Ante la Cumbre de las Américas - Declaración PST-LITCI

2
El 14 y 15 de abril se reúnen, como cada tres años, los gobiernos del continente encabezados por los presi- dentes de todos los países, excepto Ecuador que decidió no participar. Todos acuden sumisos y presurosos, casi de rodillas, respondiendo a la convocatoria que hace los Estados Unidos, aceptando sus vetos y exclusiones, como sucede con Cuba. Derrocharán pompa y jolgorio; se llenarán la boca con frases y discursos sobre la in- tegración, proclamándose “socios para la prosperidad”. Como una expresión de respuesta alterna, diversas organizaciones sindicales, populares y democráticas han convocado una Cumbre de los Pueblos del 12 al 14 del mismo mes y en la misma ciudad, igual a como ha sido en las Cumbres de las Américas anteriores. En ambos eventos estarán en juego políticas y pro- puestas que influirán significativamente en múltiples aspectos en cada uno de los países. Por ello es impres- cindible adoptar una posición clara ante la Cumbre de los gobiernos –y ante las políticas de cada uno de ellos– y un conjunto de propuestas ante la Cumbre de los Pueblos que ayude realmente a la defensa de los intereses de las masas trabajadoras, explotadas y opri- midas del continente. ¡Fuera yanquis! Un cadáver putrefacto, maloliente, aún ronda por las Cancillerías de los gobiernos de América Latina. Se trata de la OEA, el ministerio de Colonias de los Estados Unidos. Ante la crisis total de esa organización, los Estados Unidos intentaron remozar sus organismos y mecanis- mos de dominación sobre el continente, convocando a las llamadas Cumbres de la Américas para imponer a través de ellas sus planes y políticas. Rechazo absoluto debemos expresar desde todas las organizaciones populares, democráticas y anti-im- perialistas a este tipo de reuniones. El amo del norte viene a pasar revista para ver cómo sus gobiernos la- cayos aplican sus planes y políticas, cómo implemen- tan los tratados de libre comercio, cómo mantienen y amplían sus pactos y bases militares. En la Cumbre de los gobiernos, Obama viene a re- visar el llamado patio trasero de los Estados Unidos, buscando colocar orden y disciplina económica y so- cial para afrontar en mejor forma la gigantesca crisis capitalista mundial. Trata de garantizar que las catas- tróficas consecuencias sociales de la crisis se descar- guen sobre los hombros de los trabajadores y los po- bres del continente. Los mal llamados gobiernos “progresistas” “naciona- listas” o “democráticos” de América Latina, si realmente lo fuesen, deberían haberse negado ya desde anteriores Cumbres a esta mezcla de farsa y ritual de sumisión; ne- gándose a reunirse con el amo que, hoy igual que antes, así sea con otras palabras, viene con los mismos objeti- vos: “América para los americanos…” es decir, “América para los Estados Unidos…” pues creen que sólo ellos son los “verdaderos americanos”. Por eso carece de sentido todo el escándalo diplomático que se ha hecho, exigiendo la participación de Cuba en esta Cumbre proimperialista. Su único objetivo es facilitar la culminación del profundo proceso de restauración capitalista en que se encuentra empeñado el gobierno de los hermanos Castro. ¡Cumbre de los Pueblos! ¡Por la verdadera Segunda Independencia! Aparece como muy positiva desarrollar una Cumbre de los Pueblos como una opción alterna a la Cumbre de los gobiernos, que intente levantar las reivindica- ciones de los millones de explotados y oprimidos del continente. Ella será un paso positivo si logra unificar criterios y propuestas de acción en torno a algunos ejes centra- les y no sólo se limita a realizar una discusión sobre los diversos problemas que aquejan a millones en el continente. En toda América Latina los pueblos tienen que lu- char contra dos enemigos indisoluble y consustancial- mente unidos. El primero: la dominación imperialista, el sojuzgamiento y sometimiento político y económico, la expoliación de los recursos naturales por parte de las trasnacionales. El segundo: la explotación y domi- nación capitalista que, impuesta y defendida por el im- perialismo es garantizada por las burguesías locales y sus gobiernos. Por la unidad indisoluble de los dos aspectos se- ñalados, la única posibilidad de salir del atolladero en que nos encontramos, más de 200 años después de la primera independencia, es unir también indisoluble- mente estas dos luchas: Por un lado, por la plena y total independencia, por una verdadera segunda indepen- dencia, y por otro, contra el régimen de explotación capitalista y todas sus secuelas de hambre y miseria. Separar estas dos luchas o confiar en unos gobier- nos supuestamente “democráticos”, “nacionalistas” o incluso anti-imperialistas, que a la vez son agentes y defensores del régimen capitalista, conduce a las lu- chas de los trabajadores del continente al fracaso. Cumbre de las Américas frente a Cumbre de los pueblos ¡A luchar por la verdadera Segunda Independencia!

description

Ante la Cumbre de las Américas - Declaración PST-LITCI www.PSTCOLOMBIA.org - www.LITCI.org

Transcript of Ante la Cumbre de las Américas - Declaración PST-LITCI

El 14 y 15 de abril se reúnen, como cada tres años, los gobiernos del continente encabezados por los presi-dentes de todos los países, excepto Ecuador que decidió no participar. Todos acuden sumisos y presurosos, casi de rodillas, respondiendo a la convocatoria que hace los Estados Unidos, aceptando sus vetos y exclusiones, como sucede con Cuba. Derrocharán pompa y jolgorio; se llenarán la boca con frases y discursos sobre la in-tegración, proclamándose “socios para la prosperidad”.

Como una expresión de respuesta alterna, diversas organizaciones sindicales, populares y democráticas han convocado una Cumbre de los Pueblos del 12 al 14 del mismo mes y en la misma ciudad, igual a como ha sido en las Cumbres de las Américas anteriores.

En ambos eventos estarán en juego políticas y pro-puestas que influirán significativamente en múltiples aspectos en cada uno de los países. Por ello es impres-cindible adoptar una posición clara ante la Cumbre de los gobiernos –y ante las políticas de cada uno de ellos– y un conjunto de propuestas ante la Cumbre de los Pueblos que ayude realmente a la defensa de los intereses de las masas trabajadoras, explotadas y opri-midas del continente.

¡Fuera yanquis!Un cadáver putrefacto, maloliente, aún ronda por

las Cancillerías de los gobiernos de América Latina. Se trata de la OEA, el ministerio de Colonias de los Estados Unidos.

Ante la crisis total de esa organización, los Estados Unidos intentaron remozar sus organismos y mecanis-mos de dominación sobre el continente, convocando a las llamadas Cumbres de la Américas para imponer a través de ellas sus planes y políticas.

Rechazo absoluto debemos expresar desde todas las organizaciones populares, democráticas y anti-im-perialistas a este tipo de reuniones. El amo del norte viene a pasar revista para ver cómo sus gobiernos la-cayos aplican sus planes y políticas, cómo implemen-tan los tratados de libre comercio, cómo mantienen y amplían sus pactos y bases militares.

En la Cumbre de los gobiernos, Obama viene a re-visar el llamado patio trasero de los Estados Unidos, buscando colocar orden y disciplina económica y so-cial para afrontar en mejor forma la gigantesca crisis capitalista mundial. Trata de garantizar que las catas-tróficas consecuencias sociales de la crisis se descar-guen sobre los hombros de los trabajadores y los po-bres del continente.

Los mal llamados gobiernos “progresistas” “naciona-listas” o “democráticos” de América Latina, si realmente lo fuesen, deberían haberse negado ya desde anteriores Cumbres a esta mezcla de farsa y ritual de sumisión; ne-gándose a reunirse con el amo que, hoy igual que antes, así sea con otras palabras, viene con los mismos objeti-vos: “América para los americanos…” es decir, “América para los Estados Unidos…” pues creen que sólo ellos son los “verdaderos americanos”. Por eso carece de sentido todo el escándalo diplomático que se ha hecho, exigiendo la participación de Cuba en esta Cumbre proimperialista. Su único objetivo es facilitar la culminación del profundo proceso de restauración capitalista en que se encuentra empeñado el gobierno de los hermanos Castro.

¡Cumbre de los Pueblos! ¡Por la verdadera Segunda Independencia!Aparece como muy positiva desarrollar una Cumbre de los Pueblos como una opción alterna a la Cumbre de los gobiernos, que intente levantar las reivindica-ciones de los millones de explotados y oprimidos del continente.

Ella será un paso positivo si logra unificar criterios y propuestas de acción en torno a algunos ejes centra-les y no sólo se limita a realizar una discusión sobre los diversos problemas que aquejan a millones en el continente.

En toda América Latina los pueblos tienen que lu-char contra dos enemigos indisoluble y consustancial-mente unidos. El primero: la dominación imperialista, el sojuzgamiento y sometimiento político y económico, la expoliación de los recursos naturales por parte de las trasnacionales. El segundo: la explotación y domi-nación capitalista que, impuesta y defendida por el im-perialismo es garantizada por las burguesías locales y sus gobiernos.

Por la unidad indisoluble de los dos aspectos se-ñalados, la única posibilidad de salir del atolladero en que nos encontramos, más de 200 años después de la primera independencia, es unir también indisoluble-mente estas dos luchas: Por un lado, por la plena y total independencia, por una verdadera segunda indepen-dencia, y por otro, contra el régimen de explotación capitalista y todas sus secuelas de hambre y miseria.

Separar estas dos luchas o confiar en unos gobier-nos supuestamente “democráticos”, “nacionalistas” o incluso anti-imperialistas, que a la vez son agentes y defensores del régimen capitalista, conduce a las lu-chas de los trabajadores del continente al fracaso.

Cumbre de las Américas frente a Cumbre de los pueblos¡A luchar por la verdadera Segunda Independencia!

Una verdadera defensa de los intereses de los pue-blos de América Latina obliga entonces, en todos y cada uno de los países, a levantar en alto las banderas de la verdadera Segunda Independencia. Ella supone, entre otras, las siguientes exigencias y tareas inmedia-tas, que proponemos a la Cumbre de los Pueblos para que sean impulsadas como orientación:

―Declaratoria de no pago de la deuda externa. Dicha deuda ha sido el mayor canal de expoliación de la rique-za y trabajo de los pueblos del continente. Los contratos y préstamos leoninos contraídos por los gobiernos sólo han servido para la acumulación de capital de los gran-des bancos internacionales y para el enriquecimiento de los socios nacionales representados en los gobiernos que pactaron dicha deuda. El final lo que nos espera está a la vista: Grecia. Hoy este país ha sido hipotecado por los próximos treinta años para tratar de saciar a la ban-ca imperialista. Sólo declarando el no pago de la deuda externa será posible evitar ese final.

―Rompimiento de los pactos y tratados de tipo mi-litar que atan a los países del continente con los Esta-dos Unidos. Todos esos tratados, suscritos al terminar la II Guerra Mundial, sólo sirven para que Estados Uni-dos asuma como su derecho mantener centenares de agentes y asesores en los países, bases militares, pa-trullaje marítimo y aéreo, etc.

―Rompimiento de los tratados de libre comercio suscritos por los gobiernos de América Latina con Es-tados Unidos y el resto de países imperialistas, como Canadá y la Unión Europea. Dichos tratados están pla-gados de cláusulas y compromisos que les permiten apoderarse de toda la riqueza de los países.

―¡Las Malvinas son argentinas! Estados Unidos estuvo del lado de Inglaterra durante la guerra de las Malvinas, es aliado de Inglaterra, es un agente y cómplice de la más despreciable dominación colonial. ¿Por qué el gobierno argentino, que se dice nacionalista, viene a reunirse con un agente y cómplice de su enemigo, el gobierno inglés?

―Por un bloqueo continental a los barcos y aero-naves de Inglaterra hasta tanto devuelvan, sin ninguna condición, negociación ni tratado de ninguna índole, la soberanía de las Malvinas a Argentina. ¡Fuera las em-presas inglesas y cualquier asociada con ellas en Amé-rica Latina hasta tanto devuelvan las Malvinas!

―La permanencia de la base de Guantánamo en te-rritorio cubano es expresión también de ese colonialis-mo. ¡Por la devolución inmediata a Cuba de dicha base y retirada total de la fuerza militar de Estados Unidos de la misma!

―Contra la intervención militar enmascarada como lucha contra el narcotráfico. Por la legalización inmedia-

ta de las llamadas “drogas ilícitas”, control de su produc-ción y tráfico por los respectivos estados y el tratamiento del consumo como un problema de salud pública.

―Expropiación de todas las empresas transnacio-nales petroleras y de gran minería y su control por parte de los trabajadores, ajustando sus planes a un verdadero respeto del medio ambiente y de las comu-nidades de sus áreas de influencia.

La segunda independencia es anti-capitalistaA la vez que enarbolamos la más consecuente lucha por la independencia nacional debemos luchar por las reivindicaciones sociales, económicas y laborales ante la feroz ofensiva capitalista.Las agencias imperialistas han dictado a todos los gobiernos del continente –y estos los aceptan sumi-samente– todos los planes económicos, sociales y las políticas laborales. Por eso en todos los países las exi-gencias son similares y debemos luchar unificadamen-te por conquistarlas:―No a la tercerización laboral y a la contratación tem-poral. Trabajo estable contratado directamente por la empresa que lo necesita.―¡No a las Cooperativas de Trabajo Asociado, SAS y si-milares!―Plenos servicios de educación y salud gratuita y a cargo del Estado. ¡No a la privatización de los servicios públicos y a la conversión de ellos en un negocio pri-vado!―Re-nacionalización de todas las empresas estatales privatizadas en el periodo anterior.

Si queremos pasar de declaraciones y llamados a los gobiernos, traduciendo en hechos de lucha y mo-vilización las reivindicaciones que nos unen, las orga-nizaciones que confluyen en la Cumbre de los Pueblos debemos precisar un plan de lucha continental, en la cual comprometamos todas nuestras fuerzas y al cual llamemos a participar a todas las organizaciones y sec-tores sociales que, por alguna razón, no hayan podido participar de la Cumbre.

A la orden del día está la lucha unificada, continen-tal, por encima de las fronteras y divisiones, con ab-soluta independencia política de los gobiernos, por las reivindicaciones de todos los pueblos de América Latina. El enemigo es común y sus agentes locales (los distintos gobiernos) son bien similares unos de otros. Sólo nuestras propias fuerzas y capacidad de organi-zación nos darán la victoria: la verdadera segunda in-dependencia, anticapitalista, socialista, en una Federa-ción de Repúblicas Socialistas de América Latina.

Partido Socialista de los Trabajadores12 de abril de 2012