Antecedentes de la discusión de paridad. 20 años de la marcha de las mujeres

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1988 – 2008 20 AÑOS DE LA MARCHA DE LAS MUJERES UNIDAS AL CSE PARA PEDIR PARTICIPACIÓN EN LOS CARGOS DE ELECCIÓN POPULAR. ¿La vieja cuota o avanzar a la paridad? por Evangelina García Prince Caracas, 4 de julio de 2008 A propósito de la reunión que, según informa un email transmitido el día de hoy por la amiga Gladys Parentelli, sostuvieron ayer con Tibisay Lucena, Presidenta del CNE, seis miembras del Frente Nacional de Mujeres que preside Adicea Castillo, es propicia la fecha para recordar que el 3 de agosto de 1988, se celebró, con el apoyo del entonces Ministerio de la Familia y con el protagonismo de las Comisiones Asesoras independientes de dicho Despacho, la gran Marcha de Mujeres de todas las toldas políticas y de las organizaciones no gubernamentales existentes, al Consejo Supremo Electoral y luego a la Presidencia del Congreso Nacional en solicitud de que los partidos políticos de entonces, brindaran una mayor participación de las mujeres en las postulaciones a los cargos de elección popular en el proceso que se aproximaban ese año en el mes de diciembre. Veinte años, han transcurrido y aun conservo en mis archivos las fotografías de los hechos en el CSE, la edición del Diario de Caracas que reseñó aquella marcha en su primera página, así como los amplios y valiosos comentarios de que, en el resto de la prensa nacional, fue objeto esta actividad; y conservo hasta los volantes que se imprimieron y repartieron durante la caminata desde la Plaza Carabobo hasta el CSE a lo largo de la Avenida Universidad. La portada del Diario de Caracas recogió en su primera página, parte del encabezamiento de la Marcha: Ana Lucina García Maldonado, Argelia Laya, Adicea Castillo y quien esto escribe. Los reportajes fueron amplios y quizás valga la pena reproducirlos en otra ocasión, para recordar este hito de la solidaridad proactiva e inteligente de las venezolanas en aquel momento. Esta marcha por su fuerza e impacto, ya que a la misma concurrieron mas de 400 mujeres, fue consecuencia de la conformación previa de un movimiento unitario de las mujeres dirigentes que, después de la marcha se constituyo formalmente con el nombre de Mujeres Dirigentes Unidas y que ha sido el más numeroso y sólido que hemos llegado a conformar unitariamente, las mujeres de todas las tendencias y sectores en defensa de los derechos políticos. Mujeres de partido, de los sindicatos, de organizaciones cívicas, gremiales, culturales, comunitarias, académicas. Un movimiento coyuntural, es cierto, pero de gran eficacia e impacto político en su momento, que no hemos podido repetir. Todas unidas tras un objetivo común: “las mujeres al Congreso”, “las mujeres al poder”, “queremos conducir al país”, como fueron las consignas de ese día, hace dos décadas. Meses antes de la marcha, en febrero de ese año, el movimiento había presentado a los partidos políticos un Programa Mínimo cuyas propuestas siguen teniendo la misma vigencia que entonces y que se podría suscribir por las de aquel momento y las de éste, como fiel reflejo de las vivas necesidades que se mantienen en lo político. Quizás habría que agregarle otras notas por demás importantes, ya que hoy tenemos más claros y son más contundentes los obstáculos que enfrentamos para la igualdad en la participación política. Desde entonces ha pasado mucho agua bajo los puentes de los derechos políticos de las mujeres. Avanzamos hasta la cuota en los años 90, pero en el 2000, nos fue arrebatada y parece que, en un segundo intento ante el actual Consejo Nacional Electoral, pudiera darnos esperanza de que será restituida. Pues, enhorabuena si es así, ya que la paridad electoral del 50/50, no fue más que un decir de los últimos tiempos.

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1988 – 2008 20 AÑOS DE LA MARCHA DE LAS MUJERES UNIDAS AL CSE PARA PEDIR

PARTICIPACIÓN EN LOS CARGOS DE ELECCIÓN POPULAR. ¿La vieja cuota o avanzar a la paridad?

por Evangelina García Prince

Caracas, 4 de julio de 2008 A propósito de la reunión que, según informa un email transmitido el día de hoy por la amiga Gladys Parentelli, sostuvieron ayer con Tibisay Lucena, Presidenta del CNE, seis miembras del Frente Nacional de Mujeres que preside Adicea Castillo, es propicia la fecha para recordar que el 3 de agosto de 1988, se celebró, con el apoyo del entonces Ministerio de la Familia y con el protagonismo de las Comisiones Asesoras independientes de dicho Despacho, la gran Marcha de Mujeres de todas las toldas políticas y de las organizaciones no gubernamentales existentes, al Consejo Supremo Electoral y luego a la Presidencia del Congreso Nacional en solicitud de que los partidos políticos de entonces, brindaran una mayor participación de las mujeres en las postulaciones a los cargos de elección popular en el proceso que se aproximaban ese año en el mes de diciembre. Veinte años, han transcurrido y aun conservo en mis archivos las fotografías de los hechos en el CSE, la edición del Diario de Caracas que reseñó aquella marcha en su primera página, así como los amplios y valiosos comentarios de que, en el resto de la prensa nacional, fue objeto esta actividad; y conservo hasta los volantes que se imprimieron y repartieron durante la caminata desde la Plaza Carabobo hasta el CSE a lo largo de la Avenida Universidad.

La portada del Diario de Caracas recogió en su primera página, parte del encabezamiento de la Marcha: Ana Lucina García Maldonado, Argelia Laya, Adicea Castillo y quien esto escribe. Los reportajes fueron amplios y quizás valga la pena reproducirlos en otra ocasión, para recordar este hito de la solidaridad proactiva e inteligente de las venezolanas en aquel momento. Esta marcha por su fuerza e impacto, ya que a la misma concurrieron mas de 400 mujeres, fue consecuencia de la conformación previa de un movimiento unitario de las mujeres dirigentes que, después de la marcha se constituyo formalmente con el nombre de Mujeres Dirigentes Unidas y que ha sido el más numeroso y sólido que hemos llegado a conformar unitariamente, las mujeres de todas las tendencias y sectores en defensa de los derechos políticos. Mujeres de partido, de los sindicatos, de organizaciones cívicas, gremiales, culturales, comunitarias, académicas. Un movimiento coyuntural, es cierto, pero de gran eficacia e impacto político en su momento, que no hemos podido repetir. Todas unidas tras un objetivo común: “las mujeres al Congreso”, “las mujeres al poder”, “queremos conducir al país”, como fueron las consignas de ese día, hace dos décadas. Meses antes de la marcha, en febrero de ese año, el movimiento había presentado a los partidos políticos

un Programa Mínimo cuyas propuestas siguen teniendo la misma vigencia que entonces y que se podría suscribir por las de aquel momento y las de éste, como fiel reflejo de las vivas necesidades que se mantienen en lo político. Quizás habría que agregarle otras notas por demás importantes, ya que hoy tenemos más claros y son más contundentes los obstáculos que enfrentamos para la igualdad en la participación política. Desde entonces ha pasado mucho agua bajo los puentes de los derechos políticos de las mujeres. Avanzamos hasta la cuota en los años 90, pero en el 2000, nos fue arrebatada y parece que, en un segundo intento ante el actual Consejo Nacional Electoral, pudiera darnos esperanza de que será restituida. Pues, enhorabuena si es así, ya que la paridad electoral del 50/50, no fue más que un decir de los últimos tiempos.

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Me han dicho que en la reunión de ayer, la Presidenta del CNE, se declaró feminista y comprometida con la restitución de la cuota. La verdad es que Tibisay introdujo en uno de sus últimos proyectos de leyes un artículo sobre la paridad 50/50, pero sin mencionar la alternabilidad que contribuiría a hacer factible el aumento del número de las mujeres electas. Sin embargo, de dicho proyecto no se ha vuelto a hablar. Si ahora, a 20 años de aquella marcha que impactó efectivamente la proporción de mujeres electas -no tanto como queríamos- la máxima autoridad electoral se decide a llevar la cuota a las instancias que aprobarán esta aspiración, algo se habrá ganado, pero no tanto como podría ser si a la decisión no se le incluye la alternabilidad. Aparentemente lo que está planteado para la reunión de mujeres que se está convocando para el próximo martes 8 de julio en el CNE es que se restituya la cuota originalmente establecida en el artículo 144 de la Ley del Sufragio aun vigente. Y en mi modesto criterio, a estas alturas del partido, sería una negociación desde una perspectiva escasa. Diversos grupos de mujeres, las de algunos partidos y ONG, incluyendo al llamado Movimiento Autónomo

de Mujeres, MAM, entre otros grupos de afectas u oponentes al actual gobierno y a sus respectivas organizaciones políticas, se han venido manifestando en apoyo de la paridad; y con mucha anterioridad, a raíz de la “desaplicación” del artículo 144 (cuota del 30%) por el CNE en el año 1999, la propia Presidenta del INAMUJER, hoy Ministra de Estado para los Asuntos de la Mujer, María León, prometió enfáticamente que la desaplicación citada era un mal pasajero pues el gobierno estaba comprometido con hacer del 50/50 una realidad, asunto que todas y todos sabemos ha estado muy lejos de lograrse, no sólo por responsabilidad del gobierno, justo es decirlo, sino porque todo el sistema de partidos sigue aferrado a la cultura política misógina que domina y que nos excluye mediante el procedimiento engañoso de la incorporación subordinada cuantitativa y cualitativamente. Esta nueva oportunidad de plantearle al CNE las aspiraciones de las mujeres venezolanas en la materia, no debería girar exclusivamente al logro de la restitución de la cuota del 30% establecida originalmente en el articulo 144 de la LSPP. Las luchas previas por la paridad no deben dejarse a un lado. Me parece, que hoy por hoy, aun cuando no protagonicemos una marcha como la del 3 de agosto de 1988, hemos sido muchas mas de aquellas 400 marchistas, las mujeres que nos hemos manifestado en diversas oportunidades en estos 8 años solicitando y creando los argumentos doctrinarios, políticos, jurídicos que sustentan legítimamente un avance significativo en la materia.

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Creo y me atrevo a proponer a todas la consideración de una negociación mas eficiente que puede plantearse alrededor de las siguientes opciones: La opción mas optimista: Establecimiento en la LSPP vigente y de inmediato de una fórmula paritaria, que puede ser la del 40/60 (que personalmente me parece la más adecuada y estratégica para el momento): No debe haber menos de 40%, ni mas de 60% de personas de uno u otro sexo en las candidaturas y con alternabilidad. La opción de transición: Restitución de la vigencia del Artículo 144 con una modificación que agregue al texto original que las postulaciones de las candidaturas de la cuota del 30% se haga con alternabilidad de hombres y mujeres en las postulaciones. Añadiendo en algún parágrafo de dicho artículo consideraciones que aseguren la participación de mujeres en circunscripciones limitadas, para garantizar que no sean los hombres quienes siempre encabecen los listados, lo cual a la larga les favorece.

La gran Eumelia nos acompañó

El volante distribuido

Sonia Sgambatti leyendo el Manifiesto en la sede del CSE al final de la marcha

Ojala podamos celebrar los 20 años de aquella marcha, el próximo 3 de agosto, con una buena noticia sobre la paridad o un incremento garantizado de la presencia femenina en los cargos de elección popular. EGP/ 4 de julio de 2008 Fotografías y recortes del archivo de Evangelina García Prince