Breve Introduccion a Los Evangelios(Leonardo Castellani)

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    BREVE INTRODUCCIN A

    LOS EVANGELIOS

    Por Leonardo Castellani

    (desu obra El Evangelio de Jesucristo)

    Los cuatro Evangelios cannicos(de Mateo, Marcos, Lucas y Juan)

    son los nicos documentos fidedig-nos que tenemos de los hechos ydichos de Cristo. Como ver aqu

    el paciente lector, SON fidedignos.

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    I. Composicin

    El contenido de los Evangelios constituye la Catequesis Apostlica; quiere decir que ese contenidopermaneci durante algn tiempo en la memoria de los recitadores (los nabs y meturgemanes hebreos)antes de ser fijado por escrito. La memoria de estos recitadores es un prodigio, y su fidelidad constituye undeber profesional; puesto que, en los llamados medios de estilo oral (donde no rige la escritura, y el libro noexiste o es raro) constituye la imprenta viva, y los depositarios del Tesoro (espiritual y moral) de la raza. Cristofue uno de ellos.

    Estos recitadores hebreos (los rabbs, nabs y meturgemanes) no son un fenmeno especial; han

    existido en todos los pueblos en la segunda etapa de la vida de la lengua: rapsodas griegos, brahmanes hindespoetas rabes, guslares rusos, ritmadores touaregs, juglares de la Edad Media... hasta nuestros payadoresTampoco su memoria es un fenmeno inexplicable. He aqu lo que atestigua Fr. S. Krauss, psiclogo alemninvestigador de las facultades mnemnicas de los guslares, por ejemplo:

    Los guslares son recitadores nmades (iletrados pero ciertamente no ignorantes) entre losEslavos meridionales... La opinin popular atribuye a estos individuos una memoria a prima fazsorprendente: os nombran algunos que saben 30.000, 40.000, y an ms de 100.000 esquemasrtmicos. Ahora bien, por sorprendente que sea, el pueblo dice verdad. Y el fenmeno es explicable: Losrecitados de los guslares (parecidos en esto a los recitados de Homero, de los profetas hebreos, a lasepstolas de Baruch, de San Pedro y San Pablo, a los delicados paralelismos chinos) son una

    juxtaposicin de cliss, relativamente limitados. El desarrollo de cada clis se hace automticamente, de

    acuerdo a leyes fijas...

    Un buen guslar es el que juega con sus cliss como con un mazo de barajas, que los ordenadiversamente segn lo que quiere inculcar. Cada guslar por lo dems tiene su estilo que le es personal.Uno de estos recitadores que ayudaron a Krauss, un llamado Milvan, cuya memoria era sloordinaria, poda recitar 40.000 esquemas rtmicos en fila. Instructiva tambin es la constatacinsiguiente: el 18 marzo 1885 Fr. S. Krauss se hizo recitar, en presencia de Milvan, un recitado de 458esquemas rtmicos, que Milvan repitipalabra por palabra el 4 de octubre del mismo ao, siete meses

    y medio despus; nueve meses ms tarde, Krauss se lo hizo repetir otra vez: las variantes fueroninsignificantes. (Van Gennep, La question dHomre, Pars 1909, pg. 51-52. Ver tambin, Lesinstitutions musulmanes de Gaudefroy-Demombynes, Pars 1873.)

    II. Fechas

    Esta catequesis apostlica rtmico-mnemotcnica se fij por escrito entre los 7 y 63 aos despus de lamuerte de Jess. La fecha de escricin de cada uno de los Evangelios ha sido largamente investigada ytesoneramente discutida durante los dos ltimos siglos, a impulsos de la crtica racionalista, que propenda afijar tal fecha lo ms lejos posible.

    Actualmente esta fecha est fijada con bastante aproximacin1; a saber (segn la sentencia de Cornely):

    Evangelio de Mateo: hacia el ao 50.Evangelio de Marcos: hacia el ao 55.Evangelio de Lucas: hacia el ao 60.Evangelio de Juan: hacia el ao 95-100.

    Veamos como ejemplo la puesta por escrito del Segundo Evangelio, segn el testimonio de Papas (sigloI) y San Clemente de Alejandra (s. II):

    Marcos, que era el meturgemn de Pedro, puso por escrito palabra por palabra todo lo que lhaba retenido de coro; sin embargo, no lo puso en el mismo orden que fue dicho o hecho por Cristo;porque l no haba odo al Seor ni lo haba seguido; sino que ms tarde haba seguido a Pedro, el cualenseaba segn la bisoa pero sin dar por orden los Recitados del Seor; de suerte que Marcos no ha

    1 Esta aproximacin nos permite afirmar como enteramente cierto, que el Evangelio de San Juan fue escrito hacia fines delprimer siglo; y que los tres primeros fueron escritos antes del ao 63.

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    hecho ninguna falta poniendo por escrito la catequesis de Pedro conforme la haba aprendido dememoria, porque se aplic nicamente a no omitir nada y a no alterar en lo ms mnimo [los esquemasrtmicos]...

    Cuando Pedro hubo predicado pblicamente la Palabra en Roma y recitado la Buena Nuevabajo la inspiracin del Espritu, muchos de sus auditores suplicaron a Marcos, que de mucho antes loacompaaba [como Meturgemn] y saba de memoria los Recitados, que pusiera por escrito lo que l[por su oficio] repeta. Marcos escribi pues su Evangelio y lo entreg a los que lo pedan. Lo cualhabiendo sabido, Pedro no se opuso a la obra de su intrprete, aunque tampoco hizo nada paraalentarla. (Citados por Eusebio,Historia Eclesistica, Migne, Padres Griegos, tomo XX, pg. 552.)

    Lucas a su vez fij la catequesis de San Pablo; pero completndola con adjuntos de otros recitadorespara lo cual viaj a Palestina; y esforzndose en seguir la cronologa; de que los dos primeros Evangelios nocuran mucho, pues Mateo recit para convencer a los judos y Pedro para ensear a los romanos; de modo queen sus catequesis el orden lgico prima sobre el cronolgico.

    En cuanto a Mateo y Juan, ellos fueron discpulos desde el comienzo; y por tanto no tuvieron ms queponer por escrito lo que cuidadosamente haban aprendido por oficio y misin; y que repetan continuamentecomo fongrafos vivos, en sus respectivas ecclesias.

    As la Providencia conserv para nosotros, por un medio adecuado, la Palabra de Dios. Cristo sabaescribir, pero no escribi ningn libro dichoso l!; no tena editores; pues la breve y hermos a Carta de

    Nuestro Seor Jesucristo al Rey de Edessa, Abgaro V, es un apcrifo de los primeros tiempos, que Eusebiotraslad al griego de la lengua siraca y anunci haber sido encontrada en los archivos pblicos de Edessa. Lo

    que es probable que existiera, es una respuesta oral de Cristo al Rey Abgaro, su contemporneo, cuyocontenido pas a esa carta apcrifa; conforme a testimonios antiguos, y conforme a lo que leemos en elEvangelio, de los gentiles que rogaban a Cristo fuese a verlos; peticin que l declin por entoncesprometiendo enviarles sus Discpulos; pues no he sido enviado sino a las ovejas que perecieron de la casa de

    Israel.Cicern tena tres esclavos taqugrafos que lo seguan a todas partes apuntando todo lo que deca; Cristo

    lanz sus recitados al viento, aparentemente; en realidad los deposit en receptculos vivientes ms fieles queun taqugrafo. Varias obras escritas de Cicern se han perdido; la Palabra ha permanecido.

    La predicacin del Evangelio fue y sigue siendo esencialmente oral. Los protestantes, que clausuran sufe dentro de un libro sagrado, son gentes de estilo escrito y yerran por limitacin. Al dar a todo el mundolicencia para hacerse su religin en la lectura de un libro (difcil y muy intrincado) de donde para ser religiosohay que ser alfabeto, el protestantismo en vez de popularizar la religin (no hay nada ms popular que la

    enseanza oral) la aplebey: la rebelin de Lutero est al comienzo de lo que llaman hoy la rebelin de lasmasas. Lutero ha sido el hombre ms plebeyo del mundo dice con murria Kiekegaard: sacando al Papa desu ctedra, instal en ella la opinin pblica. Parecer exagerado; pero hay un lazo directo aunque invisibleentre el doctor Martn Lutero, sabedor del hebreo, el griego y el latn y erizado de textos paulinos, y GermnZiclis por ejemplo: esa mezcla de barbarie y de bazofia. Los Germn Ziclis han existido siempre en el mundo;pero no enteramente sueltos y boyantes como ahora.

    No decimos esto para que no se lea el Evangelio: aqu se lee demasiado poco. Lo decimos para dejarsentado que la religin de Cristo no se fund sobre un libro (como de hecho ninguna otra religin) sino sobre lapredicacin y accin de un soberano nab; la cual por suerte se fij ms tarde con toda fidelidad por escritopero sin dejar de ser lo que fue. De hecho, las principales Iglesias protestantes han retornado a la predicacinoral como principal medio de cultivo religioso.

    III. Los Apcrifos

    Al lado de los cuatro Evangelios Cannicos, nos han llegado una buena copia (unos 62 segn Fabricio yel Pseudo Gelasio) de evangelios apcrifos (sin contar los que se han perdido) de redaccin posterior yannima; y muchas veces turbia. Apcrifos aqu significa simplemente que no estn en el Canon de loslibros sagrados: no han sido reconocidos por la Iglesia como parte de la revelacin cristiana.

    Los ms importantes son el Evangelio segn los Hebreos, el Evangelio segn Felipe,el de los DoceApstoles, el Protoevangelio de Jacobo, el de Toms, el de Nicodemus, el Pseudo-Mateo, eEvangelio arbigo de la Infancia de Cristo, la Historia de Jos el Carpintero, los varios Trnsitos de

    Mara, la Muerte de Pilatos, la Venganza del Salvador (?), y la Correspondencia (apcrifa) de Cristo conel Rey Abgaro. Tambin existen varios Actos de los Apstoles, Epstolas de los Apstoles y Apocalipsis

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    apcrifos. El gran crtico Constantino Tischendorff public en 1853 en Leipzig una abundante coleccin griegade estos interesantes documentos.

    Algunos de estos evangelios fueron escritos por heresiarcas para intercalar o defender sus errores; y ellargo Evangelio de Valentino por ejemplo (s. II III) no tiene nada de comn con nuestros evangelios, fueradel nombre, la forma externa y los personajes (Cristo, los Apstoles, Mara): no contiene relatos sino una seriede discursos que exponen una hereja gnstica singularmente extravagante, y especulaciones abstracto-simblicas, anlogas a la de los tesofos actuales: Wilder, Head, Mme. Blavatzski.... Para dar una idea de l

    basta transcribir unos versculos del comienzo:

    Jess asciende a los cielos y despus desciende para adoctrinar a sus discpulos.1. Cuando resucit de entre los muertos, Jess pas once aos hablando con sus discpulos.2. Y les enseaba hasta los lugares, no solamente de los primeros preceptos y hasta los lugares

    del primer misterio, del que est adentro de los velos y dentro del primer precepto, que constituye elmisterio veinticuatro, mas tambin las cosas que estn ms all, en el segundo lugar del segundomisterio, que est antes de todos los misterios.

    3. Y Jess dijo a sus discpulos: He venido del primer misterio, que es el ltimo misterio, que esel veinticuatro.

    4. Mas los discpulos no comprendan, porque ninguno haba penetrado en el primer misterioque es la cumbre del universo.

    5. Y pensaban que era el fin de los fines, porque Jess les haba dicho, respecto a este misterioque rodea al primer precepto, y los cinco moldes, y la gran luz, y los cinco asistentes y todo el tesoro de

    la luz. 7. Jess no haba hablado a sus discpulos de toda la emanacin de los prbolos del tesoro de laluz, ni tampoco de sus salvadores, segn el orden de ellos y el modo de su existencia. No les habahablado del lugar de los tres amn, que estn esparcidos en el espacio.

    8. Y no les haba dicho de qu lugar brotan los cinco rboles, ni los siete amn, que son losmismos que las siete voces... y los cinco crculos... y los tres triples poderes... y los veinticuatroindivisibles... y los eones, que son lo mismo que los prbolos del gran invisible... y sus arkones, y susngeles y sus arcngeles y sus decanos y sus satlites y todas las moradas de las esferas, etc., etc.

    Y as prosigue interminablemente por una selva oscura de mitologas estrafalarias e incoherentesensartadas en un vago esquema de filosofa neoplatnica, que dejan la impresin de que el egipcio Valentinofue simplemente un delirante atacado de mitomana religiosa. Mas el crtico (?) Edmundo Gonzlez Blanco

    considera a este Evangelio (?) superior a los Evangelios cannicos, dice que el gnosticismo fue el fondoprimitivo de la religin cristiana (!) y lo que llamamos Iglesia (que no existi hasta el siglo VII) fue en suscomienzos una confusa aglomeracin de sectas gnsticas.... El papel lo soporta todo y la imprenta esindiferente a las macanas.2

    No todos los apcrifos son disparatados o malos; aunque ninguno ostenta la majestad, dignidad yrealidad vivida de los cannicos. Los Santos Padres hicieron uso de algunos de ellos, y varios por menoresplausibles, que conserva la tradicin popular cristiana, provienen de ellos: como los nombres de Joaqun y Anala Presentacin de la Virgen al Templo, el Trnsito de Mara Santsima, las leyendas a cerca de sus Desposorioscon los detalles novelescos que Rafael ha inmortalizado, la historia de la Vernica, etc. Incluso algunassentencias de Cristo all recogidas son probablemente autnticas. Emile Jacquier (Revue Biblique, 1918, pg93), despus de examinarlas, estima que hay 17 espurias, una dudosa, y seis histricas.

    Los mejores entre los apcrifos son reducciones o bien glosas ingenuas de los cannicos, conintercalacin de pormenores pintorescos, no siempre dignos ni verosmiles. As por ejemplo el segundoTrnsito de Mara, cuya versin y transcripcin se atribuye a San Vicente de Beauvais, narra la muerte de laSantsima en cinco breves captulos piadosos y dignos, aunque imaginarios:

    El segundo ao despus de Ascensin, estaba un da Virgen llorando, he aqu que el ngel deDios estaba ante ella.

    Y la salud y le dijo: De parte de Dios, que por m te la manda, he aqu una palma del Paraso.Y la llevars contigo cuando, de ahora a tres das, entres en el Paraso

    2 Voltaire en su Diccionario Filosfico, que de filosfico no tiene nada, fue el primero que intent esta empresa deGonzlez Blanco: confundir los Apcrifos con los Cannicos, y poner por encima a los primeros.

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    Y habiendo Mara tomado la palma, que resplandeca con gran luz, sali, fue al Monte de losOlivos, or y volvi.

    Y he aqu que, predicando un Domingo Juan en Efeso, se produjo un terremoto.Y una nube levant a Juan y lo condujo a la casa donde la Virgen estaba.Mas l dijo: No llegan mis hermanos y compaeros para hacer las exequias.

    Y he aqu que sbitamente, por mandato de Jesucristo, todos los Apstoles fueron arrebatadosen sendas nubes de donde predicaban y puestos en el lugar donde Mara estaba

    Y entre ellos estaba Pablo, que con Bernab evangelizaba a los gentiles.Y el da tercero, a la hora de tercia, vino sobre todos un gran sueo, de modo que slo velaron los

    Apstoles y tres doncellas.Y he aqu que Nuestro Seor vino con gran resplandor e innumerables ngeles.Y dijo Nuestro Seor a Mara: Ven y entra al tabernculo de la vida eterna.Y ella se arrodill en el suelo, ador a Dios y dijo: Bendito sea, Seor, el nombre de tu gloria.Y acabando de hablar Nuestro Seor, ella se recost en su lecho y entreg el espritu con accin

    de gracias.Y los Apstoles vieron que su alma era de tal blancura que lengua humana no pudiera

    describirla.Y Nuestro Seor dijo a los Apstoles: Tomad el cuerpo, llevadlo a la derecha de la ciudad, al

    Oriente.Y all hallaris un sepulcro, y la sepultaris, hasta que yo vuelva a vosotros.

    Este poema ingenuo no hace mencin de la Asuncin. El Trnsito arbigo de la BienaventuradaVirgen Mara la describe en cambio con escenera fantstica, as como la entrada en el cielo, y algunosmilagros subsiguientes, igualmente fantsticos. Estotra es una especie de novelita devota, de no muy buengusto, aunque reverente y repleta de textos de los cuatro evangelios. El humilde Jos, hijo de Khalil Nunnakha transcripto esta historia, dice en el fin; no sabemos quin fue l ni quin la hizo a la historia... que esnovela.

    Se puede decir que los apcrifos, aunque todos se dan como historias, son la primera manifestacinde la novelstica en torno a Cristo; y excepto los escritos con intencin heretizante, responden a la curiosidad delos fieles por conocer detalles que call la seria y sustancial narracin de los autnticos. No es un gnero muyrecomendable: la novela es el gnero hbrido por antonomasia3.

    El ltimo apcrifo que conocemos es el librote en tres tomos de Heredia: Memorias de un reporterde los tiempos de Cristo, glosa desvada de una concordia evanglica cualquiera, cuyo objeto o provecho no

    podemos ver por ningn lado; aunque puede que lo tenga.Selma Lagerloff explot los detalles o fragmentos poticos de los apcrifos en su Cristus-legendencomenzando por el milagro de los gorriones de barro, que estn en el Evangelio rabe de la Infancia, en ecap. XXXVI, y que ha pasado al folklore cristiano. Mas en este evangelio rabe no hay otra cosa aprovechable, yest repleto de milagros grotescos (como el del Mulo transformado en hombre del cap. XXI) y anirreverentes y absurdos.

    Mas la novelista sueca ha escogido sus once leyendas con exquisito buen gusto y sentido cristiano.Los principales evangelios apcrifos han sido publicados en espaol en la Coleccin de bolsillo del

    comunista Bergua por E. Gonzlez Blanco, traducidos (bastante mal) de la coleccin francesa de MichelPeeters, si no nos engaamos. Uno de ellos, el Evangelio de Taciano, no es sino uno de los primeros intentosde construir una conocordia evanglica muy tosca, con grandes supresiones y lagunas, y un ordensumamente somero: de manera que no es un apcrifo propiamente, sino una tosca reduccin y armona delos autnticos.

    El publicador y traductor los acompaa de una introduccin de trescientas pginas de lo msdesordenado, indigesto y disparatado que conocemos: rudis indigstaque molis-Quam dixere Chaos (Ovid.)El sedicente crtico vuelca en ella una erudicin indigerida e intil con una verborragia implacable y una faltaabsoluta de verdadero sentido crtico y (en suma) de ciencia alguna; mechada por las afirmaciones msperegrinas y del furor demolitivo del clsico anticlerical gallego. No honra mucho a la ciencia espaola; alcontrario. Y si Franco la suprimi, como me dicen, vel por el honor nacional.4

    3 Charles Du Bos.4 Actualmente existe una edicin ms digna de los Apcrifos (seleccionados) por Amelio de Sanctis, BAC, Madrid, 1956(Nota 2 ed.)

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    IV. El canon

    Se llama canon el elenco de los libros de la Biblia que la Iglesia ha recibido y que retiene comorevelacin divina, o sea inspirados. Para conocer el canon, basta simplemente abrir cualquier Biblia catlica:46 libros del Antiguo Testamento; y los cuatro Evangelios, los Actos de los Apstoles, 21 Epstolas apostlicas, yel Apocalipsis en el Nuevo Testamento. Algunas Biblias catlicas aaden tres apcrifos muy respetados porlos Santos Padres: la Oracin de Manasss, rey de Jud, y el 3 y 4 Libro de Esdras, que son un libro

    histrico y un Apocalipsis. Algunas Biblias protestantes suprimen Epstola del Apstol Santiago.De los libros del N.T. hay algunos llamados protocannicos que son recibidos, desde el principio y por

    todos, como inspirados; y los deuteroncannicos (o posteriores) de los cuales se dud al principio enalgunas iglesias y se incorporaron al canon posteriormente. Estos son siete:

    Epstola a los HebreosEpstola de SantiagoEpstola II de PedroEpstola II y III de JuanEpstola de San Judas Tadeo

    Apocalipsis.

    Paraprobar el canon se acude al criterio de la unanimidad de las primeras iglesias, del testimonio delos Santo Padres antiqusimos, a las citaciones de textos reconocidos como inspirados que hay en sus escritos, ya los elencos o listas de algunas iglesias que han llegado hasta nosotros, siquier mtilas o fragmentariascomo el famoso Fragmento Muratoriano. El trabajo crtico acerca del canon en tres siglos de pertinazinvestigacin y discusin ha terminado; y no cabe ya ninguna duda acerca del sentimiento de la PrimitivaIglesia sobre los libros que estn en nuestras Biblias. Lutero rechaz la Epstola de Santiago, llamndola necdivina nec apostlico stilo digna5 arbitrariamente y sin prueba ninguna; porque contradeca flagrantemente asu teologa de la justificacin de la fe y no por las obras, lo que el Apstol dice all ore rotundo: La fe sinobras es muerta. Del mismo modo rechaz como no cannicos el Apocalipsis y las Epstolas Ad Hebreos y lade San Judas. Otros libros, como los tres Sinpticos, los Actos, y algunas epstolas de Pablo, los declarsemicannicos; lo cual, significa medio- inspirados.

    Sobre los Cuatro Evangelios no queda la menor duda de que fueron tenidos siempre en la Iglesia por

    libros inspirados y citados con la autoridad de tales; todos son citados por los Primeros Padres, llamadosApostlicos, ya desde el primer siglo: Clemente Romano cita a los cuatro (ao 96-98); el escrito llamadoDidaj (Enseanza), que es anterior an, cita tres; y as puede irse siguiendo el rastro en el siglo II con SanIgnacio Antioqueno, San Policarpo, Papas, San Justino, El Pastor de Hermas, etc.; no menos que en losescritos de los herejes de aquel tiempo, Baslides, Marcin, y nuestro conocido Valentini, que cita a los cuatro.

    El documento quiz ms importante para la prueba del canon, es el fragmento muratoriano, un cdicelatino del siglo VI encontrado en la Biblioteca de Miln por un erudito Ludovico Antonio Muratori, que estranscripcin de un documento eclesistico ms antiguo, cuyo autor afirma haber vivido durante el Pontificadode Po I, o sea entre los aos 140 -150. El documento est mutilado al principio y al fin; est escrito en un latntosco, probablemente por un galo; manifiesta la creencia de las Iglesias occidentales a cerca de los libros del NT....Todos los libros del Nuevo Testamento estn enumerados all (y los Evangelios con gran distincin)excepto las Epstolas de Santiago, la III de Juan, la I y II de Pedro, y la Ad Hebreos; las cuales espero puedenhaber estado en el fragmento final del Catlogo, que se ha perdido. El documento distingue a los libros sacrosde otros escritos de ese tiempo, muy venerados pero no inspirados, como el Pastor de Hermas; y profesa queellos provienen del Espiritu Santo:

    Y aunque cada uno de los libros evanglicos ensee diversas cosas no son diferentes para la fe loscreyentes, puesto que por un mismo Espritu principal[autor] han sido ellas declaradas(lin. 16-20). 6

    5Resumo en esta frase (que no es literal sino una sntesis) las pginas sobre esta Epstola que estn en Vorreden zumNeuen Testament (1522) Luter, Ausgewhlte Werke, Fischer Bcherei, 1955.6 Et licet varia singulis evangeliorum libris principia doceantur, nihil tamen differt credentium Fidei, cum unoacprincipali Spiritu declarata sint...Evangelie selon Saint Jean, par le P. M. J. Lagrange, des Frres Prcheurs, Gabalda, Pars, 7 ed., 1947.

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    Hay solamente tres pequeos fragmentos de los Evangelios que se pueden llamar duterocannicos,porque faltan en algunos cdices antiguos y fueron puestos en dudas por algunos crticos:

    1) el fin del Evangelio de Marcos (XVI, 9-20)2) la narracin del Sudor de Sangre por Lucas (XXII, 43-44)3) el episodio de la Adltera Perdonada en Juan (VII, 53- VIII, 11).

    Sabemos por S. Agustn la razn de la omisin de esta ltima percopa en algunos cdices latinos: laantigua moral romana era tan severa con el adulterio, que la lectura del perdn generoso de Cristo a la adltera

    en algunos auditorios produca un choquecito; y aun quizs lo que llaman escndalo farisaico; por lo cualalgunos sacerdotes la eliminaban por no chocar a la gente... y para dar trabajo a los crticos futuros.Costumbre que no se ha perdido, pues an hoy da vemos que algunos curas se tragan partes del Evangelio queles parecen poco populares; y Dios quisiera se contenten slo con so, y no pongan de lado a TODO elEvangelio; y se pongan a predicar sociologa.

    El fino hilado de textos y su anlisis, con que se prueba el canon, no es de este lugar, pues slo suconclucin es lo que aqu interesa. El que quiera conocerlo, puede abrir cualquiera buena Introduccin; delas cuales las mejores que conocemos son: Clodder H. J., Unsere Evangelien (B I., Herder, Friburgo); Zahn Th.Geschichte des neutestamentlichen Kanons (B. II, Leipzig, 1892); E. Jacquier, Le nouveau Testament danslEglise Chrtienne (T. I, Pars, 1911); Levesque, Nos Quatre Evangiles (Buauchesne, Pars); Rosadine

    Introductio in libros N. T. (T.I, Univ. Greg., Roma, 1931); Souter A., The Text and Canon of the N. T. (London1913); Wikenhauser A.,Einleitung in das Neue Testament(1952).

    V. Los Evangelios

    El estar y el haber estado siempre, los cuatro Evangelios, en el canon de la Iglesia, s ignifica para uncatlico, directamente, la inerrancia de esos documentos, e implcitamente significa su integridad y suhistoricidad; es decir, que no han llegado a nosotros corrompidos, y que son realmente de los autores a loscuales se atribuyen. Todas esas notas juntas se llaman autenca de los Evangelios.

    La autenca de los evangelios fue supuesta tcitamente por la primitiva Iglesia (Implcitly, como dicenlos ingleses, es decir, sin gnero de duda) y poseda en paz por los siglos cristianos; con el protestantismocomienza la contienda en torno a ella, que llena hoy los libros de Apologtica. La rgida descomposicin de lateologa de la Reforma (que, a pesar del conservadorismo bblico de Lutero y los primeros reformadores, lleva

    en s un fermento revolucionario de suyo incoercible) engendr la crtica racionalista, que se llam a s mismala alta crtica; en el fondo, anticristiana. La autenca de evangelios fue atacada en todas sus partes y puntos ycon todos sus mtodos, y defendida igualmente en el plano cientfico por los doctores catlicos y protestantescreyentes. Actualmente, ella pertenece ms bien a la historia: el que quiera conocerla, puede hallarla encualquier buen tratado de Introduccin o Propedetica. Todos los puntos capitales tenidos por la tradicinhan sido vindicados crticamente uno por uno, a veces a travs de investigaciones y discusiones muyintrincadas, que aqu no interesan; y el almcigo de hiptesis diverssimas (todas las posibles quizs)elaboradas como arietes contra la antigua creencia, son hoy cosas de museo o alimentos de semicultosatrasados (como Lisandro de la Torre) o anticlericales furibundos, como el supracitado Gonzlez Blanco.Queda sin embargo que ese trabajo de defensa y controversia ha favorecido en definitiva el conocimiento de loslibros santos y hasta su hermenutica. Jousse no hubiese descubierto la psicologa del gesto, por ejemplo, sinso...

    Dios bendiga a los hijos de Lutero..., dice Antonio Machado.A nosotros nos compete dar aqu, brevemente, el conocimiento limpio de las conclusiones.

    1. Evangelio de Mateo.

    Mateo o Lev, hijo de Alfeo, era un cobrador de impuestos al servicio de Roma (publicano oalcabalero) en el Lago Genesareth. Llamado bruscamente por Jess que pasaba, lo sigui y adhiri a su escuelasiendo designado ms tarde por l entre los Doce. Despus de la Ascensin predic su evangelio en Judea yaledaos, el cual puso por escrito antes de la separacin de los Doce, o sea unos 7-17 aos despus de la muerte

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    del Seor. Cundo dej l la Judea, adnde fue y cmo muri, es cosa de que no hay certeza histrica total, y deque slo quedan leyendas. La tradicin catlica lo da como mrtir, celebrando su fiesta el 21 de septiembre.

    El Evangelio de Mateo parece haber sido escrito en aramaico o hebreo vulgar, y traducido enseguida algriego por un hombre muy capaz: abunda en aramasmos, aunque la diccin griega es correcta y hastaelegante. La versin griega se difundi rpidamente en la naciente cristiandad, y el original aramaico no hallegado a nosotros... si es que existi; pues cabe la posibilidad de que Mateo mismo haya escrito el texto griego(contra el testimonio algo dudoso de Eusebio que se reclama de Papas, y que repiten despus otros Padres)pues el griego vulgar era entonces la segunda lengua de los palestinos, que era un pueblo bilinge, como loscatalanes o irlandeses de hoy. Ms an, eminentes crticos defienden hoy que Cristo no predic en aramaico

    sino en koin o griego vulgar, en obsequio a sus auditorios heterogneos; y que en parte por lo menos lo hizoparece cierto; con Pilatos, por ejemplo, Cristo habl en griego. Puede verse en la pgina 106 del De Profundisde Oscar Wilde la exposicin de esta hiptesis: el fino y desdichado poeta irlands se regocijaba en su crcel deReading de que al leer cada da despus de haber limpiado mi celda y lavado mis cubiertos el Evangeliogriego, lea las ipsissima verba de Cristo. Es para m una delicia pensar que, por lo menos en loconcerniente a su conversacin, Charmdes hubiera podido escuchar al Cristo, Scrates razonar con l, yPlatn comprenderlo; que l pronunci realmente ego eim o poimen o kals (Yo soy el Pastorhermoso) ; que cuando pens en los lirios del campo que no trabajan ni hilan, se expres exactamente as:katamthete ta krina tu argon; y que su ltimo grito, cuando exclam: Todo est cumplido, mi vida estcompleta, y ha llegado a su perfeccin fue exactamente la palabra nica y pregnante que San Juan nos datetlestaiy nada ms.

    Como quiera que sea, cierto es que no existi un Protoevangelio (urevangelium) de Mateo, ni siquiera

    en la forma de Loguia Jristos (dichos de Cristo) como supo la crtica racionalista. Ignorantes de lascondiciones del medio oral en que surgieron los Evangelios, creyeron necesario establecer una hipotticafuente escrita comn perdida para explicar las numerosas coincidencias literarias de los primeros EvangeliosLa ciencia actual se re de esa hiptesis basada sobre un falso supuesto, o mejor dicho, una ignorantia elenchiMateo no necesit ninguna coleccin escrita de Dichos, ni menos un Protoevangelio desconocido; pues supropio Evangelio aramaico [o griego] es en realidad el Evangelio primigenio.7 Antes de las descubiertaslingsticas decisivas de DUdine, De Saussure, De Foucauld,Jousse y su escuela, etc., ya el gran telogoprotestante Shleiermacher haba presentido que la critica racionalista haca falso camino; y se haba redo delos que imaginan a los evangelistas escribiendo en un escritorio cubierto de notas y de libros de referenciacomo nosotros; que es como imaginarse a San Mateo con una mquina de escribir.

    Mateo dirigi su evangelio a sus compatriotas, y por lo tanto su fines convencer de que Cristo fuerealmente el Mesas esperado por Israel; de donde hace mucho hincapi en el cumplimiento de las profecas,

    repite la frmula para que se cumpliera lo que dijo el Profeta o conforme dice la Escritura, y cita mscopiosamente que ningn otro el Antiguo Testamento (165 citas o alusiones al V. T. se pueden contar en sus 28captulos) interpretndolo con bastante libertad y no siempre literalmente.

    La cuestin de si Marcos y Lucas conocieron el Evangelio de Mateo, o si Mateo (o al menos sutraductor) conoci el de Marcos (como opin Grotius) tan debatida por los partidarios de lainterdependencia, hoy da no tiene sentido, a no ser como curiosidad. Probablemente Marcos no conoci elEvangelio de Mateo, y Lucas s. En cuanto a Juan, conoci los tres Sinpticos.

    2. Evangelio de Marcos.

    Marcos fue judo de nacin, y con su primo Bernab acompa a San Pablo en su predicacin, aunqueno sin bruscos abandonos y quizs algn rozamiento. Sin embargo, en la primera crcel romana de Pablo,Marcos est con l (Ad Col. IV, 10). Despus acompaa muchos aos a Pedro como meturgemn repetidor-intrprete (I Petr. V, 13). Despus de la muerte de los Apstoles, fund la Iglesia de Alejandra de Egipto, lacual quiz gobern como obispo hasta su martirio. La Iglesia celebra su fiesta el 25 de abril.

    Marcos escribi su Evangelio en Roma; en qu condiciones y porqu, lo hemos visto en los testimoniosde Papas y Clemente Alejandrino recogidos por Eusebio. El examen interno de su Evangelio confirma esanoticia testimonial: es vivo yvisual, como de un testigo presencial; la personalidad de Pedro aparece como altrasluz; las faltas y debilidades del Prncipe de los Apstoles estn acusadas, en tanto que sus honores faltan oestn en sordina; explicaciones de las costumbres judas, traducciones de palabras arameas, latinizacin depalabras griegas, ilustraciones topogrficas palestinas... y en cambio lugares y costumbres romanas pasadas

    7MCHINEAU,La questione sinottica,Roma, 1913, pg. 193.

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    por alto como conocidos; todo indica que el documento est dirigido a los cristianos provenientes de laGentilidad; y especialmente a los latinos.

    Hay en el Evangelio de Marcos un episodio curioso, que no se sabe a qu apunta y no est en los otrosevangelistas (apx legmenon, como dicen los crticos), que quiz sea una especie de firma discreta delautor. Cuando Cristo era llevado preso por el huerto de los Olivos, un joven lo sigui, cubierto solamente conuna sbana sobre el cuerpo. Uno de los soldados lo atrap, y l dejndole la sbana en las manos, huydesnudo. Qu quiere decir esto? Los intrpretes han hecho varias interpretaciones msticas, como porejemplo aquel que dijo:

    Pero si ese es el caminoDel que no hace, mas consienteMe har santo, solamenteCon aceptar mi destino

    El del mancebo que, mudoDe una sbana cubiertoVio a Cristo que iba a ser muerto

    La tir y huy desnudo.Hoy Cristo sale a morirPara atestiguarlo, pues,Sigue mi vida, despusDel deseo de vivir.

    Pero qu significa literalmente ese rasgo y para qu est puesto all, nadie lo sabe. Algunos intrpretessuponen que ese mancebo fue Marcos; el cual, a semejanza de los pintores del Renacimiento que ponan supropio rostro en un cuadro (y Velzquez se pinto como un mozo de caballos en la Rendicin de Breda) secomplugo en estampar esa su fugaz relacin con Cristo. Esto tendra en contra el testimonio de Papas a cercade que Marcos no conoci ni sigui a Cristo. Pero puede conciliarse; Papas se refiere probablemente adiscipulado, no a un conocimiento fugaz como ste. A m me gusta la hiptesis; y no hay otra mejor paraexplicar ese fragmento; sin embargo, no les recomiendo lo que el poeta D Annunzio borda sobre ella en sulibro Contemplazione de la morte.

    3. Evangelio de Lucas.

    Lucas fue un mdico griego, probablemente nacido en Antioqua de Siria, acompaante fiel eimpertrrito del Apstol Pablo en sus muchos caminos por el mar y tierra, a partir de la segunda misin desdeTroas a Macedonia, hasta el martirio del Apstol de las Gentes, lo acompa a roma (quiz tambin a Espaa)

    y estuvo con l, incansable, durante sus dos prisiones: en la segunda prisin l solo, atestigua el Apstol (IITim. IV, 11): slo Lucas est conmigo. Acompaando a Pablo estuvo en Jerusaln los aos 42-50, dondesuplement la catequesis oral de Pablo, la cual saba de memoria como meturgemn , con noticias recogidasdiligentemente (como l dice) sur place y de la boca de testigos presenciales y catequistas o recitadores: porlo cual su Evangelio contiene muchas novedades (datos y episodios propios, incluso parbolas) respecto delos dos primeros. La tradicin mantiene que all conoci a la Madre de Jess, y de ella recibi el relato de la

    Anunciacin del ngel y la Infancia de Jess, que l slo nos transmite.Ainda mais, dicen que pint un retratode la Virgen, que se conserva hoy en Santa Mara sopra Minerva en Roma: es un retrato bastante malo pordesgracia, posiblemente apcrifo. Pero de l han salido las diversas descripciones del fsico de la Madre deDios, que han deleitado a los poetas cristianos:

    ...De estatura de cuerpo fue mediana,Rubio el cabello, de color trigueo,Afilada nariz, rostro aguileoCifrado en l un alma humilde y llana.

    Los ojos verdes de color oliva,La ceja negra y arqueada, hermosa,La vista santa, penetrante y viva,Labios y boca de purprea rosa...

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    que dice Rey de Artieda. O aquello otro esplndido de Lope de Vega:

    Poco ms que mediana de estatura,Como trigo el color, rubios cabellos,

    Los ojos grandes, y la nia dellosDe verde y rojo con igual dulzura.

    Las cejas de color negra y no oscura,

    Aguilea nariz, los labios bellosTan hermosos que hablaba el cielo en ellos

    Por ventanales de su rosa pura.

    La mano larga para siempre darlaSaliendo en los peligros al encuentroDe quien para vivir quiera tomarla...

    Esa es Mara, sin llegar al centro,Que el alma slo puede retratarla

    Pintor que estuvo nueve meses dentro.

    El alma de Mara aparece en Lucas solamente en algunas frases llenas de misterio y de modestia. Maraes inretratable, la criatura ms modesta y escondida del Universo, fuente sellada del Creador. La devocincristiana dice que si la hermosura de Mara hubiese sido expuesta, los hombres la hubiesen adorado como unaDeidad; lo cual cuenta la leyenda de San Dionisio el Areopagita.

    El Evangelio de Lucas es el mejor compuesto, el ms literario y cuidado; sin embargo su estilo essemejante al de los otros, y conserva la traza (un poco menos visible) de los esquemas rtmicos quecaracterizan el estilo oral. El crtico Johann Perk, S. S., escribe sobre l estas palabras, que muestranconocimiento de las descubiertas de la escuela lingstica francesa:

    Algunos investigadores tienen a la memoria de los palestinos de ese tiempo por capaz demantener fielmente los esquemas originales incluso por decenas de aos. Lo prueban por lascentenarias transmisiones orales de los Rabinos y las sorprendentes retenciones de los pueblos

    primitivos. La transmisin oral probablemente mantuvo con fidelidad y plasm con exactitud los dichosy hechos del Maestro, de los cuales [los recitadores hebreos] queran ser solo y exclusivamente Testigosy no glosistas o historiadores.(Synopse der vier Evangelien, pg. 23.)

    De esta transmisin oral tcnica y fidelsima se sirvi Lucas, avezado l mismo por su propio cargo demeturgemn a su ejercicio.

    El Evangelio de Lucas, lo mismo que los Actos de los Apstoles, que tambin redact, estn dedicadosa un Tefilo, que algunos creen una persona particular i nsigne, y otros dicen es un nombre simblico querepresenta la multitud de los cristianos.

    Despus que muchos han puesto manoAcerca de las cosas que entre nosotros pasaronDar relato ordenadoComo a nosotros nos las han dado

    Los que desde el principio vieronY quedaron hechos Servidores del Verbo

    Me pareci tambin a m,Enterndome cuidadosamente por orden,Oh poderoso Tefilo,

    Ponerlas por escrito en ordenPara que tengas seguro fundamentoDel Verbo en que has sido catequizado.

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    As reza el texto griego del comienzo del Evangelio de Lucas.

    4. Evangelio de Juan.

    El cuarto Evangelio es el libro ms egregio que ha salido de manos de hombre.La Iglesia ha retenido siempre que su autor es el mismo que escribi el Apocalpsis: y que ste es el

    Apstol Juan, el que es llamado en el mismo Evangelio, el Discpulo Amado. En el comienzo del Apocalpsisest escrito, a modo de ttulo:

    Revelacin de JesucristoQue se la dio Dios Poderoso

    A mostrar a los siervos suyosLas cosas que se deben hacer prontoY las signific mandando al ngel

    Suyo, a su siervo JUAN,El que testimoni de Jess el Cristo:Cosas que l mismo ha visto.

    Y al fin del Cuarto Evangelio est escrito a manera de firmao autenticacin:

    Este es el Discpulo

    El que testimonia acerca de stoY el que escribi todo stoY sabemos que es la verdad

    El testimonio de l... (XXI, 24)

    Este penltimo versculo creen hoy los crticos que fue escrito por los Presbteros (o Ancianos) dela Iglesia de feso, como una especie de autenticacin o recomendacin del libro a las dems Iglesias.

    La atropellada de la crtica racionalista, o hipercrtica, a este libro ha sido la mayor de todas.Qu nohan dicho acerca de l y su autor! Que el Apocalipsis es un apcrifo, que su autor no es el autor del evangelio,que el autor del Evangelio fuero los Ancianos de feso, que fue un anciano desconocido llamado Juan, que notuvo autor y fue un producto colectivo, que es un libro teolgico y mstico, no histrico escrito con el finde inculcar la idea nueva de que el Mesas Cristo era Dios; en suma un libro mstico, una invencin, sublime

    ciertamente, pero irreal.La crtica catlica ha tenido que bregar pacientemente con todas estas hiptesis, fantsticas en el fondo,aunque desplegadas a veces con una gran virtuosidad de erudicin de hormiga. El que quiera conocer esta

    brega puede hallarla en la Introduccindel P. M. J. Lagrange, O. P., a su docto Comentario al Evangelio se-gn San Juan8 u otro de los libros tcnicos que l trae en su bibliografa. La erudicin aliada al prejuicio, esuna peligrosa arma; un historiador erudito y prejuiciado puede hacer decir a la "historia" lo que l quiere; losabemos de sobra.

    Fcil nos sera resumir esa intrincada controversia; pero aqu huelga. Al argentino que quiere rechazarel Evangelio por una necesidad de cualquier orden que sea, le basta con decir: "Son cosas de curas", sinemprender la empresa alemana de aprender latn, griego y hebreo y leer los libros antiguos (que por lo demsno hay aqu) para hallar en ellos ndices y vestigios que le permitan decentemente negar la autenca de Juan"cientficamente"; y afirmar despus, por ejemplo, que el Cuarto Evangelio es obra de un impostor de la sectagnstica, que se cubri con el nombre y la simulacin del Apstol para meter su "doctrina espiritual" dematute; como dice por ejemplo Loisy, siguiendo a Heitmueller; u otras fantasas por el estilo.

    Pero aun para los hombres de ciencia galos o germanos, todo esto es ya historia antigua. El granesfuerzo de la impiedad por destruir el Evangelio, ciertamente ha sido un factor de la confusin y oscuridadactual, y ha contribuido a la gran apostasa; pero hoy solamente se ensarta en so aquel que quiere.

    Lo cierto es que el Cuarto Evangelio fue recibido desde el principio en todas las Iglesias como delApstol Juan, cubierto por la autoridad apostlica y el testimonio de todos los contemporneos. No cabe laposibilidad de error o engao en una cosa tan capital para los cristianos coevos. La autenca del Evangelio de

    8 Evangile selon Saint Jean, par le P. M. J. LAGRANGE, des Frres Prcheurs, Gabalda, Pars, 7* ed., 1947.Introduction: prliminaires et Chap. I.

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    Juan est pues in possessione, como dicen los juristas; y son los que la opugnan (en el siglo XIX!) los quetienen el cargo de probar; y no prueban de ninguna manera sus negaciones. Eso bastara; pero para totalabundamiento, el examen interno del escrito confirma su atribucin al hijo menor del Zebedeo; y el testimoniounnime de los Santos Padres del siglo II e incluso de los herejes de ese tiempo, como los valentinianosPtolomeo y Heraclen, y Baslides y Marcin, constituyen una evidencia aplastante.

    Cualquiera que emprendiese a decir que el libro De Bello Gtticono es de Csar, se hara la risa delmundo entero; y hay un peso testimonial mucho mayor de que el Evangelio de Juan es del Apstol Juan. Pero,como dice Pascal, si el teorema de Pitgoras indujese para los hombres alguna grave obligacin o peso, hacemuchsimo que hubiera sido refutado.

    Juan, el Discpulo Amado, galileo, fue un hijo del pescador Zebedeo y de Salom, una de las santasmujeres que sigui a Cristo hasta la muerte; y ms all. Como Pedro y Andrs, y otros muchos, sigui primero aJuan el Bautista y fue dirigido a Cristo por l; y elegido despus en el nmero de los Doce; y testigo ocular y aunactor de todos los grandes episodios mesinicos. Con Pedro y su hermano Yago (Sant'iago) forma el grupodirector entre los Apstoles, los tres que presencian la Transfiguracin, la resurreccin de la Jairita, y la Agonaen el Huerto. En la ltima Cena reclina su cabeza sobre el hombro del Maestro y por sugestin de Pedro lepregunta quin es el traidor; y al pie de la cruz recibe la encomienda del cuidado de la Madre del Salvador. Des-pus de Pentecosts, permanece varios aos en Jerusaln y trabaja con Santiago y Pedro en la organizacin ydifusin de la primera Iglesia. Despus se establece en feso como obispo y primer Patriarca (que diramoshoy) del Asia Menor, cuyas siete iglesias sufragneas menciona en el Apocalipsis; all forma una escuela dedoctores de la fe, de donde salen el anciano Papas obispo de Hierpolis, Policarpo de Esmirna y quiz el mrtirSan Ignacio Antioqueno: tres Padres Apostlicos de la mayor importancia. En el ao 14 del Imperio de

    Domiciano, es desterrado Juan a la isla de Patmos, y (como se cree) condenado a las minas; condenatremenda en aquel tiempo, peor que la misma muerte; porque el laboreo de las minas por los penados se hacaen condiciones tan atroces, que llevaba a los desdichados no pocas veces al embrutecimiento, a la demencia o alsuicidio. De ese infierno lo salv la rebelin de las legiones que dieron muerte al emperador Domiciano ypusieron en su lugar al general Nerva; y el Senado Romano que declar nulos todos los decretos firmados porel tirano depuesto. Vuelto a feso, difundi Juan su Evangelio, escrito no se sabe en qu fecha, peroprobablemente despus de los ochenta aos de edad. Muri en el comienzo del reinado de Tra-jano, de unos100 aos de edad; y la Iglesia conmemora su muerte el 27 de diciembre.

    Es verdad que los 879 versculos de este librito a la vez sencillo y sublime (dividido ms tarde en 21captulos) constituyen un evangelio espiritual; pero no en el sentido que le dan Loisy y Renn, de "mstico"que para ellos significa inventado o mtico. Su fin es proclamar explcitamente, y con ms claridad que losSinpticos, que Cristo fue Dios verdadero al mismo tiempo que verdadero hombre; o sea, el abismo ms

    insondable que haya enfrentado el intelecto del hombre; pero eso no quita que todo l sea una narracinestrictamente histrica; e histrica de primera fuente, es decir, crnica de testigo ocular.

    Lo que fue desde el 'principio, lo que omos, lo que vimos[con nuestros ojos; Lo que tocamos con nuestras manos del Verbo de la Vida;Y la vida se hizo visible, y vimos, y atestiguamosY anunciamos a vosotros la vida eternaQue estaba cabe l Padre y se hizo visible a nos

    Lo que vimos y omos, anunciamos a vosotrosPara que tengis comunin con nosotrosY la comunin nuestra sea con el PadreY con el Hijo de l, Jess el CristoY lo escribimos para que os gocis vosotrosY vuestro gozo sea pleno ,

    exclama el Apstol en su Epstola primera, la cual probablemente acompa al Evangelio repitiendo losconceptos del principio y el final del mismo Evangelio.

    Juan se propuso adems completar los Tres Sinpticos, por lo cual su Evangelio contiene ms materianuevo; y es (como dira el literalismo actual) el ms original. Excepto en la narracin de la Pasin, Juan norepite casi nada de lo que est en los tres evangelios anteriores. Su relato tiene la vida, la viveza y el colorido deun testigo ocular; y una profunda, y recatada ternura. Los grandes dilogos dramticos de la vida de Cristo seencuentran en Juan, tratados con la finura de un dramaturgo; y los grandes episodios de la Promesa de la

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    Eucarista seguida del primer cisma, las bodas de Cana y el primer milagro, la vida pblica del Bautista, lacuracin y el proceso del Ciegonato, la Resurreccin de Lzaro, la amistad de Cristo con los tres hermanos deBetania, el Sermn Despedida y la Oracin Sacerdotal de la Cena, la personalidad del Traidor, el perdn de la

    Adltera, el dilogo con la Samaritana y las dos grandes contiendas con los Letrados con la autoafirmacin deCristo acerca de su natura divina son a manera de grandes frescos nuevos en el mundo; en que, sin la menorafectacin de arte literario, la mano del hombre no puede ir ms all.

    Juan es el evangelista del corazn de Cristo: l lo oy latir. El interior de las personas y su carcter estmucho ms profundizado en Juan que en los Sinpticos; y so puede incluso dar la clave de muchas preguntasinciertas. Son una o tres las magdalenas, por ejemplo? Los intrpretes racionalistas, en su prurito de

    originalidad y su mana de negar la tradicin, han inventado que son cuatro mujeres diferentes (o tresdiferentes; lo mismo podan decir dos o cinco si quisieran): la Adlteraa la cual Jess salv de ser apedreadala "Pecadora"que ungi sus pies en casa de Simn el Leproso y fue defendida y loada por el Salvador, y la

    Mara hermana de Marta y Lzaro que sentada a sus pies en su casa eligi la mejor parte, la cual no le serquitada; ms la Magdalena que presenci al lado de la Madre la Crucifixin y fue agraciada con la primera

    Aparicin. Despus de cansarse de discutir con argumentos librescos, los exegetas han concluido cmodamentepor declararla cuestin insoluble.

    Mas cualquiera que lee con un poco de intuicin psicolgica el Evangelio de Juan, tiene la impresinneta de que esa es una misma mujer: sus "gestos" son iguales a s mismos; que es la impresin que ha tenidodurante siglos la Iglesia. Hay un exquisito drama discretamente velado detrs de esos episodios sueltos, y suhilo psicolgico es visible. Cristo se dio el lujo de salvar a una mujer, que es la hazaa por antonomasia delcaballero; no slo salvarle la vida, como San Jorge o Sir Galaad, sino restablecerla en su honor y restituirla

    perdonada y honorada a su casa con un nuevo honor que solamente l pudiera dar. En la caballeraoccidental, los dos hechos esenciales del caballero son combatir hasta la muerte por la justicia y salvar a unamujer:

    defender a las mujeresy no reir sin motivo,

    que dice Caldern como en las cintas de convoys, reflejo pueril actual de una gran tradicinperdida. Cristo hizo los dos; y siendo l lo ms alto que existe, su dama tuvo que ser lo ms bajo que existeporque solo Dios puede levantar lo ms bajo hasta la mayor altura; que es l mismo.

    Cristo ejerci la ms alta caballera. Los romnticos del siglo pasado y los delicuescentes del nuestro,tienen una devocin morbosa por la Magdalena; pero no precisamente por la Penitente, que el Tintoretto pint

    con toda la gama de los gualdas en su hrrida cueva de solitaria, sino por la otra, por la mujer "perdida", por latraviata o la dama de las camelias; de la cual han hecho un tema literario bastante estpido. Hasta nuestroLugones se ensuci con ese tema que a veces llega a lo blasfemo en una de sus "Filosofenlas". Pero todosestos filibusteros o filo-embusteros, de la Magdalena no saben mucho, de la caballera menos, y del amor aCristo absolutamente nada. Cristo se enamor de una mujer!dicen muy contentos. "Qu humano!" SCristo se enamor perdidamente de la Humanidad perdida; y la vio como en cifra en una pobre mujer sobre la cual verti regiamente todas sus riquezas.9

    Esto decimos por va de ejemplo para caracterizar el Cuarto Evangelio. Concluyamos con el resumenbreve y preciso de San Jernimo:

    El Apstol Juan, a quien Jess mucho am, un hijo del Zebedeo, un hermano del ApstolYago, al cual Herodes hizo decapitar despus de la muerte del Seor, escribi el ltimo de todos, apedido de los obispos del Asia Menor, su Evangelio; contra Kerintho y otros heresiarcas, y

    9NOTA KIRKEGORDIANA. Si se mira bien, ser caballero no es ser inmensamente generoso (aunque tambin es so en unsentido) sino ser simplemente justo, en el fondo. Por qu no dar a una mujer lo que ella quiere, si se puede? Lo quequiere en el fondo toda mujer, es ser adorada por un hombre: ser una cosa divina para un varn. Este sentimientofundamental es la raz de la mxima vanidad, y de la mxima seriedad de la mujer; segn para donde agarre. Pues bienCristo dio a una mujer su derecho, ese derecho. Siendo Dios, y sin descender un punto, puso a una mujer all dondeella quiere y tiene derecho a ser puesta; a una mujer perdida; es decir, presa de la desesperacin; pues no haydesesperacin concebible como la de amar mucho (segn de ella atestigu el Seor) sin tener objeto que se amedigno de ser infinitamente amado y capaz de corresponder infinitamente.

    As pues Cristo fue con Mara de Magdala (y con la Humanidad perdida que ella representaba) simplemente JUSTOhablando en ley de amor; e infinitamente GENEROSO,dadivoso y prdigo, hasta la locura, hablando en ley de temor.

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    particularmente contra los Ebionitas (hereja fuertemente judaizante) los cuales aseveraban que Cristono haba existido antes de Mara. Por esto se sinti forzado a probar el Origen Divino de Jess deNazareth.10

    VI - la cuestin sinptica

    Llmase cuestin sinptica al problema que plantearon a la crtica protestante las coincidencias y lasdivergencias de los tres primeros evangelios; que por un lado tienen multitud de frases, giros y episodios que

    parecen copiados literalmente; y por otro tienen disidencias que parecen hasta contradicciones; como porejemplo, el ciego de Jeric de Marcos y Lucas, que son dos ciegos en Mateo; y el milagro de su curacin al salirde Jeric segn Mateo y Marcos, al aproximarse a Jericsegn Lucas.

    Este fenmeno literario llam la atencin desde el primer momento: el pagano Celso, en su obra contralos cristianos (Aleth logoso Sermn veraz contra los Cristianos) lo us para enfermar la confianza en losevangelios, y tratar a los evangelistas de novelistas; y San Agustn escribi una obrita para responder a estadificultad, llamada De consensu Evangeliorum. Ms para los antiguos no pas jams de "dificultad" (queresolvan en forma ms o menos aproximada) y nunca se convirti en problema.

    Mas la crtica protestante, vuelta ya decididamente racionalista y anticristiana, resucit a Celso; y ladificultad se vuelve problema y comienza a henchir mamotretos y manuales, hasta hacer un lo inextricable.Pues bien, la psicologa lingstica actual ha cortado ese enredo con la espada de Gordium, de un solo tajo: eraun falso problema, una cuestin mal puesta. Lo cual no impide que hoy, a 30 aos de la solucin irrefragable,

    mamotretos y manuales sigan copindose unos a otros la cuestin sinptica; y las dos Biblias castellanasmodernas que tenemos (Bover y Ncar-Colunga) sigan hablando absurdamente de el paralelismo del verso (?)hebreo, el problema insoluble de la mtrica (?) de la poesa (?) hebrea, las fuentes escritas perdidas del PrimerEvangelio, la dependencia de Marcos para con Mateo, etc., etc. Todas esas son antiguallas y pruebas deignorancia. No hay cosa peor informada que un sabio... de stos de ahora.

    San Agustn cay en la explicacin de la interdependencia de los evangelios, porque no tena msremedio, ignorando las leyes del estilo oral, y considerndolos por ende libros escritos, como los de sutiempo, como los suyos mismos. Esto era inevitable. De modo que dice:

    ...Y aunque cada uno de los evangelistas parece haber seguido su propio orden narrativo, sinembargo se ve que ninguno escribi ignorando al precedente; ni que haya omitido las cosas que no sabapero encontraba en el otro; mas, as como cada uno fue inspirado de Dios, as tambin se ayud de la

    obra de los otros. Y as Marcos parece haber seguido como pedsecuo y resumidor a Mateo. Solamentecon Juan no coincide en nada; propio suyo tiene muy poco, coincidente con Lucas tiene algo, mas conMateo muchsimo; y tiene muchsimo consonante, o con Mateo solo o con los otros, al pie de la letra.11

    No se puede poner ms netamente la cuestin sinptica, y la solucin ms simple... y falsa: la llamadade interdependencia.

    Esta no es una cuestin acadmica, ni de mera curiosidad, ni siquiera de importancia subordinada, sinocapital; porque bien mirada, la cuestin sinptica busca en el fondo el origen y modo de composicin de loslibros santos; y de tal origen depende directamente la ya nombrada autenca, o sea, su veracidad, integridad ehistoricidad; es decir, el fundamento mismo de la religin cristiana. Mas para la fe de los siglos cristianos la"hiptesis" (que como tal es dada por Agustn) de la interdependencia, bastaba para suspender la dificultadde acuerdo a la conocida regla lgica de que cuando una posicin est establecida por su propia pruebaninguna dificultad por insoluble que sea debe hacrnosla abandonar, o como decan los antiguos, clara nonsunt mutanda propter obscura.

    Pero esta respuesta (que al fin es una aproximacin a la verdad) no resisti el ataque mucho mserudito de la crtica moderna; por la sencilla razn de que la interdependencia explica s las coincidenciaspero no explica (antes vuelve absurdas) las disidencias de los tres documentos. Si los Sinpticos se copiaronunos a otros cmo dejaron en sus textos discrepancias tales, una de las cuales parece rozar la contradiccin?Es inconcebible. El ttulo puesto en la cruz (Mt. XXVII, 37; Me. XV, 26; Le. XXIII, 38), el Padrenuestro (Mt. VI9; Le. XI, 2), la hora de la crucifixin, los ciegos de Jeric, los dos demonios gerasenos, las circunstancias de la

    10De viris illustribus, IX.11De cons. Evang., I,2-4 -Migne XXXIV, 1044.

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    triple defeccin de Pedro, tienen diferencias de pormenor. Y lo ms importante de todo las palabras de laInstitucin de la Eucarista! (Mt. XXVI, 26; Me. XIV, 22; Le. XXII, 19) donde parece haba de esperarse unatotal coincidencia literal, tienen una diferencia, que no por pequea es menos sorprendente, porque se tratade las mismas palabras sacrosantas de la Consagracin del pan y del vino!

    El ataque moderno contra los Sinpticos produjo una enorme confusin: mltiples teoras, que seiban complicando de ms en ms con la discusin, y que se pueden reducir a cinco cabezas, a saber:

    1. Sistema de la tradicin oral2. Sistema de la interdependencia

    3. Sistema de los documentos,

    el cual tercer sistema se divida a su vez en:

    1. Sistema de un documento primigenio perdido2. Sistema de muchos documentos3. Sistema de dos documentos

    el cual sistema de las dos fuentes, propugnado por la alta crtica alemana (Ewald, su inventor en1850, Jlicher, Wellhausen, Von Harnack, Loisy, Goguel, Weiss y una legin) y en el cual cayeron algunosgrandes exgetas catlicos (Batiffol, Lagrange) fue prohibido en 1912 por la Comisin Bblica de Roma. No sincausa; porque en efecto, es el ms flojo de todos.12

    Cuando una hiptesis se complica ms a medida que ms se discute y ms hechos se descubren, es seade problema mal planteado, o sea, falso problema: esa es otra regla lgica infalible. El falso planteamiento fuedepistado por la falange de investigadores de psicologa lingstica y etnogrfica de la escuela francesa,encabezados por Basset en 1880 (La posie rabe ant-islamique) y el judo Darmesteter (Chants

    12 El que lee ingls puede imponerse muy bien de esta cuestin sinptica (tal como estaba hace un siglo) leyendoel incisivo ensayo Criticism and the Gospel historydel historiador escocs James Anthony Froude, clrigo protestanteprofesor de Saint-Andrew's (Edinburgo), y autor de una 'Historia de Inglaterra" en 12 volmenes. En este ensayo,publicado en el Frascr Magazine, 1864, y recogido en el 2 tomo de Short Studies on Great Su bjec ts (E dEveryman, pg. 152) no se sabe qu admirar ms: si la lucidez del planteo del viejo problema ( ingenuity lellaman ellos) o bien la cruel igno rancia acerca d e la solucin. E n efecto, el autor , partiendo del falso supuesto delibro ESCRITO en pas de estilo escrito, amontona las hiptesis .disparatadas: UN evangelio primigenio perdido..

    DOS evangelios idem... COPIATINA de un evangelista a los otros... (o sea, tcnicamente, teora de las dos fuentesteora del Urevangelium, y teora de la interdependencia) y despus arroja todo el pesado fardo a los divines (otelogos) retndolos a resolver de una vez el terrorfico problema, puesto que para eso les pagamos; e inclusoamenazndolos si no lo resuelven con un naufragio de la Cristiandad

    Pero como es muy talentudo, el amedrentado metodista roza la solucin l mismo sin saberlo dos o tresveces: por ejemplo, cuando dice que, para l, debi de haber exist ido on the cise of our's Lord's life someoriginal sketch drawn up by the congregation (al cerrarse la, vida de N. Seor, algn esbozo originalredactado por la comunidad o sea, la Iglesia); donde basta sustituir las palabras sketch drawn up(esquema redactado) por rapport recitated (recitado oral) para dar en la verdad verdadera, que Froude no podani imaginar entonces.

    Es curioso que la principal objecin de Froude se ha dado vuelta en nuestros das en una confirmacin,que Jousse no trae en su libro. La objecin contra la autenca de los Sinpticos, que F. recibe de los pseudocrticosalemanes y que lo aterroriza, es la siguiente: en el principal testigo de dicha autenca y del canon de los librossantos, es deci r, en San Justino Mrtir, que v ivi al fi n del siglo I, estn citadas ciertamente frases de Mateo

    Marcos y Lucas; pero NO asignadas a Mateo, Marcos y Lucas; mas asignadas a unas palabras griegas,misteriosas para Froude, que son: las Memorias de los Apstoles. Luego... Mateo, Marcos y Lucas no son los

    verdaderos autores de nuestros actuales Evangel ios.La traduccin exacta de esa frmula repetida de Justino es: lo que viene o procede de la memoria de los

    Apstoles (que esa es la fuerza de la preposicin airo)o sea lo que los Doctores Latinos denominan simplementela Catequesis Apostlica; puesta por escrito fielmente por los tres sagrados amanuenses.

    Es decir, que Justino Mrtir evidentemente usa esa frmula para dar a entender cul es el verdaderoorigen y la autoridad de los Evangelios escritos de Mateo, Marcos y Lucas; y que los dichos no son sino losamanuenseso metteurs-par-crit de un texto que no procede de ellos sino de los Testigos de Jess; y por ellosdirectamente de Jess; texto recitado en las ecclesas o reuniones de cristianos (y no escrito) con la uniformidadinfalible del estilo oral, por los Apstoles, los Discpulos y los rabbes y meturgemanes, durante el lapso de unageneracin, la de los Testigos de Cristo; y controlado por todos ellos. (Leonardo Castellani).

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    populaires des Afghans, 1888) y descubierto en forma repentina por Marcel Jousse alrededor de 1920.Simplemente se estaba discutiendo acerca de libros que no eran libros escritos sino recitados transcriptos; yse ignoraba todo acerca de las leyes de la recitacin en los ambientes de estilo oral: un falso supuesto, y unaignorantia elenchi.

    La cenicienta entre todas las hiptesis, la de la tradicin oral, propuesta por J. Carlos Giseler en1818, era la verdadera; mas era antes fcilmente destrozada por sus adversarios, porque en su "ignorantiaelenchi" todos conceban la recitacin de un texto imaginndose a Berta Singermann o Lola Membrives, comosi dijramos: quiero decir, tal como nosotros la conocemos en nuestros medios de estilo escrito. De ese modo,s seor, la transmisin fiel de la catequesis apostlica es netamente inconcebible. Pero la hiptesis de

    Giseler era una intuicin genial de algo-que-debe-ser-as,-aunque-no-lo-comprendamos-por-ahora; y esgran mrito de Godet (1888), Wescot (1888), Thompson (1895) y de innumerables crticos catlicos: Haneberg(1856), Bisping (1864), Schegg (1870), Le Camus (1887), Fillion (1889), Cor-nely (1886), Knabenbauer(1894), Landrieux (1897), Buzy (1912), Dhorme (1910), Tobac (1919), haber acogido a esa Cenicienta, quehaba de llegar a Reina. Tan cierto es que la verdad es inverosmil! Le Camus en 1890 con su libro Notrevoyage aux pays bibliques, haba atrapado ya las grandes lneas de la solucin, aunque slo como intuicin yworking-hypotheses; que Jousse haba de recibir y probar rigurosamente.

    Entretanto la falange regimentada de los exgetas de profesin y de los autores copiandinos deIntroduccionesyManualeshaba encontrado para el lo un efugio deleznable y casi pueril, que llamaronsistema mixto: combinaron todas las hiptesis en una, afirmando con faccia tosta que los Evangeliosprocedan a la vez de una tradicin oral, de una interdependencia, y del uso de documentos. Si uno trata deimaginar en concreto un libro compuesto de esa manera, sale una quimera, un monstruo. Humano cpit

    cervicem pctor equinam.... El querer contentar a todos podr ser muy bueno en poltica, pero es fatal en laciencia. Aparentemente eclctico, el sistema mixto es risible: queriendo colectar en su favor todos losargumentos en pro de los diversos sistemas (inconciliables entre s) lo que colecta son todas sus dificultades; ysus autores se parecen al Juez Complaciente de Manzoni, el cual habiendo odo al primero de los litigantes,exclam : Tiene usted razn; pero despus habl el otro y el juez exclam: Tiene usted razn; a lo que unhijo suyo chiquiln, que estaba presente, observ: Pap, es imposible que los dos tengan razn a la vez.... Y eJuez Complaciente dijo: Sabes que t tambin tienes razn?.

    Siento un poco tener que maltratar a este sistema, que me ensearon en la Gregoriana y yodcilmente aprend, por no haber sido llamado (todava) por la ciencia al orden, como dice Kirkegor.

    Quien no es llamado por la ciencia al orden, quien no se ha puesto en guardia acerca del fondode los diversos problemas... escribe el gran dans podr conseguir a veces una cierta ingeniosidad

    engrupirse de que lo ha entendido todo, y sunchar juntas las contradicciones en una sntesis vacua.Pero esta ganancia se vengar despus, como todo bien mal adquirido; el cual, lo mismo en la Cienciaque en la Ley Civil, no puede volverse nunca propiedad legtima.13

    Haymuchsimos que no han sido llamados todava por la ciencia al orden; y algunos de ellos, de granfama, me dejan pasmado: imaginemos un fsico moderno que no se hubiese enterado todava de las"ecuaciones de Lorentz", por ejemplo. Eso demuestra la incomunicacin y la incoherencia del estado actual dela Teologa: por so nos vemos obligados a hacer esta exposicin, y to expose them, como dice el inglsJousse public su apretada pero no inaccesible memoria en 1925, la explic en el Instituto Bblico de Roma en1927, se cans de dar conferencias sobre ella en la Ecole d'Anthropologiede Pars (donde lo escuchamos en1932), las revistas vulgarizaron sus conceptos, los diarios anunciaron su descubrimiento y... Ricciotti, Ncar-Colunga, Bover, Murillo, Luis Mara Jimnez Font, el P. Leal, y otra cantidad de "tcnicos" en Escritura, no sehan enterado todava. Y es un noticia capital para la ciencia bblica.

    La doctrina de la psicologa del gesto de Jousse, no confeccionada adrede para resolver la falsacuestin sinptica, sino como investigacin de ciencia pura de mbito mucho ms general, de paso y como unade sus consecuencias obvias, corta de un tajo el nudo gordiano de ese pseudo-problema; como ver el amablelector (o sea el linotipista y la dactilgrafa, que quiz sean mis nicos amables lectores) en el prrafosiguiente.

    13Der Begriff Angst, Einleitung - Diede-richs Dusseldorf, 1952, pg. 6. Traduccin nuestra.

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    VII - aplicacin de la nueva psicologa lingstica a la crtica bblica

    La exgesis hoy da participa de las condiciones embarulladas del mundo actual; quiz ms an que lasotras ciencias culturales. Hegel ha introducido el macaneo en el dominio de las Geistes-Wissenschaften.

    Las cuestiones ms graves de exgesis son agitadas hoy da por hombres de mtodo cientfico bastantedudoso; y a veces en forma tan temeraria, que es reconfortante escuchar sobre eso a una ciencia veramenteexperimental.

    La ciencia experimental psicolingstica y etnogrfica ha resultado hoy da netamente conservadora dela Tradicin; y de la tradicin catlica ms antigua, pura y acendrada. De tal modo que se podra parodiar la

    conocida frase de Francis Bacon14, diciendo: mucha ciencia experimental acerca a la Tradicin, poca cienciaexperimental aleja de la Tradicin.

    Hay exgetas hoy da que se tienen por defensores integrrimos de la Tradicin y la Fe; a las cuales enrealidad desacreditan y comprometen con sus macanas...

    Las pacientes y rigurosas bsquedas del P. Marcel Jousse proceden con un mtodo objetivo, cuidadosode los hechos, de todos los hechos. Y ellas, al mismo tiempo que han dado la razn a los despreciadospartidarios del sistema de "la tradicin oral", han reunido los sufragios de los ms prudentes especialistasmodernos, incluso de un exgeta tan independiente y poco sumiso como Alfred Loisy. Uno de los ms sabiosmiembros de la Comisin Bblica de Roma dedicaba poco ha uno de sus estudios al R. P. Jousse, que por una

    va nueva, confirma las verdades antiguas.Esta va nueva, del todo inesperada despus de tantsimas elucubraciones, se parece al huevo de Coln:

    es la aplicacin de las leyes del Estilo Oral, cientficamente desentraadas, a los textos bblicos

    escrupulosamente repuestos en su medio original, y no segn nuestras actuales habitudes y experiencias deestilo escrito; habitudes que han engendrado tantos falsos problemas, errores y negaciones vanas.Una multitud de hechos convergentes prueban que los libros del Viejo y Nuevo Testamento son un puro

    ejemplo de Estilo Oral.Para estudiarlos pues hay que reponerlos y baarlos en su propia atmsfera, y no en los cidos de

    nuestros mtodos de hipercrtica grfica. Los Tres Sinpticos no son syn-pticos sino syn-acsticos: los ojosno tienen nada que ver con ellos: la boca y los odos (pero especialmente entrenados), fueron quienes loscrearon.

    La primera investigacin psico-fisiolgica ser pues la de loa Esquemas-rtmicos-tipo en los cualestodos los recitadores de Israel han moldeado y vertido sus composiciones populares hebraicas.

    Despus hay que establecer el elenco de "paralelismos-clis"(Jacob-Israel, hombre-mujer, cielos-tierranima-espritu, carne-nima, vida-muerte, sabio-necio, etc.) que no solamente desatan los Balanceos binarios y

    ternarios por una especie de automatismo casi previsible, sino que encauzan por dentro la composicin deacuerdo a una lgica profunda; aunque no sea nuestra lgica greco-latina.En fin, hay que depistar cuidadosamente los dispositivos didcticos que rigen esas curiosas

    composiciones: palabras mnemo-tcnicamente repetidas (palabras-broche) esquemas rtmicos plurales(estrofas) esquemas complementarios (recitativos O.) trabazn de las estrofas entre s, cliss comunes, ypalabras propias. .. o sea pax legmena.

    Por su retorno repetido, algunos paralelismos-cliss sirven para distinguir los diversos gneros queusan los recitadores: gnero teolgico, gnero histrico, gnero filosfico, gnero potico...

    Naturalmente estos gneros literarios no coinciden exactamente con los nuestros, ms evolucionados ydiferenciados, y se recubren e interfieren no poco: hay que tomarlos como son. Desde luego, no hay que hacerla confusin (que se hace continuamente por algunos semidoctos) del Estilo Oral con nuestra poesa, con surinia, sus pies contados y sus reglas rgidas y a veces artificiales. (Algunos libros de la Sagrada Escritura estnen verso, dice fray Luis de Len. Es un error. Todos los libros de la Escritura, con excepcin quiz de parte delos Macabeos, estn en estilo oral. Ahora, si dijera que son poesa, estaba cerca de la verdad; pero no poesacomo la nuestra.)

    El fin de los poemas orales hebreos (si as se quiere llamarlos) no es producir efectos estticos o unestado de magia (de la musique avant toute chose era un disparate para ellos; y ms an la definicin deDante: una finzione rettrica dipoi posta in msica). Su fin es mucho ms elemental y necesario: unacomposicin meticulosamente ordenada para ser aprendida fcilmente de memoria, y retenidaimpecablemente de generacin en generacin, a fin de conservar los documentos vitales de la raza: religin,leyes, historia...

    14Poca ciencia aleja de Dios, mucha ciencia acerca a Dios.

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    Los grandes libros de la Humanidad (desde el Vedanta al poemn del Myo Cid) no son libros escritossino puestos por escrito a veces mucho despus de su creacin, y quiz justamente a modo de testimoniopara controlar la fidelidad de los diversos recitadores; as Pisstrato hizo poner por escrito las rapsodiasorales de Hornero, cuando se not en Grecia que empezaban a corromperse ; es decir, a diferir entre s, porobra de los rapsodas, o recitadores.

    El estilo oral no es una cosa prehistrica o arqueolgica: est en la natura del lenguaje, se conservaahora en muchas partes del mundo, y resucita cuando y donde menos se piensa aun en medio del estiloescrito.15

    Claudel hizo la innovacin revolucionaria en la poesa moderna (y tambin Walt Whitman y otros) de

    usar un "versculo rtmico" (rimado o no), a semejanza de la Biblia; pero es una imitacin refinada y desegunda mano del estilo oral; Pguy est ms cerca de la natura; l inspir su versculo a Claudel. Sin conocerlos precedentes lingsticos, instintivamente, encontr su frase preposicional sustitutiva del verso, en lalengua de los campesinos lutecienses, sus paisanos. Su coincidencia con la expresin de los pueblos primitivos(es decir, con la poesa en estado puro y naciente) se halla no slo en el versculo libre y varioslabo, calcadosobre el ritmo de la respiracin y la emocin, que leemos en Le porche du mystre de la Deuxime Vertusino principalmente en las montonas y potentes retahilas de cuartetos alejandrinos de Eve; con susmetdicas repeticiones, a semejanza de olas de agua o surcos de arado en la tierra, que trasuntan el viejo uso dela palabra-broche.

    Il allait hriter des naufrages de Rome,Du monde divis dans des morcellements

    Il allait hriter des naufrages de l'hommeDes cceurs subdiviss par amoncellementes.

    Il allait hriter des partages de RomeD'un Empire bris par des morcellementsIl allait hriter des partages de l'hommeD'un royaume puis par des ruissellements...Il allait hriter des lourds legionnaires...Il allait hriter des maigres mercenaires...Il allait hriter des peuples dbonnaires...Il allait hriter des peuples centenaires...Il allait hriter...

    Il allait hriter..., etctera, etctera.Y as pacientemente durante cuatro pginas pesadas y potentes. Pguy no saba nada de los trabajos de

    P. Jousse ni de los recitados orientales; se limit a calcar sus internas meditaciones segn el modo de pensar (yde expresar) de los paisanos franceses de la regin chartresa, a cuya raza perteneca.

    De aqu se ve cmo Rubn Daro, a quien dan como modernista ygran innovador de la mtrica nofue en realidad ni moderno ni innovador. Fue simplemente un romntico, el ltimo y ms grande de ellos, deacuerdo. Si hubiese sido realmente modernista, hubiera usado el metro de Walt Whittman.

    Es con voz de la Biblia y verso de Walt Whittman, que habra que llegar hasta ti, Cazador.S; pero l no lo hizo.Cuando Israel volvi de la cautividad babiloniana en posesin de un dialecto, el arameo, los Recitados

    tradicionales no podan ser ya comprendidos en el hebreo original.Entonces comienza el menester de los meturgemanes o traductores-intrpretes de la Sinagoga. Ellos

    traducen, o mejor dicho, calcan un esquema rtmico hebreo en otro esquema rtmico anlogo en arameo olengua vulgar.

    15 El turquito Sait Saitn, rabe nacido en Damasco y radicado en Chascoms, amigo de D. Martn Larralde, como habasido cad de familia, se saba las leyes y la historia de su regin en verso, como pensaban los criollos. Poda decirle auno quien sucedi a Ornar ibn Abi Rabi'ah, y aun quin fue el undcimo de los Abbsidas; pero tena que recitar sucantilena-psalmodia hasta llegar al undcimo; no poda saltar nada, porque los cliss o gestos preposicionales sedesencadenan unos a otros. Mi abuela Doa Magdalena saba cuentos infantiles en dialecto furln, que recitaba siempreexactamente igual, como sin duda pas durante generaciones; si el cuento tena tres partes, no poda empezar por lasegunda. Los ejemplos pueden centuplicarse; porque el "estilo oral" una vez que uno lo ha entendido, ve que es una cosaque existe, y depista sus huellas por todas partes.

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    Estas traducciones orales o Targms no fueron puestas por escrito al principio por escrpuloreligioso: se transmitieron oralmente y muy fielmente de generacin en generacin16.

    Son esquemas rtmicos calcados sobre la Biblia, familiares desde la infancia a los palestinos, los que vana servir de Thesaurum o material comn a los recitadores judos del tiempo de Cristo. De ah la necesidad deconocer los cliss bblicos hebreos para comprender bien las composiciones orales arameas a las cualespertenecen nuestros cuatro Evangelios, as como gran parte de las Epstolas y el Apocalipsis.

    Cuando las comunidades judas comenzaron a pulular en ambientes que hablaban griego, se verific unsegundo calco. All tambin hubo que fabricar Targms orales griegos, aprendidos de coro, y despus fijadospor escrito.

    Entonces se produce naturalmente un fenmeno de interferencia. Los cliss rameos aprendidos dememoria por los meturgemanes se interponen a veces delante del clis hebreo; o viceversa; sto da a veces"calcos" griegos absolutamente raros y aun incomprensibles, si no se acude al clis extrao que est detrs delas palabras griegas demasiado literales; es decir, al dispositivo lingstico interferente. La oscuridad de laEscritura no es por lo comn oscuridad del original, sino de la traduccin. Para poner un ejemplo: ti emoi kasoi, guuai? dice el Evangelio de Juan en las bodas de Cana. En griego ese clis significa literalmente"Mujer, y a m y a ti qu? Parece una respuesta algo guaranga o al menos brusca de Cristo a su Madre. Eltraductor protestante de la Biblia Inglesa de 1524, el famoso y desdichado William Tyndale, que abrigaba unfiero furor hacia el culto de la Santsima Virgen, lo agarr por donde quemaba, y lo tradujo lo msguarangamente posible: "Mujer, yo no tengo nada que ver contigo"; y tenemos testimonio del choque queprodujo esta frase al comenzar a ser leda en las parroquias rurales inglesas (en tiempo de Enrique VIII y porartimaa del prfido arzobispo Crnmer) el Evangelio del Segundo de Epifana en lengua vulgar. El pueblo sen-

    cillo no quera admitir que Cristo hubiese dicho so a su Madre, as lo atestiguase el mismo Erasmo o elmismsimo Hornero en persona. Y tena razn el pueblo sencillo instintivamente, contra los pedantes quesaban griego.

    El modismo arameo original, que est detrs de esas palabras griegas, segn dicen hoy los peritos, notiene de necesidad un sentido de reproche y repulsa, sino que suele usarse en forma sonriente y humorosa;como si dijramos en castellano: Madre, no nos metamos ahora en los; sabes que mi hora no ha llegado. Masla Madre entendi la sonrisa y no las palabras, a la moda de las mujeres; y sin hablar una palabra ms, le hizo aCristo adelantar su hora. Desde entonces hasta hoy, con respecto a su Madre, Cristo ha tenido siempre el relojadelantado.

    Los ejemplos se podran multiplicar. El Nuevo Testamento no est compuesto de palabras, sino de clisso frases hechas. En realidad toda lengua est compuesta de frases. Cuando a m me dice alguien, por ejemplo:

    Vea, seor, el almacn de Prez no est en esta cuadra; doble a la vuelta y emboque la calle Piedras

    yo creo percibir una fila de palabras (pero no es as) porque las he ledo escritas y estoy acostumbrado (y harto)de leer y escribir. Pero pngase delante a un forastero... que no sea familiar con la lengua, y l nos dartestimonio de que lo odo es lo siguiente:

    VeaseorelalmacndeprezNoestenestacuadraDoblealavueltayEmboquelacallepiedras.

    Y mucho mejor que un extranjero, sera poner uno de los delicados aparatos fonticos registradoresinventados por el Abb Rousselot.

    Pues bien, mucho ms todava y en forma ms perfecta, la lengua de los medios estilorales estcompuesta de frases; y stas por lo comn prefabricadas con gran perfeccin y manejadas por todos con granuniformidad; como los campesinos de Castilla o de la Toscana manejan sus refranes.

    Las personas habituadas a considerar la palabra suelta como una unidad psicolingstica real (escribeL. Leroy) es decir, todos nosotros se quedan enteramente desorientadas cuando se les ensea que haylenguajes, como los chinos por ejemplo, donde no existen palabras, propiamente hablando...17

    Es ahora sencillsimo de comprender lo que pas con los diversos Targms de toda especie (pues losTargms rabnicos y talmdicos de antes de Cristo, estn afectados exactamente de las condiciones mismas

    16 Recordar lo que dice san Clemente de san Pedro: no hizo nada pura animar a Marcos.La gente sencillade entonces tena desconfianza a los escritos, lo mismo que la de hoy a los diarios. 17Le langage, Pars, 1905, pg. 49.

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    de los Evangelios) en manos de dos o tres diversos meturgemanes. Los cliss (pongamos) arameos no sontraducibles siempre idntice al griego y menos al latn... Es cosa sabida que las lenguas diversas no se cubrenexactamente, y que toda lengua tiene palabras privativas suyas que no tienen equivalente exacto en otras, y sepueden traducir por varias palabras, o solo con una parfrasis; como por ejemplo la palabra mutler en ingls

    Y viceversa, hay frases enteras que se pueden verter con una sola palabra de otra lengua, como mise-en-pagepaginacin, por ejemplo.18 De ah que dos o tres meturgemanes pueden verter de dos o tres modos diversos engriego un mismo clis arameo; de donde se origina sencillamente el famoso misterio de la cuestinsinptica: la asombrosa coincidencia y ms asombrosa disidencia que asombr a san Agustn y a tantasgentes luego: si no se leyeron mutuamente parece imposible que coincidan tanto; y si se leyeron, que discrepen

    tanto... Mateo, Marcos y Lucas. No se leyeron mutuamente; pero oyeron los tres a un mismo Recitador, lomemorizaron, y despus decalcaron en griego lo que haban retenido fielmente de memoria. El P. Jousse hahecho el experimento de tomar dos textos sacros griegos paralelos y dismiles y retrasponerlos al arameo paraencontrar que los sinnimos desaparecen, y las divergencias se disipan en una convergencia de expresinaramea nica...

    En este medio de puro estilo oral arameo nace, se desarrolla y ensea un Rabbde Nazareth, Jess, eMesas.

    Hablando a gentes arameas, de estilo oral, desarrolla su divina Instruccin en improvisacionesdidcticas, segn el uso de los dems Rabbs-Instructores de su tiempo; y de antes y de despus de l, porcierto; como stas por ejemplo:

    Improvisacin didctica de Rabb Elisha Ben Abuyah

    Recitativo 1

    1. Todo aquel que aprende siendo nioA qu cosa ser comparable?

    A pluma con tinta escribiendoSobre pergamino nuevo...

    Recitativo 2

    1. Todo aquel que aprende siendo viejo

    A qu cosa ser comparable?2. A pluma con tinta escribiendoSobre pergamino raspado...

    Improvisacin didctica de Rabb Josef Bar Iuda

    Recitativo 1

    1. Aquel que aprende de losjvenesA qu cosa ser comparable?

    2. A un hombre que come las uvas verdesY bebe el vino en el lagar.

    Recitativo 2

    1. Aquel que aprende de los viejosA qu cosa ser comparable?

    2. A un hombre que come las uvas maduras

    18Traduces The heart of the matter como El revs de la trama? Mal, muy mal. Cmo traduces el alemn gewasser? Yel francs ailleurs? La palabra griega sophrosyne no tiene equivalente adecuado en ninguna lengua; para no hablar de laforma dual, los aoristos y los deponentes; y as el alemn gemtlich, el francs esprit, el ingls ingenuity, el latinoadsum, el italiano seccatore, y listas enteras se podran hacer.

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    Y bebe el vino con solera.

    Lo mismo que los otros rabbs, el Mesas Jess improvisaba, con los sencillos y tradicionalesparalelismos cliss o esterotipias (tierra-cielos; piedra-arena; sabio-necio; vino nuevo-vino viejo; luz-tinieblas;salud-enfermedad; agua-fuego; espritu-carne; pastor-oveja; trigo-cizaa; sarmiento-via; siglo-reino, etc.) sussublimes recitados en los gneros musitados: gnero himno, gnero plegaria, gnero misterio de fe, ysobre todo, gnero parbola, el cual se encuentra desarrollado en l de una manera enteramente propia ypeculiar.

    Por supuesto que lo mismo que con los otros rabbs y como ocurre an hoy con los autores de los

    medios de estilo oral l era de inmediato e impecablemente memorizado por sus Decoristas (o Discpulos) yaun parcialmente por el auditorio: memorizacin facilitada por la misma disposicin dialcticamentepsalmodiada de los recitativos; lo cual puede uno comprobar experimentalmente una vez que entiende elprocedimiento:

    Improvisacin didctica de Rabb Jess, el Mesas

    Recitativo 1

    1. No atesoris para vosotrosTesoros en la tierra

    2. Donde el herrumbre y polilla los comen

    Donde loa ladrones cavan y roban.

    Recitativo 2

    1. Ms atesorad para vosotrosTesoros en los cielosDonde el herrumbre y polilla no los comenDonde los ladrones no cavan y roban....

    Recitativo 1

    1. Quienquiera oye estos Discursos y los haceEs semejante a un hombre cuerdoQue edific su casa sobrepiedra.

    2. Y mirad la lluvia ha cado,Los torrentes se desataron...

    3. Y los vientos han sopladoY atropellaron contra la casa...

    4. Y la casa no fue volteadaPorque estaba fundada sobre piedra.

    Recitativo 2

    1. Quienquiera oye estos Discursos y no los haceEs semejante a un hombre necioQue edific su casa sobre arena.

    2. Y mirad la lluvia ha cado,Los torrentes se desataron...

    3. Y los vientos han sopladoY atropellaron contra la casa...

    4. Y la casa fue volteadaY su derrumbe fue tremendo.

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    Estos son recitativos sencillos, conservados por el Evangelista en su pura forma aramaica. Cualquiera veque son fciles de retener de memoria: lo nico que cambia son unas cuantas palabras; y las que no cambianson cliss o estereotipias conocidas por los oyentes de antemano y usadas continuamente en su conversacin: amodo de refranes, o frases hechas.

    Estos son recitados sencillos, como digo, conservados casi literalmente por el meturgemn; un pocoabreviados posiblemente. En otros el calco griego ha modificado o resumido un poco; pero un entendido puedereconducirlos fcilmente a las leyes de su forma original. Cristo debi ser un maestro en estas composicionesorales, puesto que las gentes exclamaban al orlo: Verdaderamente, jams un hombre ha hablado como estehombre.

    Despus de la Ascensin, los Apstoles, probablemente en comn (en el Cenculo) insertaron losdiscursos (o griegos o arameos) de Cristo en un contexto histrico compuesto igualmente con los clissarameos tradicionales: eso constituy lo que se llama de antiguo (los Santos Padres nos han conservado elnombre) la catequesis apostlica. Despus, en su predicacin oral palestina, entregaban a los fieles uno o

    varios (segn la necesidad) de esos recitados histricos o doctrinales. San Juan se dedic sobre todo a losdiscursos ms espirituales del Maestro; los otros Apstoles transmitieron los discursos del gnero parbola ydel gnero apocalptico o moral con preferencia: de acuerdo a los auditorios y a su propia idiosincrasia.Cuando hubo que adoctrinar a los pueblos de habla griega, se tradujo al griego las frmulas arameasacostumbradas; si ya el mismo Cristo no las haba traducido, conforme es posible en el medio palestinense

    bilinge. Lo que se traduca no era un papel escrito, sino una palabra escuchada y retenida. Los Apstoles (Pe-dro, Mateo, Juan, Pablo) recitaban en arameo; sus meturgemanes o repetidores-traductores (Juan, Marcos,Tito, Lucas, Bernab) escuchaban y calcaban, oralmente, en griego vulgar. Un meturgemn no necesita traducir

    a-medida-que, como nuestros traductores; puede esperar el fin del recitado, que se imprime tal cual en sumemoria, y en sus msculos laringe-bucales maravillosamente entrenados.Ahora bien: algunas palabras arameas de sonido idntico (homnimos) o casi idnticas (a causa de la

    degradacin fontica de las guturales y las sibilantes, estudiada por Jousse) eran vertidas al griego ya en unsentido ya en otro, segn lo entendan los intrpretes.Tenemos un primer principio de variantes que afecta al sentido mismo; y que pas a los Evangelios escritos.

    Segundo: suponiendo que el intrprete no duda del sentido exacto de la palabra por calcar, sustraducciones, por fieles que se quiera, podrn no ser idnticas, sino "sinnimas" solamente: es sabido que todalengua posee cantidad de sinnimos, que excogita la pericia o el gusto del hablista. Las expresiones griegasexcogitadas por los intrpretes pertenecan a ese diccionario vivo comn, compuesto por las versiones griegasdel Viejo Testamento en uso entre los judos, de las que Los Setenta era la ms usitada; ese diccionario era lo

    bastante rico para proveer cantidad de cliss sinnimos. Los dos intrpretes apostlicos, Marcos y Lucas, por

    sus relaciones mutuas y por venir de ambientes idnticos, tenan el mismo modo de calcar oralmente y s