4a. ROMA CLÁSICA arquitectura

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Los edificios públicos son mucho más numerosos y diversos que en Grecia; los romanos inventaron nuevas tipologías arquitectónicas, entre las que destaca el arco de Triunfo, el anfiteatro y el circo. Además, continuaron la evolución de los modelos tradicionales griegos como el estadio, el templo o el teatro.

El augur romano subdivide el espacio al consagrar un lugarLa urbanización romana se caracterizaba porque los dos eje principales del trazado (cardo y decumenos) no solo definen los puntos cardinales sino que además dicviden el área en cuatro regiones o “cuadrantes” (cuarters). Desde tiempos remotos, el mundo era imaginado como compuesto de cuatro partes, por lo que la ciudad romana podía ser interpretada como una imagen del mundo (imago mundi). Los rito ejecutados durabte la fundación de cualquier proyecto romano demuestran que su propósito era definir un amplio orden espacial relacionado con un punto central… este orden fue establecido dentro del área natural definida por el horizonte, el finalis círculo. A partir del cual se imaginaba el mundo como un cosmos ordenado dentro de un caos sin orden. (Werner Muller-Ch. Norberg-Schulz: Existencia, espacio y arquitectura).

La Groma, que servía para trazar las alineaciones perpendiculares de la “centuriatio” y de los planos de la ciudad. Estaba formada por cuatro listones de madera, de una longitud aproximada de 45 cms, que sostenia cuatro plomadas; el asta los sotenía era plantada en el tereno de modo que el centro se encontraba en la vertical del círculo grabado en la piedra.

La centuria de Minturno, tal como fuera en el libro de los Gromantici veteres.

Con Roma se hace habitual el uso del arco y la bóveda, que introdujo la utilización de la formas curvas, la exedra y el ábside, que llegaron a ser característicos de la arquitectura romana.

Como alternativa a las limitaciones de la bóveda de cañón, los romanos inventaron dos sistemas de cubierta: la cúpula y la bóveda de arista. La bóveda de arista, formada por la intersección de dos bóvedas de cañón idénticas. Gracias a las direcciones ortogonales de curvatura se produce un efecto estructural, basado en que cada una de las bóvedas de cañón contrarresta el empuje de la otra. Además, la bóveda de arista se puede apoyar sobre cuatro pilares dejando cuatro caras libres para emplazar vanos o para seguir añadiendo espacios abovedados. En las grandes termas y basílicas romanas, la sucesión de crujías cuadradas cubiertas por bóvedas de aristas proporcionaba enormes salas, iluminadas por claraboyas situadas en lo alto de los muros laterales, bajo las bóvedas.

Su construcción comenzó a generalizarse durante el período republicano, también siguió el modelo griego. Se accedía a ellas previo pago de una entrada, un quadrans para los hombres y el doble para las mujeres. Las termas mayores tenían instalaciones separadas, mientras que en las más modestas se disponía se diferentes horarios para ambos sexos. Roma tenía 856 termas catalogadas a finales del Siglo XV.

En las termas se diferenciaba cuatro zonas dedicadas a cada una de las fases del baño; zona de calor, baños de agua caliente, de agua fría y masajes. Las termas más lujosas añadían salas para el ocio, de espera para los acompañantes, tiendas, restaurantes, salas de instrucción, de conversación, gimnasios y salas para el juego de pelota. Incluso algunas llegaron a tener solarium para los baños de sol.

El hypocausis calentaba el suelo de las salas (suspensurae), hueco y sustentado por nmerosos pilares de dos pies de alto, desde donde se distribuía el calor entre los muros por unos tubos de barro cocido. El horno se componía de tres calderas destinadas al agua fría, la tibia y la caliente.

Fue una creación romana. En él se realizaban luchas de gladiadores, espectáculos navales, etc. Su estructura es la de un teatro doble; las graderías elevadas de teatros y anfiteatros requerían el abovedamiento de las partes sustentadas y de un gran ingenio en el cálculo de estructuras. El más espectacular de todos los anfiteatros romanos es el Coliseo de Roma.

Fue construido por Vespasiano, fue inaugurado por su hijo Tito en el año 80 d.C. Desentona ligeramente el cuarto piso, más reciente que el resto, ya que tuvo que construirse para aumentar el aforo y soportar la lona que, ocasionalmente, cubría la grada. En el Coliseo se alcanza un esplendido y magistral equilibrio entre rectas y curvas, muros y bóvedas. La superposición de órdenes en los tres cuerpos inferiores, fue el esquema usual que hizo tradición, no solamente en la antigüedad, sino también en el Renacimiento y el Barroco.

Una moneda de Gordiano III que representa los juegos en el anfiteatro, el exterior del Coliseo tal como es hoy y como era en la antigüedad, según una maqueta de 1939.

Estaba destinado a las competencias hípicas de carros o jinetes. La planta, de desarrollo longitudinal, seguía un eje o espina que consistía en un muro de baja altura para dividir la arena en dos carriles. –en un extremo estaba la meta, marcada con un obelisco cónico llamado fala, y los ovarios o delfines, que servían para contar el número de vueltas.

Las gradas rodeaban todo el circo, excepto uno de los extremos, donde se localizaba la meta y los establos de caballos y garaje de carros.

Sólo había unas cuantas plazas reservadas a la nobleza, el resto, de estrada gratuita, era para el pueblo llano. Estos espectáculos alcanzaron un gran desarrollo tanto desde el punto de vista artístico, como desde el arquitectónico; el circo era la construcción dedicada a la función lúdica más grande de las ciudades romanas.

Construidos a partir de los griegos, se diferenciaban de estos en que no eran construidos en las pendientes naturales del terreno, sino que se construía toda la estructura portante. Esto les permitió aprovechar el espacio que quedaba detrás de las gradas para galería y vomitorios, que comunicaban con los diversos sectores y permitían desalojar el edificio con gran rapidez. La orquesta, destinada en los teatros griegos a la representación, era ocupada por el público, mientras que el espectáculo se desarrollaba en la escena, generalmente monumental y elevada al mismo nivel que las gradas inferiores.

Puerta de acceso a la gradería

Se originó a partir de dos stoas griegas enfrentadas y separadas por un espacio central más ancho y alto. Estas edificaciones se ubicaban en los foros romanos y servían como palacios de justicia y mercado cubierto. Al ser la nave central más alta, se podían colocar ventanas que iluminaran el interior. La entrada solía estar localizadas en el lateral o en los extremos, según la orientación que tuviera con respecto al foro. En unos de los extremos se colocaba el estrado, donde administraba justicia; los oficiantes se sentaban en la exedra, origen del ábside paleocristiano. Las naves laterales, en numero de tres y excepcionalmente de cinco, servían para los tratos comerciales y financieros, o como simple lugar de paso; incluso podían tener una galería superior denominada Pluteum, (triforio).

El primer foro de la ciudad de roma fue el Forum Boarium, entre el monte palatino y el Capitolio (siglo VI a.C.), donde se ubicaban los templos de Fortuna Virii y de Vesta. El Gran foro Romano se construyó sobre un antiguo pantano desecado, estaba destinado a albergar el comercio. Al agruparse las poblaciones que vivían en las colinas, este foro dejó de estar a las afueras y se convirtió en el centro político y administrativo. Así, fue perdiendo su función primitiva y su imagen de mercado para convertirse en un conjunto de edificios dedicados a los asuntos civiles que demandaba la República. De este modo proliferó la edificación de basílicas, templos y otras construcciones conmemorativas o administrativas, que daban al conjunto un gran esplendor.

Fue el más importante y grande. Se entraba a él atravesando un arco de triunfo flanqueado por una columnata curva que daba a una plaza porticada con dos exedras a ambos lados. La basílica se colocaba de forma transversal al eje que ordenaba todo el conjunto. En el lateral trasero se acoplaban, de forma simétrica, dos bibliotecas (griega y latina), y en medio de ellas la columna de trajano, donde se narran las batallas de este emperador. El complejo, rematando con un templo dedicado a Trajano, se cerró con dos pórticos, formando una exedra desde las bibliotecas del templo.

EL ARCO DE SEPTIMIO SEVERO

Levantado sobre columnas libres de altas basas, y coronado por un ático continuo donde se despliega la inscripción, cuatro grandes plafones de tema histórico relatan en sus caras las campañas de Septimio Severo en Mesopotamia.

LA COLUMNA DE TRAJANO

Fue levantada para conmemorar la victoria del Emperador sobre los dacios cuando el imperio consiguió la máxima expansión. Sus relieves pueden ser considerados como los mejores ejemplos de escultura romana.

Podio o plinto

pilastras

Puede asimilarse al templo griego en la medida que ambos siguen los órdenes clásicos, pero se diferencian en dos aspectos fundamentales: se edificaban sobre un podio y las columnas, adosadas al muro (pseudodípteros), no eran elementos estructurales portantes sino decorativos (pilastras). En el interior, no existía cella, sino una nave única en cuyo centro se ubicaba el altar. En conjunto el templo romano es mucho más pesado, menos estilizado. El templo de planta circular es más frecuente en Roma.

EL TEMPLO ROMANO

Los templos romanos, arquitectónicamente, encuentran su origen en los griegos. Los altares se distribuían, uno en el exterior y otro en el interior de la cella.

Su ubicación es variable, pueden encontrarse diseminados por la trama urbana o en la periferia, pero por regla general se sitúan en el foro como centro vertebrador de la vida ciudadana y, por ende, de la vida religiosa.

Habitualmente el templo romano se acostumbraba a situar en una plaza destinada a darle un mayor énfasis. Esta plaza podía ser el mismo foro o una plaza propia rodeada de columnas conocida con el término de temenos.

Normalmente el templo romano estaba compuesto por una única cella a excepción de los capitolios, templos dedicados a la Tríada Capitolina, Júpiter, Juno y Minerva como el Capitolio de Roma construido a finales del siglo VI a.C.

Todos los proyectos urbanísticos romanos contemplaron el emplazamiento de distintos tipos de templos: capitolinos, templos de culto imperial, santuarios a divinidades particulares e indígenas. El capitolio encarna la majestad y el poder del pueblo romano, pero con el paso del tiempo, y sobre todo a partir de Augusto, el culto imperial tendrá un gran desarrollo. De este modo muchos capitolios se verán ocupados por el culto al emperador y a su familia, como en Nîmes, Vienne o Leptis Magna, entre otros. Además de los templos dedicados a las divinidades grecorromanas o al culto imperial también existían templos en honor a otras divinidades y sus plantas se inspiraban en santuarios de origen aborigen, oriental o mistérico, como son los mithraea dedicados a Mithra, divinidad del antiguo Irán.

La cúpula se fue perfeccionando hasta el límite de construirse la enorme cúpula masiva del Panteón de Roma, un edificio de planta circular levantado en la época del emperador Adriano, en el que su arquitecto, Apolodoro de Damasco, cubrió el espacio de la enorme cúpula mediante anillos de materiales más ligeros a medida que se asciende, estructura que se apoya sobre un grueso muro perimetral, horadado de tal forma que la estructura portante la componen realmente ocho enormes machones.

Representa la concepción religiosa de los romanos, síntesis del cielo y de la tierra, de ahí que el conjunto

presente una planta circular cerrada por una cúpula. Tanto la

altura del espacio interior de la cúpula como el diámetro circular

de la planta es de 43.20 m. El Panteón conjuga la arquitectura

arquitrabada griega con las líneas abovedadas de las obras romanas.

La pared está dividida en dos partes; la inferior está compuesta

por nichos redondos y rectangulares alternos, la superior

decorada por incrustaciones de bronce (inexistentes en la

actualidad).

En el pasado tuvo una sala hipóstila ante el pórtico. La cúpula de la rotonda, tras el pórtico, está horadada en su centro por un óculo (abertura circular) de 8,5 m de diámetro que constituye la única fuente de luz del interior del edificio.

A lo largo de todo este imperio los romanos realizaron grandes obras de ingeniería y entendieron las construcciones como un elemento auxiliar de la conquista. Así la fijación de las fronteras exigió la construcción de largas fortificaciones lineales, de las cuales la más completa es la que protege la frontera norte de Britania, pero también las hubo similares en África, en el bajo Danubio y en Siria; la colonización y control de los territorios conquistados determinaron en principio unas necesidades de carácter militar, trazando una infraestructura básica sobre la que había de apoyarse luego la sociedad civil, de lo que se derivó el establecimiento de un complejo sistema de vías de comunicación. Las calzadas romanas son un prodigio de ingeniería, cuyas sutilezas y soluciones aún hoy no dejan de sorprendernos: su solidez constructiva, de la que da pruebas el hecho de que muchos tramos se conserven todavía en perfecto estado, no es con todo su rasgo más sobresaliente, sino el modo inteligente en que se llevaron a cabo los trazados, siempre buscando la comunicación más directa, así como la flexibilidad de las soluciones, adaptando la vía a las circunstancias concretas de cada caso y utilizando los materiales de cada zona.

Es una muestra más de la gran capacidad previsora y práctica de los romanos.

Las aceras estaban 15 cms por encima de la calzada, con el fin de evitar que los vehículos pudieran invadir esta zona reservada a los peatones. De vez en cuando, la calzada era atravesada por una hiulera de bloques de piedra equidistantes entre sí con un doble objetivo: por un lado, facilitar el cruce de la calle a los peatones durante las inundaciones; por otro, evitar que los vehículos pudieran alcanzar velocidades peligrosas.

Unían Roma con los principales lugares del Imperio y permitían la circulación de grandes cantidades de mercancías y viajeros, los cuales podían desplazarse a una velocidad de cinco a diez millas por hora. Las calzadas solían tener una anchura entre los 4 y los 6 metros y una profundidad de firme de entre 50 cms y un metro.

La Vía Apia

La primera fase de la construcción de una calzada consistía en abrir una caja en el terreno, la cual posteriormente era cubierta con diversas capas de cantos rodados y hormigón, que hacían la función de cimientos. La capa inferior, denominada summa crusta o capa de rodadura, se componía de pequeñas losas de piedra. La obra se remataba con la construcción del alcantarillados para el desagüe y puentes, y la colocación de miliarios para señalar las millas, que además incluían datos sobre el constructor.

Éstos partían desde un río o desde un lago. El canal conductor normalmente estaba cubierto, pues los romanos temían que fueren cortados por los enemigos durante las guerras. La inclinación de los conductos era variables, pero si la diferencia de nivel entre el punto de acometida y la ciudad de destino era mucha, se procuraba atenuar ésta con otro canal, emplazado en un plano inferior, que tenía menos inclinación que el primero. Si la pendiente del terreno era inferior al nivel del agua, se salvaba mediante lo que conocemos como acueducto. El revestimiento consistía en un compuesto de cal que endurecía las paredes del acueducto y evitaba las filtraciones. Estos canales eran de mampostería, de plomo o tierra cocida, a veces de madera o incluso de cuero.

Los acueductos no solían ser muy altos. El canal se apoyaba en arcos, que a sus indiscutibles ventajas estéticas unían una solidez extrema. Generalmente constaban de dos arcadas superpuestas; en muchas ocasiones los arcos estaban decorados al estilo de los arcos de triunfo. Los materiales empleados en la construcción variaban según la época (piedra, ladrillos y sillares).

Acueductos Romanos En La Campiña Italiana Y En Segovia, “El Puente Del Diablo”

En arquitectura doméstica la domus romana procede de la griega y su característica fundamental es que se cierra totalmente al exterior para abrirse a un atrio descubierto o impluvium, en torno al cual se organizan las habitaciones. Además de la vivienda unifamiliar en Roma se desarrolla la modalidad de la casa de vecinos, las insulae, propias de las grandes ciudades como Roma, Paestum, Pompeya y Ostia. Su característica original era el agrupar bajo un mismo techo, en el plano vertical, viviendas para alquilar, muy a menudo de calidad bastante mediocre.

Las villae son la asociación de una casa y de una explotación agrícola, van de la villa rústica a la villa urbana. La instalación de una vivienda en un amplio patio al que daban también edificios de explotación define bastante bien el conjunto.

Un gran número de excelentes ejemplos de casas y villas romanas se han conservado en Pompeya y Herculano, las dos grandes ciudades que quedaron sepultadas por la erupción del Vesubio en el año 79 de nuestra era.

Barrio de Pompeya. Al norte el foro