Bilbao, A. Trabajo, Empleo y Puesto de Trabajo

14
Trabajo, empleo y puesto de trabajo Andrés Bilbao I L as nociones de trabajo, puesto de tra- bajo y empleo no tienen el mismo sig- nificado. Al abordar el análisis de la configuración del mercado trabajo es necesa- rio establecer analíticamente la delimitación entre estas tres nociones. Confundirlas bajo una misma denominación conduce a una sim- plificación del análisis que impide abordar la complejidad que subyace en la morfología del mercado de trabajo. Es necesario, pues, esta- blecer algunas precisiones para clarificar el debate. Estas giran entorno a la distinción entre puesto de trabajo y empleo. La noción de puesto de trabajo tiene en su caracterización dos componentes. Uno de naturaleza subjetiva que hace referencia a lo que se entiende, en términos de tiempo por puesto de trabajo 1 . Si se considera la convención de que un puesto de trabajo equivale a cuarenta horas semanales, el total de puestos de trabajo será igual al núme- ro de horas trabajadas, divididas por cuarenta. El otro es de naturaleza objetiva y alude a la capacidad del sistema económico de generar horas de trabajo, contabilizadas en un mismo momento. En este sentido un sistema de pleno empleo se caracterizaría como aquél que pro- duce tantas horas como demandantes de empleo. Y a la inversa, un sistema que no pro- duce pleno empleo es aquél que produce menos horas que las demandas en un momen- to dado. La otra es la noción de empleo. Esta alude a la ocupación por parte del trabajador de un puesto de trabajo. En una situación de pleno empleo, y dada una determinada convención en cuanto a la extensión temporal de un pues- to de trabajo, se daría una completa simetría entre el número de empleos y el número de puestos de trabajo. En la actualidad, sin embargo, esta simetría está rota. Por una parte, por la menor capacidad para generar puestos de trabajo. Por otra parte, porque la precariedad del empleo significa romper la norma que identificaba empleo con ocupación estable de un puesto de trabajo. La multiplicación de situaciones a las que da lugar la desregulación provoca que haya una multi- tud de normas de empleo. La diferencia entre las normas de empleo es lo que determina los 69 Título del artículo Andrés Bilbao. Universidad Complutense de Madrid. Política y Sociedad, 34 (2000), Madrid (pp. 69-81)

description

Trabajo y empleo

Transcript of Bilbao, A. Trabajo, Empleo y Puesto de Trabajo

  • Trabajo, empleo ypuesto de trabajo

    Andrs Bilbao

    I

    L as nociones de trabajo, puesto de tra-bajo y empleo no tienen el mismo sig-nificado. Al abordar el anlisis de la

    configuracin del mercado trabajo es necesa-rio establecer analticamente la delimitacinentre estas tres nociones. Confundirlas bajouna misma denominacin conduce a una sim-plificacin del anlisis que impide abordar lacomplejidad que subyace en la morfologa delmercado de trabajo. Es necesario, pues, esta-blecer algunas precisiones para clarificar eldebate. Estas giran entorno a la distincinentre puesto de trabajo y empleo. La nocin depuesto de trabajo tiene en su caracterizacindos componentes. Uno de naturaleza subjetivaque hace referencia a lo que se entiende, entrminos de tiempo por puesto de trabajo 1. Sise considera la convencin de que un puesto detrabajo equivale a cuarenta horas semanales, eltotal de puestos de trabajo ser igual al nme-ro de horas trabajadas, divididas por cuarenta.El otro es de naturaleza objetiva y alude a lacapacidad del sistema econmico de generarhoras de trabajo, contabilizadas en un mismomomento. En este sentido un sistema de plenoempleo se caracterizara como aqul que pro-duce tantas horas como demandantes deempleo. Y a la inversa, un sistema que no pro-duce pleno empleo es aqul que producemenos horas que las demandas en un momen-to dado.

    La otra es la nocin de empleo. Esta alude ala ocupacin por parte del trabajador de unpuesto de trabajo. En una situacin de plenoempleo, y dada una determinada convencinen cuanto a la extensin temporal de un pues-to de trabajo, se dara una completa simetraentre el nmero de empleos y el nmero depuestos de trabajo.

    En la actualidad, sin embargo, esta simetraest rota. Por una parte, por la menor capacidadpara generar puestos de trabajo. Por otra parte,porque la precariedad del empleo significaromper la norma que identificaba empleo conocupacin estable de un puesto de trabajo. Lamultiplicacin de situaciones a las que da lugarla desregulacin provoca que haya una multi-tud de normas de empleo. La diferencia entrelas normas de empleo es lo que determina los

    69Ttulo del artculo

    Andrs Bilbao. Universidad Complutense de Madrid.Poltica y Sociedad, 34 (2000), Madrid (pp. 69-81)

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 69

  • distintos segmentos que componen el mercadode trabajo. La tendencia a la precarizacinimplica el empeoramiento, para el trabajador,de la norma de empleo.

    Al plantear la demarcacin entre una confi-guracin rgida, tendencia caracterstica de losaos sesenta,se modifica la demarcacin entretrabajo y puesto de trabajo. La idea de flexibi-lidad alude a una relacin de naturaleza transi-toria entre trabajador y puesto de trabajo. Estarelacin viene, a su vez, expresada en unanorma diferente a la anterior.

    Al establecer esta distincin entre rigidez yflexibilidad se puede ver como hay dos refe-rencias subyacentes, la de puesto de trabajo yla de la norma que regula el empleo, la rela-cin trabajador puesto de trabajo. En cuanto alvolumen de puestos de trabajo sea anlogo alvolumen de individuos que demandan trabajo,se despliega una tendencia hacia el plenoempleo. En este contexto se crean las condi-ciones, para la promulgacin de normas esta-bles de empleo. Por el contrario, all donde elvolumen de puestos de trabajo sea inferior a lademanda de trabajo, crecern los niveles dedesempleo. Esto, a su vez, est vinculado aldespliegue de normas no estables de empleo.

    La relacin entre los niveles de empleo y lanorma que regula la relacin del trabajador conel puesto de trabajo, est mediatizada por diver-sos factores. Altos y bajos niveles de empleoestn en el origen de una tendencia hacia lahomogeneizacin y hacia la diferenciacin delas condiciones salariales, respectivamente 2.

    Puesto de trabajo y norma de empleo sonreferencias distintas. El primero se inscribe enel contexto de las condiciones econmicas, enel que se entrecruzan dos referencias: los ras-gos del entorno material en los que se desen-vuelve el proceso econmico y las caracters-ticas de la racionalidad econmica quesubyace a este proceso. Tras la Segunda Gue-rra Mundial la reconstruccin material im-plic una amplia diversificacin de las acti-vidades econmicas y paralelamente unincremento de los puestos de trabajo. La lgi-ca del modelo econmico que subyace a esteproceso tiene, tambin, un destacado papel.En su origen, este modelo planteaba la centra-lidad de la demanda como factor del creci-miento econmico. La creacin de puestos detrabajo y la regulacin poltica del ciclo eco-nmico son sus rasgos ms destacados, cuya

    consecuencia ser el subsiguiente crecimientode los niveles de empleo que se asociabanestrechamente al proceso de crecimientoeconmico. En esta perspectiva los niveles dedesempleo reducan la intensidad del creci-miento. Esto tena adems, una importanteconsecuencia, la funcionalidad de una normade empleo basada en la estabilidad.

    La lgica de la subyacente racionalidad eco-nmica de este perodo la ejemplifica el mode-lo keynesiano. Su punto de partida es la para-djica relacin entre crecimiento y generacinde empleo. Mientras las sociedades menosdesarrolladas tenan ms capacidad de crearempleo, en las sociedades desarrolladas estacapacidad es ms reducida. Keynes hace apa-recer la nocin de paro involuntario, nocinque no tiene sentido en la perspectiva neocl-sica. El ncleo de la crtica de Keynes puedecentrarse en la nocin de propensin al consu-mo. La propensin al consumo alude a la rup-tura de la relacin que la economa neoclsicaestableca entre el nivel de ingreso y el nivel deconsumo. La economa neoclsica entenda elconsumo distribuido en tiempos: en formainmediata o a largo plazo. El ahorro es unmecanismo de consumo diferido 3.

    La secuencia de su argumentacin se des-pliega en los siguientes momentos: Cuandoaumenta el nivel de empleo, aumenta el ingre-so global. Sin embargo la psicologa de lacomunidad es tal que cuando aumenta el ingre-so, el consumo no lo hace en la misma propor-cin. En consecuencia, los empresariostendrn prdidas si el aumento de la ocupacinno se traduce en un paralelo aumento del con-sumo. En consecuencia para mantener el nivelde ocupacin deber existir cierto volumen deinversin que absorba el excedente que arrojala produccin total sobre lo que la comunidaddecide consumir, cuando la ocupacin seencuentra a dicho nivel. Dada la propensin aconsumir, el nivel de ocupacin de equilibriodepender de la magnitud de la inversincorriente.

    Desde la nocin de propensin al consumo,avanza hacia la caracterizacin de la nocinde multiplicador. Esta nocin alude al volu-men de inversin que ser necesario en cadamomento para cerrar la distancia entre lademanda efectiva y el total de lo producido.La secuencia que despliega es la siguiente. Laocupacin slo puede aumentar si lo hace la

    70 Andrs Bilbao

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 70

  • inversin. Esto remite a la nocin de multi-plicador en la que se relaciona: el nivel deocupacin; los ingresos totales; la tasa deinversin. El multiplicador mide la relacinentre el aumento de la ocupacin total deriva-do de un incremento de la ocupacin. En con-secuencia, tenemos: desde una psicologadeterminada que se manifiesta en una deter-minada propensin al consumo, el multiplica-dor reflejar las veces que aumenta la inver-sin y el empleo. Cuando la propensin alconsumo es alta, pequeas fluctuaciones de lainversin darn lugar a grandes fluctuacionesde la ocupacin. Por el contrario, cuando lapropensin es baja, grandes fluctuaciones dela inversin producirn pequeas fluctuacio-nes en el empleo. La conclusin que se deri-va de la nocin de multiplicador es que amedida que aumenta el ingreso de las socie-dades, en otros trminos el desarrollo econ-mico, es necesario un mayor volumen deinversin pblica para alcanzar los niveles depleno empleo.

    Tras estas consideraciones Keynes abordael problema de la generacin de la ocupacin.La perspectiva keynesiana no se coloca, eneste sentido, fuera de la perspectiva tradicio-nal: el capital privado, encarnado en la figuradel empresario, es la condicin de la creacinde empleo y el crecimiento econmico. Suabordaje del mecanismo que impulsa la inver-sin, la eficiencia marginal del capital, le con-ducir a conclusiones diferentes respecto delmodelo anterior.

    Su perspectiva, en ruptura con el modeloanterior, se basa en cuatro afirmaciones: Pri-mera, cuando alguien compra un bien de capi-tal adquiere el derecho a una serie de rendi-miento probable. Este rendimiento probableestar determinado por las expectativas futu-ras. Segunda, a su vez el rendimiento probablecontrasta con el precio de oferta. El precio deoferta es lo que inducir al empresario a pro-ducir una unidad adicional. Tercera, la rela-cin entre el rendimiento probable y el preciode oferta es lo que determina la eficienciamarginal del capital. Cuarta, el aumento de lainversin, la eficiencia marginal del capital, sereducir debido a al descenso del rendimientoprobable y a la intensificacin de la compe-tencia que aumentar el precio de los factores.Al describir la nocin de eficiencia marginal,dos elementos se colocan en un primer plano.

    Las expectativas futuras, que remiten a nivelesesperados de demanda y que a su vez remitena las condiciones en las que se determina lademanda. O sea el nivel de ocupacin y lapropensin al consumo.

    A partir de finales de los sesenta y comien-zos de los setenta se inicia un nuevo procesoque paulatinamente pondr fin a las formas degestin econmica del perodo anterior. Variosfactores caracterizan la nueva situacin. Enprimer lugar, el crecimiento conjunto de lainflacin y el desempleo durante la dcada delos setenta. Aqu se abre la discusin acerca dela prioridad de atajar uno u otro problema, dis-cusin que se resolver, en la dcada siguien-te, en la prioridad de la estabilidad monetaria.La inflacin ocupar el centro del diagnsticosobre la crisis econmica, dando lugar las pol-ticas monetarias activas 4. Todos aquellos fac-tores que contribuyen a reducir la inestabilidadmonetaria pasan a un primer plano. Una de lasconsecuencias es que a diferencia del perodoanterior, el volumen de empleo no se vincula ala intensidad del crecimiento econmico. Seabre, incluso, paso la tesis de que a medida queaumenta el desempleo, disminuye el poder denegociacin y con ello los salarios, lo que con-tribuye a rebajar la inflacin.

    La configuracin del mercado de trabajobajo la gida del modelo econmico centradoen la autonoma del mercado, es un proceso enel que se entrecruzan dos exigencias de natura-leza diferente. Las que se derivan del adecuadofuncionamiento de la lgica centrada en laoferta suponen formas organizativas que a lavez que aumentan la productividad mantenganla estabilidad de los precios. Esto requiere tantosubsumir la determinacin salarial a las condi-ciones del crecimiento de la inversin, como alos niveles que permiten controlar la inflacin.

    El cuestionamiento del estatuto del plenoempleo es un reflejo de la desvinculacin entreel principio del crecimiento econmico y susconsecuencias. Cuestionamiento que adoptados modalidades distintas. Una consiste ensealar que las nuevas condiciones del creci-miento econmico han transformado elempleo en un bien escaso 5. Expresiones comoel fin del trabajo 6, aluden a la transicinhacia un nuevo modelo de organizacin socialen el que el trabajo no ser determinante en lacolocacin del individuo en la estructurasocial 7.

    71Trabajo, empleo y puesto de trabajo

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 71

  • La otra modalidad presenta un rasgo dife-rente ya que se inscribe en la lgica constituti-va del actual modelo de crecimiento econmi-co. La competitividad y la estabilidad de lamoneda son dos de sus rasgos ms importantesy en relacin a ambos el pleno empleo tieneefectos negativos. La nocin de eficiencia,vinculada a la competitividad, implica unateora de los salarios bajos as como de la posi-bilidad de sustitucin del trabajador,como con-dicin para aumentar la productividad. Laestabilidad del nivel de precios requiere por suparte el establecimiento de un rgimen salarialcuyo crecimiento no supere el crecimiento dela productividad, pues cuando esto sucede suconsecuencia es la inflacin 8. El cumplimien-to de estas condiciones es incompatible con elpleno empleo en cuanto que ste implica unaumento del poder de negociacin de los tra-bajadores y por tanto la estabilidad en el pues-to de trabajo y la tendencia al alza del costelaboral.

    La flexibilidad se coloca en el centro de losprogramas de reorganizacin de la produccin.En estos aos se abre un amplio acuerdo en elsentido de sealar que la flexibilidad suponeuna ruptura respecto de los modelos anterioresde organizacin de la produccin. La flexibili-dad alude bsicamente a la adaptacin de laorganizacin de la produccin a las condicio-nes del mercado. Flexibilidad es la respuestaimplcita en la puesta en primer plano de lacompetitividad.

    Los procesos de innovacin tecnolgica encuanto que suponan la reduccin del volumende puestos de trabajo, as como un incrementode la eficacia, fundamental en un contexto enel que se pone en primer plano la competitivi-dad, pasan a ser factores funcionales al proce-so de crecimiento econmico. Esto se insertaen un giro que pone en primer plano las pol-ticas de oferta, en contraste con las polticasde demanda del perodo anterior. Esto tieneuna consecuencia importante y es que el pro-ceso de desregulacin de las relaciones labo-rales se vincula a una mayor eficacia e inten-sidad del crecimiento econmico. La relacintemporal del trabajador con el puesto de traba-jo se constituye en una condicin de la mayoreficacia del proceso econmico. La configura-cin de una norma de empleo vinculada a laflexibilidad se abre paso en este nuevo con-texto. Otros factores adicionales, como el

    desempleo y la segmentacin del mercado detrabajo, contribuyen a la intensificacin deesta nueva perspectiva.

    Es el sntoma de una nueva ortodoxia econ-mica que surge como respuesta a la crisis delmodelo anterior, y que se desarrollar comple-tamente en los aos posteriores. Los rasgos deesta nueva perspectiva se pueden centrar entres puntos. En primer lugar, en la afirmacindel mercado como mecanismo de regulacinautnomo de las relaciones entre los indivi-duos. Las leyes de la oferta y la demanda, des-plazndose sobre un espacio libre de la interfe-rencia de los individuos, alcanzaran un puntode equilibrio entre todos los factores de pro-duccin. Este punto implica la plena utilizacinde todos los factores y por tanto del plenoempleo 9. En segundo lugar, que el beneficioempresarial est en el origen del crecimientoeconmico. Todo aquellos factores que contri-buyan a su aumento 10, son funcionales al pro-ceso de desarrollo econmico. En tercer lugar,la sociedad no es ms que la suma de indivi-duos que persiguen, mediante el clculo mone-tario racional, sus propios intereses. La sumade estos intereses converge en un futuro hori-zonte de integracin y estabilidad social.

    A partir de los aos ochenta las sociedadesindustriales pasan de considerar prioritatio elproblema del pleno empleo a otorgar primaciaa la estabilidad monetaria. Esta tiene comoobjetivo la reduccin de la inflacin y en sudesarrollo aparecen dos factores: la polticapresupuestaria y la estructura de los mercadosde bienes y trabajo. Ambos factores incidendirectamente sobre dos rasgos caractersticosdel perodo anterior: la estructura del EstadoAsistencial y a estabilidad de las relacioneslaborales.

    En este nuevo mbito las transformacionesen la fisonoma del mercado de trabajo se handesplegado en varias direcciones. Una de ellases la constitucin de una norma precaria deempleo que ha venido rigiendo la incorpora-cin y permanencia en el empleo de una parteimportante de la poblacin. A esta configura-cin de la norma han contribuido tanto cam-bios legislativos como el desarrollo de prcti-cas sociales.

    En relacin a stas ltimas se pueden sea-lar varias direcciones. Una primera est cons-tituida por la accin de las Empresas de traba-jo temporal. Estas han venido a sustituir a los

    72 Andrs Bilbao

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 72

  • sistemas nacionales de empleo y lo han hechocon el argumento de su mayor eficacia paracolocar a los demandantes de empleo. Sinembargo, la lgica empresarial de las ETT lasorienta no tanto a la estabilidad del mercado detrabajo, sino hacia una acentuada rotacinentre puestos de trabajo. Otra direccin tieneque ver con la constitucin de areas del mer-cado de trabajo en las que ha aumentado lafalta de legalidad. En este sentido puedehablarse de una lnea de segmentacin entreaquellos sectores que an conservan capacidadde negociacin y de presin y aquellos quecarecen de ella. Mientras en los primeros estvigente la legalidad, en los segundos no. Estopone de manifiesto otro aspecto de la desregu-lacin que la hace sinnima de ausencia denormas, de legalidad, vinculada a la desregula-cin se encuentra los cambios en las prcticasde los cuerpos estatales responsables de ins-peccionar el mercado de trabajo. Estas confi-guran un segmento del mercado de trabajocuyas prcticas estn alejadas respecto de lalegalidad. Por ltimo, lo que caracteriza a lossegmentos precarizados es la prctica desapa-ricin de las formas colectivas de negociacin.En estos sectores la negociacin es sustituidapor una relacin cara a cara, empresario traba-jador, que solo en apariencia es un proceso denegociacin.

    II

    E n este nuevo entorno se producencambios en la configuracin delempleo. La norma de empleo se ins-

    cribe en un horizonte poltico, que a su vezdepende de la subyacente lgica econmica.En la dcada de los sesenta la norma apuntabahacia la estabilidad. En la dcada de los noven-ta, la tendencia es hacia la precarizacin. Enesta nueva definicin de la norma como preca-riedad se cruzan varios elementos. En primerlugar no se proyecta homogeneamente sobre elconjunto de los asalariados. Aquellos sectorescon capacidad de negociacin y presin,siguen manteniendo una norma de empleoestable. Es en aquellos sectores con menoscapacidad de negociacin y de presin dondese acenta la tendencia hacia la norma de la

    precariedad. En segundo lugar, como ya se hasealado anteriormente, la lnea entre desem-pleado y ocupado pierde nitidez a medida quese intensifican las tendencias hacia la precari-zacin de la norma del empleo. Con ello seviene a hacer frente y a resolver un problemaimportante: el de los desempleados. Esto con-fronta a los gobiernos con una alternativa.Bien aumentar la proteccin a los desemplea-dos. Pero esto supone aumentar los gastos delEstado en un momento en el que la ortodoxiaeconmica apunta en otra direccin. Bien nohacerlo, pero la consecuencia es la creacindirecta de un amplio sector de individuos mar-ginados, con las consecuencias de toda ndoleque esto trae consigo.

    La precarizacin de la norma permite hacerfrente a esta alternativa. Por una parte haceposible que varios trabajadores ocupen unmismo puesto de trabajo. Esto ltimo tendralugar en cuanto que la precarizacin de lanorma del empleo, configurara al trabajocomo una suerte de colchn que absorbera lassubidas de precios 11 y contribuira a la estabi-lidad monetaria 12. La falta de estabilidaddetermina que estos trabajadores carezcan decualquier capacidad de negociacin, con loque se obvian los efectos inflacionistas deriva-dos de una posible negociacin. Por otra partepermite reducir los gastos destinados a subsi-diar el desempleo, sin que esto implique lacreacin a corto plazo de amplias zonas mar-ginales. A la vez, esta reduccin resulta ade-cuada a la nueva ortodoxia econmica.

    De este modo la precarizacin de la normade empleo diluye las diferencias entre ocupa-dos y desempleados, y puede dar lugar, en elfuturo a la reduccin estadstica del paro.Desde esta perspectiva se alcanzara una socie-dad cercana al pleno empleo 13. Una aparienciaestadstica, pero que utilizada mediaticamentepuede tener el efecto de diluir el problemapoltico del desempleo. A la vez, esta nuevasituacin estadstica de pleno empleo, no esta-ra acompaada de las tensiones inflacionistasy asegurara la estabilidad monetaria. Esto lti-mo tendra lugar en cuanto que la precariza-cin de la norma del empleo, configurara altrabajo como una suerte de colchn que absor-bera las subidas de precios 14 y contribuira ala estabilidad monetaria. 15

    La flexibilidad se coloca en el centro de losprogramas de reorganizacin de la produccin.

    73Trabajo, empleo y puesto de trabajo

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 73

  • En estos aos se abre un amplio acuerdo en elsentido de sealar que la flexibilidad suponeuna ruptura respecto de los modelos anterioresde organizacin de la produccin. La flexibili-dad alude bsicamente a la adaptacin de laorganizacin de la produccin a las condicio-nes del mercado. Flexibilidad es la respuestaimplcita en la puesta en primer plano de lacompetitividad.

    La flexibilidad se plantea en tres momentos.En primer lugar, el acceso a la organizacin.Tanto bienes como fuerza de trabajo debenpermanecer libres de toda constriccin en ladeterminacin del precio. La flexibilidad deambos mercados seala el primer momento.En segundo lugar, la organizacin de la pro-duccin que implica tanto la movilidad de lafuerza de trabajo, la innovacin tecnolgicasin restricciones y el aumento de la velocidadde produccin. Esto requiere flexibilidad en laorganizacin as como una completa transpa-rencia del proceso de trabajo, respecto de lagerencia. Y en tercer lugar, flexibilidad en lasalida del puesto de trabajo.

    Este somero repaso a la situacin y sustransformaciones, a partir de finales de la IIGuerra Mundial, pone de manifiesto que lasnociones de empleo y de puestos de trabajo, noson iguales. El despliegue de uno y otro res-ponde a procesos de distinta naturaleza.

    Algo anlogo sucede con la nocin de tra-bajo que presenta una gnesis y un perfil mscomplejo. El trabajo constituye, en las socie-dades modernas, el eje central de la vida delos individuos. Una serie de transformacionesculturales lo han ido dotando de un significa-do positivo. La originaria contraposicin entreactividad y trabajo, entre conciencia terica yconciencia prctica, que se plante en elmundo griego ha quedado completamentesuperada por la modernidad. La actividad apa-reca como lo positivo mientras que el trabajose vinculaba a lo negativo. Lo caractersticodel hombre libre era la actividad, mientras queel trabajo lo era de hombres serviles. Comopuso de manifiesto Weber, el trabajo cambiade significacin en el mundo moderno, paradevenir un hecho positivo. Esta transforma-cin respecto del valor social est en la basede la centralidad que ha adquirido en lamodernidad. El trabajo aparece como elmedio legtimo de reproduccin material delser humano.

    La nocin de trabajo hace referencia a larelacin entre el ser humano y la naturaleza,cuyo fin es la supervivencia material. Serhumano y naturaleza se sitan en una relacinopuesta mediada por el trabajo. A travs deste se va configurando un mundo artificialque coloca al ser humano al abrigo de losciclos naturales. Su expresin ms acabada esla manufactura desarrollada en la sociedadindustrial. El mundo natural se percibe en losinicios de la modernidad como algo a dominar.El conocimiento se despliega como concienciaprctica, lo que circunscribe su finalidad alproceso de subordinacin a las necesidades desupervivencia. Esto se inscribe en una concep-cin que vincula el conocimiento al mejora-miento de la vida del ser humano.

    A partir del siglo XVIII se despliega unanueva relacin entre el ser humano y su entor-no, que se establece sobre dos lneas. Una deellas alude a la concepcin del ser humanocomo individuo deseante. Este rasgo se pro-yecta el deseo como algo ilimitado y en conse-cuencia como un horizonte fuera del alcancedel individuo. Sobre esta limitacin se pone elorigen de la relacin social, en cuanto que elindividuo percibe la relacin que se establececon los otros como lo que permite la satisfac-cin del deseo. La divisin del trabajo se cons-tituye en la institucin que relaciona a los indi-viduos en una ordenada sociabilidad.

    Esto tiene como consecuencia la estrecharelacin entre la condicin sociable y el hechode trabajar. El trabajo deviene bajo esta pers-pectiva, el vnculo de relacin entre los indivi-duos. La autonoma del individuo aparece vin-culada a la propiedad que a su vez remite altrabajo como el medio que permite el acceso aella. La condicin del individuo en la moder-nidad est vinculada al hecho de trabajar. Esteaparece como un acontecimiento de significa-do universal, que hace posible la libertad y laautonoma 16. La nocin de individualidad ytrabajo aparecen estrechamente asociadas. Ensu forma abstracta implican la intercambiabili-dad entre individuos. En esto subyace el pasa-je desde la nocin de estatus heredado y esta-tus adquirido, ste ltimo coloca en elindividuo y en su relacin que establecemediante el trabajo, con lo que le rodea, el ori-gen de su posicin social.

    La trama de la sociabilidad en el mundomoderno se despliega sobre las relaciones que

    74 Andrs Bilbao

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 74

  • se establecen mediante el trabajo. La demar-cacin social del individuo. Integracin ymarginalidad son los dos extremos de la con-dicin del individuo respecto de su relacincon los dems 17. La nocin de trabajo comoun rasgo general, comn a todos los indivi-duos, tiene su origen en la modernidad. Conella se alude a varias dimensiones. La relacincon la naturaleza y su dominio sobre el que seconstituye el mundo artificial, sinnimo delmundo humano. El trabajo aparece como elmedio privilegiado mediante el cual los indi-viduos se reproducen materialmente. Estareproduccin se prolonga hacia el proceso deintercambio, mediante el dinero, cuyo origense sita en el hecho de trabajar. El trabajo apa-rece como la condicin de la autonoma y lalibertad del individuo. No obstante esta carac-terizacin tiene su origen en un mbito cultu-ral en el que se alude a la identidad entre indi-viduo y trabajo. Esta nocin, no obstante, noalude a las formas en las que se despliegan losdistintos trabajos, lo que equivale a decir a laforma en la que se jerarquizan los individuosen la sociedad del trabajo.

    III

    P uesto de trabajo, empleo y trabajoson pues nociones que es precisodiferenciar. La confusin de estas

    nociones y la unificacin bajo un slo rtulo,conduce a tesis como las que afirmar el fin deltrabajo. Solamente una clara diferenciacinentre estas tres nociones permite abordar elanlisis de lo que realmente subyace en estaformula general.

    La distincin es lo que permitir establecerun diagnstico ms preciso sobre lo que hoyacontece en el mbito de las relaciones de tra-bajo. Las variaciones en el volumen de puestosde trabajo, aluden a factores vinculados con lalgica del proceso econmico. La nocin detrabajo, subyace en el pasaje de la categoraestadstica de inactivo a activo. Factores cultu-rales que desvinculan el trabajo del horizontede las mujeres, explica porqu, como sucedien el caso espaol, la tasa de actividad fuerams reducida y paralelamente fuera ms alta latasa de ocupacin. La remocin de estos facto-

    res culturales ha tenido efectos importantes enlas variaciones de las tasas de actividad y conello en la tasa de ocupacin. En ambos casosse originan diagnsticos diferentes a partir delos datos que ofrecen las estadsticas sobre elmercado de trabajo. Diagnsticos que auncuando se pueden desarrollar conjuntamente,permiten una visin ms clara de la morfologay tendencias del mercado de trabajo. Por lti-mo la norma social de empleo puede dar lugara una u otra representacin de lo que aconteceen el mercado de trabajo. As una norma socialrgida, que converja en un contexto de creci-miento del volumen de puestos de trabajo y unaumento de la tasa de actividad da lugar a uncrecimiento de los niveles de desempleo. En elextremo opuesto una norma social flexiblepermite una mayor rotacin sobre los puestosde trabajo, proyectando una imagen estadsticade menores niveles de desempleo. Estos ejem-plos, como otros que pueden desarrollarse,pone de manifiesto que un anlisis adecuadode la morfologa del mercado de trabajo debe,necesariamente, partir de la distincin analti-ca de estas tres nociones.

    La nocin de puesto de trabajo delimita elperfil de la actividad. Esto tiene una primerareferencia que alude a las cualificacionesrequeridas para una determinada actividad. Elpuesto de trabajo se imbrica en una complejaestructura que tiene mltiples dimensiones.Unas lo colocan en un contexto coordinadocon otros puestos de trabajo. Otros aluden aobjetivo final de la produccin, en la que seimbrican distintos grados de cualificacin, quea su vez se inscriben en un constante procesode cambio. La segunda referencia remite alproceso de organizacin que conlleva cadapuesto de trabajo. El tiempo, la mayor o menorcadencia en el esfuerzo, as como la intensidaddel esfuerzo requerido, son sus principalesreferencias. A ello se une el coste, puesto demanifiesto por el salario, sobre el que se deter-mina la eficacia econmica. La ltima referen-cia alude a dos elementos: las herramientasutilizadas y el proceso de innovacin tecnol-gica. El primero apunta hacia la mayor efica-cia tcnica del proceso de trabajo, mientrasque el segundo se refiere al proceso de sustitu-cin de energa humana por energa mecni-ca 18. Los cambios en el contexto tcnico delpuesto de trabajo estn relacionados conambos elementos.

    75Trabajo, empleo y puesto de trabajo

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 75

  • El cruce entre estas tres referencias determi-na dos factores. Uno que guarda relacin conla oferta de trabajo y otro que determina lamayor o menor productividad del puesto detrabajo. Las variaciones en la cualificacin tie-nen sentidos diferentes. As un proceso de des-cualificacin permite el acceso a una demandamayor de trabajadores, lo que se traduce enuna reduccin del coste salarial. Lo mismosucede con el caso de la mayor rigidez o flexi-bilidad que apunta hacia importantes variacio-nes en el coste. Lo mismo sucede desde laperspectiva de la innovacin tecnolgica, quepermite un aumento de la efectividad con unmenor volumen de trabajadores. La producti-vidad del puesto de trabajo cobra especial rele-vancia en el contexto de la centralidad de laoferta, en la medida en que supone una mayorrentabilidad de la inversiones.

    El origen del puesto de trabajo se sita en eldespliegue de la divisin del trabajo. Su pro-gresivo desarrollo supone el alargamiento dela distancia entre individuos y de estos respec-to del producto realizado. Como ya se sealen los primeros anlisis sobre la produccin,esto tiene una primera consecuencia, y es quelimita la capacidad de supervivencia del indi-viduo a partir de su trabajo. Cuanto ms seextiende la divisin del trabajo mayor es ladistancia entre el momento de la produccin yla venta 19. Esto implicaba una doble transfe-rencia, desde la nocin del individuo encua-drado en la divisin del trabajo hasta la delindividuo como trabajador asalariado, encua-drado en una organizacin econmica. A lavez que el proceso de produccin y venta seimbricaba en esa organizacin. El desplieguede la divisin del trabajo comporta un media-cin exterior a los individuos, desde la que sedespliega el puesto de trabajo.

    Esta instancia exterior se constituye en elpunto clave desde el que se impulsa el procesode crecimiento econmico. En ella se define lanocin de capital bajo la que se entrecruzandiversos elementos. El primero se refiere a laacumulacin de una determinada cantidad dedinero, sobre la que hacer frente a los requeri-mientos del proceso de produccin. El segundoremite a la tecnicidad sobre la que se organizala divisin del trabajo.

    Esta se despliega sobre varios planos. En elde la produccin se determina el puesto de tra-bajo y su relacin con aquello que se produce.

    Las modalidades en las que se organiza larelacin entre distintos puestos de trabajo sevincula a la mayor o menor extensin de ladivisin del trabajo. Esta reaparece, en estenuevo contexto, no como un acontecimientosocial, sino como un hecho tcnico vinculadoal objeto a producir. En su mayor o menorextensin se definen las caractersticas tcni-cas del puesto de trabajo, toda vez que stasaparecen ordenadas en un espacio en el que sedespliegan la coordinacin de la totalidad delproceso. La direccin de este proceso aparece,en grado diferente, como la convergenciaentre la administracin disciplinara de lostrabajadores asalariados y la forma tcnicomaterial del proceso de trabajo. 20

    El primero y el segundo elemento, la inver-sin y la organizacin tcnica, estn relaciona-dos en cuanto que la rentabilidad del primerodetermina la configuracin del segundo. Enesta relacin aparece la nocin de racionalidadeconmica desde la que se determina la confi-guracin de la organizacin de la produccin.

    El despliegue del puesto de trabajo y laracionalidad econmica son momentos quediscurren en paralelo. Esta ltima es el elemen-to que determinar su perfil. Originariamente lanocin de racionalidad estaba asociada almomento que mediaba entre las distintas partesde la divisin del trabajo. La centralidad delelemento mediador, el capital, supona el des-plazamiento desde la simetra entre el intersprivado y el inters pblico, hacia la simetraentre capital e inters pblico. En esta perspec-tiva, la rentabilidad del capital se constituyecomo el principio que hace posible el progresoeconmico. En esta centralidad y la convergen-cia con el inters pblico est implcito el dis-tanciamiento y la subordinacin del puesto detrabajo. Este aparece redefinido en unos trmi-nos que suponen su dependencia respecto delcrecimiento de la rentabilidad de la inversin.El despliege del capital y la emergencia de lafigura del consumidor, disuelven las formasantropomrficas de organizacin del procesoeconmico. La consecuencia es que lo que sepone en primer plano no es la racionalidadespecfica del capital, sino la racionalidad eco-nmica. sta se sita en el contexto de diferen-tes modelos de concepcin del proceso de cre-cimiento econmico. La ortodoxia econmicade los sesenta se centraba en la centralidad dela demanda, mientras que la actual se basa en la

    76 Andrs Bilbao

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 76

  • centralidad de la oferta. El puesto de trabajoaparece definido desde una objetiva racionali-dad, que permea la totalidad de las relacionesdel proceso econmico.

    Lo relevante respecto del puesto de trabajoes la reduccin de sus costes. Esta reduccinguarda relacin con el aumento de la producti-vidad. Aumento cuya dimensin central estvinculada al proceso de innovacin tecnolgi-ca. El despliege de este proceso supone dosfenmenos estrechamente relacionados: elaumento de la productividad y la eficacia delpuesto de trabajo.

    La configuracin de la norma social deempleo se inscribe en un amplio contexto en elque se entrecruzan determinaciones polticas yeconmicas. En este entrecruzamiento se con-figuran dos extremos opuestos entre los quediscurren distintas modalidades de organiza-cin de la relacin ente el trabajador y el pues-to de trabajo. En un extremo, la norma esta-blece una rgida vinculacin mientras que en elotro extremo establece una relacin flexible.Entre ambos momentos discurre una diferenteconfiguracin de la morfologa de las relacio-nes laborales. La rigidez acenta la tendenciahacia un proceso de homogeneizacin delentorno del mercado de trabajo, mientras laflexibilidad supone la tendencia hacia una cre-ciente heterogeneidad en las condiciones labo-rales. Expresin de ambas tendencias es unmayor o menor proceso de segmentacin delmercado de trabajo.

    IV

    E l proceso de modificacin de lanorma social de empleo puede ejem-plificarse en el despliegue de la orga-

    nizacin del mercado de trabajo que ha tenidolugar, en la economa espaola, a partir de lossesenta. En este proceso se entrecruzan dosfactores, uno poltico y otro vinculado a la via-bilidad de la lgica econmica. El factor pol-tico permite la demarcacin entre el perododel nacionalcatolicismo y la emergencia de lademocracia parlamentaria a lo largo de ladcada de los setenta.

    El totalitarismo poltico de la dcada de lossesenta estaba basado en varios elementos. El

    primero, al despliegue del pleno empleo, deter-minado en buena medida por la emigracin deuna parte de la poblacin trabajadora hacia pa-ses extranjeros as como por la baja tasa deactividad femenina. El segundo alude a unasuerte de norma implcita, mediante la cual seaseguraba la estabilidad en el puesto de traba-jo, estableciendo como contrapartida la absolu-ta prohibicin de cualesquiera forma autnomade organizacin sindical. Disciplinamiento yestabilidad en el empleo eran las caractersticasde este modelo de relaciones laborales.

    La configuracin de la norma social deempleo en los aos cincuenta y sesenta tenatres lneas principales de referencia. La prime-ra era el desarrollo de una norma, estatalmen-te promulgada, que estableca las condicionesde las relaciones de trabajo. Los principalesmomentos legislativos son la promulgacindel Fuero del Trabajo que se inscriba enuna estructura totalitaria de encuadramiento dela poblacin. A partir del ao cuarenta,siguiendo esta lnea intervencionista se iniciael proceso de promulgacin de las ordenanzaslaborales. Estas se fueron desarrollando enaos sucesivos configurando, en distintosrdenes, el proceso de rigidificacin de lasrelaciones de trabajo. En el orden poltico seestablece el principio de que el Estado es elrgano decisorio en la determinacin de lasrelaciones de trabajo. En el orden tcnico seintroduce una rigurosa clasificacin de lascategoras de trabajo. Desde el punto de vistade la relacin salarial se establece el salariobase en relacin a la funcin que realiza el tra-bajador. Igualmente se introduce un plus sala-rial que compensa al trabajador por el aumen-to de las cargas familiares. Tambin sedetermina el mecanismo de incremento delsalario, relacionndolo tanto con un plus decaresta de vida como mediante el desarrollode un sistema de indiciacin. En el orden jur-dico se suprime el despido acordado autono-mamente por la gerencia y se transfiere a sudecisin a la Magistratura del Trabajo. Tam-bin se instituye el jurado de Empresa, ascomo el desarrollo de reglamentos de rgimeninterno. Estos reglamentos abarcan desdecuestiones relacionadas con la clasificacin delos puestos de trabajo hasta el rgimen disci-plinario en el trabajo.

    El desarrollo de esta legislacin fue confi-gurando una norma social de empleo que

    77Trabajo, empleo y puesto de trabajo

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 77

  • estrechaba los vnculos y la seguridad del tra-bajador con el puesto de trabajo. Las conse-cuencias de esta legislacin se prolongaronhasta los primeros aos de la dcada de lossetenta. El crecimiento de la inflacin, la tran-sicin hacia un nuevo modelo de economa yel proceso de transicin poltica, fueron confi-gurando un nuevo marco, en cuyo contexto sefue desarrollando una nueva norma social deempleo cuyo rasgo central era la flexibilidad.

    En los aos ochenta se ha instalado unanueva ortodoxia econmica que surge comorespuesta a la crisis del modelo anterior. Losrasgos de esta nueva ortodoxia se pueden cen-trar en tres puntos. En primer lugar, en la afir-macin del mercado como mecanismo de regu-lacin autnomo de las relaciones entre losindividuos. Las leyes de la oferta y la demanda,desplazndose sobre un espacio libre de lainterferencia de los individuos, alcanzaron unpunto de equilibrio entre todos los factores deproduccin. Este punto implica la plena utiliza-cin de todos los factores y por tanto del plenoempleo. En segundo lugar, que el beneficioempresarial est en el origen del crecimientoeconmico. Todos aquellos factores que contri-buyan a su aumento, son funcionales al proce-so de desarrollo econmico. En tercer lugar, lasociedad no es ms que la suma de individuosque persiguen, mediante el clculo monetarioracional, sus propios intereses. La suma deestos intereses convergen en un futuro horizon-te de integracin y estabilidad social.

    A partir de los aos ochenta las sociedadesindustriales pasan de considerar prioritario elproblema del pleno empleo a otorgar primaciaa la estabilidad monetaria. Esta tiene comoobjetivo la reduccin de la inflacin y en sudesarrollo aparecen dos factores: la polticapresupuestaria y la estructura de los mercadosde bienes y trabajo. Ambos factores incidendirectamente sobre dos rasgos caractersticosdel perodo anterior: la estructura del EstadoAsistencial y a estabilidad de las relacioneslaborales.

    La otra cuestin alude al empleo. El empleono es algo dado exteriormente, sino quedepende de una norma polticamente estableci-da. En la dcada de los sesenta la norma apun-taba hacia la estabilidad. En la dcada de losnoventa, la tendencia es hacia la precarizacin.

    Sobre ambas referencias, polticas y econ-micas, se puede observar la evolucin de la

    norma social de empleo. Y a la vez mostrarcomo su determinacin se inscribe en un pro-ceso de configuracin de las relaciones labora-les en el que se entrecruzan factores de diver-sa naturaleza.

    A finales de la dcada de los setenta lasestructuras polticas de la democracia orgnicadesaparecen, desplegndose el proceso de nor-malizacin de la vida poltica que culminaren la Constitucin de 1978. A diferencia delperodo anterior, la libertad sindical es un ele-mento central en la organizacin de las rela-ciones laborales. Paralelamente se producencambios, cuyo eje central es el proceso de des-regulacin de las relaciones laborales.

    Con este proceso de transicin poltica con-verge un proceso de modificacin de la orto-doxia econmica. En los aos sesenta, el cre-cimiento del empleo es la condicin para elcrecimiento econmico. La regulacin estataldel ciclo econmico es el rasgo ms carac-terstico. A comienzos de los setenta, las ten-dencias inflacionarias supusieron la crisis deeste modelo de crecimiento. A comienzos dela dcada de los ochenta un nuevo modelo decrecimiento econmico ir configurando unanueva ortodoxia econmica.

    A partir del comienzo de la dcada de lossetenta empez a desarrollarse una sucesin deciclos que configuraron de modo diverso lamorfologa del mercado de trabajo 21. En estesentido pueden sealarse los siguientes mo-mentos. Entre 1970 y 1974 el empleo, a dife-rencia de lo que suceda en algunos paseseuropeos, creci de forma moderada, mientrasse mantenan bajos los niveles de desempleo.El perodo comprendido entre 1974 y 1977 secaracteriz por la estabilidad de los niveles deempleo, a la vez que coincida con un perodode incertidumbre poltica. Entre 1977 y 1985 seempieza a producir un proceso de crecimientodel desempleo. En esta situacin se planteandiversas medidas que tratan de hacer frente a lacada del empleo. Consecuencia de estas medi-das, cuyo eje central fue la tendencia hacia ladesregulacin, se produjo en el perodo com-prendido entre 1985 y 1991 un crecimiento delempleo. Esto estuvo acompaado de un incre-mento de la tasa de actividad, lo que tuvo comoconsecuencia el que el desempleo no descen-diera drsticamente. A partir de 1991 se iniciaun proceso de recensin de la economa queacelera tanto el desempleo como el despliegue

    78 Andrs Bilbao

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 78

  • de medidas de desregulacin que tratan depaliar estos efectos.

    Frente a los primeros sntomas de las crisisdel empleo se desarrollaron las propuestas dereparto del empleo. La consigna sindical Tra-bajar menos para trabajar todos se extendicomo la solucin al desempleo. Estas propues-tas apuntaban hacia la reduccin de la jornadade trabajo. Esto remita a la cuestin del sala-rio, abrindose la siguiente alternativa. Si sereduca, paralelamente a la reduccin de la jor-nada de trabajo, el salario se eliminaban losefectos inflacionistas. Por el contrario si no sereduca el salario la consecuencia era unaumento de la inflacin.

    Paralelamente a estas propuestas se apunta-ron cambios legislativos cuyo objetivo era elreparto de los puestos de trabajo existentes.Medidas tales como los contratos de relevo,que suponan adelantar la edad de jubilacin ypermitir la entrada de jvenes en el puesto detrabajo. Los incentivos a la contratacin decolectivos de difcil insercin laboral fue otrade las medidas propuestas. Los efectos deestas mediadas fueron el aumento de los gastosdel Estado.

    Lo acontecido en la dcada de los setenta seinscriba, no obstante, en un contexto de pro-fundos cambios que apuntaban hacia la ten-dencia a la globalizacin de la economa. Losprincipales rasgos de este proceso estaban aso-ciados a varios factores. La progresiva liberali-zacin en el trnsito de capitales, mercancas ymano de obra. El desarrollo de la Nueva Divi-sin Internacional del Trabajo, asociada a suvez tanto a los procesos de descentralizacincomo a la innovacin tecnolgica.

    Este nuevo contexto acenta el proceso decompetencia cuyos efectos sobre las incipien-tes polticas de reparto del empleo, fue hacer-las inviables. En la medida en que uno de susefectos era el aumento de los costes estosupona una transferencia de ciertas areas deproduccin hacia pases en vas de desarrollo.La consecuencia fue que los pases centralesaumentaron las importaciones respecto de lasexportaciones, producindose un desequilibrioen la balanza exterior. El efecto fue el creci-miento de las tensiones inflacionista. A partirde este momento va adquiriendo consistenciala tesis de que era preciso desplegar un nuevocontexto legislativo en que fuera configurandouna nueva norma social de empleo.

    La dcada de los ochenta marca el inicio deun proceso de reforma legislativa cuyo objetoes reducir la rigidez de las relaciones laborales,iniciando el trnsito hacia formas flexibles. Eneste nuevo contexto se despliega la nocin deajuste positivo. Con ello se aluda al hecho deque frente a la crisis la alternativa no era laprolongacin del anterior modelo, sino la con-figuracin de un nuevo modelo de crecimientoeconmico.

    En esta nueva perspectiva los elementos quese ponen en primer plano presentan lossiguientes rasgos. En primer lugar la clarifica-cin y la estabilidad del marco de las relacio-nes laborales, vinculando ambos procesos a lanecesidad de reducir la incertidumbre empre-sarial. Esto se vinculaba a la tesis de que lacertidumbre empresarial es la condicin delproceso de crecimiento econmico. En segun-do lugar la adecuacin de la demanda de tra-bajo a las caractersticas de los puestos de tra-bajo.

    En este nuevo contexto se va a intensificar elproceso de segmentacin del mercado de traba-jo. La convergencia entre el proceso de desre-gulacin de las relaciones laborales y la seg-mentacin tuvo varias consecuencias. Acentuel proceso de individualizacin de las condi-ciones laborales. Es en buena medida el rever-so de la tendencia hacia la homogeneizacinque haba caracterizado al perodo anterior.Una de las consecuencias fue la cada de lastasa de afiliacin sindical, lo que tuvo comoconsecuencia la tendencia hacia la reduccinde las formas de negociacin colectiva.

    Un aspecto importante de esta nueva etapalo constituye la fijacin de salario. Entorno aste convergen la nocin de puesto de trabajoy la de la norma social de empleo. Desde elpunto de vista de las polticas de oferta, lareduccin del coste del puesto de trabajo es unfactor primordial. La transformacin de lasformas de negociacin, lo que guarda relacincon el efecto de las nuevas normas de empleo,as como su inclusin en el contexto de la esta-bilidad monetaria, son los dos grandes ejessobre los que transcurre el proceso de determi-nacin del salario.

    Al inicio de los aos sesenta, la expansindel sector industrial gener el efecto Spillover 22, el rebasamiento de las alzas salarialesde los sectores con ms productividad al restode los sectores. En estos aos se intensific la

    79Trabajo, empleo y puesto de trabajo

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 79

  • demanda de mejoras salariales, lo que tuvocomo consecuencia tanto el aumento de losprecios industriales como el crecimiento de lainflacin. Este proceso se prolonga hastamediados de la dcada de los setenta. Sus ras-gos principales fueron las expectativas deamplios sectores de aumentar su poder adqui-sitivo en cada nueva negociacin. Esto supo-na que el salario creca por encima de la infla-cin. A la vez el efecto Spill over suponapara determinados sectores que se rompa larelacin entre el crecimiento del salario y elcrecimiento de la productividad.

    A comienzos de la dcada de los ochenta seinicia un nuevo proceso de negociacin quelentamente desarrollar la tendencia de lossalarios a colocarse por debajo de la inflacin,as como a restringir y finalmente suprimir elefecto Spill over 23. A partir de este momen-to la negociacin colectiva sobre los salarios seinscribe en un contexto en el que se toma enconsideracin las principales variables del pro-ceso econmico. La inflacin, la productivi-dad, las variaciones del ciclo econmico, ascomo los objetivos de la poltica econmica,son puntos de referencia en la determinacindel incremento salarial.

    NOTAS

    1 Aqu nicamente se considera la nocin de puestode trabajo en trminos de tiempo. El puesto de trabajoest fundamentalmente asociado a la determinacin delas tareas dentro del proceso de divisin del trabajo. Elobjetivo de este artculo es plantear la hiptesis de que enun futuro se podra alcanzar el pleno empleo desde unaperspectiva estadstica. Por esa razn en la descripcinque se hace del puesto de trabajo se hace hincapi en latemporalidad, dejando de lado el aspecto importante quesupone su caracterizacin en el contexto del proceso deproduccin.

    2 En esto se inscribe otro factor que vincula los nive-les de empleo con la mayor o menor capacidad de nego-ciacin. Esta relacin ya fue sealada en los aos cua-renta por Kalecki(1984), en su texto Las consecuenciaspolticas del pleno empleo.

    3 Cuando Keynes habla de la propensin a consumiry su relacin con la tasa de inters introduce la nocin depreferencia por la liquidez.

    4 A diferencia del perodo anterior, estas estn orien-tadas hacia el control de la inflacin.

    5 Vid. C. Offe (1992).6 Vid. J. Riffkin (1996).7 En esta misma lnea se ha sealado que es el

    comienzo de un nueva poca de libertad y creatividadmarcada por la liberacin respecto del yugo del trabajo.

    Estas previsiones aluden pronunciarse por la condicindel individuo inmerso en un modo de organizacinsocial, que hace del salario la nica fuente de renta.

    8 Esta condicin ha sido descrita por M. Friedman entrminos de tasa natural de paro. Esta nocin alude a laexistencia de un punto de equilibrio entre la oferta y lademanda de trabajo, que coloca a los salarios por debajode la inflacin. El desplazamiento de este equilibriomediante la reduccin del nivel de desempleo por deba-jo de esta tasa natural, dara lugar al crecimiento de lainflacin. Consecuentemente, dentro de la perspectivamonetarista, el pleno empleo a diferencia de lo quesucede en el keynesianismo no es un factor de creci-miento econmico sino que puede, incluso, obstaculizar-lo. Vid. Friedman (1968).

    9 Keynes en La teora general de la ocupacin elinters y el dinero mostr como el mercado podaalcanzar un punto de equilibrio sin que esto implicara elpleno empleo.

    10 Liberalizacin, estabilidad monetaria y desregula-cin del mercado de trabajo.

    11 Se puede pensar, por ejemplo, en la repeticin dela crisis del petrleo de comienzos de los sesenta. Eneste caso, la subida del petrleo sera compensada por labajada de los salarios y no tendra, por tanto, efectosinflacionarios.

    12 El objetivo de la poltica de estabilizacin de losprecios: puede concluirse que el reforzamiento de ladisciplina presupuestaria en un marco de polticasmacroeconmicas internamente ms equilibradas, la ins-trumentalizacin de reformas estructurales que mejorenel funcionamiento de los mercados de bienes y serviciosy del mercado de trabajo y la adopcin de mecanismosque permitan fortalecer la orientacin antinflacionista dela poltica monetaria son de primordial importancia paraposibilitar que la consecucin de la estabilidad de pre-cios tenga lugar de la forma ms rpida y menos costosaposible (Vials (1997) p. 78). En esto se resume laorientacin de la poltica que impulsa el modelo de cre-cimiento de los aos ochenta.

    13 La nocin de pleno empleo podra, y se subrayaaqu el carcter condicional, alcanzarse en un futuro,tanto mediante la desregulacin del mercado de trabajocomo transformando las categoras estadsticas.

    14 Se puede pensar, por ejemplo, en la repeticin dela crisis del petrleo de comienzos de los sesenta. Eneste caso, la subida del petrleo sera compensada por labajada de los salarios y no tendra, por tanto, efectosinflacionarios.

    15 El objetivo de la poltica de estabilizacin de losprecios: puede concluirse que el reforzamiento de ladisciplina presupuestaria en un marco de polticasmacroeconmicas internamente ms equilibradas, la ins-trumentalizacin de reformas estructurales que mejorenel funcionamiento de los mercados de bienes y serviciosy del mercado de trabajo y la adopcin de mecanismosque permitan fortalecer la orientacin antinflacionista dela poltica monetaria son de primordial importancia paraposibilitar que la consecucin de la estabilidad de pre-cios tenga lugar de la forma ms rpida y menos costosaposible (Vials (1997) p. 78). En esto se resume laorientacin de la poltica que impulsa el modelo de cre-cimiento de los aos ochenta.

    80 Andrs Bilbao

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 80

  • 16 El trabajo es una nocin culturalmente establecidaque se asocia a la condicin del individuo. En cuanto quepersisten las nociones culturales que discriminan respec-to de la plenitud del estatuto de individuo, el acceso altrabajo aparece situado en mbitos diferenciados. Es loque sucede en las sociedades tradicionales respecto deltrabajo de las mujeres que aparece confinado al mbitodel hogar, lo que a su vez implica una relacin de subor-dinacin. En la medida en que esas nociones culturalesse van desvaneciendo se generaliza el estatuto de indivi-duo y con ello se abre paso la idea del acceso universalal trabajo en la esfera de lo pblico.

    17 El subsidio de desempleo ha sido un factor que hasustraido a la persona que no trabaja de esta condicin demarginalidad. El origen de su implantacin guarda rela-cin con la tesis que pone la posibilidad de trabajar en unmbito exterior al individuo. Lo que di paso a la gene-ralizacin de este subsidio fue la nocin de la objetivaimposibilidad de acceder al puesto de trabajo. Actual-mente, en el contexto de la desregulacin, vuelve a con-siderarse que el hecho de trabajar o no depende exclusi-vamente del individuo. Se va abriendo, con ello, la tesisde que el subsidio de desempleo es algo que obstaculizala integracin en el mercado de trabajo.

    18 En este punto hay que establecer la diferencia entrela nocin de herramienta y la nocin de maquinaria. Laprimera alude a la mayor o menor perfeccin del instru-mento de trabajo. Pescar, cazar o construir una casa,etc... son trabajos que pueden realizarse con distinto ins-trumental. Su mayor o menor perfeccin hace posible unmenor o mayor esfuerzo, as como un mayor o menorrapidez en su ejecucin. La nocin de maquinaria alude ala sustitucin de energa humana por energa no humana.La actividad de arar, por ejemplo, all donde se sustituyela traccin humana por la traccin mecnica, hace posibleuna mayor rapidez as como la posibilidad de reducir elnmero de individuos necesarios implicados en el traba-jo. Actualmente, la introduccin de la robtica en la fabri-cacin de automviles tiene el mismo efecto.

    19 A. Smith en La Riqueza de las Naciones alude alas dificultades del despliegue de la divisin del trabajo.nicamente el capital, entendido como fondo de sala-rios, permite superar esta dificultad. A partir del Libro II,da un nuevo giro a su argumentacin poniendo en primerplano, no la cuestin de la divisin del trabajo como haceen el Libro I, sino el anlisis de todos aquellos factoresque promueven el crecimiento del capital. Este se asociacon el crecimiento y la felicidad de las naciones.

    20 En la realizacin del producto en el mercado, loque equivale a su realizacin en forma monetaria, culmi-na el proceso de mediacin, representado por la figuradel consumidor, desplegada en el contexto de la teoradel valor y redefinido en el siglo XX como individuo queelige, en el contexto de la teora del precio, ocupa el cen-tro de este proceso. Desde esta figura se organiza la espe-cificidad de la produccin de objetos. Sobre la figura delconsumidor se desliza un equvoco. La tesis de la sobe-rana del consumidor lo configura como una suerte derector del proceso econmico. Frente a esto se despliegala tesis del consumidor como individuo deseante, todavez que el deseo aparece como lo que crea el objeto.Desde esta perspectiva reaparece la autonoma de la pro-duccin. En la relacin dialctica entre ambos momen-

    tos, tamizada a su vez por la capacidad monetaria delindividuo deseante, es donde se sita la conexin entre laproduccin y su realizacin en el mercado.

    21 Estos ciclos van acompaados de cambios tanto dela poltica econmica como de la organizacin de las rela-ciones de trabajo. Cambios que se relacionan con lastransformaciones en la configuracin del mercado de tra-bajo. En los aos setenta se empiezan a poner de mani-fiesto los primeros sntomas de la crisis, expresados en elcrecimiento conjunto de la inflacin y el desempleo. Elorigen inmediato de este proceso fue la subida de los pre-cios de la energa, que proyectada sobre un mercado detrabajo rgido se tradujo en un incremento de los costes,del precio y por consiguiente de una cada de la demanda.Esta fue al secuencia que se desarroll en otros pases. Laprecaria situacin poltica del franquismo supuso la sub-vencin pblica de estos incrementos, lo que se tradujo enel mantenimiento de los niveles de empleo. El efecto fuenicamente retrasar el crecimiento del desempleo que afinales de la dcada empez a ponerse de manifiesto.

    22 Este efecto alude a las consecuencias que tenanciertos convenios puntuales sobre las condiciones salaria-les en otros sectores con menor capacidad de negociacin.

    23 En 1978 los Pactos de la Moncloa marcan el inicio dela espiral deflacionista respecto de los salarios. El creci-miento de los salarios se situ en el horizonte de las previ-siones de la inflacin. A partir de 1979 se empieza a gene-ralizar un proceso en el que la inflacin prevista es el puntode referencia en la negociacin salarial. Tambin a partir deeste perodo se inici una tendencia que terminar rom-piendo con el modelo de crecimiento lineal de los salarios.Igualmente se fue abriendo paso la tesis que vinculaba elcrecimiento de los salarios al incremento de la productivi-dad. A partir de 1982 la banda salarial se estableci en unoslmites por debajo de la inflacin. A partir de este momen-to se inicia un nuevo perodo en el proceso de negociacinsalarial, cuyas consecuencias fueron diversas. En primerlugar, la consolidacin de las relaciones entre el aumentode la productividad y de los salarios. En segundo lugar estotuvo como efecto la desaceleracin, respecto del perodoanterior, del crecimiento de los salarios. Por ltimo, estopermiti la desaceleracin de la inflacin.

    BIBLIOGRAFA

    FRIEDMAN, M. (1968): The Role of Monetary Policy.The American Economic Review. Vol LVIII. Marzo1968. N. 1.

    KALECKI (1984):Dinmica de la economa captalistaMxico, Fondo de Cultura Econmica.

    KEYNES, J. (1979): Teora general de la ocupacin, elinters y el dinero. Mxico, Fondo de CulturaEconmica.

    OFFE, C. (1992): La sociedad del trabajo. Madrid,Alianza Editorial.

    RIFFKIN, J. (1996):El fin del trabajo. El declive de lafuerza de trabajo global y el nacimiento de la era-postmercado. Barcelona, Paids.

    VIALS, J. (1997): Poltica monetaria e inflacin: de lateora a la prctica. Madrid, Servicio de Estudios delBanco de Espaa: La poltica monetaria y la infla-cin en Espaa.

    81Trabajo, empleo y puesto de trabajo

    05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 81

  • 05.qxd 30/03/01 14:30 Pgina 82