Adiós al último mito de la izquierda

de

Adiós al último mito de la izquierda

Fidel Castro

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Por Pedro Antonio Navarro

F idel Castro fallecía por causasnaturales el pasado 25 de no-viembre, a los 90 años de edad–los había cumplido en agosto-

. La noticia causaba un gran revuelo in-ternacional; se trataba de la desapariciónde un icono, un símbolo de carácter uni-versal, uno de los personajes más tras-cendentales del siglo XX –y también de loque llevamos de siglo XXI–, que persona-lizaba las ideas de independencia de to-da América Latina, el recuerdo de la Gue-rra Fría, y que concitaba pasiones, admi-ración, afectos y odios.

Más que un longevo mandatario cuba-no, se ha marchado una figura de influen-cia mundial que pasará a la historia –esaque, tal vez, lo absolverá–, y que le tienereservado un lugar destacado entre los más

influyentes y trascendentes en el pensa-miento colectivo y en el devenir de losacontecimientos que nos afectan a todos.

En Cuba, donde hacía ya años que noejercía el poder –pese a conservar una im-portante impronta–, el acontecimiento noha producido grandes sobresaltos ni se hapercibido nerviosismo en las reaccionesde la mayoría de la población ni de los es-tamentos oficiales. Más allá de una triste-za en la ciudadanía que se ha podido apre-ciar en todos los informativos de televi-sión que han cubierto ampliamente la no-

ticia in situ (en contraste con las escenasde alborozo y festejo entre el colectivo decubanos exiliados, sobre todo, en Miami),todo parece indicar que se trataba de unsuceso más o menos esperado –Fidel yaera un anciano con una salud frágil en losúltimos años–.

Tras el deceso, se programaban siete dí-as de ceremonias para honrar la figura delexpresidente, que culminaron el pasado 4de diciembre, día en el que tuvo lugar lainhumación de sus cenizas en el cemente-rio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba,960 kilómetros al este de La Habana.

La transición y la transmisión del poderya se habían producido hace años, por loque la muerte de Castro no deja ningúnvacío oficial ni genera incertidumbre poruna sucesión que ya había sido comple-tada. El tránsito hacia una nueva direcciónpolítica en la isla ya estaba planteado, de

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Impacto por el fallecimiento del líder de larevolución cubana

El mundodespide a Fidel CastroEl anuncio del deceso de Fidel Castro, el pasado 25 de noviembre, causaba unanotable conmoción a escala planetaria. La noticia ha ocupado durante días lasprimeras páginas de la prensa y la apertura de los informativos de televisiónde todo el Globo. El final de un símbolo abre vía a las especulaciones sobre elfuturo de Cuba, un país que se ha tomado con mucha calma el suceso, y que yahabía llevado a cabo el relevo en el poder hace tiempo. Ahora, la incertidumbreestá en la cercana -2018- y anunciada sucesión de Raúl Castro, y también en laactitud que tomará ante la isla el nuevo presidente de Estados Unidos, el másque polémico Donald Trump.

Trump amenaza condar marcha atrás en

los pasos dados haciaCuba por su

predecesor, Obama

POLÍTICAlos dossieres

La muerte de Fidel Castro se ha vivido con serenidad en una isla q

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hecho, hace tiempo, y el líder a sustituires el actual presidente, Raúl Castro, quehace un lustro anunció que dejará el car-go en 2018, después de haber sido reele-gido para un segundo mandato quinque-nal en febrero de 2013. Hasta ese mo-mento falta poco más de un año.

En 2008, en una medida sin preceden-tes,Raúl Castro limitó los cargos políticosen Cuba a un máximo de diez años y dosmandatos. Y esas limitaciones también in-cluían a la Presidencia, que él ostenta, yquetendrá que dejar, como máximo, en fe-brero de 2018.

A partir de ese momento quien o quie-nes asuman las riendas del país deberánafrontar varios retos difíciles, tanto en laeconomía, como en la línea política a se-guir. En primer lugar, tendrán que superarla sombra de los padres de la revolu-ción, que ya, por edad, van quedando ex-

cluidos de la toma de decisiones, aunqueseguirán simbólicamente presentes en laconciencia del pueblo cubano durantemucho tiempo todavía.

Estarán obligados, igualmente, acon-sensuar las discrepancias internas y ali-near a todos los grupos de interés –Parti-do Comunista, Fuerzas Armadas, movi-mientos sociales y populares, intelectua-les, sindicato- que disponen de mecanis-mos de poder. También, siguiendo la ho-ja de ruta, deben continuar y profundizarel camino de reformas emprendidoen los

últimos tiempossin menoscabar el ordenestablecidotras la victoria revolucionariade 1959, tratando de compaginar los avan-ces sociales conseguidos en estos años conun crecimiento económico que dé satis-facción a las demandas de la poblaciónen este sentido.

Y todo ello, en el marco de la difícil si-tuación exterior en la que deja al Gobier-no de La Habana el triunfo electoral deDonald Trump en Estados Unidos, que yaha amenazado con dar marcha atrás a lahistórica reanudación de las relaciones di-plomáticas entre ambos países y que, contoda probabilidad, frenará el progresivoproceso iniciado por Barack Obama dellevantamiento de las sanciones económi-cas que pesan sobre la isla desde 1961.

Nueva política económica. De todos mo-dos, la hoja de ruta de Raúl Castro ya in-cluía transformaciones de mayor calado.La legalización de las pymes le dará al sec-tor privado garantías legales ya que con-tarán por primera vez con personalidadjurídica, unido a la ya programada mayorautonomía de las empresas estatales, has-ta ahora sometidas por mecanismos de de-cisión y finanzas totalmente centralizadosen el Gobierno, que tenía la última pala-bra a la hora de concertar cualquier con-trato.

Cuba deberá soportar unos años de es-trechez financiera debido al pago de ladeuda externa, pero la negociación conel Club de París le abre una ventana parala obtención de créditos blandos y de in-versiones. A medio plazo, le ahorrará en-tre un 30 y un 50 por ciento en sus im-portaciones, al poder saltarse a las em-presas intermediarias que utiliza hoy.

Otro movimiento complejo que se es-pera a corto o medio plazo es la unifica-ción monetaria y sobre todo cambiaria. EnCuba existen dos monedas –el CUC y elCUP- y entre ellas hay cinco tasas de cam-bio legales, pero diferentes: desde el 1x1interempresarial, hasta el 1x24 que a ve-ces llegan a utilizar los ciudadanos. Estogenera enormes dificultades contables, fa-cilita la corrupción y provoca deforma-ciones económicas.

El problema monetario también reper-cute en la economía familiar. Los trabaja-

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La estabilidad delrégimen se pondrá a

prueba con la retiradade Raúl Castro en

2018

que ya percibía, pese a su influencia, al mandatario como un anciano enfermo y retirado de la primera línea desde hacía años.


dores estatales –más de tres millones depersonas- reciben sus salarios en CUP pe-ro deben comprar gran parte de sus ali-mentos, la ropa, el calzado y los produc-tos de limpieza en CUC, con lo cual su in-greso se reduce.

Bajo un severo bloqueo, cuyos efectosse vieron multiplicados por la desapari-ción de la Unión Soviética, la principalfuente de ingresos del país la constituyenlos cooperantes médicos, enfermeros, en-trenadores deportivos, profesores, arqui-tectos o ingenieros que trabajan en otrasnaciones, que producen 8.000 millonesde dólares, el 70 por ciento del total.

Pero la investigación y el I+D se estánconvirtiendo a pasos agigantados en otrorecurso económico de primer orden paraLa Habana. La biotecnología cubana seabre paso en el mundo, incluso en Esta-dos Unidos, entre otros avances, con unavacuna contra el cáncer y medicamentospara evitar amputaciones a los diabéticos.Laboratorios cubanos fabrican fertilizan-tes, insecticidas y medicamento animal encinco países de África.

Además, las recientes prospecciones pe-trolíferas pueden constituir una muy bue-na noticia para la economía cubana. Lostécnicos han descubierto grandes reservasque podrían proporcionar la independen-cia energética al país y ahorrar la mayorparte de las actuales importaciones.

Y, después de Raúl,¿quién? L a desaparición de Fidel Castro

no ha supuesto ningún terre-moto político en Cuba, ya queel relevo se había efectuado

mucho tiempo atrás, pero pone de mani-fiesto la realidad de que los protagonistasde la revolución de 1959 ya no están encondiciones de ser agentes políticos deprimer orden y que los supervivientes de-ben dejar paso a las nuevas generaciones.

Aquellos ‘barbudos’ de Sierra Maes-tra, que derrocaron a Batista, ya se venobligados biológicamente a ceder un po-

der que han ejercido durante los últimos57 años. Tras la cercana marcha de RaúlCastro, la persona o personas que final-mente ejerzan el poder a partir de ese mo-mento surgirán de la lucha que se libre, odel consenso entre las dos estructuras queactualmente representan el equilibrio delpoder en Cuba: el Partido Comunista, quemantiene las líneas políticas de la Revo-lución, y las Fuerzas Armadas Revolucio-narias (FAR), que controlan los sectoresclave de la economía y sus principales em-presas estatales.

En la quiniela sucesoria, por el mo-mento, el favorito es Miguel Díaz-Canel, elprimer vicepresidente de los Consejos deEstado y de Ministros de Cuba. Es inge-niero electrónico y profesor universitariode esta materia. En 2013 fue designadocomo sucesor de Raúl Castro, en su cali-

dad de primer vicepresidente de los Con-sejos de Estado y de Ministros. Exjefe pro-vincial del Partido Comunista en Villa Cla-ra y Holguín y exministro de EducaciónSuperior, nació el 20 abril 1960. Su nom-bramiento fue una clara señal de renova-ción generacionalen la cúpula del podercubano. Fue definido por el propio Raúlcomo “un paso definitorio en la configu-ración de la dirección futura del país”.

El actual primer vicepresidente cubanoes el principal rostro de un grupo de diri-gentes que no pertenecen a la generaciónhistórica de la Revolución –nacieron des-pués de 1959–y que han sido promovidosa destacados cargos políticos durante la úl-tima etapa. Representaría a la nueva gene-ración de líderes que ha crecido a la som-bra de las históricas figuras de la revolu-ción, de modo que mantendría una líneacontinuista, aunque con la intención deprofundizar en las reformas emprendidas.

En mayo de 2009, Raúl Castro lo nom-bró ministro de Educación Superior, cargoque ocupó durante tres años. En marzo de2012, fue elegido vicepresidente del Con-sejo de Ministros, responsable de Ciencia,Educación, Deporte y Cultura, comenzan-do una frenética actividad nacional e in-ternacional, muchas veces acompañandoo en representación de Raúl Castro.

Aunque aparece, sobre el papel, comoel mejor situado para la sucesión,su bajoperfil, tecnocrático, sin el carisma de loshermanos Castro, podría suponer un in-conveniente para su nombramiento comopresidente, en un momento en el que lacapacidad de ilusionar a la ciudadanía, enplena transición generacional, constitui-ría un factor decisivo.

Hombre poco dado a las apariciones pú-blicas en grandes eventos de masas, a me-diados de los 90, cuando era el primer se-cretario del Partido Comunista Cubano enVilla Clara, se presentaba de improviso enlos centros públicos y culturales de la po-blación para hablar directamente con laspersonas que se encontraban en esas ins-talaciones. Argumentaba entonces que eranecesario “escuchar a la gente y sensibi-lizarse con sus problemas”.

En aquella época era habitual verlo des-plazándose en bicicleta por las calles, ydesde su puesto de dirección local, incluso


La elección de Trump entorpece el nuevo escenario con Cuba.

Raúl Castro ha anunciado que se va en 2018.



los anticastristas reconocen que se dedi-có a impulsar la economía y la vida cul-tural de la zona. En aquellos años cono-ció su momento de esplendor ‘El Mejun-je’, un centro cultural “multifacético y an-tidogmático” de Santa Clara, que era muyfrecuentado por homosexuales en una épo-ca en que todavía existían grandes prejui-cios contra ellos. También se fomentaronen la provincia en ese tiempo festivales derock, música que aún no era bien vista po-líticamente en la isla.

Ahora que la figura de Díaz-Canel emer-ge como más que posible relevo, no fal-tan voces que recuerdan que en 2009,el vicepresidente Carlos Lage y el canci-ller Felipe Pérez Roque, parecían los me-jor situados para la sucesióny ambos fue-ron destituidos por Raúl Castro.

Otro miembro de la dirección que haentrado en las especulaciones sucesoriases José Ramón Machado Ventura. Médi-co e histórico dirigente, segundo secreta-rio del Partido y uno de los vicepresiden-tes de los Consejos de Estado y Ministros.Es conocido por suadscripción a la ‘líneadura’ y aparece con frecuencia en los me-dios locales. El principal hándicap al quese enfrenta es su edad. Nació el 26 de oc-tubre 1930, un año antes que el actualpresidente.

También ‘suena’Ramiro Valdés, coman-dante de la Revolución e integrante de laacción militar del 26 de julio de 1953,miembro del Buró Político y es vicepresi-dente de los Consejos de Estado y Minis-tros desde el 2009. Pero cuenta con la mis-ma desventaja que Machado: nació el 28de abril de 1932 y es un activo entre las his-tóricas figuras de la ‘vieja guardia’.

Junto a estos tres, otros nombres se ma-nejan para tomar el relevo de Raúl Castro.Bruno Rodríguez es una de las caras de larenovación. Miembro del Buró Político,es canciller desde 2009, por lo que parti-cipó activamente en el restablecimientode relaciones diplomáticas con EstadosUnidos, y también es uno de los princi-pales artífices del acercamiento a la UniónEuropea. Nació el 22 enero de 1958. Enlos años 90, fue nombrado director del pe-riódico ‘Juventud Rebelde’, y antes sirvióen Angola como oficial en las Fuerzas Ar-madas Revolucionarias.


Fidel Castro llegó a ser unreferente regional, no sólopara la izquierda, aunque susrelaciones con los otros paí-ses latinoamericanos atrave-saron diferentes fases y alti-bajos.

Tuvo problemas con mu-chos Gobiernos latinoameri-canos por el apoyo que pres-tó a grupos armados que bus-caban implantar la revoluciónen sus países y por su en-frentamiento con EstadosUnidos, que en la segundamitad del siglo XX tenía mu-cha mayor influencia y poderen la región que ahora.

Un detalle interesante: enCuba no hay estatuas nigrandes retratos suyos en lascalles.

Bajo su gobierno, más deun millón y medio de cubanosabandonaron la isla por razo-nes políticas y económicas, yse radicaron principalmenteen Miami (Estados Unidos),desde donde los más ferocesanticastristas organizaron oapoyaron conspiraciones yplanes de asesinato en sucontra, a veces en complici-

dad con la CIA.Con el cambio de milenio

y en una América Latina másdemocrática que nunca, sur-gieron gobiernos que se de-claran herederos de la Revo-lución cubana de 1959, comolos de Venezuela, Bolivia,Ecuador y Nicaragua, y otros‘amistosos’, como los de Ar-gentina, Brasil y Uruguay.

La profundización de la in-tegración latinoamericanapromovida por esos gobier-nos y plasmada en foros re-gionales como Unasur o Ce-lac, puso definitivamente aCuba en el mapa regional endetrimento de Estados Uni-dos. La VI Cumbre de lasAméricas, celebrada en Car-tagena (Colombia) en 2012,fue el espaldarazo definitivoa la reintegración de la islaa la comunidad iberoameri-cana. La cita hizo aguas porel plante de una mayoría depaí ses latinoamericanos, querechazaron que Cuba no hu-biera sido invitada por la ne-gativa de Estados Unidos yCanadá.

Tras el fracaso de la estra-

tegia desarrollada durantedécadas por Washington pa-ra aislar a La Habana, final-mente daba sus frutos el his-tórico acercamiento iniciadopor Raúl y el presidente Ba-rack Obama y anunciado almundo el 17 de diciembre de2014. Ambos países resta-blecieron lazos diplomáticosel 20 de julio de 2015, ce-rrando el último capítulo dela Guerra Fría en América.Obama justificó el drásticocambio de política hacia Cu-ba afirmando que los inten-tos de aislar a la isla habíanterminado por aislar a Esta-dos Unidos en el continente.Además, casi en el final desu mandato, el mandatarioestadounidense solicitaba alCongreso de su país que pu-siera fin al larguísimo em-bargo que aún hoy pesa so-bre Cuba.

Ahora, tras el ‘inesperado’triunfo del polémico DonaldTrump en las recientes elec-ciones presidenciales norte-americanas, este históricoavance se encuentra en seriopeligro.

Su influencia internacional Barack Obama viajaba a Cuba en una visita histórica que ponía fin al bloqueo, y que hoy vuelve a estar en peligro.


Esteban Lazo, economista y presidentede la Asamblea Nacional del Poder Po-pular -parlamento unicameral- desde fe-brero de 2013. Es, además, miembro delBuró Político y del Secretariado del Parti-do, donde está a cargo del departamentoIdeológico.

Vicepresidente del Consejo de Estado,nació el 26 de febrero de 1944.

Leopoldo Cintra, otro de los históricosdirigentes. Ministro de Defensa y generalde Cuerpo de Ejército. Nació en 1941 yes miembro del Buró Político y del Con-sejo de Estado.

Marino Murillo, ministro de Economíay el más joven de la ‘lista’, nacido en 1961.Es el coordinador de las reformas em-prendidas por el Gobierno de Raúl Castroque en los últimos siete años han abiertocontrolados espacios a la iniciativa priva-da y eliminado prohibiciones que duran-te décadas afectaron a los ciudadanos cu-banos. Es miembro del Buró Político y delConsejo de Estado. Hasta hace poco ejer-ció como Ministro de Economíay estáconsiderado el principal promotor de lasreformas macroeconómicas. Fue la manoderecha de Raúl Castro para emprender lamayor parte de los cambios en el sistemaeconómico y se le consideraba la perso-na con más poder en el país tras los her-manos Castro. Es visto por muchos inte-grantes de la ‘vieja guardia’ como excesi-vamente aperturista y consideran que ba-jo su mandato se pondrían en riesgo loslogros de la revolución.

Alejandro Castro Espín, es el único hi-jo varón de Raúl Castroy Vilma Espín. Po-co transcendental para la opinión públicahasta que en estos meses su nombre ha re-cobrado protagonismo, sobre todo a par-tir de la visita de Barack Obama a la isla,hecho en el que ha jugado un papel im-portante. Coronel del Ejército, a sus 51años, ha realizado su carrera dentro de lasFuerzas Armadas Revolucionarias y en ladiplomacia cubana. Es uno de los mayo-res especialistas en temas de seguridad,defensa y relaciones internacionales delpaís. Cuenta con el respaldo casi unáni-me del Ejército, que lo considera más pro-clive a preservar las esencias de la revo-lución. Pero, los sectores más aperturistasy reformistas de la administración estatal,

al igual queel Partido Comunista, no vencon buenos ojos perpetuar el apellido Cas-tro en el poder.

Mariela Castro Espín (54 años). Es la se-gunda hija de Raúl y Vilma y una reputa-da pedagoga y psicóloga.Ha alcanzadouna alta popularidad en la islapor su car-go como directora del Centro Nacional deEducación Sexual, desde donde ha dirigi-do exitosas campañas para la prevencióndel VIH y otras enfermedades de transmi-sión sexual. Es una de las impulsoras dela defensa del colectivo LGTB y cuentacon la simpatía de gran parte de las ge-neraciones más jóvenes y de los sectoresmás progresistas.

Por último, Mercedes López Acea,que se integró en el buró político del Par-tido Comunista de Cuba (PCC) en el Con-greso de 2011 y es la primera secretariadel partido en La Habana.

“La historiame absolverá”

F idel Castro nació el 13 de agos-to de 1926 en Mayarí (Oriente),hijo de un inmigrante gallego -su padre, Ángel Castro y Ar-

giz, no le reconoció hasta los 17 años de-bido a que no consiguió el divorció de suprimera mujer y no pudo casarse con lamadre de Fidel hasta esa edad- que se con-virtió en terrateniente y una cubana hu-milde de origen canario, llegó al poder el1 de enero de 1959 al derrocar a la dic-tadura de Fulgencio Batista, tras 25 mesesde lucha guerrillera en la Sierra Maestra.

Fue primer ministro de Cuba entre 1959y 1976, y presidente de ese país de 1976a 2008. También fue comandante en je-fe de las Fuerzas Armadas Revoluciona-rias desde 1959 hasta 2008 y mantuvo elpoder como primer secretario del Parti-do Comunista de Cuba desde 1965 has-ta 2011. Fue en ese año cuando dejó de-finitivamente su puesto como líder delpaís y le transfirió todo el poder a su her-mano Raúl.

El líder cubano ha desatado en torno asu figura amores y odios: considerado porunos como símbolo de soberanía y dig-nidad latinoamericanas, de solidaridad yjusticia social; y por otros como un dic-tador. Sus críticos le achacan haber for-jado un sistema totalitario de partido úni-co, represor de la disidencia y culpablede un fracaso económico; pero sus ad-miradores destacan que elevó los índicesde salud de Cuba al nivel de los del pri-mer mundo, desarrolló la educación, lacultura y el deporte y resolvió el proble-ma de la vivienda.

Fidel Castro lideró un movimiento in-surgente de alcance continental en Amé-rica Latina, donde cientos de miles de ciu-dadanos tomaron las armas inspirados enla revolución cubana para hacer frente aregímenes de extrema derecha o san-grientas dictaduras respaldadas por Esta-dos Unidos.

En lo que todos parecen estar de acuer-do es en que fue un líder de personalidadaplastante. Apareció en público por últi-


Díaz-Canel, el favorito de Raúl Castro.

Bruno Rodríguez también está bien situado para la sucesión.



ma vez el 13 de agosto de 2015, el día enque cumplió 89 años, cuando se reuniócon dos presidentes aliados, el venezola-no Nicolás Maduro y el boliviano Evo Mo-rales, que habían llegado a La Habana afelicitarlo.

En el poder, sobrevivió a 11 presidentesde Estados Unidos, a la invasión de Bahíade Cochinos organizada por la CIA en1961, a la crisis de los misiles de 1962, alembargo impuesto por Washington casidesde el inicio de la revolución, a la caí-da del muro de Berlín y a la desintegra-ción de la Unión Soviética, que había si-do el sostén económico, y militar de la is-la durante tres décadas.

Su inquietud revolucionaria llegaríapronto. Tras acudir a un colegio dirigidopor jesuitas, en 1945, Castro inició los es-tudios de Derecho en la Universidad deLa Habana, donde formó parte de asocia-ciones estudiantiles y se unió al Partidodel Pueblo Cubano, que denunciaba lacorrupción de los dirigentes dictatorialesde la época. En 1947, participó junto aexiliados dominicanos y de otros paíseslatinoamericanos en la intervención ar-mada contra el entonces presidente de Re-pública Dominicana, Rafael Trujillo, quefue preparada desde Cuba y que resultóun fracaso.

Es en esta época cuando Fidel Castrocomenzó a reunirse con dirigentes de iz-quierda de países latinoamericanos y par-ticipó en manifestaciones contra el Go-bierno del presidente cubano, RamónGrau.

En 1948 se casó con Mirta Díaz-Balart,una estudiante de familia adinerada, cu-yos padres tenían contactos con Fulgen-cio Batista, que llegaría al poder en 1952y que sería derrocado por el movimientoguerrillero de Castro.

Castro inició a principios de la décadade los cincuenta lo que bautizó como ‘elMovimiento’, un grupo secreto que co-menzó a realizar acciones directas contralas fuerzas de seguridad cubanas.

Prisión y exilio. En 1953 lideró el ataquecontra el Cuartel Moncada en Santiago deCuba, que acabaría con gran parte de laorganización detenida. Castro sería sen-tenciado a 15 años de prisión. En su ale-


Muchos han sido los diri-gentes mundiales que hanacudido a los funerales de Fi-del Castro, y no todos ellosprecisamente ‘amigos ‘ínti-mos’. Pese a la reciente rea-nudación de las relaciones, elDepartamento de Estado nor-teamericano informaba de queBarack Obama no concurriríaa las exequias. Al cierre de es-ta edición se especulaba conla presencia del todavía Se-cretario de Estado, John Kerry.

Entre los que sí estuvieron enla ceremonia destacan los pre-sidentes Nicolás Maduro (Ve-nezuela), Evo Morales (Bolivia),Rafael Correa (Ecuador), DanielOrtega (Nicaragua), Enrique Pe-ña Nieto (México), Juan Ma-nuel Santos (Colombia) y JuanCarlos Varela (Panamá).

Mientras que la presiden-ta de Chile, Michelle Bache-let, enviaba en su represen-tación al ministro de Desa-rrollo Social, Marcos Barra-za, en una delegación enca-bezada por el presidente delSenado, Ricardo Lagos We-ber, junto con el presidentede la Cámara de Diputados,Osvaldo Andrade. El presi-

dente argentino, MauricioMacri, hacía lo propio con sucanciller, Susana Malcorra.

Tanto Moscú como Teheránenviaban a comitivas parla-mentarias para despedir losrestos del fallecido expresi-dente. Ni Vladimir Putin ni Ha-san Rohani estuvieron pre-sentes. El Kremlin estuvo re-presentado por Vyacheslav Vo-lodin, presidente de la Cáma-ra Baja del Parlamento ruso,mientras que una delegaciónde la República Islámica deIrán asistía a los funerales dellíder fallecido de la Revoluciónde Cuba, según informaba elportavoz de la cancillería per-sa, Bahram Qasemi.

Justin Trudeau, primer mi-nistro de Canadá, era dura-mente criticado en su país porhaber calificado a Castro co-mo un “líder notable”. Final-mente no asistía al funeraldel comandante, aunque síestuvo su padre, Pierre Tru-deau, exprimer ministro deeste país.

Entre los Estados que man-tienen tensas relaciones conLa Habana, la primera minis-tra británica, Theresa May,

confirmó que no viajaría a LaHabana. El Gobierno británi-co anunciaba que también se-ría poco probable que su se-cretario de Relaciones Exte-riores, Boris Johnson, viaja-ra a La Habana. Alan Duncan,viceministro de esa cartera,sería el designado para re-presentar a Reino Unido.

El rey emérito de España,Juan Carlos de Borbón, esta-ba al frente del contingentenacional, acompañado por elsecretario de Estado de Coo-peración Internacional y paraIberoamérica, Jesús Gracia.

También se daban cita enCuba los presidentes de Su-dáfrica, Cabo Verde, GuineaEcuatorial, Zimbabue y Na-mibia, así como el primer mi-nistro griego, Alexis Tsípras,el único estadista europeo in-cluido en la lista, y siete pri-meros ministros caribeños.

En representación del fran-cés François Hollande estuvoen las exequias la ministra demedio ambiente, SégolèneRoyal, en tanto que el excan-ciller alemán, Gerhard Schrö-der (SPD), asistió en repre-sentación de su país.

Funerales concurridos El rey Juan Carlos, designado para representar a España en las honras fúnebres.


gación final –él mismo, como abogado,ejerció su propia defensa- pronunció lacélebre frase: “Condenadme, no importa,la historia me absolverá”.

En su estancia en la cárcel, rebautizóla organización como ‘Movimiento 26 dejulio’, día del ataque a la base militar. Ba-tista liberaría en 1955 a Fidel en un intentopor conseguir mejorar su imagen ante laopinión pública interna e internacional.Fidel y su hermano Raúl abandonaron elpaís ese mismo año y se refugiarían en Mé-xico ante una nueva ola de represión con-tra la disidencia por parte del régimen dela isla.

Durante su exilio, Fidel establecería unarelación de amistad con Ernesto ‘Ché’ Gue-vara y un grupo de disidentes que prepa-raron una incursión militar contra el régi-men cubano.

A bordo del barco ‘Granma’, Castro par-tió hacia Cuba junto a un grupo de 80 per-sonas para intentar derrocar a Batista. Sinembargo, los soldados del régimen esta-ban esperándoles. Tras su huida, inició unaguerra de guerrillas junto a otros gruposarmados que se oponían a Batista, te-niendo Sierra Maestra como base de ope-

raciones. Durante esta época y tras variasvictorias frente al Ejército cubano, los gue-rrilleros liderados por Fidel comenzaronadquirir notoriedad internacional con elsobrenombre de ‘los Barbudos’.

En enero de 1959 se anuncia en San-tiago de Cuba el triunfo de la Revoluciónque provocaría el desmoronamiento delrégimen. Castro era aclamado por la po-blación cuando entró en La Habana, y enfebrero de ese mismo año se convirtió enprimer ministro del país. A partir de este

momento comenzaron las reformas so-cialistas, como la nacionalización de lasindustrias y el aumento del presupuestopara Educación y Sanidad, que le alejaronaún más de Washington y le acercaron ala órbita de la Unión Soviética.

En septiembre de 1960 daría su famosodiscurso ante la Asamblea General de Na-ciones Unidas y poco después, el Go-bierno estadounidense ordenaría el blo-queo parcial de la isla que se ampliaríatras la crisis de los misiles en 1962 y quesigue en vigor en la actualidad.

En 1961, el entonces presidente de Es-tados Unidos, John F. Kennedy, lanzó lainvasión de Bahía Cochinos con disiden-tes cubanos y agentes de la CIA, la cualresultó un fracaso. Al año siguiente, se pro-duciría la crisis de los misiles, después deque los servicios de Inteligencia nortea-mericanos descubrieran la existenciade misiles soviéticos en Cuba, lo que pro-vocó uno de los episodios más tensos dela Guerra Fría. En 1976, Fidel creó el car-go de presidente, el cual asumió inme-diatamente, manteniéndose además en elpuesto de primer ministro.

Tras el desmoronamiento de la URSS,que conllevó la rápida disminución de lasayudas económicas, la asistencia y el co-mercio con Moscú, Cuba pasó en la dé-cada de los 90 por una crisis económicasevera.

En 2006, Fidel iniciaría la transición depoder a su hermano, Raúl Castro, tras su-frir una dolencia gastrointestinal que leobligaría en 2008 a ceder el cargo de pre-sidente y primer ministro a Raúl. En 2011,a pesar de su recuperación, también ce-dió el cargo de primer secretario del Par-tido Comunista cubano.

Aunque mantenía su acta de diputadoen el Parlamento, Fidel Castro se fue reti-rando de la vida pública, manteniendoreuniones con determinados dirigentes quehan visitado la isla y publicando en losmedios oficiales del régimen sus reflexio-nes sobre la política internacional.

Ostentaba el récord como el dirigenteque a más intentos de asesinato ha sobre-vivido -algunos autores aseguran que sehan producido más de 600-, la mayor par-te perpetrados o auspiciados por la Inteli-gencia estadounidense. l


El ‘Ché’ Guevara fue uno de los referentes revolucionarios.


El ‘Granma’, símbolo de la Revolución, en los actos por su 50 aniversario.


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