Verdad de proposiciones - Alessandramagna's · reconocer la verdad, pues, a menudo, los hechos y...

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01"'" ..... Proposición: tipo de oración. Se consideran proposiciones las oraciones declarativas que afir- man o niegan algo, Así, una, oración como «el Ebro pasa \ por Zaragoza» es una propo- sición, y no lo es una oración como «¿tienes hora?». .. r " Tipos de proposiciones Empíricas Afirman o nie- gan algo acer- ca del mundo. Tienen conteni- do empírico que se puede contrastar en la experiencia. . Maríay Juan fueron al cine, . Los camellos son animales de mal carác- ter, pero mu- cha resisten- cia. Formales No tienen con- tenido empíri- co. No dicen nada acerca del mundo, sino de las re- laciones entre símbolos. .3 elevado al cuadrado es 9. lO En el plano, la recta es la distancia más corta entre dos puntos. Verdad de proposiciones La verdad no sólo se atribuye a la realidad, sino, sobre todo, a las afir- maciones que hacemos acerca de ella. Así entendida, la verdad sería una propiedad que pueden tener nuestras proposiciones; es decir, una propiedad de aquellas oraciones que afirman o niegan algo y que, por tanto, pueden ser verdaderas o falsas. Ahora bien, como distingui- mos dos tipos de proposiciones (empíricas y formales), distinguiremos, también, dos clases de verdad. - Verdad de las proposiciones empíricas. Acerca de la verdad de las proposiciones que afirman algo de los hechos y acontecimien- tos del mundo, existen varias teorías: ) La verdad como correspondencia. Considera que una proposi- I ción es verdadera cuando hay una adecuación entre lo que la pro. , posición expresa y la realidad a la que se refiere. Por ejemplo, «Ma- I ría y Juan fueron al cine» es una proposición verdadera, si María y f Juan fueron al cine; y es falsa, si no fueron. El primero que propuso ~ esta teoría fue Aristóteles. Desde entonces, numerosos filósofos con- ~ sideran que una proposición es verdadera cuando en la realidad su- ~ cede lo que ésta indica. Sin embargo, aunque esta teoría nos resulta w muy intuitiva, no consigue determinar en qué consiste exactamente ~ esta correspondencia entre el lenguaje y la realidad. I La verdad como coherencia. Considera que una proposición es 1\ verdadera si no entra en contradicción con el resto de las propo- i ¡I, sicionesaceptadas.Porejemplo,la proposición«sisigueshaciael ~ horizonte, llegarás al fin del mundo» es falsa porque entra en con- ! tradicción con numerosas proposiciones verdaderas (por ejemplo, con la proposición «la Tierra es redonda»). El primer filósofo que la propuso fue Friedrich Hegel (1770-1831). Según Hegel, la verdad de una proposición no se determina por recurso a la realidad, sino * al resto de las proposiciones de la teoría. Por lo tanto, la coherencia ' I ! (no contradicción) de la nueva proposición con las proposiciones :: que ya sabemos que son verdaderas indica que esta nueva también :1 lo es. .~ ¡, La verdad como éxito. Considera que una proposición es verda- 11 dera cuandoes útil y, por tanto, conduceal éxito. La verdado fal- i! sedad de una proposición coincide con las consecuencias que resulten de aplicarla. Una proposición es verdadera si su puesta en práctica tiene resultados positivos; en cambio, una proposición falsa es aquella cuyas consecuencias son negativas. Así, una teo- ría verdadera sobre el sida se,rá~quellaque permita cu~arlo.Williams ti James(1842-1910)fue el pnnclpalautorde estateona. :, - Verdad de las proposiciones formales. Como las proposiciones Ir formales no dicen nada acerca de la realidad, su verdad n9 puede Il consistir en la correspondencia con ésta ni en la utilidad de su apli- !~ cación. Así, en las proposiciones formales, el único sentido que pue- ¡¡ de tener la verdad es como coherencia. Una proposición como «3 elevado al cuadrado es 9» sólo puede ser verdadera si no entra! en contradicción con el resto de las proposiciones aceptadas del siso tema o teoría. En este caso, la proposición sólo será verdadera si es coherente con las reglas y los principios que forman el sistema ¡ matemático. (En la unidad 7 veremos más detenidamente la verdad i como coherencia de las proposiciones formales. Ahora nos centra- remos únicamente en la verdad de las proposiciones empíricas.) A La condición humana, de René Magritte. La teoria de la verdad como correspon- dencia considera que nuestras proposi- ciones verdaderas coinciden con la rea- lidad. i .\lj 11121

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Proposición: tipo de oración. Seconsideran proposiciones lasoraciones declarativas que afir-man o niegan algo, Así, una,oración como «el Ebro pasa \

por Zaragoza» es una propo-sición, y no lo es una oracióncomo «¿tienes hora?».

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Empíricas

Afirman o nie-

gan algo acer-ca del mundo.Tienen conteni-do empíricoque se puedecontrastar en laexperiencia..Maríay Juan

fueron al cine,.Los camellosson animalesde mal carác-

ter, pero mu-cha resisten-cia.

Formales

No tienen con-

tenido empíri-co. No dicennada acercadel mundo,sino de las re-laciones entresímbolos..3 elevado al

cuadrado es9.

lO En el plano,la recta es ladistancia máscorta entre

dos puntos.

Verdad de proposiciones

La verdad no sólo se atribuye a la realidad, sino, sobre todo, a las afir-maciones que hacemos acerca de ella. Así entendida, la verdad seríauna propiedad que pueden tener nuestras proposiciones; es decir,una propiedad de aquellas oraciones que afirman o niegan algo y que,por tanto, pueden ser verdaderas o falsas. Ahora bien, como distingui-mos dos tipos de proposiciones (empíricas y formales), distinguiremos,también, dos clases de verdad.

- Verdad de las proposiciones empíricas. Acerca de la verdad delas proposiciones que afirman algo de los hechos y acontecimien-tos del mundo, existen varias teorías:

) La verdad como correspondencia. Considera que una proposi-I ción es verdadera cuando hay una adecuación entre lo que la pro., posición expresa y la realidad a la que se refiere. Por ejemplo, «Ma- I

ría y Juan fueron al cine» es una proposición verdadera, si María y fJuan fueron al cine; y es falsa, si no fueron. El primero que propuso ~esta teoría fue Aristóteles. Desde entonces, numerosos filósofos con- ~sideran que una proposición es verdadera cuando en la realidad su- ~cede lo que ésta indica. Sin embargo, aunque esta teoría nos resulta wmuy intuitiva, no consigue determinar en qué consiste exactamente ~esta correspondencia entre el lenguaje y la realidad.

I La verdad como coherencia. Considera que una proposición es1\ verdadera si no entra en contradicción con el resto de las propo- i¡I, sicionesaceptadas.Porejemplo,la proposición«sisigueshaciael ~

horizonte, llegarás al fin del mundo» es falsa porque entra en con- !

tradicción con numerosas proposiciones verdaderas (por ejemplo,con la proposición «la Tierra es redonda»). El primer filósofo que lapropuso fue Friedrich Hegel (1770-1831). Según Hegel, la verdadde una proposición no se determina por recurso a la realidad, sino *al resto de las proposiciones de la teoría. Por lo tanto, la coherencia 'I

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(no contradicción) de la nueva proposición con las proposiciones ::

que ya sabemos que son verdaderas indica que esta nueva también :1

lo es. .~ ¡,

La verdad como éxito. Considera que una proposición es verda- 11

deracuandoes útil y, por tanto,conduceal éxito. La verdado fal- i!

sedad de una proposición coincide con las consecuencias queresulten de aplicarla. Una proposición es verdadera si su puestaen práctica tiene resultados positivos; en cambio, una proposiciónfalsa es aquella cuyas consecuencias son negativas. Así, una teo-

ría verdadera sobre el sida se,rá~quella que permita cu~arlo.Williams tiJames(1842-1910)fue el pnnclpalautorde estateona. :,

- Verdad de las proposiciones formales. Como las proposiciones Ir

formales no dicen nada acerca de la realidad, su verdad n9 puede Ilconsistir en la correspondencia con ésta ni en la utilidad de su apli- !~

cación. Así, en las proposiciones formales, el único sentido que pue- ¡¡de tener la verdad es como coherencia. Una proposición como«3 elevado al cuadrado es 9» sólo puede ser verdadera si no entra!en contradicción con el resto de las proposiciones aceptadas del sisotema o teoría. En este caso, la proposición sólo será verdadera sies coherente con las reglas y los principios que forman el sistema ¡

matemático. (En la unidad 7 veremos más detenidamente la verdad icomo coherencia de las proposiciones formales. Ahora nos centra-remos únicamente en la verdad de las proposiciones empíricas.)

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2.2. Criterios para reconocer la verdad empírica

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Sa,ber en qué consiste la verdad no es suficiente. Además, necesita-,m6ssaber cómo estar seguros de que algo es verdadero. Saber cuán-donuestras proposiciones representan los acontecimientos, apreciarcuándoson plenamente coherentes con el resto del sistema o valorarSUSconsecuencias... no siempre es sencillo. Por ello, necesitamosuncriterioque nos permita reconocerla. A este respecto, suelen seña-larsecomo criterios de verdad la evidencia y la intersubjetividad.

Lapalabra evidencia proviene del término latino videre (ver) y se re-fierea la especial forma de presentarse que tienen ciertos hechosy pro-posicionesque consideramos evidentes. Un conocimiento es eviden-tecuando se presenta de forma inmediata al sujeto que conoce, porloquea éste le es imposible dudar de su verdad. Por ejemplo, es evi-denteque «A es A», «el todo es mayor que las partes»... Porque, aun-queno puedo probarlo, su verdad se me presenta de forma tan direc-~ay patente que me es imposible dudar de ella. Sin embargo, a pesardeestacertidumbre que acompaña a las proposiciones evidentes, nin-gúnautor ha logrado todavía determinar de forma precisa en qué con-siste.Asíque establecer de forma definitiva qué proposiciones son evi-dentesy cuáles no resulta bastante complicado. Por esta razón, de-bemosadmitir qUé la evidencia resulta un criterio insuficiente parareconocerla verdad, pues, a menudo, los hechos y proposiciones quesonevidentespara mí no lo son para otros.

Estesentimiento de certidumbre y seguridad que acompaña a la evi-denciay que nos impide dudar de las proposiciones,que lo son se de-nominacerteza. Sin embargo, al ser un estado mental o sentimiento,es propio del sujeto que conoce y no de aquello que conoce; o sea,esalgosubjetivo. Por lo tanto, no es algo que pueda considerarse uncriteriopara reconocer la verdad. Mientras que yo siento la certeza dequehayvida en otros planetas, otro puede no sentirla y tener serias du-dasacercade ello. Prueba de que el sentimiento de certeza no puedeconsiderarseun criterio de verdad son los casos en los que, a pesar delacertezaque sentíamos, nuestra creencia ha acabado por ser falsa.Durantemucho tiempo, por ejemplo, se sostuvo que la Tierra era pla-na;sin embargo, cuando se demostró que su forma era, en realidad,esférica,quedó claro que ésta había sido una certeza infundada.

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- Busca ejemplos del términoverdad aplicado a hechos yaplicado a proposiciones"

- Busca ejemplos de oracionesque sean proposiciones e in-dica si son empíricas o for-males.

- Explica los distintos sentidosdel término verdad.

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Alias catalán 1375. de/alle de Asia.

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3.La dimensión social del éonocimiento

Somosseres sociales y necesitamos vivir en sociedad. Es tanta la im-portanciaque el entorno social tiene para nosotros que puede llegar acondicionarnuestra forma de captar y procesar información y, por tan-to,afectar a nuestros conocimientos. En realidad, el conocimiento esalgoquese construye socialmente, por eso hablaremos en primer lugardela construcción social del conocimiento.

Comohemosvisto, para que algo sea considerado conocimiento, ha desercompartidQy aceptado por la comunidad, no por mí solamente. Enconsecuencia,ha de tener una dimensión social. Sin embargo, la enor-meinfluenciaque ejerce la sociedad sobre el conocimiento hace que,enocasiones, pueda hablarse de manipulación social de éste. No esextraño,pues, que se distorsionen y falseen ciertos conocimientos enbeneficiode los intereses de unos cuantos.

Sinembargo, la relación entre conocimiento y sociedad no es unívo-ca.Lasociedad no sólo influye fuertemente en el conocimiento, en suconstruccióny aceptación; existe, también, una influencia inversa delconocimientohacia la sociedad. El avance de nuestro conocimiento mo-dificay tran.sformanuestra visión compartida del mundo y cambia nues-traformade vivir y relacionamos con el entorno. Por ello, acabaremoselapartadohablando de la repercusión social del conocimiento.

3.1.La construcción social del conocimiento

Enla unidad 1 vimos que la cultura es un factor humanizador, pues nosdiferenciadel resto de los animales. La riqueza y variedad de la cultu-rahumana permite compensar la poca determinación instintiva con quevenimosal mundo y nos ayuda a adaptamos de forma más eficaz al en-torno,pues el conocimiento que tenemos de éste nos permite modifi-cariay manipularlo en beneficio propio.

Adquirimosy asimilamos los contenidos culturales de nuestra sociedadmedianteun proceso denominado enculturación o socialización (véa-se unidad 1). Gracias a él, vamos integrando como propias las infor-macionesculturales de nuestro grupo: cierta manera de ver y entenderel mundo (información descriptiva; por ejemplo, que un triángulo rojosignificapeligro), cierta forma de actuar y hacer las cosas (informaciónpráctica;por ejemplo, cómo circular por la ciudad) y, también, una for-made valorar lo que nos rodea (información valorativa; por ejemplo,queno respetar las señales de circulación no es correcto). Todas estasinformaciones se asimilan progresiva y espontáneamente en este pro-cesollamado socialización.

Lasinformaciones adquiridas por socialización se depositan en los es-o tratos más profundos de nosotros mismos, constituyendo una con-

cepcióndel mundo que, por estar asimilada, nos parece incuestio-nable.Esto afecta a nuestra posterior adquisición de conocimiento,puestodo el que vayamos adquiriendo deberá integrarse en esta vi-sióny valoración de lo que nos rodea. En primer lugar, este hecho di-ficultaun acercamiento neutro e imparcial a nuestro entorno (pues yaestamoscondicionados por una determinada forma de actuar yenten-derlascosas). Y,en segundo lugar, dificulta la capacidad para aceptarconocimientosque se opongan a las creencias más arraigadas ennosotros.

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Galileo fue el primer científico que tuvola idea de dirigir un telescopio hacia loscielos para demostrar su cosmovisión.Los demás científicos de su época se re-sistieron a admitir lo que veían por el ob-

jetivo (ia pesar de que lo veían'), porquecontradecía las ideas sobre el universo

que tenían firmemente asimiladas.

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...Otro aspecto que, según algunos pensadores, puede condiciolnuestro conocimiento es la lengua concreta que nos permite ad~

rirlo y formulario. Aunque pueda extrañamos, no hay que olvidar.

la lengua concreta que aprendemos es adquirida social y culturiJImente.

Así, la lengua de cada comunidad no sólo está influenciada porel.torno de sus hablantes (ejemplo típico es el extenso vocabularioque"seen los esquimales para referirse a la nieve), sino que, según algulfilósofos, la lengua misma influye en la forma de pensar y, por tanto,nuestra concepción del mundo. Así lo expresó Herder: "Pensa

con la lengua, en la lengua y, a menudo, según la lengua». Para Hertly algún otro autor, la lengua que aprendemos y en la que nos expreiít.mos condiciona aquello que podemos pensar. Por ejemplo, para es'"filósofos hay algunas lenguas que son más adecuadas para const.y expresar el pensamiento abstracto que otras. Sin embargo, no de~mos extraer conclusiones demasiado simplistas, pues no se ha Pmostradoque realmenteexistaestarelaciónentrela lenguaen lacf!!!Ipensamos y lo que podemos pensar. Si fuera así, nuestro conocimililto, que se construye, formula y transmite en una lengua concreta, qLrrdaría fuertemente determinado por ésta. 11El aspecto más relevante a la hora de hablar del carácter social 11conocimiento lo constituye el hecho de que la mayor parte de lo.sabemos no lo hemos adquirido directamente, sino a través de mg,canismos sociales, como los colegios y universidades, los medios.comunicación... Por ello, es posible distinguir el conocimiento relectivo del personal. Es conocimiento personal el que adqUirimol

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comprobamospersonal y directamente;por ejemplo, el número,escalones que hay hasta mi piso. En cambio, es colectivo aquelel'adquirimos indirectamente de la sociedad; por ejemplo, la altura..Everest. -.

El predominio del conocimiento colectivo po~bilita el increíble avance y desarrollo de nu.tro conocimiento. Este desarrollo seríaiepensable si cada investigador fuviera que ei¡¡pezar sus trabajos desde cero, sin poder d!rnada por supuesto. Además, en el estadio<éltual al que ha llegado la ciencia, parece invl!ble comprobar personalmente todos los canjEcimientos que aceptamos y manejamos c<l

dianamente, de forma acrítica. ee.e

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El interés social y cultural que existe enEspaña hacia los caballos y los toros serefleja en el extenso vocabulario del cas-tellano relacionado con estos animales:

berrendo, ratino, lombarda, caribello,chorreado... Todos ellos son términos

referidos al toro, y para el caballo: tordo,bayo, atabanado, roano, grullo...

3.2. La manipulación social del conocimiento

Hemos visto que el conocimiento tiene un marcado cé;lráctersocial, putse construye socialmente, se adquiere socialmente y, además, se aC8j¡

ta socialmente. Esto, en sí mismo, no es negativo. Ya hemos dicho qLY!si la mayor parte de nuestro conocimiento no fuese colectivo y saciedifícilmente la ciencia progresaría como lo hace. Sin embargo, en al

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nas ocasiones, la influencia que la sociedad ejerce sobre el conocimien -tiene un carácter negativo, pues constituye una distorsión y tergiver

ción, a veces intencionada, del conocimiento. A esto nos referimos cuetdo hablamos de manipulación social del conocimiento. Una de las f<;jmas más evidentes y significativas de distorsión de la realidad natuFlli

y social es la ideología. Veámoslo. ~~

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- Del conjunto de tus conoci-mientos, busca otros ejemplospara el conocimiento colecti-vo y para el personal.

- Justifica por qué los has con-siderado de un tipo o del otro.

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Personal Colectivo

Origen Individual Cultural

Adquisición Directa y personal Por socialización

Aceptación Comprobación personal Tradición

EjemploEl Sol sale cada maña- La Tierra pertenece alnao Sistema Solar.

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4.2. Actitudes ante la posibilidad de conocimiento

Son varias las actitudes ante la posibilidad de un conocimientoválido y seguro, sobre el mundo:

- Eldogmatismo. Es la posición filosófica según la cual podenquirir conocimiento seguro y universal, y tener absoluta certello. Además, defiende la posibilidad de ampliar progresivaterrumpidamente nuestros conocimientos, Ésta es la actitud ntimista dentro de la filosofía. Uno de los filósofos que ha sidederado dogmático, en este sentido, es Descartes. Aunque e:ciente de los peligros que acechan a la razón, considera que,buen método, ésta es capaz de proporcionar conocimiento"universal acerca de todo lo que se proponga.

- El escepticismo. Es la posición opuesta al dogmatismo.cepticismo moderado duda de que sea posible un conocilfirme y seguro. El escepticismo radical niega que sea posconocimiento. Consideran que la pretensión de acceder anocimiento firme y seguro es un deseo inalcanzable. Mientrpara algunos escépticos ha de ser aceptado como aquelorienta nuestra vida, para otros, en cambio,debe ser recrpor irrealizable. Pirrón (360-270 a. C.) es considerado elescéptico. Para este filósofo la base de nuestras creencia~ca de la realidad son las sensaciones. Defiende que, como I¡;saciones son cambiantes, no pueden proporcionar conocirfirme y seguro.

- El criticismo. Postura intermedia entre el dogmatismo y el e:cismo. Para los pensadores críticos, como Kant (1724-1804)nocimiento es posible (a diferencia de lo que afirman los escé~Sin embargo, éste no es incuestionable y definitivo (como defilos dogmáticos), sino que debe ser revisado y criticado cormente para detectar posibles falsificaciones y errores.

- El relativismo. E9 L~LPO§!uX~,9~~ni~g~Ja existencia deJ.l[;dad absoluta, es decir,- VJ3.lLdé:1..en.&Lmisma,en cualquier tierDP'- ~..-..~"""PQr §'Slé!._~z9~.r.e_c:.~é:1.,~al?.'p'rete~.~i.9~ge..un ~Q.nggim ¡erje!i~.y-univ~, y. coosL~er§l que sólo existen opiniones parres.y.yál~as en un q.~terminado contexto social, cultural e'hjs

Asi,JQSI~;.é~cLeii.u~rñilnada épó'cayculturá, n<J3!l.Q!!:§l,Los sofistas (s. V-IVa. C.)so'nconsideradoslos padrrelativismo epistemológico y moral.

- El perspectivismo. Aunque tiene muchos puncomún con el relativismo, se diferencia en uno 1mental: no niega la posibilidad teórica de una \¡absoluta. Según el perspectivismo, cada sujetelectivo que conoce lo hace desde un punto de \perspectiva particular,por lo tanto tiene una visiócial de la realidad. Esta visión no es falsa y, ades insustituible, porque toda perspectiva recoge \

pecto importantede la realidad. Por lo tanto, en ~dida, todas las perspectivas son verdaderas, y Inión de todas ellas, si fuese posible, sería la vabsoluta. Ortega y Gasset ha defendido el per~vismo como forma de superar el dilema entre detismo y escepticismo.

¡ Desde distintos puntos de vista, dos h~mbres mi-I ran el mismo paisaje. Sin embargo no ven lo mis-

I mo. La situación hace que el paisaje se organicei ante ambos de distinta manera. Lo que para uno

I ocupa el primer término y acusa con vigor todosI sus detalles, para el otro queda obscuro y bo-

I rroso. Además, como las cosas pu,estas unas de-I trás de otras se ocultan en todo o en parte, cadaI uno de ellos percibirá porciones del paisaje que

¡ al otro no llegan. ¿Tendría sentido que cada cual, declarase falso el paisaje ajeno?

Ortega y Gasset, J.,El tema de nuestro tiempo.

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