7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN, TURISMO Y DE PSICOLOGÍA ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA Informe y Diagnóstico Psicológico Elaborado por : Gladyz Toranzo Pérez 1 U N I V E R S I D A D D E SAN MARTÍN DE PORRES CICLO VII - SEM

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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN,TURISMO Y DE PSICOLOGÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

Informe y Diagnóstico Psicológico

Elaborado por :Gladyz Toranzo Pérez

Centro de Reproducción de Documentos de la USMP Material didáctico para uso exclusivo en clase

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U N I V E R S I D A D D E

SAN MARTÍN DE PORRES

CICLO VII - SEM 05-II

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EL INFORME PSICOLÓGICO

El informe es un documento que sirve de nexo entre el profesional especializado y el

lector. El informe, no es exclusivo del profesional en psicología, lo usa y maneja cualquier

profesional que está interesado en comunicar los resultados de su exploración o trabajo. Sin

embargo, el informe, en psicología, adquiere características especiales, por cuanto su

contenido incluye la interpretación de los hallazgos, sucesos o fenómenos en los que

intervienen esencialmente las actitudes y comportamientos humanos, por tanto, su manejo y

exposición es de mucha responsabilidad y no una mera descripción de hechos.

Por tales consideraciones, el presente trabajo aspira a servir de orientación para que

dicha comunicación, de naturaleza especial, esté elaborado con la mayor coherencia

estructural y de contenido, con el lenguaje más claro y sencillo posible, de manera que esté al

nivel de la persona o grupo a los que está dirigido.

Nuestro propósito es lograr que el futuro profesional en psicología adquiera los

conocimientos y práctica suficientes para diseñar una investigación, obtener resultados de

excelencia y plasmarlos en un informe apropiado para el receptor. En verdad, el diseño de una

investigación es el primer paso y tal vez el más importante, pero siempre estará incompleto si

no se da el segundo paso para mejorar y consolidar las habilidades de comunicación. Estas

carencias y deficiencias son los que se exponen sistemáticamente en los diversos tópicos de

este trabajo.

En este sentido, el desarrollo del trabajo parte de la idea que no es pertinente dejar que

el estudiante de psicología concluya sus estudios sin aprender a expresar sus pensamientos al

elaborar un informe; y mucho menos sin saber cómo exponer e interpretar los resultados de

sus exploraciones en la práctica y ejercicio profesionales. Elaborar un informe, por tanto, debe

ser parte de su aprendizaje en la etapa de su formación profesional. El ejercicio de la profesión

exige competencia en el mercado de trabajo y no admite errores; es más desplaza a la

deficiencia implacablemente, sin duda, porque el informe del especialista se constituye en la

base de las decisiones: el fracaso o el éxito de una acción depende de cuan acertado es el

informe del profesional especializado.

El texto, como se verá, no se limita a presentar generalidades, sino que además de

describir sus semejanzas entre los diferentes informes, los distingue en sus particularidades;

enseña a cómo organizar y elaborar la estructura de un informe científico, de un informe de

evaluación y de un informe técnico-administrativo; cómo redactar y componer las oraciones y

frases en la descripción e interpretación de los resultados, sucesos o fenómenos obtenidos u

observados, para lograr un buen estilo; y cómo corregirlos para mejorar la comprensión del

mensaje. Finalmente se preocupa por diseñar una presentación aceptable y agradable a la

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vista del lector, buscando crear en el informante la disciplina y el hábito para formular un buen

informe.

Probablemente el valor del trabajo radica en el esfuerzo desplegado para la

sistematización de la información. Es posible encontrar incluso ideas acuñadas por otros

autores, convirtiéndose éstas en fuente principal de inspiración en el desarrollo de un cuerpo

integrado de conceptos de aplicación práctica.

Sin embargo, como en toda obra humana creemos que aún existen muchos vacíos e

interrogantes por conocer y explorar; muchos errores e ideas originales que necesitan madurez

y enmienda; por tanto, sujetos a la crítica y la observación permanentes que sabremos asimilar

como una necesidad para el avance del conocimiento de la ciencia de nuestra especialidad.

El hecho mismo de que el protagonista concede la actuación del especialista para ser

observado o entrevistado, ya constituye una relación directa de exploración.

Como diría Anastasi (1970), refiriéndose a la entrevista clínica, que es un …“medio

para la comunicación verbal también (…) para observaciones directas de la conducta”, tales

como las expresiones faciales, risas, llantos, sonrojos, tics musculares y muecas, gestos y

otros movimientos corporales. La entrevista y la observación son, también, un medio de

diagnóstico y de terapia. Este razonamiento es una demostración, que en determinadas

circunstancias, ambas técnicas son complementarias y mutuamente dependientes, gracias a

las posibilidades de confianza que ofrecen tanto una como la otra.

Por consiguiente, la observación y la entrevista además de constituirse en técnicas

insustituibles para la recolección de información, son depositarias de materiales de alto valor

intrínseco para la elaboración del informe.

El usuario del servicio, es la persona, el grupo, la organización, la comunicación, etc.,

que en el argot profesional toma el nombre de cliente, sobre todo en el campo de la psicología

clínica.

Es probable que la historia, la observación y la entrevista, y otros que se revisarán

luego, sean fuentes importantes del informe; pero el usuario del servicio es la fuente original, la

auténtica y tal vez la única que genera las demás fuentes y obviamente el informe.

No existe, pues, otro mejor que el propio paciente para decir la magnitud de sus

dolencias, emociones, afectos, preocupaciones, intereses, metas, satisfacciones y

frustraciones; no hay otro más apto que el trabajador para hablar sobre sus sentimientos frente

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a sus superiores y compañeros, las razones de su acercamiento o lejanía; sus habilidades en

desarrollo y sus limitaciones frente al puesto de trabajo o en la relación a los demás; el trato

humano o esclavista de sus jefes; en última instancia, sobre su adaptación y sus expectativas

en la organización. Igual ocurre con el niño en el colegio, con el poblador en una comunidad,

con el recluso en la cárcel, con el deportista en un club o en el campo de juego. Y, finalmente,

con las organizaciones formales, informales o sociales, cuyas expectativas respecto de sus

miembros antiguos o nuevos son preocupaciones permanentes para asegurar su existencia en

la sociedad, sólo sus representantes “reales” pueden testimoniar lo que llevan en su interior y lo

que esperan de ellos en el futuro para un diagnóstico útil.

Para que exista veracidad y autenticidad en el testimonio del usuario del servicio, único

sustento de la psicología como profesión, tendrá que cumplirse dos elementos imprescindibles:

la conciencia de ayuda del usuario y la capacidad profesional del psicólogo.

En principio, debe entenderse que el informe no es sino un medio para beneficiar al

cliente. Por ello, cualquier tentación o intención negativa en el entorno del usuario que vaya en

su perjuicio deberá ser detectado y manejado con cuidado para evitarlo, antes que los

procedimientos psicológicos y el informe sean vistos por el cliente como una …“invasión a su

individualidad y (…) como un documento insidioso destinado a oscurecer su nombre y decorar

su carácter” (Kloffer, 1975). La conciencia de ayuda y la necesidad de apoyo profesional se

convertirán en una realidad y se harán confiables en la medida en que el profesional con sus

actos inspire confianza, de manera que desaparezcan los prejuicios y prevalezca la libertad de

transmitir sus pensamientos y sentimientos.

Inspirar confianza al usuario es guardar reserva, respetar, compartir intereses, un trato

cálido, amistoso y sincero pero impersonal; es cuidar la opinión positiva o negativa sobre

hechos y sucesos, y es también comprensión y esclarecimiento basta contar con la información

suficiente a fin de lograr juicios claros. En buena cuenta, es ser profesional.

FUENTES INDIRECTAS

Las fuentes indirectas son aquellas “canteras” de donde procede la información y llegan

al especialista a través de medios indirectos, tales como una tercera persona (referente) o

instrumentos psicológicos (pruebas y/o cuestionarios).

El referente, es la persona o entidades interesada en conocer cualidades de otra

persona, grupo, organización, comunidad o pueblo; para ello el referente envía al sujeto de

estudio hacia el psicólogo y le pide, especificando las razones de su interés, el tipo de estudio y

las interrogantes que gustaría se explore, se investigue y conteste.

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Los objetivos de aquel interés pueden ser el conocimiento detallado sobre el nivel

intelectual y/o sobre la personalidad del probando con fines terapéuticos (en el campo clínico);

de ingreso o de continuar estudios en algún centro de enseñanza (en el campo escolar o

educacional); de selección de personal idóneo o de evaluación para ascenso (en el campo del

trabajo), etc. Puede ser también sobre diagnóstico de las necesidades educativas con fines de

capacitación y entrenamiento; diagnóstico de la personalidad de una organización con fines de

reorganización y reestructuración; diagnóstico situacional de una población para determinar

programas de apoyo comunitario (creación de empleos, servicios de salud mental, educación

laboral, etc.); o de investigación de mercado con la finalidad de explorar los elementos

subjetivos de la población para la introducción de un producto. Existen como éstas muchas

otras acciones para las que el psicólogo está preparado.

Si bien es cierto que el especialista debe, necesariamente, responder las

especificaciones, inquietudes o interrogantes del referente; también es verdad que esa meta no

debe restringir ni su minuciosa exploración o investigación, ni la transmisión de las mismas en

el informe; es decir, la exploración debe ser integral y el informe debe responder el pedido del

referente e incluir otros elementos importantes hallados en el curso del estudio y que pueden

ser de utilidad para la toma de decisiones.

Normalmente son los psiquiatras, los profesores, la familia, la iglesia, los municipios,

los clubes, las organizaciones empresariales, los jueves, etc. quienes sugieren, refieren u

ordenan para que determinado psicólogo tome entre manos la exploración, el estudio o la

investigación de aquel problema concreto que les interesa a fin de encontrar solución práctica,

viable y rápida a sus inquietudes. Pero nada será posible sin la contribución y apoyo del o los

propios referentes. La mayoría de ellos, tienen de antemano conocimiento sobre los

antecedentes, características, pasajes o detalles del acontecimiento que motivó la referencia;

cualquier dato en ese sentido será de gran utilidad para un diagnóstico igualmente útil. Esta

condición, muchas veces privilegiada del referente, les convierte en importante fuente de

información indirecta.

Las pruebas psicológicas y/o cuestionarios, son instrumentos que conforman otra

de las fuentes indirectas más importantes del informe para el psicólogo. Dentro de este terreno,

hay una amplia variedad de pruebas que exploran diversas áreas de la vida humana y que

pueden agruparse genéricamente, en pruebas que permiten conocer los niveles de inteligencia;

pruebas que conducen a inferir los modos de ser y actuar de las personas, vale decir, la

personalidad; pruebas que examinan intereses, motivaciones, etc.; y cuestionario que permiten

averiguar situaciones específicas con fines exclusivos de investigación.

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Así, el conocimiento de las habilidades, el deterioro o las potencialidades de una

persona, grupo o población; igual los desórdenes emocionales y otros factores del

comportamiento están dentro de las variables psicológicas antes señaladas y son posibles de

entendimiento gracias a la capacidad de aquel principio fundamental de las pruebas

psicológicas que consiste en extraer, como filtro de comunicación, ideas, pensamientos,

sentimientos, actitudes, comportamiento, etc. del ser humano. De allí, la posibilidad de

interpretar e inferir tales vivencias, constituyéndose en fuente indirecta del informe, así como

cuando una persona observa el comportamiento de otro y da su versión, con la diferencia que

las pruebas y los cuestionarios son tratados estadísticamente para determinar los márgenes de

error, dándole validez y confiabilidad.

DESTINOS Y USOS

La relación que existe entre el destino que toma un informe y el uso que se le da, es

innegable. Van Hagan (1986) decía que el objetivo del informe está determinado por quién lo

leerá y qué uso tendrá; según este autor, éstas interrogantes son inseparables y afectan a la

totalidad del informe: “el orden en que se presenta el material, el vocabulario que se emplee, la

longitud de las frases y los párrafos, número y grado de complejidad de las tablas, tipo y detalle

de las ilustraciones, el material que deberá incluirse en los apéndices e, incluso, el papel en el

cual se imprima y la forma en que se vaya encuadernar”.

Desde las primeras líneas de su obra Van Hagan previó como objetivos del informe las

disonancias que hoy en día aún se mantienen entre el objetivo principal que es el de comunicar

y aquel otro que es el uso que se le dará a éste.

A vista de las necesidades de la psicología, el uso que se le dará viene a ser el fin

último del informe como consecuencia de todo un proceso de estructuración y redacción. Su

uso, si bien depende de la calidad del informe, también forma parte de él sólo tangencialmente.

En cambio, para los administradores y ejecutivos de profesiones afines el fin último es el

principal. En otros términos, importa más la conclusión o las alternativas planteadas en el

informe y en las que basarán sus decisiones, que la calidad de su contenido.

Queda entonces claro, que una cosa es el objetivo del informe y otra distinta el uso que

se le pueda dar. Así el objetivo del informe está vinculado a cómo llegar lo mejor posible a sus

lectores; más, el uso está lejos del informe y depende de su lector. Entre tanto, el informante (el

psicólogo) tiene la misión de informar con todo el rigor y la responsabilidad que le corresponde

en ése papel. No está, ni debe estar dispuesta a correr riesgos innecesarios al adoptar poses

que le son ajenos. Si en el mismo quien tiene que tomar decisiones en base a su informe lo

hará con la convicción que su trabajo previo es de la mayor confianza.

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DESTINO DEL INFORME

Los potenciales lectores a los que está orientado el informe psicológico constituyen el

destino del informe. Ellos podrían quedar agrupados del siguiente modo: referentes, colegas,

profesionales relacionados y público común.

Sobre los referentes, si bien se ha tratado en un punto anterior con alguna amplitud;

complementariamente, ahora es pertinente señalar aquí que los primeros, principales y tal vez

los únicos lectores del informe son aquellas personas, grupos o entidades que solicitaron la

exploración, estudio o investigación del caso por algún interés especial. El limitado número de

lectores es, por tanto, evidente. Es a ellos a quienes de manera especial se refirió Kloffer al

agruparlos en función a la capacidad de comprensión del informe psicológico. Por cierto, la

comprensión no solo depende de la capacidad del lector o la formación académica del mismo,

sino también, aquí juega un papel importante la sencillez del lenguaje, de los términos, de las

frases y oraciones, y de la coherencia integral del informe.

Dentro de la variedad de posibilidades a los que está dirigido el informe existen dos

conceptos en los que pueden quedar agrupados todos los lectores y que ya se vislumbran

como normas o reglas para la elaboración del informe. Estas normas nos dicen: primera, “…

conforme disminuye la educación y el entendimiento del lector, el informe debe hacerse

progresivamente más simple”; segunda, “…cuanto más distante se encuentra la profesión del

referente – en relación al campo de la psicología – más necesidad habrá para que el psicólogo

(…) elabore el informe (…) en estilo tal que sea apropiado y circunscrito al problema…” (Kloffer,

1975).

A pesar de la claridad textual de dichas ideas, debe entenderse que la primera norma,

si bien involucra a la totalidad de receptores del informe, más está relacionado a aquellos

profesionales cuya formación está lejos de la comprensión de terminologías propias de la

psicología, por lo que se encuentran en condiciones similares al público común, necesitando de

la disminución o, mejor aún, eliminación de términos que dificulten la compresión del informe.

Entre tanto, la segunda norma tiene que ver con los profesionales afines, y que por la

naturaleza de la profesión hacen uso de la psicología con alguna frecuencia (médico

psiquiatras, profesores, administradores, relacionistas industriales, asistentes sociales,

sociólogos, etc.), para luego ir disminuyendo progresivamente esa relación (médicos,

abogados, economistas, antropólogos, arqueólogos, ingenieros industriales, etc.).

Es probable que el grupo de lectores asiduos y con mayor grado de comprensión de los

informes psicológicos esté conformado por los propios colegas; esto es, psicólogos. Sin

embargo, por la especialización que demanda la sociedad moderna del profesional, cada vez

puede haber mayor número de psicólogos en desventaja del otro; claro está, que aún así, su

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comprensión será mayor que la del profesional afín o aquel lector común y corriente, debido a

que hay un lenguaje profesional básico común a todos. Por ejemplo, un informe sobre la

capacidad de consumo de un producto de la población limeña, sobre las causas psicológica de

la inflación y la recesión, o sobre los efectos de los círculos de calidad en la industria nacional.

Estos temas pueden no ser comprendidos por psicólogos cuya actividad permanente y estable

es el campo educacional ni estar obligados a ello, pero sí por un psicólogo organizacional. La

ignorancia de un campo es mutuo, por tanto, no tiene por qué sentirse decepcionados de sí

mismos.

Otro grupo de lectores son los profesionales relacionados con la profesión del

psicólogo, que manejan de alguna manera una terminología similar con la especialidad afín, y

puedan lograr, dentro de ésa limitación, un entendimiento significativo con la profesión y con los

informes. Estos profesionales se supone que deben manejar datos, emplear resultados,

seleccionar alternativas y tomar decisiones en base a informes psicológicos. Pero los

profesionales afines, como posibles lectores siguen siendo un número limitado y tal vez todavía

restringido por intereses particulares del centro de trabajo en el cual labora el psicólogo y, a

veces, por ética profesional, y otro poco por intereses personales.

Finalmente, se debe considerar como potenciales lectores también al público común y

corriente, éstos son personas que están distantes de la profesión y de la actividad del

psicólogo, que no tienen conocimiento específico sobre el tema tratado en el informe ni tienen

interés especial. En todo caso, su interés se limita a inquietudes de cultura básica o

necesidades de orden secundario. Por lo mismo, los datos proporcionados en el informe deben

ser ajustados con fines específicos de lograr el entendimiento de dicho auditorio; y si es

proporcionado en la forma de noticia, crónica o entrevista periodística aún mejor. Por

consiguiente, el lenguaje que se use para este tipo de lectores es todavía más simple que la

terminología empleada en los casos de lectores anteriormente descritos.

Se entiende, en consecuencia, que todo informe, cualquiera que sea su clase y

naturaleza, recibirá para su preparación un tratamiento especial, fundamentalmente, en

relación al lenguaje. La razón de esta afirmación, aparentemente obvia, es la “presencia” del

lector en todo el proceso de redacción del informe; en otras palabras, un informante que no

considere o no tome en cuenta a su futuro lector al momento de redactar, corre el riesgo de no

usar el lenguaje incluso el estilo apropiados en su informe, luego no ser comprendido.

USOS DEL INFORME

Hasta este punto, se ha venido expresando que el uso del informe depende de lo que

quiera hacer el lector con él. Sin embargo, todos los lectores anteriormente señalados se van

reagrupando también en torno a la clase de informe que se trate. Es decir, el lector parece

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seleccionar sus lecturas en concordancia con sus intereses. Por eso, la clasificación hecha del

informe en función a su naturaleza será útil para desarrollar este acápite.

Los lectores principales del informe científico son los miembros de la comunidad

científica especializada; sea que la investigación haya sido empírica o documental, ellos tienen

la posibilidad de replicar el estudio en otras realidades, de no desarrollarlo, de teorizar en base

a él, de compararlo con otros estudios o de darle una aplicación práctica y, tal vez el más

importe, de observar y señalar sus críticas.

Igualmente, los especialistas de profesiones afines hacen uso del informe científico.

Tratan de compatibilizar con los puntos de vista de su profesión o su visión particular sobre el

tema con la intención de mejorar o perfeccionar su actividad.

Por otro lado, aún cuando no es general, existe un público más o menos amplio, atento

a los trabajos de naturaleza científica con diversos matices de interés. En estos casos, como ya

se dijo, es necesario recurrir con resúmenes apretados hacia los diferentes medios de

comunicación para hacer conocer de manera especial, conclusiones muy breves, claras y

densas que le permitan cubrir sus expectativas, que usualmente son por cultura.

Hay todavía otro grupo al que interesa conocer los resultados del estudio que, a pesar

de ser un grupo muy reducido, tal vez sea el que más uso se da al informe científico. Ellos son

especialistas de profesiones relacionadas a la psicología; son técnicos o son directivos de la

organización que demandó y financió la investigación. Este grupo por lo general lo hace con

fines muy específicos; es decir, para que el empleo de los resultados sea de aplicación

inmediata. Por ejemplo, la investigación de mercado, o la elaboración de pruebas psicológicas

de selección, etc.

En el mismo sentido, los lectores principales del informe de evaluación psicológica son

los remitentes o referentes. Su público, entonces, es especialmente reducido. Ellos basan su

acción en la calidad y competencia que debe tener un informe de esa naturaleza.

Un médico-psiquiátra o un psicoterapeuta, en principio, elevará su juicio sobre el

paciente y diseñará un plan terapéutico a mediano y largo plazo sobre la base de un informe,

incluso podrá trazar un pronóstico sobre el futuro de su cliente. Un profesor tendrá la

posibilidad de determinar un programa de entrenamiento, de rehabilitación o de nivelación; un

administrador o un relacionista industrial podrá tomar las decisiones que mejor le convengan a

la organización y al individuo o grupo en cuestión, tratando de encontrar el equilibrio justo que

no afecte a las partes; un asistente social, tendrá la ocasión de actuar, por fin, con total

seguridad en sus programas de recreación, de entrenamiento o de apoyo familiar.

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Los padres de familia, también remiten casos y son lectores del informe de evaluación

psicológica, pero el uso que el dan es aún impreciso; sin embargo, parece ser que el informe es

usado, de modo preferente, en la orientación que se les proporciona en la parte de las

recomendaciones: para cambios en el comportamiento de la familia o para acciones que

faciliten la adaptación social del probando, etc.; de la misma manera es usado para calmar la

propia ansiedad del grupo familiar que provocó el supuesto problema del pariente evaluado;

también parece usarse para ser presentado ante autoridades educativas, tratándose de niños o

jóvenes que postulan a un centro de enseñanza o a sus médicos o terapeutas cuando la

situación exige; unos pocos, seguramente, para presumir ante conocidos, si es preciso.

Justamente, por esta impresión en el uso del informe en manos de la familia, es que no

es muy conveniente entregar los informes a la familia, mucho menos al propio probando,

siendo éste aún más delicado tratándose de casos clínicos. En cambio, sí es una obligación del

informante explicar algunos resultados que no impliquen incremento de la ansiedad del

paciente o del grupo familiar, pero con mucho tacto.

Finalmente, se encuentran los lectores del informe técnico-administrativo, que por

tratarse de informes que generalmente incluyen a un conjunto de seres humanos, su alcance

está limitado a un reducido número de lectores y, por lo mismo, las políticas, decisiones y

acciones que se adopten en base a él son de cuidado. Por ejemplo, la valoración del

desempeño de los docentes que pertenecen a una determinada unidad de servicios educativos

o de los médicos de tal o cual área hospitalaria. Este tipo de estudios importa a los niveles de

decisión y es sólo a ellos a quiénes debe llegar para que puedan adoptar políticas de

reentrenamiento o reactualización periódica.

Los estudios realizados en la industria, en los mandos militares, en algunas clínicas

privadas u otros centros, son aún más restringidos por razones de competencia, se seguridad,

etc.; con mucha suerte, eventualmente, es posible usar dichos informes para compartir los

resultados en eventos científicos amplios pero sólo con la autorización de la organización y sin

anunciar su procedencia.

RESPONSABILIDAD DE INFORMANTE

Como se podrá comprender, no es nada fácil hablar de la responsabilidad del

informante. Obviamente para ser informante se requiere de una preparación especial y cubrir

algunas cualidades básicas.

Es verdad que no todo depende del informante, hay algo de responsabilidad que se

debe compartir con el referente o solicitante. Si éste no dice con claridad lo que desea, lo que

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le preocupa; si sus interrogaciones son ambiguas, o el problema que busca resolver no lo

expresa con total lucidez, corre el riesgo de no contar con una respuesta precisa en el informe

al término del estudio. Igualmente, si a pesar de la transparencia de sus ideas y la

incuestionable nitidez de su pedido, el informante no cubre dichas necesidades y

requerimientos en el tiempo y la oportunidad esperada, es culpa del solicitante por encargar un

trabajo de tal magnitud a personas que no están preparados para ello; sobre todo, en un centro

de trabajo donde supuestamente los jefes conocen la calidad de sus profesionales.

Por eso, el psiquiatra, el gerente, el profesor, etc. debe asegurarse de que su pedido ha

sido comprendido, que sus ideas han sido bien interpretadas, que la extensión del informe y el

espíritu de su redacción serán los apropiados, así como los límites y los alcances de la tarea

confiada (Bousquie, s/f.).

El funcionario o ejecutivo de una organización y muchos otros, urgidos de un informe,

son gente que carece de tiempo suficiente para dedicarle más de lo necesario a le lectura de

un informe; y requieren que le informante exponga a prisa los puntos de vista del estudio, de

sus resultados y de sus interpretaciones. En tal caso, la precisión en la descripción de los

hechos, eliminando los elementos secundarios, disminuirá la extensión del informe dentro de

una estructura básica indispensable. Entonces, la densidad de la redacción y la claridad de las

proposiciones, serán útiles.

En cambio existe otro grupo de lectores, como los psiquiatras, psicoterapeutas,

profesores y otros especialistas de profesiones afines que disponen de un tiempo mayor y que

estarían en mejores condiciones para una lectura detallada del informe. Esto no significa que la

extensión del informe debe ser mayor ni que en él deben incluirse elementos superfluos (si

éstos tienen relativa importancia deben pasar a la sección “notas” o a un “apéndice” en el lugar

que le corresponde”. Sencillamente significa que, dada la misión de ayudar al referente, su

entendimiento sobre el individuo o grupo en cuestión debe ser lo más profundo posible.

Dentro de este contexto, el informante debe ser una persona con suficiencia profesional

para que sus informes representen “(…) el nivel de competencia (…), de desarrollo e

integración personal del psicólogo”, como diría L’abate (1967). De modo que, no refleje en ellos

sus prejuicios, percepciones, y puntos de vista de sí mismo y a veces de los demás. Hay una

internalización de los problemas en la vida del psicólogo y, viceversa, una entrega total para

una mejor comprensión del ser humano. Pero, no es correcto que el profesional proyecte sus

propios sentimientos y emociones en el informe. Por tanto, debe reprimir las suyas y dar pase a

los problemas del sujeto en estudio lo más objetivo e imparcial posible. En todos los casos, el

informe no puede estar subordinado ni depender de los intereses del informante, menos de los

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intereses del grupo, como tampoco de los de la organización. Su imparcialidad debe ser a

“carta cabal” (L’abate, 1967).

Por otro lado, y de manera particular en clínica, el psicólogo, si bien está empeñado en

brindar su apoyo al referente, su compromiso es todavía mayor con el paciente. Es decir, su

pasado, presente y futuro le ha sido confiado y debe responder a esa confianza con

honestidad, buscando la forma más idónea de afrontar sus dificultades. Pero, sin embargo, si

su condición de ser humano, en ocasiones le hace perder la visión y fácilmente es arrastrado

por motivaciones de prestigio, tal vez de impulsos agresivos y hostiles hacia el entorno del

paciente, o al revés, por actitudes de complacencia y de sobreprotección; y a veces, por

verbalismos innecesarios en su afán de lucirse ante sus lectores o un auditorio mayor, debe

rechazarse tales cualidades en verdad inaceptables e inadmisibles en un profesional (Kloffer,

1975).

La idoneidad del psicólogo informante debe entenderse como una persona abierta,

dispuesta a todo aquello que signifique observación y crítica; aceptar nuevos elementos que

contribuyan a mejorar su trabajo y a desechar los que resultan secundarios. Debe aprender a

apreciar la colaboración de todos los implicados en el problema materia de estudio,

especialmente de sus asistentes más cercanos y calificados si su deseo es ver las cosas con

nitidez. Solo así logrará plantear proposiciones que conduzcan a resolver el problema en

cuestión, buscando el equilibrio justo entre los intereses de la organización, del sujeto o grupo

humano involucrados y tal vez de la comunidad que lo rodea; pero, como se dijo, sin

subordinación. De allí, que el psicólogo debe ser un observador agudo, reflexivo, crítico para

evitar propensiones y ser un investigador acucioso y responsable para no dejarse ganar por las

pasiones o coacciones.

No debe olvidar, que su papel es el de conducir al referente hacia una toma de

decisiones. El éxito o el fracaso de dicha decisión basada en el informe es de exclusiva

responsabilidad del informante. Puede ser de la conciencia o no de una terapia, de su

hospitalización o su tratamiento ambulatorio; la de sacarlo o mantenerlo al niño en el mismo

centro de enseñanza; la de enjuiciar o no a una empresa consultora por haberle dotado de

personal deficiente, etc. Quien toma la decisión no está en condiciones de comprobar los datos

del informe. El psicólogo es el especialista, la persona de confianza y supuestamente sincero,

objetivo y leal; como decía Bousquie, “(…) el autor del informe posee una gran conciencia

profesional, un juicio perfectamente honrado, sincero y de buena fe”. El Psicólogo debe tener

en cuenta permanentemente las consecuencias que pueden derivarse de sus aciertos o de sus

errores. Su responsabilidad es grande y peligrosa.

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Por ello, si el informe es importante para quien toma las decisiones sobre el futuro de

su paciente, de su alumno de algún segmento de la empresa o de la totalidad de ella, es tanto

o mayor la importancia del informe para su autor. “Por él se juzgarán sus conocimientos,

competencia, conciencia, las cualidades de su espíritu y, en fin su valor humano” (Bousquie,

s/f).

ORGANIZACIÓN Y ESTRUCTURA

“El trabajo científico es una construcción unitaria, cuyos elementos se conjugan de tal modo

que, a pesar de la función particular (…), todos deben apoyarse firmemente en la armadura

general y, al mismo tiempo, prestar su eficaz servicio a ella…”

A. Zubizarreta

ORGANIZACIÓN Y ESTRUCTURA

El informe psicológico, como toda comunicación escrita, requiere de un diseño básico

previo para su elaboración. Este diseño llamado también esquema tiene un proceso de

maduración que va tomando cuerpo hasta reunir ciertas condiciones elementales, tales como la

relación entre las partes y la jerarquía en el tratamiento de los temas.

Un trabajo lógico-racional del esquema garantiza la objetividad y la coherencia

estructural, dándoles firmeza a su condición de instrumento guía para la redacción y desarrollo

analítico-reflexivo del informe.

1. EL ESQUEMA

Es poco probable que el investigador pueda organizar las supuestas partes del futuro

trabajo sin antes haber tenido, al menos, una primera lectura de todo el material recopilado

hasta el momento de iniciar la elaboración del esquema base y haber hecho una selección

inicial de los conceptos y principios en torno a los cuales girará el desarrollo del tema. Claro, no

se trata de contar con la totalidad de la información, porque el esbozo tiene como finalidad

primaria seguir captando mayor información, esta vez, ligada a los requerimientos del esquema

base.

El esquema es la sistematización inicial, es el bosquejo, el boceto de las ideas y

pensamientos que se quiere desarrollar. La complejidad de este perfil dependerá del tema y de

la cantidad de información recogida y aprovechable para la maduración de aquellas ideas.

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Por simple que parezca el tema a tratar y cualquiera el tipo de documento a elaborar,

realizar apuntes previos a su redacción será sumamente útil y ventajoso, más aún tratándose

de un informe profesional especializado.

A través del esquema o plan será posible la clarificación de los objetivos y la

profundización del pensamiento sobre el tema y su contenido; igualmente, éste en su condición

de guía, orientará en forma permanente el desarrollo de la investigación y ayudará a disminuir

los riesgos de una improvisación. El esquema obliga también a un manejo metódico,

sistemático y coherente de toda la información lograda, de manera que las partes principales y

aquellas subordinadas sean identificadas y tratadas como tales (temas, sub temas, sub sub

temas). Finalmente, su condición de esquema base permitirá realizar enmiendas o cambios de

ajuste que irán definiendo su alcance y límites a medida que va progresando la investigación.

1.1. ¿QUÉ CONDICIONES DEBE REUNIR EL ESQUEMA PARA SU FORMULACIÓN?

Toda idea, o pensamiento forma parte de un conjunto (coherentemente relacionados

entre sí), o son concebidos dentro de otros conceptos de mayor extensión. Ellos llevan en sí

algún mensaje a partir de una estructura, ya sea que éstos se encuentren en el plano mental o

en el plano declarativo (Maurial, 1974).

Cualquiera sea el plano en el cual se esté trabajando el esquema de un informe debe

tomar en cuenta el problema, los objetivos, las hipótesis, la metodología, los resultados, la

discusión y las conclusiones. En los informes científicos, hablar en estos términos es normal e

inexcusable; sin embargo, en los informes de evaluación psicológica es extraño y hasta

anómalo. Una apreciación más detenida conduce a crecer, sin duda, que en el proceso de

investigación el uso de dicho esquema es correcto en ambos casos; la diferencia está en que la

investigación científica en psicología tiene como objeto de estudio a un grupo o grupos

representativos de una población, mientras que la investigación evaluativo tiene como objeto de

estudio fundamentalmente al individuo o grupo menor no representativo.

Por consiguiente, para efectos del informe, la investigación científica mantiene el

mismo esquema del plan inicial con el añadido de los resultados, la discusión y las

conclusiones; mientras que la investigación evaluativo omite casi la totalidad del esquema

inicial – en este caso el esquema funciona generalmente en el plano mental – y el esfuerzo

está dedicado a discutir los resultados e inferir conclusiones, vale decir, interpretar resultados y

diagnosticar. De allí la exigencia ineludible de trabajar a partir de esquemas planteados en

etapas iniciales de la investigación, mejor aún, si éstos se hacen explícitos y no quedan en el

plano mental.

14

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Por otro lado, de nada servirá un esquema si éste no se encuentra dentro del contenido

del tema en cuestión; así como, debe lograr la coherencia entre sus padres conformando un

todo y no sea solo un conjunto desordenado e ilógico de datos. También será indispensable el

conocimiento de la información elemental y la información secundaria y relacionada con el

tema.

Igualmente, será importante en la preparación del esquema considerar al lector desde

esta etapa y, si fuera posible, cualidades relacionadas a su formación profesional y/o cultural a

fin de usar el lenguaje y la terminología apropiados. Dentro de este proceso, es indiscutible

trabajar además sobre la perspectiva de un definido o posible empleo del informe. Es decir, el

uso que le dará el lector.

1.2. ¿CÓMO ELABORAR EL ESQUEMA?

Es indiscutible que el esquema se elabora sobre la base de una primera lectura

informativa o conocimiento elemental del problema. Teniendo en cuenta estos conocimientos,

el propósito del informe, la amplitud y profundidad del estudio y los intereses de los lectores es

posible encaminar y armar el esquema con el apoyo del método inductivo o el método

deductivo.

Mediante el método inductivo se comienza con una introducción donde se incluye el

problema, los objetivos, sus alcances y el método seguido; luego continúan los resultados y la

discusión (interpretación), para terminar con conclusiones precisas y las recomendaciones

(Leyton, 1971). Algunos autores llaman a este método como “sintético” porque va de las partes

a la conceptuación del conjunto, ley o principio.

Este método es de uso muy común en los informes psicológicos, tanto en los de

evaluación psicológica, en informes científicos como en los informes técnico-administrativos. En

los informes científicos, sobre todo, cuando son de tesis, tesina o monografía. En aquellos

informes científicos de estructura profesional lo precede un resumen, ubicándose

inmediatamente antes de la introducción.

Algunos ejemplos darán una visión más cercana a lo señalado:

- Esquema para informes de evaluación psicológica planteados por Palmer (Kloffer,

1975);

Observaciones de conducta.

Análisis de resultados (descripción del funcionamiento del probado con fuentes o

génesis de sus patrones de conducta).

Resumen (condiciones o inferencias).

15

Page 16: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

El método deductivo, entre tanto, es a la inversa. Se empieza por un resumen donde se

señalan las conclusiones relevantes, luego una introducción, seguido por el desarrollo del tema

(resultados y discusión) que la justifique.

Su uso es también muy común en los esquemas de informes cortos de tipo

administrativo – no necesariamente psicológico – para informes diarios o periódicos sobre

sucesos de la jornada laboral, semanal o mensual. En cambio, no es muy común en esquemas

de informes de evaluación.

En contraposición a la elaboración del esquema por

temas, algunos autores proponen, para todos los casos, formular aquel esbozo mental por

escrito y en párrafos, frases u oraciones, anotando las verdaderas afirmaciones que habrán de

desarrollarse en el informe. Evidentemente que este trabajo demanda de mayor atención y

esfuerzo, pero sus resultados rápidos y satisfactorios compensan con demasía en relación a

los riesgos que ocasiona normalmente un esquema por temas. Además, es más fácil cambiar

el bosquejo por párrafos que el borrador ya redactado de un bosquejo por temas, por tanto, es

más eficaz poner por escrito un bosquejo de párrafos antes que hacer el intento de un borrador

más detallado a partir de un bosquejo por temas (Goode y Hatt, 1972).

- Ejemplo de un esquema teórico documental por párrafos:

I. Existen varios tipos de informe, dependiendo de la forma de transmisión, de la naturaleza,

de la estructura y de la forma de evaluación.

A. El informe escrito más que el informe verbal son las formas más comunes de

transmisión.

1. El informe oral o verbal no es común en los informes psicológicos.

2. El informe escrito es la forma de transmisión usual y normal en la psicología.

B. El psicólogo recurre al informe científico, de evaluación o técnico-administrativo de

acuerdo a la naturaleza y profundidad del tema y de acuerdo al tipo de investigación.

Lo importante en todos estos esquemas, es que en cualquiera de los métodos que se

haga uso (tanto en la elaboración del esquema como en la redacción del informe mismo) exista

una marcha coherente y lógica.

16

Page 17: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

1.3. ¿QUÉ CARACTERÍSTICAS DEBE REUNIR UN ESQUEMA?

El esquema como estructura primordial de un trabajo posee las siguientes

características básicas: la de ser un instrumento flexible y manejable y la de ser un instrumento

guía.

Durante su elaboración y, después, en el curso de la redacción del informe, se ponen

en juego dichas características del esquema de manera simultánea. Es decir, en el primer

caso, durante la elaboración del esquema, mientras sirve de guía para seguir recolectando

información relacionada al tema, se va también incorporando o desechando datos que permiten

afinar dicha estructura; inversamente, en el segundo caso, durante la redacción del informe se

hace más intenso su papel de guía y disminuye su flexibilidad al cambio y a las enmiendas,

aunque estas dos características intrínsecas no desaparecen sino sólo cuando ha concluido la

publicación del informe; hasta una nueva edición donde reaparecen, permitiéndole al autor

hacer algunas enmiendas más.

Así mismo, en el esquema propiamente dicho se debe distinguir la correspondencia

entre los encabezados principales y las ideas centrales; entre los encabezados de segundo

orden y las ideas secundarias; y continuar de la misma manera ubicando en la jerarquía que le

corresponde a cada cual. Aún más, la presencia de un inciso exige necesariamente un

segundo inciso como mínimo – en caso contrario el inciso único no se justifica – y, claro, como

todos los demás puntos, la enunciación debe tomar la misma forma gramatical en todo el

esquema.

La distribución de los temas, subtemas, sub sub temas, etc. etc. deberán llevar

números romanos, arábigos, letras y la combinación de todos ellos para una mejor ubicación y

localización.

2. DEL ESQUEMA AL INFORME

La distancia que se tiene que recorrer entre el esquema y el informe es un camino

todavía largo y azaroso. Existe, sin embargo, una base que conducirá el procesamiento de la

información y la elaboración o composición que será el informe propiamente dicho. Esa base es

el esquema. Entonces, ¿qué pasos se deben dar en el diseño del esquema?.

2.1. DISEÑO PRELIMINAR DEL ESQUEMA

El diseño del esquema aunque preliminarmente, responde a las motivaciones del

informe; es decir, al fenómeno, al hecho, al problema que exige una respuesta.

17

Page 18: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

En esta etapa, fundamentalmente, se continúa con el acopio de información. Aquí es

donde los testimoniales orales, escritos u otros documentos serán útiles porque constituirán el

punto de partida para la preparación del esbozo inicial. Por tanto, anotar los tópicos centrales e

importantes para dar forma al esquema convencional –introducción, cuerpo y conclusiones– es

ir diferenciando el tipo de informe, su extensión y complejidad.

Si el informe se proyecta a ser extensa, el esquema deberá formularse por escrito y

empezar consignado los temas principales en primer orden y continuará subdividiéndose en

segundo, tercer y cuarto orden, a fin de conseguir que la exposición en unidades cada vez más

pequeñas asegure una profundidad suficiente que explique la totalidad del fenómeno (situación

ésta aún improbable en esta etapa). En cambio si el informe se proyecta a ser corto, como es el

caso de los informes de evaluación psicológica de tipo individual, no será preciso formular el

esquema por escrito, con mayor razón si se tiene experiencia; manteniéndose el esquema en el

plano mental. Lo inaceptable es la ausencia total de un esquema.

2.2. DISEÑO FINAL DEL ESQUEMA

Esta etapa implica la verificación forzosa del orden establecido en el esquema; es

decir, la comprobación del grado de importancia y valor de cada uno de los temas, sub temas y

sub sub temas (incisos y sub incisos) entre sí, con el objeto de afinar el esquema para darle

profundidad y efectividad al informe.

Se trata, de ser el caso, de hacer enmiendas en el esquema desde la recolección de la

información; luego, durante la redacción del primer borrador del informe y, finalmente, durante

las revisiones sucesivas tanto de la estructura misma como del texto.

Así, la descripción de los hechos será más objetiva y directa, el análisis y la

interpretación más cercanas, ajustadas y provechosas al propósito del informe; y las

conclusiones y recomendaciones más acertadas.

En estas circunstancias, la redacción del informe, desde el primer borrador se

vislumbra como una delicada labor de composición y no como un “mero problema de redacción

externa” (Zubizarreta, 1987).

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REDACCIÓN Y COMPOSICIÓN

“El científico adora la eficiencia, y, sin embargo, apenas se preocupa por aprender a manejar

eficazmente uno de sus instrumentos más valiosos: La pluma”.

A. C. Leyton.

Obtenida la información y las fuentes bibliográficas, organizada y sistematizada las

mismas y revisado su plan o esquema, el redactor de informes estará en condiciones de iniciar

la redacción de su informe.

Este capítulo aspira, precisamente, poner en manos del redactor de informes los

elementos mínimos que encaminen su redacción. El Orden lógico-racional y la significación de

las palabras, frases y párrafos y, las formas de expresión junto a procesos ineludibles de

composición del texto, son aspectos que ayudarán de manera sostenida a superar las

dificultades de redacción del informante.

No es objetivo de este capítulo, obviamente, dar lecciones doctas sobre la materia sino

trasladar aquellos conocimientos útiles sobre el idioma para un mejor empleo del mismo en

nuestros requerimientos de redacción; de modo que, las carencias que se encuentren aquí

deberán ser complementadas en fuentes más versadas. Nuestro interés, es sólo estimular al

principiante hacia el conocimiento del idioma.

1. LA REDACCIÓN

Toda persona que se inicia en la redacción de informes, si su intención es lograr total

entendimiento de los mensajes que desea comunicar debe preocuparse por tomar pleno

conocimiento de las normas y reglas elementales de la lógica, la semántica y la gramática. Los

códigos supuestamente convenidos entre el informante y el lector jugarán un papel

predominante para esa comprensión.

La redacción, así, es la expresión escrita y ordenada de los pensamientos y

sentimientos; dicho de otro modo, es escribir bien lo que se piensa y lo que se siente. Cuanto

mejor estructurado estén esos pensamientos más óptima será la comunicación.

1.1. LA LÓGICA

La redacción demanda de modos y formas de raciocinio para expresar un pensamiento;

a este conjunto de palabras escogidas, ordenadas y enlazadas racionalmente y que logran la

significación deseada, se le conoce como razonamiento lógico. Por tanto, la forma y el orden

como estén integrados los enunciados determinan la calidad de la expresión de los

pensamientos.

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De acuerdo a Gonazáles Reyna (1990), en el proceso de la redacción son necesarios

tres elementos de la lógica: las formas del pensamiento, los métodos de razonamiento y las

falacias.

Las formas del pensamiento, son operaciones mentales que tienen su propio proceso.

Ellos son la aprehensión, el juicio y el raciocinio.

La aprehensión, es la percepción o la evolución de una imagen conceptual del objeto

que se traduce en palabras. El juicio, es la afirmación o negación de la existencia del objeto. El

raciocinio, en cambio, es la producción de nuevos conocimientos teniendo como base juicios o

proposiciones ya conocidos. Como se puede ver, son fases que aumentan de complejidad en la

medida en que el pensamiento se acerca al análisis e interpretación de los hechos para inferir

nuevos conocimientos, pudiendo romperse el proceso sólo en la primera o segunda forma de

pensamiento sin llegar al raciocinio. El informe psicológico, en tales casos, disminuiría o

perdería su competencia profesional.

Los métodos de razonamiento, más comunes y que pueden cubrir las necesidades de

la especialidad son: el método inductivo y el método deductivo.

Según el método inductivo el raciocinio parte de uno o varios hechos, sucesos o

fenómenos particulares para obtener una conclusión generalizable a todos ellos. La inducción

puede darse por analogía, caso en el que la generalización se da a todos los objetos similares;

o puede darse también por relación de causa a efecto, en la que a causas iguales

corresponden efectos iguales.

Según el método deductivo el raciocinio opera por silogismo, empieza de uno o dos

juicios generales para obtener conclusiones particulares. En otros términos, son indispensables

las premisas o juicios generales para inferir una conclusión particular.

Las falacias, entre tanto, son defectos o alteraciones del raciocinio no intencionados

para llegar a una conclusión. Lo contrario, es un sofisma; es decir, si estas alteraciones del

raciocinio son premeditadas e intencionadas para llegar a una conclusión. Sin embargo, en la

práctica diaria es frecuente ver cómo se distorsiona un sofisma como falacia, porque la

intencionalidad no se quiere reconocer o porque pasa por desapercibida.

Por otro lado, se debe reconocer que existen errores naturales del pensamiento por

uso impreciso o desordenado de las palabras o por una relación impropia de los juicios, a los

que se le denomina falacias lógicas; y, aquellos otros errores producidos por influencia de

variables del sentimientos llamadas falacias emocionales (Gonzales Reyna, 1990).

20

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1.2. LA SEMÁNTICA

La semántica es considerada como una ciencia que trata sobre la significación de las

palabras, entendida ésta como un proceso donde interviene la conceptualización del objeto

llamado también contenido y la expresión que puede ser acústica o gráfica del objeto.

Lo anterior exige del protagonista o redactor de informes, el conocimiento pleno y

preciso de las palabras, es decir, el significado de ellas antes y durante la transmisión de su

mensaje, con el objeto de lograr justo entendimiento de sus lectores y, eventualmente, de sus

oyentes.

Sin entrar en mayores detalles, es conveniente conocer que el significado de las

palabras se dan dentro de tres modalidades distintas: sinónimas, que se refieren a distintas

palabras que tienen el mismo significado; homónimas, que se refieren a palabras que se

pronuncian del mismo modo pero tienen distinto significado; y antónimas, son aquellas palabras

que tienen significados opuestos.

Ejemplos: Sinónimas

Excitación, agitación, conmoción

Sensible, apreciable, perceptible

Homónimas

Amase – de amar – de amasar

Vino – de venir – de bebida

Saco – de sacar – de vestido – de bolsa

Antónimas

Estable – inestable

Paciencia – ira

Sereno – turbado

1.3. LA GRAMÁTICA

La gramática se entiende como el arte de hablar y escribir bien un idioma. Para

lograrlo, es necesario el conocimiento de la ortografía y sus reglas, y de la sintaxis y las

transformaciones que se dan en concordancia a los mensajes que se quiere transmitir.

1.3.1. La ortografía.- Es la parte de la gramática que enseña a escribir correctamente

mediante la articulación de letras y los signos auxiliares de la escritura. Por eso, se puede

conceptuar a la ortografía como el foco fundamental de la redacción.

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La razón de algunos autores de creer que la ortografía es el conocimiento hecho

hábito, permite inferir la importancia que tiene para el redactor saber sus reglas, aunque su

aprendizaje y su dominio dependerá mucho de la práctica persistente y tenaz. No existe otro

camino más agradable que sustituya a la necesidad de dicho ejercicio firme.

La articulación de las letras permiten formar sílabas, el enlace de sílabas forman

palabras y la unión de palabras llevan a la conformación de frases y oraciones y, finalmente, el

discurso.

Interesan a la ortografía, entonces, las letras, las sílabas y las palabras. En otros

términos, interesa la correcta expresión gráfica de ellas.

a) Las sílabas, son aquellas letras cuya unión se pronuncia en una sola emisión de

voz. Algunas se pronuncian de manera débil y otras de manera fuerte, a esta última forma de

pronunciación, que es más intensa, se le denomina tónica; ésta puede llevar el acento

ortográfico o tilde o no llevarlo, dependiendo del tipo de palabras.

b) Las palabras, pueden ser: agudas, graves, esdrújulas y sobreesdrújulas.

Las palabras agudas son las que llevan la sílaba tónica al final de la palabra.

Ejemplo: visión, juguetón, escasez, frigidez.

Las palabras graves, son las que llevan la sílaba tónica en la penúltima sílaba.

Ejemplo: paciente, neurosis, útil, débil.

Las palabras esdrújulas, son aquellas que tienen la sílaba tónica o acento en la

antepenúltima sílaba.

Ejemplo: última, gráfica, estático.

Las palabras sobreesdrújulas, son aquellas que llevan la sílaba tónica o acento antes

de la antepenúltima sílaba.

Ejemplo: tratándosele.

Dentro de esta variedad de palabras existen algunas reglas de acentuación ortográfica

que es conveniente tomar en cuenta:

i) En las palabras agudas:

- Se acentúan cuando terminan en s, n, vocal.

Ejemplo: percepción, través, inglés, empatía.

- No se acentúan cuando terminan en otras consonantes.

Ejemplo: espinal, fetal, feliz, matriz, precoz.

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ii) En las palabras graves:

- Se acentúan cuando terminan en cualquier letras que no sea n, s, vocal.

Ejemplo: prenúbil, dúctil.

- No se acentúan cuando terminan en n, s, vocal.

Ejemplo: innatas, instinto, incesto, imagen.

iii) En las palabras esdrújulas y sobreesdrújulas:

- Se acentúan en todos los casos.

Ejemplo: óptico, técnicas, nostálgico, enséñamelo.

Adicionalmente a estos tipos de palabras, se encuentran las que son de una sola

sílaba, y que se conocen como monosilábicas; éstos no se acentúan, salvo aquellas que tienen

la misma escritura y distinta significación. En estos casos, el acento toma el nombre de acento

diacrítico.

Ejemplos: dé (del verbo dar) y de (preposición)

sí (afirmación) y si (condicional)

más (cantidad) y mas (conjunción).

También forman parte de la ortografía los signos de puntuación tales como la coma, el

punto, el punto y coma, los dos puntos, los puntos suspensivos, la raya, punto y raya, los

paréntesis, las comillas, los signos de interrogación y admiración, y los asteriscos. Cada uno de

estos signos tienen un significado en el proceso de redacción. Por ejemplo, la coma, el punto,

el punto y coma y los dos puntos significan pausas en la construcción de frases y oraciones; los

signos de interrogación, de admiración y los puntos suspensivos denotan entonación de la voz

al leer un escrito; y la raya, el punto y raya, las comillas y el asterisco conducen a la distribución

apropiada de frases y oraciones dentro de un párrafo, igualmente permiten resaltar o separa

una palabra, frase u oración en concordancia con la importancia y profundidad del tema.

1.3.2. La sintaxis.- Llamada también morfosintaxis, enseña el modo cómo deben enlazarse

unas palabras con otras para formar la oración gramatical, y también las oraciones entre sí

para formar la oración compuesta.

a) La frase, es un conjunto de palabras que carecen de verbo (en forma personal) y

que requieren de otro enunciado para lograr un significado. Es decir, de más palabras,

especialmente verbos, y dentro de la oración cumplen la función de sujeto o predicado.

Ejemplos:

El niño Juan Luis carece de movimientos finos

frase sujeto verbo frase predicado

Sus emociones versátiles eran día tras día más significativas

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frase sujeto verbo frase predicado

b) La oración, es un conjunto de palabras que expresa un pensamiento o concepto

cabal, donde el verbo en forma personal cumple un rol preponderante para lograr que ese

enunciado sea completo.

La oración está compuesta por el sujeto de quien se dice algo; por el verbo que es

esencia, acción, pasión o estado; y por el predicado o complemento, lo que se dice del sujeto.

Ejemplos:

Jorge, vecino y excelente médico, ayudó a superar la crisis

sujeto verbo predicado

Los supervisores y los trabajadores llegaron tarde al lugar indicado

sujeto compuesto verbo predicado

Los supervisores y los trabajadores llegaron tarde al lugar indicado y observaron algunos hechos

sujeto compuesto verbo predicado compuesto

Como en estos ejemplos, donde se distinguen algunos detalles sobre oraciones

simples, existen también las oraciones compuestas y otros elementos de la oración.

EL INFORME DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA

“El informe debe tener toda la extensión necesaria para describir al probando tan exacta y

acabadamente como sea posible. (…) elaborar contestando todas las preguntas que el

informante se debe hacer a sí mismo”.

L’abate

El informe de evaluación psicológica, es otro de los medios, de los que se vale el

psicólogo para comunicar sus hallazgos, logrados mediante el uso de técnicas de exploración

psicológica previamente elaborados que sirven de filtros para el conocimiento relativamente

objetivos del individuo.

Las variaciones de estructura, la conceptualización teórica y operativa de cada una de

sus partes y el cuidado de su presentación, son algunos de los tópicos que se exponen en este

capítulo.

1. CONSIDERACIONES PREVIAS

1.1. LA NECESIDAD DE ELABORAR UN INFORME

Se ha dicho con mucha propiedad que las pruebas psicológicas, como otras formas de

recolección de información, son técnicas auxiliares útiles para la evaluación del sujeto. Por

consiguiente, en el informe de evaluación todos los resultados tienen el mismo derecho de ser

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tratados en igual forma. Creer que el informe es solo consecuencia de la aplicación de las

pruebas psicológicas no es, por tanto, muy cierto. Se pueden hacer informes con los resultados

de cada uno de los instrumentos aplicados e incluso con la información obtenida mediante

otras técnicas (entrevista y observación), pero dichos informes siempre serán parciales y de

poca confianza; requieren, en consecuencia, de la información necesaria y suficiente para

elaborar un informe competente, digno de la profesión. Afirmación ésta, que obviamente exige

cierta honestidad consigo mismo. Si se tiene seguridad para creer que la información disponible

puede permitir un informe completo, integrado y continuo, ése es el momento de iniciar su

elaboración.

Lo más importante de todo es que al término de la recolección de la información es

indispensable e indiscutible elaborar el informe – aún cuando tenga que ser él mismo quien

conduzca la orientación psicológica – por cuanto permitirá al psicólogo tener una visión más

clara, precisa y coherente acerca del problema del evaluado, preparándolo para la toma de

decisiones y orientándolo sobre los pasos a seguir a partir de ese instante.

1.2. MAGNITUD DEL INFORME

La magnitud del informe de evaluación está en relación directa con el énfasis y el

enfoque que se le quiera dar a la información que se desea transmitir.

El énfasis tiene que ver con la importancia que a veces se le asigna a determinadas

secciones del informe, haciendo que ellas estén descritas e interpretadas con relativo detalle.

Esta posibilidad se da cuando el referente así lo solicita o cuando nace del propio interés del

psicólogo de priorizar y otorgar mayor peso y espacio a determinadas partes del informe por

considerarla primordial en concordancia con las exigencias del caso, o cuando de la misma

evaluación se desprenden algunos aspectos del sujeto que demanda ser tratado con especial

atención.

En cualquiera de estas posibilidades la magnitud del informe no debe ser mayor a tres

carillas (ver presentación del informe del presente Capítulo).

El enfoque está en relación con el peso o importancia que se le asigna a los

instrumentos o técnicas de evaluación. Por ejemplo, las pruebas psicológicas, cuya importancia

puede llevar a la aplicación de una batería de cinco, seis o más pruebas que se adapten y

respondan a todo tipo de necesidades de la evaluación. El mayor problema surge cuando el

informe es elaborado interpretando los resultados prueba por prueba, para luego hacer un

resumen al final, en lugar de una interpretación global. Cuando en el informe las pruebas se

interpretan una por una la magnitud de éste puede llegar hasta cinco páginas sin mayor

dificultad; mientras que una interpretación global e integrativa no sobrepasará las tres carillas.

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Sucede igual cuando se otorga importancia a otras técnicas, tal el caso del registro de

conductas, donde la exageración llega a su máxima expresión, al minimizar la interpretación a

unas cuantas líneas y tomarse muchas hojas para consignar conductas.

Sin embargo, lo más razonable es pensar en un informe equilibrado, tanto en su forma

como en su contenido. Es decir, un informe no debe ser tan extenso que vaya más allá de las

características significativas del probando, ni tan corto que deje en el aire ciertos elementos

substanciales en la vida del probando.

1.3. CONDICIONES DEL INFORME

Una de las condiciones que debe reunir un informe es lograr el equilibrio, tanto en la

estructura como en el contenido. El equilibrio en la estructura puede obtenerse mediante una

racional distribución de cada una de sus partes. Vale decir, que la parte introductoria – por

lógica elemental – no puede ser más extensa que el cuerpo del informe, así como tampoco la

parte final puede ser más amplia que el cuerpo. Por ello es que cuando se habla de

proporcionalidad estructural se dice que a cada elemento que se le asigna un peso le

corresponde proporcionalmente un espacio, esto da equilibrio a las partes con el conjunto y al

esquema con el texto, además de la relación entre ellos que se debe cuidar. El cuidado implica

atención especial desde el diseño del esquema, por cuanto se describirá las características

esenciales del ser humano como totalidad y no facultades aisladas.

El equilibrio en el contenido, por otro lado, se logra mediante una aguda observación de

la información en bruto y la selección de aquellos datos significativos que mejor describan al

probando. Hablar de características significativas puede ser entendida – como en la estructura

– también como un registro de rasgos aislados entre ellos, salvo que la composición del texto

tenga una relación de causa y efecto que explique el por qué de una u otra conducta.

Es común ver en los informes un conjunto de rasgos sin sentido, muchos de ellos

obtenidos del manual de una prueba psicológica y transcritas en el informe, como si dichas

calificaciones fuesen exclusivas al probando que se ha evaluado. De allí que el informe emitido

acerca de un sujeto resulta idéntico a aquel otro informe elaborado hace una semana, y que

por cierto pertenece a otra persona.

Los resultados que se obtengan de una o más pruebas psicológicas no son mas que

eso, resultados independientes sin ninguna significación, hasta que una comparación analítica

entre éstos y otros elementos conduzcan a una interpretación consistente, peculiar e idóneo.

Por consiguiente, obtener el equilibrio en el contenido de un informe va más allá de una

simple presentación formal de cada una de sus partes (como se verá más adelante); está

26

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ligado al logro de la información relevante y a la forma cómo se enlazan entre ellas, procurando

una relación de causa a efecto, dándole individualidad, consistencia interna y altura profesional.

1.4. EL LENGUAJE EN EL INFORME

Se dice reiteradamente que la mejor manera de controlar el uso del lenguaje del

especialista en sus informes es mediante la “presencia” del lector, es decir, que el lector –

todavía en la mente del escritor – sea quien oriente, limite e impulse el manejo apropiado del

lenguaje, por cuanto será él, la persona más afectada por lo incomprensivo del escrito. El

tecnicismo y la jerga utilizados por el especialista, son generalmente los responsables de tal

incomprensión. Aunque pueden haber otros, como la orientación teórica del profesional (cuya

intervención en el escrito se puede evitar disminuyendo el uso del lenguaje especial) que en

verdad no tiene sentido ni valor para el lector, mucho menos para el probando.

El uso de términos técnicos ha sido vetado por muchos autores como inadmisibles en

un informe. Master y Palmer (en Kloffer, 1975), demuestran separadamente su abierta

oposición al uso de términos técnicos. Kloffer, incluso, trata de demostrar con el apoyo de otros

autores, como Greason y Tolman, lo dudoso que es comunicarse entre psicólogos y psiquiatras

mediante el empleo de algunos términos comunes, tomando en cuenta que los psiquiatras son

afines a los psicólogos clínicos. Es posible observar las mismas dificultades entre el psicólogo

social, laboral, escolar, etc. y los profesionales afines. Pero si un psicólogo prepara un informe

dirigido hacia una persona supuestamente preparada no hay razón para dudar en el uso de los

términos técnicos. Naturalmente, ocurre todo lo contrario si no hay un lector específico o si el

supuesto lector no goza del entrenamiento debido, como es el caso de muchos padres de

familia. En consecuencia, el lenguaje técnico estaría permitido sólo en circunstancias muy

precisas, aún con el riesgo de no hacerse entender. Por esta razón es que existen muchos

autores que se oponen, en absoluto, al uso de tecnicismos en el informe de evaluación, al

extremo que algunos autores han optado por recomendar el uso de una carta como sustituido

del informe, cuando él está dirigido a personas no profesionales (L’abate, 1967).

La jerga, es todavía un obstáculo mayor que los términos técnicos. Se trata de un

lenguaje especial y familiar que usan (entre ellos) todos los profesionales e incluso trabajadores

de oficios u ocupaciones de todas las sociedades. El psicólogo no escapa de esta condición

que se le ofrece inevitablemente desde su formación. Es más todas las pruebas psicológicas,

sin excepción, tienen su propia simbología y su propia terminología operativa, por ejemplo en

las pruebas proyectivas como el TAT, el Rorschach, etc.; o en los inventarios como la prueba

de Edwards, Minnesota, etc., donde los símbolos son válidos sólo para el instrumento en

particular y no para otro. Cuando se tienen los resultados (símbolos) y los significados de

dichas pruebas, pasan a formar parte de la información en bruto y no tienen por sí mismos

valor alguno para el lector del informe.

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Page 28: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

Igual se puede decir cuando el psicólogo pretender hacer uso de terminologías o jergas

de profesiones afines (como la psiquiatría, la economía, la sociología, las relaciones

industriales, el trabajo social, etc.) para que su informe sea comprendido, creándole a la

profesión, con el “injerto” introducido, un halo de dependencia y pérdida de identidad, cuando el

papel primordial del informe, es comunicar a una o más personas un mensaje que permita

elevar el conocimiento que se tiene del probando, para lo cual, la jerga no es la terminología

más apropiada. Realizar una descripción interpretativa de ciertos símbolos, rasgos y conducta

de un sujeto no requiere necesariamente de términos técnicos ni de la jerga. Cuanto menos

uso se haga de ellos, el informe será más inteligible y comprensible. Por tanto, un mensaje no

es comprendido a menos que se use un lenguaje sencillo, claro y fluído, porque como decía

L’abate (1967) con suficiente razón, “nuestra identidad no se logra por medio de la nosología

psiquiátrica, sociológica o administrativa, etc. hasta el punto de usarla en nuestros informes”.

2. ELABORACIÓN DEL ESQUEMA

El esquema del informe de evaluación nace en los primeros contactos que hace el

psicólogo con el probando, es decir, tiene su origen a partir del conocimiento del problema.

Este conocimiento llevará al especialista hacia el planteamiento de algunos presupuestos o

afirmaciones hipotéticas y las formas de abordarlas (procedimientos metodológicos: entrevistas

varias, selección y administración de instrumentos, etc.), haciendo de la evaluación una

investigación en pequeño. En otras palabras, el esquema del informe de evaluación es el

corolario del esquema de investigación evaluativo, aún cuando éste generalmente se conserve

en el plano mental.

De allí que, desde la perspectiva señalada, el informe de evaluación psicológica es la

discusión (interpretación) de los resultados como consecuencia de ése tratamiento dado a la

aplicación de cada una de las técnicas e instrumentos para luego inferir conclusiones que den

respuesta al problema esencial (diagnóstico), confirmando o rechazando las afirmaciones

hipotéticas previas (L’abate, 1967).

Por consiguiente, el esquema del informe de evaluación psicológica que se inicia en los

primeros contactos con el probando, se consolida con la obtención de un conjunto de datos y

resultados del proceso, que ciertamente exige una estructura que sostenga la interpretación de

los mismos.

Así, la estructura o esquema del informe de evaluación que parecía alejada de otras

formas de comunicación profesional, especialmente del informe científico, no es tal. De manera

que, la interpretación como sección existirá siempre en el informe de evaluación, como en el

informe científico, distinguiéndose sólo en la forma de colacionar los elementos internos; es

decir, en lugar de discutir los resultados en comparación con las concepciones teóricas e

investigaciones realizadas antes sobre el tema, como es el caso del informe científico; en el

28

Page 29: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

informe de evaluación se discute y se interpreta los resultados que nos dan las diversas

técnicas e instrumentos entre sí de acuerdo con el grado de significación y consistencia. Es

más, el esquema para ésta interpretación depende del énfasis que se le quiera dar a una u otra

parte del informe, en función al método de interpretación que se emplee, tanto en el esquema

como en su contenido.

Así, con el método inductivo, el esquema está conformado por una parte introductoria,

un desarrollo y una conclusión (Palmer, en Kloffer, 1975); en cambio con el método deductivo

se anticipa un resumen donde se incluyen las conclusiones más significativas, un desarrollo o

cuerpo que la sustente y, finalmente, las recomendaciones (Hammond y Allen, en Kloffer,

1975).

De los dos modelos elementales de esquema indicados, el modelo diseñado por

Palmer es el que se ha adaptado mejor en nuestro medio. algunos ejemplos basados en dicho

esquema nos dará una idea más clara de esta adaptación.

El ejemplo Nº 1, lleva títulos y subtítulos:

Parte introductoria FILIACIÓN (número de la historia, nombre del probando, edad,

lugar y fecha de nacimiento, escolaridad).

MOTIVO DE EVALUACIÓN O ANTECEDENTES.

OBSERVACIONES DE CONDUCTA.

PRUEBAS ADMINISTRADAS.

Desarrollo o Cuerpo RESULTADOS (Funcionamiento intelectual, psicomotricidad,

desarrollo emocional).

Parte final DIAGNÓSTICO.

PRONÓSTICO.

RECOMENDACIONES.

Este esquema de informe es usado generalmente en niños, de manera especial

cuando se tiene sospecha de algún compromiso orgánico, donde los antecedentes y la

exploración de su desarrollo psicomotriz es importante. La ventaja esencial de este esquema

es que la descripción de los antecedentes sustituye con alguna excelencia el motivo de la

consulta, sobre todo cuando no se conoce aún con claridad el problema central del probando;

sin embargo, siempre será útil insistir en tal motivo que lo llevó a consulta, con el objeto de

rememorar y hacer conciencia en los padres sobre el problema fundamental del hijo.

Normalmente los antecedentes (historia) no van en los informes, porque al igual que los

datos directos de las pruebas psicológicas, constituyen el material en bruto para el especialista

29

Page 30: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

y que tienen un valor trascendental allí, desde donde contribuirán a respaldar el análisis e

interpretación del informe.

El ejemplo Nº 2, lleva títulos y subtítulos:

Parte introductoria FILIACIÓN (igual que el anterior).

OBSERVACIONES (autopresentación).

ANTECEDENTES.

ASPECTOS CONDUCTUALES (Registro de conductas: 3 ó 4

hojas).

Desarrollo o Cuerpo ASPECTOS PSICOMOTRICES (Observaciones, resultados).

Parte final DIAGNÓSTICO.

RECOMENDACIONES.

Este esquema resalta las “observaciones” en la parte introductoria y en el cuerpo del

informe; es más, presenta una sección especial sobre “aspectos conductuales”. La abundancia

de conductas que se registra, así como otros datos que se recoge son de vital importancia en

toda investigación, por cuanto permite una interpretación más rica y confiable; pero el informe

de evaluación no es el lugar para hacer una larga lista de conductas o hacer demostraciones

de la cantidad de información que se tiene, mucho menos para hacer petulancias teóricas.

Nadie puede negar que todos ellos constituyen el arma fundamental para que el psicólogo

pueda cumplir su papel cardinal en el informe, el de intérprete-diagnosticador. Pero tales datos

son más útiles desde el archivo, como material en bruto o como material seleccionado.

Ejemplo Nº 3, no lleva títulos ni subtítulos:

Parte introductoria (Observa todos loso datos de filiación, motivo de evaluación,

conducta durante las entrevistas y las pruebas administradas).

Desarrollo o Cuerpo (Absorbe la interpretación de los resultados de pruebas y otras

técnicas e instrumentos utilizados en la exploración intelectual,

de personalidad y otros del probando).

Parte final (incluye la conclusión o diagnóstico, eventualmente el

pronóstico y necesariamente las recomendaciones).

Ejemplo Nº 4, lleva títulos y subtítulos:

Parte introductoria DATOS DE FILIACIÓN (datos generales o de identificación).

MOTIVO DE EVALUACIÓN.

PRUEBAS ADMINISTRADAS.

OBSERVACIONES DE CONDUCTA.

Desarrollo o Cuerpo ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS (Test,

cuestionarios, historia, listas de conductas, entrevistas,

30

Page 31: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

observaciones, etc.). Aspectos intelectuales, de personalidad, y

otras áreas.

Parte final CONCLUSIÓN O DIAGNÓSTICO.

PRONÓSTICO.

RECOMENDACIONES.

El tercer y cuarto esquema denotan cierto equilibrio y proporción entre las partes,

asumiendo que cualquier variación puede darse a nivel de contenido y depende del énfasis que

el psicólogo le quiera dar a algunos elementos internos en concordancia con las exigencias del

caso; sin embargo, es pertinentes reiterar que siendo el informe un documento de diagnóstico,

de deslinde psicológico del paciente, interesa al referente, como decía Mensh (1971) (en

Amorós, 1989), conocer los aspectos intelectuales, la probable lesión orgánica cerebral, los

aspectos afectivos, las conductas antisociales, los intereses, las actitudes y las posibilidades de

cambio en el ambiente; no le interesa, por tanto, los materiales en bruto como la historia o los

test, ni la orientación teórica del psicólogo, lo que importa es el probando y éste es el objeto del

informe de evaluación tanto para el informante como para el lector.

Ambos esquemas son recomendables en tanto mantengan el equilibrio y la coherencia

entre las partes, la objetividad en la interpretación y la claridad en la transmisión del mensaje.

Colocarle o no títulos y subtítulos resulta intrascendente siempre que se mantenga la visión de

unidad, de conjunto, de integración.

3. PARTE INTRODUCTORIA

La parte introductoria es la sección primera e inicial de todo informe de evaluación; está

constituida por muchos datos de relevante importancia; sin embargo, existen ciertos datos

insustituibles, vitales para un informe, sin los cuales el informe no tendría razón de ser. Dichos

datos responden a las preguntas de ¿quién es el evaluado?, ¿qué motivos le impulsaron a

solicitar la evaluación?, ¿qué comportamiento adoptó en el proceso de evaluación?, ¿cuáles

fueron las técnicas e instrumentos que se manejaron en la evaluación?, etc.

3.1. DATOS DE IDENTIFICACIÓN

Algunos psicólogos la conocen también con las denominaciones de “datos generales” o

“datos de filiación”, porque la información que incluyen llevan señas muy personales, tales

como el nombre del evaluado, su edad, sexo, fecha de nacimiento, nivel de educación y la

ocupación que tienen.

El nombre del evaluado implica consignar el primer nombre, las iniciales de los

siguientes en mayúsculas – si los tuviera – y luego los apellidos paterno y materno. La edad,

normalmente va consignada en años cumplidos tanto en niños como en adultos, pero añadir los

31

Page 32: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

meses cumplidos, en niños y jóvenes, no va mal; en ciertos casos incluso adquiere gran

relevancia. La importancia más saltante de dicho complemento radica en el proceso de

desarrollo acelerado de las facultades intelectuales y de personalidad en las dos primeras

décadas de vida del ser humano, por lo que, los cambios (de progreso, detenimiento o

deterioro) pueden operarse en cortos períodos de tiempo.

Consignar el sexo del evaluado no es indispensable, a menos que el nombre del sujeto

sea común al varón o a la mujer que provoque dudas (por ejemplo es muy común en nuestra

sociedad que uno u otro sexo lleve el nombre de “Jesús”, “Dense”, etc.). La fecha de

nacimiento, es otro dato que adquiere importancia cuando se trata de niños, por las mismas

razones señaladas antes; en el adulto en cambio, es suficiente la mención de la edad en años,

salvo situaciones especiales que exijan mayor detalle.

La educación, igualmente tiene más relevancia en niños y jóvenes que en adultos; sin

embargo, la calidad de vida y muchos otros aspectos del sujeto que dependen del grado de

educación, hacen que se le asigne igual importancia. A veces en el adulto, consignar la

ocupación a la que está relacionada la educación, cubre en cierto modo los requerimientos

sobre ella, porque se parte del principio que una persona que realiza determinada actividad es

porque está preparada para ella. No obstante las condiciones de vida de nuestra sociedad nos

lleva a creer que no es así; existe gente de gran valía que se encuentra postergada o

realizando otras actividades ajenas a su entrenamiento académico; o niños que se ven

forzados a trabajar para satisfacer muchas necesidades que sus padres no pueden cubrir. Por

ello, es vital el cuidado, que el especialista debe tener para consignar u omitir un dato.

Por otro lado, hay quienes creen que la fecha de la evaluación y la del informe deben

incluirse en esta sección, cuando lo correcto es incluir solo la fecha de emisión del informe no

en esta sección sino al final. Estos datos no ayudan en nada a mejorar la filiación o

identificación del sujeto. Igual ocurre con el nombre del examinador, título y cargo que ocupa en

el centro de trabajo. Qué sentido puede tener colocar éstos datos de identificación, y las fechas

antes señaladas si al final del informe se van a repetir los mismos datos?. No es acaso el

probando o el problema del probando lo que más interesa?. Se tiene que distinguir claramente

que en un informe no es el examinador el protagonista sino el evaluado, por tanto, si bien no se

exige que el examinador se oculte, tampoco se pretende que se exhiba.

Por consiguiente, todos los datos que no se colocan por ser innecesarios para el caso

en particular, deben formar parte del expediente o legajo en el archivo del evaluador, porque

algunos de ellos no constituyen señas de filiación del evaluado, así como no tienen nada que

ver con la respuesta a la interrogante de ¿quién es el evaluado?.

32

Page 33: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

Ejemplo:

DATOS DE IDENTIFICACIÓN

NOMBRE : César Sandoval Cruzado

EDAD : 14 años

DIRECCIÓN : Av. Perú 1508 – San M. de Porres

GRADO DE INSTRUCCIÓN : 3er. Año de Secundaria

3.2. MOTIVOS DE LA EVALUACIÓN

El motivo de la evaluación es un acápite importante que forma parte de la sección

introductoria. Se trata del problema o de las interrogantes que llevó al sujeto a la consulta, o a

solicitar específicamente una evaluación para cubrir ciertas necesidades del referente. Por ello,

normalmente para consignar en el informe el motivo de la evaluación se recurre a la

descripción del problema actual o, en su caso, se utiliza la solicitud de requerimiento del

referente. De manera que, el motivo de evaluación a consignar en el informe debe ser una

exposición breve pero clara y precisar que oriente al psicólogo hacia una respuesta igualmente

precisa.

Estas precisiones no significan que la evaluación y el informe no abarquen otros

asuntos; que la actuación del psicólogo quede limitada a dichas necesidades; por el contrario,

significa que el profesional tiene la oportunidad de hacer uso de sus condiciones de

especialista para informar acerca del pedido específico del referente; que responsa a las

interrogantes que motivó el estudio y que proporcione otros datos que pueden ser

trascendentales para la vida futura del sujeto – tal como un resultado insospechado que

modifique los planes terapéuticos iniciales en beneficio del paciente o una decisión laboral que

le procure un buen empleo, etc.

Si bien es cierto que las evaluaciones específicas son ventajosas porque conducen

hacia la búsqueda o exploración de situaciones concretas, evitando caer en la “divagación, la

vaguedad, la generalidad y hasta la inutilidad” (Higueras, 1976); también es cierto que las

evaluaciones generales analizadas e interpretadas con cuidado, que no caigan en la fantasía y

otras características negativas señaladas con anterioridad, corrigen errores, cubren vacíos y

orientar al lector hacia decisiones mejoradas. No debemos olvidar que el psicólogo es un

diagnosticador por excelencia; ni el administrador, ni el profesor, ni el psiquiatra como

profesionales afines están preparados para una evaluación psicológica del individuo, por tanto,

las conclusiones del psicólogo son decisivas.

Ejemplos:

- En base al problema central o interrogante:

33

Page 34: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

Dificultades en sus relaciones interpersonales por desajustes emocionales en el

núcleo familiar.

Desmayos frecuentes sin pérdida de conocimientos.

- En base a la solicitud del referente:

Bajo rendimiento escolar.

Lesión cerebral o problemas de conducta?.

Evaluación de la personalidad.

3.3. PRUEBAS ADMINISTRADAS

Sin duda que para cualquier psicólogo detallista y acucioso, la importancia y la

ubicación testimonial en el informe de los nombres de las pruebas administradas en la

evaluación, ha sido siempre un serio problema. Otros, en cambio, han seguido el hábito

adquirido durante su formación profesional o se han adaptado a las normas internas del centro

de trabajo.

Hay quienes creen que es indiscutible el registro del nombre de las pruebas aplicadas

en todos los informes, por cuanto es la única fuente de información para estimar la calidad y la

competencia del informe, bajo el supuesto que las pruebas por sí mismas son capaces de

otorgarle calidad y competencia al informe, o bajo el supuesto que todos los psicólogos son

competentes en el manejo e interpretación de las pruebas consignadas. Puntos de vista, desde

los cuales se justifica el registro del nombre de las pruebas aplicadas en el informe, pero ¿en

todos los casos?.

Otros psicólogos creen que es indispensable el registro de las pruebas aplicadas en el

informe para el conocimiento de cualquier colega o profesionales afín, que desee re-evaluar o

mandar actualizar la evaluación, situación en la que para el nuevo evaluador tal registro será de

gran utilidad. En este caso también se justifica el registro de los nombres de las pruebas

administradas.

Existe, sin embargo, un tercer grupo de psicólogos que perciben que la importancia del

registro depende hacia quien esté dirigido el informe. Se considera que, si el informe está

dirigido a otro psicólogo o a un profesional cercanamente vinculado por su especialidad y que

conozca las pruebas, se justifica su inclusión (por lo general el profesional afín no conoce las

pruebas ni tiene por qué conocerlo); pero si el potencial lector es el interesado o son los padres

o parientes del evaluado, resulta aberrante e injustificado incluir dichos datos en el informe,

más aún, cuando es sabido que casi nadie lleva consigo informes de evaluación anteriores,

menores todavía tratándose de informes con resultados negativos.

34

Page 35: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

Frente a las tres posiciones se encuentra la sensibilidad profesional y el criterio

equilibrado del especialista para determinar en qué momento se justifica la inclusión o no de los

nombres de los instrumentos usados. La más prudente parece ser que se debe evitar su

inclusión o registrarlas cuando se está seguro que su inclusión será de utilidad, de modo

especial para el lector. Es cierto que la calidad de un informe no se mide solamente por el

registro de las pruebas, tampoco la re-evaluación variará sustancialmente los resultados por no

registrar las pruebas en el informe (salvo situaciones muy especiales donde la re-evaluación se

produzca a muy corto plazo); en cambio, dicho registro incluido en el informe que está dirigido a

gente que no conoce o ignora, puede afectar de distinta manera: desde una satisfacción

relativa hasta una incomodidad dolorosa, pasando por una total indiferencia. Aquí, como en

otros casos, el lector a quien va dirigido el informe sirve también como orientador para esta

decisión.

Cuando de todos modos se tenga que hacer el registro, se debe proceder tratando de

ser lo menos rimbombante y lo más escueto posible. Nuevamente cabe decir, que al lector no

le interesa el nombre de las pruebas, mucho menos hacerse problemas por ellos. A esta

inquietud es que debe responder el psicólogo cauto. Por eso, la ubicación formal de dicho

registro debe ocupar un lugar no destacado de la parte introductoria y un espacio muy corto, no

más de tres líneas.

Generalmente, el lugar que ocupa el nombre de las pruebas en el informe es después

de la “descripción de la conducta”, guiado por el orden en que se procede a actuar frente al

probando; sin embargo, el punto de vista lógico-racional para la elaboración del informe indica

que se está en condiciones de registrar las pruebas usadas desde que se consigna el “motivo

de la evaluación”; la descripción de la conducta quedaría entonces ligada al cuerpo del informe.

Ejemplo 1:

- DATOS DE IDENTIFICACIÓN (…)

- MOTIVO DE EVALUACIÓN (…)

- CONDUCTA DURANTE EL PROCESO DE EVALUACIÓN (…)

- PRUEBAS ADMINISTRADAS: Escala de inteligencia de Wechsler, Rorschach y

Mochover.

En el ejemplo anterior, se rompe la secuencia lógica del informe para dar lugar

relevante a las pruebas psicológicas, como si la interpretación se basara exclusivamente en

ellas y no en otros datos obtenidos por otros medios.

Ejemplo 2:

- DATOS DE IDENTIFICACIÓN (…)

- MOTIVO DE EVALUACIÓN (…)

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Page 36: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

- PRUEBAS ADMINISTRADAS: Escala de inteligencia de Wechsler, Test Proyectivo de

Karen y Mochover y Test de la Familia de Korman.

En el ejemplo anterior, se mantiene la secuencia lógica de un informe, donde los datos

de la conducta observada adquiere la relevancia necesaria y su tratamiento sería igual que

otros datos para los efectos de la interpretación global.

3.4. CONDUCTA DURANTE EL PROCESO DE EVALUACIÓN

En esta sección se debe distinguir dos momentos esenciales de comportamiento: aquél

que nace como producto de la autopresentación del probando y aquél que surge como

producto de la intervención entre el probando y el evaluador.

El primero, está vinculado mayormente a la reunión inicial y a los primeros minutos de

las reuniones posteriores. Es donde el sujeto se preocupa y se esfuerza por mostrarse dentro

de los parámetros y estrategias planificados por el mismo, correspondiendo al especialista

actuar como observador pasivo que deja correr con más libertad todo movimiento, gesto o

expresión verbal a partir de una pregunta para conocer el problema central (por ejemplo: ¿A

qué se debe su visita?, ¿Qué motivos le trae a esta consulta? o ¿En qué le podemos servir?,

etc.).

Las actitudes y comportamiento observados a partir de la interrogante, pasan a formar

parte de esta sección del informe y pueden ser los rasgos físicos relevantes (cabello, color de

la piel, movimientos voluntarios e involuntarios, gestos, etc.), la vestimenta (cuidado, limpieza,

etc.), el lenguaje (riqueza-pobreza, fluidez de su comunicación, etc.).

El segundo momento está vinculado a las reuniones posteriores a la primera, donde la

interacción del sujeto y el evaluador es más intensa en base a la mutua confianza y simpatía

logradas. Las interrogaciones están dirigidas u orientadas hacia determinadas actitudes y

conductas o respuestas verbales sobre su conducta usual.

La evaluación a través de instrumentos de medición, constituye parte de esta

estimulación. Las reacciones de agrado o desagrado, de atención o desatención, de interés o

desinterés a ellos, influirán decididamente en los resultados que obtenga el sujeto; aunque,

claro está, el entrevistador juega un papel preponderante para que aquella reacciones sean lo

menos perjudiciales a los intereses del evaluado y, mas bien, predomine una aceptación tácita.

En otros términos, es tarea del psicólogo lograr la confianza necesaria que la situación exige,

para que la observación de las reacciones del sujeto frente a cada uno de los estímulos en el

curso de la evaluación, pasen a engrosar el conjunto de conductas observadas para

necesidades del informe.

36

Page 37: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

De lo anterior se deduce, que sólo de la comparación entre la conducta de

autopresentación y la conducta estimulada se puede inferir la consistencia y la coherencia de

sus afirmaciones y sus actos (entre lo que dice y lo que hace). Gracias al grado de confianza

alcanzado (rapport para unos y empatía para otros) es posible descubrir o no tal armonía y

plantear hipótesis más acertadas.

Aunque la disonancia o desarmonía – de producirse estas conductas – puede ser el

resultado de la patología del probando, que se debe tomar en cuenta, en casos donde la

evaluación es distinta a situaciones clínicas, aquella disonancia adquiere mayor importancia.

Por ejemplo, la evaluación del personal existente en una empresa, la selección del personal, la

evaluación de un prisionero que busca libertad, etc. son algunos casos donde la disonancia es

común porque la posibilidad de mentira o aparentar una pose es más frecuente y exigen del

profesional igual o más cuidado que cuando se trata de pacientes que acuden en busca de

ayuda para salir de sus perturbaciones emocionales y que no tienen por qué faltar a su

honestidad, en situaciones que son de tipo clínico la honestidad del paciente se revela sin

tapujos.

Por consiguiente, la observación del especialista al comportamiento del probando no se

limita a la primera sesión o a sus reacciones frente a la prueba, sino también a las actitudes y

conductas que ocurren a lo largo de la evaluación, desarrolladas en sesiones posteriores a la

primera; llevándonos a detectar las congruencias e incongruencias que permitirán plantear

hipótesis que serán confirmadas o rechazadas solo en comparación con los resultados de los

instrumentos y otros datos en el cuerpo del informe. Por eso resulta vital que la descripción de

la conducta observada en el informe sea lo más objetivo y cuidadoso posible.

Ejemplo:

CONDUCTA OBSERVADA

Es un joven de tez trigueña, contextura delgada, cuidadosamente vestido; se muestra

inquieto, camina de un lado para otro, mete las manos en los bolsillos, habla en voz

baja y con temor; pero a medida que pasan los minutos, se va tranquilizando y su

actitud mejora, pone atención en lo que se le dice y desarrolla las pruebas sin mayor

dificultad.

4. CUERPO DEL INFORME

El cuerpo del informe de evaluación incluye la descripción analítica y la interpretación

de los datos más relevantes y significativos seleccionados de toda la información en bruto,

recogida a través de las técnicas empleadas en la exploración del probando.

37

Page 38: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

La exploración aludida, como se sabe, proporciona un caudal de información que se

obtiene directamente de la observación, la entrevista (anamnesis), la autobiografía y otros

testimonios; e indirectamente, a través de la administración de instrumentos de medición

(pruebas psicológicas, cuestionarios, encuestas) y referencias de terceras personas. El material

de trabajo así obtenido es base fundamental que servirá para la selección y distinción de la

información importante de las que no lo son. Más adelante aquellas formarán parte cardinal de

los rasgos más visibles y centrales del probando, quedando los demás como material de

observación latente en los archivos del especialista. Sin embargo, existe todavía cierta

información conformada por los símbolos, letras, números y terminologías muy peculiares de

cada técnica, que sin ser secundaria, poco importante o periférica, también queda eliminada en

el informe por no tener ninguna utilidad para el lector, entorpece la fluidez del informe y el ritmo

de la lectura, y muchas veces, incrementa su incomprensión. El único dato importante aceptado

por la mayoría de los psicólogos que debe ir directamente en el informe, sin modificaciones, es

el cociente de inteligencia (C.I.).

De este modo, la descripción analítica trabaja sobre una base sólida y consistente, por

ello la exigencia de la objetividad en el análisis de los hechos, conductas, actitudes, intereses,

motivaciones directas o inferidas, etc., procurando mantenerse alejado de la fantasía y la

especulación para exponer con fidelidad los rasgos que mejor describan al sujeto en cuestión.

Tratándose de un ser humano, no basta con una descripción objetiva, que bien puede

confundirse con entes inanimados, sino que se hace indispensable una interpretación que

ayude a explicar el significado de cada conducta en relación con otros fenómenos de su

entorno que están produciendo tales características.

Por tanto, la interpretación implica integrar en un todo armónico cada uno de los datos

relevantes en lugar de una interpretación prueba por prueba, que obligaría al psicólogo a tener

que interpretar igualmente los demás datos por separado. Obviamente, no es éste ensayo

intrascendente lo que se pretende en un informe, sino lo que es más útil para el lector y para el

probando. Una “trama”, un “tejido” en la composición del texto, con frases y oraciones,

cláusulas y transiciones que permitan el enlace perfecto, sin disloques entre fenómenos

causales y aquellas características actuales y actuantes del sujeto como efecto, cubren esta

necesidad. Un resumen integrado y de ilación lógica que lleve un mensaje claro, lleno de

sentido, coherente y propio, es suficiente para alcanzar conclusiones firmes que ayuden a

tomar una decisión. Dicho de otro modo, se debe evitar la transcripción de frases de los

manuales de las pruebas.

Ahora bien, ¿qué contiene o que debe contener ése texto que demanda de una

disciplina profesional a carta cabal de parte del psicólogo?, la respuesta va ligada a la

estructura interna del cuerpo del informe y donde los psicólogos mantienen aún algunas

38

Page 39: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

discrepancias, aunque se encuentra concordancia en las partes substanciales. Ellas

corresponden a las funciones intelectuales, a los diferentes rasgos de personalidad y otras

áreas de desarrollo del sujeto.

4.1. DESCRIPCIÓN E INTERPRETACIÓN DE LA INTELIGENCIA

De todas las técnicas existentes para la evaluación del rendimiento intelectual,

probablemente las más confiables y válidas son las pruebas psicológicas de inteligencia; éstas

abarcan una diversidad de áreas o facultades, permitiendo una visión amplia aunque relativa

del potencial intelectual del sujeto. Dicho de otra manera, a pesar que las pruebas de

inteligencia son instrumentos de medición mejor dotados para conocer el funcionamiento

intelectual del sujeto, sus resultados no poseen cualidades mágicas ni son medidas absolutas

que solucionen problemas. Los resultados requieren ser integrados a otros datos provenientes

de otras técnicas, para ser interpretados de modo apropiado.

No olvidemos que las pruebas de inteligencia están construidas sobre la base de la

educación y la cultura de las personas, de las cuales nadie puede escapar. Una cosa es ser

inculto y otra distinta ser menos culto. En nuestro medio cuando llamamos inculto al menos

culto, estamos suponiendo a-priori que hay personas que no tienen cultura, situación

improbable si no imposible. Dentro de esta percepción existen pruebas que permiten medir el

funcionamiento intelectual de personas altamente educadas y cultas y de aquellas que son

relativamente menos cultas, como es el caso de los analfabetos o iletrados que tienen menos

educación formal y cultural dentro de los sistemas y normas socio-culturales dominantes, pero

que obviamente pueden tener una educación singular y una cultura rica dentro de su grupo

social. Es decir, existe gente muy inteligente entre los analfabetos que podrían pasar por

deficientes si el psicólogo actúa con incompetencia.

La biografía, autobiografía, anamnesis y el currículum vite, así como el comportamiento

y las actitudes observadas durante el examen, son fuentes de información que ayudan a

complementar los datos proporcionados por las pruebas de inteligencia y sin las cuales

difícilmente se puede llegar a una interpretación apropiada.

Un rendimiento alto durante sus estudios (primaria, secundaria y superior); un buen

desenvolvimiento en el trabajo, etc. son indicios de buen funcionamiento intelectual y que

deben ir homogéneamente con los resultados de la prueba. Sin embargo, una situación

contradictoria e incoherente puede ser consecuencia de la patología del probando o puede

indicar la falta de cautela del examinador para lograr su confianza. Las condiciones de

inseguridad, desconfianza, hostilidad, etc. creada y sostenida en el proceso de evaluación por

falta de tacto del evaluador lleva a una escasa colaboración del cliente, disminuyendo

consecuentemente su rendimiento en las pruebas; o al revés, un comportamiento benevolente

39

Page 40: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

del evaluador, con resultados mayores al esperado, conduce a confusiones de alto riesgo en la

interpretación. Es decir, cuanto mejores sean las condiciones que ofrezca el examinador al

probando – si llegar a la exageración – será menor la posibilidad que las variaciones de su

funcionamiento intelectual recaigan sobre los hombros del especialista y mayor la aproximación

a una interpretación fidedigna.

Por cierto, la interpretación de las pruebas de inteligencia no se quedan en la

homogeneidad o discrepancia del cociente de inteligencia (C.I.), que permite hacer inferencias

esenciales en comparación con variables de desarrollo del sujeto, tales como la educación,

edad, procedencia, etc., sino que haciendo uso de éstos y otros datos procedentes de otras

fuentes, se ingresa al análisis cuantitativo de resultados, comparando éstos internamente (bajo

el supuesto aceptado de consistencia interna de la prueba).

Por ejemplo, en pruebas como la escala de inteligencia de Wechsler (1958), la

interpretación del funcionamiento intelectual general es seguido por la interpretación de la

prueba verbal en comparación con la prueba de ejecución, cuyo mayor o menor grado de

discrepancia llevará a inferir conclusiones iniciales de organicidad, esquizofrenia, y tal vez,

algunos rasgos todavía neuróticos; y por último, la comparación entre los subtest cuyo mayor o

menor grado de diferencias en el puntaje sobre la base de la norma (promedio), nos indicará el

funcionamiento intelectual más específico del sujeto, como el de la atención, memoria,

pensamiento, lenguaje, etc. En esta necesidad una descripción analítica e interpretativa

completa, es lo ideal; sin embargo, trabajar sobre la base de las áreas de más alto y bajo

rendimiento en relación a la norma es lo más prudente, tomando en cuenta que la abundancia

de datos en el informe – más aún si es irrelevante – hace más compleja la comprensión del

informe. A este método, basado en la interdependencia de las pruebas, usado también por

Kahn (1957), Wechsler (1958) le denominó tamices sucesivos, cuya importancia fundamental

del método radica en que no solamente permite analizar y describir lo cuantitativo, sino que

partiendo de él se hacen inferencias cualitativas sobre dichas discrepancias, vale decir, sobre

el significado de ellas. La interpretación cualitativa (contenido) de cada una de las respuestas

añadida a las cuestiones cuantitativas enriquecerán sin duda la interpretación y, por ende, al

informe mismo. Como dice Garfiel (1979):

En algunos casos los datos obtenidos de las pruebas de inteligencia ayudan a

descubrir algún funcionamiento perturbado en el cliente (…), So la ejecución del

individuo es demasiado errática (…) se puede sospechar que existe alguna

perturbación. La ejecución errática es evidente cuando las respuestas del sujeto a las

diversas partes de la prueba son claramente desiguales, o (…) aparecen ciertas

discrepancias nada comunes dentro de alguna parte de la prueba. Por ejemplo, si el

sujeto fracasa en puntos fáciles y responde en puntos difíciles (…) una serie de

40

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respuestas raras, altamente personalizadas o grotescas, con frecuencia son indicios de

una grave perturbación mental.

Por eso, aceptado el supuesto que los principios del método usado por Wechsler son

aplicables a otras necesidades similares, se puede decir que cualquier prueba de inteligencia

conduciría al intérprete a conocer las habilidades y limitaciones de un sujeto. La escasa

memoria para retener datos inmediatos o pasados, nos estaría indicando las restricciones de

su capacidad o el deterioro de su atención y concentración por razones de ansiedad o acaso

alguna perturbación orgánico-cerebral; igualmente, un mediocre conocimiento del lenguaje

sería indicio de su escasa oportunidad de aprendizaje, etc., en contraste con algunas

habilidades extraordinarias que saltan a la vista, que según el tipo de función intelectual o área

de que se trate, no sólo puede indicar el potencial de rendimiento sino alteraciones

emocionales que estarían influyendo en su desenvolvimiento intelectual, como el grado de

comprensión, su percepción visual-espacial, etc.

Por consiguiente, también la revisión de cada una de las respuestas, cuya riqueza del

contenido - independientemente a la puntuación – da al intérprete argumentos de gran valor

para conocer cuál es el ajuste del sujeto en su vida de relación y en su contacto con la realidad,

permite el planteamiento de algunas hipótesis que servirá de enlace con la interpretación de la

personalidad en el informe.

Todas estas consideraciones de homogeneidad y discrepancia en el análisis

cuantitativo y cualitativo entre los datos internos de las pruebas y los observados en la

información adicional que demuestran su desenvolvimiento cotidiano, llevan al intérprete,

mediante el método deductivo, a tener una idea clara y completa de cuál es el funcionamiento

intelectual del sujeto. Esta idea detallada y exacta es la que se escribe en el informe. Será útil

explicar qué áreas, cómo funcionan cada una de ellas y por qué funcionan así, para finalmente

hacer algunas deducciones como corolario inicial de un engranaje mayor del cuerpo del

informe.

Ejemplo:

DESCRIPCIÓN E INTERPRETACIÓN DE LA INTELIGENCIA

En la escala de inteligencia de Wechsler, el probando obtiene un CI de 108,

que lo ubica en la categoría normal. Su rendimiento en la escala verbal y en la escala

ejecutiva es homogénea; entre tanto, su rendimiento intra-test nos indica, su buena

capacidad para el manejo de conceptos cuantitativos, cálculo y razonamiento numérico,

pensamiento abstracto y asociación de ideas. Igualmente, su capacidad de

organización visual le permite distinguir detalles esenciales, destreza motora y memoria

en el desempeño de las tareas. Mientras que su capacidad para la atención y

41

Page 42: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

concentración, así como la adaptación a situaciones sociales, alcanzan un bajo nivel,

posiblemente debido al poco interés que tiene por aprender.

4.2. DESCRIPCIÓN E INTERPRETACIÓN DE LA PERSONALIDAD

La descripción e interpretación de la personalidad, es otro punto que se incluye

necesariamente en el cuerpo del informe. Aunque no fuese éste el pedido del referente se debe

considerar en todo informe de evaluación.

La percepción que se tiene de la personalidad como un “comportamiento integrado y

organizado del individuo que lo caracteriza como tal, es decir, como una persona única, distinta

de las demás” (Garfield, 1979), sintetiza también la concepción de otros autores (Beck, 1965;

Dana, 1972; Allport, 1968 y otros), que nos obliga – por la amplitud del concepto, a pesar de la

variedad de definiciones de otros autores – a actuar en la práctica cotidiana con un criterio más

profesional. Dicho de otro modo, si se quiere tener una idea relativamente clara y exacta acerca

del sujeto en cuestión, es preciso una evaluación y un informe que consigne no sólo la

inteligencia (porque dentro del concepto revisado de personalidad está incluido la inteligencia

como parte de ella), sino también aspectos afectivo-emocionales, relaciones interpersonales,

comportamiento frente a los estímulos sociales y culturales, su ajuste y posibilidades de cambio

en el ambiente, intereses, motivaciones, entre otros.

La misma magnitud de discrepancias que se observan en la definición, se encuentra en

la explicación de la estructura y organización de la personalidad. Sin embargo, existen también

muchas semejanzas entre las personas, sin las cuales hubiera sido imposible el desarrollo de

la psicología como ciencia y de la sociedad. Si “en el contexto clínico, la (…) semejanza entre

individuos permite al clínico utilizar la técnica de presuponer similitudes, referirse a las normas

de un test o diseñar teorías de la personalidad, desarrolladas a través de la investigación con

otras personas “ (Anastasi, 1970), en el contexto educacional, social y laboral ocurre lo mismo,

es decir, el principio es aplicable a otros campos de la psicología; y de manera más concreta,

en la evaluación de la personalidad.

A pesar de lo anterior, el informante seguirá apoyándose en su intuición, porque las

normas que se han establecido para la medición de la personalidad no son aún confiables; de

allí que cuando se trata de explorar la personalidad la exigencia es administrar más de dos

pruebas, y complementarlas con biográficas, autobiografías, datos de la entrevista y de la

observación. Las pruebas de personalidad, admitámoslo, están menos desarrolladas que las de

inteligencia. Por lo mismo, éstas como aquellas siguen siendo instrumentos exploratorios e

insuficientes para el conocimiento cabal de una persona.

42

Page 43: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

Ahora bien, ¿cómo usar aquellos datos insuficientes pero indispensables que nos

proporcionan las pruebas psicológicas y, por adición, datos que se obtienen por otros medios?.

Cuando nos referimos a la inteligencia en el título anterior, recurrimos a un principio básico que

es el de interdependencia de las pruebas, donde el método de los tamices sucesivos funcionó

con excelencia para la interpretación de las pruebas de inteligencia que Wechsler elaboró. Pero

también fueron necesarios y útiles el uso de otros método para afinar dicha interpretación. La

interpretación de la personalidad, exige, además, de ciertos métodos de invalorable utilidad,

tales como el análisis de secuencia, el análisis formal, de contenidos, de signos y el de

comparación por asimilación y contraste que L’abate (1967) nos presenta en detalle. Claro está

que algunos de estos métodos resultan útiles también para la interpretación de la inteligencia;

por tanto, no debe entenderse como exclusivos para las pruebas de personalidad.

El análisis de secuencia se sustenta en las características esenciales de la prueba.

Hace uso de los estímulos construidos en series secuenciales – no necesariamente uno

después de otro – que van desde preguntas sencillas a discretas, cuyas respuestas sueltas o

integradas tienen la virtud de dar una idea del comportamiento del sujeto en esa área. Se trata,

entonces, de asociar las respuestas con relación a la norma o clave. Por ejemplo: el TAT y el

Rorschach son pruebas representativas para este tipo de interpretación, donde la percepción

que se tiene del animal y el movimiento del mismo (dos conejos que bailan), están asociadas a

la pasividad y a una rica vida ulterior, igual sucede con las respuestas agresivas (dos tigres).

Por ello, L’abate nos dice que después de un período de entrenamiento y experiencia es

posible aprender a “asociar cierto tipo de secuencias con cierto tipo de comportamiento”.

El análisis formal, por su lado, es un método que recurre a las características

estructurales de la prueba, por ser éstas los rasgos más confiables de la personalidad. En otros

términos, los puntajes, símbolos, etc. consignados en la estructura de la prueba son los que

adquieren un significado relativamente objetivo, basado en trabajos de investigación, cuyo

análisis estadístico permitió inferir dichos significados.

El análisis de contenido, entre tanto, es el método que para la interpretación se apoya

en las cualidades individuales, idiosincrásicas y particulares. Por ejemplo: un sueño o una

respuesta a un estímulo abierto, son tan singulares que permiten inferir cierto comportamiento

igualmente especial que lo diferencia de otros sujetos. Es, pues, un análisis esencialmente

cualitativo, a diferencia del cuantitativo que se basa en parámetros estructurales y normativos,

tal como en el análisis formal. Por eso se dice que el análisis de contenido mide el qué del

resultado y no el cómo, o sea el contenido de las respuestas.

43

Page 44: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

El método de signos consiste en ubicar en las respuestas o en el comportamiento del

sujeto, características muy particulares y discretas que conducen a diferenciar un sujeto de

otro. Así como es difícil encontrar un signo, sin apoyo y sin que por sí mismo pueda llevar a un

diagnóstico, porque permanece suelto, también en análisis profundo de éstos puede conducir a

un diagnóstico significativamente fino y probablemente insospechado. Por eso, el manejo de

los signos como método de interpretación requiere de una experiencia basta y especial.

Finalmente, se tiene el método de la comparación entre dos y entre varias pruebas, que

se sostiene en las relaciones que existe entre parte a parte y de parte a todo. En este método

la respuesta en una prueba está relacionada en la actuación general del probando en la prueba

e igualmente ésta se relaciona con la totalidad de las pruebas administradas, a diferencia de

los métodos anteriores, que tenían que ver fundamentalmente con la relación interna de la

prueba.

La relación en el método de comparación, entre dos y entre varias pruebas, se

establece por asimilación y contraste (Berkowitz, 1960, en L’abate, 1967). La asimilación, como

su nombre lo indica significa que las respuestas son asimiladas en forma aditiva (1+1+1+…) en

base a la similitud y convergencia de las inferencias, de la consistencia y de la congruencia que

existe entre ellas. El contraste, entre tanto, significa rechazar, dejar de lado o eliminar las

respuestas disímiles, inconsistentes, divergentes e incongruentes con las normas totales de

funcionamiento del sujeto; en todo caso, si estas condiciones tienen sentido deben ser

interpretados con cuidado.

Ahora bien, administrada y calificada las pruebas de personalidad por un lado; y

sistematizada y seleccionada la información proveniente de la observación y las entrevistas por

otro; se pasa a interpretar los resultados con la ayuda de los métodos antes señalados,

tratando de integrar ideas totalmente clarificadas, materializándolas luego en el informe. La

interpretación, por tanto, es un proceso previo a la redacción misma del informe, para que la

fluidez de las ideas no tengan mayores interferencias durante el proceso de redacción.

La redacción del informe que expone los rasgos de personalidad es un trabajo delicado

y minucioso que se apoya en el método deductivo para una descripción e interpretación (o

discusión) del comportamiento del probando. Esta descripción e interpretación “es única para

cada persona y abarca tanto los problemas de conducta específicos que el individuo manifiesta

como las circunstancias antecedentes que llevaron a su desarrollo” (Anastasi, 1970).

En otros términos, no solo interesa consignar en el informe las conductas actuales

frente al ambiente sino también las causas de donde proceden y las circunstancias en las que

se incubaron. Detalles como las fuentes de socialización (familia, escuela, barrio, universidad,

44

Page 45: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

trabajo, clubes, etc.) en las que creció el individuo, sus reacciones en su interacción con el

mundo, sus relaciones interpersonales, las áreas de conflicto, etc. constituyen datos de vital

importancia para comprender sus motivaciones e intereses que lo impulsaron a comportarse

como lo hace. Igualmente será útil conocer y plasmar en el informe sus mecanismos de

defensa y ajuste que el probando utiliza en su desenvolvimiento cotidiano, tanto para

enfrentarse a los conflictos cuanto para absolver complicaciones afectivo-emocionales,

disminuyendo o evitando angustias.

Este proceso de análisis e interpretación que implica todo una cadena de conductas

“causa-efecto”, consignando en el informe, es una situación que no puede ser negada por

teoría alguna. Las diferencias teóricas para los efectos del diagnóstico – si todavía las hay –

son de muy poca importancia. De todos modos, la flexibilidad del especialista es una cualidad

indispensable para lograr un informe imparcial y objetivo que cubra las expectativas del lector,

más allá de los intereses teóricos del especialista.

Tampoco sirve de nada llenar el informe de adjetivos o denominaciones diagnósticos

siguiendo la tradición psiquiátrica (neurótico o psicótico, etc.), cuando una descripción detenida

de esas mismas denominaciones resultan mucho más útiles; y si a ello se le añade las

posibilidades de adaptación del sujeto o los mecanismos de ajuste antes referidos, permitirán al

especialista o al lector una orientación más solvente para la toma de decisiones sobre el futuro

del evaluado.

Ejemplo:

DESCRIPCIÓN E INTERPRETACIÓN DE LA PERSONALIDAD

César es un joven que desarrolla su actividad cotidiana en un ambiente familiar

desintegrado; sus padres divorciados y su participación tanto económica como afectiva

mínimas, crean en él, desconfianza, sentimientos de no pertenencia al núcleo familiar,

carencia afectiva y rasgos de agresividad que son descargados frente a los miembros

de la familia con quienes viva; es posible que debido a estos conflictos familiares,

desplace sus sentimientos en un comportamiento negativo también frente a la escuela,

desembocando en un bajo rendimiento escolar como mecanismo de agresión consigo

mismo y con los de su entorno.

4.3. DESCRIPCIÓN DE LOS INTERESES VOCACIONALES Y OTROS

Es el tópico final del cuerpo del informe y, como tal, no estaría completo si no queda

dicho algo sobre áreas específicas como las evaluaciones de interés vocacional.

Es posible que temas como los de interés vocacional tengan alguna particularidad, pero

nada especial para ser tratado de distinto modo que a un informe moral; por el contrario no son

45

Page 46: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

sino un complemento, si bien específico, pero que no pueden estar desligados de las funciones

intelectuales y afectivo-emocionales de la personalidad. Es más, los intereses son parte

fundamental de la personalidad y que deben ser vistos en todos los informes.

Sin embargo, por tratarse de un pedido específico se debe poner más énfasis en

ciertos detalles que ayuden a una mejor percepción del punto en cuestión. Es obvio suponer

que la inclusión de pedidos similares tengan el mismo tratamiento; pero la ubicación en el

cuerpo del informe no siempre es al final. Por ejemplo, la necesidad de explorar sospechas de

lesión cerebral. En estos casos, generalmente, llegado el momento de informar se le incluye

como parte del análisis de las funciones intelectuales en tanto comprometa o perturbe su

rendimiento en dichas áreas (motricidad, precepto-espaciales, memoria, etc.), y dentro del

análisis de la personalidad si sus consecuencias están afectando facultades emocionales en su

desenvolvimiento cotidiano

5. CONCLUSIÓN

Es la parte final del informe de evaluación y está constituido por el diagnóstico, el

pronóstico, las recomendaciones, la fecha de emisión del informe y el nombre y firma del

informante.

5.1. DIAGNÓSTICO

La psicología clínica, acorde con la tradición psiquiátrica – que es esencialmente una

rama de las ciencias médicas – todavía sigue utilizando el término de diagnóstico para clasificar

a los pacientes con trastornos mentales de acuerdo a ciertas categorías nosológicas (neurosis

conversiva o disociativa; esquizofrenia hebefrénica, catatónica, paranoide, etc.) o patrones de

comportamiento (Garffiel, 1979; Kloffer, 1975). En ese sentido, el diagnóstico se convierte en

una tarea de etiquetado o colocación de rótulos al paciente, poniendo así en duda la calidad y

profundidad con que el psicólogo desarrolla sus evaluaciones. Por ese camino, como señala

Garfield (1970), “muchos diagnósticos (…) carecen de confiabilidad y con frecuencia son

pobres sustitutos de una valoración profunda del paciente” y añade con mayor precisión la falta

de confiabilidad que ofrece el diagnóstico psiquiátrico.

El diagnóstico definido médicamente como el conjunto de signos o síntomas que sirven

para fijar el carácter de una enfermedad, es cada vez menos usado por los psicólogos, porque

día tras día descubren que el análisis e interpretación que hacen a sus datos van más allá de

una simple relación de signos o síntomas; siendo ellos, solo indicios de perturbaciones que

muchas veces no se consignan en la clasificación psiquiátrica. El psicólogo se da cuenta que

puede contribuir no sólo a llegar a conclusiones más finas, sino orientar una decisión más

beneficiosa para el probando.

46

Page 47: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

Gracias a la contribución de psicólogos dedicados a otras actividades de qué hacer

profesional (educacional, social, organizacional, laboral, etc.) la tendencia es abandonar la

terminología de diagnóstico en sus informes para sustituirlo, para bien, por el reconclusión. Sin

embargo, existen todavía clínicos que se resisten a abandonar sus hábitos tradicionales y

prefieren usar ambos términos indistintamente como si fuesen sinónimos, aunque con un

contenido más flexible que describe las molestias del sujeto, dando así una respuesta precisa a

las interrogaciones o problemas que motivó la asistencia del sujeto a una evaluación

psicológica.

La conclusión, en su sentido más estricto significa inferencia, deducción, consecuencia

o proposición que surge de premisas discutidas y probadas en el cuerpo del informe. Así, por

ejemplo, si se hace uso de los lineamientos tradicionales – especialmente en clínica – basados

en la sintomatología no sería fácil distinguir entre el histérico y el epiléptico; sin un análisis

minucioso de los hechos interpretados, tomando en cuenta los rasgos significativos

encontrados a través de las pruebas no permitiría llegar a inferencias distintivas muy claras.

Algo más, el trabajo del psicólogo está vinculado también con evaluaciones a personas

“normales”, no patológicas, es decir, no clasificadas en la patología, es decir, no clasificadas en

la nosología psiquiátrica (incluso en psicología clínica), casos en los que no basta con indicar

que es normal, sino que requeriría de una explicación sobre la dinámica de su funcionamiento

intelectual y afectivo emocional en el cuerpo del informe, y luego plantear la proposición o

respuesta en la conclusión.

Ejemplo:

DIAGNÓSTICO

Es un joven de inteligencia normal, dentro de un ambiente familiar inadecuado que

desencadena problemas de conducta y bajo rendimiento escolar.

5.2. PRONÓSTICO Y RECOMENDACIONES

El pronóstico implica el conocimiento anticipado de una reacción o comportamiento

frente a estímulos ambientales (trabajo, colegio, barrio, etc.), químicos (tratamiento

farmacológico) o psicológico (psicoterapia), gracias a indicios obtenidos mediante diversas

técnicas durante la evaluación.

En clínica el propósito puede significar la recuperación o deterioro del paciente frente a

estímulos naturales o frente a determinado tipo de tratamiento, permitiendo decisiones como el

cambio en el tipo de terapia, hospitalización, salida y tal vez su ajuste funcional en su entorno

(comunidad).

En otras áreas de qué hacer psicológico, las predicciones siguen siendo útiles para

decisiones de contratación de personal, permanencia, rotación, ascensos y promociones en el

47

Page 48: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

centro de trabajo; igualmente, la reubicación del niño o joven a otro centro educativo o la

admisión en un centro, acciones que se deben también a decisiones tomadas a partir de sus

niveles de funcionamiento.

Las pruebas psicológicas, tanto las de inteligencia como las proyectivas, tienen la virtud

de proporcionar indicios que pueden llevar a predicciones de este tipo (por ejemplo, el

Rorschach tiene la cualidad de detectar al productor potencial de accidentes). Investigaciones

sobre la utilidad de las pruebas para estos fines demuestran que sí es posible. Usando los

ítems del MMPI, Barron F. preparó la prueba Barrow’s Ego Strenght Scale (1953) y logró

demostrar su utilidad comparando grupos psiconeuróticos con y sin mejoría (Anastasi, 1970).

Del mismo modo se hace alusión a algunas láminas del TAT, del Rorschach y algunos ítem’s

del test de completamiento de frases, para señalar que estimulan “reacciones características

del paciente frente a la autoridad o a las personas autoritarias” (Kloffer, 1975).

Contados autores indican, que en determinados casos también la anamnesis es útil

para el pronóstico. Por ejemplo, para distinguir los procesos esquizofrénicos de las reacciones

esquizofrénicas, siendo el pronóstico más favorable en éstos últimos casos.

Por consiguiente, si bien el psicólogo no está obligado a un pronóstico en el informe,

que prediga el ajuste del sujeto a las circunstancias de su ambiente o a las condiciones que le

ofrece el tratamiento, más aún si no tiene seguridad sobre dicha adaptación, puede limitarse a

exponer la conclusión y hacer recomendaciones sobre esa base, procurando cubrir las

expectativas del referente (psiquiatra, psicoterapeuta, profesor, padres de familia, etc.).

A este nivel del informe se debe esta también posición, si es preciso, de explicar a los

interesados sobre los alcances del informe, orientarlos y guiarlos para que adopten las medidas

o previsiones convenientes. “Una intercomunicación de respeto mutuo (…) es vital para la

elaboración de un buen informe o un buen tratamiento del caso”. Así, por ejemplo, “las

recomendaciones dirigidas a los maestros debe incluir lo que se espera del niño en una clase

regular o especial y cómo puede ayudar el maestro mediante una comprensión de sus

problemas (Higueras, 1976).

Las recomendaciones deben ir a una debajo de otra, si es posible numeradas; deben

estar expuestas en forma precisa, clara, práctica y realizable, tomando en cuenta las

condiciones económicas, sociales y culturales de su entorno natural. Como dice Higueras, se

deben evitar recomendaciones teóricas, ideales no podrán ser nunca llevadas a la práctica.

Ejemplo:

48

Page 49: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

PRONÓSTICO Y RECOMENDACIONES

Sus posibilidades de ajuste en el ambiente familiar y escolar son grandes, tomando en

cuenta su corta edad, su capacidad de discernimiento y el control de las condiciones

que estimularon sus molestias.

Para lo cual será indispensable:

Orientar a los padres en asuntos como:

- Conceder comprensión, afecto y confianza para mejorar los lazos

familiares.

- Hacer partícipe al hijo en las decisiones importantes del hogar para una

mayor integración en el núcleo familiar.

- Conducir la comunicación familiar hacia un mejor entendimiento de la

ruptura de pareja.

Elaborar un programa de orientación psicológica para el joven, considerando sus

motivaciones e intereses que le permita forjar su desarrollo integral.

Finalmente, es imprescindible saber que el diagnóstico o conclusión es consecuencia,

del análisis e interpretación logrados a partir de la evaluación; es decir, es el que proporciona la

información que responde a las interrogantes del referente o a los problemas del probando. Y

se convierte a su vez en base fundamental del pronóstico y/o de las recomendaciones. En otras

palabras, la dinámica de la personalidad del probando en el informe tiene que estar

relacionada, enlazada, encadenada necesariamente con la conclusión, el pronóstico y las

recomendaciones para una decisión práctica.

En organizaciones laborales, se usa pocas veces el pronóstico. Las decisiones se

toman a partir de las recomendaciones y, esencialmente, a partir de las conclusiones. A veces

se deciden sin tomar en cuenta ninguna de las alternativas, esto no debe ser entendido por el

informante como una situación de menosprecio a las alternativas de solución planteadas en la

recomendaciones y, por ello, sentirse resentido e inseguro y no incluir en su informe.

Como especialista, el psicólogo está obligado a incluir siempre sus puntos de vista y

sus opiniones, aunque no se las soliciten. La sección de recomendación es un buen lugar para

ello.

5.3. FECHA, NOMBRE Y FIRMA

Esta es la sección donde la fecha juega un papel importante. La fecha es la de emisión

del informe y no la de evaluación; se consigna al final del informe, precediendo al nombre y la

firma, es el que indica el lugar, el día, el mes y el año en que se emite el informe. La fecha de la

evaluación se consigna en las hojas de la entrevista, en los protocolos de las pruebas y como

tales pertenecen al archivo del especialista.

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Page 50: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

El hecho de que no se emita el informe inmediatamente después de la administración

de las pruebas o cuando se tiene la información completa, no es un problema del lector, lo que

está en juego es la honestidad del informante por no hacerlo de inmediato; en todo caso, la

evaluación ya no tiene vigencia y tendrá que someterse a una nueva evaluación, situación en

verdad engorrosa pero irremediable que tendrá que enfrentar por su negligencia.

Por otro lado, el nombre y la firma del informante es lo último que se coloca en el

informe de evaluación individual. Algunos psicólogos suelen incluir su nombre y apellidos en la

parte introductoria y luego la repiten al final. Es obvio que hechos como éste pierden sentido y

seriedad y no existe ninguna justificación para hacerlo. En casos especiales donde la

organización u oficina es la responsable, van los nombres y firmas de evaluador-informante y el

del supervisor o jefe de oficina.

Por último, no es suficiente consignar el nombre y los apellidos del informante, es

preciso la rúbrica, para otorgar al informe la seguridad y confianza de un documento altamente

especializado y profesional.

Ejemplo:

Lima, 18 de Setiembre de 1992

__________________________

Nombre y firma del psicólogo

6. PRESENTACIÓN DEL INFORME DE EVALUACIÓN

Probablemente los primeros tropiezos que tienen muchos estudiantes durante su

internado o práctica pre-profesional es el de tener que definir de cómo comunicar los resultados

de sus evaluaciones a sus potenciales lectores; es decir, ¿cuál es el documento apropiado para

emitir dicho mensaje?, ¿cómo deben ir las partes del informe? y ¿cómo debe ser la

presentación?.

6.1. USO DEL DOCUMENTO APROPIADO

Una de las preocupaciones de todo estudiante es saber si el documento que está

preparando es el apropiado para transmitir sus resultados. Existen, sin duda, muchos

documentos en la mente del principiante, pero sólo uno de ellos se convertirá en el favorito del

futuro profesional; sin embargo, de la revisión de algunos de ellos se puede deducir que no hay

mucho que escoger.

El acta, es un documento que relata en forma precisa un acontecimiento, un hecho, un

incidente ocurrido en una reunión, una conferencia, etc., en presencia de quien o quienes se

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Page 51: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

redacta o, en su caso, transcribe literalmente la declaración de los testigos. El documento debe

estar preparado para ser leído en público (generalmente entre participantes).

El acta está constituido por el relato de los hechos, las declaraciones, los acuerdos

tomados y las resoluciones adoptadas. El acta aparece firmado por los declarantes en señal de

conformidad y también por el autor. En oportunidades, especialmente tratándose de asambleas

de tipo gremial, junta de accionistas, directorios, etc. se autoriza al presidente para que

estampe su firma junto con el autor en representación de todos, con las aclaraciones y

correcciones que se consignan antes de ser aprobado el acta.

Quién redacta el acta debe ser escrupuloso y fiel a los acontecimientos. No debe

importar sus puntos de vista, tampoco sus conclusiones personales, mucho menos sus

opiniones; lo que valen son las opiniones, puntos de vista y conclusiones de los participantes.

El acta, así como se concibe, es de gran utilidad para muchas necesidades del

quehacer psicológico. Se convierte por ejemplo en un técnica más de recolección de

información que servirá de base para el análisis e interpretación del grupo y, por tanto, base de

la redacción del informe (grupal o individual).

En psicología social y organizacional es muy común trabajar con grupos de referencias

naturales o constituidos, teniendo el acta como mecanismo de registro del comportamiento, de

las actitudes, de los intereses y de las motivaciones (liderazgo, niveles de autoridad, formas de

comunicación, capacidad de decisión, etc.). En ocasiones, en otras áreas de la psicología, el

psicólogo organiza los grupos, a cuya técnica de trabajo y de análisis se le llama dinámica de

grupo (grupos terapéuticos, equipos de trabajo, talleres de entrenamiento, etc.); pero en

cualquier caso, el acta es el medio más eficaz para recoger la información como base del

informe psicológico, pero de ningún modo el acta carece del análisis e interpretación en su

contenido; es el análisis e interpretación los que le dan el carácter esencial al informe de

evaluación psicológica.

La nota, es un documento de contenido muy breve, sobre un punto en particular. Exige

una redacción muy precisa para un entendimiento igualmente preciso. Por ejemplo: una

pregunta (¿puede Ud. enviarme el informe del señor XX?), una respuesta (sírvase tomar nota

sobre el informe que le estoy remitiendo), o una proposición (agradeceré su opinión y su firma).

Como se puede apreciar de los ejemplos anteriores, la nota es un documento que no

sirve para comunicar los resultados de una evaluación psicológica. Su utilidad, en cambio, es

invalorable para el trámite administrativo de otro documento mayor o para hacer conocer

puntualmente algún asunto. Definitivamente su eficacia administrativa es mayor a una

conversación telefónica o verbal.

51

Page 52: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

Los formularios, son impresos donde se consignan ciertos datos generales o

específicos para evitar la repetición constante para su uso igualmente constante. Así, los

informes consiste en rellenar los formatos preparados previamente. Por ejemplo: un informe

que da cuenta de la mano de obra diaria, de la producción, de la maquinaria; o informes

mensuales o semanales del supervisor.

Sin embargo, en el terreno psicológico y para efectos del informe de evaluación, los

formularios padecen de una serie de limitaciones que imposibilitan la redacción de un informe

(espacios demasiados cortos o amplios, pedido de datos innecesarios e intrascendentes,

omisión de datos importantes por no consignarse en el formato, etc.). La razón elemental para

no recomendar el uso de formularios en el informe de evaluación es que se trata de personas y

casos distintos unos de otros. No se trata de informar lo que hizo o no un hombre en un día de

trabajo, se trata de lo que hizo o dejó de hacer en el curso de su vida.

La única justificación aceptable para el uso de los formularios es en casos de selección

de personal, cuando la movilidad de personal es sumamente elevado, tanto en número de

puestos vacantes, frecuencia de llamamientos a concurso, como la selección misma, y donde

los informes de evaluación pierden su razón de ser, limitándose a consignar con total precisión

las conclusiones y las recomendaciones en los formularios preparados con anticipación. Por

ejemplo, las evaluaciones de selección practicadas en las tiendas comerciales grandes, donde

hay renovación y rotación de personal por campañas de venta (mensualmente o cada dos o

tres meses). Casos, en los que elaborar un informe minucioso no se justifica.

En consecuencia, las instituciones públicas y privadas, donde el uso del formulario

(hospitales, colegios, etc.), para el informe de evaluación psicológica se ha convertido en una

norma, tendrá que revisar sus puntos de vista con hidalguía y honradez profesional, sopesando

las bondades de la experiencia y los daños causados en todos estos años. cuidado, una cosa

es un esquema de trabajo que se ha institucionalizado y otra distinta es que aquel esté impreso

como formulario para ser rellenado.

Las cartas y los oficios, tampoco son los documentos más apropiados para

comunicar los resultados de una evaluación psicológica; eventualmente se pueden usar para

comunicar que está remitiendo adjunto el o los informes sobre tal o cual asunto. Sin embargo

parece justificable su uso en casos muy especiales y apremiantes. Por ejemplo, cuando las

limitaciones educativas de los padres de una paciente o escolar exige de una explicación muy

simple sobre las cualidades más relevantes de su hijo y sobre todo las recomendaciones.

52

Page 53: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

Igual puede ocurrir cuando alguna entidad pública o privada no dispone de personal

capacitado para un entendimiento cabal del informe, entonces el oficio será un buen sustituido

en el primer caso y la carta en el segundo caso.

El Informe, es un documento de naturaleza excepcional y distinto a otros, su estructura

es propia y de contenido exclusivo a la especialidad. Se emite por escrito y crea o salva

responsabilidades, soluciona también los problemas de la memoria y permite revisar cuantas

veces sean necesarios.

6.2. REQUISITOS DE PRESENTACIÓN

Un examen detenido de los esquemas de informes de evaluación, presentados en este

mismo Capítulo (punto 2), nos exime de hacer mayores comentarios sobre las partes formales

del informe, siendo de más utilidad en este punto, algunos requisitos elementales para que la

presentación tenga la altura de un documento de corte profesional y sea agradable a la vista y

a la lectura.

El formato de un informe de evaluación psicológica, exige que éste sea por escrito y a

máquina de escribir por un solo lado de la hoja, con tinta negra, papel blanco o membretado de

primera, pero sin adornos de ninguna clase.

El tamaño del papel debe ser A-4 (21 x 29.5 cm.) y con el único título de “INFORME

PSICOLÓGICO” en letras mayúsculas, si el informe corresponde a la evaluación de una sola

persona; e “INFORME PSICOLÓGICO DE GRUPO” si el informe corresponde a la evaluación

de varias personas (no necesariamente con pruebas psicológicas), éste también debe ir en

letras mayúsculas. Este único título deberá empezar a seis centímetros debajo del borde

superior y centrado, de ese modo se deja suficiente espacio para aquellas hojas que están

membretadas con el nombre, oficina o razón social del psicólogo o entidad que emite el

informe. Las siguientes hojas a la primera (casi nunca es mayor a tres hojas) no son

indispensables que sean membretadas, pero la calidad del papel y el tamaño deben ser la

misma.

29.5 cms.

21 cms.

53

Page 54: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

Los márgenes, son los de un escrito normal: margen lateral izquierdo, de 4 cms.;

margen lateral derecho, de 2.5 cm. Respetando dichos márgenes, queda un espacio de 14

cms. para el texto hacia los laterales y de 23 cms. Entre el margen superior e inferior, salvo la

primera cara que tiene solo 21 cms. para el texto.

La numeración o paginación, es necesaria en cada hoja, excepto la primera, siempre

que la extensión sea mayor a dos hojas, cuando no pasa de dos hojas, numerarlas no es

indispensable. La ubicación en caso de hacerlo deberá estar a 3 cms. del borde superior de la

hoja y en el centro del margen superior en relación a los bordes del texto, colocada entre raya y

raya.

Los espacios normales entre línea y línea para el texto de un informe de evaluación son

dobles, eventualmente se puede usar el espacio y medio pero nunca se debe escribir a un solo

espacio. Entre el título y el texto debe mediar dos espacios y medio, el mismo espacio debe

tener también un párrafo de otro, igual la última línea del texto y la fecha de emisión del

informe. Entre la fecha y la firma corresponden tres espacios.

Las sangrías, son espacios en blanco que se acostumbra dejar antes de empezar la

primera línea del párrafo. La cantidad de espacio que se deja es variado, depende de cada país

(en el Perú se deja 5 ó 6 espacios de letra en máquina).

En casos donde el informe no lleva subtítulos y el texto es corrido, a fin de distinguir los

datos de identificación, la referencia, el motivo y la observación van en un gran sangrado (4

cms. hacia la derecha a partir del margen derecho).

CUADRO

La nomenclatura no es usual en los informes de evaluación psicológica, porque se trata

de un informe relativamente corto con un solo título y unos pocos subtítulos. De allí que se

puede presentar incluso un texto corrido bajo un solo título, como lo indica la ilustración

anterior, a veces en forma de una carta.

En caso de usar alguna nomenclatura, es más común el uso de los números arábigos o

romanos en mayúscula, casi nunca letras. La sencillez de la estructura se debe justamente al

deseo permanente de ganar entendimiento de los lectores.

Ejemplo:

INFORME PSICOLÓGICO INFORME PSICOLÓGICO

1. Datos de Identificación I. Datos de Identificación

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Page 55: 7º DIAGNOSTICO E INFORME PSICOLOGICO (2)

2. Motivo de Consulta

3. Pruebas Administradas

4. Observación de Conducta

5. Análisis e Interpretación de Resultados

6. Conclusiones

7. Recomendaciones

II. Motivo de Consulta

III. Pruebas Administradas

IV. Observación de Conducta

V. Análisis e Interpretación de Resultados

VI. Conclusiones

VII. Recomendaciones

Como se ve no tiene subdivisiones y el texto es directo, razón por la cual, generalmente

no se usa la nomenclatura. No es indispensable.

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