TROMPAS Y SALEDIZOS EN LA ARQUITECTURA ÁRABE OCCIDENTAL Basilio Pavón Maldonado RESUMEN Las trompas de cúpulas en la arquitectura islámica de Occidente cuentan con interesantes ejemplos en mezquitas y palacios o alcazabas de Ifriqiya (Qayrawan, Túnez, Susa, ribats de Susa y Monastir), en España las mezquitas a partir de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, fortalezas y puertas urbanas. También Sicilia acumula interesantes ejemplos más en iglesias sículo- normandas que en palacios. En este trabajo salen a la luz muchos ejemplos inéditos, siguiendo la siguiente clasificación: trompas de fondo semicilíndrico, de aristas, de arcos lobulados, escalonadas, adinteladas o planas, de pergamino y trompas de mocárabes. Respecto a los aleros o saledizos (modillones, ménsulas, impostas, canecillos, gárgolas, ajimeces o masrabiyyat y otros salientes) se estudian bastantes ejemplos incluidos los relacionados con las techumbres de madera de palacios, casas y mezquitas. En suma, se trata de un estudio exhaustivo de aleros conocidos y desconocidos siguiendo la línea de investigación inaugurada por Leopoldo Torres Balbás, dándose una tipología base de estos miembros que puede servir de punto de partida de futuros trabajos. ABSTRACT SQUINCH AND COBELLING IN THE ISLAMIC ARCHITECTURA IN OCCIDENT. The squinch in the islamic architecture in Occident has interesting examples in mosques, palaces or fortress from Ifriqiya (Qayrawan, Túnez, Susa, Susa ribats and Monastir). In Spain mosques estarting from the mosque aljama of Cordoba in the X Century and fortress; Sicilý also has interesting examples of squinch more in the churchez than in the palaces. In this research work come to linght many untold examples following the next classification: squinch with semicylindrical bottoms, with edges, staggered, lintels or flat, shell-like squinches, parchement and muqarnas. In the regard to the eaves or corbelling (cantilevers, corbels, canes or canecillos, ajimeces or masrabiyyat, casbraket, gargoyle and other projections several examples are studied including those related to palaces woden ceiling, homes and mosques. In short this is a comprehensive study of know and aknown eaves folloving the lines of investigation inaugurated by Leopoldo Torres Balbás giving a based typology for these members that can serve of starting point for future works.

Trompa. Modillón. TROMPAS Aceptado el origen de la trompa en la Persia sasánida (Firuz-Abad y Sarvistán, trompas de fondo cónico) hacia la segunda mitad del siglo III (Fig. 1, 6), en Bizancio aparece en San Vital de Ravena (Fig. 1, 2) que debió ser replicada por los árabes en la cúpula desaparecida de delante del mihrab de la mezquita omeya de Damasco del siglo VII (Fig. 1, 1). A juicio de Ignacio Arce los baños omeyas del Qasr Charrane tenían bóveda con trompas en arco. En la localidad persa de Sengbest, del año 950, según J. Rosintal, (Fig. 1, 4) el arco de la trompa, a diferencia de Sarvistán, figura apuntado (arco irani) y la base de cúpula es ya octogonal lo cual nos lleva a la cúpula de delante del mihrab de la mezquita cairota de al-Azhar (suponiendo que la actual sea una réplica de la original) (Fig. 1, 3). Otro ejemplo de trompa cairota en arco iraní es el 5 de la Fig. 1. En una de las

torres de la muralla bizantina de Nicea aparece cúpula con sus trompas de ladrillo (Fig. 1, 7). La curiosa disposición de ladrillos en este caso nos traslada a algunas trompas ladrilleras de nuestro entorno arábigo occidental. Tal vez una de ellas sea la que figura en la cúpula de los pies de la nave central de la Gran Mezquita de Qayrawan (Fig. 1, 8), reconstruida totalmente en el siglo XIX, a juicio de varios especialistas una copia de la cúpula de piedra allí mismo ubicada del siglo IX.

Figura 1. Tipos de trompas.

Figura 2. Cúpula con trompas. Ribat de Susa.

En Túnez árabe, insistiendo en las construcciones árabes ladrilleras, habitualmente el arco de la trompa figura doblado, o arco con una o más arquivoltas (Fig. 1, 9); el 10 de habitáculo de santón del ribat de Monastir, el 11 de una de las puertas sobresaliente del patio de la Gran Mezquita de Qayrawan, añadida en época hafsí, toda de ladrillo. El mismo tipo de trompa en piedra en Bab Lalla Rihana (s. X) de la misma mezquita (Fig. 1, 12). Realmente el origen de la trompa en piedra de Ifriqiya se localiza en el ribat de Susa (s. VIII-IX) estudiado por A. Lézine (Fig. 2). Hasta aquí hemos comprobado que la mayoría de las trompas son nichos con el fondo semicilíndrico, según tradición iraní (6), que retoma el arte abbasí básicamente en Egipto, a juicio de L. Golvin. Un aparte merecen la trompas de arcos lobulados tan características de las mezquitas ifriqís desde su inauguración en la Gran Mezquita de Qayrawan (Fig. 3, 1, según G. Marçais) reiterada en la primitiva qubba de la mezquita mayor de Susa (Fig. 3, 2) que a nivel popular desde entonces pasando por la etapa hafsí (Fig. 3, 6, mezquita al-Hawa de Túnez, según Daoulatli) hasta el siglo XIX tuvo alto predicamento en el Magreb Occidental e incluso en modestas qubbas españolas (Fig. 3, 3, 3-1). Aunque derivadas de trompas de tipo bizantino algo de influencia qayrawaní se da en las trompas de las tres bóvedas de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba en las que el arco lobulado se hace significar de manera un tanto espectacular, si bien aquí el nicho semicilíndrico tradicional da paso a nicho poligonal con bovedilla propia de gallones asemejándose a un mihrab (Figs. 1, 13, 14 y 3, 4, 5), algo completamente inédito en Occidente; este tipo replicado dentro ya del siglo XII en la Qubbat al-Barudiyyin de Marrakech (Fig. 3, 7). En este apartado cabe encajar los nichos en arco lobulado de los palacios de Sedrata (Fig. 3, 7, dibujo de G. Marçais), uno de ellos con fondo semicilíndrico, según L. Golvin.

Figura 3. Trompas con lobulado.

Trasladándonos a Sicilia las bóvedas de base circular con trompas de Ifriqiyya adquieren en la isla un espectacular desarrollo básicamente en las iglesias sículo-normandas, ya que hoy no se conocen ejemplos en los palacios de Ruggero II y Gugliero I y II, exceptuado el exterior de la Cuba que enseña trompas como base de un ochavo (Fig. 4, 6). Las iglesias con cúpulas son San Cotaldo, la “Martorana”, San Juan de los Leprosos (Fig. 5-1, 5), San Juan de los Eremitas (Fig. 5-1, 1) y presbiterio de la Capilla Palatina de Palermo (Fig. 5-1, 2), de las que se pueden extraer 4 tipos de trompas (Fig. 4): 1, con nicho semicilíndrico o absidiolo por fondo, San Cotaldo (Figs. 4, 1 y 5, A); 2, arco de medio punto con fondo de bovedilla de arista, San Juan de los Eremitas; 3, arco de medio punto con una arquivolta y bovedilla de arista, la “Martorana”(Fig. 5-1, 3); 4, arco de medio punto, dos arquivoltas y bovedilla de arista, San Juan de los Eremitas, San Juan de los Leprosos y Capilla Palatina. El tipo 3 aunque con semicilindro en lugar de bovedilla de aristas se da en dos puertas hafsíes de la Gran Mezquita de Qayrawan, puerta de ladrillo (Figs. 1, 11 y 4, 5) y en piedra Bab Lalla Rihana (Figs. 1, 12) y en Susa Qahwat al-Qubba (s. X) (Fig. 5-1, 4). Este último tipo se da en la iglesia siciliana de los Santos Pedro y Pablo de Forza d´Agrò (Fig. 4, 10) cuyo presbiterio enseña ejemplar cúpula oblonga con enjambre de trompas de ladrillo como curioso soporte de la bovedilla de la linterna de base octogonal (Fig. 4, 7), ejemplar que hasta cierto punto nos aproxima a bovedillas mixtilíneas de la Alhambra de Granada, una en la Puerta de la Justicia y otra en la Torre de las Infantas (Fig. 4, 8, 9).

Figura 5. “Piccola Cuba”, 1, 3. Figura 4. Trompas sicilianas.

Un quinto tipo de trompa siciliana se ve en la palermitana “Piccola Cuba”, edificio exento con cuatro puertas abiertas permanentemente (Fig. 5, 1, 3) ahora las arquivoltas son tres pero conservándose las bovedillas de aristas. Este modelo de edificio recuerda la llamada Puerta de la Rawda de la Alhambra de Granada (Fig. 5, 2, 2-1), si bien aquí el concepto de bóveda de gallones y sencillas trompas de arista obedece a influencia almohade del Magreb. Algunos especialistas del arte sículo-normando, como Vittorio Noto y P. Lojacono, han dibujado restitución de la qubba de la Cuba con el tipo 5 de trompa que comentamos (Fig. 5, 4). Trompas de aristas hispanas Quiérase o no, las trompas con fondo de aristas de Sicilia algún influjo ejercerían en la España árabe de los siglos XII, XIII y XIV. Es muy probable que en ello intervinieran las muqarnas que veremos más adelante. Para esta clase de trompa hay que pisar muy en firme la Península Ibérica y el Magreb occidental en que efectivamente el concepto trompa que hemos analizado hasta ahora casi siempre de alguna manera es participativa de los ejemplos analizados anteriormente. Tomando por modelos los de la arquitectura almohade, en Marruecos son merecedoras de todo elogio las puertas monumentales de Rabat con varios tipos de bóvedas y otros tantos de trompas, las de aristas bien reflejada en Bab al-Rwah (Figs. 6, 4 y 8, 2), con arco muy rebajado. En la Alhambra la Puerta de las Armas nos ofrece interesante bóveda de ocho gallones con trompas de aristas (Fig. 6, 2) reiterado este modelo en una de las torres del Alcázar de Sevilla en Carmona (Fig. 6, 3-1). Existe ejemplar de bóveda mixta muy original en la muralla de la Alcazaba de Alcalá la Real (Jaén) (Figs. 6, 1, 5 y 8, 1-1), el cascarón con la nervadura califal de las bóvedas de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba mientras las trompas tienen sencillas bovedillas de aristas antes analizadas.

Figura 5-1. Cúpulas sicilianas; la 4 de Susa.

Otro modelo de estirpe sevillana tal vez de la familia almohade es la bóveda de la “Capilla Dorada” del palacio mudéjar de Tordesillas (s. XIV) (Fig. 6, 6) esta vez con la media naranja cubierta con espectacular lacería. De este modélico tronco entre almohade y nazarí participan un sinfín de trompas nuestras que por regla general se ajustan a los modelos A, B, C, D (Fig. 7, 4) casi siempre bóvedas esquifadas. Son ellas, bóvedas de la Torre del Homenaje de la Alcazaba de la Alhambra (Fig. 7, 2, 3), en Setenil (Cádiz) la torre principal del castillo (Fig. 7, 5); el castillo de San Romualdo de la Isla de San Fernando (Cádiz), según Torres Balbás (Fig. 7,

Figura 6. Bóvedas de aristas hispanomusulmanas y mudéjares.

6); en la provincia de Sevilla torre de Quintos (Fig. 7, 7), según Torres Balbás; más interesantes son dos modelos de la torre cordobesa de El Carpio (Fig. 7, 8, trompas de aristas con arcos lobulados o de herradura). En el piso último de la torre mudéjar de la Magdalena de Zaragoza su bóveda esquifada descansa en tropas de aristas de ladrillo, el arco apuntado (Fig. 7, 10). En el cementerio de los soberanos mariníes de Fez se dan diversas qubbas pequeñas funerarias (Fig. 8, 7, 8). Por último de esta serie son las trompas de la Capilla de la Asunción del Monasterio de las Huelgas de Burgos (s. XII-XIII), de clara influencia almohade (Fig. 7, 9). Al margen de todo ello destacamos variantes muy curiosas localizables en el Monasterio de Santa Clara de Moguer y en San Bartolomé de Villanueva de Alcor (Huelva), además de la Capilla de la Quinta Angustia de Sevilla (Fig. 8, 4), una de ellas reiterada en torre del castillo de la Mota de Medina del Campo (Fig. 8, 1). En los tepidarium y caldarium de muchos baños árabes y mudéjares sus bóvedas esquifadas descansan en trompas de aristas, con ejemplo en el hammam de la judería de Mallorca (Fig. 7, 10), s. XI, baños de la Alcazaba de Jerez de la Frontera, s. XII, y más en la Alhambra y en el arte mariní del Norte de Africa. Curioso ejemplar de trompa islámica instalada en una bóveda nervada gótica es la del Capilla de San Bartolomé de Córdoba (s. XIV) (Fig. 6, 8), cuyas aristas convergen en delgada columnilla del fondo según modelo de tipo almohade que hemos visto en Bab er-Rwah.

Figura 7. Trompas de aristas hispanomusulmanas y mudéjares.

Trompas poliadinteladas o en escalera. En los pisos altos de la torre mudéjar de Santo Domingo de Daroca vemos originales trompas con falsos arcos obtenidos por aproximación de hiladas de ladrillos (Fig. 8, 6), modalidad que en parte nos lleva a una de las bovedillas laterales del tepidarium de los baños árabes de Ronda (Fig. 8, 5), estructurada como techitos sobrepuestos, en saledizo o en escalón, reiterada en escalera de la torre atalaya de Biar (Alicante) (Fig. 8, 3-1) y bastante antes en habitáculo de santón del ribat de Monastir (Fig. 8, 3).

Figura 8. Trompas de aristas y en escalera (3, 3-1, 5, 6).

Trompas de la bóveda gallonada principal de la Puerta de las Armas de la Alhambra.

Bóveda ( Fig. 8-1, 1) reiterada en la Puerta de la Rawda de la misma ciudad palatina (Fig. 8-1, 1-1), ambas de polémico origen o influencia. El tema de los gallones de estirpe bizantina lo vimos en la qubba de delante del mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan (Fig. 3, 1), cúpula que detenta cuatro trompas de arcos lobulados, a modo de concha o venera, sobre las que campean ocho trompas diminutas de arcos de medio punto (Fig. 8-1, C). Esta relación 4-8=12 del trompeado qayrawaní tiene un precedente en la iglesia bizantina de Santa Hrip`sime de Vagharchapat (Ecmiadzin), del siglo VII, según dibujo de Wladimir Saszaloziecky (Fig. 8-1, B).

Figura 8-1. Bóveda gallonada de la Puerta de las Armas y Puerta de la Rawda. Alhambra. Sobre su formación.

En este proceso es preciso reparar en la cúpula de ladrillo de los pies de la nave central de la Gran Mezquita de Qayrawan (Fig. 8-1, D), que aunque erigida en el siglo XIX o antes debe ser plagio de algún modelo aglabí desaparecido. En este caso sobre las cuatro grandes trompas de aristas cabalgan ocho trompillas planas o adinteladas dispuestas muy al uso oriental como lo prueba el esquema A que a su vez es modelo teórico de la Puerta de la Alhambra que estudiamos. El esquema D se repite en la clave de la pseudocúpula califal de la Capilla de Villaviciosa de la mezquita aljama de Córdoba (Fig. 8-1, E). Dos curiosas soluciones de trompeado se ven en una de las puertas medievales de Alcazarseguer (Marruecos) (Fig. 9, 5) y puertas de Rabat comentadas (Fig. 9, 7). En la precedente exposición hemos visto como se va imponiendo la semibovedilla de arista en las trompas de la arquitectura árabe occidental, primero en Palermo, si bien es cierto que en las trompas de mocárabes egipcias de años antes los alveolos o celdillas principales acusan ya bovedilla aristada (Fig. 11, 2, 2-1). Independientemente de ello las bóvedas de aristas han sido detectadas en caminos de ronda de la ciudad palatina de Madinat al-Zahra, alminar de Abd al-Rahman III de la mezquita aljama de Córdoba (Félix Hernández) y baños califales de la plaza de los Mártires de esa ciudad, antes, en Ifriqiya, en Susa ribat, puerta de la alcazaba y pórticos de la mezquita mayor, también en puerta del ribat de Monastir.

Figura 9. Trompas adinteladas. Torre de Villena, 1, 2; Rabat, 3, 4, 6.

Trompas planas o adinteladas Este tipo de trompa debió inaugurase en España en el siglo XII cual lo probarían sendas cúpulas de la gran torre del castillo alicantino de Villena (Fig. 9, 1, 2) que nos remite a cúpulas almohades de Rabat: trompas de madera en Bab Alou , de piedra en puerta de la Alcazaba de los Udaya (Fig. 9, 3, 6) y cúpula del alminar de la Mezquita de Hasán (Fig. 9, 4). Rivoira publica un ejemplo sirio, anterior a la era cristiana, de trompa de piedra (Fig. 9, A), y últimamente ha sido publicada por Ignacio Arce otra de la Sala del Trono de la ciudadela omeya de Amman, inédito ejemplo de la arquitectura omeya, según ese autor.

Figura 10. Trompas planas de armaduras de madera. Hispanomusulmanas y mudéjares.

Es en las techumbres de madera de estructura cupulada donde las trompas adinteladas aclimatan de manera especial con modélico ejemplo en la planta segunda del Partal de la Alhambra (Fig. 10, 1, 1-1, de Sergei Chmelnizkij), las trompas adornadas con lacería de 8 zafates con pieza central mocarabada, reiteradas en taujel (techo plano) mudéjar de la iglesia toledana de Erustes (Fig. 10, 1, 2) y en la cubierta de la sinagoga de El Tránsito de Toledo (Fig. 10, 4); otro ejemplo del mismo tipo de trompa en el techo de par y nudillo de la Sala de Justicia del alcázar de Sevilla (Fig. 10, 3), y bastantes en armaduras mudéjares de Castilla-León entre las que sobresale la de San Francisco de Asís de Palencia. Las trompas adinteladas de mocárabes más espectaculares se localizan en la cubierta mudéjar de la iglesia del Monasterio de Santa Clara de Tordesillas (Fig. 10, 5) y son dignas de destacar las trompas de sala de honor del palacio mudéjar de Peñaranda de Duero (Burgos), atribuido a Juan de Colonia (s. XVI) (Fig. 10, 8). Otro modelo de trompa plana pero esta vez inclinada en lugar de horizontal se da en cupulilla de mocárabes del mihrab de la mezquita almohade de la Kutubiyya (Fig. 10, 7) y en la escalera de la Torre de la Cautiva de la Alhambra (Fig. 10, 6), con réplica en el techito del mihrab de la mezquita mayor de Taza (Fig. 10-1, 3, según cliché de H. Terrasse). Con la letra A señalamos tres tipos de cubiertas con las trompas adinteladas o planas inclinadas del arte mudéjar castellano-leonés, sobresalien-do la cúpula de San Nicolás de Bari de Madrigal de las Altas Torres (Fig. 10, 9). En la figura 10-1 damos otras trompas emparentadas con las planas: la A de la cúpula de madera del presbiterio, iglesia parroquial de Erustes (Toledo), la B del castillo de Belmonte (Cuenca). Trompas de pergamino Tienen arco lobulado a modo de pergamino habituales en zona toledana (Fig. 10-1, D, trompas de la capilla del Seminario Menor de Toledo y del palacio de los Maqueda de Torrijos, Toledo); una trompa casi adintelada con gallones más de estilo renacentista es la del techo plano de la escalera de honor del hospital de Santa Cruz de Toledo (Fig. 10-1, 2).

Figura 10-1. Trompas de pergamino, D.

Trompas de muqarnas Entre el siglo XI y el XII nacerían con incipiente desarrollo las muqarnas en trompas de las grandes mezquitas persas, de Isfaham (1088) (Fig. 11, 1), Gulpaygan (1105) y Ardistan (1134); en principio trompa triple o de tres alveolos (Fig. 11, 1-1), según referencia obligada de J. Rosintal, si bien últimamente J. D. Hoag ve el modelo de tropa tripartita en la tumba de Arab Ata en Tim, Transoxiana (978). G. Marçais y Creswelll pusieron de manifiesto que a través de Egipto (Fig. 11, 2, tipo Aswan, el Mahhad, 1110, 2-1, y tipo mausoleo Sayyida Atika, 1120),

Figura 11. Trompas de mocárabes. Orientales, 1, 1-1; El Cairo, 2, 2-1; Mezquita de Tremecén, 4; Rabat, 3; sicilianas: 5, Palacio de la Cuba; 6, Palacio de la Zisa.

la trompa de muqarnas pasaría al Magreb, qubba de delante del mihrab de la mezquita almorávide de Tremecén (Fig. 11, 4), si bien en este punto no está todo dicho; otro modelo dentro ya de dominio almohade localizado en la estancia tercera del alminar de la mezquita de Hasán de Rabat (Fig. 11, 3. según Caillé), ejemplos que ayudan a cronizar las trompas de algunas cubiertas del palacio sículo-normando de la Cuba de Palermo (Fig. 11, 5), cuyo arco mixtilíneo de relaciona estrechamente con los de otra de las cúpulas mocarabadas del alminar mencionado de Rabat y de nichos de la Zisa (Fig. 11, 6). En estas trompas sicilianas y probablemente en otras que pudieron existir en la Qal´a de los Bannu Hammad hacia finales del siglo XI o principios del siguiente, nace el concepto de trompa mocarabada de lujo que va a instalarse en el Palacio de los Leones de la Allhambra. Antes de enumerarlas hacemos un inciso para enseñar como se formaría en líneas generales la trompa en madera de muqarnas, a juicio de diversos autores (Fig. 11-1, 1, según Owen Jones, Choisy y Golvin), y 2, de Prieto Vives).

Figura 11-1. Trazados de trompas de mocárabes.

Figura 12. Trompas de mocárabes granadinas y de la mezquita de Taza (3).

Figura 13. Trompas de mocárabes: 1, Taza; 2, Torre de las Infantas de la Alhambra; 3, Sala de los Abencerrajes, Alhambra.

En la Alhambra Qubba de las Dos Hermanas (Fig. 12, 1, A) y la de los Abencerrajes (Figs. 12, B y 13, 3), ambas muy ligadas estilísticamente con la cúpula de delante del mihrab de la mezquita mayor de Taza (Figs. 12, 3

y 13, 1) y entre unas y otra, dentro del reinado del nazarí Yusuf I, las cuatro trompas del oratorio de la madraza de Granada (Figs. 12, 2 y 13, 2-1). Sobre las bóvedas mocarabadas de los Leones de la Alhambra significar su relación por aproximación de una parte con bóvedas estrelladas por el interior turkistaníes tardías (Fig. 13, A, B) y de otra comparación de las Dos Hermanas con la cúpula con trompas de mocárabes de la gran mezquita iraní de Veramin (1322) (Fig. 14). La trompa 2 de la figura 13 es de la Torre de las Infantas de la Alhambra (restaurada).

Como epígono, dentro de los palacios mudéjares existen algunos ejemplos de trompas mocarabadas muy interesantes, por no decir espectaculares, como la citada de Tordesillas (Fig. 10, 5). Hasta llegar a ellas es preciso arrancar de dos sencillos modelos de bovedillas de mocárabes localizables en pasillo o estancia de los pies del Patio de Doncellas del Alcázar de Sevilla, estructura de trazas almohades con trompas de aristas (Fig.15, 2, 3).

Figura 14. Mezquita de Veramin, Persia.

Figuras 15 y 16. Trompas mudéjares de mocárabes, Sevilla y Torrijos (1, fig. 16)

Figura 15. Trompas de mocárabes. Alcázar de Sevilla.

Figura 16. Trompas de mocárabes, Torrijos y Casa de Pilatos de Sevilla.

A la vista de ellas se podrá comprender la homologación que establecimos entre las trompas palermitanas del siglo XII y las de mocárabes de la figura 11. De mayor aparato aunque tardía es la actual media naranja del Salón de Embajadores del mismo Alcázar, siglo XV (Fig. 15, 1), otra muy semejante que existió en el palacio de los Cárdenas de Torrijos, hoy en el Museo Arqueológico Nacional (Fig. 16, 1) y cúpula de la escalera de honor de la Casa de Pilatos (Fig. 16, 2). SALEDIZOS Este tema lo abordó Leopoldo Torres Balbás en varios artículos insustituibles por su valor documental y pedagógico. A la luz de nuevos hallazgos de los últimos años ahora abordamos un inventario o catalogo comentado de miembros saledizos de la arquitectura hispanomusulmana, incluido la mudéjar, la de Ifriqiya y la del Magreb Occidental. La herencia de tales saledizos queda aún bien reflejada en la arquitectura popular de nuestros días que entronca con la del siglo XVI en adelante y que hemos

dibujado a pulso para respetar su imagen un tanto adulterada por el paso del tiempo (Fig. 1, de casas castellanas, Alcalá de Henares, Pezuela (Palencia) y de Madrigal de las Altas Torres). En la Antigüedad poniendo por ejemplo la Roma Imperial se dieron casos de grandes piedras saledizas, en forma de modillones, con rosetas o hélices grabadas en el círculo exterior volado, que sin ninguna utilidad encajaban en altura de muros de señeros edificios. En Mérida se conservan varias de estas piezas de granito (Fig. 1-1, 1, 2, 3) en parte relacionadas con especie de ménsulas voladizas que nada sostienen labradas en la misma piedra de arcos o arquitrabes romanos de Talavera la Vieja (Fig. 1-1, 4) recordando las arquerías de basílicas bizantinas de Tebessa y Tigzir (Fig. 1-1, 4-1, 5). Por su gran tamaño no creemos que todas esas piezas emeritenses formaran parte de aleros o cornisas características de las monumentales fachadas romanas de las que

Figura 1. Apuntes de aleros de casas castellanas.

existen bastantes ejemplos en los museos arqueológicos de Córdoba y de Cartago y otros yacimientos romanos de Túnez y Argelia (Fig. 1-1, 8, 9). Curiosamente una réplica de estos voladizos se localiza en el interior del mihrab califal de la mezquita aljama de Córdoba (Fig. 1-1, 7). Piezas voladizas aisladas no fueron ajenas en la arquitectura visigoda, documentadas en la puerta de la iglesia de San Juan de Baños (Fig. 1-1, 6), y en Quintanilla de las Viñas, además de iglesias bizantinas, la de la Santa Cruz de Athamar, s. X, y Santa María de Pannaka, Constantinopla. Sobre otros saledizos de fachadas califales, metiéndonos ya en el terreno que pisó Torres Balbás, nos explayaremos más adelante. El carácter meramente decorativo de modillones de piedra con variada gama de formas se confirma a la vista de piezas aún in situ de monumentos árabes de Túnez, centrándose los ejemplos más interesantes en la Gran Mezquita de Qayrawan (Fig. 2, 3, 4, 5, 6) y la de Susa (Fig. 2, 7), casos

Figura 1-1. Piezas saledizas de Mérida, Talavera la Vieja, Tebesa, San Juan de Baños y Córdoba. Figura 2. Saledizos de mezquitas de Qayrawan.

distintos de las modillones enfilados en serie de la fachada de la mezquita de Tres Puertas de Qayrawan, del siglo IX (Fig. 2, 1), piezas replicadas en los techos de madera del siglo XI de la Gran Mezquita de esa ciudad (Fig. 2, 2, según G. Marçais) sobre las que hablaremos más adelante con acuciantes curiosidad pues en ese sentido los saledizos ifriqís y los cordobeses fueron gestados y desarrollados muy a la par dentro de un mismo tiempo.

Siguiendo en tierras tunecinas nos entretenemos en grandes piezas de piedra que figurarían como ménsulas de grandes arcos romanos o bizantinos (Fig. 3) en la puerta del ribat de Susa (Fig. 3, 5, 5-1). Aquéllas piezas se reparten entre los museos de Susa, Mahdiyya y Qayrawan (Fig. 3, 1, 2, 4-1) a las que podemos añadir las ménsulas bizantinas o paleocristianas del mihrab del ribat de Monastir (Fig. 3, 3) que casa con otra pieza que se instaló en la Giralda del Sevilla, hoy en el Museo Arqueológico Provincial de esa ciudad (Fig. 3, 3-1) y aún otra pieza de la misma época publicada por Torres Balbás, especie de cimacio-imposta de Annuna, siglo VI-VII, según dibujo de Joly (Fig. 3, 4-2). Insistiendo en el mismo tema la figura 3-1 nos depara dos piezas grandes muy interesantes, la 1 del Volúbilis (Marruecos), 2, del Museo Arqueológico de Susa. Torres Balbás publicó ménsula imposta de vieja iglesias cristiana de Túnez (3); otra pieza más del Museo Arqueológico Provincial de Sevilla (4), según

Figura 3.Piezas saledizas: Susa, 1, 2, 3, 5, 5-1; Qayrawan, 4-1; Monastir, 3; Sevilla, 3-1.

Figura 3-1. Piezas saledizas de Volúbilis, Susa y Gran Mezquita de Qayrawan (A, 5).

Gestoso procedente de la iglesia de la Trinidad de la ciudad. Volviendo a Qayrawan destacamos los trozos de entablamentos antiguos a modo de cimacios del haram de la Gran Mezquita encajados para aumentar la altura de las arquería (5); y en el patio del mismo santuario, gárgolas aparte, las arquerías del siglo XIII del patio dejan ver saledizos en el arranque de los alfices (A). En este apartado cabe encajar las quicialeras de puertas de la arquitectura hispanomusulmanas (Fig. 4) las que por regla general terminan en rollo o baquetón cilíndrico, visto en la figura 3 (3, 3-1, 4-2) al que se suele añadir por abajo una media luna o cartelilla en el frente. Estos ejemplos abundan en el Museo Arqueológico Provincial de Córdoba (Fig. 4, 1, 4, 5, 6, 7, 8, 9- epigrafiado -, 10, 13, según Torres Balbás) y en Madinat al-Zahra (Fig. 4, 2); la 3 de la iglesia de Santa Clara y Casa de la Campana de Córdoba, de Toledo, iglesia de San Román, la pieza 11. Unas quicialeras toledanas muy evolucionadas características del siglo XI que se atribuye a palacios del taifa al-Mamun adoptan la forman de modillones con rizos semejante a los modillones de la mezquita mayor de Tudela (Figs. 4-1, 1 y 5, A). También se dan quicialeras con varios baquetones en curva de nacela en la puerta primitiva del castillo de Alcalá la Real (Jaén). De San Pedro de Berlanga, hoy en el Museo Arqueológico de Burgos, es la pieza 12 que igual pudo ser quicialera que modillón de alero relacionable con los mozárabes. La tradición de este tipo de quicialeras se prolonga a lo largo de la Edad Media, en piedra o madera (Fig. 4-1, 2, madera del convento de Santa Isabel la Real de Toledo).

Figura 4-1. Quicialeras hispanomusulmanas. Figura 4. Quicialeras hispanomusulmanas.

Estas quicialeras, huelga decirlo, encajaban normalmente detrás de los arcos de entrada (Fig. 4-1, A, Puerta del Capitel de la Alcazaba de Badajoz, según dibujo de E. Baselga, publicado por Torres Balbás). De nuestra parte enseñamos estos otros ejemplos: 3, de la puerta árabe de Soria en Calatayud, antes de su restauración (Fig. 4-1, 3); de la ciudad califal de Vascos (Toledo) los esquemas de (4), en el 5 quicialeras de piedra encajadas en dintel de la Puerta de Bisagra Vieja de Toledo y postigo del castillo de Trujillo; el 6 de la Puerta de Sevilla en Carmona. La piedra fue sustituida por la madera en algunas quicialeras de ciudades y fortalezas, como ejemplo el caso de la Puerta de Monaita de Granada, s. XI) (Fig. 4-1, 7). En la figura del apéndice de este apartado de saledizos, el 4 es de la Puerta del Socorro de Niebla (Cádiz). El modillón clásico de las grandes mezquitas omeyas de Córdoba de uso muy distinto, inédito en Ifriqiya, es el formado por rollos o baquetones sobrepuestos siguiendo una curva de nacela que normalmente añade una cinta lisa o decorada en el frente. En numerosas piezas esos baquetones son sustituidos por rizos o ganchos.

Figura 5. Modillones hispanomusulmanes. Mezquita aljama de Córdoba (C-1, C-2, C-3, D, E-1, H, I); Madinat al-Zahra ( F, G, G-1,H-1, L), omeya oriental (K), Quesada (J).

Este tipo de modillón nace propiamente en la Gran Mezquita fundacional de Córdoba, siglos VIII y IX, dentro del haram (Fig. 5, C-2), como arranque de pilar de la arquería del segundo piso, y en la fachada de la Puerta de San Esteban (Figs. 5, B, y 5-1, X, según dibujo de Gómez-Moreno). Del siglo X sería el alero con modillones que corona esa portada (Fig. 5, C-1, dibujo de Gómez-Moreno, E-1). Este tipo de modillón con baquetones o rizos se prodigaba bastante en la Gran Mezquita de Córdoba y la aljama de Madinat al-Zahra, normalmente aplicado a las fachadas interiores del siglo X del patio (Fig. 5, D, H, de Córdoba). Los de la ciudad palatina con gama de formas y decorados muy variada (Fig. 5, F). Un ejemplar apareció en las casas o palacios de las terrazas superiores de Madinat al-Zahra (Fig. 5, G-I); de la terraza del “Salón Rico”, probablemente de grandes aleros de fachada, son las piezas G a las que se suman piezas más pequeñas, al parecer impostas de arcos (H-I, L). Muy ocurrente es el modillón I, del haram de Almanzor de la Gran Mezquita de Córdoba, con rizos invertidos, modalidad constatada en un modillón aparecido en la villa jienense de Quesada (Fig. 5, J). En el haram del siglo X de la aljama de Córdoba se crea la modalidad de doble modillón en el arranque de los pilares de la arquería superior (C-3). Referente al arte omeya de Oriente O. Grabar publicó un modillón, algo parecido a los cordobeses que comentamos, de Qasr al-Hayr (Fig. 5, K). Reservamos la figura 5-1 para los modillones de los patios de las aljamas de Córdoba (1,2, 3, 4, A, B) y de Madinat al-Zahra (M), referidos al muro norte del oratorio techado con vista desde patio. La tira 1 de la aljama de Córdoba debe interpretarse de la siguiente manera. La letra B indica alero con modillones añadidos en el siglo X por Abd al-Rahman III (3) a los que se suman los añadidos en el siglo XIV, letra A de la derecha; en el otro extremos aleros con modillones debidos a la ampliación de Almanzor con la letra A (4).

Figura 5-1. Aleros del patio de las mezquitas aljamas de Córdoba y Madinat al-Zahra, M.

Ni que decir tiene que la fachada del patio cordobés nació en el patio de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra (M), de acuerdo con la excavación de la misma. El modelo de modillón con rollos sirvió para las gárgolas del exterior de los santuarios de Córdoba y de Madinat al-Zahra, además de las iglesias medievales cordobesas (S). Un aparte especial merecen los modillones de rizos o ganchos superpuestos tan prematuramente presentes en lo omeya cordobés, de larga permanencia sobre

todo en los siglos X, XI e incluso el XII. A ellos de dedicamos las figuras 6 a la 11. De entrada los rizos se dejan notar ya en lo sasánida y en los estucos de Samarra (Figs. 6, 1 y 8, 1, 2, 3) que remiten con facilidad a enchapados de piedra de Madinat al-Zahra (Figs. 6, 2 y 8, 4). Semejantes vegetales se ven en piedra recolocada en la fachada interior de puerta en codo de la Alcazaba de Susa (Fig. 8, 5), del siglo VIII-IX, ya publicada por A. Lézine, y en algunos platos del siglo X-XI aparecidos en Alcalá la Vieja (Alcalá de Henares) (Fig. 6, A). A veces se dan en piedras romanas de mármol, ejemplo un sarcófago cordobés del museo del alcázar cristiano de la ciudad (Fig. 8, X). Significándose dentro de este contexto piezas de estuco, a modo de arco o modillón aparecido en palacio de Sedrata

Figura 6. Modillones con rizos. Estudio general.

Figura 7. Ménsulas y modillones con rizos. Madinat al-Zahra, 1, 1-1 3, 4. Mezquita aljama de Córdoba, 2, 5; Almería, 6; arcos de la Alhambra, 7.

(Argelia) (Fig. 6, 5, dado a conocer por Torres Balbás), en nuestro criterio de influjo más cordobés que oriental. Jugosos por ocurrentes son arcos con rizos de la zona de la Maqsura de la Gran Mezquita de Córdoba (Fig. 6, 3) con réplicas dentro del siglo XI en la Aljafería de Zaragoza (Fig. 6, 4) y yeserías del Mawror de Granada y de Medina Elvira (Fig. 6, 6); otro modillón procedente de la Alcazaba de Badajoz (Fig. 6, 13, publicado por Torres Balbás); usual en las yeserías de la Aljafería y del castillo de Balaguer (Fig. 6, 7, según Ewert, 7-1), yesos almorávides de la mezquita de Tremecén (Fig. 6, 8), piedras de Córdoba, incluida una ménsula (Fig. 6, 7-2, 11); en la mezquita mayor de Almería, iglesia de San Juan, modillones de estuco con los costados decorados (Fig. 7, 6, publicado Torres Balbás); de entre los siglos XII y XIII, modillones de piedra del románico de Daroca (Fig. 6, 9, 10); modillón de la iglesia gala de la Trinidad, Vendôme (s. XI-XII), según dibujo de Chaulat, publicado por Torres Balbás (Fig. 6, 12). Y modillones del s. X aprovechados en la obra cristiana del castillo califal de Gormaz (Fig. 6, 13). Es muy significativo que los ganchos vegetales se vean en la sinagoga de El Tránsito de Toledo (Fig. 8, B).

Figura 8. Origen y evolución de ganchos vegetales.

Figura 9. Aleros de Córdoba, A, B, C; de Tudela, D.

Figura 10. Perfiles de modillones mozárabes; el 1, de la mezquita aljama de Córdoba.

Los rizos pronto se aplicaron con gran efecto estético en las ménsulas de arcos de palacios y mezquitas (Fig. 7); de Madinat al-Zahra, excepto la 2, del mihrab de la Gran Mezquita de Córdoba, son las piezas 1, 3, 4). Del haram del siglo X de la mezquita aljama de Córdoba son dos ménsulas (5), según G. Marçais. Los rizos llevados a arcos siguieron vivos dentro de los muros de la Alhambra, entre los siglos XIII y XIV (Fig. 7, 7). Como complemento de las anteriores figuras la 9 ofrece aspectos de aleros de Córdoba estudiados (A, B, C, el último imitado en madera en la iglesia de Santa María de Huerta, Soria, E) y de la Mezquita Mayor de Tudela (D), con el añadido de la figura 10 que deja ver paralelismos del aleros árabes y mozárabes: 1, de la ampliación de la mezquita de Córdoba por Almanzor en paralelo con el 2, de San Millán de la Cogolla de Suso, según Gómez-Moreno; modillones mozárabes 3, de la anterior iglesia, y 4 de San Miguel de Escalada. Los perfiles de piezas mozárabes (6) por comparación con los árabes de Tudela de la figura anterior. Como derivado de las piezas 1 y 2 cabe tratar el canecillo de madera 5, de Hinojosa de Duero.

Cerramos este apartado de modillones de rizos con un interesante fragmento de estuco del Museo de Antigüedades y Arte Islámico de Argel que por su tamaño debió ser de arco, más que de modillón, de palacio atribuido según G. Marçais a Bejaia (Bugía) (Fig. 11, A). Se trataría de enjuta de arco, éste con angrelado formado por arcos de herradura entrelazados cuyas claves alternativamente enseñan nudos, la rosca base exterior decorada con rizos. En la enjuta ocupada por roseta de seis pétalos, sus lados rectos adornados con cadenetas y manojos de nuevos rizos. G. Marçais fecha esta pieza en el siglo XII dándola como de arte hammadí.

Figura 11. Fragmento de arco o modillón. Museo de Antigüedades y Arte Islámico de Argel, 1. Estudio sobre su origen hispano, s. XII.

Nuestro criterio la contempla como obra de genio o inspiración hispana con fecha entre la dominación almorávide y la almohade. Los hispanismos, rizos aparte, se concretan en los siguientes matices. Aunque arcos de herradura entrelazados se dejan notar ya en el palacio de zirí de Achir de Argelia (siglo X) e incluso en angrelado de arco del alminar de la mezquita de la Qala´a de los Bannu Hammad (Fig. 11, 2, según Lézine, 1, según Marçais), es en al-Andalus donde cristalizaron con mayor ahínco y permanencia (3) (5) con precedentes en piedras visigodas (4). Los nudos de las clave de arcos se presentan ya en nuestras taifas del siglo XI, en la Aljafería (6) (9), Toledo (7) y en el siglo XII la Giralda (8) y friso del Alcázar de Sevilla (10). Respecto a la botonadura o disquillos de las cintas de las cadenetas y éstas mismas, eran habituales en maderas hispanomusulmanas del área toledana (11), también en los techos pintados del siglo XI de la Gran Mezquita de Qayrawan e incluso en el techo de la Capilla Palatina de Palermo (12). Por último un modelo de la roseta de seis pétalos de la pieza argelina puede ser la de una de las piedras del “Salón Rico” de Madinat al-Zahra (13). El modillón omeya tipo cordobés de rollos o baquetones en curva de nacela siguió teniendo aceptación en alerillos de portadas de iglesias andaluzas erigidas entre los siglos XIII y XIV (Fig. 12, 2, iglesia de San Esteban de Sevilla, en Córdoba iglesia de San Miguel, 3, y de San Pablo, 5, y otros de la Magdalena), a veces en otros casos los modillones de rollos sustituidos por otros morfismos entre los que no faltan carántulas o cariátides (4, iglesias de San Marcos y San Dionisio de Jerez de la Frontera). En la propia mezquita aljama de Córdoba se dan dos interesantes casos de portadas simulacros de las del siglo X de este santuario. Aunque con alero de modillones lisos, la portada de los Deanes del patio enseña ahora portadita propia del siglo XIV; más interesante es la parte próxima a esta portada del frente septentrional del oratorio techado, cuyo alero de aquel siglo copia casi literalmente el califal del mismo frente (6); delatan esta fecha propuesta curiosas variantes aplicadas a la decoración de los rollos y a la cinta medial del frente del modillón en la que se advierten

Figura 12. Aleros y modillones tipo califal en iglesias andaluzas.

entre otros temas la claraboya gótica y roleos con hojas de parra y roble características de las yeserías mudéjares toledanas del siglo XIV. Bastantes edificios medievales románicos o de influencia árabe enseñan alerillos de piedra con baquetones tangentes (7). Modillones y canecillos con perfil de proa y dos puntas de lanza en la base En pequeñas ménsulas de piedra aparecidas en Madinat al-Zahra en los años 60 del pasado siglo figura por remate palmeta invertida simulando la forma del revés de concha o venera, a veces la curva de nacela que la abraza por arriba decorada con los clásicos rizos (Fig. 7, 1, 2, 3). Estas piezas abocaron en la misma ciudad palatina a modillones grandes de piedra aparecidos en la terraza del “Salón Rico” en aquel tiempo que pudimos publicar en revistas especializadas (Figs. 13, 1 y 13-1, 1, 2). En ellos la silueta del remate volado aparece ya con forma de cogollo o proa, si bien a juzgar por un voladizo de la mezquita mayor de Susa publicado por Lézine (Fig. 13, 5) y otro de madera conservado en el ribat de Monastir (Fig. 13, 4) se diría que se trata de perfil de venera o concha. Una pieza intermedia de al-Zahra en liso pudiera ser decisiva en las aclaración de este enigma (Fig. 13, 2-1). Como quiera que fuere, los grandes modillones con perfil de proa o venera de al-Zahra, aquillado según Torres Balbás, pertenecieron a alero al parecer de portada del edificio del “Salón Rico”

Figura 13. Modillones de perfil de proa o aquillados. Estudio general.

Figura 13-1. Modillones aquillados. Madinat al-Zahra, 1, 2; de madera, San Millán de Segovia, 3; estructura de techo de Qayrawan, Gran Mezquita, A.

junto al cuál aparecieron también las restantes piezas de la estructura volada que permitieron su restitución íntegra (Fig. 13, 1). Como veremos más adelante, no se descarta que estos aleros fueran tenantes de las vigas del techo plano de la nave central de dicho salón que, en tal caso, su relación con los techos pintados del siglo XI de la Gran Mezquita de Qayrawan estudiados por G. Marçais (Fig. 13, 2) resulta bastante evidente; entre unos y otros al menos estilísticamente encaja la estructura de madera del alfarje que cubría la nave mayor de la iglesia de San Millán de Segovia, que Torres Balbás fecha a mediados del siglo XII (Figs. 13, 3 y 13-1, 3). Esta estructura prácticamente es la misma del techo restituido del siglo IX-X de la Gran Mezquita de Qayrawan (Fig. 3-1, A, según Marçais y L. Golvin).

Tales son los comienzos de los numerosos voladizos, propiamente canes o canecillos, términos sucedáneos del modillón, del siglo XI en adelante, de mezquitas e iglesias mudéjares además de cubiertas de palacios y casas de linaje, árabes y mudéjares. El sucedáneo más inmediato de los modillones de al-Zahra está en alero de la Aljafería de Zaragoza, correspondiente a sala de honor, pero aplicado a rara o excepcional estructura hasta entonces desconocida (Figs. 14 y 15, 1, 1-1). Como muy bien lo indican estas ilustraciones se trata de modillones con aquillado o perfil de proa dispuestos verticalmente sobre los que cargaban otras piezas o canes horizontales, sustentantes de la vigas de techo (Fig. 15, 1-1). Tamaña disposición que ya Torres Balbás relacionara con aleros magrebíes de madrazas del siglo XIII-XIV, madraza de Abu Hasan, Salé (Fig. 15, 4), ambos casos conexionados con alerillos interiores de una de las puertas de la mezquita cairota de Ibn Tulún, de franca traza hispana (Fig. 15, 3), pudiera derivar supuestamente de los aleros comentados del “Salón Rico” de al-Zahra, según nuestro esquema 2, 2-1 de la misma figura.

Figura 13-2. Canecillos de la Alhambra, s. XIV. Del Patio de Machuca, 1; Patio de los Leones, 2; Patio de Comares, 3, 4; Patio del Harén, 5.

Tales aleros con la curiosa vertical estructura volada pudiera derivar de viejas iglesias bizantinas: en nuestra figura el esquema A, con pies derechos volados de piedra coronados por ménsulas del mismo material sobre las que descansaban las vigas de madera de nave central, esquema tomado de la basílica de Qalb-Loze, siglo VI, publicada por Cyril Mango.

Al margen de lo antedicho, tanto los modillones verticales como las ménsulas que los coronan de la Aljafería dejan ver en la base dos puntas de lanzas, inéditas en todo lo cordobés comentado y que van a ver clásicas en todo lo ulterior árabe y mudéjar. Por origen Beylié publicó una parte de techo con canes con dichas puntas gemelas en la base (Fig. 14, A), si bien es cierto que algunos de los canecillos comentados del techo del siglo XI de la Gran Mezquita de Qayrawan enseñan en la base a manera de dos puntas (Fig. 13, 2). En adelante nunca faltan en canecillos con perfil volado aquillado o de proa, empezando por los de la techumbre de la nave principal de la mezquita almorávide de Tremecén (Fig. 13, 6, según G. Marçais); de la misma época o anteriores piezas de Granada publicadas por Gómez-Moreno (Fig. 13, 8, 9) con las que casan en fecha y estilo canes o modillones también de madera de la Alcazaba de Málaga, según aquel autor preludiando los toledanos, entre los que destacamos el tipo 7, de

Figura 14. Alero de techo de la Aljafería; el A de la Qal´a de los Bannu Hammad.

Figura 15. Teoría. Formación del alero de la Aljafería, 1; de al-Zahra, 2; de El Cairo, 3; de iglesia bizantina, A; aleros de madrazas mariníes, 4.

colección particular de Córdoba; 10, de palacio del Seminario Menor de Toledo, muy habitual a partir de la sinagoga de Santa María la Blanca de Toledo, como ejemplo los canecillos 11 y 14. Prácticamente todos los canecillos de la Alhambra se mantienen fieles a los tipos analizados 8 y 9 de la Granada zirí, como ejemplo los del Partal y el Generalife (Fig. 13, 12, 13), y los del Patio de Machuca y del Patio de los Leones (Fig. 13-2, 1, 2). De otros palacios de la Alhambra son los esquemas 3, 4 (del Patio de la Alberca de Comares, según dibujos de Picatoste publicados por Torres Balbás), el 5, del Patio del Haren de la qubba de Abencerrajes de Leones. En ellos se deja notar la inclinación bastante pronunciada de toda la estructura del alero y la decoración en forma de 8 de los costados, aproximándolos a los canecillos de zona toledana que veremos en las dos figuras siguientes.

Volviendo al alero suní comentado de la Aljafería, las ménsulas en las que descansan las vigas (Figs. 14, 2 y 15, 1) provistas de las dos puntas de lanza arrojan como característica novedosa en España que los frentes dejan de ser aquillado para ofrecer un frente vertical o cartelilla plana, modalidad, sin duda derivada de la pieza comentada de la Qal´a de los Bannu Hamad, que va a hacer fortuna en Toledo (Figs. 16, 1, de casa toledana de Bulas

Figura 16. Aleros de casa de Bulas Viejas de Toledo; Capilla Real de Córdoba, 3; canecillo, Museo Arqueológico Nacional, 6.

Figura 16-1. Canecillos mudéjares con lóbulos o rizos horizontales; el E, San Millán de Segovia.

Viejas, 6, del Museo Arqueológico de la ciudad, y 16-1, 1, de las Huelgas de Burgos, 2, de la sinagoga de Santa María la Blanca, 3 de la sinagoga de El Tránsito). En la ciudad del Tajo se ven piezas de yeso imitando a los de madera haciendo las veces de ménsulas de arcos (Fig. 16-2, 1, de portada del palacio mudéjar de Santa Clara la Real, el 2 como su modelo de madera). A este tipo de can pertenecen algunas ménsulas de puertas magrebíes, como ejemplo las del arco de la puerta monumental de Mrisa de Salé, s. XIII, estudiada por H. Terrasse (Fig. 16-2, 3). La citada casa árabe de las Bulas Viejas de Toledo nos depara otras novedades en este tema de voladizos, como el frente de antecuerpo de león echado de ménsula (Fig. 16, 1, 2) por anticipo de la misma figura de la Capilla Real mudéjar de la mezquita aljama de Córdoba (Fig. 16, 3). En la misma casa figuran sendas ménsulas superpuestas con cilindros o rollos tangentes en horizontal hasta el presente desconocidas (Fig. 16, 4, 5), con numerosas réplicas mudéjares alto castellanas. En esta línea encajan las siguientes muestras de canecillos de la figura 16-1: piezas A, B, C D, algunos conservados en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid; el E de San Millán de Segovia; F, de la nave central de la iglesia de San Evangelista de Ocaña (Toledo), canecillo aquillado con las dos puntas de lanza cuyos costados se adornan con rollos o cilindros dispuestos en horizontal, con replicas en piezas del patio mudéjar del convento de Santa Clara la Real de Toledo, publicadas por Martínez Caviro, E-1. Otros ejemplos del mismo tipo son aleros del Palacio Episcopal de Cuenca (H) y del convento de Santa Isabel la Real de Toledo (I). Más ejemplos de alerillos con canes aquillados en Toledo y su zona en la figura 17: 1, canecillo toledano del Museo de la Alhambra; 2, de coro de iglesia de Santa María de Becerril de Campos; 3, piezas toledanas; 4, 5, del monasterio de San Juan de Castrojeriz, publicados por Torres Balbás; 6 alerillo castellano; 7, de la catedral de Teruel; 8, Santa María de Burgos,

Figura 16-2. Canecillos. 1. En yeso de arco, Convento de Santa Clara la Real de Toledo. 2. Modelo de canecillo de madera mudéjar toledano. 3. Ménsula de Bab Mrisa, piedra, Salé.

publicado por Torres Balbás; 9, de patio de casas de Ocaña y de Yepes (Toledo); 11, de Castromocho (Palencia); 12 y Fig. 17-1, 1, de la Casa de Luna de Daroca; 13, de Villanueva de Esgueva ; 14 tesoro de la Catedral de Tarragona; 15, del Museo de Arte de Barcelona; 16, de la catedral de Teruel; 17, de casas de Cuenca; 18, de la tribuna de la capilla del Santo Cristo, catedral de Tudela. En la figura 17-1, A, canecillos de piedra del palacio de Mondragón de Ronda (Málaga); B, de la judería de Cifuentes (Guadalajara); 2, canecillos con el aquillado sustituido por cabeza de león, techumbre de par y nudillo de la iglesia de Santiago del Arrabal de Toledo; en Aragón; entre otros ejemplos de aquillado zoomorfo, el 3 y el alero monumental múltiple del siglo XVI, entrado ya el Renacimiento, de la iglesia de Santa María de Calatayud, 4. Sobre la estructura de aleros de madera de distinta índole hasta ahora comentados nos habla la figura 18: de techo de madera probablemente califal de Córdoba; 2, 3, 4, 7, 9 estructuras de techumbres mudéjares de iglesias y mansiones de la zona toledana; 5, de alero toledano; 6, alerillo del coro de madera de convento palacio de Astudillo, según Camps Cazorla (Museo Arqueológico Nacional); 8, alero de la fachada del palacio de Pedro I en el Alcázar de Sevilla, según A. Almagro Gorbea.

Figura 17. Aleros mudéjares. Estudio general. Figura 17-1. Canecillos y aleros mudéjares.

Ménsulas y canes con perfil volado en forma de S Morfológicamente se trata de un concepto de voladizo nuevo, a partir del siglo XII, inaugurado en la dominación almorávide-almohade, de uso muy habitual en grandes portadas, a título decorativo: son ménsulas, que nada sostienen, con que se hacen coronar las columnas suspendidas de sendos lados de portadas monumentales de Rabat, Marrakech y Salé (Fig. 19, 1, 2, 3, 4). Los ejemplos más representativas son ménsulas de la puerta de la Alcazaba de los Udaya de Rabat (Fig. 20, 1) y Bab er -Rwah (Fig. 20, 2, 3,

Figura 18. Estructuras mudéjares de techos con canecillos y de aleros. Modelo de madera cordobés, 1; mudéjar toledano, 2, 3, 4, 5, 7, 9, 10; coro de Santa Clara de Astudillo, 8; Alero de la fachada, palacio de Pedro I, Alcázar de Sevilla, 8-1; pintura, techo de la catedral de Teruel, A.

según G. Marçais). Con variante el mismo tipo de ménsula figura en la puerta principal de la Chella de Rabat (Fig. 20, 4) y a juzgar por una piedra muy mutilada debíó darse también en alguna puerta de piedra de la Alhambra (Fig. 20, 5); vistosas ménsulas voladas con la forma de SS figuran en el alero de la portada monumental del Cuarto Dorado (Fig. 20, 9). La misma o parecida forma tenían las ménsulas sosteniendo arco de la desaparecida Puerta de las Orejas o Bab al-Ramla de Granada (Fig. 20, 6). Luego se adaptó esta forma en la base de las calles laterales de alfices de arcos nazaríes como lo prueba un arco del Generalife (Fig. 20, 8), con réplica en yeserías mudéjares primitivas (s. XIII.XIV) del Alcázar de Sevilla (Fig. 20, 7) que pasa a las yeserías mudéjares del “Taller del Moro” de Toledo (Fig. 20, 10). También en el Generalife de Granada se da ese tipo de ménsula con perfil de rizos (Fig. 19, 7). Pero antes tal vez esa modalidad estaba ya vigente en palacios almorávides-almohades de Murcia, a juzgar por fragmento de preciosa ménsula procedente al parecer de “El Castillejo” (Fig. 20-1).

Figura 19. Portada con columnas suspendidas y ménsulas que nada sostienen. Ejemplos almohades, de Rabat, 1, 2, 3, 4.

Figura 20. Ménsulas de tipo almohade.

Figura 20-1. Ménsula árabe de Murcia.

Volviendo al esquema inicial almohade de las puertas estudiadas de Rabat no se puede olvidar Bab Futuh de El Cairo, cuyo frente exterior deja ver alerillo de piedra con modillones, los extremos sostenidos por columnas colgadas o suspendidas (Fig. 20-1-1, 1), con el agravante de que enseña arco con arquivoltas sobre el dintel, el cual luce dovelas en redientes (1)

representadas en puertas de nuestros monumentos hispanomusulmanes: 3, de la Puerta de los Siete Suelos de la Alhambra; 4, dovelas pintadas de ventanas del alminar de la mezquita de la Kutubiyya; 5, de arco de Bab er- Rwad y otros ejemplos, entre ellos el dintel de la puerta exterior de los palacios de Tordesillas; si bien estos engatillados se dieron mucho antes en puertas andalusíes, como lo pregona una de las puertas de la fachada occidental de la mezquita aljama de Córdoba (2), con precedentes romanos: puerta del foro romano de Tarragona, arco del puente de Alcalá del Río (Córdoba) y dintel de puerta de Lepcis Magna, Argelia.

Figura 20-1-1. Bab Futuh de El Cairo.

Figura 20-2. Fachada de Comares. Alhambra. Figura 21. Fachadas mudéjares.

Del esquema o programa de portadas con ménsulas voladas de las mencionadas puertas magrebíes de la figura 19 más o menos modificado pronto se hicieron eco portaditas nazaríes y mudéjares. Para empezar, el arco de entrada de la nave central de la mezquita de Niebla tiene a los lados sendos pilastrones de ladrillo rematados en modillones con lóbulos la curva de la nacela (Fig. 19, 6); en el Generalife portadita parecida esta vez con las columnas suspendidas que soportan sencillas ménsulas voladas (Fig. 19, 7). La entrada adintelada del Mexuar de la Alhambra tiene por marco parecido esquema, si bien ahora los soportes suspendidos y sus ménsula parecen soportar alerillo muy volado de madera (Fig. 19, 5), esquema que triunfa de manera espectacular en la fachada del palacio de Comares instalada en el patio del Cuarto Dorado que dibuja de frente y de perfil M. López Reche (Fig. 20-2) para estudios sobre la Alhambra de A. Fernández-Puertas. Semejantes portadas tipo almohade pero muy evolucionadas, sin el alero de madera añadido, pasan a los palacios y casas de linares mudéjares de Andalucía y Castilla siendo sus escenarios principales los Palacios de Tordesillas (Fig. 21, 1, 3, de J. A. de las Heras), palacio de Doña Maria de Molina de Valladolid (Fig. 21, 2), palacio de Doña María de Padilla de Astudillo (Palencia) (Fig. 21, 4), en Toledo la Puerta del Sol (Fig. 21, 6), portada del palacio de Fuensalida (Fig. 21, 5), el llamado “Palacio del Rey don Pedro” (Fig. 22, 6) y la villa de Aguilar de Campos (Valladolid) con

las iglesias de San Miguel (Fig. 22, 4) y de San Andrés (Fig. 22, 3, publicada por Manuel Valdés Fernández), su portada de porte espectacular a la vez que catedralicio que parece coincidir con las portadas almohades de Rabat y de Marrakech en el arco de entrada y sus tres o más arquivoltas (Fig. 22, 1, Bab Agnaw de la Alcazaba de Marrakech, 2, Bab er- Rwah de Rabat). En la iglesia de Santa María de Guadalajara su portada principal, imitación de la Puerta del Vino de la Alhambra, tiene a los flancos en alto sendas ménsulas voladas de perfil trilobulado (Fig. 22, 5), las mismas de un arco de San Miguel de Villalón y de los arcos de San Andrés de Aguilar de Campos (Fig. 22, 3).

Figura 22. Portadas almohades de Marrakech y Rabat, 1, 2; San Andrés de Aguilar de Campos, 3; San Miguel de Aguilar de Campos, 4; de Guadalajara, 5; Palacio del Rey Don Pedro, Toledo, 6.

En el Alcázar de Sevilla el palacio mudéjar de Pedro I su monumental portada (Fig. 23, 2, 3, 4, perfiles del alero de A. Almagro Gorbea) se define mitad mudéjar de Tordesillas o de Astudillo, mitad nazarí mirando la portada de Comares de la Alhambra, más otra parte, por lo que se refiere al alero con modillones o mensulones superpuestos, de portadas de las madrazas magrebíes (Fig. 23,1), estilo mariní con el que estaba comprometido desde hacía tiempo el arte nazarí de Granada del reinado de Muhammad V. La mayoría de las casas de linaje de Toledo de los siglos XIV y XV optan por la portada de entrada adintelada con sendas ménsulas voladas anaceladas o de perfil lobulado (Fig. 23, 5, del convento de Santa Clara la Real), el 6 del palacio de Suer Téllez (Seminario Menor) y del convento de San Clemente el 7. Un breve inventario de ménsulas con perfiles lobulados o de SS en el arte mudéjar lo resumimos en la figura 24. 1, 8, iglesia de Erustes (Toledo); 2, iglesia de Santa María de Guadalajara; 2-1, San Juan de Castrojeriz ; 3, alerillo de San Bartolomé de Córdoba; 3-1, de casa de linaje de Alcalá de Henares; 4, 10, casas de linaje de Ocaña; 5, iglesia de Zorita de la Frontera; 6, 12, sinagoga de El Tránsito de Toledo; 7, Monasterio de Guadalupe (Cáceres); 9, perfiles de ménsulas de patios castellanos, s. XV-XVI; 11, catedral de Teruel; 13, perfiles de los arcos de la pseudobóveda de la Capilla Real de la Mezquita aljama de Córdoba; 14, del techo la iglesia de los Balbases (Burgos), según Lázaro de Castro García; 15 ménsulas con

Figura 23. Aleros y ménsulas que nada sostienen; Alcázar de Sevilla, 1, 2, 3, 4; ménsulas toledanas, 5, 6.

tema renacentista de la Casa del Chapiz de Granada; 16, techo del coro de Santoyo (Palencia); 17, iglesia de Santa Clara de Guadalajara. En la figura 25, 1, de la iglesia de Santa Úrsula de Toledo; 2, de la desaparecida iglesia-sinagoga de Medinaceli. La ranuras o cintas de en medio de muchas de las ménsulas descritas vienen de los modillones mixtilíneos de aleros de ladrillo de Sevilla y de mezquitas de Marruecos y Argelia: A, A-I, del patio de los Naranjos de la catedral de Sevilla; B, de la mezquita almorávide de Tremecén; C, D, E, F, de iglesias mudéjares de Sevilla y otras de Andalucía; X, aleros de Granada, s. XIV-XVI.

Figura 24. Canecillos y ménsulas en S mudéjares. Estudio general.

Figura 25. Ménsulas en S mudéjares, 1, 2; voladizos de ladrillo en mezquitas almohades e iglesias mudéjares sevillanas y granadinas.

Como un aparte deben estudiarse ménsulas de ángulo recto con juego de SS en el perfil volado, su nacelilla interior o intradós a veces adornada con mocárabes. Debieron darse en madrazas magrebíes (Figs. 26, 3-1 y 27, 1, 2) antes que en la Alhambra. En la figura 26: 1, del Peinador de la Reina, planta baja; 1-1, 3, de la qubba del Mexuar; 2, de la Sala de las Camas del Baño Real; el 3-1, de la madraza de Abu Inaniyya de Fez, repetido en la fachada de la segunda planta del pórtico sur del patio de Comares. Como cierre lucido de este apartado de la Alhambra damos las ménsulas tenantes de las vigas transversales de los pórticos el Patio de los Leones (Fig. 26, 4). Se trata de columnillas pareadas suspendidas con volado mocarabado sosteniendo las ménsulas de ángulo recto en las que descansan las vigas, singular estructura que nos recuerda el techo de la Aljafería de las figuras 14 y 15. El arte mudéjar toledano hace gala de este tipo de ménsula magrebí-nazarí luciéndola una ventana de la tribuna de la sinagoga de Córdoba (Fig. 27, 3) y ventanas de la Sinagoga de El Tránsito de Toledo (Fig. 27, 4, 5), su intradós con decoración mudéjar naturalista propia del siglo XIV.

Figura 26. Ménsulas de la Alhambra: 1, 1-1, 2, 3, 4; de madraza marroquí, 3-1.

Figura 27. Ménsulas de madraza marroquí, 1, 2; de sinagogas: 3, de Córdoba; 4, 5, El Tránsito de Toledo.

Voladizos de matacanes y gárgolas En la Edad Media lo mismo árabes que cristianos dispusieron en sus torres más señaladas matacanes con curiosos voladizos como tenantes, por lo general modillones lobulados de cilindros tangentes de descendencia omeya o perfiles con las SS almohades. Damos algunos ejemplos en la figura 28: 1, puerta de la Alcazaba de Málaga; 2, 3, de la torre de El Carpio de Córdoba; estos modillones de rollos o cilindros tangentes a veces se dejan ver en el interior de algunas torres, como ejemplo la “Torre Alfonsina” del castillo de Lorca, 4, sosteniendo arcos de bóvedas (otro ejemplo en iglesias mozárabes, la de San Miguel de Celanova, A). Este tipo de modillón se repite en matacán de la puerta del castillo granadino de Moclín (6), torre del castillo de Almodóvar del Río de Córdoba, con gargolilla tipo califal (Fig. 29, 7) y en la Torre de Alvar Fáñez de Guadalajara (Fig. 28, 7). De fuerte personalidad son los modillones de las Torres de Serrano de Valencia. Las SS en matacán de la Puerta de Sevilla en Carmona (Fig. 28, 5). Para modelo de modillones de matacanes cristianos ver la figura apéndice de este apartado de saledizos, núm. 5. Hace años publicamos las gárgolas de las torres más señeras de la Alhambra (Fig. 29), algunas de ellas de curiosos perfiles entre nazaríes y cristianos.

Figura 28. Modillones y ménsulas de matacanes. Figura 29. Gárgolas de la Alhambra.

Las de forma de modillón tradicional desde Córdoba se dan en las caballerizas de la Puerta de las Armas (1), Torre de Comares (2) y Torre de las Infantas que casan con modillón grande del Museo de la Alhambra (3); el 4 se ve en Marruecos, además de la Puerta de Mrisa de Salé. Famosa es la Puerta llamada de los Picos por las ménsulas sobresalientes por debajo de los merlones (6). Las gárgolas 1 y 2 se repiten bastante en aleros andaluces de iglesias (5, de San Marcos de Jerez de la Frontera). Voladizos de ladrillo En la figura 30 los dibujos 2-1 y la foto X nos dan pautas acerca de lo recurrido que era el ladrillo en voladizos de falsas bóvedas, con modelo en piedra en época omeya (1, Córdoba) (2, 3, castillo de Gormaz)). Luego la mezquita del Cristo de la Luz de Toledo seguida de las torre mudéjares lucen cornisas o alerillos con modilloncillos de ladrillo compitiendo con los del mudéjar aragonés, sin olvidar que en lo abbasí de Oriente el ladrillo produjo los mismos voladizos (6) (7). Aragoneses son los alerillos 4, 8, 9, 10; de Guadalajara el A y de la torre de Santa María de Ronda el B.

Figura 30. Saledizos de ladrillo.

Saledizos de mocárabes Novedosos a la vez que espectaculares son los frisos o cornisas de muqarnas por debajo de techos adintelados o de forma de artesa (en España de “par y nudillo”). El primer ejemplo en la cubierta de la nave central de la Capilla Palatina del Palacio Real de Palermo (Fig. 31, según F. Agnello, T. Campasi, M. Li Castri), el segundo del maylis del pabellón norte del patio-jardín del Generalife de Granada (Fig. 32).

Vista de la nave central con techo de mocárabes. Capilla Palatina, Palermo, foto Rivoira.

Planta. Capilla Palatina.

Figura 31. Techo de la Capilla Palatina, 1, 2, 3. Friso de mocárabes de la Torre de Machuca, Alhambra, 4.

El modelo palermitano (Fig. 33, 1, 2, 3) sin precedentes conocidos; tal vez en la Qal´a de los Bannu Hammad de Argelia existiera algo parecido a la vista de alveolos de estuco aparecidos en este yacimiento arqueológico dados a conocer por L. de Beylie y L. Golvin; tampoco vemos esas cornisas en el Magreb occidental bajo dominio almorávide-almohade y nada en España hasta su arranque del siglo XIV en escenario de la Alhambra. En la misma Palermo la bóveda del presbiterio de la capilla de la Zisa se ve flanqueada por dos airosas cornisas de muqarnas (Fig. 33, 4) que en otra hemos homologado con el arranque de las bóvedas mocarabadas de la Sala de Justicia de la Alhambra; y otro friso esta vez de piedra en el exterior de la Catedral de Palermo publicado por primera vez por Bellafiore (Fig. 33, 5). Dejado atrás el siglo XII, Granada, aparte del Generalife, enseña en el Partal excelente bóveda de madera con cornisilla voladiza mocarabada (Fig. 33, 9) y debajo otra de estuco (6), y en la planta superior de la torrecilla adjunta, una excelente bóveda de madera luce cornisa del mismo tipo (7, dibujo según Sergei Chmelnizkij), experiencia que se repite por bajo de la bóveda de madera del Salón de Comares (8) y en la torrecilla-mirador del Patio de Machuca (Fig. 31, 4).

Figura 32. Maylis del pabellón norte del Generalife.

Trasladándonos a la arquitectura mudéjar toledana, algunos palacios enseñan frisos volados con muqarnas de estructura muy sencilla (10, repetido en la sinagoga de Córdoba); otro de convento de la concepción Francisca (11). En arcosolio de la catedral toledana, capilla de San Eugenio, el 12. En la misma Toledo tenemos una réplica de la mencionada techumbre del maylis del Generalife, cornisa salediza de mocárabes bajo techo de yeso adornado con lazos de 8 zafates en la Sala Capitular del convento de Santa Isabel la Real. En la Capilla Real fundada para Alfonso XI en la mezquita aljama de Córdoba el (13). En madera friso volado de la iglesia toledana de Erustes (15), y dentro de la Alhambra, entre otros muchos, friso-cornisa de la portada del Palacio de Comares. Respecto al mocárabe toledano significar que este tipo de decoración precisamente en frisos voladizos se adelanta (s. XIII) a los mocárabes nazaríes, exceptuada la repisa por bajo del arco de entrada a la qubba del Cuarto Real de Santo Domingo de Granada. Aunque muy elemental, el primer ejemplo de muqarnas en la ciudad del Tajo se da en la Capilla del Belén del Convento de Santa Fe que tiene la fecha de 1242. Espectaculares son los voladizos mocarabados de techos mudéjares de los siglos XV y XVI, de sala de honor del palacio de Peñaranda de Duero (Fig. 10, 8 del apartado TROMPAS), palacio de Villanueva de Cañedo (Salamanca) y techumbre de la iglesia de los palacios mudéjares de Tordesillas. Cornisas al exterior de mocárabes en piedra debieron darse en España, a juzgar por la de la fachada de la mezquita az-Zhar de Fez que la tradición dice fue traída piedra a piedra de España (s. XIV) (Fig. 33, 14). Friso de mocárabes en voladizo de piedra en España sólo se da en capiteles del siglo XIV de la Alhambra, y en el Norte de África, frisos exteriores de la mezquita al-Mansura de Tremecén.

Figura 33. Cornisas de mocárabes: Sicilia, 1, 2, 3, 4, 5; Alhambra, 6, 7, 8, 9; Toledanas, 10, 11, 12, 15; Capilla Real de Córdoba, 13; Portada mezquita az-Zhar de Fez, 14.

Jabalcones y ajimeces Brunschvig en su Urbanismo medieval se ocupó de los saledizos callejeros del Norte de África, tema tratado ampliamente por Torres Balbás en “Algunos aspectos de la casa hispanomusulmana” y Ciudades hispanomusulmanas. Sucintamente nos referiremos a ellos referidos a dos estampas de Argel y de Granada. Jabalcones eran los pisos volados sobre la calle sostenidos con maderos inclinados o tornapuntas, un sistema oriental propagado a Egipto, Norte de África y España. Luego estaban los balcones o balconadas voladas de madera con celosías llamados ajimeces, en El Cairo con el nombre de masrabiyyat. Como los jabalcones eran sostenidos por canecillos apeados en maderos inclinados, ambos saledizos muy divulgados en poblaciones andaluzas y valencianas (aquí llamados ambans).

Figura apéndice. Varios saledizos: 1. Mezquita mayor de Testour (Túnez). 2. Columna e imposta volada, Puerta de la Justicia de la Alhambra. 3. De puerta de la muralla medieval de Antequera. 4. Quicialera de la puerta del Socorro, Niebla. 5. Modelo de modillones de matacanes medievales cristianos. 6. Cobija de alero de piedra, Alcazaba de Málaga. 7. De soporte de los baños califales de Córdoba. 8. Cornisa salediza aparecida a los pies del alminar, mezquita aljama de Madinat al-Zahra. 9. Tipo cornisa de la catedral de Palermo.

Figura 34. Jabalcones de Granada (Carrera del Darro) y Argel.

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