C. Altamirano - Qué Hacer Con Las Masas

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    Beatriz Sarlo

    La batalla de las ideas(1943-1973)

    (Con la colaboracion de Carlos Altamirano)

    Ariel

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    Disefio de cubierta: Mario BIancoDisefio de interior: Alejandro Ulloa

    200 1Beatriz SarloDercchos exclusivos de edicion en castellano

    reservados para todo el mundo: 2001 Grupo Editorial Planeta S.A.I.C. IAriel

    Independencia 1668, HOO Buenos Aires

    ISBN 950~9122-75-0Heche el deposito que preve la ley 11.723

    Impreso en la ArgentinaNingun par te de e st a publi ca cion , inc lu ido e l d is er io de la cubier ta , puede ser r cprodu-cida, almacennda 0transmitida en maneru algu na ill por nlngun medic, y a s ea clcctrico,qufmico, mccrinico. 6pth::o~ de grabackia 0 de foroccpia, sin pernriso pre\' in del editor.

    lNDICE

    13

    ESTUDIO PREUMlNARl.QUE HACER CON LAS MASAS? .......................................................... 191.Verdad y ficcion en el peronisrno. 192. Asimilar el hecho peronista ,. 213. El divorcio entre doctores y pueblo.................................................... 244. Contra las "clases rnorales" 275. Unos males difusos y proteicos 296. El contenido y la forma 317. Contra el "duro coraz6n de los cultos"............................................... 338. Las espadas del nacionalismo marxista.............................................. 36Netas ,.............. 39CruSTIANOS EN EL SIGLO . .. .. .. .. ... .. . .. .. .. .. ... . . .. .. .. .. .. .. .. .... . .... .. .. .. 431.La gran revista cat61ica....................................................................... 44La intervenci6n politica en Ia "democracia de mas as" 48. Cristianismo y mar){.ismo.................................................................... 531,0tros carninos?................................................................................. 57otas....................................................................................................... 59

    UNIVERSITARIOS .,.... . .. ... ......... ............. . .. 63'.. Varias refundaciones ,................ 63Universidad publica versus universidad privada 65Herencia de la reforma y reforma academica.c.i., 68Q ue ciencia en la universidad 71

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    L l . .QUE HACER CON LAS MASAS'J1.VERDAD Y fICC!ON EN EL PERON1SMO*

    EIderrocamiento del peronismo en 1955 llev6 al debate todas las cuestio-nes y pianos de la existencia nacional, Si, como habia escrito Jose Luis Romero.en 1951, las masas n o r en un cia ria n y a al p ro gre so q uc habian alcanzado bajo Pe- iron y serfa "ineficaz cualquier planteo que se haga sabre Inbase de retrotraer su 'si tuacion a la de haee diez veinte afios arras", leual debia ser la formula delposperonismo, dado que quienes tenian el poder tumpoco permitirian el retornodel regimen que acababan de abatir?! Toda la discusion intelcctual en torno delsignificado del peronismo, que sucedera a l memento de l a eufor ia t riunfante . e s-tara regida par esta problematica polftica,

    Un animo de examen historico iba ligado a la conviccion de que se asistina un memento que era a la vez de clausum y de inauguracion -como en 1852 0aun en 1810-, convicci6n corriente entre quienes se itienuficaban con \aRevolu-ci6n Libertadora y, en particular, con el curso que ella habfa tornado despues del13de noviembre de 1955. Libros, folletos, revistas, audiciones de radio y mesasredondas fueron los rnedios de un discurso proliferante.

    En ese discurso se entrecruzaron pollticos-escritores y escritores a secas. 10-dos parecian participar de un unico combate, un cornbate de orden simboiico libra-doen el dominio publico. De hecho, sin embargo, 10que pareda una sola lucha ci-vica entremezclaba disputas que no eran las misrnas para todos los contendientes,En principio, dos: la disputa por l a supremac ia ent re f racc iones de las e li te s pol ft i- Icas y l a d isputa por la direccion del campo intelectual entre miembros de las Clites \culturales. La ccntroversia en torno del peronismo ernpalmarfa tarnbien eSGS dospleitos. Aunque estas distinciones parecieron casi borrarse en la representacion deuna solaarena, la consideracion retrospectiva del debate obliga a consignarlas, pues1 0 que estaba en juego variaba segun Ia posicion del apostador y, en algunos cases,emel ascendiente, a lograr 0 a reforzar, sabre quienes controlaban cl poder poluico,y, enotros, la definicion del papel de los intelectuales y 1acultura legftima.

    Nada mas representative del primer memento de esta efervescencia que el

    * Esta scccion del Estudio Prelirninar, pp. 19-42 , ha s ido prepa rada por Carlos AItanura -no, a sf como lasccc ion correspondien te de 13 Antologfa, pp. 117179.

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    20 , LA 8ATALLA DE LAS IDEAS (1943-1973)

    mimero 23 7 de la revis ta Sur, publicado a fines de 1955. Ccnsiderada, aun pors u s e n er n igo s, como el organa par excelencia de la cu ltu ra d ist in gu id a (a si se lajuzgara burguesu IIoligarquica). Sur reunio en las paginas de ese mirnero a pae-tas y escritores de ficcion can filosofos, pedagogos, jur ist as , h is tori adores yen-sayis tas -Ja republica del espiritu, en suma-, convocados a dar su palabra bajoun lema co rruiu : "Par la reconstr uccicn nacional". LeOma no considerar emb le-matica esta intervencion par parte de una revista que, durante sus veinticincoa ii os , h ab ra e vi ta do casi siemprc los asuntos del debate publi co inmediato? Elcon junto de lo s ar tfculos, en general br eves y de ternatica variada, iba pr esididopor una nota de lu directora, Victoria Ocampo, escrita en el genero testimonialque acostumbraba a cultivar: "La hera de la verdad", Victoria Ocampo, que ha-bin estado pr esa bajo el gobiemo de Per6n durante eua tro s ema na s, I ig ab a esaexperienda a la verdad del regimen peronista. "En la carcel, uno tenfa por 10monos la satisfaccion de scntir que al fin tocaba fonda, vivia en fa realidad. Lac osa se habra mater ia li zado. Esa fue mi prirnera reacci6n: 'Y a estoy fuera de lazona de la falsa liber tad ; ya estoy al menos en una verdad . . . ' ." . La escr ito ra secoosideraba en deuda con Dies, a qu ien se habfa dirigido, en actitud ag radecida,e n su s d fas de prisi6n: "Te ag ra d ez co este poder vivir en la verdad".2

    La atirmacion de que b aj o e l p er on ismo soja en la carcel se vivfa en la reali-dad no estaba unicamente des tinada a ident if icar l a par te con e l todo (el peronis rnoera un orden policial), sino tambien a indicar que el reg imen era indisociable delengafio y la ficcion, Esa es la idea que desar rolla el ar ticu lo de Jorge Luis Borges,"L'illusion cornique". Como en el caso de las invenciones literarias, las men tir asoficiales bajo el per onismo no eran crefdas 0 descrefdas: "pe rt enec fan a un planointermedio y su proposi to e ra eucubri r 0 justificar sordidas 0 atroces realidades","Las referencias al engario, a las escenif icac iones y aun a Ia inverosimil itud de laexperiencia se lig aban al ju icio de que el peronismo habla sido una historia 0, masbien, un drama insensate. Este juicio no se desprende un icamente del texto de Bor -ges. "Ha sido -i,que duda cabe?- un estado de locum co lectiv a", escribe pot ejem-plo Norberto Rodriguez Bustamante en un articu lo que bajo el titulo "Cron ica deldesastr e" enumera la " serie in terminab le de ignorninias" de un r egimen que "nosfue asfixiando con sus ingredicntes de verglienza","

    Cier ta rnente , s610 a lgunos de los a rt fculos de la revi sta tomaban como objeto a lpcronismo y n inguno de sus au to res se crey6 ob ligado a of recer de el un analisis 0una inte rpre tacion . Para torna rse esa ta rea hubie ra sido necesar io que se conside ra raque los hechos e ran problemat icos, que sus s ignos no eran unfvocos, 0 bien que er ai rnperioso refutar una opinion contrar ia , Pero no habfa nada de esro en el hor izonte deIa directora y de los colaboradores de Sur: a sus ojos, l a decada peronis ta habfa sidouna decilda op rob io sa e irracional, y escr ibian seguro s de contar can el consenso desus lectores en esc punto. Con taban, ademas, con la idea del peronismo como fen6-meno total itario, mczcJa de fascismo y de rosismo, elaborada diez anos atras .

    Las preguntas , entonces , cuando las habra , no se refer ir ian a lpe roni smo, ace r-ea de euyn carricter no hab ra dudas, sino a lo s anteccdentes que 10habfan hecho po -s ible . B em ar do C an al F eijo o n ,Que ha ee r? ") so ste nd ni q ue , c om o d en a fio s a tra s,

    Estiulio p re li mi na r 21el p rincipal enemigo estaba adentro , p ero ahora no se tr ataba del "desierto" n i del"caudill ismo feuda l" , s ino de un enemigo mas dif fc i! . Habla ra , entonces, de " las po-test ades central izadoras, de superconcentrac iones urban as a costa de carnpaf ias em-pobrecidas, de las inseguridades de una nac iente indus tr ia li zacion , de una obnubil a-cion de la verdadera conciencia constitucional argentina en la mayoria de losdir igentes poli ti cos" . Para Aida Prior CApeladon a la conciencia") Ios problemaser an viejos y rem itf an a la "Argentina p rofunda", que en este caso no daba nornbre,como en otros uses de l a m i sma expresi6n , a una Argentina mas espiritual, sino a labarbari c. Este mic leo profundo per rnanecfa , cas i ine rt e, mient ras aquel lo que se ha-bta movido, dando apariencia de cambio, venfa de afuera, Los a rg en ti no s h ab fa n s i-do espectado res, no actores, d el escenario de las t ra n sf o rmac ion es h i sto ri c as , Losproblemas venfan de l ej os t amb ie n par a Jorge A. Paita (HAproximacion a ciertosproblemas"), pero emn menos ontologicos. Habfa que a ce pt ar a lg o, s os te nf a: " ladictadu ra fue engend rada par cierto estado de cosas" . Per on no habf a side todo elmal, habia sido, mas bien, una consecuencia del mal que 10 preced io. "E se mal noes nuevo en esta tier ra y v iene siendo p roclamado, desde mediados del pasado si-glo, en toda Europa. As! 10 denunciaba Echeverria en 1837: 'l,Pero cu ando nues tr o sgobiemos , nu es t ro s l e gi sl a do r es se han acordado del pueb lo, d e lo s pobres?'."

    Como una i ns ta nt an ea , e l n um ero 2 37 de Sur r eg is tr a u n momento del antipe-ronismo intelectual. Vocablos como meniira, ignominia, vergiienza, mal, atropello,vulgaridad, chabacaneria, 0 algunos de sus sinonir nos, que se pueden esp igar a 10largo de muchos de su s artfculo s, d an tono a una condena del regimen peronisra queno es solo po lftica, sino moral y aun estetica. Era la r eaccion de una categona socialque habra vivido la exper iencia de lo s diez iiltimos ana s tam b ien como una afren taa su sen tido del deco ro y a sus gu sto s. Esa condena no ten ia como foeo im icamentela revista de Victo ria Ocampo : a manera de eje, el misrno rechazo al peron ismo co -nec taba a Sur con Liberalis e Imago Mundi, a ASCUA con la Sociedad Argentina deEscritores . Pero otras ideas rel at ivas a la verdad de la decada peronis ta aparece ranen la polernica, tacita 0 explfci ta , con las que cri st al iza ron en e l espac io intel ec tualque art iculaban esas revis tas y sus agrupaciones.

    2.ASIMILAR EL HECHO PERONISTALa primera version disidente de resonancia fue Ia de Mario Amadeo en

    Ayel; hoy, maiiana." Publicado en abril de 1956, el ensayo conocera a 10 l argo deesc afio var ias ed iciones, Amadeo habfa sido canciller du rante la breve presiden-cia del general Lonardi e in tegraba la fr accion nacionalista desalojada del poderjunto con e1primer presidente del Gobie rno Provi sional .

    La que sobre todo Ie interesaba al politico nacionalista, que no creta aiinperdida la batalla para sus po siciones, er a exponer su diagnostico de Ja situacionen que se encontraba el pals ("una encrucijada" ), def in ir el pr oblema de tram ita-cion mas imperiosa y proponer una I fnea de solucion en la que reclamaba un pa-pel p ara la tend encia en cuy o no mbre hablaba.

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    22 LA BATALLA DE LAS IDEAS (1943-1973)

    La primera parte {Ayer) evocaoa, muy estilizadamente, la trayectoria politi-ca de l autor desde el 4 de j unio de 1943: el encuentro con Peron y la decepcionque 10 apartarfa rapidamente del caudillo en ciernes, la reclusion en la labor aca-dernica bajo el gobierno peronista, el paso a la conspiracion, el 16de septiembrede 1955, e l breve gobiemo de Lonardi y su participacion en el gabinete. El relatoconcluia destacando que, desde e l rnornento rni smo de la constitucion del Go-bierno Provisional, se habfan integrado dos corrientes netarnente diferenciadas:la que triunfo el 13 de noviembre de 1955 y la que entonees fue desalojada delpoder , Tras esta evocacion, des tinada a consignar que sus relaciones con Peronhabfan sido pasajeras y que, en carnbio, contaba con credenciales inequfvocas deque habfa s ido par te del movimiento que 10 derroco, Amadeo pasaba, en la se-gunda parte (Hoy), a enfocar 10 que a su ju icio era eJ ma s grave y urgente de losproblemas que planteaba la reconstruccion del pafs: " la l iquidacion de la etapaperonis ta".L1amaba asf , aclaraba, a " la asirnilacion de ese gran sector de la po-blacion argentina que puso sus esperanzas en la f igura que dio su nombre al re-gimen cafdo y que, a pesar de sus errores y de sus culpas, le sigue siendo fiel".Esa masa, afiadia, "esta crispada y resentida","

    Ahora bien, el "e x ito 0 e l fr acaso del intento de unir al pais depende, enbuena medida, de como se interprete el hecho peronis ta".? Sobre esta premisaAmadeo tipificaba en cuatro las posiciones rel at ivas a ese "hecho" . En la prime-ra ubicaba a los secrores socialmente conservadores, para los cua les "el peron IS-mo no ha s ido otra cosa que una pesadilla" : f laqueza 0enfermedad del puebloargentino, se consideraba que un tratamiento energico 1 0 llevaria a ser 1 0 que eraantes "y del episodic no quedaran mas ras tros del que pueda dejar a una personarobusta una gripe 0 un sarampion'V La segundo era una var iante dentro de esemismo sector conservador . Para aquellos a quienes incluia en esta var iante, elperonismo habia sido un heche mas ser io y de huellas mas perdurables de lasque reconocia la posicion anterior, pero 10 reducian todo a un efecto de la venali-, dad y de la explotacion de los inst intos mas bajos de laplebe. La represion era elcomplemento politico de esas dos primeras posiciones. Despues estaba el antipe-ronisrno de la izquierda liberal, donde Amadeo insertaba al conjunto que forma-ban el Partido Socialists, el Partido Democrats Progresista y la fraccion unionis-ta del radicalisrno. Para este sector, el peronismo es el nazi-fascismo y'' 'desperonizar' es 'desnazif icar '" . En la izquierda liberal , a la que acusaba depretender definir la "ortodoxia revolucionaria", tenia Amadeo su principal ene-migo ideologico. La cuarta de las posiciones era la representada por la izquierdaantiliberal; "solo desaprueba la persona del jefe y ( .. .) ve en ese movimiento unaforma -forma cruda y prirni tiva pero eficaz- de la lucha contra el imperiali s-mo"." De signo trotskista, "pretende apoderarse del proletariado vacante por laausencia del 'leader'". 10

    Dejando de lado la ult ima de las pos iciones (sin gravitacion polft ica, enrealidad, pero iitil de mencionar como amenaza potencial si no se daba respuestaadecuada a la cuesti6n peronista), 10 que teman en cormin las ot ras t res e ra queagravaban el problema, proponiendo metodos de desperonizacion fundados en el

    Esnttlio preluninar juicio de que el ciclo peronis ta fue solo una exper iencia nefasta y perniciosa. EIperonismo, sin embargo, habfa sido un hecho complejo y bubo en ei, sostenfaAmadeo, elementos positives y negatives. En su genesis habian confluido "dostransformaciones (algunos dirian dos revoluciones) de origcn y signa diverso:una transformaci6n ideologies y polftica y una renovacion social". iISi Peron tu-vo alguna geniaJidad, habia sido la de "advertir la existencia latente de esastransformaciones y ponerse a su cabeza uti lizando los resortes estatales que Iehabfa conferido la revolucion de j unio y los que , luego, logro arrebatar a sus ca-maradas de armas".12 La transformacion ideologica que Peron encontr6 ya dis-ponible habia s ido obra de la "generacion nacionalista" , como la llamaba Ama-deo, de su cr iti ca de las instituciones y las creencias de la Argentina liberal,desconcctadas ya del pais real segun 10 probaba el golpe de 1930. Gran "succio-nador de ternas", el peronismo se apropio, aunque abaratandolo, de 1 0 que habiade vigente en la tematica nacionalista. "No se olvide, por ejemplo, que los tresIemas del peronisrno: soberania politica, independencia economica y justicia so-cial fueron tornados 'ad litteram' de una agrupacion nacionalista, Pero aun fucradel peronismo, y s in reconocer la embarazosa parernidad, nadie se atreve ya enel pafs a negar explfcitamente esas banderas." 13

    Con el peronismo hab fa nacido una nueva conciencia social en el pueblo:era su legado mas perdurable, si bien se habfa contaminado de dernagogia. Si e lpueblo "oye decir que los tilrirnos diez afios solo han trafdo miseria, deshonor yverguenza, no 10 creera.;.". Y "no 10 creera porque tiene 1acerteza vivida de queello no es verdad". Sabe los frutos positivos que esos aiios Ie han dejado, "quehoy es distinto el trato -inclusive eJ t rato social- entre gentes de diferente ori-gen, sabe que hoy no sepuede desconocer el derecho de un hombre humilde, sa-be que 5 1 el eqnil iorio social seha rota no ha s ido en su detrirnento". Si verdadescomo estas se reconocieran s in tapujos al regimen caido, se habrfa dado un pri-mer paso para ganar la confianza de esa masa que todavla Ieera f iel a Peron. 14

    Adrnitir los aspectos positivos del peronismo, aunque rechazando los me-todos polit icos que empleo, era un requisi to de la asimilacion de ese sector de lavida publica argentina. La asirnilacion, a su vez; no tenia tinicamente relevanciapolit ica. Tambien era un paso obligado para encarar las dif icultades de la s itua-cion economica, LNoconvenian todos en que el aurnento de la producci6n era laclave del problema econornico argentino? Pues bien, "para reclamar a los traba-jadores el sacr if icio de un aumento de trabajo (ya que desde Adan el trabajo essacrificio) resulta necesario hacer les sentir como propias las causas de esc au-menlo...". Y para hacer sentir eso "hay que incorporarlos efectivarnente a la vidanacional, hay que sacarlos de su hosco aislamiento'l.P En otras palabras, era ne-cesaria la reconciliaci6n de clases y la coercion no lograna esc cornetido.

    Desalojada del poder, la fraccion naeionalista que habia tornado parte en elderrocamiento de Peron entablaba su batal la en el dominio publico.!" Lo queAye1 ; h o y, mal1alla ofrecfa como formula de recornposicion nacional, aconsejan-do incorporar los aspectos que juzgaba positives de la experiencia peronista, era

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    ~1.1,.,II

    24 LA BATALLA DE LAS IDEAS (l943-i973)[0 que sus adversaries llamaban peronismo sin Peron, un fantasma que no tarda-ria en agitarse, aun dentro del radicalismo, contra la candidatura de Arturo Fron-dizi, presidcnte de la UCR y, por entonces, el dirigente civil mas renornbrado.Los oponenres que Amadeo, a su vez, tenfaen la mira eran los par tidos de la " iz-quierda liberal". Bajo el peronismo, decfa, estos partidos habfan constituido subaluarte en las "sociedades de pensamiento", designando asf a Ia red de revistasy agrupaciones de la constelacion liberal progresista.l ' Ahora los dirigentes deesos partidos "ocupan altas posiciones publicas 0 - Io que es mas importante- in-fluyen sabre la mente de quienes las desempeiian't.l'' AI trasladar la pugna al do-minio publico, Amadeo no pretendfa solo transmitir una respuesta a la preguntaque a limentaba la discusi6n rel at iva a l peronismo -l.que hacer con las masas?-,sino cambiar las relaciones instituidas entre ciertas i deologfas y el poder polfti-co. En otras palabras: carnbiar las ideas con ascendiente entre los que mandaban.

    3. EL DlYORC[O ENTRE DOCTORES Y PUEBLOLa respuesta mas elaborada a Aye/; hoy, maiiana fue la del eseritor Ernesro

    Sabato, El otro rostra del peronismo, breve ensayo polemico que aparecio a me-diados de 1956 (el subtftulo rezaba: Carta abierta a Mario Amadeo). EI escritode Sabato, como el de Amadeo y,mas ampliamente, como Ia mayoria de los es-critos Gue a to largo de 1956 girartan alrededor del "heche peronista", dejariaver que las divergencias se entretejlan con una ser ie casi obligada de topicoscompartidos, Por su asiduidad, destaquemos tres de ellos : 1) la relacion entre pe-ronismo y resentimiento, el mas socorr ido de todos los ropicos at comienzo y elque antes que ningun otro se desgastarfa; 2) el peronismo como nuevo capftulodel divorcio hist6rico entre elites y pueblo, topico proveniente del temario nacio-nalista e introducido por Amadeo en el debate; 3) el peronisrno como hecho cul-pable cuyo acaecimiento tenia causantes: actores individuales 0 colectivos quehabtan sido re sp on sa ble s d e que el peronismo sucediera ("eada uno tiene qu ehacerse cargo de su culpabilidad, pues nadie queda indemne", habfa escrito Ro-driguez Bustamante en el ruimero de Sur ya citado).

    As! sea como gesto retorico, Sabato crey6 necesario dec1arar que 1 0 autori-zaba a tornar l a palabra. No era un polftico, dira, como su destinatario, aunque sf10 era "en el sentido amplio y primigenio de la palabra". Perc mas que esta con-dicion general de ciudadano, era sobre todo su condici6n de intelectual la que 10obligaba a intervenir, Los "hombres de pensamiento" no debfan recluirse en latorre de marfil, sino bajar al foro.

    Colaborador de la revista Sur, Sabato era asimismo miembro de ASCUA. elagruparniento clvico creado y dirigido desde 1952 por Carlos Alberto Erro. Treslibros de ensayos, Uno y el universe, Hombres y engranajes, Heterodoxias, yuna novel a breve, EI ainel, Ie habfan dado notoriedad como escritor grave, preo-cupado por Ia crisis de ia civil izaci6n modema, cuyo culto de la razon abs tractay de la maquina la hacfa incapaz de comprender y sublimar las potencias oscuras

    Estudio prelimina r 25

    que bIOtaban de la condicicn anima! del hombre. La reivindicaci6n de un socia-l i sr no comun it a ri o , que 10 ponfa a igual distancia del capitalismo y del cornunis-mo (por el que habia pasado en sujuventud), complctaba su perfil de escritor in-conformista. EI Gobic rno Provisiona l, ya bajo la presidenc ia del genera lAramburu, 10 habia design ado director del sernanario Mundo Argentino, propie-dad de una ernpresa intervenida por el Estado por sus vfnculos con el regimenperonista.l.A quien dirigia Sabato su carta abierta? Pese a 10 que anunciaba el subti-tulo y aun las primeras paginas de El otro rostra del perollisl11o, donde se hablade coincidencias y "discrepancias capitales", el centro polernico del ensayo 10enfrentaba rnenos con Amadeo que con el alinearniento antiperonista liberal. Escierto que l e reprocha a l autor de Ayer, hoy, mariana que pasara muy rapidamen-te sobre la simpaua que los nacionalistas habfan alimentado por Mussolini y Hi-tler, que censurara en Peron mas la persona que la ideologfa, y que no menciona-fa ni extrajera las consecuencias del hecho de que las fuerzas de choque del expresidente provenfan de las filas del nacionalisrno. Pero su interpretacion de lascondiciones de emergencia del peronismo y de la verdad alojada en el tenfa masafinidades que discrepancias can la interpretacion de Amadeo, aunque se coloca-ba a la izquierda de su interlocutor.

    La tesis de Sabato tomaba a su cargo, por deci r asf, los tres t6picos men-cionados mas arriba: el del resentimiento, el del hiato entre elites y pueblo y e lde la culpa. Entre las condiciones que hicieron posible el peronismo estaba e\ re-sentirniento del pueblo, producto de la historia argentina, que acumul6 y super"puso var ias capas de ofensas y reneores , basicamente el resentimiento del gau-elm contra la oligarquia ilustrada y el resentimiento del inmigrante contra la elitecriolla que 10desprec iaba . EI orden conservador reimplantado en los afios trein-ta, hecho de fraude y de negociados, habfa completado esa historia de agraviossociales. Peron, un individuo sin escnipulos, resentido el tambien por su condi-cion de hijo natural , que supo ver "que habfa lIegado para el pais la era de lasmasas", movilizo y canaliz6 en su favor muchos de esos rencores.

    Para desarrollar el otro topico. Sabato evocara ante el lector una suer te deepifanfa: la vision de dos criadas llorando la caida de Peron la neche de septiem-bre de 1955 en que el con sus amigos la celebraba. La imagen l e d io aparienciasensible a la idea de un divorcio sabre el que, hasta entonces, nos dice el escri-tor, tinicamente habia rneditado: el divorcio entre elites ilustradas y pueblo, quecaracterizaba el drama historico de laArgentina. La comprension de ese divorcioprofundo, que ya en el s iglo XIX habra estado en la rafz del antagonismo entredoetores y caudillos populares y ahora se exponia ante sus ojos, llevaba tarnbiena la comprension del otro rostro de la exper iencia peronis ta. Ahora bien, estaclave, que no se asociaba obligadamente a la clave del resentirniento, se l igabaen cambio a Ia cri tica hecha por el revis ionismo nacionalista a la tradicion pro-zresista a sus heroes culturales -Echeverrfa, Sarmiento, Alberdi- y a ese frag-~ento de la misma tradicion que eran los par tidos de izquierda, Y, siguiendo elsentido del argurnento que habra hecho suyo, Sabato disparara contra los dir i-

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    2 6 LA BATt\ LLA DE LAS TDEAS (1943- 1973)gen tes de estos partidos: ellos tarnbien estaban resentidos. Dira: "Estos lfderesh an c o br ad o un r es en ti mi en to c as i c or ni co -si no f ue ra t ra g ic o para el porvenirdel pafs- hacia las masas que no han progresado despues de tantas decadas det ra tam ie n to m a rx is ta . Y entonccs las han insultado, las han calificado de ch us rna ,de cabecitas negr as, de descamisados; ya que todos es tes cal if icat ivos fue ron in-ventados po r [a izqu ierda antes de que maquiavelicamente el dernagogo los em-pJeara con sirnulado carifio." Para esos teoricos de la lucha de clases habfa "unproletariado platonico, que se encuentra en los libros de Marx, y un proletariadogrosero, impuro y mal educado que desf il aba en a lpargatas tocando e l bombo". '?

    As! como en los caudillos de ayer (Artigas, Lopez, Quiroga), habra unaparte de verdad que los ideologos se habian negado a reconocer, la habfa tam-bien en el peronismo. Era 10 que lo s antiperonis tas recalci trantes, que solo vefanen los doce a iios recien concluidos t irania , demagogia y rnanipulacion de gratifi -caciones materiales, se negaban a comprender. Pero en ese movimiento comple-jo habfa "algo mucho mas potente y profundo que un mero deseo de bicnes rna-teriales: habia una ju stificada ansia de justicia y de reconocimiento, frente a unasociedad egofsta y f ri a, que siernpre los habra tenido olvidados" .20 Eso fue 10que supo ver y movilizar Peron, un hombre de talento, aunque moralmente bajo.EI pafs 5610 podria salir de su c ris is si en Ia vida publi ca nac iona l cobrabaforma una nueva smtesis que recornpusiera las partes en que se habta dividido laverdad. La conciliacion nacional requer fa que el pueblo fuera comprendido, 10que equivalia a cornprender el peronismo: entre 1943 y 1955 no se habia verifi-c ad o u n ic ar ne n te un proceso de demagogia y tiranfa, sino tarnbien H e ! adveni-mienta del pueblo desposeido a la vida politica de la Nacioa" .21 iQuienes eranlos culpables de que ese advenimiento se produjera en la forma tan funesta enque se produjo? "Todos hernos sido culpables ", respondent Sabato a l desar ro ll areste topico. Y, tras hacer una larga enurneracion de los sectores responsables de"la funesta historia", remataba: "Dejemonos, pues, de dividir a la patria en re-probes y elegidos, con la piedra de toque de una pureza que ninguno de nosotrostiene".22 Los que en el presente reclamaban que la "masa peronista" fuera reedu-cada ten fan que adrnitir Ia reeducacion tarnbien para los antiperonistas.

    Sabato se encontraba entre qu ienes hablan colaborado en el numero 237 deSill' mencionado mas arriba. Sin embargo, en el texto que escribio para la oca-s io n - ca si una oracion c fvica que conclufa en el recuerdo emocionado de la r e-volucion que le habra devuelto la patr ia de la in fancia en septiembre de 1955-,nada hacla entrever el planteo que anirnaria rnenos de un airo oespues a El otrorostro del peronismo. Entre un esc ri to y otro se habfa abierto una distancia queera tamb ien una clara d iver gencia respecto del antip er onismo recalcitr an te de lasau to rid ades de la Revo luci6n Libertadora, La rup tu ra can el gobiemo del que erafuncionar io no ta rdo en l Iegar, y sob revino en agosto de 1956 a rafz de un articu-10 sobre to rturas a presos polfticos publicado por Mundo Argentino. El conOictorepercuti6 en las filas de ASCUA, que termino por expulsar al escr itor.23

    Esnuli c pre ii in in ar 4. CONTRA LAS "CLASES MORALES"

    La nueva posiCion de Sabato -quien muy poco dcspucs en tf lb larla. tina po-lemica con Borges a ce rc a d el peronisrno- era, entre o tr as c os as , u na m an if es ta -cion de las divisiones que agr ietaban aceler adameute el frente polftico e intelec-tu al antiperonista que sucedi6 al desplazamiento de Lonard i, Las divergenciastenfan, obviamente, manifestaciones de mayor repcrcusion en el dominic pub li-co. Entre ellas , las que procedian de los movimientos estrutezicos de ArturoFrondizi, qui en tornaba cada vez ma s distancia publica del Gobi;rno Provisionalsin romper con el, dando senates de que su program a no era el de ladesperoniza-cion de las masas, sino su integ raci6n bajo una nueva jefatura poluica e ideolo-gica. Pero no seria unicamente el frondizismo el que buscaria a esa masa a 1 < 1que se ereia en d isponibilidad, sin caudillo. Un movirniento en la misrna d irec-cion surgiria de las filas del Partido Conservador. bajo el impulse de uno de susdirigentes, Vicente Solano Lima.

    En es te marco de revisiones intel ectua les y apuestas politicas que alterabanaceleradamente el paisaje de 1955, hay que co locar cl rnimero 7/8 de la revis taContorno, publieado en julio de 1956 y des tinado a l examen del peron i smo. COI1- ,tomo habia aparecido a fines de 1953 y basta el mirnero dcd icado a la cuestionperonista tenia el caracter de una revista literaria. El nucleo de sus redactores ha-bra hecho de ella el organo de una gencracion -Ia "joven generacion", que se de-c~araba sin maestros y se volvfa hacia los mayores del campo intclectual pamajustar cuentas e ll los t en-enos tanto moral como l it erar io-v '" Algunos antes, o trosdespues, todos los miembros de esc grupo (Ismael y David Vinas, Ramon Alcal-de, Susana Fiorito , Adelaida Gigli, Noe Jitrik, Le6n Rozitchner) se sumaran, en-tre 1954 y 1956, ala empresa politica que tenia a Pronrlizi como Iidcr y a la In-transigencia radical como fuerza de referenda.

    En el ruimero 7/8 por primera vez se him explfci ta la prcocupacion polit icade Ia rev ista. Aunque serfa imposible reducir a un solo pun to de vista eI conjuntode articulos reunidos en su s paginas, el espfritu polernico es co rmin a todos ellos,E I ed it o ri a l llevaba como epfg raf e un pasaje de A l be rd i r el at iv e a la posicion desu generacion frente a las dos fracciones en que se habfa dividido el pais, la "co-lorada" y la "celeste", 1 0 que nos indica e l valor s imbolico que aiin conservaban 'las referencias al rosismo, los unitarios y el grupo intelecrual de 1837 a\ hablardel peronisrno. En consonancia con el uso alegorico de Alberdi , el editorial , queten ia por titulo "El per onismo .. , i,Y 10 orro?", declaraba que el grupo de CO/1fOf-no se habia negado a hacer suyas las sirnplificaciones que introducia la divisionentre peronismo y antiperonismo. Querian c or np re nd er 1 0 que habra ocurrido enlos doce afios recien transcurr idos, pero querfan comprenderlo desde el interior ,de esa exper iencia, "como individuos que escr iben mojados dcspues de la lluv ia,no como aquellos que se pretenden secos, intactos, y seno res de todo el univer-so", EI peronismo habia sido un proccso contradictorio y ellos sc habfan "pro~pueslo enfr eJJtar el riesgo de decir: esto del peronismo , sf; csto del peronismo,no". EI peronismo hab ra l'en ido aspectos que e1los tamb ien abominaban (sus ras-

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    28 Q LA BATALLA DE LAS IDEAS (1943-1973)gos policiales, su prepotencia), pero bajo et se habla despertado igualrnente la"conciencia de los oprimidos".

    EIblanco polernico de Iarevista eran las clases "morales", El termino perte-nece al editorial y alude, amalgamadas en lin solo conjunto, a las clases medias ylas elites intelectuales y pohticas del l iberal ismo, Eran las "clases" de la buenaconciencia, las de quienes, tras el derrocamiento de Peron, se consideraban Inte-gros y se abandonaban a la condena de! orden caido sin interrogarse sobre la am-biguedad de laexperiencia recien concluida. Elias estaban confiadas en sus certi-durnbres. Ahora bien, para cornprender el sentido de la experiencia proletaria encl peronismo, dira Leon Rozitchner, "hace fal ta algo mas que la imperturbablebuena conciencia" de "nuestra elite intelectual"_25En otras palabras: hacfa faltaotra eli te que esa eli te establecida -Ia de Sur iContomo incluia un duro articulode Oscar Masotta can el mimero 237 de la revista de Victoria Ocampo), l a deldiario La Nacion-, A traves de la cuestion peronista, los j6venes de Contornoprosegufan, pues, su combate contra laselites culturales reinantes,

    La condcna moral y politica del liberalisrno recorre el articulo de OsirisTroiani, "Examen de conciencia". Mientras el peronismo habfa tenido el merito,asf sea ideologico, de asentar la polit ica sobre nuevas bases -"defensa de los in-tereses pcpulares y de la comunidad nacional" -, los "otros no defendfan s inocierta idea abstracta del hombre, abstracta y trasnochada", EI deber de una opo-s icion eficaz hubiera s ido aventajar al peronismo "en vocacion nacional y enempuje revolucionario" _26 La oposicion habra sido inepta y de la inepcia no es-capaban las izquierdas, "esas solteronas", como las llama Ismael Vinas, para fi-gurar con esa metafora su fal ta de contacto con las masas y Ia neurosis que pro-vocaba en ellas la castidad obligada: "Esas vfrgenes conservadas durante tantosalios parecen haberse transformado en vfrgenes locas", La metafora tenfa un des-r inatar io privi legiado, el Par tido Socia!ista, s inonimo por excelencia de la iz-quierda liberal. Los socialistas, apuntaba Vinas, han encontrado una solucion asu neurosis: "se han convertido simplemente en derechistas"_27

    Los artfculos de Contomo hacen pensar en la nocion de " izquierda antil i-beral" definida por Mario Amadeo -una izquierda que desaprobaba dererrnina-dos aspectos del peronisrno, en primer termino la f igura de sujefe, pero veia encsc rnovimiento una "forma cruda y primitiva pero eficaz de la Iucha contra elimperialismo"-: Es decir, una izquierda nacionalista. La apuesta polftica del gru-po de Contorno al " frondizismo" iba ligada a la esperanza de encontrarse concsas masas , ahora s in hder, por mediacion de la Intrans igencia radical . "No esextrafio que el radicalismo intrausigente haya comprendido el sentido del movi-miento peronista", escribira Leon Rozitchner en un suplemento de Contorno, Elheche de haber surgiclo desde la misma profunda realidad nacional Ie habfa per-rnitido cornprender al menos "que una par te de la verdad estaba en el peronis-mo",18 Hay que suponer que laotra par te de la verdad estaba en los jovenes inte-Iec tua les de izquierda incorporados al frondiz ismo, los "frondizistas porrazcmamiento", como los llarnaui Alain Rouquie.

    Por otro lade, esos artfculos cargados de requerimientos morales en la con-

    Estudio prelimina r 29dena recurrente al moralisrno, donde el analisis torna frecuentemente el caminode la invectiva, dejan ver el ascendiente de un doble magisterio ideologico sobrela mayoria de los redactores de la revista: el de Jean-Paul Sar tre, por un lade, yel de Ezequiel Martinez Estrada, por el otro. Esta conjuncion existencial-rnarxis-ta va a s ingularizar al micleo de Contorno y sus derivaciones en la polftica y enla literatura dentro del universe de la izquierda nacionalista, que poco a poco en-trara en expansion.

    Todos los t6picos que hemos sef ialado a prop6sito de Amadeo y de Sabatolos reencontramos en las paginas de Contorno: el malentendido entre elites pro-gresistas y pueblo,29la responsabil idad por el heche peronis ta ("todos de algunamanera fuimos el peronismo"),JO el resentimiento, En su artfculo "Aventura y re- .voluci6n peronista", Juan Jose Sebre1i hara una inversion axiologica de este to-pica. En la critica antiperonista, la psicologfa del resentimiento daba inteligibili-dad a la persona lidad de Peron, a la de Eva Peron, y se consideraba que uno delos resortes de la accion publica de ambos habia sido la movilizacion de resenti-rnientos.colectivos. Sebreli no rechaza la tesis, es decir, les concede a quienes sevalen de'el la que los mecanismos del resentimiento puedan aclarar algo del fe-n6meno peronis ta, La que esa explicacion par los moviles de Peron y Eva nopodia aclarar, sin embargo, era el acontecimiento de la revolucion peronista y 10que ambos hicieron para escapar al ais lamiento y al des tino de aventureros s intrascendencia, "Toda la pas ion, toda la rebeldia, todo el herofsmo de estos des-tructores era absurdo y vano, pero se apoyaba en la esperanza totalmente sinceradel proletariado y coincidia, aunque solo fuera tangencialmente, can una luchaque tenia autentica razon de ser" .31 ASI, esa significacion considerada baja, inno-.ble, es decir, negativa -el resentirniento-, al encontrarse con la esperanza y la lu-cha del proletariado, cobraba un sentido social y politico subversive. A traves deestas claves, primacfa de la negatividad e inversion axiologica de 10negative, elarticulo de Sebreli adelantaba una perspectiva acerca del peronismo que se reen-contrara despues extendida en las filas de los intelectuales de izquierda.

    5 . UNOS MALES DIFUSOS Y PROTEICOSEI largo panfleto zQue es esto?, de Ezequiel Martfnez Estrada, es el mas

    idios incrat ico de todos los textos que produjo la interpretacion del hecho pero-nista.32 Su singularidad no radica en [as ideas que expone -desde este punta devis ta, puede decirse que el l ibro recoge y mezcla topicos conocidos-, s ino en suespecie discursiva, para la eual el propio Martinez Estrada encontro la denomi-nacion mas elocuente: "Iiteratura de acusacion y de escandalo". Le atribuia a esaliteratura, adernas de ancestros prestigiosos en la cultura europea (desde EI XVlllBrumario de Marx al L'acuse de Zola) una tradicion en la Argentina, donde in-dura El Matadero, Facundo, Amalia, Martin Fierro_33 Pero el autor insertabatambien .;Que es esto? en ot ra familia, Ia de lOS ensuyos que le hublun dado sufama de interprete del ser nacional. "Este panfleto pucde ser apendice de la serie

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    30 LA BATALLA DE L AS ID EA S 0943-1973)de ob ras que tratan de interpretar nuestra r ealidad", dira en el pr61ogo, recordari-do, sill nombrarlos, esos ensayos -Radiografia de lapampa, La cabera de Go-liat, Sarmiento, M!!erre y transjigm'oci6n del Marthl Fierro-".

    Para Mar tfn ez Estrada la sociedad argentina habia con fcsado, a [r aves delperonismo, fal la s que venfan de lejos. "En la figura de Peron y en 10 q ue el re-presento y sigue repr esentando, he crefdo ver personalizados si no todos, la r na-yorfa de los males difusos y protei cos que aquejan a mi pars des d e antes de sunac imiento", esc rib ira a l comienzo de i,Que es eSfo?34 Pero no Ie dara desarrolloa esta tesis, ni en la forma de una argumentacion, ni en la forma de un relato his-torico, Como en SLlS grandes ensaycs, el texto no se expandira siguiendo un en-cadenamiento demostrativo , sino en forma de variaciones en tomo a una serie deternas fijo s. Pero, a diferencia de 1 0 que ocurrta can su s libros an terior es, Ja r na-yoria de las ideas relativas al peronismo que expondra como revelaciones de unpensador inspirado eran ya moneda corriente en el discurso antiperonista. Parejemplo, el topico de\ resentirmento, que es uno de los mas repetidos en iQue esesto?, 0 el del peronisrno como heche cu lpable, fru to de una falta colectiva - "In-mensas falanges de antiperonistas no toleran que se les eche a elias, ni al pafs nial pueblo, In responsabil idad del desastre peronis ta"-.35

    Como a sus ojos Peron no era sino la representacion intensificada de lamayoria de lo s males que la Argentina arrastraba desde lejos, Martinez Estradainvocara los motives mas diversos para dar cuenta del tr iunfo peron ista: desde eltema de Buenos Aires como metropolis corrup to ra, f en icia -"Solamente las ciu-dades inficionadas par los mismos virus de intercses que Buenos Aires han sidoperonistas como ella"_,36 a la asociacion del peronismo con el rosismo yeJ fas-cisrno. Pero en el establecimiento de semejanzas y paralelos iQ ue es esto? so-, b repaso a cualquier precedente. En efecto, no en tr elazaba s6 [0 Y cOll"!0 ya era co-rrnin a Hit ler y Peron, Peron y Rosas, siglo XlX y siglo XX, sino igualmen te laplebe arrabalera de Buenos Aires y la plebe del Palatine de la republica romana,Peron y Cati lina , Vicente F idel L6pez y Ciceron , como si fueran todos actoresintercambiables de un mismo y eterno eombate entre categorfas rnorales.

    "i,Por que creen muchos -se p reguntara Mar tinez Estrada- que el lenguajeque debe usarse al hablar a nuestro pueblo es el de los seductor es y cuenteros deltfo, y no el de los profetas y los medicos?'?" Pues bien, el no cstaba dispuesto aemp lear el lengnaje de los hecn iceros y l os encantadores. Como queria la rege-neracion de su pueblo, 10 increparfa, hablando "el lenguaje de lo s hombres de-centes", Denunciaria la impostura, la de los politicos, la de los intelectuales, y,par supuesto , no les ahor rarfa la verdad a los peronis tas. Peron habia, por cierto,rnejorado la situacion de los trabajadores, pero tambien los habra env ilecido,"convirtiendolos en tirano s de los que los tiranizaban , en expo liado res de los ex-poliadores".

    Digamos, par ultima, que este escrito, recorrido par anatemas e invecti-vas y que parece girar en torno a un eje moral, deja ver tambien en varies pa-sajes las heridas de c1ase que dcjo en las capas medias el igualitarismo pero-nista. "Un challgador, un taxi mctrista, un rnecanico de radios 0 de basculas

    Estudio pre liminar

    que no entiende su oficio, un plomero, un lustrador de pisos, que hasra ayerfueron repartidores de almacen, cobran su trabajo a razon de treinta pesos lahera". E1 cornectaric que sigue transmite el scntimiento de ugravlo que hablacausado y atin causaba Ia alteracion plebeya del sentido de las jerarqulas: "es-tan tan infatuados que nos humillan con Sll arrogancia de anal tabeto s cuandoles preguntamos par sus honorar ios" .38

    6. EL CONTENTDO Y LA FORMAIndependientemente de los juicios que cada uno de cllos vierta sobre el

    peronismo, hay alga comun en todos los textos considerados basta aquf, masalia del repertorio de top icos co rnpartidos. Todos son escritos en primera perso-na, donde quien toma la palabra declara tener parte en el asunto que se ventila, .,sea porque evoque su experiencia, sea porque reclame su derecno a pronunciar- Ise (alegando para ello antecedentes politico s, las oblig aciones del intelectual 0los utulos del moralista), sea, en fin, porque insista, como se lee una y otra vezen lo s artfculos de Contorno, que del peronisrno no pod ia hablarse como obser-vador no irnplicado. Pues bien, a distancia de esos discursos en que se rnarcaba lel acto de enunciarlos y l a s ituacion de quien los enunc iaba , se establece rfa otrodiscurso respecto del hecho peronista. Palab ra docta, tarnbien, la rclaci6n que!pretendia instaurar con el peronisrno no era Indel publicista politico, ni tamp()-Ico la del escritor que se involucraba en los debates del foro, sino la del 50ci610-'go. Este fue el punto de vista que introdujo en el debate Gino Germani can suarticulo "La integracion de las masas a la vida politica )' el totalitarismo", queaparecio a rned iados de 1956 .3'1

    Este ensayo publicado en las paginas de Curses y Conjerencias inaugurono solo en la Argentin a, sino en todo el ambito latinoamericano , los estudios 50-ciologicos sobre los rnovimientos que el propio Germani tipificarfa poco des-pues como nacional-populares. Pero "la integracion de las rnasas a Ia vida polf-tica y el totalitarisrno" tar npoco era ajeno al debate politico acerca de que hacercan las masas peron istas. De hecho, eI autor habfa sido consultado en 1955 parel presidente Aramburu y los jef es de las tres arrnas sobre Ja "posib ilidad y laforma" de una campaiia de "desperonizacion", y Ia respuesta que dio en Ia oca-sion formaba par te de su ensayo."? Un dob le co rnetido, pues, el d e la dcscripciony e l de la presc ripc ion, regira e l p lanteo del t raba jo .

    A su analisis del peronisrno, Germani Ie asignara un contexte, eJ de la so-ciedad de masas , "Hoy vivimos, dira, en una sociedad de masas, El mero hechodernografico del extraordinario crecimiento de la pobiacion nos coloca en unasituacion radicalmente d istinta. Adernas, estas rnasas ya no esran exclu idas delejercicio del poder politico. 0 par \0 menos ya no quieten estarlo" ,41No se trata-ba de un contexte local, de alcance puramente nacional 0 lat inoamericano: erauna situacion general de todas las socieclades contemporaneas. A partir d e est arealidad, que habfa trastornado el cuadro en que funciona la democracia de tipo

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    32 e L A B AT AL LA D E L AS ID EA S ([943-l973)liberal, debfa encararse el problema de la inregracion politica de las masas, Dealgun modo, adverua Germani, "hay que con tar con e li as para gobernar't.t?(Acaso sin sabe rlo, el mensaje que enviaba a qu icnes ignoraban 0 pre tendian rc-primir el problema reproducia casi literalmente una frase de Peron de 1947:"Quien no cuente ho y con las masas populates no gobie rna" .)

    Sobre el fondo de este diagnostico general , se recortarfa la figura contra-dicto ria del peron ismo , cuya orig inalidad consistf a en ser una especie de fascis-mo basado en In c1ase obrera enfrentado a l a o p os ic io n d e rn o cr at ic a de las c1asesmedias, "circunstancia esta que hub iese side considerada absurda por los obser-vadores europeos hace un cuurto de siglo"_43 Era esta incoherencia ent re e l cliva-,;j je social y el clivaje politico 10 q ue a Germani Ie interesaba poner de relieve, EIproceso que a sus ojos estaba en la rafz del peronismo era, como el mismo 10 s e-nala, un data admitido (10 era, al menos, por quienes adoptaban como el el puntode vist a progresi st a l iberal 0 de izquie rda) : un proceso ace le rado de indust ri al i-zacion y u rban izacion masiva; como consecuencia de la rapidez de \a transfer-macion , la clase obrera era de fo rmacion r eciente, carecf a de experiencia sind icaly no habfa sido todavia "socializada" par los partidos obreros tradicionales, EIcuadro que emergfa de esos dislocamientos no era el que habia obrado como rna-triz de los r nov imiento s to ralitarios en Europa. En con traste con la experienciaeuropea, donde la industrializacion y la urbanizacion habfan puesto en disponi-bilidud polftica a unas clases medias pr oletarizadas, en Ia Argentina esos cam-bios econornicos y dernograf icos habfan geoerado otra s ituacion , 1; 1 puesta endisponibilidad de esas masas popu lar es in corporadas a los marco s de una socie-dad en curse de modernizacion . EI per onismo habra sido una respuesta a esa si-tu acion, integ rando a las clases popu lares emergentes a la vida polftica.

    Pero la difer encia con lo s fascismos europeo s no terminaba alii. Tambienen contraste con estes, el peronismo habra Iogrado el apoyo sincere de los sec t o-res populates y esa adhesion no se explicaba invocando la demagogia --el "platode lentejas" a cambio de la libertad-. La cuestion radicaba mas bien en que "laparte efectiv a de esa dernagog ia no fuer on las ventajas materiales, sino e1 haberdado a l pueblo la cxper icnc ia ( fi ct ic ia 0 real) d e que habf a logrado ciertos dere-chos y que los estaba ejerciendo"." Bajo el peron ismo, los trabajado res habfancobrado conciencia de su dignidad. La libertad que habian perdido, la libertadpolttica, nunca realmente hnbiau podido ejercerla, Asi, en un pais donde la de-rnocracia f ormal se hallaba d istor sionada desde tiempo atras, ello s conocerianuna forma su stan tiv a delib ertad, afirrn ada con tra los patrones y los capataces 0en los tribunaJes laborales, En suma, aquello que era necesario ver en la actitudde los trabajadores no era , como pre tendfan muehos, agradecimiento a Per6n porlas "dadivas", sino "orgullo por huber logrado (impuesto serfa la palabra psico-logicamente mas exacta) sus der echos fren te a la clase patronal, y de haber 'con -qu istado el potter', segiin los slogans de la propaganda ofi ci al" .45

    Germani comparna, per supuesto, la tesis de que existfan afinidades entrelos regimencs fasc is ta s europeos y eI peronismo: a su juicio este habfa sido unfen6meno totulitario. Pcro el foeo de Sll ana li si s est aba puesto en determinar 10

    Estiul io prelim fi lar 3 3

    que hab ra hab ido de racional, desdc el punta de vista del interes de clase, en elapoyo de lo s trabajadores a Peron . l,No hub icr a sido posible que las clases popu-lares obtuvicran por parte de la sociedad argentina ese reconocimiento que lesotorgo el peronisrno, pero bajo un orden politico dernocratico? La respuesta deGermani a esta cuestion sera ambigua, Admitira, por un lade, esa posibilidad,aunque como posibilidad casi abstracta, pues enseguida observara que en lascond iciones que reinaban en la Argentina desde 1930, se trataba de una altemati-va improbable. En cuanto a la empresa de la "desperonizacion", crefa necesariopero insufi ei ente 10que pudiera hacerse en terrninos de reeducacion en los valo-res liberal-dernocraticos. "La tragedia polit ica argentina, dira, residio en el hechode que la integracion polftica de las masas populares se inicio bajo el signo deltotalitarisrno." EI peronismo les habfa surninistrado "cierta experiencia de parti-cipacion polftica y soc ia l en los aspec tos inrnediatos y personales de la vida delt raba jador, anulando a l mismo t ie rnpo la organizac ior, pol ft ica y los derechos ba-sicos que constituyen lo s p ilares insustitu ib1es de tooa demccr acia genuina ". Eldesaffo (la "inrnensa tarea a realizar") radicaba ahora "en lograr esa misma ex-.per iencia, p ero vinculandola de rnanera indisoluble ala teor fa y a la practice de!la dernocracia y la libertacl"_46

    En o tras palab ras, disociar el contenido ~Ia exper ie ncia de participacion- desu forma polft ica -peronista- y reunir ese eontenido con otra fo rma. Aunque en elensayo de Germani no se encuentra ninguno de los topicos que parecfan de rigoren el debate sob re el peron ismo, su f ormula respecto de la desperon izacion ence-r raba esta operacion dif erenciadora que, en su esquema esencial (separ ar f orma yco~t'?I1i~o), podfa detectarse en todas las posiciones para las cuales Iii.experienciade los diez arias peronistas no habfa sido un heche compactamente negative, Es10 que puede leer se en la inter pretacion de Amadeo 0 en el ed ito rial de Contorno("esto del peronismo, si; esto clel peronismo, no"). EI contenido que debra ser ob-jeto de r escate var iaba: cierta exper iencia de par ticip acion, la nueva concienciaobrera 0 e l sent imiento ant iimper ia li st a. l ,En que forma pol it ica hal la rfa cumpl i-miento e fectivo esa sustancia recuperada? l,C6mo propici ar una nueva sfntes isentre verdades parciales? Las respuestas tarnbien variaban e iban de la asirnila-cion (0 "integ racion") de las masas per on istas a SL I radicalizacion.

    7_CONTRA EL "DURO CORAZ6N DE LOS CULTOS"En 1957 torno la palabra Artur o Jau retche, quebr ando el monopolio an tipe-

    r on ista del debate sobr e el per onismo . En Mon tev ideo , donde estaba ex ilado, es-cribio uno de SLIS mas celebres panfletos , Los profetas del odio, en cuyo prologoinsertaba una carta a Emesto Sabato , reconv in iendolo, aunque amistosamen te,por l as tesis de E! otro rostra del peronismo, Un ana antes, otro eserito de cam-bate, El plan Prebisch. Retorno al coloniaje, 10 habra devue lto a la notor iedacl ,tras los afios de silencio en que se sumio despues de su paso porIa administra-cion del gobiemo de Domingo Mercante en la provincia de Buenos Aires_ Ani-

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    34 LA BATALLADE LAS IDEAS (19431973)mador del grupo FORJA y, sin duda, su mejor pluma polemica, J aure tche reverde -ci6 despues de 1956 la farna y el mito de aquel grupo, surgido de las filas del ra-d icalismo a mediados de los anos treinta y enrolado con Peron en 1945.iQuc es estor, de Ezequiel Mar tinez Est rada , Peron y la crisis argentina,de Julio Irazusta y la respuesta de Jorge Luis Borges a una encuesra periodfstica,1edie ron a Jauretche 1amater ia y el pretexto para dar arnplio desarrollo a un to-pico que ya hemos vis to: los in te lectua les a rgentinos y su extrafiamiento respec-to de la realidad nacional y las experiencias politicas del pueblo. "AI hombreque no es un intel ectua l, y por eso razona segun el orden de Ia naturaleza, se Ieocurre que en el orden de las demandas hurnanas, que es el rnismo, estan prime-fO las alpargatas que lo s Iioros", escribira, aludiendo ironicarneme a la reaccionque habr a provocado en las f ilas an tiperonistas la consigna "Alpargatas sf, libr osno". Es decir, d e acuerdo con el razonamiento natural, la cu ltu ra debra estar pre-cedida por los zapatos, la ropa, las frazadas y e l pan. Pero no ocuma as! en elpensamiento de la intelligentsia a rgentina , s ino a l reves, Esa inversion en la re-presenracion del orden de las casas no era accidental ni producto de la extrava-gancia: reflejaba el hecho de que las elites ilu stradas locales piensan a traves delas ideas de otro, "su amo imperial", que "es vendedor de ideas, y 10que quierecornprar barato es 10 que los 'cabecitas negras' pretenden consumir"."? Estamentalidad alienada y funcional a la dominaci6n imperialista estaba en la basede la oposicion de los intelectua les a rgentinas al peronismo.

    Para Jaure tche 10esenc ia l del peronismo radicaba en la indust ri ali zacion ,la independencia econ6mica y la prosperi dad de los trabajadores. tEsta prosperidad habra irritado a algun sector? "No a los de muy arriba, porque el empresa-rio sabe que esa prosperidad general es condicion necesaria de las buenas ven-tas, es rnercado comprador para sus productos.T'" Habia irritado en carnbio aesc rnundo intermedio de la " sociedad pasto ril" trasto rnada por el peron ismo, elde " los pequef ios propie ta rios y renti sta s, los funcionar ios, los profes iona les,los educadores, los intelectu ales, los politico s de segundo y t erce r orden, e le -mentos activos 0 parasitarios de esa sociedad'v '" En este sector , los prejuicio sde clase se habfan impuesto a los propios intereses de clase, "pues SI hay unsector destinado a beneficiar se de la grandeza nacionallog rada por la lib eraci6necon6mica, es este intermedio, para qu ien fue escrita la palabra opo rtunidad enI a t r an s ic i on entre el feudalismo y el capitalismo't.P'' A diferencia de Ja claseobrera, que , desoyendo e l I lamado de los soc ia li st as y l os cornuni st as, habra to-rnado en 1945 conciencia del momenta historico, comprend iendo que su ascen-so iba a la par can el ascenso de la burguesfa y los sectores medios -el enemigoera la condicion semicolonial del pais-, esos sectores fueron ciegos para "laoportunidad que el destino le brindaba">!\ Aunque dedica varias paginas al descarno de las c1ases medias, estas no:i : er an su adver sario. Po r el contrario, las quer ia en ei " rnov imiento nacional" queauspiciaba. El antagonista a batir era la intelligentsia, rermino bajo el cual Jau-

    i ret che reunia 1amisma conjunc i6n de intelectua les y politicos que Mario Ama-deo ltamaba "izquierda liberal". Sobre la intelligentsia vuelve una y otra vez,

    Estudio prc lim inar prosiguiendc la c ruzada cont ra e l cosmopoli ti smo de los i ruelec tuales a rgentinasque habia iniciado Ramon Doll mas de ve in te aDOS atr as, "Nuestros cu ltos seadscr iben a todos los problemas ext ra iios, y cuando inte rv ienen en los nuestros10 h acen como extranjeros, De afuera traen los rotulos para enmascarar los he-chos can falsas nominaciones.t=? Al habito de pensar can categorfas ajenas a laexperiencia nacional iba asociado el ctro rasgo de Ia intelligentsia, su elitisrno.Ese espiritu eli tista y extranjer izante habra heche estragos tarnbien en el movi-rniento de la Refo rma Un iver sitar ia, distorsionando su sentido o riginario. Pro-ducto del acceso del pueblo al poder, con Yrigoyen, el r novimiento refor rnistahabra nacido rec1amando e l ajus te de la unive rs idad a la nueva rea lidad histor ica,pero tennin6 enftentado al caudillo popular que \0 nabia hecho pos ib le , Apcnasa lcanzaron las catedras, los estudiantes adquir ie ron las cos tumbres intel ec tualesde los viejos maestros. "Es as! como siendo creaciones del Yrigoyenismo comoexpresion de 10 popular, se ubicaron en el Partido Socialista 0ent re los Demo-cra tas Progres ist as, para host il izar lo , conforme a l papel asignado a estas i zquier -da s en los planes de la dommacion ext ranjera."53

    Dando por derrotado a su adversario (no rnarchaba en cl sentido de la his-toria), Jau retche exhortaba al lecto r a no extraer conclusiones pesimistas, El"pais profundo" tenfa su propia intel igencia y habra que tamar a los representan-tes de la otra por 10 que e llos habfan querido ser: "exoticos desterrados a unmundo que no les per tenece" .54

    En cuanto a las masas, ni el punto de vista ni las inquietudes del autor deLos pro/etas del odio pod Ian ser los del campo antiperonista, Invocando e l int e-r e s de 10nacional ~Ia " causa" en que siempre habfa militado , sin adherir a hom-bres ni a partidos sino en la medida en que eran instrumentos de esa causa, se-gun afirmara can imencion-, el hecho que 10 preocupaba era que desde las filasdel peronismo se promoviera una polftica exclusiv amen te centrada en los traba-jadores, separandolos de su s aliados, Creia adver tir en el horizonte los signos de.un movimien to nacional mucho mas amp lio que las nomenclatu ras partidarias.."Este movimien to, predominando en unos sectores los elementos de clase mediay burguesia y en otros la base proletaria, con stituye en su conjun to la reserva de-fensiva del pais y la par te inf in it amente mas nurnerosa de la ciudadania."55 Anteese proceso en ciernes, una po litica que aislara al pro letariado de las c1ases me-dias y de la burgues ia se ri a "fa ta l a l movimiento de I iberac i6n" .

    No se trataba de un tema te6rico. En realidad, la poljtica que Jauretchecuestionaba como estrategicamente negativa era una politica en curso, la de la"reslstenci>a peronista" . Aunque sin dar no rnbres, el autor encontrara la maneraparahablar menos alusivamente de la orientacion que objetaba. A Ia divisionc1asista del movirniento, dira, "tienden consignas e instrucciones incompatiblescon las exigencias de una lucha seria, que llevan al sacrificio de los mejoreshombres de) campo obrero y retard an el proceso de esclarecimien to en los sec to-res de las otras clases que fatalmente deben concu rrir al cump limiento del desti-no nacional" .56 Jauretche no menciona a Peron, pero dif fc ilmente ignorara que e l]I fder exi lado estaba detras de las inst rucc iones cuest ionadas. Tampoco 10 men-

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    ciona en 10 que ser a pr acticamente la tinica cr itica a1 r egimen justicialista a 10largo de todo el ensayo y cuyo destinatario principal no era otro que el jefe delperonismo: "Se hizo de la doctrina nacional una doctrina de partido, y de la doc-trina de partido una version exclu siv amente personalista, que en lugar de ag ran-dar las figur as y suscitar 13e rnulacion, pr ovocaba en el propio partidario una si-tu ac io n d ep ri me nte ", E n contraste, 1 0 que fue un movimiento inerte en las"jo rnadas decisiv as" , es decir, en lo s meses que preced ieron al der rocamien todel peronismo, "se convirtio en fuerza combativa en cuanto se vio librada a supropio esfuerzo, l iberada de jerarqufas art ificiales'U?

    En 1957, el ario de la publicaci6n de Los pro/etas del odio, co rnenzo la co-labo raci6n de Jau retche en Qui, el sernanario que dirigfa Rogelio Frigerio. Esdificil d esconectar los dos hechos, sabr e todo en 10 r elativ e a la idea del " rnovi-micn to nacional" en gestacion, cuyo con to rno era similar al d el fren te "nationaly popular" que impulsaba el directo r de! semanario, por entonces ya ab iertamen-te lanzado a la campaiia par 1a c andidatura de Frondizi, "Dirfa que el movirnien-t o de conjunto totalize hoy rnucha mas opinion que en 1945 de un extrema ao tro de la linea nacional", escribio Jauretche en Los profetas del odio, Yagrega-ba poco mas adelante: "i,Que importancia tiene saber por que eauce bajara elaluvion y que importancia ticne el cauce mismo?".58 Lo cierto es que para el au-tor el cauce no tenfa par entonees cl nornbre de Peron.

    8. LAS ESPADAS DE L NACIONALlSMO MARXISTABajo la Revolucion Libertadora, la r eivind icaci6n mas resuelta del peron is-

    mo y aun de Peron estuvo en manos de 10 que Amadeo l lamaba "izquie rda ant il i-ber al" . Se trataba del rn ismo con junto de ideologos y publicistas que e i sacerdo-te ultraderechista Julio Meinvielle habla bautizado unos afios antes como"nacioualismo marxista" y que tenfa en Rodolfo Puiggros y Jorge Abelardo Ra-mas a sus primeras espadas ,

    Sus orfgenes no eran los mismos y, en verdad, tampoco se reconocfan co-mo miernb ros de una rnisma cor riente, sea polftica 0 ideo16gica. Puiggros prove-nfa de las filas del Partido Cornunista, donde habia tenido un papel acreditadocomo historiador y teorico marxista y del que fue expulsado en 1946, por soste-ner frente al peronismo posiciones contraries a las del partido. Con otros disi-dentes fund6 el g rupo Mov imiento Obr ero Comun ista, en cuyo period ico, ClaseObrera, dio apoyo a l peronismo y difundio sus primeras tesis respecto de la re-volucion y el Estado justicialistas, La trayecto ria de Jorge Abelardo Ramos, bas-tante mas joven que Puiggros, rernite al mundo de los reducidos cfrculos trots-kistas po r donde hizo su pasaje juvenil an tes de in stalarse, con la r evista Octubrey la publicacion de su primer libra, America latina: unpais (1949 ), en el papelde principal exposito r de la h ibridacion de tr otsk ismo y nacionalismo que mastarde se denominarfa a sf misrna "izquierda nacional".59 Entr e 1953 y 1955, fue

    Estudio prel imlnar par te del m icleo de doctrinario s y militantes trotskistas que se surnaron al effr ne-ro Partido Socialista de la Revclucion Nacional, concebido, can el respaldo delpr opio Peron, para dotar a su gobierno de un aliado ideol6gico de izqu ierda.

    Esta diversidad de orf gencs se p rolongaba en la disparidad de juicios res-pecto de una serie de cuestiones como la Union Sovietica, Stalin , Tro tsky, el co -rnunismo (can l a e xc epc io n d el Partido Cornunista local, qu e tanto Puiggros co-mo Ramos condenaban) que eran consideradas cruciales en los cornbates porimporter la definicion legitima de la po sicion marx ista. Pero hab fa tambien en treellos elementos ideal6gicos cornunes, que formaban cuerpo con el apoyo quehab ian dado al reg imen ju sticialista y la r eivind icacion que har lan de el despuesdel 16 de sep tiembre de 1955.

    Ambos juzgaban el der rocamien to de Per6n como una contrarr evolucionque detuvo , si bien s610 rno rnentaneamente, el movimien to de liber acion nacio-n~l q u e conducfa el peronismo, var iante a rgentina de las revoluc iones ant iimpe-rialistas que estaban quebr an tando la dorninacion colonial en los parses depen-dientes, Para Ramos el ascenso de Peron a1 p oder se habia verificado sobre elfondo de 'una doble vacante, la de un partido de la burguesfa indu strial y la de unpartido del pr oletariado -ni el Par tido Socialista ni el Partido Comunista 10 eranverdaderamente-, Y su gobierno habia dado expresion, en la forma de un regi-men bonapartista, a "un fren te unico antiirnperialista, en euyo seno coexistianintereses de c lases diferentes in te resados en e l desa rrol lo economico nac iona l" .60Lo que Puiggros, a su vez, definfa como rasgos del Estado peronista no diferfademas iado de 10 que Ramos descr ib fa can el concepto de bonapartismo. Era unEstado , al decir de Pu iggros, fundado en el equ ilib rio en tre la burguesia y el pro -letar iado, aunque se trataba de un "equilibrio in estab le y provisorio ", p rop io deuna etapa de transici6n.61

    l .Que significaba el nuevo orden implantado bajo el nombre de Revolu-cion Libertadora? El regreso a la "dec ada infame".62 Pues bien, los escritos dePuiggros y de Ramos encontrar fan ba jo el antipe ronismo gobernante, just a-mente, un eeo que no habfan eonocido bajo eI gobierno de Peron. Saldrfan dela audiencia de los pequefios grupos para haltar una que los afios harlan cadavez mas amplia, a medida que se incrernentaba la matrfcula universitaria. Por-que, en efecto, lograrfan esa recepcion en un publico que no era el de los tra-bajadores en nornbre de cuyos intereses hablaban, sino el de las clases mediasuniversitarias movilizadas contra Peron basta septiembre de 1955, asistidaspor la ereencia de que el fin del regimen peronista pondrfa fin tarnbien a su de-sencuentro con los obreros, En poco tiernpo elias empezarfan a sentirse no solocontrariadas por la polftica del Gobierno Provisional presidido par el generalAramburu, sino cada vez mas inquietas par el ternor y la culpa de haber torna-do el camino equivocado, reproduciendo el hiato que habfan pretendido supe-rar, Fue en ese media social e ideologico donde Historia critica de los partidosargentinas (1956), de Puiggros, y Revolucion y contrarrevolucion en la Argen-tina (1957 ), de Ramos, encontraron la r nasa de sus lectores.

    Sobre los ideologos del nacionalismo marxista no pesaba ninguno cle los

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    38 LA BATALLA DE LAS IDEAS (1943-1973)motivos que, en otros circulos, cohibian la reivindicacion del peronisrno 0restrin-gfan el alegato en su defensa. Por razones obvias, no los turbaba el enfrentarnien-to entre el regimen peronista y la Iglesia, muy fresco Minen la mernoriay que ha-bfa heche estragos en las filas de los nacionalistas que basta 1954 preferfan, auncon reservas, el gobiemo de Peron al retorno al poder del viejo enemigo, cl l ibe-ralismo, y con el el laicismo y su cornplemento inevitable, el comunismo, abiertoo disfrazado, Para la izquierda nacionalista, en cambio, el conflicto "can lajerar-quia eclesiastica" s610contaba porque habfa arrojado a "sectores pequefio-bur-gueses al campo del antiperonismo", y su sentido remitia a las rnaniobras del im-perialismo y la ol igarqufa, que habian sabido uti lizarlo habi lrnente para"presentar a los peronistas como enemigos de la religion y no en lucha con el cle-ricalismo".63 Tampoco inhibfa al discurso del nacionalismo marxista el principalcuestionamiento politico al orden peronista: su caracter dictatorial, el ahogo queimpuso a las libertades piiblicas, la intolerancia al pluralisrno politico. Leninistasde rigor catequfstico en esta materia, no encontraban allf un problema, como nofuera el de la propaganda antiperonista, "La palabra mas execrada de la actuali-dad es la palabra 'dictadura'", observaba Jorge Abelardo Ramos, quien acotabaseguidamente que la dictadura era la naturaleza mas 0menos velada de toda for-ma de gobierno. No habfa, pues, sino diferencia de velos entre una y ot~a formade poder politico. Tras 10 cual ensefiaba -no a Inclase obrera, cuyo "realismo or-ganico" no se prestaba a las discusiones bizantinas, sino a los "jovenes arrulladospor la sirena 'democratica' t- que 10 importante era establecer "en nombre de queclase social se ejerce esa dictadura y con que fines historicos aetua".64

    En fin score los nacionalistas marxistas no obraban, como en Jauretche, lasexpectativas en torno aljuego politico que se habia abierto bajo la Revolucion Li-bertadora y en oposicion a esta. Es decir, no creian que el movimientl? interrumpi-do en septiernbre de 1955 pudiera hallar nuevo eauce en Is formula polit ica delfrondizismo. "La salida de la actual crisis pontica argentina -escrioe Puiggr6s en1958 y antes del triunfo electoral de Frondizi- no esta en elcampo de los vencedo-res de septiembre de 1955", ni lJegaria "por 10 que prometen los caudillos de la pe-, quefia burguesfa y de la burguesia", La salida estaba en el can;po opuesto yarriba-. ria por la accion de un partido propio de la clase obrera. Esta era la clave deldestino para las masas, Para algunos ideologos del nacionalismo marxism, comoPuiggros, la fuerza politics independiente del proletariado se desarrollaria "dentrodel gran movimiento de liberacion nacional", esto es, dentro del peronisrno; paraotros, el partido de clase debla formarse junto aldel peronismo, pero fuera de el,

    El discurso del nacionalisrno rnarxista adelanto y, simultaneamente, contri-buyo a la orientaci6n que tomarfa eJconjunto de la cultura politica de izquierdaenla Argentina: ruptura con el legado ideologico del liberalismo, componente de10 que se consideraba la "tradicion progresista" hasta los aiios cincuenta, y_~usqueda de una fusion entre socialismo y nacionalismo. Esta evolucion se entrela-zarfa con la declinacion de los dos guardianes rivales de aquella tradici6n, el Par-tido Socialista y el Part ido Cornunista. Una ola de divis ionessucesivas, que

    Estudlo prel iminar comenz6 en 1958, fue atomizando al socialisrno en agruparnientos cada vez masreducidos. Los sobresaltos Ilegarian para el PC en los aDOS sesenta, cuando perdi6ala mayorfa de sus contingentes juveniles a 10largo de una serie de disidencias,

    Como es obvio, el giro que tome lacultura polft ica de la izquierda no fueelfruto de la sola predica de los maitres-a-penser del nacionalismo marxista, Elviento que impulsaba la sintesis entre socialisrno y nacionalisrno soplaba de mu-chos lados, sobre todo desde la Conferencia de Bandung (Indonesia), en abril de1955, y la Argentina no permanecio al margen de esa rafaga que agit6 duranteveinte afios la vida de los pafses perifericos. Lo mismo ocurria con la represcnta-cion que dividfa al mundo en naciones opresoras y naciones oprirnidas, proyec-tando en el escenario intemacional la imagen de "naciones proletarias", Insertarel marxismo nacional en este contexte no significa disolver En papel . Perc aunreconociendole eficacia al discurso que 10tuvo como emisor, ha y que conectaresa eficacia can una dinamica social y politica que reproducfa, como nudo porexcelencia de la hostilidad politica, Jacuestion del peronismo.

    En 1960 Fermin Mignone registraba ya los signos de un nuevo pa isaje enla izquierda: "AI observador de la vida argentina Iees facil adver tir en los i il ti -mos afios la presencia y el desarrollo de corricntcs intelectualcs y polfticas queprocuran unir la ideologfa marxista con los valores nacionales. Es 10 que ha dadoen llamarse izquierda naciollal 0 marxismo nacional". En elp rimer plano de es-tas corrientes que circulan en "libros, revistas, declaraciones. centres de estudiosy micleos de actividad polftica y sindical", Mignone colocaba los nombres deRodolfo Puiggros y Jorge AbeJardo Ramos. Aunque no bajo el rnagisterio de es-tos ultimos, pero siguiendo la misma huella del nacionalismo de izquierda, ubi-caba el ruicleo de la revista Contomo, el peri6dico Soluciones y tarnbien la re-vista de los jovenes socialistas, Situacioll.65

    "No: la ideologfa liberal no estara mucho tiempo en auge", habfa afirmadoMario Amadeo en la polemica con su principal adversario, la izquierda liberal.Al considerar en perspectiva los aiios que siguieron a Iacaida de Peron, sus pa~labras resultan cas! profeticas: en las tres decadas que siguieron a la publicaci6nde Ayer. hoy, maiiana, el l iberal ismo pareci6 una ideologfa a des tiempo, en mi-nona no s610en la izquierda, sino en el conjunto de la opinion publica. Ello noimpidio que los representantes del liberalismo econornico contaran can el podersocial y politico para conducir c 1 Minister io de Economfa a gravitar sabre el, Aveces de Ia mano de los jefes rnilitares, demostrando que quienes arnan la libcr-taddel mercado no aman necesariarnente las libertades publicas,

    N01AS

    IJo se Lui s Romero, " In di ca cion es s ob rc l a s i tua cion d e l as masa s e n Argen tina ", en Ar-gentina: inuigenes y perspectivas. Buenos Aires , Raiga l, 1956, p . 37.

    2 Vict or ia Ocampo, " La hom de I II ver dad" , SliT, Nfi 237, u ov iemb re-di ci erno rc d e1955, p . 5 .

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    40 LA B AT AL LA D E L AS ID EA S (1943-1973)3 Jorge Luis Borges, "L'rilusion comique", ibid., p . 10.4 Norberto Rodriguez Bustamante, "Cronica del dcsastre", ibid., pp , 109-113.5 Mario Amadeo, Ayel; hoy, moiitJlli l, Buenos Aires, Gure, 1956.6 tu, p. 89.7 Ibid .. p. 91.8 Ibid.9 tu. p. 92.10 tu. p. 93.11 Ibid., p. 93.12 Ibid., p. 96 .!J tua.. p. U4.'4 tu. pp. 99.100.15 lbid., p. L06.16 No solo a truves de la pluma de Amadeo, hay que decirlo: a partir de rnediados de

    1956 se. sllImlra at combote e! semollorio Avil '! B[IJlCO, dirigido pm Marcelo St i. \ \t h ez SOI " {) I\ -do, y mas adelantc otro sernanario nacionelista, Moyoria. Las dos r ev is ta s sedan , j un to conQue , los scmanur ios de opinion con mayor repercusion publica ent re los afios 1956 y 195&.

    17 EI t ennino era una t raduccion l it eral de societes de pensee, e l concepto can que III his-tor iogl '3t1a conservndoru de la Revolucion Francese pensaba la rnatr iz sociologica de la ideolo-g ia ja cobina. La aualogi a no e ra sol o te rminologic a, Al e rnple ar la , Amadeo le a tr ibuf a a la s"sociedades de pensamiento" de la izquierdu l iberal argentina el mismo papel de focos de ideo-logia abstracta que Agust in Cor-hin atr ibufa a los clubes jacobinos . Vease el ensayo de FrancoisFurct , "Agustin Cochin: la tcorfa del jacobinismo", en Pensar fa Revolucion Francesa, Barce-lona, Ediciones Petrel, 1978.

    [8 Amadeo, op. cit., p. 1 19 .19 lbid., pp. 41-42.20 isu, p. 43.21 lbid., p. 48.22 lbid., p, 54.23 Par te de los docurncntos refer idos a la ruptura de Sabato con el Gobierno Provisional

    f uer on reuni dos por amigos de! e sc ri to r en e l t ollc to EI caso Saba to , Tor/ llms y lib ert ad depreusa, sin p ie de imprent a ni fe cha de ed ic iou (e l a fio p robab le e s 1956) .

    24 "Tene rnos nue st ra p ropia rc tc ric a j uvenil, No est amos seguros de nues tr a ver dad . Nisabernos Insolucion, ni gozamos de una dave. No encontramos ejemp!os: los que tenfan intel i-gencia se han bur lado, han fracasado, se han ent regado 0han huido, Los que tenf an buena fe y .cor uj e han car cc ido de in te li genci a" (I smae l Vinas, "La rr ai ci on de lo s hombre s honesr os ",COlilOrn 0,N I , nov iembr e de 1953 ). Sob re Contorno, vease Silvia Sigal, Intelectuales y poderell 1(1decade del sesenta, Buenos Aires , Puntosur, 1991, y Oscar Teran, Nuestros ( 1 1 1 0 s sesen-las, Buenos Air es , Pun to sur , 1991. En 10que conci er ne a la r ev isi on hecha po r COJitonro de In :l itcrntura argentina, vease, en este pr6logo, la seccion "Intelcctuales" y su correspondiente bi-bliogrufra.

    Esuulio preliminar 4125Leon Rozitchner, "Experiencia prolcturia y experiencia burguesa", en Co))/omo, N 7/8,

    julio de 1956, p, 2.26 Osiris Troiani, "Examcn de concieucia", ibid., pp. 9-11.27 Ismuel Vinas, "Miedos, cornplcjos y mulosentendidos", ibid., p . 12 .2S Leon Rozitchner, "Lucha de clases, vcr if icacion del laici srno", Contorno ; Cuademos,

    N ! ,ju lio de 1957 , p. 19.29 "[ .. , ] el hecho de que ex is ti er an caudil lo s popula re s en que s e encu rnaban de a lgun

    modo los anhelos de los desposefdos y de que esos caudil lo s tengan un peso en nuestra h is to -r ia , s iendo al misrno uernpo enemigos de la cul tura y el progreso --0de la civilizaci6n-- parecehaoer despistudo para s iernpre a uuest ros intclectuales y a los panidos pol it icos progres is tas[ .. .], Confunden aun a l despota con el hccho socia l que l eda base " (L Vif ia s, a rt. ci t" p. 10 ).

    30 Adolfo Prieto, "Peronismo y neutralidad", ibid, p. 30.3L Juan Jose Sebreli , "Aventura y revolucion peronista", ibid., p, 47.J2 Ezequiel Martinez Estrada, jQue es esto" , Buenos Aires , Lautaro, 1956.J3 Ihid., p. 265.J4 tu, p. 12.35 Ibid" p. 274.36 tu. p. 20.31 Ibid., p. 50.3~ Ibid., pp. 61-62.39 Gino Germani, "La i nt eg rac i6n de l as rnasa s a la v ida po li ti ca y ei totulitarisrno", en

    Cursos y Conferencias, aiio XXV, vol . XLVll l, N273, junio de 1956..0Vease Gino Germani, Autariuirismo, fascismo e classi sociali, Bolonia, II Mulino,

    1975 , p , 253, n . 9 ,41 German i inco rporo e l ensayo "La i nt eg racion de la s masas a la v ida pol ft ic a y el tota-

    l it ar ismo" a su l ibro Politica y sociedad ell J/l1[l epoca ell transicion, Buenos Aires, Paidos,1962, de donde tomamos esta cita (p, 235) Ytodas las que corresponden a este ensayo.

    4:! Ibid.43 Ibid", p, 240, n, 5.44 lbid., p. 244.45 Ibid., p, 249.46 Ibid., p. 252.41 Arturo Jauretehe, Los profe tas del odio, Buenos Aires , Trafac, 1957, p.50.48 lbid., p. 60.49 Ibid.,0 Ibid., p. 65.51 lbid., p. 68.52 Ibid" p. 106.14

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