Aviación en La Gran Guerra. Ases Del Aire

download Aviación en La Gran Guerra. Ases Del Aire

of 6

description

Aviación en la Gran Guerra. Ases del aire.

Transcript of Aviación en La Gran Guerra. Ases Del Aire

  • 30

    LA AVENTURA DE LA

    H I S T O R I A

    L POCO TIEMPO DE QUE

    LOS HERMANOS WRIGHT iniciasen sus vuelos con motor, los diver-sos ejrcitos vieron la potencialidad de los

    aviones. En 1909, Francia los dedic a operar como observadores en maniobras en la Picarda; al ao siguiente, Ale-mania y Gran Bretaa tambin los in-corporaron a su ejrcito. Sin embargo, las primeras acciones militares reales

    correspondieron a Italia, Bulgaria y Es-paa. La primera, en el marco de la gue-rra contra los turcos en Libia en 1911, bombarde las lneas otomanas con ex-plosivos lanzados a mano por los tri-pulantes. Lo mismo hicieron los blga-ros al ao siguiente, tambin contra los turcos, y los espaoles en 1913, esta vez contra las tribus del Rif del norte de Marruecos. La terrible premonicin del escritor britnico H. G. Wells sobre ata-ques desde el aire, que haba descrito en su obra La guerra en el aire (1908), es-taba a punto de hacerse realidad.

    Nada ms comenzar el conflicto, los aviones hicieron su aparicin junto con los globos cautivos y los zeppelines. Al principio eran muy pocos, unos 550 aviones e hidroaviones y 40 dirigibles, sumando las fuerzas de todos los con-tendientes, que comenzaron a partici-par solo como observadores de las fuer-zas enemigas y correctores del tiro ar-tillero, pero revelndose muy tiles. No en vano aviones aliados fueron capaces de descubrir la amenaza alemana en El Marne, en agosto y septiembre de 1914, lo que logr detenerla. Lo mis-

    A

    JUAN CARLOS LOSADA. HISTORIADOR.

    LA AVIACIN EN LA GRAN GUERRA

    LAS CLAVES

    INICIO. Pars incorpor los pri-

    meros aviones a su ejrcito en

    tareas de observacin en 1909.

    Berln y Londres, en 1910.

    BAUTISMO DE FUEGO. Italia,

    Bulgaria y Espaa realizaron en-

    tre 1911 y 1913 los primeros

    bombardeos areos.

    CARRERA TECNOLGICA. Los

    aparatos mejoraron rpidamen-

    te su diseo y sus motores, e in-

    corporaron la brjula, visores,

    lanzabombas y radios.

  • 31

    LA AVENTURA DE LA

    H I S T O R I A

    mo consiguieron los alemanes respecto a los rusos por aquellas mismas fechas. Las informaciones recogidas por los avio-nes se transmitan a tierra mediante cdigos de colores y, luego, a travs de la telegrafa sin hilos. Sin embargo, la fal-ta de experiencia profesional, la frecuen-te meteorologa adversa y las rudimen-tarias tcnicas hicieron que los datos re-cabados por los aviones no fuesen todo lo detallados que se precisaba.

    A los pocos meses, la estabilizacin de los frentes hizo cada vez ms im-posible la exploracin por parte de pa-

    trullas terrestres de vanguardia, por lo que la aviacin fue la nica fuente de informacin sobre las fuerzas enemigas. Ello hizo mejorar la fotografa area y la importancia general de la observacin desde el aire, por lo que los artefactos voladores pasaron a ser un claro enemi-go que haba que abatir. Los globos cau-tivos sucumbieron enseguida a las ba-las incendiarias y desaparecieron pron-to de los frentes de guerra, dejando solo a los aviones como reyes del cielo. Era evidente que cada bando pretenda ob-servar al enemigo e impedir ser obser-

    vado por este: comenzaba la aviacin de caza, que dara lugar a los primeros combates areos.

    PRIMER APARATO DERRIBADO. Duran-te las primeras semanas de la guerra, cuando se encontraban aviones de los bandos enfrentados, los pilotos se limi-taban a saludarse. Sin embargo, la lgi-ca de la guerra acab con esta depor-tividad y comenzaron a tratar de derri-barse. Al principio arrojndose ladrillos o piedras pretendiendo destrozar el frgil fuselaje de los aviones;

    Las tareas de observacin de los primeros aviones

    fueron cruciales para descubrir y detener la ofensiva alemana en El

    Marne. Las informaciones se transmitan a tierra

    mediante cdigos de colores y luego a travs de telegrafa sin hilos. En la

    imagen, un BIPLANO francs de dos asientos Salmson 2A2, diseado en 1916, en tareas de

    reconocimiento.

    EL AVIN Y LOS ZEPPELINES SE MOSTRARON AL

    ESTALLAR LA GUERRA COMO UN EFICAZ

    INSTRUMENTO DE OBSERVACIN, BOMBARDEO Y

    ATAQUE. JUAN CARLOS LOSADA DETALLA SU RPIDA EVOLUCIN TCNICA Y PRESENTA A LOS

    PIONEROS DE LOS COMBATES AREOS, REGIDOS

    POR UN PARTICULAR CDIGO DE HONOR

    ASES DEL AIRE

    ZEPPELIN ALEMN. Por su tamao, autonoma y altura de vuelo, se pens que era el bombardero ideal, pero el efecto de sus ataques fue casi nulo.

  • 32

    LA AVENTURA DE LA

    H I S T O R I A

    tambin mediante cables o cade-nas colgando, y ms tarde con disparos de la pistola o el fusil del propio pilo-to o del copiloto. Se puede decir que la aviacin de caza comenz el 5 de octu-bre de 1914, cuando un piloto fran-cs derrib un aparato alemn con una ametralladora. A las pocas semanas to-

    dos los pilotos y copilotos iban ya arma-dos, pero la precisin en los disparos era prcticamente inexistente, pro-ducindose casi todos los derribos por accidentes provocados por las bruscas maniobras que hacan los pilotos, por problemas meteorolgicos, o a la hora de aterrizar. El problema de la impre-

    cisin de la puntera lo solucion, en abril de 1915, el mecnico del piloto francs Roland Garros (aficionado al te-nis y que dio su nombre al clebre tor-neo de Pars), al idear una proteccin para las palas de la hlice, ubicada en el morro de casi todos los aviones, y po-der as disparar a travs de ellas sin

    daarlas, aunque ello no impeda que muchas balas fuesen desviadas. Cuan-do los alemanes le derribaron, copiaron y mejoraron el mecanismo, incorporn-dolo masivamente a partir de agosto de 1915. Lo hizo el fabricante holan-ds de aviones afincado en Alemania Anton Fokker, inventando el engra-

    naje interruptor, que permita disparar a travs de las palas pero sincronizn-dolas con su giro, por lo que nunca im-pactaban en ellas. As se aument la ca-dencia de disparos y su efectividad, pa-sando la hegemona a la aviacin alema-na, aunque poco despus los Aliados tambin copiaron el sistema volviendo a equilibrar la balanza, por lo que se ge-neralizaron los combates areos y las bajas aumentaron considerablemente.

    De hecho, la supremaca en el aire fue oscilando de un bando a otro duran-te toda la guerra, al comps de las ince-santes mejoras que se fueron produ-ciendo en los aviones y que, al poco, eran igualadas o superadas por el ene-migo. La carrera tecnolgica pareca no tener fin, y a lo largo de la guerra, apar-te de motores ms potentes y mejo-res diseos, los aviones fueron incorpo-rando la brjula, visores de puntera, lanzabombas, radios, etc. Tambin fue-ron aumentando la potencia de sus mo-tores y, con ello, su tamao, blindaje, capacidad de carga y autonoma de vuelo. El resultado fue que los avio-nes fabricados al final de la guerra poco tenan que ver con los del principio de la conflagracin. Su nmero tampo-co: de unos pocos cientos, se haba pasado a decenas de miles.

    SOCAVONES EN EL AERDROMO. El in-cremento constante de los aparatos de aviacin tuvo varias consecuencias, aparte de estimular el desarrollo tecno-lgico de motores, armas y diseos. Por una parte el reclutamiento masivo de pilotos y por otra la construccin de cientos de aerdromos. Estos eran f-ciles de construir, bastando unos cen-tenares de metros de tierra llana y api-sonada. Sin embargo, dada la poca au-

    tonoma de vuelo de los aviones era impor-tante ubicarlos lo ms cerca de los frentes, lo que ocasionaba que, en muchas ocasiones, fue-sen atacados por la arti-

    llera enemiga e incluso ocupados por los adversarios. No era infrecuente que los socavones provocados por la ar-tillera imposibilitasen aterrizar en un aerdromo del que haca poco se haba despegado, o que el piloto encontrarse que en el transcurso del vuelo haba sido conquistado por el otro bando.

    LA AVIACIN EN LA GRAN GUERRA

    AL COMIENZO LOS PILOTOS USARON LADRILLOS, PIEDRAS Y CADENAS PARA DAAR AVIONES ENEMIGOS Y LANZARON FLECHAS PARA INTENTAR ASAETEAR A LA INFANTERA RIVAL

    Un SACERDOTE BENDICE UN AVIN en Francia, 1915.

    Spad S. XIII (Francia)

    Sopwith Camel (Gran Bretaa)

    Fokker D. VII (Alemania)

    VELOCIDAD MXIMA

    220 Km/h a 2.000 metros

    196 Km/h a nivel del mar

    190 Km/h a nivel del mar

    AUTONOMA 2 horas 2,5 horas 2,5 horas

    TECHO OPERATIVO 6.500 metros 6.000 metros 6.500 metros

    ARMAMENTO

    PESO MXIMO 845 kg 660 kg 850 kg

    POTENCIA DE MOTOR

    TASA DE ASCENSO

    2 m/seg

    5 m/seg

    4/seg

    UNIDADES CONSTRUIDAS

    220 Hp

    130 H

    230 Hp

    8.500

    5.500

    3.500

    2 ametralladoras Vickers 7,7 mm

    2 ametralladoras

    Vickers 7,7 mm + 4 bombas de 10 kg

    2 ametralladoras

    Spandau 7,92 mm

    COMPARATIVA DE TRES CAZAS

    BIPLANOS

  • 33

    LA AVENTURA DE LA

    H I S T O R I A

    En un primer momento, los bombar-deos respondan ms a la iniciativa per-sonal de los pilotos que a una plani-ficacin. Eran los ataques con granadas o pequeas bombas lanzadas desde la carlinga sobre una trinchera o algn edi-ficio concreto. Incluso en algunos de esos prolegmenos se llegaron a lan-zar haces de flechas con la esperanza de asaetear a la infantera enemiga. El ob-vio fracaso de estas acciones hizo que, al principio, solo se siguiesen lanzan-do octavillas sobre las lneas enemigas en acciones de guerra psicolgica.

    ATADES VOLANTES. Sin embargo, Ale-mania s crea en los bombardeos como una pieza importante de su estrategia, aunque deba de hacerlos desde los diri-gibles, los nicos aparatos al principio de la guerra capaces de transportar can-tidades significativas de bombas. Desde el principio de la guerra vio en estas ac-ciones, en combinacin con los subma-rinos, la manera de contrarrestar la su-premaca naval de Gran Bretaa y el blo-queo continental que efectuaba su Ar-mada. El tamao de los famosos zeppe-lines, su autonoma y altura de vuelo, as como la capacidad de sus bodegas, lo ha-can idneo para atacar tanto a tierra como a mar. En 1915 se generalizaron los bombardeos desde estos enormes arte-factos. Londres fue uno de los princi-pales objetivos, pero el kiser impuso a su Estado Mayor que se cuidase mu-cho de atacar las residencias de sus pri-mos, la familia real britnica. Sin embar-go, la precisin era muy mala, con lo que sus efectos fueron casi nulos.

    Los globos cautivos que rodeaban las ciudades sujetos con gruesos ca-bles, y las patrullas de los aviones de caza, obligaban a realizar los ataques desde mucha altura y por la noche, lo que junto a las nubes haca casi im-posible acertar sobre los objetivos. Adems, los dirigibles eran lentos, enormes, un blanco fcil y el estar hin-chados con gases inflamables les con-verta en poco menos que en atades volantes. Como, adems, la eficacia de la artillera antiarea haba mejorado mucho, oblig a que desde 1917 todos los bombardeos alemanes fuesen rea-lizados desde aviones, mucho menos vulnerables a las defensas aliadas. Es-tos fueron los nuevos Gotha, capaces de albergar 500 kilos de bombas y vo-

    lar a alturas inalcanzables para los ca-zas aliados. Una nueva carrera se desa-t y aparecieron cazas aliados ms r-pidos y capaces de volar ms alto para hacerles frente, y los germanos respon-dieron con el enorme Zeppelin-Staa-ken Reisenfluzeugen, capaz de lanzar una bomba de 1.000 kilos. Los britnicos tambin disearon bombarderos capa-

    ces de atacar zonas industriales alema-nas, como los Handley Page 400 y 1500. Al final de la guerra, los bombarderos ya pesaban de cuatro a siete toneladas, podan alcanzar una velocidad de 140 km/h, con una autonoma de 800 ki-lmetros. Su tripulacin de hasta ocho personas y sus dimensiones, as como la capacidad para transportar

    Que la actual guerra europea iba a ser fecunda para el de-sarrollo de la Aeronutica, era opinin del pblico en ge-neral, compartida por los que por nuestra profesin esta-mos obligados a seguir y es-tudiar al detalle los adelantos aeronuticos. (...) Era y es indubitable que los servicios de exploracin realizados por dirigibles y aeroplanos han tenido que ser in-sus t i t u i -bles, impor-tantes y con-tinuos. No era abrigada unn imemente igual seguridad respecto al empleo ofensivo de ambos medios de navegacin area, duda fundada en el incipien-te estado en que esta uti-lizacin del aeroplano se en-cuentra en las naciones be-ligerantes y en que solo los alemanes poseen verdaderos dirigibles, poco vulnerables y capaces de transportar grandes cargas de explosi-vos. El bombardeo areo de Amberes y las noticias llega-das estos das de que avia-dores alemanes han lanzado bombas sobre Pars, parecen demostrar que, por lo me-nos, uno de los ejrcitos em-plea en esta campaa los elementos areos para el arroje de proyectiles, aprove-chando as el efecto moral y material de esta clase de bombardeo, cuya gran efica-cia y utilidad quedar de-mostrada (...).

    Se dibujan ya dos tipos de aeroplanos distintos: uno para la exploracin, el cual debe subordinarlo todo a las cualidades de observar bien, y otro torpedero para el lan-zamiento de bombas, el cual requiere como primordial condicin una gran capaci-

    dad de carga til. Pero as como

    cada ejrcito desear ver todos los movimien-tos, cono-cer en cada mo-mento la

    posicin de las tropas ad-

    versarias y poder al mismo tiempo

    bombardear desde el aire las posiciones enemigas, as tambin un inters capital le exige impedir ser visto y bombardeado por el enemi-go. De aqu nace una terce-ra categora de aeroplanos: el destroyer areo blindado y armado para la caza de aero-planos y dirigibles, y cuya cualidad principal, adems del armamento, es una gran velocidad, tanto horizontal como ascensional. Claro que existen otros recursos para defenderse de ser visto y bombardeado por los aero-planos: el fusil y el can, pero estos medios terrestres son de poca eficacia cuando la altura de navegacin es grande; el nico enemigo del aeroplano y del dirigible a cualquier altura es el aero-plano ofensivo, destroyer a-reo o avin de lnea (...). Las actuales escuadrillas se

    transformarn en escuadras anlogas a las martimas, compuestas de los aeropla-nos o aviones de lnea que sostendrn el peso del com-bate areo, los explorado-res y los torpederos o trans-portes de bombas; estos l-timos sern sustituidos en muchos casos por dirigibles, constituyndose entonces escuadras mixtas. Cuando decimos aeroplanos podemos decir hidroaero-planos, para la defensa de costas y luchar contra bu-ques enemigos, siendo en este caso muy tiles tam-bin los dirigibles, los cua-les pueden lanzar verdade-ros torpedos que estallan debajo de la lnea de flota-cin de un barco (...). Lo que aumenta la impor-tancia de los elementos a-reos es su escaso coste rela-tivamente a su eficacia; por ello ha sido llamado el diri-gible acorazado de las nacio-nes pobres (...). Pases como el nuestro, de extensa zona de costas de di-fcil vigilancia, con islas des-tacadas y con limitados re-cursos para atender a la de-fensa del territorio nacional, deben seguir los episodios areos de la lucha, no con la curiosidad del simple es-pectador o el inters cien-tfico del tcnico, sino con preferente atencin, como cosa que nos atae en el vi-tal problema de nuestra de-fensa nacional.

    Artculo publicado por Alfre-do Kindeln en LA CORRES-PONDENCIA MILITAR, el 14 de septiembre de 1914.

    ALFREDO KINDELN CAPITN DE INGENIEROS Y AVIADOR

    UN NUEVO ELEMENTO DE COMBATE

  • 34

    LA AVENTURA DE LA

    H I S T O R I A

    hasta tres toneladas de bombas, ya anticipaban claramente los mode-los de la II Guerra Mundial.

    Los xitos en el diseo de aviones se basaban en combinar velocidad, ma-niobrabilidad, blindaje y armamento. Obviamente, los diseos eran funda-mentales pero a veces incompatibles, porque rapidez y agilidad deban ser me-nores si se primaban el fuselaje robus-to y las armas, porque era preciso buscar el equilibrio entre todos ellos segn las necesidades del avin. No era lo mis-mo fabricar aparatos destinados a la caza, a la observacin o al bombardeo, pero tampoco lo fue la capacidad tecnolgi-ca del principio de la guerra y la del final.

    ALBATROS, FOKKER, NIEUPORT... Por otra parte, los estudios aerodinmicos, el desarrollo de los motores y los mate-riales empleados en la construccin de los aviones condicionaban el diseo. El resultado fue que los aparatos ms em-pleados en la guerra fueron los bipla-nos, ms capaces de ofrecer susten-tacin, suprimindose los monoplanos de los primeros meses de la guerra. Al final, incluso ambos bandos desarro-llaron un triplano que dara excelentes resultados. La misma evolucin sufri el nmero de tripulantes; durante el primer ao de guerra era normal que los aviones fuesen biplazas, con un pi-loto y detrs un observador y artille-ro. Cuando se introdujo la sincroni-zacin de las ametralladoras con la ro-tacin de la hlice, lo que permita dis-parar al piloto, se evolucion a mono-

    plazas que, al soportar menor peso, po-dan ser ms maniobrables, rpidos y capaces de alcanzar mayores alturas.

    Alemania produjo a gran escala tres monoplanos, ocho biplanos (entre ellos los famosos Albatros y el Fokker D. VII) y un triplano, el clebre Fokker Dr. I que pilot el Barn Rojo en sus ltimos tiempos. Francia fabric dos monopla-nos y diez biplanos, entre los que es-taban los eficaces Nieuport y Spad. Por su parte, Gran Bretaa dise nueve bi-planos, como el SE 5 y el Sopwith Camel, y un triplano, el Sopwith, que los alema-nes copiaron para disear el suyo.

    Como respuesta a las mejoras antia-reas, los aviones incorporaron el ca-muflaje; las panzas de los aviones se pintaron de gris o azul para mimeti-zarlas con el cielo, y la parte superior, de tonos verdosos y pardos para confundir-

    lo con el terreno. En los laterales se de-jaba espacio para las insignias nacio-nales y las personales de cada piloto.

    Subirse a aquellos aparatos tan fr-giles y volar con ellos era, verdadera-mente, una cosa casi de locos. Solo los muy amantes de las emociones fuertes, o los potenciales suicidas, se atrevan a ello. Su personalidad, por tanto, so-la ser bastante excntrica y chocaba con las estrictas reglas de disciplina del ejrcito, lo que contribua a la descon-fianza con que eran vistos por los mi-litares tradicionales.

    BEBER ALCOHOL ANTES DE PILOTAR. Las estadsticas de la guerra son esca-lofriantes: tras un mes de servicio des-de su incorporacin haban muerto ms de la mitad de los pilotos, tanto por accidentes como por fuego enemigo, siendo su esperanza de vida media de no ms de dieciocho horas de vuelo. Para evitar los ataques de pnico, los aliados, al principio, no les equiparon con paracadas. Al poco tiempo eso se rectific, pero todos los bandos tenan como condicin imprescindible para in-gresar como piloto el estar soltero y ser muy joven. Se supona que solo sin cargas familiares y siendo casi imber-be se poda ser el descerebrado que ha-ca falta para subirse a aquellos cacha-rros. Lo cierto es que eran muchos los pilotos que suban a los aviones con una buena dosis de alcohol, tanto para in-fundirse valor como para combatir el fro. Esta situacin les llev a disear sus propias y particulares vestimen-tas. Las carlingas estaban expuestas al glido aire libre de las alturas, y los abri-

    Los funerales del capitn avia-dor alemn Von Richthofen se celebraron el 22 por la tarde, con los honores mili-tares. Seis avia-dores britnicos llevaban en hombros el atad, de pino. A ambos lados iba una escol-ta de honor de doce hom-bres, con armas a la funera-la. Les seguan unos 50 ofi-

    ciales y soldados britnicos, as como algunos aviadores france-ses llegados en aeroplanos. El atad, cubierto por cuatro coro-nas con los colo-res nacionales alemanes, llevaba esta inscripcin:

    Al capitn von Richthofen, valiente y digno adversario. (...) En el momento de bajar el atad se hicieron tres sal-

    vas, y al mismo tiempo una escuadrilla area britnica, dando vueltas por encima del cementerio, dispar una lar-ga salva de ametralladoras. Una placa (...) fue fijada (...) en la cruz colocada sobre la tumba, con la siguiente ins-cripcin (...): Capitn de Ca-ballera Manfred, barn de Richthofen. Veinticinco aos. Muerto en combate areo el 21 de abril de 1918. Artculo publicado en LA AC-CIN, el 3 de mayo de 1918.

    CUANDO EL ENEMIGO ERA VALIENTE Y DIGNO

    El problema de la puntera lo solucion en 1915 el mecnico del piloto francs ROLAND GARROS (en la imagen, aficionado al tenis y que dio su nombre al torneo de Pars), al idear una proteccin para las

    palas de la hlice y poder as disparar a travs de ellas sin daarlas.

    LA AVIACIN EN LA GRAN GUERRA

  • 35

    LA AVENTURA DE LA

    H I S T O R I A

    gos de cuero, cazadoras y gorras forra-das con gruesas pellizas de cordero, ga-bardinas, guantes, gafas, bufandas y mantas, formaban parte de estos uni-formes tan originales.

    Sabindose especiales y de un valor casi suicida, desarrollaron un particular cdigo de honor a la hora de combatir, que recordaba en mucho a las viejas normas de la caballera; no en vano los pilotos alemanes calzaban incmodas botas de montar, totalmente absurdas para un avin. Entre esas normas es-taban las de no disparar a un piloto lan-zado en paracadas, en no atacar, en mu-chas ocasiones, si se vea al enemigo en una clara situacin de desventaja como con averas, sin municin, o si estaba en una excesiva inferioridad numrica... Entonces se podan limitar a saludar-se como lo habran hecho los antiguos caballeros andantes... no era hono-rable combatir con tales ventajas!

    TCTICAS DE COMBATE. Durante la I Guerra Mundial, 187 pilotos alcanzaron la categora de ases al obtener ms de 20 victorias (cada derribo de un aparato enemigo era una victoria), siendo con-decorados con las mximas distinciones. De ellos, 76 fueron alemanes, 45 bri-tnicos, 23 canadienses, 14 franceses, 8 australianos, 7 sudafricanos, 4 italianos, 4 austrohngaros, 2 neozelandeses, 1 ruso y 1 belga. En total, 57 de ellos mu-rieron en combate, y eso a pesar de ser pilotos sumamente experimentados. El ms famoso y el que ms victorias logr, 80, fue el alemn Manfred von Richtho-fen, el Barn Rojo, seguido del francs Ren Fonck, con 75, y del britnico Ed-ward Mannock, con 73. De los tres, el primero y el ltimo cayeron en acto de servicio. En la lista tambin encontra-mos a otro as con 22 victorias, que aos ms tarde se hara tristemente famo-so: Hermann Goering.

    Los combates areos no se generali-zaron hasta mediados de 1915, cuan-do ya se haba incorporado el engra-naje interruptor a todos los aviones. Hasta ese momento, la dificultad de derribar con disparos y el hecho de que muchos pilotos, sobre todo los aliados, no llevasen paracadas, haca rehusar el combate. A partir de ese momento los cazas que protegan a sus respectivos aviones de reconocimiento, se fueron enzarzando en duelos. Eran acome-

    tidas implacables conocidas como dogfights, luchas de perros. La vic-toria de uno u otro dependa de varios factores: el entrenamiento y la habili-dad del piloto, la capacidad de volar en equipo a las rdenes del lder, la potencia de fuego disponible, la auto-noma, velocidad y capacidad de ascen-so, el conocimiento de las potencia-lidades y debilidades de su avin y las del contrario, etc.

    Pronto se comprendi que volar y lu-char en grupo mejoraba las posibilida-des en los combates y que la formacin se haba de mantener todo el tiempo posible, antes de derivar en el comba-te individual. El objetivo era lograr su-perioridad numrica ante el adversario y lograr ver antes al enemigo sin ser visto por este, lo que se concretaba en tratar de atacar desde arriba y atrs. Por supuesto se intentaba tener el sol a la espalda para que deslumbrase al enemi-go, jugar con las nubes para camuflar-se, tanto en el ataque como en la defen-sa, alcanzar alturas en que el fro conge-

    lase el aceite del motor contrario, siem-pre que el propio no se viese afectado, etc. Tambin era muy importante tener sangre fra a la hora de disparar, hacer-lo de manera que se optimizara la mu-nicin, no inutilizar la ametralladora, etc. Sin embargo, muchas veces, acaba-ba primando la improvisacin.

    Las maniobras acrobticas aparecie-ron como mtodo de exprimir las po-tencialidades de los aparatos. La ms famosa fue el giro ideado por as alemn Max Immelman. Consista en subir rpidamente e invertir el sentido del vuelo, mientras daba un giro comple-to sobre s mismo. Con ella, y si la es-tructura del avin lo permita, se ga-naba altura y era factible librarse de una persecucin enemiga situndose, a su vez, a su cola.

    J. HERRIS y B. PEARSON, Aviones de la I Guerra Mundial 1914-1918, Alcobendas (Madrid), Libsa, 2013.

    J. VAZQUEZ GARCIA, La Gran Guerra en el aire, Valladolid, Galland Books, 2012.

    El sportsman francs M. Bourhis descendiendo en

    un prototipo de PARACADAS en abril

    de 1914, cuatro meses antes del estallido del

    conflicto. Para evitar los ataques de pnico, los aliados, al principio, no

    equiparon con estos salvavidas a sus pilotos.