Antropología Filosófica UD 1 TEMA 1
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Antropología filosófica
I UNIDAD DIDÁCTICA. EL SENTIDO DE UNA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA: CIENCIA Y FILOSOFÍA.
INTRODUCCIÓN UD I
Son varios los problemas que me gustaría plantear o eventualmente responder
en esta Unidad Didáctica. Su importancia no es sólo metodológica sino también
teórica. En realidad, la escasa relevancia que se ha atribuido a los problemas
aquí tratados creo que constituye la clave para mantener la profunda
indefinición en que está sumida la antropología filosófica. En efecto, el primer
punto que debe resolver cualquier introducción a la antropología filosófica es el
de la naturaleza misma de este saber, de un saber que trata del ser humano
desde una perspectiva filosófica. Ahora bien, difícilmente resolveríamos la
cuestión de cómo es el saber filosófico sobre el ser humano si no nos ponemos
previamente de acuerdo sobre qué entendemos por saber filosófico.
En segundo lugar, la antropología filosófica tiene que delimitarse frente a las
ciencias humanas. Hay dos modos de hacerlo, vamos a decir, negativa y
positivamente; bien sea considerando a las ciencias humanas negativamente,
como si lo que dicen no tuviera importancia para el saber del hombre, o como
si fueran incompletas, presentándose frente a ellas la antropología filosófica
como el saber que pretendería darnos verdaderamente la esencia del ser
humano, como el saber de la esencia o de la fundamentación de las demás
ciencias. Esta opinión ha sido la más frecuente y habitual entre los cultivadores
de la antropología filosófica. Está de más el decir que la grave desvalorización
de las ciencias del hombre que tal concepción conlleva, no podía menos de
chocar con la creciente confianza que la cultura ha ido depositando en ellas. La
falta de reconocimiento que de un modo ya crónico padece la antropología
filosófica no me cabe la menor duda de que está en relación con esta
concepción.
Desde mi perspectiva hay que invertir radicalmente los términos y definir la
antropología filosófica desde una valoración positiva del saber científico sobre
el hombre, que permita una articulación positiva entre la ciencia y la filosofía del
hombre. Ese será objeto del tema II.
El tema III se ocupara del objeto y del método de la filosofía del hombre, una
vez que en el número anterior se haya visto que el ámbito de la filosofía del
hombre es el de la apertura, trascendencia o indeterminación en la que nos
movemos, que hace que nuestra vida sea algo abierto, apertura que impregna
los elementos de determinación –la alteridad, que también nos define–, que
constituirían el objeto fundamental de la ciencia sobre el ser humano. El objeto
de la antropología filosófica deberá ser estudiado fundamentalmente a partir de
la autoexperiencia, desvelando las estructuras de la indeterminación y apertura
del ser humano, lo que podemos llamar la estructura trascendental del ser
humano. En segundo lugar, esas estructuras se presentan en fenómenos
concretos, los que hemos llamado fenómenos fundamentales de la vida
humana. Por eso decimos que la antropología filosófica deberá estudiar
fundamentalmente la estructura trascendental y la estructura empírica de la
vida humana. Con esto recupero una formulación orteguiana asumida por
Julián Marías. El asunto del objeto se completará con un breve pero importante
estudio de las funciones de la antropología filosófica.
El tema IV, por fin tratará de las condiciones epistemológicas, ciertamente
difíciles, tanto de la filosofía, como en especial de la antropología. Para llevar a
cabo su cometido de un modo filosófico no tiene más que dos posibilidades, el
autoanálisis, que en última instancia podría obviamente ser de cualquier sujeto,
aunque para mí sólo será asumible en la medida en que lo ratifique en mi
experiencia; y el análisis comparativo, que obviamente nos puede dar cantidad
de datos y experiencias de otros que ya no podrían ser verificados o ratificados
en mi propia experiencia. ¿Cómo proceder entonces? Sólo mediante la
hermenéutica. Por eso fenomenología y hermenéutica son los métodos que se
proponen. Ahora bien, la hermenéutica no puede ser meramente historicista
sino crítica. A desvelar las condiciones de una hermenéutica crítica en la
antropología filosófica está dedicado el capítulo V. La cuestión tiene su
importancia, pues solamente bajo ese presupuesto podemos no sólo
comprender la experiencia del ser humano que se nos presenta en otras
culturas o en las ciencias humanas, sino también evaluar las diversas
concepciones del hombre y sobre todo exponer razonadamente el objeto
utópico, crítico y práctico-moral de la antropología filosófica, que consiste
fundamentalmente en determinar el sentido y las condiciones de la IN–
humanidad, la génesis y estructura del mal.
OBJETIVOS UD I
I. Hacerse una idea sobre la naturaleza de la filosofía y el lugar de la Antropología
filosófica en la filosofía.
II. Comprender positivamente la relación de la Antropología filosófica y de la
Antropología científica.
III. Ver cuál es el objeto de la Antropología filosófica y qué funciones debe cumplir.
IV. Hacerse una idea de las difíciles condiciones epistemológicas de la Antropología
filosófica.
TEMA I
TEMA I. CARÁCTER FILOSÓFICO DE LA ANTROPOLOGÍA.
OBJETIVOS DEL TEMA I
I. Dificultades para una definición de la antropología filosófica.
II. Notas para una idea de la filosofía.
Sobre la necesidad de un concepto de filosofía
Sobre el origen de la filosofía
Sobre las condiciones del origen de la filosofía
Sobre la importancia de la escritura
Noción de filosofía
III. Filosofía, ciencia e historia.
Sobre la relación de la ciencia y la filosofía a sus partes
Sobre diferencias entre ciencia y filosofía
IV. Lo filosófico de una antropología filosófica.
En la actualidad se ha reactivado el debate de las aportaciones de los filósofos
al conocimiento del ser humano antes de los descubrimientos de la biología y la
paleoantropología. En una reciente conferencia decía Jesús Mosterín que ni
Aristóteles, ni San Agustín, ni Santo Tomás, ni Descartes, no habían sabido
nada sobre el ser humano, porque hasta el siglo XIX no se sabía del ser
humano más que tonterías, llegó a emplear esta palabra en la conferencia,
aunque en el texto publicado no aparece (ahora se puede ver el texto de la
conferencia entera en la revista Themata). Naturalmente eso indica no tener
mucha idea de las fuentes del saber humano. Todos los clásicos, pero también
los literatos, son máximamente expertos en el conocimiento del humano, sólo
que hay que abrirse a los diversos saberes que sobre él son posibles y a lo que
representa el modo de vida humano para entender qué es el ser humano y por
eso, en esa faceta, las aportaciones de todos aquellos que he citado son
decivas.
Orientación bibliográfica.
Sobre la noción de filosofía cualquier lector sabe que cada filósofo debe
resolver para sí la cuestión de qué es filosofía, lo que no significa que todas las
nociones de filosofía sean igualmente recomendables. Personalmente
recomendaría, por un lado, la lectura de los trabajos de Emilio Lledó recogidos
en su obra La memoria del logos, Taurus, 1985. También han influido en la
redacción de las páginas del capítulo las ideas de José Ortega y Gasset, que
se pueden encontrar en su breve e interesante escrito "Historia de la Filosofía"
de Emile Brehier, en Obras completas, tomo VI, pp. 377-418. Sobre la relación
de la ciencia y la filosofía es muy claro Ortega y Gasset especialmente en la
lección III de Qué es filosofía, en ob. cit., tomo VII, pp. 299 y ss.
Respecto a las dificultades de la antropología filosófica, se hallan mencionadas
en casi todos los manuales, si bien Heidegger es especialmente recomendable
en su texto ya clásico al respecto Kant y el problema de la metafísica,
publicado en castellano en FCE, especialmente los párrafos 36 a 38; a ellos
nos hemos de referir repetidas veces. También sería interesante leer como
introducción histórica a la materia el pequeño libro de J. L. Rodríguez Molinero
Datos fundamentales para una historia de la antropología filosófica, Univ.
Pontificia de Salamanca, 1977. Convendría también consultar el libro
Antropología filosófica: planteamientos, Madrid, Luna, 1984, que contiene las
Actas del Primer Simposio de Antropología Filosófica realizado en Madrid en
1981. Está editado por J. Muga y M. Cabada. Varios de los trabajos que se irán
mencionando lo largo de estos temas se hallan en este libro.
Ejercicios prácticos:
1. Formule algunos motivos que dificultan la comprensión de la antropología
filosófica.
2. ¿Qué se entiende, por lo menos en la escuela fenomenológica, por
“apariencia trascendental" y en qué medida afecta a la definición de filosofía?
3. Formule las diferencias fundamentales entre la filosofía y la ciencia.