LOS DERECHOS HUMANOSDesde Adán y Eva, la humanidad conscientemente escogió el camino de la rebelión y el fracaso en su relación con Dios, con su prójimo y consigo mismo, estableciendo sus propios “Derechos Humanos”. En su locura, ha llegado a establecer hoy, instituciones internacionales que defiendan sus “Derechos Humanos”, olvidándose de los “Derechos de Dios”, como su Creador. Y en este afán, ha creado muros de divisiones religiosas, culturales, racistas, económicas, sociales y patrióticas. Ejemplo de esto ha sido el muro que dividía a Alemania y el muro que hoy divide a Corea del sur con Corea del norte.Aunque la humanidad no lo pueda reconocer, la causa de buscar y defender cualquiera de estos “Derechos Humanos”, es el pecado. Pecado que es la indiferencia y desprecio a obedecer las indicaciones de Dios, comenzando con “no comer del árbol” porque morirás. Adán y Eva, como seres creados por Dios, tenían simplemente que obedecerle, porque en tal actitud, estaba su bienestar, su libertad, la vida, la unidad que disfrutaba con Dios. ¡La desobediencia causa división o separación entre el hombre y Dios! Luego de que Adán y Eva pecaron, es que se dieron cuenta de esta realidad, de que su decisión fue destructiva, arrogante, altiva. Esta, le trajo dolor, miedo, guerras, enfermedades, muerte, etc. En medio de tanta desgracia de separación, es claro que Dios ha buscado y establecido los medios espirituales para que esa separación sea destruida, y sea restaurada la comunión y relación que el hombre y la mujer gozaban con Dios en el Edén, antes pecar. Para eso Dios llamó a un hombre (Abraham), y luego a un pueblo (Israel) para llevar el mensaje, del propósito de Dios de destruir esa separación. Pero Israel, en su arrogancia, creó una barrera ante las demás naciones, proclamándose como el pueblo único y exclusivo de Dios. Israel, creó una barrera religiosa, racista y cultural. Por lo que fue necesario que el Señor Jesucristo, (Dios hecho hombre) viniera para destruir la barrera de separación. Este propósito de Dios está declarado en:1. Efesios 2:14-15 dice: Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos (Judíos y Gentiles) un nuevo hombre, estableciendo así la paz.2. Gálatas 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús.3. 2 Corintios 5:19 Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no imputándole sus pecados, y nos encomendó a nosotros la palabra de la reconciliación.Como cristianos, debemos analizar y entender que para identificarnos como cristianos y dar testimonio de nuestro Salvador Jesucristo, no existe razón alguna para crear paredes religiosas divisorias. No tenemos que identificarnos como católicos, nazarenos, bautistas, pentecostales, presbiterianos, etc. ¿Qué son estos en la presencia de Dios? Nada. Lo esencial es Cristo, y por lo tanto, tenemos que, desde el momento que evangelizamos, identificarnos como cristianos. Si no hacemos de esta manera, estaremos empantanados igual, a los que el apostol Pablo menciona en 1 Corintios 1.Ningún número de católicos, nazarenos, bautistas, pentecostales, presbiterianos y semejantes, tiene “Derecho Humano” alguno ante Dios. ¡Los cristianos auténticos, esos, si! En Cristo solo existe una división, división con el pecado. Es la única pared existente

de su parte. Todo lo demás, Cristo lo quiere reconciliar, con el derecho legal de haber pagado por ello en la cruz del calvario con su muerte, y autenticándolo con su resurrección de los muertos. En la cruz, el Señor Jesucristo abrió sus brazos para recibirnos y abrazarnos a todos los que estábamos cansados de tantas barreras existentes que nos separan del amor, la verdad y la paz.Por medio de nuestra fe en la resurrección del Señor Jesús, autenticamos nuestros “Derechos Humanos” a ser llamados Hijos de Dios, los que teníamos antes de que Adán y Eva pecaran. Señor Jesús: Bendito sea tú que has venido con el propósito eterno que el hombre Sea Santo, Viva en Santidad y Transfiera a otros esa Santidad. Gracias por Salvarnos y Restaurar nuestra condición, posición, derechos y relación espiritual original como representante de Dios. ¡Para eso naciste, moriste, resucitaste, reinas y es como debo darte a conocer!