Un Descenso Al Maelstrom

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UN DESCENSO AL MAELSTRÖM EDGAR ALLAN POE Los caminos de Dios en la naturaleza y en la providencia no son como nuestros caminos; y nuestras obras no pueden compararse en modo alguno con la vastedad, la profundidad y la inescrutabilidad de Sus obras, que contienen en sí mismas una profundidad mayor que la del pozo de Demócrito. (JOSEPH GLANVILL) Habíamos alcanzado la cumbre del despeñadero más elevado. Durante algunos minutos, el anciano pareció demasiado fatigado para hablar. -Hasta no hace mucho tiempo -dijo, por fin- podría haberlo guiado en este ascenso tan bien como el más joven de mis hijos. Pero, hace unos tres años, me ocurrió algo que jamás le ha ocurrido a otro mortal... o, por lo menos, a alguien que haya alcanzado a sobrevivir para contarlo; y las seis horas de terror mortal que soporté me han destrozado el cuerpo y el alma. Usted ha de creerme muy viejo, pero no lo soy. Bastó algo menos de un día para que estos cabellos, negros como el azabache, se volvieran blancos; debilitáronse mis miembros, y tan frágiles quedaron mis nervios, que tiemblo al menor esfuerzo y me asusto de una sombra. ¿Creerá usted que apenas puedo mirar desde este pequeño acantilado sin sentir vértigo? El «pequeño acantilado», a cuyo borde se había tendido a descansar con tanta negligencia que la parte más pesada de su cuerpo sobresalía del mismo, mientras se cuidaba de una caída apoyando el codo en la resbalosa arista del borde; el «pequeño acantilado», digo, alzábase formando un precipicio de negra roca reluciente, de mil quinientos o mil seiscientos pies, sobre la multitud de despeñaderos situados más abajo. Nada hubiera podido inducirme a tomar posición a menos de seis yardas de aquel borde. A decir verdad, tanto me impresionó la peligrosa postura de mi compañero que caí en tierra cuan largo era, me aferré a los arbustos que me rodeaban y no me atreví siquiera a mirar hacia el cielo, mientras luchaba por rechazar la idea de que la furia de los vientos amenazaba sacudir los cimientos de aquella montaña. Pasó largo rato

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UN DESCENSO AL MAELSTRMEDGAR ALLAN POELos caminos de Dios en la naturaleza y en la providencia no son como nuestroscaminos; y nuestras obras no pueden compararse en modo alguno con la vastedad, laprofundidadylainescrutabilidaddeSus obras, quecontienenens mismas unaprofundidad mayor que la del pozo de Demcrito.(!S"#$ %L&'()LL*Habamos alcanzado la cumbre del despeadero ms elevado. Durante algunosminutos, el anciano pareci demasiado fatigado para hablar.-Hastanohacemuchotiempo-dijo, por fin-podrahaberloguiadoenesteascenso tan bien como el ms joven de mis hijos. ero, hace unos tres aos, me ocurrialgo!uejamslehaocurridoaotromortal... o, porlomenos, aalguien!ueha"aalcanzado a sobrevivir para contarlo# " las seis horas de terror mortal !ue soport$ mehan destrozado el cuerpo " el alma. %sted ha de creerme mu" viejo, pero no lo so".&astalgomenosdeundapara!ueestoscabellos, negroscomoel azabache, sevolvieran blancos# debilitronse mis miembros, " tan frgiles !uedaron mis nervios, !uetiemblo al menor esfuerzo " me asusto de una sombra. '(reer usted !ue apenas puedomirar desde este pe!ueo acantilado sin sentir v$rtigo)*l +pe!ueo acantilado,, a cu"o borde se haba tendido a descansar con tantanegligencia !ue la parte ms pesada de su cuerpo sobresala del mismo,mientras secuidaba de una cada apo"ando el codo en la resbalosa arista del borde# el +pe!ueoacantilado,, digo, alzbaseformandounprecipiciodenegrarocareluciente, demil!uinientos o mil seiscientos pies, sobre la multitud de despeaderos situados ms abajo.-adahubierapodidoinducirmeatomar posicinamenosdeseis"ardasdea!uelborde. . decir verdad, tanto me impresion la peligrosa postura de mi compaero !ueca en tierra cuan largo era, me aferr$ a los arbustos !ue me rodeaban " no me atrevsi!uiera a mirar hacia el cielo, mientras luchaba por rechazar la idea de !ue la furia delos vientos amenazaba sacudir los cimientos de a!uella montaa. as largo rato antesde !ue pudiera reunir coraje suficiente para sentarme " mirar a la distancia.-Debe usted curarse de esas fantasas -dijo el gua-, "a !ue lo he trado para !uetengadesdea!u lamejor vistadel lugar dondeocurriel episodio!uemencion$antes... " para contarle toda la historia con su escenario presente./-os hallamos -agreg, con la manera minuciosa !ue distingua-, nos hallamosmu" cerca de la costa de -oruega, a los sesenta " ocho grados de latitud, en la granprovincia de -ordland, " en el distrito de 0odofen. 0a montaa cu"a cima acabamos deescalar es Helseggen, la -ebulosa. *nder$cese usted un poco... sujetndose a matas sise siente mareado... 1.s2 3ire ahora, ms all de la cintura de vapor !ue ha" debajo denosotros, hacia el mar.43ir$,llenode v$rtigo," descubrunavasta e5tensin ocenica, cu"asaguastenan un color tan parecido a la tinta !ue me recordaron la descripcin !ue hace elgegrafo nubio del 3are 6enebrarum. -inguna imaginacin humana podra concebirpanorama ms lamentablemente desolado. . derecha e iz!uierda, " hasta donde podaalcanzar lamirada, setendan, comomurallas del mundo, cadenas deacantiladoshorriblemente negros " colgantes, cu"o l7gubre aspecto vease reforzado por la resaca,!uerompacontraellossublanca"lvidacresta, aullando"rugiendoeternamente.8puesta al promontorio sobre cu"a cima nos hallbamos, " a unas cinco o seis millasdentrodel mar, advertase una pe!uea isla de aspecto des$rtico# !uiz sea msadecuado decir !ue su posicin se adivinaba gracias a las salvajes rompientes !ue laenvolvan. %nas dos millas ms cerca alzbase otra isla ms pe!uea,horriblementeescarpada " est$ril, rodeada en varias partes por amontonamientos de oscuras rocas.*nel espaciocomprendidoentrelama"or delasislas"lacosta, el oc$anopresentaba un aspecto completamente fuera de lo com7n. *n a!uel momento soplaba unviento tan fuerte en direccin a tierra, !ue un bergantn !ue navegaba mar afuera semantena a la capa con dos rizos, en la vela ma"or, mientras la !uilla se hunda a cadamomento hasta perderse de vista# no obstante, el espacio a !ue he aludido no mostrabanada!uesemejaraunoleajeembravecido, sinotanslounbreve, rpido"furiosoembate del agua en todas direcciones,tanto frente al viento como hacia otros lados.6ampoco se adverta espuma, salvo en la pro5imidad inmediata de las rocas.-0a isla ms alejada -continu el anciano- es la !ue los noruegos llaman 9urrgh.0a!ue sehalla amitaddecaminoes 3os:oe. .unamilla al norte verla de.mbaaren. 3s all se encuentran ;slesen, Hotholm, limen, =andflesen "=toc:holm.6alessonlosverdaderosnombres de estos sitios#pero...'!u$necesidadhaba de darles nombres) -o lo s$, " supongo !ue usted tampoco... '8"e alguna cosa)'-ota alg7n cambio en el agua)0levbamos "a unos diez minutos en lo alto del Helseggen, al cual habamosascendido viniendo desde el interior de 0ofoden, de modo !ue no habamos visto niuna sola vez el mar hasta !ue se present de golpe al arribar a la cima. 3ientras elanciano me hablaba, percib un sonido potente " !ue creca por momentos, algo comoel mugir de un enorme rebao de b7falos en una pradera americana# " en el mismomomento repar$ en !ue el estado del oc$ano a nuestros pies, !ue corresponda a lo !uelos marinos llamanpicado, seestabatransformandorpidamenteenunacorrienteorientadahacael este. 3ientraslaseguamirando, a!uellacorrientead!uiriunavelocidad monstruosa. . cada instante su rapidez " su desatada impetuosidad iban enaumento. (inco minutos despu$s, todo el mar hasta 9urrgh herva de cleraincontrolable, pero donde esa rabia alcanzaba su pice era entre 3os:oe " la costa..ll, la vasta superficie del agua se abra "trazaba enmil canales antagnicos,reventaba bruscamente en una convulsin fren$tica-encrespndose, hirviendo,silbando-" giraba en gigantescos e innumerables vrtices, " todo a!uello seatorbellinaba " corra hacia el este con una rapidez !ue el agua no ad!uiere en ningunaotra parte, como no sea el caer en un precipicio.*n pocos minutos ms, una nueva " radical alteracin apareci en escena. 0asuperficie del agua se fue nivelando un tanto " los remolinos desaparecieron uno trasotro, mientras prodigiosas fajas de espuma surgan all donde antes no haba nada. . lalarga, " luego de dispersarse a una gran distancia, a!uellas fajas se combinaron unascon otras " ad!uirieron el movimiento giratorio de los desaparecidos remolinos, comosi constitu"eran el germen de otro ms vasto. De pronto, instantneamente, todo asumiuna realidad clara " definida, formando un crculo cu"o dimetro pasaba de una milla.*l borde del remolino estaba representadopor una ancha faja de resplandecienteespuma# pero ni la menor partcula de $sta resbalaba al interior del espantoso embudo,cu"otubo, hastadondelamiradaalcanzabaamedirlo, eraunapulida, brillante"tenebrosapareddeagua, inclinada enunngulodecuarenta "cincogrados conrelacinal horizonte, "!uegiraba"girabavertiginosamente, conunmovimientooscilante " tumultuoso, produciendo un fragor horrible, entre rugido " clamoreo, !ue nisi!uiera la enorme catarata del -igara lanza al espacio en su tremenda cada.0a montaa temblaba desde sus cimientos " oscilaban las rocas. 3e dej$ caerboca abajo, aferrndome a los ralos matorrales enel paro5ismo de mi agitacinnerviosa. or fin, pude decir a mi compaero?-1*sto no puede ser ms !ue el enorme remolino del 3aelstr@m2-.ssuelenllamarlo-repusoelviejo-.-osotroslosnoruegoslellamamosel3os:oe-str@m, a causa de la isla 3os:oe.0as descripciones ordinarias de a!uel vrtice no me haban preparado enabsoluto para lo !ue acababa de ver. 0a de Aonas Bamus, !uiz la ms detallada, nopuededar lamenor nocindelamagnificencia oel horror dea!uellaescena, nitampoco la perturbadora sensacin de novedad !ue confunde al espectador. -o s$ bienen !u$ punto de vista estuvo situado el escritor aludido, ni en !u$ momento# pero nopudo ser en la cima del Helseggen, ni durante una tormenta. He a!u algunos pasajes desu descripcin !ue merecen, sin embargo, citarse por los detalles !ue contienen, aun!ueresulten sumamente d$biles para comunicar una impresin de a!uel espectculo?+*ntre 0ofoden " 3os:oe -dice-, la profundidad del agua vara entre treinta "seis " cuarenta brazas# pero del otro lado, en direccin a 9er C9urrghD, la profundidaddisminu"e al punto de no permitir el paso de un navo sin el riesgo de !ue encalle en lasrocas, cosa posible aun en plena bonanza. Durante la pleamar, las corrientes se muevenentre0ofoden"3os:oeconturbulentarapidez, al puntode!ueel rugidodesuimpetuoso reflujo hacia el mar apenas podra ser igualado por el de las ms sonoras "espantosas cataratas. *l sonido se escucha a muchas leguas, " los vrtices o abismossondetaltamao"profundidad!uesiunnavoesatradoporellossevetragadoirremisiblemente " arrastrado a la profundidad, donde se hace pedazos contra las rocas#cuandoel aguasesosiega, lospedazosdel bu!ueasomanalasuperficie. erolosintervalos de tran!uilidad se producen solamente en los momentos del cambio de lamarea " con buen tiempo#apenas duran un cuarto de hora antes de !ue recomiencegradualmentesuviolencia. (uandolacorrienteesms turbulenta"unatempestadacrecienta su furia resulta peligroso acercarse a menos de una milla noruega.&otes,"ates " navos han sido tragados por no tomar esa precaucin contra su fuerza atractiva.8curre asimismo con frecuencia !u$ las ballenas se apro5iman demasiado a la corriente" son dominadas por su violencia# imposible resulta entonces describir sus clamores "mugidosmientrasluchanin7tilmenteporescapar.(iertavez, unoso!uetratabadenadar de 0ofoden a 3os:oe fue atrapado por la corriente " arrastrado a la profundidad,mientras ruga tan terriblemente !ue se le escuchaba desde la costa. Erandes cantidadesde troncos de abetos " pinos, absorbidos por la corriente, vuelven a la superficie rotos "retorcidosaunpuntotal !uenopasandeserunmontndeastillas. *stomuestraclaramente !ue el fondo consiste en rocas aguzadas contra las cuales son arrastrados "frotadoslostroncos. Dichacorrienteseregulaporel flujo"reflujomarino, !uesesuceden constantemente cada seis horas. *n el ao FGHI, en la maana del domingo dese5ag$sima, la furia de la corriente fue tan espantosa !ue las piedras de las casas de lacosta se desplomaban.,or lo !ue se refiere a la profundidad del agua, no me e5plico cmo pudo serverificadaenlavecindadinmediatadel vrtice. 0as +cuarenta brazas,tienen!uereferirse, indudablemente, a las porciones del canal linderas conla costa, sea de3os:oe o de 0ofoden. 0a profundidad en el centro del 3os:oe-str@mdebe serinconmensurablemente grande, " la mejor prueba de ello la da la ms ligera mirada !uese pro"ecte al abismo del remolino desde la cima del Helseggen. 3ientras encaramadoen esta cumbre contemplaba el rugiente >legetn all abajo, no pude impedirme sonrerde la simplicidad con !ue el honrado Aonas Bamus consigna -como algo difcil de creer-las an$cdotas sobreballenas "osos, cuandorescataevidente!uelos ms grandesbu!ues actuales, sometidos a la influencia de a!uella mortal atraccin, seran ele!uivalente de una pluma frente al huracn " desapareceran instantneamente.0as tentativas dee5plicar el fenmeno-!ue, enparte, seg7nrecuerda, mehaban parecido suficientemente plausibles a la lectura- presentaban ahora un carctermu" distinto e insatisfactorio. 0a idea predominante consista en !ue el vrtice, al igual!ue otros tres ms pe!ueos situados entre las islas >erroe, +no tiene otra causa !ue lacolisin de las olas, !ue se alzan " rompen, en el flujo " reflujo, contra un arrecife derocas " bancos de arena, el cual encierra las aguas al punto !ue $stas se precipitan comounacatarata# as, cuantoms altasealamarea, ms profundaserlacada, "elresultado es un remolino o vrtice, cu"o prodigioso poder de succin essuficientementeconocidopore5perimentoshechosenmenor escalan. 6alessonlost$rminos con !ue se e5presa la *nc"clopedia &ritannica. ondebamosel!uecheenunacaleta, aunascincomillasal nortedeestacosta, "cuandoel tiempo estaba bueno, acostumbrbamos aprovechar los !uinceminutos de tran!uilidad de las aguas para atravesar el canal principal de 3os:oe-str@m,mucho ms arriba del remolino, " anclar luego en cual!uier parte cerca de 8tterham o=andflesen, dondelasmareasnosontanviolentas. -os!uedbamosall hasta!uefaltaba poco para un nuevo intervalo de calma, en !ue ponamos proa en direccin anuestropuerto. Aamsinicibamosunae5pedicindeesteg$nerosintenerunbuenviento de lado tanto para la ida como para el retorno -un viento del !ue estuvi$ramosseguros !ue no nos abandonara a la vuelta-, " era raro !ue nuestros clculos erraran.Dos veces, en seis aos, nos vimos precisados a pasar la noche al ancla a causa de unacalmachicha, locual es cosamu"raraenestos parajes# "unaveztuvimos !ue!uedarnos cerca de una semana donde estbamos, muri$ndonos de inanicin, por culpadeuna borrasca !uese desat poco despu$s de nuestroarribo,"!ue embraveci elcanal en tal forma !ue era imposible pensar en cruzarlo. *n esta ocasin hubi$ramospodido ser llevados mar afuera a pesar de nuestros esfuerzos Cpues los remolinos noshacangirar tanviolentamente !ue, al final, largamos el ancla "la dejamos !uearrastraraD, si no hubiera pido !ue terminamos entrando en una de esas innumerablescorrientes antagnicas !ue ho" estn all " maana desaparecen,la cual nos arrastrhasta el refugio de >limen, donde, por suerte, pudimos detenernos.,-o podra contarle ni la vig$sima parte de las dificultades !ue encontrbamosen nuestro campo de pesca -!ue es mal sitio para navegar aun con buen tiempo-, perosiempre nos arreglamos para burlar el desafo del 3os:oe-str@m sin accidentes, aun!uemuchas veces tuve el corazn en la boca cuando nos atrasbamos o nos adelantbamosen un minuto al momento de calma.*n ocasiones, el viento no era tan fuerte comohabamos pensadoal zarpar "el !ueche recorra una distancia menor de lo!uedesebamos, sin!uepudi$ramos gobernarloacausadelacorrentada. 3i hermanoma"or tena un hijo de dieciocho aos " "o dos robustos mozalbetes. 6odos ellos noshubieran sido de gran a"uda en esas ocasiones, "a fuera apo"ando la marcha con losremos, opescando# pero, aun!ue estbamos personalmente dispuestos a correr elriesgo, nonossentamosconnimodee5poneralosjvenes, puesverdaderamentehaba un peligro horrible, $sa es la pura verdad.,ronto se cumplirn tres aos desde !ue ocurri lo !ue vo" a contarle. *ra elFK de julio de FL ...,da !ue las gentes de esta regin no olvidarn jams, por!ue en $l selevantunodeloshuracanesmsterribles!ueha"ancadojamsdel cielo.J,sinembargo, durante toda la maana, " hasta bien entrada la tarde, haba soplado una suavebrisa del sudoeste, mientras brillaba el sol, " los ms avezados marinos no hubieranpodido preverlo !ue iba a pasar.,0os tres Mmis dos hermanos " "o- cruzamos hacia las islas a las dos de la tarde"notardamos enllenar el !ueche conuna e5celente pesca !ue, como pudimosobservar, era ms abundante ese da !ue en ninguna ocasin anterior. . las siete -por mireloj- levamos anclas " zarpamos, a fin de atravesar lo peor del =tr@m en el momentode la calma, !ue seg7n sabamos iba a producirse a las ocho.,artimos con una buena brisa de estribor " al principio navegamos velozmente"sinpensar enel peligro, puesnotenamos el menor motivoparasospechar !uee5istiera. ero, de pronto, sentimos !ue se nos opona un viento procedente deHelseggen. *stoeramu"inslito# jams noshabaocurridoantes, ""oempec$asentirme intran!uilo, sinsaber e5actamente por !u$. *nfilamos labarcacontraelviento, pero los remansos no nos dejaban avanzar, e iba a proponer !ue volvi$ramos alpunto donde habamos estado anclados cuando, al mirar hacia popa vimos !ue todo elhorizonte estaba cubierto por una e5traa nube del color del cobre !ue se levantaba conla ms asombrosa rapidez.,*ntretanto, la brisa !ue nos haba impulsado acababa de amainar por completo" estbamos en una calma total, derivando hacia todos los rumbos. ero esto no durbastantecomoparadarnostiempoarefle5ionar. *nmenosdeunminutonosca"encima la tormenta, " en menos de dos el cielo !ued cubierto por completo# con esto," con la espuma de las olas !ue nos envolva, todo se puso tan oscuro !ue no podamosvernos unos a otros en la cubierta.,=eraunalocuratratar dedescribir el huracn!uesigui. 0osms viejosmarinos de -oruega jams conocieron nada parecido. Habamos soltado todo el trapoantes de !ue el viento nos alcanzara# pero, a su primer embate, los dos mstiles volaronpor la borda como si los hubiesen aserrado..., " uno de los palos se llev consigo a mihermano ma"or, !ue se haba atado para ma"or seguridad.,-uestra embarcacin se convirti en la ms liviana pluma !ue jams flot en elagua. *l !uechetenaunpuentetotalmentecerrado, conslounape!ueaescotillacercadeproa, !ueacostumbrbamos cerrar "asegurar cuandobamos acruzar el=tr@m, por precaucin contra el mar picado. De no haber sido por esta circunstancia,hubi$ramos zozobrado instantneamente, pues durante un momento !uedamossumergidos por completo. (moescapalamuertemi hermanoma"or nopuedodecirlo, puesjamssemepresentlaoportunidaddeaveriguarlo. ormi parte, tanpronto hube soltado el trin!uete, me tir$ boca abajo en el puente, con los pies contra laestrechabordadeproa"lasmanosaferrandounaarmellapr5imaal piedel paloma"or. *l instinto me indujo a obrar as, " fue, indudablemente,lo mejor !ue podahaber hecho# la verdad es !ue estaba demasiado aturdido para pensar.,Durante algunos momentos, como he dicho, !uedamos completamenteinundadas, mientras "o contena la respiracin " me aferraba a la armella. (uando nopuderesistir ms, me enderec$ sobrelas rodillas, sosteni$ndome siempre conlasmanos, "pudeas asomar lacabeza. rontonuestrape!ueaembarcacindiounasacudida, como hace un perro al salir del agua, " con eso se libr en cierta medida delas olas !ue la tapaban. or entonces estaba tratando "o de sobreponerme alaturdimiento!uemedominaba, recobrar lossentidosparadecidir lo!uetena!uehacer, cuando sent !ue alguien me aferraba del brazo. *ra mi hermano ma"or, " micorazn salt de j7bilo, pues estaba seguro de !ue el mar lo haba arrebatado. 3as esaalegra no tard en transformarse en horror, pues mi hermano acerc la boca a mi oreja,mientras gritaba? 13os:oe-str@m2,-adie puede imaginar mis sentimientos en a!uel instante. 3e estremec de lacabeza a los pies, como si sufriera un violento ata!ue de calentura.Demasiado biensaba lo !ue mi hermano me estaba diciendo con esa simple palabra " lo !ue !ueradarmeaentender? (onel viento!uenosarrastraba, nuestraproaapuntabahaciaelremolino del =tr@m... 1" nada poda salvarnos2,=eimaginarusted!ue, al cruzarel canal del =tr@m, lohacamossiempremucho ms arriba del remolino, incluso con tiempo bonancible, " debamos esperar "observar cuidadosamente el momentodecalma. eroahora estbamos navegandodirectamentehaciael vrtice, envueltos enel ms terriblehuracn. Nrobablemente-pens$- llegaremos all en un momento de la calma... " eso nos da una esperanza.N ero,unsegundodespu$s, memaldijepor ser tanlococomoparapensar enesperanzaalguna. =aba mu" bien !ue estbamos condenados " !ue lo estaramos igual aun!uenos hallramos en un navo cien veces ms grande.,. esta altura la primera furia de la tempestad se haba agotado, o !uiz no lasentamos tanto por estar corriendo delante de ella. ero el mar, !ue el viento habamantenido aplacado " espumoso al comienzo, se alzaba ahora en gigantescas montaas.%n e5trao cambio se haba producido en el cielo. .lrededor de nosotros, " en todasdirecciones, seguatannegrocomolapez, peroenloalto, casi encimadedondeestbamos, se abri repentinamente un crculo de cielo despejado -tan despejado comojams he vuelto a ver-, brillantemente azul, " a trav$s del cual resplandeca la luna llenacon un brillo !ue no le haba conocido antes. ;luminaba con sus ra"os todo lo !ue nosrodeaba, con la ms grande claridad# pero... 1Dios mo, !u$ escena nos mostraba2,Hice una o dos tentativas para hacerme or de mi hermano, pero, por razones!ue no pude comprender, el estruendo haba aumentado de manera tal !ue no alcanc$ ahacerle entender una sola palabra, pese a !ue gritaba con todas mis fuerzas en su oreja.ronto sacudi la cabeza, mortalmente plido, " levant un dedo como para decirme?O1*scucha2N,.l principionomedi cuentadelo!ue!uerasignificar, perounhorriblepensamiento cruz por mi mente. *5traje mi reloj de la faltri!uera. *staba detenido.(ontempl$ el cuadrante a la luz de la luna " me ech$ a llorar, mientras lanzaba el relojal oc$ano. 1=e haba detenido a las siete2 1Ja haba pasado el momento de calma " elremolino del =tr@m estaba en plena furia2,(uandounbarcoesdebuenaconstruccin, estbiene!uipado"nollevamucha carga, al correr con el viento durante una borrasca las olas dan la impresin deresbalar por debajo del casco, lo cual siempre resulta e5trao para un hombre de tierrafirme# a eso se le llama cabalgar en lenguaje marino.,Hasta ese momento habamos cabalgado sin dificultad sobre las olas# pero depronto una gigantesca masa de agua nos alcanz por la bovedilla " nos alz con ella...arriba... ms arriba... como si ascendi$ramos al cielo. Aams hubiera credo !ue una olapoda alcanzar semejante altura. J entonces empezamos a caer, con una carrera,undeslizamiento " una zambullida !ue me produjeron nuseas " mareo, como si estuvieradesplomndome en sueos desde lo alto de una montaa. ero en el momento en !uealcanzamos lacresta, pudelanzar unaojeadaalrededor, "lo!uevi fuems !uesuficiente. *n un instante comprob$ nuestra e5acta posicin. *l vrtice de3os:oe-str@mse hallabaaun cuartode milla adelante#peroese vrticese parecatanto al de todos los das como el !ue est viendo usted a un remolino en una charca.=i nohubierasabidodndeestbamos "lo!uetenamos !ueesperar, nohubiesereconocido en absoluto a!uel sitio. 6al como lo vi, me oblig a cerrarinvoluntariamente los ojos de espanto. 3is prpados se apretaron como en unespasmo.,.penas habranpasado otros dos minutos, cuandosentimos !ue las olasdecrecan " nos vimos envueltos por la espuma. 0a embarcacin dio una brusca mediavueltaababor"seprecipitensunuevadireccincomounacentella..Fmismotiempo, el rugidodel agua !uedcompletamente apagadopor algoas como unestridente alarido... un sonido !ue podra usted imaginar formado por miles de barcosde vapor !ue dejaran escapar al mismo tiempo la presin de sus calderas. -oshallbamos ahora en el cinturn de la resaca !ue rodea siempre el remolino, " pens$!ue un segundoms tarde nos precipitaramos al abismo, cu"o interior veamosborrosamente a causa de la asombrosa velocidad con la cual nos movamos. *l !uecheno daba la impresin de flotar en el agua, sino de flotar como una burbuja sobre lasuperficie de la resaca. =u banda de estribor daba al remolino, " por babor surga lainmensidad ocenica de la !ue acabbamos de salir, " !ue se alzaba como una enormepared oscilando entre nosotros " el horizonte.,uede parecer e5trao, pero ahora, cuando estbamos sumidos en las faucesdel abismo, me sent ms tran!uilo !ue cuando venamos acercndonos a $l. Decididoanoabrigar "aningunaesperanza, melibr$deunabuenapartedel terror !uealprincipiomehabaprivadodemis fuerzas. (reo!uefueladesesperacinlo!uetempl mis nervios.,6al vez pense usted !ue me jacto, pero lo !ue le digo es la verdad? *mpec$ arefle5ionar sobre lo magnfico !ue era morir de esa manera " lo insensato depreocuparme por algo tan insignificante como mi propia vida frente a unamanifestacintanmaravillosadel poder deDios. (reo!ueenrojec devergPenzacuando la idea cruz por mi mente. J al cabo de un momento se apoder de m la msviva curiosidad acerca del remolino. =ent el deseo de e5plorar sus profundidades, aunal precio del sacrificio !ue iba a costarme," la pena ms grande !ue sent fue !uenunca podra contar a mis viejos camaradas de la costa todos los misterios !ue vera.-o ha" duda !ue eran $stas e5traas fantasas en un hombre colocado en semejantesituacin, " con frecuencia he pensado !ue la rotacin del barco alrededor del vrticepudo trastornarme un tanto la cabeza.,8tracircunstanciacontribu"adevolvermelacalma, "fuelacesacindelviento, !ue "a no poda llegar hasta nosotros en el lugar donde estbamos, puesto !ue,como usted mismo ha visto, el cinturn de resaca est sensiblemente ms bajo !ue elnivel general del oc$ano, al !ue Nveamos descollar sobre nosotros como un alto bordemontaoso " negro. =i nunca le ha tocado pasar una borrasca en plena mar, no puedehacerse una idea de la confusin mental !ue produce la combinacin del viento " laespuma de las olas. .mbos ciegan, ensordecen " ahogan, suprimiendo toda posibilidadde accin o de refle5in.ero ahora nos veamos en gran medida libres de a!uellasmolestias... as como los criminales condenados a muerte se ven favorecidos con ciertasliberalidades !ue se les negaban antes de !ue se pronunciara la sentencia.,;mposible es decir cuntas veces dimos la vuelta al circuito. (orrimos "corrimos, una hora !uiz, volando ms !ue flotando, " entrando cada vez ms hacia elcentro de la resaca lo !ue nos acercaba progresivamente a su horrible borde interior.Durante todoeste tiempo no haba soltadola armella !ue mesostena.3i hermanoestabaenlapopa, sujetndoseaunpe!ueobarril vaco, slidamenteatadobajoelcompartimento de la bovedilla, " !ue era la 7nica cosa a bordo !ue la borrasca no habaprecipitado al mar. (uando "a nos acercbamos al borde del pozo, solt su asidero " seprecipit hacia la armella de la cual, en la agona de su terror, trat de desprender mismanos, "a!uenoerabastantegrandeparaproporcionaraambosunsost$nseguro.Aams he sentido pena ms grande !ue cuando lo vi hacer eso, aun!ue comprend !uesuprocedererael deuninsano, a!uienel terrorhavueltolocofurioso. Detodosmodos, no hice ning7n esfuerzo para oponerme. =aba !ue "a no importaba !ui$n de losdos se aferrara de la armella, de modo !ue se la ced " pas$ a popa, donde estaba elbarril.-o me cost mucho hacerlo, por!ueel!uechecorra en crculocon bastanteestabilidad, slobalancendose bajolas inmensas oscilaciones "conmociones delremolino. .penas me haba afirmado en mi nueva posicin, cuando dimos un bruscobandazo a estribor " nos precipitamos de proa en el abismo. 3urmur$ presurosamenteuna plegaria a Dios " pens$ !ue todo haba terminado.,3ientras senta la nusea del vertiginoso descenso, instintivamente me aferr$conmsfuerzaalbarril"cerr$losojos. Durantealgunossegundosnomeatrev aabrirlos, esperando mi ani!uilacin inmediata " me maravill$ de no estar sufriendo "alas agonas de la lucha final con el agua. ero el tiempo segua pasando. J "o estabavivo. 0a sensacin de cada haba cesado " el movimiento de la embarcacin se parecaal de antes, cuando estbamos en el cinturn de espuma, salvo !ue ahora se hallaba msinclinada. Aunt$ coraje " otra vez mir$ lo !ue me rodeaba.,-unca olvidar$ la sensacindepavor, espanto"admiracin!uesent alcontemplar a!uella escena. *l !ueche pareca estar colgando, como por arte de magia, amitaddecaminoenel interior deunembudodevastacircunferencia"prodigiosaprofundidad, cu"as paredes, perfectamente lisas, hubieran podido creerse de $bano, ano ser por la asombrosa velocidad con !ue giraban, " el lvido resplandor !ue despedanbajo los ra"os de la luna, !ue, en el centro de a!uella abertura circular entre las nubes a!ue he aludido antes, se derramaban en un diluvio gloriosamente ureo a lo largo de lasnegras paredes " se perdan en las remotas profundidades del abismo.,.l principio me sent demasiadoconfundidoparapoderobservar nada conprecisin. 6odo lo !ue alcanzaba era ese estallido general de espantosa grandeza. ero,al recobrarme un tanto, mis ojos miraron instintivamente haca abajo. 6ena una vistacompleta en esa direccin, dada la forma en !ue el !ueche colgaba de la superficieinclinada del vrtice. =u !uilla estaba perfectamente nivelada, vale decir !ue el puentese hallaba en un plano paralelo al del agua, pero esta 7ltima se tenda formando unngulo de ms de cuarenta " cinco grados, de modo !ue pareca como si estuvi$semosladeados. -o pude dejar de observar, sin embargo, !ue, a pesar de esta situacin, nome era mucho ms difcil mantenerme aferrado a mi puesto !ue si el barco hubieseestado a nivel# presumo !ue se deba a la velocidad con !ue girbamos.,0os ra"os de la luna parecan !uerer alcanzar el fondo mismo del profundoabismo, peroa7nasnopudevernadaconsuficienteclaridadacausadelaespesaniebla !ue lo envolva todo " sobre la cual se cerna un magnfico arco iris semejante alangosto"bamboleantepuente!ue, seg7nlosmusulmanes, esel solopasoentreel6iempo " la *ternidad. .!uella niebla, o roco, se produca sin duda por el cho!ue delas enormes paredes del embudo cuando se encontraba en el fondo# pero no tratar$ dedescribir el aullido !ue brotaba del abismo para subir hasta el cielo.,-uestro primer deslizamiento en el pozo, a partir del cinturn de espumas delapartesuperior,noshabahechodescenderagrandistanciaporlapendiente# sinembargo, la continuacin del descenso no guardaba relacin con el anterior. %na " otravez dimos la vuelta, no con un movimiento uniforme sino entre vertiginosos balanceos" sacudidas, !ue nos lanzaban a veces a unos cuantos centenares de "ardas, mientrasotras nos hacan completar casi el circuito del remolino. . cada vuelta, " aun!ue lento,nuestro descenso resultaba perceptible.,3irando en torno la inmensa e5tensin de $bano l!uido sobre la cual $ramosas llevados, advert !ue nuestra embarcacin no era el 7nico objeto comprendido en elabrazo del remolino. 6anto por encima como por debajo de nosotros se veanfragmentos de embarcaciones, grandes pedazos de maderamen de construccin "troncos de rboles, as como otras cosas ms pe!ueas, tales como muebles, cajonesrotos, barriles " duelas. He aludido "a a la curiosidad anormal !ue haba reemplazadoen m el terror del comienzo.. medida !ue me iba acercando a mi horrible destinoparecacomosi esacuriosidadfueraenaumento. (omenc$aobservarcone5traointer$slosnumerososobjetos !ue flotabancercadenosotros.Debo dehaber estadobajo los efectos del delirio, por!ue hasta bus!u$ diversin en el hecho de calcular susrespectivas velocidades en el descenso haca la espuma del fondo. N*se abeto -me odecir en un momento dado- ser el !ue ahora se precipite hacia abajo " desaparezcaN# "unmomento despu$s me !ued$ decepcionado al ver !ue los restos de unnavomercante holand$s se le adelantaban " caan antes. .l final, despu$s de haber hechonumerosasconjeturas de estanaturaleza, "haber erradotodas,ocurri!ueel hechomismo de e!uivocarme invariablemente me indujo a una nueva refle5in, " entoncesme ech$ a temblar como antes, " una vez ms lati pesadamente m corazn.,-o era el espanto el !ue as me afectaba, sino el nacimiento de una nueva "emocionante esperanza. =urga en parte de la memoria ", en parte, de las observaciones!ue acababa de hacer. Becord$ la gran cantidad de restos flotantes !ue aparecan en lacosta de 0ofoden " !ue haban sido tragados " devueltos luego por el 3os:[email protected] gran ma"ora de estos restos apareca destrozada de la manera ms e5traordinaria#estaban como frotados, desgarrados, al punto !ue daban la impresin de un montn deastillas"es!uirlas. eroal mismotiemporecord$!uealgunosdeesosobjetosnoestaban desfigurados en absoluto. 3e era imposible e5plicar la razn de esa diferencia,salvo !ue supusiera !ue los objetos destrozados eran los !ue haban sidocompletamente absorbidos, mientras !ue los otros haban penetrado en el remolino enun perodo ms adelantado de la marea, o bien, por alguna razn, haban descendido tanlentamenteluegodeser absorbidos, !uenohabanalcanzadoatocar el fondodelvrtice antes del cambio del flujo o del reflujo, seg7n fuera el momento. 3e pareciposible, en ambos casos, !ue dichos restes hubieran sido devueltos otra vez al nivel deloc$ano, sin correr el destino de los !ue haban penetrado antes en el remolino o habansido tragados ms rpidamente.,.l mismo tiempo hice tres observaciones importantes. 0a primera fue !ue, porregla general, los objetos de ma"or tamao descendan ms rpidamente. 0a segunda,!ue entre dos masas de igual tamao, una esf$rica " otra de cual!uier forma, la ma"orvelocidad de descenso corresponda a la esfera. 0a tercera, !ue entre dos masas de igualtamao, una de ellas cilndrica " la otra de cual!uier forma, la primera era absorbidacon ma"or lentitud. Desde !ue escap$ de mi destino he podido hablar muchas vecessobre estos temas con un viejo preceptor del distrito, " gracias a $l conozco el uso delas palabras OcilindroN " OesferaN. 3e e5plic -aun!ue me he olvidado de la e5plicacin-!ue lo !ue "o haba observado entonces era la consecuencia natural de las formas de losobjetosflotantes, "memostrcmouncilindro, flotandoenunremolino, ofrecama"or resistencia a susuccin"era arrastradoconmucha ma"or dificultad !uecual!uier otro objeto del mismo tamao, cual!uiera fuese su formaF.,Haba adems un detalle sorprendente, !ue contribua en gran medida areformar estas observaciones " me llenaba de deseos de verificarlas? a cada revolucindenuestrabarcasobrepasbamosalg7nobjeto, comoserunbarril, unavergaounmstil. .hora bien, muchos de a!uellos restos, !ue al abrir "o por primera vez los ojosparacontemplar lamaravilladel remolino, seencontrabananuestronivel, estabanahoramuchomsarriba"dabanlaimpresindehabersemovidomu"pocodesuposicin inicial.,-o vacil$ entonces en lo !ue deba hacer? resolv asegurarme fuertemente albarril del cual me tena, soltarlo de la bovedilla " precipitarme con $l al agua. 0lam$ laatencin de mi hermano mediante signos, mostrndole los barriles flotantes !uepasaban cerca de nosotros, e hice todo lo !ue estaba en mi poder para !uecomprendiera lo !ue me dispona a hacer. 3e pareci !ue al fin entenda misintenciones, perofueraas ono, sacudilacabezacondesesperacin, negndoseaabandonar su asidero en la armella. 3e era imposible llegar hasta $l " la situacin noadmita p$rdida de tiempo. .s fue como, lleno de amargura, lo abandon$ a su destino,me at$ al barril mediante las cuerdas !ue lo haban sujetado a la bovedilla " me lanc$con $l al mar sin un segundo de vacilacin.,*l resultado fue e5actamente el !ue esperaba. uesto !ue "o mismo le esto"haciendo este relato, por lo cual "a sabe usted !ue escap$ sano " salvo, " adems estenterado de cmo me las arregl$ para escapar, abreviar$ el fin de la historia. Habratranscurrido una hora o cosa as desde !ue hiciera abandono del !ueche, cuando lo vi, agran profundidad, girar terriblemente tres o cuatro veces en rpida sucesin "precipitarse en lnea recta en el caos de espuma del abismo, llevndose consigo a mi!uerido hermano.*lbarrilal cualmehabaatado descendi apenasalgo ms delamitad de la distancia entre el fondo del remolino " el lugar desde donde me haba tiradoal agua, " entonces empez a producirse un gran cambio en el aspecto del vrtice. 0apendiente de los lados del enorme embudo se fue haciendo menos " menos escarpada.0as revoluciones del vrtice disminu"eron gradualmente su violencia. oco a poco fuedesapareciendola espuma "el arcoiris, "parecicomosi el fondodel abismoempezara a levantarse suavemente. *l cielo estaba despejado, no haba viento " la lunallena resplandeca en el oeste, cuando me encontr$ en la superficie del oc$ano, a plenavista de las costas de 0ofoden"enel lugar donde haba estadoel remolinode3os:oe-str@m. *ra la hora de la calma, pero el mar se encrespaba todava engigantescasolasporefectosdel huracn. >ui impulsadoviolentamenteal canal del=tr@m, " pocos minutos ms tarde llegaba a la costa, en la zona de los pescadores. %nbote me recogi, e5hausto de fatiga, ", ahora !ue el peligro haba pasado, incapaz dehablar a causa del recuerdo de a!uellos horrores. Quienes me subieron a bordo eran misviejos camaradas " compaeros cotidianos, pero no me reconocieron, como si "o fueseun viajero !ue retornaba del mundo de los espritus.3i cabello,negro como ala decuervo la vspera, estaba tan blanco como lo ve usted ahora. 6ambi$n se dice !ue lae5presin de mi rostro ha cambiado. 0es cont$ mi historia... " no me cre"eron. =e lacuentoahora a usted, sinma"or esperanza de !ue le d$ ms cr$ditodel !ue leconcedieron los alegres pescadores de 0ofoden.,F9er .r!umedes, De ;ncidentibus in fluido, lib. R.