Arquitectura de Información y Teoría del Texto

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1 Los sitios web y su arquitectura de información: una perspectiva textual por Omar Sosa Tzec Maestría en Diseño de Información Teoría del Texto Profra. Alma Yolanda Castillo Universidad de las Américas, Puebla Primavera 2004

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Interpretación de la arquitectura de información para sitios web desde la perspectiva textual de Van Dijk y sus macro y micro estructuras semánticas.

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Los sitios web y suarquitectura de información: unaperspectiva textual

por Omar Sosa TzecMaestría en Diseño de Información

Teoría del TextoProfra. Alma Yolanda Castillo

Universidad de las Américas, PueblaPrimavera 2004

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ContenidoMarco Teórico 2 Macroestructuras Semánticas 3 Macroreglas 5 Superestructuras Semánticas 8

Introducción a la Arquitectura de Información Web 14

La Arquitectura de Información Web y la Virtualización del Texto 18

Macroestructuras Web 23

Superestructuras Semánticas en laArquitectura de Información Web 27

Constituyentes Retóricas para laArquitectura de Información Web 32

Análisis superestructural de amazon.com 35 Objeto de Estudio 36 Superestructuras Primarias 37 Superestructuras Secundarias 45 Observaciones sistemáticas 48 Implicaciones Macroestructurales 49

Discusión y Conclusiones 50 Discusión 51 Conclusiones 52

Referencias 53

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Marco Teórico

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De acuerdo a Van Dijk (1980) después de leer o escuchar un dis-curso, frecuentemente es posible después de leer o escuchar un discurso señalar el tema o los temas de ese discurso. Para referirse a tal hecho se emplean vocablos como asunto, idea general, o locuciones como lo importante o esencial de lo que se dijo (Van Dijk, 1980). Así, para este autor, el tema del discurso (o conversación) se hará explícito, por lo tanto, en términos de un cierto tipo de es-tructura semántica. Esto da pie a las macroestructuras semánticas (Van Dijk, 1980), las cuales son la reconstrucción teórica de nocio-nes como “tema” o “asunto del discurso”. Según define este autor, el “tema” o “asunto” corresponde a las relaciones que existen entre las estructuras semánticas de las oraciones de un discurso y la estruc-tura semántica. La macroestructura es términos vulgares como aquello de lo que se puede dar cuenta como el tipo de contenido global de un discurso. En contraposición, Van Dijk (1980) emplea el término de microestructura para denotar la estructura local de un discurso, es decir, la estructura de las oraciones y las relaciones de conexión y coherencia entre ellas. La coherencia está en función de una adecuada relación de las oraciones en el orden semánti-co y aún más, se caracterizan en este caso semántico lineales, las cuales se atribuyen en aquellos discursos donde las relaciones semánticas entre oraciones individuales van en secuencia (Van Dijk, 1980). De acuerdo a Van Dijk (1980), no basta una coherencia semántica lineal en un discurso, sin que además un discurso se dice coherente en términos generales sólo si es también cohe-rente en un nivel más global, y que esta coherencia global se da en cuanto se pueda asignarle un tema o asunto al discurso. De forma fácil y según marca este autor, sólo es posible construir una macroestructura para un discurso, puede decirse que ese discurso es coherente globalmente.

Un planteamiento básico sobre la concepción de las macroes-tructuras de acuerdo a Van Dijk es que el significado del todo (i.e. el discurso) debe especificarse en términos de los significados de las partes. Lo anterior debe entenderse como el hecho de que el sentido global de un discurso debe derivarse de los sentidos de las oraciones del discurso, esto es, de la secuencia proposicional que subyace en el discurso (Van Dijk, 1980). Aún más, el tema que se define en un discurso está en términos de proposiciones, donde una proposición es una oración que posee un valor de juicio de verdad. Las proposiciones que determinan el tema forman parte

Macroestructuras Semánticas

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de la macroestructura de un discurso y de aquí a que se denomi-nen macroproposiciones.

Por otro lado, siempre se puede establecer un vínculo entre la microestructura y la macroestructura mediante una relación particular (entre dos secuencias de proposiciones) lo cual se denomina como mapeo semántico (Van Dijk, 1980). Este mapeo es una proyección, con lo cual se establece que es posible encontrar relaciones (gramático) semánticas entre el espacio de la macroes-tructura y la microestructura con lo cual es posible derivar el tema o asunto de un discurso. (Van Dijk, 1980)

La coherencia global del discurso implica una coherencia local del mismo, es decir, las proposiciones no sólo se conectan lineal-mente la una con la otra, sino una secuencia de ellas debe estar relacionada de manera más global, por medio de un “tema común” (Van Dijk, 1980). Lo interesante es que según señala este autor, un discurso no tiene un solo tema o asunto sino posiblemente una secuencia de temas o asuntos, que se expresan en un resumen del discurso. Esta secuencia de temas o asuntos implica una separa-ción macroestructural en varios niveles (Van Dijk, 1980) cada uno derivado del nivel inmediatamente inferior y como ejemplo este autor (Van Dijk, 1980) menciona: “De hecho, entonces, es posible tener un tema de párrafo, de una página, o de un capítulo, así como de un libro entero, según el nivel de ‘globalidad’ que se escoja para caracterizar el contenido del discurso”.

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MacroreglasLas macrorreglas derivan las macroestructuras de un discurso, mediante la reglas adecuadas de proyección semántica aplicadas sobre las proposiciones que componen las macroestructuras textuales para vincularlas con las microestructuras textuales y cuya función en sí es la de transformar la información semántica (Van Dijk, 1980). Esta transformación puede caracterizarse como reductiva en cuanto a la información semántica porque reducen una secuencia de varias proposiciones a unas pocas, o incluso a una sola (Van Dijk, 1980).

Según determina Van Dijk (1980) las macrorreglas tienen un na-turaleza organizadora, con lo que expresa: “Al asignar una macro-proposición a cierto fragmento de un discurso, este fragmento obtiene cierta unidad; se convierte en un fragmento que puede distinguirse de otros fragmentos por el hecho de definirse según un tema especificado por la macroproposición”. En adición el au-tor comenta que los significados de las respectivas oraciones del fragmento poseen algo en común ya que en conjunto forman la base para la macroproposición; además presenta las macrorreglas según sigue:

1) Supresión. Dada una secuencia de proposiciones, se suprimen todas aquellas las que no sean presuposiciones de las proposicio-nes subsiguientes a la secuencia.

2) Generalización. Dada una secuencia de proposiciones, se hace una proposición que contenga un concepto derivado de los conceptos de la secuencia de proposiciones, y la proposición así construida sustituye a la secuencia original.

3) Construcción. Dada una secuencia de proposiciones, se hace una proposición que denote el mismo hecho denotado por la to-talidad de la secuencia de proposiciones, y se sustituye la secuen-cia original por la nueva proposición.

Este autor interpreta la primera macrorregla como el hecho de que solo deben figurar en la descripción de la macroestructura aquellas proposiciones que resulten pertinentes, es decir, que des-empeñan un papel fundamental para la interpretación de las otras oraciones (Van Dijk, 1980). Además, este autor denomina a toda aquella proposición suprimible de la macroestructura como de-

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talle del discurso. Otro punto importante que toca Van Dijk (1980) es que la supresión omite detalles que involucran la intuición al escuchar o leer el discurso, tal que comenta que dicha intuición se basa en parte en el conocimiento que se tenga del mundo, del discurso y de los diversos tipos de discurso.

La generalización por su parte, permite el empleo de nombres como superconjuntos de varios conjuntos, como puede ser el sus-tituir enunciativamente los elementos del conjunto (e.g. elefante, jirafa, león) por una sola denominación (e.g. animales). Mediante la generalización se permite el empleo de las llamadas expresiones u oraciones temáticas, con lo cual se puede señalar el resto del frag-mento del discurso de modo que no es necesario que el lector lo construya (Van Dijk, 1980). De aquí que un punto claro se que toca es que una de las condiciones de la generalización es que debe ser mínima tal que conceptos generales no son tomados en forma arbitraria sino superconceptos inmediatos (Van Dijk, 1980).

Por último, la macrorregla de la construcción deriva una propo-sición que implícitamente contiene información abstraída en la aplicación de la regla, porque esta información forma parte del conocimiento que se tiene del mundo, por lo que se permite suprimir únicamente aquellos detalles que pertenezcan a lo con-vencional en base a un marco de conocimientos (Van Dijk, 1980).

Así, para Van Dijk (1980) una macroestructura es una secuencia de proposiciones derivadas por medio de macrorreglas, tal que dicha secuencia debe ser coherente, satisfaciendo las condiciones nor-males de coherencia lineal lo cual corresponde a los enlaces con-dicionales entre hechos, relaciones de identidad, u otras relaciones entre los participantes, etc. Por otro lado, este autor señala que no existe un orden estricto en la aplicación de las macrorreglas, sin embargo sería recomendable aplicar primero la construcción con el fin de establecer el tipo de episodio en ese momento, para después aplicar la regla de supresión para eliminar aquellos deta-lles que ya no son pertinentes; posteriormente se podrían juntar diferentes hechos pertinentes para el resto del discurso como un todo, aplicando así la regla de generalización. Claramente, y según señala este mismo autor: “…en la práctica no todo usuario de una lengua aplicará las reglas de la misma manera”, además indica que intuitivamente se sabe que cada lector u oyente encontrará im-portantes o pertinentes algunos aspectos del mismo texto según

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la tarea, los intereses, el conocimiento, los deseos, las normas y los valores de usuario; los cuales, en conjunto, definen el estado cognitivo contextual particular al usuario de una lengua en el momento en que interpreta el texto (Van Dijk, 1980).

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Según Van Dijk (1980) en algún discurso alguna información puede ser más importante o pertinente que la misma información en otro discurso tal que se resume en forma diferente de acuerdo al tipo del discurso mismo. Esto implica una dependencia de la formación de macroestructuras en el tipo de discurso de forma que para comprenderla, se debe identificar las propiedades espe-cíficas que entran en el análisis del discurso. Comenta el autor que además de las estructuras textuales que corresponden por ejem-plo a las secuencias de oraciones con una coherente estructura proposicional subyacente con una macroestructura, existe otra estructura esquemática la cual denomina como superestructura, la cual puede caracterizarse como la forma global de un discurso y las relaciones jerárquicas de sus respectivos fragmentos.

La superestructura se describe en términos de categorías y de reglas de formación y puede considerarse como algo similar a la “forma” sintáctica de una oración, tal que dichas reglas determinan el orden en que las mencionadas categorías aparecen (Van Dijk, 1980).

De acuerdo a Van Dijk (1983) la manera más sencilla de ilustrar las superestructuras es hacerlo a través de una narración, ya que es un texto que posee un tema global, pero que a su vez tiene la característica global de ser identificado como una “narración”. Esto implica que a pesar de que una narración pueda tener diferentes temáticas las cuales los diferencian entre sí, poseen diferentes tipos de construcción (Van Dijk, 1983). Bajo este ejemplo, el autor añade que una estructura narrativa es una superestructura, independientemente del contenido (i.e. la macroestructura) de la narración. Así para Van Dijk (1983), una superestructura es “un tipo de forma del texto, cuyo objeto, el tema, es decir, la macroestruc-tura, es el contenido del texto”. Con lo anterior indica que se debe comunicar el mismo suceso en diferentes “formas textuales” según el contexto comunicativo.

Al igual que con las estructuras retóricas de una narración (y gene-ral de cualquier texto), se hace un lado la gramática y la lingüística para el estudio de las superestructuras. Por otro lado, las superes-tructuras y las macroestructuras semánticas tienen una propiedad en común de acuerdo a Van Dijk (1983), planteando que no se definen con relación a oraciones o secuencias aisladas de un texto,

Superestructuras Semánticas

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sino para el texto en su conjunto o para determinados fragmentos de este. Con ambos comentarios, se establece entonces que las superestructuras se encuentran primariamente en un nivel global del texto, las cuales determinan su orden o coordinación en este sentido (Van Dijk, 1983). De esta forma Van Dijk (1983) indica que la propia superestructura debe componerse de determinadas unidades de una categoría determinada que están vinculadas con esas partes del texto previamente ordenadas; por lo tanto, para este autor la superestructura es una especia de esquema al que el texto se adapta, con lo cual categoriza al texto como esquema de producción, y aún más, permite la identificación de dicha catego-ría al lector u oyente como esquema de interpretación.

Debido a que las superestructuras existen independientemente del contenido y de la ayuda de la gramática lingüística, se estable-ce que existen reglas implícitas en los que se basa la construcción de las superestructuras y que además la dominación de dichas reglas está en función de la capacidad lingüística y comunicativa general, con lo cual, se supone que existe al menos una serie de superestructuras de carácter convencional tal que la mayoría de los hablantes de una comunidad lingüística las conoce o reco-noce (Van Dijk, 1983). El reconocimiento del esquema abstrac-to inherente en las superestructuras indica que éstas pueden manifestarse en diferentes sistemas semióticos (Van Dijk, 1983). La formulación de las superestructuras está relacionada con estos sistemas semióticos, el cual funciona como un procedimiento análogo a la gramática y a la lógica lo cual deriva de acuerdo a Van Dijk (1983) en:

1) Una serie de categorías para las diferentes superestructuras y

2) Una serie de reglas mediante las que pueden combinarse las ca-tegorías entre sí, las cuales son reglas de transformación mediante las cuales puede determinarse como desviarse de una estructura básica.

Según comenta Van Dijk (1983) la aproximación formal antes men-cionada es provisional en muchos sentidos. Lo anterior debido a que “en primer lugar hay que subrayar que la formación explícita de la teoría sólo puede realizarse adecuadamente sobre la base de observaciones sistemáticas. Incluso una gramática moderna se fundamente en una tradición de un estudio de la lengua de casi

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dos mil años”. De esta formalización surge la problemática de falta de una semántica que aportase el “contenido” o “significado”, la “referencia” o la “función” de las estructuras (Van Dijk, 1983).

La manifestación de las superestructuras de acuerdo a Van Dijk (1983) posee ciertas limitaciones o regularizaciones que van más allá de la gramática y las cuales corresponden a otro sistema que determina la estructura de los textos, como por ejemplo un sistema métrico o un sistema que se basa en la teoría de la versificación, de modo que la regularidad mencionada, indica, no puede ser en absoluto algo casual. El sistema mencionado permite entonces a los hablantes conocer las superestructuras y aplicarlas adecuadamente, tal que éste es capaz de producir e interpretar textos de acuerdo a este sistema (Van Dijk, 1983). De esta forma este autor determina que los hablantes al conocer un sistema de reglas en forma implícita, las cuales aplican al hablar, el sistema mencionado posee además una base psicológica en forma de reglas o procesos, categorías, entre otros, todas de aspecto cog-nitivos. Con lo anterior Van Dijk (1983) añade que “en una teoría más abstracta se asigna determinada superestructura como un todo a un texto en virtud de determinadas reglas de producción, por lo que queda fuera de toda consideración aquellas estrategias concretas que un hablante emplea para una construcción lo más eficaz posible de una representación de superestructuras” y con-cluye que “con todo, una teoría del texto rigurosa también debe ser cognitivamente relevante en el sentido de que como mínimo una parte de sus categorías y reglas debe ser parte integrante de una teoría cognitiva más amplia, si realmente quiere tomarse en serio la utilización real de la lengua”.

Un detalle importante que Van Dijk (1983) también menciona, es que no existe la posibilidad de que existan textos que sean reco-nocidos por razones semánticas, pragmáticas o retóricas, tal que no apenas posean, o si acaso ninguna, superestructura conven-cionalmente; tales casos los ejemplifica en situaciones de poemas, noticias de prensa o en algún spot publicitario de televisión. En adición, plantea que existen textos cuyas formas están institu-cionalmente establecidas o fijadas, como pueden ser los ritos religiosos o leyes, entre otras. De aquí que se refuerce el hecho de que análisis superestructural de los textos debe llevarse a cabo mediante la observación y la descripción sistemáticas.

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Las superestructuras se pueden dividir en varios tipos. La primera división considera como base aquellas estructuras que compo-nen un sistema primario para las superestructuras como lo es la lengua natural. También se puede plantear una división formal de las superestructuras la cual se realiza de acuerdo según el tipo de categorías, reglas y otras limitaciones (internas) de los diferentes sistemas. Por último podría plantearse la división de las superestructuras de acuerdo a las funciones o los efectos sociales o pragmáticos (Van Dijk, 1983).

Por su parte, Van Dijk (1983) también cuestiona sobre la existencia de una base común en las superestructuras y de lo cual deduce que para encontrar dicha base común no queda más remedio que tener presente que los esquemas muy probablemente no arbitra-rios y que están en estrecha relación con los aspectos semánticos y pragmáticos de los textos y de la comunicación. De lo anterior, el autor afirma que para conocer la temática de un texto hay que mencionar en primar lugar una serie de objetos, personas o circunstancias sobre lo que se quiere decir algo. Además comenta que en algunos contextos estos objetos, personas o circunstancias pueden ser ya conocidos por el oyente o lector. Así, se deduce que la estructura funcional más general de los textos es aquella que puede diferenciar entre condición y consecuencia (Van Dijk, 1983).

Entre las estructuras bien definidas por Van Dijk (1983) se encuen-tran las narrativas, las argumentativas y el tratado científico, con las cuales, se establece la explicación particular para un entendimien-to inductivo de las superestructuras. Con respecto a las estructuras narrativas, este autor las considera como formas básicas muy importantes para la comunicación textual, comentando que con este tipo de textos (narrativos) se hace referencia a narraciones que se producen en la comunicación cotidiana con respecto a una línea de tiempo. En adición por parte del autor, el segundo tipo de superestructuras, las argumentativas, considera que son las más usadas tanto en la filosofía como en la teoría de la lógica son la argumentación y la demostración.

Con respecto a las estructuras narrativas, se tiene que su primera característica fundamental consiste en que este texto se refiere ante todo a acciones de personas, de manera que las descripcio-nes de circunstancias, objetos u otros suceso quedan claramente subordinadas. Lo anterior brinda una diferencia sistemática de

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este tipo de texto ante cualquier otro. A su vez, un texto narrativo posee la característica semántica de explicar uno suceso o accio-nes que en cierta manera resultan interesantes, por lo que debe poseer como mínimo, referentes a un suceso o una acción que cumplan con el criterio de interés(Van Dijk, 1983).

A partir de lo anterior se va construyendo la categorización inhe-rente a los textos narrativos; si se convencionalización el criterio mencionado, se establece la primera categoría denominada la complicación, la cual se expresa en una secuencia de acciones ante las cuales se obtiene una reacción. Esta última ostenta el carácter de dilución ante la complicación, estableciendo la categoría deno-minada resolución, la cual puede ser positiva o negativa, es decir, de éxito o fracaso o bien, que la narración acaba “bien” o “mal”. En conjunto, la complicación y la resolución conforman el núcleo de un texto narrativo cotidiano, lo cual se denomina suceso. Por su parte, cada suceso tiene lugar en una situación determinada, en un lugar determinado, a una hora determinada y en determinadas circunstancias. A la especificación de tales circunstancias se le denomina marco. Luego, el marco y el suceso conforman lo que se llama episodio. De aquí, la serie de episodios que constituyen un texto narrativo, recibe el nombre de trama. Cuando los narradores además de reproducir los sucesos, realizan también aportaciones de su reacción mental, su opinión o valoración, se obtiene enton-ces la categoría de la evaluación. Junto con la trama, la evaluación forma parte de la verdadera historia. Por último, muchos textos narrativos poseen también un anuncio y un epílogo. Como se pue-de observar, las categorías permiten toda una esquematización interna de la superestructura subyacente en un texto narrativo, y aún más, pueden ser utilizadas para determinar reglas de forma-ción para esta estructura, con lo cual se hace un planteamiento más formal de la construcción de la misma (Van Dijk, 1983).

Así como hay también todo un conjunto de categorías para las estructuras narrativas, las estructuras argumentativas también poseen las suyas. El esquema básico de las últimas corresponde a par hipótesis-conclusión. La categoría de hipótesis puede seguir dividiéndose aún más. Aparte de las dos formas básicas, se hacen inclusiones de otras categorías como lo son el argumento o bien, la bien colocada conclusión (Van Dijk, 1983).

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Por su parte, los tratados científicos presentan una variante especial de las superestructuras argumentativas en las cuales se añaden las categorías denominadas plateo del problema y solución, las cuales también puede dividirse más profundamente (Van Dijk, 1983).

Ya considerando otros tipos de texto, Van Dijk (1983) se pregunta si realmente todos los textos o tipos de texto poseen una estruc-tura global y característica. Considera que ésta es una cuestión empírica y cuya contestación tan solo podrá darse a través de observaciones sistemáticas y de un análisis de un gran número de tipos de texto de una determinada sociedad o cultura, a lo cual menciona que en base a reflexiones sencillas, se puede considerar que una superestructura debe existir necesariamente en cada texto, como ocurre también con las macroestructuras en un texto coherente.

Finalmente, Van Dijk (1983) especifica que existen algunas dife-rencias entre macro y superestructuras, donde las primeras son indispensables para que se produzcan conexiones lineales entre oraciones y para la compresión del tema de un texto, mientras que las segundas, tienen un comportamiento de estructuras sintácticas dentro de un contexto determinado debido a que se basan en reglas convencionales y no necesariamente todo tipo de texto posible tiene que estar convencionalizado por fuerza en el nivel de las superestructuras. En conclusión, deduce que “las superestructuras no son una característica necesaria de los textos y que para una división global del texto también puede servir el orden de las macroestructuras”.

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Introducción a laArquitectura de Información Web

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El término Arquitecto de Información fue introducido por Richard Saulwurman (1996) para definir una nueva disciplina que se refiere a los profesionales cuyo propósito es tomar información compleja y conducirla a cierta audiencia en forma tan simple como sea posible. En forma explícita Saulwurman (1996) define al Arquitecto de Información como: “1) El individuo que organiza patrones inhe-rentes en datos, haciendo claro lo complejo. 2) Un individuo que crea la estructura o mapa de información la cual permite a otros encontrar sus propios caminos al conocimiento. 3) La ocupación profesional emergente del siglo 21 que se ocupa de las necesida-des de la era enfocada en la claridad, entendimiento humano, y la ciencia de la organización de información.”

La World Wide Web (WWW) o simplemente la Web es un sub-conjunto de una red mundial de computadoras denominada Internet, el cual está compuesto de elementos hipermediales. Por hipermedia (Sosa-Tzec, 2001) se entiende como el conjunto de aplicaciones (i.e. programas de computadora para uso específico) que son producto de la combinación de hipertexto (i.e. texto virtual que posee ligas) y multimedios (e.g. la generación de so-nidos y gráficos por computadora). Por “ligas” se refiere a aquellos elementos dentro de un hipertexto que indican posibles flujos de lectura (no lineal) usualmente presentados en forma textual clá-sica (i.e. palabras o pequeñas frases) u otra forma (e.g. imágenes), los cuales inducen a la actividad denominada en este contexto como “navegación”. Las ligas suelen denominarse también como hipervínculos. Los elementos hipermediales de la Web son las tan nombradas páginas web, los cuales son documentos virtuales con una estructura de navegación hipertextual y contenido multime-dial. A una colección de páginas web entre las cuales se puede establecer una clara relación de contenido para ser identificadas como una unidad se le denomina sitio web, comúnmente referido tan sólo como sitio.

Ciertamente, con el advenimiento de la Web, el papel de los arquitectos de información resulta relevante. En la construcción profesional de sitios, el arquitecto de información tiene la respon-sabilidad de llevar a cabo todo el proceso tal que se cumplan los requerimientos del cliente (i.e. alguna empresa, persona u organi-zación) o negocio, pero que al mismo tiempo cumpla su objetivo como elemento de comunicación exitoso con el usuario (i.e. el individuo que navega el sitio). Este proceso, la arquitectura de

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información, toma nuevas definiciones en este campo de la Web; de acuerdo a Rosenfeld et al. (2002), define como: “1) La combina-ción de la organización, etiquetación y esquemas de navegación dentro de un sistema de información. 2) El diseño estructural de un espacio de información para facilitar el cumplimiento de tareas y acceso intuitivo a contenido. 3) El arte y ciencia de estructurar y clasificar sitios web e intranets1 para ayudar a la gente a ayudar y manejar información. 4) Una disciplina emergente y comunidad de practicantes enfocada en llevar a cabo principios de diseño y arquitectura al contexto digital.” En términos no tan formales, Shiple (2005) se refiere la arquitectura de información como el fundamento para un gran diseño web y que es el plano en el cual se basa la construcción de todos los elementos de un sitio web.

La arquitectura de información para la Web casi siempre está aso-ciada a la construcción de grandes sitios, es decir, sitios con gran contenido y que requieren de una estructura navegacional sólida para tener éxito. Sin embargo, la arquitectura de información web se puede aplicar a cualquier construcción de sitios web o incluso en páginas individuales.

Todo proceso de arquitectura de información web tiene ciertos pasos comunes (Van Dijck, 2003; Shiple, 2005) que son:

1) La identificación de las metas del negocio.

2) La identificación de las metas del sitio.

3) La identificación de los usuarios potenciales, su categorización y análisis de requerimientos.

4) Determinación de contenido y funcionalidad.

5) Elaboración de esquemas organizacionales, categorización y etiquetación para determinar la estructura navegacional.

6) Diseño de interfaz de usuario con “marcos de alambre” y elabo-ración de layout final.

Estos pasos con su correspondientes métodos permiten la construcción y evaluación gradual de un sitio tomando en cuenta 1. Redes vía Web

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las metas del negocio y necesidades de los diferentes tipos de usuarios categorizados. Así, el cliente llega a solicitar al arquitecto de información web la construcción de un sitio considerando en cuenta las metas de su negocio, pero al ser un sitio web una enti-dad “viva” dentro de la WWW, es necesario que tenga sus propias metas tal que determinen cuáles serían los factores de éxito para ser frecuentemente navegable por parte los usuarios. De aquí, se discute con el cliente acerca de los perfiles que podrían tener los usuarios que navegarían el sitio a construir, se categorizar en gran-des grupos y usualmente se realizan ejercicios como la construc-ción de escenarios y casos de uso del sitio (Shiple, 2005; Van Dijck, 2003). Todo aquello que el cliente cree que debe ir como conteni-do del sitio y todo aquello que el arquitecto de información web considera también considera como contenido potencial a partir de las metas del sitio, se considera como información en crudo, tal que el arquitecto de información estructura, categoriza y etiqueta cada una de las categorías como solución óptima; en este mo-mento también determina cuáles serían las necesidades funciona-les del sitio (e.g. de programación). El paso anterior se deriva en la construcción del denominado mapa del sitio. A partir del mapa y del contenido para cada categoría etiquetada, se procede a bos-quejar la forma del contenido, lo cual corresponde a los marcos de alambre. De aquí se realiza un paso de evaluación, probablemente iterativo, con usuarios potenciales para determinar la eficacia de la estructura navegacional expresada en el mapa. Cuando se ha pasado esta etapa, se procede a diseñar el layout del sitio, lo cual corresponde a construir el sitio en forma ya en la computadora, y con lo cual se pueden realizar pruebas sobre la facilidad de uso por parte de las personas para cumplir exitosamente las tareas que atañen a la navegación del sitio, lo cual se denomina pruebas de usabilidad (Sosa-Tzec, 2001; Van Dijck, 2003). Después de estas pruebas se procede a una posible reestructuración del contenido y se afinan aspectos de presentación (e.g. diseño gráfico para la interfaz de usuario).

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La Arquitectura de Información Web yla Virtualizacióndel Texto

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Los sitios web, aún siendo simplemente páginas, corresponden a un tipo de texto, el denominado por Lévy (1998) como texto virtual. Sin embargo, este autor solo se comenta tan solo del hipertexto más allá de considerar cualquier tipo de sitio web o simplemente una página, los cuales claramente son entidades hipermediales en un sentido generalizado. Lo anterior marca el hecho de que todo sitio o página web es una entidad hipermedial, pero no necesariamente al revés. En lo que sí se puede afirmar sobre los hipertextos, y en general sobre cualquier hipermedio, es que constituyen una matriz de textos potenciales, de los cuales sólo algunos se realizarán como resultado de la interacción con un usuario (Lévy, 1998). Con esto se explica que el usuario realiza al final de cuentas una “lectura” especial en estos tipos de textos, la cual en ningún motivo debe considerarse aleatoria aunque sí arbitraria. De acuerdo a Lévy (1998), “entre tal o cual texto posible de la combinatoria y el texto real no existe ninguna diferencia en pantalla. La mayoría de los programas son máquinas para visuali-zar (realizar) mensajes (textos, imágenes, etc.) a partir de un dispo-sitivo computarizado que determina un universo de posibilidades”. La mencionada maquinaria, es lo que en la jerga se denomina como un web browser (o visor web) llamado simplemente browser. En adición “este universo puede ser inmenso o puede invocar procedimientos aleatorios. Tampoco está enteramente precon-tenido ni es calculable”. Lo anterior reafirma el comentario sobre la arbitrariedad en la navegación y con lo cual debe considerarse plenamente que el usuario no lee los textos hipermediales en forma individual, sino que realiza la lectura necesaria de uno o quizá varios textos de acuerdo al propósito de navegación, lo cual corresponde a la denominada tarea o meta por parte del usuario. De acuerdo a Lévy (1998) “si se define un hipertexto como un espacio de recorrido de lecturas posibles, un texto es una lectura particular de hipertexto. El navegador participa, por lo tanto, en la redacción o, al menos, en la edición del texto que lee ya que es quien determina su organización final”.

Lévy (1998) comenta que el lector de pantalla es más activo que el lector sobre papel. Tal afirmación puede ser parcialmente refutada y es válida en el contexto hipermedial pero no necesariamente sobre todo texto virtual, ya que adelantándose a las secciones an-teriores, en los textos virtuales existen estructuras que determinan el ritmo de lectura por parte del usuario dependiendo de la cate-

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goría (en el sentido similar establecido por Van Dijk anteriormen-te); la lectura en papel puede ser tan dinámica como la estructura del texto lo permita, sino considérese el caso de leer en pantalla un documento de texto plano (i.e. oraciones escritas presentadas en forma secuencial) que debe ser leído en “orden” no se compara con el grado de actividad de lectura con respecto a un diccionario, donde el lector realiza también una lectura no lineal con tal de cumplir su tarea (i.e. buscar la definición de términos dentro de éste). Tal hecho lo ratifica comentando que un texto lineal clásico, aún siendo digitalizado, no se leerá como un verdadero hipertexto (Lévy, 1998).

También comenta Lévy (1998) que la computadora es un opera-dor de potencialización de la información ya que a partir de una existencias de datos iniciales, de un modelo o de un metatexto, un programa puede calcular un número indefinido de expresiones visibles, audibles o tangibles diferentes, en función de la situación o de la demanda de los usuarios. Ciertamente se comparte la idea de este autor sobre la importancia de la generación de réplicas “virtuales” a petición de los usuarios de una entidad “original” que también resulta virtual y que se instancia en la pantalla de cada usuario al momento de realizar la lectura tal que dicha entidad requiera de ser presentada. Sin embargo, se piensa que no es correcto denominar a tal entidad “original” como el metatexto porque no lo es por sí mismo, el concepto de metatexto debe estar involucrado con un nivel abstracto por encima del texto hipermedial, y por lo tanto, el metatexto está más relacionado con la conceptualización de algún hipertexto hipermedial per se, de acuerdo a sus estructuras semánticas inherentes y que están en función generalizada con las mencionadas metas o necesida-des del negocio y de los usuarios. Es decir, existe el conjunto de entidades hipermediales, pero además de ser posible establecer diferentes tipos de estos, existe una concepción generalizada y abstracta del fondo constituyente al tipo que pertenece (dentro de los hipermedios) y eso, el metatexto, es el patrón implícito que el arquitecto de información puede determinar en cada proyec-to de construcción de sitios web, para luego determinar cómo proceder a un adecuado arreglo y orden de dichas estructuras semánticas implícitas en el modelo.

Para Lévy (1998) “la hipertextualización es el movimiento inverso a la lectura, en el sentido que produce, a partir de un texto inicial,

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una reserva textual de instrumentos de composición gracias a los cuales el navegador podrá proyectar una multitud de otros textos”. Y así, “el texto se transforma en un problemática textual. Per una vez más, sólo existe una problemática al considerar aparejamien-tos humanos-máquinas y no únicamente procesos informáticos. Entonces, se puede hablar de virtualización y no solo de poten-cialización. En efecto el hipertexto no se deduce lógicamente del texto fuente”. Lo anterior no es más que una consecuencia directa de la naturaleza tecnológica en la que fue diseñada la distribución globalizada de los hipermedios, y además, es claro que como cualquier texto, un proceso comunicativo le da razón de ser; por lo tanto, no existe sentido ajeno alguno a una posible desconsi-deración del lado humano involucrado con la construcción de entidades hipermediales, y por ende de sitios web. El arquitecto de información ciertamente debe poseer la capacidad de identi-ficar dicho aspecto humano en el proceso de arquitectura, lo cual deriva de su experiencia como constructor de este tipo de textos y usualmente apoyado en un trabajo en equipo donde existen miembros especializados en el ámbito de interacción humano-computadora (HCI por sus siglas en inglés).

Lévy (1998) plantea que existe una relación mayor con el progra-ma de lectura y de navegación que con la pantalla. Inmerso en el contexto de la arquitectura de información tal afirmación no resulta trivial y también se deriva del proceso de construcción; aspectos como funciones de búsqueda o de personalización son identificadas en las metas o necesidades de los usuarios y poste-riores etapas de la arquitectura las toman en cuenta y determinan su máxima implementación según las limitaciones tecnológicas o presupuestales.

Además, Lévy (1998) comenta que la escritura y la lectura cambian roles en el sentido que el usuario al realizar un recorrido van con-formando la “redacción” de su texto, el arquitecto de información no está involucrado con tal acción. La tarea fundamental del arqui-tecto es limitada al dominio correspondiente al sitio que le toca construir, sin embargo, posee gran importancia en la medida que permita al lector a construir la lectura en forma adecuada, porque no basta con la colocación de entidades hipermediales sino que es necesario que en forma parcial, tanto como el usuario desee tomar durante la navegación, la estructuración sea semántica-mente adecuada. Sin esta adecuada estructuración por parte del

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arquitecto de información, el contenido de algún sitio web puede resultar tedioso o frustrante con respecto a la tarea a desempe-ñar por parte del usuario, y por ende, muy probablemente será descartado como parte del texto que éste va “redactando” durante su navegación en la Web.

Aunque el hecho planteado por Lévy (1998) sobre la adición de elementos a la Web determina una estructura subjetiva a partir de un punto de vista, ciertamente el arquitecto de información brinda la posibilidad de construir textos hipermediales de forma profesional, fungiendo como una especie de nuevo “escribano” tanto la Web o dependiendo de su especialidad arquitectónica sobre el desarrollo de aplicaciones hipermediales en general.

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MacroestructurasWeb

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Un sitio web como se ha dicho es un texto el cual puede tomarse en analogía con un discurso con el arquitecto de información como orador o bien, como una estructura narrativa con el arqui-tecto como narrador. De igual manera que con estos textos, un sitio web es identificado como tal por parte de los usuarios de manera convencional. Ya que se ha mencionado que todo sitio web es un hipermedio pero no al revés, podría pensarse que la primera característica asociada a los sitios es por su forma de visualizarse, esto es, a través de un browser. Sin embargo la tecno-logía actual permite visualizar aplicaciones como las denominadas aplicaciones (e.g. un programa de punto de venta) también en un web browser. Entonces podría pensarse que los sitios web corresponden a hipertextos en un sentido puro, pero tal hecho no puede ser posible porque en la actualidad existen sitios web que tienen funciones adicionales que permiten el manejo dinámico de datos y otros elementos que también hacen que funcionen como aplicaciones. En este último caso, un usuario no hace distinción entre un programa de computadora convencional (i.e. una aplica-ción) y un sitio web, y para propósitos enmarcados en este artículo resulta indistinto. De cualquier forma un usuario sí reconoce un sitio web en primera instancia por ser visualizado en un browser en conjunción con los elementos convencionales hipertextuales que lo caracterizan.

Ahora bien, existen diferentes tipos de sitios web según ciertas “temáticas”. En la práctica estas temáticas están en función de las necesidades del sitio, por lo que es posible dividir los sitios web, que por sí solos constituyen una macroestructura generalizada, en varios tipos de macroestructuras particulares. Dichas particu-laridades permiten a los usuarios identificar por ejemplo sitios web académicos, comerciales, personales, etc. Esto constituyen macroestructuras subyacentes a la generalizada y con las cuales se define el “tema” o “asunto” del sitio.

La microestructura del sitio se puede considerar como la estructu-ra del contenido per se del sitio. Es decir, en la estructura inherente en el contenido tal y como sucede en las oraciones de posible tex-to en un sitio o en la adecuada relación semántica de la imágenes o sonidos dentro de éste.

Como en todo texto, la coherencia global de un sitio también depende de la asignación efectiva de un tema o asunto; además,

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el aspecto interesante de la coherencia como resultado de una arquitectura de información web, es que un sitio es coherente globalmente desde el punto de vista del usuario con respecto a los elementos de contenido, lo cual se relaciona más con los elementos constituyentes de la interfaz de usuario, aunque implí-citamente también juega un papel importante la estructuración navegacional, aunque ésta última por sí sola está más relacionada con la superestructura. Del hecho anterior se puede determinar que para los sitios web también se presenta un mapeo de incrus-tación (embedding en inglés) porque la microestructura de alguna forma tiene explícita la superestructura subyacente, a través de elementos que representan la categorización de la información y que permiten la navegación del sitio (i.e. las ligas relacionadas con la estructura navegacional).

Las macroproposiciones juegan un papel más fuerte en el caso de los sitios web. No basta con establecer juicios de verdad sobre la temática del sitio, sino que además implican aspectos inherentes al texto. Por ejemplo, en el caso de un portal de compras vía Web, no basta que las macroproposiciones establezcan la macroestruc-tura para entender que se trata de un sitio de compras, sino que además deben provocar en el usuario un sentido de confianza para saber que las compras serían seguras, o bien, un sentido de calidad en los servicios ofrecidos; en ambos casos, este factor de-termina si el lector procede o no a continuar con la lectura del tex-to y así cumplir satisfactoriamente su tarea. Lo anterior claramente no sucede en otro tipo de textos, en el caso de una narración, el lector o usuario sabe que se trata de una estructura narrativa, sin embargo, no es necesario que la macroestructura le brinde índices de confiabilidad sobre el tema, tan solo basta con identificar que se está leyendo o escuchando una narración. Lo anterior determi-na de alguna forma que el arquitecto de información debe consi-derar como líder de un proyecto de construcción de un sitio web, que los mapeos semánticos en el sentido planteado por Van Dijk (1980) estén presenten y sean los adecuados. Tal hecho es cuando se involucran posibles miembros del equipo de trabajo que estén relacionados tanto con la percepción del lector como pueden ser especialistas de contenido (e.g. psicólogos o diseñadores gráficos) o incluso aquellos con aspectos de funcionalidad (e.g. programa-dores) para reafirmar la coherencia de algún sitio (e.g. un portal de compras “confiable”).

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El tema se deriva también en los sitios web a partir de macrorre-glas aplicadas durante el proceso de arquitectura de información. En este caso las macrorreglas también fungen como elementos re-ductivos de las información semántica. De lo anterior se comenta que las macrorreglas permiten durante la construcción arquitec-tónica el poder conducir a los usuarios la información semántica necesaria para que exista la coherencia. Tal conducción provoca a los lectores de este tipo de textos a tomar los fragmentos de infor-mación que le son útiles para la realización de sus tareas y poder así, establecer este tipo de lectura “activa” marcada por Lévy (1998) y que conlleva a una redacción personal del texto, más allá de la navegación de un solo sitio para cumplir dichas tareas.

Las tres reglas señaladas por Van Dijk (1980) también son emplea-das en la arquitectura de información web. La supresión clara-mente involucra con la categorización de la información cruda antes mencionada con el diseño de contenido. La generalización también está muy ligada con el proceso de etiquetación de la información estructurada. Para un sitio web, la supresión y genera-lización van de la mano con una adecuada regla de construcción, notándose en hechos tales como una estructura navegacional congruentemente con los demás elementos de contenido mos-trada en formas de hipervínculos textuales o por otros medios (i.e. imágenes), el número necesario de elementos visuales como íconos, fotografías o ilustraciones, o bien, la adecuada selección de sonidos como medio de apoyo para la interacción

En este contexto, sin duda la capacidad de identificar la macroes-tructura por parte del usuario está en función de su experiencia como usuario de sitios web, es decir, su eficacia en la interpreta-ción del texto. Similarmente, los aspectos determinados como importantes o pertinentes mencionados por Van Dijk (1980) dependen de la frecuencia del usuario de interactuar con este tipo de textos en base a una tarea específica por cumplir, así como también de sus intereses, deseos, valores, etc.

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SuperestructurasSemánticas en laArquitectura deInformación Web

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De igual forma que sucede con los textos escritos, en los sitios web y en general en los hipermedios, existe algún tipo de estruc-tura esquemática que se encuentra subyacente a la macroestruc-tura previamente identificada. Del proceso de arquitectura de información como construcción profesional de sitios, se espera entonces que esta estructura esquemática esté también inmersa de algún modo dentro de éstos. La estructura esquemática debe entonces ser consecuencia de la participación del arquitecto de información como orador, hablante o narrador desde el punto de vista de los textos. En efecto, el arquitecto de información al tener que tomar las necesidades o metas tanto del cliente como del usuario para después realizar una esquematización del contenido (i.e. la información que irá en el sitio), esto implica que además de la macroestructura relacionada con un sitio se puede determinar el tipo de estructura jerárquica asociada.

Al igual que determina Van Dijk (1983), se está hablando entonces que los sitios web poseen una superestructura. Sin embargo, en el caso de los sitios web sucede algo interesante, la identificación de al menos dos tipos de superestructuras bien delimitadas. La pri-mera de ellas, la cual se denomina como superestructura primaria, corresponde a la relación jerarquizada de la información, ya que no solo basta que el usuario identifique el tema que corresponde al sitio que navega (i.e. la macroestructura) sino que debe existir un punto de partida navegacional. Lo anterior se concretiza cuando el arquitecto de información categoriza y etiqueta los bloques informativos que darán pauta al usuario para realizar su lectura que, aunque resulte arbitraria, le permitan ir creando un mapa mental sobre la conformación de dichos bloques. Por otro lado, para cada bloque informativo, el cual se presenta usual-mente como una sola página web, aunque pueden ser más, se observa que tiene su propio esquema asociado al contenido. Este esquema permite al usuario conformar una lectura congruente del texto; dentro del mismo contenido no puede presentarse al usuario información no jerarquizada porque rechaza los principios arquitectónicos que lo sustentan. Dicho esquema constituye la superestructura secundaria. Se presenta entonces como un hecho que ambas superestructuras deben manifestarse en forma natural al usuario, es decir, un sitio con una buena arquitectura debe ser tal que el usuario no identifique explícitamente las relaciones jerárquicas de contenido y cuya consecuencia es una asociación mental del contenido inherente entre los diferentes textos que

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correspondan a una misma macroestructura; en palabras de Van Dijk (1983), la “forma del texto” debe ser acorde a su “tema”.

Para un mismo tema de este tipo de textos, es claro que la super-estructura primaria brinda las categorías de orden de la infor-mación contenida, y también es un hecho que cada “narrador”, haciendo analogía con la ejemplificación de la narrativa para el entendimiento de las superestructuras con Van Dijk (1983), “nom-bra” las categorías según sus restricciones contextuales (i.e. metas y necesidades del negocio y usuario). Pero para un tema dado, existe entonces un espacio de categorías posibles asociadas, las metacategorías, por lo que cualquier instancia de un sitio web bajo un mismo tema es consecuencia primero de un mapeo estructural de información que induce del espacio de las metacategorías una relación jerárquica abstracta y luego un segundo mapeo de etique-tación al espacio de unidades semánticas relevantes a los elemen-tos de dicha relación. Tales unidades semánticas corresponden usualmente a palabras u oraciones, pero debido a la naturaleza de los hipermedios, pueden corresponder a imágenes icónicas, soni-dos, etc. El mapeo estructural es claramente una función inyectiva más no suprayectiva, por lo tanto nunca podrá ser un isomorfismo ya que los puntos del espacio de elementos que pueden ser rela-cionados jerárquicamente para un sitio web de un tema específico es más “grande”. En el caso del mapeo de etiquetación se tiene además que el espacio de unidades semánticas no es único y que está de alguna forma relacionado con el contexto (lo más genera-lizado posible) en el cual quedará inmerso el sitio; este es el caso de la selección de idioma, ya que un sitio para gente de Latino-américa no se sentirá cómodo con encontrar todas las categorías en inglés, sin embargo, debido a que la Web es un medio global, se presentan ciertas “convenciones” como emplear el idioma inglés para abarcar un mayor mercado o bien, la selección de ciertas imágenes para representaciones icónicas, como sucede en el caso de utilizar la iconización de un “carrito de compras” en todos los sitios de compras vía Web para darle a entender al usuario que ahí verá la información de los artículos que está comprando o el típico uso de la iconización de una “casa” para indicarle que dicha categoría lo “llevará” a la página inicial del sitio. Lo anterior marca el hecho de que en los sitios web las superestructuras también están en función de la capacidad lingüística y comunicativa general tal y como señala Van Dijk (1983) para otros tipos de textos y que efec-tivamente existen varios sistemas semióticos en los cuales puede

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realizarse el reconocimiento de las superestructuras primaria y secundaria. Entonces, el arquitecto de información tiene la respon-sabilidad de entender las reglas establecidas en los sistemas en los que el sitio web va a “vivir” y entender también el comporta-miento cognitivo de los usuarios para apoyarlos en su capacidad de “redacción” particular en el sentido planteado por Lévy (1998). Ciertamente el arquitecto de información logra tal cometido, en conjunto con posibles miembros especializados de su equipo de trabajo, mediante la tan mencionada observación sistemática que Van Dijk (1983) menciona.

Las superestructuras primarias cumplen una función primaria: el cumplimiento exitoso de las tareas del usuario dentro de un sitio web. Sin embargo, la manera de llevar a cabo tal cometido dada la capacidad del medio, implica que no se presente una sola manera. El pragmatismo inherente al medio conduce a más de una posible instancia de la superestructura primaria para un sitio web. La abstracción de la superestructura primaria resulta entonces en una hiperestructura de un sitio web, mediante la cual, independientemente de la forma personal de navegación del usuario, establece una coherencia implícita de esta acción. La hiperestructura es consecuencia directa del establecimiento de los perfiles, y por ende del comportamiento posible, de los diferentes tipos de usuario considerados como la audiencia para un sitio web dentro del proceso de arquitectura de información. Así, más que considerar que la sociedad (local) influye en la construcción de las superestructuras primarias de un sitio, se determina que el factor relevante es la cultura navegacional por parte de los usuarios.

Por su parte, la superestructura secundaria al estar más relaciona-da con la esquematización de contenido dada una categoría de la superestructura primaria, involucra aspectos comparativos de la utilización de elementos hipermediales con aquellos presentes en otros tipos de texto. Por ejemplo, cuando un usuario visita un sitio de compras vía Web, se esperaría que gran parte del contenido, en particular el referente al despliegue de productos, sea congruente con la forma en la que los usuarios leen la versión análoga del sitio (i.e. catálogos de venta). Aunque los hipermedios brindan nuevas posibilidades en el diseño de contenido, no puede considerarse, quizá por sentido común, el romper con los paradigmas culturales de lectura de lectura ya que podrían provocar un efecto negativo en los usuarios sobre el entendimiento del texto. Tales cambios

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de diseño de información también está relacionados con el índice cultural de la audiencia y sin duda, ésta se verá influenciada conforme pase el tiempo y la utilización de este medio resulte cotidiana y generalmente comprendido en cuanto a sus posibili-dades mediático-narrativas.

Así, en el caso de los productos de la arquitectura de información se presenta una nueva realidad de coherencia, la cual ya no puede ser considerada lineal en nivel global debido al hecho de que los usuarios realizan la “redacción” del texto que quedará constituido en sus mentes al visitar uno o varios sitios para una sola tarea es-pecífica y que además, con el paso del tiempo las superestructuras secundarias irán evolucionando para satisfacer el cumplimiento de dicha tarea.

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ConstituyentesRetóricas para laArquitectura deInformación Web

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El usuario desde el punto de la arquitectura de información es un sujeto “abstracto” con la capacidad de relacionar los contenidos web gracias a su macroestructura y las superestructuras primaria y secundaria subyacentes. Esta capacidad se relaciona con el carácter persuasivo de los sitios web cuyo fin es una adecuada na-vegación en los mismos, lo cual conlleva a hechos tales como una formación de opinión como sucede al navegar un sitio de alguna organización no gubernamental (e.g. sitio de una comunidad ambientalista) o el consumo de algún servicio que solía hacerse físicamente (e.g. sitio de un banco). Los usuarios no solo entienden la macroestructura, sino que la superestructura va formando en ellos un guía mental sobre su comportamiento en la navegación ante otros sitios web similares o en el cumplimiento de tareas bien determinadas.

El carácter persuasivo sí está relacionado en gran medida con las superestructuras de los sitios web; esto es, la retórica está invo-lucrada con la arquitectura de información para la elaboración de ambas superestructuras. Como se sabe, la retórica tiene tres modos de persuasión: la ética, la lógica y la emoción (Ehses, 1986). En este punto, se compara el enfoque retórico en el diseño plan-teado por Ehses (1986) con la elaboración de las superestructuras. Para este autor, en el diseño se aplica la retórica tal que la ética está relacionada con las características propias del diseñador en su forma de trabajo y por ende en el producto final; la lógica solo está involucrada con lo que podría denominarse la información en crudo y la emoción se atribuye a todos los elementos que el diseñador pueda utilizar para provocar sentimientos en el usuario durante la interacción del producto.

Así, durante el proceso de arquitectura de información se presenta un nuevo tipo de mapeo, este mapeo ya sea de la superestruc-tura primaria o de la secundaria hacia algún modo persuasivo de la retórica tal que en cada uno es posible asignar un valor de persuasión. Cuando el arquitecto de información determina la superestructura primaria y secundaria en sus formas básicas (i.e. de representación meramente textual) entonces el mapeo se hace hacia el espacio de la lógica, en el sentido retórico planteado anteriormente. En esta situación los valores asociados a la ética son de carácter relacionado con la habilidad del arquitecto de información para determinar la relación jerárquica en bloques in-formativos y aquel asociado a la emoción resulta nulo. De acuerdo

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a lo comentado sobre la selección de unidades semánticas que puedan utilizarse para concretizar ambas superestructuras que no sean formas textuales clásicas (i.e. palabras u oraciones), el arqui-tecto de información puede emplear el uso de imágenes icónicas o como sucede en muchos casos, establecer la estructura primaria en forma metafórica. Con lo anterior el valor ético aumenta mucho más y para consideraciones en la “forma” encontrada en el producto final, el valor de la emoción tiene cierto incremento. Pos-teriormente, cuando se determina qué elementos acompañarán a las superestructuras primaria y secundaria tal que homogenicen la identidad del sitio en su macroestructura, se realizan conside-raciones de diseño de interfaz de usuario tal que la selección de elementos sean semánticamente adecuados al contexto en el que será inmerso el sitio según las necesidades y metas del negocio y usuario; es decir, en el diseño de interfaz se incluirán consideracio-nes sobre la selección gráfica que induzcan al usuario a perma-necer en el sitio o mejor aún, a regresar en una próxima visita. Se tiene entonces, que el valor emotivo asociado al sitio incrementa de acuerdo a dichas consideraciones.

La adecuada superestructuración primaria no solo eleva los valores lógicos y éticos, sino que aleja el sitio web de los textos escritos y causa un reacción positiva mínima de agrado al usuario por la utilización de la Web, generando un valor emotivo débil. Lo anterior indica que una superestructura primaria carente equivale prácticamente a una lectura lineal y que no aprovecha el medio de acuerdo a lo mencionado por Lévy (1998). Así, el carácter per-suasivo de este tipo de textos siempre está presente en relación a los tres modos de la retórica. La elevación de los valores éticos y emotivos se determina en función de la superestructura secunda-ria en gran medida. En cualquiera de los tres casos, el arquitecto de información considera siempre el o los sistemas semióticos relacionados con el sitio web en construcción en forma implícita y además también se condicionan por la cultura navegacional de los usuarios tal que dicha asignación de valores resulte siempre como apoyo al cumplimiento de sus tareas en forma exitosa.

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Análisis superestructural de amazon.com

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Objeto de Estudio

El objeto de estudio corresponde a un sitio de compras vía Web denominado amazon.com y cuya dirección es www.amazon.com. Este sitio es sin duda uno de los más conocidos a nivel mundial y desde su inicio ha manejado una fuerte arquitectura de informa-ción, teniendo por consecuencia que prácticamente otros sitios con la misma macroestructura no rechacen el modelo superes-tructural fijado en él.

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Amazon.com posee una hiperestructura relacionada con el tipo de productos que vende. Esto es, el usuario realiza la navegación en función del objeto deseado, aunque presenta más de una superestructura primaria para tal fin.

La superestructura primaria que es la más identificable en amazon.com es una categorización en dos niveles. En el primer nivel se presentan las categorías del tipo de producto y en el segundo nivel se presenta la variedad relacionada a éste.

Además, como se presenta de facto en la mayoría de las super-estructuras primarias en la Web, es necesaria la incursión de la categoría “Página de Inicio”.

Sitio (Portal) de Compras

Página de Inicio Tipo de Producto

Subdivisión del tipo

Esquema estructural básico de la superestructura

primaria de un sitio de compras vía Web.

Superestructuras Primarias

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En toda la superestructura primaria básica de amazon.com existe un reforzamiento cognitivo para el usuario mediante una codificación por color para cada tipo de producto. Esto implica una elevación de valor ético y emotivo. Así, cuando se tiene un número considerable de bloques informativos, como sucede para las instancias de la categoría “tipo de producto”, en la arquitec-tura de información se toman desiciones sobre cuáles serían las formas en las que el usuario pudiera identificar la superestructura primaria básica en paralelo a la selección de etiquetas con las que se nombran dichas instancias.. En el caso de amazon.com puede considerarse está codificación por color como un índice remático asociado a la superestructura primaria básica.

Instancias de la superestructura primaria básica y

su respectiva codificación por color.

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La codificación por color propicia además la abstracción de la hiperestructura y una congruencia con la superestructura secun-daria.

En la figura de abajo puede observarse que el color azul asociado a la sección de celulares de la categoría “tipo de producto” no solo se utiliza en título, sino que se colorean los encabezados de los recuadros ubicados en la columna izquierda. Estos recuadros son la alternativa a la superestructura primaria básica; es decir, el usua-rio puede identificar una relación jerarquizada equivalente dentro del mismo sitio. Así, dentro de la hiperestructura se obtiene que este azul particular implica a la sección de celulares. Similarmente sucede con otras secciones dentro del sitio.

Presentación de la superestructura

primaria básica.

Título de sección.

Presentación de superestructuras

primarias opcionales.

Entidades remáticas

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Superestructura primaria muy abstracta.

La interfaz de búsqueda requiere de una

concepción previa de una factible hiperes-

tructura por parte del usuario.

En amazon.com se puede observar otra pre-

sentación de una superestructura primaria

con respecto a los productos. En este caso

la categoría que subdivide al tipo tiene un

mayor número de instancias y aún más, se

muestra una subdivisión más especificando

aspectos particulares sobre los artículos,

en este caso por su función, distintivo de

fabricación y medio al que aplica.

Las demás superestructuras primarias en amazon.com repre-sentan un tipo de navegación secundaria en conjunto con otras fijas dentro del esquema global como las que se muestran en las siguientes páginas. Las categorías pertinentes permiten al usuario a navegar mediante otro camino aparentemente, aunque puede accederse al mismo producto.

En amazon.com dependiendo de la sección que se visite, se le pre-senta al usuario las superestructuras primarias equivalentes, lo cual brinda flexibilidad en la “redacción” del texto que va conformando el usuario en el sentido planteado por Lévy (1998). De esta forma, la lectura de textos de la Web se refuerza no lineal en su totalidad cuando existe un gran trabajo arquitectónico.

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También está como parte del mismo nivel un tipo de categori-zación particular a este tipo de sitios Web, los cuales soportan la eficacia de la navegación y permiten construir al usuario un mo-delo cognitivo que lo ponga en un contexto de consumo similar a las compras “físicas”. Estas categorías en amazon.com corres-ponden al “carro de compras”, la “lista de deseos” y la “caja dorada”. Por ejemplo, la categoría carro de compras se refiere a la lista de objetos seleccionados para comprar durante la navegación, con lo cual el interpretante relaciona el contenido semántico de ésta con ir llenando un carrito de productos que desea como sucede en los supermercados.

Sitio (Portal) de Compras

Lista de Deseos

Selección de Productos

Categorías adicionales que usualmente se en-

cuentran en los sitios de compras vía Web.

Carro de Compras

Dinero virtualpara consumo

Sitio (Portal) de Compras

Página de Inicio

Tipo de Producto

Subdivisión del tipo

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Similar sucede con el caso de la categoría “ayuda”, se muestran indicaciones “usables” para guiar al usuario inexperto en el proceso de compras; y aún más, esto deriva un reforzamiento positivo y emotivo, cuyo representante sustituye a situaciones donde uno se encuentra en un supermercado o tienda departamental y solicita ayuda a personas sobre cómo, cuáles y dónde tomar los produc-tos que desean.

Sitio (Portal) de Compras

Lista de Deseos

Selección de Pro-ductos

La categoría “ayuda” en amazon.com también tiene

más de una representación en el contenido.

Carro de Compras

Dinero virtualpara consumo

Sitio (Portal) de Compras

Página de Inicio

Tipo de Producto

Subdivisión del tipo

Ayuda

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En este tipo de sitios se incorporan otras categorías relacionadas con aspectos culturales y corporativos. En el primer caso, se inclu-ye la categoría “nacionalidad” mediante la cual, el usuario puede navegar los amazon.com de otras partes del mundo. En cuanto a la segunda, se tienen categorías como “empresa”, manifestada en una sección tipo boletines de prensa, otra de reclutamiento de personal y una dedicada a personas que desean invertir en la compañía, y la categoría “aspectos legales” cuyas secciones corres-ponden a términos de uso del sitio para los usuarios y aspectos de conservación de la privacidad de información personal manejada.

Existen usuarios, como los inversionistas, que

necesitan identificar otro tipo de superestructura

dentro del sitio. O bien, encontrar una categoría

que le pemita realizar una mejor lectura del texto

como sucede cuando un usuario no se identifica

con la nacionalidad expresada en el contenido.

Sitio (Portal) de Compras

Lista de Deseos

Selección de Pro-ductos

Carro de Compras

Dinero virtualpara consumo

Sitio (Portal) de Compras

Página de Inicio

Tipo de Producto

Subdivisión del tipo

Corporativo

Ayuda

Cultural

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Gracias al medio, es posible pemitir la “redacción” del texto para el dominio restringido del sitio. Es decir, el usuario puede cons-truir, dada la hiperestructura y superestructura secundaria como elemento esquemático de contenido fijo, su propia forma del texto. Esto se presenta en amazon.com, y en muchos sitios web, a través de funciones de personalización, mediante las cuales, el usuario puede ir acomodando fragmentos de contenido referen-tes a la categoría “tipo de producto”, incluso las subdivisiones de tipo, para construir una relación jerárquica única. Esto implica una superestructura primaria que no puede ser considerada parte de la básica al no estar relacionada directamente con la navegación del sitio para compra de productos, sino que el usuario identifica un esquema paralelo dentro del mismo sitio y que tiene que ver con facilidades de diseño de contenido dado su perfil.

En amazon.com se le presenta al usuario esta personalización en diferentes presentaciones, similar a como sucede con la superes-tructura primaria básica.

Sitio (Portal) de Compras

Personalización

Como parte de la superestructura primaria

básica también se incorpora funciones de perso-

nalización para este tipo de sitios web.

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Así como en el caso anterior, se observa que existen como parte de las superestructuras primarias que no corresponden a la básica, categorías de evaluación per se, ya que utilizan etiquetas donde parece presentarse un juicio de valor sobre el texto por parte una persona “detrás” del sitio. Esto se observa en categorías tales como las secciones “selección del editor” o “artículos presentados”, entre otras. Con las anteriores el usuario puede identificar una relación jerárquica paralela al esquema navegacional dado por la superes-tructura primaria básica.

Ejemplos de incorporación de evaluacio-

nes como parte superestructural primaria

propia de amazon.com. La congruencia

esquemática de contenido se debe a la

superestructura secundaria.

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Superestructuras Secundarias

En amazon.com, como en otros sitios similares, la macroestructura secundaria determina las relaciones jerárquicas de contenido. Esto es, convenciones sobre las categorías que están asociadas a la información que ve el usuario dentro del sitio dada una instancia de la superestructura primaria. Por ejemplo, en amazon.com, independiente de si ha decidido navegarse la sección de libros o discos de música, ambas de la categoría “tipo de producto”, el usuario identifica una jerarquización de contenido congruente. Y aún más, encuentra que esta jerarquización se instancia en cada “trozo” informativo provenientes de la misma categoría (de la superestructura secundaria).

Para entender lo anterior es más facil comenzar con la explicación del último enunciado. Si se navega una la sección de libros, para cada instancia de la categoría “libro”, la cual pertenece a la super-estructura secundaria, su esquematización es siempre la misma, es decir, las subcategorías que la componen se presentan siempre en el mismo orden: primero la fotografía (categoría “imagen de producto”), luego el título (categoría “nombre del producto”), a lo cual podría seguirle el precio (categoría “precio”), etc. Y regresando a un nivel más alto, se observa que cualquier instancia de la cate-goría “productos de catálogo” como lo pueden ser ya sea los libros o discos de música entre otros, tendrán subyacente una superes-tructura secundaria similar.

El contenido es una instancia de la

categoría “producto de catálogo”

Instancias de las categorías que están

asociadas a cada “trozo” de información

como superestructura secundaria.

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Dentro de amazon.com se pueden encontrar una gran varie-dad de superestructuras secundarias, incluso en aquellas super estructuras primarias que no corresponden a la básica. Este hecho permite al usuario a realizar su tarea existosamente y a no sufrir de frustación durante la lectura del texto.

Instancias de las categorías que utilizan una

misma superestructura secundaria aún cuando co-

rresponden a superestructura primaria. Obsérvese

que existe una variante que en uno se presenta el

precio y en el otro caso se omite, esto indica que

la superestructura secundaria de alguna forma

puede generalizarse en abstracto y por tanto, estar

considerada implícitamente en la hiperestructura.

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Observaciones sistemáticas

Como arquitecto de información es posible que se requiera obser-var sitios similares al que se va a construir. Esto pone al arquitecto en un papel de lector tal que sí debe estar conciente de identificar las superestructuras. A continuación se presentan dos pantallas completas correspondiente al esquema navegacional dado por la superestructura primaria básica. Nótese similaridades en todas gracias a un buen manejo de superestructuras secundarias.

Página de Inicio. Página de libros.

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Implicaciones Macroestructurales

Lo interesante de amazon.com ha sido su evolución arquitec-tónica con respecto al tiempo para satisfacer a su audiencia y debido al incremento de información que maneja dentro de su sitio. Como consecuencia, muchos de los sitios de compras vía Web, independientes de su nacionalidad e idioma, presentan una superestructura tal que pemite al usuario establecer una relación de equivalencia e identificar correctamente la macroestructura inherente, es decir, existe una congruencia entre esta variedad de sitios con el mismo tema.

El sitio de Barnes and Noble (www.bn.com) también de

nacionalidad estadounidense.

El sitio de Es más compras (www.esmas.com) de naciona-

lidad mexicana, también sigue con la estructuración dada

dada por amazon.com

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Discusión yConclusiones

Secc

ión

Och

o

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Discusión

Ciertamente la teoría planteada por Van Dijk (1980, 1983) es importante en la medida que plantea un entendimiento mejor de los textos indpendiente de los lugares donde esté se realice (i.e. hable o escriba y escuche o lea). Los sitios web y en general cualquier hipermedio, constituyen un tipo muy particular de textos debido al medio en el que se encuentran inmerso, que es la Web, y las “inovaciones narrativas” de ésta. Y así como sucede con una narración, un tratado científico o incluso un discurso, los sitios web poseen las mismas características generales que se pueden encontrar en todos los textos.

Por otro lado, la arquitectura de información juega un papel en la construcción de este nuevo tipo de textos con tal de sacar la mayor ventaja para el cliente y su negocio y por otro lado, que el usuario como oyente o lector, cumpla satisfactoriamente el cometido por el que interactúa con el texto. Mientras la Web siga satisfaciendo esta necesidad comunicativa, entonces los textos virtuales permanecerán y más aún, evolucionarán creando en nosotros nuevos modelos de construcciones textuales. Lo anterior ya se nota en el hecho de que el arquitecto juega un papel impor-tante como profesionista capaz de estructurar la información dado el medio y así, con los cambios venideros y el gran incremento de sitios web, será necesario que vaya modificando su capacidad de analizar y entender los diferentes sistemas semióticos involucrados con los nuevos medios. Hasta el momento es posible encontrar similitud en cuanto a que existen macroestructuras y superes-tructuras en los sitios web, pero no se puede afirmar que la Web misma birnde nuevas posiblidades que ya no apliquen a los tipos de textos similares como lo pueden ser los textos escritos.

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Conclusiones

El arquitecto de información es un nuevo tipo de orador o es-critor con la capacidad de entender cuál es la forma correcta de construcción de los textos hipermediales pertenecientes a una macroestructura y encontrar las relaciones jerárquicas para éstos.

La arquitectura de información considera no solo un tipo de su-perestructura en sus textos, la cual corresponde al esquema nave-gacional, sino que el mismo contenido debe estar esquematizado tal que los “trozos” de información sean coherentes y que ambas superestructuraciones respalden la coherencia macroestructural.

Existe una relación directa entre los resultados parciales de la arquitectura de información y cada uno de los modos apelativos de la retórica.

Del análisis estructural de amazon.com se concluye que ha sido el principal partícipe del establecimiento de las reglas del lenguaje de textos relacionados con compras vías web, observándose que los sitios considerados “importantes” siguen su misma superes-tructuración y otras consideraciones de forma en el texto como lo son el uso de codificació por color para establecer un paralelismo remático a la superestructura primaria o bien, la selección de la superestructura secundaria para ciertas partes de contenido que corresponden a la misma categoría entre los diversos sitios.

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Referencias

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Es más Compraswww.esmas.com