto, la Emperatriz languidecía y su estado de salud se había deteriorado de tal manera que, sin alimentos los que po-der alimentarse, su muerte por inanición se veía como inmediata e inevitable.

El triste momento llegó dejando al Emperador consternado y sumido en el dolor. Nada le proporcionaba consuelo ni forma de contrarrestar el gran vacío que atormentaba su alma. Solamente encontraba paz y sosiego ante la tumba de su amada. Allí pasaba largas horas recordando, haciendo oración y derramando abun-dantes lágrimas que a modo de mensajes de amor caían sobre la tumba.

Este ritual se repetía todos los días y uno de ellos, al llegar, vio que en la tierra regada con sus lágrimas había brotado una planta desconocida, que con el tiempo habría de convertirse en el maná de todo el continente Asiático. Había nacido el arroz.

Esas lágrimas segregadas por una glándula, pero a impulsos de un corazón prendido de amor que nació para ser eterno, pue-de decirse que eran lágrimas que dieron vida, pues con su riego vivificador hicieron posible la aparición de un alimento que des-terrase la extraña enfermedad imperial y que sería para Asia lo que en su día, y por muchos siglos, fue el maíz para América o el trigo para Europa, base de la alimentación para millones de seres humanos durante largos periodos de la Historia.

La vida que en otra dimensión pudiera tener ese amor, que nació para ser eterno, se transmitió a generaciones futuras en for-ma de alimento y el medio para ello fueron lágrimas de amor, cargadas de afán de vida y de compartir sus ansias vitales.

Francisco Sánchez de Quirós

ARTÍCULOS VARIOS. DESDE EL SILENCIO 69

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Diferentes culturas y tradiciones traspasan fronteras y encuentran nexos de unión desafiando la le-janía y la distancia. Cultura y tra-dición se entrecruzan en caminos inesperados, así como la historia

de los pueblos de España, ya fuera en estas islas atlán-ticas marcadas por la lejanía y la distancia, como en el predio peninsular.

La crónica quiere remontar el vuelo y desandar las

épocas. El investigador perseverante indaga en los en-tresijos del pasado y se detiene en el siglo XVII, año de 1662, cuando dos imágenes de un Cristo descla-vado inician su andadura al unísono, cada una en su espacio vital, en dos pueblos distintos y dispares que tienen por medio las tierras lusitanas y el proceloso Atlántico: Serradilla (Cáceres) y Tacoronte (Tenerife, Islas Canarias).

La talla del Cristo de la Victoria, de Serradilla, representa a Jesús resucitado con los atributos de la Pasión. Permanece en pie, abrazado a la cruz, la mano derecha señalando el corazón. Su rostro expresa se-renidad entre angustia y dolor; su mirada derrama mansedumbre y amor. Bien esculpió el maestro ima-ginero castellano la semblanza de un Cristo que rom-pe todo esquema tradicional conocido. Y bien pronto los placentinos y serradillanos le veneran con gran devoción.

En el mes de julio de 1639 la benefactora Francisca de Oviedo lleva a Plasencia la imagen de su Cristo, una vez cumplido el encargo que hiciera al escultor Domingo de Rioja. Pocos años después y con gran discreción para no herir la sensibilidad de los feli-greses placentinos, se realiza el traslado de la imagen hasta Serradilla, su destino, pueblo que recibe a Jesús Resucitado con júbilo alborozado un sábado 13 de abril de 1641.

Tiempo adelante se funda el convento de las Ma-dres Agustinas Recoletas y en 1662 las autoridades eclesiástica y civil de Serradilla eligen por su patro-no al Santísimo Cristo de la Victoria, y votan guar-dar para siempre el día 14 de septiembre (Exaltación de la Santa Cruz) como su fiesta solemne. En el orbe cristiano, el origen de esta celebración es muy antigua; surge en el año 355, tiempo en que fueron dedicadas las dos grandes basílicas de Jerusalén que había orde-nado edificar el emperador Constantino: la del Calva-rio y la del Santo Sepulcro.

La talla de Domingo de Rioja causó viva impre-sión en Castilla. La monarquía, entonces tan apega-

da al acervo cristiano, se sintió atraída por la imagen, siendo el rey Felipe IV quien encargó una talla igual al mismo autor para colocarla en su capilla real, des-pertando devoción y alcanzando fama en el Madrid de aquel tiempo. Al cabo fue reproducida con ligeras variaciones por otros artistas contemporáneos.

Una imagen similar que recibe el nombre de Cris-to de los Dolores, se venera en la ciudad de Tacoronte (Tenerife), también desde 1662, talla mandada escul-pir por el capitán de milicias don Tomás Pereyra de Castro y Ayala, a la sazón patrono del convento de San Agustín de la localidad, quien además se ocupó de traerla hasta tierras insulares. En algún viaje del re-gidor y recaudador de rentas reales Tomás Pereyra a la capital del reino, cabe suponer la preconcebida idea de conseguir un santo patrón para el convento, y que él mismo quedara impresionado por la escultura que

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nARTÍCULOS VARIOS. CRUCE DE DESTINOS70

La talla deDomingo de Rioja

causó vivaimpresión en

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La talla del Cristo de la Victoria, de Serradilla,

representa a Jesús resucitado

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ARTÍCULOS VARIOS. CRUCE DE DESTINOS

contempló, por lo que encargó se hiciera y se las ingenió para traer al Cristo desclavado a través de los campos de Cas-tilla y el espacio atlántico que separa estas islas de la costa peninsular, para recalar en Ta-coronte, su destino y asiento permanente.

En principio se le llamó Cristo de las Congojas o de la Agonía, aunque el decir de la gente acabó por darle la ad-vocación actual, Cristo de los Dolores. Se supone que haya sido obra del mismo escultor, el maestro Rioja, pero no exis-te documento que lo avale. La singular efigie causó notable impresión en los medios reli-giosos de Tenerife. Fue de viva expectación y curiosidad la innovación imaginera, hasta el punto de suscitar serias dis-crepancias con el Santo Oficio, que consideró no se ajustaba a los textos sagrados. Los rece-los clericales sobre la extraña iconografía condujeron a la incoación de un expediente sobre el asunto, incluyendo el análisis y calificación eclesiás-tica de la Inquisición antes de rendir culto a la imagen, cuyo dictamen se remitió al Tribu-nal Supremo de Madrid para el fallo final del juicio contradictorio. No se conocen los detalles últimos del caso, pero resulta evidente que la sentencia fue favorable, pues de otro modo el Cristo no estaría aquí presidiendo el altar mayor de su santuario hace casi tres siglos y medio.

Desde 1662 se celebra su fiesta el do-mingo siguiente al 14 de septiembre, aunque desde comienzos del siglo XX la conmemoración se amplió otro domingo más, que se conoce como la Octava, jor-nada que a la postre se convirtió en la más importante de la efeméride. Prácticamen-te todo septiembre, que además es el mes vendimiador por excelencia en esta tierra, acoge la festividad más esperada del año en honor del Cristo de los Dolores. Desde hace más de un siglo, cada año la imagen sale cinco veces en procesión: cuatro en la festividad de septiembre y la quinta el Domingo de Ramos. Recorre las añejas y sugestivas calles de Tacoronte entre la fe de gran parte del vecindario y numerosos ro-meros y peregrinos que ven en la imagen la

más viva y bella representación del drama de la redención del hombre.

Tanto la talla de Serradilla como la de Tacoronte deben ser del mismo autor, Do-mingo de Rioja, por la semejanza de su fac-tura. Según un historiador local ya falleci-do, el origen de la innovación escultórica se remonta al año 1507, fecha en que el genial artista alemán Alberto Durero, rompiendo la tradición, representó al Redentor en un grabado hecho en Nuremberg, vivo des-pués de la resurrección, de pie junto a la cruz abrazándola, el rostro angustiado por el dolor y el cuerpo lacerado por las llagas y heridas. Lo titula significativamente “El Hombre de los Dolores”.

La estampa llamó poderosamente la atención por su novedad, y en Italia es re-producida con ligeras variantes por Miguel Ángel en el Cristo de mármol de la iglesia de Santa María de la Minerva, en Roma. El Cristo del monasterio del Churoat Duerustein, en Austria, obedece a la mis-

ma tendencia. Más tarde lle-gan estas influencias a España, donde la innovación adquiere su perfección dentro del sim-bolismo cristiano. La mística placentina Francisca de Ovie-do, se impresionó tanto al ver la imagen, que encargó una copia al célebre imaginero Do-mingo de Rioja, con el fin de colocarla en un hospital que pensaba fundar en Serradilla (Cáceres). Efectivamente, el artista castellano esculpe una de sus mejores obras a partir del famoso grabado de Dure-ro. El autor concede a la es-cultura un acabado anatómico sorprendente, y le infunde el espíritu cristiano que encierra el sublime sacrificio por amor a la humanidad. Bajo los pies del Cristo la calavera y la ser-piente, significando su victo-ria sobre la muerte y el pecado original, aplastado éste por la cruz.

La fuerza del destino es inexorable. La sensación, ad-miración y veneración que despertó el Cristo de la Victo-ria en el siglo XVII en Madrid, Plasencia y Serradilla, guarda toda similitud con lo ocurrido en Tacoronte en igual época, entonces un pequeño pueblo

de apenas 3.500 habitantes. En aquel tiem-po la creencia es muy arraigada, hasta que la modernidad en su devenir disecciona y dispersa los sentimientos religiosos, con mayor énfasis a partir de la instauración de la democracia. Sin embargo, cuando menos en este pueblo de Tacoronte, entre el fervor generalizado existen “feligreses de nadie” que no se atienen a confesionali-dad alguna, excepto cuando tienen delante al Cristo de los Dolores. Creyentes, des-creídos y escépticos rinden su devoción y admiración personal buscando a través de la imagen desclavada el sentido de muchas cosas, respuestas a las inevitables pregun-tas que emergen de cada intimismo. Para muchos una cosa es la Iglesia y otra la ima-gen de su Cristo, pero todos lo ven como amigo cercano y mediador entre alegrías, crisis y angustias.

Nicolás Pérez García

Investigador de la historia de Tacoronte (Isla de Tenerife)

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z Mi sincero agradecimientoen el homenaje de la revista caramancho nº 9

En primer lugar les diré que: “el ser agradecido, es de bien nacido” (según decimos en esta tierra) por ello mi sincero agradecimiento al grupo folklórico CA-RAMANCHO porque en el homenaje que esta no-che me tributáis, para mí ha de ser al igual que una pincelada del bálsamo que, sin duda alguna, ha de

ayudar a sanar las tres heridas que, en cuerpo y alma, he tenido que soportar durante este año tan fatídico para mí.

¡GRACIAS, GENARI! ¡GRACIAS, CARAMANCHOS! Que el Señor os lo premie.

Es mi deseo animar a todo el grupo CARAMANCHO para que jamás olvide nuestro pasado y para que, generación tras genera-ción, como hasta ahora venís haciéndolo, sigáis siendo para nosotros el grupo entusiasta divulgador de nuestro rico folklore popular. De nuestras tradiciones. Del tesoro de la sabiduría popular que nos lega-ron nuestros antepasados, nuestros mayores.

Aunque aquí, como en todo lugar, no ha de faltar esa gente modernista color violeta que suele abominar del pasado. De lo que despectivamente llama antiguo y de las costumbres y creencias de nuestros antepasados.

Velad porque no se pierdan esos requiebros ingenuos e ingenio-sos que, el enamorado decía a la enamorada:… “Por San Juan hizo un año / cogí tu mano / como no la quitaste / novios queamos”… O las defensas que las pastorcillas hacían de sus pastorcillos:… “Dicen que los pastores / huelen a sebo / pastorcillo es mi novio / y huele a romero”… O las graciosísimas bombas que se decían entre cantar y cantar, cuando ya el ambiente festivo se caldeaba.

Que con vuestra cotidiana labor sigáis rescatando esas cosas que a los extremeños nos importan… Y es que, lo nuestro, nos surge a flor de piel y no lo podemos negar porque estamos hechos de este barro y “semos asína, - como dijo el poeta – del coló de la tierra”…

Sé de todos los éxitos que habéis obtenido y de las calurosas aco-gidas con que os han recibido en todas partes de España y el extranje-ro. Con vuestras actuaciones habéis hecho que nuestro pueblo se re-conozca por sí mismo. Es como si pusierais un espejo ante el público donde quedan retratadas nuestras vidas y nuestras cosas, de un modo auténtico. De un modo perfecto.

También sé del sacrificio que reporta a todos los componentes del grupo CARAMANCHO para poder estar y ensayar los bailes, noche tras noche. Eso es duro y sacrificado para todos. Pero también me consta que todos estos sacrificios los hacéis por amor a vuestro pueblo. A vuestras gentes. Por ello pido a los presentes un caluroso aplauso en reconocimiento a vuestra noble labor.

Y ya, para finalizar mi intervención, les ruego que me permitan recitarles la semblanza que hice de los CARAMANCHOS, hace ya muchos, pero que muchos años:

Del tronco marrón de encinase fabricó el caramanchoy los pastores colgabanlos aperos en sus ganchos. Hoy cuelgan sus corazonesalegres mozas y mozos,

con sus zurrones completosde danzas, risas y gozos. Con danzas del pueblo llano,de las que ya se nos fueron:El “Vaquero de la Sierra”,La “Serrana del Caldero”. Y bailan a su Patrona,que es La Virgen de las Cruces.Y también a la Morenaque vive por Guadalupe. ¡Son hijos de Don Benito!Que cantan como jilgueros.Que son sus bailes hermosos.Que siempre son los primeros. A la Corte y Villa fueronmovidos por la ilusiónDe que en España se vierasu arte en televisión. Quedóse perpleja Europaal verlos bailar con arte.De lágrimas se llenaroncien mil ojos emigrantes. Aun resuenan sus ecosreflejando nuestras cosas.Dejando esos efluvios...que siempre dejan las rosas. Y afirma este poeta,-que en su corazón tan ancho-por siempre lo ocupara,EL GRUPO... LOS CARAMANCHOS Mención al Hermano Acedo:

Al compartir muy gustoso este homenaje con mi paisano, el Hermano Comboniano, Fernando Acedo, - recientemente falleci-do en su amada Etiopía – permítanme que en este acto le dedique, a modo de oración, este sentido y sencillo poema:…

“Su bien limpio penetró por los recodosMás ocultos del alma y la memoria,Trabajar por el bien de todosFue lo que él tuvo como gloria.

Señor, si recorriendo un día tu reinado,Sorprendes en su cara la fatigaY él te dice que no se ha cansado¡No le creas, Señor, lo que te diga!

ARTÍCULOS VARIOS. SINCERO AGRADECIMIENTO72

José A.Gutiérrez Ortiz

Page 74: CARAMANCHOS - Nº 10 (2009)

ARTÍCULOS VARIOS. A DOS ACEITUNAS 73

A dos aceitunas

Qué acostumbrados estamos a que nuestros grupos folklóricos, canten y honren con sus letras, a la pa-traña, a las fiestas tradicionales, a las antiguas usanzas, a los viejos ritos..., y cómo no a los productos de la tierra.

...De la uva sale el vino, de la aceituna, el aceite...

Es así como la imagen de esas dos aceitunas, que en esta época nos dan como cada año, su “oro líquido” me inspiran y las personifico en este poema:

Les parió la tierra con verdes quejíos

y vivieron noches de escarcha y rosadas,

donde en piel brillante y rozando sus fríos,

faltaron los besos. Tan sólo miradas.

La corta existencia, pendiente de un hilo

les fue arrebatada, truncando naceres.

Lloraron en oro, sabiendo que al filo

de amarse estuvieron, en amaneceres.

(Del libro “Los versos escapan por una mirada”)

Oro

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RosarioPinto García-Mora

Page 75: CARAMANCHOS - Nº 10 (2009)

El talento de un pue-blo, único en el mun-do, se mide también por la capacidad de adaptarse al hábitat que lo circunda. En

el caso del pueblo Sidamo destaca su dependencia de una planta her-bácea de bellísimo porte y de gran utilidad en la vida doméstica: El enset. El dominio de lo sacro es ab-soluto en la vida de los Sidamo, por esto de su gran bulbo, o raíz, blanda como una patata, una mujer “carri-te” (sacerdotisa) ofrece un sacrificio al inicio del mes lunar.

El territorio Sidamo situado al Suroeste de Etiopía es montañoso y fértil. Cuenta con ocho meses de lluvia al año, la temperatura oscila entre los 8 y los 25ºC. En el ámbi-to rural, las familias Sidamo viven en chozas. Alrededor de las chozas pueden cultivar su “huerto” duran-te todo el año. ¡El cuadro no puede ser más fascinante!

El enset se asemeja a una bana-nera aunque de tronco y hojas de

mayor dimensión. Al contrario de la bananera, el enset no hace crecer chupones o hijos de sus raíces. El tronco está formado de peciolos, es redondo, de mayor diámetro estre-chándose de abajo arriba, elevándo-se a una altura de dos a tres metros. Termina en un abanico circular de hojas. Estas hojas pueden llegar a medir cuatro metros de longitud, con una anchura de 70 ú 80 cen-tímetros. El árbol en su conjunto puede tener hasta 7 ú 8 metros de altura y el grosor varía de los 30 a los 80 centímetros de diámetro.

Todo el árbol del enset es blando y poroso, fácil de cortar. La planta tiene un solo hijo o yema que va en flor a los 7 ú 8 años. Sus frutos no son comestibles. Con ello la planta alcanza su clímax y muere. Se multi-plica por retoños que nacen del bul-bo de la raíz al cegar su único ojo, arrancada y transplantada. Puede producir entre 50 y 100 retoños que se transplantan después de un año. Aparte de conseguir comida de su tronco, el árbol, por su uso es omni-presente en la vida doméstica.

Toda la planta desde el bulbo, tronco y hojas puede servir de fo-rraje para el ganado cuando la hier-ba escasea. Contiene tanta agua que no es necesario llevar a los animales a beber. La enorme hoja, sirve para cubrir las chozas cuando se filtra el agua a causa de las lluvias.

En las ceremonias fúnebres, la circuncisión o en los ritos matri-moniales, se utiliza de estera para sentarse e incluso de mantel para servir la comida a los comensales. Un trozo de la hoja sirve también de cuchara y como papel formidable

para envolver la comida. También se usa para escribir. Con la hoja de enset se despacha la sal, el pimiento, el tabaco, el café y cualesquiera es-pecias. En tiempo de lluvia la gran hoja hace de paraguas y como som-brilla contra el sol. Las hojas secas hacen de cama para toda la familia.

El nervio que recorre la hoja es una cuerda flexible, maleable y resistente, que se utiliza para atar leña, sujetar el cántaro de agua a la espalda, atar sacos, construir la choza y atar a los animales. Com-primiendo un peciolo del tronco se consigue agua abundante para lavarse las manos y los pies.

El proceso por el que se extrae la comida del enset

Aunque es de muy poca rique-

El Enset (falsa banana)C

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nARTÍCULOS VARIOS. EL ENSET74

Page 76: CARAMANCHOS - Nº 10 (2009)

ARTÍCULOS VARIOS. EL ENSET

za nutritiva, la waasa constituye el alimento base de los Sidamo. Cubre más del 75% de su dieta. En las grandes hambrunas que han azotado Etiopía, mientras muchos otros pueblos se veían diez-mados, los Sidamo han sobrevivido gracias al enset y al alimento conseguido de él: La waasa. Más aún, demográficamente les ha permitido crecer más rápido que otros pueblos que no contaban con el enset.

El proceso de elaboración con vistas al consumo es complicado y rudimentario. Es un trabajo manual exclusivo de las mujeres. Carece de las mínimas medidas higiénicas y al extranjero que lo ve por primera vez, no puede menos que repugnarlo, sin atreverse a comerlo. Las hermanas de la clínica de la misión afirman que un 80% de los enfermos son portadores de parásitos en el estómago e intestinos debido a esta dieta alimenticia. El mismo porcentaje se registraba hace 35 años cuando la clínica se abrió por primera vez.

Para conseguir la waasa del enset se comienza por arrancar la planta del suelo cortando las raíces. Después se eliminan las hojas dejando sólo el tronco. Las hojas servirán de tapete para el raspa-do del peciolo y para revestir el pequeño pozo donde más tarde se depositará la pulpa. Del tronco se van separando los peciolos cuyo espesor ronda entre los 3 y 5 centímetros, con una anchura aproxi-mada de tres centímetros. A continuación se procede al raspado del peciolo. Para ello se apoya una tabla contra un tronco del árbol del enset formando un plano inclinado. La mujer (o muchacha) se sienta sobre unas hojas dobladas de la misma planta, eleva la pierna de modo que el talón del pie agarre el peciolo contra la tabla y por debajo de pierna, con las dos manos y con media caña de bambú como única herramienta, raspa el peciolo.

La pulpa que consigue, la deposita en el pequeño pozo recubier-to por hojas, antes mencionado.

El bulbo o cabeza de raíz que es la parte más rica y exenta de fibras se añadirá posteriormente. Otras veces prefieren trocear el bulbo en forma de cubos y consumirlos hervido, como si se tratara de una patata.

Una vez lleno el pozo se tapa con hojas poniendo piedras enci-ma con el fin de que se escurra toda el agua. Queda de este modo por un par de meses hasta que ha fermentado. A partir de este momento se irá extrayendo la masa en las pequeñas cantidades que vayan a ser consumidas en el día. La “pasta” macerada, una vez obtenida para su elaboración, vuelve a escurrirse (ya en el lugar de preparación, normalmente dentro de la choza), y a partir de este momento se puede ir extrayendo la masa troceándola para cortar las numerosas fibras que contiene y escurriendo el agua que toda-vía pueda quedar. A continuación la masa se pasa por un cedazo dando lugar a una harina blanca y fina separada de los últimos res-tos de fibra. Esta harina resultante, se amasa y se transforma en

una especie de tortas, que serán tostadas al fuego sobre una plan-cha de hierro.

Finalmente se introduce en un puchero que denominan “tilte”, y en caso de que se tuviera se añadiría sal y mantequilla. Las familias más favorecidas pueden añadir verduras, alubias, carne, habas o huevos cocidos.

¡la waasa está lista para ser servida!

El sacrifico del bulbo (hamicho)

La oferta a Dios de sacrificios es la expresión más radical del sentido religioso del hombre porque se desprende de algo que le pertenece. Con ello el hombre reconoce que todo pertenece a Dios y le da gracias.

La tradición Sidamo quiere que cada luna nueva en un día pro-picio se ofrezcan a Dios los frutos de la tierra. Para ello escogen el bulbo o cabeza de raíz del enset. Es un sacrificio reservado a las mujeres aunque los hombres pueden estar presentes.

La “carrite” (sacerdotisa) trocea el bulbo poniéndolo a hervir. Los vecinos y parentela van llegando, ellos traen la mante-quilla.

Sin parar de cantar la “carrite” y los presentes repiten “eggate” (es justo). Son cantos de perdón a Dios:

Oh Padre, ten misericordia,si hemos insultado a nuestros animales,si hemos ofendido a nuestros maridos,si hemos maltratado a los hijosy ofendido la verdady si hemos dejado de hacer lo debido…

Hno. Fernando Acedo

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Úni

co“Se ha caido un árbol...” (II)

Aquella semilla que a los 15 años, du-rante su estancia hospitalaria sem-bró Sor Santa, fue germinando en Fernando haciendo despertar en él no sólo su vocación cristiana, sino también la misionera hasta el pun-

to que a los 22 años, decidiera entrar en el Instituto de los Misioneros Combonianos. Era 1963.

El noviciado comboniano español, había sido abierto un año antes, en la pequeña ciudad de Core-lla (Navarra). Su primer padre maestro fue el P. Efrén Angelini, un hombre que, por su forma de tratar directa, noble y sin mucha diplomacia, inspiró con-fianza a un joven también directo y amigo de lo sim-ple como era Fernando. En 1964 el noviciado pasó a Moncada (Valencia). La casa disponía de una gran extensión de terreno donde todo estaba por hacer. Fernando contribuiría mucho con su trabajo y su ex- periencia de agricultor a convertir en una productiva

finca lo que inicialmente no era más que una colina árida y pedregosa.

El 1 de mayo de 1966 hizo su primera profesión y, tras un breve tiempo en la comunidad de Corella, volvió a Moncada para el cuidado de la extensa finca. Se había dejado crecer la barba, una barba inculta y desordenada que, junto a la forma brusca de tratar, infundía terror a los novicios. En esta época Fernan-do se deslizaba peligrosamente hacia la intolerancia, especialmente de los jóvenes y de sus ideas. Hacia 1969 sufrió un grave accidente laboral. Se cayó de un terraplén de varios metros de altura fracturándose el hueso de una pierna por varios sitios, tardando un año y medio en curar. La mitad de este tiempo lo pasó en cama y la otra caminando con muletas. Como efecto duradero le quedó una ligera cojera y molestias que se hacían más intensas cuando el tiempo era húme-do. Fue en esta larga y dolorosa convalecencia donde comenzó a crecer en él una segunda naturaleza hecha de delicadeza y aceptación de las personas.

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... se había dejado crecerla barba, unabarba inculta

y desordenada

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En 1970 fue destinado a la construc-ción del seminario comboniano de San-tiago de Compostela. No fue éste un des-tino que le pudiera ser atrayente. Muchas circunstancias lo hacían difícil: las malas condiciones de alojamiento que a su vez influían en la irregularidad de la vida co-munitaria; el clima lluvioso y húmedo de Santiago, que era fatal para su pierna…

por lo demás, la construcción no era su actividad preferida. Y, sin embargo, Fer-nando se reveló en esta situación como un hombre optimista sereno, que contribuyó notablemente a la estabilidad de la comu-nidad. Fue allí donde fraguó su amistad con otro Hermano, Juan Benjumea (hoy sacerdote), el cual confiesa que, si no fuera por esa amistad, su vocación no hubiera sobrevivido a la prueba de Santiago.

En 1974 llegó el suspirado destino a la misión, en su caso Etiopía. Pero antes de-bía pasar por Londres para aprender el in-glés. Y aquí le esperaba un segundo acci-dente grave. Mientras hacía unos trabajos subido a una escalera portátil, ésta se rom-

pió y él cayó al suelo rompiéndose ambos brazos cerca de las muñecas. Le siguieron dos meses en los que tuvo que depender de los demás en las necesidades más ele-mentales como comer, lavarse, vestirse… Ello pondría freno a su impaciencia y le ayudaría a profundizar en las relaciones personales.

Mientras tanto, el permiso de entrada en Etiopía, que debía haber llegado ya, se retrasaba. Los papeles dormían en alguna parte y nadie sa-bía exactamente dónde. Como el tiempo se alar-gaba, fue enviado tempo-ralmente a la provincia de Togo-Ghana-Benín donde permaneció por un año largo. Un cruce de la frontera entre Togo y Benín en un lugar no autorizado hizo que Fer-nando diera con sus hue-sos en una cárcel de Be-nín. Permaneció en ella 15 días, compartiendo las condiciones infames

de los demás prisioneros, que, como de-ferencia, le dieron el privilegio de dormir sobre una mesa y no en el suelo.

En 1977 llegó por fin, el permiso de entrada en Etiopía. La primera misión fue Dilla, en el Vicariato de Awasa. Llevó en-seguida a la práctica sus planes agrícolas. Enseñaba algo de teoría en la escuela de la misión, para de inmediato hacerla poner en práctica a los alumnos. Los resultados eran espectaculares. El problema era que casi todos los productos (tomates, pimien-tos, berenjenas, coliflores…) eran poco conocidos y los alumnos ni los comían ni tenían quien se los comprara.

Al cabo de dos años en Dilla, fue tras-ladado a la procura diocesana de Awa-sa, un ambiente y un trabajo totalmente distintos. Corrían los malos tiempos de la dictadura marxista de Menguistu Hai-le Mariam y era muy difícil conseguir lo indispensable para el funcionamiento de las misiones desde alimentos hasta mate-rial de construcción. Por 8 largos años, el

Hno. Fernando recorría dos o tres veces por la semana los 275 km que separan Awasa de Addis Abeba para comprar los artículos más urgentes y distribuirlos a las misiones. Trabajo ingrato donde los haya porque para comprar cualquier artículo en los almacenes del gobierno, debía ir múltiples veces, pedir permisos, rellenar impresos… en un mundo donde la buro-cracia campaba por sus fueros.

En 1987, fue destinado a la misión de Teticha. Y volvió a los programas de agri-cultura con los estudiantes. Haciendo te-soro de la experiencia de Dilla, se centró en productos más familiares en la zona: la patata, las coles, las judías… Alternaba

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Los papelesdormían en alguna

parte y nadie sabía exactamente

dónde

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ARTÍCULOS VARIOS. VIDA DEL HNO. ACEDO (II)78

dedicación a la agricultura con las actividades de construcción, que era lo que las misiones más necesitaban.

En 1993 fue llamado a España para un período de rotación dedicado a la animación misionera. La pasión que había puesto en cultivar patatas, la puso ahora en dar testimonio de la misión que había vivido. Charlas en colegios, en grupos, homilías en parroquias, hasta algún retiro a sacerdotes… a nada se negaba ni nada era “demasiado difícil” para él. Era el suyo un testimonio poco sofisticado oratoria o teológicamente, pero tan vivo y di-recto que, a distancia de años, todavía lo recuerdan en los lugares por donde pasó.

Tras cuatro años en este servicio, volvió a Etiopía, más en concreto, a su querida Teticha. Allí se quedaría hasta el final de sus días, alternando la permanencia en esta misión con períodos más o menos largos en otras misiones donde se requerían sus servicios de constructor. En 2003-2004 pasaría un año casi ente-ro en Gilgel Beles, para abrir la nueva misión entre los Humus. Parte del corazón se le quedó pegado a aquel lugar remoto a pe-sar de su clima cálido y de gentes no muy acogedoras. En 2006, el Consejo General le pidió que fuera a Juba (Sur Sudán) para la reconstrucción de la vieja casa provincial. Y allí fue por seis meses con la misma disponibilidad de siempre.

El 18 de Diciembre de 2006, el ayuntamiento de Don Benito le nombró hijo predilecto de la ciudad junto a otros 16 miembros más. Fernando no estuvo presente. Estaba, en cambio, toda la familia: hermanos, cuñados, sobrinos… El título lo recogió su hermana Manola, que lo conserva “como algo precioso”. Sus últi-mas vacaciones en Don Benito fueron en verano de 2007. El 17 de junio, en el barrio de San Sebastián y toda la asociación de ve-cinos quisieron hacerle un homenaje de despedida en la Ermita de Ntra. Sra. de las Cruces, patrona de la ciudad. Hubo una gran paella para más de 200 personas. Fue una despedida única, que quedó grabada en el corazón de todos los que participaron que, sin saberlo, le estaban dando el adiós definitivo.

el Ayuntamientode Don Benito le

nombró hijopredilecto de la

ciudad...

Padre Juan González Núñez

Alberto Acedo Calderón

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ARTÍCULOS VARIOS. CARTA DE AGRADECIMIENTO 79

¡ Gracias a todos ! desde Etiopía

Desde Etiopía y más concretamente de “Bona”, el pueblo Sidamo, mandó una carta de agradecimiento a todos los que en memoria del Hno. Fernando Acedo, quisimos contribuir a que su última obra, viera la luz, aunque lo hiciera a título póstumo, por así decirlo. Por ello, queremos transcribir dicha carta, para hacerla llegar a todos los que de algún modo se sientan agradecidos por ella.

Queridísimo Víctor: Te mando la foto de la iglesia de Buena, iniciada por tu hermano Acedo. La semana pasada acabamos también la de los Magos. Te mandaré la foto. Si vienes a Etiopía verás como el trabajo iniciado por nuestro querido Acedo se está llevando a término. Mi más sinceras gracias por el ofrecimiento enviado, y a tu familia nuestro más querido saludo.P. Detomaso Giuseppe

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Víctor Acedo García

Alberto Acedo Calderón

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