Apego adulto

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MOdalidades de apego adulto

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  • APEGO ADULTO

  • JUDITH FEENEYPATRICIA NOLLER

    APEGO ADULTO

    BIBLIOTECA DE PSICOLOGADESCLE DE BROUWER

  • Ttulo de la edicin original:ADULT ATTACHMENT

    1996, Sage Publications, Inc.

    Traduccin: Yolanda Gmez RamrezCorreccin tcnica: lvaro Quiones

    Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica y transformacinde esta obra slo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcinprevista por la ley.Dirjase a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos www.cedro.org), sinecesita fotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra.

    EDITORIAL DESCLE DE BROUWER, S.A., 2001Henao, 6 - 48009 Bilbaowww.edesclee.cominfo@edesclee.com

    Impreso en Espaa - Printed in SpainISBN: 978-84-330-1613-3Depsito Legal: Impresin: Publidisa, S.A. - Sevilla

  • Sobre las autoras ...................................................................................... 9

    Introduccin .............................................................................................. 11

    Prefacio ...................................................................................................... 13

    1. Apegos en la infancia y ms adelante ............................................ 17Naturaleza y funcionamiento de la conducta de apego .................... 18Diferencias individuales en el apego .................................................. 20Estabilidad de los patrones de apego .................................................. 29Validez predictiva de las clasificaciones del apego ............................ 31Aplicacin de la teora del apego a las relaciones cercanas adultas .. 33Resumen .............................................................................................. 34

    2. Primeros estudios empricos del apego adulto .............................. 37Anlisis terico del amor como apego ................................................ 38Los primeros estudios empricos del amor como apego.................... 43Primeros estudios sobre el apego adulto: rplicas y ampliaciones

    del trabajo de Hazan y Shaver ........................................................ 46Resumen .............................................................................................. 57

    3. Conceptualizacin y medida del apego adulto.............................. 59Derivaciones de la medida original de Hazan y Shaver .................... 60Un modelo de cuatro grupos del apego adulto.................................. 63Comparacin de las medidas categoriales y continuas ...................... 66Estabilidad del apego adulto................................................................ 67Resumen .............................................................................................. 80

    ndice

  • 4. Refinando la teora: funciones y elicitadores del apego adulto .. 81El desarrollo de los apegos adultos .................................................... 82Amor, trabajo y base segura ................................................................ 84Conducta religiosa: Dios como base segura y refugio seguro .......... 86Estilo de apego y respuestas al estrs.................................................. 89Resumen .............................................................................................. 100

    5. Estilo de apego, modelos internos y comunicacin ...................... 101Modelos internos del apego ................................................................ 101Funciones de los modelos internos .................................................... 109Estabilidad y cambio en los modelos internos .................................. 113Apego y comunicacin padre-hijo ...................................................... 116Apego, comunicacin y relaciones de intimidad ................................ 119Resumen .............................................................................................. 123

    6. Apego adulto: ampliacin de la imagen ........................................ 125El apego como integracin de sistemas conductuales ........................ 125Diferencias y semejanzas de gnero .................................................... 129Apego y personalidad .......................................................................... 133Apego y bienestar ................................................................................ 135Resumen .............................................................................................. 140

    7. Aplicaciones y direcciones futuras .................................................. 141Aspectos tericos.................................................................................. 144Aspectos metodolgicos ...................................................................... 147Direcciones futuras .............................................................................. 149

    Bibliografa ................................................................................................ 153

    ndice de conceptos .................................................................................. 165

    APEGO ADULTO8

  • Judith Feeney es profesora de psicologa en la Universidad deQueensland, en Brisbane. Se doctor all en 1991, habiendo trabajado antesen la enseanza y como consejera de una variedad de grupos de clientes. Susintereses como investigadora incluyen las relaciones matrimoniales y familia-res (especialmente las relaciones de apego), la comunicacin interpersonal yel vnculo existente entre las relaciones personales y la salud. Ha publicadouna serie de artculos y captulos de libros sobre estos campos que han sidocitados por otros autores en numerosas ocasiones.

    Patricia Noller obtuvo su doctorado en la Universidad de Queenslanden 1981 y es profesora de psicologa en esta misma universidad. Es autora denumerosas publicaciones sobre el campo de las relaciones matrimoniales yfamiliares, incluyendo las relaciones de apego. Recibi el Premio a la CarreraNovel de la Sociedad Psicolgica Australiana y es miembro de la Academiade Ciencias Sociales australiana. Es una de las editoras fundacionales dePersonal Relationships: Journal of the International Society for the Study of PersonalRelationships.

    Sobre las autoras

  • Cuando empezamos a trabajar en las actitudes relacionadas con el afectohace ms de diez aos, no sabamos cmo llamar al campo en el que realiz-bamos nuestros estudios. Hasta cierto punto era una extensin de trabajosanteriores sobre la atraccin interpersonal. La mayor parte de nuestros mode-los acadmicos eran psicolgicos (aunque los socilogos llevan mucho tiem-po participando activamente en el estudio de los temas del noviazgo y elmatrimonio), y, sin embargo, a veces tenamos la sensacin de que nuestrotrabajo no tena un hogar profesional. Esto ha cambiado por completo.Ahora nuestros estudios no slo tienen un hogar, sino tambin una familiaextensa, compuesta por los investigadores dedicados a las relaciones. A lo lar-go de la pasada dcada la disciplina de las relaciones cercanas (tambin lla-madas relaciones personales y relaciones de intimidad) fue emergiendo, desa-rrollndose y floreciendo.

    Habra que destacar dos aspectos de la investigacin sobre las relacionescercanas. El primero es su rpido crecimiento, que ha dado lugar a la aparicinde numerosos libros, publicaciones peridicas, manuales, colecciones y orga-nizaciones profesionales. A la misma velocidad que crece el campo de estudioparece estar creciendo la demanda de ms investigaciones y conocimientos. Elnmero de preguntas sobre las relaciones cercanas o personales no ha dejadonunca de ser mayor que el de respuestas disponibles. El segundo aspecto des-tacable de la nueva disciplina de las relaciones cercanas es su naturaleza inter-disciplinaria. Este campo de estudio debe su vitalidad a los especialistas de la

    Introduccin

  • comunicacin, de los estudios sobre la familia y el desarrollo humano, de lapsicologa (tanto la de los consejeros como la clnica, la del desarrollo y lasocial) y de la sociologa, as como a profesionales de otras disciplinas como laenfermera y el trabajo social. Es su extensin interdisciplinaria lo que da a lainvestigacin sobre las relaciones cercanas su diversidad y riqueza, cualidadesque esperamos poner de manifiesto en la presente obra.

    La Teora del Apego es una de las perspectivas tericas ms populares deentre las que ejercen actualmente su influencia sobre la investigacin sobrelas relaciones cercanas. Basndose en el trabajo fundacional de John Bowlbyy otros, la investigacin sobre el apego ha ido floreciendo a lo largo de la lti-ma dcada. En el presente volumen, Judith Feeney y Patricia Noller integranalgunas investigaciones sobre el apego adulto, sealando los puntos que tie-nen en comn y lo que las distancia. Este libro presenta trabajos tericos yempricos sobre el apego, aspectos de conceptualizacin y medida, la relacinentre el apego y los modelos internos y los vnculos entre el apego y otrosaspectos fundamentales de la vida como el trabajo y la fe.

    En este volumen sumamente interesante y bien escrito, Feeney y Nollerunen las diversas corrientes de la investigacin sobre el apego en una des-cripcin coherente sobre el tema del apego tal y como existe hoy en da.

    CLYDE HENDRICKSUSAN S. HENDRICK

    APEGO ADULTO12

  • Este libro proporciona una visin general de las teoras e investigacionessobre el apego adulto, poniendo especial nfasis en las relaciones de noviazgoy matrimoniales. Un tema presente en todos los trabajos que se exponen eneste libro es que las experiencias sociales tempranas del individuo sueleninfluir en la calidad de las posteriores relaciones de intimidad, y que estainfluencia puede explicarse, en parte, en trminos de los recuerdos y expecta-tivas que esas experiencias tempranas generan. Dado que la calidad de lasrelaciones de intimidad es un determinante fundamental del bienestar subjeti-vo, estos conceptos tienen sin duda una gran importancia terica y prctica.

    El captulo 1 establece las bases del volumen examinando la naturaleza delos apegos infantiles; es decir, de los lazos que se establecen entre los nios ysus cuidadores primarios. Destacamos las contribuciones del influyente traba-jo de Bowlby (1969, 1973, 1980) sobre el apego y la prdida, y de los estudiosobservacionales de Ainsworth (1979) sobre las dadas madre-hijo. Tambincomentamos temas fundamentales para la investigacin en este campo, comola estabilidad de los estilos de apego infantiles, y los argumentos que apoyanla idea de que los lazos de pareja entre adultos cumplen los criterios de lasrelaciones de apego.

    En el captulo 2, hablamos de los estudios pioneros de Hazan y Shaver(1987; Shaver & Hazan, 1988; Shaver, Hazan & Bradshaw, 1988) sobre elamor de pareja y el proceso de apego, que relacionaban autoinformes de losdiversos estilos de apego con recuerdos de las relaciones mantenidas con los

    Prefacio

  • padres en la primera infancia y con la calidad de las relaciones amorosas pre-sentes. Despus presentamos algunos de los primeros estudios empricossobre el apego adulto estimulados por el trabajo de Hazan y Shaver; estudiosescogidos para ilustrar las principales orientaciones surgidas en la investiga-cin en este campo.

    El captulo 3 habla de la conceptualizacin y medida del apego adulto.Estos aspectos han sido muy importantes en este campo, ya que los investi-gadores se han esforzado por definir exactamente qu quieren decir cuandohablan de estilo de apego adulto. Exponemos los diversos intentos de desa-rrollar medidas fiables y vlidas y resolver cuestiones fundamentales que tie-nen que ver con hasta qu punto la conducta de apego adulta refleja carac-tersticas estables del individuo, en lugar de caractersticas del funcionamien-to de la relacin en cuestin.

    En el captulo 4, describimos dos importantes desarrollos que creemosque fortalecen las bases tericas de la investigacin sobre el apego adulto. Elprimero implica el establecimiento de las funciones del apego en la edad adul-ta; este trabajo enfatiza los paralelismos entre las funciones de la conducta deapego infantil y adulta. El segundo desarrollo se centra en las condicionesque es probable que eliciten la conducta de apego; el nfasis en el papel delestrs como elicitador de esta conducta vuelve a proporcionar una clara ana-loga con el trabajo en el campo de la primera infancia.

    El captulo 5 presenta los trabajos tericos que vinculan el estilo de apegocon los modelos del s mismo y de los otros. El concepto de modelos es fun-damental en la teora del apego porque se cree que las representaciones men-tales incorporadas en estos modelos son las que proporcionan la continuidadentre las experiencias tempranas de apego y las relaciones posteriores. Eneste captulo, tambin exploramos la relacin entre el estilo de apego y lospatrones de comunicacin con cuidadores primarios y con posteriores com-paeros relacionales.

    En el captulo 6, exponemos algunas cuestiones de la investigacin quedemuestran el amplio alcance de la teora del apego. Estas cuestiones inclu-yen cmo el apego, el cuidado y la sexualidad se integran en al amor de pare-ja prototpico y cmo el estilo de apego est ligado a conceptos como la per-sonalidad y el bienestar. Tambin desarrollamos algunos aspectos que tienenque ver con las diferencias de gnero, sin los cuales no sera posible unaexplicacin completa de la conducta relacional adulta.

    Por ltimo, el captulo 7 se centra en algunas de las aplicaciones y direc-ciones futuras de la investigacin. Del mismo modo que el trabajo de Bowlbysobre el apego infantil ha ejercido una destacada influencia sobre la teora yla prctica, creemos que la teora del apego adulto har una contribucin

    APEGO ADULTO14

  • duradera al estudio de fenmenos como la atraccin entre individuos, eldesarrollo de las relaciones y el conflicto en el seno de las parejas. Sin embar-go, esta rea de investigacin sigue estando en su primera infancia, y tambinpresentamos una serie de aspectos metodolgicos que los investigadoresdeberan considerar con ms seriedad.

    La tarea de integrar el creciente nmero de investigaciones sobre el ape-go adulto nos ha resultado interesante y gratificante. Al preparar este texto,hemos recibido muchos consejos valiosos y el apoyo de los editores de estaserie: Clyde Hendrick y Susan Hendrick. Les damos aqu las gracias.Tambin estamos agradecidos a quienes se han implicado en la investigacinsobre el apego adulto desde sus inicios, sirviendo de estmulo y apoyo a suscolegas. Tambin nos gustara darles las gracias a quienes nos dieron su per-miso para reimprimir en este libro materiales ya registrados.

    JUDITH FEENEYPATRICIA NOLLER

    PREFACIO 15

  • Los recientes intentos de entender las relaciones cercanas adultas desdeel punto de vista del apego estn fuertemente influenciados por el trabajofundacional de Bowlby sobre el apego y la prdida (Bowlby, 1969, 1973,1980). Bowlby explora los procesos a travs de los cuales se establecen y serompen los vnculos afectivos; describe especialmente cmo los nios esta-blecen un apego emocional con sus cuidadores primarios y la ansiedad quesienten cuando son separados de ellos. Bowlby est convencido de que losnios necesitan una relacin cercana y continuada con un cuidador prima-rio para poder desarrollarse emocionalmente. Cree que las teoras psicolgi-cas existentes son inadecuadas para explicar el intenso apego de los bebs ylos nios con sus cuidadores y sus drsticas respuestas ante la separacin(Bretherton, 1992).

    Bowlby (1969, 1973, 1980) extrae conceptos de muchas fuentes, que inclu-yen la etologa, el psicoanlisis y la teora de sistemas. Su teora tambin estbasada en un amplio rango de observaciones: de nios con trastornos y difi-cultades de adaptacin en entornos clnicos e institucionales, de bebs y niosque son separados de sus cuidadores primarios durante perodos de tiempode duracin variable, y de madres primates no humanas y su descendencia.Su formulacin terica proporciona una explicacin detallada del desarrollo,funcin y mantenimiento de la conducta de apego.

    Los principios del apego que Bowlby (1969, 1973, 1980) describe han apor-tado una vasta contribucin terica a la comprensin del desarrollo infantil,

    Apegos en la infanciay ms adelante1

  • pero tambin han ejercido una profunda influencia en la prctica psicolgica.Sobre la base del trabajo de Bowlby y sus colegas y estudiantes, se han hechocambios revolucionarios en el cuidado de nios institucionalizados. Se hantransformado radicalmente las prcticas de los hospitales para minimizar lasseparaciones entre padres e hijos. Por ejemplo, a las madres se las anima a pasarmucho tiempo con sus hijos hospitalizados y a proporcionarles cuidados bsi-cos (como la alimentacin). Tambin han cambiado de forma significativa losacontecimientos que rodean al nacimiento de los nios, estando ahora lospadres presentes en los nacimientos y pudiendo tanto el padre como los her-manos del recin nacido interactuar con la madre y el neonato cuando estnen el hospital. Adems, el trabajo de Bowlby tiene claras implicaciones paraquienes estudian la prdida, el dolor y el duelo, y, en general, para la conduc-ta parental y las prcticas de cuidado infantil. Ya que las investigaciones sobreel apego adulto tienen sus bases en el trabajo de Bowlby, este captulo est dedi-cado a exponer los principios ms importantes de su formulacin y a construirun juicio sobre las evidencias empricas que la apoyan.

    Naturaleza y funcionamiento de la conducta de apego

    Bowlby (1973) define la conducta de apego como cualquier forma de con-ducta que tiene como resultado el que una persona obtenga o retenga la pro-ximidad de otro individuo diferenciado y preferido, que suele concebirsecomo ms fuerte y/o ms sabio (p. 292). Las conductas infantiles como suc-cionar, aferrarse, seguir, sonrer y llorar tienden a elicitar respuestas protecto-ras de los cuidadores adultos y a establecer un vnculo entre el nio y el cui-dador.

    Dados los fuertes paralelismos existentes entre la conducta de apegohumana y conductas de apego similares que muestran las especies primatesno humanas, Bowlby (1973) hipotetiza que la conducta de apego es adaptati-va, y que ha evolucionado pasando por un proceso de seleccin natural. Deeste modo, la conducta de apego ofrece a los nios una ventaja para la super-vivencia, protegindoles del peligro al mantenerse cerca de su cuidador pri-mario (que suele ser la madre).

    Bowlby (1973) tambin hipotetiza que la conducta de apego constituye unsistema conductual organizado, es decir, un conjunto de conductas variadas(por ejemplo: la sonrisa, el llanto, o el seguimiento visual) que tienen una ni-ca funcin (mantener la proximidad de un cuidador). Bowlby cree que el sis-tema de apego forma parte de una serie de sistemas conductuales de vincu-lacin, que incluyen la exploracin, el cuidado y el apareamiento sexual, dise-

    APEGO ADULTO18

  • ados para asegurar la supervivencia y la procreacin. Desde un punto devista externo, el objetivo del sistema de apego sera regular las conductasdiseadas para establecer o mantener el contacto con una figura de apego;desde el punto de vista de la persona que se encuentra dentro de una rela-cin de apego, el objetivo del sistema sera sentirse segura.

    Bowlby (1973) describe los sistemas conductuales como sistemas home-ostticos de control que mantienen una relacin relativamente estable entreel individuo y su entorno. El sistema de apego mantiene un equilibrio entrelas conductas exploratorias y las conductas de proximidad, en funcin de laaccesibilidad de la figura de apego y de los peligros presentes en el entornofsico y social. Los bebs perciben la separacin (real o en forma de amena-za) de su figura de apego como una amenaza a su bienestar e intentan nosalirse del campo protector de esta figura. El campo protector se ve reducidoen situaciones extraas o amenazantes; de ah que sea ms probable que laconducta de apego se evidencie cuando el beb se encuentre en una situacinde aparente amenaza.

    Aunque Bowlby (1973) define la conducta de apego en trminos del obje-tivo del mantenimiento de la proximidad, se han identificado otras funcionesdel apego que estn relacionadas entre s. En general, la figura de apego sirvecomo una base segura a partir de la cual el beb o el nio siente la seguridadnecesaria para explorar y dominar su entorno. Es decir, en situaciones en lasque no hay una amenaza aparente, es ms posible que el beb lleve a cabo acti-vidades exploratorias que conductas de apego. Por otro lado, es ms probableque busque la proximidad del cuidador cuando perciba una amenaza en suentorno ms cercano. De este modo, el cuidador tambin tiene la funcin derefugio seguro al que el beb puede volver en busca de seguridad y consueloen estas ocasiones. Segn Bowlby, la bsqueda de la proximidad (incluyendola protesta ante la separacin), la base segura, y el refugio seguro son los tresrasgos definitorios, y las tres funciones, de una relacin de apego.

    Los rasgos bsicos del sistema de apego se ilustran en la figura 1.1. Elmodelo representado en la figura muestra cmo las conductas de apego yexploratorias estn influenciadas por la percepcin que tiene el nio de la dis-ponibilidad y receptividad del cuidador. Cuando el nio se siente seguro yconfiado con el cuidador, es probable que se muestre ms sociable y menosinhibido y que participe ms en juegos y exploraciones. Por otro lado, cuan-do el nio se siente inseguro y no confa en el cuidador, es ms probable queresponda con miedo o ansiedad, o de manera defensiva. Estas respuestas demiedo o ansiedad pueden manifestarse en forma de llanto o conductas comola de aferrarse al cuidador, mientras que las respuestas defensivas hacen evi-tar el contacto cercano con la figura de apego.

    APEGOS EN LA INFANCIA Y MS ADELANTE 19

  • Diferencias individuales en el apego

    Bowlby (1973) considera que el sistema de apego es una evolucin resul-tante de la seleccin natural y cree que los procesos que componen este sis-tema son universales en la naturaleza humana. Como complemento a estavisin normativa de la conducta de apego, tambin se pronuncia respecto alas diferencias individuales, como podemos ver en las siguientes proposicio-nes bsicas de su teora del apego (p. 235):

    1. Cuando un individuo confa en que una figura de apego va a estar disponible siem-pre que la necesite, tiene menos tendencia a sentir un miedo intenso o crnico queun individuo que, por cualquier motivo, carece de esa confianza.

    2. La confianza en la accesibilidad de las figuras de apego, o la falta de tal confianza,se construye lentamente a lo largo de los aos previos a la edad adulta (primerainfancia, niez y adolescencia); sean cuales sean, las expectativas desarrolladas a lolargo de estos aos tienden a persistir relativamente sin cambios a lo largo del res-to de la vida.

    3. Las diversas expectativas respecto a la accesibilidad y receptividad de las figuras deapego que los individuos desarrollan a lo largo de los aos previos a la edad adul-ta son reflejos considerablemente ajustados de las experiencias que estos individuostienen en realidad.

    APEGO ADULTO20

    Figura 1.1. Caractersticas bsicas del sistema de apego

    FUENTE: Hazan y Shaver (1994).

    Est lafigura de apego lo

    suficientemente cerca, es losuficientemente atenta, receptiva, aprovadora,

    etc.?

    Tipo ansioso/ambivalente(o preocupado)

    Tipo seguro

    Tipo evitativo

    defensamiedo

    ansiedad

    Juguetn, menosinhibido,sonriente,

    tendiente a laexploracin,

    sociable

    Se siente seguridad,amor y confianza

    Mantenimiento dela proximidad

    mientras se evita elcontacto cercano,

    exploracindefensiva

    Si

    No

    Jerarqua de las conductasde apego:1. comprobacin visual2. seales para restablecer

    el contacto, llamar,suplicar

    3. moverse pararestablecer el contacto,aferrarse

  • Un aspecto fundamental de estas proposiciones bsicas es el papel que tie-nen las expectativas del individuo respecto a las figuras de apego. Las expec-tativas sobre la disponibilidad y receptividad de las figuras de apego se creeque estn incorporadas a los modelos internos de funcionamiento del apego.Los modelos del apego reflejan recuerdos y creencias que tienen su origen enlas experiencias tempranas de cuidado del individuo y que se transfieren asus nuevas relaciones, en las que juegan un papel activo guiando las percep-ciones y la conducta.

    Las expectativas respecto a la disponibilidad y receptividad del cuidadordependen de dos variables: de si se juzga a la persona de apego como el tipode persona que suele responder a las peticiones de apoyo y proteccin, y desi se juzga al s mismo como el tipo de persona que es probable que despier-te en los dems conductas de ayuda. Estas dos variables (modelos del otro ymodelos del s mismo) son lgicamente independientes; ya que ambas partende las transacciones interpersonales reales, aunque tienden a ser comple-mentarias y confirmarse mutuamente (Bowlby, 1973).

    Los modelos del s mismo y de los patrones de interaccin social suelendesarrollarse en el contexto de entornos familiares relativamente estables ytienden a persistir a lo largo de toda la vida. Como estos modelos ejercen unainfluencia continuada sobre la conducta, los patrones de apego se cree quemuestran una considerable estabilidad a lo largo del tiempo. El concepto demodelo se analiza con ms detalle en el captulo 5. De todos modos, hay bas-tante controversia en el tema de la estabilidad de los patrones de apego, y loretomamos en varios puntos a lo largo de este libro.

    Descripcin de las diferencias individuales en el apego

    Los primeros estudios detallados de las diferencias individuales en el ape-go fueron dirigidos por Ainsworth (quien est fuertemente influenciado porlas ideas de Bowlby y ha hecho, a su vez, importantes aportaciones al pensa-miento de ste). Ainsworth dirigi observaciones naturalistas de interaccio-nes madre-hijo en Uganda y en Baltimor, Maryland; cada uno de estos pro-yectos implicaba una recogida longitudinal intensiva de datos realizadadurante una serie de visitas a domicilio.

    Basndose en estas observaciones, Ainsworth y sus colegas (Ainsworth,Blehar, Waters & Wall, 1978) sugieren que los patrones organizados de con-ducta infantil pueden usarse para identificar estilos de apego hijo-madre.Ainsworth et al. perfilan tres de estos estilos: apego inseguro evitativo (grupoA), apego seguro (grupo B), y apego inseguro resistente o ansioso-ambivalente(grupo C). Los patrones de conducta infantil que definen estos tres estilos estn

    APEGOS EN LA INFANCIA Y MS ADELANTE 21

  • relacionados sistemticamente con la cantidad de interaccin entre madre e hijoy con la sensibilidad y receptividad de la madre a las seales y necesidades delnio. Estos patrones estn asociados con las variaciones de la conducta queaparecen en la figura 1.1: los nios del grupo A responden con defensividad yevitando el contacto cercano; los nios del grupo B son sociables y presentanaltos niveles de exploracin; los nios del grupo C responden con conductasansiosas como llorar y aferrarse. La tabla 1.1 muestra las caractersticas con-ductuales de los tres estilos, junto con los patrones de cuidado asociados.

    Ainsworth et al. (1978) desarrollaron un procedimiento de laboratoriopara evaluar el estilo de apego basado en las reacciones del nio a una seriede separaciones y de reuniones con su madre y un extrao amistoso.Desarrollaron la tcnica de la situacin extraa para generar niveles de estrsleves pero cada vez ms intensos en el nio (ver tabla 1.2) de modo quepudieran observarse los consiguientes cambios en la conducta del nio fren-te a la figura de apego. La tcnica de la situacin extraa se ha venido utili-zando de manera extendida para evaluar el estilo de apego de los nios yestudiar la relacin entre la conducta de apego temprana y el desarrollo socialy emocional posterior. (Sin embargo, se han apuntado algunas crticas haciala tendencia de los investigadores a confiar en esta tcnica como herramien-ta de evaluacin a expensas de estudiar la conducta en situaciones socialesque ocurren de manera ms natural).

    Es importante recordar que la tcnica de la situacin extraa se centra enla conducta del nio hacia el cuidador primario cuando se angustia por lamarcha del cuidador y el acercamiento de un extrao. De acuerdo con la teo-ra del apego, los estilos de apego reflejan las normas que determinan nues-tras respuestas ante situaciones que nos trastornan emocionalmente; es decir,la teora del apego puede describirse como una teora de la regulacin del afecto

    APEGO ADULTO22

    Tabla 1.1 Caractersticas de los tres principales estilos de apego infantil

    Estilo de apego Conducta infantil Caractersticas del cuidado

    Evitativo (grupo A) Conductas de distanciamiento; Conductas de rechazo; rigidez; evitacin del cuidador hostilidad; aversin al contacto

    Seguro (grupo B) Exploracin activa; disgusto Disponibilidad; receptividad;ante la separacin; respuesta calidezpositiva frente al cuidador

    Ansioso-ambivalente Conductas de protesta; Insensibilidad; intrusividad;(grupo C) ansiedad de separacin; inconsistencia

    enfado-ambivalencia ante el cuidador

  • (Kobak & Sceery, 1988; Sroufe & Waters, 1977). Se cree que el apego segurorefleja normas que permiten al individuo reconocer que est angustiado yacudir a los dems en busca de consuelo y apoyo; el apego evitativo reflejanormas que restringen el deseo de reconocer la angustia y buscar apoyo; y elapego ansioso-ambivalente est marcado por la hipersensibilidad hacia lasemociones negativas y las expresiones intensificadas de angustia.

    Hay que sealar que se han propuesto algunas revisiones a esta clasifica-cin tripartita. Al observar diferencias considerables en la conducta de apegodentro de cada grupo, se han diseado categoras ms depuradas. En parti-cular, los investigadores han identificado cuatro subgrupos dentro de la cate-gora segura basndose en diferencias en las cualidades de la ansiedad deseparacin (ver Belsky & Rovine, 1987).

    Adems, los investigadores han sido a menudo incapaces de clasificar atodos los nios dentro de las tres categoras de apego trazadas por Ainsworthy sus colegas (1978). Por este motivo, los investigadores han propuesto un cuar-to grupo (la categora desorganizada-desorientada del apego inseguro; Main &Solomon, 1986). Este grupo tiende a mostrar conductas de acercamiento con-tradictorias (por ejemplo, se acercan a la figura de apego con la cabeza miran-do hacia otro lado), confusin o aprensin en respuesta al acercamiento de lafigura de apego, y afecto cambiante o deprimido. Estas caractersticas se sola-pan con las que definen otro cuarto grupo propuesto recientemente: el grupoA-C, que implica la combinacin de conductas de acercamiento evitativas (gru-po A) y resistentes (grupo C). Este ltimo grupo ha sido observado por unaserie de investigadores infantiles (Crittenden, 1985; Radke-Yarrow, Cummings,Kuczynski & Chapman, 1985). Estas dos categoras adicionales son especial-mente importantes a la hora de clasificar nios que pertenecen a grupos de ries-go social (por ejemplo, depresin y malos tratos maternos; ver Bretherton,1987; Carlson, Cicchetti, Barnett & Braunwald, 1989; Spieker, 1986).

    APEGOS EN LA INFANCIA Y MS ADELANTE 23

    Tabla 1.2 Serie de incidentes que se utilizan en la situacin extraa

    1. Madre e hijo juntos en una habitacin extraa con juguetes.

    2. Madre e hijo juntos con una extraa.

    3. La madre deja al hijo con la extraa.

    4. La madre vuelve y la extraa se va.

    5. La madre deja al hijo solo.

    6. La extraa vuelve.

    7. La madre vuelve.

    FUENTE: Ainsworth et al. (1978)

  • Descripcin de apegos mltiples

    Bowlby (1984) pone un gran nfasis en el vnculo entre madre e hijo ytiende a ver el papel del padre como algo secundario. (Este nfasis refleja lospuntos de vista prevalecientes en su poca; ver Bretherton, 1992. Los inves-tigadores y estudiosos posteriores de la tradicin del apego han estudiadoms en detalle el vnculo entre los hijos y sus padres). Segn Bowlby, el niotiene tendencia a establecer una relacin de apego con una figura en especial,que suele ser la madre.

    A pesar de la importancia atribuida al vnculo madre-hijo, Bowlby (1984)reconoce sin lugar a dudas que un beb humano puede, y de hecho suelehacerlo, establecer relaciones de apego con ms de una figura (Ainsworth,1979). De hecho, Bowlby sostiene que alrededor de los 9 10 meses de edad,la mayora de los nios tienen mltiples figuras de apego. Sin embargo, man-tiene que el cuidador primario se convierte en la persona de apego primariay en la que se prefiere como refugio seguro en momentos de angustia. Otrasfiguras ocupan un lugar secundario y complementario a la principal, siendolos padres y los hermanos las ms comunes. Esta formulacin implica la exis-tencia de una jerarqua en las figuras de apego.

    Congruentemente con esta formulacin, los datos sugieren que las repre-sentaciones del apego en la infancia estn relacionadas con la clasificacin delapego infantil con la madre, pero no con la del padre (Main, Kaplan &Cassidy, 1985). La comparacin de las clasificaciones del apego con madresy padres es tambin relevante para la explicacin de las diferencias indivi-duales en el apego, como mostraremos en la siguiente seccin.

    Explicacin de las diferencias individuales en el apego

    Los patrones de apego documentados por Ainsworth (1979; Ainsworth etal., 1978), y por investigadores posteriores han planteado cuestiones relativasa los orgenes de las diferencias individuales en el apego. Se han sugerido unaserie de factores que influiran en las manifestaciones especficas del estilo deapego: la experiencia individual, la constitucin gentica y las influencias cul-turales (Ainsworth, 1989).

    De entre estos tres factores, los investigadores del apego se han centradocon ms intensidad en los dos primeros. Es decir, la investigacin sobre losdeterminantes de la calidad del apego ha enfatizado el papel del cuidadomaterno (como indicador de la experiencia individual) y del temperamentodel hijo (como indicador de la constitucin gentica; aunque el temperamen-to infantil tambin podra reflejar influencias ambientales, adems de lasgenticas). Dado el debate en curso sobre la importancia relativa del cuidado

    APEGO ADULTO24

  • materno y el temperamento infantil como determinantes de los patrones deapego, hablaremos de estos dos factores por separado y despus integrare-mos los hallazgos.

    Experiencia individual. La teora tradicional del apego reconoce que la cali-dad del apego hijo-madre depende de los sesgos que cada una de las partesaporta a la relacin y de la influencia directa que cada una de ellas ejercesobre la otra (Bowlby, 1984, p. 340). La teora establece, sin embargo, que elpapel de la conducta infantil en la determinacin de los patrones de interac-cin queda eclipsado por la conducta del cuidador (Goldsmith & Alansky,1987). Esta afirmacin se refleja en el nfasis que pone Bowlby (1984) en elpapel de las experiencias tempranas de cuidado (ver la proposicin 3 de laseccin sobre las diferencias individuales en el apego) y en las descripcionesque hace Ainsworth (1979) de los estilos de apego infantil.

    Un amplio cuerpo de evidencias empricas apoya la relacin entre la cali-dad del apego y las variables relacionadas con la madre. Concretamente, elestilo de apego se ha relacionado con varios ndices de la calidad del cuida-do, como la receptividad al llanto, la periodicidad de la alimentacin, lareceptividad, la accesibilidad psicolgica, la cooperacin y la aceptacin dela madre (Ainsworth, 1979, 1982; Bates, Maslin & Frankel, 1985; Isabella,1993; Pederson et al., 1990; Roggman, Langlois & Hubbs-Tait, 1987).

    Las investigaciones ms recientes dentro de esta tradicin se han idoampliando hacia el estudio de las interacciones de los nios con sus padres ymadres. Cox, Owen, Henderson, y Margand (1992) encontraron que unamedida de la seguridad nio-madre a los 12 meses de edad estaba relaciona-da con las puntuaciones dadas por observadores a la calidad de la interaccinmadre-hijo a los 3 meses de edad y con las medidas de entrevista del tiempoque las madres pasaban con su hijo a los 3 meses de edad. De un modo pare-cido, la seguridad hijo-padre tambin est relacionada con la actitud que elpadre tiene ante su hijo y con el rol parental. Estos resultados apoyan clara-mente la relacin entre la conducta de cuidado y la seguridad del apego.

    Pero no todos los estudios que han intentado relacionar los patrones deapego con aspectos de la conducta de cuidado han encontrado relaciones cla-ras entre ambas variables (por ejemplo, Miyake, Chen & Campos, 1985).Recientemente, los investigadores han argumentado que la comprobacinrigurosa del efecto de la conducta materna sobre la calidad del apego requie-re una definicin cuidadosa de la variable independiente: las medidas de laconducta materna deberan enfatizar el papel de la receptividad maternal,como dictan los principios del apego (Isabella, Belsky & von Eye, 1989).Siguiendo esta posicin, Isabella et al. (1989) desarrollaron una medida desincrona interaccional, o de la presencia de intercambios recprocos y mutua-

    APEGOS EN LA INFANCIA Y MS ADELANTE 25

  • mente satisfactorios en las interacciones entre hijo y madre. Sus resultadosconfirman la asociacin entre la sincrona interaccional y el tipo de apego ysugieren que esta asociacin no puede explicarse en trminos del tempera-mento o la conducta del nio (Isabella & Belsky, 1991; Isabella et al, 1989).

    La influencia de la conducta del cuidador sobre la calidad del apego tam-bin ha sido abordada por estudios que comparan la calidad de las relacio-nes del nio con cada uno de sus padres. En trminos de las clasificacionesdel apego obtenidas a partir de la tcnica de la situacin extraa, por ejem-plo, un nio podra establecer un apego seguro con un padre y un apego inse-guro con el otro (por ejemplo, Main & Weston, 1981). Esta diferencia entrelas relaciones de apego con la madre y el padre se ha citado como una prue-ba del papel dominante de la conducta del cuidador (y el papel limitado deltemperamento del nio).

    Contribucin gentica. Contrastando con la posicin de los tericos de las teo-ras tradicionales del apego, varias investigaciones han propuesto que las dife-rencias individuales en la calidad del apego tienen su origen en diferencias enlas caractersticas de los nios (adems de las diferencias en la conducta delcuidador, o en lugar de ellos). El efecto del temperamento del nio sobre elapego se ha investigado utilizando diversas definiciones operacionales detemperamento: emotividad, nerviosismo o dificultad, irritabilidad, nivel deactividad, tendencia a la ansiedad y sociabilidad.

    La evidencia emprica resultante est mezclada; algunos investigadores hanencontrado pruebas de los efectos del temperamento infantil (Calkins & Fox,1992; Miyake et al., 1985), mientras que otros no las han hallado (Egeland &Farber, 1984). De cualquier forma, la mayor parte de las investigaciones quehan estudiado este tema han recibido crticas de carcter metodolgico.

    En primer lugar, muchos estudios sobre el papel del temperamento infan-til han adoptado un enfoque simplista, basndose en las correlaciones entrelas puntuaciones de las medidas de temperamento y las clasificaciones delapego. Este enfoque ignora el hecho de que el temperamento infantil podraejercer su influencia sobre el sistema de apego de varias formas: ejerciendoun efecto directo sobre la interaccin hijo-madre; o por el contrario, afectan-do indirectamente a la conducta de apego a travs de sus efectos sobre laansiedad de separacin del nio (Thompson, Connell & Bridges, 1988). Dehecho, Vaughn, Lefever, Seifer y Barglow (1989) encontraron que existe unarelacin entre el temperamento infantil y la ansiedad del nio durante los epi-sodios de separacin de la situacin extraa.

    En segundo lugar, el papel del temperamento infantil en la prediccin delapego podra depender de la medida que se utilice para evaluar el estilo de ape-go. Belsky y Rovine (1987) destacan que los subgrupos de apego pueden divi-

    APEGO ADULTO26

  • dirse de varias maneras significativas y que mtodos de clasificacin diferentespueden poner de manifiesto distintas influencias sobre el apego. Mientras la cla-sificacin A-B-C tradicional muestra unas relaciones bastante limitadas con eltemperamento infantil, los datos observacionales apoyan la utilidad de con-trastar dos grupos: uno formado por nios evitativos y nios seguros de lossubgrupos B1 y B2, y otro formado por nios resistentes y nios seguros delos subgrupos B3 y B4. Estas agrupaciones parecen reflejar factores tempera-mentales que van ms all de la distincin seguro-inseguro.

    Vaughn y colegas (Vaughn et al., 1992) tambin sugieren que medidasdiferentes del estilo de apego difieren en su grado de coincidencia con lasmedidas del temperamento infantil. En concreto, encuentran limitaciones enla relacin entre el temperamento del nio y las evaluaciones del apego deltipo de la situacin extraa, mientras que las evaluaciones que se centran enla saliencia y efectividad de la conducta de apego en situaciones cotidianas(por ejemplo, con datos tipo Q) muestran un rango ms amplio de correla-ciones, que incluyen el temperamento infantil.

    En la seccin anterior, hacamos referencia a los estudios que comparan lacalidad de las relaciones del nio con cada uno de sus padres. Un metaan-lisis de estos estudios (Fox, Kimmerly & Schafer, 1991) sugiere que la seguri-dad del apego hacia uno de los padres mantiene una correlacin significativacon la seguridad del apego hacia el otro (aunque aproximadamente un 30%de los nios mantiene una relacin de apego seguro con uno de los padres yde apego inseguro con el otro). Fox et al. (1991) sealan que los motivos deeste alto porcentaje de apegos concordantes no estn claros: este descubri-miento podra reflejar el papel del temperamento infantil a la hora de deter-minar la calidad del apego; o por el contrario, podra reflejar la consistenciade los estilos de parentalidad dentro de cada familia o la influencia invali-dante del modelo de funcionamiento del apego del nio (que suele desarro-llarse a partir de la relacin con la madre).

    Experiencia individual versus contribucin gentica. Para resumir, los estudios inte-gradores proporcionan pruebas de que tanto las variables maternales como eltemperamento del nio contribuyen a la seguridad del apego (Izard, Haynes,Chisholm & Baak, 1991). Tambin hay evidencias de que la conducta mater-na y el temperamento infantil podran ejercer una influencia conjunta sobre laseguridad del apego. Por ejemplo, Crockenberg (1981) demuestra que la irri-tabilidad neonatal predice un apego inseguro a los 12 meses de edad, pero sloen nios cuyas madres responden relativamente poco ante los lloros de sushijos a los 3 meses y reciben poco apoyo social. De un modo parecido,Mangelsdorf y colegas (Mangelsdorf, Gunnar, Kestenbaum, Lang & Andreas,1990) encontraron que la seguridad del apego a los 13 meses de edad puede

    APEGOS EN LA INFANCIA Y MS ADELANTE 27

  • predecirse en funcin de la interaccin entre la personalidad materna y la ten-dencia del nio a la ansiedad. Estos hallazgos apoyan la idea de Bowlby (1969,1973, 1980) de que los patrones de apego reflejan la interaccin entre la per-sonalidad del nio, la familia y el entorno social ms amplio.

    Las conclusiones sobre las contribuciones relativas de las variables mater-nas y el temperamento infantil no dejan de ser especulaciones, aunque haycierto consenso en la idea de que el papel del temperamento del nio es limi-tado y de que las conductas maternales son al menos igual de importantes(Goldsmith & Alansky, 1987).

    Influencias culturales. La investigacin tambin ha dedicado cierta atencinal estudio transcultural de los patrones de apego. En un metaanlisis de estu-dios realizados con la tcnica de la situacin extraa, Van Ijzendoorn yKroonenberg (1988) sealan que la distribucin de las clasificaciones del ape-go en ocho pases muestra diferencias considerables tanto dentro de una mis-ma cultura como entre culturas diferentes. Aunque la categora segura pare-ce ser modal en todos los pases, las frecuencias relativas de las dos formasms importantes de apego inseguro difieren marcadamente entre unos pasesy otros (con mayores frecuencias relativas de las clasificaciones tipo A en lospases del oeste de Europa y de las clasificaciones tipo C en Israel y Japn).Se cree que estas diferencias en los patrones de apego reflejan prcticas decrianza que tienen una base cultural.

    Sagi, Van Ijzendoorn y Koren-Karie (1991) sugieren que las diferenciasculturales en las clasificaciones del apego podran reflejar diferencias cultura-les en la conducta previa a la separacin. En otras palabras, los episodios ini-ciales de la situacin extraa, diseados para introducir novedad y un ligeroestrs, podran provocar efectos diferentes en culturas distintas: nios de cul-turas que animan la independencia temprana podran exhibir menos estrsen su respuesta ante estos episodios. Si as fuera, podra cuestionarse la utili-dad transcultural de la tcnica de la situacin extraa. Sagi et al. (1991), sinembargo, encontraron que las respuestas anteriores a la separacin mostra-ban pocas diferencias interculturales ms all de las atribuibles a la muestradel kibbutz israel (grupo cultural caracterizado por un contexto de crianzade un solo hijo y marcado por la ansiedad en los episodios previos a la sepa-racin).

    Hasta la fecha, la mayora de los estudios transculturales de la situacinextraa se han centrado en la descripcin de las diferencias culturales en lasclasificaciones del apego y en la atribucin de estas diferencias a las prcti-cas culturales (por ejemplo, la alta incidencia de las clasificaciones de tipo Aen Alemania ha sido atribuida al fomento de la independencia temprana porparte de los padres en lugar de al rechazo; Grossmann, Grossmann,

    APEGO ADULTO28

  • Spangler, Suess & Unzner, 1985). De todos modos, raramente se ha hechouna investigacin sistemtica de las creencias parentales y las prcticas socia-les (Bretherton, 1992). Adems, las investigaciones futuras deberan evaluarlas implicaciones de las clasificaciones del apego para la posterior adaptacina las demandas de cada cultura especfica (Sagi et al., 1991).

    Estabilidad de los patrones de apego

    Como hemos sealado antes, los tericos del apego sostienen que lospatrones de apego son relativamente estables. De acuerdo con Bowlby(1980), la continuidad del estilo de apego es debida principalmente a la per-sistencia de los modelos mentales del s mismo y los otros, componentes fun-damentales de la personalidad. Estos modelos tienden a mantener su estabi-lidad porque se desarrollan y operan en el contexto de un entorno familiarrelativamente estable. Adems, como las formas de pensamiento que incor-poran los modelos pasan a ser habituales y automticas a lo largo del tiem-po, los modelos llegan a operar en gran parte fuera de la conciencia, hacin-dose as ms resistentes al cambio.

    Tambin se ha sugerido la posibilidad de que los modelos del apego ten-gan un carcter autocumplidor porque las acciones que tienen su origen enestos modelos tienden a producir consecuencias que los refuerzan. Por ejem-plo, afrontar nuevos contactos sociales con una actitud defensiva incrementalas posibilidades de rechazo, lo cual a su vez refuerza la inseguridad (Douglas& Atwell, 1988). Sroufe (1988; Sroufe & Fleeson, 1986) va ms all sugirien-do que, al establecer nuevas relaciones, los nios buscan en realidad recrearlos roles y los patrones de interaccin que han aprendido en el contexto de susrelaciones tempranas, incluso si esas relaciones eran abusivas o destructivas.

    Por otro lado, los tericos del apego reconocen que la conducta de apegoy los modelos internos no pueden entenderse como algo que queda fijado enla primera infancia y que no cambia a lo largo de la vida. Bowlby (1980)plantea varios aspectos relevantes para el cambio en los patrones de apego.En primer lugar, sugiere que los patrones de apego difieren en su estabilidaden funcin del grado de insatisfaccin que despiertan en cada persona. Ensegundo lugar, reconoce que los patrones de apego (incluso aquellos quemuestran seales de estabilidad en un principio) pueden cambiar en funcinde acontecimientos que alteren la conducta de cualquiera de los individuosque formen parte de la relacin de apego. Por ltimo, destaca que los mode-los internos en s mismos estn sujetos al cambio; cuando la falta de encajeentre los intercambios sociales y los modelos activos correspondientes se hace

    APEGOS EN LA INFANCIA Y MS ADELANTE 29

  • tan grande que los modelos dejan de ser eficaces, el individuo empieza el pro-ceso de acomodar los modelos a la realidad.

    La extensin temporal de la continuidad de la conducta de apego es untema que sigue despertando controversia. Las evidencias empricas sugierenque las clasificaciones del apego infantil basadas en el sistema de Ainsworth(1979) muestran una estabilidad razonable a lo largo del tiempo. En concre-to, la mayora de los nios evaluados a los 12 meses de edad que volvierona ser evaluados a los 18 meses fueron incluidos en la misma categora enambas evaluaciones (por ejemplo: Goossens, Van Ijzendoorn, Tavecchio &Kroonenberg, 1986; Waters, 1978).

    Por otra parte, un nmero creciente de estudios longitudinales proporcio-na pruebas de la continuidad del estilo de apego de la primera infancia a lolargo de los primeros aos de escolarizacin. Main et al. (1985) sostienen quela seguridad del apego a los 12 meses, evaluada con la tcnica de la situacinextraa, predice una serie de aspectos de la organizacin del apego a los 6aos de edad, incluyendo la conducta de reunin, la fluidez del discurso enla dada hijo-padre y las respuestas emocionales a las separaciones imagina-das. Yendo an ms all, Sroufe (1988) seala que la clasificacin tempranadel apego est relacionada con descripciones independientes, elaboradas condatos observacionales de tipo Q, de la ansiedad-seguridad y la competenciafrente a los iguales de nios en su tercer curso escolar.

    Al mismo tiempo, estos estudios son complementados por investigacionessobre los correlatos del cambio en el estilo de apego y en los modelos inter-nos. Estudios longitudinales llevados a cabo en familias con dificultadessocioeconmicas sugieren que el cambio en el estilo de apego entre la prime-ra infancia y la niez est relacionado con las circunstancias familiares; enconcreto, las familias de nios que pasan de tener un apego seguro a tenerloinseguro se caracterizan por una ansiedad vital ms severa, y el cambio deun apego inseguro a uno seguro suele estar relacionado con la disponibilidadde un cuidador adicional (Egeland & Sroufe, 1981; Vaughn, Egeland, Sroufe& Waters, 1979). De un modo parecido, Lamb, Thompson, Gardner,Charnov y Estes (1985) ponen de manifiesto que la estabilidad temporal delapego slo es alta cuando hay estabilidad en las circunstancias de cuidado dela familia; esta conclusin es congruente con las ideas de Bowlby (1980)sobre la continuidad y el cambio de la conducta de apego.

    Se ha sugerido que es ms probable que se d una revisin de los mode-los internos en el contexto de otras relaciones; es decir, que el establecimien-to de nuevas relaciones ofrece la oportunidad de modificar modelos basadosen anteriores experiencias negativas (Buhrmester & Furman, 1986; Ricks,1985; Sroufe & Fleeson, 1986). La revisin de los modelos mentales podra

    APEGO ADULTO30

  • verse tambin facilitada por aspectos relacionados con el desarrollo de cadaindividuo. Con el advenimiento de las operaciones formales, por ejemplo, elindividuo es capaz de reflexionar sobre aspectos relacionados con el apego deun modo que no est limitado por sus propias experiencias concretas. Estaafirmacin est apoyada por material obtenido en entrevistas en las que indi-viduos adultos describen su relacin con sus padres en su primera infancia yen perodos posteriores de su vida y la influencia que estas experiencias hantenido en sus personalidades adultas (Main et al., 1985).

    Seran necesarias ms investigaciones sobre la continuidad de la conductade apego a lo largo de toda la vida y sobre los factores que promueven el cam-bio. Sin embargo, es importante tener presente que la teora del apego no sebasa en la suposicin de que los patrones de apego sean extremadamente esta-bles; sino que ms bien propone una relacin entre la interaccin de cuidado yla calidad del apego, que implicara que esta ltima sera sensible a las circuns-tancias que influyen en la extensin o el tipo de interaccin (Lamb et al., 1985).

    Validez predictiva de las clasificaciones del apego

    Los investigadores del apego han investigado la relacin entre la clasifica-cin temprana del apego (que suele estar basada en la tcnica de la situacinextraa) y varios ndices de funcionamiento. Aunque una presentacin deta-llada de estos trabajos est ms all del alcance de este libro, puede ser tilresumir los hallazgos concernientes a la validez predictiva de los patronestempranos de apego.

    Se han observado correlaciones significativas entre las clasificaciones tem-pranas del estilo de apego (hechas habitualmente entre los 12 y los 18 mesesde edad) y una serie de medidas dependientes extradas bien simultneamen-te o bien en etapas posteriores de la primera y segunda infancia. Por ejemplo,el apego seguro se ha relacionado con el juego exploratorio (Hazen & Durrett,1982), con mayores perodos de mantenimiento de la atencin y un mayorafecto positivo en el juego libre (Main, 1983), con la resolucin autnoma deproblemas (Matas, Arend & Sroufe, 1978), con la sociabilidad con adultos des-conocidos (Main & Weston, 1981; Thompson & Lamb, 1983), con la comu-nicacin abierta y eficaz entre hijos y padres (Main, Tomasini & Tolan, 1979;Matas et al., 1978), con niveles bajos de distraccin y poca necesidad de dis-ciplina (Bus & Van Ijzendoorn, 1988), y con interacciones ms frecuentes y untono ms positivo en el juego social (Roggman et al., 1987).

    Adems, la validez predictiva de las clasificaciones del apego infantil estapoyada por estudios longitudinales del desarrollo social y emocional a lo lar-

    APEGOS EN LA INFANCIA Y MS ADELANTE 31

  • go de los aos preescolares y los primeros aos de escolarizacin. El apegoseguro se ha relacionado con aspectos del funcionamiento social en la etapapreescolar que incluyen el afecto positivo, la empata y la docilidad (Main &Weston, 1981; Sroufe et al., 1984; Waters, Wippman & Sroufe, 1979), conamistades ms positivas a los 5 aos (Youngblade & Belsky, 1992), y conexpresiones ms fciles y coherentes del afecto entre padres e hijos a los 6aos (Main et al., 1985).

    La validez predictiva de la clasificacin del apego en las categoras evita-tivo versus resistente no est tan clara, siendo ms pequeas y menos fre-cuentes las diferencias en el funcionamiento social y emocional de los dosprincipales tipos de apego inseguro. Erickson, Sroufe y Egeland (1985) obser-varon, sin embargo, que los nios evitativos y resistentes (segn la clasifica-cin infantil) en edad preescolar muestran diferencias tericamente significa-tivas en medidas conductuales y de cuestionario. En concreto, los nios evi-tativos obtienen puntuaciones altas en hostilidad y en rebelda, mientras quelos nios ansioso-resistentes se caracterizan por puntuaciones bajas en ins-trumentalidad y altas en distractibilidad.

    En resumen, hay evidencias significativas de que la clasificacin del ape-go infantil est relacionada con el funcionamiento social y emocional en laprimera y segunda infancia; habiendo un cuerpo creciente de investigacioneslongitudinales que extiende la confirmacin de su validez predictiva de la pri-mera infancia a los primeros aos escolares. Sin embargo, se han formuladoalgunas crticas a gran parte de las investigaciones realizadas en este campo(Lamb, 1987). En primer lugar, las evidencias relacionadas con el vnculoentre el tipo de apego y el funcionamiento posterior son equvocas en algu-nas medidas de resultados (las medidas de la competencia y sociabilidadexploratoria arrojan fuertes resultados, mientras que las evidencias referentesal desarrollo cognitivo son ms dbiles). En segundo lugar, son tambin pro-blemticas las limitaciones en la discriminabilidad de los dos tipos de apegoinseguro. En tercer lugar, gran parte de las investigaciones han partido de labase de hiptesis vagas, que han establecido simplemente que los nios segu-ros muestran una mejor adaptacin y ejecucin al ser evaluados con mlti-ples medidas. Por ltimo, los problemas metodolgicos generan a veces pro-blemas de interpretacin; por ejemplo, muchos estudios que sostienen queevalan las implicaciones del apego en la ejecucin no miden correctamentelos dos constructos (apego y ejecucin) en ambas ocasiones, al no tener encuenta las inferencias sobre la direccin de sus efectos (Lamb, 1987).

    Habra que sealar brevemente que la validez predictiva de los patronesde apego tambin ha sido evaluada por estudios que investigan las implica-ciones clnicas del apego. Estos estudios proporcionan un apoyo emprico a

    APEGO ADULTO32

  • la asociacin entre la inseguridad del apego temprano y posteriores proble-mas de conducta (Greenberg & Speltz, 1988; Lyons-Ruth, Alpern &Repacholi, 1993). Sin embargo, est claro que esta asociacin no es perfecta;los resultados invalidantes obtenidos por algunos investigadores (por ejem-plo, Bates & Bayles, 1988) sealan lmites en la solidez de la asociacin, yhabra muchos factores que podran mediar en la influencia del apego tem-prano en el curso del desarrollo posterior (Belsky & Nezworski, 1988).

    Aplicacin de la teora del apego a las relaciones cercanas adultas

    La teora del apego de Bowlby (1979) se centra principalmente en los vn-culos establecidos entre los nios y sus cuidadores. A pesar de ello, como hansealado los investigadores del apego adulto, Bowlby sostiene que el sistemade apego desempea un papel fundamental a lo largo del ciclo vital y que laconducta de apego es propia de los seres humanos desde que nacen hastaque mueren (p. 129). De acuerdo con esta opinin, Morris (1982) argu-menta que, debido a la primaca y profundidad de la relacin temprana deapego entre nio y cuidador, es probable que este vnculo sirva como proto-tipo para las posteriores relaciones de intimidad. Morris seala adems lossorprendentes paralelismos existentes entre el apego ansioso y la mala elec-cin de parejas sentimentales y el matrimonio disfuncional.

    La idea de que los principios del apego se extienden ms all de la niezy la primera infancia recibe tambin apoyos de los trabajos tericos que secentran en la definicin y descripcin de las relaciones de apego. Ainsworth(1989), por ejemplo, propone criterios para la definicin de relaciones de ape-go a lo largo de toda la vida. Concretamente, sugiere que las relaciones deapego son un tipo particular de vnculo afectivo; es decir, son lazos de unaduracin relativamente larga caracterizados por el deseo de mantener la cer-cana con un compaero que se ve como un individuo nico no intercam-biable con ningn otro. Los rasgos distintivos del apego, en comparacin conotros vnculos afectivos, son que el individuo obtiene o busca la cercana enla relacin y, si la encuentra, sta despierta en l sensaciones de consuelo yseguridad. Hay que destacar que los aspectos fundamentales de este anlisisde las relaciones de apego son el mantenimiento de la cercana y la seguridadsentida, lo cual es congruente con las ideas de Bowlby (1979) sobre los obje-tivos de la conducta de apego.

    De manera parecida, Weiss (1982, 1986, 1991) argumenta que los rasgoscentrales del apego hijo-madre, tal y como Bowlby (1979) los describe, sugie-ren tres criterios de apego: en primer lugar, el deseo de la persona de estar

    APEGOS EN LA INFANCIA Y MS ADELANTE 33

  • con la figura de apego, especialmente cuando se encuentra sometida a con-diciones estresantes (bsqueda de proximidad); en segundo lugar, la obten-cin de consuelo y seguridad de la figura de apego por parte de l o ella (basesegura); y en tercer lugar, la protesta de l o ella cuando la figura de apegono est disponible o amenaza con no estarlo (protesta de separacin). De nue-vo, este anlisis de los vnculos del apego se basa directamente en los traba-jos de Bowlby; la descripcin de Weiss de la bsqueda de proximidad inclu-ye la nocin de refugio seguro (acudiendo la persona a la figura de apego enbsqueda de consuelo en momentos de ansiedad) y los investigadores delapego suelen considerar que la protesta caracterstica de separacin estincluida dentro de la etiqueta ms amplia de bsqueda de proximidad.

    En sus ltimos trabajos, Weiss (1991) identifica otras propiedades funda-mentales de los apegos infantiles. stas podran resumirse de la siguientemanera: la elicitacin por amenaza (cuando los nios se sienten amenazados,buscan a las figuras de apego como fuentes de seguridad); la especificidad dela figura de apego (una vez que se ha establecido un apego hacia una figura enparticular, la proximidad de esa figura proporciona una seguridad que no seobtiene con las dems); la inaccesibilidad al control consciente (los sentimien-tos de apego no desaparecen aunque la persona sea consciente de que la figu-ra de apego no est disponible); la persistencia (la conducta de apego no sehabita y persiste an en ausencia de refuerzos) y la insensibilidad a la expe-riencia con la figura de apego (la seguridad est vinculada a la proximidad a lafigura de apego, incluso aunque esa figura sea negligente o abusadora).

    Basndose en sus anlisis de los criterios de las relaciones de apego,Ainsworth (1979) y Weiss (1991) concluyen que es vlido considerar quealgunas relaciones adultas son relaciones de apego. Las relaciones entre adul-tos y sus padres y entre pacientes y terapeutas es probable que presenten laspropiedades de los vnculos de apego; y algunas amistades pueden funcionarde la misma manera (Weiss, 1991). Weiss seala especialmente que los crite-rios de las relaciones de apego se cumplen en la mayora de las relacionesmatrimoniales y de noviazgo; de forma parecida, Ainsworth seala la rela-cin con la pareja sexual como un ejemplo bsico de apego adulto. Estosargumentos se encuentran en los fundamentos de los estudios empricossobre el apego adulto.

    Resumen

    Hasta hace poco, la teora del apego se centraba en los vnculos entre losnios y sus cuidadores primarios. Las influencias fundamentales en este cam-po han sido las del trabajo fundacional de Bowlby (1969, 1973, 1980) sobre

    APEGO ADULTO34

  • el apego y la prdida, que estudiaba los procesos mediante los cuales se esta-blecen y se rompen los vnculos nio-cuidador, y las de los estudios obser-vacionales de Ainsworth (1979) sobre los patrones del apego adulto.Investigaciones posteriores han aportado pruebas considerables sobre elpapel de la sensibilidad y receptividad del adulto en el desarrollo del apegoseguro; aunque la cuestin de hasta qu punto los patrones de apego infantilson estables sigue siendo materia de debate. La aplicacin de los principiosdel apego ms all de la primera infancia y la niez est apoyada por recien-tes anlisis tericos de los criterios definidores de las relaciones de apego.Estos anlisis establecieron las bases para los primeros estudios empricos delapego adulto, que se exponen en el siguiente captulo.

    APEGOS EN LA INFANCIA Y MS ADELANTE 35

  • Como hemos visto en el captulo anterior, los trabajos tericos publicadosa lo largo de la pasada dcada (Ainsworth, 1989; Weiss, 1982; 1986; 1991)sostienen que las relaciones de apego mantienen su importancia a lo largo detoda la vida. Sin embargo, la perspectiva del apego que estudia las relacionesadultas de pareja no pudo establecerse sobre una base slida hasta que Hazany Shaver (1987; Shaver & Hazan, 1988; Shaver, Hazan & Bradshaw, 1988)publicaron sus estudios pioneros sobre las relaciones amorosas.

    Hazan y Shaver (1987; Shaver & Hazan, 1988; Shaver, Hazan & Bradshaw,1988) presentan un anlisis terico del amor y el apego integrndolo con nue-vos datos empricos. Su principal premisa es que el amor de pareja puedeconceptualizarse como un proceso de apego. Segn este punto de vista, lasrelaciones entre amantes y esposos son relaciones de apego, tal y como lasdescribi Bowlby (1969, 1973, 1980), es decir, estas relaciones son vnculosafectivos duraderos caracterizados por complejas dinmicas emocionales. Ylo que es ms, el amor de pareja tiene unas bases y funciones biolgicas querepercuten en la salud de los padres y en los cuidados que stos proporcio-nan a su descendencia.

    Siguiendo los principios bsicos de la teora del apego, Hazan y Shaver(1987; Shaver & Hazan & Bradshaw, 1988) sugieren que las diferencias en laexperiencia social temprana generan diferencias relativamente duraderas enlos estilos relacionales. De este modo, el amor de pareja puede adoptar for-mas diferentes en funcin de la historia de apego de cada individuo. Ms con-

    Primeros estudios empricos del apego adulto2

  • cretamente, Hazan y Shaver sostienen que los tres principales estilos de ape-go descritos en los estudios sobre la infancia (seguro, evitativo y ansioso-ambivalente) se ponen de manifiesto en el amor de pareja adulto.

    Anlisis terico del amor como apego

    El anlisis terico que Hazan y Shaver (Shaver & Hazan, 1988) hacen delamor de pareja abarca cuatro temas fundamentales: la naturaleza del amorcomo emocin, la relacin entre amor y apego, el concepto de amor comointegracin de sistemas conductuales y la comparacin de la perspectiva delapego con las anteriores conceptualizaciones del amor. Hablaremos breve-mente de cada uno de estos aspectos, que constituyen las bases de los estu-dios empricos de Hazan y Shaver sobre el apego adulto.

    El amor como emocin

    Describir el amor de pareja como una emocin no implica decir que elamor no es ms que un sentimiento. Una emocin es un patrn complejode tendencias de valoracin y de accin (Campos & Barrett, 1984; Frijda,1986). Para cada emocin bsica, hay una serie de elicitadores o anteceden-tes tpicos y una serie de respuestas tpicas correspondientes.

    En el caso del amor de pareja, los posibles elicitadores incluyen la fami-liaridad con el otro, que el otro satisfaga las propias necesidades y que estarcon el otro nos inspire confianza (ver figura 2.1). Las posibles reaccionesincluyen sentimientos de seguridad y confianza en uno mismo, la voluntad

    APEGO ADULTO38

    Figura 2.1. El amor como emocin: elicitadores y reacciones

    FUENTE: Shaver y Hazan (1988).

    POSIBLESELICITADORES

    POSIBLESREACCIONES

    Familiaridad

    El otro satisface laspropias necesidades

    El otro inspira seguridady confianza

    Sentirse seguro, confiadoseguro de uno mismo

    Desear lo mejor para elotro, querer entregarse alotro

    Desear la cercana fsicadel otro

  • de entregarse a la otra persona y el deseo de su cercana fsica (Shaver &Hazan, 1988). Estas reacciones propuestas a la emocin del amor (sensacinde seguridad, mantenimiento de la proximidad) encajan con los objetivos dela conducta de apego, tal y como fueron definidos por Bowlby (1969, 1973,1980; ver captulo 1 de este volumen).

    Relacin entre amor y apego

    Proponiendo la existencia de una relacin entre el apego infantil y el amorde pareja adulto, Shaver y Hazan (1988; Shaver et al., 1988) tabularon unaserie de rasgos que muestran intensos paralelismos entre los dos tipos de rela-ciones. Las similitudes conductuales y emocionales incluyen el contacto ocu-lar, la frecuencia de sonrisas y abrazos, el deseo de compartir descubrimien-tos y reacciones con el otro, una intensa empata, etctera.

    Tambin hay grandes paralelismos entre los apegos nio-cuidador y elamor de pareja en trminos de dinmica relacional. En los dos casos, si lafigura de apego est disponible y es receptiva, el individuo se siente seguro;y si la figura de apego no est disponible, el individuo hace seales o se acer-ca hasta que se restablece la sensacin de seguridad (ver la representacin delsistema de apego de la figura 1.1).

    Los paralelismos entre las caractersticas de los apegos infantiles y las delamor de pareja sugieren que estos dos tipos de relaciones podran ser varian-tes de un nico proceso subyacente (Shaver et al., 1988). Este anlisis teri-co, aunque ms detallado, es parecido en su enfoque al trabajo de Weiss(1982, 1986, 1991) y Ainsworth (1989), que estudiaron la aplicabilidad de loscriterios del apego a las relaciones adultas.

    El amor como integracin de sistemas conductuales

    A pesar del nfasis que ponen en las similitudes entre los apegos infanti-les y adultos, Shaver y Hazan (1988) reconocen sin lugar a dudas que estosdos tipos de vnculos difieren en aspectos fundamentales. Concretamente, elamor de pareja (o al menos el amor de pareja prototpico) se caracteriza porel cuidado recproco, en el cual cada miembro de la pareja intercambia lospapeles de origen y destino de los cuidados (fsicos, emocionales y materia-les) en funcin de las necesidades y circunstancias. Esto contrasta con la granasimetra de las relaciones nio-cuidador, como el propio trmino cuidadorimplica. Adems, el amor de pareja adulto implica prcticamente siempre uncomponente de sexualidad, mientras que los nios tienen una capacidad derespuesta sexual muy limitada.

    PRIMEROS ESTUDIOS EMPRICOS DEL APEGO ADULTO 39

  • Por lo tanto, Shaver y Hazan (1988) creen que el amor de pareja implicala integracin de tres sistemas conductuales: el apego, el cuidado, y la sexua-lidad. Como ya hemos visto, Bowlby (1969, 1973, 1980) sostiene la existen-cia de una serie de sistemas conductuales entrelazados (entre los cuales seencuentran el apego, el cuidado y el apareamiento sexual) que tienen la fun-cin de asegurar la supervivencia de la especie. Estos sistemas podran dife-rir en importancia a lo largo del ciclo vital de una relacin; por ejemplo, laatraccin sexual y la pasin tienden a ser especialmente intensas en las pri-meras fases; y tambin podran diferir en importancia en diferentes relacio-nes amorosas (Shaver & Hazan, 1988; Shaver et al., 1988). De los tres siste-mas, se cree que el fundamental es el sistema de apego: ste es el primero queaparece en el curso del desarrollo del individuo y juega un papel capital enla formacin de los modelos mentales del s mismo y de los dems, siendopor lo tanto el que establece las bases para el desarrollo de los otros sistemas.

    Comparacin de la perspectiva del apego con las anteriores conceptualizacionesdel amor

    En un intento por integrar las teoras sobre el amor, Shaver y Hazan(1988) comparan la perspectiva del apego con tres conceptualizaciones ante-riores: las teoras del amor ansioso, las teoras que trazaban los componen-tes del amor, y la teora de los estilos de amor. El objetivo que persigue elanlisis de Shaver y Hazan es demostrar que, en comparacin con las expli-caciones anteriores, la perspectiva del apego ofrece un enfoque ms global yuna mejor base terica para el estudio del amor.

    Amor ansioso. Las teoras del amor ansioso, como su propio nombre indi-ca, se centran en el amor marcado por la ansiedad, los celos, las obsesionesy el miedo al abandono. Diversos investigadores y escritores han acuadovarios nombres para el amor ansioso, como amorenfermo (Hindy & Schwartz,1985; Money, 1980), limerencia (Tennov, 1979), y amor desesperado (Sperling,1985). Shaver y Hazan creen que estas formas de amor son equivalentes alestilo ansioso-ambivalente de apego.

    Si ste fuera el caso, estos autores habran tendido a poner demasiadonfasis en el amor ansioso a expensas de otros estilos relacionales; insistenciaque podra atribuirse a la naturaleza teatral de las descripciones del amoransioso. Una crtica igual de importante a los estudios sobre el amor ansiosoes que han sido ampliamente atericos; concretamente, no se han esforzadopor explicar los orgenes de este tipo de amor. La teora del apego, por su par-te, hipotetiza que el estilo relacional ansioso-ambivalente se desarrolla comorespuesta a una crianza caracterizada por la inconsistencia o la intrusividad

    APEGO ADULTO40

  • (aunque algunos individuos seguros tambin podran presentar caractersti-cas de este amor ansioso durante las primeras fases, ms inciertas, de la atrac-cin amorosa; Shaver & Hazan, 1988).

    Teoras componenciales del amor. Como ejemplo de las teoras que perfilan loscomponentes del amor, Shaver y Hazan (1988) se centran en la teora trian-gular del amor de Sternberg (1986). Segn esta teora, el amor puede descri-birse en trminos de tres componentes: intimidad (sensacin de cercana yconexin), pasin (impulsos que provocan la atraccin fsica y sexual), y deci-sin-compromiso (la decisin a corto plazo de que uno ama al otro y el com-promiso a largo plazo de mantener ese amor).

    La analoga del tringulo parte de la idea de que los tres componentes delamor forman los vrtices de un tringulo. Del mismo modo que tringulosdiferentes tienen ngulos diferentes, tipos diferentes de amor implican pesosdiferentes de los tres componentes (en otras palabras, la importancia relativade los tres componentes vara en cada relacin amorosa). Por ejemplo,Sternberg cree que el amor entre amigos implica un nfasis en la intimidad yel compromiso, pero no en la pasin. Adems, dentro de una misma relacinamorosa, la importancia relativa de los tres componentes podra cambiar a lolargo del tiempo, y estos cambios tambin pueden representarse utilizando laanaloga del tringulo.

    Segn Shaver y Hazan (1988), la teora triangular del amor representa unavance frente a las teoras del amor ansioso al ofrecer una visin ms com-pleja de la naturaleza y el desarrollo de las relaciones amorosas. Sin embar-go, no deja de estar abierta a ciertas crticas que se centran en la eleccin delos componentes (por ejemplo, se presta poca atencin al papel del cuidadoren el amor) y en la ausencia de una explicacin de los orgenes de las dife-rentes formas de amor.

    Estilos de amor. Por ltimo, Shaver y Hazan (1988) comparan la perspecti-va del apego con la teora de Lee (1973, 1988) sobre los estilos de amor. Apartir del estudio de descripciones detalladas de entrevistas sobre relacionesamorosas adultas, Lee propone una tipologa del amor basada en la analogacon un crculo de color. Segn esta tipologa, hay tres estilos primarios ytres estilos secundarios de amor (ver figura 2.2). Los tres estilos primarios soneros (el amor de pareja y pasional), ludus (el amor como entretenimiento) ystorge (el amor entre amigos). Estos estilos primarios se combinan para formarlos estilos secundarios, o compuestos: mania (amor posesivo y dependiente;fusin de eros y ludus); pragma (amor lgico, de la lista de la compra; fusinde ludus y storge) y agape (amor desinteresado y entregado; fusin de storge yeros). La nocin de compuestos implica que los nuevos estilos tienen propie-dades bastante diferentes de las de cada uno de los elementos que los com-

    PRIMEROS ESTUDIOS EMPRICOS DEL APEGO ADULTO 41

  • ponen. Aunque los estilos primarios tambin pueden combinarse formandomezclas (por ejemplo, storge-eros) en las que sigan presentes las propiedades desus componentes.

    Quizs el aspecto ms problemtico de esta teora del amor sea la analo-ga de los compuestos; por ejemplo, resulta difcil justificar que mana sea unacombinacin de eros y ludus cuando no muestra ninguna de las propiedadesde estos estilos primarios. A nivel ms general, Shaver y Hazan (1988) creenque la tipologa que describe la teora de los estilos de amor puede reducirseen esencia a los tres estilos bsicos de apego. Segn este anlisis, el apegoseguro equivaldra a una combinacin de eros y gape, el apego evitativo equi-valdra a ludus, y el apego ansioso-ambivalente a mana; los restantes estilos deamor (pragma y storge) se considera que son formas de amor de pareja.Estudiamos las evidencias empricas a favor de estas afirmaciones ms ade-lante en este captulo.

    Ventajas de la perspectiva del apego. Shaver y Hazan (1988) sealan impor-tantes ventajas de la teora del apego que tambin reconocen otros autores(por ejemplo, Clark & Reis, 1988). Sus tres contribuciones ms importantesson las siguientes. En primer lugar, el marco conceptual del apego aporta unpunto de vista sobre el desarrollo: sostiene que las diferencias en las tenden-cias del amor de pareja tienen su origen en las experiencias sociales tempra-nas, y los procesos mediadores que implican modelos mentales del apegopueden explicar tanto la continuidad como la posibilidad de cambio en lospatrones relacionales tempranos. De este modo, no ve el amor de pareja

    APEGO ADULTO42

    Figura 2.2. Tipologa de los estilos amorosos

    FUENTE: Lee (1973).

    LUDUS LUDUS

    STORGEEROS STORGE

    GAPE

    LOS SECUNDARIOS I: COMPUESTOSLOS PRIMARIOS

    MANA PRAGMA

    EROS

  • como un fenmeno aislado, sino como una parte integrante del vnculo afec-tivo humano. En segundo lugar, la teora es lo suficientemente amplia paraenglobar una serie de aspectos relacionales como el amor, la ansiedad, la sole-dad y la prdida. Es decir, la teora del apego engloba aspectos relacionadoscon la experiencia del amor; incluyendo el efecto de las relaciones amorosasen otras relaciones personales y en los proyectos laborales, y los efectos de laseparacin y la prdida. En tercer lugar, la perspectiva del apego permiteexplicar formas sanas y disfuncionales de amor utilizando los mismos princi-pios generales; cree que las diversas formas de amor se han originado comoadaptaciones predecibles a circunstancias sociales especficas.

    Los primeros estudios empricos del amor como apego

    Los primeros apoyos empricos de la perspectiva del apego sobre el amorde pareja fueron dos estudios realizados con muestras de adultos a partir demedidas de cuestionario (Hazan & Shaver, 1987) que estudiaron la asociacinentre el estilo de apego y aspectos relacionales de la infancia y la edad adul-ta. Para realizar estos estudios, Hazan y Shaver desarrollaron una medida deautoinforme de respuesta forzada para evaluar el estilo de apego adulto. Estamedida constaba de tres breves prrafos, cada uno de los cuales correspon-da a un estilo de apego, extrayndose el contenido de los tems a partir deextrapolaciones de la bibliografa del apego infantil (ver tabla 2.1). A los suje-tos se les peda que escogieran el prrafo que mejor describiera sus vivenciasen sus relaciones cercanas.

    Tabla 2.1 Medida de respuesta forzada del estilo de apego

    Pregunta: cul de los siguientes prrafos describe mejor sus sentimientos?

    Seguro: me resulta relativamente fcil intimar con los dems y estoy cmodo cuando dependo deellos y ellos dependen de m. No suelo preocuparme porque vayan a abandonarme o porque hayaintimado demasiado con alguien.

    Evitativo: estoy algo incmodo cuando intimo con otras personas; me resulta difcil confiar ple-namente en los dems, as como prestarme a depender de ellos por completo. Me pongo nervio-so cuando intimo demasiado con alguien, y mis parejas amorosas suelen querer que nuestra rela-cin sea ms ntima de lo que yo quiero.

    Ansioso-ambivalente: creo que los dems se resisten a intimar tanto como a m me gustara. Amenudo me preocupo por si mi pareja no me quiere o por si no quiere estar conmigo. Mi deseoes fundirme por completo con la otra persona, y ese deseo a veces asusta a los dems.

    FUENTE: Hazan y Shaver (1987).

    PRIMEROS ESTUDIOS EMPRICOS DEL APEGO ADULTO 43

  • La medida que utilizaron Hazan y Shaver (1987) para medir el estilo deapego fue exploratoria por necesidad; su objetivo, dada la informacin dis-ponible sobre las caractersticas de los nios seguros, evitativos y ansioso-ambivalentes, y dando por supuesta la continuidad esencial de los estilos deapego, era captar los principales rasgos que tipifican los tres tipos de aman-tes adultos. En esta medida, se describe a los sujetos seguros como personasque estn cmodas con la intimidad y que son capaces de confiar en losdems y depender de ellos. A los sujetos evitativos se les ve como personasque se sienten incmodas con la intimidad y a quienes no les gusta dependerde los dems. Los sujetos ansioso-ambivalentes seran personas que buscanniveles extremos de intimidad y temen que los abandonen o no los quieranlo suficiente.

    La medida se utiliz en dos estudios realizados con muestras adultas(Hazan & Shaver, 1987). La primera muestra era amplia (N= 620) y variada;estaba formada por personas que haban contestado a un test del amorpublicado en un peridico local; la segunda era una muestra de estudiantesuniversitarios. A los sujetos de ambas muestras tambin se les someti a eva-luaciones sobre sus actitudes generales en las relaciones de intimidad, y sobreexperiencias relacionales especficas dentro de su relacin amorosa msimportante.

    Los resultados de los dos estudios de Hazan y Shaver (1987) indican quelas frecuencias relativas de los tres estilos, segn la evaluacin hecha con lamedida de respuesta forzada, estn muy prximas a las observadas en losnios. Es decir, algo ms de la mitad de los sujetos se incluyeron a s mismosdentro de la categora de seguros (56% en cada muestra); y entre los restan-tes, el nmero de los que se definieron como evitativos fue ligeramentemayor (23% y 25% en las muestras 1 y 2 respectivamente) que el de los quese definieron como ansioso-ambivalentes (20% y 19% respectivamente).

    Adems, las personas que decan pertenecer a cada estilo diferente de ape-go mostraban diferencias en sus historias de apego (percepciones de las rela-ciones familiares tempranas), en la eleccin de los tems diseados para extra-er modelos mentales relativos a s mismas y a sus relaciones, y en las expe-riencias que relataban sobre sus relaciones amorosas. El patrn especfico dediferencias grupales en estas medidas, descrito ms adelante en la tabla 2.2,encaja con las predicciones basadas en la teora del apego.

    Comparados con personas que escogan descripciones pertenecientes aotros estilos de apego, los sujetos que elegan la descripcin segura decanhaber tenido unas relaciones ms intensas con sus padres y que la relacinde sus padres como pareja cuando ellos eran nios haba sido ms clida.

    APEGO ADULTO44

  • Crean de ellos mismos que eran fciles de conocer y que dudaban poco des mismos, y pensaban de los dems que en general suelen tener buenasintenciones. Tambin crean que el amor de pareja existe en la vida real y queno se desvanece con el tiempo. Decan que sus relaciones amorosas msimportantes haban sido relativamente felices, y se haban caracterizado porla amistad y la confianza.

    Los sujetos que escogan la descripcin evitativa tenan ms probabilida-des de percibir a sus madres como personas fras que tendan a rechazarles.Era ms probable que cuestionaran la naturaleza duradera del amor de pare-ja que los miembros de los otros grupos de apego. Sus experiencias amoro-sas ms importantes haban estado marcadas por el miedo a la intimidad ypor dificultades para aceptar sus parejas amorosas.

    Los sujetos que se describan a s mismos como personas ansioso-ambi-valentes tendan a decir que sus padres haban sido injustos. Crean que losdems no los entendan y tenan ms dudas sobre s mismos. Explicaban queles era fcil enamorarse pero que raramente encontraban un amor verdade-ro; tambin pensaban que haba pocas personas que estuvieran tan dispues-tas como ellos a comprometerse en una relacin a largo plazo. Sus relacionesamorosas ms importantes estaban marcadas por la obsesin y los celos, eldeseo de unin y reciprocidad, una fuerte atraccin sexual, y los extremosemocionales.

    Tabla 2.2 Diferencias en el estilo de apego segn las medidas de la historiade apego, los modelos mentales, y las experiencias amorosas

    Medida Seguro Evitativo Ansioso-ambivalente

    Historia Relaciones clidas Las madres se perciben Padres percibidos como de apego con ambos padres y como fras y con tendencia injustos

    entre los padres al rechazo

    Modelos mentales Fciles de conocer; El amor de pareja Dudas sobre s mismos;pocas dudas sobre s raramente dura; el amor incomprensin por partemismos; los dems suelen pierde intensidad de los dems; es fcil tener buenas intenciones; el enamorarse, pero el amoramor de pareja es duradero verdadero es difcil de

    encontrar; los dems noquieren comprometerse

    Experiencias amorosas Felicidad; Miedo a la intimidad; Obsesin y celos; deseoamistad; dificultad para aceptar de unin y reciprocidad;confianza a la pareja fuerte atraccin sexual;

    extremos emocionales

    PRIMEROS ESTUDIOS EMPRICOS DEL APEGO ADULTO 45

  • Cuando dieron a conocer estos resultados, Hazan y Shaver (1987) sea-laron una serie de limitaciones de sus primeros estudios empricos. Debido alas limitaciones, por ejemplo, en la obtencin de los datos, muchas de lasmedidas eran breves e implicaban alternativas de respuesta muy sencillas. Ylo que es ms importante, a los sujetos se les peda que describieran su expe-riencia en una sola relacin de pareja. De ah que se pusiera el acento en lascualidades de la relacin que diferenciaban a los tres grupos de apego.Aunque podra interpretarse que este inters por las diferencias individualesimplica un punto de vista sobre el estilo de apego que lo entendera como untipo de rasgo, Hazan y Shaver reconocen que es probable que las caracters-ticas de la relacin no slo estn influenciadas por el estilo de apego del indi-viduo, sino tambin por factores propios de parejas y circunstancias parti-culares (p. 521).

    En un intento de explicar la naturaleza y el funcionamiento del amor depareja, Hazan y Shaver (1987) proporcionan una explicacin normativa delas relaciones amorosas; es decir, una explicacin de los procesos tpicos delapego adulto en las relaciones de pareja. Otra contribucin importante de sutrabajo es que establece los fundamentos para la comprensin de las diferen-cias individuales en los estilos relacionales adultos. Su conceptualizacin delos estilos de apego posibilit la construccin de un puente entre la teora delapego infantil y las teoras del amor de pareja y gener un intenso intersentre los investigadores de las relaciones adultas.

    Primeros estudios sobre el apego adulto: rplicas y ampliaciones del tra-bajo de Hazan y Shaver

    Las primeras publicaciones de Hazan y Shaver (1987; Shaver & Hazan,1988) fueron rpidamente seguidas por una serie de estudios que describanrplicas y ampliaciones de sus hallazgos. La mayor parte de estos primerosestudios sobre el apego adulto intentaban corregir las limitaciones sealadaspor Hazan y Shaver mejorando su conceptualizacin y medidas; estudiaremosestos avances ms detalladamente en el siguiente captulo. En el resto de l,nos centraremos en cmo estos primeros estudios constituyeron en general unapoyo a la perspectiva del apego en el amor de pareja, bien replicando loshallazgos de Hazan y Shaver, o bien respaldando conceptos tericos relacio-nados. Los estudios que comentaremos estn basados en la teora, ya quemanejan conceptos claves para la teora del apego, pero la mayora de estostrabajos son de carcter descriptivo, centrndose los investigadores en aclararlas caractersticas del amor de pareja tal y como lo experimentan los diferen-

    APEGO ADULTO46

  • tes grupos de apego. De todos modos, como sealaremos, cada uno de estosestudios ha hecho alguna contribucin particular a este rea de investigacin.

    Integracin de las teoras del amor

    La principal caracterstica de los dos primeros estudios que comentaremoses que se centran en la integracin de las teoras del amor. Shaver y Hazan(1988) haban sugerido que las anteriores conceptualizaciones del amor (lasteoras del amor ansioso, las teoras componenciales del amor y la teora delos estilos amorosos) podan integrarse en la perspectiva del apego.

    Siguiendo esta propuesta, Levy y Davis (1988) evaluaron las interrelacio-nes entre las medidas del estilo de apego y los seis estilos amorosos descritospor Lee (1973, 1988). (Las escalas que miden estos estilos amorosos fuerondesarrolladas por Hendrick y Hendrick, 1986, y Hendrick, Hendrick, Foote& Slapion-Foote, 1984). Recordemos que segn Shaver y Hazan (1988) estatipologa de estilos amorosos debera poder reducirse a los tres principalesestilos de apego: el apego seguro equivaldra a una combinacin de eros y aga-pe, el apego evitativo equivaldra a ludus y el apego ansioso-ambivalente equi-valdra a mania.

    Empleando escalas de medida para evaluar cada estilo de apego (ver elcaptulo 3 de este volumen), Levy y Davis (1988) pusieron de manifiesto laexistencia de correlaciones moderadas entre varios estilos amorosos y estilosde apego, proporcionando un apoyo sustancial a la formulacin que hicieronHazan y Shaver (1988): el apego seguro mantena una correlacin