Adultos Teórico Unidad III

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La clínica La clínica es de origen médico, no psicológico. A fines del siglo XVI, se empiezan a construir ciertos saberes acerca de la experiencia que tenían los médicos con los pacientes. Se decía que para curar, 1º era necesario saber en que consistía la enfermedad, y para saber en que consistía la enfermedad, se creo el método clínico. Dicho método consistía en ciertos pasos: 1-Observación de los pacientes 2-Descripción de los síntomas 3-Correlación de síntomas que aparecían, dando lugar a: 4-Clasificación de esos síntomas en agrupamiento de enfermedades. A partir de esto surgía el diagnostico, la dimensión de saber que manejaba el médico, el diagnostico le permite al médico hacer un pronostico, saber cual iba a ser el desarrollo que iba a tener esa enfermedad y establecer un tratamiento. Estos pasos (observación, descripción, correlación, clasificación), les abría a los médicos dos puertas: Dimensión del saber: saber en cuanto a diagnostico y pronostico de la enfermedad Dimensión del poder: poder en tanto la posibilidad de intervenir y hacer algo sobre esa enfermedad vía la terapéutica. Estos son los comienzos de la medicina, de la ciencia donde el discurso de la razón toma el padecer del sujeto y construye un saber respecto del padecimiento subjetivo. Pero la ciencia tiene una pasión, que es la objetividad, la pasión de hacer de su objeto de estudio, un objeto. La ciencia en su ambición de aislar el padecimiento, va dejando cada vez mas afuera al sujeto, al sujeto padeciente, y se ocupa cada vez mas de la enfermedad, del órgano enfermo, de la sustancia que está en déficit o en exceso y deja de interesarle el sujeto. El ideal de la medicina es que el paciente no hable, que el paciente se introduzca en esa maquinaria de análisis, radiografías, resonancias, etc. al final se le dice: “padece de x”, así la subjetividad queda totalmente dejada de lado. Si toda la vía de la medicina o de la psiquiatría estudia la enfermedad o las funciones y deja de lado al sujeto, es necesario pensar una clínica distinta, que en lugar de objetivar su material de estudio, hacer de eso su objeto, lo que haga es atenerse a ese sujeto. La clínica psicoanalítica se va a preguntar por lo que el sujeto dice de lo que tiene. La clínica psicoanalítica

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La clínica

La clínica es de origen médico, no psicológico. A fines del siglo XVI, se empiezan a construir ciertos saberes acerca de la experiencia que tenían los médicos con los pacientes. Se decía que para curar, 1º era necesario saber en que consistía la enfermedad, y para saber en que consistía la enfermedad, se creo el método clínico. Dicho método consistía en ciertos pasos:

1-Observación de los pacientes

2-Descripción de los síntomas

3-Correlación de síntomas que aparecían, dando lugar a:

4-Clasificación de esos síntomas en agrupamiento de enfermedades.

A partir de esto surgía el diagnostico, la dimensión de saber que manejaba el médico, el diagnostico le permite al médico hacer un pronostico, saber cual iba a ser el desarrollo que iba a tener esa enfermedad y establecer un tratamiento.

Estos pasos (observación, descripción, correlación, clasificación), les abría a los médicos dos puertas:

Dimensión del saber: saber en cuanto a diagnostico y pronostico de la enfermedad

Dimensión del poder: poder en tanto la posibilidad de intervenir y hacer algo sobre esa enfermedad vía la terapéutica.

Estos son los comienzos de la medicina, de la ciencia donde el discurso de la razón toma el padecer del sujeto y construye un saber respecto del padecimiento subjetivo.

Pero la ciencia tiene una pasión, que es la objetividad, la pasión de hacer de su objeto de estudio, un objeto. La ciencia en su ambición de aislar el padecimiento, va dejando cada vez mas afuera al sujeto, al sujeto padeciente, y se ocupa cada vez mas de la enfermedad, del órgano enfermo, de la sustancia que está en déficit o en exceso y deja de interesarle el sujeto. El ideal de la medicina es que el paciente no hable, que el paciente se introduzca en esa maquinaria de análisis, radiografías, resonancias, etc. al final se le dice: “padece de x”, así la subjetividad queda totalmente dejada de lado.

Si toda la vía de la medicina o de la psiquiatría estudia la enfermedad o las funciones y deja de lado al sujeto, es necesario pensar una clínica distinta, que en lugar de objetivar su material de estudio, hacer de eso su objeto, lo que haga es atenerse a ese sujeto.

La clínica psicoanalítica se va a preguntar por lo que el sujeto dice de lo que tiene.

La clínica psicoanalítica

En la clínica psicoanalítica opera la hipótesis del inconciente, dicha hipótesis dice que ese sufrimiento que tiene el paciente está sostenido por algún enunciado, por alguna representación o por algún significante reprimido, para llegar a este significante reprimido es necesario que el paciente diga sin controlar, sin cuidarse en relación a su decir, que produzca un discurso singular, que es el discurso de la Asociación Libre.

En la Asociación Libre, no se trata de hablar de cualquier cosa, Freud decía que es un relato que tiene que diferenciarse de la conversación ordinaria: “Usted observará que en el curso de su relato le acudirán pensamientos diversos que preferiría rechazar con ciertas objeciones criticas. Tendrá la tentación de decirse: “Esto o aquello no viene al caso, o no tiene ninguna importancia, o es disparatado, y por ende no hace falta decirlo”. Nunca ceda a esa critica, dígalo a pesar de ella y aún justamente por haber registrado una repugnancia”. Lo desagradable, lo que uno no querría decirle a otro, lo que muchas veces uno piensa, pero en la relación con el otro resulta inconfesable, lo que no se puede decir. En un psicoanálisis uno tendría que decir lo que habitualmente no querría decirle al otro.

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En dicha clínica, el saber esta del lado del paciente, este no sabe que el saber está de su lado ya que es un saber inconciente.

La clínica, tiene una base: es lo que se dice. En relación a esto habrá una serie de reflexiones en relación a que se escucha en lo que el paciente dice, además de esto esta base (lo que se dice), sirve para discernir cosas que importan.

Para ese discernimiento de cosas que importan hay que dejar un registro. En psicoanálisis, lo que conocemos como los registros son los historiales, que Freud los caracterizaba como lagunares y fragmentarios.

El objeto de estudio es un sujeto dividido, esto implica saber que hay una parte del saber que está excluida de la conciencia, que hay un saber no sabido, de aquí las lagunas mnesicas, los actos fallidos, sueños, lapsus.. Por eso los sujetos no funcionamos como un mecanismo, no podemos cumplir las normas, hacemos todo al revés, siempre tropezamos con la misma piedra, hacemos lo que no nos conviene… el sujeto funciona de una manera impredictible.

En la clínica psicoanalítica, se piensa que funciona una estructura, en esa estructura hay una parte que es un mecanismo y otra parte que es el sujeto. La parte de mecanismo es la estructura del lenguaje, que funciona como un mecanismo S1 S2, entre esos stes. Hay un intervalo donde se va a ubicar ese sujeto dividido. Ese mecanismo tiene un elemento que es ese sujeto barrado, que hace que el mecanismo funcione de manera impredecible.

En esta clínica el Otro tiene un lugar preponderante, por eso se llama que es una clínica bajo transferencia. Lo que el paciente dice, es un decir dirigido al Otro.

Cuando aparece el Otro, aparece también el enigma de qué quiere ese Otro y frente a ese enigma aparece que quiero yo de ese Otro. El padecimiento es un mensaje dirigido al Otro.

En “discurso de apertura a la sección clínica”, Lacan da tres definiciones de clínica psicoanalítica:

1. La clínica tiene una base, es lo que se dice en un psicoanálisis.2. La clínica, consiste en el discernimiento de cosas que importan.3. La clínica es lo real, en tanto lo imposible de soportar.

Entonces, la clínica tiene una base y es lo que se dice, en relación a eso habrá una serie de elucubraciones (reflexiones) en relación a qué se escucha en lo que se dice, además esta base sirve para discernir cosas que importan. En cuanto a que la clínica es lo real, como lo imposible de soportar, la clínica trata de tomar lo real del padecimiento del sujeto, de un sujeto que padece. EL INC. ES A LA VEZ LA HUELLA Y EL CAMINO POR EL SABER QUE CONSTITUYE, HACIENDOSE UN DEBER REPUDIAR TODO LO QUE IMPLICA LA IDEA DE CONOCIMIENTO.

Hacer un psicoanálisis requiere de un esfuerzo, se requiere de un esfuerzo de parte del paciente de asociar libremente, como dice Lacan, a esa persona que viene a pedir algo hay que decirle que tiene que sudar un poquito, que tiene que hacer el esfuerzo de asociar libremente y con cierta regularidad, para que esa persona pueda llegar a hablar de su síntoma en su particularidad.

¿De qué clínica hablamos? Situar la clínica como interrogación implica diferenciarla de la terapéutica sin análisis ni reflexión critica y de las respuestas precarias y exteriores que puede dar una mera nosografía. El caso clínico es tomado en su particularidad, es el tipo clínico que forma parte de las coordenadas de su síntoma. Reconocer al paciente como sujeto, es la responsabilidad que toma el psicoa. Clínico. El marco de la cátedra es psicoa. Pero toma en consideración e intenta diferenciar de la suya otras perspectivas clínicas prevalentes en el mundo actual: psiquiatrícas, psicofarmacologicas, psicoterapéuticas. Que su marco sea psicoa. Quiere decir que privilegia como vía de estudio y de tratamiento del síntoma lo que sobre él dice el sujeto que lo padece y también lo que sobre ese sujeto dice el síntoma a quien sabe escucharlo.

El programa de la materia tomará como eje la reflexión sobre las elecciones del ser hablante. El termino “elección” esta presente desde el comienzo de la obra de Freud y es esencial a toda clínica del psicoa. Esta se basa en los

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resultados de elecciones ya realizadas y de las que el sujeto debe hacerse cargo (elección de objeto, de sexo, de síntoma y de tipo clínico), y en las consecuencias sintomáticas de elecciones demoradas (que producen conflicto, irresolución, duda, división subjetiva, culpa e inhibición en cuanto a la acción). Se enfocarán aquellos momentos e instancias electivas en la constitución del ser hablante que tienen consecuencias decisivas desde la perspectiva de la clínica psicoa. Y que permite hacer valer una causalidad del síntoma que en algún punto preciso se aparta de todo determinismo automático (genético, neurofisiológico, incluso simbólico). La concepción psicoa. De la cura permite resaltar algunos momentos decisivos en el tratamiento, en los que la causalidad electiva y el consentimiento advertido son la clave de la operatoria psicoa. El comienzo del tratamiento, la percepción del síntoma por parte del paciente (eso que solo él conoce de sí, pero sin reconocerse en ello), la exploración de las posiciones subjetivas del sujeto respecto de los actos que podrían satisfacerlo (si admitiera pagar el precio de la perdida que requiere toda elección). Los momentos cruciales de la experiencia clínica son aquellos que el clínico y también el paciente deben tomar decisiones.

Introducción a lo real: sem 11

Lo real se presentó en el psicoanálisis bajo la forma del trauma y se presentó en la experiencia analítica. El trauma muestra (en la exp. Analítica), algo inasimilable, siempre ligado a un carácter accidental, de encuentro fallido. Se arriva a algo de lo real por la vía del encuentro. ESE TRAUMA HA DE SER TAPONADO POR LA HOMEOSTASIS SUBJETIVANTE, ES LA FUNCIÓN DEL FANTASMA QUE ORIENTA TODO EL FUNCIONAMIENTO DEFINIDO POR EL PRINCIPIO DE PLACER. Hablar del fantasma, ya es hablar de lo que tapona, de la pantalla por el trabajo del ppio. De placer (proceso primario). El fantasma va a ser siempre algo que vela, algo que tapa, algo que disimula. La conciencia también funciona como pantalla, la conciencia tiene idéntica función al fantasma.

En los sueños se sitúan 2 polos:

1. El sueño de comodidad: se articula a un deseo, el deseo de dormir.2. El sueño de angustia: el sueño llega lo más posible cerca de un real deseado.

El deseo de dormir, es la homeostasis del fantasma, pero pareciera que ese deseo quisiera querer ir más allá. Si hay realización de deseo en un sueño de angustia, es porque el objeto que va contorneando ese sueño es un objeto que se sitúa más allá del propio. De placer. Esta es la base de la teoría de Lacan de la angustia en relación al deseo, por un lado un deseo de dormir y por el otro lado un deseo de lo real.

Realidad vs real: Realidad: Es siempre una realidad sospechosa, decimos que es lo que está afuera de nosotros. La realidad, es la realidad del fantasma, es el campo donde todo es posible, en el fantasma. Para Lacan, lo que engaña es la representación, el campo del ste. El campo de lo simbólico es el registro que engaña. Real: Se opone al sentido, no tiene ste. No tiene imagen, por eso la relación del sujeto y lo real, es una relación no mediada por el ste. En relación al trauma, ese real se anuda, en la medida en que es ese encuentro que no puede ser mediado por el ppio. De placer, por el proceso primario. Lo real es imposible, es un encuentro fallido que inmediatamente se hace evanescente. El sueño es una cadena, que si lo tomo en dirección del sentido, no deja de fabricar fantasmas, pero también se puede llegar a un ste. Que no tiene compañero, que queda reducido a su estupida literalidad, no quiere decir nada, y eso es lo que busca Lacan, el encuentro con lo real es el instante que despierta, pero apenas, pero apenas despertamos agregamos nuevos fantasmas, nuevas significaciones a eso que soñamos. Encuentro con lo real en la Psicosis: La alucinación es un ste. En lo real, es una voz, una frase, una sensación, un síntoma en el cuerpo, que no se encadena con otro ste. En lo real, también encontramos al ste. Fuera de la cadena No solo los psicoticos presentan un ste. En lo real, también los neuróticos tenemos estos fenómenos, de repente a uno le viene una frase. Si se pone a asociar, podría significarse esa frase, pero hay ciertos automatismos metales que no se pueden pensar más que como los stes. En lo real. Una cosa es estar pensando en esa idea, fabricándola y otra cosa es cuando esa frase nos sorprende, nos interrumpe, cuando no estamos a su escucha, cuando esta fuera de nuestro campo y adquiere todo su valor sorprendidos como estamos por esa formulación que nos llega como un murmullo del exterior. Lacan da tres definiciones de lo real:

1. El síntoma es lo que viene de lo real2. Lo real es lo que retorna siempre al mismo lugar.3. Lo real como imposible.

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El síntoma es lo que viene de lo real, como mensaje dirigido al Otro. El síntoma es lo que retorna de lo real, se articula con lo que vuelve siempre al mismo lugar como repetición, el síntoma se mantiene siempre en el mismo lugar en la dimensión de suplir una satisfacción imposible.

Dos formulaciones de Lacan:

1. Lo real es estructurado por lo simbólico, cuando queda atrapado por este. Porque la simbolización mortifica, vacía la plenitud de lo real del cuerpo. Hay algo del goce que es evacuado, el cuerpo es entonces, un cuerpo vaciado de goce. No hay referencia del cuerpo, lo único que queda como operación de lo simbólico, son ciertos lugares como reservas naturales de goce, que son las zonas erógenas. De allí que los retornos de goce en el cuerpo aparecen como modos de sintomatización. El cuerpo implica una falla de lo simbólico, el retorno del goce en el cuerpo. (Ej.: histeria, psicosis).

2. Lo real es producto de lo simbólico. Luego de la operación de lo simbólico sobre lo real, quedan ciertos restos, objetos a, llamados PLUS DE GOCE. Son objetos que recuperan ese goce perdido. PRIMERO EL NUCLEO DE LO REAL ES EL GOCE, EL GOCE ES LA BASE SOBRE LA QUE ACTÚA LA SIMBOLIZACIÓN, PERO LUEGO ES EL RESTO, SON ESOS OBJETOS QUE INTENTAN RECUPERAR EL GOCE PERDIDO.

El encuentro con lo real implica una plenitud, nada puede faltar en lo real. Cuando hay falta, es introducida por lo simbólico. Lo simbólico introduce la falta, en lo real no falta nada. Pero también lo real es un agujero, una falta en torno a la cual lo simbólico se estructura. En la vía de lo traumático, lo real aparece como un choque, el tropiezo contra algo, con que se encuentra lo simbólico. Solo con posterioridad puede lo traumático ser significado. ¿Quién habla? El sujeto no es el yo ¿A quién? (posición del analista) El sujeto: En clínica psicoa. Se opera con un sujeto dividido, esto implica saber que hay un saber que esta excluido de la cc, hay un saber no sabido. La estructura del lenguaje funciona como un mecanismo, es un par ste S1 S2, en ese entre stes hay un intervalo donde se ubica el $ (esto hace que el mecanismo sea impredictible), El inc. Puntualizado por Lacan, es el inc. Aislado mediante la función de lo simbólico, caracterizado por la noción de ste.

Se apunta a una falta, no al yo del sujeto, la clínica psicoa. Se va a preguntar por lo que el sujeto dice que tiene, con “tiene” nos referimos a la falta porque en gral. Los pacientes van a venir a hablar de lo que les falta, de lo que quisieran tener y no tienen, igualmente lo importante es lo que el paciente dice. Lo que tiene o no tiene, es un modo de objetivar su posición. El psicoanálisis se dirige al plano subjetivo, no al yo. Esto implica producir una inversión de lo imaginario sobre lo simbólico. Lo imaginario es el discurso común, la dimensión del plano del yo, la relación a a’.

Regla fundamental: Asociación libre

Dos leyes:

1. No omisión: Decir todo lo que a uno le pasa por la cabeza. Lacan confronta la atención entre decir lo importante, lo relevante vs... Decir lo cotidiano, lo ordinario.

2. No sistematización: Acompaña la regla de abstinencia, atención flotante… Uno debe liberar todas las cadenas del relato, hablar de lo cotidiano, de lo ordinario, también eso tiene una significación según el orden que ocupe en esa sucesión.

Del lado del ANALISTA:

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La atención flotante: Apartamiento del juicio cc, quiebre de la dimensión imaginaria. El yo del analista queda por fuera del dispositivo analítico, no hay una dimensión intersubjetiva. Hay ruptura de la comprensión porque el sentido es imaginario, se evitará el abrochamiento de sentido.

La atención flotante habilita el discurso, no es una conversación, va en contra y ruptura de la comprensión, todo lo que se escucha se podría significar a posteriori.

Lo que dice un paciente, alguien que asocia libremente, puede no tener ningún sentido, pero lo que le dice encubre un sentido. La Asociación libre como tal determina la situación de la transferencia, un decir vinculado a la Transf... Vinculado al otro.

Lacan dice: el oyente la experimenta en el momento de responder, al suspender su respuesta, comprende el sentido del discurso. Al no responder el que sería el oyente, se comprende el sentido de ese decirle, al caer el valor de pura significación que podría tener ese decir y darle lugar al decirle , esta intención empieza a revelar una cuestión transferencial, que aparece en relación a ciertas demandas, deseos, reclamos, ciertas agresividades dirigidas al otro.

El analista paga con su persona, todo lo que constituye su lazo con los otros, debe ser cancelado. La posición del analista es hacer un semblante de objeto.

PACIENTE –

1. Asociación libre.2. Ruptura dimensión imaginaria.3. Uso del diván (no excluyente)

ANALISTA –

1. Atención flotante.2. Apartamiento del juicio cc.3. Quiebre de la dimensión imaginaria, (al no escuchar bajo el modo de selección).4. Tipo de escucha analítica es artificial.5. Neutralidad: alude a la función de analista, el que da las interpretaciones y soporta la Transf... deberá ser

neutral, no intervenir como individualidad psicosocial.6. El analista debe abstenerse de todo consejo, ser neutral con respecto a las manifestaciones Transf.

En psicoanálisis opera la hipótesis del inc. Desde aquí la temporalidad es pensada como un fuera de tiempo, un tiempo desligado, el inc. Es atemporal y esto tiene consecuencias en la posición del analista, que guiará la cura con una lógica de fuera de tiempo, de discontinuidad. El analista no constata el discurso desde la cc. Y esto hace que surjan efectos en el analizante. El analista debe comportarse de manera tan atemporal como el inc.

El analista ofrece a quien consulta la posibilidad de hablar de su sufrimiento. Su acto está en juego desde el momento en que da al sujeto la palabra y coloca el saber de su lado.

Entrevistas preliminares:

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Es de suma importancia ubicar las condiciones de una entrada en análisis, para pensar desde allí los efectos y las posibilidades del trabajo analítico. Si hay en el lugar del oyente un practicante del análisis, un analizado, podrá situarse de tal manera que se produzcan efectos de carácter analítico, aun en el marco de dichas entrevistas y aun cuando no se hayan producido todavía las condiciones de una entrada en análisis. En esta perspectiva, el encuentro con un analista puede constituirse en el acontecimiento que abra el camino a posibles modificaciones subjetivas y que ponga en juego, aun en la brevedad del encuentro, lo real en juego para cada sujeto. Freud propone un tratamiento de ensayo destinado a tomar conocimiento del caso y decidir si es apto para el psicoanálisis. “Este ensayo previo es ya el comienzo del análisis y debe obedecer a sus reglas”. Las entrevistas preliminares son análisis en tanto ponen en juego una doble articulación:

1. El valor dado a la palabra del sujeto, a la suposición de una verdad en juego en ella, a la suposición de un saber que le otorga a esa palabra un valor que no se encuentra ni en la psiquiatría ni en otras vertientes terapéuticas. El analista sostiene allí lo que Lacan llamó “sumisión absoluta a las posiciones subjetivas del enfermo”.

2. 2- Son también análisis, en tanto hay un oyente que no es cualquiera. Es un analizado, alguien que ha pasado por la experiencia del inc. Y de la castración, es alguien entrenado para escuchar en los dichos, el decir, para localizar al sujeto de la enunciación y no quedar atrapado en los enunciados, en el yo. Es alguien que ha sido entrenado para interrogar la demanda y con sus intervenciones producir una modificación en la posición del sujeto respecto de sus dichos, respecto de su síntoma, respecto de su realidad, alguien que puede orientar sus intervenciones al encuentro con lo real. Un oyente que puede convertir esa palabra en algo diferente al discurso del yo, dando lugar a la producción del sujeto y haciendo posible, por vía de la interpretación, una transmutación subjetiva, algo que puede marcar para el sujeto un antes y un después. Es la presencia del analista, del analizado lo que permitirá hacer de las entrevistas preliminares o no, algo diferente a una simple recopilación de datos o a un mero trabajo de sugestión.

No se trata de estar todo el tiempo esperando provocar la rectificación subjetiva, sino de aprovechar la oportunidad para ello cuando algo de la localización del sujeto en dirección al inc. Pueda aparecer.

Tal vez lo esencial de la posición del analista es su versatilidad para situarse como objeto en la transferencia. El analista debe saber tomar para cualquier sujeto, el lugar desde el cual poder actuar. Su lugar de oyente le permite estar atento al momento en que una intervención pueda abrir la posibilidad de un movimiento subjetivo.

Lo que ocurre durante la experiencia analítica depende tanto de las coordenadas subjetivas del paciente y de su posición como de la posición del oyente. No es lo mismo un oyente atento que otro para quien jamás será posible salir del plano de la comprensión o de la sugestión. La posibilidad de estar atento a la oportunidad de escuchar en el enunciado, la enunciación, de interrogar el deseo, de situar un impasse, sólo es posible si hay un analista allí, que ocupe ese lugar.

El analista no se va a situar en nombre del bien general , de la salud, o de lo que debe ser. Conociendo las condiciones de la estructura podrá apuntar en cada momento, en sus intervenciones, a lo real, haciendo caer los embrollos en que lo imaginario sumerge al sujeto. Sólo un analista podrá dar lugar a una entrada en análisis o a la rectificación subjetiva o a la sorpresa de un lapsus que dé lugar a la emergencia del inc.

En el marco de las entrevistas preliminares es posible efectuar un diagnostico diferencial , conservan la dimensión diagnostica del tratamiento de prueba Freudiano, este “tratamiento de ensayo”, esta fundamentado en la necesidad de establecer un período de prueba, decidir si un paciente es apto o no para el psicoanálisis. “En primer lugar tenemos el problema diagnostico, cuando se somete a un paciente que sufre de lo que se describe como perturbaciones nerviosas, es deseable, previamente, tener la certeza, (hasta donde pueda alcanzarse esa certeza), que él se presta a ese tipo de tratamiento, y de que se lo puede ayudar empleando ese método. Esto se da, sólo en el caso de que él tenga una neurosis”.

Para Freud los objetivos del ensayo previo son: conocer el caso y decidir si le es aplicable o no el psicoanálisis. Es un medio de prueba, un período de prueba de algunas semanas que tiene una motivación diagnostica. Freud dice que tampoco puede afirmarse que tal ensayo facilite siempre un diagnostico seguro, pero que es una precaución más. Quedan excluidas del método analítico patologías como: histerias como

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anorexias, melancolías, psicosis. Para Freud el ensayo previo se diferencia del análisis en que se deja hablar al paciente y no se le suministra mas explicaciones que las indispensables para la continuación de su relato, pero este ensayo previo es ya el comienzo del análisis y debe obedecer a sus reglas ( Asociación Libre – Atención flotante – apartamiento del juicio cc.

Quiebre de la dimensión imaginaria neutralidad). Lacan retoma lo que freud llamó ensayo previo, diciendo que para actuar en un psicoanálisis se debe proceder con numerosas entrevistas preliminares, dichas entrevistas pueden durar poco o mucho tiempo y con ellos se posibilita un diagnostico preliminar que se dirige al sujeto y fundamentalmente la entrada en análisis. El tiempo de las entrevistas preliminares, no es otro que el tiempo de la transferencia, tiempo imposible de predecir a priori, ni de estandarizar, ya que será del orden del uno por uno y se tratará de un tiempo lógico no cronológico.

No hay entrada posible en análisis sin entrevistas preliminares. Las entrevistas intentan provocar un cambio en la posición de quien consulta a través de lo que dice. Es responsabilidad del analista introducirlo en el saber inc. Iniciando así una rectificación subjetiva.

No hay entrada posible en análisis sin entrevistas preliminares, decía Lacan en 1971. Las entrevistas preliminares constituyen la modalidad técnica que responde a: “en el comienzo del psicoanálisis está la transferencia”. Un psicoanálisis es el trabajo de la transferencia y en las entrevistas preliminares lo que está en juego es poner a trabajar la transferencia.

Lacan decía, “se trata de hacerlos entrar por la puerta, que el análisis sea un umbral, que haya para ellos una verdadera demanda”. En esa demanda algo debe forzarlos a hacer un esfuerzo, “es preciso que algo empuje”. Sólo el sujeto supuesto al saber, como pivote de la transferencia, permite situar aquello que hace del síntoma una “demanda verdadera”. El síntoma se vuelve analizable, solo a condición de incluirse en la transferencia.

Es un hecho de experiencia, que el síntoma no conduce al análisis sino cuando cuestiona, cuando el analizante capta ese incomprensible cuerpo extraño como propio y portador de un sentido oscuro que lo representa como sujeto desconocido para si mismo. En este sentido, el síntoma es cuestionamiento del sujeto o más bien representante del sujeto barrado. Por la transferencia, el síntoma es puesto en forma de pregunta, pregunta del sujeto. La transferencia asi planteada es previa al análisis. Esta ahí desde que el síntoma es sólo pensado como analizable. El momento de la demanda de análisis es aquel donde un particular, analista cualquiera, se substituye al psicoanálisis en general.

Es preciso que ese analista venga a sostener para el analizante la función de sujeto supuesto al saber.

La transferencia fijada al analista es una transferencia primariamente demandante: demanda al Otro que responda. El análisis supone aún que de esa transferencia demandante, se haga una transferencia productora por el sesgo de la llamada asociación libre. El analizante está en el análisis, en el lugar de aquel que trabaja, para que se elabore el saber que responda a la pregunta del sujeto, mientras que la operación del analista consiste en causar ese trabajo.

El acto analítico está en juego desde esas entrevistas, se ubica ahí en el lugar de la causa y su efecto es el empuje-al-trabajo de la transferencia. La justa inserción del paciente en la transferencia no es del orden de la aptitud. Depende de la posición del sujeto en su relación con el Otro.

En la iniciación del tratamiento, Freud evoca una técnica que le es nueva, “el tratamiento de ensayo”, acentúa la idea de las condiciones previas. Hay dos precisiones que realiza:

1. Concierne a lo que debe esperarse del paciente: que se apegue a su analista.2. Apunta a la posición del analista mismo, Freud dijo que durante el tratamiento de ensayo no comentará los

decires del paciente “mas que lo indispensable para la continuación del relato”.

En primer lugar, Freud ubica las condiciones de entrada en la cura en relación a la cuestión de la transferencia. En segundo lugar, podemos reconocer distinguidas, la necesidad de la fijación de la

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transferencia (apego al analista), y la puesta a prueba del trabajo de transferencia (aplicación de la regla). A lo que se agrega una indicación técnica notable: Freud da su lugar a cierto silencio del analista. Si la regla implica el saber analizante, el hecho de suspender las revelaciones del analista ubica el saber de éste en una posición particular. Es un saber que ni se expone ni se manifiesta, que permanece sólo en reserva, supuesto…

Para Lacan una dirección de la cura se ordena según un proceso que va de la rectificación de las relaciones del sujeto con lo real, hasta el desarrollo de la transferencia y luego a la interpretación. Ósea que recomienda seguir este orden:

1. Rectificación subjetiva2. Transferencia3. Interpretación

Lacan apunta a la transferencia simbólica y pone de relieve que la Transf. Es un efecto del acto analítico.

Entonces, la dirección de la cura consiste en 1º lugar en aplicar la regla analítica “la asociación libre”, el sujeto es invitado a hablar, esto es lo que ofrece el analista. La 1º meta, en relación al síntoma, es la de transformar la relación del sujeto con su síntoma, y esto sólo es posible si hay una verdadera demanda de análisis, esta se gesta en las entrevistas preliminares al análisis. Las entrevistas intentan provocar un cambio en la posición de quien consulta a través de lo que dice. Es responsabilidad del analista introducirlo en el saber inc. Iniciando así una rectificación subjetiva.

Rectificación subjetiva: Es una intervención 1º que se dirige a producir la división del sujeto, (que aparezca un sujeto barrado va a permitir un deslizamiento ste). Es la 1º ubicación del sujeto que apunta a confrontarlo con su decir, es un acto en dirección del analista. Es poner a punto al sujeto para entrar en análisis, es cambiar algo. La R.S produce ruptura de sentido, produce un efecto que es una incógnita, es la suspensión del sentido, también tiene que ver con redituarse respecto de la realidad (lo imaginario). En la medida en que el analista no le responde con un objeto, lo que esta en juego es el deseo, hay una circulación de la nada. La implicación del sujeto depende del acto del analista, ya que dirige al paciente al cuestionamiento de su deseo. La rectificación no es algo que el analista vaya a buscar, sino que es un efecto de una intervención, puede aparecer de diferentes maneras, puede ser efecto de una interrogación de las verdades fantasmaticas de una persona. La posición del analista produce efectos, el encuentro con algo de la verdad del sujeto es por efecto del encuentro entre analista y paciente.

El síntoma está articulado al fantasma y el fantasma es el mundo de ese sujeto. La rectificación apunta al cambio de posición del paciente en cuanto a lo que dice, como pasa a posicionarse ese paciente en relación a sus propios dichos.

La R.S será la que va a enlazar al síntoma, a la transferencia y a la demanda. La R.S consiste en hacerle percibir al paciente su responsabilidad, hacerle percibir que ocupa el lugar de agente en su propia vida. Supone la implicación del sujeto con su síntoma, la formalización de la demanda de análisis. La implicación del sujeto depende del acto del analista, ya que conduce a que el paciente se cuestione sobre su deseo.

El síntoma pasa a ser síntoma de análisis, si se articula en una verdadera demanda de análisis, en el momento en que se conecta con el saber, en el momento en que se expresa en una demanda, pero se trata de la demanda “de verdad” de buscar la verdad. Un paciente puede acudir a la consulta, traer su sufrimiento y eso no significa una demanda de análisis, el paciente puede ir a la consulta con una demanda de saber, pero lo que hay en esa demanda es ¿Qué hago?, lo que aparece de entrada responde a la inmediatez, de “dame la respuesta”, “dame la solución”, es una demanda en el plano de la necesidad.

La demanda se desdobla en dos:

1. demanda en el plano de la necesidad.2. Demanda de amor, demanda de ser alguien para alguien.

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El deseo se encuentra entre los dos niveles de la demanda, lo que no alcanza a ser significantizado es lo que va a producir el deseo.

El síntoma solo puede volverse analizable, a condición de incluirse en la transferencia. Alguien demanda confiar su sufrimiento al analista, “confiar a otro un padecimiento”. La formalización de una demanda de análisis, será con la respuesta del analista, el analista intenta implicar al sujeto con sus dichos.

Transferencia: La transferencia es la que permite poner en marcha la regla fundamental, y que el paciente pueda asociar libremente. La Transf. Se manifiesta en el inicio del tratamiento y no hemos de ocuparnos de ella, hasta que aparezca como resistencia que no permita continuar el análisis. La Transf. Es situada como error, error en la persona, error en el sentido negativo, de que hay una falsa conexión y además esto induce positivamente a la idea de que hay una sustitución. Cuando lo que no puede decirse, se traslada a la persona del analista, esa persona del analista se ha puesto al servicio de hacer actuales los impulsos eróticos y olvidados del paciente. Algo se actualiza en la persona del analista. La Transf. Convoca al analista, no sólo como ste. Sino también como objeto.

Freud decía: “El paciente repite en vez de recordar”, en la repetición se recuerda sin saber que se recuerda, vía el acto transferencial. El analista tiene que poder saber hacer, desviar esas pulsiones que se intentan descargar hacia lo motor y darle un nuevo uso en el trabajo analítico. El recurso para doblegar la compulsión a la repetición es el manejo de la Transf. Se trata de admitirla, tolerarla en el ámbito del tratamiento.

Lacan se pregunta si el analista aceptará aprovecharse de ese error en la persona, si se aprovechará de ese lugar en que lo ubica la Transf.

Es desde la Transf. Que el analista responde, el analista debe maniobrar para salirse del lugar donde fue ubicado por el paciente o incluir ese lugar eventualmente. Lacan plantea que las interpretaciones serán recibidas por el sujeto desde el lugar que está ubicado el analista en Transf. La maniobra del analista consistirá en correrse de esos lugares donde lo ha ubicado el paciente en transferencia.

La Transf. no es una relación dual, Lacan ubica una disparidad analítica, donde el analista se ofrece para representar a todos los stes. Del paciente. El analista es al menos dos, el lugar del analista deberá ser un lugar de falta en ser, para poder alojar a los Otros del sujeto. El analista debe reconocer ese lugar que ocupa para el paciente y evitar intervenir, responder desde ese lugar. (Caso Little). El amor en Transf.. se produce automáticamente (automaton), se produce el amor que tiene que devenir en amor al saber, siempre el saber despierta el amor, se ama el saber, no hay manera de que un análisis transcurra sin que esté el amor al saber. No hay que pensar a la Transf. siempre como repetición, porque también hay un rasgo particular y nuevo, hay algo nuevo que se añade que puede emerger por ejemplo, a nivel del rasgo, que ha llevado al paciente a elegir ese analista, hay algo de lo particular, lo novedoso.

En el seminario 11 (del sujeto al que se supone saber…) Lacan dice:

El psicoanalista, no puede pretender representar un saber absoluto, su formación exige que sepa en el proceso donde conduce a su paciente, en torno de que gira el movimiento. Tiene que conocer en torno a que gira el asunto. Este punto Lacan lo designa con el nombre de deseo del analista.

La transferencia es un fenómeno que incluye juntos al sujeto y al analista. Es un fenómeno esencial, ligado al deseo como nodal del ser humano. En cuanto hay, en algún lugar, el sujeto que se supone saber: hay transferencia.

¿En que lugar se ubica cada sujeto, para dirigirse al sujeto al que se supone saber? Para el paciente esta función ya está encarnada por alguien determinado (en una figura asequible a el), para quien se encargue de su análisis, surgirá una dificultad para hacer obrar la Transf. el analista se da cuenta de esto, lo reconoce y dirige al analizado hacia lo que sigue siendo para él el sujeto al que se supone saber. El analista ocupa ese lugar en la medida en que es objeto de la Transf. El psicoanálisis muestra que sobre todo en la fase inicial, lo que mas coarta la confidencia del paciente, el que se entregue a la regla analítica, es el peligro de que el psicoa. Se deje engañar por él.

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Transferencia como amor al saber, es posibilitado por la posición del analista, se le supone un saber al analista, este saber hay que ubicarlo del lado inc. Hay algo en la escucha que no sanciona, que produce un quiebre porque habilita otra dimensión, quiebra el sentido. Esa dimensión que queda habilitada hace que se signifique de otra manera o que no se encuentre significación. La manera de escuchar del analista rompe con la dimensión imaginaria. Lacan apunta a la transferencia simbólica.

Dentro de los 3 niveles de la acción analítica, Lacan ubica la estrategia de la transferencia, diciendo que “en cuanto al manejo de la Transf. mi libertad se encuentra enajenada por el desdoblamiento que sufre allí mi persona”. El secreto del análisis está en la Transf. Lacan realiza una critica a los pos-freudianos en cuanto a que la Transf. no es una relación entre dos, sino que siempre implica una disparidad, ubica una disparidad analítica donde nunca hay dos elementos, nunca está el yo del analizante y el yo del analista, sino que hay 3 elementos, el analista es, al menos dos, en tanto se ofrece para representar a los stes. Del paciente.

El analista ocupa el lugar del muerto en cuanto a sus prejuicios, Lacan va a proponer que el analista es el que interpreta aprovechando la Transf. El analista paga con su persona, hay algo que tiene que ver con el yo, todo lo que constituye su lazo con los otros que debe ser cancelado. Hay un semblante, no es que el analista es un objeto, la posición del analista es hacer un semblante de objeto. Poner en acto este apartamiento de su persona.

El dispositivo analítico está sostenido en el desplazamiento del eje imaginario al simbólico, da la posibilidad que algo del sin sentido aparezca, es en el efecto del sin sentido donde aparece el sujeto del inc. Lacan introduce la terceridad (eje simbólico), en el seminario 1 hace una critica a Balint “psicología de los 2 cuerpos” y dice que en el psicoanálisis no hay, hay 3, introduce el 3º elemento que es la palabra (simbólico), ese 3º es el Otro del sujeto, aquello que en el discurso preexiste al sujeto, que lo determina incluso antes de su nacimiento, (todo lo que tiene que ver con las representaciones, las inscripciones, en relación a lo simbólico, las formaciones del inc. Se pueden pensar como esa terceridad). La dimensión imaginaria (la significación, el sentido), es necesaria para sostener la palabra.

En ¿qué se espera del psicoanálisis y del psicoanalista?, Colette Soler, dice que la transferencia introduce al paciente en una cierta ilusión, en una cierta espera, no se trata de la eficacia de la transferencia, sino de la Transf.. en tanto que ella introduce al paciente, generalmente al principio, a la idea de ser cuidado, de ser tomado en cuenta, dice que quizá la mejor manera de cuidar a un sujeto sea tomarlo en cuenta, al principio solo basta escuchar a alguien, escuchar y no dialogar. Basta esto para que el sujeto se perciba cuidado.

Freud decía que hay una razón estructural que nos permite entender el enamoramiento de la entrada en análisis. Hay un enamoramiento de entrada porque el sujeto tiene la idea de que el analista le da un espacio que no se encuentra en ninguna parte en la vida. El encuadre del discurso capitalista es bien evidente que en nuestro tiempo nadie escucha a nadie. Además incluso en el caso de que se escuche, esto no implica que haya dialogo. En el encuadre de la relación amorosa se intenta desarrollar una cierta circulación de palabra, pero sabemos bien que cada uno habla su idioma, un idioma sin traducción, un idioma del fantasma de cada uno.

Sólo en el dispositivo analítico se da el espacio a un sujeto para que desarrolle su palabra, no va más allá, porque el amor de Transf. del principio disimula el hecho de que en el análisis más que en otra parte, el que escucha no escucha lo que el sujeto quiere decir. El que escucha, el analista, escucha con la perspectiva de interpretación. Una perspectiva que intenta captar, cernir, lo que el sujeto mismo no sabe que dice, no sabe que significa y que quizá no quiere significar tampoco. En finales de análisis Colette Soler, hablando de la transferencia dice que: El manejo de la transferencia por el analista consiste en insatisfacer el fantasma, angustia, si se da el caso.

Lombardi: La dificultad de ser analista reside en que, para soportar la transferencia, el analista debe ubicarse en una posición que no es subjetiva, que no es de sujeto, en tanto la Transf. Es un lazo social esencialmente no intersubjetivo, está en ella en juego un solo sujeto. Y eso no es ya una regla técnica, sino ética, ya que define el fundamento de una práctica.

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Interpretación: Otro de los niveles de la acción analítica es la táctica de la interpretación, Lacan dice que a nivel de la interpretación el analista es libre, libre de intervenir cuantas veces quiera en cuanto a calidad, cantidad, si le da forma de pregunta, de cita, de enigma o si realiza una interpretación mas de tipo simbólica. La interpretación es algo que por un momento se vale de las grietas que hay en el muro del lenguaje, aprovecha las grietas, los equívocos. Lacan dice que a nivel de la interpretación “es el único dueño del barco”, el analista decide la cantidad de intervenciones. Esta libertad no significa que pueda controlar todos los efectos, siempre va a ser apres coup, si generó efectos o no. ¿Cuál es el lugar de la interpretación? La interpretación debe producir un ste nuevo, en oposición a la idea de que haya código fijo, va contra la idea de código fijo. La interpretación intenta recuperar el ste elidido, el ste reprimido.

La formula interpretativa de los años 50: A esta altura hay una prevalencia de lo simbólico

1. Puntuación2. Corte de sesión3. Desciframiento4. Alusión

Lacan habla “del dedo levantado de san Juan de Leonardo” para referir metafóricamente a esta formula interpretativa, es la interpretación que designa, que muestra sin nombrar, que consiste en hacer escuchar al analizante, sin hacerlo pasar por el dicho. Esta idea de señalar, de mostrar sin hacerlo pasar por el dicho, es un llamado al silenciamiento de los analistas pos freudianos, no apunta ni al S1 ni al S2, apunta al intervalo entre los stes. Una cosa es una formula interpretativa silenciosa, que está en la orientación de diga mas, quiero escuchar mas de usted, que el analista mudo. El analista mudo, puede activar el fantasma habitual de muchos sujetos de “el otro me rechaza”. Otra cosa es cuando ya se está en análisis, el silencio funciona con el imperativo de “a ver algo mas”.

Puntuación: Hay algo del “tu lo has dicho”, tiene que ver con puntuar el discurso del sujeto, retroactivamente da otra significación. Corte de sesión: El análisis va en contra del goce fantasmatico, se trata de recortar al sujeto de ese goce, con la función de corte, se trata de recortar goce. El corte de sesión debe operar como recorte del objeto, el corte que alivie al sujeto de su relación con el goce.

Desciframiento: Es la interpretación metafórica, freudiana, es tocar un ste que permita aparecer el ste reprimido, el ste que estaba bajo la barra. A lo largo de una cura, el paciente repite determinados stes determinados por su fantasma, la sincronía de la combinatoria entre stes, va a producir que al introducir este ste que viene del Otro, hace posible la traducción. Intenta recuperar el ste elidido, el ste reprimido.

Alusión: Interpretación que designa, que muestra sin nombrar, consiste en hacer escuchar al analizante sin hacerlo pasar por el dicho.

A la altura de los años 60: A esta altura pone el mismo grado de importancia a lo I, S, R: Aparece de alguna manera reformulable el inc. Estructurado como un lenguaje, diciendo que el inc. Está y desaparece, que el inc. Se hurta, que está en el intervalo entre S1 y S2. (El inc. Vursatil). Ya no es la idea de que el inc. Está en las palabras, sino que se aloja en los intervalos. La interpretación a esta altura apuntaría a ir contra la significación. Apunta al sin sentido, va contra el sentido, (altura del seminario 11).

En el seminario 11 aparecen 2 formulas interpretativas:

1. La cita2. El enigma

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Estas dos formulas no reemplazan a las anteriores, lacan sostuvo el corte, la puntuación, la alusión, etc. A lo largo de todos los años, no es que viene una en lugar de la otra.

La cita: la define como extraer un enunciado del texto, que el sujeto se confronte de alguna manera con lo dicho, es parecida a la puntuación. Es extraer de todo el párrafo del analizante un recorte de determinada frase, que esta desalojada de esos stes que la acompañaban. Extraer cierto enunciado del texto del analizante, consiste de alguna manera en poner “comillas” a determinada frase, y hasta de alguna manera la saca de contexto en el que fue enunciada.

El enigma: Es un ste fuera de sentido, es un enunciado sin mensaje, lo que va a romper el enigma es cualquier respuesta que venga a traer el analizante respecto al enigma.

A la altura de los años 70: A esta altura de lo que se trata es del goce La interpretación va a apuntar a tocar el goce del inc.

(Referencia el atolondradicho, donde Lacan se va a ocupar de las intervenciones que apunten al final de análisis).

Lacan dice que la interpretación debe ser equivoca, la interpretación analítica no está hecha para ser entendida, no debe ser sugestiva, sino equivoca.

Cuando Lacan habla del equivoco, va a ubicar 3 tipos de equivoco:

1. Equivoco gramatical2. Equivoco semántica3. Equivoco homofonito

Si la interpretación pretendemos unilateralizarla del lado del analista, como su intervención, su acto, su dicho, su decir, entramos en un callejón sin salida. Es el analista que hace alusión, cita, enigma, revela. Si esto es asi, es porque quien hace eso mejor que el analista, es el inc. Mismo. “El Inc. interpreta y el analista, si intepreta, interpreta a continuación suyo”

La dirección de la interpretación apunta a la secuencia de stes articulados. Con la interpretación se trata de acceder a esa secuencia ste donde la pulsión juega su destino. Las interpretaciones que efectuamos los analistas, solo serán interpretaciones si producen ese efecto.

Política del ser: Es otro de los niveles de la acción analítica que ubica Lacan. La política del ser, (la falta en ser), que mas tarde llamará “la política del acto”. El ser se refiere al verbo, a la acción, al actuar, cómo el ste entra en el ser hablante. El analista puede ubicarse desde cierto lugar, en un cierto lugar, en una posición de modo que haga alivio en el síntoma.

En la política es donde el analista menos libertad tiene, la política se refiere a tener en la mira el horizonte de la cura, si se tiene claro a donde apunta el análisis, hacia donde apunta el tratamiento, se puede disponer de las intervenciones libremente. La libertad es total a condición de que se sepa hacia donde apunta la dirección de la cura, la política tiene que ver con la brújula de esa cura.

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La política tiene que ver con ese sujeto que deviene hacia final de análisis. El analista ha devenido analista en tanto ha atravesado el mismo por el análisis y ha arrivado a su fin de análisis.

El analista, que desde su deseo de analista, desde su dote de ignorancia, desde un saber en tanto que es enseñado y se deja sorprender por la lógica del analizante y no tiene un juicio previo acerca de que será mejor. Se va construyendo a medida que se va trabajando el caso, son decisiones que va tomando el analista sin que medie una idea previa.

Hay 4 discursos desde la perspectiva del psicoanálisis, son 4 variantes, 4 modalidades de lazo social de los cuerpos hablantes:

1. El discurso del Amo2. El discurso Universitario3. El discurso Histérico4. El discurso Analítico

El discurso del Amo: existen los Amos y los Otros, que implican al esclavo, la mujer y el hijo. El Amo tiene que saber mandar, dar órdenes, esto producía la ordenación respecto a lo que ocurría a nivel del otro. El Amo se identifica al S1, a la orden. El otro, (el esclavo), debe saber ejecutar, debe saber hacer lo que el Amo debe saber ordenar.

Discurso Universitario: Surge en el siglo XIII, alguien cree poder hablar desde una posición de saber, tiene que encarnar ese semblante, esa posición de saber para dirigirse a quines vienen a aproximarse al saber en la universidad.

Discurso Histérico: Discurso de un sujeto dividido, partido. El histérico en relación a las órdenes, es alguien que se ubica en una posición intermedia, no obedecerlas, ni identificarse totalmente con ellas, la histeria cuestiona la orden.

Discurso Analítico: favorece una interrogación del discurso del paciente. El discurso analítico funciona si es un discurso entre otros, si el sujeto puede entrar y salir por ejemplo del discurso histérico.

En este discurso el síntoma es el que habla, el que interpela al otro.

Hasta se podría pensar que el lazo social analítico es algo que implica un ida y vuelta respecto del discurso histérico.

La dirección de la cura: cap1 apartado 2: El psicoanalista dirige la cura. El 1º principio de esta cura es que no debe dirigir al paciente. La dirección de la conciencia, en el sentido de guía moral queda excluida. La dirección de la cura consiste en 1º lugar en aplicar la regla analítica. Inicialmente la regla analítica está planteada bajo la forma de consignas que servirán de vehículo.

Cap 5 apartado 18: ¿A dónde va la dirección de la cura?:

1. La palabra tiene en la cura todos los poderes.2. Estamos bien lejos, por la regla fundamental de dirigir al sujeto hacia la palabra plena, ni hacia el discurso

coherente, pero lo dejamos libre de intentarlo.3. Esa libertad es lo que mas le cuesta tolerar.

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4. La demanda es la que se pone entre paréntesis en el análisis, está excluido que el analista satisfaga ninguna de ellas.

5. No se pone ningún obstáculo a la confesión del deseo, es hacia eso donde el sujeto es dirigido, incluso canalizado.

6. La resistencia consiste en la incompatibilidad del deseo con la palabra.

Cap 2 apartado 8: Una dirección de la cura se ordena según un proceso que va de la Rectificación de las relaciones del sujeto con lo real, hasta el desarrollo de la transferencia y luego a la interpretación. ¿Es por invertir este orden que hemos perdido el horizonte? (Lacan se refiere a la dirección de la cura que Freud realizó con el hombre de las ratas y también puede referirse a como abordan la cura los pos Freudianos).

De la manera en que el analista dirija la cura dependerá que se trate de un psicoanálisis o no. La experiencia Freudiana parte de suponer un saber al analizante. La dirección del proceso analítico apunta a una falta, no al yo del sujeto. Son bien distintos los planos del yo y el plano de la división subjetiva.

El psicoanalista no se dirige al plano del yo, sino al subjetivo, esto implica producir una inversión de lo imaginario sobre lo simbólico, al predominio de lo simbólico sobre lo imaginario. Lo imaginario con el discurso común, la dimensión del plano del yo, la relación a a’. El paciente va a dirigir la demanda al analista y muchas veces va a exigir la respuesta a esa demanda. Ese lugar vacío que debe ocupar el analista es porque no hay la respuesta a esa demanda. Lo que frustra, es el lenguaje mismo, la respuesta que el analista no da es porque no hay la respuesta, porque hay falta en el origen mismo de la constitución del sujeto. Responder sería caer en el engaño, sería hacerle creer al sujeto que es posible encontrar ese objeto perdido. El error es ir al lugar donde el analista es demandado, responder a la demanda es caer en la trampa neurótica. En el seminario 10 Lacan dice: “todas las trampas en que ha caído la dialéctica analítica, se deben al hecho de que se ha desconocido la profunda parte de falsedad que hay en la demanda del neurótico. La existencia de la angustia está ligada a la circunstancia de que toda demanda siempre tiene algo engañoso. La angustia surge del colmamiento total de cierto vacío a preservar… los pos Freudianos cayeron en esa trampa”. Cuando alguien quiere algo poco tiene que ver con lo que efectivamente desea y a veces es su opuesto. El sujeto mismo debe encontrar la respuesta. No tiene sentido responder a la demanda porque es siempre demanda de otra cosa.

Cap 4, apartado 7: El analista es el hombre a quien se habla libremente. Está ahí para eso, el sujeto invitado a hablar en el análisis, no muestra en lo que dice una gran libertad.

Es mas allá del discurso donde se acomoda nuestra acción de escuchar, tomo en ello el camino de oír y no de auscultar (termino médico, escuchar sonidos y ruidos internos del organismo para realizar un diagnostico). Lo que escucho es de entendimiento, el entendimiento no me obliga a comprender.

A lo que oigo sin duda, no tengo nada que replicar, si no comprendo nada de ello o si comprendiendo algo, estoy seguro de equivocarme. Me callo. Todo el mundo está de acuerdo en que frustro al hablante y también a mi mismo. Si lo frustro, es que me pide algo, que le responda. Pero él sabe bien que no serían más que palabras. Me pide, por el hecho de que habla, su demanda es intransitiva, no supone ningún objeto. Por supuesto que su petición se despliega en el campo de una demanda implícita, aquella por la cual esta ahí: la de curarlo, revelarlo a si mismo, hacerle conocer el psicoa, hacerlo calificar como analista. Pero esa demanda puede esperar. Su demanda presente no tiene nada que ver con eso, incluso no es la suya, porque después de todo soy yo quien le ha ofrecido hablar: con oferta, he creado demanda.

Momentos en la cura de Frieda que Lacan ubica en el seminario 10. ¿Por qué son intervenciones eficaces para Little y por qué para Lacan?: Lacan ubica en el seminario 10, dos momentos, dos intervenciones, que efectúa la analista, donde algo decisivo se moviliza en la relación transferencial que esta en juego, donde hubo una ruptura en la línea de sentido con la que Little y su paciente venían trabajando.

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1º momento: Lacan lo ubica cuando, ante la insistencia de la paciente en relatar discusiones que ha tenido con su madre, por cuestiones de dinero, la analista interviene diciendo: “Escuche, termine con eso, porque literalmente no puedo seguir escuchando, hace que me duerma”.

2º momento: Cuando la paciente insiste de forma agresiva en relatar sus opiniones, comentarios y consejos con respecto a la decoración del consultorio. A lo que Little interviene diciendo: “Oiga, me da exactamente igual lo que usted pueda pensar al respecto”.

Estas intervenciones son ligadas a una intervención posterior realizada por Little, cuando Frieda llega conmovida por la muerte de una amiga de sus padres, a la que no veía desde hace mucho tiempo. La analista le confiesa que ya no entiende nada, que verla así le da pena, sentía pena con ella y por ella.

Para Little estas son intervenciones eficaces porque muestran lo vivo del sentimiento del analista, esta implicación (sentía pena por ella), es lo que configura la “respuesta total”, es el elemento clave. La confesión de parte del analista de los sentimiento realmente mostrados o expresados, nombra un compromiso y una implicación del analista, necesarios para el éxito del análisis. Para Little el haber expresado sus sentimientos con respecto a la muerte de ilse y el haberlos ligado con los sentimientos expresados en las dos intervenciones anteriores, habían logrado por primera vez que la paciente ubique a la analista como una persona real y muy diferente a su madre, ya que anterior a esto, cada intervención era escuchada por Frieda por vía materna, lo cual significaba “eres una persona horrible”.

Para Lacan si “la interpretación” da en el blanco, no es como sentimiento positivo, sino que es porque introduce, por una vía involuntaria la función del corte. El corte es para Lacan “el modo mas eficaz de la intervención y de la interpretación analítica”.

Estas intervenciones son eficaces a partir de los efectos que producen en la cura, para Frieda lo que se pone de manifiesto es que “había una persona para quien ella podía ser una falta”. Con la función del corte se introduce el lugar de la falta, lugar de la castración simbólica, que permitiría acceder al saber de que hay algo perdido, el objeto eternamente faltante, un hueco, un vacío, el objeto a.

El objeto a aparece allí donde surge la angustia, “la intervención le había hecho percibir a la paciente que había en la analista lo que se llama angustia, algo que designa en el análisis el lugar de la falta”. Esto abre una dimensión que permite a Frieda captarse como una falta, mientras que no pudo hacerlo durante toda su relación con sus padres.

Lacan destaca en estas intervenciones los efectos de función de corte y señala la introducción de un punto de falta del lado del analista, que hace posible prestarse a la encarnación del fantasma fundamental del analizante, representando el ste que falta en el Otro. Este sería un modo de interpretación analítica.

Las intervenciones de Little venían siendo escuchadas por la paciente por vía materna, lo cual significaba “eres una persona horrible” aquí la analista había sido ubicada en lugar materno y desde allí las interpretaciones van a ser recibidas por la paciente como provenientes de la persona que la transferencia supone que es. Little logra correrse de ese lugar mediante una serie de intervenciones donde se puede señalar un punto de falta del lado del analista, estas intervenciones producen efectos de función de corte y hace posible su caída del lugar del Otro completo. El analista debe reconocer ese lugar que ocupa para el analizante y evitar intervenir responder desde ese lugar.

Crítica de Lacan al pos freudiano: La crítica principal es en relación al uso que estos le dieron a la contratransferencia introduciendo los sentimientos del analista y orientando las interpretaciones desde ellos, lo cual reduce la posición del analista a una posición dual, de persona a persona, situada en el registro imaginario. Lo grave seria que el analista crea que su obligación como analista sea buscar las razones de la actitudes de los pacientes en lo que contratransferencial// sienten con respecto a sus pacientes.

Bajo el nombre del psicoanálisis, muchos se dedican a una reeducación emocional del paciente, esto ocurre cuando la interpretación es unilateral, del lado del analista, obedeciendo a un discurso Amo que responde a

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un deseo único “el deseo de curar” que conduce sus intervenciones. El inc. Es el que interpreta, y el analista si interpreta, interpreta a continuación suyo. “Lo que importa no es tanto lo que el analista dice o hace, como lo que es “.

Lo que plantea Lacan con respecto a la posición del analista corresponde al desdoblamiento que sufre su persona, entre la persona del analista y el A del paciente. Que el analista pueda hacer valer la regla de abstinencia de su propio pensar subjetivo, es lo que posibilita que pueda jugar el papel del muerto como en el juego del bridge, la abstinencia no es un refugio en la pasividad, porque la escucha que se ofrece, es una escucha activa, pronta a producir el acto analítico.

En la dirección de la cura se trata de que el analista se comprometa a conducir a su analizante siguiendo el rumbo que marca la dimensión del deseo.

El caso de kris “Los sesos frescos”

Kris se atribuye el merito de retomar el caso de Melitta Schmideberg, según una interpretación mas metódica, la cual procede de la superficie a la profundidad, según kris. Para Kris la dirección de la cura apunta a:

1º ubicar las actitudes del paciente (patterns de conducta)

2º sitúa estas actitudes en relación al pasado actual (recuerdos).

3º va a buscar las identificaciones (sueño con el padre).

Kris llamó a esta secuencia interpretar de la superficie a la profundidad. La táctica que utiliza es estandarizada y consiste en interpretar de la superficie a la profundidad.

En cuanto a la estrategia, (transferencia), la psicología del yo toma a las conductas típicas del paciente entendidas como puras actividades defensivas del yo, como el lugar donde el analista puede establecer una alianza, esta seria una zona de cooperación entre analista y paciente.

En cuanto a la política, la interpretación de Kris de que el paciente “no es plagiario” se refiere a una política donde Kris no se deja sorprender por la lógica del analizante. Excluye el deseo del sujeto, dirigiéndolo.

La dificultad se plantea en que el paciente quiere hacer una publicación científica, pero se ve frenado porque dice que hay otro trabajo, de otro colega, que tiene la misma coincidencia de ideas, el se ve plagiando a otros colegas y no puede publicar su trabajo.

Kris toma el trabajo del colega de su paciente y lo compara con el de este, llegando a la conclusión de que no son trabajos coincidentes “Usted no está plagiando, puede publicar tranquilamente porque no hay plagio alguno en lo que ha escrito”. Según Kris, sus intervenciones fueron aceptadas por el paciente. Habiéndose asegurado que su paciente no es plagiario, cuando cree serlo, pretende demostrarle que quiere serlo para impedirse a si mismo serlo de veras, esto es lo que llaman analizar la defensa antes de la pulsión, que aquí se manifiesta en la atracción hacia las ideas de otros. Esta intervención puede presumirse errónea por el solo hecho de que supone que defensa y pulsión son concéntricos, y están moldeados la una sobre la otra.

El paciente, soñando un instante le replica que desde hace algún tiempo, al salir de la sesión, ronda por una calle que abunda en restaurant atractivos, para atisbar en los menús el anuncio de su plato favorito: “sesos frescos”.

Para Kris esta acción del paciente tiene que ver con lo acertado de sus intervenciones.

La intervención de Kris en la realidad y en los hechos, es el punto donde va a volcar toda su crítica Lacan.

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Lacan toma este caso para dar el ejemplo de una interpretación que en vez de operar a partir de lo que dice el paciente, de considerar que la verdad del sujeto esta mas allá de lo que el dice. El analista Kris, va a ver en la realidad si es V o F va a confirmar que es lo que le está diciendo. Este paciente produce una respuesta que tiene el valor de corregir al analista, vemos la puesta en acto de una escena, la mostración, lo que llamamos el acting out que esta considerado por Lacan como una forma de decirle al analista erró en el blanco.

El analista realizó una interpretación en términos de la realidad, la realidad en el sentido de borrar el deseo del sujeto. Si se le hubiera dado lugar al deseo, el deseo es la interpretación, y la interpretación con Lacan hubiera consistido en escuchar que este paciente se quejaba de robar nada.

El paciente robaba o sacaba sus objetos del campo del Otro, (dulces, libros, peces, ideas, sesos…), Lacan dice “Nada”, se trata de ese objeto intercambiable, de la apropiación de ese objeto que figura en ese Otro con el que está dialogando sobre el fondo de una escena de goce.

Es un hombre que en verdad quiere nada.

La confesión del paciente parece tener el valor correctivo del acting out, se trata de un síntoma transitorio que advierte al analista que erró en el blanco. No es que su paciente no robe lo que importa aquí. Es que no, quitemos el “no”, “es que roba nada”. No es una defensa contra la idea de robar, lo que le hace creer que roba. Es que pueda tener una idea propia de lo que no tiene ni la menor idea. La dirección de la cura en Kris, apunta a corroborar en la realidad si lo que dice el paciente ocurre realmente.

El acting out es correctivo de la posición del analista, la posición de analista que critica Lacan es la de cotejar la realidad de las cosas que el paciente “no era plagiario”.

Entonces la interpretación siguiendo a Lacan hubiera consistido en escuchar que el paciente se quejaba de robar nada, la nada era objeto de su preocupación.

El acting out, es una entidad clínica que sirve para mostrar cómo se advierte en los análisis que hay algo que no funciona, por eso tiene valor correctivo. El paciente, en transferencia sostiene que el plagia, se queja de eso, y el analista, en lugar de aludir en su interpretación a lo que puede causar ese deseo, intenta reducirlo afirmando que es una fantasía, que ese es un fantasma arcaico y que debe ser reconducido por las conductas actuales. Sólo el analista (Kris), está en condiciones objetivas, en tanto poseedor de un yo fuerte y sano, provisto con criterio de realidad adecuada de decidir si allí hay o no plagio.

Lo que para Kris es un éxito de la psicología del yo, para Lacan es la producción, en análisis, de un acting out. Se trata de una emergencia pulsional, pero que se produce fuera del análisis, justo después de terminar la sesión.

Un acting es cierto tipo de acción inmotivada para el analizante, quien no puede dar cuenta de eso, porque es una acción que no obedece a los patterns de conducta (actitudes del paciente), establecidas por la demanda del Otro.

Si se le preguntara al paciente de Kris porqué lo hace, no podría explicarlo. El sólo dice: “Todos los días al medio día, al salir de sesión, voy a la calle x a mirar los menús donde encuentro mi plato favorito: “sesos frescos”. Ni siquiera dice que come, sino que va allí a mirar los menús. Es además una acción repetida: lo hace cada vez que sale de sesión. Además esa acción es relatada al analista.

En casi todos los casos de acting out encontramos esas coordenadas:

1. Una acción inmotivada, enmarcada en cierta escenificación.2. Relatada como situación repetida, que se comete antes o después de sesión.

El acting es una acción dirigida al analista, le es relatada. Si se produce el acting out, es porque el fantasma en su función de sostén neurótico del deseo a fracasado.

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El espacio del deseo, que es sostenido en la neurosis por el fantasma, ha sido colapsado por la reducción de la transferencia a un uso sugestivo de la demanda. El fantasma no ha bastado para evitar el colapso. El acting es esa acción por la que el sujeto restaura el intervalo cuando el fantasma ha fracasado en esa función y también tiene que haber caído el acto del analista.

La ética del análisis implica que sea el analista quien sostenga el espacio del deseo en la medida en que el fantasma vacila o es atravesado. Cuando el analista cae de su lugar es cuando el acting se produce.

El acting out aísla un objeto, un objeto que no es tan importante por lo que tiene de ste ni lo que tiene de imaginario, como por lo que tiene de real. Este objeto es aislado. Sólo el análisis mal conducido lo vuelve usual en este caso. El acting aísla un objeto, lo aísla para indicar que hay otro objeto que es el que está en juego en la Transf... Lo que el acting out aísla es el objeto a, ese objeto del que, por el fantasma, el sujeto no aparece separado. El análisis va en contra del goce fantasmatico, en la medida en que se trata de recortar al sujeto de ese objeto, de separarlo. En la medida en que el sujeto lo acepte, como realmente está, como objeto perdido, ese objeto, esa perdida, bastará para causar el deseo.

Lacan denomina al acting out como “la acción del hombre” (en direcc/ de la cura) Lacan habla del acting out en su valor de Hint, de pequeño indicio, de señal dirigida al analista, que puede tener un valor correctivo para el analista, como señal de que hay algo que no esta escuchando, que esta operando demasiado por el lado de la sugestión, produciendo un efecto de asfixia del deseo, esta confundiendo la transferencia con la sugestión. Está usando el poder que le da la Transf. en el sentido de la sugestión y por lo tanto esta dilapidando ese poder. El acting out tiene ese valor correctivo q se encuentra en el ejemplo del caso de Kris.

El acting out no solo debe pensarse desde la consideración de su valor correctivo. Es también algo que tiene que ver con el deseo y con el acto, expresa algo relativo al deseo y participa de la dimensión del acto. A pesar de tener otra estructura, también podría decirse esto mismo del pasaje al acto, es ante todo, acto, el suicidio por ejemplo, es un acto.

El sujeto responsable del acto no es tanto el que lo comete (siempre hay algo del “yo no sabia” antes del acto), como el sujeto que resulta de ese acto.

El sujeto, en el acto, atraviesa su fantasma que le dice cómo hay que portarse, cómo hay que estar bien vestido, cómo hay que disfrutar de las cosas.

En el seminario de “La lógica del fantasma” Lacan define por 1º vez el acto, establece 3 puntos en su definición:

1. El acto es un ste2. El acto es un ste que se repite3. Como efecto del acto el sujeto queda marcado por una denegación, un desconocimiento.

En el instante en que se comete un acto, las referencias del saber cambian y sobre todo en lo que tienen de fantasmaticas.

El acto opera por una suspensión de la relación del ste S1 en juego, del ste que se repite, con los otros stes.

¿Cuándo se produce ese estado de certidumbre? Se produce cuando salimos del registro engañoso de lo simbólico.

Hay varias formas clínicas de entrar en contacto con ese ste autorreferente:

1. El fenómeno elemental en la psicosis, acompañado del estado de certeza.2. La angustia, donde emerge algo que no engaña.3. El acto, ste que vuelve sobre sí que no remite a otra cosa. El acto arranca de la angustia su certidumbre.

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Lacan en el seminario 10, para trabajar esta modalidad del acto, hace un cuadro tomando: la inhibición, el síntoma y la angustia.

I, S y A son dificultades en torno a la realización del deseo.

En cuanto a la realización del deseo:

Hay dificultad: inhibición

+ dificultad: síntoma

++ dificultad: angustia

INHIBIC – IMPED – EMBARZ

EMOC SINT P. ACTO

EMOI ACTING

Lacan coloca al lado de la inhibición el impedimento que quiere decir estar en relación a la trampa, es de alguna manera caer en la trampa, la trampa fundamental del deseo es el narcisismo. Impide la realización del deseo por la imagen de si. (“quería invitarla a salir, pero iba a quedar como un pelotudo”). Caer en la trampa, impidió la realización el acercamiento al objeto de deseo.

Hay que estar un poco mas allá del narcisismo para acercarse al objeto del deseo, está en estado de impedimento frente al deseo, por el resguardo de la imagen de si, por el cuidado extremo al narcisismo (por no quedar como el pelotudo de América). “Esto es sostenido por ciertos ideales y estupideces que nos atraviesan en la vida cotidiana”.

¿Dónde va a parar el deseo cuando el sujeto queda en estado de impedimento? El deseo cae bajo represión.

Pasamos al Embarazo, la situación embarazosa, el bochorno, por ejemplo fue mas allá de la imagen de sí, atravesó el impedimento pero al precio de que “se puso violeta”, pagando el precio del narcisismo, de alguna manera se está embarazado cuando se esta debajo de la barra. Hacia el camino de la realización del deseo podemos ir mas allá de la imagen de sí, no caemos en la trampa de la inhibición, no caemos en la trampa del impedimento, pero si caemos en la trampa de la división subjetiva. Pagué con el precio de la división pero me pude acercar un poco a la realización del deseo. La dificultad de lazo social actual tiene que ver en no caer debajo de la barra “que no se note que lo necesito”, “que no se llegue a percibir que me importa”. Caer a causa del deseo es un momento de vergüenza, lo que importa rescatar de la vergüenza es que se fue mas allá de la imagen de sí.

Diferencias del acting out y pasaje al acto como modalidades del acto:

Acting out: es montar la escena, el espectáculo, una característica es el no registro. Es una mostración para que haya tal mostración tiene que haber una direccionalidad tiene que estar la mirada del Otro, hacia donde dirigir esa mostración. El acting out siempre es en transferencia, por eso ubicamos siempre la presencia de otro, también hay Transf. por fuera del dispositivo analítico. El acting out no hay que entenderlo como fuera del análisis porque de alguna manera tampoco hay un fuera del análisis cuando se esta en análisis.

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El acting es fuera de las esferas del recuerdo, fuera de la esfera de lo que se dice.

Hay que pensarlo como lo pulsional que se impone sin pasar por el decir. Se puede pensar el acting como una manifestación salvaje del inc. Del acting el sujeto no se queja. No hay una pregunta por su sentido. No hay una implicación del sujeto con el acting, pasa a ser una implicación cuando le da estatuto de síntoma. Si bien esta en juego la verdad, tanto en el síntoma como en el acting, lo que los diferencia es el lugar en el cual esta el sujeto, en el síntoma y en el acting.

El síntoma tiene estructura de metáfora y el acting no.

El acting out es lo que Freud llamaba Agieren que aparece en Freud cuando el sujeto actúa en lugar de recordar. Aparece el agieren en el caso Dora cuando freud hace referencia a la huida de Dora del tratamiento dice: “Actúo conmigo lo que debería haber hecho con el padre”, “actúo lo que debería haber hecho con el Sr. k” donde Dora actúo en lugar de recordar, lo paso por el acto sin saber. También aparece el agieren en el caso de la joven homosexual, Freud subraya y advierte la demasiada publicidad de la joven homosexual como tenía esta gran mostración al Otro. Lacan encuentra que esta joven se topa con el padre a quien le estaba dirigiendo esta mostración y dice la joven: “Mi padre me arrojó una mirada colérica y dio vuelta la cara” esto la precipita a ella a las vías del tren: pasaje al acto: ella se dejo caer, no hay un para quien, es una mostración para nadie.

En recuerdo, repetición y elaboración, Freud teoriza mas el agieren diciendo que: No todo puede pasar por los dichos, por el ste. Dice que hay un límite al imperativo del decir. Hay algo del actuar de la estructura misma del sujeto, porque hay un límite a la memoria un límite al imperativo de decirlo todo porque hay un límite al recuerdo por estructura. Entonces también aparece el acting como limite propio de la estructura, la única posibilidad para el sujeto no es el recuerdo, también esta el actuar. Todo no puede decirse.

Para los psicoanalistas del yo hay tres técnicas para el tratamiento del acting:

1. La prohibición2. La interpretación. Limitada a pacientes que poseen egos bien integrados.3. Fortalecer el yo.

Lacan dice al respecto de estas técnicas: Prohibir el acting, en los análisis se prohíbe demasiado, como seria prohibir el acting? Interpretarlo, no se puede interpretar porque no hay una pregunta de parte del sujeto acerca de ese acting. Para ser interpretado se necesita la transferencia, la introducción del Otro. Y fortalecer al yo no es algo que lacan comparta.

El acting esta hecho para ser interpretado y por lo tanto interpretarlo lleva al analista a caer en la obviedad.

Ese objeto extraño que aísla el acting es la verdad que se dice sobre lo reprimido profundamente, lo primordial de lo reprimido, y cuando emerge algo de eso emerge con una inmensa angustia o de una manera que comporta extrañeza para el sujeto, que no se reconoce en esa verdad revelada. En el acting lo que se dice es verdad pero no sujeto.

La intervención del analista no debe remitir a lo obvio, a interpretaciones ya sabidas, ni a interpretaciones que se hicieron previamente, ni a interpretaciones que remiten a un código conocido por todo el mundo. El analista debe buscar con la interpretación un efecto de sorpresa, de confrontación, porque la sorpresa es el efecto que produce sobre el sujeto la revelación de lo inc.

¿Qué puede hacer un analista ante una situación de acting? Tener en cuenta ese resto, que es bien real, resto que nos lleva a preguntarnos qué hacen allí los sesos frescos, que tienen que ver. El analista ubicándose en su posición de analista, para lo cual debe abandonar esa otra posición que es la del que insiste en la demanda, la del que sugiere, la del que le recrimina al analizante que no se da cuenta de que lo que dice no es mas que resistencia, etc. Desde su lugar de analista con una verdadera interpretación, la que va del decir del paciente al decir del paciente que la verifica, puede conducir al sujeto por la vía del análisis,

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que es una vía de subjetivación de un lazo de separación con el objeto. Solo sobre la base de la aceptación de que está perdido podemos armarlo auténticamente.

Si hay algo que falta en el acting es el motivo, la motivación está ausente del acting, conviene preguntar cuál es el motor del acting, cuál es la causa del acting.

Ni Freud ni Lacan hablan de motivación, porque el psicoanálisis no es una psicología, sino una ciencia de la causa. Freud define el psicoanálisis como una terapia causal. El objeto del psicoanálisis para Lacan es el objeto a, es decir el objeto que escapa a toda motivación determinable por los test psicológicos.

¿Por qué Lacan dice que el acting puede tener valor correctivo? Porque aísla el objeto que debiera ser aislado en el análisis cuando esto no ocurre.

(Ejemplo del caso de Ruth Lebovici: en el momento en que la analista se propone como madre falica, el paciente sale de sesión y va como a constatar la castración, (baño del cine), ese análisis va en el sentido del goce, y el acting en el sentido del deseo, el acting de este paciente: ir a baños del cine espiar x un agujero a las mujeres mientras hacen pis y el se masturba. Este acting es la manifestación de una perversión, transitoria, pero perversión. Aquí hay que tomar la perversión no tanto por lado del goce (la perversión tiene que ver con el goce), sino por el lado de lo que en la perversión es, para el sujeto, protesta. El sujeto resiste las interpretaciones de su analista, no las quiere, le resultan insoportables.

Lacan dice que el acting out es como una suerte de brusca explosión que abre el espacio al deseo. En ese momento del análisis el acting es lo único que vuelve tolerable el encuentro con la analista que ya era insoportable porque iba exactamente en el sentido del goce, vale decir de un achatamiento del espacio del deseo. El acting out es llamado a la presencia del analista, cuando esta presencia se ha desvanecido.

Este hecho o relato no entra en una secuencia asociativa, no produce asociaciones significantes, se presenta con carácter de acción, en una escena visual que tiende a una mostración desafiante, provocativa que aparece con toda la fuerza del signo. El acting out no es del orden del significante sino del orden del signo. Significante: representa a un sujeto para otro significante Signo: representa algo para alguien.

Muestra algo para alguien y es una escena dirigida hacia el Otro (A) con mayúscula. Pero un A (Otro) que desfallece en su función de soporte de la transferencia lugar y función sujeto supuesto saber.

Será como un pedido al Otro de que ocupe su lugar de interpretante, de semblante de a. De ahí que algo deba producir el analista para que en un segundo tiempo la acción realizada por fuera reaparezca en el relato para que el acting out retome su discurso. Maniobra que tenderá a sintomatizar, a volver a la estructura de la cadena significante volver a la transferencia para que después pueda devenir material de análisis y de interpretación.

Se tratará e intentará hacer pasar el acting out a la dimensión del síntoma, trama que nos muestra cuando un significante que no logra ser articulado a la dimensión simbólica es arrojado a lo real. Podemos decir que el acting tiene que volver a sintomatizarse, volver a la estructura de la cadena significante, volver a la transferencia para que después pueda devenir material de análisis y de interpretación. Para que el acting out retome el discurso, con un adecuado manejo de la dirección de la cura se produce una maniobra de inserción de ese eslabón que quedó fuera de la cadena para que se restablezca, es decir que se sintomatice. A diferencia del síntoma que es interpretable, el acting out no es interpretable porque se juega por fuera del registro de lo simbólico.

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Pasaje al acto: Es salirse de la escena, caerse de la escena. El sujeto queda ahí identificado a ese objeto de resto y se deja caer. El pasaje al acto hay que entenderlo como un no referido al Otro, hay que entenderlo como la separación del Otro verdaderamente lograda (x ejemplo el suicidio), El pasaje al acto es lo que no se quiere decir, lo que se rechaza decir pasa al acto, es rechazo de saber, se opone al trabajo analizante, se opone al trabajo del ste.

Este dejar caer, es el correlato esencial del pasaje al acto. El dejar caer es visto del lado del sujeto. El pasaje al acto está del lado del sujeto, en tanto que éste aparece borrado al máximo por la barra. El momento del pasaje al acto es el del mayor embarazo del sujeto, con el añadido comportamental de la emoción como desorden del movimiento. Es desde allí donde se encuentra, se precipita y bascula fuera de la escena. Esta es la estructura del pasaje al acto.

El sujeto se mueve en dirección a evadirse de la escena. Es lo que nos permite reconocer el pasaje al acto en su valor propio, y distinguirlo del acting.

Ejemplos: En el caso de la joven homosexual, la tentativa de suicidio es un pasaje al acto, mientras que toda la aventura con la dama de dudosa reputación es un acting out. La bofetada que da Dora al Sr. k es un pasaje al acto, todo su comportamiento paradójico con la pareja k es un acting out.

Se nos presenta también como una escena hecha o relatada, pero es una escena que consiste fundamentalmente en la ruptura de la escena. El ejemplo mas clásico es el suicidio.

El sujeto se identifica al objeto a, convirtiéndose en lo que a es en tanto resto o deshecho. En las distintas dimensiones teóricas que convergen para situar al objeto a, objeto causa de deseo, objeto deshecho, resto. Se presentifica el anudamiento del sujeto al objeto. El sujeto se identifica con ese objeto desecho, y se arroja de la escena. Salto al vacío. De una escena en lo real se pasa a un real sin escena.

En el pasaje al acto el Otro (A) esta ahí, esta demasiado presente en forma absoluta pero el sujeto no espera ya nada de el. Se ofrece al Otro (A) en esta posición de resto, de desecho. Se arroja en forma sacrificial sin ninguna esperanza ya de hacerse escuchar. El sujeto y el objeto caen así; podemos concluir que tanto en el acting out como en el pasaje al acto, la clínica nos muestra la relación entrañable de un sujeto con el objeto a. En el pasaje al acto el sujeto se identifica con el objeto a y la escena cesa. En ambos casos se trata de un significante forcluido, de un significante expulsado a lo real acting out y pasaje al acto cuestiones ambas que nos provocan a redoblar nuestra apuesta en la clínica en función y posición de analistas re-interrogando y cuestionando nuestra praxis y abriendo quizás nuevas perspectivas y modalidades diferentes de asistencia.

Los impasses de la identificación del sujeto: Lombardi

Decir que el sujeto es lo representado por un ste para otro ste, podría llevar a suponer que hay un ste que representa bien al sujeto, que habría una buena identificación del sujeto del inc. Una representación adecuada y esto no es así. Cualquier trazo unario que ustedes encuentren en un síntoma, es una manera de identificar al sujeto. Algunas son muy obvias (ejemplo del tartamudo en la fiesta).

El neurótico testimonia en el análisis que las identificaciones le caen mal, le producen malestar. Las identificaciones son el resultado de un mandato a gozar de cierto modo y en algún momento puede pasar que el sujeto no quiera eso, que quiera otra cosa, que quiera liberarse de ese ste que lo identifica. En la neurosis se trata de eso de que un sujeto padece de ideales, de stes amo que los molestan y quiere desembarazarse de eso. A nivel de los stes del goce.

Ningún sujeto se siente, durante mucho tiempo plenamente confortado por su identificación a un ideal. Llega un momento en que eso asfixia.

Logró eso por lo que tanto había luchado y resulta que ahora que lo tiene, ahora que es reconocido como tal, como psicólogo por ejemplo, eso no soluciona los problemas que tenía sino que a lo mejor le crea otros suplementarios. No sabe que hacer, pero ¿No sabe que hacer con qué? Allí surge toda la problemática del deseo, que se moviliza cuando el sujeto sale de la universidad-madre.

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