NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2009

“Nos visitará el Sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz” (Lc 1, 78-79)

EN PORTADA

Ciertamente, resulta imposible ser original hablando de la Navidad. El recurso al tópico fácil y dulzón o a las felicitaciones más o menos prefabricadas están siempre a la vuelta de la esquina. Por eso, la foto de portada, con el pie de foto evangélico, quiere incidir en algo absolutamente fundamental y que está en la entraña misma de la Na-vidad. Alguien ha dicho que Dios siempre nace en medio de la no-che y que, desde aquella primera vez, siempre hay una noche que iluminar. Por supuesto, me refiero a una iluminación muy lejana de esas luces artificiales, de esos jue-gos de colores con los que ador-namos la “Nochebuena”. Me re-fiero a la luz esplendente y es-plendorosa que nos trae “el Sol que nace de lo alto”, me refiero a la hoguera de esperanza cierta y real que nos trae el Niño que nos ha nacido, me refiero al fogonazo de solidaridad, de fraternidad y de paz que nos trae el Príncipe de la paz. ¡Feliz, auténtica, esperanza-dora e iluminadora Navidad!

C. F.

BOLETÍN INFORMATIVO PADRES PAÚLES PROVINCIA DE MADRID

C/. García de Paredes, 45 28010 Madrid Tel. 91 446 61 50 E-mail: cmma@planalfa.es

Director: Celestino Fernández, C. M.

EN ESTE NÚMERO

3 Carta del P. Visitador

5 Apuntes breves

6 “Dejémonos transformar por el Espíritu”

11 Encuentro de Superiores

13 Encuentro en “Los Almen-dros”

16 “Tuve hambre y me disteis de comer...” Un comedor vicen-ciano y solidario

20 Preparando la Jornada Mun-dial de la Juventud Madrid-2011

24 Vivencias e impresiones (Curso Internacional de For-mación-CIF)

28 Hno. Germán Fuente

31 Villancico del ea, ea, ea

4 Tablón de anuncios

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Hoy os nacido en Belén el Salvador; el Mesías y Señor. Esto os servirá de señal: encontraréis un niño

envuelto en pañales y acostado en un pesebre (Lc 2, 11-12) Queridos misioneros: Nos disponemos a conmemorar el nacimiento del Señor. La liturgia de la Igle-sia celebra durantes las próximas fiestas navideñas este acontecimiento que sintetiza de manera excepcional el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios como Mesías Salvador. Dios se reviste de nuestra naturaleza humana para hacernos semejantes a él, rebajándose a nuestra condición terrena para elevarnos a la dignidad de ser hijos suyos. Con el misterio del Verbo encarnado comienza la armonía entre el cielo y la tierra, porque la eternidad de Dios comparte nuestra vida temporal. La entrañable fiesta de la Navidad nos acerca a la contemplación del misterio de Dios que se ha hecho hombre por amor. Dios ha escondido su fuerza y ha oculta-do su sabiduría en la fragilidad de un Niño, que los pastores y los magos supieron admirar cuando lo encontraron acostado en la pobreza de un pesebre. Sólo es posible reconocer a Dios en su pequeñez y al mismo tiempo en su gloria, si tenemos una ac-titud humilde y sencilla acogiendo la voz de Dios proclamada en su Palabra. San Vicente de Paúl nos invita al homenaje y a la adoración de este insondable misterio de amor: “Los ángeles hicieron resonar los aires con sus cánticos y alaban-zas, cuando vino a este mundo. San Juan le rindió homenaje, cuando estaba todavía en el seno de su madre. Los magos, que representan a la ciencia humana, contribuye-ron también por su parte a su homenaje. Los pastores, símbolo de la sencillez, le mostraron también su reverencia. ¡Y qué diremos incluso de los animales irraciona-les! Tampoco ellos quisieron faltar a esta adoración” (SVP, X, 43). Desde esta página del Boletín de la Provincia quiero compartir con cada uno de vosotros, con nuestros familiares y con las personas que colaboran a nuestro lado, la alegría y la felicidad cristianas que brotan de la celebración gozosa del Nacimien-to de Cristo. Seamos constructores de paz fortaleciendo en cada comunidad los vín-culos de unión mediante la entrega generosa en los diferentes ministerios que reali-zamos. Que el Dios de la Paz y de la Vida, hecho hombre por nosotros y por nuestra salvación, derrame la abundancia de sus bendiciones en todas las Comunidades de la Provincia. Que el Señor aumente en nosotros la alegría de felicitarnos compartiendo nuestra experiencia de fe al contemplar el inefable misterio de la Encarnación. Recibid un afectuoso saludo junto con mis mejores deseos para todos. ¡FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO 2010!

ENRIQUE SANZ, C. M. Visitador

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CONGRESO NACIONAL DE LA FAMILIA VICENCIANA

En el 350 aniversario de la muerte de los Fundadores

—– TEMA: Fe y experiencia de San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac, ayer y hoy. —– FECHAS: 5 (viernes), 6 (sábado) y 7 (domingo) de marzo de 2010. —– LUGAR: Madrid. Fundación Pablo VI, C/ Paseo Juan XXIII, nº 3.- 28040.

PROGRAMA Transcribimos, a continuación, un resumen del amplio y variado programa elaborado por la Co-misión Nacional para la celebración del 350 aniversario de la muerte de los Fundadores, con el visto bueno de la Coordinadora Nacional de la Familia Vicenciana. Día 5 de marzo, viernes: — Conferencia: “La fe de Vicente de Paúl ante una sociedad de increencia”, por D. Luis Gon-zález-Carvajal. — Conferencia: “La experiencia eclesial y caritativa de Vicente de Paúl”, por Dña. Patricia de Nava. — Presentación y proyección: “La caridad y la misión de Antonio Portail”. — Panel de comunicaciones: Intervenciones de 10 minutos que versarán sobre la caridad y la misión vividas por cada rama de la Familia Vicenciana en el pasado, en el presente y los retos y esperanzas para el futuro. — Celebración de Vísperas y Eucaristía. Preside el Visitador de Barcelona, miembro de la Coordinadora Nacional de la Familia Vicenciana. Día 6 de marzo, sábado: — Conferencia: “La fe de Luisa de Marillac ante una sociedad individualista”, por el P. Benito Martínez, C. M. — Conferencia: “Misión y Caridad desde el Magisterio de la Iglesia y el contexto de crisis glo-bal”, por Mons. Francisco Pérez. — Presentación y proyección: “La caridad y la misión de San Justino de Jacobis”. — Continúa el panel de comunicaciones. — Celebración de Vísperas y Eucaristía. Preside el Superior General, P. Gregory Gay. — Montaje musical de teatro: “Un fuego renovador”, representado por el grupo Siquem. Día 7 de marzo, domingo: — Conferencia: “Urgencias y criterios pastorales para la caridad y la misión hoy”, por el P. Ce-lestino Fernández, C. M. — Conferencia: “La experiencia eclesial y caritativa de Luisa de Marillac ayer y hoy”, por Sor Mª Ángeles Infante. — Palabras del Superior General, P. Gregory Gay. — Celebración de la Eucaristía y clausura del Congreso por el Emmo. Sr. Cardenal y Arzobis-po de Madrid, D. Antonio María Rouco Varela.

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PREMIO MUNDIAL DE POESÍA MÍSTICA. En la embajada de España ante la Santa Sede y en la fiesta de San Juan de la Cruz, el P. Fausto Leonardo C. M., de la Provincia de Barcelona, ha sido galardonado con el XXIX Premio Mun-dial Fernando Rielo de Poesía Mística. Al pre-mio optaban 12 finalistas de seis países, selec-cionados entre 207 obras procedentes de 20 países. Su poemario premiado se titula “Gemidos del ciervo herido”. Según el jurado del galardón, dotado con 7.000 euros, una me-dalla conmemorativa y la publicación de la obra, este conjunto de poemas expresa, con dominio y destreza literaria, “la superación, la esperanza y el gozo de lo divino en lo humano, y de lo humano en lo divino”. La Agencia EFE añade: “El P. Fausto Leonardo Henríquez, nacido en la República Dominicana en 1966, aun-que afincado en Valencia (España), es sacerdote misionero de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl, además de miembro del Movimiento Literario Interiorista.

DIEZ AÑOS CON LOS MARGINADOS. El “Centro de Acogida e Inserción de Transeúntes San Vicente de Paúl” de nuestra parroquia de la Divina Pastora de Andújar (Jaén) está cumpliendo diez años de existencia y, sobre todo, de atención a los marginados y excluidos sociales. Los responsables no quieren pasar por alto esta importante efeméride y planean una serie de actividades para conmemorar sus 10 años de existencia. El año pasado

registró un total de 862 estancias, lo que triplicó la cifra de los últimos años. “La crisis econó-mica y sobre todo, la ruptura de las familias ha provocado que sean más los españoles que se queden sin techo y vengan a nuestro recinto”, explica la directora del Centro de Acogida e In-serción San Vicente de Paúl. En este Centro prestan sus servicios unos setenta voluntarios, casi todos de la parroquia y de la Familia Vicenciana de Andújar. No obstante, su directora pide un deseo para el año que comienza: “Que sean más los ciudadanos que se comprome-tan con este Centro que trabaja por las personas más desfavorecidas y desestructuradas de la sociedad”.

ASAMBLEA GENERAL DE LA SOCIEDAD DE SAN VICENTE DE PAÚL. La Sociedad de San Vi-cente de Paúl de España celebró la Asamblea Ge-neral los dias 24 y 25 de octubre en Madrid. La apertura del Pleno Nacional tuvo lugar con la cele-bración de la Eucaristía por el Asesor Nacional P. Teodoro Barquín, C. M. Temas principales del Ple-no fueron: la formación de los socios y consejos en la espiritualidad vicenciana, la programación de actividades del Centro de Estudios ( CEYFO ) para el año 2010, la coordinación de las Coordinadoras Provinciales de la Familia Vicenciana en este año jubilar del 350 aniversario de la muerte de San Vicente y Santa Luisa, y la convocato-ria de elecciones a la Presidencia Nacional.

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“DEJÉMONOS TRANSFORMAR POR EL ESPÍRITU”

Documento final de la Asamblea General-2009 de las Hijas de la Caridad

Los días 1 y 2 de este mes de diciembre tuvo lugar en Los Almendros (Madrid) un cursillo para Padres y Hermanas que, de alguna forma, traba-jan en la animación espiritual y apostólica de las Hijas de la Caridad. En este número del Boletín publicamos una crónica del acontecimiento. En dicho cursillo, el P. Javier Álvarez, Director General de las Hijas de la Cari-dad, habló sobre el Documento final de la última Asamblea General de las Hijas de la Caridad. Documento titulado: “Dejémonos transformar por el Espíritu”. Por eso, dada la actualidad y la oportunidad del tema, le hemos pedido que nos redacte un resumen de su conferencia. Y él lo ha hecho con sumo gusto.

R esulta imposible precisar el grado de influencia positiva que las Asambleas han tenido en la vida de la Compañía y de las Hermanas. Sin duda, ha tenido que ser alto, si tenemos en cuenta la evolución que ha experimentado la Com-

pañía en estos últimos 40 años, las recientes y renovadas Constituciones a las que se ha llegado, y la buena acogida que han tenido los documentos de las Asambleas ge-nerales, incluido por supuesto éste último. Se puede concluir, me parece, aunque no se puede demostrar, que la Compañía no sería la misma de no haberse celebrado las últimas Asambleas generales. Dicho esto, hay que decir, a continuación, que en los documentos no hay gran-des novedades. Todo está ya dicho implícita o explícitamente en las Constituciones. ¿Dónde está entonces su valor y el sentido de las Asambleas generales? Cada seis años la Compañía entra en un proceso de discernimiento, que se concreta en el docu-mento final. Éste tiene por objeto resaltar y profundizar uno u otro aspecto de las Constituciones, en relación con lo que la Asamblea general ha percibido, al tomar el pulso a los signos de los tiempos y al revisarse a sí misma. ¿En qué dirección debe caminar la Compañía en los próximos 6 años? El documento señala el camino. DEJÉMONOS TRANSFORMAR POR EL ESPÍRITU Me parece que uno de los convencimientos más fuertes que se percibió en la Asamblea, desde su inicio, fue que ella no estaba sola, sino acompañada y sostenida por el Espíritu Santo. La Eucaristía de apertura, así como las frecuentes alusiones y oraciones, a lo largo de todos los días de Asamblea, seguramente contribuyeron a re-forzar y a alimentar esta convicción. Se explica que el documento comience así: “La Asamblea general, animada por el soplo del Espíritu Santo...” (p. 5). Esto también explica

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el por qué del título. Las frecuentes alusiones al Espíritu, que pueden verse al comienzo o al final de cada capítulo, refuerzan la idea y la seguridad de que el contenido de este docu-mento no es sólo fruto de diálogos y debates humanos. Alguien más intervino utilizando el mismo y único cauce común. LLAMADAS Y RESPUESTAS Bajo estos dos títulos está estructurada la parte central del documento. No hay lími-tes muy precisos entre las llamadas y las res-puestas, sin embargo es indiscutible la línea de continuidad entre ellas. Los cuatro temas, repetidos en los dos capítulos, aseguran la unidad. El esquema de llamadas y respuestas nos recuerda la vocación en la Sagrada Escritura. Todos los vocacionados han segui-do esta dinámica, a pesar de sus dudas y vacilaciones. Cada uno de nosotros ha reco-rrido este mismo camino en el discernimiento de la propia vocación. Ya entonces tu-vimos que escuchar la llamada y elaborar la propia respuesta personal. El formato, pues, nos resulta familiar. En el documento, las llamadas son las que ha hecho el Es-píritu y ha percibido la Asamblea. Y las respuestas también. Las llamadas son más generales; las respuestas más concretas. Las primeras están redactadas en infinitivo; las segundas en primera persona del plural, como empujando a la acción, al compro-miso. A primera vista, no parecen demasiado novedosas las cuatro llamadas-respuestas, especialmente las tres primeras. Desde siempre la vida consagrada se ha estructurado en torno a estos tres núcleos. Vita consecrata lo hace también, al enmar-car su reflexión en estos tres grandes capítulos: Confessio trinitatis, Signum fraternita-tis, Servitium caritatis. Sin embargo, los analistas de la vida consagrada coinciden en señalar que, su renovación o refundación, no se llevará a cabo fuera de estos tres nú-cleos. Este dato ya nos pone en la pista para entender que la intención de la Asam-blea, en este documento, no ha sido otra que llevar a las Hijas de la Caridad a cen-trarse en lo fundamental. Enraizamiento en Jesucristo Es la primera llamada-respuesta. Cierto que no se puede alimentar la vida de fe al margen de Jesucristo. Desde hace ya más de 40 años, con el decreto Perfectae ca-ritatis, se viene diciendo esto con mucha fuerza. En el documento se habla de enraiza-miento, que es más que seguimiento. Se trata de echar raíces vitales, cada vez más profundas y más extensas, para mantenerse bien nutrido y en buena forma, según nos sugiere el Salmo 1, 3 y Jer 17, 5 con la imagen del árbol frondoso. El documento deja muy claro que no se puede vivir ni trabajar con entusiasmo, ni mantener altos los ideales de la vocación vicenciana, sin estar bien enraizado en Jesucristo, como lo estuvo San Vicente. La vida consagrada, y con ella la Compañía,

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evolucionará de una for-ma difícil de predecir, pero es seguro que éste será siempre un elemen-to esencial. Para llegar a este enraizamiento en Jesu-cristo, la Asamblea des-tacó medios como for-marse en la Palabra de Dios (p. 9, 19), hacer más creativa y profunda la ora-ción (p. 19), y llegar a gustar el silencio (p. 19), como medio para equili-brar la vida y librarse del activismo, que amenaza a no pocas Hijas de la Caridad. Impulsar el vivir juntas en una gran unión En este segundo capítulo, las llamadas fueron percibidas desde dos frentes fun-damentalmente, el divino y, sobre todo, el humano. Expresiones como profundizar en una espiritualidad de comunión (p. 11), o hacer de nuestras comunidades lugares donde com-partimos nuestra experiencia de fe (p. 11), son recordatorios que impiden reducir la co-munidad a un grupo meramente humano. Tanto como en la base espiritual, la Asam-blea insistió en el aspecto humano de la comunidad, en lo que tiene o debe tener de hogar. Algunas expresiones no pueden ser más cálidas y cordiales: construir comuni-dades donde se vivan relaciones de confianza y afecto, comunidades acogedoras, alegres, abier-tas, con miras a la misión (p. 11). Sobre la pluralidad también reflexionó la Asamblea. Constató que la mayor par-te de las sociedades en las que está presente la Compañía, son cada día más plurales y tolerantes. Puede que la vida consagrada, y con ella la Compañía, no haya seguido con la misma intensidad este proceso de aceptar lo diverso, de abrirse a realidades nuevas y plurales, que pueden darse incluso dentro de la misma comunidad. El docu-mento propone aceptar las diferencias como una riqueza (p. 21). Hoy ya es un hecho que en las comunidades existen diferencias en formas de pensar y de trabajar, como consecuencia de formaciones distintas y de sensibilidades diferentes. Y en el futuro, es probable que estas diferencias aumenten. Se puede hacer de ello una guerra constante con descalificaciones mutuas, o una ocasión para enri-quecerse mutuamente, con puntos de vista que, en definitiva, completan los propios. Servir yendo y viniendo ¿Por dónde van las orientaciones del documento en esta tercera dimensión del servicio al pobre?. A nivel personal, se recuerda la necesidad de estar disponibles, tener la actitud de siervas y de saber ofrecer el propio tiempo con alegría, generosidad y gratuidad (p. 13). He aquí todo un programa de revisión de vida, pero que sin él se hace invia-ble cualquier servicio comunitario y provincial. A nivel provincial o comunitario se pide que la Compañía sepa afrontar las nuevas pobrezas (p. 13), más concretamente

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las relacionadas con el mundo de la migración, con el tráfico de mujeres y niños, con el SI-DA, y con todo aquello que suponga una amenaza contra la vida (p. 23). Hay una expresión en el documento que merece un co-mentario: la Compañía debe atreverse a tomar posiciones pro-féticas ante la injusticia (p. 13). Por la Sagrada Escritura cono-cemos muy bien cómo los pro-fetas levantaban su voz contra los poderosos, cuando éstos avasallaban los derechos de los indefensos. Por ejemplo, Natán denuncia al rey David, Elías a Acab... (cf. II Sam 11-12; I Rey 21, 1-29). San Vicente hizo exactamente lo mis-mo en repetidas ocasiones. Baste mencionar, por ejemplo, su entrevista con el primer ministro Richelieu para pedirle abiertamente el cese de la guerra, o su oposición pú-blica y radical a la política explotadora del pueblo campesino, trazada por el cardenal Mazarino: Monseñor, échese al mar y se calmará la tempestad. San Vicente se atrevió a pe-dirle que dimitiera y abandonara el Reino; atrevimiento profético que le costó 5 me-ses de exilio fuera de París. Cuando la Compañía tome posición profética frente a la injusticia, no estará haciendo otra cosa distinta a lo que hicieron los profetas en la Sagrada Escritura, o San Vicente en su tiempo. Hasta aquí llega el servicio de los pobres. Es cierto que la denuncia de la injusticia no puede hacerse sin calcular y discernir bien todo, no vaya a ser que resulte peor para los pobres o ponga a la misma Compañía en un riesgo in-útil. Esta forma de servir a los pobres está mucho menos desarrollada, en la Iglesia y en la Compañía, que el servicio asistencial y promocional. Ahondar en nuestra pertenencia a la Compañía No resulta difícil adivinar por qué la Asamblea ha percibido la pertenencia a la Compañía como una prioridad a reforzar en los próximos años. El individualismo es un contravalor de la post-modernidad que toca todos los espacios sociales, y que arrastra a vivir de espaldas a toda solidaridad. Esta filosofía ha entrado en la vida consagrada y, por lo tanto, también en la Compañía, con formas más suaves, pero ha entrado. Dentro de la Compañía hoy, el individualismo se puede manifestar en una cierta independencia de vida, en la búsqueda de proyectos personales en detrimento de los comunitarios, y en una adhesión parcial a la Compañía, casi siempre tomando los aspectos más fáciles o agradables, y rehuyendo aquellos que resultan más costo-sos. El documento apunta también algunos medios necesarios para crecer en la per-tenencia: la formación inicial y permanente, los escritos de los Fundadores... (pp. 25, 27). Se destaca el acompañamiento de las Hermanas Sirvientes (p. 25), como un me-

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dio especialmente importante para ello. Desde su misión, ellas pueden estimular a todas sus Hermanas para que su comunidad no sea un lugar de paso, sino el hogar donde uno se identifique con el proyecto vicenciano. CONCLUSIÓN: REVIGORIZAR LA VOCACIÓN ¿Qué hay debajo de estas cuatro llamadas-repuesta?. Yo no veo otra cosa sino una invitación fuerte a la revitalización vocacional. A todos los niveles: personal, co-munitario, provincial y general. Cada una de las cuatro llamadas tiene un desarrollo similar, en cuatro o cinco puntos. El mensaje implícito es que la revitalización voca-cional supone un equilibrio de vida. Si se absolutiza tanto el servicio de los pobres, por ejemplo, es casi seguro que las otras dos dimensiones (enraizamiento en Jesucris-to y vida de comunidad) quedan muy en penumbra, y entonces la vocación puede deteriorarse. Con facilidad se percibe en todo el texto un movimiento hacia el futuro, con buenas dosis de esperanza. Parece como si susurrara al oído de las Hijas de la Cari-dad: ánimo, que es posible crecer en el enraizamiento a Jesucristo, profundizar en la Palabra de Dios traerá mucha luz a vuestras vidas, es preciso que las comunidades vivan relaciones de confianza y de afecto, la Compañía ha de estar atenta a las nue-vas pobrezas, etc. El documento es un arco tensado con una flecha apuntando hacia delante. La Asamblea no se recreó en análisis sociales pesimistas que no llevan a ningún sitio; prefirió más bien abrir caminos, trazar rutas desde una visión equilibrada de la reali-dad. La imagen de la sed está bien desarrollada en las páginas 7-8 del documento. Es muy evocadora. Y bíblica. La sed es lo que puede hacer que una persona se ponga en camino. Como busca la cierva corrientes de agua viva, así mi alma te busca a ti, Dios mío; tiene sed del Dios vivo (Sal 41). El sediento sufre la falta de agua, pero es capaz de so-ñar con ella, de movilizarse, de buscar, de andar los caminos. El satisfecho no tiene más inquietud que buscar un buen sillón. Tal vez la imagen de la sed nos muestra bien a las claras dónde está la clave para que este documento no quede en letra muer-ta. O dicho con palabras del mismo documento: para dejarse transformar por el Espíri-tu, antes se tiene que experimentar el hambre y la sed de Él. El documento es rico porque recuerda muchas cosas que son fundamentales a la vocación de la Hija de la Caridad, es oportuno en el sentido que sus orientaciones están muy acordes con lo que demandan los tiempos actuales. Ahora bien, la riqueza del documento tiene como contrapartida la dificultad de ver, con claridad, cuáles son las verdaderas prioridades para los próximos seis años. Cuando se señalan como prioritarios muchos caminos, inevitablemente surge la du-da en el caminante de cuáles de todos ellos son los más prioritarios. Estamos de acuerdo en que hay que recorrerlos todos, pero es bien difícil hacerlo al mismo tiem-po. Serán las Provincias y las Comunidades, en sus respetivos proyectos, quienes ten-drán que discernir y adaptar a su realidad concreta el contenido del documento.

JAVIER ÁLVAREZ, C. M. Director General de la Compañía de las Hijas de la Caridad

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ENCUENTRO DE SUPERIORES

Madrid, 5-6 de noviembre de 2009

D urante todo el día de hoy, cinco de noviem-bre, y mañana, hasta

el mediodía, se encuentran reunidos en Madrid todos los Superiores de nuestras ca-sas. El P. Enrique Sanz, Visi-tador, preside las sesiones acompañado de su Consejo. También, en algún momento, se personará el P. Roberto Calero, Ecónomo provincial, para exponer asuntos de su competencia. El Secretario, bolígrafo en ristre, da fe de todo ello. En esta primera jornada, hemos escuchado con mucha atención, nunca tanta como él se merece, tres charlas de Mons. D. Francisco Pérez González, Arzobispo de Pamplona. Nos ha hablado sobre “El sacerdote, guía y director espiritual”. La ocasión para disertar sobre este tema ha sido: el año sacerdotal, que estamos celebrando, y el 350 aniversa-rio de la muerte de San Vicente y Santa Lui-sa. Al comienzo de la tarde, hoy sin siesta, los señores Consejeros, uno tras otro, han ido presentando las distintas actividades apostó-licas que se realizarán en nuestra Provincia a lo largo del curso: formativas, de pastoral juvenil y vocacional, parroquiales y misione-ras, de aliento y atención a nuestros mayo-res... Todo ello, claro está, sazonado con algún momento de oración, al amanecer, y con la Eucaristía, al caer de la tarde. Ésta, presidi-

da por nuestro querido y apreciado Don Francisco. Mañana lucirá un nuevo sol. Aho-ra, aprovechemos la cena fraterna y el des-canso nocturno. Así nos sentiremos mañana frescos y capacitados para rematar la faena anunciada en el programa. Con estas palabras, se daba cuenta, en la página Web de nuestra Provincia de Madrid, de las sesiones habidas durante todo el día cinco y en la mañana del seis de noviembre. La primera sesión, a las diez horas de la ma-ñana, se inicia con la entrega de carpetas y con un saludo del P. Visitador a todos los presentes. A continuación, presenta a Mon-señor Francisco Pérez y le da la palabra, lue-go de agradecerle su presencia entre noso-tros. En la sala de reuniones comunitarias, inun-dada de luz y color, bajo la atenta mirada de San Vicente, comienza Don Francisco sus charlas espirituales. El título que engloba a todas es: El sacerdote, guía y director espiri-

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tual. La epístola segunda a los Corintios, de S. Pablo, así como “Presbyterorum Ordinis”, del Concilio Vaticano II, y “Pastores dabo vobis”, de Juan Pablo II, alientan sus palabras. En ellas, Cristo aparece como modelo de maestro y pastor. Modelo de ese sacerdote que, ungido por el Se-ñor, siempre tiene que actuar in persona Christi para santificar a los fieles. Este sacerdote, continúa, tiene que reforzar la espiritualidad cristiana. Una espiritualidad donde se armonicen la caridad y la verdad. No debe cansarse nunca de enseñar: que todos los cristianos, como nos dice San Pa-blo y la “Lumen Dei”, están llamados a ser santos. Y esto comporta cargar con la cruz, único camino para llegar a la luz. El grito de Cristo en la Cruz, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?, es el grito de toda la humanidad sufriente. Si Dios no responde a nuestro grito de dolor, es porque Él mismo, abrazado a la cruz, es la respuesta. Hay que morir, como el grano de trigo, para producir fruto. Y no olvidemos nunca que Jesucristo, cual espejo retrovisor, endereza lo que se halla torcido o invertido para que el Padre lo vea derecho y en posición correcta. Información del Consejo Provincial. Conclui-da la exposición del Sr. Obispo, toman la pa-labra los distintos Consejeros para informar de las acciones y actividades que se van a llevar a cabo durante el presente curso: For-mación permanente, en la que el curso ver-sará sobre los Fundadores; concretamente, se hará una lectura actual de San Vicente de Paúl y de Santa Luisa de Marillac. Proyecto interprovincial de pastoral vocacional y vicen-ciana, Jornada mundial de la juventud que tendrá lugar en Madrid el año 2011. Reunión de Parroquias y Misiones, para los días 13 y 14 de marzo, que tratará sobre la misión y la caridad hoy en nuestras parroquias. Encuen-tro de Misioneros mayores de 70 años, don-de, en fraternal convivencia, se reflexionará sobre la ancianidad y sus potencialidades.

Estado económico. De esto, informa amplia-mente el P. Roberto Calero, Ecónomo pro-vincial. Como ya es costumbre en él, proyec-tadas en una pantalla, va presentando todas las obras y casas de la Provincia, junto con la situación económica actual de cada una de ellas: ingresos, gastos, remanente... Revisión del Proyecto Provincial. He aquí otro de los temas que ocupa a los presentes. Hecha una lectura de lo proyectado en el Consejo para el próximo trimestre, se hacen diversas observacio-nes, tanto de forma como de contenido. Tenien-do esto muy en cuenta, el P. Visitador y su Con-sejo redactarán el texto en su forma definitiva. Otros asuntos. Antes de cerrar la última sesión, y tras recordar la fecha en que los “Proyectos Co-munitarios” deben llegar a Secretaría, se hace entrega a todos los Superiores de la Oración por la Asamblea General y del nue-vo Catálogo Provincial. Ni que decir tiene que entre cada uno de es-tos asuntos, a lo largo de todo el trabajo, ha habido tiempo para reparar las fuerzas des-gastadas. El refectorio de la comunidad, así como el amplio patio de la casa y una acoge-dora habitación, han satisfecho plenamente las exigencias de los más necesitados. Y no digamos nada del alimento espiritual que, en la solemne Eucaristía, hemos compartido todos: la primera, presidida por Don Francis-co; la segunda, por el P. Enrique, nuestro Visitador.

NICOLÁS CUADRADO, C. M.

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ENCUENTRO EN “LOS ALMENDROS”

Madrid, 1-2 de diciembre de 2009

U na vez más, ha tenido lugar en Los Almendros el ya tra‐dicional  Encuentro  de  mi‐

sioneros  que trabajan en el  ministe‐rio pastoral de animación a las Hijas de  la Caridad. Cuando vi el progra‐ma me quedé un poco cortado por lo de “Encuentro de Directores provin‐ciales,  acompañantes  de  Ejercicios Espirituales y Retiros”.  La convocatoria me parecía un tanto selectiva, y hasta el último momento permanecí indeciso. Vencida la inde‐

cisión, puedo manifestar  que  quedé muy contento. El Encuentro de “Los Almendros”  tiene  algo  que  lo  hace distinto  de  otros.  Se  crea  un  clima muy familiar y tienes la oportunidad de ver a compañeros nuevos o cono‐cidos que hacía  tiempo no veías. La sala  de  conferencias,  capilla,  jardi‐nes, todo muy a mano, y la atención de  las Hermanas  de  la Comunidad de sobresaliente.  Comenzó la tarde del 30 de noviem‐bre con la cena y los saludos, y conti‐

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nuó  los  días  1  y  2 de    este mes de diciembre, finalizan‐do con la comida. El día 1, a las  8,  30,  tal  como  decía  el programa,  Laudes  y  Euca‐ristía, preparado por San Se‐bastián  y  Pamplona.  Des‐ayuno y a  las 10  la primera ponencia.  La asistencia rondó  la  trein‐tena de misioneros, incluido el P. Javier Álvarez, Director General de las Hijas de la Caridad, los nueve Directores  Provinciales  de  España, más el P. José Maria Pereira, Director de Portugal, que vino con dos    jóve‐nes, y el  italiano P. Alberto Quaglia‐roli que está en el Seminario Interno de Teruel.  Lo novedoso para mi fue la asistencia de  quince Hermanas  que,  o  bien  ya han participado como acompañantes de Ejercicios tanto a Padres como, so‐bre  todo,  a  Hermanas,  o  se    están preparando para  esa actividad.  Tal  como  señalaba  el  programa,  el objetivo  a  tener  en  cuenta  era “acompañar hoy  a  las Hermanas  en el   espíritu de  los Fundadores”. Para lograrlo nada como conocer, lo mejor posible, el Documento  final de  la úl‐tima Asamblea General  2009,  titula‐do  “Dejémonos  transformar  por  el Espíritu”,  fuente de profecía y espe‐ranza.  También  en  esta  ocasión  tuvimos  la suerte de contar con  la presencia del P.  Javier  Álvarez,  Director  General. Nadie más  indicado  para  desmenu‐

zarnos el Documento y transmitirnos el clima y sensibilidades diversas que se  vivieron  en  la  reciente Asamblea General, cuyo fruto es el Documento Interasambleas 2009‐2015.  El P. Javier, en las dos sesiones mati‐nales,  separadas  por  un  breve  des‐canso, hizo un análisis pormenoriza‐do del texto, incidiendo en los aspec‐tos que más respondían a  las necesi‐dades manifestadas  por  las Herma‐nas en la Asamblea.  Creo que  si  se hace un esfuerzo por llevar a  la práctica  lo que dice o  su‐giere  este Documento,  la  Compañía de  las  Hijas  de  la  Caridad  seguirá siendo, sin duda, fuente de profecía y  esperanza.  Como  en  encuentros  precedentes,  a la magistral  exposición del P.  Javier siguió un diálogo variado y clarifica‐dor.  El ponente de  la  tarde  fue el P.  José Manuel Sánchez Mallo. En el progra‐ma  se  lee:  desde  la  actualidad  que nos  ofrecen  los  rasgos  esenciales  de los Fundadores en su “fe y experien‐

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cia”, pero él lo tituló “Elogio de  la  excelencia”.  También hubo dos tiempos de expo‐sición y diálogo,  separados por un descanso. En el pri‐mer tiempo, el protagonista  fue San Vicente y  en  el  se‐gundo,  Santa  Luisa.  El  P. Mallo hizo un canto encen‐dido de  ambos  fundadores y  recalcó  los  aspectos más significativos  de  su  espiri‐tualidad  teniendo muy  en  cuenta  el contexto  personal  y  social  de  cada uno.  El  diálogo  que  siguió  a  la  bri‐llante  exposición  también  fue  muy vivo y variado.  Antes de la cena a las 20, 30, tuvimos Vísperas,  preparadas  por  la  Provin‐cia de Santa Luisa, y oración.  El día 2 también comenzó a las 8, 30 con Laudes, dirigidas por Granada y Gijón,  y  oración.  La  única  ponente fue Sor Cristina Calero, de la Provin‐cia de Santa Luisa.  Tengo  que  decir  que  me  llamó  la atención la sencillez y seguridad con la que expuso su  “Reflexión en torno a  los  Ejercicios  Espirituales”.  Nos presentó  un  trabajo  muy  completo sobre  la  importancia que  los Funda‐dores dan a  los Ejercicios. Habló de la  necesidad  de  hacer  una    renova‐ción de los mismos. Hay que desper‐tar  deseos  de  hacerlos  y  de  darlos, nos  dijo. Recalcó  que  no  se  pueden identificar  con  unas  vacaciones más o menos piadosas. También  recordó que el Director/a acompaña, sugiere, da pistas... Facilitar el encuentro per‐

sonal  con  el  Señor...  Necesidad  del silencio y cuidar  la unidad y  la pro‐gresión... A la brillante exposición si‐guieron algunas preguntas a  las que la ponente  fue respondiendo o clari‐ficando.  A las 12, 45, siempre según el progra‐ma,  tuvimos  la Eucaristía, presidida por  el P. Gregorio Ado, Director de Canarias,  acompañado  por  los  Pa‐dres  Javier  y  Pereira.  Todo  resultó perfecto. La  comida, pausada y  ani‐mada por  el oporto que  trajeron  los compañeros de Portugal, marcaba el final del Encuentro.  No quiero terminar este sencillo rela‐to  sin manifestar  que  los  temas  ex‐puestos han estado tan bien prepara‐dos que merecería  la pena tener una copia. Agradecer  a  los Directores  la preparación   del Encuentro y su dis‐ponibilidad constante para que  todo saliera bien y dar las gracias, una vez más, a la Comunidad que acoge a los participantes  por  su  generosidad  y entrega.  VALERIANO BARTOLOMÉ, C. M. 

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“Tuve hambre y me disteis de comer...”

UN COMEDOR VICENCIANO Y SOLIDARIO

H ace 350 años, el Obispo D. Enrique de Maupas du Tour celebraba en la iglesia de San Germain de Auxerre, de París, el funeral por la muerte de San Vicente de Paúl, días después de la misma. Durante las más de dos horas que estuvo hablando sobre la vida y virtudes del santo, podría adi-

vinarse ya la proyección que toda su obra iba a tener en el mundo entero. No fueron así los comienzos de la misma, donde el temor y la duda sobre el futuro o el sentido de su actuación quedaban patentes en sus escritos. En este 350º aniversario de su muerte creemos, como ya intuyó dicho obispo, que su espíritu sigue vivo entre sus seguidores, y prueba de ello es este comedor “solidario” que está abierto desde el 4 de octubre en los salones que tiene nuestra Comunidad anexos al templo “María Milagrosa” de la ciudad de Valladolid. Los orígenes de dicho comedor se sitúan en la parroquia vecina “Dulce Nombre de María”, cuando en las navidades de hace 2 años, el párroco pedía colaboración a sus feligreses para dar de comer a tantas personas necesitadas de la ciudad que durante estos días festivos se veían desampara-dos tanto por las instituciones públicas, como privadas y religiosas. La respuesta de la gente fue tan abundante y las necesidades tales, que Don Alfredo se vio obligado, al igual que hizo San Vicente de Paúl en Châtillon, a organizar la caridad. La idea originaria era ofrecer un plato caliente los días en los que el comedor que depende del Ayuntamiento permanecía cerrado, es decir, los domingos y festivos. A lo largo de este verano, el Obispo de Valladolid decide cambiar de párroco, y su obra se tam-balea. La diócesis entonces, piensa en los Paúles, que regentan una parroquia en el mismo barrio de “Las Delicias” y cuya finalidad y sensibilidad está estrechamente ligada a la evangelización de dichos pobres. Presentada la propuesta al nuevo Visitador y consultado con el superior y párroco entrante, el P. Joaquín González, la Provincia de Madrid de los Padres Paúles asume la obra del comedor social.

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Después de entablar unos primeros diálogos entre la dió-cesis de Valladolid, Cáritas dio-cesana y la recién estrenada Comunidad de Padres Paúles, se abre, por primera vez, el comedor solidario “María Mila-grosa” en el salón que en su día fue Hogar de la Tercera Edad, situado en el edificio de la antigua guardería. Caritas diocesana se constituye como el “colchón” y el último respon-sable, por el momento, del pro-yecto; la Congregación de la Misión se encarga de la coordinación y ejecución del mismo, a la que desde el primer momento se han sumado dos Hijas de la Caridad, Sor Piedad Álvarez y Sor Purificación García. Como manera inicial de echar a andar este ilusionante proyecto, se contratan los servicios de un catering que trae la comida momentos antes de abrir y proporciona también la vajilla y el fregado de la misma. Después de casi tres meses de funcionamiento, el grupo de voluntarios asciende a unas 50 personas, principalmente del entorno de la parroquia. Estas personas están organizadas en grupos de nueve cada turno. Hasta la fecha, han sido más de 450 personas diferentes las que han pasado por el comedor solidario, fluctuando su número en torno a los 110 usuarios diarios, durante los domingos y festivos, que es cuando continúa abriéndose. Además, se han realizado, con la colaboración de nuestra Curia Provincial y de Caritas diocesa-na, algunas mejoras en las dependencias, que revierten en el mejor funcionamiento del mismo, como son: la adquisición de nuevas mesas donde se puede comer más cómodamente, la colocación de un amplio fregadero y la adaptación de una pequeña sala que realiza las funciones de office. Se puede decir que un primer paso de consolidación y estabilización del proyecto ya se ha rea-lizado. El análisis y estudio de las necesidades existentes continúa efectuándose y, ahora, se está pen-sando cuál es la mejor manera, para continuar ofreciendo un servicio que verdaderamente pueda ayu-dar para un desarrollo integral de estas personas “sin hogar”. Las opciones son muchas y variadas: realizar una buena intervención social para evitar la pica-resca, realizar un mejor acompañamiento de sus situaciones personales, acondicionar algunas salas donde se realice una actuación mediante talleres, asesoramiento, acompañamiento personal... con un grupo más reducido, realizar un convenio con el Ayuntamiento y cubrir las asistencias que en estos momentos no se están ofreciendo en la ciudad...; creemos que, alentados por el mismo Espíritu que impulsó a San Vicente, llegaremos a una clara orientación en el futuro. Otro de los puntos actuales en los que más trabajo se está realizando, es en la formación del Voluntariado existente. Un Voluntariado muy amplio y variado, tanto en edad como en preparación o recorrido previo.

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La ilusión con la que la Comunidad está afrontando dicha tarea es reconfortante y creemos que, de esta manera, nos estamos posicionando auténticamente como Padres Paúles dentro de nuestro entorno, preocupados y alentados por la evangelización de los pobres. Al estar dentro del 350º aniver-sario de la muerte de San Vicente y Santa Luisa, nos hace ver esta situación como un signo en medio de los tiempos que nos ha tocado vivir y como una forma real y efectiva de llevar a la práctica nuestras predicaciones.

LUIS MIGUEL ROJO SEPTIÉN, C. M.

ENTREVISTA AL P. JOAQUÍN GONZÁLEZ Como complemento al artículo anterior, publicamos la entrevista que le hicieron al P. Joaquín González, superior de la Comunidad y párroco de la parroquia “María Milagrosa” de Valladolid, en la revista “Iglesia en Valladolid” en el número correspondiente al 15-31 de octubre de 2009. - Usted es un recién llegado a la diócesis, para conocerle mejor, cuéntenos de dónde viene y cuál ha sido la labor que ha des-arrollado hasta ahora.

— Efectivamente, apenas llevo un mes al frente de la parroquia “María Milagro-sa”. Aunque burgalés de nacimiento, vengo de Madrid. En mis veintiséis años de sacer-dote, gran parte de ellos han estado dedi-cados al ministerio parroquial, he sido párroco en dos barrios de Madrid. Otros siete años he trabajado en las misiones populares, ministerio muy propio de los Paúles. Y estos seis últimos años, hasta venir a Valladolid, estaba des-empeñando el oficio de Superior Provincial. - Ya han comenzado su labor en el comedor, ¿cómo ha sido la experiencia?

— El pasado domingo, día 4, fue el primer día que acogimos el comedor en los locales de nuestra parroquia de la Milagrosa. Anteriormente había funcionado en la del “Dulce Nombre de María”. La experiencia fue muy bue-na: el comedor se abrió a la una y media; la comida preparada por un catering estaba lista para servir; y los voluntarios designados para este primer día, un grupo de nueve, se coordinaron perfectamente. El único incon-veniente fue que se esperaba a más comensales, tal vez el cambio de lugar despistó a algunos. En total se re-partieron 70 comidas. Y a las tres de la tarde estaba todo recogido. - ¿Cómo han afrontado desde la comunidad este nuevo reto?

— Este proyecto está totalmente apoyado por nuestro Provincial y Consejo, así como por los tres sacerdotes que formamos la Comunidad: P. Eugenio García, P. Luis Miguel Rojo y un servidor, P. Joaquín González. Afronta-mos este nuevo reto con mucha ilusión y responsabilidad, convencidos de que anuncio de la Palabra de Dios, celebración de los sacramentos y servicio de la caridad son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra en nuestro trabajo pastoral. Queremos ser animadores de una Comunidad cristiana que anuncia, celebra y testimonia. - Para llevar a cabo esta labor, ¿cuántas personas forman parte del equipo que desempeñan las tareas en el comedor?

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— Como ya he dicho, estamos dando los primeros pasos, que-da mucho camino por andar, aún no tenemos un equipo bien definido. Lo que sí es cierto es que esta tarea no sería posible sin la colaboración de la comu-nidad parroquial, de la que ya se han apuntado un buen nú-mero de voluntarios; pero tam-bién contamos con la ayuda inestimable de las Hijas de la Caridad, de la Familia vicencia-na y de otros voluntarios, va-rios de ellos ya habían colabo-rado en el anterior comedor. - Por el momento el comedor se abre domingos y festivos, ¿tienen pensado en un futuro ampliar los días y los horarios?

— El plan, por ahora, es abrir domingos y festivos para acoger a “personas sin hogar”. En estrecha coordina-ción con Cáritas diocesana, quien apoya económicamente este proyecto, y con otras instituciones, iremos anali-zando su futuro. Una vez más, se nos pide una “nueva imaginación de la caridad”, es decir, claridad para ver, lucidez para discernir y capacidad inventiva para imaginar y determinar las acciones que corresponda realizar más adelante. - ¿Piensa que desde esta obra del comedor solidario se puede evangelizar a los que se acercan a comer un plato caliente?

— El amor es gratuito y no queremos obtener otros objetivos. Ahora bien, tenemos que saber que siempre está en juego todo el hombre. La mayoría de las veces la raíz más profunda del sufrimiento es precisamente la ausencia de Dios. Todos los voluntarios tenemos que saber cuándo es tiempo de hablar de Dios y cuándo es oportuno callar sobre Él, dejando que hable sólo el amor. - Precisamente, desarrollando esta labor siguen la herencia de San Vicente de Paúl justo en el 350 aniversario de su muerte.

— Sí, toda la Familia vicenciana estamos conmemorando el 350 aniversario de la muerte de nuestros funda-dores: Vicente de Paúl y Luisa de Marillac. No es tanto su muerte misma lo que queremos recordar, sino su muerte como culminación de sus vidas que dejaron huella en la historia. Ellos fueron dos grandes profetas de la Caridad. La fidelidad a su legado nos apremia a todos los vicencianos a ser profetas de la caridad en el mun-do actual. Nos sentimos llamados a seguir manifestando a este mundo, con palabras y obras, que la Iglesia está al lado de los pobres y que nosotros tenemos que ser fieles a la herencia recibida. En este sentido, el pro-yecto del comedor es una obra bien concreta. - Con motivo de esta conmemoración, ¿van a celebrar algún tipo de actividad a lo largo de este año?

— A nivel más local ya se están organizando ciclos de conferencias, encuentros y catequesis con los que dar a conocer las figuras de Vicente de Paúl y Luisa de Marillac, testigos y modelos del amor y del servicio a los po-bres. En la diócesis de Valladolid aún no tenemos concretado el programa. A nivel nacional, se está preparan-do para el mes de marzo un congreso, en Madrid, dedicado a la Caridad y la Misión, lema de este Año Jubilar. A nivel internacional, una de las iniciativas más importantes se está desarrollando en Haití, y consiste en la fi-nanciación de proyectos a través de microcréditos. El año jubilar será clausurado oficialmente en Roma, el 25 de septiembre de 2010, por el Cardenal Franc Rodé (paúl), Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.

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PREPARANDO LA JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD MADRID-2011

N adie mejor que el Papa Juan Pablo II para explicar qué es una Jornada Mundial de la Ju-

ventud: “La finalidad principal de las Jornadas es la de colocar a Jesucristo en el centro de la fe y de la vida de cada jo-ven, para que sea el punto de referencia constante y la luz verdadera de cada ini-ciativa y da toda tarea educativa de las nuevas generaciones. Es el estribillo de cada Jornada Mundial. Y todas juntas, a lo largo de este decenio, aparecen como una continua y apremiante invitación a fundamentar la vida y la fe sobre la roca que es Cristo”.

L as Jornadas Mundiales de la Ju-ventud tienen su origen en la iniciativa de Juan Pablo II des-

pués de ver las concentraciones masivas de jóvenes en el año de 1984 en el que se celebraba en Roma un año jubilar. El año 1985 fue declarado por las Naciones Unidas Año Internacional de la Juven-tud. El Papa quiso con esta iniciativa invitar a los jóvenes a un compromiso mayor con la Iglesia, a pertenecer a ella rejuveneciéndola y a asegurar la trans-misión del Evangelio a las siguientes generaciones.

P or este motivo, una JMJ tiene los siguientes objetivos: Ser una pe-regrinación en la fe; ser un foro

para los jóvenes, donde se experimente la presencia del Espíritu Santo; ayudar-les a redescubrir la centralidad de la Pa-labra y de los Sacramentos en la vida diaria; hacer de los jóvenes testigos de Cristo...

A sí, las JMJ, se han convertido en el mayor acontecimiento evan-gelizador de la Iglesia y en la

mejor escuela de pastoral juvenil.

R epasando un poco la historia, la primera Jornada Mundial de la Juventud tuvo lugar en Roma

en el año 1986 en el Domingo de Ra-mos. Desde entonces no han dejado de celebrarse, unas veces en Roma, el do-mingo de Ramos, otras en las Diócesis y otras en acontecimientos masivos en di-ferentes ciudades que las han acogido. Las JMJ internacionales han sido: Bue-nos Aires (1987), Santiago de Compos-tela (1989), Czestochowa (1991), Denver

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(1993), Manila (1995), París (1997), Roma (2000), Toronto (2002), Colonia (2005), Sydney(2008).

E n sus últimas versiones la Jor-nada Mundial

de la Juventud se organi-za así: la JMJ dura de martes a domingo, y en ella hay todo tipo de actividades en las que participan el Papa y los miles de jóvenes que asisten. Los días antes de la JMJ se conocen como los días en la Diócesis (DED), y son días en que las Diócesis del país de acogida abren sus puertas a los peregrinos en camino a la JMJ.

L a JMJ, propiamente dicha, co-mienza el martes con la Eucaris-tía de acogida por el Obispo del

lugar, y el Papa llega normalmente el jueves, día en el que se le hace una cere-monia de bienvenida. Durante las maña-nas hay catequesis para profundizar en la fe y, por las tardes, hay diversas acti-vidades culturales y conciertos sobre te-mas relacionados con la fe y la visión cristiana del hombre. El viernes por la tarde, suele haber una representación del Via Crucis, y el sábado, una Vigilia de oración con el Papa. El domingo tie-ne lugar la Eucaristía final de la JMJ.

L a Jornada Mundial de la Juven-tud es un acontecimiento ecle-sial en el que se expresa de un

modo extraordinario la fe en Jesucristo. Es un encuentro festivo: los jóvenes muestran el dinamismo de la Iglesia y dan testimonio de la actualidad del men-saje cristiano. Es signo de la comunión eclesial: jóvenes de todo el mundo, aso-ciaciones, comunidades, grupos y movi-mientos diversos se reúnen en torno al

Papa y a los Obispos, unidos por el mis-mo amor a Cristo y a la Iglesia y por su misión en el mundo. En la Jornada Mundial de la Juventud la comunión eclesial se expresa y se fortalece. Es, por tanto, anuncio claro, directo, entusiasta, de la fe de la Iglesia en Jesucristo. Se trata, pues, de fomentar la adhesión a Jesucristo vivida en la Iglesia con tal entusiasmo que se desborda en fiesta y en impulso misionero.

“A rraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”, es el lema de la JMJ en Madrid

2011. Recuerda la necesidad de que to-dos nuestros pensamientos, emociones, criterios, iniciativas, aspiraciones, toda nuestra vida tenga sus raíces, que le den alimento y firmeza, en Jesucristo. Sólo él nos hace crecer y madurar; sólo de Él esperamos nuestra plenitud como perso-nas.

C omo preparación a la JMJ Ma-drid 2011, se ha iniciado, por la Archidiócesis de Madrid, la pe-

regrinación de la Cruz y el Icono de la Virgen. Hace 25 años, el Papa Juan Pa-blo II confió a los jóvenes del mundo una austera cruz de madera. Las pala-bras del Papa lanzaban un reto: “Queridos jóvenes, os confío la Cruz de Cristo. Llevadla por el mundo como sig-

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no del amor del Señor Jesús a la humanidad y anunciad a todos que só-lo en Cristo, muerto y resucitado, hay salva-ción y redención”.

E n estos 25 años, la “Cruz peregri-na” ha visitado

los rincones más recón-ditos de la tierra: consi-guió entrar en los países de la Europa comunista, para terminar pasando por la Puerta de Brandeburgo, una vez caído el muro de Berlín, visitó la zona cero de Manhattan tras el atentado de las Torres Gemelas, fue trasportada en trineo por los esquimales del Canadá, se ha hecho presente en los países más po-bres... Ante todo, es la Cruz de las Jor-nadas Mundiales de la Juventud, en las que ha estado presente desde el inicio.

E l Domingo de Pascua de 2009, en la celebración presidida por el Papa Benedicto XVI, los jóve-

nes australianos traspasaron la “Cruz peregrina” a los jóvenes españoles. Des-de el día 14 de septiembre, la Cruz está recorriendo todos los rincones de la Ar-chidiócesis de Madrid, donde permane-cerá hasta la Pascua de 2010, cuando continuará su peregrinación por las dis-tintas Diócesis de España. La presencia de la Cruz tiene un claro carácter espiri-tual-pastoral-evangelizador-misionero, preparando la Jornada Mundial de la Ju-ventud Madrid 2011.

L a Cruz debe servir para motivar a todos los diocesanos, especial-mente a los jóvenes, a “mirar al

Crucificado” y dejarse interpelar por Él. Dos años antes de su fallecimiento, Juan pablo II entendió que este signo podía ser enriquecido y añadió un segundo elemento que completaba el símbolo de

la transmisión de la “antorcha de la fe”: un Icono de la Virgen María.

L a Familia Vicenciana ha comen-zado sus preparativos para parti-cipar, como Familia, en la JMJ

Madrid 2011. Los responsables interna-cionales han nombrado una Comisión Central, que ya ha comenzado sus traba-jos, formada por los siguientes miem-bros: Sor Isabel Mª Higueras (HH.CC. de España e Internacional), P. Juan José González (CM Internacional y España), Julien Spiewak (SSVP Internacional), Yasmine Cajuste (JMV Internacional), P. Pavol Noga (JMV Internacional), Eu-sebio Nuño Romero, (AMM Internacio-nal y España), Juana Mari Ortiz, (MISEVI Internacional y España) e Iru-ne Fernández (JMV España).

L a propuesta es que, en la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011, no participemos como JMV o

como SSVP, sino que todos los miembros jóvenes y también animadores de jóve-nes de la Familia Vicenciana nos inscri-bamos como grupo y, además, tengamos en los días previos un Encuentro espe-cial de Jóvenes Vicencianos (13-15 de agosto de 20011), bajo el siguiente lema: “Vicencianos, un estilo de vida para hoy”. Hay que subrayar que los objeti-vos de este Encuentro son:

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— Profundizar en el conocimiento espe-cífico de la vida y de la espiritualidad de San Vicente de Paúl y demás testigos de la Familia Vicenciana. — Favorecer el conocimiento, profundi-zación y experiencia del carisma vicen-ciano y de la espiritualidad mariana. — Conocer nuestra Familia Vicenciana en distintos lugares del mundo y pro-fundizar en nuestras relaciones como Familia. — Celebrar la riqueza de nuestro caris-ma en la Iglesia. — Propiciar un encuentro con uno mis-mo, con los demás y con Dios, que sea significativo para el proceso de fe de los jóvenes. — Proporcionar espacios de encuentro donde compartir y establecer lazos per-sonales e institucionales.

E n este Encuentro se trabajará por grupos lingüísticos, aunque tendremos también momentos

comunes de oración, de formación y ce-lebración. El Encuentro concluirá con un Festival vicenciano, y dentro de él, además de momentos formativos (catequesis, talleres, testimonios...), se

intentará que los participantes conozcan los proyectos vicencianos que se des-arrollan en Madrid.

U na vez que comiencen los días de la JMJ (16 y 21 de agosto), participaremos en las activida-

des organizadas, aunque residiendo en los mismos lugares. Para acoger a todos los jóvenes de la Familia que participen en el Encuentro de Jóvenes Vicencianos y en la JMJ, hemos reservado varios Co-legios de las Hijas de la Caridad de la zona centro de Madrid, y la Basílica de La Milagrosa será un punto de referen-cia.

P ara todas las informaciones sobre el Encuentro de Jóvenes Vicen-cianos, se abrirá una sección es-

pecial en la Web de la Familia Vicencia-na www.famvin.org. Todas las informa-ciones sobre la JMJ Madrid-2011 las te-nemos en la Web que se acaba de abrir: www.jmjmadrid2011.com.

JUAN JOSÉ GONZÁLEZ, C. M.

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VIVENCIAS E IMPRESIONES

Curso Internacional de Formación (CIF)

E staba a punto de iniciarse el mes de septiembre, y desde distintos rincones del continente africano,

asiático y americano, un grupo de 14 misioneros preparaban sus maletas, sus pasaportes y sus visados de entrada en la Unión Europea, rumbo a París, para participar en el curso internacional de Formación Vicenciana. Se trataba del curso largo de formación vicenciana. Tres meses de estancia en la Casa Madre, con dos inte-rrupciones de ocho días cada una , seguida de los Ejercicios Espirituales o del Retiro. No incluimos en esta serie de viajes los de corta duración: entre uno y tres días. Hay que reseñar, de entrada, alguna novedad importante con relación a ediciones anteriores: la dirección del curso está, partir de ahora, en manos de un nuevo equipo de reciente nombramiento: los PP. Marcelo Manimtim, de la Provincia de Filipinas, y José Carlos Fonsatti, de la Provincia brasileña de Curitiba, como Director y Vice-director respectivamente. Un mes antes se había despedido el P. Hugo O´Donnell, pasando el testigo de la dirección al nuevo equipo. El presente curso se ofrecía en dos lenguas: francés e ingles, quizás por el escaso número de participantes que se preveía de haberse organizado para misioneros en una sola lengua. De ahí, también, la necesidad de traduc-ción simultanea en todas las sesiones, tanto para seguir a los distintos conferenciantes como para llevar a buen puerto los intercambios y las informaciones compartidas de los dos grupos lingüísticos. Participaron en el encuentro 14 misioneros, cinco de lengua inglesa y nueve de lengua francesa. Por tratarse de un número muy reducido, pode-mos mencionar sus países de origen: Egipto, Camerún, Colombia, el Congo, Etiopía, Haití, Indonesia, Filipinas, la India, Madagascar y Vietnam. Creo que conviene incluso constatar este dato por las reflexiones posteriores, a pro-pósito del futuro previsible de este tipo de cursos o encuentros. Entre las mejoras materiales de la casa, creo que merecen destacarse dos: la renovación de las habitacio-nes, y los servicios del comedor. Se han renovado totalmente 22 habitaciones con cuarto de baño individual comple-to. El comedor nuevo de la comunidad, en la primera planta del inmueble, cuenta con un servicio de camareras tanto para la comida como para la cena. Para el desayuno funciona el autoservicio. La moqueta del pasillo donde están las nuevas habitaciones contribuye no poco a disfrutar de un silencio verdaderamente relajante. El curso propiamente dicho Así las cosas, comenzamos el curso con la Eucaristía presidida por el Visitador de la Provincia de París, P. Elie Delplace, en la capilla de San Vicente. Palabras de acogida, de bienvenida en nombre de todos los miembros de la comunidad, y los mejores deseos y votos para hacer de la casa un lugar de encuentro, de experiencia de la uni-dad de la Misión dentro de la diversidad y de ocasión propicia para profundizar en el conocimiento de la propia identidad y en el compromiso apostólico con los más pobres.

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El horario de las jornadas lectivas (lunes a viernes), constaba de cuatro se-siones de una hora, dos por la mañana y dos por la tarde, con una breve pausa de diez minutos entre ambas, dejando, para los sábados, las visitas a los lugares vi-cencianos en la ciudad de París. Los do-mingos y días festivos eran libres. Las conferencias Como era de suponer, éste ha sido el tramo más importante de todo el en-cuentro. No se trata de cansar con la enu-meración puntual y pormenorizada de todas y cada una de las intervenciones. Baste señalar en este apartado los temas fundamentales. Y en este orden de cosas, yo subrayaría fundamental-mente cuatro, algo semejante a esa división que encontramos entre los distintos documentos emanados del Concilio Vaticano II. Los grandes temas de este encuentro creo que han sido: la vida de San Vicente, la historia de la Congre-gación, la identidad del misionero, el fin y el espíritu de la Congregación, las virtudes del misionero, y la unión de vida fraterna en comunidad. La tarea propia de la Congregación, es decir la misión que debe desarrollar hoy si-guiendo la inspiración y la práctica de san Vicente han ocupado prácticamente dos semanas. Otros temas desarro-llados en el aula: Santa Luisa de Marillac, la oración, el Islam y el diálogo interreligioso, los santos y beatos de la Congregación, la Familia Vicenciana y, finalmente, los medios de comunicación social al servicio de la evangeliza-ción. Los conferenciantes Han venido misioneros de los cuatro continentes, aunque la mayor parte de ellos procedían de Europa, y un buen número de la Casa Madre. Permitidme que mencione algunos nombres: Sor Evelyne Franc, que disertó sobre la Compañía y su encrucijada actual a partir del documento de la última Asamblea General; El Superior General P. Gre-gory Gay, que dedicó media jornada a dialogar con todo el grupo; el P. Richard Mc Cullen expuso el tema de la ora-ción vicenciana, y el P. Jean Pierre Renouard el tema de la misión de la Congregación mediante una lectura atenta, objetiva y eclesial de los signos de nuestro tiempo a la luz del Evangelio y nuestras Constituciones. Los Ejercicios Espirituales se tuvieron esta vez en la casa de las Hermanas de l´Haÿ des Roses. Grupos de trabajo, metodología y diálogo en la sala con los ponentes Por razones obvias se formaron dos grupos de trabajo. Con frecuencia se dedicaban unos minutos a la re-flexión personal sobre lo expuesto y a continuación se reunían los dos grupos lingüísticos para responder una serie de preguntas cuyas respuestas explicarían después ampliamente en el aula. Las respuestas escritas más detalla-das, extensas y personales se reservaron para la evaluación final. Los viajes a los lugares vicencianos En este apartado conviene subrayar dos: Chatillón y el Berceau con todos los ingredientes y matices que les acompañan. Chatillón se visitó después de conocer Gannes, Folleville y algunos dominios de la Familia de Gondí. Pero, justo es también decirlo, para visitar Chatillón hay que dedicar nada menos que tres días con dos noches en el pequeño pueblo de Ars. Este año Ars es un lugar de peregrinación incesante, de encuentros sacerdotales, parro-quiales, de comunidades de religiosos y comunidades de vida apostólica, sin olvidar la visita de grupos juveniles de oración y vocacionales. La visita a Chatillón se limita a la celebración de la Eucaristía en la casa donde vivió San Vicente, la visita a la iglesia parroquial y un pequeño paseo por el centro urbano. Queda mucho tiempo libre a pesar de los kilómetros que hay que recorrer y nada mejor para ello que visitar “de paso” Joigny, Lyon y la casa natal de Santa Catalina Labouré entre otros. Eso con relación al primer viaje largo, porque si hablamos de la visita al Berceau el abanico se amplia considerablemente: Richelieu, Bourdeos, Dax, Tarbes, Lourdes, Toulouse, Château l´Évêque, Perigueux, Li-moges. Por supuesto que hay más nombres en este largo recorrido, pero con los ya mencionados es suficiente.

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Otras celebraciones No se pueden silenciar dos celebraciones importantes de la Familia Vicenciana, durante el transcurso del último CIF, en el contexto del año jubilar de la muerte de San Vicente y Santa Luisa: la celebración del 27 de sep-tiembre y la fiesta de la Virgen de la Medalla Milagrosa. La primera tuvo lugar en el marco de la capilla de S. Vicente, en la Casa Madre. Fue una celebración intensa, muy participada tanto por parte de los sacerdotes de la Misión como por parte de las Hermanas y las distintas ra-mas de la Familia Vicenciana, y con varios momentos de encuentro a lo largo de la festividad litúrgica. El segundo acontecimiento se desarrolló íntegramente en la capilla de las apariciones durante toda una se-mana. Como en San Lázaro, pero con una afluencia mucho más numerosa de fieles, solemnizamos la fiesta con la Eucaristía, verdaderamente multitudinaria, y las primeras y segundas vísperas. Algunas reflexiones personales sobre el CIF La verdad es que tres meses da mucho para pensar sobre el CIF a medida que van transcurriendo los días y las horas, se suceden las distintas ponencias, se evalúa su contenido y metodología, se observa el grado de implica-ción y las reacciones de los participantes en el encuentro, y se escuchan finalmente sus comentarios e informes es-critos. Por supuesto que es fácil coincidir en muchas cosas, aquellas que son más objetivas y claras, dejando un es-pacio inmenso a lo que de hecho pueden ser interpretaciones o puntos de vista muy personales, por razonados que estén en la mente de quien lo expresa. Y lo primero que hay que notar, es un dato objetivo evidente: el CIF lleva muchos años funcionando con la misma estructura, la misma o semejante dinámica, idéntico calendario de “actividades académicas”, visitas a luga-res vicencianos, etc. El CIF tiene ya muchas ediciones y, si ha de ser fiel a la misión que se le asignó desde sus co-mienzos, necesita renovarse profundamente para afrontar con éxito el futuro más inmediato. Para comenzar, hay datos estadísticos muy reveladores: el número de participantes, sobre todo en el curso largo de tres meses, es cada vez sensiblemente menor. Apenas vienen misioneros de Europa o de Estados Unidos. Los que llegan proceden casi en su totalidad del continente asiático y africano con honrosas excepciones de Latinoa-mérica. Y, junto a este dato, otros que son consecuencia del factor demográfico: la duración, las fechas de celebra-ción del curso y los gastos de viajes y matrícula. Las provincias de origen de la mayoría de los asistentes no tienen una situación económica desahogada. Las cantidades a abonar son altas, dado el nivel de vida de París y el precio de los transportes, albergues y hoteles en los desplazamientos largos. Si nos referimos al tiempo y a la duración

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del mismo, habrá que tener en cuenta una necesaria reducción de fechas y posiblemente el cambio de estación. Para un europeo no resulta nada nove-doso “temperaturas frías” a finales de octubre o durante el mes de noviembre, pero para los misioneros venidos del tró-pico y zonas cálidas resulta excesivamente impactante. Sin olvidar en este capítulo los res-pectivos “calendarios escolares o pastorales”. Debe prestarse también una atención especial a las personas que deseen participar en estos encuentros, por más que los aspectos mencionados anteriormente condicionen bastante, para que haya un mínimo de exigen-cias, experiencia pastoral o ministerial y de vida comunitaria. Las conferencias Una cosa que me ha llamado mucho la atención ha sido lo siguiente: bastante pasividad por parte de los asistentes, falta de profundización en los temas expuestos y escasa incidencia en la problemática actual. Pero creo sinceramente que este diagnóstico es consecuencia, al menos en parte, de la temática desarrollada, la metodología y el sistema de trabajo. Entre las recomendaciones más frecuentes, recogidas en la última jornada de evaluación, figuran, entre otras, revisión de la temática, charlas más concisas, incisivas e interpelantes que generen y provoquen la reflexión personal, el diálogo entre los grupos y una búsqueda apasionada de respuestas válidas. Creo que hay que provocar y potenciar más la reflexión y el trabajo personal, así como el diálogo entre los grupos y el intercambio en los plenos a partir del trabajo realizado. Que las cuestiones a estudiar sean claras, que tengan entidad suficiente y que giren en torno a nuestra identidad en la Iglesia, nuestra espiritualidad y nuestra misión evangelizadora de los pobres. Los viajes También este capítulo merece algún comentario. Si la razón primordial de los viajes es conocer in situ el escenario de la vida o de la acción directa de Vicente de Paúl, hay dos lugares por excelencia a tomar en considera-ción: París y el entorno del Berceau. Aunque los criterios para hacer esa afirmación no sean los mismos en ambos casos, la evidencia de tales afirmaciones es palpable, dado el proceso personal de Vicente y sus fundaciones. París tiene mucho que ver desde la perspectiva e historia vicencianas, y en el momento actual de la Compa-ñía. Se trata, en definitiva, de sacar el mayor fruto posible de esos cursos internacionales de formación. Y para ase-gurar ese resultado, es absolutamente necesario examinar bien las alternativas, aprovechar al máximo los recur-sos disponibles y provocar el trabajo, la participación activa y el diálogo entre los participantes. Soy plenamente consciente de que el tema es tan amplio y complejo, que apenas he mencionado alguno de sus múltiples aspectos y dimensiones. Los apuntes transcritos intentan informar y al mismo tiempo provocar la reflexión. Antes de la próxima Asamblea General está programado un curso de dos meses para Hermanos de la Congregación. Suponemos que la Asamblea General tratará el tema. Que la experiencia, la reflexión y la aporta-ción de muchos misioneros contribuyan a elaborar unos criterios y pautas claras y exigentes para recuperar o ac-tualizar un método eficaz de renovación y formación permanente en nuestra Congregación.

FÉLIX ÁLVAREZ, C. M.

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Hno. GERMÁN FUENTE CANDUELA

El día 17 de noviembre de 2009, fallecía en Madrid, en la enfermería provincial, el Hno. Germán Fuente Canduela. El funeral se celebró en la Capilla de la Casa Central el día 18. Presidió la Eucaristía, por deseo expreso del Hno. Ger-mán Fuente, el P. Fernando Díez Marina, que pronunció la siguiente homilía:

Queridos Tomás, Orencio, Encar-na, Feliciana y Basilio, hermanos del Hno. Germán. Queridas Mary Tere, Ro-sa y Fernando, cuñadas y sobrino del Hno. Germán. Queridos miembros de la Comunidad, de otras Comunidades y de otras Provincias. Hijas de la Caridad, Siervas de María y fieles todos amigos de nuestro Hno. Germán. Con piadoso afecto vamos a dar nuestro último y sentido adiós al Hno. Germán. Él compartió con nosotros la vida y, sobre todo, compartió con no-sotros la fe y la esperanza cristianas. ¿Os extraña que esté yo presidiendo esta Eucaristía? Fue él quien me lo pidió en tres ocasiones. Yo respondí con un respetuoso silencio por no atreverme a dar el sí ni el no. Lo acepté cuando me lo presentó por escrito. Él eligió las dos lecturas de esta Eucaristía: la primera de San Pablo, que nadie ni nada nos puede separar del amor de Cristo; y el Evangelio de las nueve Bienaven-turanzas de San Mateo. Me encargó encarecidamente que no hablara de su pueblo ni de sus distintos destinos y oficios. Le influyó un artículo de Alfonso Ussía: “No le gustaban las predicacio-nes de los funerales, porque esperan a que la gente se muera para hablar bien de ella”. Recordaba con agrado la predicación de un sacerdote en un funeral: “Nos hemos reunido aquí, queridos feligreses, para rezar por este pájaro, porque está muy necesitado de la misericordia de Dios”. El Hno. Germán añadió: “No quiero inciensos en mi funeral. Deseo una reflexión pro-funda, espiritual y evangélica sobre la vida y la muerte desde la fe cristiana”. La tragedia del hombre actual es que, siendo Cristo el camino, no le se-guimos. Siendo Cristo la verdad, no le creemos. Y siendo Cristo la vida, no le

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seguimos. Y así nos luce el pelo. El Evangelio es para siempre, porque tiene una respuesta para cada tiempo. El cristianismo es sencillo. El Evangelio también. Esto no quiere decir que sea fácil. No se trata sólo de entender, sino de vivir... Pidamos perdón de nuestras limitaciones. Así escucharemos mejor lo que Cristo nos quiere comunicar con motivo de la muerte de nues-tro Hno. Germán. La vida del Hno. Germán comenzó a alumbrar como luz del Señor el día 17 de agosto de 1921 en Peones de Amaya, a 20 kilómetros de Villadiego (Burgos). Esta luz se apagó en la tierra para siempre a las 15’40 del 17 de noviembre de 2009. Y a esa misma hora se encendió en el cielo una estrella para toda la eternidad. Es la luz que pedimos en esta Eucaristía: “Brille so-bre él la luz perpetua”. Fue el segundo de doce hermanos. Él ocupa el quin-to fallecimiento. Le precedió su hermano Jesús, sacerdote misionero. De los siete restantes, cinco se encuentran ahora entre nosotros en esta Eucaristía. Nuestro Hno. Germán nació hace 88 años para morir ayer. Y ayer, paradóji-camente, moría para vivir eternamente con su Dios y Señor, con sus padres, con sus cuatro hermanos y con todos los seres a los que amó en este mundo. El Señor habrá sido su Juez, pero no un fiscal que sólo ve delitos y malas in-tenciones. Ha tenido un buen abogado defensor, el mismo que murió por él en la Cruz. La justicia habrá estado teñida de mucha misericordia. No habrá sido condenado, porque Cristo sería el gran fracasado. Ese juicio no sería el triunfo de nadie y la derrota de todos. ¿Nos va a condenar Cristo que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios Padre e intercede por noso-tros? Nos lo dice San Pablo. El Evangelio no pasa de moda nunca. Es eternamente siempre una lec-ción actual que darnos sobre la vida y sobre la muerte. El que es pobre de bienes terrenos tiene mucho camino recorrido, pero no todo. Se puede ser pobre de dinero, pero rico de deseos. Las quinielas, la lotería o las frases: “si yo tuviera”, “si me tocara la lotería”, “si yo pudiera...”. Estas expresio-nes pueden ser, en el mejor de los casos, signos de una necesidad, y en otros muchos casos, signos de una gran avaricia. Lo más opuesto a la pobre-za de espíritu. Buen modelo la lección evangélica de la pobre que da de lo que necesita. Mayor modelo el que da o está dispuesto a dar su vida por el otro. Cristo lo hizo el Viernes Santo. El Hno. Germán lo hizo en más de una ocasión. Los sufridos son los que todo lo aguantan. Los que ponen las espaldas al peso de los acontecimientos de la vida sin rechistar. Los que hacen los tra-bajos callados, pero eficaces. La enfermedad es una gracia de Dios. Nos pa-ramos en la vida. Reflexionamos que es un lujo en la sociedad de las prisas. Nos damos cuenta de lo poco que valemos, porque el mundo y la Comunidad marchan igual y mejor que con nosotros. Estamos perdidos si nos desespera-mos en la enfermedad, porque la hacemos mucho más grande. El granito de arena se convierte en una gran montaña. Y la curación se aleja más de nues-tra existencia. La vida del hombre está enmarcada entre dos lágrimas: la del niño que nace y la del hombre que muere. Nosotros no lloramos como los que no tie-

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nen esperanza. Nosotros tenemos la promesa de Jesús: “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Y hallaréis el reposo (el con-suelo) para vuestras almas”. Nuestras lágrimas, si se funden con las de Cris-to, nuestro dolor se hace redentor en su cruz. San Pablo nos recordaba: “Pongo en mí lo que falta a la pasión de Cristo”. Dejar la justicia para la otra vida, cuando aquí vemos tantas injusticias, es muy cómodo y poco cristiano. Estamos obligados a construir la ciudad te-rrestre, si no queremos quedarnos sin la ciudad celeste. La gran ley cristiana es la ley del amor, y su mensajera ante los hom-bres es la misericordia. El amor es el fuego. La misericordia es el humo. Si hay fuego, no se puede esconder el humo. Si lo quisiéramos encerrar, saldría por mil rendijas invisibles para nosotros. Cuando llevamos algo en el cora-zón, lo manifestamos de mil maneras espontáneas. ¿Quiénes son los limpios de corazón? Los rectos, los sinceros, los santos. Cristo cuando habla de la bondad o maldad del hombre, habla del corazón. La paz es dulce para todos, no codicia el bien del prójimo, ni disputa el suyo. Ignora el orgullo y no conoce la terquedad. Resume todo el Evangelio, y es un don celestial. Por eso a los difuntos les deseamos lo mejor al decir-les: “Descansen en paz”. Los santos, los justos no nacen, sino que se hacen, o mejor dicho, los van haciendo. Son como las piedras aristadas que tiran a la corriente del río, y el agua, a través de los años, las alisa. En el río de la vida, consciente e in-conscientemente, con nuestra manera de ser, vamos nosotros limando a los demás y otros nos liman a nosotros, para que ellos y nosotros seamos santos. El santo es el hombre que tiene el valor de denunciar las injusticias, sin pen-sar en las consecuencias. San Juan Bautista dijo la verdad a Herodes y por esto fue puesto en la cárcel. Muchos mereceríamos estar en la cárcel por no decir la verdad. Cierto que cuesta decir la verdad, toda la verdad y sólo la verdad, cuando esa verdad compromete mucho. Ojalá no nos importen las consecuencias. Ojalá que en nuestra hora suprema estemos contentos de haber dicho la verdad, de haber cumplido con nuestro deber, aunque nos hayan perseguido por ello. El santo tiene que sufrir, y sufrir mucho como el Maestro. Por eso decía Santa Teresa: “A tus amigos, Señor, les regalas el su-frimiento, por eso tienes tan pocos amigos”. Hno. Germán, descansa en paz. Y desde el cielo ruega por nosotros: por los tuyos, por los miembros de esta Comunidad que ha sido tu vida, por todos los aquí presentes. Aboga desde el cielo y arranca del Señor esas vocaciones que tanto anhelamos y tanto necesitamos para revitalizar toda la Provincia de Madrid y toda la Congregación. Ruega por nosotros desde ese lugar privi-legiado del cielo, como nosotros rogamos hoy, y siempre, por ti desde la tie-rra. Amén.

FERNANDO DÍEZ MARINA, C. M.

I

Vamos a Belén, vámonos, chiquillos, llevemos juguetes con que juegue el Niño.

Vayamos cantando este villancico: ¡ea, ea, ea!, despierta, cariño, que hoy es nochebuena. II

Marchemos saltando con gran regocijo, portando mil globos, y flautas, y pitos...

Vayamos cantando este villancico: ¡ea, ea, ea!, despierta, cariño, que hoy es nochebuena. III

No os dejéis en casa, ni por un olvido, nada que le pueda cobijar del frío.

Vayamos cantando este villancico: ¡ea, ea, ea!, despierta, cariño, que hoy es nochebuena.

VILLANCICO DEL EA, EA, EA

NICOLÁS CUADRADO, C. M.