Unión, fusión, expansión

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Septiembre 14/ 2014 Mensaje Dominical Pst. Parrish Jácome Hernández El Gran Panorama Texto: Romanos 15: 24 www.iglesiabautistaisrael.com [email protected] Las iglesias que crecen siempre tendrán atractivo, sus propuesta son un imán a decenas de personas que llegan influidas por lo que escuchan de otros. El momento de la verdad no espera, se produce cuando los primeros contactos comienzan a provocarse y las expectativas de vivencias diferentes se observan como el resultado de una verdadera transformación de vida de quienes son parte de la comunidad de fe. Reconocer los elementos que producen este resultado es fundamental para no perderlos en el camino. La unidad en la vida de la iglesia es irremplazable, tiene esa fuerza testimonial que produce fe en quienes vivieron cuestionando sus prácticas. La unidad es orgánica, se produce sólo en el cuerpo, donde cada creyente encuentra su propósito aprendiendo a trabajar en medio de la diversidad, al fusionar habilidades naturales o carismas espirituales que han sido dados por el Señor para la edificación de toda la iglesia. Levantar expectativas esperando un mayor crecimiento no es descabellado, responde a ese principio que presenta la expansión como el resultado natural de una iglesia que aprende a moverse en unidad, fusionando los recursos de unos y otros, abriendo espacios para que cada uno comparta y bendiga. Expandirse es el objetivo, influenciando, aportando, generando presencia en nuevos espacios, donde la necesidad del mensaje transformador de Jesucristo es requerido con urgencia. Al pensar en la importancia de la unidad; ¿Puedes señalar cuáles son las evidencias o marcas de una iglesia que está unida? Las evidencias o marcas de la unidad están visibles en la vida de nuestra iglesia; ¿En qué áreas son fáciles de observarlas o en que espacios no se las encuentra? Si la unidad es determinante en la vida de la Iglesia; ¿Qué debemos cuidar para que las relaciones entre los miembros se mantengan en ese espíritu de fraternidad? Fusionar los dones de unos y otros en la iglesia siempre será desafiante al involucrar a los miembros al servicio; ¿De qué forma estamos siendo guiados para descubrirlos o consideras que no hay un acompañamiento para reconocerlos? El papel del liderazgo es vital para unir y fusionar todos los recursos de una iglesia; ¿Nuestros líderes están cumpliendo ese papel? ¿Qué recomendación realizarías? Una iglesia unida y fusionada siempre se va a expandir dando oportunidades a quienes desean servir en diferentes espacios; ¿En tu caso puedes decir que estás aportando a esa expansión? ¿De qué forma? Ƥ × Trabaja por la unidad, no temas, la expansión llega El siglo XX será recordado por la era de los grandes cambios, donde los patrones inalterables que se mantuvieron por cientos de años fueron desplazados incorporando prácticas que en rápido tiempo crearon nuevos hábitos. Las generaciones vieron ante sus ojos un desarrollo tecnológico que era impredecible en otro tiempo, donde los procesos eran lentos y sin mayor variación. La revolución industrial afectó de forma sensible la forma de pensar, todo comenzó a estructurarse desde la perspectiva mecanicista que maneja un orden lógico en todo lo que realiza. Este nuevo tiempo levantó supremacía de ciertas naciones frente a otras, llegando a la equivocada presunción que se podía imponer los criterios o puntos de vista por el poderío económico que llevó a un armamentismo peligroso. Las guerras mundiales fueron un detonante para que el mundo entendiera la necesidad de actuar de forma conjunta, naciendo la Organización de Naciones Unidas. Un cambio que comenzó a generar conciencia de ese interrelación de unos con otros. Los diferentes bloques económicos que se fueron formando en los diferentes contenientes fue otro indicio de reconocer que la unidad provoca resultados que son imposibles de alcanzarlos estando solos. En el ámbito de la fe este principio es claro, las páginas que narran el nacimiento de la iglesia evidencian este germen cooperativo, donde cada uno de los miembros aportaba con sus habilidades, destrezas y dones que el mismo creador les había concedido para su edificación. Aunque la comunidad de fe comenzó a crecer, aprender actuar de forma unida, mancomunada, enfocada con un objetivo fue determinante. El crecimiento experimentado trajo evidencia del poder que tiene la iglesia cuando aprende a moverse como cuerpo, unido, integrado, fusionando lo mejor de cada uno de los miembros, alcanzando esa expansión que fue consistente y no se detuvo al seguir cultivando esta semilla de unidad. Conservar este mismo espíritu siempre será desafiante en las comunidades cristianas afectadas por las corrientes gerenciales y de los negocios que buscan fabricar lo que debe llegar de forma natural. Unión, ×ǡ ×

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La expansión es donde la unión y fusión encuentran su razón de ser, impulsando un mover espiritual que llegue con el evangelio a familias, barrios, ciudades, naciones, que siguen viviendo en lo rudimentario de una creencia donde el verdadero Dios, Señor de todo y de todos es totalmente desconocido. Pst. Parrish Jácome H. Iglesia Bautista Israel www.iglesiabautistaisrael.com

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Septiembre 14/ 2014Mensaje Dominical

Pst. Parrish Jácome Hernández

El Gran PanoramaTexto: Romanos 15: 24

[email protected]

Las iglesias que crecen siempre tendrán atractivo, sus propuesta son un imán a decenas de

personas que llegan influidas por lo que escuchan de otros. El momento de la verdad no

espera, se produce cuando los primeros contactos comienzan a provocarse y las

expectativas de vivencias diferentes se observan como el resultado de una verdadera

transformación de vida de quienes son parte de la comunidad de fe.

Reconocer los elementos que producen este resultado es fundamental para no perderlos en

el camino. La unidad en la vida de la iglesia es irremplazable, tiene esa fuerza testimonial que

produce fe en quienes vivieron cuestionando sus prácticas. La unidad es orgánica, se

produce sólo en el cuerpo, donde cada creyente encuentra su propósito aprendiendo a

trabajar en medio de la diversidad, al fusionar habilidades naturales o carismas espirituales

que han sido dados por el Señor para la edificación de toda la iglesia.

Levantar expectativas esperando un mayor crecimiento no es descabellado, responde a ese

principio que presenta la expansión como el resultado natural de una iglesia que aprende a

moverse en unidad, fusionando los recursos de unos y otros, abriendo espacios para que

cada uno comparta y bendiga. Expandirse es el objetivo, influenciando, aportando,

generando presencia en nuevos espacios, donde la necesidad del mensaje transformador de

Jesucristo es requerido con urgencia.

Al pensar en la importancia de la unidad; ¿Puedes señalar cuáles son las evidencias o marcas de una iglesia que está unida?

Las evidencias o marcas de la unidad están visibles en la vida de nuestra iglesia; ¿En qué áreas son fáciles de observarlas o en que espacios no se las encuentra?

Si la unidad es determinante en la vida de la Iglesia; ¿Qué debemos cuidar para que las relaciones entre los miembros se mantengan en ese espíritu de fraternidad?

Fusionar los dones de unos y otros en la iglesia siempre será desafiante al involucrar a los miembros al servicio; ¿De qué forma estamos siendo guiados para descubrirlos o consideras que no hay un acompañamiento para reconocerlos?

El papel del liderazgo es vital para unir y fusionar todos los recursos de una iglesia; ¿Nuestros líderes están cumpliendo ese papel? ¿Qué recomendación realizarías?

Una iglesia unida y fusionada siempre se va a expandir dando oportunidades a quienes desean servir en diferentes espacios; ¿En tu caso puedes decir que estás aportando a esa expansión? ¿De qué forma?

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Trabaja por la unidad, no temas, la expansión llega

El siglo XX será recordado por la era de los grandes cambios, donde los patrones

inalterables que se mantuvieron por cientos de años fueron desplazados incorporando

prácticas que en rápido tiempo crearon nuevos hábitos. Las generaciones vieron ante

sus ojos un desarrollo tecnológico que era impredecible en otro tiempo, donde los

procesos eran lentos y sin mayor variación.

La revolución industrial afectó de forma sensible la forma de pensar, todo comenzó a

estructurarse desde la perspectiva mecanicista que maneja un orden lógico en todo lo

que realiza. Este nuevo tiempo levantó supremacía de ciertas naciones frente a otras,

llegando a la equivocada presunción que se podía imponer los criterios o puntos de vista

por el poderío económico que llevó a un armamentismo peligroso.

Las guerras mundiales fueron un detonante para que el mundo entendiera la necesidad

de actuar de forma conjunta, naciendo la Organización de Naciones Unidas. Un cambio

que comenzó a generar conciencia de ese interrelación de unos con otros. Los

diferentes bloques económicos que se fueron formando en los diferentes contenientes

fue otro indicio de reconocer que la unidad provoca resultados que son imposibles de

alcanzarlos estando solos.

En el ámbito de la fe este principio es claro, las páginas que narran el nacimiento de la

iglesia evidencian este germen cooperativo, donde cada uno de los miembros aportaba

con sus habilidades, destrezas y dones que el mismo creador les había concedido para

su edificación. Aunque la comunidad de fe comenzó a crecer, aprender actuar de forma

unida, mancomunada, enfocada con un objetivo fue determinante.

El crecimiento experimentado trajo evidencia del poder que tiene la iglesia cuando

aprende a moverse como cuerpo, unido, integrado, fusionando lo mejor de cada uno de

los miembros, alcanzando esa expansión que fue consistente y no se detuvo al seguir

cultivando esta semilla de unidad. Conservar este mismo espíritu siempre será

desafiante en las comunidades cristianas afectadas por las corrientes gerenciales y de

los negocios que buscan fabricar lo que debe llegar de forma natural.

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Los viajes misioneros que el apóstol Pablo desarrolla a lo largo de su ministerio, son la mejor expresión de diferentes acciones, donde convergiendo varios actores que entregando lo que cada uno tiene, logran alcanzar una expansión significativa. Un esfuerzo que respetó los principios compartidos por Jesús, presto a involucrar a quienes tomaron la decisión de seguirlo en la expansión de su evangelio.Un espíritu que se muestra con claridad en cada una de las cartas del apóstol, donde sus consejos e instrucciones evidencian ese compromiso de presentar las verdades de Jesús a todos cuantos pueda alcanzar. Una pasión que nunca decayó, siempre estuvo presente, compartiéndola con las diferentes comunidades con las cuales había alcanzado influencia. La preocupación pastoral nunca se divorcia de su entorno, la atención que la comunidad de fe recibe es mediada por la comprensión de esa vida de influencia y testimonio que en la sociedad se debe alcanzar. Las enseñanzas del apóstol conservan ese elemento práctico de una fe que se asienta en el presente, en la necesidad, en la vivencia que se está enfrentando.Las lecciones que se alcanzan de su parte son provocadas por acciones que buscan contrarrestar los problemas o falencias encontradas en comunidades donde la vida de fe sigue siendo desconocida. Unir judíos y gentiles era ya un desafío grande, controversial, complejo por los trasfondos que cada una de estas culturas traía como sus valores ancestrales, validados y aceptados por sus generaciones.Las diferencias que el apóstol Pablo observa y combate en el capítulo 14 son la evidencia de un ministerio desafiante en la iglesia de Roma. Las polémicas que surgen alrededor de la fe por uno u otro ámbito no deben afectar el principio sobre el cual una iglesia desarrolla su influencia.La unidad es determinante, fundamental, imprescindible, para que el evangelio pueda correr y alcanzar naciones enteras. Resulta paradójico concebir la trascendencia de una fe donde sus fieles no sean capaces de superar diferencias de forma o de fondo, que terminan neutralizando el poder de un mensaje que con sus actos entra en descrédito.El camino para esta unidad es precisado, los llamados fuertes, aquellos que han transitado por el camino de la fe aprendiendo de las circunstancias inesperadas deben soportar y acompañar las flaquezas de los débiles. Una acción donde el bienestar del otro es levantado como un elemento unificador que produce honra, gloria y alabanza al creador.

"Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre

de nuestro Señor Jesucristo" Romanos 15: 5 - 6.La unidad es trabajada a profundidad, no puede alcanzarse un movimiento movilizador sin que los creyentes consideren este elemento decisivo para influenciar la sociedad romana. Pablo entiende que esta unidad no puede provocarse desde la fuerza humana, donde los esquemas o intereses personales oscurecen la fuerza de un evangelio que transforma los valores internos. Reconocer que esta unidad debe ser modelada desafía al apóstol a presentar a Jesús como el siervo por excelencia, capaz de generar en una comunidad tan diversa como la de sus discípulos ese vínculo que logra sobreponerse a su muerte cuando se pensó que todo había terminado. Una unidad que tuvo un propósito y se manifestó en la aceptación de los gentiles

El Texto No es un Pretextocomo parte del pueblo de Dios.La unidad establece la base para que la diversidad se exprese libremente, reconociendo que esta característica es propia de todo ser vivo, donde los distintos miembros aprenden a coexistir de forma armónica. Un reconocimiento que no deja a nadie fuera, integra las habilidades innatas como los carísimas espirituales que el mismo creador proporciona para la edificación del cuerpo de Cristo, la iglesia.La diversidad permite que la fusión se produzca en la vinculación de varios elementos, recursos, capacidades, prestas a proporcionar lo que cada uno tiene en favor de un bien superior. Pablo apela a este principio para involucrar a los creyentes de la iglesia de Roma en la predicación del evangelio a ciudades donde todavía Jesucristo no había sido anunciado.La exhortación a la iglesia es directa presentando las cualidades de una comunidad que tiene todo el potencial de ser canal de bendición para otras congregaciones. Fusionar estas potencialidades es posible, requiere la decisión y el compromiso de quienes siendo bendecidos con esta gracia espiritual, están prestos a impartirla sin reserva alguna."Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos

de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaría los unos a los otros" Romanos 15: 14

La unión y la fusión no alcanza su potencial si no encuentran un desafío, mantenerse unidos y vincular lo mejor de cada discípulo es un buen ideal que sin un claro objetivo pronto se desvanece. En estas circunstancias es donde la figura del siervo de Dios toma un papel relevante, significativo a un pueblo que necesita enrumbarse siguiendo una ruta bien trazada.El pasado es un referente imposible de olvidar cuando la normativa señalaba que el Señor no hará nada sin revelarlo a sus profetas. El paso del tiempo no excluyo esta verdad indiscutible a una comunidad de fe que necesita ser guiada, alimentada y conducida de forma sabia a los desafíos que el Señor mismo les presenta.Pablo asume con valentía esa responsabilidad y se atreve a manifestarlo con autoridad, presentando el ideal supremo de las buenas noticias del evangelio del reino, donde a todos y todas se les de a conocer que en Jesucristo hay salvación y vida plena. Una verdad que debe empujar a quienes han recibido el regalo inmerecido de la eternidad a ser portadores de este mensaje a los que nunca lo han oído.La expansión es donde la unión y fusión encuentran su razón de ser, impulsando un mover espiritual que llegue con el evangelio a familias, barrios, ciudades, naciones, que siguen viviendo en lo rudimentario de una creencia donde el verdadero Dios, Señor de todo y de todos es totalmente desconocido. Alcanzar presencia con el evangelio en esos lugares donde el testimonio cristiano es muy débil o totalmente desconocido es la motivación principal de una iglesia que aprende a moverse unida y fusionada. El impacto que se alcance llevará a la comunidad de fe a una nueva dimensión, donde sus paradigmas, patrones, conceptos del crecimiento quedarán superados por lo que el Señor les mostrará, al aprender que el trabajo unido y fusionado en el ministerio produce una expansión sin precedentes."Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, sino como esta escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él verán; Y los que nunca han oído de él,

entenderán" Romanos 15: 20 - 21.

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