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Uso de Endoret® (PRGF®) en el
tratamiento de la necrosis por
bifosfonatos: Caso Clínico.
1
INTRODUCCIÓN
Los bifosfonatos (BPs) son medicamentos utilizados
habitualmente en pacientes con osteoporosis, hiper-
calcemia, mieloma múltiple, metástasis óseas y enfer-
medad de Paget. 1
Son análogos sintéticos del pirofosfato y su principal
función consiste en inhibir la actividad de los osteoclas-
tos, reducir la resorción ósea e incrementar la densidad
ósea. Asimismo, los bifosfonatos poseen también un
efecto antiangiogénico e inflamatorio que impide la
cicatrización de las heridas en la cavidad oral. La vida
media de los bifosfonatos en el torrente sanguíneo es
muy corta, sin embargo, pueden persistir durante más
de 10 años en el tejido óseo2,3.
Los BPs se clasifican en dos grupos diferentes en fun-
ción de su mecanismo de acción4:
- No nitrogenados (etidronato, clodronato, tiludrona-
to): forman una molécula no funcional que compite
con el adenosin trifosfato (ATP).
- Nitrogenados (alendronato, pamidronato, risedro-
nato, zoledronato): inhiben al principal enzima (far-
nesil pirofosfato sintasa) de la vía del mevalonato
implicada en la biosíntesis del colesterol.
Las actividades antirresortivas de los bifosfonatos ni-
trogenados son muy superiores a las de los no nitro-
genados en su estructura. Así, el zoledronato o ácido
zoledrónico es el bifosfonato de tercera generación
con el efecto antirresortivo más potente disponible en
la actualidad4.
A pesar del uso extendido de los bifosfonatos en la
práctica clínica, éstos también presentan una serie de
efectos adversos, entre los que destaca la osteonecro-
sis de los maxilares y de la mandíbula (ONM).
En el año 20035 se reportaron por primera vez casos de
ONM relacionada con el consumo de bifosfonatos. La
asociación americana de cirujanos orales y maxilofa-
ciales (AAOMS) define la ONM asociada a bifosfonatos
como hueso necrótico expuesto en la mandíbula o en
el maxilar que persiste durante al menos 8 semanas en
pacientes tratados con bifosfonatos y sin antecedentes
de radioterapia en la cabeza o el cuello. Esta patología
puede ocurrir de manera espontánea o tras un trauma
alveolar como puede ser una extracción dental. Esta
condición patológica ocurre de manera dosis y tiem-
po dependiente, es por ello que su prevalencia varía en
función del tipo de bifosfonato utilizado.
En la actualidad no existe una guía de práctica clínica
que recoja un tratamiento efectivo y definitivo para
tratar la osteonecrosis derivada del consumo de bifos-
fonatos. De hecho, los tratamientos son predominante-
mente paliativos con el objetivo de aliviar los principa-
les síntomas de la patología.
En el presente artículo presentamos una alternativa te-
rapéutica para tratar la necrosis por bifosfonatos con
el uso de Endoret (PRGF) como bioestimulador de la
regeneración.
Uso Endoret® (PRGF®) en el tratamiento de la necrosis por Bifosfonatos: Caso clínico.
2
PROTOCOlO De UsO Del eNDOReT® (PRGF®) eN la NeCROsIs POR bIFOsFONaTOs
El uso del Endoret (PRGF) en la necrosis por bifosfo-
natos se realiza mediante un protocolo muy similar al
empleado para la regeneración de un alveolo post-ex-
tracción6-11.
La técnica se basa en la extracción del fragmento ne-
crótico de la manera más atraumática posible. Para ello,
se realiza una excisión del mismo por medio de ultra-
sonidos. El bisturí piezoeléctrico utiliza una frecuencia
de ultrasonidos que permite una gran precisión y se-
guridad al realizar la osteotomía ósea sin riesgo. Ade-
más, la viabilidad biológica del hueso tratado mediante
ultrasonidos es comparable a la del hueso tratado con
otras técnicas quirúrgicas y los pacientes refieren me-
nos molestias postoperatorias cuando se realiza con
este tipo de dispositivos12.
Posteriormente, sobre el lecho óseo sangrante se colo-
ca un coágulo de Endoret (PRGF) y finalmente se cubre
toda la zona con una membrana retraída de Endoret
(PRGF) y se sutura el tejido blando con suturas que
permitan un cierre primario sin dañar los tejidos circun-
dantes. Por ello se utilizan monofilamentos no reabsor-
bibles finos (5/0 y 6/0) o suturas de teflón.
Para la extracción y preparación de las fracciones de
Endoret (PRGF) disponemos de un kit que facilita la
obtención y separación de las mismas de forma eficaz
y segura. Con él se sigue el protocolo convencional de
la preparación y ativación del Endoret (PRGF), es decir
se extrae la sangre y luego se centrifuga realizando su
posterior fraccionado. Fig. 1
Una vez separadas las fracciones se realiza la prepara-
ción de las mismas para la obtención de la membrana
de fibrina y del coágulo de Endoret (PRGF).
• La membrana de fibrina la obtendremos en 15-20
minutos.
• La preparación del coágulo se realizará en el tubo
de fraccionamiento para evitar su retracción. Así
conseguimos mantener los factores de crecimien-
to y las proteínas dentro del coágulo. Este se for-
mará en unos 10-15 minutos.
FIG. 1El Kit KMU15 para el uso de Endoret (PRGF).
4 tubos de extracción (9ml)
BTI plasma transfer device 2 (PTD2)
Endoret®(PRGF®) Activator (1 ml)
Palomilla de extracción Vacuette
2 tubos de fraccionamiento (9ml)
Jeringa
3
sunción de osteoquimionecrosis por bifosfonatos. La
lesión había sido tratada desde Abril de 2008 en su
centro hospitalario de referencia con el tratamiento
convencional para este tipo de necrosis consistente en
lavados con clorhexidina y antibióticos sistémicos con
oxigenoterapia en cámara hiperbárica de forma conco-
mitante hasta Diciembre de 2009 sin obtener resulta-
dos positivos de curación en ningún momento. En este
tiempo la paciente tenía dolor agudo constante en la
zona, halitosis y pérdida de sensibilidad del cuarto cua-
drante (por afectación del nervio dentario a ese nivel).
(Fig. 2)
Para ilustrar los resultados del PRGF-Endoret en el trata-
miento de la necrosis por bifosfonatos, mostramos un
caso clínico tratado con la tecnología Endoret (PRGF)
en el cual se ha logrado una regeneración del hueso
afectado por la necrosis.
En 2010 acude a nuestro centro una paciente de 50
años con una lesión ulceronecrotizante que afecta al
tejido blando y duro del cuarto cuadrante asociada a
una extracción dental de la pieza 46 con anteceden-
tes de tratamiento con bifosfonatos intravenosos para
un carcinoma de mama y con un diagnóstico de pre-
FIG. 2(A) Imagen radiográfica del caso a la llegada al centro donde se puede apreciar el estado necrótico del hueso a nivel de la extracción realizada en la pieza 46 aunque no nos aporta información sobre la extensión de la misma. (B) Aspecto intraoral de la lesión en el momento de la exploración donde podemos ver gran cantidad de hueso necrótico expuesto al medio oral y colonizado por la flora bacteriana. (C) Imágenes de la tomografía computarizado de haz de cono (CBCT) realizada para el diagóstico exhaustivo de la lesión. Podemos observar como se extiende apicalmente hasta el canal del nervio dentario inferior señalado con un punto rosa en la imagen.
A B
C
4
lecho óseo) y lo cubrimos con membranas de fibrina
formada y retraída. Finalmente, realizamos un cierre
primario de los bordes con monofilamnto de 5/0 y al-
gún punto de PTFE 5/0 en las áreas donde el tejido
se encuentra en peores condiciones para no producir
rasgado del colgajo y dehiscencia de sutura. Para ter-
minar, se infiltran los bordes de la herida quirúrgica
con Endoret (PRGF) recién activado (líquido). (Fig. 3)
Una vez estudiado el caso y valorada la mala respuesta
al tratamiento convencional decidimos el tratamiento
con la tecnología Endoret (PRGF) en Marzo de 2010.
Para ello procedemos a la extirpación del fragmento
óseo necrótico con el menor trauma posible en el te-
jido duro y blando circundante. Por ello nos decan-
tamos por el uso del ultrasonidos para la extirpación
del fragmento. Una vez extirpado, colocamos el coa-
gulo Endoret (PRGF) recién formada (coágulo en el
FIG. 3(A) Extirpación del fragmento necrótico por medio de ultrasonidos. (B) Cierre primario de la herida quirúrgica tras la colocación de Endo-ret (PRGF). (C)Tras el mismo se realiza una infiltración de los bordes con Endoret (PRGF) líquido para favorecer el cierre. (D) Fragmentos de tejido blando que rodeaban el secuestro óseo. (E) Fragmentos óseos de tejido necrótico tras la extirpación.
A B
C D
E
5
Los fragmentos óseos una vez extirpados fueron re-
mitidos para la realización de informe histopatológico
de los mismos y confirmar la presencia de una osteo-
necrosis por bifosfonatos y descartar que se tratase
de algún tipo de fenómeno displásico metastático del
carcinoma primario. La anatomía patológica confirma
el diagnóstico como puede verse en las imágenes co-
rrespondientes a las secciones histológicas de los frag-
mentos enviados. (Fig. 4)
FIG. 4Imagen de hematoxilina eosina donde podemos observar los cambios señalados en la misma congruentes con una necrosis ósea. La osteonecrosis por bifosfonatos se confirma.
Laguna ósea vacía
Inhibición del recambio óseo
Colonias bacterianas sobre la superficie ósea
6
Dos semanas después de la primera cirugía el aspecto
del tejido blando es de encontrarse en pleno proceso
de regeneración y cierre. Podemos observar incluso
tejido nuevo formado en el fondo del defecto como
muestran las imágenes (Fig. 6). La paciente refiere ade-
más ausencia completa de dolor por primera vez desde
el incio del proceso necrótico. Ha eliminado la toma de
analgésicos que venían siendo habituales desde el año
2008. Ha desaparecido también la halitosis y ha mejo-
rado ostensiblemente su calidad de vida.
Una semana después de la cirugía se realiza una re-
visión de la paciente. En ella podemos observar que
existe un intento de epitelización de los bordes qui-
rúrgicos. Retiramos la sutura que ha perdido tensión
y volvemos a colocar un coágulo de Endoret (PRGF)
en la herida sin realizar maniobras quirúrgicas. Única-
mente suturamos con dos puntos la zona de la herida
con una mayor apertura para evitar la pérdida del coá-
gulo insertado en la misma. (Fig. 5)
FIG. 6Aspecto el tejido a las 2 semanas. Podemos ver como existe tejido en el fondo del defecto.
FIG. 5(A) Aspecto de la lesión una semana después. (B) Aspecto una vez retirada la sutura y colocado de nuevo el Endoret (PRGF).
A
A
B
B
7
A las 4 semanas de la primera intervención podemos
observar un tejido en el fondo del defecto casi epiteliza-
do por completo. La mejoría en los síntomas clínicos de
la paciente continúa, incluso se empieza a notar hormi-
gueo en el labio y sensación de calambres, síntomas de
que se está recuperando la afectación del nervio denta-
rio dañado en el proceso necrótico.
A B
C
FIG. 7(A,B) Aspecto del tejido a las 4 semanas. El tejido neoformado en el fondo del defecto ha madurado y podemos considerar que el cierre de la herida quirúrgica ha sido un éxito, no encontrándose hueso expuesto al medio oral. (C) Imágenes del escaneo CBCT donde podemos observar la extirpa-ción completa del hueso necrótico además del inicio de una regeneración incipiente dese la cortical lingual al centro del defecto.
En este momento realizamos además una tomografía
computarizado de haz de cono (CBCT) para evaluar los
cambios radiológicos. Podemos observar como se ha
eliminado por completo el tejido necrótico y el tejido
óseo remanente parece iniciar una colonización del le-
cho óseo vacío desde la cortical lingual. (Fig. 7)
8
En esta visita de los 6 meses realizamos un nuevo con-
trol radiológico mediante un escaneo CBCT. En el pode-
mos observar una regeneración de aproximadamente
un 50% del defecto óseo primario desde las corticales
vestibular y lingual hacia el centro del defecto. (Fig. 9)
La paciente acude a revisión a los 6 meses de la inter-
vención (no pudiendo acudir antes por motivos perso-
nales) y en la exploración podemos ver una regenera-
ción completa del tejido blando del área intervenida
(Fig. 8). La sensibilidad relativa al cuarto cuadrante se ha
recuperado por completo y la paciente ha recuperado
su calidad de vida.
A B
FIG. 8(A) Imagen del inicio del tratamiento (necrosis activa). (B) Aspecto final de la zona intervenida a los 6 meses. Podemos observar una regeneración completa del tejido.
FIG. 9Imágenes del escaneo CBCT donde se observa la regeneración de parte del defecto desde las corticales hacia el centro del mismo.
9
En la revisión al año de la intervención podemos ver
la misma imagen de regeneración en el tejido blando
acompañada de una regeneneración ósea casi comple-
ta del defecto observándose incluso una regeneración
del canal del nervio dentario inferior. La densidad ósea
medida en unidades Hounsfield de la zona regenene-
rada es similar a la del hueso basal conservado y la pa-
ciente se encuentra asintomática. (Fig. 10 y 11)
Un año y 8 meses después de la cirugía la mejoría con-
tinúa observándose ahora incluso una remodelación
del tejido blando y una regeneración completa del teji-
do óseo del defecto del área de la necrosis. (Fig. 12 y 13)
FIG. 11Escaneo CBCT donde podemos observar una regeneración casi completa del defecto.
FIG. 10Imágenes clínicas de la regeneración del tejido blando un año después de la cirugía.
A B
10
FIG. 12(A-C) Imágenes intraorales del la zona tratada donde podemos ver la conservación del tejido blando regenerado e incluso la remodelación del mismo. (D) Regeneración completa del lecho óseo en el escaneo CBCT a los 20 meses.
D
A
FIG. 13Imágenes del escaneo CBCT donde podemos comparar el estado inicial de la necrosis ósea con afectación del nervio dentario y estado óseo final con regeneración completa del lecho óseo y nueva constitución de canal dentario.
ANTES DESPUÉS
B C
11
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