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Londres, capital de Inglaterra y del Reino Unido, localizada al sureste de la Gran Breta-ña, y con una población en su zona metro-politana de más de 12 millones de habitantes integrados por una población multicultural donde la base son los ingleses, seguidos de emigrantes provenientes de sus antiguas colonias en Asia, África y el Caribe, y como cualquiera de las grandes metrópolis, habi-tada por los “ciudadanos del mundo”. Tal vez esta es una introducción muy similar a la que podemos encontrar en cualquier guía turística, pero en este caso les hablaré de Londres de acuerdo a mi visión de la ciudad como ciudadano, caminante y arquitecto.

Una vez estando fuera de la academia, y ya ejerciendo como arquitecto, al encontrarme a puertas de finalizar un proyecto, decidí via-jar un tiempo, y la razón principal de mi viaje fue aprender otro idioma, sin ser más im-portante que el deseo que arquitectos y dis-eñadores compartimos por conocer, viajar y ver el mundo desde diferentes perspectivas. Y que mejor opción que irme al antiguo con-tinente, Europa. Así fue como terminé vivi-endo por varios meses en Londres.

Al llegar a Londres, ubicar mi nueva vivi-enda y mi escuela, era hora de recorrer la ciudad, y que mejor forma de hacerlo que en transporte público. Actualmente Londres cuenta con uno de los mejores sistemas de transporte integrados del mundo, en cuanto a cobertura (más de 400 kilómetros de vías férreas), cumplimiento (las paradas esta-blecen con precisión los horarios en que pasan buses y trenes) y movilidad, esto tal vez porque los Londinenses fueron los primeros en tener una línea de tren urbano hace más de 140 años. Basta con visitar una tienda, o cualquier estación de tren o “tube” como se le conoce popularmente, para ad-quirir una tarjeta de viajes, por unidad, por

Arquitour

Londrespor: Arq. Luis Felipe Arango Serna

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días, semanas y meses. Hay que aclarar que Londres está sectorizado en 6 anillos o zonas que van desde el Londres central hasta las periferias del área metropolitana, y que ésta tarjeta de acuerdo a las zonas que paguemos, nos permite hacer uso del tren y los muy reconocidos buses rojos de 2 pisos, los cuales recordamos cuando nos hablan de Londres. Cabe mencionar los también re-conocidos “blackcabs” o taxis ingleses, úni-cos en el mundo, y que se siguen fabricando en cuanto a imagen exterior de acuerdo a sus líneas originales. Sus tarifas son muy altas pero pueden resultar eficientes al no querer buscar direcciones.

Basta con equiparse de un buen mapa para empezar a recorrer la ciudad, que en su trazado orgánico evidencia como todo el ur-banismo de la ciudad evolucionó a partir del río Támesis, eje pluvial que cruza la ciudad de oeste a este, siendo hace casi 2 milenios sus riveras el motivo para la fundación de una simple aldea, y convirtiéndose ahora en la principal fuente hídrica de la ciudad. Es común que entre las estaciones de tren y las paradas de buses se deban caminar peque-

ños trayectos, los cuales suelen ser gratas sorpresas, porque cada vez que se abandona una estación de tren subterránea, al volver a la superficie te encuentras con una nueva imagen de la ciudad, muchas dignas de una postal. La ciudad cuenta con una movilidad excepcional, donde el peatón prima sobre el vehículo, y una persona discapacitada o un simple ciclista pueden llegar a cualquier lado con plena seguridad. La señalización es tan completa, que al cruzar la calle se encuen-tra un letrero en la vía que dice “look left” o “look right”, recordando en especial a los visitantes que en este país se conduce por el carril derecho.

En las calles londinenses están escritos casi 2 milenios de historia desde su primera fun-dación, donde la ciudad ha vivido invasiones, guerras e incendios, ha caído y vuelto a ren-acer, y hoy día se sigue reinventando, siendo un ejemplo viviente de cómo se mezcla el pasado, presente y futuro de una ciudad. Al caminar sus calles residenciales más tradi-cionales, el ambiente más común que se respira es el de esa ciudad de arquitectura “georgiana” como interpretación inglesa del

neoclasicismo, y la arquitectura “victoriana” que es un “revival” de antiguos estilos ar-quitectónicos combinados. Estos estilos, de-nominados con los nombres de los reyes de la época, marcaron las pautas en la ciudad durante los 2 siglos posteriores al gran in-cendio de 1666 que acabó con gran parte de la ciudad medieval, dejando su trazo como el ejemplo más común de la arquitectura en esta ciudad.

Un recorrido obligado, y tal vez en el que más turistas se encuentre, es caminar por el sector conocido como West End, un céntrico distrito de la ciudad famoso por la historia que en él se respira, el comercio y sus prin-cipales habitantes, la Abadía de Westminster y los Palacios Reales.

La caminata inicia en Hyde Park, uno de los parques reales de Londres (utilizado por varios siglos como parque de caza privado de la realeza), para luego caminar por Pica-dilly -donde transitas al lado de Green Park, hoteles y tiendas en edificios victorianos cargados de ornamento-, hasta llegar a a Picadilly Circus, reconocido por sus lumino-

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sas vallas publicitarias, tiendas y ser punto de encuentro para propios y extraños en la ciudad. De aquí, dando un giro al norte, a pocas cuadras podemos ver el colorido China Town, y el sector de Soho, recono-cido por su vida nocturna en pubs, clubs y restaurantes, además de ser sitio de reunión de la comunidad gay inglesa. Dejando Soho y caminando al este, encontraremos Covent Garden, lugar de un antiguo mercado ingles, que se ha convertido en sitio de tiendas, bares, restaurantes y su mayor atractivo, el arte callejero.

Luego de beber una cerveza, observar un es-pectáculo callejero y comprar algo curioso, es hora de caminar al sur, pasando por Le-icester Square y su Empire Cinema donde se estrenan gran parte de las películas inglesas, hasta llegar a Trafalgar Square, plaza con-memorativa de la Batalla de Trafalgar, sobre la cual se erige una gran columna que sopo-rta la estatua del Almirante Nelson, quien falleció en la Batalla de Trafalgar donde los ingleses vencieron a españoles y franceses, en las luchas que se llevaron a cabo para derrocar a Napoleón Bonaparte. El respaldo de esta plaza es la National Gallery, uno de los más grandes museos de Reino Unido, y sitio de visita obligada para apreciar una gran colección de pintura. Desde el sur de la plaza podemos finalizar nuestro recorrido a través de “The Mall” un recorrido peatonal adornado con jardines reales, donde encon-traremos edificios reales como el palacio de St. James y Clarence House, hasta llegar al Buckingham Palace, hogar de la realeza. Vale la pena asistir al Buckingham Palace alrededor de las 11 a.m. para presenciar el cambio de guardia real, una tradición que se ha conservado durante varios siglos, y un espectáculo digno de ver por su perfección.Hasta aquí llega nuestro primer recorrido de una ciudad que respira historia en cada uno de sus rincones, y donde la evolución de la arquitectura a la par con la humanidad ha sabido dejar sus huellas vivientes como reflejo de cada una de las épocas que ha viv-ido esta ciudad milenaria. No dejen de ver la siguiente edición de ÍCONO, donde termin-are de contarles mi arquitour por Londres, caminaremos por los contrastes de la evolu-ción inglesa hasta llegar a la ciudad contem-poránea, pasando por lugares imperdibles en una visita a la ciudad.