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« 24 HORAS PARA EL SEÑOR »Año Santo extraordinario de la

Misericordia.111 y 12 de Marzo del 2016

ÍNDICE GENERAL

PRESENTACIÓNINTRODUCCIÓNLECTIO DIVINA I

¿Quién está justificado ante Dios?El fariseo y el publicano, Lc 18,9-14 con Salmo 51 (50 )

LECTIO DIVINA IIUna compasión excesiva: El Padre misericordioso, Lc 15, 11-32

Biblia comentada por los Padres, con Salmo 32 (31)LECTIO DIVINA III

En busca de la oveja y la dracma perdidas y encontradas, Lc 15,1-7 con Salmo 23 (22)

LETIO DIVINA IVLo contrario a la misericordia: El rico anónimo y el pobre Lázaro, Lc 16, 19-31 con Salmo 41(40 )

CELEBRACIÓN PENITENCIAL CON EXAMEN DE CONCIENCIA SOBRE LAS OBRAS DE MISERICORDIA.

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BIBLIOGRAFÍA.

INTRODUCCIÓN

Nos es muy grato presentar este subsidio para la iniciativa propuesta por el Papa Francisco en la Carta apostólica Misericordiae vultus 17: « La iniciativa “24 horas para el Señor”, de celebrarse durante el viernes y sábado que anteceden el IV domingo de Cuaresma, se incremente en las Diócesis. Muchas personas están volviendo a acercarse al sacramento de la Reconciliación y entre ellas muchos jóvenes, quienes en una experiencia semejante suelen reencontrar el camino para volver al Señor, para vivir un momento de intensa oración y redescubrir el sentido de la propia vida. De nuevo ponemos convencidos en el centro el sacramento de la Reconciliación, porque nos permite experimentar en carne propia la grandeza de la misericordia. Será para cada penitente fuente de verdadera paz interior».

De este número descubrimos varios principios o criterios que deben inspirar esta práctica que se está afianzando en la Iglesia Universal, y, conviene tener presente nuestra propia realidad, sin perder de vista la esencia o finalidad de la iniciativa del Papa Francisco. Presentamos varios criterios de acción:1. Los días: se trata del Viernes y Sábado.2. Oportunidad para acercarse al Sacramento de la Reconciliación y tenerlo como

centro, no impide que se asocie con el Sacramento de la Eucaristía, culmen y fuente de la vida cristiana.

3. Con atención particular a los jóvenes.4. Facilitar el encontrar el camino de conversión.5. Momento de intensa oración... una forma sería darle primacía a la escucha de la

Palabra de Dios, mediante el ejercicio de la lectio divina.6. Que ayude a redescubrir el sentido de la propia vida.7. Se trata del Viernes y en muchas de nuestras comunidades parroquiales tenemos la adoración del Santísimo con la Adoración Nocturna o celebración penitencial por tratarse de la Cuaresma.8. El sábado, por la tarde, con las primeras vísperas ya es Domingo y muchas

comunidades tienen Misas de ceremonias. Conviene hacer una interpretación pastoral del sentido de las 24 horas, de las 18:00 a las 18.00 horas.

9. Conviene tener en cuenta la experiencia de otros años 2014 y 2015 en los que se ha tenido esta misma iniciativa.

10. Este subsidio ofrece una guía de cuatro esquemas que no sigue el orden estricto de la lectio divina, pero quiere servir a poner la inteligencia, el corazón, y, sobre todo loa vida, al servicio del Espíritu Santo, acentuando las parábolas de la Misericordia y una celebración penitencial con su examen de conciencia en torno a las obras de

misericordia, desde luego, con la libertad de acomodarse a los distintos destinatarios. Contemplamos a los adultos, jóvenes, adoradores y niños.

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I Lectio Divina¿Quién está justificado ante Dios?El FARISEO Y EL PUBLICANOLc 18,9-14

Del Evangelio según San Lucas 18,9-14

9 Y refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola:10 «Dos hombres subieron al Templo para orar; uno era fariseo y el otro, publicano.11 El fariseo, de pie, oraba así: "Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano.12 Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas".13 En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!".14 Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado».

AYUDA PARA LA REFLEXIÓN

¿Quién es justo ante Dios y cómo se es justificado? La parábola del fariseo y el publicano en el templo es narrada para reprochar la apropiación indebida de la justicia que lleva a juzgar y a despreciar a los demás. La parábola es colocada inmediatamente después de aquella sobre la oración, pero ahora la visión es más amplia, porque introduce la cuestión de la justicia entre Dios y los seres humanos. Con un fino entramado psicológico, el Jesús de Lucas se adentra, una vez más, en los meandros del corazón humano, valúa sus pensamientos y sentimientos que emergen de su interior.1

Comentario patrístico.

Presenta el retrato de un hombre cuya oración manifiesta la fe que Cristo espera encontrar cuando vuelva para juzgarnos (AGUSTÍN). El fariseo vanidoso, movido por su

1 PITTA ANTONIO, Las parábolas de la Misericordia. Jubileo de la Misericordia 2015-2016. PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PROMOCIÓN DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN. San Pablo. México 2015, 80

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orgullo y su arrogancia, acusa a los demás de aquello en lo que él es más culpable (Cirilo de Alejandría). Este fariseo es un ejemplo del peligro que entraña el orgullo para todos aquellos que sirven a Dios con vanidad (SAHDONA). En lugar de confesar su enfermedad a través de la saludable medicina del arrepentimiento, alardea de su salud comparándola con las dolencias de los demás (AGUSTÍN).

El publicano ni siquiera levanta sus ojos al cielo (actitud característica de los judíos en la oración), y golpea su pecho porque se siente indigno. La postura que adopta para orar denota humildad. Suplica misericordia, y recibe el perdón (CIRILO DE ALEJANDRÍA).

Al compararse con los demás, no pretende ser mejor. Más bien, sabe y confiesa que es el peor de todos. Siempre resulta más difícil confesar los propios pecados que las propias virtudes (EFRÉN DE NISIBI). El que pensaba que era rico en realidad era paupérrimo. La humildad salva al pecador. El principio del cambio radical actúa del siguiente modo: «el que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado» (BASILIO DE CESÁREA).

COMUNICAR AL MÉDICO LA ENFERMEDAD PROPIA, NO LA DE OTROS. Los hombres que no se olvidan de lo que son comprenden fácilmente cuán útil y

necesaria es la medicina de la penitencia. Está escrito: «Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes»2... Aquel fariseo no hallaba tanto gozo en su salud como en el compararla con las enfermedades ajenas. Dado que había venido al médico, le hubiera sido más útil mostrar, confesándolos, los males que le tenían enfermo a él, en lugar de ocultar sus heridas y osar gloriarse frente a las cicatrices ajenas. No es, pues, extraño que saliera más curado el publicano, que no tuvo reparos en mostrar lo que le dolía. AGUSTÍN, Sermón 351, l3.

LA HUMILDAD SALVA AL PECADOR. Aquel fariseo, insoportable y en extremo soberbio, no sólo vanagloriándose de sí

mismo sino también desacreditando ante Dios al publicano, perdió a causa de su soberbia la gloria de la justicia. Y el publicano bajó justificado, porque glorificó al Dios santo y ni siquiera se atrevía a alzar la mirada, sino que sólo suplicaba que le fuera propicio, acusándose a sí mismo golpeándose el pecho, sin buscar nada más que le perdonaran. Atiende y guárdate de seguir el ejemplo del grave castigo a causa de la soberbia. Por su gran soberbia lesionó la justicia, perdió la recompensa por su vanagloria; fue considerado menor que el humilde y pecador por haberse engrandecido comparándose con el otro, sin esperar el juicio de Dios, sino emitiendo el suyo propio. Por tu parte, tú no te exaltes nunca sobre nadie, aunque sea el mayor de los pecadores. Muchas veces la humildad salva al que cometió muchos y grandes pecados. BASILIO DE CESÁREA, Sobre la humildad 4.

2 1 P 5, 5; St 4, 6; Jb 22,3 PL 39, 1535: BAC 461, 173-174.4 PG 31, 533

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DEL SUBSIDIO DE LAS PARÁBOLAS DE LA MISERICORDIA.La parábola presenta una relación triangular: un fariseo, un cobrador de impuestos

y Dios a quien se dirigen. El tercer ángulo es tan importante como los otros dos: ambas oraciones comienzan con "Dios mío" (Lucas 18,11.12) y al final es justificado por Dios el cobrador y no el fariseo (Lucas 18,14). Sin embargo, lo contrastante son las actitudes y oraciones de los dos protagonistas. Ambos se dirigen al mismo Dios, pero tienen ideas y actitudes contrapuestas. El fariseo reza estando de pie, mientras el publicano no tiene el valor para levantar los ojos al cielo y se golpea el pecho. Todavía más contrastantes son los contenidos de sus oraciones: en el griego del Evangelio, el fariseo utiliza veintinueve palabras, mientras el publicano sólo usa seis.

El fariseo agradece a Dios porque no es como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros, ni como el publicano, quien ora quedándose atrás. Sutil y penetrante es la ironía acerca de la oración del fariseo: no tiene presente a los demás para encomendarlos a Dios, sino para despreciarlos y condenarlos, precisamente como los que se consideran justos y juzgan a los demás, mencionados antes de la parábola (Lucas 18,9). En el momento en que se considera impecable, el fariseo comete uno de los pecados más graves: sustituye a Dios en el condenar al prójimo.

Con una actitud penitencial, el cobrador se limita a decir: "Señor, apiádate de mí, pecador" (v. 13). Su plegaria dice lo esencial con pocas palabras: contiene el reconocimiento de su culpa y la petición de la expiación con vistas al perdón. Su plegaria penitencial es como la del salmo 79,9: "Socorro, Dios, salvador nuestro; ayúdanos en atención a tu glorioso Nombre".

Ha sido arrogante la actitud del fariseo; humilde la del cobrador. A pesar de su larga oración, el fariseo no ha sido justificado, mientras que ha sido suficiente la breve plegaria del cobrador para que regresara a su casa justificado. El cobrador no busca atenuantes del tipo: "Porque mi tarea es considerada impura, trato de sacar el menor provecho"; ni tampoco: "Tengo una familia qué sostener y no puedo cambiar de trabajo". Se presenta a Dios sobre todo con un corazón desnudo. Con una plegaria brevísima expresa lo que es agradable a Dios: el reconocimiento de la culpa, la expiación y la fe en su perdón. Reconocerse pecador ante Dios es la condición necesaria para estar justificados, de otra manera prevalece la arrogancia de quien se considera impecable.

La parábola del fariseo y el publicano consigna a cada persona una enorme paradoja: el pecador es justificado, mientras que eso no puede decirse del justo presuntuoso. Donde hay juicio sobre los demás, desaparece la justicia de Dios.

OREMOS Salmo 51(50)

Monición sálmica

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El salmo 50, con el que cada viernes empezamos la oración de la mañana, es, para la Iglesia, el salmo penitencial por excelencia. Este salmo fue redactado por Israel en tiempos del exilio o inmediatamente después del retorno de Babilonia, cuando el pueblo, que tenía muy vivo el sentimiento de que su propia culpabilidad fue la causa de los sufrimientos del destierro, quiere asumir, para expiarlas, todas las infidelidades de su propia historia, desde el pecado de David con Betsabé hasta aquellas otras culpas que originaron el destierro y la destrucción de la ciudad santa: Señor, líbrame de la sangre (la que derramó David a causa de sus malos deseos); Señor, reconstruye las murallas de Jerusalén (destruidas a causa de las infidelidades de los reyes de Judá y de su pueblo).Podemos rezar hoy el salmo 50 como lo rezó su autor, es decir, asumiendo, como Iglesia, los pecados de la comunidad cristiana de todos los tiempos e incluso los de la humanidad entera. Recordemos que somos en el mundo el cuerpo de Cristo y que también el Señor quiso hacerse él mismo pecado, para destruir en su cuerpo el pecado del hombre. En comunión con la iglesia pecadora y con toda la humanidad, imploremos, en este viernes de la muerte del Señor, el perdón de nuestros propios pecados y asumamos en nuestra oración, como lo hizo el Señor en su pasión, los pecados de todo el mundo, suplicando el perdón de Dios.

Salmo 51 (50 ) Misericordia, Dios mío

3 Misericordia, Dios mío, por tu bondad,por tu inmensa compasión borra mi culpa;

4 lava del todo mi delito,limpia mi pecado.

5 Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado:

6 contra ti, contra ti solo pequé,cometí la maldad que aborreces.En la sentencia tendrás razón,en el juicio resultarás inocente.

7 Mira, en la culpa nací,pecador me concibió mi madre.

8 Te gusta un corazón sincero,y en mi interior me inculcas sabiduría.

9 Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;lávame: quedaré más blanco que la nieve.

10 Hazme oír el gozo y la alegría,

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que se alegren los huesos quebrantados.

11 Aparta de mi pecado tu vista,borra en mí toda culpa.

12 Oh Dios, crea en mí un corazón puro,renuévame por dentro con espíritu firme;

13 no me arrojes lejos de tu rostro,no me quites tu santo espíritu.

14 Devuélveme la alegría de tu salvación,afiánzame con espíritu generoso:

15 enseñaré a los malvados tus caminos,los pecadores volverán a ti.

16 Líbrame de la sangre, oh Dios,Dios, Salvador mío,y cantará mi lengua tu justicia.

17 Señor, me abrirás los labios,y mi boca proclamará tu alabanza.

18 Los sacrificios no te satisfacen:si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.

19 Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;un corazón quebrantado y humillado,tú no lo desprecias.

20 Señor, por tu bondad, favorece a Sión,reconstruye las murallas de Jerusalén:

21 entonces aceptarás los sacrificios rituales,ofrendas y holocaustos,sobre tu altar se inmolarán novillos.

Oración sálmica.

Oración I: Por tu inmensa compasión, borra, Señor, nuestras culpas y limpia nuestros

pecados; que tu inmensa misericordia nos levante, pues nuestro pecado nos aplasta; no desprecies, Señor, nuestro corazón quebrantado y humillado, haz más bien brillar sobre nosotros el poder de tu Trinidad: que nos levante Dios Padre, que nos renueve Dios Hijo, que nos guarde Dios Espíritu Santo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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Oración II: Señor, Dios de bondad y de gracia, que, para perdonar el pecado del hombre,

quisiste que tu Hijo, que no conocía el pecado, se hiciera él mismo pecado por nosotros, mira con amor nuestro corazón quebrantado y humillado y, por la penitencia de tu Iglesia, concede al mundo entero la alegría de tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

II Lectio DivinaUNA COMPASIÓN EXCESIVA: EL PADRE MISERICORDIOSO.Lc 15,11-32

Del Evangelio según San Lucas 15,11-32

11 "También les dijo: "Un hombre tenía dos hijos, 12 y el menor de ellos le dijo a su padre: 'Padre, dame la parte del capital que me ha de tocar'. Éste les repartió en seguida sus bienes. 13 No muchos días después, juntó el menor todo lo que tenía y se fue a un país

lejano donde derrochó sus bienes viviendo de una manera disoluta. 14 Cuando hubo gastado todo su dinero sobrevino un hambre terrible por toda

aquella región, y él también comenzó a padecer necesidad.

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15 Entonces se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella comarca, el cual lo mandó a sus campos a apacentar puercos.

16 Quería hartarse de aquellas bellotas que comían los puercos; pero no se las daban.

17 Entonces, entró dentro de sí mismo y se dijo: '¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, y yo me estoy muriendo aquí de hambre!

18 Me levantaré y volveré a la casa de mi padre, y le diré: Padre he pecado contra el cielo y contra ti;

19 ya no merezco llamarme hijo tuyo: tenme como a uno de tus jornaleros'.20 Luego, se levantó, y se puso en camino hacia la casa de su padre. Estando

todavía lejos, su padre lo alcanzó a ver, se le enterneció el corazón y corrió a encontrarlo, y le echó los brazos al cuello, y lo cubrió de besos.

21 Pero su hijo le decía: 'Padre, pequé contra el cielo y contra ti; ya no merezco que me llames hijo; tenme como a uno de tus jornaleros'.

22 Pero su padre les dijo a los criados: 'Vayan pronto a sacar el mejor vestido y pónganselo; pónganle también un anillo en el dedo y calzado en sus pies.

23 Traigan el becerro gordo, mátenlo y comamos y alegrémonos: 24 porque este hijo mío estaba muerto, y volvió a la vida; estaba perdido, y fue

encontrado'. 25 Luego empezaron a festejar. Pero el hijo mayor, que andaba por el campo,

cuando volvió y llegó cerca de la casa oyó la música y los cantos, 26 y llamando a uno de los criados le preguntó por qué era aquello. 27 E1 criado le respondió: 'Ha llegado tu hermano, y tu padre mató el becerro

gordo por haberlo recobrado sano y salvo'. 28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Pero su padre salió a rogarle que

entrara. 29 Mas él le respondió: 'Tantos años hace ya que te sirvo sin traspasar nunca

tus mandatos, y jamás me has dado un cabrito para festejarme con mis amigos.

30 Pero eso sí: cuando llegó ese otro hijo que despilfarró tus bienes en compañía de mujeres malas, a él sí le mataste el becerro gordo'.

31 Pero su padre le replicó: 'Hijo mío, tú siempre has estado conmigo y es tuyo todo lo mío.

32 Pero era necesario que yo hiciera una fiesta y me regocijara; porque este hermano tuyo estaba muerto, y revivió; estaba perdido y se le halló'".

AYUDA PARA LA REFLEXION

COMENTARIO PATRÍSTICOEsta parábola hace alusión a los escribas y fariseos, que murmuraban de que Jesús

se sentara a la mesa con los pecadores y se alegrara con su arrepentimiento y conversión

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(CIRILO DE ALEJANDRÍA). Resulta problemático averiguar a quién encarnan estos dos hijos. Existen muchas sugerencias al respecto, entre las cuales una ve representados en el hijo mayor a los judíos, y en el hijo pródigo, a los gentiles (CIRILO DE ALEJANDRÍA, PEDRO CRISÓLOGO). El hijo menor se hizo merecedor de perder los privilegios propios de un hijo (PEDRO CRISÓLOGO). Abandonar la casa paterna es alejarse de uno mismo hacia una tierra extraña. Es como abandonar la Iglesia, separarse de Cristo para encaminarse hacia una tierra tenebrosa donde perderemos todos nuestros bienes (AMBROSIO).

Entregarse a la pasión de la lujuria es ser arrojado al reino de las tinieblas (AGUSTÍN). La necesidad que sufre es necesidad de la palabra de Dios, y el hambre le viene de no recibir el alimento espiritual que nos otorga vida en plenitud y abundancia. La desesperación le lleva a ponerse al servicio de un ciudadano de aquel país que debía ser gentil, un hombre que representa al príncipe de este mundo y se dedicaba a criar cerdos (AMBROSIO). La ironía reside en que ha trocado el esplendor de la casa de su padre por un lecho entre puercos (PEDRO CRISÓLOGO). Por si fuera poco, su desesperación por comer llega hasta el punto de desear la comida de los cerdos, que sería poco apetecible y nada nutritiva, como la comida que ofrece el demonio (AMBROSIO).

A pesar de su pecado, el Espíritu no le abandona y continúa siendo el hijo que conoce el amor y la misericordia de su padre (FILOXENO DE MABBUG). Volver a la casa del padre es volver al paraíso y reunirse con los seres queridos (EFRÉN DE NISIBI). Esta constituye su primera confesión, mediante la cual busca la reconciliación con el Padre (AMBROSIO). Conforme al modelo del padrenuestro, el hijo pródigo confiesa que su Padre celestial conoce sus pecados. Su confesión va dirigida tanto a su padre de la tierra como a su Padre celestial (PEDRO CRISÓLOGO). No merece ser llamado hijo suyo, y quiere ser como un obrero de la viña. Ser hijo viene determinado por el nacimiento; sr amigo, por la virtud; ser siervo, por el trabajo; y ser esclavo, por el temor (AMBROSIO).

El padre inicia la reconciliación del hijo corriendo hacia él para abrazarlo y darle el beso de bienvenida (AMBROSIO). La descripción que lleva a cabo Jesús de la actitud del padre es el cuadro de la gracia total y absoluta, del amor incondicional que nos sale al encuentro cuando el Padre nos envía a su Hijo en la encarnación (PEDRO CRISÓLOGO).

Todo el pueblo puede ver que el hijo ha sido recibido de nuevo en la casa del padre, pues le han puesto el anillo de honor y le han calzado las sandalias que le restituyen a su condición de hijo (PEDRO CRISÓLOGO). El Padre recibe al hijo pródigo en la fiesta celestial como hijo suyo (ATANASIO). Cristo, al igual que el cordero cebado, es sacrificado sólo cuando el Padre da la orden, con el fin de proporcionarnos el alimento cotidiano (PEDRO CRISÓLOGO). Ya en la ofrenda del incienso que realiza Zacarías en el templo, se halla presente el cordero cebado que será ofrecido por el hijo menor (IRENEO). Adán, perdido en el abismo del pecado, es hallado ahora en Cristo, y esto se hace extensible a los gentiles, que yacían muertos y ahora están vivos (AMBROSIO).

15, 11-24 Un hombre tenía dos hijos

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LA PARÁBOLA LLAMA A LOS FARISEOS A ALEGRARSE POR LA CONVERSIÓN DE LOS PECADORES.

¿Cuál es el objetivo de la parábola? Examinemos la ocasión que la motivó para que podamos comprender la verdad. El bienaventurado Lucas había hablado un poco antes de Cristo, el Salvador de todos nosotros... Los fariseos y escribas protestaron por la bondad y la caridad que había mostrado Cristo con las personas. Con impiedad y malicia lo acusaban porque recibía y enseñaba a personas de vida impura. Cristo acertadamente les presentó esta parábola. Con claridad les muestra que el Dios de todos pide incluso a aquel que se manifiesta completamente resuelto, firme, santo y digno de alabanza por su sobriedad de conducta, que se tome en serio el cumplir la voluntad divina. Cuando algunos sean llamados a la conversión, aunque tengan mala reputación, nosotros debemos más bien alegrarnos y no dejarnos arrastrar por la irritación odiosa hacia ellos. CIRILO DE ALEJANDRÍA, Comentario al Ev. de Lucas, 1075 .

POR QUÉ EL HIJO MENOR MERECIÓ PERDER LOS PRIVILEGIOS DE HIJO. Y «El dividió entre ellos, dice, su patrimonio». Cuanto es de generoso el padre, así

es de impaciente el heredero, que se cansa del padre en vida; y, no pudiendo sustraerle el tiempo, trata de apoderarse del patrimonio. Este heredero ni siquiera ha sido digno de poseer el privilegio de hijo, por el hecho de que no ha querido poseer, junto a su padre, aquellos bienes que eran propios del padre.

Pero indaguemos qué es lo que induce al hijo a esa temeridad, qué atrevimiento le empuja a una petición tan importante. ¿Qué es? El hecho de saber evidentemente, que el Padre celestial no puede estar limitado por ningún confín, ni por ningún tiempo, ni ser aniquilado por ningún poder de la muerte. Por esto, el hijo desea disfrutar de la generosidad del padre mientras éste vive sin [esperar] su muerte para enriquecerse con sus bienes. Finalmente la generosidad inmediata del progenitor demostró que no había ningún agravio en esta petición. PEDRO CRISÓLOGO, Sermón, 1,16.

ABANDONAR AL PADRE ES ALEJARSE DE UNO MISMO. Observa cómo el patrimonio divino se da a todos aquellos que lo piden, y no creas

que el padre comete una falta porque se lo haya dado al más joven. En el Reino de Dios no existe la minoría de edad, ni crece la fe a medida que pasan los años. El que lo pide es que se ha juzgado a sí mismo ya capaz ¡Ojalá no se hubiese apartado de su padre y así no hubiera conocido los inconvenientes de su edad! Pero después de que «se marchó lejos» -realmente malgasta su patrimonio el que se aleja de la Iglesia-, después de dejar -dice- la casa paterna, «se marchó lejos a una región muy distante». Y ¿dónde más apartado que alejarse de sí mismo, que estar lejos, no de un lugar, sino de las buenas costumbres, y estar distante, no de las tierras paternas, sino de los buenos deseos, y encontrarse como dominado por la apetencia malsana de los placeles carnales de este mundo; distante, por

5 Payne-Smith, 292.6 CCL 24, 15-16: BPa 44, 41.

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tanto, a causa de su conducta? Y es que, en verdad, el que se separa de Cristo está desterrado de la patria y se hace ciudadano del mundo. Pero «nosotros no somos extranjeros ni peregrinos, sino que somos conciudadanos de los santos y de la casa de Dios»7; pues los que estábamos lejos, nos hemos hecho hermanos en la sangre de Cristo8 . Y no tratemos mal a los que vienen de una región lejana, porque nosotros también estuvimos lejos, como lo enseña Isaías: «Una luz ha brillado para los que habitaban en el país de las sombras de la muerte»9. El país lejano es el de las sombras de la muerte; sin embargo, nosotros que tenemos al Señor Jesús, como espíritu ante nuestra vista10, vivimos a la sombra de Cristo. Y por eso dice la Iglesia: «Yo he deseado estar y sentarme a su sombra». AMBROSIO, Exposición sobre el Ev. de Lucas, 7, 213-21411.

EL REINO DE LA LUJURIA ES DESTRUCTOR. ¿Acaso aquel tu hijo menor buscó caballos, carros, naves, voló con alas visibles, o hizo el camino moviendo las piernas para irse a aquella región lejana donde, viviendo pródigamente, malgastó lo que le habías dado, oh padre dulce en dárselo al marcharse y más dulce aún en recibirle hecho un mendigo? Así, pues, vivir de pasiones sensibles es lo mismo que vivir en un ambiente tenebroso y eso es vivir lejos de tu rostro. AGUSTÍN, Confesiones, 1, 18, 2812 .

EL HIJO PRÓDIGO SUFRE HAMBRE. «Aconteció que el hambre empezó a hacerse sentir por aquella región»: no un

hambre de alimentos, sino la de las buenas obras y la de las virtudes. ¿Qué ayuno más miserable puede existir? Porque el que se aparta de la palabra de Dios, siente una fuerte hambre, ya que «no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra de Dios». El que se aparta de la fuente, se muere de sed; el que se distancia del tesoro, padece necesidad; el que se aleja de la sabiduría, se hace necio, y el que abandona la virtud se destruye a sí mismo. Con razón, pues, el que dejó los tesoros de la sabiduría y la ciencia de Dios13 y se olvidó de mirar a la grandeza de los bienes celestiales, comenzó a pasar necesidad. Y, como consecuencia de esa penuria, le sobrevino el comenzar a sentir hambre, porque el placer al que continuamente se está alimentando, nunca dice basta. El que no sabe saciarse con el alimento que no se corrompe, siempre estará hambriento. AMBROSIO, Exposición sobre el Ev. de Lucas, 7, 21514.

A PESAR DE SU PECADO, EL ESPÍRITU NO ABANDONA AL HIJO. Así, el hijo menor que gastó su dinero y la propiedad de su padre entre prostitutas

7 Ef 2,98 Cfr. Ef 2,39 Is 9,210 Cf. Lm 4,2011 CCL 14,288: BAC 257, 458-45912 CCL 14, 288: BAC 257, 458-459.13 Cf. Col 2,314 CCL 14, 289: BAC 257, 459-460.

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no perdió la dignidad de hijo, que era suya, a pesar de sus malas acciones. Incluso cuando estuvo en aquella región de hambre, habiendo rechazado a su padre, se dijo a sí mismo: «¡Cuántos jornaleros hay en la casa de mi padre, que tienen pan en abundancia, mientras yo me muero de hambre!». Ciertamente fue un pecado, y tanto pecó que había despilfarrado en malas accione la herencia que había recibido de su padre. Pero todavía llama a su padre: Dios. Esto indica que no se le había quitado la gracia del Espíritu Santo, que se le concedió para llamar padre a Dios.

En efecto, nosotros no podemos utilizar esa palabra y llamar a Dios nuestro padre, sí no es con permiso del Espíritu Santo que está en nosotros. Por tanto, es evidente que los que todavía no son hijos de Dios mediante la santa regeneración del bautismo, no pueden utilizar esas palabras ni pueden decir: «Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre»15. Así pues, es evidente que hasta que el Espíritu Santo no esté dentro de ellos no tienen autorización. En cambio, sabemos que los bautizados, desde el momento en que se acercan a los santos misterios, dicen esa oración con confianza. FILOXENO DE MABBUG, Sobre la inhabitación del Espíritu Santo, l16.

RETORNO A LA CASA DEL PADRE. Conduciendo su rebaño, Jacob lo lleva hasta el hogar paterno. Símbolo para

quienes saben discernir, parábola para quienes saben comprender; éste es el camino hacia la casa paterna. ¡Vayamos también nosotros a la casa de nuestro Padre, sin dejarnos seducir, hermanos, por el amor pasajero de la tierra! ¡Mirad que vuestra ciudad se encuentra en el paraíso! ¡Bienaventurados los que en él vean a sus seres queridos! EFRÉN DE NISIBI, Himnos sobre el Paraíso, 14, 717.

LA PRIMERA CONFESIÓN BUSCA LA RECONCILIACIÓN. «Padre», dijo él. ¡Qué misericordia y piedad demostraba el que, ni aun ofendido,

renunció a oír el nombre de padre! «Padre -dijo-, he pecado contra el cielo y contra ti». Esta debe ser la primera confesión que hemos de hacer al creador de nuestra naturaleza, al maestro de la misericordia y al que ha de juzgar nuestra culpa. Y, aunque Dios conoce todo18, espera, sin embargo, la voz de tu confesión... Es mejor que te confieses para que interceda por ti Cristo, a quien tenemos como abogado junto al Padre, que ruegue por ti la Iglesia y que el pueblo llore en tu favor. Estate seguro que lo conseguirás. El abogado te promete su perdón, el patrono te asegura su amistad y el defensor te garantiza la reconciliación con paternal ternura. Créele, pues Él es la Verdad; ten una tranquila confianza, ya que Él es la fortaleza. En verdad, tiene un gran motivo para interceder por ti, y es el que su muerte no resulte para ti algo inútil. El Padre también tiene razones para perdonarte, puesto que «lo que quiere el Hijo lo quiere el Padre». AMBROSIO, Exposición

15 Lc 11, 216 Muséon 73, 43-44.17 CSCO 174 (Scrip. syr. 78), 60.18 Cf. Est 4, 37 LXX; Jn 21, 17

14

sobre el Ev. de Lucas, 7, 224-2219.

AL CORRER, EL PADRE INICIA LA RECONCILIACIÓN. En efecto, Cristo ha escogido a los que permanecen en pie. Por tanto, levántate,

acude presuroso a la Iglesia; en ella está el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Aquél, que se da perfecta cuenta de cómo tratas de convertirte en lo más íntimo de tu alma, corre a tu encuentro. Y, cuando estás todavía lejos, te ve y se dirige rápido hacia ti. El ve dentro de tu corazón y sale a tu encuentro para que nadie se le ponga de obstáculo y, tan pronto ha llegado a ti, te abraza. En ese salir a tu encuentro se muestra su presciencia; en el abrazo, su clemencia y la demostración de su amor paternal. Se te arroja al cuello para levantarte porque estás caído, y para hacerte volver hacia el cielo, con el fin de que allí tú, que estás cargado de pecados e inclinado hacia todo lo terreno, busques a tu Creador. Cristo se lanza a tu cuello para quitar de él el yugo de la esclavitud y poner sobre él su yugo suave20. AMBROSIO, Exposición sobre el Ev. de Lucas, 7, 229-23037.

PERDONA LOS PECADOS DEL HIJO. «Se echó a su cuello y le besó»21. Así juzga el padre, así castiga, así da besos, no

azotes, al hijo pecador. La fuerza del amor no ve los delitos; y por eso el padre ha redimido los pecados del hijo con un beso, los ha tapado con un abrazo, para que no queden al descubierto y aparezca el hijo afeado por su padre. El padre cura las heridas del hijo, de manera que no queden ni cicatrices ni manchas. «Dichosos, dice [la Escritura], aquellos cuyas culpas son perdonadas y cubiertos sus pecados»22. PEDRO CRISÓLOGO, Sermón, 3, 323.

LAS ACCIONES DEL PADRE MUESTRAN LOS BENEFICIOS DE LA ENCARNACIÓN. Pero el Padre acude, y acude desde lejos. «Cuando todavía éramos impíos, Cristo

murió por nosotros»24. Acude el Padre, acude en el cielo, cuando por sí mismo desciende del cielo y viene a la tierra. «El Padre, dice, que me envió está conmigo»25.

«Se echó a su cuello». Se ha echado cuando, mediante Cristo, toda la divinidad se ha inclinado y se ha apoyado en nuestra carne. Escucha a Cristo que dice: «Padre, como tú en mí y yo en ti, así también, que éstos sean uno en nosotros» 26. «Y le besó». ¿Cuándo? «Cuando la misericordia y la verdad se encontraron, cuando la justicia y la paz se besaron»27. Le dio la mejor túnica: aquella gloria eterna de la inmortalidad, que Adán

19 CCL 14,292: BAC 257, 464-465.20 Cf. Mt 11, 3021 Lc 15,2022 Sal 31, 1; Rm 4, 7.23 CCL 24, 28: BPa 44, 53.24 Rm 5, 8-925 Jn 8,1626 Jn 17,2127 Sal 84, 11 LXX

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había perdido. Le puso un anillo en su mano: el anillo, título de honor, insignia de libertad, prenda del espíritu, garantía de la fe, arras de las nupcias celestiales. Escucha al Apóstol: «Os he desposado con un solo esposo, para presentaros a Cristo como virgen casta». «Y las sandalias en sus pies»: para que estuvieran «calzados los pies en la predicación del Evangelio»; para que «fueran dichosos los pies que anuncian la paz». PEDRO CRISÓLOGO, Sermón, 5, 628 .

EL PADRE ADMITE AL HIJO EN LA FIESTA DIVINA. Entonces se levantará, irá a su padre, y confiado le dirá: «He pecado contra el cielo

y contra ti; ya no soy digno de llamarme hijo tuyo; hazme como uno de tus siervos».Repito que si confiesa de esa manera se hará digno de ser recibido por el padre y no como un esclavo o como un extraño, sino que recibirá el beso como hijo, y como muerto será restituido a la vida por aquél, haciéndose digno de ser admitido a la cena divina, dándole el vestido precioso que llevó anteriormente, y con alegría cantará himnos en la casa paterna.

Esta es la acción de la benignidad y de la bondad paterna, que no sólo devuelve la vida a los muertos, sino que también muestra su gracia por medio del Espíritu. En lugar de la corrupción, reviste al hombre con la incorrupción; en lugar del hambre, mata el ternero; para que no viaje otra vez lejos, cuida del que ha vuelto, calzando su pies de nuevo. Y lo más admirable: puso un anillo divino en su mano. Mediante todas estas cosas le regenera de nuevo según la imagen de la gloria de Cristo. ATANASIO, Carta Festal, 9, 9-1029.

ADÁN, PERDIDO EN EL PECADO, AHORA ES HALLADO EN CRISTO. Así pues, se alegra el padre porque volvió el hijo que había perecido, y volvió a la

vida el que había muerto. En verdad sólo muere el que tiene vida, pues el que no vive no puede morir. Ahora bien, los gentiles ni viven; sin embargo, el cristiano, según lo que se ha dicho antes, que «Dios eligió lo que no es nada para destruir lo que es» 30, sí que vive. Este pasaje puede hacernos ver, en la figura de uno solo, a todo el género humano. Adán vivió y en él vivimos todos: murió Adán y en él todos murieron31. AMBROSIO, Exposición sobre el Ev. de Lucas, 7, 23432.

LOS JUDÍOS AHORA SE ENCUENTRAN FUERA DE LA IGLESIA GENTIL. El hermano mayor, el hijo mayor, al regresar del campo -es decir, el pueblo de la

ley: «La mies sin duda es mucha, y pocos los operarios» - oye en la casa del padre instrumentos musicales y danzas, y no quiere entrar. Esto lo vemos todos los días con nuestros ojos; porque el judío viene a la casa del padre, esto es, a la Iglesia; se queda

28 CCL 24, 40: BPa 44, 66-67.29 PG 26, 1395-139630 1 Co 1,2831 Cf. 1 Co 15,2232 CCL 14, 295: BAC 257, 468-469.

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fuera por envidia, siente sonar la cítara de David, oye la música de la asamblea profética, oye los coros de la variada asamblea de pueblos y no quiere entrar por envidia. Quedando fuera, mientras juzga y se escandaliza del hermano gentil por su conducta precedente, se priva y se excluye de los bienes y de las alegrías paternas. PEDRO CRISÓLOGO, Sermón, 5, 733 .

CRISTO HA NACIDO POR EL HIJO MAYOR. «Y todo lo mío es tuyo». ¿Cómo puede ser? Porque tuya es la ley, tuya la profecía,

tuyo el templo, tuyo el sacerdocio, tuyos los sacrificios, tuyo el reino; y, sobre todo, por ti ha nacido Cristo. Mas como tú, por envidia, quieres perder a tu hermano, no eres digno de gozar de los banquetes y de las alegrías paternas. PEDRO CRISÓLOGO, Sermón, 5, 78.

Recordemos, además, lo que dice el CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA sobre el proceso de la conversión:

1439 El proceso de la conversión y de la penitencia fue descrito maravillosamente por Jesús en la parábola llamada "del hijo pródigo", cuyo centro es "el padre misericordioso" (Lc 15,11-24): la fascinación de una libertad ilusoria, el abandono de la casa paterna; la miseria extrema en que el hijo se encuentra tras haber dilapidado su fortuna; la humillación profunda de verse obligado a apacentar cerdos, y peor aún, la de desear alimentarse de las algarrobas que comían los cerdos; la reflexión sobre los bienes perdidos; el arrepentimiento y la decisión de declararse culpable ante su padre, el camino del retorno; la acogida generosa del padre; la alegría del padre: todos estos son rasgos propios del proceso de conversión. El mejor vestido, el anillo y el banquete de fiesta son símbolos de esta vida nueva, pura, digna, llena de alegría que es la vida del hombre que vuelve a Dios y al seno de su familia, que es la Iglesia. Sólo el corazón de Cristo, que conoce las profundidades del amor de su Padre, pudo revelarnos el abismo de su misericordia de una manera tan llena de simplicidad y de belleza.

Salmo 32 (31)

Monición sálmica

El salmo 31 es una reflexión sapiencial muy apropiada como meditación del fin de la jornada. El hombre que reconoce y confiesa su pecado, dice el salmista, es dichoso y será absuelto de su culpa; éste es un camino posible para todos.

Acabamos nuestro día, quizás insatisfechos a causa de nuestras faltas e infidelidades; reconozcamos y confesemos nuestras debilidades, y Dios nos perdonará: Mientras callé

33 CCL 24,41: BPa 44, 67-68

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se consumían mis huesos; propuse: «Confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi pecado; dichoso el hombre a quien el Señor ha absuelto de su culpa.

Es recomendable que este salmo sea proclamado por un salmista; si no es posible cantar la antífona propia, la asamblea puede acompañar el salmo cantando alguna antífona que exprese el arrepentimiento y el deseo de conversión, por ejemplo: «Crea en mí, oh Señor, un corazón puro», «Sí, me levantaré» o bien « ¡Padre, he pecado contra el cielo y contra ti!».

OREMOS

SALMO 31Acción de gracias de un pecador perdonado

1 Dichoso el que está absuelto de su culpa,a quien le han sepultado su pecado;

2 dichoso el hombre a quien el Señorno le apunta el delito.

3 Mientras callé se consumían mis huesos,rugiendo todo el día,

4 porque día y noche tu manopesaba sobre mí;mi savia se me había vuelto un fruto seco.

5 Había pecado, lo reconocí,no te encubrí mi delito;propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

6 Por eso, que todo fiel te supliqueen el momento de la desgracia:la crecida de las aguas caudalosasno lo alcanzará.

7 Tú eres mi refugio, me libras del peligro,me rodeas de cantos de liberación.

8 Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,fijaré en ti mis ojos.

9 No seáis irracionales como caballos y mulos,cuyo brío hay que domar con freno y brida;

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si no, no puedes acercarte.10 Los malvados sufren muchas penas;

al que confía en el Señor,la misericordia lo rodea.

11 Alegraos, justos, y gozad con el Señor;aclamadlo, los de corazón sincero.

ORACIÓN SÁLMICA.Oración I:

Señor, Dios de misericordia, que has querido que tu Hijo, cargado con nuestros pecados, subiera al leño, para apartar de nosotros tu indignación, míranos amorosamente con ojos de padre, a nosotros, que, como hijos pródigos, retornamos a ti, confesando nuestras culpas, reconociendo nuestros pecados; y haz que, absueltos de nuestros delitos, encontremos siempre en ti nuestro refugio y nos veamos rodeados de cantos de liberación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración II: Señor, Padre santo, tú que absuelves de las culpas y sepultas los pecados al

hombre que no te encubre sus delitos, escucha nuestras súplicas y haz que, reconociendo nuestro delito, nos sintamos dichosos de tu perdón y nos alegremos y gocemos contigo, rodeados de cantos de liberación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LECTIO DIVINA IIIEN BÚSCA DE LA OVEJA Y LA DRACMAPERDIDAS Y ENCONTRADAS.Lucas 15,1-7

Visita al Santísimo

 Empecemos por concentrarnos (con los ojitos cerrados), poniendo nuestro corazón y mente en Jesús. Él está aquí, en la custodia en el Santísimo Sacramento.   

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Hagamos un acto de Fe, como los niños de Fátima:

“Dios mío, yo creo, te adoro, espero y te amo. Y te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman”

Comunión espiritual

“Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los Santos”. San Josemaría Escrivá 34

Padre nuestro, Ave María, Gloria y un canto

Jaculatoria:

V. Viva Jesús Sacramentado,

R. Viva y de todos sea muy amado.

Abre mi corazón a tu Palabra (Marcelo A. Murúa )

Espíritu Santo. Espíritu de Dios. Abre mi corazón a tu Palabra,

ayúdame a guiar mi vida con las enseñanzas de Jesús.Llena mi corazón, mis pensamientos y mis manos,

para que toda mi vida siga el ejemplo de Jesús.Me pongo en tus manos, Espíritu de Dios, para vivir

como mi amigo Jesús.

Canto: Tu palabra me da vida

Oración introductoriaDios mío, gracias por cuidar de mí. Porque no eres un Dios lejano, para quien mi vida no cuenta casi nada. Te pido que medite en estos momentos, lo mucho que me amas como Buen Pastor a su oveja.

Escuchemos atentos la Palabra de Dios:

Evangelio

Del Evangelio según San Lucas 15,1-10

1 Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo.

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20

2 Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos».

3 Jesús les dijo entonces esta parábola:4 «Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y

nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?5 Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría,6 y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense

conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido".7 Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un

solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».

8 Y les dijo también: «Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla?

9 Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido".

10 Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte».

Ayuda para la reflexión

El capítulo quince del Evangelio de Lucas es uno de los más bellos del Nuevo Testamento: Pues nos muestra la compasión de Jesucristo por los pecadores, explicada con tres parábolas. Las "parábolas de la misericordia" (la oveja encontrada, la dracma recuperada y el padre compasivo) se suceden una tras otra sin interrupción.

En la primera es un pastor que tiene cien ovejas, se le pierde una, deja las noventa y nueve restantes en el desierto y se encamina a buscar a la perdida. Una vez encontrada, se la echa a la espalda, vuelve a casa, convoca a sus amigos y les pide que gocen con él. La contradicción está en la pregunta con la cual Jesús describe la escena del pastor. Ante la cuestión de quién tomaría semejante opción, en realidad nadie dejaría a las noventa y nueve en el desierto por una sola que no están seguros de encontrar. Parece contradictorio el modo de actuar del pastor explica el de Jesús: cuantos consideran o presumen no tener pecado son como las noventa y nueve ovejas abandonadas a sí mismas, sin pastor. El riesgo que enfrentan las noventa y nueve ovejas en el desierto y la pérdida presenta una diferencia sustancial: la pérdida exige ser buscada, mientras que las otras se piensan aseguradas.

El gozo engancha la parábola a la vida: encontrar a la oveja perdida es el gozo del pastor y de Dios, quienes se alegran más por un pecador convertido que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse (o se ilusionan con no necesitarlo). Es conmovedora la manera en que Jesús entiende la conversión: no es fruto del sujeto que se

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convierte, sino de la acción de Dios que busca a quien está perdido. La conversión es siempre la acción de la gracia, concedida por Quien se echa a la oveja perdida sobre su espalda y regresa a casa; y porque es originada por la gracia, la conversión exige ser compartida. A los fariseos y escribas les queda la opción: o comparten el gozo de la conversión, concedida a los publícanos y pecadores, o la obstaculizan, cayendo en la presunción de poder quedarse en el desierto, como un rebaño sin pastor en brazos del peligro.

La situación inconcebible del pastor y sus ovejas adquiere un tono más natural con una ama de casa que pierde una dracma y se empeña en todas las formas en hallarla. Una vez recuperada, la mujer convoca a las amigas y vecinas, las invita a gozar con ella por haber hallado la dracma perdida. También es análoga la conclusión de la parábola: ante los ángeles de Dios hay más gozo por un solo pecador que se convierte.

En realidad ahora la atención se centra en el empeño de la mujer por hallar la dracma perdida, la cual vale mucho menos que una oveja. En tiempos de Jesús una dracma valía lo mismo que un denario o una jornada de trabajo subordinado. A pesar del valor relativo de una dracma, el ama de casa pone todo su empeño en hallarla. En la parábola no se especifica el estado social de la mujer, en cuyo caso la condición de pobreza explicaría por qué tanto afán en hallar la dracma perdida. Además, la atención se centra en la búsqueda meticulosa y el gozo compartido por haber hallado la dracma perdida. La dedicación y el gozo son los que confieren el valor real a la moneda, y no el valor nominal de la dracma. Una moneda es inanimada; esto subraya la conversión concebida como acción penetrante de la gracia de Dios y no como respuesta humana.

Una moneda es inanimada; esto subraya la conversión concebida como acción penetrante de la gracia de Dios y no como respuesta humana. La más breve de las parábolas de la misericordia no relaciona la moneda hallada con las otras, como en cambio sí pasa con la oveja perdida y las noventa y nueve y el hijo menor al mayor. El ama de casa busca la dracma por el valor que tiene para ella y no al respecto de las otras dracmas. Aunque sólo hubiera un pecador, valdría la pena buscarlo, encontrarlo y gozar.

Oremos, diálogo con Cristo Gracias, Padre mío, por darme a tu Hijo Jesucristo como pastor y guía de mi vida.

No quiero tener otro ideal que alcanzar la santidad para gozar plenamente de Ti por toda la eternidad. Confío en tu misericordia, y en el auxilio de la gracia de tu Espíritu Santo, para purificarme y renovarme en el amor.

Salmo 23

Monición sálmica

22

El profeta Isaías consuela al pueblo exiliado y disperso con las palabras luminosas en su cántico. Dios, Pastor de Israel, lo reunirá de nuevo, lo apacentará y lo colmará de bienes. También a nosotros, jóvenes y ancianos, el Señor cambiará nuestra tristeza en gozo, nuestras penas en alegría verdadera, repara nuestras fuerzas y nos guía por el recto sendero. Confiémonos a su cuidado con este salmo.

SALMO 23.

El Señor es mi Pastor

1Salmo de David. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

2 El me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas3 y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.

4 Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza.

5 Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa.

6 Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.

Oración sálmica

Mira, Señor, a tu Iglesia entristecida por las divisiones y dificultades de tus hijos. Cambia esta tristeza en gozo por obra de Jesús, el buen Pastor, que reúne y cura a los que fielmente le siguen.

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LECTIO DIVINA IVLO CONTRARIO A LA MISERICORDIA: EL RICO ANÓNIMO Y EL POBRE LÁZAROLucas 16,19-31

Un valor se aprecia cuando falta o es sustituido por su contrario. Y como el bien con frecuencia es anulado por el mal, a veces es necesario mirar el mal para reconocer el bien. ¿Cómo apreciar la misericordia? ¿Hasta dónde es posible confiar en la misericordia

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de Dios? El eco de las tres parábolas de la misericordia se vuelve más fuerte, pero hay un enorme obstáculo por salvar: ¿qué rico se salva? ¿Y cómo se salva?Poco antes de la parábola que estamos por comentar, Jesús pronuncia una penetrante invectiva contra algunos fariseos que son avaros y lo ridiculizan: "Ustedes son de los que se consideran justos ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones: lo que ante los hombres es exaltado, ante Dios es abominable" (Lucas 16,14-15). La palabra del rico y el pobre Lázaro reprocha esta situación, según la cual: si por el estado social se es exaltado por los hombres, se será exaltado por Dios. ¡Pero Dios mira al corazón y no a las apariencias!

19 Hubo en tiempo atrás un rico que se vestía de púrpura y de lino, el cual diariamente hacía espléndidos banquetes.

20 Un pobre llamado Lázaro yacía a la puerta de su palacio, todo cubierto de úlceras,

21 ansiando llenarse de lo que caía de la mesa del rico, y los perros iban y le lamían las úlceras. 22 Pero sucedió que murió el pobre y los ángeles se lo llevaron al seno de

Abraham. Después murió también el rico y lo enterraron. 23 Estando éste allá en el infierno, en medio de sus tormentos alcanzó a ver a

lo lejos a Abraham y a Lázaro que estaba en su seno. 24 Entonces gritó en alta voz: 'Padre Abraham, compadécete de mí: mándame

acá a Lázaro para que mojándose la punta de su dedo en agua me refresque la lengua, porque estoy siendo atormentado en esta llama'.

25 Pero Abraham le respondió: 'Hijo, acuérdate de que tú tuviste tus goces en la vida, mientras que Lázaro tuvo igualmente sus penas. En cambio, acá goza él ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos.

26 Por otra parte, se abre un abismo profundo entre nosotros y ustedes: de manera que ni los que quieran pasar a allá pueden hacerlo, ni se puede tampoco de allá para acá'. "Entonces le dijo el rico: 'Padre, te suplico que lo mandes a la casa de mi padre,

28 pues me quedan allá cinco hermanos, para que les advierta, a fin de que no vengan ellos también a parar en este lugar de tormentos'.

29 Abraham le dijo: Allá tienen a Moisés y a los demás profetas; que los escuchen'.

30 Pero él insistía: 'No, padre Abraham; si alguno de entre los muertos va a decírselo, entonces sí se arrepentirán'.

31 Pero Abraham le replicó: 'Si no les hacen caso a Moisés y a los profetas, aunque un muerto resucite ni así se convencerán'".

AYUDA A LA REFLEXIÓN. 1. Lo contrario a la misericordia

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La parábola del rico y el pobre Lázaro se coloca a sí misma en la línea del buen Samaritano y del padre misericordioso. Sin embargo, es como una obra contrastante con respecto a las dos pinturas precedentes. El relato comienza como en las otras dos parábolas: "Hubo en tiempo atrás..." (Lucas 10,30; 15,11; 16,19). Y aquí también se presentan dos escenas: el rico y Lázaro en este mundo, y el rico, Abraham y Lázaro en la otra vida.

En la escena aparece un hombre rico, que viste como rey y banquetea cada día, y Lázaro el mendigo. El rico viste ropas muy caras: la púrpura es un tejido de color rojo intenso, producto de las glándulas de un molusco, y estaba reservado al rey o a los nobles. Antes de ser crucificado, Jesús es revestido de púrpura para que los soldados se burlarán de él en el pretorio (Marcos 15,19-20). El biso es un tipo de lino blanco, delicado, se llevaba sobre la piel. Bastan las pistas iniciales para darse cuenta que algo no anda bien: el rico viste como un gobernante, pero no es recordado por su nombre; el pobre, que lleva su ropa pegada a una piel llagada, tiene un nombre, de hecho, es el único nombre que se menciona en todas las parábolas de Jesús; se llama Lázaro, que significa "Dios ha ayudado". El Nuevo Testamento menciona otro Lázaro, el amigo de Jesús y hermano de Marta y María (Juan 11,1-2), a quien Jesús llama de la muerte, pero nada tiene qué ver con el pobre de la parábola.

A pesar de que Lázaro yace ante el portón de la casa del rico, cuando muere es llevado al seno de Abraham. Algunas tradiciones toman "epulón" como nombre del rico, pero no es un nombre propio y no se halla en la parábola.

Así comienza la ley del contrapeso: el rico, vestido como un rey, está destinado al anonimato; el pobre tiene un nombre y es recordado eternamente.

Los dos actos que componen la parábola están desproporcionados: mientras que la aventura terrenal de ambos protagonistas es pintada con unos cuantos brochazos (vv. 19-22), la del más allá es interminable y es atravesada por las súplicas del rico (w. 23-31). Ambas escenas son contrastantes y siguen la ley de la zozobra. En su vida terrenal el rico festeja cada día, mientras a Lázaro no le dan ni siquiera las sobras de la mesa; en el más allá Lázaro es consolado, mientras el rico no tiene ni una gota de agua para refrescarse la lengua. Los bienes que posee el rico y le son negados a Lázaro durante su vida terrena, son compensados con el consuelo a Lázaro y los tormentos al rico.Como en las parábolas que hablan en positivo de la misericordia, también en ésta se asiste a un cambio inesperado de la situación, pero con una diferencia: ahora la zozobra es definitiva, porque hay dos obstáculos. El primer obstáculo es el portón de la casa que impide, por voluntad del rico, que Lázaro pueda ser socorrido. El segundo obstáculo es el abismo entre el infierno, donde se halla el rico, y el seno de Abraham, donde ha sido acogido Lázaro.

La desproporción entre el tiempo y la eternidad es mostrada por la ausencia del tiempo y por el diálogo en la eternidad: ambos quedan sin conclusión. En el tiempo, el rico no sació el hambre de Lázaro; en la eternidad, Abraham no puede satisfacer las tres

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súplicas del rico: Lázaro no puede aliviar los tormentos del rico ni siquiera con su dedo; el rico no puede ser reenviado al mundo para atestiguar lo que sucede en el más allá; y tampoco la resurrección de un muerto puede convertir a los cinco hermanos del rico.2. La piedad no escuchada

Es enorme el contraste entre las tres parábolas de la misericordia y la del rico y el pobre Lázaro. Hasta ahora, cualquier ruego de compasión había sido escuchado: desde la condonación total que el acreedor concede a sus deudores, hasta la súplica del hijo pródigo. En las parábolas siguientes, son escuchadas las peticiones de la viuda insistente (Lucas 18,1-8) y la súplica del cobrador de impuestos en el templo (Lucas 18,9-14). De hecho, en el infierno, el rico emite una súplica muy parecida a la del cobrador: "Ten piedad de mí" (Lucas 16,24; 18,13). Pero es el único caso donde la súplica de un hombre no es escuchada, porque la situación ha llegado a ser irreparable.¿Es posible concebir una situación irreparable para la infinita misericordia de Dios? Si, como veremos en la parábola del juez injusto y la viuda insistente (Lucas 18,1¬8), la oración perseverante es capaz de cambiar el corazón de Dios, ¿por qué la del rico no puede cambiar ni un poquito su condición? Estaríamos obligados a pensar que su situación se ha vuelto irreparable porque en la eternidad ya existe el tiempo; y sería la respuesta más lógica, pero no es mencionada en la parábola.

El viraje de la parábola explica la razón principal por la que la situación del rico no tiene remedio. Cuando el rico está en el infierno y ve a Lázaro en el seno de Abraham, lo reconoce y lo llama dos veces por su nombre. Así se auto-condena con sus propias palabras: conocía a Lázaro durante su vida terrenal, pero siempre lo había ignorado. Con un fino arte narrativo, el momento del giro del drama está conectado al contraste con las dos parábolas de la misericordia precedentes: "Lo vio y sintió compasión", se dice del buen Samaritano (Lucas 10,33). "Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión", se repite acerca del padre misericordioso (Lucas 15,20). Y ahora, el rico "ve a Abraham a lo lejos y a Lázaro" (Lucas 18,23). No "lo vio", como dicen muchas traducciones, sino "lo ve": el rico está obligado a ver a Lázaro en un presente sin fin, a quien no vio en el pasado.

Entonces, la situación es incurable, porque la compasión sólo es posible mientras el pobre yace herido ante el portón del rico; después ya no tiene sentido, de hecho es imposible. La misericordia de Dios se inclina siempre en aquella con el prójimo, y cuando falta ésta, no hay espacio ni siquiera para aquella. No es casualidad que Dios nunca es mencionado en la parábola: habla y actúa por medio de Abraham.

Sin embargo, esta parábola de la misericordia al contrario, contiene también el camino confiado a los oyentes para no caer en la situación del rico: Moisés y los Profetas o, como veremos más adelante, la Palabra de Dios. No basta la resurrección de un muerto para convertir a los hermanos del rico, porque son los pobres en el mundo el camino para la salvación o la condena para cualquier rico. El pobre ignorado en el mundo, ¡es reconocido por el rico en la eternidad!

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3. "Tuve hambre y no me dieron de comer"

Las parábolas que ponen su acento en la eternidad no son relatadas para asustar a los oyentes, ni para describir, como hará Dante Alighieri con su Divina Comedia, al infierno, el purgatorio y el paraíso. Más bien, con estas parábolas sobre el fin de la vida humana, Jesús habla de la eternidad en el tiempo, o del futuro en el presente. Le interesa el hoy y apela a su fin para cuestionar a sus contemporáneos. La parábola del rico y el pobre Lázaro, con su desconocimiento y reconocimiento, penetra fuertemente el tiempo de cada persona. Con su contraste entre el desconocimiento del pobre, que yace ante el portón de su palacio, y su reconocimiento en la eternidad, esta parábola prosigue a la del juicio final en el Evangelio de Mateo 25,31-46.

Si en la primera parte de la parábola el Hijo del Hombre bendice y acoge a cuantos, sin conocerlo, dieron de comer a los hambrientos y de beber a los sedientos, acogieron a los extranjeros, vistieron al desnudo, visitaron a los enfermos y a los encarcelados, en la segunda parte es implacable con quien ha ignorado las llamadas "obras de misericordia corporales y espirituales". El criterio que separa a las ovejas de las cabras o quién es bendecido y quién maldecido, cierra la parábola y vale para todos: "Todo lo que no hicieron con uno de estos más pequeños, no lo hicieron conmigo" o lo contrario (Mateo 25,45). Cuanto se dice en general para las personas que no fueron socorridas en la parábola del juicio, vale para la parábola del rico y el pobre Lázaro. Lázaro tiene hambre, pero el rico no le dio ni las sobras de su mesa; está enfermo o llagado, pero el rico no lo visitó; está desnudo, pero el rico no lo vistió; era un peregrino, abandonado ante su portón, pero el rico no lo hospedó. Las obras de misericordia enlistadas en la parábola del juicio final, no fueron cumplidas en Lázaro, a quien el rico ignoró en vida, pero a quien es obligado a reconocer por siempre.

Monición sálmica

El salmo 40 es, literalmente, la oración de un enfermo que sufre no sólo físicamente, sino también moralmente. En su cuerpo padece a causa de la enfermedad; moralmente sufre a causa de la maledicencia de sus amigos y de la traición del más íntimo de ellos. Esta oración está enmarcada por una introducción sapiencial, en la que el enfermo se dirige a los que como él sufren, y por una conclusión de acción de gracias, en la que canta ya la salud que Dios le devuelve.

Este salmo, rezado en viernes, día de la muerte del Señor, nos invita a ver en este enfermo al mismo Señor sufriente, tanto más que el mismo Jesucristo se aplicó este texto a sí mismo, aludiendo a la traición de Judas. Cristo sufriente, pues, el mismo que afirmó que considerará como hechos a su propia persona los cuidados que tenemos con los pequeños y pobres, nos invita a la compasión ante nuestros hermanos necesitados.

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«Dichoso el que cuida del pobre y desvalido -nos dice con las palabras del salmo-; el Padre lo sostendrá, como me sostuvo a mí, y en el día aciago lo pondrá a salvo».

Y, si sufrimos físicamente o si el dolor moral nos aflige, rezar este salmo, unidos a Cristo, acrecentará nuestra esperanza. También Cristo sufrió, también fue traicionado, y ahora él, que es el más dichoso de entre los hijos de los hombres, se nos presenta como paradigma de la acción de Dios: «Después del sufrimiento de una pasión momentánea, vino el gozo de la alegría eterna; porque el Padre me ama, aunque haya permitido mis sufrimientos; en esto conozco que Dios me ha amado: en que mi enemigo no ha triunfado de mí y ahora me veo resucitado».

SALMO 40Oración de un enfermo

2 Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.

3 El Señor lo guarda y lo conserva en vida,para que sea dichoso en la tierra,y no lo entrega a la saña de sus enemigos.

4 El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,calmará los dolores de su enfermedad.

5 Yo dije: «Señor, ten misericordia,sáname, porque he pecado contra ti».

6 Mis enemigos me desean lo peor:«A ver si se muere, y se acaba su apellido».

7 El que viene a verme habla con fingimiento,disimula su mala intención,y, cuando sale afuera, la dice.

8 Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,hacen cálculos siniestros:

9 «Padece un mal sin remedio,se acostó para no levantarse».

10 Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,que compartía mi pan,es el primero en traicionarme.

11 Pero tú, Señor, apiádate de mí,haz que pueda levantarme,para que yo les dé su merecido.

12 En esto conozco que me amas: en que mi enemigo no triunfa de mí.

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13 A mí, en cambio, me conservas la salud,me mantienes siempre en tu presencia.

14 Bendito el Señor, Dios de Israel,ahora y por siempre. Amén, amén.

ORACIÓN SÁLMICA

Oración I: Señor Jesucristo, tú que por nosotros quisiste ser débil y enfermo, tú que

experimentaste la amargura de ver cómo tu amigo, el que compartía tu pan, fue el primero en traicionarte, haz que, cuando nos llegue nuestro día aciago, no perdamos la confianza de que, como tú fuiste sostenido por tu Padre, así nosotros conoceremos que Dios nos ama y veremos que nuestros enemigos no triunfan de nosotros. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Oración II: Señor Jesucristo, tú que experimentaste cómo en el atardecer de tu pasión te visitó

el llanto, y el júbilo por la mañana de tu resurrección, haz que no quedemos desconcertados cuando escondes tu rostro; que, contemplando asiduamente tu misterio pascual, jamás vacilemos; que, ante las dificultades cotidianas, vivamos en la esperanza de que cambiarás nuestro luto en danzas, nos vestirás de fiesta y nuestra alma te cantará sin callarse, por los siglos de los siglos. Amén.

1CELEBRACIÓN PENITENCIAL AÑO SANTO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA

I. RITO DE ENTRADA.

1. CANTO DE ENTRADA: Himno de la Jornada Mundial en Cracovia.

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1. Levanto mis ojos a los montes / ¿quién me ayudará?, / la ayuda me viene del Señor, / por su gran compasión.Aún cuando estamos en el error / nos abraza con Su amor. Con Su sangre nuestro dolor, al fin se sanará.Bienaventurados los misericordiosos, / porque ellos alcanzarán misericordia.

(2)

2. SALUDO DEL PRESIDENTE Y BREVE MONICION:

PRESIDENTE: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.Dios Padre de misericordia, que nos convoca en Jesucristo por la fuerza del Espíritu Santo, para renovar nuestra vida por la penitencia y sellarlo con el sacramento del perdón y de la paz, esté con todos ustedes.

MONICION:El Papa Francisco nos recuerda en la bula «El rostro de la Misericordia», número 2 que tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Nos animaríamos a decir, más aún, a experimentarla: « Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro pecado». Queremos experimentar esta Misericordia y la condición es reconocernos pecadores. Dispongámonos a ello.

ORACION: (Después de una breve pausa de silencio, puede hacerse de rodillas )

DIOS MISERICORDIOSO, QUE NO CESAS DE LLAMARNOS A LA CONVERSIÓN Y RENOVACIÓN DE NUESTRA VIDA, DERRAMA EN ABUNDANCIA SOBRE TODA TU IGLESIA, QUE NOS PREPARAMOS A VIVIR EL MISTERIO DE LA PASCUA, EL DON DEL ESPÍRITU SANTO, PARA QUE RECONOZCAMOS NUESTROS PECADOS, CONFIEMOS EN TU AMOR Y NOS CONVIERTAS EN INSTRUMENTOS DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN. POR CRISTO NUESTRO SEÑOR.

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II. LITURGIA DE LA PALABRA.

MONICION: El nombre de Dios es misericordia.

4. LECTOR 1: Lectura del libro del Éxodo 34,6-7:

6 El Señor pasó delante de él y exclamó: «El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad.

7 El mantiene su amor a lo largo de mil generaciones y perdona la culpa, la rebeldía y el pecado; sin embargo, no los deja impunes, sino que castiga la culpa de los padres en los hijos y En los nietos, hasta la tercera y cuarta generación.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

5. SALMISTA: Oramos con el primero de los siete salmos penitenciales (6.32.38.51.102. 130 y 143). Este salmo 6 se conoce como la plegaria en la tribulación.

2 Señor, no me reprendas por tu enojo, ni me castigues por tu indignación.3 Ten piedad de mí, porque me faltan las fuerzas; sáname, porque mis huesos

se estremecen.4 Mi alma está atormentada, y tú, Señor, ¿hasta cuándo...?5 Vuélvete, Señor, rescata mi vida, sálvame por tu misericordia,6 porque en la Muerte nadie se acuerda de ti, ¿y quién podrá alabarte en el

Abismo?7 Estoy agotado de tanto gemir: cada noche empapo mi lecho con llanto,

inundo de lágrimas mi cama.8 Mis ojos están extenuados por el pesar y envejecidos a causa de la opresión.9 Apártense de mí todos los malvados, porque el Señor ha oído mis sollozos.10 El Señor ha escuchado mi súplica, el Señor ha aceptado mi plegaria.11 ¡Que caiga sobre mis enemigos la confusión y el terror, y en un instante

retrocedan avergonzados!

MONICION: La omnipotencia de Dios es su perdón.6. LECTOR 2: Lectura de la carta de San Pablo a los Romanos 11, 30-36:

30 En efecto, ustedes antes desobedecieron a Dios, pero ahora, a causa de la desobediencia de ellos, han alcanzado misericordia.

31 De la misma manera, ahora que ustedes han alcanzado misericordia, ellos se niegan a obedecer a Dios. Pero esto es para que ellos también alcancen misericordia.

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32 Porque Dios sometió a todos a la desobediencia, para tener misericordia de todos.

33 ¡Qué profunda y llena de riqueza es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus designios y qué incomprensibles sus caminos!

34 ¿Quién penetró en el pensamiento del Señor? ¿Quién fue su consejero? 35 ¿Quién le dio algo, para que tenga derecho a ser retribuido? 36 Porque todo viene de él, ha sido por él, y es para él. ¡A él sea la gloria

eternamente! Amén.Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

MONICIÓN: El mal ha de vencerse con el bien.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO: HONOR Y GLORIA A TI, SEÑOR JESÚSLECTOR 3: "«Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso".7. EVANGELIO: Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 6, 27-38 :

27 Pero yo les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian.28 Bendigan a los que los maldicen, rueguen por lo que los difaman. 29 Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el

manto, no le niegues la túnica. 30 Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames. 31 Hagan por lo demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes. 32 Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los

pecadores aman a aquellos que los aman. 33 Si hacen el bien a aquellos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores. 34 Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen?

También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo.

35 Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos.

36 Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. 37 No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados;

perdonen y serán perdonados.

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38 Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes».

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

8. HOMILIA BREVE.

III. ESPACIO DE EXAMEN DE CONCIENCIA:

PRESIDENTE:

Dejaremos ahora un espacio para la reconciliación sacramental, mientras son las confesiones, toda la comunidad estaremos haciendo un examen de conciencia y orando con un salmo penitencial para implorar del Señor su misericordia y crecer en el sentido comunitario de solidaridad. Seguiremos las obras de misericordia corporales y espirituales.

PRIMER EXAMINADOR:

CONTENIDO 1: Dar de comer al hambriento y dar de beber al sediento.

1. Los bienes que poseemos, ¡si son bien habidos!, también nos vienen de Dios. Y debemos responder a Dios por éstos y por el uso que le hayamos dado. Dios nos exigirá de acuerdo a lo que nos ha dado: Parábola de los Talentos (Mt. 25,14-30). Por cierto, no es por casualidad, que viene contada en el Evangelio de San Mateo, justamente antes de la escena del Juicio Final, donde habla de las Obras de Misericordia. “A quien mucho se le da, mucho se le exigirá” (Lc. 12, 48). Esta exigencia se refiere tanto a lo espiritual, como a lo material. ¿Qué uso hago de los bienes espirituales y materiales?

2. ¿Doy de lo que me sobra para deshacerme de lo que ya no me es útil? Podemos dar de lo que nos sobra. Esto está bien. Pero podemos dar de lo que no nos sobra. Por supuesto, el Señor ve lo último con mejores ojos. Recordemos a la pobre viuda muy pobre que dio para el Templo las últimas dos moneditas que le quedaban. No es una parábola, es un hecho real que nos relata el Evangelio. Cuando Jesús vio lo que daban unos y otros hizo notar esto: “Todos dan a Dios de lo que les sobra. Ella, en cambio, dio todo lo que tenía para vivir” (Lc. 21, 1-4).

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3. ¿Confío en la Divina Providencia cuando me desprendo de algo que es necesario y valioso para mi vivir? Esta viuda del Evangelio nos recuerda otra historia del Antiguo Testamento sobre la viuda de Sarepta, en tiempos del Profeta Elías. Ella alimentó al Profeta Elías con lo último que le quedaba para comer ella y su hijo, en un tiempo de una hambruna terrible. Y ¿qué sucedió Que no se le agotó ni la harina y ni el aceite con que preparó el pan para el Profeta. (Ver 1 Reyes 17, 7-16).

4. ¿Hago distingos en el ejercicio de la Caridad? ¿Me fijo a quién le doy? A veces no sabemos a quién alimentamos: Abraham recibió a tres hombres que era ¡nada menos! que la Santísima Trinidad (algunos piensan que eran 3 Angeles), los cuales le anunciaron el nacimiento de su hijo Isaac en menos de un año (ver Gn. 19, 1-21). Y, a pesar, de la risa de Sara, así fue. (Por cierto el nombre de Isaac significa: "Aquel que hará reír" o “Aquél con el que Dios se reirá”).

5. ¿Sólo me fijo en dar alimento y bebida material o me fijo también en los bienes espirituales que duran para siempre, el bien del alma? Sobre dar de beber al sediento, la mejor historia de la Biblia es la de la Samaritana a quien el Señor le pide de beber. (Ver Jn. 4, 1-45) !Si conocieras el don de Dios!

CANTO: NO HAY DIOS, TAN GRANDE COMO TÚ.No hay Dios tan grande como tú, no lo hay, no lo hay.No hay Dios que haga maravillas como las que haces tú (2).

1. No con espadas, ni con ejércitos, más con tu Santo Espíritu (2)Y esos montes se moverán (3 ) más con tu Santo Espíritu.

CONTENIDO 2: Dar posada al peregrino, vestir al desnudo.

6. ¿Cuál es mi actitud ante los migrantes, los niños de la calle, las personas excluidas por la sociedad, los vagabundos y enfermos mentales que vagan sin sentido? Las instituciones de los países que reciben inmigrantes deben vigilar cuidadosamente para que no se difunda la tentación de explotar a los trabajadores extranjeros, privándoles de los derechos garantizados a los trabajadores nacionales, que deben ser asegurados a todos sin discriminaciones. La regulación de los flujos migratorios según criterios de equidad y de equilibrio es una de las condiciones indispensables para conseguir que la inserción se realice con las garantías que exige la dignidad de la persona humana. Los inmigrantes deben ser recibidos en cuanto personas y ayudados, junto con sus familias, a integrarse en la vida social. En este sentido, se ha de respetar y promover el derecho a la reunión de sus familias. Al mismo tiempo, en la medida de lo posible, han de favorecerse

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todas aquellas condiciones que permiten mayores posibilidades de trabajo en sus lugares de origen. ( Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, 298 )

7. ¿Estoy pronto y solícito por vestir al desnudo? ¿Soy sensible al hermano desprovisto de su dignidad humana o lo dejo abandonado? «La configuración con Cristo y la contemplación de su rostro infunden en el cristiano un insuprimible anhelo por anticipar en este mundo, en el ámbito de las relaciones humanas, lo que será realidad en el definitivo, ocupándose en dar de comer, de beber, de vestir, una casa, el cuidado, la acogida y la compañía al Señor que llama a la puerta (cf. Mt 25, 35-37)» (Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, 58).

CANTO: AL NOMBRE DE JESÚS.Al nombre de Jesús se doble toda rodilla y que toda lengua confiese: Jesús es Señor.1. Antes de toda creación la forma de Dios compartía la forma de siervo sería

en el tiempo su actual condición.

2. Instauró el Reino de luz, su obediencia hasta la muerte, y al hombre con mano fuerte lo liberó con su cruz.

3. Por la diestra de Dios Padre, exaltado en los cielos está y un nombre recibe ya que está sobre todo nombre.

CONTENIDO 3. Visitar a los enfermos y socorrer a los presos8. ¿Cuál es mi actitud ante los enfermos, ya sean familiares, vecinos o conocidos?

¿Me doy mi tiempo para visitarlos, orar por ellos, acompañarlos, ayudarles en sus necesidades? No se trata de visitas sociales, por cumplir. Se trata de una verdadera atención a los enfermos y ancianos, tanto en cuido físico, como en compañía. Y la atención más importante en casos de vejez y enfermedades graves es la atención espiritual. El mejor ejemplo de la Sagrada Escritura es el de la Parábola del Buen Samaritano, que curó al herido y, al no poder continuar ocupándose directamente, confió los cuidados que necesitaba a otro a quien le ofreció pagarle. (Ver Lc. 10, 30-37). El visitar al enfermo incluye el auxilio a los heridos. ¿Tengo a mis padres ancianos abandonados?

9. ¿Qué estoy haciendo para atender a los presos y combatir la corrupción, soy parte de la misma corrupción con mi conducta? «La pena no sirve únicamente para defender el orden público y garantizar la seguridad de las personas; ésta se convierte, además, en instrumento de corrección del culpable, una corrección que asume también el valor moral de expiación cuando el culpable acepta voluntariamente su pena. La finalidad a la que tiende es doble: por una parte, favorecer la reinserción de las personas condenadas; por otra parte, promover una

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justicia reconciliadora, capaz de restaurar las relaciones de convivencia armoniosa rotas por el acto criminal.

En este campo, es importante la actividad que los capellanes de las cárceles están llamados a desempeñar, no sólo desde el punto de vista específicamente religioso, sino también en defensa de la dignidad de las personas detenidas. Lamentablemente, las condiciones en que éstas cumplen su pena no favorecen siempre el respeto de su dignidad. Con frecuencia las prisiones se convierten incluso en escenario de nuevos crímenes. El ambiente de los Institutos Penitenciarios ofrece, sin embargo, un terreno privilegiado para dar testimonio, una vez más, de la solicitud cristiana en el campo social: « Estaba... en la cárcel y vinisteis a verme » (Mt 25,35-36)».

CANTO: YO NO SOY NADA

Yo no soy nada y del polvo nací, pero Tú me amas y moriste por mí.Ante la cruz solo puedo exclamar: tuyo soy, tuyo soy.Toma mis manos, te pido, toma mis labios, te amo. Toma mi vida, ¡oh, Padre!tuyo soy tuyo soy.Cuando de rodillas te miro Jesús, veo tu grandeza y mi pequeñez.¿Qué puedo darte yo? Sólo mi ser. Tuyo soy, tuyo soy.

TODOS DE RODILLAS Y PETICION DE PERDÓN:

MONITOR: Todos ahora de rodillas, pidamos al Señor su misericordia, cantamos:

¡PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN!

(Salmo 51 (50) 3-4/ 5-6/ 7-9)

- Tenme piedad, oh Dios, según tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito, lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame.

- Pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí; contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí. Porque aparezca tu justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas.

- Mira que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre. Mas tú amas la verdad en lo íntimo del ser, y en lo secreto me enseñas la sabiduría.

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- Rocíame con el hisopo y seré limpio, lávame y quedaré más blanco que la nieve.

SEGUNDO EXAMINADOR.

CONTENIDO 4: Enterrar a los muertos

9. El más famoso muerto enterrado y en una tumba que no era propia fue el mismo Jesucristo. José de Arimatea facilitó una tumba de su propiedad para el Señor. Pero no sólo eso, sino que tuvo que tener valor para presentarse a Pilato y pedir el cuerpo de Jesús. Y también participó Nicodemo, quien ayudó a sepultarlo. (Jn. 19, 38-42). ¿Acompaño y ayudo a hacer el duelo a los dolientes, oro por los difuntos? ¿Por qué es importante dar digna sepultura al cuerpo humano? Porque el cuerpo humano ha sido alojamiento del Espíritu Santo. Somos “templos del Espíritu Santo”. (1 Cor 6, 19).La práctica de esparcir los restos incinerados en el mar, desde el aire o en la tierra, o de conservarlo en el hogar de la familia del difunto, no es la forma respetuosa que la Iglesia espera y requiere para sus miembros.

CANTO: SI YO NO TENGO AMOR

SI YO NO TENGO AMOR, YO NADA SOY SEÑOR. (2).1. El amor es comprensivo, el amor es servicial, el amor no tiene

envidia, el amor no busca el mal. 2. El amor nunca se irrita, el amor no es descortés. El amor no es

egoísta, el amor nunca es doblez.3. El amor disculpa todo, el amor es caridad. No se alegra de lo injusto

sólo goza en la verdad.4. El amor soporta todo, el amor todo lo cree, el amor todo lo espera, el

amor es siempre fiel.5. Nuestra fe, nuestra esperanza frente a Dios terminarán. El amor es

algo eterno, nunca, nunca pasará.CONTENIDO 5: Obras de misericordia espirituales: Enseñar al que no sabe.

10. Consiste en enseñar al ignorante sobre temas religiosos o sobre cualquier otra cosa de utilidad. Esta enseñanza puede ser a través de escritos o de palabra, por cualquier medio de comunicación o directamente. “Quien instruye a muchos para que sean justos, brillarán como estrellas en el firmamento”. (Dan. 12, 3b). La sociedad de hoy no ocupa tanto maestros, sino testigos. ¿Cómo es mi comportamiento? ¿Transmito el Evangelio con mi vida?

CANTO: ANDANDO DE TU MANO

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1. Desde que voy junto a Tí , la tierra que yo piso es como espuma.

Desde que voy junto a Tí, la noche más oscura tiene luz. Yo pienso que la vida no es tan dura, pues todo en realidad me lo das Tú.

Andando de tu mano qué fácil es la vida. Andando de tu mano el mundo es ideal. Señor. 2. Desde que voy junto a Tí, mis ojos se han abierto por completo.

Desde que voy junto a Tí, mi vida nunca ha vuelto a ser igual. Tú eres la antorcha que me guía. Contigo quiero ir hasta el final. Andando de tu mano...

CONTENIDO 6: Dar buen consejo al que lo necesita. Corregir al que yerra.

12. “Los guías espirituales brillarán como resplandor del firmamento”. (Dan. 12, 3ª). Aquí es bueno destacar que el consejo debe ser ofrecido, no forzado. Y, la mayoría de las veces es preferible esperar que el consejo sea solicitado. Asimismo, quien pretenda dar un buen consejo debe, primeramente, estar en sintonía con Dios. Sólo así su consejo podrá ser bueno. No se trata de dar opiniones personales, sino de veras aconsejar bien al necesitado de guía. ¿Soy ofrecido para dar consejos y no los recibo? ¿Corrijo con oportunidad, humildad y ternura?

13. ¿Me gusta andar corrigiendo y no ser corregido? No se trata de estar corrigiendo cualquier tipo de error. Esta obra se refiere sobre todo al pecado. Otra manera de formular esta Obra de Misericordia es así: Corregir al pecador. Es de suma importancia seguir los pasos de la corrección fraterna que Jesús nos dejó muy bien descritos: “Si tu hermano ha pecado, vete a hablar con él a solas para reprochárselo. Si te escucha, has ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma contigo una o dos personas más, de modo que el caso se decida por la palabra de dos o tres testigos. Si se niega a escucharlos, informa a la asamblea (o a los superiores)”. (Mt. 19, 15-17). Para cumplir esta Obra de Misericordia convenientemente hay que tener en cuenta dos cosas: que pueda preverse un resultado positivo a nuestra corrección y que no nos causemos un perjuicio a nosotros mismos.

Debemos corregir a nuestro prójimo con mansedumbre y suma consideración. Una corrección ruda puede tener el efecto contrario. No podemos convertirnos en gendarmes de la gente; es decir en estar pendientes de todo lo que haga la gente. Sin embargo, corregir al errado en

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fe y moral es un consejo del Señor. Así termina el Apóstol Santiago su Carta: “Sepan esto: el que endereza a un pecador de su mal camino, salvará su alma de la muerte y consigue el perdón de muchos pecados”. (St. 5, 20).

CANTO: CRISTO TE NECESITA PARA AMAR

1. Cristo te necesita para amar, para amar. Cristo te necesita para amar (2).

No te importen las razas ni el color de la piel, ama a todos como hermanos y haz el bien (2).

2. Al que sufre y al triste dale amor, dale amor; al humilde y al pobre dale amor (2).

3. Al que vive a tu lado dale amor, dale amor; al que viene de lejos dale amor (2).

4. Al que habla otra lengua dale amor, dale amor; al que piensa distinto dale amor (2).

DE RODILLAS Y PETICION DE PERDON:

Todos ahora de rodillas, pidamos al Señor su misericordia, todos cantamos: ¡PERDON, SEÑOR, PERDON!

(Salmo 51 (50) 10-11/ 12-13/ 14-15)

- Devuélveme el son del gozo y la alegría, exulten los huesos que machacaste tú. Retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas.

- Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mi renueva; no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu.

- Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame; enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores volverán a tí.

TERCER EXAMINADOR:

CONTENIDO 7: Perdonar las injurias; sufrir con paciencia los defectos de nuestro prójimos.

14. ¿Digo que perdono y no olvido?¿Oro por quien me hace el mal? ¿Amo a mis enemigos? “Perdona nuestras ofensas como nosotros

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perdonamos a los que nos ofenden”, es un punto del Padre Nuestro, que el Señor aclara un poco más en San Mateo, al final del Padre Nuestro: “Queda bien claro que si ustedes perdonan las ofensas de los hombres, también el Padre Celestial los perdonará. En cambio, si no perdonan las ofensas de los hombres, tampoco el Padre los perdonará a ustedes”. (Mt. 6, 14-15).

Perdonar las ofensas significa que no buscamos vengarnos, ni tampoco conservamos resentimiento al respecto. Significa tratar a quien nos ha ofendido de manera amable. No significa que tenemos que renovar una antigua amistad, sino llegar a un trato aceptable.

El mejor ejemplo de perdón en el Antiguo Testamento es el de José, que perdonó a sus hermanos el que hubieran tratado de matarlo y luego hayan decidido venderlo. “No se apenen ni les pese por haberme vendido, porque Dios me ha enviado delante de ustedes para salvarles la vida”. (Gen. 45, 5). Y el mayor perdón del Nuevo Testamento: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. (Lc. 23, 34).

15. ¿He pecado de omisión y de falta de tolerancia? La tolerancia y la paciencia ante los defectos ajenos es virtud y es una obra de misericordia. Sin embargo, hay un consejo muy útil: cuando el soportar esos defectos causa más daño que bien, no se debe ser tolerante. Con mucha caridad y suavidad, debe hacerse la advertencia.

CANTO: ORACIÓN DE SAN FRANCISCO.Hazme un instrumento de tu paz. Donde haya odio yo lleve amor Donde haya injuria, tu perdón Señor. Donde haya duda, fe en ti Hazme un instrumento de tu paz, 1ue lleve tu esperanza por doquierDonde haya obscuridad, lleve tu luz. Donde haya pena, tu gozo, Señor.Maestro ayúdame, a nunca buscar el ser consolado, sino consolar.Ser entendido, sino, entender. Ser amado, sino, yo amar.Hazme un instrumento de tu paz, es perdonando, que nos das perdón.Es dando a todos, que tú nos das. Muriendo, es que volvemos a nacer.Maestro ayúdame, a nunca buscar el ser consolado, sino consolar.Ser entendido, sino, entender. Ser amado, sino, yo amar.Házme un instrumento de tu paz...

CONTENIDO 8: Consolar al triste.

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16. El consuelo para el triste o deprimido se asemeja al cuido de un enfermo.Y es muy necesario, pues las palabras de consuelo en la aflicción pueden ser determinantes. Aquí pueden entrar la atención de conversación con los ancianos, que tanto nos han dado y que en su vejez requieren que alguien les oiga, les converse, los distraiga.

CANTO: MI FORTALEZA ERES TÚ, SEÑOR.1. Mi fortaleza eres tú, Señor (3) Mi fortaleza eres tú.

Porque tú me has dado la vida. Porque tú me has dado el existir.Porque tú me has dado cariño, me ha dado amor. (2)

2. Mi alegría eres tú, Señor (3). Mi alegría eres tú.

3. Mi esperanza eres tú, Señor (3). Mi esperanza eres tú.

CONTENIDO 9: Rogar a Dios por los vivos y por los difuntos.17. ¿Oro por los difuntos, hago actos de caridad por la remisión

de los pecados de nuestros difuntos? La oración por los demás, estén vivos y muertos, es una obra buena. San Pablo recomienda orar por todos, sin distinción, también por gobernantes y personas de responsabilidad, pues “Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. (ver 1 Tim 2, 2-3). Los difuntos que están en el Purgatorio dependen de nuestras oraciones. Es una buena obra rezar por éstos para que sean libres de sus pecados. (ver 2 Mac. 12, 46).

IV. ORACIÓN DE LOS FIELES.

PRESIDENTE: Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, unidos todos los hermanos en Cristo, para que los católicos de todo el mundo sepamos impulsar la Nueva Evangelización, mediante el anuncio del kerigma a todos y la formación integral permanente, para fortalecer nuestras comunidades eclesiales y nuestro pueblo en Cristo tenga vida y en este año santo especialmente por la práctica de la obras de misericordia.

R. Fortalece, Señor, nuestro testimonio.

- Para que, México, evangelizado por el testimonio de los misioneros, de los mártires, de los innumerables confesores de la fe y testigos de la caridad, recupere en plenitud la propia identidad humana y cristiana. Roguemos al Señor.

- Para que las Iglesias de occidente y de oriente pongan en común sus dones y unan el espíritu de contemplación y de oración al fervor apostólico por la extensión del reino de Cristo. Roguemos al Señor.

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- Para que todas las lenguas y culturas se hagan instrumento de la nueva evangelización y de promoción humana al servicio de la justicia y de la paz universal. Roguemos al Señor.

- Para que los países de todo el mundo puedan gradualmente crecer en la democracia, en la libertad y en el progreso. Roguemos al Señor.

- Para que nuestras comunidades cristianas promuevan la reconciliación entre las generaciones y las clases sociales con la fuerza del amor, que vence toda violencia y dilata los ánimos en la esperanza. Roguemos al Señor.

Dios, Padre de todos los hombres, ante ti nadie es extranjero, nadie queda excluido de tu paternidad; por intercesión de nuestros santos mártires, testigos insignes de la fe, haz que todas nuestras comunidades promuevan en el mundo una era de fraternidad y misericordia por la presencia, servicio, testimonio y diálogo. Por Jesucristo nuestro Señor.

V. ORACION DEL PADRE NUESTRO ACABADAS LAS CONFESIONES.

Padre nuestro...

VI. CANTO DE ACCION DE GRACIAS:

Gracias, yo quiero agradecerte, Señor.Gracias, yo quiero agradecerte tu amor.Gracias, Señor por tu amor, por tu perdón.Gracias, Señor por tu amor (2).... tu cruz. / ... tu paz / ... tu pan.

ORACION FINAL. Oración del Jubileo de la Misericordia.Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre

del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.

Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena del buscar la felicidad solamente en una

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creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.

Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidadpara que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos.

Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

PRESIDENTE: La bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, esté con todos ustedes.

TODOS: Amén.

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INDICE PARTICULARIZADO

PRESENTACIONINTRODUCCIÓNI Lectio Divina ¿Quién está justificado ante Dios? El FARISEO Y EL PUBLICANO Lc 18,9-14

AYUDA PARA LA REFLEXIÓNComentario patrístico.Comunicar al médico la enfermedad propia, no la de otros. La humildad salva al pecador. Del subsidio de las parábolas de la misericordia.

OREMOS Monición sálmicaSalmo 51 (50 ) Misericordia, Dios mío Oración sálmica.Oración I: Oración II:

II Lectio Divina UNA COMPASIÓN EXCESIVA: EL PADRE MISERICORDIOSO. Lc 15,11-32

AYUDA PARA LA REFLEXIONComentario patrístico15, 11-24 un hombre tenía dos hijosLa parábola llama a los fariseos a alegrarse por la conversión de los pecadores. Por qué el hijo menor mereció perder los privilegios de hijo. Abandonar al padre es alejarse de uno mismo. El reino de la lujuria es destructor. El hijo pródigo sufre hambre. A pesar de su pecado, el espíritu no abandona al hijo. Retorno a la casa del padre. La primera confesión busca la reconciliación. Al correr, el padre inicia la reconciliación. Perdona los pecados del hijo.

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Las acciones del padre muestran los beneficios de la encarnación. El padre admite al hijo en la fiesta divina. Adán, perdido en el pecado, ahora es hallado en cristo. Los judíos ahora se encuentran fuera de la iglesia gentil. Cristo ha nacido por el hijo mayor.

OREMOSMonición sálmicaSalmo 32 (31)Acción de gracias de un pecador perdonado

Oración sálmica. Oración I:

Oración II: LECTIO DIVINA IIIEN BÚSCA DE LA OVEJA Y LA DRACMA PERDIDAS Y ENCONTRADAS. Lucas 15,1-7

Visita al SantísimoComunión espiritual.Oración introductoriaDel Evangelio según San Lucas 15,1-10AYUDA PARA LA REFLEXIÓNOREMOS, Diálogo con Cristo 

Monición sálmica SALMO 23.

El Señor es mi Pastor Oración sálmica LECTIO DIVINA IVLO CONTRARIO A LA MISERICORDIA: EL RICO ANÓNIMO Y EL POBRE LÁZAROLucas 16,19-31

AYUDA A LA REFLEXIÓN. 1. Lo contrario a la misericordia2. La piedad no escuchada3. "Tuve hambre y no me dieron de comer"

OREMOS Monición sálmica

Salmo 40 Oración de un enfermoOración sálmicaOración I: Oración II:

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1CELEBRACIÓN PENITENCIAL AÑO SANTO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA

I. RITO DE ENTRADA.

CANTO DE ENTRADA: Himno de la Jornada Mundial en Cracovia.SALUDO DEL PRESIDENTE Y BREVE MONICION:ORACION: (Después de una breve pausa de silencio, puede hacerse de rodillas )

II. LITURGIA DE LA PALABRA.

MONICION: El nombre de Dios es misericordia.4. LECTOR 1: Lectura del libro del Éxodo 34,6-75. SALMISTA: Oramos con el primero de los siete salmos penitenciales (6.32.38.51.102. 130 y 143). Este salmo 6 se conoce como la plegaria en la tribulación. MONICION: La omnipotencia de Dios es su perdón.6. LECTOR 2: Lectura de la carta de San Pablo a los Romanos 11, 30-36:MONICIÓN: El mal ha de vencerse con el bien.ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO: HONOR Y GLORIA A TI, SEÑOR JESÚSLECTOR 3: "«Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso".7. EVANGELIO: Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 6, 27-38 :8. HOMILIA BREVE.

III. ESPACIO DE EXAMEN DE CONCIENCIA:

PRIMER EXAMINADOR:CONTENIDO 1: Dar de comer al hambriento y dar de beber al sediento.CONTENIDO 2: Dar posada al peregrino, vestir al desnudo.CONTENIDO 3. Visitar a los enfermos y socorrer a los presosPETICION DE PERDÓN:Salmo 51 (50)

SEGUNDO EXAMINADOR.CONTENIDO 4: Enterrar a los muertos

CONTENIDO 5:Obras de misericordia espirituales: Enseñar al que no sabe.

CONTENIDO 6: Dar buen consejo al que lo necesita. Corregir al que yerra.

PETICION DE PERDON:

TERCER EXAMINADOR:

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CONTENIDO 7: Perdonar las injurias; sufrir con paciencia los defectos de nuestro prójimos.

CONTENIDO 8: Consolar al triste. CONTENIDO 9: Rogar a Dios por los vivos y por los difuntos.

IV. ORACIÓN DE LOS FIELES.

V. ORACION DEL PADRE NUESTRO ACABADAS LAS CONFESIONES.

Padre nuestro...

VI. CANTO DE ACCION DE GRACIAS:

ORACION FINAL. Oración del Jubileo de la Misericordia.

INDICE PARTICULARIZADO

BIBLIOGRAFÍA.

JUST A. ARTHUR JR., Evangelio según san Lucas en LA BIBLIA COMENTADA POR LOS PADRES DE LA

IGLESIA y otros autores de la época patrística. Nuevo Testamento 3, MERINO RODRÍGUEZ, MARCELO ( dir. ). Ciudad Nueva ( Madrid 2006 ).

PITTA ANTONIO, Las parábolas de la Misericordia. Jubileo de la Misericordia 2015-2016.

PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PROMOCIÓN DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN. San Pablo. México 2015.

Para los salmos, moniciones sálmicas y oración sálmicas hemos consultado la dirección de internet: http://www.franciscanos.org/oracion/salmo031.htm