1 Psicologia Laboral

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UNIDAD Nº 2: LA CIENCIA PSICOLÓGICA Compilación y armado Sergio Pellizza Dto. Apoyatura académica I.S.E.S EL OBJETO DE LA PSICOLOGÍA Entre los problemas iniciales que plantea la ciencia psicológica, uno de los más difíciles de resolver de manera precisa es el de la determinación y delimitación clara y neta de su objeto. Esta dificultad aparece en diversas disciplinas, puesto que siempre sucede que a medida que se investiga sobre un tema o se manipulan algunas materias surgen aspectos nuevos que obligan, entre otras cosas, a trazar nuevas fronteras a la porción de la realidad estudiada, pero la cuestión se torna más grave en la investigación psicológica, dirigida a un sector de fenómenos tan complejos como los que constituyen los modos de comportarse del ser humano. Aclaramos ya desde el comienzo que sólo nos ocupamos de psicología humana, omitiendo la consideración de las actividades de relación de los seres animales, que también corresponde a una rama de la psicología. El objeto de esta ciencia ha ido variando desde que, a mediados del siglo XIX, se constituyó en una disciplina independiente, porque paulatinamente se fue apreciando de manera más adecuada su verdadera índole y advirtiéndose que separar los hechos que primitivamente se consideraron como único tema de la psicología —los hechos de conciencia— de otros aspectos de la realidad humana equivale a mutilarlos y es condenarse a la incomprensión. En verdad, los hechos de conciencia, los famosos fenómenos subjetivos e inespaciales que al parecer agotaban el psiquismo, no existen como fenómenos independientes, sino que se hallan inextricablemente ligados con fenómenos corporales y con las 18

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UNIDAD N 2:

UNIDAD N 2:

LA CIENCIA PSICOLGICA

Compilacin y armado Sergio Pellizza

Dto. Apoyatura acadmica I.S.E.SEL OBJETO DE LA PSICOLOGA

Entre los problemas iniciales que plantea la ciencia psicolgica, uno de los ms difciles de resolver de manera precisa es el de la determinacin y delimitacin clara y neta de su objeto. Esta dificultad aparece en diversas disciplinas, puesto que siempre sucede que a medida que se investiga sobre un tema o se manipulan algunas materias surgen aspectos nuevos que obligan, entre otras cosas, a trazar nuevas fronteras a la porcin de la realidad estudiada, pero la cuestin se torna ms grave en la investigacin psicolgica, dirigida a un sector de fenmenos tan complejos como los que constituyen los modos de comportarse del ser humano. Aclaramos ya desde el comienzo que slo nos ocupamos de psicologa humana, omitiendo la consideracin de las actividades de relacin de los seres animales, que tambin corresponde a una rama de la psicologa.

El objeto de esta ciencia ha ido variando desde que, a mediados del siglo XIX, se constituy en una disciplina independiente, porque paulatinamente se fue apreciando de manera ms adecuada su verdadera ndole y advirtindose que separar los hechos que primitivamente se consideraron como nico tema de la psicologa los hechos de conciencia de otros aspectos de la realidad humana equivale a mutilarlos y es condenarse a la incomprensin.

En verdad, los hechos de conciencia, los famosos fenmenos subjetivos e inespaciales que al parecer agotaban el psiquismo, no existen como fenmenos independientes, sino que se hallan inextricablemente ligados con fenmenos corporales y con las particularidades del mundo exterior, esto es, con el medio natural y muy especficamente el medio social en que transcurre la existencia humana.

A lo largo de los captulos que siguen, iremos desarrollando esta concepcin, que ha transformado la ciencia del alma en ciencia de la conducta, (1) como se la suele considerar en la actualidad. Pero el mismo concepto de conducta ha sido diversamente interpretado. Implica s siempre, cualquiera que sea el modo de interpretacin, una visin dinmica y totalista de los fenmenos psquicos. Estos no constituyen acontecimientos aislados y susceptibles de ser estudiados por separado, tal como haca por ejemplo la psicologa del siglo anterior con la percepcin o la memoria, cuyos procesos no eran vinculados con la corriente general del psiquismo, sino que es preciso engarzarlos en sta para aprehender su real significacin.

CONCEPTO DE CONDUCTA

Pero qu es esa conducta, que constituye entonces el objeto de la psicologa?. El movimiento de algunos msculos en la accin, la resolucin de un problema matemtico, enrojecer de vergenza, una alteracin glandular en momentos de emocin, la actividad cerebral, participar en un mitin?. Todo esto, siempre que tales fenmenos se enfoquen en tanto que reacciones de organismos completos ante las diferentes condiciones del medio que los rodea, segn la concisa formulacin de Maurice Reuchlin en su Historia de la Psicologa. (2) Pese a la diversidad que existe entre las escuelas psicolgicas actuales, diversidad que junto con la de las ramas o campos de estudio particularizados hace temer a veces por la unidad de la disciplina, el carcter totalista y relacional, dialgico con su medio, de los procesos psicolgicos, es un punto admitido por todas las corrientes, coincidencia a la que han contribuido principalmente, aunque no de manera exclusiva, el psicoanlisis y el conductismo. Hay que reconocer asimismo la influencia que ha ejercido en ese sentido los progresos de la psicopatologa y de la antropologa.

El carcter dispar de los ejemplos citados como ilustracin de diversas manifestaciones de la conducta suscita otro problema: el de los niveles de integracin, que encararemos algo ms adelante. En efecto, esos mismos ejemplos revelan que cabe incluir como fenmenos de conducta a funcionamientos biolgicos, a otros que se estara ms dispuesto, segn las concepciones tradicionales, a calificar de propiamente psicolgicos, y a otros aun, de ndole social. Son procesos de nivel diferente, cada uno de ellos caracterizado por leyes especficas, y coordinados de tal manera que los inferiores (los ms simples) son requisito indispensable de los superiores, sin que esto autorice, empero a reducir los segundos a los primeros. No habra vida en el universo sin los procesos fsico-qumicos que se dan tambin en el nivel inorgnico, no habra fenmenos psicolgicos sin procesos vitales, ni fenmenos sociales sin la participacin de seres dotados de una organizacin psicolgica. Pero en cuanto a lo que nos interesa, el nivel psicolgico slo aparece cuando nos hallamos ante una conducta: una reaccin global de un organismo vinculada con las circunstancias en que se halla. Respirar, por ejemplo, es un acto biolgico, pero las alteraciones de la respiracin con que se responde a una situacin que se experimenta como sorpresiva, amenazadora o deprimente, etc., forman parte de una actitud total que es ya psicolgica. Adelantamos desde este momento que en la vida concreta de los seres humanos slo se verifican esas clases complejas de reacciones, puesto que siempre nos hallamos, segn la conocida expresin de Sartre, en situacin. El nivel psicolgico es el nivel de la existencia del hombre.

La escuela conductista que, como sealamos, influy grandemente en la ampliacin del concepto de fenmeno psquico, sustenta con todo una posicin que frente a las concepciones ltimas resulta parcial: la conducta es el conjunto de reacciones objetivamente observables, sean motoras o fisiolgicas, en tanto que de los procesos subjetivos ni siquiera cabe afirmar con seguridad que existan, puesto que slo su protagonista puede aprehenderlos. Pero el cunductismo dej salvado el enfoque que mencionamos anteriormente, totalista y relacional, al abocarse al estudio de actividades, y actividades sometidas al influjo del medio, tal como se dan en el curso de la vida, en lugar de atender a funciones psquicas aisladas.

A la vez, constituy el primer enfrentamiento contra la posicin imperante en la primera dcada de nuestro siglo, fecha en que surgi, que era una posicin igualmente parcial aunque en otra direccin. Primaba el subjetivismo a lo Wundt o a lo Tichtener, autores para quienes slo los estados de conciencia de que el sujeto puede dar testimonio por introspeccin (precisamente los hechos que Watson consideraba tan dudosos), constituan el objeto de estudio de la psicologa. Tambin William James defina a esta ciencia como la descripcin y la explicacin de los estados de conciencia como tales. Algn ncleo de verdad encerraban sin embargo los aciertos de este tipo, por ms que en la actualidad se los considere superados, porque un fenmeno slo pertenece al mbito de lo psicolgico si es susceptible de tornarse alguna vez vivencia y consciente, aunque no siempre lo sea. Ya volveremos sobre este punto. Pero el conductismo hizo reparar en cambio en que la vida psquica es tambin vida corporal.

En cuanto al psicoanlisis, su aporte a las posiciones hoy vigentes en las que influy de manera sumamente poderosa, reside sobre todo en que al poner de relieve la ntima correlacin que liga los fenmenos anmicos y los corporales seal que es una correlacin establecida a travs de una actividad inconsciente y de carcter fuertemente afectivo, y en que hizo igualmente hincapi, a pesar de una orientacin biologista de buena parte de sus postulados, en el influjo de las experiencias interhumanas en el desarrollo de la personalidad. Las denominadas relaciones objetales o relaciones de objeto son las vinculaciones con otra u otras personas invariablemente implicadas en cada curso de conducta, y que ya desde el comienzo de la vida van modelando los modos caractersticos de reaccionar de cada individualidad.

Otra posicin durante largos aos domin en particular el panorama de la psiquiatra de los Estados Unidos, la psicobiologa de Adolf Meyer, adopt tambin un enfoque holstico (completo-entero); el vocablo que acu Mayer para significar el comportamiento, ergasia, incluye tanto funcionamientos explcitos (observables) como implcitos (el funcionamiento mental).

En sntesis, por conducta o comportamiento se entiende hoy la totalidad de las manifestaciones del organismo humano en cuanto tal. Entre las mejores formulaciones de este enfoque totalista se cuentan las definiciones del psicoanalista francs Daniel Lagache, cuya teora de la conducta constituye un explcito reconocimiento de la heterogeneidad de los funcionamientos que engloba. Una de esas formulaciones es la siguiente: conjunto de las operaciones (fisiolgicas, motrices, verbales y mentales) por las cuales un organismo (3) en situacin reduce las tensiones que lo motivan y realiza sus posibilidades. Otra: modificaciones del campo psicolgico cuyo agente es el organismo. Aqu, al introducirse el concepto de campo, se recalca el carcter situacional de la conducta.

Una observacin sistemtica y metdica del comportamiento humano, como corresponde a un estudio cientfico, debe incluir todo cuanto una persona es capaz de experimentar corporal y anmicamente, atendiendo al hecho de que las actividades responden a causas, esto es, son motivadas, y a que son una respuesta o adaptacin a una determinada configuracin de circunstancias vividas segn tonalidades emocionales propias (la situacin), pero sin olvidar tampoco que conducirse no es slo una adaptacin pasiva a tales circunstancias, sino tambin un modo de expresar y realizar las tendencias de la personalidad.

Pero la psicologa es precisamente ciencia de la personalidad asimismo; no slo investiga la ndole general de la conducta, sino tambin los influjos de esa variable interviniente que constituyen los rasgos idiosincrticos de cada persona. Tres tipos de variables participan en el comportamiento: la independiente (el medio), la dependiente (la conducta) y la interviniente (el sujeto).

Este ltimo enfoque, en el que queremos detenernos un tanto, slo en los aos recientes empez a prevalecer.

Una escuela que lo ha asumido en especial es la de la psiquiatra existencial, para la cual el estudio cientfico del hombre debe encararlo en cuanto persona, en cuanto ser cuyos modos de comportarse siguen una lnea unitaria: el denominado proyecto existencial, que constituye la manera privativa de cada uno de ser-en-el-mundo. El jefe de esta escuela es el psiquiatra suizo Ludwing Binswanger, y se cuentan entre sus principales representantes Medard Boss, E. W. Strauss, V. E. Gebsattel, Rollo May, Ronald Kuhn, Eugne Minkowsli y H. F. Ellenberger. En las teoras elaboradas por esta escuela influy de modo decisivo la doctrina filosfica de Martn Heidegger. Ex-psiquiatra, Karl Jaspers en su Psicopatologa general (4) expone una posicin psiquitrica conjugada con su posicin filosfica, una de las ms influyentes en el pensamiento contemporneo, y tambin filosfica como Maurice Merleau-Ponty, Jean Paul Sartre y Martn Buber orientan diversas lneas de una psicologa existencial. No debe extraar esta vinculacin con la filosofa, disciplina cuya influencia nunca ha dejado de hacerse sentir en la psicologa. En el caso que estamos considerando dio por resultado la utilizacin del mtodo fenomenolgico, creado por Edmund Husserl, o sea, el atenerse a la aprehensin directa de los fenmenos, sin ningn supuesto previo, y la fenomenologa llev a su vez a los psiquiatras existenciales a la conclusin de que la vida anmica y el comportamiento todo, se orientan en cada persona segn una forma propia de vida, segn un estilo existencial irreductible a causas generales, y en el que el hombre se revela como un ser libre en la eleccin de sus valores.

La psicologa slo a fines del siglo pasado se constituy en disciplina independiente, cuando pas a investigar procesos y funciones reales en lugar de una hipottica alma entendida a modo de una sustancia o sustrato del acaecer anmico, y an hoy resulta problemtica su ubicacin exacta en el campo de las ciencias. Como se atiene a la observacin y explicacin de la conducta afectiva y concreta, ligada a contextos fisiolgicos aun los procesos ms subjetivos los implican, porque el sistema nervioso central interviene necesariamente en cualquier manifestacin psquica, cabra considerarla casi como una especie de biologa superior, pero como acabamos de ver, esas manifestaciones dependen tambin, segn importantes posiciones contemporneas, de una libre eleccin vinculada con valores. No ser entonces la psicologa una ciencia del espritu?. O una ciencia social, puesto que los valores surgen dentro de las ms diversas culturas?. De hecho, entre la psicologa social y la psicologa de la personalidad los lmites a veces se esfuman.

De todos modos, aunque la problemtica que le es propia roza temas que debate la filosofa o que son estudiados por otras ciencias, es una disciplina de objetivos y mtodos definidos, y junto con la historia, la sociologa, la lingstica, la economa, la antropologa y varias otras divisiones del saber constituye una de las ciencias del hombre. Estas se diferencian entre s slo por la perspectiva particular desde la cual abordan su objeto, que es siempre una actividad humana. La psicologa se ocupa de la conducta del hombre en tanto que organismo singular, dotado de caractersticas individuales, y tomando en cuenta sus reacciones totales a las situaciones en que se halla. De ah que, por tener que considerar en toda su complejidad el fenmeno de la conducta, cabalgue por una parte entre la biologa y la sociologa, por otra, entre las ciencias naturales y las del espritu, sin poder abandonar totalmente tampoco una problemtica filosfica, aunque slo sea como horizonte de la investigacin.

CONDUCTAS MOLECULARES Y MOLARES

Debemos insistir algo ms en cmo la concepcin de la psicologa como ciencia de la conducta supone un gran cambio frente a las ideas que primaron en otras pocas desde diversos puntos de vista.

La psicologa no es ya una ciencia que se ocupa exclusivamente del fuero interno, de la subjetividad, o sea no es ya mentalista, pues junto con los estados de conciencia considera igualmente como fenmenos psicolgicos a las acciones en el mundo externo y a procesos somticos (enrojecer, temblar, aceleracin de la respiracin, etc.); la psicologa actual no es tampoco elementalista ni asociacionista, porque ya no entiende los hechos psquicos como una especie de mosaico formado por elementos psicolgicos, tales como ideas o sensaciones que se ligaran entre s para formar los procesos ms complejos, sino como estructuras originariamente unitarias en las que el todo es ms que la mera suma de los miembros integrantes, y que adems dependen de una superestructura que es la personalidad individual. (5) No los rigen, pues, leyes mecnicas, sino que estn dotados de sentido; debe buscarse la significacin de cada conducta particular en las necesidades que experimenta y en la situacin que atraviesa el ser en quien se da, en su carcter de estructura unitaria.

El trmino que expresa esta interpretacin del psiquismo es el de la conducta molar. Molar es lo que acta en o a travs de masas, en oposicin a lo molecular o atmico, y fue Ch. D. Brozd quien extendi a la psicologa el concepto de molaridad. Hubo diversas maneras de entender la conducta molar; aqu la consideraremos como sinnimo de todo tipo de actividad o manifestacin humana, siempre que se tome en cuenta el sentido que reviste para un individuo (o varn), y el hecho de que constituye una totalidad compleja a la que se puede caracterizar en trminos que corresponden a la experiencia vivida. B. C. Tolman ilustra con los siguientes ejemplos lo que debe entenderse por conducta molar: un hombre que se dirige a su casa para cenar, un nio que se esconde de un extrao, una mujer conversando con una vecina, un alumno que contesta las preguntas de una prueba... o tambin, una rata corriendo por un laberinto en un laboratorio, un gato que se escapa de una caja con obstculos, etctera.

En conducta molecular, en cambio, cualquiera de los aspectos parciales de esos mismos procesos, de ndole biolgica o material, por ejemplo, un recorrido nervioso, una secrecin glandular, un movimiento corporal aisladamente considerado, etc... Se encara el comportamiento como reaccin, sin tomar en cuenta la espontaneidad del organismo, y como reaccin descomponible de sus elementos.

En realidad psicolgica slo hallamos conductas molares; las moleculares resultan de una abstraccin y no constituyen en realidad otro tipo de comportamiento, ms simple, sino que estn integradas en las actividades totales, dotadas de una significacin humana, y no slo biolgica, que caracterizan los procesos de la conducta.

Al insistir la psicologa actual en la investigacin de las conductas molares como su campo propio de trabajo, hace suya la exigencia planteada hacia 1929 por el filsofo y psiclogo Georges Politzer, terico de la psicologa concreta, de que sta se ocupe del suceso humano total, del drama de la conducta. Aunque desde su punto de vista esto significaba sobre todo tomar en cuenta las situaciones sociales en la actualidad ninguna escuela las deja de lado y es generalmente aceptado el papel fundamental que desempean los nexos interhumanos en las motivaciones y finalidades que impulsan a los hombres, si la psicologa concreta deba ocuparse de el conjunto de los hechos humanos considerados en su relacin con el individuo humano, es decir, en tanto que constituyen la vida de un hombre y la vida de los hombres, (6) esto implicaba en general abandonar el punto de vista molecular, que haba prevalecido en las primeras pocas de la psicologa, y se sigui reflejando en el conductismo y la reflexologa, y abandonar tambin teorizaciones que reducen la conducta al juego de hipotticas fuerzas psicolgicas, como es en gran parte el caso del psicoanlisis, y estudiar la conducta molar. Fue tambin dentro de lineamientos distintos, la exigencia de Tolman, de Lewin, de Murray, etc., entre la tercera y la cuarta dcada del siglo.

Pero la distincin entre conductas molares y moleculares conduce a otro tema: el de los niveles de integracin, al que aludimos ya anteriormente.

LOS NIVELES DE INTEGRACIN

La hiptesis de la existencia de distintos niveles de integracin dentro del organismo humano, hiptesis de cariz antropolgico se vincula con teoras ontolgicas sobre la realidad toda, ante el hecho, de fcil observacin, de que el universo que se ofrece a la experiencia presenta cualidades sumamente variadas y que aparecen como agrupadas en sectores diversos: la materia inorgnica, la vida, el hombre, surgieron distintas teoras filosficas y cientficas que se extendieron igualmente a la psicologa.

El evolucionismo todo brot de la consideracin de estas diferentes cualidades y de su ordenacin en sectores, (7) consideracin que en el siglo XX inspir doctrinas como las de Samuel Alexander, Nicolai Hartmann Y Max Scheler, influidos a su vez por el evolucionismo.

Para Alexander, a partir de un espacio-tiempo primordial se va organizando evolutivamente la realidad, a travs de un proceso en el que cada estadio adquiere caractersticas nuevas irreductibles a las de los precedentes, de los cuales, no obstante emerge. Nicolai Hartman estudi por su parte los grados o etapas del ser: materia, vida, conciencia y espritu. Tambin para l cada estrato superior instaura una novedad absoluta, pero lo superior no determina lo inferior, como se afirma, en cambio, en el idealismo absoluto de Hegel. El grado ms alto, el espritu, se caracteriza por poseer el mximo grado de autonoma; el espritu es libre y no debe confundirse con la psique, lo que equivaldra a incurrir en psicologismo. Scheler se ocup de el puesto del hombre en el cosmos, ttulo de una de sus obras ms difundidas, y sostiene que el nivel de la realidad que le es exclusivo (aunque necesariamente comparte otros con los dems seres vivos; comparte el impulso afectivo, el instinto, la memoria asociativa y la inteligencia prctica) es el del espritu, que lo torna capaz de aprehender esencias y apreciar valores permanentes en lugar de perderse siempre en lo fenomnico y transitorio.

Dentro de la psicologa, una escuela a la que preocup especialmente la teora de los niveles de integracin, en su aplicacin a la realidad humana, fue la escuela reflexolgica, y a S. L. Rubisntein se deben importantes trabajos sobre el tema, desarrollados a partir de la conviccin de la universalidad del acto reflejo. Pero aun dentro de lneas conceptuadas muy distintas cabe admitir la teora de los niveles para explicar el fenmeno de las conductas molares, en las que se advierte el interjuego de leyes fsico-qumicas, de leyes biolgicas y de leyes sociales junto con las que seran propiamente psicolgicas.

Pero si la psicologa se ocupa de las actividades humanas en tanto que fenmenos complejos que, si bien son inseparables de determinados procesos fisiolgicos y sociales, revierten significacin, esto es, traducen una personalidad, y son vivenciados, o al menos vivenciables, para una persona o varias, esto quiere decir que las encara en su nivel de integracin ms alto, que es el nivel psicolgico o simplemente humano.

La postulacin de un nivel de integracin humano corresponde a J. Bleger, segn quien el nivel humano de integracin es aqul dentro del cual la biologa, psicologa, sociologa, economa, etc., son ciencias que estudian aspectos parciales o limitados de este nico nivel de integracin. Los fenmenos correspondientes a estas distintas disciplinas son solamente subestructuras de una organizacin nica y no estructuras de diferentes niveles de integracin. (8)

Compartimos en lo esencial este punto de vista, pero en nuestra opinin el nivel psicolgico equivale ya al nivel humano, y engloba a los dems: sociolgico, econmico, etc... Cabe distinguir sin duda, como lo hacen Nicolai Hartmann y Max Scheler, entre el estrato de lo meramente psicolgico y el estrato de lo espiritual, que se manifiesta en determinados comportamientos y actitudes vinculados con la religin, el arte, la ciencia y las normas ticas, Y no ser la sola psicologa, sino tambin disciplinas filosficas como la tica, la esttica, la filosofa de la religin o en general la antropologa filosfica, las que deben elucidar lo referente a esos comportamientos y actitudes, pero al entenderse por psicolgicos, en sentido amplio, la totalidad de los procesos que revisten significacin para la persona, conductas de ndole netamente espiritual, tales como la aprehensin de valores, y eventualmente el comportamiento concreto de acuerdo con ellos, entran tambin a formar parte del nivel psicolgico... o humano.

Algo similar ocurre entre el nivel psicolgico y el sociolgico, si contrariamente a la tendencia muy generalizada de reconocer un nivel psicosocial se diferencia entre ambos: toda actividad social es simultneamente psicolgica, por las razones expuestas.

Modificando un tanto su postulacin de un nivel nico, que incluye los fenmenos biolgicos, J. Bleger afirma que el nivel humano instaura una serie nueva que incluye tan slo todo cuanto corresponde especficamente al hombre, esto es, el nivel psicosocial y el axiolgico (acaso debiera decirse no nivel axiolgico sino espiritual, plano que no se agota en la faz valorativa), en tanto que el nivel biolgico, as como el fsico-qumico, constituyen estratos inferiores. (9) Aun si no se comparte este punto de vista, es indudable que para que sus hechos de ndole fsico-qumica o de ndole biolgica puedan considerarse fenmenos humanos es preciso que, por ms que se verifiquen en ellos, desde luego, las leyes especficas del nivel correspondiente, formen parte de un contexto de significacin para uno o varios individuos; es preciso que respondan a una situacin vivida por ellos, y esto es decir que deben poder ser considerados en sentido psicolgico. Pero ya sabemos, aunque no est de ms repetirlo, que sta es la nica manera en que se producen en concreto cualquier tipo de fenmenos en los seres humanos. Nunca mecnicamente, sino como sucesos de una vida, pues la conducta es siempre molar.

Resumimos lo expuesto hasta aqu con respecto a distintos modos de concebir los niveles de integracin de la conducta: 1) se postula un nivel nico el nivel humano, donde convergen todos los fenmenos que se dan en el organismo del hombre, entre ellos los psicolgicos; 2) se consideran sinnimos nivel humano y nivel psicolgico, pues con ambos trminos queda igualmente englobado todo cuando reviste significacin para el sujeto, o sea todo cuanto traduce sus modos peculiares de reaccionar en las diversas situaciones en que se encuentra: 3) se sostiene que el nivel humano incluye slo los comportamientos especficos, privativos del hombre, en tanto que otros fenmenos los biolgicos, los fsico-qumicos quedan excluidos de ese nivel.

Para nosotros, incluso esos planos de la existencia concreta de los hombres pueden revestir una significacin psicolgica; se tornan psicolgicos, humanos en el hombre, tal como parece confirmarlo la medicina psicosomtica. En el otro extremo, los fenmenos sociales, econmicos y espirituales son tambin, aunque obedecen a leyes propias, psicolgicos, cuando son vividos por el hombre.

Pero independientemente de las respuestas que se den en definitiva a estos problemas, no dirimidos an, se plantea asimismo la cuestin de cules son los caracteres distintivos de cada uno de los diferentes niveles de integracin y cules son sus relaciones mutuas.

Con respecto a lo primero, en todas las teorizaciones sobre niveles, antropolgicos u ontolgicos, se establece una diversificacin jerrquica: existen niveles superiores y niveles inferiores. Los criterios varan un tanto en lo que se refiere a establecer las cualidades respectivas de unos y otros, pero suele haber coincidencias en las siguientes sealaciones:

1) Los estratos superiores poseen una organizacin ms compleja, aunque slo sea si bien no exclusivamente por ello, porque incluyen como basamento a los estratos inferiores. Por ejemplo, un hecho correspondiente al nivel espiritual (o al subnivel espiritual dentro del nivel humano) como es el amor a la verdad, requiere el funcionamiento cerebral, determinadas condiciones socioculturales, etctera.

2) Los estratos superiores poseen una mayor autonoma y flexibilidad en la capacidad de respuesta. Una piedra reacciona siempre de igual modo ante las circunstancias; un ser vivo en cambio aprende, se modifica, y en cuanto al hombre, se percibe que esa posibilidad de modificacin se ampla con una riqueza no conocida en los otros niveles cuando se lo considera psicolgicamente, esto es, en su ms alto nivel de integracin. Slo en ste se plantea el problema tico y filosfico de la libertad.

3) Los estratos superiores son menos resistente, no pueden subsistir sin el funcionamiento de los inferiores, en tanto que la recproca no se cumple. As, se puede llevar una vida enteramente desprovista de espiritualidad, en tanto que siguen funcionando los mecanismos psicolgicos; o puede ocurrir en otros casos que los mecanismos psicolgicos fallen en tanto que se mantiene una completa normalidad en cuanto a lo biolgico, etc., Pero lo contrario de estas alternativas no es, en cambio, posible.

Con respecto a las relaciones mutuas entre los diferentes estratos, ya hemos indicado que los inferiores constituyen el basamento indispensable para la existencia de los superiores: lo fsico-qumico es basamento de lo biolgico, y este nivel a su vez, sustenta el psicolgico, con sus direcciones o subestratos propios: el social y el espiritual.

En cada estrato superior aparecen sin embargo cualidades nuevas, para cuyo surgimiento el funcionamiento de los inferiores no es condicin suficiente. Por ejemplo, la respiracin supone fenmenos fsico-qumicos, pero corresponde tambin la vitalidad. Y en cuanto a las leyes propias de cada nivel, nunca dejan por cierto de cumplirse, pero es necesario tomar en cuenta su insercin en estructuras ms vastas en cuanto se las considera dentro de la organizacin humana. (10) Es lo que hacen por ejemplo la medicina psicosomtica, o la psiquiatra existencial. La primera inserta fenmenos biolgicos dentro del nivel psicolgico; la segunda, que opera tan explcitamente en el nivel de integracin humano, atiende a lo especfico del subnivel espiritual dentro del mismo. Esta especificidad no implica el no cumplimiento de las determinaciones psicosociales, por ejemplo las que rigen la eclosin de una esquizofrenia, pero ocurre que tales determinaciones son encauzadas segn los fines de una entidad espiritual: la persona.

Intentaremos aclarar mediante un ejemplo de la vida cotidiana lo que venimos exponiendo: si una persona presencia el desplante autoritario de un individuo frente a otro, se verifican en l procesos de ndole fsico-qumica en su sistema nervioso y glandular, pero estos procesos revisten a la vez una significacin biolgica, se engarzan en una reaccin, propia de los organismos vivos, de alarma y defensa; adems poseen una significacin psicosocial, se vinculan con lo ya vivido anteriormente por esa persona testigo del hecho, y de acuerdo con ello variarn los matices de la reaccin consiguiente, variaciones sumamente diversas para cada cual. Por ltimo, poseen igualmente una significacin espiritual, se relacionan con el sistema de valores que se profese (aqu intervendran el de justicia, el de respeto a la dignidad humana, etctera).

Al fin y al cabo, todo esto coincide con el ya clsico principio de la psicologa de la forma de que es el sistema como totalidad, y no la mera adicin de elementos, lo que explica, en la articulacin global de sus miembros, los comportamientos observados.

Pero el principio, en formulaciones diversas, es admitido tambin por otras escuelas, as, el ya citado reflexlogo S. L. Rubinstein se expresa en los siguientes trminos con respecto a esto: En cada zona de fenmenos, en cada una de las esferas que se influyen recprocamente, poseen su vigencia leyes generales y leyes especficas. Dado que esto es as, surge un problema, a saber: qu ocurre con las leyes generales (con las fsico-qumicas) cuando se pasa a fenmenos ms especiales, por ejemplo los biolgicos?. La respuesta estriba, por lo visto, en el hecho de que al realizarse el paso aludido se modifican las condiciones en que las leyes generales actan y cambia, en consecuencia, su efecto. Pero las leyes no pierden su vigencia, conservan su valor. (11)

REAS DE LA CONDUCTA

Aunque toda conducta considerada en el nivel de integracin psicolgico constituye una estructura unitaria, unidad que desde la posicin que aqu adoptamos es dada fundamentalmente por su significacin total para el organismo para repetir la formulacin de Lagache: al par que restablece el equilibrio psicolgico al reducir las tensiones que lo motivan implica la realizacin de sus posibilidades propias, cabe distinguir en ella diversas reas de manifestacin. Estas son las siguientes: el rea de la mente (rea 1), el rea del cuerpo (rea 2) y el de la actuacin en el mundo externo (rea 3); o, empleando otra terminologa, en la conducta se dan operaciones concretas y simblicas, que pueden ser, unas y otras, autoplsticas o aloplsticas. La primera terminologa corresponde a la conceptuacin de Enrique Pichon Rivire; la segunda a la conceptuacin de Daniel Lagache.

Lo que ambos autores quieren dejar establecido es que desarrollar una conducta involucra la produccin simultnea de actividades en el fuero interno o vivencial del sujeto, en su cuerpo, y en el medio que lo rodea.

Pongamos por ejemplo de comportamiento una emocin de miedo: el sujeto la experimenta vivencialmente (rea 1), se pone plido y el corazn le palpita agitadamente (rea 2), se lanza a correr (rea 3). Hay variacin, pues, en las manifestaciones, pero se trata sin embargo de una conducta nica, pues todos los procesos descriptos constituyen facetas de la reaccin total de un organismo o una situacin, en este caso una situacin de amenaza o riesgo.

Para las corrientes introspeccionistas o mentalistas el fenmeno psicolgico resida exclusivamente en la vivencia experimentada, posicin compartida en cierto modo por el psicoanlisis, que aunque no omite la consideracin de las manifestaciones corporales ni de la actuacin en el medio, reputa como fundamentales los procesos subjetivos del rea 1; ellos seran la fuente de todos los dems, que se limitaran en realidad a traducirlos. Para el behaviorismo, en cambio, lo psicolgico radica en las reas 2 y 3 y se excluye el rea 1 como mbito slo hipottico, puesto que no es posible observar las vivencias objetivamente, esto es, en forma corroborable para varias personas, aparte de la afectada.

Todas estas posiciones parcializan la realidad psicolgica; lo prueba el hecho de que en un ciclo de comportamiento puede haber indistintamente predominio de una u otra rea, y la iniciacin del mismo tanto puede corresponder al rea de la mente (operaciones simblicas, en el lenguaje de Lagache), como a cualquiera de las otras dos (operaciones concretas). En el caso de las emociones por ejemplo, la vivencia anmica puede suceder y no preceder a los procesos concretos. Lo ha sealado, ya desde fines de siglo pasado, la teora perifrica de las emociones de James-Lange: estamos tristes porque lloramos, en lugar de ser a la inversa, como es comn suponer, o nos sentimos asustados porque corremos.

Pero no hay que ver un enlace causal entre las diversas operaciones de la conducta; todas ellas son, con iguales ttulos, una respuesta directa a una situacin. Es decir, como lo expresa J. Bleger, quien combate con vigor el prejuicio mentalista, no hay un rea privilegiada que anteceda inevitablemente a las dems, que las provoque. Los estmulos externos no actan sobre la mente y desde all en todo el organismo; actan directamente sobre el sistema nervioso central. (12) Y as, tal como vimos en el caso de la emocin, puede ocurrir tambin que la solucin de un problema (fenmeno intelectual y no afectivo) se manifieste como actuacin antes que en el rea de la mente; lo mismo podra suceder cuando se trata de tomar alguna resolucin (fenmeno volitivo), etc. En otros casos, por el contrario, las primeras manifestaciones o las que pueden predominar en la totalidad del ciclo de conducta son las corporales.

En lo que respecta a este rea, la de las operaciones concretas autoplsticas, para valernos del lenguaje de Lagache, ha sido la escuela fenomenolgica la que puso de relieve su dimensin plenamente humana, al reivindicar al cuerpo vivido frente al cuerpo biolgico (que en el hombre es prcticamente una abstraccin). Jean-Paul Sartre discrimina entre el cuerpo como ser-para-s y el cuerpo para-el-otro, pero no admite la escisin entre fenmenos de conciencia y manifestaciones corporales.

El alma es ms fcil de conocer que el cuerpo, deca Descartes. Y con ello crea establecer una distincin radical entre los hechos del pensamiento, accesibles a la reflexin, y los hechos del cuerpo, cuyo conocimiento debe ser garantizado por la bondad divina. Y en verdad, parece a primera visa que la reflexin slo nos descubre puros hechos de conciencia. Sin duda se encuentran en este plano fenmenos que parecen comprender en s mismos algn lazo con el cuerpo: el dolor fsico, lo desagradable, el placer, etc. Pero estos fenmenos no son meros puros hechos de conciencia; se tiende as a convertirlos en signos, en afecciones de la conciencia relacionadas con el cuerpo, sin reparar en que de este modo se termina por expulsar irremediablemente el cuerpo de la conciencia y en que ningn lazo podr despus unir este cuerpo que es ya cuerpo-para-otro y la conciencia de la que se pretende que lo manifieste. (13)

Sin embargo, con la excepcin de los actos reflejos simples y de algunas respuestas instintivas, para que se produzca una manifestacin corporal como reaccin a una situacin es preciso que en algn momento de la vida del sujeto esa situacin haya sido vivenciada, aunque slo sea de manera vaga, como dotada de un significado particular de amenaza, grato, deprimente, etc, de decir, tiene que haber intervenido alguna vez la mente para que en circunstancias posteriores similares surjan reacciones en las dems reas.

Tal es el caso de las enfermedades psicosomticas; los desencadenantes fueron alguna vez mentales, experiencias vividas como frustrantes, irritantes, amenazadoras... Slo as de produce la alteracin corporal.

Otra confirmacin: en los reflejos ya no simples, sino condicionados, la aparicin del estmulo asociado basta para producir una respuesta fisiolgica o motriz, pero esa asociacin, el hecho de que al sonido de una campana, por ejemplo, reaccione el animal como ante la aparicin del alimento es producto de una experiencia inicialmente mental.

Algo similar debe incurrir en los comportamientos ms complejos, en los que la reaccin inmediata, originaria, no es mental sino material; o sea, que alguna vez el significado de la situacin fue aprehendido vivencialmente, aunque sea de manera oscura. Por eso el cuerpo comprende luego, y aunque se reacciona slo corporalmente, esa significacin es, al menos en principio, susceptible de pasar como tal nuevamente al rea 1. En otras ocasiones lo viviencial coexiste, pero slo en el nivel preconsciente, del que asciende a veces al consciente.

Es que ninguna actividad del organismo es psicolgica si no puede en alguna circunstancia tornarse consciente o al menos subconsciente, esto es, subjetiva, experimentable como una vivencia conocida por el propio sujeto. Karl Jaspers ha acuado el vocablo extraconsciente para referirse a los procesos que en ningn caso es posible concienciar; por ejemplo, procesos fisiolgicos tales como las secreciones glandulares, los movimientos peristlticos, los recorridos nerviosos, etc. No se trata de fenmenos inconscientes, puesto que jams podran tornarse conscientes. La realidad humana nunca se limita, desde luego, a tales procesos sino que stos intervienen en las situaciones que se viven, como parte integrante de las misma. Los cambios en el ritmo, velocidad u otros rasgos de los procesos extraconscientes, segn las diversas circunstancias que se van experimentando, prueban que las reacciones humanas posee, tal como lo sealan las posiciones hollistas, un carcter global.

Pero hay que diferenciar claramente entre los fenmenos extraconscientes el rea 2, o cuerpo en el nivel psicolgico, al que hay que entender no como sustrato orgnico de las reacciones psicolgicas, sino como psiquismo en s, como respuesta de un organismo a una situacin que lo motiva. De estas respuestas, por otra parte, cabe tener conciencia o no, como ocurre en el caso de una taquicardia, de la palidez, el rubor, etc., que tanto pueden ser conocidas como ignoradas por el propio sujeto en quien se producen.

El jugo entre las diversas reas de la conducta es sumamente mvil; es comn que se d una altenancia en el predominio de una u otra. As, una antipata expresada sobre todo en el rea 3, con movimientos (conscientes no) de alejamiento, puede pasar a ser una sensacin de repugnancia fsica (rea 2), o el sentimiento correspondiente (rea 3).

Caben adems disociaciones, como si en las tres reas de manifestacin el sujeto tendiera a objetos distintos; por ejemplo, un individuo piensa mientras fuma, un escolar atiende la leccin que explican en clase mientras ordena sus papeles, una mujer teje mientras mira televisin. Qu queda entonces de la unidad de la conducta?. A veces se trata, en efecto, de ciclos de comportamiento independientes aunque simultneos, pero casi siempre pueden distinguirse jerarquas, una lnea principal y otras secundarias, en una corriente nica, y dentro de la normalidad las disparidades no obstaculizan la actividad principal pensar, atender, mirar televisin, en los ejemplos ofrecidos, sino que por el contrario, suelen favorecerla, porque permiten que a travs de vas variadas se canalice cierto monto de tensin, con lo cual la persona se halla en mejores condiciones para concentrarse en su objetivo primordial en ese momento. Por cierto que resulta problemtico en muchos casos decidir cul es esa actividad principal, que constituye el centro unitario de la conducta en ese momento, pero una buena evaluacin la daran los respectivos grados de frustracin que experimentase el sujeto si quedaran estorbadas unas u otras de tales operaciones simultneas.

Cuando la disparidad entre las diversas operaciones se convierte en contradiccin; por ejemplo, el cuerpo no se pliega a los propsitos conscientes, como en algunos tipos de actos fallidos, esa contradiccin traduce una situacin de conflicto, en que el individuo se halla, aunque slo sea en forma transitoria, como dividido, y por ello responde a la situacin de dos maneras contradictorias entre s; desea hacer algo determinado (rea 1), pero su actuacin material (reas 2 y 3) lo desmiente, como si su cuerpo obrase por su cuenta.

Debemos insistir en el papel de la corporeidad en la conducta. Hay en general en la filosofa y en la psicologa contempornea una suerte de especial atencin al yo corporal. Que los sistemas y aparatos orgnicos intervienen como subsuelo de todo proceso psquico y que el sistema nervios central desempea un papel de primer orden en la interrelacin hombre-mundo fue siempre sabido por los psiclogos, pero no se trata de eso, sino del cuerpo funcionando directamente a nivel psicolgico, respondiendo a situaciones, como en los ejemplos que dimos de rubores, taquicardias, etc. Esto es, se trata del cuerpo que soy y no solamente del cuerpo que tengo, para valernos de la discriminacin que hace el filsofo Gabriel Marcel entre ser y tener. La vasta literatura existente acerca de la importancia que revisten en la formacin de la personalidad los cuidados corporales recibidos en la primera infancia (basta con recordar los trabajos de Ren Spitz, de Margaret Ribble, de Bowlby), documenta con una casustica concreta esta existencia de un cuerpo-yo integrante activo y no mero concomitante de la actividad psicolgica.

Toda esta problemtica suscita inevitablemente la antigua e irresuelta cuestin filosfica de las relaciones entre el cuerpo y el alma. No haremos sino rozar el tema. Quien lo introdujo de manera especialmente definida en la consideracin filosfica fue, como es sabido, Ren Descartes, en el siglo XVII, al postular que existen en el hombre dos entidades netamente separadas: la sustancia extensa y la sustancia pensante. Es el clebre dualismos cartesiano.

Se intentaron posteriormente diversas soluciones para dar cuenta de la correlacin existente entre ambas entidades, tal como la evidencian los ms simples ejemplos de la vida cotidiana: para ver hay que tener abiertos los ojos, si alguien est colrico su corazn palpita fuertemente, quien lo desea puede alzar un brazo o una pierna... siempre hay correspondencia entre lo vivienciado y alguna actividad del cuerpo. Entre las distintas tentativas de los filsofos de explicar estas correlaciones el ocasionalismo, la teora de la armona preestablecida, la de la interaccin recproca, el monismo neutral, algunas dieron lugar a doctrinas psicolgicas. Segn J.J. Lpez Ibor, cada una de estas teoras se ajusta especialmente a la explicacin de distintos fenmenos... lo que es una manera de expresar que el debate contina abierto. Por ejemplo, cuando se trata de fenmenos orgnicos psicogenticos, las correlaciones psicofisiolgicas se explican aplicando la tesis de la accin recproca entre lo corporal y lo mental y lo mismo cabe decir en el caso de algunas enfermedades mentales, pero la accin se ejercera aqu en sentido inverso al caso anterior: el cuerpo acta sobre la mente, etctera.

Lo positivo es que las escuelas de mayor vigencia en la psicologa actual son resueltamente antidualistas y posiblemente la posicin filosfica ms acorde con ellas es el monismo neutral de Spinoza, que afirma la existencia real de una sola sustancia, que nosotros percibimos en slo dos de sus infinitas facetas: la extensin y el pensamiento. En el fenmeno de la conducta esto significara que las manifestaciones corporales y las mentales constituyen una realidad (o mejor dicho, una actividad) nica, enfocada desde distintas perspectivas.

FENMENOS AUTOPLTICOS Y ALOPLSTICOS

Ya hemos mencionado que Lagache distingue, dentro del proceso de la conducta, actividades simblicas y actividades materiales. Tanto las una como las otras pueden revertir sobre el mismo sujeto, son, pues, autoplsticas, o sobre el medio, y son entonces aloplsticas.

Operaciones simblicas autoplsticas son las actividades de la conciencia en sus diversos grados; por ejemplo, experimentar un sentimiento de culpa, reflexionar sobre algn problema, planear un paseo, recordar un suceso. Es el mismo sujeto el que va experimentando un cambio a medida que se verifican estos ciclos de conducta; pero tambin se modifica a s mismo en el caso de operaciones materiales tales como palidecer, llorar, temblar, etc. O sea, existen asimismo operaciones concretas autoplsticas, que son procesos fisiolgicos.

Elijamos otros ejemplos: alguien informa a otra persona acerca, de una hecho, un nio construye un castillo de arena, una mujer da un portazo. Aqu es el medio externo el que resulta inmediatamente modificado: se introduce un cambio en las vivencias de otra persona, o se han modificado determinadas circunstancias materiales. Son, pues, operaciones aloplsticas, simblicas en el caso de las comunicaciones entre persona y persona y concretas en el de las acciones materiales.

Si queremos trasladar esta distincin de operaciones autoplsticas al esquema de Pichon Rivire habremos de decir que en el rea 1 los procesos son simblicos, de tipo auto o alopltico; en el rea 2 son concretos autoplticos y en el rea 3 concretos aloplsticos.

GLOSARIO

-1- Daremos como sinnimos los vocablos comportamiento y conducta, aunque autores como Pierre Jater, por ejemplo, reservan el primero slo para las actividades observables.

-2- Historia de la psicologa, Buenos Aires, Paids, 1959, p. 7.

-3- Debe entenderse aqu organismo como sinnimo de personalidad individual.

-4- Hay traduccin espaola: Buenos Aires, Ed. Beta, 1955.

-5- Histricamente han estado unidos en la evolucin de la psicologa el asociacionismo, el elementalismo y el fisiologismo (muy distinto este ltimo de la actual reivindicacin de la corporalidad). As, en lo que respecta a la percepcin, por ejemplo, fenmeno que ms interes en las primeras investigaciones psicolgicas, se supona que slo el mtodo analtico, al disociar las sensaciones que la integran, permitira descubrir las leyes generales del psiquismo, y se crea, a la vez, que tales elementos eran de ndole fisiolgica: modificaciones cerebrales. J. Mller (1801-1858), G. T. Fechner (1801-1887), H. Ebbinghaus (1850-1909), y el famoso W. Wundt (1832-1920) fueron los principales representantes de estas tendencias.

-6- Psicologa concreta, Buenos Aires, Jorge Alvarez ed., 1965, p. 118. -7- El evolucionismo, tanto en la filosofa como dentro de la biologa (transformismo), tuvo su auge en el siglo XIX, y es un postulado comn a todas sus ramas sostener que se da en la naturaleza el pasaje sucesivo de formas ms simples a otras ms complejas y diferenciadas

-8-Psicologa, biologa y economa, apndice a la obra citada de G. Politzer, p. 237.-9- Vase Psicologa de la conducta, Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina, 1969. Apndice: Psicologa y niveles de integracin.

-10- Dice J. Itzigsohn sobre la perduracin de las leyes correspondientes a cada estrato: El pasaje de la determinacin psicolgica a la biolgica exige tomar en cuenta particularidades de los distintos sistemas del organismo que, si bien son sociales, en cuanto se dan en un ser social, y psicolgicos... no pueden ser explicados totalmente en su funcionamiento por el determinismo originado a un nivel superior. Por ejemplo, la reaccin vascular que tiene lugar en el individuo ofendido o en el ofensor, adems de expresar la ira o la alarma, puede estar modificada por trastornos de tipo funcional u orgnico, ligados a diversas circunstancias, cada una de las cuales ha sido social y psicolgica a la vez que orgnica, pero que en un momento dado dan como resultado un residuo de conducta biolgica, no determinado nicamente por las causas sociales y psicolgicas presentes. (En Estudios sobre psicologa y psicoterapia, Buenos Aires, Proteo, 1966, p. 111).

El mismo autor cita a S. L. Rubinstein en apoyo de esta posicin: La extensin a los dominios especiales de las leyes ms generales de los dominios situados ms abajo no excluye la necesidad de descubrir las leyes especficas de esos dominios. As, son leyes fisiolgicas de la neurodinmica (las que) reciben en los fenmenos psquicos una nueva forma, una forma original l de manifestacin que encuentra su expresin en las leyes de la psicologa (`. 107).

Ni lo superior impone totalmente su ley a lo inferior, ni lo inferior a lo superior. -11- El ser y la conciencia, Montevideo, Pueblos Unidos 1960, p.24.

-12-Psicologa de la conducta, op. cit., p. 69.

-13- L tre et le Nant, Pars, N.R.F., 1953, p. 368.

LA CORRIENTE DE LA CONDUCTA

Considerada transversalmente, esto es, en cada uno de sus momentos particulares la conducta constituye una estructura unitaria a pesar de la diversidad de sus manifestaciones, pero tambin en sentido longitudinal, a lo largo de lapsos prolongados, revela poseer unidad, porque sus ciclos sucesivos se van encadenando segn una relacin continua. Esta relacin de continuidad es a la vez una relacin de sentido, significativa, porque depende del contexto general de la individualidad de quien se conduce. Un ejemplo tomado de la vida comn para confirmarlo: alguien proyecta seguir estudios de posgrado despus de rendir los ltimos exmenes de una carrera; tal resolucin no puede entenderse como una sucesin mecnica sino que traduce tendencias personales. De por s, finalizar una carrera no constituye una estimulacin para seguir estudiando, sino muchas veces todo lo contrario.

De manera, pues, que un doble carcter de continuidad y de significatividad es tambin propio de los procesos de la conducta. Nunca dejamos de conducirnos de una u otra manera, y esta continuidad es dinmica: las conductas ya verificadas motivan al sujeto a emprender otras, y en general es todo lo anteriormente actuado y experimentado lo que en parte considerable confiere o no poder estimulador a cualquier situacin nueva.

Pero la conducta tambin expresa y satisface tendencias personales, y eso explica los caracteres peculiares que asume en los distintos individuos, as como la persistencia, consciente o inconsciente, de aquellas necesidades que no han podido ser satisfechas y que por ello vuelven a desencadenar en el tiempo actividades nuevas orientadas hacia el mismo fin.

Sea que se tomen en cuenta los comportamientos sucesivos, o esa perduracin de la tensin psicolgica que se manifiesta en comportamientos separados en el tiempo pero que responden a la misma necesidad, es legtimo hablar de una corriente de la conducta (Daniel Lagache), tal como William James, para referirse a la continuidad de la vida mental y a la vaguedad de los lmites que separan un estado de conciencia de otro, habl de la corriente de la conciencia. Corriente de la conducta es un concepto ms vasto, porque engloba, naturalmente, al primero.

Dentro de ese fluir continuo del conducirse es posible sin embargo distinguir configuraciones particulares: las de diversos ciclos o segmentos de comportamiento, separados entre s por lmites generalmente imprecisos pero discriminables sin embargo. A qu se denomina ciclo o segmento de comportamiento?. A la sucesin de momentos o etapas que se desarrollan desde el momento en que la persona experimenta una impresin de tensin (sea sta casi imperceptible, leve o intensa; consciente, preconsciente o inconsciente), de desequilibrio con el medio (natural, cultural o humano), que parece reclamarle algo, o por el contrario, negarle algo que ella necesita, y que concluye en cuanto ese equilibrio roto queda restablecido y la tensin desaparece... para volver inmediatamente a resurgir, suscitada por otras necesidades.

La unidad interna de cada ciclo o segmento de conducta es dada por la persistencia de una misma tensin o, empleemos ya este trmino, de una misma motivacin. Los ciclos de comportamiento tienen una duracin muy variable, y es comn adems que queden incluidos unos en otros, al convertirse a su vez en objetos motivantes los recursos o medios necesarios para alcanzar el objeto originariamente perseguido. Por ejemplo, la tensin motivadora puede haber surgido del anhelo de viajar, pero para alcanzar el objeto que la har desaparecer (la realizacin efectiva del viaje) es preciso obtener dinero, o conseguir alguna licencia en el trabajo, etc., y todos estos medios se convierten en los objetos propios de segmentos de conducta incluidos en el ciclo principal. El psiclogo clnico que examina las motivaciones de una persona debe hallarse siempre atento a estas distinciones, con las que se liga la significacin de la conducta dentro del contexto general de las tendencias de una personalidad.

Por otra parte, cada ciclo de conducta, sea breve o prolongado, sea independiente o integrado en otro, se compone de varias fases o etapas. No hay que confundir a estas fases o etapas con las reas de la conducta; son procesos diversos que se inician con ese estado de desequilibrio y tensin en que consiste la motivacin, y en ellas intervienen igualmente operaciones del rea de la mente, del cuerpo, o actuaciones en el medio externo.

LAS FASES

Detallaremos siguiendo el esquema de Daniel Lagache la sucesin cronolgica de las diversas fases o etapas de cada ciclo de conducta. Estas son las siguientes: puesta en marcha, bsqueda de medios, terminacin y modificaciones secundarias.

La puesta en marcha o primer tiempo de cada segmento del comportamiento corresponde a la motivacin. Esta desempea un papel fundamental en el psiquismo, porque es el motor de la conducta. Excepto en los actos reflejos, en los que las reacciones no estn precedidas por la motivacin, (1) sino que se desatan automticamente apenas aparece el estmulo, todas las dems actividades psquicas emanan de ella. No es necesario que sea consciente, pero sin motivacin no se verificara ninguna de las operaciones, desde las ms sencillas hasta las ms complejas, que caben dentro del quehacer humano: ni beber cuando se siente sed (la sed es precisamente la motivacin), ni inscribirse en una carrera universitaria, ni criar a los hijos, programar una reunin poltica, fumar un cigarrillo, conquistar el espacio...

Nos limitamos aqu a una caracterizacin sumaria de la motivacin porque slo nos interesa ahora en cuanto momento inicial de los ciclos de comportamiento, y desde esta perspectiva lo que debe tomarse en cuenta es que es vivida por el sujeto como una especie de inquietud o tensin, como una ruptura del equilibrio mantenido con el medio. En otras palabras la motivacin consiste en la activacin consciente o inconsciente, agradable o desagradable, de una necesidad que a veces reviste un tono emocional intenso, y que slo se aquieta en cuanto el equilibrio roto es reestablecido. Por ejemplo, los estmulos del medio parecen exigir algo de una persona (un acto de generosidad, corregir un trabajo, ordenar un cuarto), o al revs, el medio perece poder colmar una exigencia previa (ofrece agua para la sed, un puesto para satisfacer el afn de figuracin, seres en quien volcar amor, etc. ); slo cuando los objetos correspondientes a la necesidad suscitada o brotada con espontaneidad son por fin alcanzados, la motivacin cesa. Esto es, no slo ha iniciado el ciclo de conducta, sino que persiste durante todo su transcurso. Por otra parte, los ciclos concluidos provocan por lo comn nuevos estados de tensin, reactivan necesidades que originan as ciclos nuevos. El acto de caridad cumplido es estmulo para nuevos actos semejantes; corregir un trabajo induce a emprender otro; alcanzar un puesto motiva para buscar nuevas relaciones sociales, etc. Ya hemos dicho que la conducta constituye una corriente, y, para citar nuevamente a Lagache: es motivada pero, a su vez, motivadora.

La segunda etapa es la de la elaboracin de la conducta, y consiste en las operaciones que emprende el sujeto para lograr aquello que calmar la tensin motivante. Puede tratarse de operaciones mentales o materiales deliberadas o automticas. Para resolver un problema terico un fsico emplear exclusivamente sus dotes de inteligencia, pero para que un manjar resulte sabroso un cocinero deber valerse de recursos materiales. Es muy comn que, como en este ltimo caso, sean los dos tipos de operacin los que se deben emplear, y casi siempre las operaciones mentales constituyen un ensayo previo de lo que se realizar luego en concreto.

A veces la elaboracin de la conducta se verifica de una manera casi automtica: se saca un cigarrillo en momentos de nerviosidad, se salta rpidamente para sortear un peligro. Aqu la aparicin del estmulo, la motivacin y la elaboracin se dan prcticamente juntas, sin deliberacin por parte del sujeto. Es lo que sucede en el caso de los hbitos en los que no interviene una motivacin y en los actos instintivos. En otras situaciones la elaboracin de la conducta corre a cargo de acciones materiales no gobernadas por la inteligencia, sino que son tanteos al azar: ensayos y errores, y de otras en que, en cambio, interviene preponderantemente el rea 2. Por ejemplo, cuando ante una experiencia muy frustrante se experimentan nuseas, lo que constituye una va o medio de calmar la tensin psicolgica, o cuando un calambre es la manera de no hacer algo, siendo este no hacer el objeto inconscientemente perseguido, etctera.

La terminacin del segmento de conducta coincide con la obtencin de un objeto que restablece el equilibrio psicolgico turbado por la activacin de la necesidad. Tal objeto no tiene que ser, por cierto, un objeto real, como muchos de los ejemplos anteriores lo hacen percibir. El agua que calma la sed, la persona a quien se puede amar o el proyecto mental por fin precisado y claro, etctera, son todos objetos, con iguales ttulos unos y otros si es que sirven para reducir la tensin.

Lo que es fundamental tomar en cuenta es que la finalizacin del ciclo de conducta exige que se establezca un cierto contacto, real o irreal, con algn tipo de objeto. Es un aspecto del comportamiento que cabe vincular con el concepto de intencionalidad, al que nos referiremos enseguida. Pero primero es necesario considerar las modificaciones o efectos secundarios que determina toda conducta. Por empezar, en el propio sujeto, ya que independientemente del hecho obvio, de que la conclusin de un ciclo implica el alivio de la tensin o cese de la motivacin, transforma en total su situacin psicolgica y suscita circunstancias psicolgicas distintas. Estos son los efectos secundarios autoplsticos, que cuando revisten un carcter ms o menos permanente constituyen ya un aprendizaje. Pero tambin existen, desde luego, efectos aloplsticos: todo modo de conducirse supone directa o indirectamente una comunicacin con otros seres humanos y en este sentido influye en los mismos, de manera ms o menos marcada y ms o menos durable. Cabra comprobarlo en cualquiera de los ejemplos que hemos ofrecido: realizar un acto de caridad, alcanzar un puesto, o aun beberse un vaso de agua en presencia de alguien... Todo repercute en ese otro. A veces la repercusin se produce primordialmente en el medio material y no en el medio humano, pero, es casi inevitable que de alguna manera indirecta afecta tambin a personas.

Nos hemos referido aqu a los ciclos de conducta como si se dieran por separado, sucedindose ordenadamente en el tiempo. Slo las necesidades de la exposicin justifican este esquema, que en los hechos se presentan con una complejidad mucho mayor. Los ciclos se entrecruzan unos con otros, y suele darse algo as como una lnea principal y otras secundarias; o sucede que las motivaciones son conflictivas y el mismo objeto a la vez atrae y rechaza, etc... Cuando se trata de ciclos prolongados, compuestos a su vez por varios otros, el entrecruzamiento y los conflictos son tan variados como el de los diversos planos de intereses en que se reparte la vida de un hombre. As, mientras un joven est motivado para seguir una carrera universitaria lo est tambin, para contraer matrimonio, para desarrollar actividades polticas, para realizar un viaje, etc. Y se requiere un anlisis certero de la personalidad del individuo para aprehender la unidad subyacente tras motivaciones tan dismiles.

La Intencionalidad

Fue Franz Brentano quien por primera vez seal de manera clara dentro de la psicologa, aunque haba antecedentes al respecto en la filosofa medieval, un rasgo caracterstico de la vida anmica el que precisamente constituye a su juicio su cualidad esencial: la intencionalidad. Es un trmino con el que se expresa que una actividad est orientada hacia algo que la trasciende, y se es el caso de la actividad psicolgica en general. Los fenmenos fsicos se hallan como contenido en s mismos, pero procesos tales como los de percibir, recordar, desear, etc., incluyen una referencia a un objeto que est fuera de ellos. Si se percibe, se percibe algo, si se recuerda se recuerda algo, etc. Este algo puede pertenecer al mbito material que rodea al sujeto o a su propio fuero ntimo; sea como fuere, no se confunde con la actividad que hacia l est enderezada. Es un objeto real o irreal, del presente, del pasado o aun del futuro (si la intencionalidad apunta a algo no existente an), que constituye el indispensable otro polo de la actividad de la conciencia.

Decimos actividad de la conciencia porque tal fue la concepcin de Brentano. Autor de fines del siglo pasado (aunque vivi hasta 1917, su Psicologa desde el punto de vista emprico, en la que expone su teora de la intencionalidad, fue publicada en 1874), (2) consideraba a la psicologa como la ciencia que se ocupa de la vida mental. Como sabemos, slo en pocas posteriores comenz a prevalecer un concepto ms amplio de la conducta. Pero su doctrina, aplicada a los puntos de vista actuales, sirve para poner de relieve el carcter trascendente de todas las operaciones de la conducta y en general el carcter funcional y no sustancial del psiquismo, que no es sino una pura actividad, ajustada a las posibilidades del organismo humano. Y es una actividad que, simblica o concreta, se halla siempre dirigida hacia un objeto. (3)

La escuela psicoanaltica ha puesto de relieve tambin este lazo o vnculo que establece cada conducta con un objeto que le es trascendente al elaborar la doctrina de las relaciones objetales, debida fundamentalmente a Melanie Klein, lo que esta autora quiere significar, en polmica con lo sostenido por Freud, es que en toda conducta de un ser humano, aun en las ms tempranas etapas del desarrollo, se hallan involucrados otros seres humanos, que stos constituyen objetos con los que establecemos vnculos en nuestros comportamientos.

Estas primeras relaciones con otros seres humanos dejan ya una huella duradera, quedan internalizadas, y en calidad de objetos internos sellan posteriormente toda la vida psicolgica. (4) La diferencia con Freud reside en que segn ste en los primeros perodos de la vida el nio vuelca sobre s mismo sus afectos (autoerotismo) y no existen an relaciones de objeto. Para la escuela Kleiniana, en cambio, aunque el beb chupe su propio pulgar, en su fantasa establece de este modo una relacin con una persona significativa, con su madre (o, ms especficamente, con el pecho materno). (5)

Independientemente de que tal sea o no la realidad de los hechos, hay que aclarar que incluso el autoerotismo supone la intencionalidad en el sentido de Brentano; para la vivencia, para el acto mental dirigido erticamente hacia el cuerpo del mismo sujeto, ste constituye un objeto trascendente.

En suma, la teora de las relaciones objetales pone de relieve que esa apertura hacia algo trascendente, que Brentano postul como rasgo caracterstico de la vida psicolgica, no se limita tan slo al rea de la mente, sino que se extiende a la totalidad del comportamiento, y esa apertura es casi siempre, de un modo directo o indirecto, una relacin con otras personas. Pinsese por ejemplo, en lo que existe de contacto humano implcito en conductas tales como asistir a un espectculo, buscar empleo, orar, aprender una tcnica, etc. Y asimismo, en cmo los contactos ya establecidos predisponen afectivamente con respecto a los posteriores, a modo de marco referencial interno.

Conducta Y Situacin

Al poner de relieve el carcter vincular de todo comportamiento motivado, aparece tambin otro de sus rasgos caractersticos: no procede de impulsiones ciegas del organismo que se desatan de manera puramente endgena, sino que son impulsiones dirigidas hacia determinados objetos, y este dirigirse hacia significa a la vez lo contrario de una reaccin pasiva. La conducta brota slo de un dilogo, por as decir, que se entabla entre el individuo y el medio; es el emergente de una interaccin.

En todo momento los seres vivos se hallan envueltos en cmulos de circunstancias internas y externas que constituyen una estructura organizada. Entre los hombres esas circunstancias son no slo naturales sino tambin culturales, y la estructura est dotada asimismo de un sentido individual. El nombre que le corresponde es el de situacin. Es vivir situaciones asistir a cursos universitarios, estar por tener un hijo, ser empleado, permanecer sin comer largas horas, sentir calor o fro, haber recibido una buena noticia, y as sucesivamente.

Pero yendo ms all de las circunstancias ms o menos inmediatas, como las de los ejemplos de arriba, tambin constituyen situaciones para cada uno configuraciones ms permanentes, tales como las que enumera Sartre en El ser y la nada (vase captulo I de la cuarta parte): el lugar en que uno habita, el pasado ya vivido, los objetos que comnmente lo rodean (el entorno), las personas con quienes se tiene contacto (mi prjimo, dice Sartre), y la perspectiva de la propia muerte. Cabe agregar a esta lista las condiciones socioculturales de la poca, el tipo de familia, las caractersticas fsicas del organismo: ser vigoroso o enclenque, atractivo o insulso, los talentos especiales de que uno se halle dotado, la edad...

Y bien, comprender la conducta de una persona exige que se tome en cuenta su situacin, tanto en el primer como en el otro sentido; sobre todo en lo que respecta a los dems seres humanos que tales situaciones hayan involucrado o involucren.

Hay que aclarar que nunca son los meros hechos objetivos los que constituyen la situacin, sino, al par que stos, la resonancia subjetiva que despiertan en el sujeto. En esto influyen de manera determinante los rasgos de la personalidad individual y las experiencias vividas (en gran parte responsables de tales rasgos). No configura la misma situacin para una u otra persona el hecho de obtener una beca, ser obrero de una fbrica, emigrar a otro pas, padecer un duelo, etctera.

Por constituir la conducta una estructura molar, dotada de un valor humano, no es posible desprenderla de la situacin pero situacin significa, reiteramos, hechos que revisten un particular sentido segn la persona de quien se trate, y no menos estmulos universales. Estos ltimos lo constituyen tan slo aquellas circunstancias que afectan a necesidades bsicas comunes a todos los seres humanos, y que cobran, efectivamente, una significacin ms o menos similar para todos cuantos se ven envueltos en ellas. Por ejemplo, una alarma sbita que implique un riesgo de vida para nadie deja de constituir una situacin.

El telogo J. von Uexkll puso de manifiesto que incluso en la vida animal el medio nunca es idntico para las distintas especies, si no que se configura un Umwelt (mundo circundante) especial para cada una de ellas: complejos especficos de medios de proteccin, de alimentos disponibles, de amenazas, etc., determinados por lo que los animales pueden percibir y actuar en relacin a ellos (el Merkwelt y el Wirkwlt respectivamente). Por lo que atae al ser humano, el hecho de que siempre se halla en situacin fue sealado con especial nfasis por los filsofos existenciales, y dentro de ellos sobre todo por Sartre y por Karl Jaspers. El primero advierte que esto no significa imposibilidad de decidir libremente el curso del propio comportamiento. Para los deterministas aclara por el hecho de que la existencia se desarrolla inevitablemente en medio de situaciones no soy libre de escapar a la suerte de mi clase, ni de mi nacin, mi familia, o de edificar siquiera mi poder o mi fortuna, o vencer mis apetitos ms insignificantes, o mis hbitos. No es tal su posicin. Si hay situaciones para el hombre es justamente porque ellos libremente, segn su propio proyecto existencial, dotan de determinado sentido a los hechos crudos. Estos son en s neutros, sostiene el filsofo, en una actitud quizs extrema; esperan ser aclarados por un fin para manifestarse como adversarios o como auxiliares. (6)

En cuanto a Jaspers, estudi las situaciones lmites, aqullas que ningn hombre puede eludir porque son parte de la condicin humana. Tales son la muerte, la enfermedad, la culpa... Y el hecho mismo de hallarse siempre en situacin. La psicologa clnica tiene innumerables ocasiones de comprobar cmo la conciencia ms o menos aguda de estas situaciones lmites interviene en el proceso del comportamiento.

Es indudable que la interpretacin situacional de la conducta refleja en este terreno la posicin que comenz a difundirse por toda la psicologa y aun en muchas otras ciencias, y no slo ciencias humanas, a partir de la psicologa de la forma y que acaso cabe resumir as: todo hecho se da en un contexto y fuera de l se torna abstracto y por lo tanto incomprensible.

El Campo Psicolgico

La amplitud del concepto de situacin, e incluso su ambigedad semntica, ya que incluye circunstancias muy diversas, torna preferible el empleo de otra expresin, la de campo psicolgico, para un estudio minucioso de la conducta.

Es el creador de la teora del campo Kurt Lewin, quien traslad al fenmeno de la conducta, influido por las teoras fsicas del campo elctrico y del campo magntico, el enfoque estructuralista aplicado por los psiclogos de la forma a sectores ms parciales del psiquismo: la percepcin, la memoria, la inteligencia.

El campo psicolgico es definido como la totalidad de los hechos coexistentes concebidos como mutuamente independientes, e implica a la vez simultaneidad temporal slo se toma en cuenta lo sucedido en un lapso breve a diferencia de lo que puede entenderse, ms ampliamente, como situacin, y adems incluye a la propia persona que se est conduciendo, con su visin y valorizacin particular de los hechos. La interaccin de todos los elementos integrantes del campo es lo que explica su conducta.

Es importante esta inclusin de la persona como miembro integrante del campo psicolgico, porque implica tener en cuenta indirectamente no slo circunstancias presentes sino tambin pasadas (las que contribuyeron a constituir la individualidad de la persona de que se trata, esto es, sus experiencias anteriores, inmediatas y mediatas), y considerar asimismo la proyeccin hacia el futuro, puesto que la persona se propone fines, anhela alcanzar metas no conseguidas an.

Esta inclusin atena por lo tanto el contraste entre el encuadre histrico de la conducta que adopta el psicoanlisis histrico-gentico en realidad, porque se remonta al pasado personal pero en busca de los orgenes ms primitivos del comportamiento (7) y el encuadre an-histrico de Lewin, a quien le interesa fundamentalmente la situacin actual total en su individualidad concreta, con especial nfasis en las condiciones momentneas, aunque, como sealamos, las circunstancias del pasado no son omitidas por entero.

El enfoque de Lewin posee una ventaja especial: permite un anlisis ms detallado del interjuego de todas las causas que determinan la conducta y la experimentacin con las mismas a travs de una variacin sistemtica de las condiciones momentneas. Ayuda tambin a este anlisis de la dinmica del comportamiento el sistema de representaciones grficas de que se vale para simbolizar los factores que integran el campo psicolgico. Se trata de representaciones inspiradas en la topologa, rama de la matemtica cualitativa, no mtrica, que estudia las posibles relaciones entre espacios y las regiones internas de stos ltimos. Con esas representaciones Lewin simboliza las diversas regiones del campo psicolgico o los sistemas en tensin de la persona, sus modos de conexin, la existencia de barreras o lmites entre los mismos, etc. La utilizacin de estos elementos grficos explica la denominacin de topolgica que recibe la escuela de este autor.

La tarea de representar cientficamente el medio psicolgico reviste una significacin fundamental. Especialmente para los ms importantes problemas de la psicologa, a saber, la explicacin de la dinmica psicolgica. Sin embargo, hasta el presente ha habido una gran carencia de tiles adecuados para este propsito, afirma Lewin, (8) y con respecto a la representacin topolgica, que vendra a corregir esta situacin, dice lo siguiente: En tal representacin topolgica no es necesario considerar los particulares separados de la situacin en un aislamiento relativo, como se siente uno demasiado tentado a hacerlo en la descripcin puramente verbal. Ms bien el procedimiento obliga a partir primariamente de la situacin total presente como una unidad... Por otra parte, y por las mismas razones, tal representacin permite que en un grado peculiarmente alto se unifique una masa de detalles aparentemente desvinculados o contradictorios y que se clarifiquen sus relaciones-mutuas. (9)

Reproducimos en la pgina 53, una representacin topolgica del campo psicolgico en sus componentes generales.

El campo psicolgico o espacio vital (V) incluye la totalidad de los hechos que determinan la conducta, y equivale a la persona ms el medio. V = P + M. En efecto, los hechos objetivos del medio nunca explican por s solos el comportamiento; debe describrselos, ms bien, segn afectan al individuo particular a que conciernen. (10)

Deben poseer para l una realidad psicolgica, constituir estmulos. Y lo afectan, adems, segn su carcter individual y segn las condiciones momentneas en que se encuentra. Para un nio un cubo de madera puede ser una vez un proyectil, otra un cubo de construccin y otra an una locomotora. (11) Pero este ejemplo no debe hacernos pensar que los factores del medio son siempre fsicos. La cordialidad de una sonrisa puede constituir tambin uno de ellos.

Segn las frmulas de la psicologa topolgica, el comportamiento es siempre una funcin de la persona y el medio psicolgico: C =F (P.M), de lo cual se deducen otras frmulas: M = F (P) y P = F (M). El espacio vital lo constituyen, como sabemos, la persona y el medio: V= (P:M), lo cual permite simbolizar de otra manera el comportamiento: C= F (V).

Los lmites entre persona y medio, as como entre espacio vital o campo psicolgico y envoltura externa, son permeables, de modo que el conjunto posee una gran movilidad. El equilibrio del campo psicolgico es sumamente inestable: se desestructura y reestructura constantemente, sea porque la persona modifica el medio (por ejemplo, recuerda alguna situacin anterior), o porque ste influye en la persona (al aparecer facetas nuevas en los estmulos presentes, que determinan un cambio en el estado anmico del sujeto), o porque irrumpen hechos externos al campo psicolgico, correspondientes en cambio a la envoltura externa. Esta ltima posibilidad puede darse en el caso de un accidente, ejemplifica Lewin: aunque el suceso no integraba el espacio vital en un momento dado, interfiere bruscamente en l y lo modifica.

Los estmulos del medio psicolgico adquieren determinado valor para el sujeto, positivo o negativo, intenso o dbil. Esto es, se transforman en valencias, segn la terminologa propia de la teora del campo. Las necesidades, a su vez, proceden de distintas regiones personales, convertidas en sistemas en tensin, y la intensidad de las valencias depende del carcter ms o menos central de aqullos, de la proximidad o lejana, sea espacial o temporal, de las valencias, y de la existencia o no en el campo de valencias distintas.

Pero lo fundamental es que la emergencia de una necesidad, la condicin momentnea en que se halla un individuo, proceso que se manifiesta como una fuerza que atrae hacia ellos o, por el contrario, aleja. Las valencias son hechos imperativos del medio que dirigen la conducta, por estar ligados con tensiones psicolgicas. Estas tensiones existen a veces con anterioridad a la percepcin de tales hechos, y otras son suscitadas por ellos.

Las fuerzas atractivas o repulsivas son representadas por vectores, flechas que permiten simbolizar su intensidad (mediante el largo), su direccin (la direccin) y su punto de aplicacin (la punta de la flecha). Los movimientos que determinan las (locomociones), sean concretos o simblicos, constituyen los equivalentes psicodinmicos de los senderos que surcan las regiones espaciales de la topologa matemtica; se los denomina locomociones, esto es, proceso conductal, si no se hallan presentes ciertas energas psicolgicas, cuando no existe conexin con sistemas psquicos en tensin que mantienen en movimiento el proceso. (13)

Reproducimos a continuacin un grfico en el que los vectores representan las fuerzas atractivas que se ejercen simultneamente sobre un nio que desea a la vez asistir a un picnic y quedarse en su casa para jugar con un compaero. (14)

La finalidad de las locomociones promovidas por las energas que brotan de los sistemas psquicos en tensin es restablecer el equilibrio igualando las tensiones de las diversas regiones psquicas, o al menos lograr un equilibrio en un estado de tensin ms bajo.

Los procesos psicolgicos frecuentemente pueden ser deducidos, valindose de ciertos puntos de vista, de la tendencia al equilibrio (como pueden serlo igualmente los procesos y otros). La transicin de un estado de descanso a un proceso, as como el cambio en un proceso estacionario, puede ser derivado del hecho de que en ciertos puntos el puede ser derivado del hecho de que en ciertos puntos en equilibrio ha sido perturbado y de que entonces se inicia un proceso tendiente a lograr un nuevo estado de equilibrio

...Un estado de equilibrio no significa, adems, que el sistema carezca de toda tensin. Por el contrario, los sistemas pueden alcanzar el equilibrio en un estado de tensin (v.g., un muelle bajo tensin o un recipiente que contiene gas sometido a presin). (15)

A veces es posible que los procesos que tienden a igualar las tensiones que se experimentan, esto es, las locomociones, vayan encaminados directamente hacia las valencias; otras surgen impedimentos (barreras) que constituyen fuerzas restrictoras, y se hace necesario dar rodeo. Por ejemplo, debe uno ir a buscar una tenaza para arrancar un clavo, cuya resistencia a soltarse constituye una barrera para la accin directa. El rodeo implica una locomocin que inicialmente se aleja del objeto-meta, pero, de todas maneras, son las valencias impulsoras las que en ltima instancia determinan las lneas de fuerza que dirigen la conducta.

En ciertos casos la locomocin no se produce en forma de pasos adecuados en forma realista a la consecucin de la meta, sino que se acude inconscientemente a medios sustitutivos, de carcter imaginativo. Se trata de lo que los psicoanalistas denominan refugio en la fantasa, mecanismo de defensa con que se alivia la tensin psicolgica, aunque slo de manera precaria y transitoria, puesto que el objeto perseguido contina inalcanzado.

De todo lo anterior se desprende, como conclusin general, que la doctrina de Lewin enfatiza que interpretar una conducta significa conocer tanto el estado presente de la persona como el del medio que la rodea, puesto que la conducta es siempre situacional, un emergente de la interaccin de persona y ambiente. Para expresarlo en los trminos del propio Lewin: ...comprender o predecir el comportamiento psicolgico(C) requiere que se determinen para cualquier tipo de suceso psicolgico (acciones, emociones, expresiones, etc.). La situacin total momentnea, esto es, la estructura momentnea y el estado de la persona (P) y del medio psicolgico (M) C= f (P M). Todos los hechos que existen psicobiolgicamente deben tener una posicin en este campo, y slo los hechos que posee tal posicin tienen efectos dinmicos (son causas de sucesos). (17)

Agreguemos que hay que distinguir la envoltura Externa que cabe denominar igualmente campo geogrfico o ambiental del medio psicolgico. Este se recorta dentro de aqul segn las orientaciones de la persona, y sus objetos dejan de ser meros hechos objetivos para convertirse en valencias. Adems, si bien el campo psicolgico es una constelacin formada por elementos presentes, el presente de la persona, sealamos incluye igualmente representaciones y tendencias inconscientes del pasado y expectativas respecto al futuro, las que pueden ser a su vez, tanto conscientes como inconscientes. Caben an otras discriminaciones: as como dentro del campo geogrfico o ambiental se distingue el campo psicolgico, que incluye exclusivamente a la persona y al medio psicolgico, nicos factores que pesan en la determinacin de la conducta, dentro del campo psicolgico debe diferenciarse el campo de la conciencia.

Esta diversidad de los campos permite que se produzcan disociaciones entre ellos, tal como, segn hemos visto, suele haber disociacin en las reas de la conducta. Un individuo puede hallarse fsicamente en un lugar, en tanto que, sumido en una fantasa, su campo psicolgico incluye escasos o ningn elemento del mismo. El psicoanlisis tuvo en cuenta en especial otras disociaciones: las que se producen entre los sistemas conscientes y los inconscientes; el descuido que nos hace dejar caer al suelo el objeto frgil que al parecer desebamos preservar, revela, como tantos otros casos, esa transitoria disociacin o divisin esquizoide. Lo mismo cabe decir de los sntomas neurticos, que emergen de zonas del psiquismo disociadas de la vivencialidad consciente. Por qu esa obsesin de verificar un nmero irracional de veces si se ech llave a la puerta? por qu ese inoportuno calambre que impide escribir la carta de reconciliacin?, por qu ese absurdo temor a la oscuridad?. Son manifestaciones extraas para el mismo sujeto que las padece, ajenas a sus pensamientos o deseos conscientes.

Algunos de estos ejemplos hacen ver cmo la disociacin de los campos geogrfico y psicolgico, y dentro de ste el de la conciencia est ligada con una disociacin en las reas de la conducta: en el rea del cuerpo, (rea 2) la conducta parece perseguir metas divorciadas de las de los propios propsitos (rea 1); o en la actuacin en el mundo externo (rea 3) la persona no comprende sus mismos deseos o ideas conscientes, etctera.

Pero, como ya hemos manifestado, la disociacin, y esto vale tanto para lo atingente a las reas como a los campos, suele cumplir un papel positivo en la vida normal, permitiendo respuestas ajustadas a la realidad en lugar de caticas o inadecuadas al dar salida a un plus de excitacin por vas que no perjudican el canal principal del operar psquico. As, si en situacin de amenaza el miedo se expresa primordialmente a travs del temblor, la mente puede tomar distancia ante el estmulo y quedar ms libre para idear una salida eficaz. Desde luego, slo dentro de ciertos lmites es normal la disociacin; si constituye una respuesta habitual y de caracteres muy marcados entra ya en la patologa. Es una caracterstica de las psicosis, en esas condiciones de intensidad y duracin, la disociacin entre el campo ambiental y el geogrfico, que indica la prdida del sentido de la realidad.

Conducta Y Personalidad

Al interpretar la conducta como el emergente de una situacin, implcitamente es vinculada ya con la personalidad, puesto que las situaciones no son, como dijimos, una coleccin de hechos objetivos, sino su organizacin vivencial en una estructura peculiar que depende de las caractersticas individuales del sujeto envuelto en ellos. Percibir una situacin, dice Lagache, es ya responder a ella en funcin de la personalidad y de su historia.

Nos ocuparemos ms adelante de este punto fundamental dentro de la psicologa, el fenmeno de la personalidad, pero debe quedar ya sentado que las tendencias propias de cada individualidad se manifiestan primordialmente en esta especie de dilogo con el medio que es la conducta, a travs de la cual la persona realiza sus posibilidades. As, cada conducta constituye no una reaccin mecnica y uniforme a condiciones externas, sino una respuesta personal, idiosincrtica, a una situacin: no hay conducta que no pertenezca a una personalidad, e inversamente, cada personalidad se manifiesta en conductas. Aunque la mera presencia fsica denota sin duda caractersticas individuales de la gente, slo en el dinamismo de la conducta adquiere cabal expresin el ser-en-el mundo peculiar de cada uno. La personalidad no constituye as una entidad sustancial, sino una cualidad caracterstica de los modos de situarse en la realidad y responder a ella.

En verdad, no todo comportamiento posee en igual grado un sello individualizador, como es fcil comprender. Segn una muy repetida formulacin de G. Klukhohn, H. A.. Murray y E. Scneider, todo hombre es en cierto sentido igual a todos los dems hombres, en otro slo igual a determinados grupos de hombres, y en otro an, slo igual a s mismo. (18) Por eso el comportamiento incluye reacciones bsicas comunes a todos los seres humanos, otras que caracterizan a su grupo social, y otras, por fin, propias de su personalidad individual. En la vida real y concreta, los tres tipos de reaccin se entrecruzan, y ocurre que los rasgos idiosincrticos asoman incluso en comportamientos que responden a necesidades genricas del ser humano o a los requerimientos culturales de una comunidad. Esto se debe a que no existe el hombre en general, sino individuos particulares, dotados de sus propias tendencias y de su propia historia, de modo que la sntesis de las diversas necesidades se produce en cada caso distintamente.

Si cabe entender por personalidad, como lo hacen J. Delay y P. Pichot, la organizacin dinmica de los aspectos cognitivos, afectivos, conativos (impulsos y voliciones) fisiolgicos y morfolgicos del individuo, (19) es slo en relacin a ella, as como a las situaciones vividas (en cuya configuracin, segn lo hemos visto, tambin interviene), como resultan comprensibles las conductas. Es esta relacin con la personalidad y la situacin lo que las dota de significado, lo que presta su carcter molar al comportamiento.

Resumiremos brevemente las notas fundamentales que caracterizan el comportamiento, tal como las hemos descrito hasta aqu:

1) El comportamiento implica una reaccin molar.

2) Corresponde al ms alto nivel de integracin que se da en el hombre o, lo que es lo mismo, al nivel humano.

3) Es un fenmeno unitario, global, pero con diversas reas de manifestacin o tipos de operaciones.

4) En cualquiera de esas reas las operaciones pueden ser auto o aloplsticas.

5) La conducta puede calificarse cualitativamente de consciente o no consciente, cualidades entre las cuales se da una permanente interaccin dinmica.

6)Constituye una corriente ininterrumpida, pero dotada de un ritmo que permite discriminar ciclos o segmentos que tanto pueden sucederse linealmente como entrecruzarse o incluirse unos a otros.

7) En cada uno de estos ciclos o segmentos se distinguen varias fases, cuya unidad est dada por la motivacin.

8) La motivacin supone la existencia de una necesidad no satisfecha y es experimentada como una tensin; cesa con la consecucin del objeto.

GLOSARIO

-1-Penri Piern sostiene sin embargo que toda direccin adaptativa de los comportamientos supone ya una motivacin, por lo cual seran tambin motivados todos los reflejos condicionados e incluso muchos no condicionados sino simples.

-2- Existe traduccin al castellano: Psicologa, Bs. As., Schapire, 1951.

-3- En la p. 21, op. cit., se lee: Todo fenmeno psquico est caracterizado por lo que los escolsticos de la Edad Media han llamado la inexistencia intencional (o mental) de un objeto, y que nosotros llamaramos, si bien con expresiones no enteramente inequvocas, la referencia a un contenido, la direccin hacia un objeto (por el cual no hay que entender aqu una realidad), o la objetividad inmanente. Todo fenmeno psquico contiene en s algo como su objeto, si bien no todos del mismo modo. En la representacin hay algo representado; en el juicio hay algo admitido o rechazado, en el amor, amado en el odio, odiado; en el apetito, apetecido, etc.-4- Es verdad, sin embargo, que segn la teora Kleiniana a las relaciones objetales, aunque se dan con seres reales y concretos de la vida del beb, las constituyen en parte esencial las fantasas internas de idealizacin amorosa y sobre todo de persecucin en que se manifiestan, segn esta escuela, las dos grandes tendencias instintivas, de vida y de muerte. As, ms an que la realidad externa, los objetos con que se vincula el beb traducen la proyeccin de tales fantasas y lo que percibe es en gran parte una introyeccin de lo proyectado.

-5- Es su actividad autoertica (el beb) se vuelve hacia su pecho bueno internalizado y el placer corporal est con