Via Matris

35

Transcript of Via Matris

Nuestra Señora a Santa Brígida

"Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí

y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos.

Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y menospreciada por muchos.

Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete

de que sean tan pocos los amigos de Dios."

La Santísima Virgen María manifestó a Santa Brígida que "concedía 7 gracias a quienes diariamente le honrasen considerando

sus lágrimas y dolores y rezando siete Avemarías"

1-Pondré paz en sus familias.2-Serán iluminados en los Divinos Misterios.3-Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.4-Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la Voluntad adorable de mi Hijo y a la santificación de sus almas.5-Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.6-Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el Rostro de su Madre.7-He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría."

María, Madre de Misericordia, cuida de todos para que el hombre

no pierda el camino del bien, no pierda la conciencia del pecado y crezca en la esperanza en Dios, «rico en Misericordia» (Ef 2, 4),

para que haga libremente las buenas obras que Jesucristo le asignó (Ef 2, 10) y, de esta manera, toda su vida sea «un himno a su gloria» (Ef 1, 12).

Oración Introductoria

Dios Padre Misericordioso, Tú que quisiste que la vida de la Virgen Santísima

estuviera marcada por el misterio del dolor,haz que caminemos con Ella

por el camino de la fe y unamos nuestros sufrimientos a la Pasión de Cristo para que se transformen en motivo de gracia

e instrumento de salvación.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

V. Te alabamos, Santa MaríaR. Madre fiel junto a la Cruz de tu Hijo.

Cuando –según la ley de Moisés- se cumplieron los días de la purificación,

llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor.

Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso;

esperaba la redención de Israel; y el Espíritu Santo estaba en él.

Simeón los bendijo y dijo a María, su Madre:

“Mira, este Niño está puesto para ruina y salvación de muchos en Israel y para ser señal de contradicción

a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones;

¡y a Ti misma una espada te atravesará el alma!”. (Lc 2, 22. 25. 34-35)

529- La Presentación de Jesús en el Templo (Lc 2, 22-39) lo muestra como el Primogénito que pertenece al Señor (Ex 13,2.12-13).

Con Simeón y Ana toda la expectación de Israel es la que viene al encuentro de su Salvador.

Jesús es reconocido como el Mesías tan esperado, "Luz de las naciones“ y "Gloria de Israel", pero también "Señal de contradicción".

La espada de dolor predicha a María anunciaotra oblación, perfecta y única, la de la Cruz que dará la salvación que Dios ha preparado "ante todos los pueblos".

Salmo 40 (39)

R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu Voluntad.

No querías ni sacrificio ni oblación,no pedías holocaustos ni víctimas,dije entonces : “Aquí estoy, Señor,para hacer tu Voluntad” R. En el libro de la ley está escrito de míque he de hacer tu Voluntad.Oh Dios mío, en tu Ley me complazcoen lo profundo de mi corazón. R.

V. Te alabamos, Santa MaríaR. Madre fiel junto a la Cruz de tu Hijo.

El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:

“Levántate, toma contigo al Niño y a su Madre y huye a Egipto, porque Herodes

va a buscar al Niño para matarlo”.

Él se levantó, tomó de noche al Niño y a su Madre y se retiró a Egipto;

y allí estuvo hasta la muerte de Herodes. (Mt 2, 13-15)

530- La Huida a Egipto y la matanza de los inocentes (Mt 2, 13-18) manifiestan la oposición de las tinieblas a la Luz:

"Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron" (Jn 1, 11).

Toda la vida de Cristo estará bajo el signo de la persecución.

Los suyos la comparten con Él (Jn 15, 20).

Su vuelta de Egipto (Mt 2, 15) recuerda el Éxodo (Os 11, 1) y presenta a Jesús como el Liberador definitivo.

Salmo 118 (117)

R. El Señor está conmigo, ¿a quién temeré?

En el peligro grité al Señor,y Él me escuchó, poniéndome a salvo.El Señor está conmigo, no temo;Qué puede hacerme el hombre? R.

El Señor es mi fuerza y mi energía,Él es mi salvación.No he de morir, vivirépara contar las hazañas del Señor. R.

V. Te alabamos, Santa MaríaR. Madre fiel junto a la Cruz de tu Hijo.

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén a la celebración de la Pascua.

Cuando Jesús cumplió doce años, fueron todos, como de costumbre, a la fiesta;

al volverse ellos, el Niño Jesús se quedó en la ciudad, sin saberlo sus padres.

Creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y lo buscaban

entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.

Al cabo de tres días, lo hallaron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles

y preguntándoles. Y su Madre le dijo:

“Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos

buscando”. Él les dijo: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que Yo debo ocuparme

de los asuntos de mi Padre?”

(Lc 2, 41-46. 48-49)

534- El hallazgo de Jesús en el Templo (Lc 2, 41-52) es el único suceso que rompe el silencio de los Evangelios sobre los años ocultos de Jesús.

Jesús deja entrever en ello el misterio de su consagración total a una misión derivada de su filiación divina:

"¿No sabíais que Yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?" María y José "no comprendieron" esta palabra, pero la acogieron en la fe, y María "conservaba todas las cosas en su Corazón", a lo largo de todos los años en que Jesús permaneció oculto en el silencio de una vida ordinaria.

Salmo 116 (115)

R. Mi alegría, Señor, es hacer tu Voluntad.

Señor, yo soy tu siervo,siervo tuyo, hijo de tu esclava.Te ofreceré un sacrificio de alabanza,invocando tu nombre, Señor. R.

Cumpliré al Señor mis votosen presencia de todo el pueblo,en el atrio de la casa del Señor,en medio de ti, Jerusalén. R.

V. Te alabamos, Santa MaríaR. Madre fiel junto a la Cruz de tu Hijo.

Cuando llevaban a Jesús para crucificarlo, detuvieron a un tal Simón de Cirene,

que venía del campo, y le cargaron la Cruz para que la llevara detrás de Jesús.

Lo seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se golpeaban el pecho

y se lamentaban por Él. Jesús, volviéndose a ellas, dijo:

“Hijas de Jerusalén, no lloren por Mí;

lloren más bien por ustedes y por sus hijos.” (Lc 23, 26-28)

967- Por su total adhesión a la Voluntad del Padre, a la obra redentora de su Hijo, a toda moción del Espíritu Santo, la Virgen María es para la Iglesia el modelo de la fe y de la caridad.

Por eso es "miembro muy eminente y del todo singular de la Iglesia" (LG 53), incluso constituye "la figura" de la Iglesia (LG 63).

968- Pero su papel con relación a la Iglesia y a toda la humanidad va aún más lejos."Colaboró de manera totalmente singular a la obra del Salvador por su fe, esperanza y ardiente amor, para restablecer la vida sobrenatural de los hombres.

Por esta razón es nuestra Madre en el orden de la gracia" (LG 61).

Salmo 24 (23)

R. Muéstranos, Padre, el Rostro de tu Amor.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,el orbe y todos sus habitantes;Él la fundó sobre los mares,Él la afianzó sobre los ríos. R.

Quién puede subir al monte del Señor?Quién puede estar en el recinto sacro?El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolosni jura contra el prójimo en falso. R.

Ese recibirá la bendición del Señor,le hará justicia el Dios de salvación.Este es el grupo que busca al Señor,que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

V. Te alabamos, Santa MaríaR. Madre fiel junto a la Cruz de tu Hijo.

Cuando llegaron al lugar que se llama Calvario, crucificaron a Jesús, también a los dos

criminales; uno a su derecha y otro a su izquierda.

Estaban junto a la Cruz de Jesús su Madre, la hermana de su Madre,

María la esposa de Cleofás, y María Magdalena.

Jesús viendo a su Madre y al discípulo a quien amaba, dijo a su Madre:

“Mujer, ahí tienes a tu hijo”

Luego dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu Madre”.

Eran ya las tres de la tarde. Jesús, dando una gran voz, dijo:

“Padre, en tus manos entrego mi espíritu”. Y diciendo esto expiró.

(Lc 23, 33; Jn 19, 25-27; Lc 23, 44-46).

721- María, la Santísima Madre de Dios, la siempre Virgen, es la obra maestra de la Misión del Hijo y del Espíritu Santo en la plenitud de los tiempos.

Por primera vez en el designio de Salvación y porque su Espíritu la ha preparado, el Padre encuentra la Morada en donde su Hijo y su Espíritu pueden habitar entre los hombres.

Por ello, los más bellos textos sobre la sabiduría, la tradición de la Iglesia los ha entendido con relación a María (Pr 8, 1-9, 6; Si 24): María es cantada y representada en la Liturgia como el trono de La "Sabiduría".

En Ella comienzan a manifestarse las “Maravillas de Dios", que el Espíritu va a realizar en Cristo y en la Iglesia.

Salmo 31 (30)

R. Padre, en tus manos confío mi vida.

A Ti, Señor, me acojo:no quede yo nunca defraudado;Tú, que eres justo, ponme a salvo,En tus manos encomiendo mi espíritu:Tú, el Dios fiel, me librarás. R.

Pero yo confío en Ti, Señor,te digo: “Tú eres mi Dios”.En tu mano está mi destino.Haz brillar tu Rostro sobre tu siervo,¡Sálvame, por tu Misericordia! R.

V. Te alabamos, Santa MaríaR. Madre fiel junto a la Cruz de tu Hijo.

Al caer la tarde, como era la preparación de la Pascua, es decir, la víspera del sábado, llegó José de Arimatea, que era un miembro distinguido del consejo de ancianos y esperaba el Reino de Dios, y tuvo el valor de presentarse

a Pilato y le pidió el Cuerpo de Jesús.

Pilatos se extrañó de que ya hubiera muerto y, llamando al centurión le preguntó si había

muerto hacía tiempo.

Informado por el centurión, concedió el Cuerpo de Jesús a José, quien, comprando una sábana,

lo descolgó de la Cruz. (Mc 15, 42-46)

964- El papel de María con relación a la Iglesia es inseparable de su unión con Cristo, deriva directamente de ella.

"Esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la salvación se manifiesta desde el momento de la concepción virginal de Cristo hasta su muerte“ (LG 57).

Se manifiesta particularmente en la Hora de su Pasión. La Bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz.

Allí, por Voluntad de Dios, estuvo de pie, sufrió intensamente con su Hijo y se unió a su sacrificio con Corazón de Madre que, llena de amor, daba su consentimientoa la inmolación de su Hijo como víctima.“ (LG 58).

Salmo 114 (116)

R. Mi alma espera en el Señor.

Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante,porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco.Invoqué el nombre del Señor :“Señor, salva mi vida”. R.

Alma mía, recobra tu calma,que el Señor fue bueno contigo :arrancó tu alma de la muerte,tus ojos de las lágrimas, tus pies de la caída. R.

V. Te alabamos, Santa MaríaR. Madre fiel junto a la Cruz de tu Hijo.

Fue Nicodemo, aquel que había ido a ver a Jesús de noche, con una mezcla

de unas cien libras de mirra y áloe.

José de Arimatea y Nicodemo tomaron el Cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme

a la costumbre judía de sepultar.

En el lugar donde había sido crucificado había un huerto y, en el huerto, un sepulcro nuevo

en el que nadie todavía había sido depositado.

Allí pues, pusieron el Cuerpo de Jesús. (Jn 19,39-42)

624- “En su designio de salvación, Dios dispuso que su Hijo no solamente muriese por nuestros pecados” (1 Co 15, 3) sino también que conociera el estado de muerte, el estado de separación entre su Alma y su Cuerpo, durante el tiempo comprendido entre el momento en que Él expiró en la Cruz y el momento en que resucitó.

Este estado de Cristo muerto es el misterio del sepulcro y del descenso a los infiernos.

Es el misterio del Sábado Santo en el que Cristo depositado en el sepulcro manifiesta el gran reposo sabático de Dios (Hb 4, 4-9) después de realiza la salvación de los hombres, que establece en la paz el universo entero ( Col 1, 18-20).

Salmo 62 (63)

R. Señor, mi alma está sedienta de Ti.

¡Oh Dios!, Tú eres mi Dios, por Ti madrugo,mi alma está sedienta de Ti;mi carne tiene ansia de Ti,como tierra reseca, agostada, sin agua. R.

En el lecho me acuerdo de Tiy velando medito en Ti,porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo;mi alma está unida a Ti,y tu diestra me sostiene. R.

Dios Padre Misericordioso, te rogamos que escuches a tu pueblo que,

junto con la Santísima Virgen María, ha recordado la obra de la Redención.

Te suplicamos que nos concedas la gracia de vivir unidos a Ella durante esta vida,

para llegar también con Ella a la alegría plena de tu Reino.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

http://siembraconmigo.blogspot.com/

Si deseas recibir archivos de Espiritualidad Católica envía un correo con el título “Suscripción a Siembra Amor” a:

[email protected]

Servicio Gratuito con Fines Educativos