UNIDAD 1 LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

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1 UNIDAD 1 LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN EL ANTIGUO RÉGIMEN Los protagonistas de la Revolución Francesa, conscientes de estar inaugurando una nueva época, llamaron despectivamente Antiguo Régimen, al período con el que pretendían acabar. Los historiadores han mantenido esta denominación para referirse al sistema social, económico y político dominante en Europa entre el siglo XVI y finales del XVIII. Se caracteriza por un orden político absolutista, una organización social estamental y una economía de subsistencia basada en la agricultura. POLÍTICA Y SOCIEDAD EN EL ANTIGUO RÉGIMEN La monarquía absoluta La organización política más común del Antiguo Régimen era la Monarquía Absoluta. El rey consideraba que su poder era de origen divino (Dios había delegado en él) y, por tanto, ilimitado (sólo respondía ante Dios). Los monarcas absolutos concentraban en sus manos el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial, mandaban sobre el ejército y todas las instituciones del estado. El estado en su conjunto (incluyendo sus habitantes- súbditos) no eran sino una propiedad personal del Rey. La sociedad estamental Las sociedades del Antiguo Régimen se caracterizaban por tener una población estancada, sometida periódicamente a las llamadas crisis de subsistencia y que aún no habían conocido la revolución demográfica que haría crecer la población europea a ritmos nunca antes conocidos. Se trataba de una sociedad formada por grupos muy cerrados: la sociedad estamental. La sociedad estamental se caracterizaba por la desigualdad legal entre los diferentes grupos sociales o estamentos. De un lado distinguimos el grupo de los Privilegiados, constituidos por la nobleza y el alto clero, que poseían enormes riquezas provenientes de las rentas de la tierra y gozaba de exenciones fiscales -estaban excluidos del pago de varios impuestos-, eran juzgados según leyes distintas a las del pueblo, y se reservaban los cargos más importantes del ejército, la Iglesia y el estado. De otro lado tendríamos al estamento no privilegiado (o tercer estado), que no era un grupo homogéneo, pues cabían en él, desde ricos comerciantes y banqueros (que nada envidiaban a la nobleza en cuanto a riqueza) hasta el más humilde de los campesinos, pero que tenían en común el hecho de ser quienes sostenían económicamente el país con su trabajo, y el estado con sus impuestos. El tercer estado constituía habitualmente 9/10 de la población, de ellos la mayoría campesinos pobres. LA ECONOMÍA DEL ANTIGUO RÉGIMEN

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UNIDAD 1

LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

EL ANTIGUO RÉGIMEN

Los protagonistas de la Revolución Francesa, conscientes de estar inaugurando una

nueva época, llamaron despectivamente “Antiguo Régimen”, al período con el que

pretendían acabar. Los historiadores han mantenido esta denominación para referirse al

sistema social, económico y político dominante en Europa entre el siglo XVI y finales

del XVIII. Se caracteriza por un orden político absolutista, una organización social

estamental y una economía de subsistencia basada en la agricultura.

POLÍTICA Y SOCIEDAD EN EL ANTIGUO RÉGIMEN

La monarquía absoluta

La organización política más común del Antiguo Régimen era la Monarquía Absoluta.

El rey consideraba que su poder era de origen divino (Dios había delegado en él) y, por

tanto, ilimitado (sólo respondía ante Dios). Los monarcas absolutos concentraban en sus

manos el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial, mandaban sobre el ejército y todas

las instituciones del estado. El estado en su conjunto (incluyendo sus habitantes-

súbditos) no eran sino una propiedad personal del Rey.

La sociedad estamental

Las sociedades del Antiguo Régimen se caracterizaban por tener una población

estancada, sometida periódicamente a las llamadas crisis de subsistencia y que aún no

habían conocido la revolución demográfica que haría crecer la población europea a

ritmos nunca antes conocidos. Se trataba de una sociedad formada por grupos muy

cerrados: la sociedad estamental.

La sociedad estamental se caracterizaba por la desigualdad legal entre los diferentes

grupos sociales o estamentos. De un lado distinguimos el grupo de los Privilegiados,

constituidos por la nobleza y el alto clero, que poseían enormes riquezas provenientes

de las rentas de la tierra y gozaba de exenciones fiscales -estaban excluidos del pago de

varios impuestos-, eran juzgados según leyes distintas a las del pueblo, y se reservaban

los cargos más importantes del ejército, la Iglesia y el estado.

De otro lado tendríamos al estamento no privilegiado (o tercer estado), que no era un

grupo homogéneo, pues cabían en él, desde ricos comerciantes y banqueros (que nada

envidiaban a la nobleza en cuanto a riqueza) hasta el más humilde de los campesinos,

pero que tenían en común el hecho de ser quienes sostenían económicamente el país con

su trabajo, y el estado con sus impuestos. El tercer estado constituía habitualmente 9/10

de la población, de ellos la mayoría campesinos pobres.

LA ECONOMÍA DEL ANTIGUO RÉGIMEN

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La economía del Antiguo Régimen era básicamente rural: más del 80 % de la población

se ocupaba de tareas agropecuarias. Se trataba de una agricultura en general

caracterizada por su bajísima productividad, por estar dirigida al autoconsumo (el

campesino pensaba fundamental en alimentarse directamente él mismo y sus familias

con el producto de sus tierras) y no a la comercialización, y por la utilización de

técnicas y herramientas que apenas han conocido cambios en varios siglos: la utilización

del arado romano sigue siendo general en casi toda Europa y el mantenimiento del

barbecho (dejar sin cultivar cada año un tercio o la mitad de las tierras para que esta

recupere sus nutrientes) en la rotación de cultivos como técnica de fertilización de las

tierras. Por otra parte, las posibilidades de acceder a la propiedad de la tierra eran muy

escasas; la nobleza y la Iglesia acaparaban la mayor parte de la tierra, que solían ceder

para su explotación mediante contratos de arrendamiento.

En muchas zonas se conservaban estructuras del llamado régimen señorial típicas de la

Edad Media: muchos campesinos en teoría hombres libres, debían sin embargo pagar

impuestos a su señor (normalmente algún gran propietario de la zona con un título de

nobleza o algún cargo eclesiástico) en forma de pagos en moneda, en especie (una parte

de la cosecha) o personal (trabajando gratis durante varias jornadas en las tierras del

señor). Además estos campesinos debían aceptar la autoridad judicial del señor y

estaban obligados a utilizar (pagando) el molino o el lagar, e incluso a pedir su

autorización para casarse. Todavía en el siglo XVII en muchas zonas de Europa esos

campesinos tenían prohibido moverse de sus tierras y buscar otro trabajo, obligación

que heredaban sus hijos. Sin embargo este sistema señorial se había debilitado con la

peste que diezmó la población europea desde fines del siglo XIV: los señores debieron

"aflojar" la presión sobre los campesinos. En los siglos XV y XVI, con la mayor

circulación monetaria muchos campesinos cambiaron sus obligaciones por pagos en

dinero. Además las monarquías absolutas recortaron el poder de los señores, en especial

su capacidad para ejercer justicia y cobrar impuestos. De esta manera, mientras en

algunos países del este de Europa el régimen señorial sigue vigente de lleno, en Gran

Bretaña ya casi ha desaparecido, lo que es considerado por muchos historiadores como

favorable para la modernización de la agricultura y de la economía en general que se

producirá en este país a partir el siglo XVIII.

Esta economía agraria atrasada convive en muchas zonas con un importante desarrollo

urbano y comercial dinamizado por los grandes descubrimientos geográficos pues,

desde mediados del siglo XV, exploraciones portuguesas y castellanas revolucionan el

conocimiento geográfico y científico en general, incorporando a la cultura europea

nuevas tierras, mares, razas, especies animales y vegetales... Primero serán las costas

africanas, luego el descubrimiento de América, posteriormente las tierras del Pacífico,

de forma que a finales del siglo XVIII apenas quedaban por descubrir el interior de

África y las zonas polares. Pronto algunos países europeos construirán enormes

imperios coloniales basándose en su superioridad técnica (armas de fuego) que servirán,

inicialmente, para animar el comercio europeo con inmensas cantidades de oro y plata

(monedas) y ya desde el siglo XVIII se incorporan enormes plantaciones de tabaco y

azúcar, que junto al comercio de especias y a la trata de negros, servirán para enriquecer

enormemente a las burguesías mercantiles de algunos países europeos.

Pero este panorama de cambios hay que matizarlo, destacando, por ejemplo, la

pervivencia de los gremios dentro de las actividades artesanales: los trabajadores de

cualquier sector artesanal en una ciudad (zapateros, tejedores, alfareros...) estaban

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obligados a formar parte de una organización, el gremio, que controla toda la actividad

que se desarrolle en esa ciudad, de manera que las mercancías fabricadas en otros

lugares no puedan entrar en su ciudad. El gremio fijaba de una forma rígida horarios,

precios, salarios, herramientas, número de trabajadores por taller..., e impedían

cualquier avance técnico u organizativo que pudiese dar ventaja a unos talleres sobre

otros. Por estas razones los nuevos regímenes liberales prohibirán la existencia de

gremios como organismos incompatibles con economías basadas en el progreso

tecnológico continuo que deriva de la competencia y el libre mercado.

El comercio encontraba numerosos obstáculos a su desarrollo como eran la existencia

de multitud de aduanas interiores o la mala calidad de los transportes terrestres que

sólo mejorarán con la construcción de los primeros ferrocarriles.

EL PENSAMIENTO ILUSTRADO

Se entiende como Ilustración a un movimiento intelectual que tiene como bases un

conjunto de ideas filosóficas que enfatizan la confianza en la razón como solución de

muchos de los males de la humanidad. La razón aplicada a través de los conocimientos

científicos difundidos gracias a la educación (los ilustrados creen en la necesidad de

alfabetizar al conjunto de la población) se convierte en una herramienta esencial para el

progreso de la humanidad. La confianza en el uso de la razón, la defensa de las

libertades individuales y de la tolerancia religiosa y el optimismo ante el futuro, son

rasgos característicos de muchos de los llamados ilustrados.

EL SIGLO DE LAS LUCES

El nombre de Ilustración, hace referencia la “luz” que arroja la razón al abordar muchos

asuntos considerados antes misteriosos. En muchos idiomas el movimiento es

denominado con una palabra que hace referencia a esa luz clarificadora de la razón:

Illuminismo (Italia), Enlightenment (Gran Bretaña)...

En el origen de este movimiento desarrollado en el siglo XVIII (“Siglo de las luces”) se

encuentran la difusión de la filosofía empirista inglesa que afirma que todo

conocimiento proviene de la experiencia (Locke, Hume) y el espíritu científico

difundido por Newton, matemático y científico inglés que desarrolla su obra en las

últimas décadas del siglo XVII, y sus seguidores, que pondrán las bases de la llamada

ciencia moderna: toda teoría científica deberá ser probada mediante experimentos, idea

ya anticipada a comienzos del siglo XVII por los trabajos del astrónomo italiano

Galileo. De esta manera, la Ilustración considerada por muchos como una corriente

filosófica francesa, tiene claramente una inspiración británica. Sin embargo, sus figuras

más importantes serán en buena parte un grupo de pensadores franceses (Les

philosophes), entre los que destacan Diderot, D´Alembert, Voltaire, Montesquieu y

Rousseau. Todos estos pensadores tienen ideas muy diferentes, pero globalmente

coinciden en la valoración de la inteligencia humana, de la razón, como instrumento que

puede desvelar los secretos de la naturaleza y proporcionar técnicas que mejoren no sólo

las condiciones materiales de la humanidad, sino también hacer mejores éticamente a

los humanos. A través de la educación puede conseguirse el progreso global de la

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humanidad. Frente al cristianismo que considera el paso por el mundo como una

estancia temporal en un "valle de lágrimas", la Ilustración es una ideología optimista

que pretende que los seres humanos se liberen de todos aquellos obstáculos que impiden

el bienestar y la felicidad en la tierra.

LA ENCICLOPEDIA

Varios de estos “philosophes” son responsables de la edición de la conocida como

Enciclopedia, que pretendía ser un compendio de los nuevos conocimientos obtenidos

por la razón, a la vez que pretendía convertirse en un medio de difusión de la ideología

ilustrada y de defensa del racionalismo, la tolerancia o las libertades. La Enciclopedia, o

con su título completo La Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las

artes y los oficios, proyecto impulsado por ilustrados, Diderot y D´Alembert, y que se

publicará en varios tomos desde mediados del siglo XVIII. Su propio título completo

nos ilustra sobre la pretensión de servir para divulgar los conocimientos científicos y

técnicos de la humanidad, pues los ilustrados, filósofos optimistas, pensaban que la

ciencia y la técnica podían dar respuestas a muchas de las desgracias que aquejaban a

las personas de su época (hambre, enfermedades...).

Además, ya en su primer tomo Diderot y D`Alembert dejarán clara su postura en

defensa de la razón y de la libertad de expresión y su rechazo de toda suerte de

fanatismos. La publicación de la Enciclopedia fue un gran éxito y sirvió para extender

por el mundo las ideas ilustradas a pesar de tener que sortear censuras, críticas y

persecuciones, en particular por parte de la jerarquía de la Iglesia Católica.

De esta compleja corriente filosófica fijaremos nuestra atención en tres autores que

realizaron importantes aportaciones en el campo de la política y cuyas obras influirán

decisivamente en el desarrollo de la Revolución Francesa, y posteriormente en la

difusión de la ideología liberal por otros países europeos; y que ya, anteriormente a la

revolución francesa, habían influido en el proceso de independencia de las colonias

americanas de donde nacerán los Estados Unidos de América.

LOS FILÓSOFOS ILUSTRADOS

Voltaire, sobrenombre de François Marie Arouet, aportó fundamentalmente una

defensa apasionada de la libertad de pensamiento, y una consecuente crítica de

cualquier forma de fanatismo e intolerancia, y en particular hizo blanco de sus dardos a

las religiones que predican la persecución de quienes no las practican. En sus numerosos

escritos defendió las posibilidades de la razón y los beneficios de la libertad de

pensamiento y criticó la superstición, el oscurantismo, el fanatismo y la intolerancia

como males contra los cuales luchar. De hecho, Voltaire, personalmente no dudó en

implicarse en complicados asuntos de su época, convirtiéndose en un ejemplo de lo que

mucho después se llamará intelectual comprometido.

Montesquieu, es conocido sobre todo como el autor de una de las obras más influyentes

del pensamiento político contemporáneo, El espíritu de las leyes (1748), obra en la que,

entre otros muchos asuntos, pasa revista a las diferentes formas de organización política

existentes en el mundo. En concreto, al tratar las modernas leyes inglesas (en el capítulo

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VI “De la constitución de Inglaterra”), hará una defensa inequívoca de la necesidad de

que los diferentes poderes de un estado, tres según sus concepciones políticas, (poder

legislativo, poder ejecutivo y poder judicial), no se encuentren nunca en manos de la

misma persona u organismo, sino separados, de forma que unos sirvan para frenar los

posibles abusos de los demás. De esta forma se evita caer en la tiranía. Su teoría del

equilibrio de poderes no sólo influirá en los redactores de la Constitución francesa de

1791, sino que ya antes puede detectarse su influencia en quienes como Thomas

Jefferson dirigieron el proceso de independencia y participaron en la redacción de la

Declaración de derechos del estado de Virginia y de la Constitución de los Estados

Unidos de América en 1789.

Rousseau, colaborador de la Enciclopedia, influyó también sobre las revoluciones

políticas de la era contemporánea de forma decisiva, en especial con sus teoría de la

voluntad general, esto es, al defender que el poder no tiene el origen divino que exponen

los defensores de la monarquía absoluta, sino que el poder reside en todos y cada uno de

los miembros del pueblo. La idea de la Soberanía Nacional (el soberano es el pueblo,

la nación) está presente en todas las constituciones liberales que se redacten desde

finales del siglo XVIII, y es aún hoy la base de nuestras modernas democracias.

Rousseau cree en los llamados derechos naturales del hombre. Según Rousseau los

hombres nacen libres e iguales en derechos, pero a lo largo de la historia los diferentes

regímenes políticos han corrompido a los hombres. Es hora, según Rousseau, de fundar

un nuevo sistema político que se base en esa igualdad de derechos, en la soberanía

nacional.

Las ideas de Montesquieu y Rousseau se reflejarán tanto en la Declaración de Derechos

del Hombre y del Ciudadano de 1789, y como ya hemos visto anteriormente, en las

varias constituciones que se redactarán durante el proceso revolucionario francés, así

como en la Constitución de los Estados Unidos de América. La idea de que los poderes

del estado deben permanecer separados para de esta forma controlarse unos a otros, y la

idea de que los gobernantes deben ser elegidos por el pueblo con el ejercicio de la

soberanía nacional, siguen siendo ambas la base de los múltiples regímenes basados en

las teorías del liberalismo político que desde el siglo XVIII se han ido fundando sobre la

tierra.

EL DESPOTISMO ILUSTRADO

Muchos soberanos europeos acogieron favorablemente el espíritu de las Luces, y lo

utilizaron en sus conflictos con la autonomía de la Iglesia o contra el poder de la

nobleza. Estos dirigentes se consideraban unos “absolutistas ilustrados”, que basaban su

acción de gobierno en las ideas de la Ilustración. Los “déspotas ilustrados” planificaban

reformas que creían favorables para el pueblo, pero sin contar con él.

Hasta que las nuevas ideas no se plasmaron en actos contra el orden social y contra los

gobiernos y los monarcas, el pensamiento ilustrado pudo estar de moda en las cortes

reales y en algunos sectores del clero y de la nobleza. Voltaire fue huésped de Federico

II de Prusia y de Catalina II de Rusia. José II de Austria se inspiraba en Montesquieu y

en Rousseau. En España, mientras la Inquisición prohibía las obras de Voltaire, algunos

ministros de Carlos III eran tenidos por volterianos.

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Por otro lado, el progreso de la economía, la mejora del nivel de vida o del grado de

instrucción de la población sólo podían conseguirse alterando profundamente los

cimientos del orden social, extremo al que nunca pretendieron llegar. La prueba es que,

tras la Revolución Francesa, los monarcas de Austria, Prusia y España abandonaron las

ideas ilustradas, y defendieron el absolutismo.

LA INFLUENCIA DE LAS IDEAS ILUSTRADAS

Por lo que se refiere a las creencias, las ideas religiosas cristianas, rota la unidad

católica por los protestantes desde el siglo XVI, van a verse nuevamente en crisis. No se

trata ahora sólo de criticar los privilegios del clero sino que se pone en duda la

posibilidad de que existan religiones reveladas (con sus dogmas, misterios, etc.).

Basados en la razón, los filósofos ilustrados se ramifican en dos direcciones: el deísmo

y el ateísmo. Los deístas son partidarios de una religión natural; creen en un Ser

supremo y practican una moral basada en la tolerancia religiosa y en la filantropía.

Aparecen en este sentido algunas sectas, como la masonería.

Los ateos negaban la existencia de Dios, del alma y de la libertad del espíritu, afirmando

que todo se reduce a la materia (materialismo) y a las sensaciones experimentadas por

los seres sensibles. Entre los ilustrados ateos se encontraban, por ejemplo, Diderot y

Helvetio Holvach.

En cuanto a las ideas económicas, durante el siglo XVIII se desarrollaron tres teorías

principales: el mercantilismo, en la primera mitad del siglo (aunque apareció en el siglo

XVI); la fisiocracia, en el segundo tercio, y el liberalismo económico en el último

tercio del siglo.

La fisiocracia o gobierno de la naturaleza fue la teoría económica de la Ilustración. Los

fisiócratas reaccionaron en este ámbito frente al mercantilismo, teoría económica en

boda durante la Monarquía Absoluta. Sus principios básicos fueron recogidos por

François Quesnay en su “Cuadro Económico”, publicado en 1758. Partían del

principio de que la agricultura era la verdadera y única fuente de riqueza, de la que

derivaban las demás. La renta de la tierra era la única fuente de ingresos. El Estado

debía protegerla y la mejor salvaguarda consistía en eliminar obstáculos y reglamentos,

confiando en el libre juego de las fuerzas productivas, ya que el ilustrado creía en la

libertad individual.

El principio de libertad económica esbozado por los fisiócratas tuvo enorme

repercusión, puesto que fue defendido más tarde por Adam Smith, apóstol de la escuela

económica liberal.

Esta práctica económica que prima la agricultura sobre cualquier otra actividad

productiva quedará claramente superada poco tiempo después, cuando, comenzando por

Gran Bretaña, nazca la industria, que supuso una auténtica revolución tanto en el

sistema productivo como en el pensamiento económico del momento. El británico

Adam Smith construyó los fundamentos teóricos del liberalismo económico en su obra

“Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones” (1776).

Demostró que el progreso económico exige dejar en libertad los factores de producción

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-el capital, la tierra y el trabajo-, todos ellos monopolizados o sometidos al control de la

nobleza o del clero. La teoría económica de Adam Smith hacía evidente que el valor y

el precio de las mercancías procedían del trabajo. El trabajador era quien producía

realmente la riqueza, esta constatación resultaba demoledora para un sistema económico

basado en la propiedad de la tierra como primer valor, y no en el trabajo, que, para las

clases superiores (nobleza y clero), estaba incluso mal visto.

El liberalismo económico abogaba por la no intervención del Estado en la vida

económica, que se rige por “leyes naturales”, y el libre juego de la oferta y la demanda.

Se considera que el interés individual es el móvil que guía al ser humano en el obrar

económico y, por tanto, apoya al máximo la iniciativa privada.

Actividades

I. Trabajo con documentos. La monarquía absoluta

A. El pensamiento de un estadista

"Dios establece a los reyes como sus ministros y reina a través de ellos sobre los

pueblos (…). Los príncipes actúan, pues, como ministros de Dios y son sus

lugartenientes en la Tierra. Por eso hemos visto que el trono real no es el trono de un

hombre sino el trono de Dios mismo (…). Parece de todo eso que la persona del rey es

inviolable.

Sin autoridad absoluta el rey no podría hacer el bien ni reprimir el mal. Es preciso que

su poder sea tal que nadie pueda esperar escapar a él (…). Cuando el príncipe ha

juzgado ya no hay otro juicio. Los juicios soberanos se atribuyen a Dios mismo.

(…) En un Estado sólo el príncipe debe estar armado. De otro modo, todo está en

confusión y el Estado cae en la anarquía (…). No hay mejor que dejar todo el poder del

Estado a aquel que tiene más interés en su conservación y en la grandeza del propio

Estado”.

Bossuet, Jacques Bégnine. La política extraída de la Sagrada Escritura. Libro II

(1679)

B. La opinión de un monarca

"El poder soberano sólo reside en mi persona; es sólo por mí que mis tribunales existen

y tienen autoridad, y como ellos ejercen en mi nombre, su uso no se puede volver nunca

contra mí; el poder legislativo sólo es mío, sin ninguna dependencia ni ninguna

participación (…); el orden público todo entero emana de mí, y los derechos e intereses

de mi nación (…) reposan en mis manos”.

Discurso de Luis XV ante el Parlamento de París ( 3 de marzo de 1766)

1. Identifica los documentos A y B (autor, fecha, naturaleza del texto, tipo de fuente y

contexto histórico en el que se enmarcan).

2. Subraya las expresiones que reflejan el poder absoluto de los reyes.

3. ¿Qué poderes se atribuye Luis XV?

4. ¿Cómo legitima Bossuet la monarquía absoluta?

5. Deduce del análisis de los textos qué es una monarquía absoluta.

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II. Comentario de un gráfico. La evolución demográfica a finales del

Antiguo Régimen

1. Identifica el documento (tema, período representado, tipo de gráfico, unidades

empleadas).

2. Analiza y describe el gráfico (aprecia la evolución de los datos del gráfico e

indica sus fases y variaciones).

3. Comenta con detalle el gráfico relacionando lo representado con la información

de que puedas disponer. Para conocer el porqué de estos resultados y pode

explicarlos, hay que estar informado también sobre el contexto histórico en el

que se producen. Destaca los aspectos más llamativos y los contrastes y

diferencias entre unos datos y otros (o las analogías y semejanzas).

4. Redacta las conclusiones resumiendo globalmente la información del gráfico y

dando una explicación fundamentada. Puedes emitir también un juicio sobre los

resultados obtenidos.

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Las crisis de subsistencia

"Sabemos ciertamente que la miseria actual ha producido un número tan grande de pobres que se cuentan

tres mil en la ciudad y en sus alrededores. Todas las calles resuenan con sus gritos lamentables. El trigo

(...) todos los días se encarece.

Los pobres del campo parecen esqueletos desenterrados; el pasto de los lobos es hoy el alimento de los

cristianos, porque cuando poseen caballos, asnos y cualquier otro tipo de animales muertos o ahogados se

alimentan de esta carne corrompida que les hace morir más que vivir.

(...) De verdad, no hay ningún día en que no se encuentren pobres muertos de hambre en sus casas, en las

calles o en los campos; nuestro capellán acaba de enterrar uno que ha encontrado en el camino."

Carta de la Superiora de las Carmelitas de Blois a una dama de París (1662)

“Al estar paralizados todos los ramos de actividad, los empleos cesaron, desapareciendo el trabajo y, con

él, el pan de los pobres; y los lamentos de los pobres eran, ciertamente, muy desgarradores al principio, si

bien el reparto de limosnas alivió su miseria en ese sentido. Cierto es que muchos escaparon al campo,

mas hubo miles de ellos que permanecieron en Londres hasta que la pura desesperación les impulsó a

salir de la ciudad, al solo fin de morir en los caminos y servir de mensajeros de la muerte, pues hubo

quienes llevaron consigo la infección y la diseminaron hasta los confines más remotos del reino.

Muchos de ellos eran los miserables seres de objeto de la desesperación a que he aludido antes; y fueron

aniquilados por la desgracia que sobrevino después, pudiendo decirse que perecieron, no por la peste

misma, sino por sus consecuencias; señaladamente, de hambre y de escasez de todas las cosas

elementales, sin alojamiento, sin dinero, sin amigos, sin medios para conseguir su pan de cada día ni

nadie que se lo proporcionase, ya que muchos de ellos carecían de lo que llamamos residencia legal y por

ello no podían pedir nada a las parroquias. (...).

Todo ello, si bien no deja de ser muy triste, representó una liberación, ya que la peste, que arreció de una

manera horrorosa desde mediados de agosto hasta mediados de octubre, se llevó durante ese tiempo a

unas treinta o cuarenta mil personas de estas, las cuales, de haber sobrevivido, hubieran sido una carga

demasiado pesada debido a su pobreza.”

Daniel Defoe. Diario del año de la peste (referido a la epidemia de 1722)

“Nuestra familia no cesaba de aumentar y la cuna estaba constantemente ocupada, aunque, ¡ay¡, la mano

estranguladora de la muerte nos había arrancado de ella a alguno de sus pequeños ocupantes. Hubo

tiempos, tengo que confesarlo, en que me parecía cruel llevar hijos en el vientre para perderlos luego y

tener que enterrar amor y esperanzas en sus pequeñas tumbas (...). La mayor de mis hijas, Cristina Sofía,

no vivió mas que hasta la edad de tres años, y también mi segundo hijo, Christian Gottlieb, murió a la más

tierna edad. Ernesto Andrés no vivió más que unos pocos días más, y la niña que le siguió, Regina Juana,

tampoco había llegado a su quinto cumpleaños cuando dejó este mundo. Cristina Benedicta, que vio la luz

un día después que el del Niño de Belén, no pudo resistir el crudo invierno y nos dejó antes de que el

nuevo año llegase a su cuarto día (...) Cristina Dorotea no vivió más que un año y un verano, y Juan

Augusto no vio la luz más que durante tres días. Así perdimos siete de nuestros trece hijos, (...)

bondadosas mujeres de la vecindad trataban de consolarme diciéndome que el destino de todas las madres

es traer hijos a este mundo para perderlos luego, y que podía considerarme feliz si llegaba a criar la mitad

de los que hubiese dado a luz.”

La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach (1758)

"En la época que nos ocupa reinaba en las ciudades un hedor apenas concebible para el hombre moderno.

Las calles apestaban a estiércol, los patios interiores apestaban a orina, los huecos de las escaleras

apestaban a madera podrida y excrementos de rata; las cocinas, a col podrida y grasa de carnero; los

aposentos sin ventilación apestaban a polvo enmohecido; los dormitoiros, a sábanas grasientas, a

edredones húmedos y al penetrante olor dulzón de los orinales. Las chimeneas apestaban a azufre; las

curtidurías, a lejías cáusticas; los mataderos, a sangre coagulada. Hombres y mujeres apestaban a sudor y

a ropa sucia; en sus bocas apestaban los dientes infectados, los alientos olían a cebolla y los cuerpos,

cuando ya no eran jóvenes, a queso rancio, a leche agria y a tumores malignos. Apestaban los ríos,

apestaban las plazas, apestaban las iglesias y el hedor se respiraba por igual bajo los puentes y en los

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palacios. El campesino apestaba como el clérigo; el oficial de artesano, como la esposa del maestro;

apestaba la nobleza entera y, sí, incluso el rey apestaba como un animal carnicero y la reina como una

cabra vieja, tanto en verano como en invierno, porque en el siglo XVIII aún no se había atajado la

actividad corrosiva de las bacterias y por consiguiente no había ninguna acción humana, ni creadora ni

destructora, ninguna manifestación de la vida incipiente o en decadencia que no fuera acompañada de

algún hedor.

Y, como es natural, el hedor alcanzaba sus máximas proporciones en París, porque París era la mayor

ciudad de Francia. Y dentro de París había un lugar donde el hedor se convertía en infernal, entre la Rue

aux Fers y la Rue de la Ferronnerie, o sea, el Cimetière des Innocents. Durante ochocientos años se había

llevado allí a los muertos del hospital Hôtel-Dieu y de las parroquias vecinas; durante ochocientos años,

carretas con docenas de cadáveres habían vaciado su carga día tras día en largas fosas y durante

ochocientos años se habían ido acumulando los huesos en osarios y sepulturas. Hasta que llegó un día, en

vísperas de la Revolución Francesa, cuando algunas fosas rebosantes de cadáveres se hundieron y el olor

pútrido del atestado cementerio incitó a los habitantes no sólo a protestar, sino a organizar verdaderos

tumultos, en que fue por fin cerrado y abandonado después de amontonar los millones de esqueletos y

calaveras en las catacumbas de Montmartre. Una vez hecho esto, en el lugar del antiguo cementerio se

erigió un mercado de víveres.

Fue aquí, en el lugar más maloliente de todo el reino, donde nació el 17 de julio de 1738 Jean-Batiste

Grenouille. Era uno de los días más calurosos del año. El calor se abatía como plomo derretido sobre el

cementerio y se extendía hacia las calles adyacentes como un vaho putrefacto que olía a una mezcla de

melones podridos y cuerno quemado. Cuando se iniciaron los dolores del parto, la madre de Grenouille se

encontraba en un puesto de pescado de la Rue aux Fers escamando albures que había destripado

previamente. Los pescados, seguramente sacados del Sena aquella misma mañana, apestaban ya hasta el

punto de superar el hedor de los cadáveres. Sin embargo, la madre de Grenouille no percibía el olor a

pescado podrido o a cadáver porque su sentido del olfato estaba totalmente embotado y además le dolía

todo el cuerpo y el dolor disminuía su sensibilidad a cualquier percepción sensorial y externa. Sólo quería

que los dolores cesaran, acabar lo más rápidamente posible con el repugnante parto. Era el quinto. Todos

los había tenido en el puesto de pescado y las cinco criaturas habían nacido muertas o medio muertas,

porque su carne sanguinolenta se distinguía apenas de las tripas de pescado que cubrían el suelo y no

sobrevivían mucho rato entre ellas y por la noche todo era recogido con una pala y llevado en carreta al

cementerio o al río. Lo mismo ocurriría hoy y la madre de Grenouille, que aún era una mujer joven, de

unos veinticinco años, muy bonita y que todavía conservaba casi todos los dientes y algo de cabello en la

cabeza y, aparte de la gota y la sífilis y una tisis incipiente, no padecía ninguna enfermedad grave, que

aún esperaba vivir mucho tiempo, quizá cinco o diez años más y tal vez incluso casarse y tener hijos de

verdad como la esposa respetable de una artesano viudo, por ejemplo... la madre de Grenouille deseaba

que todo pasara cuanto antes. Y cuando empezaron los dolores del parto, se acurrucó bajo el mostrador y

parió allí, como hiciera ya cinco veces, y cortó con el cuchillo el cordón umbilical del recién nacido. En

aquel momento, sin embargo, a causa del calor y el hedor, que ella no percibía como tales, sino como algo

insoportable y enervante -como un campo de lirios o un reducido aposento demasiado lleno de narcisos-,

cayó desvanecida debajo de la mesa y fue rodando hasta el centro del arroyo, donde quedó inmóvil, con el

cuchillo en la mano.

Patrick Süskind. El Perfume

• Subraya las ideas más importantes de cada texto y coméntalos brevemente:

CICLO DEMOGRÁFICO ANTIGUO REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA

. Altas tasas de natalidad y mortalidad

. Frecuentes épocas de crisis en las que la

mortalidad supera a la natalidad. La agricultura

arcaica y la falta de unos transportes eficaces

explican que no se pueda alimentar a una

población en expansión, así que, cuando llegan las

malas cosechas (crisis de subsistencias), aumenta

la mortalidad. A menudo, el hambre se ve

acompañada por la peste lo que contribuye a

aumentar la mortalidad.

. La población crece muy poco (débil crecimiento

vegetativo)

. Descenso de la mortalidad: vacunas, avances

médicos, mayor atención a la higiene, mejoras en

los sistemas de distribución y transporte…

. Descenso en un estadio posterior de la

natalidad a lo que contribuyó la difusión de las

ideas de Malthus

. Aumento considerable en el crecimiento de la

población y con un ritmo sostenido

. Movilidad de la población: migraciones

interiores (gran desarrollo urbano) e

intercontinentales

Page 11: UNIDAD 1 LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

11

III. Trabajo con documentos. La sociedad estamental.

• A partir de la lectura de los siguientes documentos, identifica los rasgos de la

sociedad estamental:

“El orden eclesiástico no compone sino un solo cuerpo. En cambio la sociedad está dividida en tres

órdenes. Aparte del ya citado, la ley reconoce otras dos condiciones: el noble y el siervo, que no se rigen

por la misma ley.

Los nobles son los guerreros, los protectores de las iglesias. Defienden a todo el pueblo, a los grandes lo

mismo que a los pequeños y al mismo tiempo se protegen a ellos mismos. La otra clase es la de los

siervos. Esta raza de desgraciados no posee nada sin sufrimiento. Provisiones y vestidos son

suministrados a todos por ellos, pues los hombres libres no pueden valerse sin ellos. Así pues, la ciudad

de Dios, que es tenida como una, en realidad es triple. Unos rezan, otros luchan y otros trabajan. Los tres

órdenes viven juntos y no sufrirían una separación. Los servicios de cada uno de estos órdenes permiten

los trabajos de los otros dos. Y cada uno a su vez presta apoyo a los demás. Mientras esta ley ha estado en

vigor el mundo ha estado en paz”.

Adalberón, Obispo de Laon. Carmen ad Robertum regem francorum (998)

“Vuelven a presentarse en este cabildo papeles tocantes a la pretensión del capitán Pedro de los Reyes

Torquemada, vecino de esta ciudad, de ser habido y servido por hijodalgo notorio, y el parecer sobre ello

dado por el licenciado don Roque de Herrera su abogado a quien fueron remitidos para su reconocimiento

e informe.

Con fecha de diciembre día 31 del año 1695, el dicho licenciado don Roque de Herrera en vista de

testimonios, certificaciones e información hecha a pedimento de Alonso de los Reyes Torquemada abuelo

del dicho capitán, y vecino de la ciudad de Córdoba, halla que éste tiene justificada y comprobada su

descendencia legítima, que fueron cristianos viejos, limpios de toda mala raza y que estuvieron en

posesión de nobles hijosdalgo de sangre y que como a tales se les guardaron todas las honras, franquezas

e inmunidades que se conceden a tales y que entraron en suertes y oficios que sólo gozan los hijosdalgo

notorios de la ciudad de Córdoba, lo que se justifica de diferentes testimonios entre los que destaca uno

por el que consta que en febrero de 1531 se presentaron ante el corregidor de dicha ciudad, Juan de

Torquemada y Alonso de Torquemada, bisabuelo y rebisabuelo del referido capitán a denunciar el hecho

de que se les hubiese querido empadronar en los padrones de los hombres llanos pecheros, siendo así que

por Real Provisión del Consejo se requirió al dicho corregidor para que no les molestase ni empadronase,

antes los amparase en el mismo estado de su hidalguía.

Oído y entendido el pedimento presentando por el dicho capitán en el cabildo celebrado el 26 de

diciembre de 1695, y el parecer e informe antecedente, la ciudad acordó haber por hijodalgo notorio

legítimo de sangre al dicho capitán y guardársele todas las honras, gracias, franquezas, exenciones,

libertades, preeminencias e inmunidades debidas…”

Petición de hidalguía. Archivo Histórico Municipal de Cádiz. Tomo 52 - año 1696. Cabildo lunes 9

de enero, folio 6 verso / folio 7 verso

“Todo sistema que, bajo una apariencia de humanidad o de beneficencia, llevase a una monarquía bien

ordenada a establecer entre los hombres una igualdad de deberes y a destruir las distinciones necesarias,

conduciría pronto al desorden, consecuencia inevitable de la igualdad absoluta y produciría la subversión

de la sociedad. El noble consagra su dignidad a la defensa del Estado y asiste con sus consejos al

soberano.

La última clase de la nación que no puede otorgar al Estado servicios tan distinguidos, los suple con los

tributos, la industria y los trabajos corporales.”

Solennelles. Amonestaciones del Parlamento de París (4 de marzo de 1776)

“De todos los frutos que nos da nuestro señor se le deben diezmos por derecho divino y humano, y esos

los tiene Su Majestad para sustentar los ministros de su Iglesia. Por tanto (...) mandamos que todas las

personas de nuestro obispado, de cualquier estado o condición que sean, en virtud de santa obediencia y

Page 12: UNIDAD 1 LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

12

pena de excomunión (...) paguen los diezmos bien y cumplidamente, sin encubrir ni defraudar parte

alguna de ellos (...).

Las cosas de las que se deben pagar diezmos son todas: todo género de granos, todo género de frutas, todo

género de legumbres, todo género de aves y de ganados, que como es Dios el que lo da todo, en todo debe

tener parte.”

Constituciones de D. Francisco de Roys y Mendoza, Obispo de Badajoz (1673)

“El privilegio más preciado de un Grande de España es el de poder permanecer cubierto delante del rey.

Consiguientemente el número de sombreros de una familia indica su derecho hereditario a otros tantos

títulos de grandeza. El orgullo de clase ha llevado a nuestros aristócratas a casarse solamente con sus

iguales, y como por otra parte las propiedades y títulos pueden ser heredados por las mujeres, se ha

llegado a la acumulación de inmensas fincas en unas pocas manos. El principal interés de estas familias

nobles es seguir aumentando constantemente sus enormes patrimonios. Para ello casan a sus hijos cuando

aún son niños, previa la necesaria dispensa, con algún gran heredero o heredera, y tal es el sinnúmero de

apellidos y títulos que cualquier Grande de España tiene y usa, que si a usted se le ocurriera mirar un

simple pasaporte expedido por el embajador de España en Londres, cuando éste pertenece a una familia

española de antigua alcurnia, comprobaría que la primera página del gran pliego de papel está usada

solamente en decir cómo se llama el ilustre personaje que firma el documento”.

José Blanco White. Cartas de España. Alianza Editorial. Madrid, 1986. p. 58

“Como la hidalguía se transmite a todos los varones cuyos padres gozan de este privilegio, España está

abarrotada de hidalgos que se ganan la vida ejerciendo los oficios más humildes… La única oportunidad

que tienen estos nobles ocultos de ser tratados públicamente con el honor y deferencia debidos a su rango

es una por la que desgraciadamente no pueden menos de sentir una irresistible aversión: la de ser

entregados a las duras manos del verdugo. Unos de estos casos ocurrió en Sevilla hace dos años y merece

ser contado como buena muestra de nuestros prejuicios en la cuestión de la sangre.

Ante la jurisdicción de la Audiencia - nuestro más alto tribunal de justicia de competencia regional -,

compareció una partida de cuatro bandoleros. Uno de ellos, aunque nacido y criado entre las clases más

bajas de la sociedad, era hidalgo de nacimiento y tenía algunos parientes de buena posición. … Después

de padecer prisión, según costumbre, durante cuatro o cinco años, los bandoleros fueron al final juzgados

y hallados culpables de varios robos y asesinatos en camino real, y por consiguiente sentenciados a

muerte. Los parientes del bandolero hidalgo, previendo el fatal desenlace, había seguido el curso del

juicio para en el momento oportuno tomar las medidas necesarias y evitar la mancha que un primo

segundo o tercero podía echar sobre toda la familia si moría al aire libre como un villano. Así que

presentaron una instancia al alto tribunal, acompañada de los documentos requeridos para el caso, en la

que solicitaban para su pariente los privilegios debidos a su condición comprometiéndose por su parte a

sufragar los gastos de ejecución como noble. La petición les fue concedida… y pudimos presenciar el

espectáculo que voy a describirle.

A corta distancia del patíbulo donde iban a ser ahorcados los bandidos llanos - todos ellos vestidos con

ropas blancas y las manos atadas hacia delante para que pudieran servir de estribo al verdugo, que

literalmente se monta en los hombros del reo - se levantó otro cadalso de unos diez pies de altura y una

superficie de quince por veinte, todo él tapizado de bayeta negra que colgaba hasta el suelo por sus cuatro

lados. En el centro del mismo colocaron una especie de sillón que tenía como respaldo una madera,

dotado a la altura conveniente de un collar de hierro manejado por un tornillo con una manivela, y que

sirve para estrangular a la víctima. Esta máquina recibe el nombre de garrote… Dos escaleras, una a cada

lado del cadalso, ofrecerían diferentes accesos para el reo y el sacerdote por un lado y para el verdugo y

su ayudante por otro.

El convicto, vestido con una túnica suelta también de bayeta negra, llegó montado en una mula, como

señal de la distinción propia de su clase - los plebeyos vienen en burro o transportados en un carromato -,

acompañado de un sacerdote y un escribano y rodeado de soldados. Habían preparado además cuerdas

negras de seda para atar sus brazos a la silla porque las de esparto se consideran degradantes…

Page 13: UNIDAD 1 LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

13

Una vez cumplida la sentencia colocaron en las esquinas del cadalso cuatro grandes candelabros de plata

de unos cinco pies de altura en los que ardían cirios… y tres horas después de la ejecución los amigos

póstumos del hidalgo bandolero le ofrecieron un digno funeral. Si éstos le hubieran ayudado a ordenar su

vida con la mitad del dinero que se habían gastado en tan absurdo y desagradable espectáculo, tal vez lo

hubieran salvado de su triste destino. Pero como estos honores constituyen lo que se llama un acto

positivo de nobleza, del que se extiende un debido certificado a los familiares sobrevivientes que se

conserva con las demás pruebas legales de la hidalguía, puede que ellos actuaran con la creencia de que

su pariente sólo valía para añadir lustre a la familia con el final de su carrera”.

José Blanco White. Cartas de España. Carta segunda / Sevilla, 1798. Alianza Editorial. Madrid,

1986. pp. 62 - 65

“Entre las clases privilegiadas y las que ocupan los últimos lugares de la jerarquía social, la burguesía del

siglo XVIII se afianza como la plataforma en la que va a gravitar próximamente el peso total de las

manifestaciones políticas, económicas y culturales de la Humanidad. En el transcurso de las centurias

precedentes, la burguesía nacional se había hecho cargo de la dirección del capitalismo comercial y

financiero, a la vez que se infiltraba en la agricultura y en la administración del Estado. Esta gran

burguesía llega al Dieciocho ennoblecida, formando parte de las clases aristocráticas del país. Pero la

masa burguesa, la que en conjunto se apropió del nombre del Tercer Estado, abre las puertas del siglo con

un nuevo ímpetu, fuerza e ideología. Entre esa burguesía no privilegiada, alta y baja, negociantes,

industriales, hombres de leyes, patriciado urbano, se difunden las nuevas concepciones ideológicas,

racionalistas y críticas, que postulan una transformación política y social. Porque la burguesía, de espíritu

emprendedor e innovadora, conociéndose como elemento vital de la sociedad de su siglo, pretende

quebrantar las prescripciones y privilegios que le vedan el acceso a los cargos públicos y al ejército y la

colocan en posición desventajosa frente a las clases sociales aristocráticas.”

J. Vicens Vives. Historia general moderna

IV. Trabajo con documentos. El pensamiento ilustrado

Análisis y comentario de un texto histórico

“Privilegio significa una distinción útil y honrosa de la que gozan ciertos miembros de la sociedad y

de la que los demás carecen. Hay varias clases de ellos:

1. Los que pueden llamarse inherentes a la persona en razón de los derechos de su

nacimiento o de su estado (…).

2. Los que se cedieron mediante cartas del príncipe registradas en los tribunales en donde

podía ser constatado el disfrute. Esta segunda clase se subdivide en otras dos, conforme

a las diferencias de los motivos que determinaron al príncipe a concederlos. Los

primeros pueden llamarse privilegios de dignidad (…)

Finalmente, la última clase de privilegios es la de los que podemos llamar de necesidad. Entiendo por

éstos las exenciones particulares que, sin estar concedidas a la dignidad de las personas y de las

funciones, lo son por la simple necesidad de poner a esas personas a cubierto de las vejaciones a las

que sus propias funciones las exponen por parte del público. Tales privilegios son concedidos a los

encargados de las contribuciones y a otros dedicados a la percepción de los impuestos (…). Sería

muy deseable que las necesidades del Estado, la necesidad de los negocios o de las intenciones

particulares no hubiesen multiplicado los privilegios tanto como lo han hecho y que de cuando en

cuando se volviera a los motivos a los que deben su origen para ser cuidadosamente examinados, y

tras haber distinguido bien la diferencia de esos motivos se resolviera conservar sólo los privilegios

que se dirigieran a la utilidad del príncipe y el público. Es muy justo que la nobleza, cuyo deber es

servir al Estado en los ejércitos o al menos ofrecer personas para cumplir esa obligación, y que

magistrados, dignos de consideración por la amplitud y la importancia de sus funciones y que hacen

justicia en los tribunales superiores, gocen de distinciones honrosas que al mismo tiempo son la

recompensa de los servicios que prestan y les procuran el sosiego espiritual y al consideración que

necesitan para dedicarse útilmente a sus funciones (…).”

Louis de Jaucourt, artículo “Privilegio” en la Enciclopedia, 1751 - 1752

Page 14: UNIDAD 1 LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

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El comentario de textos históricos debe hacerse siguiendo un método y anotando desde la primera lectura

las ideas básicas. No deben repetirse las palabras del texto, sino comprenderlo y luego analizarlas.

Cómo se hace

Debes seguir cinco fases:

1. Identificar la naturaleza del texto. Pueden clasificarse por su forma, contenido y origen.

• Por su forma pueden ser informativos, narrativos o jurídicos. Son textos informativos las

crónicas, noticias, tratados, manifiestos o informes; son narrativos, los relatos, memorias,

leyendas, autobiografías, etc, y son jurídicos las leyes, tratados, etc.

• Por su contenido pueden tratar de política, economía, aspectos culturales, sociales, etc.

• Por su origen son fuentes primarias los documentos de época; y fuente secundarias, los textos

que analizan un acontecimiento con posterioridad a que éste tuviera lugar.

2. Estudiar el autor y su momento histórico

• Autor. Si es una persona, se estudia su biografía; si es un grupo o anónimo, se analiza su

ideología.

• Destinatario. A quién se dirige: a una persona o sujeto colectivo (grupo social, una nación).

• Momento histórico. Breve relato de la época en que se redactó el texto.

3. Análisis interno. En esta fase se trata de identificar cada una de de las ideas, personajes,

instituciones o tendencias que contiene el propio texto. Debemos indicar la idea principal y

las ideas secundarias y hacer un pequeño resumen del contenido del texto.

4. Análisis externo o explicación. En esta fase, por lo general más extensa, se han de explicar

los antecedentes y consecuencias que están en torno al texto analizado. Es decir,

necesitamos ahora conocer el contexto en el que se realizó el documento.

5. Síntesis. Como fase de síntesis debemos hacer un pequeño resumen de la influencia del texto y su autor en la sociedad de su tiempo o en su evolución posterior.

V. Trabajo con documentos. Hacia el cambio político

La separación de poderes

“En cada Estado hay tres clases de poderes: el legislativo, el ejecutivo de las cosas pertenecientes al

derecho de gentes, y el ejecutivo de las que pertenecen al civil.

Por el primero, el príncipe o el magistrado hace las leyes para cierto tiempo o para siempre, y corrige o

deroga las que están hechas. Por el segundo, hace la paz o la guerra, envía o recibe embajadores,

establece la seguridad y previene las invasiones; y por el tercero, castiga los crímenes o decide las

contiendas de los particulares. Este último se llamará poder judicial; y el otro, simplemente, poder

ejecutivo del Estado (...).

Cuando los poderes legislativo y ejecutivo se hallan reunidos en una misma persona o corporación,

entonces no hay libertad, porque es de temer que el monarca o el senado hagan leyes tiránicas para

ejecutarlas del mismo modo.

Así sucede también cuando el poder judicial no está separado del poder legislativo y del ejecutivo.

Estando unido al primero, el imperio sobre la vida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario, por ser

uno mismo el juez y el legislador y, estando unido al segundo, sería tiránico, por cuanto gozaría el juez de

la fuerza misma que un agresor.

En el Estado en que un hombre solo, o una sola corporación de próceres, o de nobles, o del pueblo

administrase los tres poderes, y tuviese la facultad de hacer las leyes, de ejecutar las resoluciones públicas

y de juzgar los crímenes y contiendas de los particulares, todo se perdería enteramente.”

Montesquieu. El espíritu de las leyes. 1748.

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1. Identifica el texto y comenta las circunstancias históricas que lo enmarcan.

2. ¿Cuáles son las ideas fundamentales?

3. ¿Qué forma de Estado plantea el autor?

4. ¿Con qué argumentos justifica Montesquieu la separación de los poderes del

Estado?

La libertad y la igualdad

“Si se busca en qué consiste el bien más preciado de todos, que ha de ser objeto de toda legislación, se

encontrará que todo se reduce a dos cuestiones principales: libertad y la igualdad, sin la cual la libertad no

puede existir.

Renunciar a la libertad es renunciar a ser hombre, a los derechos y a los deberes de la humanidad.

La verdadera igualdad no reside en el hecho de que la riqueza sea absolutamente la misma para todos,

sino que ningún ciudadano sea tan rico como para poder comprar a otro y que no sea tan pobre como para

verse forzado a venderse. Esta igualdad, se dice, no puede existir en la práctica. Pero si el abuso es

inevitable, ¿quiere eso decir que hemos de renunciar forzosamente a regularlo? Como, precisamente, la

fuerza de las cosas tiende siempre a destruir la igualdad, hay que hacer que la fuerza de la legislación

tienda siempre a mantenerla”

Rousseau, Jean Jacques. El contrato social. 1762.

1. Identifica el documento.

2. ¿Cuál es el contenido fundamental del texto?

3. ¿Qué son para Rousseau la igualdad y la libertad?

4. ¿Quién debe velar y defender estas cuestiones?

VI. Trabajo con documentos. Hacia el cambio económico

“Aquellos sistemas que por preferir la agricultura imponen restricciones a las manufacturas y al comercio

exterior son inconsecuentes y contradictorios. Todo hombre con tal de que no viole las leyes de la justicia

debe quedar perfectamente libre para abrazar el medio que mejor le parezca para buscar su modo de vivir

y sus intereses, y que puedan salir sus producciones a competir con las de cualquier otro individuo.

Según el sistema de libertad de negociar, al soberano sólo quedan tres obligaciones principales a que

atender: la primera, proteger a la sociedad de la violencia e invasión de otras sociedades independientes;

la segunda, poner en lo posible a cubierto de la injusticia y opresión a un miembro de la república de otro

que lo sean también de la misma (…) y la tercera, mantener y erigir ciertas obras y establecimientos

públicos, a los que nunca pueden alcanzar los intereses de los particulares, o de pocos individuos, sino los

de toda la sociedad en común”.

Adam Smith. Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones. 1776

1. Explica en qué consiste el liberalismo económico formulado por Adam Smith.

2. ¿Cuáles son las obligaciones del soberano en un sistema de libertad económica

liberal?

3. ¿Cómo valora Adam Smith los sistemas económicos basados en la propiedad de

la tierra?

Page 16: UNIDAD 1 LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

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VII. Interpreta un mapa histórico, ordena aconteci-

mientos y define conceptos.

¿Qué datos nos localizan este mapa a mediados del siglo XVIII?

Ordena cronológicamente los siguientes acontecimientos:

Primer reparto de Polonia

entre Rusia, Prusia y Austria

John Locke publica los Dos

Tratados sobre el Gobierno

Civil

Ejecución en Inglaterra del

rey Carlos I

Olavide es procesado por la

Inquisición

Expulsión de los Jesuitas de

España y de los territorios

españoles en América

El Diccionario Filosófico de

Voltaire

María Teresa, emperatriz de

Austria

Instauración de los Borbón

en España

La Iglesia condena la

Enciclopedia

El Cuadro Económico de

François Quesnay

Se edifica San Petersburgo a

orillas del Báltico

Sociedad Económica de

Amigos del País de Sanlúcar

de Barrameda

Muerte de Luis XIV Carlos III, rey de España Tratado de Utrecht

Federico II, rey de Prusia Catastro de Ensenada Catalina II, zarina de Rusia

La riqueza de las naciones de

Adam Smith

El espíritu de las leyes de

Montesquieu

Revolución Gloriosa en

Inglaterra. Bill of Rights

El contrato social de Jean

Jacques Rousseau

Guerra de los Siete Años Aparece el primer volumen

de la Enciclopedia

Define los conceptos: Antiguo Régimen - Despotismo Ilustrado - Fisiocracia - Contrato

Social - Soberanía Nacional - Separación de Poderes - Estamentos - Gremios -

Librecambio - Regalismo - Régimen Señorial - Mayorazgo - Sociedades Económicas de

Amigos de País - Transición Demográfica - Inquisición.

Page 17: UNIDAD 1 LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

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VIII. Cine para pensar. La locura del rey Jorge

Responde las siguientes cuestiones. Apoya tu respuesta en

diálogos y escenas que aparecen en la película:

1. ¿Parece Jorge III un monarca querido por su pueblo?

2. ¿Qué actitud mantenía Jorge III respecto de las trece colonias de

Norteamérica?

3. ¿Cómo es la visión que se ofrece de la monarquía parlamentaria?

4. Una vez se certifique que el rey sufre de una extraña locura, ¿cuál será la

reacción de los peones que tiene a su alrededor?

5. ¿Podría unirse a esta reacción el intento por parte de algunos parlamentarios

de conducir a Gran Bretaña hacia un República, siguiendo el ejemplo de los

Estados Unidos?

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6. Señala algunos de los ejemplos que ofrece la película donde podemos ver

algunos atisbos de la vida en la Corte, con su rígido protocolo.

7. ¿Cómo es el retrato que nos ofrece la película de los médicos de la época?

8. Señala momentos de la película en que las relaciones internas entre

personajes cercanos a la Corona, así como la propia enfermedad del

monarca, son tratadas desde el punto de vista de un ácido sentido del humor:

9. Comenta el valor de la película en cuanto a la interpretación y elementos

tales como el vestuario y la ambientación histórica, en resumen la dirección

artística:

10. ¿Qué podrías decir a propósito de los entresijos de las relaciones dentro de la

familia real que nos muestra la película?