4ª Semana del Tiempo Ordinario

C. Permanente HOAC Orar en el mundo obrero 4º domingo T.O.

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4ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

(30 enero 2011)

Los cristianos/as somos bienaventurados, es decir, felices.

Por definición, pues, somos cristianos/as en la medida en que acogemos, disfrutamos y practicamos

el amor, la solidaridad, la justicia, la paz, la fortaleza ante la persecución…

la felicidad.

VER

Bajo umbral de pobreza 20 por ciento de españoles (Argenpress 28/10/10)

“Más de nueve millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza en España, trascendió hoy en el I Foro Europeo de Empresas de Inserción que se celebra en la ciudad de Salamanca.

Ese dato representa el 20 por ciento de la población del país ibérico, de casi 47 millones de habitantes… La coordinadora del foro, Esther Delgado, señaló que con el crecimiento del desempleo (4,6 millones de parados) muchas familias perdieron todos sus ingresos y pasaron a una situación muy mala, lo cual disparó el número de pobres en el país.

A juicio del presidente de la Federación Castellano y Leonesa de Empresas de Inserción (FECLEI), Miguel Santos, las políticas sociales tradicionales resultan insuficientes ante la situación actual.

Denunció que el gasto social en España se sitúa siete puntos por debajo de la media de la Unión Europea (el 20% del Producto Interno Bruto frente al 25%).

… De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), 3 de cada

ORAR EN EL MUNDO OBRERO


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10 hogares españoles tienen dificultades o muchas dificultades para llegar a fin de mes y 4 de cada 10 no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos.

Estos son algunos de los datos provisionales que se desprenden de la Encuesta de Condiciones de Vida difundida por el INE el jueves último.

El estudio revela también que el 20,8% de la población residente en esta nación europea (una de cada cinco personas) está por debajo del umbral de pobreza relativa, esto es, vive con ingresos por debajo del 60% de la media nacional”.

Hagamos oración en el mundo obrero empobrecido. Fijemos los ojos y el corazón en la masa de gente que sufre tantas preocupaciones y carencias de todo tipo: materiales, relacionales, existenciales, espirituales… Todos juntos ante Jesús.

TESTIMONIO

Laura Ubalde, 45 años. Casada y con dos hijos. Economista y consultora. Acompañar a su madre durante la fase terminal de un cáncer hizo que su vida cambiara de sentido.

“Mi relación con mi madre estaba marcada por la superficialidad. Nuestras conversaciones acostumbraban a ser intrascendentes. No tenía ganas de mostrarle mi cariño; sentía que estábamos separadas por un muro emocional, que incluso impedía cualquier posibilidad de darnos un abrazo. Todo ello me generaba un profundo sentimiento de culpa. Pero todo cambió hace tres años, cuando le diagnosticaron un cáncer en fase terminal. A la noticia, transcurrieron 25 días de intensas vivencias hasta su muerte. Me sorprendió mucho la entereza y la aceptación con la que afrontó aquel proceso. Se me abrieron los ojos y el corazón. Así fue como redescubrí a mi madre: una mujer amorosa, generosa, fuerte, valiente y sabia. En medio de aquel doloroso escenario, eligió disfrutar de sus últimos días de vida, buscando nuestras manos y nuestras caricias. Consciente de su inminente muerte, nos dio a todos una lección de amor incondicional. Gracias a ella entendí que la vida es justamente eso: estar presente, agradeciendo y valorando lo que nos traiga cada momento. Su muerte me hizo empezar a vivir de verdad. Hasta aquel día, mi existencia estaba marcada por la seguridad y la rutina. Y así llevaba 21 años. Pero aquella experiencia me dio el coraje de apostar por mí misma. Decidí cambiar mi trayectoria profesional y vital, iniciando un camino de desarrollo personal. Estoy de acuerdo en que ser padre o madre no es fácil. Pero tampoco lo es ser hijo o hija, buscando siempre su aprobación. Muchos hijos se frustran por no ser amados por sus padres. Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchos de ellos tampoco recibieron ese amor y con frecuencia ni siquiera saben cómo expresarlo. Con mis hijos, ya adolescentes, estoy apostando por la confianza en detrimento del control, demostrándoles más mis sentimientos, lo que está enriqueciendo nuestro vínculo enormemente” (EPS, 5/9/2010)

Lo importante es la persona, cada persona, y la relación con ella. Oremos la relación que mantenemos con cada persona de nuestra familia, nuestro equipo, nuestro grupo de acción, vecinos/as… Podemos recibir y


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experimentar la gracia del amor entrañable y solidario. Todo amor viene del Padre por Jesucristo y el Espíritu.

Los no amados (Rafael Morales)

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PALABRA DE DIOS

Mateo 5,1-12

Al ver Jesús el gentío subió a la montaña, se sentó y se acercaron sus discípulos. Él tomó la palabra y se puso a enseñarles así:

Dichosos los que eligen ser pobres, porque esos tienen a Dios por Rey.

Dichosos los que sufren, porque esos van a recibir el consuelo.

Dichosos los desposeídos, porque esos van a heredar la tierra.

Dichosos los que tienen hambre y sed de esa justicia, porque esos van a ser saciados.

Dichosos los que prestan ayuda, porque esos van a recibir ayuda.

Dichosos los limpios de corazón,


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porque esos van a ver a Dios.

Dichosos los que trabajan por la paz, porque a esos los va a llamar Dios hijos suyos.

Dichosos los que viven perseguidos por su fidelidad, porque estos tienen a Dios por Rey.

Dichosos vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de cualquier modo por causa mía. Estad alegres y contentos porque Dios os va a dar una gran recompensa; porque lo mismo persiguieron a los profetas que os han precedido.

PARA ENTENDER EL TEXTO

Jesús sube monte de Dios para proclamar la alianza de Dios con la humanidad: sentado, los discípulos en torno a él, ante el corro amplio del gentío. El mensaje que proclama es para todos, no solamente para los cristianos o para un grupo selecto de cristianos.

Es un mensaje de bienaventuranza, de felicidad, de la liberación y la verdadera humanización. El centro del mismo es la opción de Dios por los pobres-perseguidos, que se convierte en una llamada a la opción humana por los pobres. Quienes acojan este mensaje eligen ser pobres para liberar a los pobres.

Los primeros bienaventurados –pobres– y los últimos –perseguidos– enmarcan el resto de las bienaventuranzas. Pobreza y persecución son los dos pilares fundamentales de la construcción del reinado de Dios en la humanidad. El reinado de Dios es solamente para quienes, por necesidad o por elección, son pobres-perseguidos.

Los pobres-perseguidos tienen ya ahora, en el presente, a Dios por Rey. Es decir, Dios reina solamente en el mundo a través de ellos. El resto de las bienaventuranzas anuncian una esperanza en futuro. Expresan las situaciones de pobreza sociológica –los que sufren, los desposeídos, los oprimidos por la injusticia– y las actitudes de pobreza espiritual –solidaridad, pureza de corazón, paz– en las cuales y a través de las cuales Dios va realizando su acción liberadora.

Jesús es el primer bienaventurado, el primer pobre, que se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza (2Cor 8,9). Jesús nació pobre, realizó su misión de modo ambulante, sin tener donde reclinar la cabeza (Lc 9,58) y murió despojado de todo –de su dignidad de persona–. La pobreza de Jesús fue su dedicación total a los empobrecidos y su entrega a la muerte por los pecadores. Es su amor hasta el extremo (Jn 13,1).

En las bienaventuranzas, Jesús pone al descubierto el corazón de Dios. Entremos en el corazón de Dios. Es solamente el entrañable amor de Dios el que explica su opción compasiva y solidaria con los últimos, y el que pide a todos, empobrecidos o no, que acojamos y practiquemos ese amor, que se hace misericordia, justicia, paz, no violencia activa. La oración de las


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bienaventuranzas es una efusión y una experiencia de amor de Dios y de amor humano. Y nuestra práctica de las bienaventuranzas no es más que una comunicación de amor, del amor del Padre por Jesucristo y el Espíritu. Es la comunión trinitaria que genera nuestra vida comunión en la HOAC, en la Iglesia y en los empobrecidos del mundo obrero.

ACTUALIZACIÓN

Lucas 6, 20-26 acentúa el aspecto sociológico de las bienaventuranzas, presenta a los que material y socialmente son pobres, lloran, los hambrientos, los perseguidos. Y “amenaza” a los ricos, los que ríen, los saciados, los aplaudidos: ¡Ay de vosotros, los ricos…! ¡Con qué dificultad entran en el Reino de Dios los que tienen el dinero! (Lc 18, 24); en todo caso, para acoger a Dios y su reinado, tendrán que optar por los pobres y compartirlo todo con ellos: vende todo lo que tienes y repártelo a los pobres, que Dios será tu riqueza y, anda, sígueme a mí (Lc 18, 22).

Hay una pobreza a combatir y una pobreza a elegir y vivir:

- Dios no quiere forma alguna de empobrecimiento, exclusión, opresión, persecución… y, por tanto, hemos de luchar contra ellas. La razón del rechazo de este rechazo radica en su inhumanidad y en que son fruto del egoísmo y de la injusticia.

- Pero, a la vez, hemos de practicar la comunión de vida, bienes y acción entre nosotros (en la Iglesia, en la HOAC) y con todos los empobrecidos de la tierra y de nuestro pequeño mundo. Esta comunión es total: compartir todo, dar todo, darse a sí mismo, entregar la vida… gratuitamente. Ello lleva a hacerse pobres, a ser pobres. Es la encarnación afectiva y efectiva en la vida de los pobres: dichosos los que eligen ser pobres.

La opción por los pobres y por su liberación tiene una dimensión política de lucha por cambiar el sistema, las instituciones y ordenamientos legales, las ideolo-gías… que generan y potencian el empobrecimiento y la deshumanización. Es la caridad política, hecha de palabra, interpelación, denuncia, anuncio y propuesta, alternativas de vida, esperanza y utopía y… persecución. Es la comunión de acción evangelizadora y humanizadora, que tiene en los empobrecidos los principales protagonistas.

La persecución por causa de la justicia es un signo claro y fehaciente del reinado de Dios y una gracia –gracia del martirio– que acrecienta el amor hasta el extremo. Es una carga menor de la tarea del Reino, pues, quienes lo dejan todo reciben en este tiempo cien veces


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más –con persecuciones– y en la edad futura vida eterna (Mc 10, 30).

La bienaventuranza-felicidad es un revulsivo contra la a-patía. Es necesario superar la indiferencia insolidaria e inactiva –ni siente ni padece– por la sim-patía o com-pasión, por compartir y hacer nuestra la vida de los demás. Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón (Gaudium et spes, 1).

¿Dónde radica la verdadera felicidad, si no es en el amor, en el verdadero amor de donación y de comunión integral? A mayor amor y mayor comunión, mayor felicidad. No es posible ser feliz uno solo. No puede ser una persona verdaderamente feliz mientras a su lado haya alguien desgraciado, empobrecido, excluido...

Declaración CELAM sobre la Crisis Económica, febrero 2010

«Como discípulos misioneros de Jesucristo en este continente deseamos renovar y reafirmar la opción preferencial por los pobres que “está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza. Esta opción nace de nuestra fe en Jesucristo, el Dios hecho hombre, que se ha hecho nuestro hermano” (DA 392). “Los rostros sufrientes de los pobres son rostros sufrientes de Cristo. Ellos interpelan el núcleo del obrar de la Iglesia, de la pastoral, y de nuestras actitudes cristianas. Todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los pobres y todo lo relacionado con los pobres reclama a Jesucristo” (DA 393)».

G. Rovirosa (G. Rovirosa, San José Oriol”, 3-4)

“El verdadero POBRE es el insaciable, el que no se contenta con migajas y lo quiere TODO. Y ello exige la lucha más titánica del mundo, que es vencer al Mundo.

El infeliz, el miserable que posee dos casas y tres campos es un desdichado que circula por la tierra arrastrando la cadena de dos casas y tres campos en país extraño QUE NO LE PERTENECE, sin disfrutar del Sol, ni del aire, ni de la Aurora, ni de las flores, ni de las estrellas, porque nada de esto ES SUYO. Lo suyo, como una maldición, queda exactamente circunscrito a dos casas y tres campos.

Así la riqueza auténtica del hombre es tanto mayor cuanto más cerca se halla del MÍNIMO INDISPENSABLE, y la MISERIA HUMANA irá creciendo cuanto más posea el hombre por encima de dicho ´mínimo indispensable`, o cuanto menos posea por debajo.

La POBREZA es la plenitud; es el HOMBRE COMPLETO, sin falta y sin sobra. Nada estorba al Pobre para ver a Dios reflejado en todas partes. Toda la Naturaleza (que es SUYA y bien suya, por la sublime razón de que no la desea) le canta la


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alabanza a Dios Creador, con voces de maravilla en el átomo y en el Cosmos. Pero donde el POBRE se extasía es ante el hombre.

… Aquel opulento pobre que recibe de Dios el pan suyo (no el ajeno) del día de hoy (no el de mañana ni el de pasado mañana) ve a la humanidad que le rodea como a campo de acción maravilloso en el que poder manifestar el tesoro inmenso de Amor que almacena en su corazón. Tesoro que cuanto más lo reparte, más crece en el arca de su pecho. Y ama al santo, pero mucho más al que blasfema; ama al sano de cuerpo y espíritu, pero enormemente más a los más tarados. Y cuanto más odio cosecha a cambio de su amor, tanto mayor es su amor al que le odia.

… A los pobres de espíritu Dios no les promete el Cielo…porque ya lo tienen. Si la consecuencia inevitable de la divina pobreza es el desbordamiento de amor a todo y a todos, ver a Cristo en todo y en todos, ¿en qué se diferencian los pobres de la tierra de los justos en el Cielo?”.

Entonemos, con G. Rovirosa, nuestro canto a la POBREZA evangélica. Es un canto comparable al de Francisco de Asís, enamorado de la Dama Pobreza.

SALMO 32

Alabad, justos, al Señor, que la alabanza es cosa de hombres rectos. Dad gracias al Señor con la cítara, tañed con el arpa de diez cuerdas. Cantadle un cántico nuevo, acompañad los vítores con bordones.

Que la palabra del Señor es recta y toda su actividad está acreditada. Ama la justicia y el derecho y su misericordia llena la tierra.

Por la palabra del Señor se hizo el cielo, por el aliento de su boca sus ejércitos. … Porque él lo dijo y existió, él lo mandó y surgió.

El Señor anula el proyecto de las naciones y frustra los planes de los pueblos; pero el proyecto del Señor se cumple siempre, sus planes generación tras generación.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que se escogió como heredad.

Desde el cielo se fija el Señor


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mirando a todos los hombres; desde su solio observa a todos los habitantes de la tierra: él, que modeló cada corazón y conoce todas sus acciones.

… El Señor mira por sus fieles, que esperan su misericordia, para librar su vida de la muerte y mantenerlos en tiempo de hambre.

Nosotros aguardamos al Señor que es nuestro auxilio y escudo; lo festeja nuestro corazón y en su santo nombre confiamos.

Que tu misericordia nos acompañe, Señor, como lo esperamos de ti.

COMENTARIO

Es un canto de alabanza a Dios y de acción de gracias.

Afirmaciones centrales sobre la justicia y la misericordia de Dios: el ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra (v.5); el Señor mira por sus fieles, que esperan su misericordia, para librar su vida de la muerte y mantenerlos


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en tiempo de hambre (v. 18-19). Una justicia que ha de hacerse realidad en las relaciones humanas y en la vida social.

Dios obra por la palabra, que decide la frontera última y primera de ser y no ser, de la nada y la existencia. Es la palabra creadora, portadora del aliento vivificador de Dios.

Dios tiene un proyecto sobre la historia, que se realizará progresivamente, que no fallará. La realización del plan de Dios se realiza a través de personas movidas por el Espíritu de Dios: profetas, hombres y mujeres que dedican y entregan su vida por la causa de la justicia, la paz, la libertad, la verdad, la solidaridad…

Este plan de Dios cuestiona y contradice radicalmente los sistemas y acciones de dominio imperialista, explotador, colonizador, paternalista…, el sistema empobrecedor y deshumanizador que tenemos hoy:

Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos… Como el cielo está por encima de la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes más que vuestros planes (Is 55, 8-9).

El hombre medita muchos planes, pero se cumple el designio del Señor (Prov 19,21).

Jesús es el realizador inicial, actual y final del proyecto creador, liberador y humanizador de Dios: en Jesús Dios nos eligió para que estuviéramos consagrados y sin defecto a sus ojos por el amor, destinándonos ya entonces a ser adoptados por hijos suyos (Efesios 1, 4-5), conforme al querer y proyecto que él tenía para llevar la historia a su plenitud: hacer la unidad del universo (v. 9-10).

Dios elige un pueblo (Israel, la Iglesia, la comunidad humana fiel) y quiere mantener una relación personalizada, de íntima amistad, con cada persona. Dichoso… el pueblo que él se escogió como heredad (v.12) … el Señor, mirando a todos los hombres… él modeló cada corazón (vv. 13-15).

El final es una explosión de confianza esperanzada: Nosotros aguardamos al Señor, que es nuestro auxilio y escudo; con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos (vv. 20-21)

¿Acaso me equivoco, Señor?

¿Es una tentación pensar

que cada vez me insistes más

para que vaya y anuncie

que es necesario, urgente

el pasar

del Santo Sacramento

a otra presencia,

igualmente real,

en la Eucaristía del pobre?

(Helder Camara, Razones para luchar)

4ª Semana del Tiempo Ordinario

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