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    AVANCEVOCERO DEL MOVIMIENTO ACCIN NACIONALISTA PERUANO - MANPE

    BUENOS AIRES - ARGENTINA Diciembre AO 2013 Distribucin Gratuita.

    ALEMANIA - ARGENTINA - AUSTRALIA - BOLIVIA - EE.UU - ESPAA - MEXICO- FRANCIA- ITALIA - PER - URUGUAYFELIZ 2 14FELIZ2014

    Trabajando por la PatriaG r a n d e U n i d a yFortalecida, con Hechos yno con Palabras.

    Trabajando por la PatriaG r a n d e U n i d a y

    Fortalecida, con Hechos yno con Palabras.

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    AVANCE MANPE PER2

    UNA TAREA DE LATRADICIN. COMBATIREL ESPRITU BURGUS

    Una forma de ser y de comportarse invade el mundo moderno: se tratadel burgus. Se lo encuentra en todas partes; entre nuestrosparientes, vecinos y conocidos. Hay militares burgueses, curasburgueses, docentes burgueses, profesionales burgueses,

    sindicalistas burgueses, intelectuales burgueses y an ms. Elburgus est presente en todos los estamentos y clases sociales.Puede ser obrero, deportista, intelectual o poltico. Joven o viejo, esten todas partes. El burgus se caracteriza por su apego a lo material, al dinero y a laposesin de bienes de todo orden, menos los bienes espirituales, Vivepensando en ello. Su vida gira en torno a los logros materiales que sonla razn de su existencia. En pocas pasadas el burgus todava poda asumircomportamientos nobles y dignos, alcanzar incluso la heroicidad ysacrificarse por su patria, por su rey y por su honor. Un comercianteque quebraba se suicidaba. Hoy da los descendientes de esecomerciante preparan las quiebras para despojar a las vctimas queen algn momento confiaron en l. Pero ha avanzado tanto el procesode descomposicin y putrefaccin social que ese tipo de burgus esun recuerdo del pasado. Un intelectual argentino, Juan BautistaAlberdi, uno de los padres del liberalismo argentino, escriba amediados del siglo XIX, que haba pasado la poca de los sablesheroicos y comenzaba la del comercio, la libre empresa, la industria yla creacin de riqueza. En una palabra, comenzaba la poca delburgus moderno. Y ahora vayamos al otro aspecto de la cuestin. En ciertaoportunidad le preguntamos a un burgus qu pensaba hacerdespus de la muerte. En un principio le sorprendi la pregunta a laque no estaba acostumbrado, y una vez rehecho, nos contest quecuando el momento llegara lo pensara. Estamos seguros que poralgunos segundos lo invadi la angustia existencial. Nuestro buen burgus calma esa angustia, ese vaco, recurriendoal mundo exterior. Entonces, hay que disfrutar de la vida, gozarla,

    divertirse, pasarla bien. Para eso estn los medios de comunicacin,la TV, el cine, las redes sociales, el turismo, la internet, la pornogafa,los espectculos deportivos, las telenovelas, los recitales, y los bailesdnde las multitudes se agitan como marionetas en un estado detrance. El espritu burgus campea a sus anchas y va transformando alas multitudes modernas en robots teledirigidos.Con esa clase de individuos no se puede pensar seriamente enninguna rectificacin seria de la humanidad. La nica salida esagrupar a los pocos que mantienen una visin guerrera, viril y heroicaen torno a una orden tradicional, inasequible al espritu burgus. Querechace las falsas alternativas que ofrece el mundo moderno yapoyando en cualquier parte del mundo a aquellos que partiendo desus limitaciones de tiempo y espacio, sostienen una visin comn entorno a los principios tradicionales. As lo est haciendo el FrenteCristiano Islmico del cual formamos parte desde la vertiente catlica.

    San Carlos de Bariloche, 19 de noviembre del 2013.

    JULIN RAMREZ

    NECESITAMOSGUERREROS Y NO

    MAHATMAS GHANDISEl pasado 18 de agosto en ocasin del rezo del ngelus, el Papa Franciscopronunci algunas palabras de las cuales transcribiremos algunosprrafos. Dijo el Papa: El cristiano no es violento pero es fuerte y con qufortaleza? con aquella de la mansedumbre, la fuerza de la mansedumbre,

    la fuerza del amor. Y tras alguna cita evanglica agrega: Esta palabra delEvangelio no autoriza de hecho el uso de la fuerza para difundir la fe. Esprecisamente al contrario: la verdadera fuerza del cristiano es la fuerza dela verdad y el amor, fe y violencia son incompatibles. En los ltimos dasy de acuerdo a las informaciones no quedan dudas que el Papa se hareferido a Egipto, y frente a todo esto no cabe sino reflexionar sobre el tremade la violencia. Tratarla en abstracto es un gran equvoco. La violencia estpresente en todo el quehacer humano, la encontramos en la mitologa, en lahistoria, en la religin, en los usos y costumbres, en todas las sociedades,sean tradicionales o modernas. El ms destacado tradicionalista del sigloXX, Julius Evola, se ocup del tema en su obra Metafsica de la guerra.Ignorar la violencia es una utopa que puede conducir a graves daos yderrotas; ya los antiguos romanos decan: si quieres la paz, preprate parala guerra. Pero no pasemos por alto lo esencial, es decir, la violencia es unaforma de actuar y, actuar en favor de qu objetivo? No es lo mismo lalucha por lo trascendente, por la religin, por la dignidad, por el honor, por laTradicin, que la guerra por el petrleo, los recursos naturales, porposiciones geopolticas o por defender intereses materiales o sistemaseconmicos, En el primer tipo de violencia est la Tradicin, en el segundoel mundo moderno. La misma Iglesia Catlica adopt como propia lafilosofa escolstica que defenda la guerra justa, e incluso alent, justific yparticip en guerras, y a la historia nos remitimos. La primera guerra fue enel cielo con el triunfo de las milicias celestiales conducidas por San Miguel

    Arcngel y los textos bblicos abundan sobre el tema blico. Qu es entonces esta prdica papal incitando a la mansedumbre y a lapaz ? Ni ms ni menos que someterse al mundo moderno y aceptar todaslas sugestiones que nos proponen un abandono total de todo lo superior. Esuna invitacin al desarme interior y renunciar a una moral de seores yadoptar una moral de esclavos. Predicar hoy en da la paz en Egipto es consolidar el criminal golpe deestado, convalidar a los poderes mundiales, a la subversin democrtica y

    atacar a los que hoy en da sustentan visiblemente principios tradicionalescomo es el caso de la Hermandad Musulmana. Y qu les cabe entonces hacer a los cristianos? Recuperar lo mejor denuestras tradiciones, que las tenemos y muchas, desechar esta prdica dela Iglesia moderna hoy da encabezada por el Papa Francisco y luchar juntocon los fundamentalistas islmicos contra el mundo moderno. As loestamos haciendo desde el Frente Cristiano Islmico. La guerra por lareligin es una guerra justa y no hay incompatibilidad entre religin yviolencia como predica Francisco. Notemos tambin la hipocresa de esta actitud. Mientras critica la guerrareligiosa calla la descomunal violencia que azota al mundo por parte de lospoderes mundiales. Nada nos dice por ejemplo de las guerras que sedesarrollan contra los pueblos en Afganistn, Irak. Siria, Yemen, Somalia,Mal, Tnez y otros lugares, junto con la barbarie de los drones, o ser queest apoyando a la democracia plutocrtica y a los derechos humanos?

    Y con respecto a las citas evanglicas de Francisco, digamos que eldiablo puede citar prrafos de la Biblia para cumplir con sus propsitos.San Carlos de Bariloche, 20 de agosto del 2013.

    JULIN RAMREZ

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    AVANCE MANPE PER3Y si no haba Tratado de Ancn? Qu hubiera pasado si los traidoresde la Asamblea de 1884 recuperaban la nocin de patria y rechazaban elconvenio aceptado por Iglesias? Presidente chileno Santa Marapensaba retirar las tropas de ocupacin hasta lo que llam la lneaestratgica Mollendo-Arequipa-Puno, desocupando el territorioperuano al norte de dicha lnea.- As lo confes el mandatario de los

    genocidas en instrucciones enviadas al criminal de guerra Lynch el 14de noviembre de 1883Escribe: Csar Vsquez Bazn

    El presidente Santa Mara, enemigo a muerte del Per, esboz lo que Chile hara si los chileques iglesistasno aprobaban el Tratado de Ancn.

    (Bulnes 1919, 558-559)Es interesante conocer qu hubiera pasado si los felones iglesistas de la Asamblea Constituyente de 1884 no hubieran aprobado lavergenza conocida como Tratado de Ancn.

    No se hace necesario practicar un ejercicio de ciencia-ficcin ni futurologa histrica para enterarnos cul hubiera sido elcomportamiento de los genocidas del sur. Existe un pliego de instrucciones breve pero rico en contenido remitido por el presidente

    chileno Santa Mara al criminal de guerra Patrick Lynch en el que se esboza cul sera la conducta de los chilenos.

    El diseo del presidente Santa Mara est fechado el 14 de noviembre de 1883 y comprende las siguientes acciones:

    1.- Establecimiento de una lnea estratgica que partiendo de Mollendo y pasando por Arequipa llegara a Puno. Debe recordarseque las tres localidades fueron tomadas por los chilenos sin disparar una bala. Las tres ciudades fueron entregadas por sus dirigentesenvenenados por la traicin iglesista en octubre de 1883.

    2.- El ejrcito chileno de ser necesario se retirara de Lima hasta la lnea estratgica Mollendo-Arequipa-Puno y establecera afirme la ocupacin chilena en toda aquella lnea.

    3.- Segn el presidente Santa Mara, nadie podra arrojar a los invasores chilenos de esa lnea.

    4.- Santa Mara confes que los chilenos no se moveran de la lnea de Mollendo-Arequipa-Puno si no es con el Tratado [de Ancn]ratificado.

    Algunas educciones que pueden efectuarse del texto del presidente chileno Santa Mara

    1.- El enemigo estaba preocupado por la posibilidad que la Asamblea Constituyente, a reunirse cuatro meses despus, en marzo de1884, no aprobase el Tratado de Ancn. En especial, los chilenos desconfiaban de los posibles elementos independientes ypierolistas que estaran presentes en el citado organismo. Teman que estos ltimos recibieran directivas de su lder, Nicols dePirola, para votar en contra del Tratado.

    2.- El enemigo chileno avizoraba que de no aprobarse el Tratado de Ancn, debera evaluar la necesidad de desocupar Lima yretirarse a la lnea estratgica Mollendo-Arequipa-Puno.

    3.- Por qu surge la necesidad de retirarse de Lima? Era evidente que cada da se tornaba ms difcil mantener la ocupacin delPer. El peligro provena de la accin incansable de la resistencia encabezada por Andrs Avelino Cceres y lderes patriotasregionales. Adems, las deserciones en las filas chilenas haban tomado grandes proporciones, como lo reconoci el historiadorsureo Bulnes. ste describi las hudas de la soldadesca como fruto del cansancio que la pasividad del cuartel ejerca ennaturalezas impulsivas, que se haban enrolado [en el ejrcito chileno] con otros estmulos que la vida de guarnicin (Bulnes 1919,531).

    El coronel enemigo Velsquez no comprenda la razn de las deserciones. Afirmaba que los soldados chilenos estn muyregularmente vestidos, tienen buen sueldo y buen rancho. Sin embargo, el miliciano roto, a finales de 1883, prefera buscar trabajoen las minas o campos circunvecinos y escapar de la disciplina del cuartel y de la posibilidad de morir en combate (Bulnes 1919, 531-532).

    4.- Santa Mara proyectaba que los peruanos se quedaran muy campantes constatando la traslacin de la frontera chilenade facto

    hasta la lnea Mollendo-Arequipa-Puno. No se detuvo a pensar que el retiro de Chile a la lnea estratgica hubiera sido entendidopor los peruanos como una muestra de debilidad y cansancio de los invasores, hecho que hubiera infundido nuevos nimos para lalucha en los peruanos en general, comenzando probablemente por los propios arequipeos y puneos.

    El vergonzoso papel de Miguel Iglesias y sus chileques

    Puede apreciarse en el texto del presidente Santa Mara la manera cmo usaban los chilenos al ttere Miguel Iglesias. Santa Maraescribi, claramente, que Dejando a Iglesias que organice el gobierno civil cuando tenga elementos para ello, nosotros habremos deocupar con seguridad y comodidad (sic) los lugares que tiendan a afianzar nuestra ocupacin de Mollendo a Puno y dems lugaresinmediatos.

    Las instrucciones de Santa Mara hacen ver el papel rastrero jugado por el traidor Iglesias organizando el gobierno civil al serviciodel enemigo chileno.

    Fuente chilena

    Bulnes, Gonzalo. 1919. Guerra del Pacfico. Ocupacin del Per. La paz. Valparaso: Sociedad Imprenta y Litografa Universo.

    Csar Vsquez Bazn, 2013Diciembre 2, 2013

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    AVANCE 5 MANPE PERErnest Renan

    QU ES UNA NACIN?[Conferencia dictada en la Sorbona, Pars, el 11 de marzo de 1882]

    Me propongo analizar con ustedes una idea, en apariencia clara, que, sinembargo, se presta a los ms peligrosos equvocos. Las formas de lasociedad humana son muy variadas. Las grandes aglomeraciones dehombres, a la manera de la China,de Egipto, de la ms antigua Babilonia; la tribu a la manera de loshebreos, de los rabes; la ciudad a la manera de Atenas y de Esparta; lasreuniones de pases diversos al modo del imperio aquemnide, delimperio romano, del imperio carolingio; las comunidades sin patria,mantenidas por el lazo religioso, como la de los israelitas, la de los parsis;las naciones como Francia, Inglaterra y la mayor parte de las modernasautonomas europeas; las confederaciones, a la manera de Suiza, de

    Amrica; parentescos como los que la raza, o ms bien la lengua,establece entre las diferentes ramas de germanos y las diferentes ramasde eslavos; he ah modos de agrupacin que existen, o han existido, yque no se podran confundir unos con otros sin los ms seriosinconvenientes. En la poca de la Revolucin francesa se crea que lasinstituciones de pequeas ciudades independientes, tales como Espartay Roma, podan aplicarse a nuestras grandes naciones de treinta acuarenta millones de almas. En nuestros das, se comete un error msgrave: se confunde la raza con la nacin, y se atribuye a gruposetnogrficos, o ms bien lingsticos, una soberana anloga a la de lospueblos realmente existentes. Tratemos de llegar a cierta precisin enestas difciles cuestiones, en las que la menor confusin sobre el sentidode las palabras en el origen del razonamiento puede producir, finalmente,los ms funestos errores. Lo que vamos a hacer es delicado; es casicomo la viviseccin; vamos a tratar a los vivos como ordinariamente setrata a los muertos. Pondremos en ello frialdad, la imparcialidad msabsoluta. I

    Desde el fin del imperio romano, o, mejor, desde la desmembracin delimperio de Carlomagno, Europa occidental nos aparece dividida ennaciones, algunas de las cuales, en ciertas pocas, han procuradoejercer una hegemona sobre las otras, sin nunca lograrlo de un modo

    duradero. Lo que no han podido Carlos Quinto, Lus XIV, Napolen I,probablemente nadie lo podr en el porvenir. El establecimiento de unnuevo imperio romano o de un nuevo imperio de Carlomagno ha llegadoa ser una imposibilidad. La divisin de Europa es demasiado grande paraque una tentativa de dominacin universal no provoque muyrpidamente una coalicin que haga volver a entrar a la nacin ambiciosaen sus confines naturales. Una especie de equilibrio es establecido porlargo tiempo. Francia, Inglaterra, Alemania, Rusia sern an, durantecientos de aos, y a pesar de las aventuras que corran, individualidadeshistricas, piezas esenciales de un tablero, cuyos escaques varan sincesar de importancia y de tamao, sin confundirse, empero, jams deltodo.

    Las naciones, entendidas de este modo, son algo bastante nuevo en lahistoria. La antigedad no las conoci; Egipto, China, la antigua Caldea

    no fueron naciones en ningn grado. Eran multitudes guiadas por un hijodel Sol o un hijo del Cielo. No hubo ciudadanos egipcios as como no hayciudadanos chinos. La antigedad clsica tuvo repblicas y realezasmunicipales, confederaciones de repblicas locales, imperios;apenas tuvo la nacin el sentido en que nosotros la comprendemos.

    Atenas, Esparta, Sidn, Tiro son pequeos centros de admirablepatriotismo; pero son ciudades con un territorio relativamenteestrecho. Galia, Espaa, Italia antes de su absorcin en elimperio romano eran conjuros de pueblos, a menudo ligados entre s,pero sin instituciones centrales, sin dinastas. El imperio asirio, el imperiopersa, el imperio de Alejandro no fueron tampoco patrias. Jams hubopatriotas asirios; el imperio persa fue un vasto feudalismo. Ningunanacin vincula sus orgenes con la colosal aventura de Alejandro, quefue, sin embargo, tan rica en consecuencias para la historia general de lacivilizacin.

    El imperio romano estuvo mucho ms cerca de ser una patria. Enrecompensa por el inmenso beneficio del cese de las guerras, ladominacin romana por lo pronto, tan dura fue muy rpidamentedeseada. Fue una gran asociacin, sinnimo de orden, paz y civilizacin.En los ltimos tiempos del imperio hubo en las almas elevadas, en losobispos ilustrados, en los letrados, un verdadero sentimiento de la pazromana, opuesta al caos amenazante de la barbarie. Pero un imperio,doce veces mayor que la actual Francia, no poda formar un Estado en suacepcin moderna. La escisin del Oriente y del Occidente erainevitable. Los ensayos de un imperio galo, en el siglo III, no tuvieronbuen xito. La invasin germnica es la que introdujo en el mundo elprincipio que, ms tarde, ha servido de base a la existencia de lasnacionalidades.

    Qu hicieron los pueblos germnicos, en efecto, desde sus grandesinvasiones del siglo V hasta las ltimas conquistas normandas del X?Cambiaron poco el fondo de las razas, pero impusieron dinastas y unaaristocracia militar a partes ms o menos considerables del antiguoimperio de Occidente, las cuales tomaron el nombre de sus invasores.De ah una Francia, una Burgundia, una Lombarda; ms tarde, unaNormanda. La rpida preponderancia que tom el imperio franco rehaceun momento la unidad del Occidente; pero este imperio se quiebrairremediablemente hacia mediados del siglo IX; el Tratado de Verdn

    traza divisiones en principio inmutables, y desde entonces Francia,Alemania, Inglaterra, Italia, Espaa se encaminan por vas a menudosinuosas y a travs de mil aventuras, a su plena existencia nacional, talcomo la vemos desplegarse hoy da.Qu es lo que caracteriza, en efecto, estos diferentes Estados? Es lafusin de los pueblos que los componen. En los que acabamos deenumerar no hay nada anlogo a lo que encontrarn ustedes en Turqua,donde el turco, el eslavo, el griego, el armenio, el rabe, el sirio, el kurdo sontan distintos hoy da como en el de la conquista. Dos circunstanciasesenciales contribuyeron a este resultado. Ante todo, el hecho deque los pueblos germnicos adoptaron el cristianismo desde que tuvieroncontactos un poco seguidos con los pueblos griegos y latinos. Cuando elvencedor y el vencido son de la misma religin o, ms bien, cuando elvencedor adopta la religin del vencido, el sistema turco, la distincin

    absoluta entre los hombres a partir de la religin, no puede producirse ms.La segunda circunstancia fue, de parte de los conquistadores, el olvido desu propia lengua. Los nietos de Clovis, de Alarico, de Gudebando, de

    Alboin, de Rolln hablaban ya romance. Este mismo hecho era laconsecuencia de otra particularidad importante: los francos, losburgundios, los godos, los lombardos, los normandos tenan muy pocasmujeres de su raza con ellos. Durante varias generaciones, los jefes no secasan sino con mujeres germanas; pero sus concubinas son latinas, lasnodrizas de los nios son latinas; toda la tribu se casa con mujeres latinas;lo que hizo que la lingua francica, la lingua gothica no tuvieran desde elestablecimiento de los francos y de los godos en tierras romanassino muy cortos destinos. No fue as en Inglaterra porque la invasinanglosajona llevaba, sin duda, mujeres con ella; la poblacin bretona huyy, por otra parte, el latn no era ya incluso, no fue nunca dominante enBretaa. Si se hubiera hablado generalmente galo en la Galia, en el siglo V,Clovis y los suyos no hubiesen abandonado el germnico por el galo.

    De ah, este resultado capital: a pesar de la extrema violencia de las

    costumbres de los invasores germanos, el molde que ellos impusieronlleg a ser, con los siglos, el molde mismo de la nacin. Francia lleg a sermuy legtimamente el nombre de un pas donde no haba entrado sino unaimperceptible minora de francos. En el siglo X, en las primeras cancionesde gesta, que son un espejo tan perfecto del espritu del tiempo, todos loshabitantes de Francia son franceses. La idea de una diferencia de razas enla poblacin de Francia, tan evidente en Gregorio de Tours, no se presentaen ningn grado en los escritores y los poetas franceses posteriores a HugoCapeto. La diferencia entre el noble y el villano es acentuada tanto como esposible; pero la diferencia entre el uno y el otro no es en absoluto unadiferencia tnica; es una diferencia de coraje, de hbito y deeducacin transmitida hereditariamente; la idea de que el origen de todoesto sea una conquista no se le ocurre a nadie. El falso sistema segn elcual la nobleza debe su origen a un privilegio conferido por el rey porgrandes servicios prestados a la nacin de manera que todo noble es un

    ennoblecido es establecido como un dogma a partir del siglo XIII. Lomismo pas con la serie de casi todas las conquistas normandas. Alcabo de una o dos generaciones, los invasores normandos ya no sedistinguan del resto de la poblacin; su influencia no haba sido menosprofunda; haban dado al pas conquistado una nobleza, hbitos militares,un patriotismo que antes no tena.

    El olvido y, yo dira incluso, el error histrico son un factor esencial de lacreacin de una nacin, y es as como el progreso de los estudios histricoses a menudo un peligro para la nacionalidad. La investigacin histrica, enefecto, vuelve a poner bajo la luz los hechos de violencia que han pasadoen el origen de todas las formaciones polticas, hasta de aquellas cuyasconsecuencias han sido ms benficas. La unidad se hace siemprebrutalmente; la reunin de la Francia del Norte y la Francia del Medioda hasido el resultado de una exterminacin y de un terror continuado durante

    casi un siglo. El rey de Francia, quien es, si me es permitido decirlo, el tipoideal de un cristalizador secular; el rey de Francia, quien ha hecho la msperfecta unidad nacional que ha habido; el rey de Francia, visto desdedemasiado cerca, ha perdido su prestigio; la nacin que l haba formado loha maldecido y, hoy da, no son sino los espritus cultivados quienes sabenlo que l vala y lo que ha hecho.

    Esas grandes leyes de la historia de Europa occidental llegan a serperceptibles por contraste. Muchos pases han fracasado en la empresaque el rey de Francia en parte por

    su tirana, en parte por su justicia ha llevado a cabo tan admirablemente.Bajo la corona de San Esteban, los magiares y los eslavos hanpermanecido tan diferentes como lo eran hace ochocientos aos. Lejos de

    fundir los elementos diversos de sus dominios, la casa de Habsburgo los hamantenido diferentes y a menudo opuestos a los unos respecto de losotros. En Bohemia, el elemento checo y el alemn estn superpuestoscomo el aceite y el agua en un vaso. La poltica turca de la separacin de lasnacionalidades a partir de la religin ha tenido consecuencias mucho msgraves: ha causado la ruina del Oriente. Piensen ustedes en una ciudadcomo Salnica o Esmirna; encontrarn all cinco o seis comunidades, cadauna de las cuales tiene sus recuerdos, no existiendo entre ellas casi nadaen comn. Ahora bien, la esencia de una nacin consiste en que todos los

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    AVANCE 6 MANPE PERindividuos tengan muchas cosas en comn, y tambin en que todoshayan olvidado muchas cosas. Ningn ciudadano francs sabe si esburgundio, alano, tafalo, visigodo; todo ciudadano francs debe haberolvidado la noche de San Bartolom, las matanzas del Medioda en elsiglo XIII. No hay en Francia diez familias que puedan suministrar laprueba de un origen franco, e inclusive tal prueba esencialmentedefectuosa, a consecuencia de mil cruzamientos desconocidos quepuedan descomponer todos los sistemas de los genealogistas

    La nacin moderna, es, pues, un resultado histrico producido por unaserie de hechos que convergen en el mismo sentido. Unas veces launidad ha sido realizada por una dinasta, como es el caso de Francia;otras veces lo ha sido por la voluntad directa de las provincias, como es

    el caso de Holanda, Suiza, Blgica; otras, por un espritu generaltardamente vencedor de los caprichos del feudalismo, como es el casode Italia y de Alemania. Una profunda razn de ser ha presididosiempre esas formaciones. En casos parecidos, los principios se abrenpaso a travs de las sorpresas ms inesperadas. En nuestros das,hemos visto a Italia unificada por sus derrotas y a Turqua demolida porsus victorias. Cada derrota contribua al progreso de los asuntos deItalia; cada victoria perda a Turqua; porque Italia es una nacin, yTurqua, fuera del Asia Menor, no lo es. Es de Francia la gloria de haberproclamado, a travs de su Revolucin, que una nacin existe por smisma. No debe parecernos mal que se nos imite. Nuestro es elprincipio de las naciones. Pero qu es, pues, una nacin? Por quHolanda es una nacin, mientras que Hannover o el Gran Ducado deParma no lo son? Cmo Francia persiste en ser una nacin cuando elprincipio que la ha creado ha desaparecido? Cmo Suiza, que tiene

    tres lenguas, dos religiones, tres o cuatro razas, es una nacin,mientras Toscana, por ejemplo, que es tan homognea, no lo es? Porqu Austria es un Estado y no una nacin? En qu difiere el principiode las nacionalidades del principio de las razas? He ah algunos puntossobre los cuales un espritu reflexivo tiene que fijarse para ponerse deacuerdo consigo mismo. Los asuntos del mundo no se zanjan atravs de esta especie de razonamientos; pero los hombrescuidadosos quieren introducir en estas materias alguna racionalidad ydesenredar las confusiones en que se embrollan los espritussuperficiales.

    IISi se da crdito a ciertos tericos polticos, una nacin es ante todo unadinasta, que representa una antigua conquista, aceptadaprimeramente y despus olvidada por la masa del pueblo. Segn los

    polticos de que hablo, el agrupamiento de provincias efectuado poruna dinasta por sus guerras, por sus matrimonios, por sustratados concluye con la dinasta que la ha formado. Es muyverdadero que, en su mayor parte, las naciones modernas hansido hechas por una familia de origen feudal que se ha desposado conel suelo y que ha sido, de algn modo, un ncleo de centralizacin. Loslmites de Francia en1789 no tenan nada de natural ni de necesario. La extensa zona que lacasa de los Capetos haba agregado a los estrechos lindes del Tratadode Verdn fue adquisicin personal de esta casa. En la poca en quefueron hechas las anexiones no se tenan ni la idea de los lmitesnaturales, ni del derecho de las naciones, ni la de la voluntad de lasprovincias. La reunin de Inglaterra, de Irlanda y de Escocia fue, delmismo modo, un hecho dinstico. Italia ha tardado tan largo tiempo enser una nacin porque, de entre sus numerosas casas reinantes,ninguna, antes de nuestro siglo, se hizo centro de la unidad. Es algoextrao que haya tomado un ttulo real en la obscura isla de Cerdea,tierra apenas italiana. Holanda, que se ha creado a s misma, por actode heroica resolucin, ha contrado, sin embargo, un maridaje ntimocon la casa de Orange, y correra verdaderos peligros el da en queesta unin fuere comprometida.

    Es, sin embargo, absoluta una ley tal? No, sin duda. Suiza y losEstados Unidos, que se han formado como conglomerados deadiciones sucesivas, no tienen ninguna base dinstica. Yo no discutirala cuestin en lo que concierne a Francia. Sera preciso poseer elsecreto del porvenir. Digamos solamente que esta gran realezafrancesa haba sido tan altamente nacional que, inmediatamentedespus de su cada, la nacin ha podido mantenerse sin ella. Por otraparte, el siglo XVIII haba cambiado todo. El hombre haba vuelto,despus de siglos de declinacin, al espritu antiguo, al respeto de smismo, a la idea de sus derechos. Las palabras patria y ciudadanohaban recobrado su sentido. As ha podido cumplirse la operacin msdifcil que haya sido practicada en la historia, operacin que se puedecomparar a lo que sera, en fisiologa, la tentativa de hacer vivir en suprimera identidad un cuerpo al que se le hubiera quitado el cerebro y elcorazn. Es preciso, pues, admitir que una nacin puede existir sinprincipio dinstico, y, asimismo, que las naciones que han sidoformadas por dinastas pueden separarse de ellas sin, por esto, dejarde existir. El viejo principio, que no toma en cuenta sino el derecho delos prncipes, no podra ya ser sostenido; ms all del derechodinstico, est el derecho nacional. Sobre qu criterio fundar estederecho nacional? En qu signo reconocerlo? De qu hechotangible hacerlo derivar?I. De la raza, dicen muchos con seguridad.

    Las divisiones artificiales que resultan del feudalismo, de matrimoniosde prncipes o de congresos de diplomticos, son caducas. Lo quepermanece firme y fijo es la raza de los pueblos. He ah lo queconstituye un derecho, una legitimidad. La familia germnica, porejemplo, segn la teora que expongo, tiene el derecho derecuperar los miembros esparcidos del germanismo, inclusivecuando esos miembros no pidan reagruparse.

    El derecho del germanismo sobre tal provincia es ms fuerte que el derechode los habitantes de esta provincia sobre s mismos. Se crea as una especiede derecho primordial anlogo al de los reyes de derecho divino; el principiode las naciones es sustituido por el de la etnografa. Hay ah un error muygrande que, si llega a ser dominante, perdera a la civilizacin europea. En lamisma medida que el principio de las naciones es justo y

    legtimo, el derecho primordial de las razas es estrecho y lleno de peligrospara el verdadero progreso.

    En la tribu y la ciudad antiguas, el hecho de la raza tena, lo reconocemos,una importancia de primer orden. La tribu y la ciudad antiguas no eran sino

    una extensin de la familia. En Esparta, en Atenas, todos los ciudadanoseran parientes en grados ms o menos prximos. Suceda lo mismo entrelos Beni-Israel; es as an en las tribus rabes. De Atenas, de Esparta, de latribu israelita, trasladmonos al imperio romano. La situacin escompletamente distinta. Formada primeramente por la violencia, mantenidadespus por el inters, esta gran aglomeracin de ciudades, de provinciasabsolutamente diferentes, asesta a la idea de raza el golpe ms importante.El cristianismo, con su carcter universal y absoluto, trabaja an mseficazmente en el mismo sentido. Contrae con el imperio romano unaalianza ntima, y, por efecto de esos dos incomparables agentes deunificacin, la raza etnogrfica es separada del gobierno y de las cosashumanas por siglos.

    La invasin de los brbaros fue, a pesar de las apariencias, un paso ms enesta va. Los deslindes de los reinos brbaros no tienen nada de etnogrfico;

    son determinados por la fuerza o el capricho de los invasores. La raza de lospueblos que subordinaban era para ellos lo ms indiferente. Carlomagnorehizo a su manera lo que Roma ya haba hecho: un imperio nicocompuesto de las ms diversas razas; los autores del Tratado de Verdn,trazando imperturbablemente sus dos grandes lneas de norte a sur, notuvieron el menor cuidado de la raza de las personas que se encontraban ala derecha o a la izquierda. Los cambios de frontera que se operaron en lacontinuacin de la Edad Media estuvieron, tambin, al margen de todatendencia etnogrfica. Si la poltica seguida por la casa de los Capetos hallegado a agrupar, bajo el nombre de Francia, los territorios de la antiguaGaliapoco ms o menos, ello no es un efecto de la tendencia a reagruparsecon sus congneres que habran tenido esos pases. El Delfinado, Bresa,Provenza, el Franco Condado no se recordaban ya de un origen comn.Toda conciencia gala haba perecido a partir del siglo II de nuestra era, y tan

    slo por va de erudicin se ha reencontrado retrospectivamente, ennuestros das, la individualidad del carcter galo.

    La consideracin etnogrfica, pues, no ha estado presente para nada en laconstitucin de las naciones modernas. Francia es cltica, ibrica,germnica. Alemania es germnica, cltica y eslava. Italia es el pas de msembrollada etnografa. Galos etruscos, pelasgos, griegos, sin hablar demuchos otros elementos, se cruzan all en una indescifrable mezcla. Lasislas britnicas en conjunto ofrecen una mezcla de sangre cltica y germanacuyas proporciones son singularmente difciles de definir.

    La verdad es que no hay raza pura, y que hacer reposar la poltica sobre elanlisis etnogrfico es hacerla montar sobre una quimera. Los ms noblespases Inglaterra, Francia, Italia son aquellos donde la sangre est msmezclada. Representa Alemania respecto de esto una excepcin? Es unpas germnico puro? Qu ilusin! Todo el sur ha sido galo. Todo el este, apartir del Elba, es eslavo. Y las partes que pretenden ser realmente puras,lo son en efecto? Tocamos aqu uno de los problemas sobre los cualesimporta ms hacerse ideas claras y evitar equvocos.

    Las discusiones sobre las razas son interminables porque la palabra raza estomada por los historiadores fillogos y por los antroplogos fisilogos endos sentidos completamente diferentes. Para los antroplogos, la raza tieneel mismo sentido que en zoologa; indica una descendencia real, unparentesco por la sangre. Ahora bien, el estudio de las lenguas y de lahistoria no conduce a las mismas divisiones que la fisiologa. Las palabrasbraquicfalo, dolicocfalo no tienen cabida ni en historia ni en filologa. En elgrupo humano que cre las lenguas y la disciplina arias, haba yabraquicfalos y dolicocfalos. Otro tanto hay que decir del grupo primitivoque cre las lenguas y las instituciones llamadas semticas. En otrostrminos, los orgenes zoolgicos de la humanidad son enormemente

    anteriores a los de la cultura, de la civilizacin, del lenguaje. Ninguna unidadfisiolgica tenan los grupos arios, semticos, turanios primitivos. Estasagrupaciones son hechos histricos que han tenido lugar en cierta poca,supongamos hace quince o veinte mil aos, mientras que el origenzoolgico de la humanidad se pierde en tinieblas incalculables. Lo que sellama filolgicamente e histricamente la raza germnica es, seguramente,una familia bien diferenciada en la especie humana. Pero es una familia ensentido antropolgico? No, con seguridad. La aparicin de la individualidadgermnica en la historia no ocurre sino muy pocos siglos antes deJesucristo. Evidentemente, los germanos no han emergido de la tierra enesta poca. Antes de sta, fundidos con los eslavos en la gran masaindistinta de los escitas, no tenan su individualidad aparte. Un ingls essealadamente un tipo en el conjunto de la humanidad. Ahora bien, el tipo delo que se llama muy impropiamente la raza anglosajona, no es ni el bretndel tiempo de Csar, ni el anglosajn de Hengisto, ni el dans de Canuto, ni

    el normando de Guillermo el Conquistador; es la resultante de todo eso. Elfrancs no es ni galo ni franco ni burgundio. Es lo que ha salido de la grancaldera donde, bajo la presidencia del rey de Francia, han fermentado juntoslos elementos ms diversos. Un habitante de Jersey o de Guernesey nodifiere en nada, en lo que a los orgenes se refiere, de la poblacin normandade la costa vecina. En el siglo XIX, el ojo ms penetrante no habra captadola ms ligera diferencia en los dos lados del canal.

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    AVANCE 7 MANPE PERInsignificantes circunstancias hacen que Felipe Augusto noconquiste esas islas con el resto de Normanda. Separados los unos delos otros desde hace casi setecientos aos, los dos pueblos han llegadoa ser no solamente extranjeros el uno respecto del otro, sinocompletamente dismiles. La raza, como la entendemos nosotros loshistoriadores, es, pues, algo que se hace y se deshace. El estudio de laraza es capital para el docto que se ocupa de la historia de la humanidad.No tiene aplicacin en poltica. La conciencia instintiva que ha presididola confeccin del mapa de Europa no ha tenido en cuenta para nada laraza, y las primeras naciones de Europa son de sangre esencialmentemezclada.

    El hecho de la raza, capital en el origen, va, pues, progresivamente

    perdiendo su importancia. La historia humana difiere esencialmente de lazoologa. La raza no lo es todo, como entre los roedores o los felinos, y nose tiene el derecho de ir por el mundo, tentar el crneo de las gentes ydespus tomarlas por el cuello dicindoles: T eres de nuestra sangre;t nos perteneces! Fuera de los caracteres antropolgicos, existen larazn, la justicia, lo verdadero, lo bello, que son idnticos para todos.Mirad que esa poltica etnogrfica no es segura. Ustedes la explotan hoyda contra los otros; despus la vern volverse contra ustedes mismos.No es cierto que los alemanes, que tan alto han levantado la bandera dela etnografa, no querran que los eslavos lleguen a analizar, a su vez, losnombres de aldeas de Sajonia y de Lusacia, escudrien las huellas de loswitizos o de los obodritas, y pidan cuenta de las masacres y de las ventasen masa de sus antepasados que hicieron los Otones? Para el bien detodos es mejor olvidar.

    Me gusta mucho la etnografa; es una ciencia de un raro inters; perocomo la deseo libre, la deseo sin aplicacin poltica. En etnografa,como en todos los estudios, los sistemas cambian; es la condicin delprogreso. Cambiaran, pues, tambin las naciones con los sistemas?Los lmites de los estados seguiran las fluctuaciones de la ciencia. Elpatriotismo dependera de una disertacin ms o menos paradjica. Sevendra a decir al patriota: Usted se equivoc y derram su sangre por talo cual causa; crea ser celta. No, usted es germano. Despus, diez aosms tarde, se le dira que es eslavo.. Para no falsear la ciencia,dispensmosla de dar un dictamen en estos problemas en los que estncomprometidos tantos intereses. Pueden ustedes tener la seguridad deque si se le encargara proporcionar elementos a la diplomacia, se lasorprender muchas veces en flagrante delito de condescendencia. Laciencia, en suma, tiene algo mejor que hacer: preguntmosle muysimplemente la verdad.

    II. Lo que acabo de manifestar respecto de la raza, es preciso decirlotambin de la lengua. La lengua invita a reunirse; no fuerza a ello. LosEstados Unidos e Inglaterra, Amrica espaola y Espaa hablan lamisma lengua y no forman una sola nacin. Por el contrario, Suiza, tanbien hecha puesto que ha sido hecha a travs del consentimiento desus diferentes partes, cuenta con tres o cuatro lenguas. Hay en elhombre algo superior a la lengua: es la voluntad. La voluntad de Suiza deestar unida, a pesar de la variedad de esos idiomas, es un hecho muchoms importante que una semejanza de lenguaje obtenida a menudo atravs de vejaciones.

    Un hecho honorable para Francia consiste en que no ha buscado jamsobtener la unidad de la lengua a travs de medidas de coercin. No sepuede tener los mismos sentimientos y los mismos pensamientos, amarlas mismas cosas en lenguajes diferentes? Hablbamos hace unmomento del inconveniente que habra en hacer depender la polticainternacional de la etnografa. No lo habra menos al hacerla depender dela filologa comparada. Dejemos a estos interesantes estudios la enteralibertad de sus discusiones; no los mezclemos en eso que alterara enellos la serenidad. La importancia poltica que se atribuye a las lenguasproviene de que se las mira como signos raciales. Nada ms falso.Prusia, donde no se habla ms que alemn, lo haca en eslavo hacealgunos siglos; el Pas de Gales habla ingls; Galia y Espaa, el idiomaprimitivo de Alba Longa; Egipto habla rabe; los ejemplos soninnumerables. As como en los orgenes, la similitud de lengua noentraa la similitud de raza. Tomemos la tribu proto-aria o proto-semita;se encontraban all esclavos que hablaban la misma lengua que susamos; ahora bien, el esclavo era entonces muy a menudo de una razadiferente de la de su amo. Repitmoslo: esas divisiones de lenguasindoeuropeas, semticas y otras, creadas con una tan admirable

    sagacidad por la filologa comparada, no coinciden con las divisiones dela antropologa. Las lenguas son formaciones histricas que indicanpoco acerca de la sangre de aquellos que las hablan y que, en todo caso,no podran encadenar la libertad humana cuando se trata de determinarla familia con la cual uno se une para la vida y para la muerte.

    Esta consideracin exclusiva de la lengua como la atencin excesivaconcedida a la raza tiene sus peligros e inconvenientes. Cuando secae en la exageracin respecto de ellas, uno se encierra en una culturadeterminada, reputada por nacional; uno se limita, se enclaustra. Seabandona el aire libre que se respira en el vasto campo de la humanidadpara encerrarse en los conventculos de los compatriotas. Nada peorpara el espritu; nada ms

    perjudicial para la civilizacin. No abandonemos ese principio

    fundamental de que el hombre es un ser racional y moral antes de serencerrado en tal o cual lengua, antes de ser un miembro de esta o aquellaraza, un adherente de tal o cual cultura. Antes que la cultura francesa, lacultura alemana, la cultura italiana, est la cultura humana. Ved a losgrandes hombres del Renacimiento; no eran ni franceses ni italianos nialemanes. Haban reencontrado, a travs de su trato con la antigedad,el secreto de la verdadera educacin del espritu humano, y seconsagraron a ella en cuerpo y alma. Cun bien hicieron!

    III. La religin no podra tampoco ofrecer una base suficiente para elestablecimiento de una nacionalidad moderna. En el origen, la religinmantena la existencia misma del grupo social. El grupo social era unaextensin de la familia. La religin, los ritos, eran los de la familia. La religinde Atenas era el culto de Atenas misma, de sus fundadores mticos, de susleyes, de sus usos. No implicaba ninguna teologa dogmtica. Esta religinera, con toda la fuerza del trmino, una religin de Estado. No se eraateniense si se rehusaba practicarla. Era en el fondo el culto de la Acrpolispersonificada. Jurar sobre el altar de Aglauro era prestar el juramento demorir por la patria. Esta religin era el equivalente de lo que entre nosotroses el jugar a la suerte, o el culto a la bandera. Negarse a participar en talculto era, como sera en nuestras sociedades modernas, rehusar el serviciomilitar. Era declarar que no se era ateniense. Por otra parte, es claro que tal

    culto no tena sentido para aquel que no era de Atenas; tampoco se ejercaalgn proselitismo para forzar a los extranjeros a aceptarlo; los esclavos de

    Atenas no lo practicaban. Ocurri lo mismo en algunas pequeasrepblicas de la Edad Media. No se era buen veneciano si no se juraba porSan Marcos; no se era buen amalfitano si no se pona a San Andrs porsobre todos los otros santos del paraso. En esas pequeas sociedades, loque ha sido ms tarde persecucin, tirana, era legtimo y acarreaba tanpocas consecuencias como el hecho, entre nosotros, de felicitar al padre defamilia por su santo y el primer da del ao.

    Lo que era verdadero en Esparta, en Atenas, no lo era ya ms en los reinosque proceden de la conquista de Alejandro; sobre todo, no lo era ms en elimperio romano. Las persecuciones de Antoco Epfanes para introduciren el Oriente el culto de Jpiter Olmpico, las del imperio romano paramantener una pretendida religin de Estado, fueron una falta, un crimen,

    una verdadera absurdidad. En nuestros das, la situacin es perfectamenteclara. No hay ms masas que crean de una manera uniforme. Cada cualcree y practica a su antojo, lo que pueda, como quiere. No hay ms religinde Estado; se puede ser francs, ingls, alemn, siendo catlico,protestante, israelita, no practicando ningn culto. La religin ha llegado aser algo individual; atae solamente a la propia conciencia. La divisin delas naciones en catlicas y protestantes no existe ms. La religin, quehace cincuenta y dos aos fue un elemento tan considerable en laformacin de Blgica, guarda toda su importancia en el fuero interno de sushabitantes; pero ha salido casi enteramente de las razones que trazan loslmites de los pueblos.

    IV. La comunidad de intereses es, con seguridad, un lazo poderoso entre loshombres.Bastan ellos, sin embargo, para hacer una nacin? No lo creo. La

    comunidad de intereses produce los tratados de comercio. Hay en lanacionalidad un lado sentimental; ella es alma y cuerpo a la vez; unZollverein no es una patria.

    V. La geografa, lo que se llama las fronteras naturales, contribuyeconsiderablemente por cierto en la divisin de las naciones. La geografa esuno de los factores esenciales de la historia. Los ros han conducido a lasrazas; las montaas las han detenido. Los primeros han favorecido losmovimientos histricos; las segundas los han limitado. Se puede decir, sinembargo, como lo creen ciertos partidos, que los lmites de una nacinestn escritos sobre el mapa y que esta nacin tiene el derecho deapropiarse lo que sea necesario para redondear ciertos contornos, paraalcanzar tal montaa, tal ro, a los cuales se atribuye una especie defacultad delimitadora a priori? No conozco doctrina ms arbitraria nims funesta. Con ella se justifican todas las violencias. Y, desde luego,son las montaas o bien son los ros los que forman esas pretendidasfronteras naturales? Es indisputable que las montaas separan, pero losros, ms bien, renen. Y adems todas las montaas no podran dividir alos estados. Cules son aquellas que separan y cules aquellas que noseparan? De Biarritz a Tornea no hay desembocaduras de ros que tenganms que otras un carcter limtrofe. Si la historia lo hubiera querido, el Loira,el Sena, el Mosa, el Elba, el Oder tendran, tanto como el Rhin, ese carcterde frontera natural que ha hecho cometer tantas transgresiones al derechofundamental que es la voluntad de los hombres. Se habla de razonesestratgicas. Nada es absoluto; es claro que muchas concesiones debenser hechas ante la necesidad. Pero no es preciso que esas concesionesvayan demasiado lejos. De otro modo, todo el mundo apelar a susconveniencias militares, y eso sera la guerra sin fin. No, no es la tierra msque la raza lo que hace una nacin. La tierra suministra el substrato, elcampo de la lucha y del trabajo; el hombre suministra el alma. El hombre estodo en la formacin de esta cosa sagrada que se llama un pueblo. Nada

    material basta para ello. Una nacin es un principio espiritual, resultante delas complicaciones profundas de la historia, una familia espiritual, no ungrupo determinado por la configuracin del suelo.

    Acabamos de ver lo que no basta para crear tal principio espiritual: la raza,la lengua, los intereses, la afinidad religiosa, la geografa, las necesidadesmilitares. Qu ms, pues, hace falta? Por todo lo dicho anteriormente, slome resta pedirles su atencin por un momento ms.

    IIIUna nacin es un alma, un principio espiritual. Dos cosas que no formansino una, a decir verdad, constituyen esta alma, este principio espiritual.Una est en el pasado, la otra en el presente. Una es la posesin en comnde un rico legado de recuerdos; la otra es el consentimiento actual, el deseode vivir juntos, la voluntad de continuar haciendo valer la herencia que se harecibido indivisa. El hombre, seores, no se improvisa. La nacin, como el

    individuo, es el resultado de un largo pasado de esfuerzos, de sacrificios yde desvelos. El culto a los antepasados es, entre todos, el ms legtimo; losantepasados nos han hecho lo que somos. Un pasado heroico, grandeshombres, la gloria (se entiende, la verdadera), he ah el capital social sobreel cual se asienta una idea nacional. Tener glorias comunes en el pasado,una voluntad comn en el presente; haber hecho grandes cosas juntos,querer seguir hacindolas an, he ah las condiciones esenciales paraser un pueblo. Se ama en proporcin a los sacrificios que se hanconsentido, a los males que se han sufrido. Se ama la

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    AVANCE 8 MANPE PERcasa que se ha construido y que se transmite. El canto espartano:Somos lo que ustedes fueron, seremos lo que son, es en su simplicidadel himno abreviado de toda patria.

    En el pasado, una herencia de gloria y de pesares que compartir; en elporvenir, un mismo programa que realizar; haber sufrido, gozado,esperado juntos, he ah lo que vale ms que aduanas comunes yfronteras conformes a ideas estratgicas; he ah lo que se comprende apesar de las diversidades de raza y de lengua. Yo deca anteriormente:haber sufrido juntos; s, el sufrimiento en comn une ms que el gozo.En lo tocante a los recuerdos nacionales, los duelos valen ms que lostriunfos; porque imponen deberes; piden el esfuerzo en comn.

    Una nacin es, pues, una gran solidaridad, constituida por el sentimientode los sacrificios que se ha hecho y de aquellos que todava se estdispuesto a hacer. Supone un pasado; sin embargo, se resume en elpresente por un hecho tangible: el consentimiento, el deseo claramenteexpresado de continuar la vida comn. La existencia de una nacin es(perdonadme esta metfora) un plebiscito cotidiano, como la existenciadel individuo es una afirmacin perpetua de vida. Oh! lo s, esto esmenos metafsico que el derecho divino, menos brutal que el pretendidoderecho histrico. En el orden de ideas que os expongo, una nacin notiene, como tampoco un rey, el derecho de decir a una provincia: Meperteneces, te tomo. Para nosotros, una provincia es sus habitantes; sien este asunto alguien tiene el derecho de ser consultado, este es elhabitante. Una nacin no tiene jams un verdadero inters en anexarse oen retener a un pas contra su voluntad. El voto de las naciones es, endefinitiva, el nico criterio legtimo, aquel al cual siempre es necesario

    volver.

    Hemos expulsado de la poltica las abstracciones metafsicas yteolgicas. Qu queda despus de esto? Quedan el hombre, susdeseos, sus necesidades. La secesin, me diris, y, a la larga, eldesmembramiento de las naciones son la consecuencia de un sistemaque pone esos viejos organismos a merced de voluntades a menudopoco ilustradas. Es claro que en parecida materia ningn principio debeser extremado hasta el exceso. Las verdades de este orden no sonaplicables sino en su conjunto y de una manera muy general. Lasvoluntades humanas cambian; pero qu es lo que no cambia en estebajo mundo? Las naciones no son algo eterno. Han comenzado,terminarn. La confederacin europea, probablemente, lasreemplazar. Pero tal no es la ley del siglo en el que vivimos. En la horapresente, la existencia de las naciones es buena, inclusive necesaria. Su

    existencia es la garanta de la libertad, que se perdera si el mundo notuviera sino una ley y un amo.

    Por sus facultades diversas, a menudo opuestas, las naciones sirven a laobra comn de la civilizacin; todas aportan una nota a este granconcierto de la humanidad que, en suma, es la ms alta realidad idealque alcanzamos. Aisladas, tienen sus partes dbiles. Me digo a menudoque un individuo que tuviera los defectos considerados como cualidadesen las naciones que se alimentara de vanagloria, que fuera a propsitoceloso, egosta, pendenciero, que no pudiera soportar nada sindesenvainar la espada sera el ms insoportable de los hombres. Perotodas esas disonancias de detalle desaparecen en el conjunto. Pobrehumanidad! Cunto has sufrido! Cuntas pruebas te esperan todava!Pueda el espritu de sabidura guiarte para preservarte de losinnumerables peligros de que tu ruta est sembrada!

    Resumo, seores: el hombre no es esclavo ni de su raza, ni de su lengua,ni de su religin, ni de los cursos de los ros, ni de la direccin de lascadenas de montaas. Una gran agregacin de hombres, sana deespritu y clida de corazn, crea una conciencia moral que se llama unanacin. Mientras esta conciencia moral prueba su fuerza por lossacrificios que exigen la abdicacin del individuo en provecho de unacomunidad, es legtima, tiene el derecho a existir. Si se promuevandudas sobre sus fronteras, consulten a los pueblos disputados. Tienencompletamente el derecho de tener una opinin en el asunto. He ah loque har sonrer a los eminentes de la poltica, esos infalibles que pasansu vida engandose y que, desde lo alto de sus principios superiores, seapiadan de nuestro prosasmo. Consultar a los pueblos, quingenuidad! Estas endebles ideas francesas pretenden remplazar ladiplomacia y la guerra con una simplicidad infantil.

    Esperemos, seores; dejemos pasar el reino de los eminentes; sepamossufrir el desdn de los fuertes. Tal vez, despus de muchos tanteosinfructuosos, se volver a nuestras modestas soluciones empricas. Elmedio de tener razn en el porvenir es, en ciertas horas, saberresignarse a estar pasado de moda.

    ERNEST RENAN 1882

    *ed. digital: Franco Savarino, 2004

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    AVANCE MANPE PER9

    iro lvarezCiro lvarez

    DOCTRINA

    Nacimos para UstedDonde alcanza su grado demxima realizacin un intelectualpoltico, es cuandosimultneamente, milita y escribe .

    "Donde alcanza su grado demxima realizacin un intelectual

    poltico, es cuandosimultneamente, milita y escribe".

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    AVANCE MANPE PER10

    Francisco Flix zarteFrancisco Flix Azarte

    POLTICA

    EXTERIOR

    TRES MILLONES de Peruanosen el Exterior

    TRES MILLONES de Peruanos

    en el Exterior

    Un pas se ve mejor, a mayordistancia y durante ms largotiempo"Un pas se ve mejor, a mayor

    distancia y durante ms largotiempo

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    11/12

    AVANCE MANPE PER11

    CENA DE FIN DE AO CON NUEVO ENCUENTRO

    Patria randePatria Grande

    Maria suarez con Per Compaeros

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    AVANCE

    Colaborarn:Francisco Flix Azarte A.

    GRUPO

    S.A

    AVANCEVocero del Movimiento de Accin Nacionalista Peruano.MANPERegistro de propiedad Intelectual en Trmite.

    Gentileza:

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