Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

27
ANA LIA KORNRLIT (coordinadora) METODO LOG ÍA S CUALITATIVAS EN CIENCIAS SOCIALES Modelos y procedimientos de análisis FABIÁN BELTRAMINO MARINA BIDASECA DANIEL JONES ANA LÍA KORNBLIT NORMA GIARRACCA HERNÁN MANZELLI ANA MATUS MARIO PECHENY GERMÁN PÉREZ MÓNICA PETRACCI MALENA VERARDI

Transcript of Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

Page 1: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

ANA LIA KORNRLIT (coordinadora)

METODO LOG ÍA S CUALITATIVAS EN CIENCIAS SOCIALES

Modelos y procedimientos de análisis

FABIÁN BELTRAMINO MARINA BIDASECA

DANIEL JONES ANA LÍA KORNBLIT

NORMA GIARRACCA HERNÁN MANZELLI

ANA MATUS MARIO PECHENY GERMÁN PÉREZ

MÓNICA PETRACCI MALENA VERARDI

Page 2: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

Introducción

Ana Lía Kornblit

Quedaré cautivado por los componentes culturales específicos, estudiaré con atención los procesos de raciocinio,

caeré de bruces sobre los sistemas simbólicos. Todo eso no hace desaparecer al mundo; al contrario,

lo expone a la vista.Clifford Geertz

Clifford Geertz (2000: 20) comienza el capítulo 1 de su libro La interpretación de las culturas planteando lo que afirma Susanne Langer en relación con ciertas ideas que aparecen en el horizonte intelectual como si fueran instrumentos privilegiados para el análisis. Precisamente, algo de esto ocurrió con ese capítulo de Geertz en el que desarrolla su planteo acerca de la "descripción densa" como herramienta acorde a la concepción del "análisis de la cultura como (...) ciencia interpretativa en busca de significaciones". Esta afirmación tiene varias implicancias. En primer lugar, que en el análisis de lo social nos ubicamos en el paradigma de la comprensión y no de la explicación. Esto equivale a plantear que los científicos sociales conocen lo, que estudian a partir de sus posibilidades de recrear lo que los individuos y grupos sociales piensan, creen y sienten. Es sobre esta base y sobre el conocimiento del contexto como podemos "interpretar" el recorte de lo social que enfocamos. En segundo lugar, la búsqueda de significaciones se realiza tomando como base el lenguaje, no como medio de comunicación sino como la expresión de lo social, como su "materia prima" (Lulo, 2002). En tercer lugar, es de las expresiones de los actores sociales de donde partimos para reconstruir sus posibles significaciones. El texto, en sus diferentes formas, se convierte en el objeto de análisis.

Esto implica que en los enfoques actuales en metodologías cualitativas se imbrican los siguientes aspectos:

1) Describir implica desentrañar las "estructuras conceptuales complejas" en las que se basan las prácticas y las ideas y creencias de las personas en estudio, que configuran las significaciones habituales con las que transitan en sus vidas. En su mayor parte ellas no son explícitas, por lo que deben ser desentrañadas.

2) Esa descripción será necesariamente densa en la medida en que esas estructuras conceptuales se superponen y están entrelazadas entre sí. Hacerlas legibles o entendibles supone, en consecuencia, poner de relieve un entramado que nunca puede ser laxo sino que posee múltiples componentes.

3) El análisis deberá abocarse a aspectos locales o particulares, en la medida en que no es posible abarcar complejidades extensas. Esto significa que se trata de un tipo de trabajo intensivo más que extensivo, con lo que se pierde la posibilidad de generalizar. Sin embargo; ello no implica dejar de lado la aspiración a llegar a un nivel de abstracción mayor que el de aquello que se describe. Al establecer la significación que determinados contenidos o determinadas prácticas tienen para los actores, se muestra simultáneamente algo sobre la sociedad a la que ellos pertenecen, y es posible que eso pueda extenderse a contextos más amplios.1

4) Las formulaciones sobre los sistemas simbólicos se orientan en función de la actores, es decir, lo que se intenta es comprender las significaciones otorgadas por ellos a los hechos en estudio a partir de sus propias explicaciones (análisis émico). Si bien se ha abandonado la pretensión de "identificarse con los acta res", el propósito es reconstruir la lógica que anima sus puntos de vista. Se parte de la idea de que las interpretaciones de los investigadores son de segundo o tercer orden en relación con las interpretaciones de primer orden, ofrecidas por las personas que son objeto del estudio. Hay que tener en cuenta que los resultados de las investigaciones cualitativas que escriben los científicos socia les son interpretaciones en las que intervienen sus propios mundos culturales (incluyendo sus trayectorias biográficas y su condición genérica).

5) La postura constructivista, vinculada con el modelo del interaccionismo simbólico; afirma que el investigador, situado socialmente, crea, a través de la interacción, las realidades que constituyen los materiales que son recolectados y analizados. Las formulaciones más recientes sobre este aspecto (Denzin y Lincoln, 1998) incluyen en el análisis de los significados los procesos de producción y circulación de los mismos, atendiendo a sus dimensiones políticas e ideológicas y a su tratamiento por los medios de comunicación.

6) La realidad se construye a partir de prácticas discursivas, que generan los sentidos colectivamente mediante el lenguaje y la interacción social. Existe una variedad de géneros discursivos que son objeto de análisis, tanto los emitidos con anterioridad al estudio (como las leyes, los discursos políticos, los libros de texto, la publicidad, las noticias periodísticas, los registros de conversaciones como los producidos intencionalmente para recoger datos (como las entrevistas individuales y los grupos focales).

1 El historiador Giovanni Levi (1995) critica el enfoque hermenéutico de Geertz, inspirado el Hans-George Gadamer, del que se nutren algunos historiadores como Darnton (1987) en su conocido trabajo La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa aduciendo que la falta de un criterio general de relevancia puede llevar a la pérdida de las perspectivas globales.

Page 3: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

7) Los límites entre las ciencias sociales y las otras disciplinas humanísticas se han desdibujado. La búsqueda de nuevas herramientas y modelos de análisis ha conducido entre otros desarrollos a la lingüística, a la semiótica y a la hermenéutica, que han enriquecido las metodologías cualitativas.

8) Tanto el concepto de marco de Erving Goffman como el de habitus de Pierre Bourdieu amplían el

análisis del discurso con la idea de que existen esquemas generativos socialmente estructurados, que han sido incorporados a lo largo de la historia de cada sujeto y suponen la interiorización de la estructura social. Permiten, además, relacionar el discurso con sus condiciones de producción; por ejemplo, las situaciones grupales o individuales en las que se producen o la posición en el espacio social de los enunciadores.

9) Lo que se ha denominado el "giro lingüístico" en las: ciencias humanas, con la idea del lenguaje como base de la posibilidad de la comunicación humana y de los desarrollos culturales, ha dado lugar, por lo menos en las perspectivas que incorporamos en algunos de los trabajos de este libro, al "giro discursivo". Esto implica que todas las dimensiones de las relaciones persona-mundo surgen de las prácticas conversacionales cotidianas.

10) Para encarar el estudio de estas dimensiones es posible incorporar-al modo en que Bateson (1976) definió la abducción como un movimiento englobante de saberes y procedimientos desarrollados en otras disciplinas-herramientas surgidas en distintos campos de la lingüística (el análisis de la conversación, el análisis del discurso, la lingüística crítica, la teoría de la enunciación, la teoría de la argumentación).

Los trabajos que componen este libro no incluyen individualmente todos estos aspectos, pero algunos de ellos están necesariamente presentes en sus desarrollos. Su aspiración de aventurarse en innovaciones metodológicas (compartidas por la mayoría de los capítulos) los hace tal vez vulnerables a las críticas desde posturas de investigación más tradicionales. Pero a la vez su status de fronterizos con respecto a los límites disciplinarios los vuelve -por lo menos a mi criterio- más interesantes. Los diez puntos anteriores enmarcan lo que pensamos que son los aspectos más significativos del paradigma actual de las metodologías cualitativas, en cuanto a su modelo general y con relación a la obtención de los datos y a su análisis. Con respecto a este último punto (el análisis), cabe señalar que se han perfilado diferentes alternativas en cuanto al uso de los datos. Demaziere y Dubar (1997) afirman que existen en el campo de las metodologías cualitativas tres formas básicas de usarlos:

1) El modo ilustrativo: en este caso, las citas son usadas como ejemplos de una descripción o de una conclusión del investigador, que incorpora los datos textuales a modo de evidencia de lo que afirma. Muchas veces con esta modalidad no se hace más que repetir lo que se dice previamente, con palabras de los entrevistados. Su rédito es en este caso limitado, y debería instarse a los investigadores que hacen uso de las palabras de los entrevistados de este modo, a que profundicen lo que quieren mostrar, más allá de servirse de espejos de palabras que poco aportan. Hay que tener en cuenta además que la validez de la argumentación no está dada en este caso por el valor de ejemplo de la cita textual sino que ésta debería residir en la coherencia de la argumentación o en el grado de saturación de los datos alcanzado.

2) El modo restitutivo: en este caso la fidelidad a la palabra de los entrevistados es tal que se reproducen sus dichos in extenso, casi sin mediar interpretación por parte del investigador. Es la modalidad seguida por Thomas y Znaniecki (1984 (1918-19201) en El campesino polaco y, recientemente por Bourdieu (Bourdieu, ed., 1999) en las sesenta entrevistas reproducidas en su obra La miseria del inundo.

3) El modo analítico: la propuesta de Demaziére y Dubar es analizar las construcciones que los entrevistados hacen de los temas a través de la identificación de las principales categorías que organizan sus relatos y de sus opuestos. Se identifica así una estructura propia de cada entrevista, que se compara posteriormente con las estructuras de otros relatos semejantes, para arribar a estructuras del relato comunes a los miembros de un grupo social dado.2 Pero el modo analítico no se agota, a nuestro criterio, en esta propuesta de corte estructuralista, sino que engloba otros modelos, algunos de los cuales se desarrollan y ejemplifican en el libro.

Cada uno de los capítulos opta por uno de los tres modos citados de uso de los datos, con lo que el lector puede sopesar sus ventajas e inconvenientes.

…………………………………

El libro comprende trabajos realizados con diferentes modelos de metodologías cualitativas y sobre diferentes aspectos de la realidad social. No pretende, pues; abarcar toda la gama de herramientas metodológicas que hoy existen en este campo, sino reunir estudios recientes desarrollados en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. 3 La variedad de temas encarados responde al hecho de que fueron escritos por equipos que pertenecen a áreas de investigación diferentes: salud y población, sociología rural, estudios culturales y epistemología y acción colectiva. En esta diversidad reside, tal vez, su interés.

2Demaziére y Dubar aplican esta propuesta analítica a los relatos de sus trayectorias laborales que realizan jóvenes franceses. En la Argentina, hemos aplicado el mismo enfoque en un análisis de relatos de vida de consumidores de drogas (Kornblit, ed., 2000).3Con la excepción del trabajo de Ana Matus, investigadora de la Universidad del Comahue.

Page 4: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

Hemos intentado en cada uno de los trabajos exponer en primer lugar la herramienta metodológica usada y luego desarrollar el procedimiento empleado y algunos de los resultados obtenidos, a modo de ejemplo.

Los trabajos presentados en los capítulos 1 a 5 implican desarrollos metodológicos surgidos en los campos disciplinares de la psicología social y de la antropología social. Los que contienen los capítulos 6 a 9 representan incorporaciones de herramientas metodológicas surgidas en el campo del análisis del discursoLos capítulos 1 y 2, de Ana Lía Kornblit, y de Norma Giarracca y Karina Bidaseca, respectivamente, encaran el tema de las historias de vida, herramienta privilegiada en las ciencias sociales. En el primer caso se incluye un recorrido histórico sobre su uso, a partir del trabajo pionero de Thomas y Znaniecki, en 1918, y se destacan las dimensiones más habituales que comprende su uso. Se desarrollan luego cinco enfoques actuales de la herramienta (el enfoque de la historia natural de Thomas y Znaniecki, el análisis comprensivo de Bertaux, el análisis temático de Boyatzís, el análisis interpretativo de Denzin y el análisis de la identidad de Demaziére y Dubar. Estos diferentes enfoques se ejemplifican analizando una misma historia, cuyos contenidos se incluyen en forma resumida. Esto permite visualizar de un modo más claro los aspectos que son enfatizados por cada uno de los enfoques. El trabajo de Giarracca y Bidaseca está formulado siguiendo el modelo etnográfico. Por tanto, es el que está más cerca del modo restitutivo, en relación con los datos, de la clasificación de Demaziére y Dubar. Las reflexiones que desarrolla giran en torno de los interrogantes acerca de qué destino damos a las palabras de los actores, a sus interpretaciones, acerca de la decisión de incorporarlas al texto o no, acerca de cuál es el espacio que les damos en los textos. Ejemplifica estas reflexiones con los relatos de vida de dos de las mujeres entrevistadas en sus investigaciones en el medio rural tucumano, concluyendo que esos relatos han crecido en el curso del trabajo, se han autonomizado, de modo, que ellas se han transformado en autoras o en coautoras de los analistas.

En el capítulo 3, Daniel Jones, Hernán Manzelli y Mario Pecheny desarrollan una síntesis de la teoría fundamentada de Glaser y Strauss, como método de análisis de entrevistas en profundidad, que aplican al caso de pacientes que viven con dos enfermedades crónicas: la infección por el VIH y la infección por el virus de la hepatitis C (VHC), elegidas por sus similitudes en cuanto a dolencias crónicas graves y a la vez diferencias, en cuanto a tratarse en un caso de una enfermedad con una carga de discriminación social (el sida) de la que está exenta la otra (la hepatitis). Ejemplifican el análisis con el desarrollo de una de las categorías construidas y de sus propiedades: el contexto del diagnóstico de la infección. Realizan además una evaluación con respecto al uso de la teoría fundamentada como herramienta para el análi sis de los datos, concluyendo que a partir de su pretensión de rigurosidad y solidez metodológica, ella permite que, por un lado, se hagan explícitos los procedimientos mediante los cuales se llega a determinados resultados y, por otro, permanece fiel al precepto de comprender el significado de diferentes fenómenos desde el punto de vista de los actores sociales.

El capítulo 4, escrito por Mónica Petracci, presenta la metodología de los grupos focales y su aplicación en un estudio de opinión pública, realizado con cuatro grupos, diferenciados según las variables edad y nivel educativo. Discute la importancia de la agenda setting de los medios en relación con la construcción de las noticias y la compara con la jerarquización de las noticias según su grado de importancia percibi da por la población. La técnica de los grupos focales muestra ser adecuada con respecto a este propósito, además de relevar las diferencias entre los grupos en función de la edad y del nivel educativo.

Mónica Petracci y Ana Lía Kornblit realizan en el capítulo 5 un recorrido por el marco conceptual de la teoría de las representaciones sociales, comenzando por una revisión de las formulaciones de Serge Moscovici a partir de la publicación de la investigación pionera en este campo, El psicoanálisis, su imagen y su público (1961), y continuando con el debate teórico y metodológico que atraviesa este campo del conocimiento. Se presenta detalladamente el trabajo realizado con la técnica de la asociación de palabras -uno de los procedimientos metodológicas propuestos por la teoría- a partir de uno o más términos inductores en el estudio de tres representaciones sociales socialmente significativas en nuestra sociedad: el acoso sexual en el escenario laboral, la paternidad y la donación de órganos. En el capítulo 6, Ana Lía Kornblit y Malena Verardi desarrollan algunos instrumentos para el análisis de las noticias en los medios gráficos, incursionando en tres de las corrientes recientes consideradas las más productivas en este sentido: el análisis de las entrevistas en los medios, el análisis crítico del discurso y la lingüística crítica. Ejemplifican la primera de las corrientes mencionadas analizando una entrevista periodística, en la que puntualizan los desvíos con respecto al género que tienen lugar en ella. El planteo del análisis crítico del discurso es aplicado a una noticia política de actualidad aparecida en un medio argentino. Finalmente, algunos de los desarrollos de la lingüística crítica son aplicados al análisis de tres críticas cinematográficas de la película La ciénaga. Se pone de manifiesto, así, la utilidad de diferentes recursos provenientes del análisis del discurso para el análisis de manifestaciones culturales diversas.

En el capítulo 7, Ana Matus propone una mirada desde el análisis del discurso al género "mesa redonda", estudiando el encuentro que Francisco "Paco" Urondo, Juan Carlos Portantiero, Mario Benedetti y Rodolfo Walsh protagonizaron en Cuba, en 1969, para hablar de literatura argentina. Utiliza como marco general de referencia la perspectiva propuesta por Bajtín (1985) en relación con el problema de los géne -ros discursivos. El instrumento analítico empleado es el provisto por la teoría de la conversación, que consiste en la identificación de secuencias temáticas, con sus correspondientes turnos de habla, mecanismos de atribución de turnos, procesos de corrección y secuencias de apertura y clausura de la interacción. Selecciona tres secuencias temáticas para mostrar algunos rasgos del discurso propio del género discursivo y de cada sujeto.

En el capítulo 8, Fabián Beltramino y Malena Verardi aplican el estudio de la deixis temporal (las marcas de la enunciación en el texto a través de los tiempos verbales) al análisis de dos formas textuales

Page 5: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

disímiles: las críticas musicales en torno de un concierto y entrevistas en profundidad realizadas a consumidores de drogas por vía endovenosa. Utilizan también dos modelos diferentes para el estudio de la deixis temporal: en un caso, siguiendo lo propuesto por Harald Weinrich, retoman las categorías de este autor en cuanto a las diferentes modalidades que puede presentar un texto: la del relato, en la que el hablante narra "desde afuera", y la del comentario, en la que el hablante se siente involucrado y afectado directamente por lo que cuenta. Estas actitudes narrativas diferentes son puestas de manifiesto en las dos críticas musicales analizadas. En el otro caso, se examinan las formas verba les asociadas con aspectos específicos de la vida pasada, en relatos de vida de consumidores de drogas por vía endovenosa.

Germán Pérez presenta en el capítulo 9 un recorrido por algunas herramientas usadas para el análisis del discurso político. Parte para ello de la revisión de ciertos conceptos clave para ese análisis, diferenciando las nociones de discurso, enunciado y género. Describe luego la especificidad de este tipo de discurso a partir de sus condiciones sociales, históricas y semióticas de producción. Tomando elementos de los modelos de los lingüistas franceses Oswald Ducrot y Algirdas Greimas, analiza según tres órdenes de pertinencia: enunciativo, modal y argumentativo, un texto significativo del pasado político reciente en la Argentina, una carta dirigida por el entonces presidente Carlos Menem al candidato a presidente Fernando de la Rúa.

En suma, se presentan modelos analíticos variados, aplicados a diferentes segmentos de la realidad social, si bien puede decirse que existe un hilo conductor que recorre los trabajos: la búsqueda del significado en la convicción de que su opacidad puede, por lo menos parcialmente, ser disminuida.

CAPÍTULO 1Historias y relatos de vida: lana herramienta clave en metodologías cualitativas

Ana Lía Kornblit

La historia de vida está permeada por un sentimiento de nostalgia por algo que "hubo antes". Podernos suponer que esta atracción por el pasado tiene que ver con el deseo de eliminar, retrospectivamente, los desgarradores efectos de

la primera experiencia del mal; que es un intento por integrarla en un proceso positivo de afirmación de un "yo" que ha hecho

de la exclusión una cuestión personal, un principio estructurador de la historia de vida

.Martine Burgos

El "método biográfico", como denomina Ruth Sautu (1999) al conjunto de técnicas metodológicas basadas en la indagación no estructurada sobre las historias de vida tal como son relatadas por los propios sujetos, ha cobrado una relevancia particular en las últimas décadas como consecuencia, probablemente, de la diversidad de sentidos atribuidos por las personas a los acontecimientos vitales por los que han atravesado, en un contexto social en el que prima la diversidad de adscripciones y referencias, muchas veces contradictorias entre sí. Precisamente la sociedad anómica hace más necesaria -aunque también más difícil- la tarea de reconstruir tanto la propia historia como la colectiva (Santamarina y Marinas, 1999).

Para los científicos sociales, las experiencias particulares de las personas recogidas a través de las historias de vida representan la posibilidad de recuperar los sentidos, vinculados con las experiencias vividas, que se ocultan tras la homogeneidad de los datos que se recogen con las técnicas cuantitativas. Pero, a la vez que permiten vislumbrar un mundo de significaciones, en ocasiones en torno de la inti -midad, plantean también el desafío de volver a insertar los sentidos individuales atribuidos a la experiencia en el contexto social en el que ellos surgen; única vía de trascender lo particular y construir un saber más denso sobre lo social.

Examinaremos a continuación las respuestas frente a este dilema que han ofrecido algunos de los pensadores que se han ocupado del tema.

El enfoque biográfico está vinculado con la relevancia que adquirió entre los historiadores, a partir de la década de 1970, la historia oral, cuyo campo de interés no se limita a las biografías de las personas consideradas ilustres sino también a las de las personas comunes, y no sólo a los lazos de sus trayectorias con los aspectos políticos, económicos y de organización social de los sistemas en los que viven sino también al comportamiento interpersonal y a los mecanismos psicológicos y cognosciti vos de los individuos (Passerini, 1988).

En las ciencias sociales debieron transcurrir varias décadas (signadas por el predominio de la metodología cuantitativa) entre la obra pionera de Thomas y Znaniecki: El campesino polaco en Europa

Page 6: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

y América, publicada en 1918-1920, que como se' sabe recopilaba setecientas cartas (y un relato de vida en profundidad)4 de inmigrantes polacos residentes en Estados Unidos, y el también monumental trabajo de Oscar Lewis, Los hijos de Sánchez (1964), verdadero tratado de antropología urbana' en torno de la "cultura de la pobreza". En este último caso, las biografías son anali zadas como correlato de lo social, como expresiones de la estructura sociocultural, sobre todo de sus márgenes. Llama la atención, especialmente con respecto a los primeros autores, que fueron considerados mentores de la escuela de Chicago desarrollada a partir del liderazgo de Robert Park en la década de 1930, el olvido en que cayeron después, aun en el marco de la sociología norteamericana. Un autor como Bruyn (1972) llega a decir que la obra de Znaniecki representa un hito en la historia de la sociología y que su influencia es comparable, en relación con el enfoque cualitativo, a la de Émile Durkheim con el enfoque cuantitativo.

Una generación posterior de estudios biográficos, entre los que pueden mencionarse los realizados por Bertaux (1981), Passerini (1988), Thompson (1978), Ferrarotti (1990), Elder (1996), entre otros, encara no ya la marginalidad sino grupos poblacionales definidos por características laborales (los panaderos de Bertaux y Bertaux-Wiame, 1993), etáreas (los sobrevivientes de la depresión económica del 30 en Estados Unidos, en el caso de Elder).

Cabe realizar en este punto una diferencia entre historias de vida y relatos de vida. 5 Las primeras implican por lo general un rastreo detallado de la trayectoria vital de una persona, al modo de un estudio de caso (como el realizado por ejemplo en Los hijos de Sánchez). Se elige para ese propósito a una o varias personas a las que se considera prototípicas del tema que se pretende explorar (en ese caso, las estrategias de supervivencia de una familia de clase baja mexicana) e insumen habi tualmente varias entrevistas con una misma persona. Los relatos de vida, en cambio, son narraciones biográficas acotadas por lo general al objeto de estudio del investigador. Si bien pueden abarcar la amplitud de toda la experiencia de vida de una persona, empezando por su nacimiento, se centran en un aspecto particular de esa experiencia, por ejemplo las migraciones laborales o el consumo de drogas. Por regla general se realiza una entrevista a un número variable de personas que han transi tado por la misma experiencia.

l . Usos de los relatos de vida ere la investigación social

Según Bertaux (1989), los relatos de vida como insumos para la investigación social pueden ser usados en tres momentos del proceso investigativo:

1) En la fase de exploración: como iniciación en un estudio, con el objetivo de descubrir los núcleos de la temática a desarrollar.

2) En la fase de análisis: en la construcción de una te ría para mostrar el equivalente, al nivel de las representaciones de las personas, de lo que se está estudiando; pueden también constituir el esbozo de una tipología, que muestra variantes de un mismo aspecto u ofrecerse como ejemplos de descripciones o interpretaciones.

3) En la fase de síntesis: como modo de mostrar resultados.

2. Modalidades de análisis de los relatos de vida

En realidad, los relatos de vida son usados especialmente en la segunda de las opciones mencionadas, es decir, en la fase de análisis del proceso investigativo. En este sentido Bertaux afirma que existen dos formas básicas que pueden adoptarse en la realización del análisis: la modalidad hermenéutica, que consiste en el descubrimiento de los significados que transmiten las personas que relatan sus vidas, y la modalidad etnosociológica, que consiste en acceder a través de los relatos a los referentes contenidos en ellos, que dan cuenta de relaciones, normas y procesos que estructuran la vida social. Se trataría así de revelar las instituciones sociales (en el sentido de Durkheim) a través de las voces individuales.

En relación con esto mismo, Santamarina y Marinas (1999) afirman que no existen dos modalidades analíticas sino tres:

1) La perspectiva estructuralista (que puede asimilarse a la modalidad que Bertaux denomina "etnosociológica"): consiste en la realización de un recorrido lo más exhaustivo posible de la pluralidad de situaciones e informantes pertinentes para mapear el campo de estudio. En este caso existe una fuerte primacía del modelo teórico, que dirige el relevamiento de datos, descartando los que a priori se consideran como no pertinentes. Se busca la saturación6 de los datos, es decir, el momento en que los nuevos datos no aportan irás elementos a lo ya relevado.

2) El modelo hermenéutico (coincidente con la clasificación de Bertaux): consiste en el análisis en profundidad de uno o varios textos (siempre pocos), centrándose en el texto mismo con el propósito de descubrir los sentidos que están ocultos en él. Se trata de poner en juego una comprensión intensiva, guiada por un marco teórico que puede ser el sociológico, el historicista o el psicoanalítico.

4 La historia de Wladek, un campesino polaco radicado en Estados Unidos, que abarca más de trescientas páginas.5 Si bien la diferencia instrumental entre historias y relatos de vida es importante, en este capí tulo, a los fines de la redacción, nos referimos a ambos de modo indistinto.6 Según la expresión original de Barthes (1966), retomada en el modelo de Bertaux y enfatizada en el de Glaser y Strauss (véase el capítulo 3 en este mismo volumen).

Page 7: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

3) La comprensión escénica, propuesta por Santamarina y Marinas, siguiendo los análisis de Habermas (1978) y Lorenzer (1980) sobre la comunicación distorsionada en las sociedades complejas. En este caso no se trata de ir "decorticando" el texto hasta llegar a su sentido más oculto, como propone el modelo hermenéutico, por la sencilla razón de que no existe tal sentido oculto. Éste sería el producto de una construcción del investigador, que se impone al relato mismo, en una operación de traducción de lo dicho a otra versión, postulada como "verdadera" , a través de la interpretación.

Para el modelo de la comprensión escénica, en todo relato se actualizan tres tipos de escenas: las vividas en el pasado, las vividas en el presente y las vividas en la entrevista.

Las escenas vividas en el pasado configuran el contexto sociobiográfico del autor del relato, que comprende la totalidad de sus referentes. El acceso a estas escenas: no puede ser inmediato ni total sino que está mediatizado por la selección que el hablante realiza, en función de la relevancia que otorga a determinadas interacciones e hitos de su historia. `

Las escenas vividas en el presente configuran el contexto de relaciones actuales del sujeto, de donde también seleccionará aquellas a las que atribuye un sentido' relevante.

Las escenas vividas en la entrevista constituyen el contexto de la interacción en ésta, que está influido por la mayor o menor actitud de escucha del entrevistador, por la voluntad de transmisión de sus puntos de vista por parte del entrevistado, por la reflexividad a la que invita la situación misma, etcétera.

3. Dimensiones identificables en los relatos de vida

Una de las principales dificultades con las que tropiezan los investigadores que se inician en el uso de metodologías cualitativas es aceptar que no todas las significaciones vertidas, por ejemplo en un relato de vida, son pertinentes con respecto al objetivo de la investigación que se está realizando y que, a pesar de que puedan parecer interesantes, deberán dejarse de lado para no correr el riesgo de sentirse inundado por los datos y, en consecuencia, paralizado en el proceso investigativo;' Jean-Claude Passeron (1989) califica la postura para la que todos los detalles de la' historia parecen significativos de "utopía biográfica", en la medida en que el relato, a través de su sugestión, su inmediatez y del realismo de los detalles, da la idea de exhaustividad, de cierre en sí mismo. El riesgo es que desaparezca de este modo el problema teórico, que marca aspectos pertinentes en relación con la propuesta de investigación. 7 Si todo fuera pertinente para la descripción, el mundo sería indescriptible. En el polo opuesto está la postura que plantea que los casos individuales son sólo portadores de la estructura, siendo irrelevantes sus particularidades. Passeron denomina a este tipo de análisis "longitudinales", que sólo reconocen a los individuos en tanto pueden reemplazarse unos a otros en las condiciones estudia-' das, "análisis de flujos".

Teniendo en cuenta estos riesgos es relevante distinguir, siguiendo a Bertaux (1986), tres órdenes de realidades presentes en un relato de vida, que deberán enlazarse con el objetivo de la investigación que se está llevando adelante:

1) La realidad histórico-empírica que constituye el trasfondo era el que se desarrolla el relato de vida

No se trata aquí de tener en cuenta sólo la sucesión de acontecimientos ocurridos durante el tiempo histórico en el que se desarrolla el relato, sino también el modo como ellos han sido vividos por el sujeto. Estas referencias, que se entrelazan con la segunda categoría de análisis a tener en cuenta: la realidad psíquica, remiten al tiempo sociohistórico tal como puede ser reconstruido por el investigador. Los enlaces entre el tiempo histórico colectivo y el tiempo biográfico, del modo como son establecidos por el entrevistado y reinterpretados por el investigador, constituyen una dimensión que no puede estar ausente en el análisis de los relatos de vida, en la medida en que las historias de las personas no son estrictamente individuales: representan la faceta personal de los cambios sociales, máxime teniendo en cuenta las características de fragmentación e inestabilidad de la sociedad actual. Los relatos de vida recuperan los saberes particulares surgidos de experiencias muchas veces compartidas, pero no por ello vividas como comunes.

Lo contextual, siguiendo a Bertaux (1981) y Bertaux y Bertaux-Wiame (1993), comprende un aspecto socioestructural (que incluye lo histórico) y un aspecto sociosimbólico o cultural. Por ejemplo, en la investigación que estos autores realizaron sobre el gremio de panaderos en Francia en la década de 1970, sostienen que el modo de producción del pan, que seguía siendo artesanal en ese momento, influía en el mantenimiento de una mentalidad conservadora por parte de estos trabajadores, aun en la Francia posterior al mayo del 68. Estos investigadores recomiendan partir de la consideración de los elementos sistémicos (en el caso mencionado, el lugar en la estructura de la producción), y preguntarse entonces qué significaciones están asociadas a ese lugar, por ejemplo cuáles son las representaciones de las personas con respecto a su lugar en la sociedad y sobre la sociedad misma.

En relación con el modo de dar cuenta de la relación entre individuo y contexto en el análisis de las historias de vida, Santamarina y Marinas (1999) plantean que existen tres variantes:

7Passeron (1989) adelanta una explicación al hecho de que todos los detalles de la historia de vida parezcan pertinentes: afirma que esto es así porque ellos son percibidos como metonímicos con respecto al sentido global de la historia, a causa del hábito de la lectura de ciertos relatos de ficción en los que todos los elementos del relato están en función de la trama.

Page 8: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

La visión positivista documental, en la que las historias se toman como indicios de una determinada situación, abstrayéndose del análisis todo lo que tiene que ver con la enunciación (el quién lo dice y cómo lo dice).' El contexto se impone, sin tener en cuenta la particularidad del entrevistado. Passeron (1989) afirma que en este modelo, en el que los trayectos de vida se perciben corno dirigidos por los determinantes sociales, las historias de vida se describen como "itinerarios".

La perspectiva interaccionista, nacida a partir de la obra de Harold Blumer (1982 119390, en la que se toma en cuenta cómo se construye el discurso del emisor y del receptor en la situación de interlocución de la entrevista. En este caso se abstraen los contenidos de la comunicación y se posterga la consideración del contexto social que atraviesa la situación de entrevista.

La perspectiva dialéctica, en la que las historias de vida se entienden como historias que se construyen a partir de las constricciones del sistema social pero no están absolutamente determinadas por él. Se hace especial hincapié en los elementos conflictivos de la articulación entre lo social y lo individual.

Passeron (1989) afirma que en la tercera perspectiva son útiles el concepto de "carrera" o el de "trayectoria" de Pierre Bourdieu (1986). El primero se define como la sucesión de acciones, reacciones, defensas, tácticas y estrategias que dan cuenta de los aspectos de presión, no queridos, que se actualizan en una biografía y son vividos como algo personal, subjetivado. El análisis de una carrera permite mostrar, en cada punto determinado de su evolución, cómo un paso decisivo tomado es pro. dueto del entrecruzamiento de una decisión del sujeto (que puede ser transacción, negociación, abstención, etc.), y lo objetivo de una presión social en su camino.

El concepto de trayectoria de Bourdieu, enmarcado en el de habitus, toma en cuenta la relación entre lo particular del individuo y el campo de fuerzas y de interacciones por el que atraviesa en su recorrido biográfico, en el marco de las estructuras de reproducción social.

2) La realidad psíquica: los contenidos semánticos con que el sujeto describe su itinerario biográfico

Ronald Fraser (1979) realizó una investigación sobre la guerra civil española, en la que entrevistó a más de trescientas personas con la consigna "¿cómo y cuándo nació usted?". Esta pregunta remite a 1o que puede considerarse que es la base conceptual de la producción y la interpretación de estos relatos: la idea de que lo que se releva permite acceder al sentido atribuido por el sujeto a los acontecimientos de su historia vital, no al mero dato sobre ellos. Esto equivale al reconocimiento de que los relatos que transmite el sujeto entrevistado son construcciones realizadas por él sobre su historia, y que lo narrado es producto de la resignificación que otorga a las experiencias pasadas a partir del presente. Pero el sujeto que evoca el pasado es un sujeto que ha vivido desdoblamientos múltiples, por lo que al revisar su historia la pasa por diferentes tipos de filtros hasta armar una lógica narrativa con sentido (Santamarina y Marinas, 1999).

A su vez, la interpretación que el investigador realice del relato dependerá de los recursos que su imaginación sociológica (en el sentido de Mills, 1961) le permitan poner en juego. Como señala Bertaux (1986), retomando a Gadamer (1977), la significación de un texto se sitúa en el encuentro de dos horizontes: el del sujeto y el del analista; lo que está más allá del horizonte del analista no puede ser percibido por él.

En una sociedad masificada como es la sociedad en la que vivimos, en la cual los discursos públicos pretenden llegar al máximo posible de personas, homogeneizando los contenidos y dando por supuesto receptores también homogéneos (Santamarina y Marinas, 1999), las historias de vida constituyen un reducto para los relatos sobre la intimidad, aunque ella deba ajustarse también a ciertos patrones que de terminan lo que es transgresor y lo que no lo es.

Los referentes semánticos privilegiados en las historias de vida son los que remiten a la identidad de los entrevistados, espacio central de la vida del sujeto, en el que intervienen su trayectoria de vida, todas las variantes del hacer y del ser a lo largo de esa trayectoria, pero también sus subculturas de pertenencia y de referencia. Agnes Hankiss (1993) propone una interesante tipología acerca de las estrategias de relación entre la imagen actual del sujeto que narra y sus imágenes de la infancia. Ellas comprenden:

• Las estrategias dinásticas, en las que se reivindican los orígenes familiares, y se presenta el sujeto actual como heredero de una estirpe de la que se siente orgulloso.

• Las estrategias antitéticas, en las que el sujeto actual se construye por oposición al niño que fue y a sus orígenes familiares.

• Las estrategias compensatorias, en las que el sujeto actual se presenta como un complemento de lo que fueron sus ?padres y de lo que él mismo fue siendo niño.

• Las estrategias autoabsolutorias, en las que el sujeto actual encuentra, en lo que fue siendo niño, justificaciones a lo que es en la actualidad.

Entre los contenidos semánticos a relevar en los relatos de vida, Bertaux (1989) afirma que un aspecto al cual se debe prestar especial atención es el plano de las "relaciones intersubjetivas fuertes", en general relaciones durables que son indicadores de estilos personales.

Page 9: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

3) La realidad discursiva del relato tal como se produce en la entrevista

Hay que tener en cuenta la situación misma de la entrevista8 y el hecho de que lo narrado incluye al destinatario del relato, personificado en la figura del entrevistador quien organiza la mirada del sujeto que relata a partir de la consigna y de la escucha. El relato surge, así, como parte del encuentro con el otro (Ricceur, 1996), y no puede ignorarse que su producción estará influida por una serie de presupuestos vigentes para ambos protagonistas de tal encuentro con respecto a lo que se espera que se produzca, tanto en el nivel de los contenidos como en el nivel de lo formal. Por ejemplo, en este último aspecto se espera que el relato comience con etapas previas del sujeto (cuán atrás retroceda la persona en su relato dependerá de la consigna), para llegar hasta el presente. Sin embargo, si bien este presupuesto está vigente tanto para el entrevistado como para el entrevistador, Bertaux y Bertaux-Wiame (1993) identificaron en el relato de un panadero, sobre las características del- oficio, dieciséis saltos para adelante seguidos de retrocesos temporales. Esto implica que si bien existe el presupuesto del hilo conductor temporal que va del pasado al presente, el hilo temporal evocado en el relato no siempre es tan lineal.

Reconstruir la estructura diacrónica del relato, vale decir, la sucesión temporal de los hechos relatados según sus relaciones antes-después, e interpretar los avances y retrocesos presentes que no respetan esas secuencias son dos de las tareas del análisis. La repetición en los otros relatos de vida en estudio de los encadenamientos causales secuenciales identificados constituye uno de los aspectos que se debe explorar.

El género, la clase social, los grupos de referencia, la trayectoria personal, la, representaciones sobre sí mismo y sobre el interlocutor, son condicionantes de las formas que asumen los relatos.

Estas tres dimensiones dan lugar a aspectos diferentes que pueden profundizar=' se en mayor o menor medida en el análisis de un relato de vida, según los intereses'' del investigador, pero es importante tener en cuenta que las tres están entretejidas en el texto a analizar.

4. Enfoques en el análisis de los relatos de vida

A continuación expondremos cinco enfoques del análisis de las historias de vida que aplicaremos luego, a modo de ejemplo, a un relato de vida resumido por nosotros, señalando los elementos clave que resaltarían en él cada uno de ellos.

4. I. El enfoque de la "historia natural"

Denzin (1989) plantea que los primeros desarrollos sobre la metodología de las historias de vida, realizados a partir de la obra de Thomas y Znaniecki por la escuela de Chicago, partían del supuesto de que es posible reproducir, a partir de ellas, los "hechos objetivos" que constituyen la vida de las personas. Si bien en esta perspectiva son importantes las definiciones "subjetivas" de tales hechos por parte de sus protagonistas, el propósito es alcanzar interpretaciones exactas, verdaderas, válidas y consistentes sobre ellos. Para esto se recurre a la triangulación metodológica, tomando en cuenta diferentes fuentes y puntos de vista que permitan establecer contradicciones o discontinuidades en los relatos. Se analiza así la validez de los datos y se formulan y prueban hipótesis buscando evidencias negativas. Por lo tanto, en este enfoque se retienen, aunque reformulados, los principios metodológicos de validez, confiabilidad, falsedad, verdad, sesgo, hipótesis, representatividad de los casos y capacidad de generalización que guían la investigación social de base cuantitativa.

Las vidas de las personas son planteadas como construcciones racionales que se extienden a lo largo del tiempo, por lo cual lo que se busca es desentrañar las razones que las ordenan. Se supone que existe un curso más o menos prefijado ("natural") en la vida de las personas; por lo tanto, se analizan los aspectos en los que las vidas concretas se apartan del curso esperado.

4.2. El análisis comprensivo de Bertoux

Bertaux (1981) y Bertaux y Bertaux-Wiame (1993) retoman la tradición del recurso a la interpretación comprensiva (verstehen). Uno de los ejes centrales de este tipo de análisis es la identificación de lo que estos autores denominan "índices": aspectos que son reconocidos por los autores de los relatos y/o por el investigador como hechos que han marcado la experiencia de vida, con respecto a los cuales se plantean en el análisis interrogantes relativos a su significación sociológica. Otro elemento clave en esta propuesta es lo que se ha denominado "punto de viraje", que puede ser llamado también "momento bisagra", "carrefour" o "punto de inflexión". Estos términos se refieren a un momento vital identificado por el sujeto y/o por el investigador como una encrucijada a partir de la cual el itinerario biográfico de la persona tomó un rumbo distinto o inició una nueva etapa.

El interés no es sólo identificar y describir los puntos cíe viraje en la vida de una persona sino llegar a comprender qué llevó a tal persona a adoptar ese cambio, en esa particular situación social y en ese particular momento.

Como plantea John Clausen (1996), la identificación de los puntos de viraje por parte de una persona implica que ella otorga un sentido a las continuidades y discontinuidades de su trayectoria vital. No necesariamente la vida de una persona tiene que tornar una dirección diferente para que ella sienta que ha ocurrido un punto de inflexión en su camino. Sí tiene que tener la sensación de que a partir de un cierto momento ha adquirido nuevos significados, ha pasado por un cambio en el modo de verse a sí misma tanto

8 Santamarina y Marinas (1999) se refieren a este aspecto como "comprensión escénica".

Page 10: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

en cuanto a sus posibilidades como en cuanto a sus relaciones, lo que marca una diferencia entre un antes y un después. El mismo autor señala que en un estudio que realizó sobre este aspecto en Estados Unidos, con más de cien personas, más de la mitad de las veces los puntos de viraje estaban constituidos por transiciones de rol, y de éstas más de las dos terceras partes eran transiciones esperadas, por ejemplo, empezar a trabajar o a estudiar en la universidad, casarse o ser padres. Estas transiciones implicaban alguna reorientación en las prioridades de la persona, pero no un cambio sustancial en la dirección en la que estaba encauzada su vida. Es decir que los saltos de identidad reconocidos a partir de ciertos puntos de viraje pueden asumirse por cambios de vida graduales (continuidad acumulada) o a través de incidentes transformadores, no esperados (discontinuidades). Anselm Strauss (1959) los define como incidentes críticos que ocurren y que fuerzan a alguien a reconocer que "no soy la misma persona que era".

Denzin se refiere a esto mismo mediante el término epifanías.9 Alude con él a experiencias que dejan marcas en las vidas de las personas, cuyos significados están dados siempre retrospectivamente, en la medida en que son reexaminados a posteriori. Señala que pueden identificarse diferentes tipos de epifanías, según se manifiesten como un evento principal, que alcanza todos los aspectos de la vida de una persona (por ejemplo, una migración); como un evento dado por acumulación de experiencias (por ejemplo, tomar la decisión de divorciarse después de un largo período de conflictos conyugales) o como un evento aparentemente menor, que representa simbólicamente un momento problemático en la vida de una persona.

Hay que tener en cuenta que cada punto de viraje es multifacético, tanto en términos de sus causas como de sus consecuencias.

El análisis comprensivo pone especial énfasis también en la consideración del contexto sociohistórico en el que se desenvuelven las vidas de las personas. Esto implica tomar en cuenta la dimensión temporal como aspecto clave en la interpretación de los datos, tanto en relación con las etapas de la trayectoria vital como con los cambios sociales ocurridos en ese transcurso.

Así, los puntos de inflexión personales a los que nos referimos previamente pueden ser también históricos, como en el caso de una guerra, una catástrofe o un cambio político importante. La contextualización sociohistórica de los escenarios microsociales en los que se desenvuelven las vidas personales es uno de los objetivos centrales del análisis comprensivo. El supuesto que lo guía es la idea de que los procesos históricos ofrecen a cada cohorte, en un momento determinado, opciones y limitaciones que son tamizadas por las diferentes inserciones sociales de los grupos.

4.3. El análisis temático

La identificación de los temas presentes en las historias de vida es uno de los procedimientos más usuales en el proceso de su análisis. Esto requiere como primer paso la lectura de las transcripciones de los relatos hasta hacerlos familiares analista. El segundo paso en esta tarea es identificar los núcleos temáticos (Boyat zis, 1998) y el tercero consiste en la organización de los datos según las relacione s que pueden establecerse entre esos núcleos.

El primer listado de estos últimos seguramente será muy empírico y estará atado a las transcripciones. Para refinarlo hay que tener en cuenta las conexiones entre los temas y la relevancia que ellos adquieren en función de los significados que les atribuyen tanto el entrevistado como el entrevistador (Richtie y Spenser. 1994).

Como veremos en el capítulo 3, en la exposición sobre la teoría fundamentada, Strauss (1994) recomienda que se identifique entre los núcleos temáticos una categoría central, que será la que esté vinculada a un mayor número de ellos. Esta centralidad significa que la categoría elegida da cuenta de una parte importante de los patrones de conducta o acontecimientos que se están estudiando. Por consiguiente; el tema emerge recurrentemente en distintos momentos de la entrevista.

La identificación de la categoría central permite organizar los núcleos temáticos en una construcción conceptual que debe retomar los objetivos propuestos para el trabajo, integrando los núcleos temáticos con los supuestos teóricos enunciados en los objetivos.

Como plantea Rúth Sautu (1999), la lógica del análisis de los datos biográficos implica un interjuego entre la descripción de los mismos y la interpretación en función de los marcos teóricos del investigador. La interpretación lleva a dotar de significados las inferencias acerca de las regularidades observadas, teniendo en cuenta las interpretaciones que los propios entrevistados hacen de sus vidas y la articulación con los contextos sociales e históricos en los que ellas se desenvuelven y con los marcos teóricos de los que se parte.

4.4. El análisis interpretativo

En este enfoque los relatos construidos por los sujetos son interpretados por el científico social, quien hace de cada caso un estudio singular pero a la vez general, en la medida en que se apoya en él para crear nuevos desarrollos teóricos. Bourdieu (1986) se refiere a la "ilusión biográfica" para destacar que una historia de vida es casi siempre una historia discontinua, a la que le falta coherencia en sí misma. La cohe -rencia le es impuesta por el investigador a partir de sus propias matrices culturales o por el hecho de que la

9 El término proviene del griego: epiphaneia, que significa "aparición". Como se sabe, es usado en la religión cristiana para referirse a la revelación de Jesucristo a los gentiles, mostrada por la llegada de los tres Reyes Magos. Probablemente Denzin usa el término, entonces, en el sentido de los cambios que se dan en la vida de un individuo a partir de una "revelación" acerca de un camino distinto del que seguía hasta ese momento.

Page 11: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

experiencia y los sentimientos del sujeto coinciden con lo que los patrones culturales hacen esperar. Por ejemplo, una persona homosexual puede sentirse estigmatizada y desvalorizada por los patrones culturales vigentes en su sociedad, y su historia de vida puede expresar estos aspectos. En este caso, la lógica de la vida social y cultural en la que su vida se desarrolla coincide con la lógica del individuo que cuenta su historia y crea según Bourdieu tal "ilusión" de coherencia.

Denzin (1989) propone, siguiendo a Jean-Paul Sartre, un procedimiento interpretativo que consiste en identificar en la vida de una persona un hecho clave que adquiere un lugar central, de modo que buena parte de sus experiencias giran alrededor de él. Es importante también analizar cómo los significados que la persona otorga a ese significante clave cambian a lo largo de sus diferentes etapas vitales. El análisis consiste en trabajar el hecho lave yendo para adelante y para atrás en el tiempo, por lo que el método puede denominarse progresivo-regresivo.

Además de reconocer sus orígenes en las biografías realizadas por Sartre (Charles Baudelaire, Jean Genet, Gustave Flaubert), Denzin plantea que el método incluye algunas estrategias desarrolladas por Paul Thompson (1978) en el análisis de los materiales de historia oral: recolectar historias de vida organizadas alrededor de temas únicos, como experiencias de tratamiento médico, casamientos, divorcios, determinado tipo de consumo de drogas, etc., que luego son analizados interpretativamente, incluyendo las influencias culturales como las que ejercen los medios de comunicación, la cultura popular y los grupos sociales de pertenencia y referencia.

Se parte del supuesto de que los relatos recogidos son ficciones que narran experiencias personales. Ellas se cuentan en concordancia con lo que las pautas culturales establecen acerca de lo que es una historia de vida. La idea es que existen múltiples imágenes de lo que una persona ha sido, lo que podría haber sido y lo que es en la actualidad, que son encadenadas por el relato. Así como una persona es, de alguna manera, aquello que cuenta de sí misma (Riceeur, 1996), y esto puede variar en sucesivos relatos y frente a distintos interlocutores, también los relatos están sujetos a diversas interpretaciones. El investigador debe tener en cuenta que su trabajo podrá revelar identidades parciales de sus entrevistados, nunca totales, y que ellas pasan siempre por los filtros de sus interpretaciones.

4.5. El análisis de la identidad de Demaziére y Dubar

La fragmentación de lo social en múltiples experiencias posibles y la fragmentación de la identidad individual también en múltiples aspectos, no siempre englobados coherentemente en un yo, hacen que los relatos de los individuos deban ser interpretados. Como dicen Demaziére y Dubar (1997: 28): "Comprender el sentido de lo que se dice no es solamente estar atento y «hacer suyas» las palabras del entre vistado, sino también analizar los mecanismos de producción de sentido, comparar las palabras diferentes, desnudar las oposiciones y las correlaciones más estructurantes". Estos autores adoptan, pues, una postura analítica que parte del supuesto de que la palabra no es transparente. Para ello toman en cuenta la propuesta de Barthes (1966) para el análisis de los relatos, según la cual todo relato puede seranalizado en tres niveles diferentes, que se articulan necesariamente entre sí: 1)el nivel de las secuencias en las que se despliegan los episodios del relato; 2) el nivel de los "actantes", es decir, los personajes que juegan un rol en el relato,10 y 3) el nivel de los argumentos proporcionados por los entrevistados para "defender" sus puntos, de vista, que encadenan las secuencias y están destinados a "convencer" al interlocutor, en este caso, el entrevistador.

Estos tres niveles pueden analizarse estructuralmente al articular los episodios de una historia (sus secuencias) con la estructura de los personajes que aparecen en ella (los actantes), para descubrir la lógica del discurso, teniendo en cuenta al destinatario (los argumentos) (Demaziére y Dubar, 1997).11

El objetivo de este tipo de análisis no es clasificar a los individuos sino clasificar de un modo comprensivo, las estructuras de relatos para poner en evidencias; semejanzas y sus diferencias (Dubar, 1996). El análisis estructural se propone poner en evidencia las relaciones entre ciertas dimensiones y las tensiones entre ella y así "poder evidenciar los contenidos implícitos, las grandes oposiciones, las estructuraciones fundamentales que organizan la relación de la persona con el mundo y aclarar la organización de su estructura socioafectiva" (Delor, 1997: 56).

En este modelo se proponen algunas estructuras elementales de significación elegidas por el investigador como las que a su juicio representan los aspectos m á s importantes del relato para, de acuerdo con la propuesta de Algirdas Greimas (1970), analizarlas transformándolas en un sistema de oposiciones de sentidos.

Demaziére y Dubar (1997) especifican que:

- Secuencias son todas las unidades que describen acciones o situaciones presentadas como informaciones sobre hechos.

- Actantes son todas las unidades que hacen intervenir a un personaje calificado por el locutor y que ponen en escena relaciones.

- Proposiciones argumentativas son todas las unidades que contienen un juicio o una apreciación sobre un episodio o un objeto, que proporcionan el sentido subjetivo dado por el locutor a lo que dice.

10 Siguiendo a Greimas (1970), se retoma en esta clasificación el término actante para denotar el carácter de "subordinación de la representación antropomórfica del agente a su posición de operador de acciones en el recorrido narrativo" (Ricoeur, 1986).11 Somos conscientes de que el análisis estructural "no está de moda" intelectualmente, y que ha sido criticado en nombre de la condena a la ideología estructuralista, que se pretende totalizadora y unívoca. Pero consideramos que el modelo se puede emplear para superar el momento de parálisis frente al polimorfismo de los datos y sus múltiples significados posibles.

Page 12: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

El procedimiento consiste en analizar longitudinalmente cada relato de vida de' acuerdo con las oposiciones encontradas para cada uno de los tres tipos de unidades mencionadas, a fin de sintetizarlas en un cuadro para cada caso.

Para la construcción de estos cuadros se analizan por separado las listas de la oposiciones de unidades, que son resumidas luego según sus reiteraciones y según la interpretación del investigador de su grado de importancia para el relato. Esto constituye una base común del análisis estructural, tal como ha sido desarrollado en distintos ámbitos por los maestros del modelo (Vladimir Propp para el análisis de cuentos tradicionales; Algirdas Greimas y Roland Barthes para el análisis de relatos literarios; Claude Lévi-Strauss para el análisis de mitos, etcétera).

Se intenta luego relacionar, para cada relato, los opuestos de secuencias, actantes y proposiciones argumentativas. Los opuestos de cada uno de estos elementos pueden surgir del mismo relato o de la estructura reconstruida por el analista a partir de las categorías culturales.

Esto proporciona una síntesis del relato que da cuenta de sus aspectos más importantes, a la vez que pone en descubierto los valores y normativas culturales sobre los que se edifica. El análisis así desarrollado permite realizar un resumen de cada relato, construido por el investigador, quien trata de teorizar sobre el caso. Estamos acá en presencia de la "teoría sustantiva" de la que hablan Glaser y Strauss (1965). El paso a la "teoría formal" se realiza intentando resumir el juego de oposiciones y las síntesis de los relatos, a fin de construir con ellos, en la medida de lo posible, una tipología. Para su elaboración, los relatos se reagrupan alrededor de algunos, elegidos como "nodales" o "típicos" en algún aspecto clave. La agregación de los relatos siguiendo a los "nodales" implica también una operación algo arbitraria por parte del investigador, pero se trata de encontrar, sin forzar los datos, ese "islote de inteligibilidad" del que habla Passeron (1989), para lo cual se construyen teorías "abstractas" que, sin embargo, no "llegan a paliar la nostalgia de teoría general" (ídem).12

Presentaremos a continuación el resumen de un relato de vida de una persona de sexo masculino, de treinta y un años, de clase media, que es portador del VIH desde hace nueve años. Señalaremos luego los elementos clave que serían puestos de relieve en ese relato, según los cinco enfoques para el análisis de historias de vida que hemos visto.

5. Historia de Roberto

Roberto describe su niñez como la de un niño revoltoso, hiperquinético, con problemas de conducta en la escuela, que se extendían a todos los ámbitos en los que participaba. Cuando tenía cinco años sus padres se separaron, a causa de que el padre se enamoró de una prima de la madre que había ido a pasar una temporada en la casa, y "se fugó" con ella. Después de la separación de los padres, Roberto vivió con su madre -quien trabajaba todo el día-, su hermana menor y la empleada doméstica que los cuidaba.

Atribuye sus problemas de conducta en la infancia a la separación de sus padres, que relaciona con un furor de divorcios en la época en la que era niño, si bien resalta que "siempre le fascinó violar las reglas, sobrepasar las reglas".

A partir de los catorce años no vio más a su padre, quien vivía en el exterior. En segundo año de la escuela secundaria empezó a consumir drogas. Adjudica su inicio en el consumo de drogas al hecho de juntarse con `pibes más grandes, que afanaban y eran cancheritos", con los que quería identificarse pues carecía de una imagen masculina fuerte por la ausencia de su padre.

Cursó cada año del ciclo secundario en un colegio distinto por sus problemas de conducta. Pasaba la mayor parte del tiempo en la calle, con sus compañeros de cor1; sumo. A pesar de esto terminó la escuela secundaria: "Tenía siempre la conciencia por estudiar; tal vez por provenir de una familia de intelectuales, en la que se valoraba el estudio".

Opina que la adicción a las drogas pasa porque la persona no encuentra satisfacción en nada y en lo único en que la encuentra es en "estar de la cabeza todo el día”. "En esa época nada me conformaba, nada me hacía feliz".

Su vida en los años posteriores consistió en "cometer ilícitos" que le dejaban mucho dinero. Formaba parte de una banda "de elite" y tenía una novia a la que amo "profundamente". Tenía una poderosa moto en la que iba a gran velocidad. No se cuidaba en las relaciones sexuales y compartía jeringas al inyectarse drogas. Por esa época pasó unos meses en Brasil y al volver sufrió una hepatitis por la que le recomendaron realizar la prueba del VIH, que dio positiva. No obstante el diagnóstico, siguió haciendo la misma vida. No le dio ninguna importancia al anuncio de su seropositividad: "Fue como si me hubieran dicho que tenía mucha fiebre". Se empezó preocupar por su salud cuando comenzó a enfermarse a causa de la baja de sus defensas.

A los veinticuatro años cayó preso y estuvo detenido cuatro años, a pesar de-qu e el fiscal había pedido una condena de once. Al año de estar preso se dio cuenta d e que no quería continuar en la "carrera del delincuente" y empezó a estudiar en el penal. Comenzó a cambiar en "la soledad de la cárcel”. "Estar detenido me hizo re flexionar sobre lo que quería para mi vida." "Sabía que mi vida se estaba yendo por el tacho de la basura. Ya estaba en el tacho de la basura." Ahí se dio cuenta y se planteó qué quería para él. Pensaba que tenía la posibilidad de morir en la cárcel y eso lo ponía muy triste. "La primera forma virtual de irme de la cárcel fue dejar los códigos carcelarios, empezar a funcionar como una persona normal, empezar a dar clases, empezar a laburar." La directora de educación y la infectóloga del penal lo ayudaron mucho. Enseñaba a leer a los reclusos analfabetos y comenzó a escribir, a ir a la biblioteca y a

12 Una aplicación in extenso del modelo puede encontrarse en Kornblit (2000).

Page 13: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

leer mucho. Mandaba sus cuentos a una radio, donde se los leían. Después consiguió que se los publicaran. A causa de su actividad literaria comenzó a recibir muchas visitas en el penal, a diferencia de la etapa anterior cuando no lo visitaba nadie.

También empezó a inclinarse por el trabajo como voluntario en sida, porque se daba cuenta de que sabía mucho, de que tenía muchos conocimientos prácticos, “muchas cosas para dar". Al salir de la prisión se conectó con un hospital en el que se asiste a personas con el VIH/sida y con una fundación que trabaja en el tema. A poco de salir de la cárcel y cuando comenzaba a organizar su vida, dado que había conse -guido un trabajo, tuvo varias enfermedades marcadoras de sida, a causa de una, importante baja inmunológica, por lo que debió ser hospitalizado algunos meses, hecho que lo sumió en una profunda depresión. Vivió la etapa en la que sufrió las enfermedades marcadoras de sida como un castigo, "como si me dijeran: ahora vas a pagarlas". Poco a poco salió adelante, revirtiéndose su estado físico, al punto que desde hace dos años su carga viral no es detectable y tiene más de 500 CD4.

Al recuperarse comenzó a trabajar en teatro callejero, organizando un grupo, y como activista en una organización para personas que viven con VIH/sida. Hace dos años conoció a la que actualmente es su novia, que es seronegativa. No comenta a nadie que es seropositivo. Sólo se lo dijo a su novia antes de tener relaciones sexuales.

Ahora se siente en paz con él mismo porque "no le hago daño a nadie..., al contrario, hago muchas cosas pensando que estoy haciendo el bien; no sé si en todos los casos hago el bien pero estoy pensando que lo hago y hago además muchas cosas que me gratifican, que me gustan". Lo que más le gusta de su trabajo es que sea reconocido, si bien plantea que comparte muy poco de sí mismo con los demás y que ha confiado muy poco en alguien en su vida: "En los momentos de crisis estuve solo y salí solo". "Siempre hice lo que quise, lo que me gustaba, lo que tenía ganas de hacer; lo que se me antojaba [...] El principio básico, sea uno seropositivo o no, es empezar a disfrutar de la vida."

PUNTOS RELEVANTES A TENER EN CUENTA EN LA HISTORIA DE ROBERTO, SEGÚN LOS DIFERENTES

ENFOQUES DE ANÁLISIS

1) ENFOQUE DE LA HISTORIA NATURAL (THOMAS Y ZNANIECKI)

Hipótesis: el quiebre de la estructura familiar cuando Roberto era niño, con la "deslealtad" y el abandono del padre, influyó en la adopción por su parte de conductas transgresoras. La relación con figuras de autoridad respetadas (docente, infectóloga), en un ámbito que impone límites forzosos como la cárcel, le permitió desarrollar un nuevo proyecto personal, basado en recursos de tipo intelectual.

Triangulación: entrevistas con personas que fueron testigos del cambio, como la docente y la infectóloga de la cárcel, para verificar ese proceso. En lo posible, recabar datos también entrevistando a la madre, figura casi ausente en el relato, para cotejar si se trató de una ausencia "real'' durante la niñez de Roberto, o si ése fue el modo como él vivió su relación con ella.

La historia de Roberto puede considerarse atípica en la medida en que, durante su estadía en la cárcel, eligió un proyecto de vida que no condice con la habitual "carrera delictiva", que lleva a la mayoría de los detenidos a reincidir en el delito al ser excarcelados. Su opción por el quehacer cultural fue posible por el grupo primario en el que fue socializado ("una familia de intelectuales”).

2) ANÁLISIS COMPRENSIVO (BERTAUX)

El relato de Roberto comienza por marcar un "índice" en su vida, dado por el particular conflicto conyugal entre sus padres y el posterior abandono del padre. El ámbito escolar no logra contenerlo y se convierte, en cambio, en el escenario de sus conductas transgresoras (durante el secundario es echado cinco veces de distintas escuelas, por lo que cursa cada año en una diferente, hecho que sugiere sucesivas desconexiones con cada comunidad educativa). Su grupo de amigos de la calle, en cambio, permanece, y es el referente más importante en esos años; con ellos inicia su camino delictivo que, aunque no da detalles, parece haber ido creciendo en cuanto al tipo de ilícitos cometidos.

El punto de inflexión a partir del cual se modifica radicalmente su visión del mundo es estar detenido. La cárcel obra como un tope al vértigo de su vida y comienza a plantearse la posibilidad de buscar gratificaciones sin que esto implique dañar a otros y dañarse a sí mismo. El camino que encuentra es el del trabajo intelectual, que lo lleva a una concepción del tiempo caracterizada por la larga duración (este tipo de trabajo requiere un esfuerzo sostenido en el tiempo). Su gran depresión se produce cuando toma conciencia de que su estilo de vida anterior le dejó la marca del sida, que pone en peligro la posibilidad de contar con ese tiempo extendido que requiere ahora su proyecto de vida.

El período en el que Roberto cometió lo que llama "ilícitos" coincidió en la Argentina, con la época de aparente bienestar económico alcanzado durante el gobierno Carlos S. Menem, en el que parecía existir en el país una abundancia económica coincidente con un clima social "farandulesco" en algunos sectores sociales.

El "dinero fácil" que conseguía Roberto y su estilo de vida pueden considerarse como metáforas de un momento del país en el que el trabajo comenzó a perder, para muchos jóvenes especialmente, la valoración que se le atribuía en décadas anteriores como factor clave de la organización de la vida.

3) ANÁLISIS TEMÁTICO (BOYATZIS)

El primer listado de núcleos temáticos, aún pegados al relato, muestra una serie estructurada temporalmente, que arranca con uno de los "marcadores" de la historia de Roberto, el abandono del padre, y

Page 14: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

llega al momento actual tras una verdadera "conversión" del estilo de vida adoptado por él durante la adolescencia y la juventud temprana. La secuencia temporal en la que se desarrollan estos núcleos temáticos contrasta con dos temas que atraviesan longitudinalmente la historia de Roberk según su relato: la soledad y la convicción de "hacer lo que se quiere hacer":

- niñez conflictiva (abandono, "deslealtad" del padre); desinterés por la escuela;- consumo de drogas (deseo de sobresalir como motivación); carrera delictiva ("vida exitosa");- consumo de drogas por vía inyectable (comparte jeringas); la cárcel (comienzos del cambio);- actividad intelectual (resocialización a partir de ella); sida (vivido como castigo) y- proyecto de vida reparador (hacer algo por los demás).

La búsqueda de una categoría central que englobe los distintos aspectos del relato, teniendo en cuenta además el objetivo del trabajo en el marco en el que se relevó la historia de vida (el análisis de las trayectorias de vida de consumidores de droga: por vía inyectable afectados por el VIH), lleva a identificar el cambio en el estilo de vida a partir de la experiencia carcelaria como categoría con la que se vinculan en mayor medida en el resto los núcleos temáticos (en la etapa anterior a la cárcel, los eslabones que en la interpretación de Roberto lo condujeron a incurrir en conducta: delictivas y de riesgo para su integridad física; en la etapa posterior, el desarrollo de recursos que lo llevan a desempeñar actividades intelectuales y artísticas y el freno a estas posibilidades dado por la enfermedad).

El cambio, como categoría central, tiene las siguientes propiedades: represente un cambio en cuanto a las actividades realizadas para conseguir dinero y un cambio en cuanto a la valoración "moral" de su vida anterior y actual (el propósito de "no hacer daño a nadie" del presente encubre un autorreproche por los "daños" cometidos anteriormente).

La "soledad" y "el hacer lo que uno quiere" son los núcleos temáticos que, en la'' medida en que atraviesan según el relato toda la trayectoria vital, garantizan la mismidad, el núcleo identitario que permanece a lo largo del tiempo, a pesar de los cambios, y que garantiza que Roberto siga siendo y sintiéndose la misma persona, aun después de una "reconversión" de una vida tan dramática como la que describe.

4) ANÁLISIS INTERPRETATIVO (DENZIN)

El eje alrededor del cual se estructura el relato de Roberto es la oposición entre la bú squeda de gratificaciones personales sin medir las consecuencias -lo que implica la posibilidad de dañar a otros y la falta de autocuidado- y la búsqueda de gratificaciones personales teniendo en cuenta al otro y a sí mismo. Este eje se convierte en pivote de su vida a partir de la vivencia de soledad en la que lo sumergen sus años infantiles después de la separación de sus padres.El primer polo de esa posición se manifiesta en un estilo de vida caracterizado por vivir en un presente vertiginoso, en el que muy joven contaba con mucho dinero producto de sus actividades delictivas. Metáfora de esta actitud es su amor por la velocidad.

Si bien Roberto atribuye en buena medida su inclinación a transgredir las normas a la falta de una imagen paterna fuerte, en realidad sigue el modelo transgresor de su padre, quien cometió el "delito" de iniciar una nueva vida amorosa con alguien muy cercano a su mujer ("se fuga" con ella, se va del país, abandona a sus hijos).

Si bien reconoce que hubo en su vida personas que lo ayudaron (la directora de educación de la cárcel, su infectóloga, su novia actual) y que el reconocimiento de su trabajo comenzó a importarle en la segunda etapa de su vida, también expresa la sensación de que "siempre estuvo solo y que salió solo de las crisis", tal vez porque su preocupación más importante ha sido y sigue siendo estar en contacto con sus de seos, partiendo de una vivencia de soledad que sigue estando presente. En este sentido, Roberto sigue siendo el niño que se sintió abandonado tras la debacle familiar provocada por la transgresión del padre, aunque las instituciones sociales con las que entró en contacto en la segunda fase de su vida (la cárcel, el hospital, la fundación) refractaron parcialmente esa sensación.

5) ANÁLISIS DE LA IDENTIDAD (DEMAZIÉRE Y DUBAR)

Este enfoque, como dijimos, comienza por identificar las secuencias, los actantes y las proposiciones argumentativas, construyendo los opuestos lógicos o consensuales para cada uno de ellos. Aplicando este esquema a la historia de Roberto, tendríamos:

Oposiciones desecuencias

Oposiciones deactantes

Oposiciones deproposiciones argumentativas

soledad, transgredir reglas/ estar contenido, ser "normal"

padre ausente, madre indiferente / contención institucional

ausencia de imagen masculina fuerte / presencia de límites dados por la falta de libertad y por la enfermedad

niñez y adolescencia-juventudconflictivas/ adultez en equilibrio

él mismo sin importarle el próji-mo ni el autocuidado / él mismo preocupado por el otro y el autocuidado

hacer "la de uno" sin reparar en eldaño a otros / hacer cosas gratificantes para uno haciendo también bien a otros

Page 15: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

delinquir, consumir, vivir en el presente / trabajo intelectual, proceso que se construye en la larga duración

escuela, vecindario, la calle, etc., como escenarios donde transgredía normas / figuras protectoras: directora de educación del penal, infectóloga, novia actual; instituciones: cárcel, hospital fundación, grupo de teatro

no poder pensar, no saber por qué hacia ciertas cosas / proyecto reflexivo a partir de la cárcel

placeres sensoriales/ placer por el reconocimiento social

él solo / él y otros que lo reconocen

insatisfacción, inconformismo, búsqueda de sensaciones a través de consumo de drogas / estar en paz consigo mismo, hacer cosas que le gratifican

falta de preocupación por la salud / preocupación por la salud en términos del proyecto futuro

él solo / él y otros que se preo-ocupan por él, como su novia actual

inconsciencia con respecto a lo que es "bueno" y "malo" para él / darse cuenta de lo que le hace bien y mal

Si se trata de varias historias de vida, el análisis prosigue eligiendo las coincidencias en las oposiciones de cada uno de los elementos. En un trabajo realizado en personas afectadas por el VIH, cuyo modo de infección había sido el consumo de drogas por vía inyectable (Kornblit, ed., 2000), en el que Roberto fue uno de los entrevistados, el análisis llevó a la siguiente síntesis:

Oposiciones de Oposiciones de Oposiciones de

secuencias actantes proposiciones argumentativas

ser querido o no ser queridopadres afectuosos o padres re-chazantes / grupo de consumo líderes grupales

crítica a la familia o recuperación de los valores familiares

estudiar/ trabajar o consumirescuela / ámbito laboral o calle / ocio / grupo de consumo

poder hacer / ser o no poder hacer / no ser

estudiar/ trabajar o delinquircomo estilo de vida / circunstancialmente

escuela/ ámbito laboral / o calle/ ocio / grupo de consumo

ser un "chico bueno" / pensar o delinquir racionalmente / delinquir por impulso / no pensar

cuidarse o no cuidarse

sí mismo durante la abstinenciao sí mismo durante el consumo-instituciones protectoras o ins-tituciones dudosas

diferenciarse del mundo de las drogas / de la sensación de carencia afectiva o no recuperar la autoestima

cuidar al otro o no cuidar al otro

sí mismo en algunas relaciones/antes o sí mismo en otras reta-clones / ahora

pensar en el otro / ser conscienteno importar más que el consumoser inconsciente

Este cuadro, resumen de las ocho historias de vida incluidas en el estudio mencionado, es el esqueleto a partir del cual se redacta el informe final.

………………………………………………………………………

Si bien cada uno de los enfoques aplicados al análisis del relato de vida que icemos presentado subraya

diferentes aspectos, todos ellos tienden a tratar de identificar sus dimensiones más características. Esta tarea es mediada necesariamente por la perspectiva del investigador y se inscribe en la tradición de la sociología comprensiva, que trabaja con los significados atribuidos tanto por el sujeto como por el entrevistador a los hitos de la historia de vida. Dentro de esta perspectiva general, los enfoques mencionados se diferencian claramente del modelo que lleva a otorgar plenamente la voz a los entrevistados, i0tentando no interferir en sus procesos mentales ni en la interpretación que los lectores hagan de los relatos obtenidos.

CAPITULO 2Ensamblando las voces: los actores en el texto sociológico*

Norma Giarracca y Karina Bidaseca

Page 16: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

Una muchedumbre salvaje afuera de un negocio en el centro de la ciudad. Ruidos terribles, vendedores gritando,

organitos callejeros repiqueteando, chicos llorando. Un infierno... La cámara observa, sigilosamente, desde arriba,

un mar dé rostros. Lentamente distingue a Karol entre la multitud. Él se acerca... estira su nuca y, utilizando la cámara como un espejo,

se escruta a sí mismo.Krzysztof Kieslowski, guión de la película Blanco

I. Introducción

La sociología y la antropología social, como disciplinas sociales, poseen una larga tradición en investigaciones en las que los actores sociales, o simples sujetos bajo estudio, son centrales tanto en los modos de indagación como en los textos resultantes. Recordemos, como ejemplos ilustres, el clásico trabajo de Thomas y Znaniecki de comienzos de siglo, The Polish Peasant in Europe and America, o la reciente obra magistral de Pierre Bourdieu La miseria del mundo, sin olvidar, por supuesto, Los hijos de Sánchez y el resto de las obras de Oscar Lewis.

Esta tradición nunca perdió vigencia en la sociología; no obstante, durante los años del "consenso ortodoxo", la hegemonía positivista y su obsesión cuantitativista trataron de exiliarla en la antropología o en la etnografía.

Los sociólogos rurales evitamos, en parte, el mandato positivista por la fuerte influencia que la antropología ejerció sobre "los estudios campesinos". Una investigación o una tesis sin "trabajo de campo" resultaba impensable y los grabadores fueron -y siguen siendo- nuestras herramientas más preciadas. Heredamos, desde siempre, entrenamientos en estrategias metodológicas que valoraban la centralidad del sujeto y al investigador como intérprete del otro en una relación de plena intersubjetividad. No obstante, en muchos casos se buscaba corroborar las palabras de los entrevistados con otras fuentes pues se los sospechaba de "subjetivos", como si tales aspectos fueran evitables. En las etapas de mayor hegemonía de las posiciones: estructuralistas, aun los antropólogos rurales evitaban la soledad con las voces los sujetos y buscaban los siempre legitimados "datos" cuantitativos. Pero siempre tanto antropólogos como sociólogos rurales, contaban con los "cuadernos de campo verdaderos reservorios de documentación que eran inestimables fuentes de las veces de los sujetos en los momentos de mayor libertad en la relación investigador investigado. Esos momentos de "intercambios densos" cuando el investigador puede dedicarse a identificar mundos sociales, detalles de las escenas laborales o familiares, sentidos .y significados en disputa entre distintos sujetos, resultaban ser de vital importancia a la hora de comprender hacia dónde se dirigía el deseo de conocimiento y comprensión.

Con la nueva teoría social posestructuralista, la centralidad del sujeto en los estudios sociales tomó una vigorosa actualidad y se expandió a diversas especialidades dula sociología. Se toma a los actores como recursos de inteligibilidad para comprender los acontecimientos, para producir conocimientos y, en muchas ocasiones, se convierte a sus narrativas en elementos centrales de los materiales resultantes (artículos, libros, etc.). Pierre Bourdieu, con su trabajo mencionado, convirtió en el mejor exponente contemporáneo de esta sociología. En la teleconferencia ofrecida a mediados de 2000 en la Universidad de Buenos Aires, nos desafía precisamente a problematizar la sociología en sus posibilidades "socioanalíticas' potenciando el espacio donde la gente se expresa en cuestiones profundas e importantes. Como alguna vez Marc Ferro dijo acerca del cine, las disciplinas sociales en sus potencialidades comprensivistas e interpretativas develan el secreto y hacer caer las máscaras, muestran el revés, los lapsus de aquello que nos presenta; como "social".

La "escucha" de la gente le demanda al sociólogo un concienzudo proceso de autorreflexión acerca de los tamices a través de los que se escucha y de las resignificaciones ("traducciones", en términos de Long y Long, 1992) por las que se filtran su, narrativas, así como un entrenamiento interpretativo (teórico) que lleva tiempo. Mientras que el objetivo de la "explicación sociológica" a partir de técnicas "neutras” -como los cuadros de doble entrada, los análisis multivariables o los coeficientes de relación- es una estrategia que puede transmitirse fácilmente en las carreras 11 sociología, la comprensión y comunicación de las acciones de los hombres en sus distintas dimensiones requiere algo más que el aprendizaje de las metodologías. Compromete al investigador en su formación intelectual, sensibilidad, capacidad intuitiva y de autoconocimiento y reflexión. Compromete además al investigadora: su capacidad de comunicación y, como dice la antropóloga Julie Taylor,

... en lugar de tratar de analizar o explicar, intentar evocar, que es una palabra muy de moda en la antropología interpretativa. [...1 Y otra palabra que se usa en inglés es inacting, que decidimos que puede ser "puesta en acto", o sea, comunicar por los textos mismos que mimetizan lo que uno está tratando de comunicar. (Taylor, 1993: 3)

Page 17: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

Los actores o los simples sujetos sociales tejen sus propias interpretaciones los acontecimientos, pueden narrarlos de una forma o de otra, y una misma realidad puede ser representada por expresiones distintas, hasta incompatibles, por diferentes actores. Las narrativas orales son modos de argumentar; los actores en sus discursos realizan operaciones retóricas para convencer a sus interlocutores acerca de cómo interpretar los hechos narrados.

En esta perspectiva los acontecimientos y procesos son obras de "sujetos activos y conocedores", de "actores sociales", y no resultados del impacto diferencial de grandes fuerzas sociales despersonalizadas sobre individuos pasivos o engañados por dispositivos ideológicos. Y en esta ontología nosotros mismos como investigadores somos sujetos activos, con capacidades puestas a prueba para comunicar, evocar, traducir diferencias culturales y desnaturalizar aquello que pretende presentarse como "natural", que casi siempre está en el orden de la dominación.

Apelamos a los sujetos para obtener información, interpretaciones, gestos, etc., que son valiosos para la comprensión de una situación; pero, ¿qué destino damos a sus palabras, a sus interpretaciones?, ¿por qué incorporarlas al texto o no? Es decir, ¿por qué brindarles un lugar en los textos?

Para los sujetos, la producción textual que el analista realiza significa, además de la posibilidad de ser escuchadlos, la de trasladar su experiencia privada al espacio, de lo público.

Una oportunidad también de explicarse, en el sentido más completo del término, es decir, de construir su propio punto de vista sobre sí mismos y el mundo y poner de relieve, dentro de éste, el punto a partir del cual se ven y ven el mundo, se vuelven comprensibles y se justifican, en principio para sí mismos. (Bourdieu, 1999: 536) [subrayado en el original]

Esta situación puede provocar en los sujetos un proceso de liberación de estados larvados durante largo tiempo; experiencias cognitivas y emocionales, ambas penosas y/o reconfortantes.

En las formas textuales resultantes también se modifica el lenguaje del investigador; el sociólogo y el antropólogo se transforman en autores, como diría Julie Taylor (1993), en "comunicadores". La intervención del analista consiste en publicar las narrativas de los sujetos que hablan, en quebrar el límite de la interioridad trasponiendo la barrera del "sí mismo", revelando, a través de sus escritos, la subjetividad del hablante. Se convierte así en intermediario entre éste y el lector, en traductor de la oralidad, de las expresiones gestuales, de las emociones, de los lapsus, y cómplice de los silencios, de aquellos que emiten su voz en una relación espacio-temporal único que incluye a él y al hablante y excluye al lector.

La tarea del analista, por cierto privilegiada, requiere impregnarse de cierta ética que, como si fuera un bálsamo, nos evite caer, presos de los deslices de nuestra propia subjetividad, en traducciones incorrectas o, peor aún, en tergiversaciones de sentido. No hay más técnicas para ello que el "autoconocimiento", la capacidad reflexiva y el control que dan los equipos de trabajo (la presencia de otro investigador que funciona como "control").

Una tensión puede cobrar relieve; aquella que reside en la representación de la experiencia, tan rica y diversa, que desafía los postulados mismos de la escritura y nuestra propia capacidad de traducción. El sujeto de la voz crece en el texto, cobra autonomía-como cuentan los escritores que les ocurre con sus personajes-; el soció1090-autor se siente "en retirada".

Este artículo se propone reflexionar precisamente acerca del lugar que ocupan los relatos de los entrevistados en los textos sociológicos, el lugar "cedido" y el lugar "ganado", así como de la configuración narrativa de las identidades e implicar personales puestas en juego en la relación de entrevista.

Esta reflexión surge del trabajo de campo realizada en los espacios rurales provincia de Tucumán en varias oportunidades contiguas en el tiempo, en el marco de la investigación "El trabajo en el complejo azucarero en Tucumán: trabajadores del surco y campesinos multiocupados", financiada por la Agencia Nacional de la Promoción Científica y Tecnológica, entre 1998 y 2000. Los resultados de la investigación dieron lugar a un libro, Tucumanos y tucumanas. Zafra, trabajo migraciones e identidad, que escribimos las autoras de este artículo junto a Carla Gras y Daniela Mariotti.

La escritura del libro se convirtió en una experiencia que ameritaba una reflexión: las voces de los actores pujaban por aparecer de un modo distinto del de nuestros trabajos anteriores. Esas voces habían sido fuente de exploración temática, de testimonios, de "disonancias" (narrativas contradictorias sobre los procesos), de intentos de análisis textuales; pero a la hora de producir el libro algunas de ellas nos reemplazaban en la tarea de organizar procesos sociales, de mostrar la complejidad de las transformaciones o sus aspectos dramáticos, casuales (contingentes), de centrar las improntas personales (la singularidad de los sujetos).

Una corta reflexión acerca de estos temas apareció en el Boletín de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, bajo el nombre "La sociología y las palabras de los otros". 13 En este nuevo trabajo retomamos aquella línea de reflexión incorporando "casos": dos mujeres clave en el proceso de investigación, a quienes le; fuimos otorgando el espacio que sus voces requerían en el texto: Rita y Amalia.

2. Tras las huellas de la polifonía: narración e identidad

Desde que Marcus y Cushman (1982) definieron el "realismo etnográfico" coma ficción, las críticas se profundizaron y, por consiguiente, se tendió a buscar la polifonía (despliegue de voces a veces en disputa) y a recrear esta plurivocalidad en el texto. De este modo, podemos asimilar esta nueva concepción acerca del lugar que las voces ocupan en él utilizando el concepto de "novela polifónica" que desarrolla Bajtín (1993),

13Boletín de Ciencias Sociales, N° 41, Buenos Aires, 2000.

Page 18: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

desde una concepción dialógica de la lectura, a partir de la novela de Fedor Dostoievski. En ella los personajes poseen voz propia, independiente de laven: del autor y, a menudo, se desarrollan en disonancia.

Frente a los "textos realistas" de principios del siglo xx, los "textos modernos” introdujeron una reciprocidad de perspectivas entre el analista y los sujetos, y establecieron nuevos modos de textualidad: el diálogo, el discurso, los textos cooperativo y lo que se ha dado en llamar "surrealismo" en la producción de textos, entre otros En el primer caso, la etnografía se nutre de la experiencia inmediata del trabajo' de campo reproduciendo, por ejemplo, pasajes de entrevistas o autobiogramas; en el segundo caso, se estructura el texto en términos de una retórica tratando de capturar el discurso oral en forma textual. Por su parte, los "textos cooperativos" son elaborados por los sujetos y el analista en forma conjunta, y por último, los "textos, surrealistas", a modo de puzzle, reproducen pasajes de historias de vida o entrevistas e incluyen al lector en el proceso de interpretación.

El rol del analista implica trasvasar su propia subjetividad en la elección del texto; esto es, seleccionar de modo arbitrario fragmentos de la vida de los hablantes, aceptando con complicidad la construcción artificial de sentidos. Como sostiene James Clifford (1988), la textualización implica una autoridad interpretativa que ex-cluye el diálogo.

La metáfora del diálogo, que emula la de la "cultura como texto" (Geertz, 1994), ha sido central en las discusiones acerca de la escritura etnográfica. Marcus y Fischer (2000) expresan que el diálogo se tornó central para expresar el modo en el que los antropólogos se involucran en los procesos comunicativos con otras cultu-ras. Al respecto citan las ideas más relevantes en relación con este proceso, como la noción de "terceras personas" de Jaaques Lacan presente en cualquier conversación o entrevista14; la yuxtaposición de los conceptos de "experiencia cercana" y “experiencia lejana" desarrollados por Geertz (1994)15 y la perspectiva dialéctica del diálogo formulada por Hans-Georg Gadamer, que integrar la noción de mediación lacaniana y de yuxtaposición de Clifford Geertz.

En esta relación dialógica que el analista y el/los sujeto/s acuerdan, ambas identidades se modelan recíprocamente; los interlocutores, a pesar de situarse en diferentes posiciones del espacio social, intercambian puntos de vista. En el nivel del discurso, los "otros" son fijados textualmente.

En ese intercambio se plasman experiencias, imágenes, prejuicios, representaciones de la alteridad, pero también la misma situación de investigación puede conducir a que el sujeto perturbe nuestra posición de traductores. Es el momento cuando se evanesce nuestra mediación hermenéutica y el excedente de sentido instala, de este modo, una tensión entre el autor y su escritura.

Decíamos antes que la producción textual que elabora el analista puede implicar para los sujetos la oportunidad de explicarse. Esta reflexión insta a profundizar en el tema de la identidad.

En los momentos en que la situación de entrevista deja de ser tal para convertirse en "entrega emocional” de aquellos recuerdos más íntimos, más emotivos, la voz del entrevistado aparece habitada por una heteroglosia en la que posible reconocer otra voz, la autobiográfica.

¿Qué avatares recorre la voz del entrevistado hasta llegar al texto que es ofrecido al lector? ¿Cómo interviene el analista en el proceso de alteración de una identidad que se cree indemne? Para responder a estos interrogantes nos remitiremos a los tres niveles de análisis que explicita Régine Robin (1989): el nivel de lo autobiográfico o personal; el de la "identidad narrativa", que es la narración que el individuo hace de sí mismo, sobre sí mismo, y el nivel ficcional, que remite a la omnipotencia del escritor sobre lo que él inventa.

En estos tres niveles reside la dificultad de la narración, así como del intento de dar cuenta de la vida de otro, de su trama identitaria construida a través de complejas mediaciones. Allí es donde se impone el límite de lo decible, donde se cuestiona la legitimidad del texto resultante, donde la vida del otro se torna inasible.

Ello conduce a plantear la tematización de los relatos de vida como acceso directo a la experiencia, que concierne a la palabra del otro recogida a través de las diversas técnicas cualitativas que emplean las ciencias sociales: entrevistas, historias de vida, autobiogramas, etcétera.

Este límite opera en el cuestionamiento del (los) lugar(es) en el (los) que se sil el analista: el del saber, instalando una situación aparentemente asimétrica, el otro que escucha, el del otro extraño que se entromete en la vida de los sujetos del otro que puede remediar alguno de los males que padecen (falta de trabajo, enfermedad, violencia familiar, etc.) y tantos otros otros como los que nuestra imaginación pueda albergar.

De hecho el analista que se sumerge en aquellos lugares difíciles que describe Bourdieu -las ciudades marginales, las escuelas, las cárceles, los guetos, las zonas rurales en las que abunda la pobreza- tampoco puede negar que su identidad resulta alterada y que en más de una oportunidad ha cuestionado su práctica profesional su situación de privilegio frente a la crudeza con que a menudo, y sin vacilaciones se muestra la realidad en esos lugares.

En síntesis, se trata, como expresa Robin (1989: 73), de "poder promover vi escritura la diversidad cultural que uno promueve". Como lo sugiere la lógica de la interpretación de textos, "existe una plurivocidad especí f ica en el significado de 1a acción humana. También la acción humana es un campo limitado de interpretaciones posibles" (Ricoeur, 1985).

14Jacques Lacan y otros han señalado que en la conversación entre dos personas siempre hay, al menos, una tercera que constituye la mediación de la internalización de estructuras culturales inconscientes en el lenguaje, terminologías, códigos no verbales de comportamiento, que conforman el imaginario real y simbólico (Marcus y Fischer, 2000: 31).15 Conceptos de "experiencia próxima" son aquellos que alguien puede emplear naturalmente y sin esfuerzo alguno para definir l o que él o sus prójimos ven, sienten, imaginan, etc. Conceptos de "experiencia distante" son aquellos que los especialistas emplean para impulsar sus propósitos científicos, filosóficos o prácticos (Geertz, 1994: 76).

Page 19: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

3. Los "casos": tucumanas de ojos grandes”16

Rita

Los mundos rurales de la provincia de Tucumán también se pueden definir como uno entre otros lugares "difíciles de describir y de pensar" (Bourdieu, ed., 1999:9) que sintetizan la complejidad y la contradicción inherentes a la condición humana. Tucumán lleva tras de sí las marcas de un proceso político que ha caracteriza a la sociedad argentina durante gran parte del siglo xx. Nos referimos a la impronta militar y a la intervención del ejército en la escena política nacional a partir de 4) década de 1930; es una de las provincias que más han sufrido las consecuencias intervenciones: el golpe de Estado de 1966 de Juan Carlos Onganía, que implicó el cierre de once ingenios y la migración forzosa de miles de tucumanos, produjo un malestar social que se profundizaba y era expresado a través de las manifestaciones de protesta de las clases medias y de los obreros, así como en la violencia revolucionaria de los movimientos guerrilleros y la cruenta represión sintetizada el Operativo Independencia que continuó durante la dictadura militar de 1976-1983.17

Durante este lapso, Tucumán se vio involucrada en un proceso muy doloroso caracterizado por las desapariciones forzadas de personas, seguidas a menudo de muerte: dirigentes sindicales, políticos y universitarios, maestros, militantes...18

La violencia ejercida desde "el poder" se materializaba en los cuerpos de los individuos de una forma original e inaudita; al mismo tiempo que se iba encarnando en ellos, desatando el miedo y el terror e impregnando los diferentes discursos, marcaba a toda una comunidad e instalaba las contradicciones y paradojas que emergían con el devenir del tiempo.

La violencia política de aquella época fue seguida por las crisis, el aumento de le niveles de la pobreza y desocupación de la actualidad: tasas de desempleo que trepan y sobrepasan el 20 por ciento, lo que representa unas cien mil personas;19 una tasa de mortalidad infantil que es más de tres puntos superior a la nacional y, según cifras oficiales, cerca de 250 mil niños y jóvenes analfabetos (Llanos Navarro, 199 citado por Giarracca et al . , 2000) .

Este cuadro nos resultaba familiar después de tantas recorridas por estos mundos rurales, pero logró volver a conmovernos cuando comenzamos a enfocar a le zafreros (trabajadores rurales de la caña). Aunque parecido, se presentaba distara dé aquel otro -el de los campesinos cañeros- ya conocido por nosotras. Los zafreros se nos mostraban siempre "en tránsito" (venían de... o iban hacia...), sin anclaje políticos, abandonados por el gremio a las arbitrariedades de la sociedad neoliberal del mercado", habitando campamentos sin luz, sin condiciones sanitarias mínima con changos desertores del año escolar, etcétera.

En una de esas tantas travesías por parajes inciertos conocimos a quienes, en forma ficticia, nombramos como Rita, Juan y la pequeña Danita.

Juan era zafrero, quizá uno de los últimos zafreros20, o cosechero del limón y integrante. Rita, como tantas otras mujeres del campo, había comenzado su trayectoria laboral a los quince años como empleada doméstica para ayudar a su madre y a su padre enfermo. Luego trabajó como cosechera del limón a la par de los hombres. Amasó empanadas de humita, migró con Juan en algunas ocasiones y fue "remisera".

De a poco fue convirtiéndose en una persona casi imprescindible en nuestra investigación. Nos acompañó a realizar las primeras encuestas piloto y a rastrear informantes clave en la primera etapa del proceso de investigación. Así fue como decidimos integrarla al proyecto como encuestadora, sumando una nueva actividad, a su fructífera y flexible trayectoria laboral.

Al principio, tímidamente hizo explícito su miedo de no poder afrontar tal responsabilidad pues sabía que sus compañeros de trabajo -los otros encuestadores, poseían una educación formal alta. Pero el desafío fue enfrentado y terminó destacándose en el grupo de encuestadores por la destreza que logró desarrollar en poca tiempo y por la confianza que recibía de sus vecina/os los (migrantes de los Valles Calchaquíes), muchas de ellas, "comadres". Varias encuestas a migrantes asustados por la falta de trabajo no hubiesen podido realizarse sin Rita.

Ella fue adquiriendo protagonismo; contaba la historia de Juan -su marido, el zafrero- con un detalle que no hallábamos en él. Grabamos muchas horas, observamos muchas fotos familiares, conocimos cada detalle del proceso de construcción de' esa casa de "los Sosa", donde se destinaban los ingresos de Juan como "golondrina". La casa de "los Sosa" fue convirtiéndose, poco a poco, en un lugar en el que pasábamos largas horas, habilitadas por la calidez de esta mujer joven que encontraba en nuestra "escucha" el espacio de conformación de su propia historia articulando etapas, períodos felices con los

16 En otro trabajo sobre la historia de mujeres de la provincia parafraseamos el título de la novel' de Ángeles Mastreta Mujeres de ojos grandes, utilizando el mismo sentido con el que la auto; impregna a esas mujeres mexicanas, simples, con historias cargadas de significación.17 En 1975, el general Antonio Bussi se hace cargo del Operativo Independencia y el 24 de mar: de 1976 se convierte en gobernador de facto de la provincia hasta fines de 1977.

18 Atilio Sántillán, secretario de la Federación Obrera de Trabajadores de la Industria Azucares (FOTIA) muere en marzo de 1976 en un confuso atentado. Junto con él se estima que desaparecieron alrededor de doscientos cuarenta dirigentes sindicales desde el régimen de Onganía hasta entonces. Cabe recordar también a Isauro Arancibia, maestro rural y dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTRRA).19 En mayo de 1999 se registró una tasa de desempleo de 19,2 por ciento, cifra que indica que un año después hay 4 mil personas desocupadas más. La fuerza laboral de la provincia asciende a 495 mil personas y la tasa de desempleo en 2000 es la segunda más alta de los últimos diez años, sólo superada por el 21,8 por ciento de octubre de 1996 (La Gaceta de Tucumán, 20 de julio de 2000).20 La incorporación de la cosechadora integral en los procesos laborales ha reducido la necesidad de mano de obra en la zafra, dada la economización de tiempos y costos. Por ello se alude a los "últimos zafreros".

Page 20: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

que no lo fueron. Sus álbumes de fotos familiares (el casamiento, el nacimiento de Danita) fueron dispositivos del recuerdo, de rememorar aquellos momentos -los más felices- frente a nosotras.

Nuestro trabajo requiere que viajemos a Tucumán continuamente, pero nuestra residencia está en Buenos Aires. Por eso, frente a esta disposición de Rita, decidimos emplear la técnica del "autobiograma", utilizada por Thomas y Znanieo ki en The Polish Peasant in Europe and America ya por 1918. Las consignas para Rita fueron que, cuando ella quisiera, escribiera en un cuaderno, que registrara, sobre todo, sus vidas en los períodos de interzafra, y que se tomara todo el tiempo que quisiera para ello.

Rita escribió un relato de su vida que comienza con su encuentro con Juan pero: que, por momentos, se remonta a su infancia, su adolescencia, dando pinceladas de' su familia de origen y de la familia de su compañero. Además incluyó descripciones de su comunidad, resultado de una pequeña investigación que fue realizando en las distintas instituciones, y agregó un mapa de la zona marcando ríos y carreteras. Nos entregó el cuaderno en un corto tiempo.

Nosotras respetamos su decisión y guardamos aquel cuaderno con sus relatos, dibujos, descripciones, etc., y seguimos las entrevistas en el período interzafra . Ella había modificado el objetivo de la técnica pero había comprendido su sentido más profundo. Nosotras mismas, contagiadas del entusiasmo literario de Rita, comenzamos a bosquejar nuestras etnografías dándoles a éstas más tiempo y esa tarea ocupó más lugar que en otras investigaciones y dejando deslizar en ellas con mayor libertad nuestras propias emociones.

Cuando armamos el libro, convencimos a nuestra editora de hallar un modo en que la descripción de los procesos obtenida por información de distintos tipos se diferenciara de las voces de nuestros actores y de nuestras propias voces como etnógrafas. En forma conjunta diseñamos "ese otro libro" que atraviesa, se mezcla y enriquece el discurso más tradicional de la sociología rural -necesario en este caso, pues el Estado no guarda ningún tipo de estadísticas sobre el sector de los trabajadores rurales de la caña y ni siquiera el sindicato podía establecer el grado de formalidad en los vínculos laborales-. Habíamos logrado tales datos con la rigurosidad estadística que nos da aquella vieja formación cuantitativa pero queríamos transmitir, además, los mundos culturales que sólo a través de la experiencia y las vivencias de los investigadores se pueden recuperar. Debíamos decidir el uso del material etnográfico y de las entrevistas, su ubicación en el libro, pero con el cuaderno que contenía la historia escrita por Rita se nos presentaban algunos interrogantes.

En efecto, teníamos que tomar una,..-decisión: ¿qué destino le otorgábamos a la autobiografía de Rita?, ¿fragmentarla como hicimos con sus entrevistas o con otras? ¿usarla como testimonio, interpretándola? La primera y más importante decisión fue que su autobiografía habilitaba una comprensión del mundo de las mujeres jóvenes tucumanas ligadas a los jornaleros migrantes que ningún otro material podría legrar. En esa historia singular, de trabajadora casi niña en el servicio doméstico de ciudades desconocidas, en sus encuentros y desencuentros con su compañero, en su valoración positiva de sus propias migraciones, hallamos un modo expresivo complejo de dichos y contradichos que la vida, en sus intrincados despliegues, deparó para esta joven de los sectores subalternos tucumanos. Y en tal historia se condensan muchas otras historias -parecidas y diferentes- de jóvenes mujeres migrantes, con identidades en tránsito, desafiando el "lugar" y buscando esa dimensión que apela al "espacio" en su significación de "libertad" (Tuan, 1997).

Cuando nos convencimos de que Rita sería nuestra coautora nos pareció necesaria su propia opinión y autorización. Ella autorizó sin dudar pero prefirió que el relato tuviese unidad, que llegara de modo directo, sin intervenciones de nuestra parte. Le recordamos que en algunos tramos se rememoran aspectos dolorosos e íntimos (un aborto, por ejemplo) pero ella, de algún modo catalizando su sufrimiento pasado a través de la palabra, nos repitió que ya formaba parte de su relato escrito.

Así, el texto autobiográfico está completo, casi como un capítulo del libro (Gia rracca et al., 2000), respetando su redacción y modismos. Sólo seguirnos las indicaciones del programa del procesador de textos con relación a la ortografía, del mismo modo corno se hace con cualquier trabajo en nuestros días.

En síntesis, Rita pasó de ser entrevistada y luego encuestadora a ser autora, y en su texto pudo plasmar los momentos más dramáticos y ricos de su vida. La escritura, su compromiso puesto en describir a "los Sosa", la fue convirtiendo en un personaje central. De este modo, el espacio biográfico que Rita configuró de manera inintencionada fue necesariamente incorporado como un elemento de transmisión, de comunicación de los mundos poco conocidos por los lectores urbanos.

Amalia

La segunda experiencia que presentamos aquí es la relación que sostuvimos con Amalia Arancibia. Ella no dudó en aparecer con su nombre, pues comparte ese respetado apellido con sus hermanos, reconocidos gremialistas docentes asesinados por la dictadura. Nuestro interés en ella se inició por su condición de maestra rural jubilada que nos podía conducir al pasado. Efectivamente, con su fabulosa memoria, durante varias horas en esa entrañable casa familiar del pueblo de Monteros, se remontó una y otra vez a la vida rural de los zafreros de décadas anteriores. Ella conoció la pobreza de los niños descalzos de los zafreros, la mayoría migrantes que venían a trabajar en la cosecha de la caña de azúcar y habitaban sitios construida con malojas verdes y pisos de tierra.

Ella también fue maestra en los tiempos de la dictadura, la etapa más dramática de su vida. Sus hermanos Isauro y Arturo fueron asesinados el 24 de marzo de 1976 cuando volvían del entierro del compañero y amigo, el secretario de la FOTIA, Atilio Santillán, también asesinado dos días antes. La muerte rondaba por aquellos días los lugares de los sindicalistas luchadores (Isauro había sido el fundador, de la CTERA).

Amalia, como antes Rita, fue adquiriendo mayor protagonismo en la investigación, pero por otras causas, sin duda más dolorosas. Cada entrevista con ella nos deparaba mayor conocimiento del mundo rural de otras décadas, de suma importancia en nuestro trabajo para comprender la profundidad de las transformaciones. Pero, fundamentalmente, Amalia nos introducía en las huellas del terror, en situaciones

Page 21: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

extremas en las que los significantes irrumpían desestabilizando la experiencia y marcando la fractura del relato. Por su alto contenido emotivo, porque revelaba lo ominoso, lo brutal de nuestra condición humana.

Su relato detallado sobre la muerte de sus hermanos, la violencia desplegada desde el terrorismo de Estado sobre la trama familiar, los detalles de otras desapariciones, muertes abstractas, se hacían presentes en su narración. Si bien se trataba de un tiempo lejano, cobraba actualidad en el relato, se hacía más próximo cuanto más se lo describía.

Las entrevistas con Amalia nos remitían a la memoria como construcción colectiva, obligándonos a detenernos en una historia que, desde la práctica sociológica; nos interpela a salir del encierro y a honrar a los muertos. Los fantasmas de la muerte, de los cuerpos mutilados, las presencias de las desapariciones, transitaban por las entrevistas.

Rita, con sus veintinueve años, representaba el presente, con sus angustias económicas, sus iras hacia el sindicalismo corrupto, sus ganas de pelearle a la vida Amalia nos recordó que este presente tiene un pasado y que todo proceso social en Tucumán -como en la Argentina toda- está atravesado por él.

Amalia también tiene su lugar privilegiado en el libro pero, a diferencia del caso de Rita, tuvimos que cortar, fragmentar su relato, hacerlo aparecer en trozos, y en' esa decisión se fueron muchas y complicadas horas de trabajo. ¿Cómo cortar? ¿Qué dejar, qué sacar? Sabíamos que en este caso no podíamos delegar la responsabilidad, como cuando le consultamos a Rita acerca de su biografía. Sabíamos también que las largas horas de grabación con Amalia no podían ser presentadas en el libro (ameritaban un libro aparte). La decisión, en este caso, se basó en mostrar todos los' matices de la historia contada por Amalia: el horror (la represión), el dolor por la muerte de un chango, la pobreza, pero también las fiestas, los bailes, las alegrías, el recuerdo del compromiso de aquellas otrora jóvenes maestras rurales, vacunando, enseñando y asistiendo a los bailes de foral de zafra.

El relato de Amalia nos permitió abordar el tema de la dictadura y la violencia en Tucumán desde los relatos de los sujetos. Mostrar cómo desde los problemas económicos actuales (la desocupación de los zafreros) hasta muchas enfermedades de la población de mayor edad, prácticas cotidianas, el hambre de los niños, etc., remontan sus razones a ese horroroso período.

Transmitir los significados de la violencia es una de las tareas más complejas del etnógrafo, dice Julie Taylor, quien abordo este tema, justamente, para Tucumán:

Igual que el arte, la vivencia de la violencia no encuentra, para mí al menos, expresión en discursos racionales o logocéntricos. Justamente una de las secuelas de la violencia que marca más profundamente a la población que la ha sufrido es el esfuerzo, frente a un sinsentido, de reformular la experiencia para que tenga sentido, y es una traición a la vivencia misma. A la vez, la naturaleza extendida y difusa de la violencia hace inexplicables todas las otras experiencias de vida con las cuales está plasmada. Y entonces al explicar la violencia se dejan de lado todas las otras cosas con las cuales está trenzada. Tan es así que cuando estalla dentro del contexto de lo cotidiano parece una contradicción total, y esta naturaleza, o sea, la contradicción, es justamente lo que tenemos que conservar, pero ¿cómo? En un artículo antropológico se supone que no se puede tener una contradicción, una paradoja -aunque los antropólogos posmodernos hablan de paradojas-pero no hablan de nada en concreto, entonces es un problema. (...) Lo que yo diría es que lo que estaba buscando aquí es una formulación de textos suficientemente fuertes, del sufrimiento que es la secuela de las rupturas violentas que irrumpen en la vida cotidiana. [...1 Tenemos que poder volcar, de alguna manera, para la gente que no haya vivido, o no lo haya querido reconocer cuando lo vivió, las contradicciones extremas que pueden encontrar su expresión en técnicas literarias y artísticas, o sea, hay arte sobre la violencia. (Taylor, 1993: 15)

Es bien sabido que fueron los artistas quienes advirtieron desde la plástica aquello que pocos se atrevían a imaginar en los años 70; es bien sabido, también, que la condena más publicitada internacionalmente al tirano devenido gobernador demócrata provino del silencio de una voz y de un canto, los de Mercedes Sosa.

La vida cotidiana de Amalia durante 1_a dictadura, cuando ella sospechaba que la vigilaban pero debía seguir su tarea de maestra que la ponía en contacto con niños que aún no comprendían las mentiras de sus padres con el fin de protegerlos, condensa las contradicciones de la naturaleza de la violencia. El relato de Amalia Arancibia, con la carga significativa que tal apellido ostenta en Tucumán por un lado, y maestra sensible y protectora por el otro, nos muestra más que cualquier otro material lo ominoso al apropiarse de los espacios políticos y sociales, pero también la ternura y la tenacidad en la búsqueda de justicia, como las más eficaces apuestas a la vida, capaces de sostener a los sujetos que padecen. En tal sentido, la voz de Amalia en el texto permite ubicar de modo complejo la violencia de la dictadura militar y sus actuales secuelas. Sus relatos inhibieron cualquier interpretación posible de nuestra parte, cualquier intento de llevar racionalidad allí donde no existe.

4. Reflexiones finales

Page 22: Ana Kornrlit -Metodologias Cualitativas

Como podemos observar, las estrategias de incorporar la voz de los hablantes en el texto son variadas y creativas; no obstante, como expresa Bourdieu (ed., 1999 540), "transmitir tales o cuales palabras no es dar realmente la palabra a quien,' habitualmente no la tienen".

Unas décadas antes, los intelectuales solían aplicar una estrategia que enunciaban como "otorgar voz a los sin voz" (las minorías étnicas, los pobres, los campesinos, etc.) dentro del espacio textual, a modo de una "contramemoria".

En la actualidad, no se trata de una concesión que el sociólogo establece hacia le, 1, sujetos sino que la voz de los hablantes es parte constitutiva del discurso sociológico, necesitamos a los entrevistados en los abordajes, en las prácticas investigativas, en los textos.

Las voces de los sujetos cobran cada vez mayor protagonismo, se transforman en autores o en coautores de los analistas, como vimos que sucedió con Rita y Amalia crecen en el texto, se autonomizan, fijan sus identidades en él.

Acercarnos a comprender el mundo que nos rodea implica persuadirnos de que la esencia de la ciencia social se basa en la comprensión de lo significativo, penetrando hermenéuticamente en formas de vida, mundos laborales, políticos, culturales, través de acceder al testimonio de los miembros participantes y logrando la "fusión de horizontes" gadameriana entre la cultura y el intérprete.

Se trata de captar discontinuidades, fracturas, contradicciones, aspectos no explicados, y de lograr una representación compleja y múltiple, fundada en la explosión de las mismas realidades en discursos diferentes, a veces irreconciliables, abandonar el punto de vista único en beneficio de la pluralidad de perspectivas coexistentes y a veces irreconciliables (Bourdieu, ed., 1999: 9).

El libro mencionado (Giarracca et al., 2000) representa nuestra decisión de asumir, "las coautorías" de los actores -fraccionando sus narrativas lo menos posible, respetando sus modos de expresar las experiencias de un presente y un pasado- y de pre sentar sus voces como textos autónomos. Creemos que, si bien desde el discurso sociológico pudimos acercar al lector los mundos laborales rurales fragmentados, flexibilizados, empobrecidos etc., sólo los sujetos de la experiencia pueden dar cuenta de esos "lugares difíciles" en sus dimensiones existenciales profundas.

Rita puede, desde su propia historia, narrar lo que les ocurre a los sujetos cuando deben separarse todos los años por las migraciones estacionales, cuando la pérdida de' un embarazo debe pasarse sin el compañero, cuando con la migración también se logran crecimientos personales. Las experiencias y palabras de Amalia Arancibia, que, abrigaban la tragedia provincial, ponen en el texto sociológico, mejor que nada y que nadie, aquello que no hay que olvidar, aquello que atraviesa los procesos sociales.

Estas propuestas metodológicas están articuladas con un conocimiento que se genera consciente de una doble transición, paradigmática y sociocultural, que no'; aspira a conformar una gran teoría sino, como sostiene De Sousa Santos (2000 31), aspira a una teoría de la traducción (de diferencias con inteligibilidad) "que sirva de soporte epistemológico a las prácticas emancipatorias, todas ellas finitas, incompletas y por eso apenas sustentables con la condición de estar ligadas a re-' des". Redes, agregamos, de las que los grupos que generamos conocimientos formamos parte en una relación horizontal y democrática con los actores de la acción: en este complejo país del siglo XXI.